reporte guerra

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Commander... you remembered Si tuviera que definir en una palabra la tragedia y la comedia, diría que estos géneros dramáticos se caracterizan por su agresividad. Géneros dolorosos por excelencia, y a la vez, profundamente liberadores. En Guerra, pude asistir a un fenómeno escénico maravilloso: se sentía que entrábamos a un mundo separado del real, regido por sus propias reglas, como un océano desconocido al que el equipo creativo de Guerra nos hubiera abierto las puertas. Y eso fue lo más maravilloso: se logró una comunión con el público que no he visto en muchas obras. Éramos parte de ese mundo, de ese mundo festivo, de modo que la obra alcanzó una dimensión ritual, particularmente, en la escena de los aviones de papel, que me hizo, en lo personal, reír muchísimo, sentirme como un niño otra vez, como los niños, ay, que juegan a la guerra. Y eso es la guerra, nos parece decir la obra: un juego. Los personajes de la obra, los tres fantásticos clowns, se ganan nuestra simpatía a pesar de sus palpables defectos. ¿Cómo puede agradarnos alguien como el general, que se pone a escuchar su Ipod mientras bombardean la ciudad? Creo que la respuesta radica en la inocencia del personaje: su crueldad, si es que la tiene, es la crueldad de un niño. Sólo no posee sensibilidad, la sensibilidad que estos tiempos violentos están mutilando del alma de las personas... hasta que todo se vuelve cotidiano, y una guerra es una oficina. Hermosa la conversación entre el soldado y su madre, cuando contesta, con voz de circunstancias: "en el trabajo... en una guerra". A final de cuentas, todos somos víctimas de la situación, y nadie quiere dar la vida por su país. Resultó muy extraño que nos lo preguntara... aun los que hemos estado en las marchas, o por lo menos yo, no nos hemos hecho esa pregunta con esa frialdad. ¿Estás dispuesto a darlo todo... a morir, si llega el caso? Otros dos momentos fascinantes fueron el minuto de silencio y las secuencias de did you see? Did you see? Did you see? Nuestra incapacidad de dejar de pensar en nosotros mismos por un minuto, de sentir compasión por el otro, y la risa histérica que hemos desarrollado como mecanismo de defensa frente a las cosas horribles que pasan en nuestro país, risa de alivio por no ser nosotros los que lo hemos

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Commander... you rememberedSi tuviera que definir en una palabra la tragedia y la comedia, dira que estos gneros dramticos se caracterizan por su agresividad. Gneros dolorosos por excelencia, y a la vez, profundamente liberadores. En Guerra, pude asistir a un fenmeno escnico maravilloso: se senta que entrbamos a un mundo separado del real, regido por sus propias reglas, como un ocano desconocido al que el equipo creativo de Guerra nos hubiera abierto las puertas. Y eso fue lo ms maravilloso: se logr una comunin con el pblico que no he visto en muchas obras. ramos parte de ese mundo, de ese mundo festivo, de modo que la obra alcanz una dimensin ritual, particularmente, en la escena de los aviones de papel, que me hizo, en lo personal, rer muchsimo, sentirme como un nio otra vez, como los nios, ay, que juegan a la guerra. Y eso es la guerra, nos parece decir la obra: un juego. Los personajes de la obra, los tres fantsticos clowns, se ganan nuestra simpata a pesar de sus palpables defectos. Cmo puede agradarnos alguien como el general, que se pone a escuchar su Ipod mientras bombardean la ciudad? Creo que la respuesta radica en la inocencia del personaje: su crueldad, si es que la tiene, es la crueldad de un nio. Slo no posee sensibilidad, la sensibilidad que estos tiempos violentos estn mutilando del alma de las personas... hasta que todo se vuelve cotidiano, y una guerra es una oficina. Hermosa la conversacin entre el soldado y su madre, cuando contesta, con voz de circunstancias: "en el trabajo... en una guerra". A final de cuentas, todos somos vctimas de la situacin, y nadie quiere dar la vida por su pas. Result muy extrao que nos lo preguntara... aun los que hemos estado en las marchas, o por lo menos yo, no nos hemos hecho esa pregunta con esa frialdad. Ests dispuesto a darlo todo... a morir, si llega el caso? Otros dos momentos fascinantes fueron el minuto de silencio y las secuencias de did you see? Did you see? Did you see? Nuestra incapacidad de dejar de pensar en nosotros mismos por un minuto, de sentir compasin por el otro, y la risa histrica que hemos desarrollado como mecanismo de defensa frente a las cosas horribles que pasan en nuestro pas, risa de alivio por no ser nosotros los que lo hemos visto. Con el tema musical del final, parece decirnos el general que fue sa la vida que le toc vivir, y que cumpli su papel tan bien como pudo. Como un nio, vaya. Como un nio con poder. Sin crueldad, pero sin sensibilidad (deca Proust que para ser cruel de verdad era necesario tener un tierno corazn, que el sdico verdadero sufre por torturar a sus vctimas, y que esa transgresin es lo que le fascina). Resalto la actuacin de Arts Chvez, sutil en todos los aspectos, con un monlogo interno constante y maravilloso, y un personaje mostrado en todas sus facetas. Adems del profundo mensaje social, la obra fue para m una fiesta, en la que pude liberar muchas cosas que me han aquejado ltimamente, por lo que pasa en el pas como por mis propias circunstancias. La obra, por un momento, cumple el mgico propsito de liberar el malestar existencial, por la experiencia de compartir, de rer sin importar que pase, de bailar, de lanzar aviones de papel... aunque despus comprendas lo que son esos aviones de papel.