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Mario Solís Reflexiones en torno a la producción de sentido en el mundo moderno: una lectura de Modernidad, pluralismo y crisis de sentido de Peter Berger y Thomas Luckmann Abstract. Identity, that is to say, "sense- constructing process" shows a high level 01 complexity in its historical realization. as well as in the analytical discourses that are required Ior interpreting it.Peter Berger and Thomas Luckmann do their part in Modernidad, pluralismo y crisis de sentido. This article presents a dialogue and a critical discussion with the authors and tries to point out some "untaken" roads for understanding identitary processes. Key words: Modernity, identity, sense constructing processes. Resumen. Identidad, es decir, construcción de sentido, se muestra sumamente compleja tanto en su concreción histórica como en la mediación discursiva-analítica que intenta interpretarla. Peter Berger y Thomas Luckmann hacen lo suyo en Modernidad, pluralismo y crisis de sentido. El presente artículo constituye un intento por recoger la discusión, dialogar críticamente con los autores y señalar vías no abordadas para la comprensión de los procesos identitarios. Palabras clave: Modernidad, identidad, construcción de sentido. Introducción Hemos querido aprovechar este espacio aca- démico para recoger algunas de los planteamien- tos fundamentales de Berger y Luckmann en su último trabajo conjunto, a saber, Modernidad, pluralismo y crisis de sentido. Básicamente, intentaremos presentar los lineamientos genera- les de su argumentación y recuperar la preocupa- ción medular, la tan asumida crisis de sentido en la modernidad. A partir de ello, nos proponemos abordar un asunto específico: el "lugar teórico" de dichas nociones que están a la base de la dis- cusión sobre la identidad y la herencia sociológi- ca (o analítico-social) de la que los autores parten y en la que los autores han "montado" su trabajo conjunto e individual. La "línea" de análisis de Berger y Luckmann es clara: ambos sociólogos son "hijos" del "espa- cio analítico" llamado sociología fenomenoló- gica (o fenomenología social) que abría Schutz en la segunda mitad del siglo XX con su obra Fenomenología del mundo social (1932).1 Su obra clásica, La construcción social de la reali- dad (1967), apareció como un intento por recoger los aspectos fundamentales de la obra de Schutz juntamente con la herencia de grandes (y disími- les) pensadores como Durkheim, Marx y Mead. El trabajo de estos autores se enmarca dentro de la sociología del conocimiento (tal y como el mismo subtítulo de la obra lo corrobora) y su riqueza consiste en intentar "integrar" o articular categorías de análisis de lo "micro" (como lo presenta la tradición fenomenológica e indirec- tamente la del interaccionismo simbólico, y que va tomando forma con otras nuevas tendencias como la etnometodología) con el análisis de lo "macro" (cuyas categorías apuntan a fenómenos sociales "ampliados"). Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLII (106-107), 75-82, Mayo-Diciembre 2004

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Mario Solís

Reflexiones en torno a la producción de sentidoen el mundo moderno: una lectura de

Modernidad, pluralismo y crisis de sentidode Peter Berger y Thomas Luckmann

Abstract. Identity, that is to say, "sense-constructing process" shows a high level 01complexity in its historical realization. as well asin the analytical discourses that are required Iorinterpreting it.Peter Berger and Thomas Luckmanndo their part in Modernidad, pluralismo y crisis desentido. This article presents a dialogue and acritical discussion with the authors and tries topoint out some "untaken" roads for understandingidentitary processes.

Key words: Modernity, identity, senseconstructing processes.

Resumen. Identidad, es decir, construcciónde sentido, se muestra sumamente compleja tantoen su concreción histórica como en la mediacióndiscursiva-analítica que intenta interpretarla.Peter Berger y Thomas Luckmann hacen lo suyoen Modernidad, pluralismo y crisis de sentido.El presente artículo constituye un intento porrecoger la discusión, dialogar críticamente conlos autores y señalar vías no abordadas para lacomprensión de los procesos identitarios.

Palabras clave: Modernidad, identidad,construcción de sentido.

Introducción

Hemos querido aprovechar este espacio aca-démico para recoger algunas de los planteamien-tos fundamentales de Berger y Luckmann en su

último trabajo conjunto, a saber, Modernidad,pluralismo y crisis de sentido. Básicamente,intentaremos presentar los lineamientos genera-les de su argumentación y recuperar la preocupa-ción medular, la tan asumida crisis de sentido enla modernidad. A partir de ello, nos proponemosabordar un asunto específico: el "lugar teórico"de dichas nociones que están a la base de la dis-cusión sobre la identidad y la herencia sociológi-ca (o analítico-social) de la que los autores parteny en la que los autores han "montado" su trabajoconjunto e individual.

La "línea" de análisis de Berger y Luckmannes clara: ambos sociólogos son "hijos" del "espa-cio analítico" llamado sociología fenomenoló-gica (o fenomenología social) que abría Schutzen la segunda mitad del siglo XX con su obraFenomenología del mundo social (1932).1 Suobra clásica, La construcción social de la reali-dad (1967), apareció como un intento por recogerlos aspectos fundamentales de la obra de Schutzjuntamente con la herencia de grandes (y disími-les) pensadores como Durkheim, Marx y Mead.El trabajo de estos autores se enmarca dentrode la sociología del conocimiento (tal y comoel mismo subtítulo de la obra lo corrobora) y suriqueza consiste en intentar "integrar" o articularcategorías de análisis de lo "micro" (como lopresenta la tradición fenomenológica e indirec-tamente la del interaccionismo simbólico, y queva tomando forma con otras nuevas tendenciascomo la etnometodología) con el análisis de lo"macro" (cuyas categorías apuntan a fenómenossociales "ampliados").

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Tenemos, pues, un intento por trabajar a lavez con las estructuras objetivas (históricas) delo social y con los elementos propios de la teoríassubjetivistas que dan lugar a la configuración delmundo en las experiencias vitales y en los espa-cios del mundo de la vida (materializadas en lacotidianidad). Este esfuerzo se muestra comouna constante en muchos de los trabajos poste-riores de los autores (que acercan los problemasde la sociología del conocimiento a los de lasociología de la religión) No nos correspondeaquí retomar puntualmente La construcci6nsocial de la realidad, ni los trabajos que ambosautores escribieron y publicaron por separadodurante los siguientes veinticinco años", sinoque hemos de considerar ese nuevo trabajo con-junto, que refleja el mismo anhelo de antaño:dar cuenta del mundo social a partir de sujetos,en consideración de estructuras y, ahora, a la luzde las discusiones en torno a la modernidad.

El libro

Modernidad, pluralismo y crisis de sentidoes un texto pequeño que consta de siete capítulosy cuya primera edición en español fue publicadapor Paidós en 1997.3 Ya desde el primer capítulolos autores "marcan la cancha": explícitamenteplantean su objetivo, a saber, "identificar lascondiciones generales y las estructuras básicasdel sentido de la vida?', a partir de generalidadesantropológicas. La primera afirmación categóricaque nos encontramos señala la vía o el caminode acceso a la reflexión sobre la modernidad yel sentido: "El sentido (Sinn) se constituye en laconciencia humana: en la conciencia del indivi-duo que está individualizado en un cuerpo vivo(Leib) y ha sido socializado como persona'P. Esaconciencia es siempre "conciencia de algo", esdecir, se constituye por su objeto intencional yaparece en un espacio (y conjunto) experiencialdeterminado. El énfasis de los autores en el restodel texto estará puesto en ese elemento "concien-cia", más que en su "lugar de gestación", el cuer-po vivo y socializado, es decir, en la "vivenciade sf" y con "los otros". Esa "conciencia de algo"(que se predica de cualquier forma de conciencia)se dice de modo particular respecto del sentido enel tanto éste es definido puntualmente como "una

forma algo más compleja de conciencia" con unacaracterística básica: "tener siempre un punto dereferencia'v. Esa referencia es un hecho, un acu-mulado de experiencias que se articulan en la eje-cución de las acciones, un hecho de conciencia.

Berger y Luckmann sostienen que la consti-tución de sentido ha de interpretarse a partir delas aprehensiones subjetivas (su fundamento) y laobjetivación del sentido subjetivo en la vida social(acción social). Tenemos entonces dos elementosconstitutivos de sentido: los que proceden dela subjetividad "inmediata" (esos "estratos mássimples del 'sentido" creados en "la experienciasubjetiva de una persona"? y los que proceden dela objetivación del sentido subjetivo (estrato supe-rior y estructura compleja) en la acción social.Los autores hacen uso de una serie de categoríasmuy llamativas (unas provenientes directamentede su mentor: Alfred Schutz, otras "reconstrui-das"), a saber, depósitos de sentido, comunidadde sentido, islas de sentido, importación de sen-tido, entre otras. Una de esas categorías centraleses la de "acervo social del conocimiento", queencuentra su génesis en la "constitución subjetivadel sentido'" y que contiene el "material" del cualaparecerán el sentido objetivado y las institucio-nes "de sentido" tales como las iglesias. De estemodo, se habla de sentido socialmente objetivadoy procesado que son mantenidos en "depósitosde sentido" y administradas (materializadas) eninstituciones sociales.

Aquí es cuando se "aterriza" a espacios socio-históricos y culturales específicos en la discusióngeneral sobre identidad. Hablamos (un tanto iró-nicamente) de los espacios de la modernidad. Laambigüedad de la noción de modernidad se hacepatente, pues algunas veces remite a una formade experiencia, otras veces a lo "macroestruc-tural" social y otras a una "conciencia epocal",El problema básico, como veremos luego, es queesa multivocidad del término "modernidad" nopermite anclarse en la discusión sobre la pro-ducción de sentido, o permite relacionar dichasvariables de un modo altamente aleatorio. Entodo caso, los autores dejan la doble imagen demodernidad como un "fenómeno macrosocial" apartir de la noción de estructura social modernaen tanto estructura descentrada frente al caráctercentralizado de la vida premoderna. Todo esto

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para resaltar el hecho de que en la modernidadse hace latente el fenómeno del pluralismo comocorolario de la descentralización de la vida (sen-tido, acción social). La pregunta básica que plan-tean los autores tiene que ver precisamente con lasupuesta crisis de sentido que se "cierne" sobrelas sociedades modernas, plurales, descentradas.

Según Berger y Luckmann, el pluralismoes hoy un valor y una "virtud ilustrada", que seexpresa, por ejemplo, en principios ético-políti-cos como la tolerancia (luego dirán democraciay mercado). Ese pluralismo supone también hoyuna diferenciación clara de esferas de la vidasocial, en las que se constituyen "códigos" yvalores de acción (sentido) que se dicen solo ensu particularidad. Hay, por ello, comunidadesde vida (que son comunidades de sentido) indi-vidualizadas tanto respecto del ámbito en el quese mueven (la política, la economía, la cultura, lareligión) como respecto de los otros ámbitos quele circundan. Ese carácter descentrado (pluricén-trico) de la vida moderna permite pensar, segúnlos autores, en crisis de sentido al "colapsar" cier-to tipo de "orden" omnicomprensivo, universal,omnipresente y encontrarnos ahora "huérfanos"en el mundo (o del mundo). Que la modernidadesté marcada por un proceso de secularización (ode segmentación y atomización de "comunidadesde fe") constituye uno de los signos del procesode descentralización expresado en la "disolución"de esa forma de centralización por excelencia, asaber, la religión.

Posteriormente, los autores señalan de modopuntual que el pluralismo no establece sino una"serie larga de alternativas" 9 y, paradójicamente,sostienen que un ejemplo de esto lo tenemos enlas "instituciones madre de la sociedad moderna(en su pluralismo selectivo), a saber, la economía.de mercado y la democracia. Sobre esto diremosuna palabra en su momento. Luego de tal aseve-ración, Berger y Luckmann refuerzan esa idea deque hoy existen "nuevas instituciones para la pro-ducción y transmisión de sentido (industria delconocimiento, medios de comunicación, muchasformas de psicoterapia, etc.) y, con ello, sostienenque no hay una crisis general de sentido sino unacrisis latente de sentido'",

Hay esferas institucionales básicas (por sualcance político y cultural, como el Estado y la

iglesia respectivamente) que marcan una diferen-ciación de actos, tanto respecto de dichas esferas(cuyas instituciones son el producto del sentidoobjetivado, ligado a sus funciones específicas)como de los esquemas subjetivos de interpreta-ción de la vida (Cap. 6). Esas esferas instituciona-les básicas no constituyen un centro, sino un espa-cio más de acción y de producción de sentido, enel que convergen una serie ampliada de "peque-ñas" comunidades de sentido. A estas habría queapoyarlas (desde el sector privado -mercado- y elpúblico -el Estado-) en tanto instituciones "inter-medias" (entre las esferas básicas de sentido y lavida cotidiana experimentada e interpretada sub-jetivamente) para que no se radicalicen y para queprotejan los "pequeños mundos de la vida"!'.

Los autores señalan finalmente la impor-tancia de la comunicación en todos los procesossubjetivos y objetivos de producción de sentidoy remarcan su tesis de la necesidad de fortalecerlas instituciones "intermedias" (con raíces localesprofundas) para lo que podríamos llamar un equi-librio moderno de sentidos. Habría que recon-ciliarse, como nos lo dicen los autores, con lasconsecuencias negativas del pluralismo y la dife-renciación estructural a través de ese equilibriode sentidos, como mecanismo de "orientación delhombre moderno".

Reflexiones sobre lo dicho

El tema del sentido

Partimos del supuesto de que el tema delsentido desde el análisis social es el tema de laidentidad. La categoría "identidad", como es desuponer, se dice desde distintos "lugares dis-cursivos" y aparece en una serie casi infinita deestudios, que van desde el arte (literatura, música,arte plástico) y la ñlosofía'P hasta las cienciassociales (piénsese en la abundante referencia adicha noción, sea desde la psicología o la antropo-logía). Preguntarse por el "ser-sí-mismo" (en suacepción más amplia) es efectivamente una cons-tante antropológica, como bien lo dicen los auto-res, y la pertinencia de esa pregunta "universal"en nuestro contexto sociohistórico es todavía másurgente. Hay que recalcar, sin embargo, que lapregunta, planteada desde las ciencias humanas y

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desde la filosofía social es fundamente ético-polí-tica, por lo que ese "ser-sí-mismo" "se compren-de" y, mejor aún, se construye en la acción social.Hemos de pensar en identidad como valor, empe-ro ella ha de entenderse en la interacción social (ala vez institucionalizada y vivencial), como hechosocial. Hablamos de identidad, más no la identi-dad estática, sustantiva, sino la identidad proceso,construcción intersubjetiva, concreción históricaque adquiere su "materialidad" en institucionessociales y prácticas de vida. Castells define dichoconcepto del siguiente modo "Por identidad, enlo referente a actores sociales, entiendo el pro-ceso de construcci6n de sentido atendiendo a unatributo cultural o un conjunto relacionado deatributos culturales, al que se da prioridad sobreel resto de las fuentes de sentido't'", Remitir lanoción de identidad a procesos, que no son sinoprocesos socio históricos, constituye una razónnecesaria en el análisis social!". Señalar, además,que el análisis identitario desde el discurso filosó-fico-social pasa necesariamente por el ámbito dela cultura, tanto en su sentido más amplio (comoproducción humana, acción humana creadora)como en su carácter de "visión de mundo" -taly como lo sugiere Castells- equivale a ubicaruno de esos elementos básicos para el estudiode la construcción identitaria. Decir "visión demundo" es también pertinente en tanto marcael espacio de lo representacional (símbolo, "actosocial") como factor fundamental (no único) delfenómeno identitario. Ese es precisamente ellado "fuerte" de los planteamientos de Berger yLuckmann respecto del sentido: su ser represen-tación (conciencia compleja), que, como intenta-remos mostrar posteriormente, queda huérfano(o manco) una vez que aborda sin dar cuenta desu "hacerse" en la interacción social. Sostenemosque la noción de identidad (construcción desentido) ha de decirse en su "acontecer", en su"terrenalidad" en su concreción histórica micro",como "materia prima" de la representación.Consideramos que el "mundo de la representa-ción se "concreta" en las interacciones subjeti-vas contextualizadas en el tiempo y el "espaciosocial", que da lugar a una institucionalización(acumulado histórico de sentido) de las mismas.De este modo, ámbito de la cultura, contextuali-zación espacio-temporal, carácter relacional (que

supone una intersubjetividad) han de aparecer enla reflexión sobre el sentido, sobre la identidad.

Frédéric Debuyst resulta sugerente respectode una noción de identidad que parta de taleselementos, según es posible ver en su textoAmérique Latine: espaces de pouvoir et identitéscollectives. En primer lugar, el autor presenta laidentidad como una noción relacional que tieneefectos tanto en el imaginario como en los "con-tenidos culturales" y en las condiciones mate-riales de existencia: "L'identité est une notionrelationnelle: elle repose sur un jeu de miroirentre la vision de soi-meme (de son in-group dansses traits spécifiques) et une vision de autres ...Ces identifications s'appuient sur des contenusculturels, transmis et intériorisés, c'est-á dire surun univers de sens de représentations portant surla destinée, les oeuvres et les relations internes dugroup, mais aussi sur less condigtions matériellesd'existence'F'

En segundo lugar -explica Debuyst- la iden-tidad gira en torno a dos ejes fundamentales,a saber: el eje de la temporalidad y el eje de laespacialidad. El primero "...comprend un tempslong-historique, present dans la mémoire, ete untempos court, vecú dans des expériences et tra-jectoires de vie".16 El segundo "définit le positio-nnement et la mobilité des acteurs sociaux dansdes ensembles geógraphiques, ainsi que dans lesstructures sociales et économiques, les institutio-ns et organisations, qui définissent les champsde pouvoirs"!", Identidad como producción desentido, como proceso (y no como esencia), comoconstrucción socio histórica con ejes espaciales ytemporales e identidad como expresión material ysimbólica de procesos de individuación y sociali-zación son la serie de constantes que correspondeentender, explicar e interpretar desde el análisisque quiera dar cuenta de lo real-social histórica-mente concreto.

Nuestra lectura Modernidad, pluralismo ycrisis de sentido, nos deja la imagen de unasobredeterminación del sentido en tanto represen-tación (forma de conciencia) respecto del sentidoen su proceso constitutivo, en su "materialidad",lo cual sería impropio para el análisis identitario.Efectivamente, la preocupación de los autoresse enmarca dentro del "discurso analítico" de laconfiguración social del sentido, empero con un

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cierto sesgo "fantasmal". No basta con discutir elsentido (representación/valor) de la vida desde símismo, es decir, en tanto representación. Ha dedarse cuenta de las condiciones generales (luga-res históricos, lugares sociales, la interacciónsocial espacio-temporal e intersubjetiva, el carác-ter de los procesos de adquisición y acumulaciónde valores, conceptos, etc.) en las que toma formael sentido. "Sentido" se dice de muchos modos y,para el caso del análisis filosófico-social, cree-mos que su "decir" ha de expresarse en su lugarconcreto, en y desde la acción social.

De este modo, el punto de referencia (objetode estudio, línea de acción teórica) no es el signi-ficado (aunque lo incluye) sino la materializacióninteractiva. Dicha materialización es tambiéna la vez "física" (espacio-temporal) y simbóli-ca; no obstante, como hemos dicho, el análisissocial encuentra su especificidad en el carácterrelacional concreto y sus sentidos, más que enlos sentidos del carácter relacional'f. Digámoslode modo más directo: el análisis sociológico (untipo de filosofía-social) hace su "lectura" de losprocesos de producción de sentido con un énfasisparticular: la interacción social, y su "objeto deanálisis" lo constituyen los lugares de relación,los "niveles de relación, los agentes interactuan-tes, juntamente con los ámbitos de sentido (en suexpresión semiótica)".

De todo lo anterior partimos para seña-lar la ambigüedad que se hace manifiesta enModernidad, pluralismo y crisis de sentido.Si definimos "sentido" como "una forma máscompleja de conciencia", habría que "internarse"en el "mundo de las representaciones" para darcuenta de él. Estaríamos, pues, en el "universo"discursivo (epistemológico y cuasi-ontológico)del signo, de la significación, de los "contenidos"de conciencia. Si partimos de una definición másabierta de "sentido" en la que se incluyan la con-creción histórica intersubjetiva, nos encontraría-mos con un discurso más complejo que requeriríasu instrumental analítico y metodológico corres-pondiente. Si leemos "sentido" con el énfasisparticular que hemos venido señalando, a saber,en la concreción relacional intersubjetiva, se hacenecesario la especificación del instrumental parael trabajo empírico-analítico y una clara delimi-tación de los alcances (y del carácter) de dicho

trabajo. Creemos que Berger y Luckmann no dancuenta de tales límites y distinciones del análisissobre modernidad y crisis de sentido.

Hay, pues, una distinción de "doble cara"que queremos hacer explícita a partir de estaaproximación a los autores y al texto en cuestión,Por un lado, ese referente material-empíriconecesario para el análisis social (sea éste microo macro) con el que ha de contarse siempre parala comprensión de los fenómenos sociales, queadquieren su "materialidad" en la interacciónsocial. Los autores parecen olvidar este elementoal "montarse" sobre "el análisis del análisis", esdecir, sobre el sentido como forma de concienciaen su "ser forma de conciencia" de modo inde-pendiente. Este es el aspecto teórico-metodológi-co de la aproximación al tema del sentido que haquedado débil en su trabajo. Por otro lado, existeuna vaguedad al tratar el sentido cuando ellosmismos no dan cuenta de esa distinción básicadel mismo como producto de un espacio social"micra" y subjetivo y otro "macro", estructural,objetivo, y, peor aún, cuando, al hablar de sentidoobjetivo (acumulado histórico) niegan el carácterplural de la modernidad que han intentado defen-der. Para esto nos sirve de ejemplo su alusión ala democracia y la economía de mercado. Losautores sostienen lo siguiente: "Dos institucio-nes centrales de la sociedad moderna impulsanesa transición desde la posibilidad de elecciónhasta la obligación de escoger: la economía demercado y la democracia. Ambas se fundan enla agregación de decisiones individuales y ellasmismas fomentan un proceso continuo de elec-ción y selección."? Este es el corolario patéticode una confusión en los "límites y alcances" deun discurso o de su "mal utilización". Otra vez,sentido se dice desde muchos lugares y de distin-tos modos, mas hay que saberlos diferenciar.

Finalicemos este segmento con una últimaobservación: el tema del sentido (de la identidad),cuando se revisa en su "acontecer histórico", nose puede decir independientemente del elemento"dominación" en la interacción social. El caráctertensional de las relaciones humanas en todos losámbitos de la realidad social no es un secreto, ytal factor ha de ser considerado con seriedad enel análisis social. La lista de autores que seña-laban tal factor "humano" constitutivo es larga,

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podría comenzar con Marx y Weber, pasandopor Nietzsche hasta llegar a Foucault y Bourdieu,para citar los autores más cercanos y representa-tivos. Castells mismo lo señalaba también cuan-do aludía a esa pluralidad tensional que ha dereconocerse para el estudio sobre las identidades.El autor lo dice del siguiente modo: "Para unindividuo determinado o un actor colectivo puedehaber una pluralidad de identidades. No obstante,tal pluralidad es una fuente de tensión y contra-dicción tanto en la representación de uno mismo,como en la acción social'?".

El "detalle" de "la" modernidad

Queremos ahora señalar brevemente algunoselementos de la noción de modernidad que losautores tocan someramente y cuyo "ingreso"al análisis sobre el sentido -que hemos hechosinónimo de análisis identitario- constituye ese"detalle" que cuenta.

La "modernidad" puede ser entendida comoese gran "escenario" sociohistórico en el quese inscriben (perciben, sienten) los individuos ycolectivos (al menos en Occidente) y cuyo rasgofundamental, para nuestros efectos, radica ensu carácter organizativo/comprensivo racional,pluricéntrico y autorreferencial. La definiciónque hace Marshall Berman de la modernidadnos permite explicar el primer elemento de laanterior alusión a la modernidad: "Hay una formade experiencia vital -la experiencia del tiempoy del espacio de uno mismo y de los demás, delas posibilidades y los peligros de la vida- quecomparten hoy los hombres y mujeres de todo elmundo de hoy. Llamaré a ese conjunto de expe-riencias 'la modernidad "'21.

La segunda parte de esa caracterización máspuntual de la modernidad la podemos encontrar,entre otros, en el texto de Josetxo Beriain Estadode bienestar, planificación e ideología. En suanálisis sobre "reconstrucción de significado" y"reproducción social" en sociedades complejas,el autor sostiene que "la modernidad pluralizainstituciones, roles y estilos de vida, cosmovisio-nes y estructuras de plausibilidad ... La moderni-dad transforma el destino en decisión... y creauna nueva situación en la que seleccionar y elegir

devienen imperativos't=, Junto con esto, Beriain,arguye que "tal mundo de significaciones socia-les en la modernidad conforma una estructurasimbólica compleja (racionalizada) que se veamenazada por los procesos de racionalizaciónsistémica: económica, administrativa y organi-zacional, y en esta tensión entre el "mundo de lavida" y "sistema" inhabita la validez del conceptode representaciones colectivas'<'.

Así, las aseveraciones del autor respecto dela modernidad a partir de su estructura simbólicay su institucionalización pluricéntrica (descen-tralizada), funcionalmente diferenciada arrojanluz sobre los núcleos analíticos que habría queabordar en el análisis identitario, Beriain nos pre-senta un análisis de la modernidad en ese sentidomacro, sin dejar de lado la vivencialidad (y mate-rialidad vivida, concreción histórica) que suponela vida moderna. De este modo, es posible tratarel tema de la modernidad a partir de esas dos ver-tientes: la estructural (que se mueve en el ritmode un objetivismo) y la interactiva (que toma laforma de un análisis subjetivista y asentado enuna teoría de la acción social situada). La moder-nidad ha de ser leída entonces en su ser "mundoinstituido de significado" en la interacción socialy en su sedimentación histórica materializada enaparatos como el Estado o los modos y relacionesde producción de la vida material.

Líneas finales

Estas breves consideraciones sobre moder-nidad intentan mostrar los "ángulos" desde losque se puede señalar y utilizar dicha noción. Loimportante, sostenemos, es que se diferencie cadauna de esos ángulos, y que su uso corresponda altipo de análisis que se realiza. Según nuestra lec-tura, Modernidad, pluralidad y crisis de sentidomuestra cierto descuido y poca rigurosidad al res-pecto, y se hace más patente con el tratamiento dela categoría de sentido. "Construcción de sentido"no se dice en el vacío social, sino dentro de unmarco de referencia colectivo-institucionalizado,que funciona, responde y corresponde a códigosde acción. Los autores nos dejan sin referenteconcreto en el tanto sus reflexiones se quedan enla variable "modernidad", que, "dejada sola", es

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casi metafísica. Sin ese "descender" a concrecio-nes históricas puntuales, respecto de las cuales sepuedan tener lugar las estrategias investigativaspropias de las ciencias humanas, que es desdedonde parten ellos, su labor analítica adquiereuna volatilidad improcedente. Consideramos quela propuesta analítica de "sentido" desde su dis-tinción dual, es decir, en tanto sentido objetivado(que admite las nociones de "reservas de sentido","comunidad de sentido", etc.) y en tanto senti-do constituido subjetivamente (en los espacios"inmediatos" de la interacción social) permitedar cuenta de dicho fenómeno social (macro ymicro) de constitución de sentido. Empero talcosa tiene "sentido" una vez que se sostengan enestudios empírico-analíticos concretos y con sucorrelato macroestructural "sincronizado", Elloes, como es de suponer, el carácter general desu empresa, mas eso no basta para construir unaserie de categorías que parecen más un castillo dearena o una pirámide de cartas que una estructuraempírico-analítica propia de científicos sociales.

Insistiendo en el eje de nuestra reflexión,hemos de recordar que "construcción" nos remitea la idea de proceso, y que no puede tener lugarsolamente en "momentos" o fases de la "con-ciencia" individual (subjetiva) -sus presupues-tos tendrían esta característica de "concienciaindividual"- sino que supone la interacción, laintersubjetividad y, por ello, supone a "los otros"(el colectivo y un sentido objetivo de las accionessubjetivas ... el "otro generalizado" en lenguaje deMead). Estudiar los procesos identitarios signi-fica, pues, darle seguimiento a la construcciónde sentido "localizado". Hacer tal cosa implicadar cuenta de los factores (sus especificidades,su "orden", su "acontecer") que intervienen en lainteracción subjetiva. Se hace patente la necesi-dad de "internarse" en los espacios de interacciónel lugar físico y representacional de los gruposo microsociedades que se quieran estudiar, demodo tal que el "acontecer" ritual, la "divisiónde autoridad y mando", los papeles que se jueganen los momentos de interacción, el discurso y loslugares de discursos de los mismos encuentren

su lugar determinado en el análisis. En segun-do lugar, es igualmente importante el vínculoentre lo que podríamos llamar esa "terrenalidadprimera" (intersubjetiva, microsocial) y la "terre-nalidad segunda", a saber, los ámbitos "macro"de la existencia social, como la política y laeconomía. Dicho tratamiento es, por supuesto,sumamente delicado y habría de trabajarse con lameticulosidad propia de un trabajo analítico quese quiera pertinente, honesto y sustentable.

Notas1. Schutz, por su parte, es "deudor de grandes te6-

ricos como Husserl, Heidegger y Weber, entreotros.

2. Pensamos, por ejemplo, en El dosel sagrado y enLa religián invisible, de Berger y de Luckmannrespectivamente.

3. El original fue publicado en alemán por VerlagBertelsmann Stiftung, Gütersloh, en 1995.

4. P. Berger y T. Luckmann, Modernidad ..., 30.5. ¡bid,30-31.6. [bid,32.7. tua.s«8. ¡bid,35.9. ¡bid,86.10. lbid, 105.11. lbid, 116.12. "Algunas de las reflexiones en torno a la identi-

dad desde otras disciplinas como las que estamosmencionando ahora, nos serán de utilidad. Porejemplo, desde la filosofía, la distinci6n quehace Kojéve de la noci6n de identidad cuandoes usada para referirse a dos regiones distintas:la de la Naturaleza o la de la Historia. Para elprimer "orden", la noci6n de identidad remitiríaa "algo" que se distingue de todo lo otro y que"es" en tanto que es igual a sí misma (Regi6n"Naturaleza", en donde tiene sentido la identi-dad como igualdad). En el segundo "orden", elde la Historia, la identidad se dice como proce-so, como movimiento que afirma en el mismomomento que niega: ahí tiene sentido la identi-dad como diferencia)." cf. Vincent Descombes,Lo mismo y lo otro.

13. M. Castells, La era de la informacián ..., p. 28.

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLII (106-107), 75-82, Mayo-Diciembre 2004

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14. No hay que olvidar que desde muchos otrosámbitos discursivos, el tratamiento a la nociónde identidad esta determinado por la idea de unanaturaleza o carácter esencial. El discurso religio-so (y teológico) y diversas corrientes filosóficas(metafísicas) se remiten a tal consideración.

15. F. Debuyst, Amérique Latine ... , p. 1616. lbidem.17. lbidem.18. Un detalle aquí: hablar de una exclusividad temá-

tica o metodológica radical en términos discipli-narios es tan nocivo como el "poner todas en unmismo saco". Sostenemos que tanto la tesis de la"multidisciplinariedad indistinta" como la de la"impenetrabilidad disciplinaria" son inconsisten-tes. Sostenemos también que se hace necesariotanto la vinculación de diversas perspectivas deanálisis como la clara distinción de las mismaspara el estudio de lo social. La frontera del víncu-lo y de la particularización disciplinaria la mar-cará, entre otros, el espacio de acción analítica.

19. P. Berger y T. Luckmann, Modernidad ... , p. 87.Berger aparece en escena (en sus escritos) demodo constante con esa defensa del "capitalismoy la democracia a la luz de los Estados Unidos".Dos ejemplos de ello son su texto Pyramids ofSacrifice (1974) y Palabras al tercer mundo:ensayos sobre democracia y desarrollo (1985).Allí el autor muestra su déficit en el análisis de loreal-social macroestructural con grandes lagunashistóricas y de sistemas políticos y económicos.

20. Castells, La era de la informacián ... , p. 28.21. M. Berman, Todo lo solido se desvanece en el

aire ..., p. 1.22. 1. Beriain, Estado de bienestar ..., pp. 24-25.23. Ibid, p. 35.

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una sociología de la religián. Buenos Aires:Amorrortu Editores, 1969.

Berger, Peter (ed.). The desecularization of theworld: Resurgent Religions and World Politics .Washington: Eerdmans, 1999.

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. Modernidad, pluralismo y crisis desentido: la orientacián del hombre moderno.Barcelona: Paidós, 1997.

Berger, Peter y Novak, Michael. Palabras al tercermundo: ensayos sobre democracia y desarrollo.Buenos Aires: Ediciones Tres Tiempos S. R. L.,1985.

Beriain, Josetxo. Estado de bienestar, planlficacián eideología. Barcelona: Editorial Popular, 1990.

Berman, Marshal. Todo lo solido se desvanece en elaire: la experiencia de la modernidad. México:Siglo xxi, 1985.

Castells, Manuel. La era de la informacián: econo-mía, política y cultura. El poder de la identidad,volumen lI. México: Siglo xxi, 1999.

Debuyst, Frédréric. Amérique Latine: espaces depouvoir et identités collectives. Louvain:Academia Bruylant, 1994.

Descombes, Vincent. Lo mismo y lo otro. Barcelona:Cátedra, 1982.

Giddens, Anthony. Modernidad e identidad del yo.Barcelona: Península, 1997.

Schutz, Alfred. Fenomenología del mundo social:introduccián a la sociología comprensiva.Buenos Aires: Paidós, 1972.

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