relacionalidad como auto

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Relacionalidad como auto-despojo AA: Nuestra conversación sobre los límites y peligros de reconocimiento (que usted ha mencionado, por ejemplo, post-confl icto "comisiones de verdad y reconciliación") parece ser que nos lleva más cerca de la pregunta cargada de ética relacional y su dependencia de las articulaciones de reconocimiento, presenciar, capacidad de respuesta y responsabilidad. Parece que hemos tratado hasta el momento de acercarse a la desposesión en cuanto que abarca formas en que estamos perfomativamente constituidos y de- constituidos por ya través de nuestras relaciones con los otros entre los que vivimos, así como por ya través de determinadas normas reglamentarias que fijan la inteligibilidad cultural. Así despojo implica nuestra relacionalidad y la unión a otros - en todas sus sutilezas de angustia y emoción -, sino también nuestra dependencia estructural de las normas sociales que no elegimos ni control. Despojo implica la manera diferente y diferenciado en el que las ansiedades y las emociones de la relacionalidad se distribuyen socialmente. Tomando el ejemplo de su interés en la idea de Levinas que estamos vulnerados por la alteridad, me pregunto si podríamos pensar desposesión y la auto-despojo a través de uno al otro. Ser desposeído por la otra (en otras palabras, estando dispuesta a ser deshecho en relación con los demás) está al mismo tiempo una fuente de ansiedad y una oportunidad "para moverse" - a ser afectados y que se le pregunte para actuar - ¿no es así? Del sujeto "apego apasionado" de la potestad reglamentaria y productivo está ligada al desplazamiento de la auto-sufi ciente "yo" como una forma de posesión. Signifi cativamente, se han rastreado en el proceso mismo de dar cuenta de sí mismo, precisamente en momentos de desconocimiento, una dimensión afirmativa afi, a saber, la potencialidad de auto- poiética - es decir, la narración de la naturaleza, la cual asume la norma y, al mismo tiempo que potencialmente deconstruye. En este contexto, Judith, que han conversado con Levinas y Laplanche especialmente en relación con la forma en que ambos se conceptualizan la primacía del otro como un acontecimiento traumático que precede a la constitución del sujeto. La convergencia entre los dos probablemente se detiene allí, y no

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relacionalidad como autodesposeción

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Relacionalidad como auto-despojoAA: Nuestra conversacin sobre los lmites y peligros de reconocimiento (que usted ha mencionado, por ejemplo, post-confl icto "comisiones de verdad y reconciliacin") parece ser que nos lleva ms cerca de la pregunta cargada de tica relacional y su dependencia de las articulaciones de reconocimiento, presenciar, capacidad de respuesta y responsabilidad. Parece que hemos tratado hasta el momento de acercarse a la desposesin en cuanto que abarca formas en que estamos perfomativamente constituidos y de-constituidos por ya travs de nuestras relaciones con los otros entre los que vivimos, as como por ya travs de determinadas normas reglamentarias que fijan la inteligibilidad cultural. As despojo implica nuestra relacionalidad y la unin a otros - en todas sus sutilezas de angustia y emocin -, sino tambin nuestra dependencia estructural de las normas sociales que no elegimos ni control. Despojo implica la manera diferente y diferenciado en el que las ansiedades y las emociones de la relacionalidad se distribuyen socialmente. Tomando el ejemplo de su inters en la idea de Levinas que estamos vulnerados por la alteridad, me pregunto si podramos pensar desposesin y la auto-despojo a travs de uno al otro. Ser desposedo por la otra (en otras palabras, estando dispuesta a ser deshecho en relacin con los dems) est al mismo tiempo una fuente de ansiedad y una oportunidad "para moverse" - a ser afectados y que se le pregunte para actuar - no es as? Del sujeto "apego apasionado" de la potestad reglamentaria y productivo est ligada al desplazamiento de la auto-sufi ciente "yo" como una forma de posesin. Signifi cativamente, se han rastreado en el proceso mismo de dar cuenta de s mismo, precisamente en momentos de desconocimiento, una dimensin afirmativa afi, a saber, la potencialidad de auto-poitica - es decir, la narracin de la naturaleza, la cual asume la norma y, al mismo tiempo que potencialmente deconstruye. En este contexto, Judith, que han conversado con Levinas y Laplanche especialmente en relacin con la forma en que ambos se conceptualizan la primaca del otro como un acontecimiento traumtico que precede a la constitucin del sujeto. La convergencia entre los dos probablemente se detiene all, y no estoy seguro de si su perspectiva est ms cerca de Levinas que a Laplanche. Usted parece estar en desacuerdo con la conceptualizacin de Levinas de la direccin a la otra como acusativo / acusatorio, y su propio punto de vista es, probablemente, en tensin con la afirmacin de Levinas de responsabilidad universal. Tambin, usted parece estar radicalizando una tica levinasiana al insistir en que el encuentro tico est organizado en y por la violencia normativa que reduce ciertas formas de vida en el dominio de ininteligible, indecible, y invivible. De acuerdo con su trabajo, los sujetos humanos no slo son susceptibles de vincularse con otros seres humanos, al igual que en el tema intersubjetiva hegeliana, sino tambin susceptible de y en relacin con los regmenes de poder que regulan la intersubjetividad, defi nir lo que hace que un objeto legible y reconocible, deseable. En este contexto, estoy obsesionado por la cuestin de cmo podemos trasladar a la otra y por la otra (as como mundo de la vida del otro) ms all de la lgica del "sentido de propiedad" - con todos sus matices de la propiedad, la prioridad, y decoro - cuando el otro se constituye como ltima instancia desechable y trasladables por las formas y normas de gobierno. Adems, tiene la capacidad de reconocer o reconocer la auto-despojo necesariamente conducir a detener las violencias de desalojo? JB: Mi primera respuesta es que uno puede reconocer todo tipo de dimensiones sobre la propia auto-despojo incluso en el momento en que uno est subyugado por la violencia, as que no estoy seguro de que "saber" es un arma sufi ciente contra la destruccin por violento significa. Pero mi apuesta es que usted est pensando en prcticas a sabiendas, o maneras de reconocer auto-despojo, que se materializan en formas de conducta y accin. AA: S, estoy pensando en conocer las prcticas y las prcticas de reconocimiento de lmites epistmicos en su relacin con el no-saber. Pienso tambin que uno debe estar atento a las diferentes formas en que se despliega desconocimiento, as como cundo y por quin. JB: Para m, la idea de interdependencia, la exposicin, la precariedad, funciona como una condicin para pensar en formas de lucha contra la represin violenta y la ocupacin. Es una condicin entre muchos, y de ninguna manera un e fi ciente uno. Pero tiene su momento de necesidad, y puede ser que, como los tericos, contribuimos a la articulacin de esos momentos. No estoy seguro de cul es mi posicin entre Levinas y Laplanche. Los he trado juntos (contra su voluntad), slo para sealar que para Levinas, de manera primaria, estamos vulnerados por la alteridad, y que esta defi NES nosotros como receptivo y relacional desde el principio. Laplanche habla de choque como la forma de pensar acerca de una teora general de la seduccin, ofreciendo una contribucin original a la teora psicoanaltica de este tipo. Para Laplanche, la misma activacin de las unidades depende de ser afectados desde el principio por aquellos cuyo tacto y sonidos producir la primera y abrumadoras instancias de un mundo humano ambiente. Levinas habla de "persecucin" como la relacin primaria con el otro, y esto generalmente alarmas psicoanalistas relacionales, y es comprensible. Pero, qu quiere decir con esto es que no se nos da ninguna opcin al principio de lo que va a impresionar a s mismo sobre nosotros, o sobre cmo se registrar esa impresin y traducido. Se trata de esferas de impresionabilidad radical y la receptividad que son anteriores a toda eleccin y deliberacin. Y no son slo caractersticas de la infancia o de otras formas filosficas principales de experiencia. Ellos se repiten a lo largo de la vida como parte de una sensibilidad no completamente articulada. Pero quizs lo ms importante, esta sensibilidad no es ni mo ni tuyo. No es una posesin, sino una forma de ser portado hacia otro, ya en manos de la otra, y as un modo de despojo. Para referirse a la "sensibilidad" en este sentido es referirse a una relacin constitutiva con un exterior sensual, sin la cual ninguno de nosotros puede sobrevivir. Aunque Levinas no estara interesado en las normas sociales contingentes, que, sin embargo, nos da una manera de entendernos a nosotros mismos como "dirigida" por tales normas en un nivel que no est completamente consciente o volitiva. Y aunque Laplanche en su obra posterior no ocupar las categoras de gnero y la sexualidad, que no piensa en las implicaciones de la asignacin de gnero como una especie de interpelacin primaria, una especie de "ruido" cultural que tiene que ser traducido y comprendido, y rara vez es. Lo que ms me interesa es pensar en cmo diversos vectores de poder, incluyendo las normas sociales y modos de discriminar entre las vidas de queja, conseguir colocado en el nivel de sensibilidad primaria, agarrando a pesar de nosotros, nosotros animar y formar una dimensin casi involuntaria de nuestras vidas somticas. Es difcil de considerarnos como responsable ante las interpelaciones que apenas entendemos, pero tengo entendido que este es el genio gemelo de Althusser y Kafka. Si vamos a hacer "intervenciones" en este nivel - lo que t mismo tienes identifi cado como una forma de poder regulatorio que opera en la formacin del sujeto mismo - entonces tendremos que preguntarnos qu poder toma forma en los dominios casi involuntarios de somtica y la vida sexual y qu tipos de intervenciones son posibles a partir de ah, en ese pas.