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Reflexiones Sara Ofelia Villarroel Coloma Taller Pedagógico VIII Integración Disciplinaria

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Reflexiones

Sara Ofelia Villarroel Coloma

Taller Pedagógico VIII Integración Disciplinaria

Reflexión: Centros de práctica

Las prácticas pedagógicas que desarrollan los estudiantes en formación,

permiten descubrir una serie de aspectos que quizás nunca se revelarían si estas

prácticas no se llevaran a cabo, por ejemplo, tomar conciencia de que la labor que se

desarrolla es realmente una vocación, desarrollar valores como la admiración,

solidaridad, respeto, compañerismo, entre otros, y éstos valores, inculcarlos en los

niños por medio de la enseñanza y del ejemplo. En los centros se aprende de los

docentes mentores, pero por sobre toda, las prácticas pedagógicas dan la posibilidad

de mejorar nuestro desempeño como futuros docentes e ir perfeccionando las

falencias que nos dificultan el avance, permitiéndonos tener la oportunidad de ser

capaces de reconocer nuestras debilidades, pudiendo convertirlas en fortalezas a

medida que vamos trabajando en ellas, cada vez que se nos presenta una nueva

experiencia. La práctica, entonces, constituye una de las principales fuentes en las que

podemos aplicar lo aprendido, e irnos puliendo en indeterminados aspectos, los

cuales nos permiten y ayudan a formarnos como docentes íntegros.

En muchas ocasiones, los centros de práctica a los que estudiantes de

pedagogía asisten se asimilan a ruletas de azar, puesto que, nadie sabe con quién se

puede encontrar, con qué niños o niñas, y tampoco se sabe, cómo son los mentores

que allí nos esperan; en ocasiones, dispuestos a ayudarnos en nuestra formación,

guiándonos en el proceso, o de lo contrario, también, es posible encontrarse con

docentes un tanto egoístas y reacios a esa “invasión” que llegan a hacer los estudiantes

en práctica, incapaces de considerar a sus ayudantes como un aporte que apoyen la

formación de los estudiantes que se encuentran formando, cerrando las puertas a

quienes buscan aprender. Considerando esto, puedo señalar que me siento

beneficiada por esta ruleta, puesto que la docente mentora que se nos designó, se

muestra amable y dispuesta recibir nuestra ayuda.

Como docente en formación, debo ser consciente que la educación tiene la

responsabilidad de atender a todos sus educandos por igual, y nunca dejar de atender

a los niños y niñas que presentan distintos factores como: cultura, nivel

socioeconómico, entre otros aspectos que en el aula marcan las diferencias pues nos

encontramos con un mundo totalmente diverso, el cual debemos aceptar y

adaptarnos.

Reflexión: La multiprofesión

Boix (2007) “nuestra emocionalidad marca nuestro interés por las cosas, por

las personas y por la vida. Hace que un hijo(a) tenga ganas de estudiar o que una

maestra tenga ganas de asistir activa y dinámicamente a un claustro o bien que una

persona tenga ganas de ir a su casa o al trabajo (…) El clima emocional de un ámbito

de convivencia no sólo nos influye emocionalmente, sino que comporta que tengamos

más o menos ganas de estar en contacto con este ámbito” (p. 22).

El docente, por lo tanto, debe estar ahí, para ellos, para los estudiantes, para

enseñarles y guiarlos, pero también, para escucharlos, regalarles una o varias

sonrisas, para ser profesor, mamá, consejera, doctora, amiga, entre otras muchas

profesiones, dejando claro entonces que los profesores cumplen más que una función,

que desarrollan una de las profesiones a la que se puede denominar la

“multiprofesión” de las profesiones, quien tiene vocación de profesor puede hacer y

desenvolverse en esta profesión también, podrá ser todas las profesiones, porque en

su formación se le enseñó acerca de las diversas fuentes del currículo con las se iría

encontrando día a día, las cuales simplemente están recordándonos que dentro de la

sala tenemos a personas, que definitivamente presentarán características

individuales, que a su vez, estarán garantizando la riqueza de la diversidad.

Es importante establecer que dependiendo de la cualidad de las emociones que

en determinados lugares vivamos nos presentaremos alegres, tristes, atentos, entre

otras, lo cual, también interviene en las “ganas” que tengamos de quedarnos allí por

más o menos tiempo, y eso es quizás lo que me ocurre cuando asisto al colegio Innov-

arte, en el curso me siento a gusto, los niños y niñas son agradables, preocupados y

amables.

Es importante señalar que “una persona siempre muestra su emocionalidad,

incluso aquella que no quiere mostrarla. La vida es presencia y la presencia siempre se

muestra, se manifiesta. Una flor siempre se está mostrando, esté marchita o bien

florecida, siempre se está mostrando tal y como está, tal y como es. Un ser vivo

siempre se está mostrando. La persona, además de ser un ser vivo, es un ser vivo

emocional, y siempre se muestra como tal (p. 57). Boix (2007) “el ser humano es un

ser emocional. Nuestras emociones, biológicamente hablando, son el motor de nuestro

funcionamiento. No podemos vivir sin ellas, forman parte de nuestra condición

humana. Debemos trabajar para conocer nuestras propias emociones, esa es la puerta

de entrada a la gestión de las emociones. Al mismo tiempo, es posible señalar que

todos(as) estamos totalmente inmersos en una danza emocional que a menudo no

dirigimos ni somos conscientes de ella” (p. 58).

Reflexión: Conocimientos previos

Un profesor tiene la misión de conocer a sus estudiantes, para poder diseñar

desde una base sólida las metas a alcanzar posteriormente, esto quiere decir, que para

diseñar la enseñanza es necesario conocer el punto de partida. Es por ello, que

durante estas semanas me he preocupado en conocer las características e intereses

que presentan los estudiantes del 3º año básico A, curso compuesto por 42

estudiantes al que me corresponde acudir durante el segundo semestre del 2012.

Me he preocupado por buscar información acerca de cuáles son las

particularidades que los niños y niñas de entre 8 y 9 años presentan, tanto en el

desarrollo físico, social, tomando en cuenta además, las características

psicopedagógicas. He buscado y recopilado la información necesaria para conocer a

los estudiantes, de igual forma pero de manera oral, he consultado directamente con

los estudiantes y la docente mentora para conocer y tener más información que pueda

ser útil, también realicé observaciones que me han permitido detectar el

comportamiento de ellos, tanto fuera como dentro del aula.

En lo que respecta a conocimientos previos César Coll dice al respecto que

pueden ser el resultado de experiencias educativas anteriores (escolares o no) o de

aprendizajes espontáneos, éstos pueden estar más o menos ajustados a las exigencias

de las nuevas situaciones de aprendizajes y ser más o menos correctos. Es por ello que

durante las próximas clases pretendo llevar a cabo evaluaciones diagnósticas de los

sectores de Matemática, Ciencias Naturales y Lenguaje y Comunicación para

identificar sus conocimientos previos y desde allí comenzar a planificar el diseño de la

enseñanza que se llevará a cabo en el Proyecto de Aula.

Sé que es importante estar al tanto de los conocimientos previos, intereses y

experiencias de estudiantes para poder desarrollar clases más eficaces, puesto que, al

considerarlos se debe tratar de integrarlos y relacionarlos al momento de efectuar la

clase, porque teniendo en cuenta a Álvarez y otros (1999), se puede decir que como

paso previo al proceso de enseñanza aprendizaje, de efectuar la clase, el profesor debe

ser capaz de conocer el estado inicial del estudiante para identificar en su estructura

cognitiva conceptos previos, información relacionada aunque sea rudimentaria. Es

claro que los conocimientos previos favorecen un aprendizaje más significativo, ya que

a partir de lo que sepan o conozcan, se puede comenzar a trabajar con la nueva

información, estableciendo conexiones y relaciones. Por lo mismo, como estoy

consciente de la importancia de éstos, en el aprendizaje, se hace necesario

considerarlos antes de la planificación y durante el desarrollo de las clases. En este

sentido, me gustaría decir que antes de planificar realicé una evaluación para detectar

conocimientos y así conocer el dominio que poseían respecto de varios temas que

serían abordados en el desarrollo del Proyecto de Aula, y la verdad es que algunos de

los resultados no fueron muy alentadores.

Reflexión: Un profesor, todos los días aprende acerca

de algo con lo que podrá diseñar mañana

Cada vez que uno asiste al centro de práctica aprende cosas nuevas, ve, vive y

además puede ser protagonista de situaciones nunca antes experimentadas, y esta vez

observé una situación distinta, una que me ayuda a estar más familiarizada con mis

estudiantes, y reflexiono acerca de lo importante que es conocer a las personas que

con nosotros pasan la mayor parte del tiempo durante la semana, Lara (2005) señala

que “es evidente que las aulas se caracterizan por contener un grupo heterogéneo de

niños. Entre sí difieren en capacidades personales, ritmos de trabajo, motivaciones,

estilos de aprendizaje, intereses, personalidad, adaptación social, historia familiar,

carácter, sensibilidad, entre otras diferencias” (p. 78).

Por esto, conocer a los estudiantes implica desarrollar estrategias que

beneficien este proceso para alcanzar resultados, detectar éstas características que

hacen las diferencias entre ellos, conocer las características de cada no es una

circunstancia de menor importancia dentro del aula, porque ésta corresponde al

primer paso para poder diseñar la enseñanza, la cual siempre deberá estar adaptada a

las necesidades de quienes queremos enseñar, esto quiere decir que el profesor debe

considerar las características de sus estudiantes al momento de planificar,

considerando lo que plantea Diez (2006) “respetar la diversidad a partir de los puntos

fuertes detectados en los niños y proporcionar actividades apropiadas a la diversidad,

singularidad e intereses” (p. 83) sin lugar a dudas, en la sala existe una variedad de

estudiantes a los cuales enseñar. Por ello, es conveniente que el maestro diseñe las

actividades en función del aprendizaje de todos, lo cual indica que siempre se debe

tener presente a los más aventajados y así de igual manera a aquellos que poseen

dificultades en el aprendizaje, y para poder saber quiénes son esos niños, nosotros

como estudiantes en formación de Pedagogía Básica, debemos tomar en cuenta lo que

señala la Faceta A de los Estándares de Formación Inicial Docente, como primer paso

para posteriormente diseñar la enseñanza en función de las características que

nuestros estudiantes posean y creo que si he intentado cumplir con esta exigencia

desarrollando el diálogo, ya sea con las docentes a cargo y principalmente con los

estudiantes.

Personalmente he desarrollado más que nada, como señalaba anteriormente, el

diálogo con mis estudiantes, considero que la constante interacción me ha permitido

introducirme en sus realidades, también, a través de la observación logro detectar, lo

que ellos sienten en determinadas situaciones y la cultura que cada uno posee, ya que

se manifiesta en su forma de ser, comportamiento, entre otras. Pero también, “el

diálogo como señalan Catalán y Egaña (2004) es el principal articulador de la

formación de valores, y los profesores que llegan a realizar otra actividades, incluso

usando otros recursos, siempre terminan apoyándose en éste como herramienta de

mediación y comunicación (p. 45), es por esto, que el diálogo, nos sirve no tan solo

para conocer a nuestro estudiantes, sino que para el desarrollo de valores, y a su vez,

es la herramienta vital con la que el ser humano puede establecer una comunicación

con las demás personas.

Reflexión: Cuando te encuentres con la diversidad

salúdala e invítala a pasar

El docente debe trabajar dentro de la sala la valoración de la diversidad, como

uno de los elementos que enriquece el desarrollo personal y social, a través de unas

actitud de aceptación, respeto y valoración de las diferencias (Alcudia. et al, 2000),

puesto que si los estudiantes no ven al guía de la sala llevando a cabo estas actitudes

ellos no comprenderían por qué deben realizarlos, o simplemente quizás no los

reconozcan por ende, no los desarrollarán y solo se desenvolverían de manera

“natural”, sin preocuparse de caer en la discriminación, la falta de respeto o

intolerancia con el compañero; aunque también, esto debe trabajarse en los hogares

de los estudiantes desde que son muy pequeños, desarrollando una socialización

primaria que sea consistente, puesto que desde ahí proviene la enseñanza básica de

valores, y los docentes a parte de enseñar otros, deben trabajar en estos día a día, ya

sea con actividades o actitudes que presente ante situaciones especificas, que en el

fondo no deje de lado lo que el currículo Nacional, también exige de manera

transversal.

Debemos ser como aquel docente preocupado de que sus estudiantes

desarrollen valores como el respeto, la tolerancia, la amistad, la empatía, la aceptación

a lo diferente, entre otras, o sea, que trabaje constante y transversalmente en el

desarrollo integral de la persona que está formando, y no solo en el ámbito

conceptual, como en algunos casos dentro de la sociedad Chilena podemos evidenciar,

cuando vemos a docentes que solo se preocupan de enseñar el contenido porque

necesitan resultados pero se olvidan de éste otro aspecto que requiere con la misma

importancia ser desarrollado en la formación de personas. Es por esto, que en el

ambiente de la sala de clases, es necesario que nosotros, docentes en práctica y

docentes, seamos capaces de relacionarnos con nos niños como individuos,

demostrándoles respeto y cariño, puesto que ellos necesitan sentir que se les quiere y

acepta por lo que son a pesar de sus errores (Arancibia, 1997).

Personalmente, me he preocupado de distintas maneras de hacerles ver a mis

estudiantes que aun después de haber cometido errores ellos pueden mejorar, sino lo

vuelven hacer debido a que eso no es lo correcto, pero siempre intento hacerlo de

manera respetuosa y con afecto, de manera que al explicarles sus errores no se

sientan humillados, puesto que de esta forma quizás no comprendan cual es la

finalidad de la conversación y solo lo tomen como un reproche o acusación.

Al aceptar la diversidad, el docente puede practicar la motivación, la cual según

Llanes (2001) corresponde a aquella valoración que el docente provoca, desde afuera

(atracción, estímulo), acentuando la finalidad del bien, o desde dentro (el

inconsciente, un recuerdo, un valor), impulsado desde dentro al sujeto, pero a fin de

cuentas, surge el realce que el educador pone sobre un bien. Es por esto que luego de

que el ser humano sabe cuáles son las actitudes que pueden ayudar a llevar a cabo un

cambio de actitud en la otra persona intenta realizarlo, en este caso, para que esa

persona sepa que es capaz de realizar lo que él se proponga, y al momento de intentar

desarrollar esto en el camino va logrando ganarse su confianza, su cariño y su respeto.

Igualmente, el docente, es la persona que no puede dejar de desarrollar la empatía, ser

capaz de entender que la motivación, la preocupación por el estudiante va a generar

en éste un cambio positivo, en vez de estar siempre reconociendo solo sus errores,

puesto que, a lo único que llevará será a que el estudiante solo se siga “hundiendo” y

no pueda mejorar, porque no sabrá que él si puede cambiar y más si nadie se lo hace

saber; es por esto, que una de las características esenciales de los profesores efectivos

es que presentan una preocupación constante por sus estudiantes, y toma una

responsabilidad personal con respecto al aprendizaje de sus estudiantes (Arancibia,

1997).

Reflexión: Integración en el aula, aprendizajes para

mañana y no solo para el periodo de Matemática

La realización de Proyectos de Aula en los centros educativos potencian un

aprendizaje que puede llegar a ser más integrado y significativo para los estudiantes

que la manera convencional en la que se realizan hoy en día las clases, por el hecho

que a los niños les llama mucho más la atención realizar actividades que están

relacionas todas entre sí, que realizar una clase, luego la otra y así sucesivamente,

esto, porque al momento de aprender están haciendo cosas que les gustan, la mayoría

de las veces se trabaja en equipo, lo que fomenta la socialización entre los estudiantes

Comprender de otra perspectiva las actividades, la cual, se les hace más fácil, a

diferencia del modo “por separado”, lo que sucede en los sectores de aprendizaje cada

vez que uno entra en un centro educativo que no implementa proyectos de aula.

Entonces, los proyectos de aula dejan afuera y de alguna u otra forma cierran las

puertas a lo que comúnmente se realiza dentro del aula, separar los contenidos,

aprender Matemática en el periodo de Matemática, luego ir a la clase Ciencias

Naturales en la hora siguiente, en la cual solo aprenderemos Ciencias Naturales y todo

lo que el profesor escriba en la pizarra debe ser escrito por los estudiantes en el

cuaderno verde, no en el rojo, porque ese es el de Matemática

Lo anterior conlleva a que se deje de lado el modo holístico de aprender, en el

que todo está interrelacionado y tiene un sentido, no solo para ellos dentro de la sala

de clases, sino que puedan descubrirlo fuera de ésta, Salgado (2008) me respalda

estableciendo que los métodos y estrategias de la enseñanza, deben ofrecer a los

estudiantes la posibilidad de construir el conocimiento y de practicarlo en un contexto

de uso lo más realista posible, considerando esto, los niños y niñas logran primero,

relacionar todo lo de un contexto en diferentes sectores, segundo, aprenden lo que a

ellos les interesa, lo que no quiere decir que uno deje de guiarse con los contenidos

que el Ministerio de Educación propone y exige que cada niño deba aprender en cada

curso, dependiendo en el que se encuentre, pero son experiencias que las pueden

relacionar fácilmente en el contexto en el que ellos viven, se desenvuelven día a día y

que a la vez les sirva para la vida.

Que el docente con el tiempo adquiera confianza por parte de sus estudiantes

proporcionándole la posibilidad de acercarse a ellos de manera fácil para detectar la

realidad en la que estos están progresando en su proceso de enseñanza aprendizaje,

para superar cualquier situación hay que trabajar en conjunto siempre,

comprometerse con los estudiantes comprenderse entre sí, Day (2007) menciona que

“solo haciendo cosas juntas, las personas crean las condiciones para desarrollar

significados, valores y objetivos compartidos”. Creo que de esta forma se pueden

llegar a logran objetivos propuestos, y si bien, en algunos aspectos no logramos un

resultado optimo, pienso que prepararnos mejor para la próxima vez, y considerar

todos nuestros errores y fallas cometidas, nos proporcionan una futura mejora, que

nos beneficia a nosotros como futuros docentes y a los estudiantes.

Reflexión: Evaluación: proceso continuo e inherente al

proceso de enseñanza aprendizaje

Como docentes debemos considerar la evaluación, como uno de los puntos de

partida, mediante la cual, se puede dar respuesta a muchas preguntas que están a la

espera para poder realizar un pertinente accionar, el cual este acorde a las

necesidades que los estudiantes de un determinado establecimiento poseen. Tomando

las palabras de Sanmartí (2007), “evaluar es una condición necesaria para mejorar la

enseñanza. La evaluación debe proporcionar información que permita juzgar la

calidad del currículo aplicado, con la finalidad de mejorar la práctica docente y la

teoría que la sustenta” (p. 18). Por lo anteriormente establecido, es necesario

reconocer que “la evaluación no sólo mide los resultados, sino que condiciona qué se

enseña y cómo, y muy especialmente qué aprenden los estudiantes y cómo lo hacen”

(Sanmartí, 2007, p. 9), porque de qué sirve realizar evaluaciones si no se es capaz de

utilizar aquella información recopilada para comprender qué es lo que está haciendo

bien, además de reflexionar para identificar los errores que se están cometiendo y

aspectos que se están dejando de lado, puesto, no permiten el adecuado desarrollo del

proceso de enseñanza aprendizaje.

Simultáneamente a lo anterior, es importante tener en cuenta que el reto de un

establecimiento es descubrir los modos que puedan generar sentido y responsabilidad

en cada uno de los miembros de la comunidad educativa, ya sea en relación a las

acciones que deban realizar de manera conjunta con el centro o aquellas individuales,

sin dejar de reflexionar las consecuencias que estas generarán.

El éxito de una metodología de enseñanza y de los resultados obtenidos por los

estudiantes, fundamenta no tanto en la manera cómo se dan a conocer los nuevos

conocimientos, sino la evaluación, entendida como conjunto de actividades que

posibilitan identificar errores, comprender sus causas y tomar decisiones para

superarlas (Perrenout, 1993 en Sanmartí, 2007, p. 9). Y es evidente que el

reconocimiento del error solo se logra con un proceso de reflexión continua, en la que

se evidencia un compromiso por parte del docente, puesto que se preocupa por

levantar acciones que mejoren sus errores.

Sanmartí (2007) establece la actividad de evaluación como un proceso que se

caracteriza por recoger y analizar determinada información, para posteriormente

realizar la emisión de un juicio sobre esto y finalmente la toma de decisiones, ya sean

de carácter social o pedagógico. Además, es importante tener en cuenta que “la

evaluación es un proceso continuo, dinámico e inherente al proceso de enseñanza-

aprendizaje. Desde esta perspectiva, se puede establecer que existe una estrecha

relación entre el acto de evaluar y el acto de aprender” (Rioseco y Ziliani, 1998, p. 52).

Debido a lo anterior, es que la evaluación debe estar presente desde el

comienzo de las actividades de aprendizaje hasta su término, esto quiere decir, que los

educadores deben tener presente la evaluación como un antes, durante, y después de

todo proceso de aprendizaje; puesto que, la evaluación será un medio para los

educadores, no un fin, puesto que permiten mejorar gradualmente el aprendizaje de

los estudiantes gracias a que orienta el proceso de enseñanza (Rioseco y Ziliani,

1998). La evaluación corresponde a una forma de orientación, puesto que, como

establece Santos (1996), “proporciona una información que puede ser el punto de

partida para la toma de decisiones y la reorientación del aprendizaje” (p. 178),

mediante la cual se pueden corregir los errores, modificar las actividades, acelerar el

ritmo, entre otras.

La importancia de la evaluación es que se focaliza en regular y optimizar, por

todos los medios posibles, el aprendizaje y la enseñanza. Eisner (1985) en Santos

(1996) la define como “un proceso que, en parte, nos ayuda a determinar si lo que

hacemos en las escuelas está contribuyendo a conseguir los fines valiosos o si es

antitético a estos fines. Que hay diferentes versiones de lo valioso es indudablemente

verdad. Es uno de los factores que hace a la educación más compleja que la medicina”

(p. 23). Así pues, la evaluación corresponde a una actividad o proceso sistemático de

identificación, recogida o tratamiento de datos sobre elementos o hechos educativos,

cuyo primer objetivo es valorarlos y sobre dicha valoración, tomar decisiones (García,

1989).

Es posible un sustancial enriquecimiento de la evaluación escolar mediante la

creación y utilización de instrumentos más acordes con los logros de la psicología del

aprendizaje durante las dos últimas décadas (Bernard, 2000). Consecuentemente, el

docente que pretende llevar a cabo una evaluación, antes de ello, debe estar

consciente de cuál es la función que cumple esta actividad, identificar sus

benefactores y reconocer al servicio de quién se encuentra. Lo fundamental, no es

hacer evaluación, ni siquiera hacerla bien. Lo principal es conocer el papel que

desempeña, la función que cumple, saber quién se beneficia de ella y en definitiva, al

servicio de quién esta. Del mismo modo, es imprescindible reconocer que “todo

proceso evaluador debe finalizar con la emisión de un informe que recoja la

valoración de los datos más relevantes obtenidos durante el proceso y que refleje,

igualmente, los resultados alcanzados” (Casanova, 1995, p. 175).

En consecuencia, será la evaluación, “un instrumento que sirve al profesor para

ajustar su actuación en el proceso de enseñanza y aprendizaje, orientándolo,

reforzando los contenidos insuficientemente adquirido por los alumnos y realizando

la adaptación curricular necesaria” (Santos, 1996; p. 174). Desde este punto, se

comprende que la evaluación actúa como un proceso verificador o comprobador de

los conocimientos construidos por los estudiantes. Consecuentemente es que se

evalúa para comprender y transformar la práctica del docente y no como un

instrumento que sanciona y otorga poder a quien lo ejerce, como en algunas ocasiones

se sigue evidenciado en centros educativos.

Reflexión: La mejor arma para el profesor: la reflexión

Los profesores deben demostrar el profesionalismo docente, el cual tiene como

fin, que a través del tiempo, éste mejore su enseñanza, y logre planificar sus clases en

forma adecuada, es por esto, que se debe desarrollar la reflexión constantemente en el

profesor, siendo capaz de evaluarse y descubrir hasta qué punto se lograron los

objetivos planteados en cada clase, y qué tanto ayudaron en este proceso las

estrategias utilizadas, la respuesta de los estudiantes; tomando en cuenta aspectos

como estos nos permitirán a nosotros como futuros docentes explicarnos por qué y

cómo debemos volver a reorganizar la enseñanza en el futuro. Todo esto, con el fin de

lograr que todos los estudiantes, conforme su diversidad, logren aprender

construyendo sus aprendizajes individual y conjuntamente y a su vez desarrollen sus

potencialidades (MINEDUC, 2000).

Tomando en cuenta en acápite anterior, quienes desarrollan o pretenden

desarrollar la pedagogía profesionalmente en el presente o en un futuro, deben

aprender y apropiarse de la propia reflexión crítica, puesto que, el profesional

reflexivo, como señala Schön en Reynaga (1996), es aquel que reconoce la riqueza que

encierran las prácticas, pero a la vez, asume que dicha reflexión implica que el proceso

de aprender se extiende más allá del periodo legalmente sancionado y/o legitimado,

es un proceso que se lleva a cabo antes y después de la acción, donde el docente

mantiene un diálogo reflexivo con las situaciones en las que desarrolla su actividad, y

debe resolver problemas específicos. Ésta se desarrolla en y sobre nuestros actos, y si

no somos capaces de ver cuáles son nuestras falencias, la mejora no podrá

conseguirse, pero también influye, él que uno quiera cambiar sus debilidades por

otras actitudes positivas, el hecho de que uno sea capaz de reconocer aquellos errores

cometidos en marcha.

Conjuntamente a lo anterior, el docente debe tomar en cuenta aquellas críticas

constructivas que personas que observan el proceso del docente en formación realiza,

y es aquí también, cuando el docente “debe estar dispuesto a desarrollar numerosos

métodos” (Garrett, 1970, p. 101), esto significa que el docente primario debe buscar

soluciones para mejorar su desempeño dentro del aula, incursionando y aplicando

nuevas estrategias para poder lograr motivar, enseñar hábitos, disciplina, valores,

entre otros, pero también específicamente para mejorar él, buscando los métodos

para su propio perfeccionamiento, porque quizás los problemas que se le presentan

dentro del aula son de él.

Es importante además, que el docente de enseñanza básica, desarrolle el

interés por trabajar con niños pequeños, intentando siempre buscar los caminos para

cambiar algunos procedimientos, con el fin de que la enseñanza sea más atractiva para

los pequeños (Garrett John, 1970), personalmente estoy dispuesta a enseñar en todos

los sectores de aprendizaje y a responder a exigencias de sus intereses y motivaciones.

Considerando el conocimiento que el docente posee acerca de sus estudiantes

se hace vital que se planifique cómo conducir su clase hacia el verdadero aprendizaje,

y lo podrá hacer si hace un uso eficiente y adecuado de la las actividades y materiales

que llevara a cabo durante su clase (Garrett, 1970), el hecho de diseñar y ejecutar

clases debe conllevar siempre a la realización de una evaluación que se realiza luego

de haber ejecutado la enseñanza, pasos importantes para realizar una evaluación,

aquella que se convierte en nuestra mejor arma para que nos guíe hacia el camino de

la mejora, de los avances, de quizás alcanzar un mejor aprendizaje por parte de los

estudiantes, una mejor realización para los profesionales, pero también, una mejora

que influirá en el posterior desarrollo de la sociedad, porque el docente es uno de los

principales influyente dentro de lo que es la evolución, el cambio, entre otras, dentro

de un núcleo social, los docentes son quienes reciben a los estudiantes para poder

enseñarles, construir conjuntamente aprendizajes, interviene en aquella formación

que es precaria, o que está ausente, interviene, modifica y conlleva a mejorar los

niveles de calidad humana. Un docente con vocación por lo menos busca y tiene como

principal objetivo: elevar los niveles de calidad humana en las personas, el docente se

preocupa de enseñar valores, normas de comportamiento, de higiene, entre otras

muchas, y todo esto lo logran porque éstos profesionales requieren conocer una

amplia gama de saberes para poder a llegar a formar, deben saber de psicología,

sociología, epistemología, antropología, biología, entre otras.