reflexiÓn sobre la integraciÓn regional
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FACILITADORA: PARTICIPANTE:
ABOGADO PEDRO RAUSSCO CHIRGUITA DIOSMARY
TUCUPITA, DICIEMBRE 2012
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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELAMINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELAMISIÓN SUCRE
TUCUPITA EDO. DELTA AMACURO
Ministerio del Poder PopularPara la Educación Universitaria
ÍNDICE
Pág.
Introducción-----------------------------------------------------------------------------
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03
Reflexión Sobre La Integración Regional Y La Globalización De La
Ciudadanía Y La Nacionalidad
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04
La Globalización De La Ciudadanía Y La Nacionalidad
Globalización ------------------------------------------------------------------
El Nacionalismo
---------------------------------------------------------------
Ciudadanía ---------------------------------------------------------------------
05
06
08
Conclusión ------------------------------------------------------------------------------ 14
Bibliografía ------------------------------------------------------------------------------ 15
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INTRODUCCIÓN
La Ciudadanía se define como condición social de un miembro nativo
o naturalizado de una ciudad o Estado. Posición de miembro de un Estado
con derechos y deberes definidos. Entonces, podemos decir que, la
ciudadanía es el resultado de las luchas y reclamos políticos, étnicos,
económicos y culturales ocurridos en contextos históricos definidos.
Expresa el vínculo entre el Estado, sus instituciones y sus miembros.
La ciudadanía conlleva la obligación de cumplir deberes específicos, el
respeto a las leyes establecidas y a la autoridad por parte de los ciudadanos.
Actualmente se vincula el concepto de ciudadanía con la democracia
participativa, puesto que los ciudadanos tienen que poner en práctica todos
los métodos de participación posibles para contribuir con el logro de mejoras
necesarias para su comunidad y en general para la nación a través de las
instituciones del estado.
En el presente informe daremos a conocer todo lo relacionado con
este tema de integración regional y la globalización de la ciudadanía y la
nacionalidad, la globalización de la ciudadanía y la nacionalidad, en líneas
generales por globalización se entiende el proceso mediante el cual se
ha ido instaurando prácticamente en todo el mundo un mismo sistema,
fundamentalmente económico, pero también político y sociocultural basado
en la inmediatez de las relaciones y de las transacciones económicas
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1. REFLEXIÓN SOBRE LA INTEGRACIÓN REGIONAL Y LA
GLOBALIZACIÓN DE LA CIUDADANÍA Y LA NACIONALIDAD
Una de las transformaciones actuales más significativas en el Cono Sur
de América Latina es el lanzamiento del MERCOSUR (Mercado Común del
Sur), iniciativa de integración regional que incluye como socios plenos a
Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, en asociación con Chile y Bolivia a
través de tratados de libre comercio. Los cuatro países firmaron un acuerdo
en marzo de 1991, aunque Brasil y Argentina ya estaban comprometidos en
un programa bilateral de cooperación e integración desde 1985. Los
acuerdos de libre comercio con Chile y Bolivia fueron firmados en 1995 y
1996. El proceso de negociación progresa aceleradamente y los resultados
superan las previsiones. Al respecto, después de analizar los principales
indicadores, Ferrer señala "que el Mercosur es mucho más que un fenómeno
comercial o de inversiones. Se trata de un fenómeno histórico, cultural y
político, de vasto alcance en el escenario latinoamericano e internacional"
(Ferrer, 1996, p. 565).
La negociación de la "integración" es un proceso "de cúpula", con
espacios limitados a la participación de funcionarios estatales, empresarios y
sindicatos. Pero el proceso tiene efectos importantes en otras esferas de la
vida social y cultural de la región. El objetivo de este trabajo es exploratorio.
Se trata de indagar cómo incorporar una perspectiva de género en el análisis
de estos procesos sociales y culturales. El punto de partida es claro: no hay
una manera única o automática de hacerlo. De ahí que haya que revisar
distintas perspectivas y abordajes posibles, o explorar algunos temas que, 4
hasta ahora, han estado ausentes o invisibles, para llegar a plantear algunas
preguntas de investigación prometedoras.
¿Para qué hacerlo? El desafío académico se combina con el desafío y la
urgencia política. En muchos campos de acción pública y política, los
procesos de construcción institucional se han desarrollado sin prestar
atención a las diferencias y desigualdades de género. Las mujeres,
entonces, llegamos "tarde", a espacios y estructuras institucionales ya
consolidados. La lucha por penetrar y conquistar esos espacios se hace muy
difícil.
Quizás, si la perspectiva de género es incorporada en las etapas iníciales
de la construcción del MERCOSUR, la tarea sea más sencilla.
El camino hacia la integración regional en el MERCOSUR está recién en
su etapa inicial en lo que hace a acuerdos gubernamentales, pero los
vínculos entre las sociedades y los estados tienen hondas raíces históricas:
tanto en términos sociales como culturales, las fronteras entre países han
sido muy porosas, traspasadas permanentemente por corrientes migratorias
(sea por razones económicas o por exilios políticos), por intercambios
culturales de diverso tipo y por el turismo. Para ciertas actividades culturales,
especialmente para la música pero también para alguna producción
mediática, las fronteras prácticamente no existen.
2. LA GLOBALIZACIÓN DE LA CIUDADANÍA Y LA NACIONALIDAD
Globalización
En líneas generales por globalización se entiende el proceso
mediante el cual se ha ido instaurando prácticamente en todo el mundo 5
un mismo sistema, fundamentalmente económico, pero también político y
sociocultural basado en la inmediatez de las relaciones y de las
transacciones económicas. En este nuevo orden mundial, el organismo que
marca las normas y dirige cualquier acontecimiento a lo largo de todo el
planeta no es otro sino el mercado y su alcance se puede considerar
planetario.
Como resultado del proceso, sin duda impulsado por las nuevas
tecnologías de la información, se ha creado lo que algunos autores
han venido en llamar sociedad-red. De esta forma, y como
consecuencia clave (también como motor principal), las economías
mundiales se han vuelto tan interdependientes entre ellas lo cual marca
las nuevas relaciones entre los estados y la sociedad . Se trata de la
llamada “Era de la información”.
Frente a la inevitabilidad de la nueva sociedad global ha surgido
una importante contestación en la forma de un resurgir de las identidades;
de tal manera que donde antes se postulaba la uniformidad hoy se está
viviendo, entre otras cosas, el renacer de los nacionalismos. Este
fenómeno se está viendo fundamentalmente ya desde principios de los años
90 del siglo XX. Sin embargo, el resurgir de las identidades no se refiere
sólo a las identidades nacionales sino a todo tipo de colectivos
minoritarios, ya sea en función de sus creencias religiosas o de sus
preferencias sexuales.
Esta respuesta no obedece sólo a los aspectos políticos o
económicos, sino que principalmente tiene que ver con la reafirmación de la
cultura propia, que el pensamiento único pretende situar en un plano
inferior y secundario. La nueva contestación a la tendencia 6
uniformadora se ha planteado desde numerosos frentes y bajo
numerosas y diferentes formas, pero la que aquí nos ocupa es el ya
mencionado renacimiento de los nacionalismos, tendencia política y cultural
que muchos habían dado por extinguida y que para algunos supone un paso
atrás en la historia de la humanidad.
El nacionalismo
El nacionalismo como tal surge fundamentalmente en los siglos XVIII y
XIX cuando, en plena vorágine romántica, se extiende la idea de pertenencia
a un pueblo o nación histórica con unos rasgos claramente definidos que
la diferencian de las demás y que delimita la identidad individual y
colectiva. Si bien la creación de los estados nacionales ya había tenido
lugar en algunos casos muchos años antes, es en este momento cuando se
extiende la idea clásica de nacionalismo.
En esta época, la idea de nación tenía un contenido étnico básico a la
hora de definir quién era y quién tenía derecho a ser miembro de dicho
pueblo. A menudo, los intelectuales nacionalistas buscaban un pasado
común y exclusivo de tal modo que las características no se limitasen sólo a
una lengua o a una cultura identificadora, sino también a una tradición
secular a menudo con un rigor histórico cuando menos discutible. Se creaba
así la idea de que el pueblo había existido como tal a lo largo de toda la
historia.
Normalmente las reivindicaciones de esos nacionalismos estaban
en relación con la consecución de un Estado-nación propio, a pesar de
que el mismo concepto de nación nunca estuvo claramente definido y
sí estuvo, en cambio, sujeto a diferentes interpretaciones. Aún así, es la
7
época en la que se forman nuevos estados como es el caso de Italia o
Alemania.
La nacionalidad sólo puede entenderse ante la existencia del Estado.
Si no existe el Estado, sólo hay individuos, habitantes u ocupantes de cierto
espacio geográfico, vinculados entre sí por situaciones de hecho. La
nacionalidad es un atributo personal derivado de la realización de un
supuesto jurídico, y, por lo tanto, de un orden legal preestablecido.
Con diferentes modalidades, la mayoría de los Estados han
establecido la posibilidad de que personas que no tenían originalmente su
nacionalidad puedan adquirirla a posteriori, en general, mediante una
declaración de voluntad manifestada previo cumplimiento de ciertas
condiciones.
La nacionalidad, en estos casos, no depende ya del hecho fortuito de
haber nacido en un territorio determinado o de nacer de unos progenitores
que la tenían, sino de un hecho voluntario que persigue vincular a quien lo
exprese con una determinada sociedad política, su cultura, su manera de
vivir y su sistema de valores.
Venezuela ha sido tierra dispuesta a la inmigración y es uno de los
países que con mayor amplitud ha considerado la materia referente al
ingreso de extranjeros a su territorio y también a la eventual naturalización de
éstos.
Ciudadanía
Se define a ciudadanía como: condición social de un miembro nativo o
naturalizado de una ciudad o Estado. Posición de miembro de un Estado con 8
derechos y deberes definidos. La teoría moderna de la ciudadanía, que surge
con las publicaciones de Thomas Paine, fue definida en Gran Bretaña por
T.H. Marshall como una lucha entre el sistema de clases sociales y los
derechos de los ciudadanos. El sistema de clases utiliza el mercado para
conferir poder y ventajas sociales, y el resultado de la mercantilización del
estatus social es, típicamente, la desigualdad.
La ciudadanía se relaciona con el Estado para demandar derechos
para sus miembros y, a cambio, el Estado le impone deberes como
el servicio militar o el cumplimiento del derecho vigente. El creciente poder
de la ciudadanía se inicia con la inauguración de los derechos fundamentales
de hábeas corpus en el siglo XVIII y a continuación sigue con la lenta
difusión del sufragio político en el siglo XIX y la posterior extensión de los
derechos sociales a las pensiones, la sanidad y la educación ya en el siglo
XX. Algunos opinan que el sistema de clases y la ciudadanía están en pie
de guerra y que el Estado de bienestar es su campo de batalla actual.
El concepto de ciudadanía, base y fundamento de la legitimidad y
la representación política aparece en la primera Constitución liberal española
de 1812, pero también se extendió por toda la América española, sirviendo
de fundamento a los movimientos de emancipación, que desembocaron en la
independencia y la redacción de las constituciones liberales en los
nuevos países.
La ciudadanía es el resultado de las luchas y reclamos políticos,
étnicos, económicos y culturales ocurridos en contextos históricos definidos.
Expresa el vínculo entre el Estado, sus instituciones y sus miembros. La
ciudadanía conlleva la obligación de cumplir deberes específicos, el respeto
a las leyes establecidas y a la autoridad por parte de los ciudadanos. 9
Actualmente se vincula el concepto de ciudadanía con la democracia
participativa, puesto que los ciudadanos tienen que poner en práctica todos
los métodos de participación posibles para contribuir con el logro de mejoras
necesarias para su comunidad y en general para la nación a través de las
instituciones del estado.
En relación a la ciudadanía en Venezuela, esta está plenamente
garantizada por la constitución nacional vigente y nuestro libertador expreso
lo siguiente, "…penetraos bien de que sois todos venezolanos, hijos de una
misma patria, miembros de una sociedad y ciudadanos de una misma
República".
La historia de la humanidad es la de la sucesión de relaciones sociales
y políticas entre sociedades y culturas. Hay guerras y luchas por dominar a
otros; hay momentos de mutua comprensión, creatividad y enriquecimiento a
través del contacto cultural. De hecho, se puede ver como la historia de
diversas respuestas a la pregunta, "¿cómo se comportan los grupos sociales
hacia otros que no pertenecen a la misma comunidad? ( y ¿cómo deberían
comportarse?)". Estas preguntas se pueden hacer desde el plano
interpersonal hasta el plano de los contactos internacionales e interculturales.
En todos los casos, hay un "yo" y un "otro/a", un "nosotra/os" y un
"ello/as", una clasificación del mundo en dos categorías de personas. Esta
distinción básica permea la vida "normal". Sin embargo, no hay nada en la
naturaleza biológica de la humanidad que ubique a las personas o grupos en
tales categorías diferenciadas. Los pueblos y las culturas definen y
construyen esos "nosotros" y esos "otros" como parte de sus procesos
históricos. Es bien sabido que lógicamente es imposible establecer un
principio de identidad sin al mismo tiempo establecer un principio de 10
diferencia. Pero quiénes están de un lado de la línea o del otro, y cuál es la
actitud frente a esos otros, es variable y depende de circunstancias y
contingencias históricas.
En el escenario internacional contemporáneo, resulta urgente
comprender las relaciones con los "otros". Los procesos de globalización en
curso crean oportunidades para el contacto cultural y la creatividad. Al mismo
tiempo, se crean nuevas formas de intolerancia. El racismo y la xenofobia,
las guerras étnicas, el prejuicio y el estigma, la segregación y la
discriminación basadas en nacionalidad, raza, etnicidad, género, edad, clase,
condición física, son fenómenos muy extendidos y llevan a niveles de
violencia muy altos. Todos ellos constituyen casos de no reconocer a los
otros como seres humanos plenos, con los mismos derechos que los propios
.Son casos en que la diferencia genera intolerancia, odio, y la urgencia de
aniquilar al otro. Sin embargo, esas mismas diferencias, puestas en un
contexto de tolerancia y apertura, de responsabilidad y cuidado hacia el otro,
ofrecen la oportunidad de explorar nuevos horizontes y enriquecer las
experiencias vitales.
Históricamente, la esclavización sistemática y la dominación
estuvieron basadas en ideologías de la superioridad racial o cultural. Las así
llamadas razas o pueblos "inferiores" podían ser eliminadas (como en la
"solución final" Nazi) o podían ser sometidas bajo condición de que sirvieran
a sus superiores. Sólo gradualmente (y no de manera universal), se ha ido
generando una visión de la igualdad básica de la humanidad, codificada en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Proclamada en el contexto
de la postguerra, la Declaración representó un intento de prevenir nuevos
horrores, más que una expresión de consenso universal. Esto está explícito
en las Consideraciones de la Declaración: "Considerando que el 11
desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado
actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad".
El reconocimiento y la identificación de los derechos humanos
universales no implican la uniformidad y homogeneidad de la humanidad. El
derecho de las colectividades e individuos a elegir su propio modo de vida,
es decir, el reconocimiento del derecho a la diferencia, es parte del paquete
de los derechos humanos. Pero, ¿no son éstos contradictorios? ¿Cómo
puede la universalidad de los derechos coexistir con el pluralismo cultural, de
género, de grupos, que expresan su diversidad? ¿Cómo conciliar o convivir
con estas contradicciones y tensiones?
Estas cuestiones generales han sido, y siguen siendo, el núcleo del
debate y de luchas sociales concretas acerca de la definición de la
ciudadanía dentro de estados-naciones, acerca de los derechos colectivos
de las minorías, acerca de los derechos de los migrantes y acerca del
multiculturalismo. Las posiciones cubren el espectro total, desde el
relativismo cultural extremo (para el cual "todo vale" y no es posible juzgar o
evaluar) hasta la búsqueda de raíces biológicas universales del
comportamiento humano basada en supuestos criterios "científicos" de la
humanidad, posición que en última instancia produce jerarquías y promueven
la exclusión. En este debate, la propia noción de etnocentrismo debe ser
reanalizada, no sólo como concepto analítico sino en sus implicancias
políticas y morales (entre otros, Geertz, 1984; Rorty, 1986; Todorov, 1991;
Benhabib, 1996).
Los procesos de negociación regional y los intentos de construir
acuerdos supranacionales generan mayores controversias y tensiones en
estas cuestiones. La tendencia a la transnacionalización económica, política 12
y cultural implica cambios irreversibles en conceptos y unidades de análisis y
de gestión, fundamentalmente en el estado-nación. En efecto, el estado-
nación se fue construyendo durante los últimos dos siglos como foco
"natural" de la lealtad y solidaridad de los ciudadanos, como unidad "natural"
del poder autónomo y de la soberanía.
Esta naturalidad simbólica no contradice el hecho de que las
comunidades e identidades nacionales son construcciones históricas,
contingentes e "imaginadas". Pero a lo largo de su historia, desarrollan
estados y estructuras institucionales que se erigen como autoridad para
ejercer el poder y la violencia legítima, con impactos concretos en la vida
cotidiana de sus habitantes. Ese proceso de conformación de los estados
nacionales implica también un proceso de institucionalización de límites y
fronteras con otros estados. Esto implica que las identidades nacionales
adquieren significados en contraste con otras naciones, en una dinámica que
involucra siempre a las fronteras, sean éstas las políticas o las simbólicas.
En la actualidad, la centralidad del estado-nación está fuertemente
cuestionada: los límites internacionales del estado son permeables a la
globalización de la producción, el comercio, la cultura, las finanzas, de lo cual
resulta una pérdida de control de los estados sobre sus destinos. Al mismo
tiempo y de manera intencional, la soberanía de los estados se ve
comprometida por los cambios en los patrones de alianzas y federaciones
regionales. Además, en el nivel sub-nacional, el estado se ve desafiado por
la revitalización de grupos solidarios basados en diversos criterios --
regionales, lingüísticos, religiosos, étnicos, de género o estilo de vida.
También por innumerables movimientos sociales que generan sus propias
solidaridades.
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Los procesos de integración regional plantean la necesidad de
repensar la relación entre la ciudadanía y la nacionalidad/el nacionalismo. Si
las sociedades multiétnicas y multiculturales cuestionan una noción de
ciudadanía que supone homogeneidad e igualdad intra-nacionales, la
creación de esferas públicas supranacionales requiere el desarrollo de
nuevas formas de ciudadanía. ¿Qué implicancias tienen para el proceso de
integración regional las diferencias entre países en los derechos
ciudadanos? ¿Qué derechos son transportables por la gente cuando se
cruzan fronteras? ¿Qué derechos se adquieren en ese movimiento? La
cultura de los derechos y de la ciudadanía "desde abajo", es decir desde la
perspectiva de los grupos subordinados en cada sociedad, a menudo implica
el desarrollo de nuevas voces, actores y movimientos sociales, que pueden
manifestar altos grados de creatividad cultural, sea que esté anclada en
viejas o nuevas identidades étnicas, nuevas identidades colectivas, o nuevos
compromisos con valores alternativos (Jelin y Hershberg, 1996; Jelin, 1997).
Al mismo tiempo, renacen con vigor símbolos de nacionalismo y el debate
ideológico acerca de la nacionalidad.
Se sabe muy poco sobre los procesos de diálogo e integración en el
nivel de las sociedades y culturas. Cada nación, y los diferentes grupos
sociales dentro de ellas, se acercan a las otras naciones con un bagaje de
valores culturales, de tradiciones, de hábitos de relación y de imágenes
sobre los otros, y este bagaje influye en la manera en que se irá
desarrollando el diálogo. Hay miedos de los chicos frente a los grandes;
miedos y rivalidades en el mercado de trabajo; sentidos históricamente
construidos de confianza y desconfianza mutua; formas de discriminación y
xenofobia. Se hace necesario entonces descubrir estos patrones
subyacentes, y estudiar cómo se manifiestan en las prácticas de interacción
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que se están desarrollando en el plano de las relaciones sociales cotidianas
y de la construcción de la nueva institucionalidad regional.
CONCLUSIÓN
Concluida la investigación podemos decir que el proceso de
integración regional es un elemento fundamental para insertar en la
globalización. Ciertamente la integración regional es una de las
salidas estratégicas en Latinoamérica, para aumentar la escala de
los mercados, para sumar recursos y para complementar. Esto se ha visto no
sólo en materia estrictamente comercial, sino también en materia Social. En
tal sentido, la integración regional juega un papel importante, pero vista como
un proceso abierto, como un proceso integrado a esa internacionalización.
Con respecto a la globalización podemos decir que se ha ido
instaurando prácticamente en todo el mundo un mismo sistema,
fundamentalmente económico, pero también político y sociocultural basado
en la inmediatez de las relaciones y de las transacciones económicas. Igual
ocurre con la ciudadanía como es conocido, es el resultado de las luchas y
reclamos políticos, étnicos, económicos y culturales ocurridos en contextos
históricos definidos. Expresa el vínculo entre el Estado, sus instituciones y
sus miembros.
Finalmente se puede decir, que la ciudadanía conlleva la obligación de
cumplir deberes específicos, el respeto a las leyes establecidas y a la
autoridad por parte de los ciudadanos.
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BIBLIOGRAFÍA
http://yolycabrera.blogspot.com/2011/11/reflexion-sobre-la-integracion-
regional.html
http://clubensayos.com/Temas-Variados/Reflexi%C3%B3n-Sobre-La-
Integraci%C3%B3n-Regional/127466.html
www.buenastareas.com/ensayos/Integracion-Regional-y-La-Globalizacion-
De/1487341.html
https://docs.google.com/document/d/
1hGQwwisvZLKsRVpSUpCgaP8Kvy2TZRGe5SQoEIZqlq0/edit?hl=es&pli=1
http://reflexionessobrelaglobalizacion.blogspot.com/
http://derecho-juridico.blogspot.com/2012/02/estado-ciudadania-y-
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http://www.monografias.com/trabajos904/nacionalismo-ciudadania-
globalizacion/nacionalismo-ciudadania-globalizacion2.shtml
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