relación de la economía y las otras ciencias sociales
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“AÑO DE LA DIVERSIFICACIÓN PRODUCTIVA Y DEL FORTALECIMIENTO DE LA
EDUCACIÓN”
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE CHOTA
ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA CIVIL
INFORME
RELACIÓN DE LA ECONOMÍA Y LAS OTRAS CIENCIAS SOCIALES
Alumno
Campos Quispe, Alex Neiser
Profesor
Mg. Camacho Vitón, German Antonio
Chota – Perú
2015
RELACIÓN DE LA ECONOMÍA Y LAS OTRAS CIENCIAS SOCIALES
La economía y la política
La interdependencia de economía y política puede considerarse secular. En Grecia y en Roma,
la economía, la ética y la ciencia política formaban una única y armónica rama dentro de la
cual se desarrollaban estudios sobre la industria y el comercio, la agricultura y los tributos, la
esclavitud y la organización sociopolítica, la moneda y su valor, los intereses y los salarios.
Durante la Edad Media, la organización institucional y el orden político - económico,
estudiados por los escolásticos, fueron sometidos a unos nuevos y extraordinario conjunto de
normas de moral práctica, pero por lo general todo se reunía también bajo los conceptos de la
ética, la economía y la política. A partir del siglo XXI hasta las revoluciones liberales del siglo
XVIII, la economía y la política superaron su sumisión los principios escolásticos y prepararon
el terreno para su autonomía científica, pero permanecieron interdependientes como hasta la
actualidad.
Esa secular interdependencia de la economía y ciencia política provino de que pertenece la
política, el estudio de la organización del Estado y de las relaciones entre las clases dirigentes
y las dirigidas, el establecimiento de importantes instituciones sobre las que se desarrollaran
las actividades económicas. En consecuencia, la organización política y la organización
económica se vuelven interdependientes: la acción económica se subordina a la estructura
política de la sociedad, determinada generalmente por cierto grupo de dominación, mientras
la acción del grupo de dominación política, se encuentra muchas veces subordinada a la
estructura de los centros de manejo del poder económico.
En el mundo occidental, esa interdependencia de economía y la ciencia política se acentúan a
partir de la gran depresión , cuando se transforman las propias características políticas de las
economías basadas en la libre empresa, en función de la nueva orientación intervencionista
que modifico la estructura del sistema capitalista. Además, en la conmocionada década de
1930, la propia ciencia política proporciono a la economía los elementos que aseguraran la
continuación del régimen en naciones del bloque occidental, y reconoce definitivamente que
el sistema económico fundamentado en la libre iniciativa era vital para la continuidad de las
formas tradicionales de organización política en occidente.
Contrariamente, en el bloque socialista se reafirmó la necesidad del estudio integrado de la
economía y política, pues los elementos básicos de su organización económica solo podrían
servir existiendo a partir de la continuidad y conservación de las formas fundamentales de su
estructura política. Además una de las instituciones básicas de las economías socialistas es la
perfecta yuxtaposición de los poderes económico y político. Se confunden en esas
necesidades, las espinas dorsales de los centros de mandos de esos poderes. Junto a sus
funciones políticas y ligadas a ellas, el Estado socialista ejerce funciones característicamente
económicas y también desempeña la dirección, la administración y la gestión de todo el
sistema empresarial.
Así, en nuestra época –ya sea en las economías liberales del mundo occidental, o en las
basadas en el socialismo de Estado- los sistemas económico y político se encuentran de tal
suerte integrados que no tiene sentido el estudio aislado de cada uno de ellos, porque esa
unión no solo es estructural. También en términos coyunturales la integración es bastante
clara: en cualquier sociedad, la inestabilidad de las instituciones políticas conduce fatalmente
a la inestabilidad económica, Recíprocamente, la estabilidad y el desarrollo económico se
encuentran entre los factores esenciales que condicionan la estabilidad de los centros de
mando del poder político.
La economía y la sociología
Entre la economía y la sociología hay también estrechos y seculares lazos de unión. P Sorokin,
conocido sociólogo ruso, en su Contemporary sociological theories muestra que en la Grecia
antigua los pensadores clásicos partieron de factores económicos para explicar muchos
procesos sociales, en tanto que en la edad media y el renacimiento la mayoría de los autores
tendían al examen conjunto de las interrelaciones de las luchas sociales y de clases y de
intereses económicos. Fue a partir del siglo XVIII cuando la economía y la sociología se
fragmentaron como segmentos distintas de las ciencias sociales, en respuesta a la
especificidad científica de la época. Esa fragmentación continuó durante las primeras décadas
del siglo XIX, pero a partir de entonces se reivindicó en las dos ramas de mayor
intercomunicación. En su cours d´ economie politique, 1828 Jean Baptste Say, uno de los
teóricos más notables de la economía en Francia, señalo que el desarrollo de las ciencias
económicas estaría subordinado a la investigación que los economistas deberían realizar
sobre las interrelaciones y la cohesión existente entre las diversas partes del sistema social.
Tal argumento implicaría reducir las distancias entre la sociología y la economía.
A partir de entonces, la reducción de las distancias entre las investigaciones de naturaleza
económica y sociológica ha dominado, además, por el creciente interés de los economistas en
determinados sectores de la realidad social, que se estudiaron específicamente por los
sociólogos. L a interacción social, el comportamiento de los grupos, la movilización, la
estratificación, los cambios sociales, la investigación de las condiciones de vida de las
comunidades y el examen de diferentes niveles de organización y de cultura de la sociedad,
son algunos de los sectores que cayeron en el campo de la gravitación de la sociología, en
función de la necesidad de especialización de cada una de las ramas de las ciencias sociales.
Sin embargo, esos sectores, como tanto otros, constituyen la razón de ser de la investigación
sociológica, interesan de cerca al análisis económico y re aproximan a la economía y la
sociología, definiendo los estrechos lazos que hoy vinculan a esas dos ramas del conocimiento
humano.
Además, es tal la importancia del análisis sociológico para una comprensión perfecta de la
realidad económica, que desde a fines de la segunda guerra mundial, entre las ramas de la
sociología especial, se está desenvolviendo con particular interés la de la sociología
económica, pudiendo decirse que a partir de entonces, los sociólogos se constituyeron en los
principales tributarios de los economistas.
Los economistas contemporáneos no desconocen que los móviles psicológicos de naturaleza
subjetiva, tan importantes como los factores objetivos condicionantes de la actividad
económica, son determinados por varios grupos de las relaciones sociales, cuyo análisis
concierne directamente a la economía, aunque constituyan el mismo objetivo de la sociología,
la ciencia particular de los social.
La economía y la historia
Los problemas económicas en su mayoría, además d estar interrelacionados con las
estructuras políticas y sociales, están también condicionados a la evolución histórica
permanente de las civilizaciones. Este condicionamiento expresa un alto grado de
interdependencia a la historia y la economía. La investigación histórica se cubre de una
utilidad indiscutible para el economista, proporcionándole la localización precisa en el
tiempo y en el espacio de las actividades humanas, la naturaleza general y las interrelaciones
entre los acontecimientos, tanto como la organización y evolución de los hechos.
Además, aceptándose lo que señala R. Aron de que en la actualidad, ´´ el sentido final de la
historia, no se deriva nunca de la exclusiva consideración del pasado, pero si del análisis
dinámico de las sociedades´, estrechándose cada vez más las relaciones entre la historia y la
economía al traspasar los límites de su primera jurisdicción, delimitados solo por el registro
sistemático de hechos aislados, el análisis históricos amplio su red de interdependencia en
relación al análisis económico facilitando al economista el entendimiento del problema de
desarrollo en conexión con el análisis de la nuevas tendencias político ideológicas de las
civilizaciones contemporáneas.
Así, aunque no se pueda afirmar que la investigación histórica sea la principal fuente del
análisis económico, se debe reconocer que la economía se auxilia en buena medida de la
historia, principalmente porque el economista necesita seguir, día tras día, las rápidas
transformaciones culturales que están sufriendo las civilizaciones de occidente y oriente. Más
que esto como bien observa M. Niveau, ´el economista debe apoyarse en la historia, no
solamente para descubrir en ella el pasado, sino para comprender mejor el presente y
anticipar el futuro.´
Los vertiginosos cambios en los rumbos de la historia contemporánea parecen conducir a
nuevas condiciones de equilibrio global y por eso interesan al economista, pues abarcan la
propia dinámica de las economías modernas. En consecuencia, se entiende la historia como la
ciencia de la evolución, solo podrá el análisis económico establecer un contacto continuo con
la dinámica de las sociedades contemporáneas mediante una creciente interrelación con la
investigación histórica, en especial en una época en que la historia se libera de sus
tradicionales concepciones y parte hacia el análisis de perspectiva, del mayor interés para la
comprensión de la evolución económica de la época actual.
La economía y la geografía
Las interrelaciones de economía y geografía derivan de una premisa fundamental: las
instituciones económicas y las formas de organización de la actividad productiva divergen (y
a veces acentuadamente) de país a país e incluso dentro de un mismo país entre sus
diferentes regiones. La investigación de esas diferencias, un tanto derivadas de las
características del medio, es asunto que compete a la geografía, cuyo campo de acción se
amplía cada vez más, apartándose de simples registros de accidentes geomorfológicos y de
fenómenos climáticos, para ocuparse del análisis relevante que interesan a la economía.
Como ejemplos, se encuentran en su campo el registro y análisis de las condiciones
geoeconómicas de los mercados regionales, la localización de factores productivos, la
distribución poblacional en el pasado geográfico, la descripción y evaluación de métodos
regionales de producción, intercambio y comunicaciones, la composición sectorial de la
actividad económica, la eficiencia infraestructural de la economía y las apropiadas formas de
organización de las unidades productivas.
Con esa ampliación de su orientación, la geografía moderna se transformó en una de las
ramas del conocimiento que más han auxiliado la tarea del análisis económico. La geografía
económica, particularmente, se muestra como de inestimable utilidad para la política
económica, pues esta exige un registro preciso de los recursos naturales y humanos de la
sociedad y no puede prescindir de análisis geomorfológicos, climatológicos, pedagógicos,
hidrográficos y biogeográficos que orientan a los planificadores de la distribución regional de
los recursos financieros y tecnológicos disponibles, con miras a su mejor aprovechamiento.
Además, debido a que la vocación natural y la diversidad tipológica de los recursos de varias
regiones, son relativamente pocos, en relación con el conjunto de la fenomenología
económica, los fenómenos que no poseen características regionales o, más precisamente, de
lugar. El problema económico fundamental de la humanidad, que se manifiesta por la lucha
por la escasez, es evidentemente y al mismo tiempo, igual para los primitivos poblados
pequeños del suroeste asiático, que para las metrópolis desarrolladas de Europa occidental.
Pero lo que importa en el análisis económico son exactamente las diferencias del
comportamiento económico que existen en una región y otra región. Esas diferencias están
condicionadas por un gran número de características que la moderna geografía económica
investiga y registra, como las condiciones del medio, la estructura y la evolución demográfica,
la forma de utilizar las modernas conquistas tecnológicas y los propios sistemas de
producción.
Eso no quiere decir que el papel del geógrafo y del economista se estén confundiendo, ya que
están netamente diferenciados en el mundo actual. Pero esa diferenciación –que tiene como
fundamento la diversidad del objetivo de ambas ciencias- no valida el régimen de
interdependencia que cada vez más caracteriza el análisis de índole geográfica y económica.
La economía y el derecho.
Además de que condiciona las características del espacio geográfico en que se localiza, la
evolución de la historia y las modificaciones de las bases institucionales y sociales, la
actividad económica se mantiene también unida a la estructura jurídica del sistema. Esta
unión implica un alto grado de interdependencia del derecho y la economía, toda vez que
compete a la ley jurídica situar al hombre, la empresa y la sociedad ante el poder político y de
la naturaleza, definiendo sus derechos y sus responsabilidades y también fijando los limites
dentro de los cuales podrán ejercerse la libertad de acción de cada uno de esos agentes de la
actividad económica.
Todos los hechos económicos tienen raíces condiciones que los sitúan también en el área
específica del derecho. La acción económica tiene por sujetos a los individuos, a las empresas
y al sector gubernamental. Esos tres sujetos definen tres diferentes esferas de interés, cada
una de las cuales está en conflicto potencial con las otras dos. La libertad de organización y de
competencia de las empresas, así como la libertad de opción y de actividad económica de los
individuos deben ser ajustadas permanentemente por las leyes jurídicas, de tal forma que se
concilien los intereses y las responsabilidades reciprocas, solucionando los conflictos
potenciales observados.
Además, con la importancia cada vez mayor que el sector gubernamental ejerce en el medio
económico, las relaciones entre las ciencias del derecho y la economía han despertado gran
interés. Después de la segunda guerra mundial se enriquecieron las experiencias jurídicas
sobre la realidad económica. Francia introdujo el derecho económico como disciplina
curricular en 1945, por medio de Bernard Chenot, en la universidad de Paris. En Italia,
Lorenzo Mossa abrió el camino para el desarrollo de una nueva rama, en lo que toca a
Alemania, por medio de las investigaciones de Wighem Hedeman, desde 1920 se ha dedicado
mayo atención a la interdependencia que debería orientar los conocimientos económicos y
jurídicos. Por otra parte, a los juristas alemanes se les debe la comprensión exacta del papel
que el derecho debe desempeñar en cualquier sistema económico, ya que mediante él se
obtiene la sistematización de las energías sociales y el orden económico natural se sustituye
por el orden económico jurídicamente determinado.
Esta sustitución, que provoco una mayor interrelación de economista y derecho, resulto de
cambios que se suscitaron en la comprensión del orden económico. Cuando en el siglo XVII la
economía se inició como ciencia, los economistas clásicos defendían la primacía del
individualismo y del estado liberal. Posteriormente, después de la segunda guerra mundial, el
estado incremento su participación en las actividades económicas, es tanto que se redujo el
ámbito de la acción privada y se amplió el ordenamiento de la actividad económica. Además
de eso, concluye Peluso de Souza, se registró un aumento en las instituciones que restringían
el poder y la libertad individuales de decidir en materia económica.
Con la sustitución del franco-liberalismo por el sistema económico orientado o dirigido por el
sector gubernamental, se ampliaron los conceptos legislativos referentes a las actividades
económicas. Esto dio lugar a que el conocimiento económico y el conocimiento jurídico, no
usaran los viejos conceptos que los mantenían separados, para así estrechar las relaciones de
interdependencia que los caracterizan en la actualidad.
La economía y los métodos cuantitativos
La economía mantiene estrechas relaciones con otras ramas del conocimiento que no se
sitúan necesariamente en el ámbito de las ciencias sociales. Entre estas destacan los
conceptos que generalmente se agrupan bajo la denominación de métodos cuantitativos,
como la matemática y la estadística.
Los métodos cuantitativos han sido de particular interés para la economía, no solo en razón
de la necesidad de que se cuantifiquen ciertos fenómenos económicos, sino también debido al
extraordinario desarrollo de la econometría. Los modernos modelos macroeconómicos, el
desarrollo de la teoría del crecimiento, los análisis de las relaciones intersectoriales, los
cálculos exigidos para la planificación de la actividad económica y, finalmente, la previsión de
fluctuaciones coyunturales, son algunos de los factores que han intensificado las
interrelaciones del análisis económico y los métodos cuantitativos de investigación.
En su clásico texto An introduction to positive economics, R. Lipsey demuestra que los
métodos de cuantificación, principalmente mediante los instrumentos de análisis estadístico,
han desempeñado un doble papel junto al desarrollo de la economía. En primer lugar –
observa ese autor- los economistas recogen las observaciones del mundo real,
cuantificándolas tanto como sea posible para comprobar las teorías económicas elaboradas.
En segundo lugar, a partir de los datos recabados procuran deducir loas correlaciones
existentes entre las variables económicas relevantes, recurriendo así a la estadística para
desarrollar nuevos principios subyacentes a la realidad. Ya que la economía no es una ciencia
experimental de laboratorio, mediante las técnicas de análisis estadístico, a partir de un
número suficiente de observaciones se hace posible probar la falsedad o veracidad de las
hipótesis teóricas formuladas.
Paralelamente, los economistas recurren a las matemáticas como uno de sus instrumentos
auxiliares de trabajo. Puesto que las observaciones económicas son cuantificables, pueden
también ser presentadas y analizadas mediante modelos matemáticas. A pesar de que estos
no pueden ser interpretados con el rigor de fórmulas desarrolladas en el campo de las
ciencias experimentales, suelen ser útiles como medios de representación de la realidad y de
proyección de los resultados que los economistas esperan obtener cuando aplican
determinadas acciones para modificar esa misma realidad.
La economía como ciencia social
Resumiendo aun cuando se recurra a métodos cuantitativos, como uno de sus instrumentos
metodológicos, el estudio de los aspectos económicos de la vida, es objeto de una de las más
extensas categorías del conocimiento humano, las ciencias sociales. Estas también se pueden
caracterizar como ciencias del comportamiento o, alternativamente, como ciencias humanas.
Por lo que se ha visto en este primer capítulo, la semejanza que existe con la demás ramas de
la ciencias sociales, no se considera a la economía como cerrada en torno de sí misma, por las
implicaciones de la acción económica sobre otros aspectos de la vida humana, el estudio de la
economía implica la apertura bivalente de sus contornos, hacia las demás aéreas de la
ciencias humanas. Por una parte, debido a que la economía busca fundamentar el subsistema
de sus principios, conceptos y modelos teóricos no solo en su propia coherencia, uniformidad
y apego a la realidad, sino también en los subsistemas desarrollados en otras áreas del
conocimiento social. Por otra parte, para influir también en el cuestionamiento de los
principios y adquisiciones conceptuales de dichas áreas.
Las relaciones bivalentes de la economía con otros segmentos del conocimiento humano, se
explican en la figura sintetizadas por Sillo ´los economistas no tienen su trabajo limitado por
las ideas formales de una sola disciplina´. Las filosofías políticas y los principios éticos a que
subordinan sus valore, sus vidas y la variada gama de sus percepciones, tratan de explicar
muchas cosas que sobrepasan la lógica explicita de su trabajo profesional.
Ente los economistas contemporáneos que trataron el carácter bivalente de la economía, tal
vez fue Bouldin, quien los resumió con mayor claridad y objetividad: ‘los problemas
económicos no tienen contornos bien delineados, se guían perceptiblemente por la política,
por la sociología y por la ética, así como hay asunto políticos, sociológicos o éticos que son
involucrados o igualmente derivados de posturas económicas. No se exagera al decir que la
respuesta final a los asuntos cruciales de la economía se encuentra en alguna otra área. O que
la respuesta a otras cuestiones humanas tratadas formalmente en otras esferas de las ciencias
sociales, pasaran necesariamente por alguna revisión del orden real de la vida o del
conocimiento económico.´
En resumen, se puede deducir que las interferencias de la economía con otras áreas de las
ciencias sociales, suceden porque las relaciones humanas y los problemas en ellas implícitos
o de ellas derivados no son fácilmente separables según los niveles de referencia
estrictamente preclasificados. La relativa económica debe verse solo como una abstracción
útil para analizar aspectos específicos de lucha humana por la sobrevivencia, prosperidad,
bienestar individual y bien común. Sin embargo, sucede que esa misma lucha no se agota al
nivel en que se acordó llamar relaciones económicas. Va mucho más allá, abarcando aspectos
que muestran respeto a la postura ético-religiosa, a las formas de organización políticas, a las
formas de relación social, a la estructuración del orden jurídico, a los patrones de conquistas
tecnológicos, a las limitaciones impuestas por las condiciones del medio ambiente y más
ampliamente a la formación cultural de la sociedad. Por supuesto, son importante los puntos
siguientes señalado por: Schumpeter uno de los más destacados historiadores del
pensamiento económico.
· El proceso social, en realidad, es un todo indivisible, no en lo concerniente a su trabajo
metodológico, la mano clasificadora del investigador, trata de separar debido a su naturaleza,
cada uno de los hechos que componen el tejido indescriptible de las relaciones sociales. La
clasificación de un hecho como económico, involucra una abstracción –la primera de muchas
que se imponen por las condiciones técnicas de la limitación mental de la realidad.
· Los hechos sociales resultan del comportamiento humano. Se caracterizan como hechos
económicos medida que el conjunto de los aspectos sociales que los envuelven va siendo en
cierta forma encubierto por consideraciones o motivaciones de tipo económico. Estos
necesariamente serán arrastrados a procesos que se consideran económicos, circunscritos al
polinomio producción-distribución-gasto-acumulación. El encubrimiento no será siempre
parcial, a medida que cada uno de los aspectos de ese polinomio también involucra
consideraciones o condiciones éticas, sociales y políticas, esta además subordinado a un
conjunto de normas jurídicas o de valores culturales.
· La descripción y el análisis de los eslabones causales que unen los hechos económicos a los
no económicos así como el descubrimiento de la lógica que orienta las relaciones sociales en
su conjunto, estarán siempre presentes en las abstracciones que elaboramos para
sistematizar el conocimiento de los aspectos económicos del proceso social.
Considerarse secular. En Grecia y en Roma, la economía, la ética y la ciencia política formaban
una única y armónica rama dentro de la cual se desarrollaban estudios sobre la industria y el
comercio, la agricultura y los tributos, la esclavitud y la organización sociopolítica, la moneda
y su valor, los intereses y los salarios. Durante la Edad Media, la organización institucional y
el orden político - económico, estudiados por los escolásticos, fueron sometidos a unos
nuevos y extraordinario conjunto de normas de moral práctica, pero por lo general todo se
reunía también bajo los conceptos de la ética, la economía y la política. A partir del siglo XXI
hasta las revoluciones liberales del siglo XVIII, la economía y la política superaron su
sumisión los principios escolásticos y prepararon el terreno para su autonomía científica,
pero permanecieron interdependientes como hasta la actualidad.
Esa secular interdependencia de la economía y ciencia política provino de que pertenece la
política, el estudio de la organización del Estado y de las relaciones entre las clases dirigentes
y las dirigidas, el establecimiento de importantes instituciones sobre las que se desarrollaran
las actividades económicas. En consecuencia, la organización política y la organización
económica se vuelven interdependientes: la acción económica se subordina a la estructura
política de la sociedad, determinada generalmente por cierto grupo de dominación, mientras
la acción del grupo de dominación política, se encuentra muchas veces subordinada a la
estructura de los centros de manejo del poder económico.
En el mundo occidental, esa interdependencia de economía y la ciencia política se acentúan a
partir de la gran depresión , cuando se transforman las propias características políticas de las
economías basadas en la libre empresa, en función de la nueva orientación intervencionista
que modifico la estructura del sistema capitalista. Además, en la conmocionada década de
1930, la propia ciencia política proporciono a la economía los elementos que aseguraran la
continuación del régimen en naciones del bloque occidental, y reconoce definitivamente que
el sistema económico fundamentado en la libre iniciativa era vital para la continuidad de las
formas tradicionales de organización política en occidente.
Contrariamente, en el bloque socialista se reafirmó la necesidad del estudio integrado de la
economía y política, pues los elementos básicos de su organización económica solo podrían
servir existiendo a partir de la continuidad y conservación de las formas fundamentales de su
estructura política. Además una de las instituciones básicas de las economías socialistas es la
perfecta yuxtaposición de los poderes económico y político. Se confunden en esas
necesidades, las espinas dorsales de los centros de mandos de esos poderes. Junto a sus
funciones políticas y ligadas a ellas, el Estado socialista ejerce funciones característicamente
económicas y también desempeña la dirección, la administración y la gestión de todo el
sistema empresarial.
Así, en nuestra época –ya sea en las economías liberales del mundo occidental, o en las
basadas en el socialismo de Estado- los sistemas económico y político se encuentran de tal
suerte integrados que no tiene sentido el estudio aislado de cada uno de ellos, porque esa
unión no solo es estructural. También en términos coyunturales la integración es bastante
clara: en cualquier sociedad, la inestabilidad de las instituciones políticas conduce fatalmente
a la inestabilidad económica, Recíprocamente, la estabilidad y el desarrollo económico se
encuentran entre los factores esenciales que condicionan la estabilidad de los centros de
mando del poder político.