relaciones madrastras

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Clínica y Salud ISSN: 1130-5274 [email protected] Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid España ESPINAR FELLMANN, ISABEL; CARRASCO GALÁN, M.ª JOSÉ; MARTÍNEZ DÍAZ, M.ª PILAR; GARCÍA-MINA FREIRE, ANA Familias reconstituidas: Un estudio sobre las nuevas estructuras familiares Clínica y Salud, vol. 14, núm. 3, 2003, pp. 301-332 Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid Madrid, España Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180617972003 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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relaciones madrastras

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  • Clnica y Salud

    ISSN: 1130-5274

    [email protected]

    Colegio Oficial de Psiclogos de Madrid

    Espaa

    ESPINAR FELLMANN, ISABEL; CARRASCO GALN, M. JOS; MARTNEZ DAZ, M. PILAR;

    GARCA-MINA FREIRE, ANA

    Familias reconstituidas: Un estudio sobre las nuevas estructuras familiares

    Clnica y Salud, vol. 14, nm. 3, 2003, pp. 301-332

    Colegio Oficial de Psiclogos de Madrid

    Madrid, Espaa

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180617972003

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  • Clnica y Salud, 2003, vol. 14 n. 3 - Pgs. 301-332

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    ARTCULOS

    Familias reconstituidas: Un estudiosobre las nuevas estructuras familiares1

    Stepfamilies1: A study on the new familystructures

    ISABEL ESPINAR FELLMANN*M. JOS CARRASCO GALN*

    M. PILAR MARTNEZ DAZ*ANA GARCA-MINA FREIRE*

    RESUMEN

    En la mayora de las investigaciones sobre la familia, los estudios se hancentrado en las familias intactas o primeras familias. Sin embargo, es cada vezmayor el nmero de familias cuya configuracin incluye un segundo matrimo-nio e hijos de una unin anterior (i.e. familias reconstituidas). En la consolida-cin del complejo proceso de ajuste de estas familias se han identificado unasfuentes comunes de estrs relacionadas principalmente con la formacin deun nuevo sistema familiar. El objetivo de este artculo es realizar una revisinde las variables que inciden en el bienestar y/o malestar psicolgico sobreuna muestra de padrastros y madrastras espaoles en el seno de estas nue-vas configuraciones familiares. En una primera fase se realizaron, desde undiseo cualitativo, 20 entrevistas en profundidad a una muestra de padrastrosy madrastras. En una segunda fase, se dise un cuestionario que fue respon-dido por 77 sujetos con la finalidad de analizar la posible relacin entre algunade las variables estudiadas.

    1 Esta investigacin ha sido subvencionada por el Instituto de la Mujer. (Ministerio de Trabajo yAsuntos Sociales).

    * Universidad Pontificia Comillas. Facultad de Ciencias Humanas y Sociales. Departamento dePsicologa.

  • Familias reconstituidas: Un estudio sobre las nuevas estructuras familiares

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    ABSTRACT

    Most family research has studied intact or first families. However, there is agrowing number of remarried families which include children from a previousmarriage. In the complex process of family adjustment some common sour-ces of stress have been pointed out connected with the formation of a newfamily system. The aim of this article is to make a first approach to the expe-riences of stepfathers and stepmothers, and to the facts that influence theirpsychological wellbeing and distress within these new family structures. On afirst stage of the project, 20 in-depth interviews with stepmothers and step-fathers were carried out for a qualitative analysis. On a second phase, a ques-tionnaire was applied to a sample of 77 stepmothers and stepfathers in orderto explore the relationship between some of the most relevant variables in thiskind of families.

    PALABRAS CLAVE

    Familias reconstituidas, Tensin de rol, Ajuste marital, Rol de gnero.

    KEY WORDS

    Stepfamilies, Role strain, Marital adjustment, Gender role.

  • 1. INTRODUCCIN

    Existe un cierto acuerdo en defi-nir a la familia reconstituida comouna estructura familiar en la que almenos uno de los miembros de lapareja aporta algn hijo fruto deuna relacin previa (Gorell BarnesThompson, Daniel y Burchardt,1998) lo que convierte a estos adul-tos en padrastros y/o madrastrasde los hijos biolgicos de su pareja(i.e. sus hijastros), no constituyendoun criterio definitorio para conside-rar a una familia como reconstituidael tiempo que permanecen los hijosy/o hijastros en el hogar. Sonmuchos los estudios que pronosti-caron una transformacin de losmodelos familiares tradicionalespropios de las sociedades occiden-tales (i.e. familias nucleares o intac-tas). Fitzpatrick y Vangelisti (1995)estimaron que en el ao 2000 lasnuevas estructuras familiares (i.e.familias reconstituidas y familiasmonoparentales) superar an ennmero a las familias nucleares.Adems, se calcula que alrededorde la mitad de los hijos de padresdivorciados vivir en algn momen-to con un padrastro o madrastratras los cuatro aos siguientes a laseparacin de sus padres biolgi-cos (Cantn, Justicia y Corts,2000). Del mismo modo, algunos

    autores predicen que en el ao2010 las familias reconstituidasconstituirn el tipo ms comn defamilia, puesto que casi el 50% delas parejas que se casan en prime-ras nupcias se disuelven y aproxi-madamente el 70% de las perso-nas divorciadas o separadas vuel-ven a formalizar una relacin depareja (Visher y Visher, 1996).

    Los estudios que ofrecen datossocio-demogrficos actuales sobrelas tasas de primeras y segundasnupcias se han realizado principal-mente con poblacin norteamerica-na2. En Estados Unidos, alrededordel 60% de los primeros matrimo-nios acaban divorcindose (Bum-pass, Martin y Sweet, 1991). Una decada seis familias es reconstituida,lo que representa el 17% de todaslas formas familiares siendo el pasque posee el porcentaje ms eleva-do de segundas nupcias; el 50%del total de matrimonios celebradosen 1994, lo hicieron por segundavez (National Center for Health Sta-tistics, 1994). En la actualidad, casitodas las parejas que contraensegundas nupcias lo hacen tras undivorcio (Coleman y Ganong, 1990).Sin embargo, son los varones divor-ciados los que tienden a casarsecon mayor frecuencia y antes quelas mujeres divorciadas (Carter y

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    2 Las cifras ofrecidas por los distintos estudios podran subestimar el nmero real de familiasreconstituidas, puesto que algunas parejas pueden optar por no legalizar su nueva relacin tras laseparacin o divorcio.

  • McGoldrick, 1999) aunque las cifrasno reflejan grandes diferencias; el75% de los varones divorciados y el66% de las mujeres contraensegundas nupcias (Cantn et al.,2000). Por otra parte, algunas varia-bles como el nivel econmico yeducativo inciden de distinta forma,en varones y mujeres, en la decisinde casarse por segunda vez. Lasmujeres con bajos ingresos y losvarones con ingresos elevados sonlos que optan, con mayor rapidez, aformalizar una nueva relacin, mien-tras que las mujeres con mayoresingresos y una formacin intelectualsuperior tienden menos a casarsede nuevo (Carter y McGoldrick,1999). En cualquier caso, las muje-res se vuelven a casar con menosfrecuencia y tardan ms en hacerloen todos los grupos de edad(McKenry y Price, 1994). La edad yla presencia de hijos parecen serotros factores que influyen negati-vamente en la mujer de cara a plan-tearse una segunda unin con unapareja, hecho que no sucede en losvarones. Aunque las tasas desegundas nupcias declinan con laedad para ambos sexos, las muje-res que se divorcian despus de los40 aos se vuelven a casar conmenos frecuencia que los varones(Spanier y Glick, 1980). Por otrolado, la ausencia de hijos aumentala probabilidad de que la mujer sevuelva a casar (Koo y Suchindran,1980). La disolucin del matrimonioes ms rpida en las familias

    reconstituidas; casi la mitad de lasparejas en segundas nupcias seseparan en menos de 5 aos, unatasa muy por encima al de las fami-lias intactas (Carter y McGoldrick,1999). Parece que las parejas ensegundas nupcias no esperan tantoen abandonar una situacin familiarinsatisfactoria como las parejas enprimeras nupcias, sin embargo,aquellas que superan con xito losprimeros aos no presentan msriesgo de divorciarse que el resto delas parejas (Furstenberg y Cherlin,1991).

    En Europa, las cifras indican quela tasa de divorcios en Gran Breta-a es el doble que en otro paseuropeo; dos de cada cinco matri-monios terminan en divorcio. Porotro lado, en slo un ao cerca de160.000 personas contraen nupciaspor segunda vez (Sez, 2000). Aprincipios de 1990, uno de cadadoce nios ya viva en una familiareconstituida (Gorell Barnes et al.,1998). En Espaa, el estudio de lasfamilias reconstituidas se halla anen sus inicios (Iglesias de Ussel,1994) aunque desde la entrada envigor de la Ley de Divorcio en 1981se aprecia un aumento de lassegundas nupcias. Algunas de lascifras que proporciona el I.N.E. (Ins-tituto Nacional de Estadstica), atravs de una elaboracin propiade los datos del Movimiento Natu-ral de la Poblacin sealan que,mientras que en 1981 en el 98,4%

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  • de los matrimonios ambos contra-yentes eran solteros, en 1990 estaproporcin desciende al 93,3%. Enla tabla 1 se i lustra la tasa desegundas nupcias entre 1981 y1990 elaborada a partir de datos

    del Movimiento Nacional de laPoblacin del Instituto Nacional deEstadstica.

    Como queda reflejado en dichatabla, a partir de la aprobacin dela Ley de Divorcio, la tasa se multi-plica por cuatro en los ltimos 9aos. En la misma lnea, cifras msactuales sealan que, mientras queen el ao 1987 el 2,9 % de losvarones y el 1,7% de las mujeresseparadas o divorciadas se casanen segundas nupcias, en 1995 la

    cifra aumenta a un 5,3% para losvarones y un 4,2% para lasmujeres4.

    En general, las caractersticassociodemogrficas de las personas

    que contraen segundas nupciasmencionadas por distintas fuentes(Houle, 2000; Jurez, 1994) desta-can que:

    a) En la actualidad, la mayorade las personas que se casan ensegundas nupcias estn divorcia-das.

    b) Existe una mayor tendenciade los varones a casarse en segun-das nupcias con solteras que a lainversa.

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    Tabla 1. Porcentaje de segundas nupcias en Espaa3

    3 Jurez, M. (dir.) (1994): FOESSA: V Informe sociolgico sobre la situacin social en Espaa.Madrid: Fundacin FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y de Sociologa Aplicada) Vol. 1.

    4 Instituto Nacional de Estadstica (I.N.E.) (1998): Anuario Estadstico 1997.

  • c) Independientemente del esta-do civi l , los varones contraensegundas nupcias en mayor pro-porcin que las mujeres.

    d) Los padres separados ydivorciados tienden a formar nue-vas uniones en una proporcincinco veces mayor que las madres,lo que implica un nmero mayor demadrastras frente a padrastros.

    Si un primer matrimonio conllevala unin de dos personas y sus res-pectivas familias, unas segundasnupcias pueden llegar a implicar a3, 4 o ms familias abarcando unmayor nmero de relaciones que sehacen necesarias para lograr el bie-nestar de los diferentes miembros.Si las discrepancias y los conflictosson una caracterstica inherente alas relaciones interpersonales, en elcontexto de una familia reconstitui-da, dada la complejidad de suestructura, se incrementan lasdimensiones de conflicto. En estesentido, las investigaciones sealanlas relaciones familiares como laprincipal causa de la disolucin deestas familias siendo la presenciade hijos de uniones anteriores, y losproblemas asociados a ellos, elprincipal motivo de ruptura. Dehecho los matrimonios en segun-das nupcias, cuando no han tenidohijos, no tienen ms riesgo desepararse que los matrimonios enprimeras nupcias. Entre las fuentesde conflicto que deben manejar

    estas familias se encuentran: elestablecimiento o reorganizacinde roles, principalmente los queconciernen a los padrastros ymadrastras; la relacin que estable-cen con sus hijastros (especialmen-te cuando stos son adolescentes);aspectos relacionados con la regu-lacin y establecimiento de respon-sabilidades en la convivencia fami-liar, o la relacin mantenida entrelos miembros del nuevo ncleofamiliar con el ex cnyuge. Sinembargo, y a pesar de que estenuevo fenmeno social est en alzaen todos los pases occidentales,las investigaciones sobre familiasreconstituidas, adems de escasas,todava se caracterizan por unaserie de limitaciones metodolgicasque, junto con los estereotipos ymitos que han recado sobre ellas,han limitado en gran medida elestudio en profundidad de estasnuevas formas familiares (Berardo,1990). Las comparaciones intergru-pales (familia reconstituida frente afamilia tradicional, intacta o nuclear)que han caracterizado las investi-gaciones en sus comienzos hanperjudicado y acrecentado la visinsocial negativa sobre las familiasreconstituidas. La frecuente utiliza-cin del llamado modelo compara-tivo deficitario, segn el cual sepercibe a las familias tradicionalescomo las sanas, naturales ynormativas, va en detrimento detodas aquellas estructuras familia-res que no se ajusten o se desven

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  • de estos patrones. De hecho, lostrminos referentes al parentescoen las famil ias reconstituidas(madrastra, padrastro, hijastro...)siguen teniendo connotacionesnegativas. El Diccionario de la Len-gua Espaola de la Real Academia(2001) muestra como segundaacepcin para el trmino madras-tra: cualquier cosa que incomodao daa, y para padrastro: malpadre. Existe evidencia suficienteque demuestra que los modelos defamilia tradicional no constituyenpuntos de referencia vlidos para elestudio de estas nuevas estructu-ras familiares que se caracterizanpor unas dinmicas y dificultadespropias (Coleman y Ganong, 1990).Se justifica, por tanto, el desarrollode l neas de investigacin queaporten informacin relevantesobre las particularidades de estetipo de estructura familiar, y quepermitan identificar procesos fami-liares que promuevan la salud yadaptacin de la familia reconstitui-da.

    Parece que las familias reconsti-tuidas han tenido que asumirdurante mucho tiempo un segun-do plano en una sociedad que havalorado por encima de todo laimagen perfecta de la familia tradi-cional. No es hasta finales de losaos 80 cuando algunos investiga-dores critican los estudios compa-rativos, empiezan a exigir un mode-lo ms normativo sobre las familias

    reconstituidas y cuestionan la tanextendida imagen social de la fami-lia tradicional como una nica alter-nativa eficaz de organizacin fami-liar. La familia reconstituida nosupone ms que una nueva oportu-nidad para millones de parejas yfamilias que se desintegran anual-mente, y que desean seguir evolu-cionando y enriquecindose en elseno de una estructura familiar.

    2. FUENTES DE ESTRS ENLAS FAMILIAS RECONSTITUIDAS

    Son muchos los estudios quehan sealado que las famil iasreconstituidas manifiestan altosniveles de estrs (Whitsett y Land,1992) siendo stos considerable-mente mayores y experimentandoestresores cualitativamente diferen-tes, a los de las familias intactas.Adems, existe un acuerdo genera-lizado en admitir que los padrastrosy madrastras son susceptibles deexperimentar niveles de malestarfruto de su vivencia familiar (Vishery Visher, 1988). Sin embargo, sonlas mujeres en las familias reconsti-tuidas (madres, madrastras e hijas-tras) las que experimentan mayoresniveles de estrs y menos satisfac-cin general con las relacionesfamiliares que los hombres. Entrelas posibles fuentes de estrs quetienen que afrontar estas familiasen el proceso de formacin de lanueva estructura familiar se han

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  • mencionado: la consolidacin delvnculo marital, el establecimientode los nuevos roles familiares o laregulacin de la convivencia fami-liar.

    2.1. Consolidacindel vnculo marital

    Un vnculo marital seguro consti-tuye un pilar fundamental sobre elque se asienta cualquier estructurafamiliar funcional. Aunque los estu-dios sobre satisfaccin marital nohan encontrado diferencias signifi-cativas entre parejas casadas enprimeras y segundas nupcias, lasmujeres, en ambos grupos, mani-fiestan menores niveles de satisfac-cin que sus cnyuges (Bray y Ber-ger, 1993). Sin embargo, y a dife-rencia de lo que ocurre en las pare-jas en primeras nupcias, seencuentran a menudo en las fami-lias reconstituidas miembros que seencuentran en diferentes estadiosdel ciclo familiar; as, mientras quela nueva pareja puede necesitartiempo para fortalecer su relacin,los hijos pueden, a su vez, deman-dar mayor atencin. Esto exige unreajuste en las fronteras de la rela-cin monoparental (padre-hijo) paraincluir al nuevo cnyuge, lo que enocasiones puede ser percibidocomo una amenaza para relacionesya consolidadas, e ir en detrimentodel ajuste marital y familiar. Por otrolado, un miembro de la pareja

    puede haber cubierto y satisfechosu faceta parental mientras que sucnyuge puede manifestar abierta-mente un deseo que no ha vistocumplido hasta ese momento, loque exige una negociacin entre lapareja para alcanzar un acuerdoque satisfaga a ambas partes.

    2.2. Establecimiento y/oreorganizacin de los rolesfamiliares

    Todo ser humano se ve obligadoa desempear determinados rolesen funcin de la situacin y con-texto social en el que se encuen-tra; roles que pueden ser ms omenos deseados y estar ms omenos definidos. La ambigedadasociada al/los rol/es puede ope-rativizarse como los conflictos ydif icultades con las que seencuentran las personas cuandodesempean algunos comporta-mientos en un contexto determina-do (Pearlin, 1983). En el mbitofamiliar, la ambigedad asociada alrol puede aparecer cuando uno delos miembros considera que elotro, o uno mismo, no cubre lasexpectativas en cuanto a las con-ductas o responsabilidades quedebera asumir. Una de las princi-pales tareas a la hora de consoli-dar una familia reconstituida es lade integrar al padrastro o madras-tra en el nuevo sistema familiar, loque implica necesariamente una

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  • reorganizacin de los roles familia-res. Sin embargo, esta tarea sevive a menudo con estrs e incerti-dumbre debido a la falta de rolessociales y legales prescritos parastos. En otras ocasiones, la ten-sin surge debido a las discrepan-cias existentes entre los diferentesmiembros con respecto al cumpli-miento de estas responsabilida-des, o puede emerger de la incerti-dumbre de uno de ellos (especial-mente del padrastro o madrastra)con respecto a la funcin quedebera o deseara desempear enel mbito familiar.

    Por otro lado, la inmediatez conla que se producen las ganancias yprdidas de roles en las familiasreconstituidas puede constituir unafuente de estrs importante ya queun adulto puede convertirse instan-tneamente en esposo y padrastroo madrastra, dificultando una pro-gresin gradual en la que el vnculomarital se consolide y se vaya esta-bleciendo un acuerdo sobre la par-ticipacin de cada uno de losmiembros en los diferentes aspec-tos de la convivencia familiar.

    En cualquier caso, la confusinen cuanto a los roles a desempe-ar, debido a la ausencia de nor-mas y modelos, constituye unestresor principal para todos losmiembros de la familia reconstitui-da y, en especial, para los padras-tros y madrastras (Pasley, 1987)

    identificndose como la dificultadprincipal en la consolidacin de lafamilia (Fine y Schwebel, 1991). Noobstante, tanto los estudios que lascomparan con los padrastros comolos que las comparan con lasmadres biolgicas demuestran quelas madrastras estn menos satis-fechas con su rol y manifiestanmayores niveles de depresin ydescontento fruto de las relacionesfamiliares.

    2.3. Aspectos relacionadoscon la regulacin de laconvivencia familiar

    Una fuente comn de conflictoen familias reconstituidas se refiereal grado de implicacin que deberaejercer el padrastro o madrastra enla educacin y otros aspectos rela-cionados con la disciplina de sushijastros, especialmente cuandostos mantienen una relacin activacon sus progenitores. Este aspectoresulta especialmente conflictivopara las madrastras que, a menu-do, se encuentran con que su cn-yuge, debido a la carga de culpabi-lidad y por el temor de perder a sushijos, se muestra extremadamenteflexible en el establecimiento denormas y pautas de comportamien-to, por lo que ellas se ven obliga-das a afrontar la ardua tarea desupervisar y disciplinar a sus hijas-tros, lo que fomenta las relacionesconflictivas.

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  • Por otra parte, de los distintosvnculos familiares, la relacin entreel padrastro/madrastra y los hijas-tros se considera fundamental parael funcionamiento adecuado de lafamilia reconstituida. De hecho,parece que la calidad de la relacinpadrastro/madrastra-hijastro/a es unpredictor importante de la calidadde la vida familiar (White y Booth,1985) y de los niveles de estrsfamiliar (Visher y Visher, 1988). Sinembargo, no son pocos los estudiosque mencionan esta relacin conflic-tiva como una de las principalesfuentes de estrs familiar debidoprincipalmente al llamado mito delamor instantneo, segn el cual lospadrastros y madrastras intentanpor todos los medios ganar el afectoy aprobacin de sus hijastros evitan-do decir o hacer algo que puedaafectarles. Sin embargo, esta situa-cin no puede mantenerse durantemucho tiempo y acaban sintindoseemocionalmente chantajeados.

    Por ltimo, un tema presentehabitualmente en este tipo de fami-lias es la relacin que mantienen losex cnyuges. Parece ser que elsentimiento predominante entre losex cnyuges, tanto para los varo-nes como para las mujeres, es lahostilidad siendo, por otro lado, elcontacto entre ellos poco frecuente(Buunk y Mutsaers, 1999). Sinembargo, la redefinicin de la rela-cin entre los ex cnyuges sehace especialmente necesaria cuan-

    do los hijos compartidos no hanalcanzado la mayora de edad, loque en ocasiones origina conflictosy discrepancias entre la nueva pare-ja, entre los hijastros y los padras-tros/madrastras e incluso entre lospropios padres e hijos biolgicos.

    Aunque el divorcio y sus conse-cuencias se han empezado a inves-tigar en Espaa en la dcada de losochenta, un fenmeno relacionado,los segundos matrimonios y lasfamilias a las que dan lugar (fami-lias reconstituidas) no han recibidotodava la suficiente atencin en lostrabajos de investigacin llevados acabo en nuestro pas. El presentetrabajo tiene como objetivo presen-tar un acercamiento a las vivenciasde los padrastros y madrastras, ylos factores que inciden en su bie-nestar-malestar psicolgico en elseno de estas nuevas configuracio-nes familiares. En primer lugar sepresentan los resultados obtenidosen un estudio cualitativo. Posterior-mente se muestran los datos obte-nidos en un estudio cuantitativocon algunas de las variables rele-vantes detectadas en el estudiocualitativo y con las aportacionesde otras investigaciones.

    3. ESTUDIO CUALITATIVO

    3.1. Mtodo

    Siguiendo la metodologa propia

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  • del anlisis cualitativo, se utiliz untipo de entrevista en profundidad, laentrevista basada en un guin, quecontiene los temas y subtemas quedeben cubrirse de acuerdo con losobjetivos de la investigacin, perono proporciona las formulacionestextuales de preguntas ni sugiere lasopciones de respuesta. En el estu-dio, el guin recoga algunas de lasvariables sealadas por la literaturacomo ms relevantes, siempre pro-curando dejar al entrevistado libre ysin directrices claras con el fin deconseguir narraciones que formaranen s unidades coherentes sin laintervencin del entrevistador. Unavez realizadas, las entrevistas fuerontranscritas literalmente y se llev acabo un anlisis de contenido.

    Para conseguir un nmero desujetos significativo se utiliz latcnica de bola de nieve. Dado elinters por alcanzar un ptimonivel de representatividad en elgrupo padrastros y madrastras, losnicos criterios que se siguieronpara decidir si un sujeto formabaparte del estudio fueron: la convi-vencia actual con una pareja(independientemente de la legaliza-cin de la relacin) que aportara almenos un hijo de una unin previa.En un principio, y para controlar dealgn modo la consolidacin de lapareja, se estableci como criterionecesario la convivencia continua-da en pareja durante al menos unao. Participaron en la investiga-

    cin 20 sujetos procedentes dedistintas ciudades espaolas; 14madrastras y 6 padrastros. Lasmadrastras tenan una edad mediade 43 aos; la mayora de ellas(42,8%) se agrupaba en el rangode edad de 31-40 aos. Aunqueslo la mitad de ellas haba legali-zado su relacin actual, el tiempode convivencia con su actual pare-ja era de casi 11 aos. El mayorporcentaje de madrastras estabansolteras en el momento de formali-zar la relacin con un varn sepa-rado y/o divorciado (57,1%), for-mando la gran mayora familiasreconstituidas simples (71,4%). Encuanto a los hijastros, tienen unamedia de 2 hijastros, con una edadmedia actual de 26 aos, con losque conviven mayoritariamente (el71,4%) de forma temporal (fines desemana, vacaciones y/o perodosespecficos). Por ltimo, ms de lamitad de ellas (el 57,1%) ha tenidohijos fruto de su relacin actual.

    Los padrastros tienen una edadmedia de 51 aos; el 66,6% tienems de 50 aos. La gran mayoraestn separados y/o divorciadoscuando establecen una nueva rela-cin con una mujer que tambinest separada y/o divorciada (es elcaso del 83,3%), siendo lo ms fre-cuente que la pareja no haya legali-zado la relacin. Este grupo estconstituido en su totalidad porfamilias reconstituidas complejasen los que ambos aportan hijos de

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  • relaciones anteriores. Los padras-tros tienen una media de 1,6 hijas-tros, cuya edad media es de 19aos, y la convivencia con ellos esen la gran mayora (83%) continua-da. El porcentaje de padrastros queno ha tenido hijos fruto de la nuevarelacin supera a los que s los hantenido (83% frente a un 16%).

    El anlisis cualitativo de la infor-macin obtenida se realiz a travsdel programa informt ico QSRNUD*IST (Non-Numerical Unstruc-tured Data Indexing Searching andTheorizing) que permiti obtenernudos o categoras que agru-pan, en mayor o menor medida, loscontenidos y vivencias comunesentre los padrastros y madrastras,con la finalidad de detectar varia-bles psicolgicas relevantes quefacilitan y/o dificultan la experienciade los padrastros y madrastras enel seno de la familia reconstituida.

    La exposicin de las experienciascomunes mencionadas por los par-tipantes a travs del formato obte-nido por el programa, presenta unaprimera ventaja que consiste encontar las unidades de texto quehan sido indizadas bajo los diferen-tes nudos. Este clculo posibilita laobtencin de valores numricosque pueden ofrecer una estimacinde la importancia cuantitativa dedeterminados temas. El sistema deindizacin final qued formado por6 nudos principales y 26 subnudosque agrupan un total de 2552 uni-dades de texto.

    3.2. Resultados

    En la tabla 2 aparecen el nmerode unidades de texto que agrupanlos padrastros y las madrastras enlos nudos o categoras anterior-mente mencionados

    Familias reconstituidas: Un estudio sobre las nuevas estructuras familiares

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  • Tres temas o tpicos destacanen cuanto a unidades de texto, olo que es lo mismo, en cuanto afrecuencia de aparicin, tanto paralas madrastras como para lospadrastros: rol parental (6), vn-culos familiares (4) y regulacinde la convivencia (3). El rolparental pretende reflejar los com-portamientos que el padrastro omadrastra adopta en aquel losaspectos relacionados con la edu-cacin o crianza de sus hijastros.Los vnculos familiares se refierena la percepcin del padrastro omadrastra sobre el tipo de relacinafectiva que une a diferentesmiembros de la familia. Y, por lti-mo, la regulacin de la conviven-cia hace referencia al estableci-miento, por parte de la nuevapareja, de las actividades a realizaren la convivencia familiar (obliga-ciones, responsabi l idades decada uno de los miembros de lafamilia y ocupacin del tiempolibre).

    El nudo vnculos familiares (4)es el ms mencionado por lasmadrastras agrupando un total de634 unidades de texto, lo querepresenta el 30,2%. La categorarol parental (6) es la segunda enfrecuencia, 571 unidades de textoque equivalen al 27,2%. Y por lti-mo, el nudo regulacin de la con-vivencia (3) obtiene 350 unidadesde texto; 16,6%. Del mismo modo,los padrastros agrupan un mayor

    nmero de unidades de texto enestas 3 categor as aunque elorden de frecuencia es distinto. Elrol parental (6) contiene 149 uni-dades de texto (32,6%). Le sigueel nudo vnculos familiares(4) con132 unidades de texto, que corres-ponde al 28,9%, y por ltimo, laregulacin de la convivencia (3)agrupa 103 unidades de texto;22,5%.

    A continuacin, se presentanalgunos fragmentos de los padras-tros y madrastras en los 2 temasque con ms frecuencia son men-cionados: vnculos familiares yrol parenta. lEn la categora vn-culos familiares, el tipo de rela-cin que mantiene la madrastra ysu hijastro es la que ms unidadesde texto agrupa apareciendo en el78,5% de las entrevistas. Por logeneral, la mayor parte de lasmadrastras puede definir o hacerexplcito el tipo de vnculo que leune con el hijo de su pareja; enalgunas se traduce en una relacinsimilar a la de una madre con supropio hijo:

    ...para la pequea era casicomo su madre...

    ...yo tengo tan buena rela-cin con ella que incluso prefiereestar conmigo que con su padre...

    ...yo cuando ella estaba encasa ha sido como mi hija, yo la he

    I. Espinar, M. J. Carrasco, M. P. Martnez y A. Garca-Mina

    CLNICA Y SALUD 313

  • tratado como yo trato a mi hijaahora...

    Otros tipos de vnculos que seestablecen son ms parecidos alde un amigo o al de un hermanopequeo:

    ...pero me entend muy biencon ella, y luego incluso me habla-ba como muy de amiga, por ejem-plo, me dijo t no has tenidohijos?, es decir, realmente no era unpapel de madre, era un papel comode colega no?...

    ...le cog en una poca muybuena, le cog adems con reperto-rios entrenados porque yo tena unhermano pequeo...entonces yocreo que siempre ha sido como unhermano pequeo...

    Tan s lo una de las catorcemadrastras parece no haber defini-do el tipo de vnculo que le une asu hijastra de 4 aos:

    ..la nia no sabe si soy unto, una ta, una amiga...no sabe, nosabe qu personaje soy....

    An as, en general, la relacinque describen las madrastras consus hijastros es buena. Aparecen,sin embargo, perodos, especial-mente al comienzo de la conviven-cia, en los que la relacin empeora.En algunas de estas entrevistas seaprecia cmo la influencia de la

    madre biolgica podra facilitarestos conflictos entre madrastra ehijastro:

    ...estuvo un tiempo en el quela madre le empez a hablar fatalde su padre, fatal de m, entoncesdurante un tiempo s que estabamal conmigo...

    ...al principio el nio merechazaba...

    ...el trato con la hija mayor eradistante, y a veces, poco cordial...

    En cuanto al desempeo de losroles parentales, un resultadocomn entre las madrastras es quela gran mayora, en lo que respectaa los comportamiento de tipo afec-tivo, suelen adoptar un rol tradicio-nal; mientras que con respecto alos comportamientos de tipo instru-mental, suelen adoptar un rol alter-nativo. Es decir, las madrastras porlo general, se implican en todosaquellos comportamientos quesupongan atender y cuidar a sushijastros. Bien es cierto, que exis-ten dos circunstancias comunes alas madrastras que asumen estetipo de rol: en primer lugar, lamayor parte no ha tenido hijos pro-pios y, en segundo lugar, en estoscasos la relacin entre la madrebiolgica y su hijo es conflictiva.Ambas circunstancias parecen pro-piciar el que las madrastras adop-ten este tipo de rol:

    Familias reconstituidas: Un estudio sobre las nuevas estructuras familiares

    314 CLNICA Y SALUD

  • ...como l estaba todo el datrabajando, yo me cambi loshorarios de estudio y la iba a reco-ger en la parada del colegio, mequedaba con ella toda la tarde,jugaba con ella, le daba la cena, labaaba...

    ...yo le he dado mucho amor,le he dado mucho cario ,le hedado confianza, le he dado unhogar...

    Sin embargo, y a pesar de adop-tar la mayora un rol tradicionalafectivo, en lo que respecta aldesempeo de la disciplina y edu-cacin de los hijastros, suelen dele-gar esta tarea a los padres biolgi-cos mantenindose al margen:

    ...l tiene a su madre y a supadre, la educacin es de ellos, noma...

    Con respecto a la ambigedadde rol, cabe decir que tan slo dosmadrastras muestran serias dificul-tades en el desempeo de losroles:

    ...no es tu hijo, no sabescmo educarle, no sabes cmometerte, es un poco complicado...nieres su madre ni eres su amiga, nosabes muy bien quin eres y nosabes cmo actuar...

    En cuanto a los padrastros y losroles parentales, la mayora adopta

    un rol parental tradicional, tanto enlo instrumental como en lo afectivo:

    ...yo ejerc la funcin depadre desde el primer momento...

    ...yo quera imponer unasnormas, las normas eran que encasa los cuatro a las doce tenemosque estar...

    llamaba y coga yo el telfo-no y deca oye, que voy a llegartarde, bueno pues llega ms tarde,y hablaba conmigo y no con sumadre...

    ...me preocupo si tiene queir a la autoescuela un da, si la motola tiene rota la voy a arreglar...

    En cuanto a la categora de losvnculos familiares, el nudo msmencionado por los padrastros esel que hace referencia a la relacinque mantiene con su actual pareja,relacin que es descrita en generalen trminos satisfactorios:

    ...como toda pareja tambintenemos nuestros altibajos, hay eta-pas muy buenas y tambin discuti-mos, peleamos...pero nos va muybien...

    ...yo con esta mujer tengouna ilusin que antes no tena...

    Por ltimo, se presentan algunosfragmentos que reflejan la relacinmantenida entre el padrastro y su/s

    I. Espinar, M. J. Carrasco, M. P. Martnez y A. Garca-Mina

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  • hijastro/s, que parece ser ms posi-tiva cuando se tienen hijastrospequeos:

    ...a m me quiere como sifuese su padre...a la pequea aveces se le escapa y me dicepap...con la mayor no me llevo tanbien...

    yo para ella era su padre, esque ella me quer a como a unpadre...

    ...tiene una hija de 7 aosque es maravillosa, encantadora...,pero luego tiene un hijo de 25aos...no me recibe mal pero tam-poco me recibe bien, es indiferen-cia...

    3.3. Conclusiones

    Los resultados muestran cmolos perfiles sociodemogrficos mscomnmente descritos por la litera-tura se mantienen en los participan-tes en el estudio. Mientras que lasmadrastras entran a formar partede la familia reconstituida relativa-mente jvenes, estando solteras(formando familias reconstituidassimples) y conviven de forma tem-poral con sus hijastros, los padras-tros entran en la familia reconstitui-da estando separados o divorcia-dos y todos ellos formalizan unanueva relacin con una madreseparada (formando familias re-

    constituidas complejas), y la convi-vencia con los hijastros es, en lamayora de los casos, continuada.

    A pesar de que tanto padrastroscomo madrastras inician la convi-vencia con unos hijastros adoles-centes o preadolescentes (13,9aos para los padrastros, y 11,7aos para las madrastras), lasvivencias o experiencias de lospadrastros y madrastras en la con-vivencia familiar son, en general,positivas. Aunque al comienzo de laconvivencia las relaciones son peo-res, el balance general que hacenes positivo. Una de las posiblesexplicaciones puede ser que setrata de familias consolidadas; elpromedio de tiempo conviviendo esde 6,5 aos para los padrastros, ycasi 11 aos las madrastras. Otrade las posibilidades es que, engeneral, padrastros y madrastraspueden definir o especificar el vn-culo que les une con sus hijastros,as como los roles que desempe-an con respecto a los mismos; dehecho los roles definidos superan alos ambiguos. Mientras que en lasmadrastras se observa cierta ten-dencia a adoptar un rol parentaldefinido alternativo instrumental yun rol parental definido tradicionalafectivo, los padrastros, sin embar-go, adoptan un rol parental definidotradicional, tanto en lo instrumentalcomo en lo afectivo.

    No obstante, s aparecen discre-

    Familias reconstituidas: Un estudio sobre las nuevas estructuras familiares

    316 CLNICA Y SALUD

  • pancias con algunos temas relacio-nados con la regulacin de la con-vivencia en las que los hijastrossuelen constituir el foco de taldesacuerdo. Con frecuencia seobserva una tendencia del padrebiolgico a consentir o a complaceral hijo lo que conlleva situacionesconflictivas. Con respecto a lasituacin econmica, slo en fami-lias reconstituidas simples apare-cen ocasionalmente discrepanciascon respecto a las compensacio-nes econmicas que se proporcio-nan al ex cnyuge o a los hijos.Por ltimo, la relacin con el excnyuge parece caracterizarse porel entendimiento y la cooperacin.An as, los sentimientos positivoshacia esta figura son escasos y elcontacto poco frecuente, salvo losencuentros que se hacen necesa-rios para negociar o resolver cues-tiones relacionadas con los hijosque se comparten.

    4. ESTUDIO CUANTITATIVO

    Tanto el estudio cualitativo reali-zado en la primera fase de la inves-tigacin como la revisin de la lite-ratura han guiado la formulacinde las hiptesis que fueron contras-tadas en la ltima fase de la investi-gacin. En el estudio cualitativoaparecieron tres nudos o categorasque agruparon un mayor nmerode unidades de texto; es decir, setrata de situaciones, vivencias o

    experiencias que fueron menciona-dos con ms frecuencia por lospadrastros y las madrastras. Con-viene recordar que el nmero deunidades de texto que obtiene unacategora no puede ser interpretadodesde parmetros estadsticos pro-pios de la metodologa cuantitativa,pero s desde la importancia o sig-nificatividad que tienen, para lossujetos, los contenidos que seagrupan bajo las categoras puestoque surgieron durante las entrevis-tas en las que no se dispona de unguin o cuestionario estructuradoen el que se preguntaba explcita-mente por unos temas concretos.El objetivo inicial pretenda dejar lalibertad suficiente a los participan-tes para que relataran sus expe-riencias familiares. De este modo,se obtuvieron tres temticas que,tanto padrastros como madrastras,narraron y desarrollaron con msfrecuencia en el transcurso de lasentrevistas (tal y como nos indica elnmero de unidades de texto): rolparental, vnculos familiares y laregulacin de la convivencia. Aspues, a partir de los resultados delestudio cualitativo y teniendo pre-sente las directrices de los autoresque investigan en esta rea, seseleccionaron tres variables para elestudio cuantitativo: el rol parental,el rol de gnero y el ajuste marital.En cuanto al rol parental, se preten-de estudiar el malestar o las dificul-tades que experimenta el padrastroo madrastra en el desempeo de

    I. Espinar, M. J. Carrasco, M. P. Martnez y A. Garca-Mina

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  • los roles dentro del contexto fami-liar. Por otro lado, y aunque la lite-ratura no mencione de formaexplcita el concepto de gnero,los resultados de las distintasinvestigaciones sealan que lasmadrastras presentan mayoresniveles de malestar asociados aldesempeo de los roles y peoresniveles de ajuste marital frente alos padrastros. El mayor peso quehasta ahora posee la mujer en elcontexto familiar, y en consecuen-cia las expectativas que en ella sedepositan, conlleva en algunoscasos la adopcin de unos com-portamientos o actitudes no dese-adas o no compartidas con algu-nos otros miembros de la familia,lo que inevitablemente conduce asituaciones confl ict ivas y demalestar personal. As, uno de losobjetivos en esta fase trataba deexaminar el efecto de las distintasadscripciones a un rol de gneroen el malestar asociado al desem-peo de los roles. El ajuste mari-tal, por l t imo, podr a ser unavariable importante en el nivel detensin de rol que experimentanlos padrastros y madrastras en lasfamilias reconstituidas. Asimismo,se ha pretendido constatar el efec-to que, segn algunos estudios,podran tener algunas variablescaractersticas de la estructurafamiliar (tipo de estructura familiary tipo de convivencia con los hijas-tros) sobre otras variables delestudio.

    As pues, en el estudio cuantitati-vo se han l levado a cabo lassiguientes tareas:

    a) Estudiar la vivencia de estrsque presentan los padrastros ymadrastras, a travs de la tensinasociada al/los rol/es que sedesempean en el contexto fami-liar.

    b) Analizar la posible incidenciadel ajuste marital y la adscripcin aun estereotipo de rol de gnero enla tensin asociada al/los rol/es.

    c) Estudiar la interaccin dealgunas variables sociodemogrfi-cas (tipo de estructura familiar, con-vivencia con el/los hijastro/s y aosde convivencia en pareja) sobre lasvariables anteriores.

    Algunas de las hiptesis que sehan planteado en esta fase de lainvestigacin son las siguientes:

    Hiptesis 1: Las madrastrasexperimentarn mayores niveles detensin de rol que los padrastros.

    Hiptesis 2: Mayores niveles detensin de rol estarn relacionadoscon menores niveles de ajustemarital

    Hiptesis 3: Los padrastros ymadrastras que presenten un rol degnero femenino puntuarn signifi-cativamente ms alto en tensin derol.

    Familias reconstituidas: Un estudio sobre las nuevas estructuras familiares

    318 CLNICA Y SALUD

  • Hiptesis 4: Las madrastras quecomparten de una forma continuael hogar con sus hijastros/as vivenesta situacin con mayores nivelesde tensin que los padrastros.

    Hiptesis 5: Las madrastras queviven temporalmente con sus hijas-tros/as experimentan ms tensinque las madrastras que viven conellos continuamente.

    Hiptesis 6: Los padrastros ymadrastras que formen parte deuna familia reconstituida complejapresentarn mayores niveles detensin asociado al/los rol/es y unpeor ajuste marital.

    Hiptesis 7: Los aos de convi-vencia en pareja (de 1 a 4 aos yms de 4 aos) tendrn efectos enla tensin de rol y en el ajuste mari-tal de padrastros y madrastras.

    4.1. Mtodo

    4.1.1. Sujetos

    Participaron en esta fase de lainvestigacin 775 sujetos; 31padrastros y 46 madrastras. En latabla 3 se observa que la edadmedia de los padrastros es de 45,8aos, mientras que para las

    madrastras es de 41,1 aos. Losrangos m nimos y mximos deedad para los padrastros es de 31-66 aos, y para las madrastras de27-57 aos.

    En la tabla 4 se muestra cmotanto padrastros y madrastras for-man parte de familias reconstitui-das consolidadas y estables. Lospadrastros llevan una media de 6,3aos conviviendo con su actualpareja, mientras que para lasmadrastras el tiempo es ligeramen-te superior (6,9 aos). Los rangosmnimos y mximos en cuanto a laduracin de la convivencia es de 1-21 aos para los padrastros, y de1-19 aos para las madrastras.

    En la tabla 5 se observa cmo lagran mayora de los padrastrosforma parte de una familia reconsti-tuida compleja (62,5%), es decir,tanto sus parejas como ellos apor-tan hijos de relaciones previas. Alcontrario, la mayor a de lasmadrastras forman parte de fami-lias reconstituidas simples (60,9%),aportando tan s lo sus parejashijos de uniones anteriores. Porotro lado, el 28,9% de las madras-tras han tenido hijos fruto de surelacin actual frente al 18,8% delos padrastros.

    I. Espinar, M. J. Carrasco, M. P. Martnez y A. Garca-Mina

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    5 Aunque el nmero de sujetos es de 77, este nmero puede sufrir algunas modificaciones enalgunos de los anlisis estadsticos realizados debido a la aparicin de valores perdidos (i.e. sujetosque, en ocasiones, no responden a algn/os tem/s).

  • En cuanto a los hijos propios,los padrastros han tenido unamedia de 1,3 hijos propios, mien-tras que para las madrastras es de0,9. En la tabla 6, vemos que lamayora de los hijos propios de lospadrastros y madrastras son adul-tos (mayores de 18 aos); el61,8% y 55,6% respectivamente.El 20,6% de los padrastros y el25% de las madrastras t ienenhijos adolescentes. Los menoresporcentajes, para ambos, se agru-pan en edades inferiores (nios ypreadolescentes).

    En cuanto a los hijastros, lospadrastros tienen una media de 1,9hijastros, mientras que para lasmadrastras es de 2 hijastros. Delmismo modo que con los hijos pro-pios, tanto padrastros comomadrastras, tienen en su mayorahijastros adultos; el 48,1% y el59,8% respectivamente. El 24,1%de los padrastros tienen hijastrosadolescentes y el 22,2% hijastroscon edades comprendidas entre 0y 9 aos. El 25,6% de las madras-tras tienen hijastros adolescentes, yel 9,8% tienen nios entre 0 y 9

    Familias reconstituidas: Un estudio sobre las nuevas estructuras familiares

    320 CLNICA Y SALUD

  • aos. El menor porcentaje, tantopara padrastros como madrastras,se agrupa en la franja de 10 a 12aos (preadolescentes); 5,6% y4,9% respectivamente (ver tabla 7).

    En cuanto al tipo de convivencia,en la tabla 8 se aprecia cmo paratodas las franjas de edades lohijastros conviven, en un mayorporcentaje, de forma continuada

    I. Espinar, M. J. Carrasco, M. P. Martnez y A. Garca-Mina

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  • con sus padrastros y madrastras.Tan slo con los hijastros adultos,la convivencia temporal supera a lacontinuada (62,9% frente a 37,1%).

    4.1.2. Intrumentos

    Las variables estudiadas en estainvestigacin han sido operativiza-das y medidas a travs de lossiguientes instrumentos:

    * Tensin asociada al rol de lospadrastros y madrastras, Whitsett yLand (1992)

    El cuestionario evala el males-tar experimentado por los padras-tros y madrastras asociado aldesempeo de los roles en elmbito familiar. Est formado por30 tems que se agrupan en lassiguientes subescalas: ambige-dad, conflicto e incongruencia conel rol, apoyo emocional del cnyu-ge o pareja, ambigedad con res-pecto a los lmites familiares, inclu-sin/exclusin y recursos. Lasopciones de respuesta oscilanentre 1 (muy de acuerdo) a 5 (muyen desacuerdo). La puntuacin

    mnima es de 30 y la puntuacinmxima de 150, indicando mayo-res puntuaciones mayores nivelesde tensin de rol.

    * Inventario de Rol Sexual (adap-tacin del Bem Sex Role Inventory),Garca-Mina (1997)

    El inventario evala los estereoti-pos de rol de gnero y est com-puesto por 56 tems distribuidos en3 subescalas: masculinidad, femini-dad y una escala formada por temsneutros con respecto al sexo, con18 tems cada una. Las opcionesde respuesta oscilan de 1(nunca acasi nunca) a 7 (siempre o casisiempre).

    * Escala de Ajuste Didico, Spa-nier (1976)

    La escala mide la calidad de larelacin marital a travs de 32 tems.Las opciones de respuesta varan enfuncin de los tems. La distribucinde los niveles de ajuste son lossiguientes: ajuste marital bajo (pun-tuaciones menores de 100), ajustemarital medio (puntuaciones entre

    Familias reconstituidas: Un estudio sobre las nuevas estructuras familiares

    322 CLNICA Y SALUD

  • 100 y 112) y ajuste marital alto (pun-tuaciones mayores de 112).

    4.1.3. Procedimiento

    La colaboracin de los padras-tros y madrastras en el estudio seobtuvo a travs de la tcnica de labola de nieve, a los que se leshizo entrega del cuestionario y unsobre en el que apareca la direc-cin a la que lo deban remitir unavez completado.

    4.2. Resultados

    A continuacin se presentan lashiptesis propuestas junto con laspruebas estadsticas utilizadas y losresultados obtenidos con las mis-mas.

    Hiptesis 1: Las madrastrasexperimentarn mayores niveles

    de tensin de rol que los padras-tros.

    Como se observa en la tabla 9, lamedia en cuanto al nivel de tensinde rol es mayor para las madrastrasque para los padrastros. La diferen-cia entre ambos grupos no slo esestad sticamente signif icativa(p

  • correlacin entre el cuestionario deajuste marital y el de tensin de roles inversa y significativa tanto parapadrastros como para madrastras(p

  • menor (41,3). Los roles de gneromasculino y andrgino alcanzanpuntuaciones intermedias (47,7 y48,56 respectivamente). Sin embar-go, las diferencias entre la adscrip-cin a un rol de gnero determina-do y los niveles de tensin de rol noson estadsticamente significativas.

    Hiptesis 4: Las madrastras quecomparten de una forma continuael hogar con sus hijastros/as vivenesta situacin con mayores nivelesde tensin que los padrastros.

    Cuando se compara a lospadrastros y madrastras que con-viven de forma continuada con almenos uno de sus hijastros seobtiene una puntuacin media enlos niveles de tensin de rol signi-ficativamente (p

  • Hiptesis 6: Los padrastros ymadrastras que formen parte deuna familia reconstituida complejapresentarn mayores niveles detensin asociado al/los rol/es y unpeor ajuste marital.

    Los padrastros y madrastras queforman parte de una familia recons-tituida compleja obtienen una pun-

    tuacin media mayor en cuanto a latensin de rol (49 frente a 45,8) sinembargo, la diferencia no es esta-dsticamente significativa y el tama-o del efecto es pequeo. En cuan-to a los niveles de ajuste marital,las parejas en familias reconstitui-das complejas obtienen mayoresniveles de ajuste marital (120,6) quelas parejas en familias reconstitui-

    Familias reconstituidas: Un estudio sobre las nuevas estructuras familiares

    326 CLNICA Y SALUD

  • das simples (118,6) aunque lasdiferencias tampoco son significati-vas. Sin embargo, tanto los padras-tros como las madrastras que for-man parte de familias reconstitui-das simples como complejas obtie-nen niveles de ajuste marital altos(i.e. puntuaciones mayores de 112)(ver tabla 14).

    Hiptesis 7: Los aos de convi-vencia en pareja (de 1 a 4 aos yms de 4 aos) tendr efectos en latensin de rol y en el ajuste maritalde padrastros y madrastras.

    Como se observa en la tabla 15,se ha agrupado la muestra en fun-cin de la consolidacin o estabili-dad de la relacin marital; parejasque llevan conviviendo entre 1 y 4aos, y las parejas que llevan msde 4 aos. Las parejas que llevanms de 4 aos no presentan nivelesde tensin de rol mayores a lasparejas que llevan menos tiempo

    conviviendo. En cuanto al ajustemarital, se observa que los padras-tros y madrastras que llevan entre 1y 4 aos de relacin obtienen unajuste marital mayor a las parejasque llevan ms de 4 aos (125,6frente a 116,4); las diferencias noson slo estadsticamente significa-tivas (p

  • tengan hijastros, mientras que lospadrastros tienen tanto hijos pro-pios como hijastros en la nuevaestructura familiar. Quiz este seael motivo por el que las madrastrastienen hijos fruto de las segundasnupcias en mayor porcentaje quelos padrastros. Por otro lado,ambos sexos se equil ibran encuanto a edad y la duracin de surelacin; en este ltimo aspecto seaprecia que se trata de familiasreconstituidas ya consolidadaspuesto que la media de aos deconvivencia es de 6,7 aos.

    Adems de la estabilidad de lasrelaciones, se aprecian una seriede caractersticas propias de laestructura familiar que podr anincidir en los ndices de bienestargeneral que se reflejan en el estu-dio. En primer lugar, se trata enlneas generales, de una muestracon un nivel de ingresos elevado ycon una formacin acadmicasuperior. Por otro lado, aunque lapresencia de hijastros ha sido des-crita en la l iteratura como unavariable importante en la predic-cin de los niveles de malestarasociados al desempeo de losroles, as como en el peor ajustemarital de la pareja, lo cierto esque los hijastros de los padrastrosy madrastras de este estudio son,en la actualidad, bastante mayores(el porcentaje de hijos e hijastrosmayores de 18 aos supera a otrasfranjas de edades) lo que quiz

    podr a explicar la ausencia desituaciones o vivencias especial-mente conflictivas. Por otro lado, laconvivencia del padrastro omadrastra con sus hijastros es ensu mayora continuada en todas lasedades (exceptuando los que sonadultos en los que existe unamayor proporcin que convive deforma temporal) situacin que hadescrito la literatura como la msbeneficiosa para los padrastros ymadrastras puesto que la convi-vencia diaria posibilita, e incluso aveces obliga, a la nueva pareja atomar decisiones con respecto aalgunos temas relacionados con laeducacin de los hijos y/o hijas-tros.

    En una primera aproximacin alos resultados obtenidos en lainvestigacin se aprecia cmo nilos padrastros ni las madrastraspresentan puntuaciones elevadasen las medidas de tensin de rol.Sin embargo, la mayora de losresultados obtenidos en esta inves-tigacin apuntan en una lnea simi-lar a la obtenida por distintos estu-dios. En primer lugar, los resultadosconfirman las mayores dificultadesque presentan las madrastras en laregulacin de la vida familiar, pre-sentando mayores niveles de ten-sin de rol. Con respecto a la rela-cin entre los niveles de tensin derol y algunas variables propias de laestructura familiar, y aunque la lite-ratura apuntaba que las madrastras

    Familias reconstituidas: Un estudio sobre las nuevas estructuras familiares

    328 CLNICA Y SALUD

  • que conviven de forma temporalcon sus hijastros tienen ms dificul-tades en el desempeo de los rolesque las que conviven de forma con-tinuada, en nuestro estudio no seaprecian diferencias significativasentre un tipo de convivencia u otro.Sin embargo, las madrastras queconviven de forma continuada consus hijastros presentan mayoresniveles de tensin de rol que lospadrastros en la misma situacin.Por otro lado, el tiempo de convi-vencia en pareja (1 y 4 aos o msde 4 aos) y el tipo de estructurafamiliar (simple frente a compleja)tampoco parecen incidir en losniveles de tensin de rol experi-mentados. Aunque distintos estu-dios sosten an que las familiasreconstituidas complejas presenta-ban mayores dificultades en lograrla estabilidad y el ajuste familiar, ennuestro estudio no se dieron estosresultados.

    En relacin al efecto que pudieratener la adscripcin a un rol degnero femenino en los niveles detensin de rol, aunque las diferen-cias no son significativas sin embar-go parecen apuntar en la direccincontraria a la establecida previa-mente, ya que un rol de gnerofemenino tendera a experimentarmenores niveles de tensin de rolque el resto de las orientaciones degnero. Este resultado podra rela-cionarse con el hecho de que un rolde gnero femenino se asocia con

    una orientacin expresiva emocio-nal, es decir, con cuestiones quedenotan sensibilidad, dulzura cuida-do y cercana. Los estudios sobrefamilias reconstituidas han sealadoel efecto beneficioso que tiene parala vinculacin y el ajuste familiar elestablecimiento de un lazo afectivoentre padrastros y madrastras ehijastros mantenindose al margen,especialmente en los momentos ini-ciales, en temas relacionados con laeducacin o disciplina. El estableci-miento desde un rol femenino deeste tipo de vinculacin favorecerael desempeo de un roles familiaresms satisfactorios.

    Los niveles de ajuste marital sonelevados para ambos grupos, aun-que los padrastros presentan nive-les de ajuste significativamentemayores que las madrastras, mos-trndose, tanto para padrastroscomo madrastras, una relacin sig-nificativa e inversa entre los nivelesde tensin y el ajuste marital;mayores niveles de tensin de rolsuponen menores niveles de ajustemarital. Aparece tambin una rela-cin significativa entre tiempo deconvivencia y ajuste marital, pre-sentando un mejor ajuste maritallos padrastros y madrastras quellevan entre 1 y 4 aos de conviven-cia que los que llevan una convi-vencia superior. El tipo de estructu-ra familiar (simple/compleja) noparece influir en el ajuste marital dela muestra.

    I. Espinar, M. J. Carrasco, M. P. Martnez y A. Garca-Mina

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  • En resumen, los padrastros ymadrastras no parecen manifestarniveles considerables de tensinde rol, aunque se constatan lasdiferencias entre padrastros ymadrastras, siendo las madrastraslas que experimentan mayoresniveles de tensin de rol. Comoposibles explicaciones podramosapuntar algunas circunstancias quesegn la literatura favorecen nive-les de bienestar y ajuste entre losmiembros de estas nuevas estruc-turas familiares. En primer lugar, setrata de parejas duraderas cuyoshijos e hijastros han alcanzado, enun gran porcentaje de casos, lamayora de edad. Segn distintosautores, la convivencia continuadacon los hijastros parece beneficiara los padrastros y madrastraspuesto que permite y/u obliga a lanueva pareja a negociar algunosaspectos relacionados con la edu-

    cacin de los hijastros. Exceptuan-do los casos en los que los hijas-tros son mayores de 18 aos, laconvivencia continuada supera a latemporal tanto si se trata de nioscomo de preadolescentes o ado-lescentes. Por ltimo, aunque loscontrastes estadsticos realizadosapuntan en direccin de la mayorade las hiptesis que se plantearoninicialmente, las diferencias nosuelen resultar estadsticamentesignificativas. Sin embargo, el cl-culo del tamao del efecto nossugiere, en algunos casos, que lasdiferencias podran alcanzar nive-les de significatividad si la muestrafuera mayor. Por ello, es necesarioampliar el nmero de sujetos con elfin de proporcionar un acercamien-to ms preciso y enriquecedor alas vivencias de los padrastros ymadrastras en el seno de las fami-lias reconstituidas.

    Familias reconstituidas: Un estudio sobre las nuevas estructuras familiares

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