remolino. sergio aguayo, capítulo 8

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Remolino_Sergio Aguayo, Capítulo 8

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  • | CAPTULO 8. Salvar la democracia construyendo capital social2

  • D.R. Sergio Aguayo, 2013

    D.R. Sextil Editores, S.A. de C.V. 2013Por la presente edicin

    Fotografa de Portada: vvvisual /Shutterstock.comDedicatoria: Sergio Dorantes, fotografa de Sergio Aguayo

    Sextil Editores, S.A. de C.V+ 52 (55) 52 54 38 52 [email protected]

    Esta obra es propiedad intelectual de su autor y los derechos de publi-cacin electrnica han sido legalmente transferidos a SEXTIL ONLINE, S.A. DE C.V., por lo que se encuentra protegida por la Ley Federal del Derecho de Autor, su Reglamento y las leyes internacionales sobre la materia. Prohibida su reproduccin parcial o total por cualquier forma o medio sin la autorizacin previa y por escrito de SEXTIL ONLINE, S.A. DE C.V.

    ISBN:978-607-9351-26-7

    Editorial Ink es una marca registrada de Sextil Online, S.A. de C.V.Vistanos en: www.editorial-ink.com

  • | CAPTULO 8. Salvar la democracia construyendo capital social4

  • El texto que acabas de descargar corresponde a una versin revisada del captulo 8 del libro electrnico Re-molino. El Mxico de la sociedad organizada, los po-deres fcticos y Enrique Pea Nieto. En estas pginas empiezo a sistematizar lo que he vivido y aprendido sobre los retos que enfrenta un grupo social dispuesto a organizarse para participar en la vida pblica. Espero que sirva para quienes, como yo, estamos hartos de la corrupcin y la ineficiencia de buena parte de nuestros gobernantes.

    La descarga gratuita es posible gracias a las facilidades otorgadas por Editorial Ink, sello bajo el cual podrs encontrar la versin digital completa de este libro.

    Sergio Aguayo

    El libro impreso se publicar pronto.

    DA CLICK AQU Y COMPRA LA VERSIN COMPLETA

  • | CAPTULO 8. Salvar la democracia construyendo capital social6

    Salvar la democracia construyendo capital social

    CAPTULO 8SERgIO AgUAYO REMOLINO

  • Sergio Aguayo REMOLINO | 7

    Captulo 8.

    Salvar la democracia construyendo capital socialTermino de reescribir este captulo en agosto del 2014, cuando se multiplican los sntomas del retroceso de-mocrtico. La corrupcin galopa desbocada, los traba-jos son escasos y mal pagados, proliferan los manotazos autoritarios y diversas regiones del pas siguen afecta-das por una violencia que no disminuye pese a la frag-mentacin de los carteles.

    Ante la variedad e intensidad de los retos la sociedad tiene que organizarse para defender lo obtenido, fre-nar excesos e impulsar cambios en Mxico. Aunque es imposible establecer de manera definitiva cul es el ncleo del cual emana la degradacin partidos y go-biernos, la corrupcin es una buena candidata porque, adems, trasciende ideologas y permite una conver-gencia de los diversos. Frenar la corrupcin no acaba pero s frena los males que nos aquejan.

    El primer punto del orden del da es erradicar el fa-talismo supuestamente heredado. Octavio Paz escribi alguna vez que el mexicano es silencioso y tmido, re-signado Sonre siempre, espera siempre. Es una ex-

  • | CAPTULO 8. Salvar la democracia construyendo capital social8

    presin bastante comn entre quienes sostienen que el mexicano se merece los malos gobiernos por su pasivi-dad y dejadez.

    Sostengo lo contrario. Tenemos una historia repleta de movilizaciones y en estos momentos la mitad de los mexicanos quisieran participar en asuntos pblicos. Se-gn estudios del Instituto Tecnolgico Autnomo de Mxico (ITAM) ha ido creciendo el porcentaje de per-sonas que ven en la participacin individual una buena manera de mejorar a la comunidad.

    Cunto impacto cree que una persona como usted puede tener para hacer de su comunidad un mejor lu-gar para vivir?

    2005 2008 2013

    Mucho o algo 56% 51% 64%

    Poco o nada 36% 42% 32%

    Fuente: 1

    Otras mediciones de opinin aaden que va creciendo en Mxico el rechazo a participar en partidos y va au-mentando el deseo de involucrarse en la vida pblica a travs de organizaciones de la sociedad civil, OSC. En 1959 quera participar en ellas el 12% de la poblacin y medio siglo despus ya era el 49%.

    1 ITAM, Filantropa y Sociedad civil Encuesta Nacional, Comparativos 2005,2008 y 2013. ENAFI 2013, URL: http://www.enafi.itam.mx/Documentos/ENAFI%202013%20comparado.pdf

  • Sergio Aguayo REMOLINO | 9

    Cmo involucrarse en asuntos pblicos? Partidos u organizaciones de la sociedad civil (OSC)?

    Formas de participacin 1959 2009 Variacin

    Trabajar a travs de un partido poltico 15.8% 10.9% -4.9%

    Tomar parte en grupos no gu-bernamentales y organizacio-nes para tratar asuntos locales

    12.3% 49.1% 36.80%

    Notas y fuente: 2

    As pues, es un despropsito asegurar que el mexicano es pasivo cuando la mitad de los adultos desean involu-crarse. Son nmeros esperanzadores que tienen como contrapeso un gravsimo problema: hay pocas, muy pocas, organizaciones sociales. Es por ello que, segn otras mediciones, slo participa en OSC un 20% de los adultos de cuando en cuando, y un 10% de forma permanente. Es urgente cerrar esa brecha.

    2 La primera variable responde a la pregunta Cul es el mtodo ms efectivo para influenciar una decisin del gobierno?; la segunda a Qu cree usted que pueden hacer las personas para solucionar los problemas de su comunidad?. Base de datos de encuesta realizada por Gabriel Almond y Sidney Verba, The Civic Culture, 1959; y Base de datos de encuesta realizada por el rea de In-vestigacin Aplicada y Opinin Pblica del Instituto de Investigaciones Jurdicas de la UNAM, Cultura Cvica en Mxico, 2009. La cifra del 10% de participacin ciudadana en causas ciudadanas, medio ambiente y cultura viene de la En-cuesta Nacional de Solidaridad y Accin Voluntaria, citada en Gustavo Verduzco Igarta, Solidaridad y acciones voluntarias, en Jacqueline Butcher Garca-Coln (coord.), Generosidad en Mxico, Mxico, Porra, 2013, p. 96.

  • | CAPTULO 8. Salvar la democracia construyendo capital social10

    El texto que acabas de descargar corresponde al captulo viii del libro electrnico Remolino. El M-

    xico de la sociedad organizada, los poderes fcticos y Enrique Pea Nieto. En estas pginas empiezo a sistematizar lo que he vivido y aprendido sobre

    los retos que enfrenta un grupo social dispuesto a organizarse para participar en la vida pblica. Espe-ro que sirva para quienes, como yo, estamos hartos de la corrupcin y la ineficiencia de buena parte de

    nuestros gobernantes.

    La descarga gratuita es posible gracias a las facili-dades otorgadas por Editorial Ink, sello bajo el cual

    podrs encontrar la versin digital completa de este libro.

    Sergio Aguayo

    (PONER BOTN CON EL TEXTO: DESCARGA GRA-TUITA Y VICULAR A LA LIGA: editorial-ink.com/re-

    molino/cortesia)

    El libro electrnico est disponible en: http://www.editorialink.com.mx/remolino.html

    (PONER BOTN DE: COMPRA LA VERSIN COM-PLETA Y VINCULARA A LA PGINA: http://www.

    editorialink.com.mx/remolino.html)

    El libro impreso se publicar pronto.

    He constatado una y otra vez lo mucho que puede lo-grar una persona o un grupo con objetivos claros y realizables. Un parntesis terico. Cuando la gente se organiza construye capital social: positivo si las orga-nizaciones sociales sirven para que funcione la demo-cracia; negativo cuando el objetivo es domesticar a los ciudadanos o servir al crimen organizado (entre mu-chas otras prcticas).

    Por razones de espacio me concentro a partir de ahora en el capital social positivo que incluye a medios de comunicacin, cmaras empresariales y clubes deporti-vos, entre un largo etctera. Tambin est compuesto de organizaciones de la sociedad civil (OSC) a las cuales dedico ms atencin porque son el puente ms natu-ral entre individuo y gobierno y porque hay ejemplos concretos sobre el potencial que tienen para influir en polticas pblicas.

    Teniendo de trasfondo estas cifras, categoras y convic-ciones escrib estas pginas pensando en la ciudadana consciente e inconforme deseosa de influir en asuntos pblicos, pero con dudas sobre cmo hacerlo. Consi-dero prioritario el asalto de las murallas levantadas por quienes monopolizan lo pblico para su propio bene-ficio pues intuyen, y con razn, que una sociedad or-ganizada y participativa reducira los mrgenes donde florecen sus abusos y privilegios.

    El texto est soportado por bibliografa especializada y mi experiencia. Llevo cinco dcadas participando en movimientos sociales y organizaciones civiles, estudian-

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    do el cambio y difundindolo por medios de comuni-cacin. Tambin he dialogado permanentemente con polticos y funcionarios de todo el espectro poltico. Mi objetivo ha sido ayudar en la edificacin de una democracia que funcione en beneficio de las mayoras, que respete los derechos humanos y que combata las injusticias sociales. A lo largo del tiempo he destilado varias lecciones: es insuficiente sealar anomalas con evidencia slida o adjetivos estridentes; nada sustitu-ye a la organizacin social que tenga como objetivo contribuir al rescate de una democracia asfixiada por quienes monopolizan la vida pblica.

    Resum el mtodo para construir capital social positivo en diez variables interconectadas, que presento en tres apartados aclarando que el orden de prioridad pue-de variar. Son sugerencias muy generales que deben adaptarse a realidades muy diferentes. Es muchsimo ms difcil organizarse en Tamaulipas y los municipios conurbados del Estado de Mxico que en Monterrey y el Distrito Federal.

  • | CAPTULO 8. Salvar la democracia construyendo capital social12

    Claves para cambiar a Mxico

    A. El contexto, la per-sona y el grupo

    1. El contexto, el individuo y el ca-risma

    2. El grupo y el pentgono virtuoso3. El relato

    4. El conocimiento, la informacin y la tecnologa

    B. Instrumentos in-dispensables para la accin de un grupo

    5. La agenda y la estrategia6. La comunicacin

    7. La trampa econmica

    C. La relacin con gobernantes, pode-

    res fcticos y actores externos

    8. La interaccin con la lite poltica mexicana

    9. El crimen organizado10. La comunidad internacional

    Reconozco que el cuadrito evoca esos manuales de autoayuda que trivializan la realidad. Entiendo que al-gunos consideren fantasiosas estas sugerencias; tienen algo de razn cuando se piensa en el tamao de las fuerzas decididas a preservar el orden establecido. Sin embargo, estoy convencido de que el individuo y las organizaciones sociales pueden tener un gran peso en la vida pblica. Desde otra perspectiva las alternativas son claras: o nos metemos a frenar la degradacin o esta seguir carcomiendo la vida pblica.

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    A. El contexto, la persona y el grupo

    El difcil contexto mexicano en la segunda dcada del siglo XXI

    Es difcil participar en el Mxico de Enrique Pea Nieto. Quienes detentan el poder ponen trabas de todo tipo. El ejemplo ms obvio es la reforma energtica promul-gada en agosto de 2014. Segn una encuesta del diario Reforma a finales de julio de ese ao el 65% de la ciu-dadana estaba en contra (eso inclua a una mayora de simpatizantes del PRI y del PAN).

    Seguramente por eso el gobierno de Enrique Pea Nie-to, el PRI y el PAN se niegan a que la reforma sea some-tida a una consulta popular. Los partidos de izquierda la exigen pero su divisin debilita el ejercicio. Es entonces natural que la ciudadana se refugie en el desencanto, el distanciamiento y la pasividad y que busque salida a su frustracin en los manuales de autoayuda, en el di-vn del psicoanalista, o en los actos caritativos.

    Pese a las dificultades existen razones para un optimis-mo cauteloso. Nunca antes en la historia mexicana ha-ban existido tantas posibilidades para que el ciudada-no comn y corriente influyera en los asuntos pblicos. Esto se debe a tendencias internacionales y domsticas. Empiezo con las primeras.

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    a) Para Moiss Nam en esta poca de la expe-riencia humana el poder es ms fcil de adqui-rir, ms difcil de utilizar y ms fcil de perder.3 Quienes detentan el poder argumenta tienen ms restricciones para ejercerlo, y ello se debe, entre otros elementos, a la enorme importancia alcanzada por las organizaciones de la sociedad civil (OSC);

    b) La participacin ciudadana se facilita porque, a partir de 2007, la mayor parte de la humani-dad vive en reas urbanas y debe recordarse que la democracia participativa es flor de asfalto. Cuando empez la transicin mexicana, en 1963, el 50% de la poblacin mexicana viva en cen-tros urbanos; en 2010, el porcentaje ya era del 77%;4

    c) Se han desplomado las grandes propuestas. Con la cada del Muro de Berln, en 1989, se des-prestigi el socialismo real; y con las crisis finan-cieras y la concentracin del ingreso, han per-dido credibilidad las soluciones neoliberales y la economa de mercado. Las ideologas han perdi-do importancia como elemento diferenciador, y los partidos polticos se han desprestigiado por

    3 Moiss Nam, El fin del poder, Mxico, Debate, 2013, p. 18.

    4 Rafael Aranda y Lionel Rodrguez Burguete presentan un argumento muy con-vincente en este sentido. Vase su artculo La ruta asfaltada de la alternancia en Mxico: de los centros urbanos a sus periferias, Foro Internacional,207 (2012), pp. 92-132.

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    sus prcticas clientelares, por el pragmatismo que los iguala y por la corrupcin; 5 y,d) La falta de grandes paradigmas empuja la participacin ciudadana hacia lo concreto. Lo ideal sera que el involucramiento se insertara en un proyecto general que propusiera una solu-cin a los grandes problemas de la humanidad. Como por el momento no exista queda lo inme-diato.

    Ubiquemos en este marco global el momento mexica-no visto desde la ptica del ciudadano inconforme.

    a) Las lites polticas y los poderes fcticos vi-ven pensando en cuotas de poder medidas en cargos y presupuestos, pero el poder est tan fragmentado y es tan disputado que se abre una gran cantidad de resquicios para la participacin ciudadana;

    b) Quienes desean actuar tienen ahora muchos ms espacios y mecanismos que en el pasado: li-bertad de expresin, acceso a la informacin, un sistema legal (que a veces funciona), y algunos medios de comunicacin independientes; y,

    5 Entre los textos que ilustran esta actitud de bsqueda se cuentan los siguien-tes: Chris Roche y Andrew Hewett, The end of the Golden Age of NGOs?, en De-vpolicyblog , 22 de noviembre de 2013, disponible en: (http://devpolicy.org/the-end-of-the-golden-age-of-ngos-20131122/), consultado el 9 de diciembre de 2013; Catherine Agg, Trends in Government Support for Non-Governmental Organi-zations, United Nations Research Institute for Social Development, Programme Paper Number 23, junio de 2006; y Peter Buffet, The Charitable-Industrial Com-plex, The New York Times, Nueva York, 26 de julio de 2013, sec. Opinion.

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    c) Una cartografa democrtica bastante varia-da. Afortunadamente, hay regiones del pas en las cuales es bastante sencillo participar y obte-ner resultados (ms adelante hablar sobre las entidades dominadas por la cultura autoritaria).

    El individuo

    Si tomamos como referente la actitud hacia el cambio, las personas pueden dividirse entre quienes prefieren adaptarse y vivir en la dimensin que conocenlos uni-dimensionales, que mencionara Herbert Marcuse, y los que buscan trascenderla y reformarla porque creen que el futuro puede ser mejor y que s sirve hacer algo. Por lo general, los inconformes son minora.

    Es irrelevante si el impulso a la transformacin se debe al idealismo o al deseo de trascender, a infancias mal digeridas o a la influencia de algn lder carismtico, a una decepcin amorosa o a la sed de venganza con-tra algn funcionario arrogante. Importa que se quiere modificar el entorno para beneficio de las mayoras. Desarrollo un poco ms este argumento.

    Es bien frecuente pensar que los grandes cambios ven-drn cuando se movilizan multitudes como ha sido el caso en diferentes momentos de nuestra historia. Sin embargo, las explosiones de energa social movimien-to del 68, marchas contra el fraude de 1988, las movili-zaciones estudiantiles del 2012, etcterason fenme-nos que duran unos cuantos meses para luego diluirse.

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    Pese a su brevedad siempre dejan como herencia a un puado de personas que transforman las metas de energa social en instituciones, en capital social perma-nente, que modifica en la vida diaria la forma como ejercen el poder quienes estn en la cspide de la bu-rocracia. En sntesis, el esfuerzo de un puado de per-sonas s transforma realidades. Lo he encontrado en libros, lo he vivido y lo he observado.

    Las acciones de personas comunes y corrientes s trans-forman la realidad; la suma de actos individuales s mueve la historia.

    Hay algunas generalizaciones que hacer sobre los ras-gos que caracterizan a este puado de personas deseo-sas de modificar la realidad:

    a) Adems de tener una conciencia potencial mayor al promedio, tienen claridad sobre sus metas y sobre los pasos que se deben seguir to-mando en cuenta la fuerza que tienen;

    b) Siempre distinguen entre legalidad y justicia porque, y esto es fundamental, no todo lo que est en las leyes es justo. Por ejemplo: es legal, pero profundamente injusto, que los partidos mexicanos reciban miles de millones de pesos de dinero pblico; y,

    c) Lo ms importante de todo tienen un carc-ter que les permite perseverar pese a las adver-sidades.

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    Antes de seguir adelante doy algunas sugerencias sobre la manera como puede fortalecerse la perseverancia, una virtud indispensable en Mxico.

    a) Es indispensable delimitar lo ms claramen-te posible el espacio geogrfico, poltico y social que ocupan y aspiran a ocupar la persona y el grupo;

    b) Quien se meta en estos berenjenales debe preguntarse de cuando en cuando el lmite de su compromiso con la causa: es de una hora al da, de un da a la semana o sin lmite de tiempo?;

    c) El compromiso es individual pero las conse-cuencias son colectivas. La actividad de una per-sona afecta su relacin con la pareja, la familia, y su grupo de referencia ms cercano. Es indis-pensable hablar con ellos sobre la causa. Mo-dificar realidades es un maratn de largo aliento que se sobrelleva mejor cuando hay un equilibro entre lo privado y lo pblico; y,

    d) Hay que prepararse para enfrentar las crticas. Siempre intentan desprestigiar a quien defiende derechos propios y ajenosacusndolo de revol-toso o protagnico. Es posible reducir las desca-lificaciones adoptando un tono conciliador pero las zarandeadas son inevitables. La mejor forma de enfrentar las crticas es estar convencido de la legitimidad y justeza de lo que se est haciendo.

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    El carisma

    En Extraordinary Minds, Howard Gardner describe al li-derazgo como la capacidad que alguien tiene de influir en los comportamientos, pensamientos y sentimientos de otras personas, para unirlas a una accin conjunta.6 A ese atributo se le llama carisma (para Max Weber es una de las tres formas de autoridad) y est distribuido desigualmente.

    Las relaciones entre lder carismtico y grupo son muy variadas. En un extremo estn las relaciones jerrquicas, donde el lder manda y los dems obedecen acrtica y hasta irracionalmente; en el otro, el liderazgo demo-crtico que se arma sobre una horizontalidad saluda-ble y razonable. El dirigente escucha al grupo, somete a ste las decisiones fundamentales, y luego asume la responsabilidad de conducir el proceso.

    Siempre hay tensiones entre el lder carismtico y el grupo. Lo saludable, obvio, es domarlas y ponerlas al servicio de la organizacin. Esto se hace con reglas muy precisas sobre la manera como el lder ejercer el po-der que le concede el grupo que est constantemente verificando el ejercicio. Desafortunadamente, lo ms frecuente es que estos jaloneos se ignoren y silencien con lo cual se afecta la cohesin interna.

    6 Howard Gardner, Leading Minds. An Anatomy of the Leadership, Londres, Har-per Collins, 1997, p. 8.

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    2. El grupo y el pentgono virtuoso

    Despus de tener bien identificadas las tareas y los m-todos de trabajo el grupo debe optar por la creacin de una organizacin nueva, o la integracin a alguna existente. Ambas opciones tienen sus ventajas y des-ventajas.

    Si se opta por partir de cero se aparece en la vida pbli-ca como un organismo fresco con propuestas origina-les; sin embargo se tiene que emplear bastante tiempo en formalidades indispensables y costosas legalizacin, logo para identificarse, etctera, y lleva tiempo crear y promover una identidad. Si se participa en una or-ganizacin ya existente, se ahorra tiempo y esfuerzo y se pueden concentrar los esfuerzos en influir sobre la realidad pero quienes se suman pierden identidad. Una forma intermedia es mantenerse autnomos pero estableciendo alianzas estratgicas con organizaciones bien establecidas. Quienes decidan sumarse a una institucin creada de-ben revisar su transparencia en ingresos y egresos y la calidad de sus rganos de direccin y publicaciones. Entre las OSC tambin hay simuladoras a las que, por cierto, debemos desenmascarar para evitar el desen-canto social con esta forma de participacin.

    La influencia de un grupo se incrementa exponencial-mente cuando se logra un entendimiento con otros actores. En mi experiencia, la manera ideal de enfren-

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    tar grandes problemas es a travs del pentgono vir-tuoso. Las causas avanzan cuando convergen cinco ac-tores fundamentales: 1) las organizaciones civiles, que, con su activismo, levantan y acompaan una causa; 2) los acadmicos, que aportan el conocimiento especia-lizado sobre dichas causas; 3) los medios, que las difun-den y legitiman; 4) los funcionarios o instituciones p-blicas que atienden las propuestas; y, 5) la comunidad internacional, que arropa polticamente y en ocasiones aporta recursos.

    Cuando hay sinergia entre estos actores se hacen po-sible grandes transformaciones de las polticas pblicas y la realidad. Entre las muchas historias de xitos estn los avances en los derechos de la mujer, la ampliacin de espacios para la libertad de expresin, la liberacin de tal o cual preso poltico, y un largusimo etctera.

    3. El relato

    Toda causa necesita de un relato que sintetice el pro-blema y ofrezca soluciones. Los mejores relatos se im-brican e interactan con la realidad, y dicen lo que se debe hacer para transformarla. La narrativa ideal im-pacta en la racionalidad y en la emotividad de las per-sonas a las cuales va dirigido.7

    Los relatos endebles estn montados sobre ensoacio-nes; los slidos capturan los deseos de un grupo o de una sociedad, y sobreviven durante un largo tiempo.

    7 Ibd., p. 41-42.

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    Ah estn, por supuesto, relatos universales como la Biblia y el Corn, el Manifiesto Comunista y el calen-tamiento global, etctera. Hay un hecho indudable: todas las movilizaciones sociales requieren de relatos claros, breves y profundos.

    Puede escribirse una historia de Mxico a travs de sus relatos. Al Movimiento estudiantil del 68 le bast media cuartilla para cimbrar al poderoso autoritarismo mexicano en su momento de mayor apogeo. En el plie-go petitorio de seis demandas y un transitorio, se cap-tur el deseo de que el Estado dejara de usar la fuerza contra quienes pensaban de manera diferente, y exiga transparencia y respeto en la relacin entre gobierno y sociedad. Son ideas generales, sencillas y atractivas que capturaron la imaginacin de estudiantes, grupos so-ciales, acadmicos, periodistas, y del sector progresista de la lite poltica. Pese a su corta duracin el Movi-miento del 68 tuvo un efecto enorme sobre la transi-cin mexicana.

    4. El conocimiento, la informacin y la tecnologa

    El mejor aliado de un grupo ciudadano es el conoci-miento fundado en informacin confiable. Es el pun-to de partida, el corazn del relato y el ncleo duro de la accin. Cuando este conocimiento es defectuoso o inexistente el relato se desinfla, la comunicacin se hace inspida, y se tornan inviables las demandas legales o cualquier otra iniciativa.

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    Para generar conocimiento, hay que hacer preguntas relevantes, lo que supone una buena comprensin de la realidad que se quiere transformar, y del lugar ocu-pado por el dirigente y el grupo. Las dudas, los miedos y las inseguridades van resolvindose con los datos du-ros que son la brjula que seala inicio y destino. Lo fctico es el cedazo que separa lo utpico de lo real. Para utilizar ese instrumento, hay que manejar las re-glas bsicas del mtodo cientfico: moverse de lo ge-neral a lo particular, mientras se van cosechando cifras, declaraciones, indicios, que luego pasan por la regla de oro: verificar, siempre verificar. El periodista Tim Pad-gett cuenta que hay una regla bsica del periodismo de investigacin: si tu madre te dice que te quiere, verifcalo.

    Si uno sabe manejar la informacin y generar conoci-miento que permita elaborar metas realistas, la partici-pacin en la vida pblica se transforma en un reto in-telectual poltico asumible y en una fuente de estmulo vital permanente. La verificacin permanente permite hacer evaluaciones peridicas para ajustar el rumbo. Tambin permite estudiar a los adversarios cuyos in-tereses se van a afectar (quienes buscan apropiarse de los bienes de una comunidad evalan con enorme cui-dado el riesgo de que aparezcan resistencias sociales).

    Es indispensable aprovechar al mximo las tecnologas de la comunicacin. Son una fuente constante de in-formacin y una manera barata y eficaz de difundir propuestas y comunicarse con aliados. Es parte de la

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    exigencia de mejorar hasta donde sea posible la orga-nizacin (los corruptos y los delincuentes son un mo-delo de eficiencia).

    B. Instrumentos indispensables para la accin de un grupo

    5. La estrategia y la agenda

    Hay similitudes enormes entre lo poltico y lo militar. Por ello es que ambos usan constantemente el trmino estrategia para referirse a las grandes lneas de accin en la bsqueda de un objetivo. La agenda tiene una connotacin ms limitada porque enumera las activi-dades concretas en cada etapa de la estrategia.

    Supongamos que la meta es hacer que funcione la de-mocracia combatiendo la corrupcin. El objetivo tiene que desagregarse en varias estrategias cada una de las cuales tendr sus agendas.

    a) Las OSC no pueden sustituir a los partidos, pero si pueden vigilarlos y presionarlos para que cumplan con sus funciones histricas. Una agenda debera dedicarse a detectar a los ms corruptos, otra a supervisar si funcionan las co-misiones de honor y justicia que en el papel im-

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    ponen criterios ticos y una ltima a vigilar su propaganda para exigir, por ejemplo, que dejen de utilizar pendones de plstico para anunciarse, etctera;

    b) Otra estrategia indispensable es vigilar a los organismos pblicos de derechos humanos que, en su mayora, no ayudan a las vctimas y padecen, por tanto, una forma de corrupcin. Entre las agendas que podran armarse, est la de revisar el compromiso y profesionalidad de sus titulares, la representatividad de su consejo ciudadano, la manera cmo atienden las quejas, etctera;

    c) Finalmente, una estrategia indispensable es fortalecer el nmero de OSC que trabajan en cada entidad vigilando la eficiencia y honestidad de los gobernantes. Dada la disparidad que exis-te, una agenda se orientara a que las ciudades con OSC ms consolidadas apoyen a localidades vecinas (el caso ms obvio es el Distrito Federal y los municipios conurbados del Estado de Mxi-co).

    6. La comunicacin

    El relato es fundamental para transmitir y comunicar los objetivos y las propuestas. Es una de las tareas ms estratgicas y al mismo tiempo ms complicadas.

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    Quienes emiten la informacin tienen con frecuencia problemas para sintetizar en mensajes breves y enten-dibles problemas bien complejos. Piensan que alguien va a leer historias interminables. El mundo es cruel y breve el tiempo que dedica alguien a entender un tema. Es indispensable transmitir con rapidez y claridad porque es todava ms feroz la competencia para obte-ner espacio en medios de comunicacin saturados de informacin. Un problema adicional es que algunos de ellos son reacios a difundir crticas porque abrevan en los bebederos de los poderosos.

    Una complicacin adicional es que el pblico y los me-dios tienden a asociar un movimiento con una persona que generalmente es el vocero ms articulado. Como los reflectores alborotan egos y modifican personalida-des el protagonismo que adquiere el vocero crea con frecuencia tensiones al interior del grupo. Una manera de resolverlo es establecer con claridad las reglas en las que debe funcionar. Es un riesgo inevitable porque es imperativo entrar a los medios; otorga visibilidad a la causa y fortalece la moral del grupo porque significa existir y ser legtimo y es, al mismo tiempo, una manera de influir sobre la agenda local, estatal o nacional.

    Estos comentarios deben matizarse cuando la organi-zacin sabe cmo utilizar las redes sociales que estn alterando profundamente las reglas de la comunica-cin. Son instrumentos cada vez ms eficaces para la difusin de ideas y propuestas y subsanan, hasta cier-to punto, la necesidad del vocero. Cierro esta parte volviendo a recordar que el xito se obtiene cuando

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    la causa es relevante, cuando se tiene un buen relato bien transmitido y cuando hay un vocero articulado, confiable y disciplinado. Entiendo que son demasiados requisitos pero alguien dijo que cambiar una realidad era difcil?

    7. La trampa econmica

    Un buen proyecto requiere de fondos. Cuando se ob-tienen es indispensable la transparencia.

    Es impresionante la cantidad de ideas brillantes que existen para salvar al pas, al municipio o al barrio. Al final, prevalecen aquellas con un buen relato, con li-derazgos maduros y con los recursos suficientes para hacer viable el proyecto.

    Las cantidades requeridas estn en relacin directa con la magnitud de la tarea. El gasto es mnimo si el objeti-vo es lograr que el municipio recoja la basura a tiempo; basta con escribir una peticin, recolectar firmas, en-tregarlas a un funcionario y, como vivimos en Mxico, darle propinas al recogedor de la basura. No hacen fal-ta ni oficinas ni asesoras profesionales.

    Cuando se busca frenar alguna construccin ilegal que mutilar un parque o degradar una colonia o barrio, se necesitan abogados, documentos legales, boletnes y una paciencia de franciscano. Si la tarea implica frenar la depredacin causada por una minera entonces hace falta una organizacin permanente acompaada de terapias que hagan manejable la frustracin.

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    Buscar fondos es tan legtimo como otorgarlos. Se ha-bla de contrapartes porque quien da y quien recibe son partes que se complementan. Es comn y saluda-ble que las partes se investiguen mutuamente, pues la comprensin del otro es fundamental para una rela-cin de largo plazo. Es igualmente importante informar regularmente de la manera cmo se gasta el dinero. Aunque las simpatas y las relaciones personales influ-yen, en el ltimo de los casos lo relevante es la solidez y trascendencia de la propuesta.

    Existen varias fuentes de financiamiento que, por lo ge-neral, tienen que transitarse de manera simultnea:

    a) Autofinanciamiento (cuotas o aportaciones de los integrantes de la organizacin). Es impe-rativo lograr esas contribuciones porque dan un indicio del grado de compromiso;

    b) Donativos en efectivo de personas o empre-sas mexicanas. Es ms fcil obtenerlos cuando se pueden dar recibos deducibles de impuestos lo que exige a la organizacin trmites legales ante la Secretara de Hacienda. Afortunadamente, va consolidndose en Mxico una tradicin filan-trpica;

    c) Fondos disponibles en la mayora de depen-dencias federales, estatales y municipales. Aun-que un porcentaje variable lo distribuyen entre aliados, cmplices o parientes, existen espacios para la seriedad. Para acceder a ellos, es indis-

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    pensable registrarse ante el Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), que es una institucin oficial que tambin cuenta con recursos para proyectos; y,

    d) Financiamientos internacionales, pblicos y privados. Hay una oferta amplia de fundacio-nes pblicas y privadas de pases desarrollados, y fondos de gobiernos y organismos multilaterales.

    Las OSC tienen una cara luminosa y otra sombra. En una etapa de profundas desigualdades y de subempleo y desempleo profesionales, es natural que aparezcan OSC simuladoras y corruptas que se arropan con la bandera del bien comn para obtener beneficios par-ciales. Es un problema que ha ido aumentando al mis-mo ritmo que la corrupcin; de no atenderse, puede desprestigiar a organismos que actualmente son vistos como mtodos legtimos de participacin por la mitad de la ciudadana. La mejor forma de sanear el sector es construyendo organizaciones seras con cdigos ticos bien interiorizados.

    C. La relacin con gobernantes y poderes fcticosQuien quiera modificar una poltica pblica tendr for-zosamente que interactuar con quienes tienen las llaves

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    para abrir las puertas a la toma de decisiones sobre polticas pblicas.

    8. La interaccin con la lite poltica mexicana

    En Mxico, la ciudadana consciente y la clase poltica caminan por banquetas separadas. La sociedad organi-zada percibe a los polticos y funcionariosen ocasiones injustamente como ineptos, corruptos o ilegtimos. Quienes administran el poder responden tratando con animadversin y desconfianza a los ciudadanos aut-nomos. La realidad es inflexible. Estudios realizados en todo el mundo muestran que la resolucin de los pro-blemas requiere la confluencia de la sociedad organi-zada y los gobernantes. Presento algunas ideas sobre el manejo de estas relaciones.

    a) Cmo detectar a los polticos y funcionarios buenos?

    Quienes gobiernan en ciudades con altos gra-dos de capital social positivo tienden a tomar ms en cuenta a la ciudadana. En esos lugares siempre hay funcionarios con antecedentes en la academia y el activismo, y, por lo general, ven con desagrado la corrupcin de la poltica mexi-cana. Entienden a quienes protestan, los respe-tan, tienen conciencia de la historia, y les impor-ta la manera como tal vez aparecern en ella, de modo que escuchan y atienden, hasta donde pueden, los deseos de la sociedad.

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    Antes de buscar un acercamiento hay que es-carbar en sus biografas (lo cual es relativamente fcil hacerlo a travs del internet). Eso permite tratarlos con el respeto que se merezcan y estar preparados para pasar rpidamente de la protes-ta a la propuesta, un arte en el cual han logrado un gran oficio las feministas mexicanas. Tambin hay que entender que los polticos siempre estn pensando en su futuro; de eso viven. El alcalde quiere ser diputado local, el senador trabaja por la gubernatura de su entidad, y casi todos ellos fantasean con llegar a la Presidencia de la Rep-blica. Los sensibles entienden que una inconfor-midad ciudadana tiene el potencial para afectar negativamente sus aspiraciones.

    b) Cmo distinguir a los funcionarios y polticos malos?

    Los autoritarios creen que los cargos y presupuestos les pertenecen, y por ello desconfan de la sociedad y la desdean y quieren domar, controlar o destruir a organizaciones autnticas. En consecuencia, se sienten muy incmodos cuando se les solicita una explicacin o se les exige atender un problema. Ignoran, recelan y descalifican a los peticionarios, atribuyndoles inten-ciones ocultas.

    Frente a ellos, hay que estar preparado para las evasi-vas, las negativas, las desgastantes esperas y los intentos de comprar la conciencia de los peticionarios. Aunque

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    es difcil llegar a algn acuerdo con personajes de este perfil es inevitable al menos intentarlo sabiendo que terminarn respondiendo con presiones directas.

    En estos acercamiento debe siempre recordarse que dialogar no es claudicar o renunciar a la protesta, a la crtica o a la demanda legal, aunque el intercambio de opiniones conlleva la disposicin de ceder en algn punto. Hasta dnde llegar? La nica regla fija es que el lmite lo marca la voluntad del grupo, y que, por ello, tienen que discutirse y negociarse el fondo de los problemas y la manera cmo se va a ir resolviendo. Un mtodo sencillo y til es encontrarse con el po-ltico acompaado con otro integrante del grupo al cual debe informarse inmediatamente despus sobre lo discutido y acordado. La confianza es frgil y tiene que protegerse.

    9. El crimen organizado

    La inseguridad es parte de la cotidianidad del mexica-no. El miedo est metido en las entraas de las mayo-ras. Segn una encuesta de 2013 (Envipe), el 72% de la poblacin considera que su entidad (federativa) es insegura. Por la debilidad de las instituciones del Estado y la fortaleza del crimen organizado, estamos ante una situacin que durar muchos aos. Es necesario, enton-ces, que la ciudadana tome medidas mnimas.

    Una recomendacin general es entender que el crimen organizado es una amenaza integral que toca mlti-ples dimensiones de la existencia de cada persona. En

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    Mxico vivimos inmersos en lo que Guillermo ODonell calific como la normalizacin de lo anormal.

    Cuando se opera en estas condiciones una primera ta-rea es combatir la indiferencia al sufrimiento y la tri-vializacin del valor de la vida humana, y el conven-cimiento de que lo ms importante es enriquecerse a toda costa. El crimen organizado, por su parte, quiere someternos a la obediencia en un rgimen jerrquico y vertical (pilares del capital social negativo). La cons-truccin de capital social positivo equilibra la presencia de las bases sociales de la delincuencia. Un equipo de futbol o una actividad ambiental son una alternativa para las pandillas que sirven de base de reclutamiento del crimen organizado.

    En este contexto cualquier organizacin debe tomar las siguientes medidas:

    a) Conocer lo ms que se pueda el riesgo exis-tente en el entorno inmediato para decidir si existen condiciones para actuar en tal o cual problema;

    b) Esa comprensin permitira saber en que lu-gares es peligroso actuar y los temas que dan ms posibilidades de accin evitando la confron-tacin directa con la delincuencia; y,

    c) Cuando se opte por apoyar vctimas deben pregonarse los motivos humanitarios y exigir a

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    los organismos pblicos de derechos humanos que funcionen adecuadamente. Ellos tienen los presupuestos y el mandato legal para hacerlo.

    Reconozco que el trabajo organizativo en zonas de conflicto merece un tratamiento bastante ms profun-do que el presentado en estos prrafos. En los prximos meses tendr los primeros resultados de varias investi-gaciones que me permitirn incursionar en ese terreno. Hasta entonces debe tenerse en cuenta que durante un buen nmero de aos el Estado seguir siendo in-capaz de dar seguridad a la sociedad. La violencia se-guir siendo parte de nuestra existencia cotidiana y el camino ms seguro para recuperar la seguridad es la organizacin.

    10. La relacin con la comunidad internacional

    Es fundamental que el Estado y la sociedad tomen en cuenta el factor externo entendiendo que en el exte-rior hay quienes toleran la violacin de los derechos hu-manos, los fraudes electorales y la corrupcin, porque obtienen beneficios de ello; pero que tambin existen grandes reservas de solidaridad hacia quienes, en la so-ciedad mexicana, son vctimas de abusos o defienden los intereses colectivos.

    La solidaridad es de quien la trabaja, y el relato llevado al exterior debe ser el mismo que se transmite dentro de Mxico (aunque adecuado a los cdigos culturales del pas en el que se difunda). Quienes conocen mejor

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    el arte de relacionarse con la comunidad internacional son las OSC de derechos humanos, que, ante el po-bre desempeo de los organismos pblicos y del poder judicial, estn llevando centenares de casos al sistema interamericano de derechos humanos.

    Mxico est abierto al mundo, y es cada vez ms co-mn encontrar estos ejemplos de diplomacia ciudada-na. Aprovechar los resquicios abiertos por la comunidad internacional seguir siendo un recurso ante la timidez e inoperancia de los organismos gubernamentales de derechos humanos y el patrn de abusos que padece la poblacin.

    **********

    Son tiempos difciles para las mayoras nacionales. Estoy convencido de que la sociedad puede lograr que se adopten polticas pblicas que respondan mejor a los intereses de las mayoras. Lo que hace una sola persona o un pequeo grupo s importa. El ciudadano s cuenta.

    Por estar convencido de ello escrib este bo-rrador sobre los retos prcticos que tiene organizarse. Un buen nmero de las ideas presentadas podran am-pliarse e incluir, por ejemplo, referencias concretas al trabajo que ya estn haciendo diversas organizaciones. Por Ejemplo, Alternativas y Capacidades A.C. tiene ma-nuales para constituir legalmente una OSC y ser dona-taria autorizada (aunque la ltima edicin que encon-tr es de 2009 y las leyes han cambiado http://www.alternativasycapacidades.org/sites/default/files/16%20

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    pasos%202a.edici%C3%B3n.pdf ). Esta misma organi-zacin tiene talleres de incidencia, de mapeo de do-nantes, etctera.

    Para incidir es til pero no indispensable constituir le-galmente una OSC. Ninguna lucha es pequea. La de-fensa de causas inmediatas es una manera de asen-tarse en un territorio y establecer alianzas con otras organizaciones y redes ciudadanas. Lo que importa es perseverar, aprender tomando siempre en cuenta los contextos en los cuales se opera y recordar que son procesos de largo plazo. Algn da la participacin en la vida pblica ser parte de la cotidianidad; como reu-nirse a comer con la familia. Entretanto, quienes se em-barquen actualmente en esta aventura estarn cons-truyendo el capital social positivo que permitir a la sociedad, en un futuro no muy lejano, tomar el control de una democracia secuestrada por unas minoras que no representan nuestros intereses. La sociedad no pue-de permitirse el desanimo.

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