Marco teórico: la representación social

El concepto de representación social, elaborado por el psicólogo social Serge Moscovici, surge como una importante innovación en el ámbito de la psicología social. Constituyendo tanto un campo de investigación, como un objeto y marco teórico propio (Jodelet, 2010)

Pero, ¿Qué entendemos por representación social ¿Cómo reconocemos una representación social? ¿Cuál es la relevancia de las representaciones sociales en la configuración cognitiva del individuo? ¿Cómo funcionan y qué relación tienen estas con la relación entre el individuo y su entorno?

La idea de representación se remonta al concepto de representación colectiva del sociólogo francés Émile Durkheim, este estableció diferencias entre las representaciones individuales y las colectivas, aludiendo a que los fenómenos colectivos no podían ser reducidos a los individuales (Mora, 2002) Para Durkheim, las representaciones sociales constituían una clase muy general de fenómenos psíquicos y sociales que comprendían lo que de designamos como ciencia, ideología, mito, etc. (Moscovici, 1979) Con esta idea de representación colectiva, en la cual ciertos fenómenos culturales y cognitivos -necesarios para la comprensión de nuestro medio y la atribución de sentidos dentro de este - son generados a nivel colectivo, tal como ocurre con los fenómenos mencionados, se sentaran las bases para el posterior desarrollo del concepto de Moscovici; el cual desarrollaremos en adelante.

Como una primera aproximación, podemos entender el concepto de representación social como una manera de interpretar y de pensar nuestra realidad cotidiana, como una forma de conocimiento social. Implica entonces una actividad mental desplegada por individuos y grupos con el objetivo de fijar su posición en relación con determinadas situaciones, acontecimientos u objetos que con los cuales se relacionan (Jodelet, 2010) En ese sentido, como señala Mora, es una forma de conocimiento a través de la cual el individuo que conoce se sitúa dentro de lo que conoce (Mora, 2002)

Hay una serie de elementos por los cuales lo social interviene en esta relación entre individuo y objeto. Por un lado tenemos un contexto específico en el que se sitúan los individuos y los grupos, la comunicación que entre ellos establecen, los marcos de aprehensión que les proporciona su bagaje cultural, los códigos, valores e ideologías relacionadas a sus pertenencias sociales específicas, etc. (Jodelet, 2010) De ese modo, se detectan circunstancias socialmente definidas en las que las personas se dejan guiar por representaciones colectivas (Moscovici, 1979).

Por lo tanto, antes que nada, la representación social refiere al modo en que los individuos, en cuanto sujetos sociales, aprehenden los acontecimientos de la vida diaria, las características e informaciones que circulan su medio (Jodelet, 2010)

Al respecto Jodelet (2010) señala que el habitualmente llamado “conocimiento de sentido común” se constituye por medio de nuestras experiencias, de las informaciones, conocimientos y modelos de pensamiento que recibimos y transmitimos a través de la tradición, la educación y la comunicación social (Jodelet, 2010, p.473) Se trata entonces de un conocimiento socialmente elaborado y compartido. Al dar sentido a nuestra acción se trata también de un conocimiento práctico. Al respecto Moscvici señala:

“Si partimos de que una representación social es una preparación para la acción, no lo es solo en la medida en que guía el comportamiento, sino sobre todo en la medida en que remodela y reconstituye los elementos del medio en el que el comportamiento debe tener lugar” (Moscovici, 1979, p.31)

Todo conocimiento, afirma Moscovici, presupone una práctica y una atmosfera propia que lo caracterizan. Las informaciones que entregan los medios, mensajes políticos, operaciones científicas, libros, etc. Constituyen flujos de información que se encuentran muy alejadas de nosotros, porque, señala el autor, nos resulta imposible captar su lenguaje y confrontarla con informaciones y experiencias más directas (Moscovici, 1979)

El conjunto de estos elementos parece configurar un “mundo de discurso” cuyo objeto son los individuos. Estas interfieren nuestras observaciones y orientan de cierto modo nuestra mirada acerca de los fenómenos, “lo que vemos lo sentimos enmendados por lo invisible y por lo que, provisoriamente es inaccesible a nuestros sentidos” (Moscovici, 1979, p.34) Se cuenta entonces con una presunta realidad y se parece ser indispensable reconstituirla, hacerla familiar. Así, la transformación de un conocimiento indirecto en uno directo es el único medio para apropiarse de este universo exterior y esto ocurrirá por medio de las representaciones de un modo particular, el cual desarrollaremos en adelante.

Habiendo establecido entonces que es la representación social y las características que la definen como concepto, es necesario ahora precisar cómo y bajo qué procedimientos funcionan y de qué modo configura las relaciones entre los individuos y de estos con su entorno.

El acto de representación constituye un acto mediante el cual un sujeto se relaciona con un objeto (Jodelet, 2010) pero esta representación no significa una réplica idéntica de la realidad social. “representar es sustituir, estar en lugar de. En ese sentido, la representación es el representante mental de algo: objeto, persona, acontecimiento, idea, etc.” (Jodelet, 2010, p.475) Es por esto que el acto de representar está directamente relacionado con el símbolo.

En ese sentido, señala Moscovici, la relación entre el pensamiento y lo real remite a la tarea del documentalista: este reúne, clasifica, combina, en torno a un código de análisis y de clasificación. No juzga ni puede juzgar sobre la verdad. Cada individuo hace lo mismo con las diversas informaciones que se le presentan “los

resume, los recorta, los clasifica y padece la misma tentación que el documentalista de fundirlos en un mismo universo” (Moscovici, 1979, p.36) Bajo esta lógica de clasificación se da nacimiento a las representaciones sociales de los individuos.

Al respecto el autor señala: “este doble movimiento de familiarización con lo real, por medio de la extracción de un sentido o de un orden a través de lo que se relata, y de manejo de átomos del conocimiento disociados de su contexto lógico normal, desempeña aquí un papel capital”. (Moscovici, 1979, p.36)

A partir de estas premisas podemos concebir las representaciones como procesos mediadores entre concepto y percepción, es la comunicación que se establece entre estos, mediante la penetración de uno en la otra, transformando la sustancia concreta común (Moscovici, 1979). Jodelet (2010) señala que este fenómeno es una característica de la interacción del sujeto y del objeto, que se enfrentan modificándose mutuamente. Así, las representaciones hacen que el mundo sea lo que pensamos que es o que debe ser.

Ahora bien, Moscovici puso distinguió dos procesos básicos por medio de los cuales lo social transforma un conocimiento en representación y como esta misma transforma lo social: La objetivación y el anclaje

La objetivación puede definirse como una operación formadora de imagen y estructurante (Jodelet, 2010) Actúa mediante la selección, descontextualización de los elementos del medio, la formación de un núcleo figurativo y su naturalización (Mora, 2002). En primer lugar, siguiendo a Jodelet (2010), las informaciones serán objeto de una selección en función de los criterios culturales y normativos del individuo, por medio de esta se formará de manera visible una estructura conceptual que permite comprenderlos. En la construcción de este modelo figurativo, los elementos del pensamiento se convierten en elementos de la realidad, como si realmente demarcara fenómenos. Estos adquieren entonces un status de evidencia mediante el fenómeno de la naturalización.

El anclaje, por otro lado, es la manera en que la representación se liga con el marco de referencia de la colectividad (Mora, 2002) Este, según define su autor “Designa la inserción de una ciencia en la jerarquía de valores y entre las operaciones realizadas por la sociedad. En otros términos, a través del proceso de anclaje, la sociedad cambia el objeto social por un instrumento del cual puede disponer, y este objeto se coloca en una escala de preferencia en las relaciones sociales existentes” (Moscovici, 1979, 121)

De este modo hemos revisado el concepto de representación social, sus características y funcionamiento respecto a los diversos fenómenos del medio en que el sujeto se encuentra inserto. En lo que sigue del presente trabajo analizaremos, siguiendo los lineamientos metodológicos propuestos por los

teóricos de las representaciones sociales, algunas representaciones acerca del uso de armas de fuego en los Estados Unidos.

Bibliografía

Denise Jodelet. (2010). La representación social: fenómenos, concepto y teoría. de Psicosociología Sitio web:https://sociopsicologia.files.wordpress.com/2010/05/rsociales-djodelet.pdf

Serge Moscovici. (1979). El psicoanálisis, su imagen y su público. Buenos Aires: Ed. Huemul.

Martín Mora. (2002). la teoría de las representaciones sociales de Serge Moscovici. Athenea Digital, N°2