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REEXAMEN DE UN PROBLEMA DE LA DIALECTOLOGÍA DEL CARIBE HISPÁNICO. EL ORIGEN DE LA "VOCALIZACIÓN CIBAEÑA" EN SU CONTEXTO ANTILLANO El proceso de semivocalización o, más exactamente, de desconso- nantización de /R/ y / L / en determinados contextos silábicos post- nucleares es, posiblemente, el rasgo fonético más notable de la dialectología del español dominicano y ello no sólo por su consi- derable extensión diatópica que, en alguna zona concreta como Yamasá, llega hasta las inmediaciones de la ciudad capital o por su extraordinaria vitalidad sociolingüística 1 sino, y sobre todo, por su fisonomía extremadamente radical 2 desde el punto de vis- ta fonológico que ha dado lugar a que O. Alba 3 haya podido ca- racterizarla, acertadamente, como "exótica" en relación con las demás realizaciones, paralelas, de /R/ y /L/ implosivas que se dan en el resto del área hispanófona caribeña. Quizá por este motivo son relativamente numerosos los tra- bajos y monografías que se han dedicado a examinar el fenóme- no en cuestión desde muy diferentes (y a veces contradictorios) enfoques teóricos, circunstancia que por cierto contrasta vivamente con la escasez o inexistencia de investigaciones que se ocupen, den- tro de la dialectología del español de la República Dominicana, de otros rasgos o incluso niveles lingüísticos completos que requie- 1 Véase, sobre este punto, I. PÉREZ GUERRA, "Un caso de prestigio en- cubierto en el español dominicano: la vocalización cibaeña", en Actas del III Congreso Internacional sobre el Español de América (en prensa). 2 Empleo el término en el sentido que le ha sido atribuido por Jorge M . Guitart (máximo distanciamiento entre la representación fonológica subyacente y la correspondiente realización fonética). Cf. JORGE M . GUITART, "Conser- vative versus radical dialects in Spanish. Implications for language instruc- tion", Bilingual Review, 5 (1978), 57-64 y JUAN C. ZAMORA MUNNÉ y JORGE M. GUITART, Dialectología hispanoamericana. Teoría. Descripción. Historia, Almar, Salamanca, 1982 (esp. pp. 107-108). 3 "Análisis fonológico de las líquidas implosivas en un dialecto rural de la República Dominicana", BAPul, 7 (1979), 1-18. NRFH, XXXIX (1991), núm. 2, 771-789

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REEXAMEN DE UN PROBLEMA DE LA DIALECTOLOGÍA DEL CARIBE HISPÁNICO.

EL ORIGEN DE LA "VOCALIZACIÓN CIBAEÑA" EN SU CONTEXTO ANTILLANO

E l proceso de semivocalización o, más exactamente , de desconso-nantización de / R / y / L / en determinados contextos silábicos post-nucleares es, posiblemente , el rasgo fonético más notable de l a dialectología del español d o m i n i c a n o y ello no sólo por su consi ­derable extensión diatópica que, en a lguna zona concreta como Yamasá , l lega hasta las inmediaciones de la c iudad capital o p o r su e x t r a o r d i n a r i a v i t a l i d a d sociolingüística 1 s ino, y sobre t odo , p o r su fisonomía ex t remadamente radical2 desde el p u n t o de v is ­t a fonológico que ha dado lugar a que O . A l b a 3 haya podido ca­rac ter i zar la , acertadamente , como " e x ó t i c a " en relación con las demás realizaciones, paralelas, de / R / y / L / implosivas que se d a n en el resto del área hispanófona caribeña.

Quizá por este m o t i v o son re la t ivamente numerosos los t r a ­bajos y monografías que se h a n dedicado a e x a m i n a r el fenóme­n o en cuestión desde m u y diferentes (y a veces contradic tor ios ) enfoques teóricos, circunstancia que por cierto contrasta v ivamente con la escasez o inexistencia de investigaciones que se ocupen, den­t r o de la dialectología del español de la Repúbl ica D o m i n i c a n a , de otros rasgos o incluso niveles lingüísticos completos que requie-

1 Véase, sobre este punto , I . PÉREZ G U E R R A , " U n caso de prestigio en­cubierto en el español dominicano: la vocalización cibaeña", en Actas del I I I Congreso Internacional sobre el Español de América (en prensa).

2 Empleo el término en el sentido que le ha sido atr ibuido por Jorge M . Guitart (máximo distanciamiento entre la representación fonológica subyacente y la correspondiente realización fonética). Cf. J O R G E M . G U I T A R T , "Conser-vative versus radical dialects i n Spanish. Implications for language instruc-t i o n " , Bilingual Review, 5 ( 1 9 7 8 ) , 5 7 - 6 4 y J U A N C . Z A M O R A M U N N É y J O R G E M . G U I T A R T , Dialectología hispanoamericana. Teoría. Descripción. Historia, A l m a r , Salamanca, 1 9 8 2 (esp. pp. 1 0 7 - 1 0 8 ) .

3 "Análisis fonológico de las líquidas implosivas en un dialecto rura l de la República D o m i n i c a n a " , BAPul, 7 ( 1 9 7 9 ) , 1 -18 .

NRFH, X X X I X (1991), núm. 2, 771-789

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r e n , del m i s m o modo , estudios adecuados y , a ser posible, de rea­lización urgente 4 . Así, por e jemplo , han sido cuidadosamente de­l i m i t a d a s las zonas terr i tor ia les dominicanas en las que se da la desconsonantización de / R / y / L / postnucleares por J iménez Sabater 5 y L . C o u p a l 6 ; h a n descrito con apreciable exac t i tud las modal idades fonéticas que revisten los resultados del m e n c i o n a ­do proceso los autores menc ionados 7 y N . Ro jas 8 ; h a n anal i za ­do , a l a luz de diferentes modelos teóricos recientes, los mecanis ­mos de generación del rasgo fonológico que nos ocupa O . A l b a 9 ,

J . M . G u i t a r t 1 0 , N . R o j a s 1 1 y J . W . H a r r i s 1 2 y , finalmente, h a n d e t e r m i n a d o ( l legando, por c ier to , a conclusiones a m p l i a m e n t e divergentes entre sí) el per f i l sociolingüístico que es a t r i b u i b l e en diferentes áreas del país a las realizaciones desconsonantizadas de las líquidas postnucleares autores como: O . A l b a 1 3 , N . R o j a s 1 4 ,

4 Véase una enumeración sucinta de los mismos en G. DE G R A N D A e I . PÉREZ G U E R R A , "Sobre los componentes canario y africano del léxico del es­pañol dominicano. A propósito de me(s)turado y toto", ALM, 27 (1989), 281 -294 (esp. pp. 282-283).

5 Cf. Más datos sobre el español de la República Dominicana, 2 a ed., Inst i tuto Tecnológico de Santo Domingo , Santo Domingo , 1984, pp. 88-105.

6 L . C O U P A L et al., " L a / R / y la / L / en la costa norte dominicana. Nue ­vos aportes para la delimitación del dialecto c ibaeño" , ALHis, 4 (1988), 43-79.

7 Véanse A . J I M É N E Z SABATER, op. cit., L . C O U P A L , art . cit. y M A X A . J I ­MÉNEZ SABATER, " L a neutralización de / - R / y / - L / en el dialecto dominicano. Puesta al día sobre un tema en debate" , ALHis, 2 (1986), 119-152.

8 "Sobre la semivocalización de las líquidas en el español c ibaeño" , en O . A L B A (ed.), E l español del Caribe, Santiago de los Caballeros, 1982, pp. 271-287.

9 O . A L B A , art. cit. Cf. también "Análisis fonológico de / R / y / L / implo ­sivas en u n dialecto rura l d o m i n i c a n o " , EME EME. Estudios Dominicanos, 74 (1984), 53-73.

1 0 "Some theoretical implications of l i q u i d gl iding i n Cibaeño D o m i n i ­can Spanish" , Papers in Romance, 3 (1981), 223-228; " V a r i a b l e rules i n C a r i b ­bean Spanish and the organization of phonology" , en F. NUESSEL (ed.), Cu­rrent issues in Hispanic phonology and morphology, Indiana Univers i ty Linguist ic C l u b , Bloomington, 1985, pp. 28-33 y " T h e case for a syntax-dependent post-lexical module in Spanish phonology" , en D . B I R D S O N G y J . P. M O N T R E U I L (eds.), Advances in Romance linguistics, Dordrecht , 1988, pp. 89-96.

1 1 "Fonología de las líquidas en el español cibaeño", en R . M . H A M M O N D y M . C. R E S N I C K (eds.), Studies in Caribbean Spanish dialectology, Georgetown Univers i ty Press, Washington, 1988, pp. 103-111.

12 Syllable structure and stress in Spanish: a nonlinear analysis, M I T Press, C a m ­bridge, M A , 1983 (esp. cap. 3).

1 3 " L a variation de / R / dans l'espagnol de Santiago" , en D . SANKOFF (ed.), Diversity and diachrony, Benjamins, Amsterdam-Philadelphia, 1986, pp. 211-222, y "Estud io sociolingüístico de la variación de las líquidas finales de

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NRFH, X X X I X V O C A L I Z A C I Ó N CIBAEÑA EN EL CARIBE HISPÁNICO 773

M . A . J iménez Sabater 1 5 , L . C o u p a l 1 6 y C. González T a p i a 1 7 . Frente a esta abundanc ia de monografías de índole teórica,

fonética, sociolingüística o relacionable con la dialectología d i a -tópica, los análisis, de índole histórica, que i n t e n t a n d e t e r m i n a r los factores genéticos del rasgo d o m i n i c a n o de que aquí nos o c u ­pamos , se reducen, en este caso, a u n valiosos pero aislado t r a b a ­j o de P. G o l i b a r t 1 8 , lo que no deja de ser sorprendente sobre t o ­do si t omamos en cuenta en su j u s t o s ignif icado la reciente r eva ­lorización real izada por E . C o s e r i u 1 9 del enfoque histórico en el estudio de la lingüística, y la aún más reciente aplicación que h a hecho de este p u n t o de v is ta teórico respecto a la investigación del español de América G . L . G u i t a r t e 2 0 .

A h o r a b i en (y presc indiendo por el m o m e n t o de otras obser­vaciones críticas q u e expeftdré más adelante) , e l interesante texto de G o l i b a r t que acabamos de m e n c i o n a r adolece de u n fal lo m e ­todológico p r i m a r i o que lo i m p o s i b i l i t a , a priori, para dar razón adecuadamente del p rob lema teórico que in tenta abordar . M e re ­fiero a l a consideración, prácticamente exclusiva, que hace el i n ­vestigador mencionado de datos solamente dominicanos para f u n ­d a m e n t a r , sobre ellos, sus tesis respecto a la d e n o m i n a d a gene­ralmente vocalización cibaeña, dejando así de lado no sólo la ineludible necesidad metodológica de i n c l u i r los fenómenos domin i canos en cuestión dent ro del contexto ant i l l ano o, más a m p l i a m e n t e , h is ­panoamericano lo que, como recordaba acertadamente J . Lüdtke 2 1

palabra en el español c ibaeño" , en R. M . H A M M O N D y M . C . R E S N I C K (eds.), Studies in Caribbean Spanish dialectology, Washington, 1988, pp. 11-12.

1 4 N . ROJAS, art . cit. 1 5 M A X A . J I M É N E Z SABATER, art. c it . 1 6 L . C O U P A L , art . cit . 1 7 " E l español dominicano. U n estudio diatópico de / R / y / L / " , ALHis,

6 (1990), 225-254. 1 8 "Orígenes de la vocalización en el habla cibaeña", EME EME. Estu­

dios Dominicanos, 22 (1976), 127-143. 1 9 Véanse especialmente "Humanwissenschaften und Geschichte. Der

Gesichtspunkt eines L i n g u i s t e n " , Det Norske Videnskaps Akademi. Arbok, 1978, Oslo, 1979, pp. 118-130 y " V o m Primat der Geschichte", Sprachwissenchaft, Heidelberg, 5 (1980), 125-145.

2 0 "Dia lecto , español de América e historia en Coser iu " , Energeia undEr-gon, Tübingen, 2 (1988), 487-500.

2 1 " L a historia de la lengua de u n país [Puerto Rico] no es, en rigor, po­sible, como demuestra claramente la propia obra de Alvarez Nazar io [ . . . ] la historia lingüística de Puerto Rico comprende, por lo menos, el desarrollo del español antillano en su conjunto [. . . ] la implantación del español en Haití y [. . . ] los influjos indígena y africano en las A n t i l l a s " , en J . L Ü D T K E , " P r o -

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en u n artículo de aparición m u y reciente, es to ta lmente i n d i s p e n ­sable para fac i l i tar el adecuado m a r c o de referencia al t ema estu­d iado , sino también ( lo que es aún más grave) e ludiendo la co­rrec ta valoración, impresc ind ib le para el p lanteamiento eficaz de l a problemática examinada por P. G o l i b a r t , de los rasgos, h o m ó ­logos, que están (o estuvieron) presentes en el español de C u b a y de Puerto R i c o y que se conectan, i gua l que en Santo D o m i n ­go, con el proceso global a n t i l l a n o de desconsonantización de / R / y / L / postnucleares.

E n efecto, los tres terr i tor ios caribeños de habla española c o m ­p a r t e n el fenómeno de la realización no consonantica de las l íqui­das implos ivas silábicas aunque se dan en ellos, j u n t o con deter ­minadas semejanzas, algunas notables diferencias. C o i n c i d e n t o ­dos ellos, en p r i m e r lugar , en las modd&fedes generries t te l proceso y en los resultados del m i s m o . Y , además, en las fechas de los p r i m e r o s test imonios de la existencia de este rasgo en cada u n a de las islas, 1820 para Puer to R i c o 2 2 , 1821 para Santo D o m i n ­g o 2 3 , 1836 para C u b a 2 4 , lo que hace pensar en que el s u r g i m i e n ­to del m i s m o debió ser simultáneo (o casi) en los tres t e r r i t o r i o s y situable p lenamente dentro del siglo x v n i . Y co inc iden , t a m ­bién, en la v igencia de este fenómeno, tanto en C u b a como en Puerto R i c o y Santo D o m i n g o , durante el siglo x i x , como lo i n ­d i c a n , respecto a C u b a , el t es t imonio de A . Bachi l ler y M o r a l e s en 1883 2 5 , para Puerto R i c o los de M a n u e l A lonso en 1 8 4 3 2 6 ,

yecto de una historia del español u l t r a m a r i n o " , Actas del I Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española, M a d r i d , 1988, t . 2, p. 1512.

2 2 Aparecen formas como peidei, casaise, poi, guaidia, en M A N U E L C A B R E ­RA, Coplas del jibaro, Arecibo, 1820.

2 3 E n el anónimo diálogo t itulado E l orejano y el comerciante, que se publicó en E l Telégrafo Constitucional de Santo Domingo del 26 de abri l de 1821, hay for­mas léxicas como encerrai, pueicos, vendei, compraile, coimillos, daile, caigamento. Re­produce el texto E. RODRÍGUEZ D E M O R I Z I en su l ibro Lengua y folklore de Santo Domingo, Universidad Católica Madre y Maestra, Santiago de los Caballeros, 1975, pp. 28-29.

2 4 "A lgunos [de los negros criollos] que se t i tu lan curros usan la i por la r y la /: «poique el niño puee considerai que es mejoi dinero que papei»" , en ESTEBAN P I C H A R D O T A P I A , " P r ó l o g o " , Diccionario provincial casi razonado de vo-zesy frases cubanas, Matanzas, 1836. Véase ahora la reproducción de la 4 a edi ­ción de esta obra ( L a Habana, 1875) publicada en La Habana, 1976.

2 5 "Desfiguración a que está expuesto el idioma castellano al contacto y mezcla de razas" , Revista de Cuba, 14 (1883), 97-104.

2 6 En su obra E l jibaro aparecen formas como pueyta, tayde, vueyve, papey, comey, laygo, tueyto, mejoy, etc. Véase ahora la edición conmemorativa publica­da en San J u a n , 1949.

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N R F H , X X X I X V O C A L I Z A C I Ó N CIBAEÑA EN EL CARIBE HISPÁNICO 775

Eusebio Núñez en 1858 2 7 y Salvador B r a u en 1894 2 8 y , para San­to D o m i n g o , entre otros , el de J u a n A n t o n i o A l i x 2 9 . B i e n es ver ­d a d que algunas indicaciones sue l tas 3 0 parecen hacer pensar en posibles diferencias entre las tres áreas por lo que respecta a l a v i t a l i d a d re la t iva que , en cada u n a de ellas, debió de tener el ras­go aquí estudiado.

Por el c on t rar i o , es amp l iamen te discordante la fisonomía que ofrece, en cada una de las islas anti l lanas hispanoparlantes, la des-consonantización de líquidas postnucleares por lo que atañe t a n ­to a los grupos sociales que emplearon , en su habla , esta rea l iza ­c ión fonética como a la fijación del segmento t e m p o r a l en que l a m i s m a fue m a y o r i t a r i a m e n t e e l i m i n a d a del uso c o m u n i t a r i o .

E n cuanto a la p r i m e r a de las cuestiones mencionadas , l a des-consonantización de / L / y / R / implos ivas silábicas es unánime­mente a t r i b u i d a en C u b a , d u r a n t e el siglo x i x , a la m o d a l i d a d lingüística u t i l i z a d a por los negros curros, g rupo sociológico m a r g i ­n a l const i tu ido por negros criol los l ibres que , en los barr ios coste­ros de la bahía de L a H a b a n a y también, al parecer, en M a t a n ­zas y en Cárdenas, se dedicaban, m a y o r i t a r i a m e n t e , a la d e l i n ­cuencia y se d i ferenc iaban del resto de la población de color de l a isla por usos, costumbres y atavíos característicos 3 1 . Así se de-

2 7 En las coplas de este autor al nacimiento del que sería Alfonso X I I , en 1858, hay formas como oydenanza, afoytunao, caysones, ey. Véase M A R Í A C A D I -L L A , Costumbres y tradicionalismos de mi tierra, San J u a n , 1938, pp. 105-106.

2 8 En su obra Puerto Rico y su historia, Valencia, 1894, p. 135. 2 9 Vivió entre 1833 y 1918. Véanse Décimas de Juan Antonio Alix, Santo Do­

mingo , 1927. 3 0 Por ejemplo, en la nota del director de la publicación habanera E l Ar­

tista que, en su número de 31 de diciembre de 1848 (p. 318), precede a la p u ­blicación de las décimas tituladas " E l negro José del Rosar io " de José V i c t o ­r iano Betancourt (en las que aparecen abundantes casos de desconsonantiza-ción de líquidas implosivas), se afirma que " e n la actualidad sólo quedan recuerdos del curro del Manglar [ya que] la civilización progresiva del país [lo] ha borrado ya casi por entero " , lo que parece indicar que el habla característi­ca de este grupo social (y también, lógicamente, el rasgo fonético que aquí nos interesa) debía de hallarse en estado muy decadente, al menos en L a H a ­bana, ya en la mi tad del siglo x i x .

3 1 Véase sobre este grupo social marginal , integrante del hampa de L a Habana, Matanzas y Cárdenas principalmente, F . O R T I Z , " L O S negros cu­rros. Sus caracteres: el l enguaje" , Archivos del Folklore Cubano, 2 (1926), 209-220; 2 (1927), 285-325; 3 (1928), 25-50; 3 (1928), 160-175; 3 (1928), 250-256, y 3 (1928), 51-53. También J E A N I N E P O T E L E T , "Dissonances de la société cu­baine des années 1830: Nègre cimarrón et nègre curro dans le roman de C i r i l o Vi l laverde Cecilia Valdés", Crisol, Nanterre , 5 (1986), 51-67.

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duce de las menciones que , al t e m a , dedican desde P i c h a r d o 3 2 a Bach i l l e r y M o r a l e s 3 3 i n c l u y e n d o , entre ellas, las numerosas q u e recopi la F. O r t i z en sus monografías referentes al negro curro y sus pecu l ia r idades 3 4 . Por el c o n t r a r i o , en Puer to R i c o el f enómeno lingüístico en cuestión fue considerado como p r o p i o de la p o b l a ­ción jíbara de los campos de la is la , en especial de la asentada e n las áreas montañosas del centro y occidente de la m i s m a 3 5 . Y , fi­n a l m e n t e , en Santo D o m i n g o , se h a va lorado c o m u n i t a r i a m e n t e d i cho rasgo como uso p o p u l a r general de la comarca cibaeña, es dec ir de las áreas norteñas del país, m a l y escasamente c o m u n i ­cadas, por razones simultáneamente geográficas y soc io lógicas 3 6 , con la c iudad capita l y su zona de in f luenc ia .

Por lo que toca a la desaparición del fenómeno que considera­m o s , parece claro que la localización cronológica de este hecho (s in d u d a a través de u n proceso lento y progres ivo) debe fijarse, t a n t o para C u b a como para Puer to R i c o , en las últimas décadas del siglo x i x y pr imeras del actual como creen, entre otros , H . López M o r a l e s 3 7 y T . N a v a r r o T o m á s 3 8 q u i e n , en 1927-1928, só­lo localizó ya restos escasísimos de semiconsonantización de líqui­das postnucleares en áreas montañosas, m u y aisladas y m a r g i n a ­les, de Puerto R i c o 3 9 . E n C u b a la v igencia , m u y m i n o r i t a r i a , de l f enómeno h a debido de ser más a m p l i a y pro longada t e m p o r a l ­mente que en Puerto R i c o como parecen ind i car l o algunos casos subsistentes, aún hoy , en zonas rurales del t e r r i t o r i o insu lar , en

3 2 P I C H A R D O T A P I A , loe. cit. 3 3 A . B A C H I L L E R Y M O R A L E S , art . cit. 3 4 E l trabajo de F. O R T I Z citado en la nota 3 1 ha sido reproducido, j u n ­

tamente con otros materiales (publicados e inéditos) referentes al tema, en el volumen del autor Los negros curros, Editor ia l de Ciencias Sociales, L a H a b a ­na, 1 9 8 6 . E n adelante citaré por este texto.

35 Q f j ^ . N A V A R R O T O M Á S , E l español en Puerto Rico, Universidad de Puer­to Rico, Río Piedras, 1 9 7 4 (esp. pp. 8 4 - 8 6 ) y M . Á L V A R E Z N A Z A R I O , La he­rencia lingüística de Canarias en Puerto Rico, Inst i tuto de Cu l tura Puertorriqueña, San J u a n , 1 9 7 2 (pp. 7 0 - 7 1 , esp. n . 2 7 ) .

3 6 Cf. el estudio clásico de P. H E N R Í Q U E Z U R E Ñ A , E l español en Santo Do­mingo, Inst i tuto de Filología, Buenos Aires, 1 9 4 0 .

3 7 " L a s formas [pweita, taide, poike] no tienen existencia regular en Cuba , probablemente desde hace más de setenta años" , en H U M B E R T O L Ó ­PEZ M O R A L E S , "Neutralizaciones fonológicas en el consonantismo final del es­pañol de C u b a " , trabajo reproducido en el volumen del autor Estudio sobre el español de Cuba, Anaya, M a d r i d , 1 9 7 1 , p. 1 3 1 .

3 8 T . N A V A R R O T O M Á S , op. cit. 3 9 Concretamente en Lares y Adjuntas .

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especial en la ant igua p r o v i n c i a de O r i e n t e 4 0 . E n contraposición con estos hechos, referidos a C u b a y Puer to R i c o , la desconso-nantización de l\J y / R / implos ivas silábicas ha m a n t e n i d o hasta el m o m e n t o actual u n a elevadísima v i t a l i d a d sociolingüística en l a m a y o r parte del t e r r i t o r i o d o m i n i c a n o , lo que es explicable, s i m u l ­táneamente, por razones de índole sociohistórica, que he i n t e n t a ­do d i s c r i m i n a r en u n a monografía a n t e r i o r 4 1 , y por u n comple jo de actitudes c o m u n i t a r i a s , de carácter sociolingüístico y psicoló­gico, que ha analizado, m u y penetrantemente, I . Pérez G u e r r a 4 2 .

A p a r t i r de los hechos hasta aquí reseñados m u y abrev iada­mente (o , de m o d o más exacto, a p a r t i r de sólo algunos de ellos en la m a y o r parte de los casos) h a n sido propuestos varios m o d e ­los de análisis genético de los mismos. L o s examinaremos , críti­camente, a continuación, adoptando como criterio evaluador su adaptación o d iscordancia respecto del contexto lingüístico h i spa -noant i l lano general en p r i m e r lugar y , también, respecto a las m a ­trices causales, generalmente peninsulares, propuestas. T o d o ello s in perder de v ista la inserción de los datos analizados dentro de l área t o ta l h i spanoamer icana .

E n 1926-1928 F. O r t i z 4 3 insinuó, con toda clase de reservas, l a pos ib i l idad de que " l a tendencia de los ant i l lanos a c a m b i a r en i el sonido de r y / finales haya surgido de nuestro ant iguo pue ­b l o m o n t u n o en contacto con los i n d o c u b a n o s " 4 4 , alegando co­m o a r g u m e n t o en favor de esta hipótesis los abundantes " n o m ­bres terminados en ey como Hatuey, siboney, baracutey'\ der ivados , quizá, de formas preexistentes con /, x o j finales45.

L a existencia de u n a m a t r i z andaluza para la desconsonanti -zación o vocalización de líquidas postnucleares fue ya sugerida, en 1883, por A . Bachi l ler y M o r a l e s 4 6 ( aunque no de m o d o ex-

4 0 Así lo af irma, en monografía m u y reciente, Luís R. C H O Y LÓPEZ. Véa­se su trabajo " E l consonantismo actual de C u b a " , L / L , 16 (1985), 219-248 (p. 223). C. ISBASESCU, " A l g u n a s peculiaridades fonéticas del español habla­do en C u b a " , R R L , 10 (1965), 571-594 (esp. 589), sólo encuentra un caso aislado de [aséi].

4 1 "Consecuencias lingüísticas de u n periodo histórico dominicano (la do­minación hait iana, 1822-1844)", en Actas del I I I Congreso Internacional sobre el Español de América (en prensa).

4 2 I . PÉREZ G U E R R A , art . cit . 4 3 F. O R T I Z , art. cit . 44 Ibid., p. 75. 45 Ibid., pp. 74-75. 4 6 A . B A C H I L L E R Y M O R A L E S , art. cit .

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778 GERMÁN DE GRANDA NRFH, X X X I X

elusivo) . A c e p t a r o n con pos ter ior idad esta tesis A . M o n t o r i 4 7 y F . O r t i z 4 8 , y , en u n n i v e l de análisis más especializado y cientí­fico, M . L . W a g n e r 4 9 , P. Henríquez U r e ñ a 5 0 y el m i s m o A . A l o n s o 5 1 , seguidos, en épocas más recientes, por especialistas co­m o J . García G o n z á l e z 5 2 y , con matizaciones, H . López M o ­r a l e s 5 3 .

L a hipótesis de la procedencia canar ia del fenómeno que nos ocupa fue ya considerada (aunque sin prescindir de resaltar la raíz andaluza de esta m o d a l i d a d lingüística insu lar ) por A . M o n t o r i 5 4

y , más recientemente, apl icada al área puertorriqueña por M . A l -varez N a z a r i o 5 5 y a l a d o m i n i c a n a p o r P. G o l i b a r t 5 6 .

F i n a l m e n t e , en trabajos realizados en los últimos años, h a n propuesto la derivación del proceso de desconsonantización de / L / y / R / po l inuc leares de modelos lingüísticos de localización o r i g i ­n a r i a negro-a fr i cana S. Valdés B e r n a l 5 7 e I . Pérez G u e r r a 5 8 .

Podemos descartar, en p r i n c i p i o , de entre las hipótesis causa­les hasta aquí mencionadas, como radica lmente insostenible la i n ­s inuada con t i m i d e z (e i n m e d i a t a m e n t e re t i rada p o r el p r o p i o a u t o r ) por F . O r t i z , de base sustratística t a i n a . T a n t o la inveros i ­m i l i t u d de la evolución -el > ei, supuesta, para esta lengua, p o r el sabio cubano como el carácter p u r a m e n t e f o r m a l de la c o inc i ­dencia entre este (supuesto) fenómeno con la actual desconsonan-

47 Modificaciones populares del idioma castellano en Cuba, Imprenta de Cuba Pe­dagógica, La Habana, 1916 (esp. p. 111).

4 8 F. O R T I Z , op. cit., pp . 79-82, n . 34. 4 9 " E l supuesto andalucismo de América y la teoría climatológica", RFE,

14 (1927), 20-30 (p. 24). 5 0 "Observaciones sobre el español de América" , RFE, 8 (1921), 357-390

(P- 373). 5 1 " - R y - L en España y Amér i ca" , reproducido en Estudios lingüísticos.

Temas hispanoamericanos, Gredos, M a d r i d , 1967, pp. 213-267 (p. 263). 5 2 "Acerca de la pronunciación de R y L implosivas en el español de C u ­

ba: variantes e inf luencias" , Islas, 65 (1980), 115-127. 5 3 "Elementos africanos en el español de C u b a " , reproducido en el vo­

lumen del autor Estudio sobre el español de Cuba, M a d r i d , 1971, pp. 62-71 (esp. p. 68).

5 4 A . M O N T O R I , op. cit. 5 5 M . A L V A R E Z N A Z A R I O , op. cit. 5 6 P. G O L I B A R T , art . cit. 5 7 " L a s lenguas africanas y el español coloquial de C u b a " , Santiago, 31

(1978), 81-107 (esp. p. 92). 5 8 "Afr icanismos lingüísticos en la República Dominicana. Notas meto­

dológicas' ' , en Estudios sobre español de América y lingüística afroamericana, Bogotá, 1989, pp. 354-368 (p. 368).

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tización de líquidas postnucleares en el C a r i b e hispánico bastan p a r a negar todo crédito a la suposición menc ionada . A lo que p o ­dríamos añadir, como argumentos en el m i s m o sentido, la b reve ­d a d t e m p o r a l del contacto entre el español y las hablas tainas ( m e ­nos de m e d i o siglo) , insuf ic iente p a r a f u n d a m e n t a r interferencias estructurales de éstas sobre aquél, y la inexistencia , absoluta, de fenómenos de índole s i m i l a r a l postulado , en este p u n t o , por F . O r t i z en el español car ibeño 5 9 .

M u y di ferente parece ser, a p r i m e r a v ista , el va lor que debe ser a t r i b u i d o a la hipótesis andalucista sobre el o r igen del rasgo fonético que examinamos en estas páginas.

A u n q u e , a pesar de los esfuerzos realizados por F. O r t i z 6 0 pa ­r a f u n d a m e n t a r l a , no queda c lara la derivación de la m o d a l i d a d lingüística empleada en C u b a p o r los negros curros del siglo pasado ( y , por lo t a n t o , de su desconsonantización de / R / y / L / ) respecto al hab la " a n d a l u z a d a " de los guaj iros del i n t e r i o r de la isla, esta circunstancia carecería de relevancia si se demostrara la existencia, en los dialectos mer id ionales de la Península, de d icho concreto fenómeno fonológico. D e ser éste el caso, la excepcional dens idad de l p o b l a m i e n t o andaluz en las A n t i l l a s , demostrada c o n t u n d e n ­temente por P. B o y d - B o w m a n 6 1 , podría cons t i tu i r la f u n d a m e n -tación exp l i cat iva de la difusión del m i s m o en el área caribeña h ispanopar lante y no en otras áreas americanas, de demografía menos marcada por los contingentes colonizadores andaluces.

N o ocurre , sin embargo , así. N i en la dialectología andaluza actual n i en los textos l i terar ios de siglos pasados que se h a n p r o ­puesto ref lejar los usos lingüísticos locales (Fray Pedro Beltrán, Gaspar Fernández y A v i l a ) n i en los documentos de archivo es­critos o copiados en Andaluc ía 6 2 se h a n podido detectar ejemplos de desconsonantización de líquidas postnucleares.

5 9 Véase lo que digo en m i trabajo " L a velarización de / R / en el español de Puerto R i c o " , reproducido ahora en G . D E G R A N D A , Estudios lingüísticos His­pánicos, afrohispánicosy criollos, Gredos, M a d r i d , 1 9 7 8 , pp. 1 1 - 7 9 , sobre la tesis, propugnada por T . Navarro Tomás, de la génesis taina de la velarización de la vibrante múltiple castellana en Puerto Rico (pp. 3 7 - 4 1 ) . Los argumentos allí presentados por mí en contra de esta hipótesis causal pueden ser pert inen­tes también respecto al tema tratado en estas páginas.

6 0 F . O R T I Z , op. cit., n . 3 4 , passim. 6 1 Cf. su trabajo de síntesis, "Patterns of Spanish emigration to the I n -

dies t i l l 1 6 0 0 " , HAHR, 5 6 ( 1 9 7 6 ) , 5 8 0 - 6 0 4 . Hacia 1 6 0 0 los andaluces o sus descendientes constituían el 4 9 . 8 % de los pobladores de Santo Domingo y el 4 4 . 4 % de los de Cuba , según los datos presentados por P. Boyd-Bowman.

6 2 Véase sobre este punto lo que indica J O S É M O N D É J A R C U M P I Á N en su

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7 8 0 G E R M Á N D E G R A N D A NRFH, X X X I X

Parece probable que los investigadores que h a n re lac ionado l a existencia de este fenómeno en áreas del C a r i b e hispánico con supuestos condic ionamientos causales andaluces, de A . M o n t o r i a A . A lonso , h a y a n basado su hipótesis en el t es t imonio de H . Schuchardt q u i e n , en su monografía Die Cantes Flamencos63, reco­ge, e fect ivamente, formas léxicas con / L / y / R / postnucleares se-mivocal izadas . Es m u y posible , s in embargo , que estos textos h a ­y a n sido facil itados a Schuchardt por sus amigos andaluces F . R o ­dríguez Marín y A . M a c h a d o y A lvarez (en cuyas obras aparecen casos semejantes) y , dada la i gnoranc ia de los mismos de las n o r ­mat ivas y convenciones técnicas referentes a la captación y t r a n s ­cripción fonética 6 4 , sus aportaciones h a n podido presentar graves inexact i tudes referentes, en concreto , a l rasgo que aquí conside­ramos .

C o m o dice J . M o n d é j a r 6 5 al t r a t a r el t ema de la postulada desconsonantización de líquidas implos ivas silábicas en A n d a l u ­cía, los test imonios de Rodr íguez Mar ín , M a c h a d o y A lvarez e, inc luso , Schuchardt i n d i c a n sólo o " u n a errónea interpretación de la infrecuente aspiración de / R / ante oclusiva p o r parte de los erudi tos o [. . . ] u n a generalización in just i f i cada por parte de los mismos de unos casos en que algún media lengua o bobo los

monografía " E n los orígenes de la dialectología andaluza. I I . Etapa precientí-fica'', en Estudios román eos dedicados al Profesor Andrés Soria Ortega, Granada, 1 9 8 5 , t . 1 , pp. 1 9 3 - 2 2 0 . Es cierto que en el excelente trabajo de J U A N A N T O N I O F R A -

G O G R A C I A , " L a fonética del español meridional y sus fuentes históricas", en Miscellánia Sanchis Guarner, Valencia, 1 9 8 4 , t . 2 , pp. 1 3 1 - 1 3 7 , aparece u n aisla­do ejemplo de vocalización de / - R / en su documento trasladado en Sevilla en 1 4 7 4 (Puychena por Purchena), pero, en m i opinión, este hápax no constituye prue­ba convincente de la existencia en el habla andaluza del fenómeno que aquí consideramos. Nuevas investigaciones deberán aclarar el problema, respecto del cual creo lícito mantener, por ahora, una actitud negativa.

6 3 E n ZRPh, 5 ( 1 8 8 1 ) , p. 3 1 7 . Véase sobre este trabajo y su valoración dentro de los estudios de dialectología andaluza, J U A N M A R T Í N E Z R U I Z , " H u ­go Schuchardt y las hablas andaluzas" , RDTP, 3 5 ( 1 9 7 9 - 8 0 ) , 3 - 3 2 .

6 4 H a y casos de desconsonantización de líquidas postnucleares en A . M A C H A D O Y A L V A R E Z , Colección de cantes flamencos, Sevilla, 1 8 8 1 ( 2 A ed. , M a ­d r i d , 1 9 7 4 ) . E n este mismo volumen el autor, buen amigo e informador de Schuchardt, confiesa que carece de conocimientos fonéticos (p. 2 1 de la 2 A edi­ción) y que transcribe en sus publicaciones " l o que hemos oído o, al menos, hemos creído o í r " del habla popular ( 2 A edición, p. 2 3 ) . E n otra obra, De sole­dades. (Escritos flamencos), publicada en 1 8 7 9 ( 2 A edición, Córdoba, 1 9 8 2 ) t a m ­bién dice carecer de u n "sistema ortográfico" que le permita representar las modificaciones fonéticas de las hablas andaluzas ( 2 A edición, p. 1 2 , n . 7 ) .

6 5 J . M O N D É J A R , art . cit .

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NRFH, X X X I X V O C A L I Z A C I Ó N C I B A E Ñ A E N E L C A R I B E H I S P Á N I C O 7 8 1

d i j e s e " 6 6 . E n ambos casos cae por su base la construcción teórica de componente causal andaluz , que h a in tentado f u n d a m e n t a r , sobre este modelo expl icat ivo , la producción del rasgo fonético que aquí estudiamos en el área del Car ibe hispánico.

M á s sólidos son los datos básicos de los que parte la hipótesis de la génesis canar ia del fenómeno en cuestión, p r o p u g n a d a p a r a Puer to R i co por A l v a r e z N a z a r i o , para Santo D o m i n g o por G o l i -b a r t y (parc ia lmente ) p a r a C u b a por A . M o n t o r i .

Es ind iscut ib le la i m p o r t a n c i a que , en la demografía de estos t e r r i t o r i o s , revistió la inmigración " i s l e ñ a " de los siglos x v n y x v n i 6 7 y también lo es el que existen aún, aunque m u y decaden­tes y m i n o r i t a r i o s , casos de desconsonantización de / R / y / L / post-nucleares tanto en localidades de T e n e r i f e 6 8 como en el hab la de l enclave h ispanohablante de Saint B e r n a r d Par i sh , L o u i s i a n a 6 9 , vest igio aún v i v o de la m o d a l i d a d lingüística canaria del siglo x v i n . T o d o lo cual deja fuera de d u d a el hecho de que el fenó­m e n o menc ionado se d io (y posiblemente con m u c h o m a y o r v i ­gor que el que hoy posee en el archipiélago) en algunas var i eda ­des, al menos, del dialecto canario de siglos atrás y pudo haber sido t r a n s m i t i d o a las A n t i l l a s españolas por m e d i o de la fuerte corr iente m i g r a t o r i a que , procedente de las Islas A f o r t u n a d a s , se dirigió al área caribeña d u r a n t e , por lo menos, dos centurias .

Pero al m i s m o t i e m p o , determinadas c ircunstancias , de s i gn i ­ficación contrapuesta a las que acabamos de menc ionar , r e l a t i v i -zan apreciablemente la ap l i cab i l idad de esta tesis exp l i cat iva , so-

66 Ibid., p. 214. 6 7 Para el planteamiento general del tema véase J . P É R E Z V I D A L , " A p o r ­

tación de Canarias a la población de América" , Anuario de Estudios Atlánticos, 1 (1955), 91-197 y F. M O R A L E S P A D R Ó N , " L O S canarios y la política migrato ­r ia a I n d i a s " , / Coloquio de historia canario-americana, Las Palmas, 1977, pp. 2 1 -291 . Sobre la emigración canaria a Puerto Rico da numerosos datos M . A L ­V A R E Z N A Z A R I O , op. cit.; sobre la corriente migrator ia del mismo origen d i r i ­gida a Santo Domingo véase G . D E G R A N D A e I . P É R E Z G U E R R A , art . cit .

6 8 Entre "viejos pescadores de Punta del Hidalgo y Puerto de la C r u z " , según D . C A T A L Á N en su estudio " E l español en Canar ias" , reproducido aho­ra en el volumen del autor E l español. Orígenes de su diversidad, M a d r i d , 1989, pp . 145-201 (p. 182). Y , según J . P É R E Z V I D A L , art . c i t . , p. 179, " e n el habla de gente de m a r " .

6 9 Cf . , sobre este tema, R. M C C U R D Y , The Spanish dialect ojSaint Bernard Parish, Louisiana, A lburquerque , 1950 y " L o s isleños de Luisiana. Supervi­vencia de la lengua y folklore canarios" , en Anuario de Estudios Atlánticos, 21 (1975), 471-591. Datos etnográficos y etnohistóricos de este grupo sociológico facilita J O S E P H G U I L L O T E , Masters of the Marsh. An introduction to the ethnography oj the Isleños of Lower St. Bernard Parish, Louisiana, New Orleans, 1982.

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7 8 2 G E R M Á N D E G R A N D A NRFH, X X X I X

bre todo en lo que se refiere a las zonas cubana y d o m i n i c a n a . Por lo que toca a C u b a no sólo aparece como indemostrab le

l a pos ib i l i dad de que la m o d a l i d a d lingüística de los negros curros se haya const i tu ido sobre u n modelo isleño, a través de la etapa i n t e r m e d i a del habla del gua j i r o r u r a l , sino que ta l p l a n t e a m i e n ­to carece de cua lquier t i p o de fundamentación sociohistórica m e ­d i a n a m e n t e consistente.

E n cuanto a la zona d o m i n i c a n a , dos t ipos de consideracio­nes, de índole diatópica las pr imeras y de carácter sociolingüísti-co las otras, l evantan fuertes dudas sobre la adecuación a p a r t e , a l menos, de este t e r r i t o r i o de la tesis causal, de base canaria , p r o ­puesta por P. G o l i b a r t en relación con el proceso local de descon-sonantización de líquidas postnucleares.

E n primer lugar, y desde un enfoque de áreas, no existe en absoluto este fenómeno hoy (y no parece tampoco haber exist ido a n t e r i o r m e n t e ) en n i n g u n a de las localidades del suroeste del país que rec ib ieron pob lamiento canar io , a veces exclusivo , en los s i ­glos x v i i y x v í n 7 0 como San Car los , A z u a y , sobre todo , B a n í 7 1 . T a m p o c o se da , o se da m u y débilmente, en zonas de población o r i g i n a r i a isleña como M o n t e c r i s t i , en la costa nor te , y Sabana de l a M a r en la costa este de la i s l a 7 2 . Y , por el c o n t r a r i o , el p r i m e r t e s t imon io del m i s m o , en 1821 , es referido a campesinos de San Francisco de M a c o r í s 7 3 , l oca l idad fundada y pob lada desde L a

7 0 Gf. para lo referente al establecimiento de canarios en el occidente y suroccidente del área dominicana, F R A N K M O Y A P O N S , Historia colonial de San­to Domingo, Univers idad Católica Madre y Maestra, Santiago de los Caballe­ros, 1 9 7 4 (esp. pp. 2 8 3 - 2 9 0 ) ; M A R Í A R O S A R I O S E V I L L A S O L E R , Santo Domingo tierra de frontera (1750-1800), Sevilla, 1 9 8 0 , y A N T O N I O G U T I É R R E Z E S C U D E R O ,

Población y economía en Santo Domingo (1700-1746), Sevilla, 1 9 8 5 (esp. pp. 6 4 - 7 5 ) . 7 1 Sobre la historia de este núcleo poblacional, de origen isleño, que ha

mantenido en algunos de sus campos una sorprendente cohesión racial, véanse F . H E N R Í Q U E Z Y C A R V A J A L , Baní, parcela histórica de su vida en la villa y en el valle, C i u d a d T r u j i l l o , 1 9 3 9 ; A L C I D E S G A R C Í A L L U B E R E S , Baní, documentos relativos a la celebración del 177 aniversario de la fundación, C iudad T r u j i l l o , 1 9 4 4 ; S. O B J Í O ,

Baní, cosas antiguas, C iudad T r u j i l l o , 1 9 5 8 ; J O A Q U Í N S. I N C H Á U S T E G U I , Baní, reseña histórica, Baní, 1 9 7 2 . Sobre las tensiones raciales entre los campos blancos (Paya A r r i b a , Bocacanasta, E l Llano, Sombrero, Matanzas, Sabana Buey y E l Cañafístol) y la población local de color, cf. W A L T E R C O R D E R O , " A c t i t u ­des y tensiones raciales en la sociedad ban i l e ja " , Liberación, Santo Domingo , 2 ( 1 9 7 1 ) , p. 3 3 . Durante una breve encuesta que realicé en 1 9 8 5 en Bocaca­nasta pude comprobar que los moradores de esta área aún conservan concien­cia de su origen isleño (canario).

7 2 Véase L . C O U P A L , art. cit. 7 3 Cf. supra, n . 2 3 .

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V e g a y en la que no se establecieron n u n c a contingentes h u m a ­nos de procedencia canar ia .

A ú n parece menos aceptable la postura de P. G o l i b a r t 7 4 cuan­do postula , p a r a j u s t i f i c a r la extensión del fenómeno fonético en cuestión a toda el área septentr ional d o m i n i c a n a , la imitación p o r la población local de blancos de la tierra (mulatos y negros) de este rasgo, empleado or ig ina lmente sólo por los canarios, imitación de­b i d a , según su tesis, al superior prest ig io del uso lingüístico de los blancos isleños. N i la fragmentación sociológica del t e r r i t o r i o c ibaeño, debida a factores geográficos de difícil superación 7 5 , per­m i t e expl icar de este m o d o la difusión a comarcas centrales como las de M o c a , C o t u i o San Francisco de M a c o r í s 7 6 de modelos l i n ­güísticos supuestamente procedentes de zonas laterales o costeras como las efe M o n t e c r i s t i , Puerto Plata, Samaná, Sabana de la M a r , San Rafael , H i n c h a o Bánica, de población canaria, n i parece t a m ­poco creíble que los orgullosos blancos de la tierra hayan pod ido t o ­m a r como modelos de l engua a los grupos de labradores isleños, pobres e ignorantes p o r lo c o m ú n , a los que , entre otros , el c r i o ­l l o d o m i n i c a n o A n t o n i o Sánchez V a l v e r d e describe, en la segun­da m i t a d del siglo x v m , como ' ' f ami l ias miserab les " , v iv iendo en "pobres rancherías", plagadas de enfermedades y sometidas a u n a cont inua m o r t a n d a d 7 7 . E l modelo lingüístico prestigioso de los ha-

7 4 Cf. P . G O L I B A R T , art . cit. 7 5 Sobre este punto véanse las precisiones que facilita F R A N K M O Y A P O N S

en sus trabajos " L a s luchas constitucionales en el siglo x i x " y " M o d e r n i z a ­ción, industrialización y cambios en el siglo x x " , reproducidos ambos en el vo lumen del autor E l pasado dominicano, Santo Domingo , 1986, pp. 171-184 y 207-251 respectivamente. También las consideraciones referentes a la regio-nalización histórica de la sociedad dominicana que hace J O S É O V I E D O en su trabajo " C u l t u r a y nación: la búsqueda de la i d e n t i d a d " , Boletín del Museo del Hombre Dominicano, 20 (1987), 109-118 (esp. pp. 110-111).

7 6 Son precisamente estas zonas, enclavadas en el área terr i tor ia l interior de la comarca cibaeña (y que no recibieron jamás poblamiento canario), las que en la actualidad presentan más altos índices de desconsonantización de líquidas implosivas. Según C. G O N Z Á L E Z T A P I A , art. c i t . , Moca tiene u n 8 3 . 9 % de este fenómeno p a r a / - L / y u n 6 8 % p a r a / - R / , C o t u i 66 .6% y 50 .9% respectivamente y San Francisco de Macorís 82 .3% y 6 5 . 2 % .

7 7 Sobre el orgullo del "blanco de la t i e r r a " dominicano (mulato o ne­gro) véanse los testimonios que prestan, involuntariamente, sobre el mismo los franceses G I L B E R T G U I L L E R M I N , Diario histórico (Guerra dominicano-francesa de 1808), Santo Domingo, 1976 y L E M O N N I E R D E L A F O S S E , Segunda campaña de Santo Domingo, Santiago de los Caballeros, 1946. Los textos de Antonio Sánchez V a l -verde proceden de su obra Idea del valor de la Isla Española, publicada en M a ­d r i d en 1785. U t i l i z o aquí la edición de este l ibro que está contenida en el vo-

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7 8 4 G E R M Á N D E G R A N D A NRFH, X X X I X

hitantes rurales del t e r r i t o r i o septentr ional d o m i n i c a n o debió de estar const i tu ido , más b i e n , por el habla de las localidades u r b a ­nas de la zona como Santiago de los Caballeros o L a V e g a , de cuya r iqueza económica y carácter social aristocrático y re f inado (durante el siglo x v m ) tenemos abundantes referencias documen­tales y l i t e r a r i a s 7 8 .

Bastan, creo, los datos hasta aquí apuntados para l i m i t a r l a ap l i cab i l i dad del modelo exp l i cat ivo , de base canar ia , desarrol la ­do y propuesto por M . A l v a r e z N a z a r i o y P. G o l i b a r t , a algunos determinados te r r i t o r i os caribeños (Puerto R i co , áreas de C u b a y Santo D o m i n g o ) y rechazar, al m i s m o t i e m p o y por idénticas razones, su validez como factor causal exclusivo del fenómeno glo­b a l ant i l lano de l a desconsonantización de / L / y / R / postnucleares.

Por último, en cuanto se refiere a la hipótesis, rec ientemente expuesta 7 9 , de que el rasgo fonético de que aquí nos ocupamos puede ser conectado genéticamente con condic ionamientos a t r i -buibles , p r i m a r i a m e n t e , a códigos de comunicación africanos m a ­nejados en las A n t i l l a s por determinados segmentos de su pob la ­ción esclava d u r a n t e los siglos x v i - x i x y , secundariamente , a h a ­blantes de español (monolingües o bilingües) que habrán adqu i r ido estas características ar t i cu lator ias a través de su contacto, intenso y frecuente, con aquéllos, debo reconocer la evidencia de los da ­tos aducidos por la última propugnadora de esta posición teórica 8 0

respecto de la fuerte inc idenc ia que ha tenido en Santo D o m i n g o , en m u y ampl ios ámbitos de su v i d a colectiva (y también en el l i n ­güístico), la aportación pob lac ional de or igen afr icano. A l m i s m o t i e m p o que v a l o r o , en toda su i m p o r t a n c i a , la sugestiva relación que esta invest igadora establece entre la desconsonantización a n ­t i l l a n a de líquidas postnucleares y el fenómeno homólogo que se ver i f i ca , según t es t imon ian los resultados de mis propios trabajos de campo en las zonas del l i t o ra l pacífico c o l ombiano 8 1 , entre g r u -

lumen de A . S Á N C H E Z V A L V E R D E , Ensayos, Santo Domingo , 1 9 8 8 . Las citas del texto se encuentran en las páginas 2 0 3 , 2 2 6 y 2 9 9 de esta edición.

7 8 Véanse los numerosos datos que recoge sobre este tema P . Henríquez Ureña en su excelente y documentado trabajo La cultura y las letras coloniales en Santo Domingo (sobre todo en los capítulos dedicados al siglo x v m , la emi ­gración de 1 7 9 5 - 1 8 0 1 y el periodo f inal de la colonia española). Se encuentra reproducido en P . H E N R Í Q U E Z U R E Ñ A , Obra Crítica, F . C . E . México, 1 9 6 0 ,

pp. 3 3 1 - 4 4 4 . 7 9 Cf. S. V A L D É S B E R N A L , art . cit. e I . P É R E Z G U E R R A , "Africanismos l i n ­

güísticos . . 8 0 I . P É R E Z G U E R R A , ibid. 8 1 Véase G . D E G R A N D A , Estudios sobre un área dialectal hispanoamericana de

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NRFH, X X X I X V O C A L I Z A C I Ó N C I B A E Ñ A E N E L C A R I B E H I S P Á N I C O 785

pos de mineros negros asentados en remotas regiones del curso alto del río Iscuandé ( D e p a r t a m e n t o de Nariño) . Podría, incluso, precisar, re forzando así el sentido de esta última puntualización, que existe también desconsonantización de / L / y / R / implosivas silábicas en zonas de los departamentos co lombianos del Cauca , C h o c ó y Bo l ívar 8 2 , en el portugués de los estados brasileños de Alagoas , P e r n a m b u c o 8 3 , y C e a r á 8 4 y en el cr io l lo portugués de Santiago de Cabo V e r d e 8 5 , todas ellas áreas de numerosa (o to ­ta l ) población negra de or igen afr icano .

Dos razones me hacen, sin embargo , a f i r m a r que los factores causales derivados de matrices lingüísticas africanas no h a n p o d i ­do d e t e r m i n a r , en proporc ión re levante , la producción del rasgo fonético que en estas páginas consideramos.

Es la p r i m e r a la inexistencia o marcada escasez de población de procedencia afr icana en zonas que, como el área montañosa centra l de Puerto R i co o determinadas regiones del oeste y centro de C u b a , parecen haber incorporado en épocas pasadas a sus m o ­dalidades locales de lengua el fenómeno fonético de la desconso­nantización de líquidas postnucleares 8 6 . Y , en segundo pero to ­davía más i m p o r t a n t e lugar , el dato , difícilmente e l iminable y aún menos discut ib le , de que , en su práctica t o t a l i d a d , las lenguas ne-groafricanas del oeste y noroeste, es decir las pertenecientes al a m -

población negra. Las tierras bajas occidentales de Colombia, Inst i tuto Caro y Cuervo, Bogotá, 1 9 7 7 . Los datos referentes a la existencia de desconsonantización sis­temática de / R / y / L / implosivas entre mineros negros del curso alto del río Iscuandé se encuentran en el volumen citado, pp. 7 8 - 8 0 .

8 2 Cf. Luis F L Ó R E Z , La pronunciación del español en Bogotá, Inst i tuto Caro y Cuervo , Bogotá, 1 9 5 1 , pp. 2 0 2 - 2 0 3 y 2 2 7 - 2 2 8 .

8 3 Cf. M . M A R R O Q U I M , A lingua do Nordeste (Alagoas e Pernambuco), Cora-panhia Editor ial Nacional , Sao Paulo, 1 9 4 5 , pp. 8 6 - 8 7 .

8 4 F . S E R A I N E , "Contribuicáo ao estudo da pronuncia cearense", Anais do I Congresso da Lingua Nacional Cantada, Sao Paulo, 1 9 3 8 , pp. 4 6 2 y 4 6 4 .

8 5 B. L O P E S D A S I L V A , O dialecto crioulo de Cabo Verde, Lisboa, 1 9 5 7 , pp. 1 0 1 y 1 0 4 .

8 6 En el caso de Puerto Rico, la neta diferenciación existente en siglos pa­sados (y aún hoy) entre el campesino jíbaro, blanco, del interior montañoso del país y el peón cañero, negro o mulato por lo general, de las zonas bajas del l i toral ha sido excelentemente expresada en M . M E L É N D E Z M U Ñ O Z , Esta­do social del campesino puertorriqueño, San J u a n , 1 9 1 6 y " E l jíbaro en el siglo x i x " , en sus Obras Completas, Inst i tuto de C u l t u r a Puertorriqueña, San J u a n , 1 9 6 3 , t. 3 , pp. 4 5 9 - 6 1 1 . Para la situación, en este aspecto, de Cuba, cf. F . O R T I Z , Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, J . Montero , Santa Clara, 1 9 6 3 (hay numerosas ediciones) y J E S Ú S G U A N C H E , Procesos etnoculturales de Cuba, La Habana , 1 9 8 3 .

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7 8 6 G E R M Á N D E G R A N D A NRFH, X X X I X

plio phylum N i g e r - K o r d o f a n 8 7 , no poseen (o, al menos, son en ellas extremadamente escasas) secuencias fónicas constituidas por vocal media o baja seguida de semivocal 8 8 . L o que, en principio, parece descartar la posibilidad de que las mismas hayan podido facilitar al español caribeño, por lo menos de modo directo, la pauta articulatoria que subyace en la realización fonética que en este trabajo nos ocupa.

C o m o resultado final del examen crítico que hasta aquí he­mos realizado de las diferentes hipótesis propuestas sobre la gé­nesis causal del fenómeno antillano de la desconsonantización de líquidas postnucleares hemos llegado a la conclusión de que algu­nas de ellas son insostenibles de modo total, mientras que las otras sólo son aplicables a determinadas zonas territoriales del C a r i b e hispánico pero no al resto de ellas. E n todos los casos examinados l a motivación que nos ha llevado a adoptar las posiciones, parcial o totalmente, negativas en cuestión deriva, de modo aislado o con­junto , o bien de la carencia, en todas y cada una de las tesis cau­sales propuestas, de fundamentación correcta y adecuada desde el punto de vista lingüístico o bien de la utilización de categorías sociohistóricas de análisis que son de aplicación imposible a la to­talidad diatópica del área antillana afectada por la problemática analizada.

Así pues, la propuesta, por nuestra parte, de una hipótesis cau­sal alternativa a las hasta aquí consideradas debe venir, de manera obligada, de puntos de partida teóricos que no sean susceptibles de caer en los mismos errores metodológicos atribuidos a aquéllas. Refiriéndonos, en primer lugar, al último de los criterios mencio­nados, es decir, a la aplicabilidad al conjunto de las zonas territo­riales y grupos sociales implicados en la realización del fenómeno fonético que nos ocupa de una categoría sociohistórica común que pueda dar razón correctamente de su compartida peculiaridad l in­güística en cuanto a este rasgo fonético concreto, pienso que, des­cartados en este sentido tanto la presencia de poblamiento canario como el influjo de códigos de comunicación africanos, sólo es ad-

8 7 Respecto de la extensión de esta famil ia lingüística y de las lenguas i n ­cluidas en ella es indispensable J . H . G R E E N B E R G , The languages of África, Bloomington, 1963.

8 8 Véanse las páginas que dedica al repertorio fonético de las lenguas del grupo Niger-Kongo W . E . W E L M E R S en su excelente African language structures, Univers i ty of Cal i fornia, Los Angeles, 1973. También D . W E S T E R M A N N e I . W A R D , Practical phonetics for students of African languages, Ox fo rd , 1933, y P . L A D E F O G E D , A phonetic study of West African languages, Cambridge, 1968.

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NRFH, X X X I X V O C A L I Z A C I Ó N C I B A E Ñ A E N E L C A R I B E H I S P Á N I C O 7 8 7

irrisible como ta l la noción sociológica de marginalidad periférica89. E n efecto, la t o ta l idad de los grupos sociológicos ant i l lanos entre los que se ha desarrol lado el proceso de desconsonantización de líquidas postnucleares comparten esta nota caracterizadora, ya por razones geográficas (jíbaros de la montaña puertorriqueña, h a b i ­tantes del G ibao d o m i n i c a n o , guaj i ros cubanos) , ya por razones sociológicas (negros curros del h a m p a habanera) , lo que , al m i s m o t i e m p o , i m p l i c a l a inclusión de dichos grupos humanos en la pe­r i f e r i a l ingüística 9 0 de las sociedades mayores en las que se i n t e ­g r a n y , por lo t a n t o , su máximo a le jamiento respecto de los cen­tros de in f luenc ia de las mismas , desde los que se d i f u n d e n , como es evidente, las normas prestigiosas c o m u n i t a r i a s .

A h o r a b i e n , es sabido que precisamente es en las áreas socio­lógicas o geográficas marg ina les o periféricas en las que , al m i s ­m o t i e m p o que se d a n fenómenos de máxima retención de ele­mentos léxicos o gramaticales arcaicos, se ver i f i ca , con in tens i ­d a d también m á x i m a 9 1 , el desarrol lo de tendencias radicales de simplificación e s t r u c t u r a l 9 2 , en especial en los segmentos fonéti­cos o rasgos gramaticales caracterizados por su d e b i l i d a d a r t i c u ­l a t o r i a 9 3 o por su opac idad semántica o también por su a l omor -

8 9 Cf . , sobre este concepto teórico, S. M . S A P O N , " A methodology for the study of socio-economic differentials in linguistic phenomena" , Studies in Lin­guistics, 2 (1953), 57-68.

9 0 Respecto de la noción de periferia lingüística véanse B. M A L M B E R G ,

" L ' e x t e n s i o n du castillan et le problème des substrats" , Actes du Colloque Inter­national de Civilisations, Littératures et Langues Romanes, Bucarest, 1959, pp. 249-259; " L i n g u i s t i q u e ibérique et ibéro-romane. Problèmes et méthodes", Studia Linguistica, 15 (1961), 57-113, y "Diferenciación social y evolución lingüísti­c a " , I Simposio Internacional de Lengua Española, Las Palmas, 1981, pp. 15-30.

9 1 U n notable ejemplo de coexistencia de fuerte retención de rasgos ar­caicos y de desarrollo de tendencias simplificadoras de carácter sorprendente­mente violento en u n área marginal del occidente de Colombia puede verse en m i trabajo "Neutralización de fonemas consonanticos en distensión silábi­ca en San J u a n de M i c a y " , ahora reproducido en G E R M Á N D E G R A N D A , Estu­dios sobre un área dialectal hispanoamericana de población negra. Las tierras bajas occi­dentales de Colombia, Bogotá, 1977, pp. 128-148.

9 2 Cf. sobre este concepto metodológico B. M A L M B E R G , " M i n i m a l systems, potential distinctions and pr imi t ive structures" , Proceedings of the Vth. International Congress of Linguists, Cambridge, 1962, pp. 78-83.

9 3 Cf . , entre otros trabajos atingentes al tema, R. L A S S , English phonology and phonological theory, Cambridge Univers i ty Press, Cambridge, 1976; J . F O ­L E Y , Foundations of phonological theory, New York, 1977. También J . W . H A R R I S ,

Spanish phonology, M I T Press, Cambridge, M A , 1969 y J . B. H O O P E R , An in­troduction to natural generative phonology, Academic, New Y o r k , 1976.

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7 8 8 G E R M Á N D E G R A N D A NRFHy X X X I X

fia morfosintáctica 9 4 respect ivamente. Creo que , a l i g u a l que se ha propuesto para otros fenómenos

homólogos del área hispánica de A m é r i c a 9 5 , el rasgo a n t i l l a n o consistente en la desconsonantización de líquidas postnucleares puede ser considerado, en cuanto a su dimensión genética, como resultado de u n drástico proceso, desarrol lado en áreas o grupos marginales o periféricos (b ien geográficos, b i e n sociológicos) , de simplificación de realizaciones en elementos fonéticos caracter i ­zados por su especial d e b i l i d a d posic ional si lábica 9 6 .

D e m o d o más concreto, y adoptando u n a noción teórica acu­ñada por R . Lass 9 7 y ampl iada y mat izada por G . Chela F lores 9 8 , se podría conceptual izar d icho proceso como d i r i g i d o a la conse­cución rad i ca l de la consonante liquida mínima, s in contacto a r t i c u ­l a t o r i o , med iante u n mecanismo basado en l a retracción l i n g u a l .

L o que , desde luego, es perfectamente compat ib le con el he­cho, m u y probab le , de que en algunas áreas terr i tor ia les a n t i l l a ­nas este proceso de regulación causal básicamente i n t e r n a , a u n ­que de desarrol lo de te rminado p o r factores soc io lógicos 9 9 , pueda haber sido reforzado p o r la existencia, concomitante , en ellas de fenómenos fonéticos similares ut i l i zados , en sus modal idades l i n -

9 4 Cf . , en relación con estas nociones teóricas, P. K I P A R S K Y , " H i s t o r i c a l L ingu i s t i c s " , en W . O. D ingwa l l (ed.) , A survey of linguistic science, L inguis ­tic Program University of M d . , College Park, 1971, pp. 476-562, y "Abstract -ness, opacity and global r u l e s " , en A . Koutsoudas (ed.), The application and ordering of grammatical rules, M o u t o n , Paris, 1976, pp. 160-186. Además, los apar­tados pertinentes de H . H . H O C K , Principles of historical linguistics, Berl in, 1986.

9 5 Véanse, como ejemplos, J . M . G U I T A R T , Markedness and a Cuban dialect of Spanish, Georgetown University Press, Washington, 1976; R. A . N Ú Ñ E Z C E -

D E Ñ O , "Procesos finales en el español de Santo D o m i n g o " , NRFH, 29 (1980), 128-138, y m i propio trabajo "Neutralización de fonemas consonanticos en distensión silábica en San J u a n de M i c a y " .

9 6 Cf . , entre otras, J . W . H A R R I S , Syllable structure and stress in Spanish: a nonlinear analysis y J . B. H O O P E R , op. cit., de esta última, también, " T h e sylla­ble in phonological t h e o r y " , Lan, 48 (1972), 325-407. Recoge y examina acer­tadamente gran cantidad de datos hispánicos pertinentes al tema J U L I O F E R ­

N Á N D E Z S E V I L L A , " L O S fonemas implosivos en español", BICC, 35 (1980) (c i ­to por separata).

9 7 R . L A S S , op. cit. 9 8 " L a s teorías fonológicas y los dialectos del Caribe hispánico", en R.

E . N Ú Ñ E Z C E D E Ñ O , I . P Á E Z U R D A N E T A y J . M . G U I T A R T (eds.), Estudios sobre la fonología del español del Caribe, La Casa de Bello, Caracas, 1986, pp. 21-30.

9 9 Para la interacción teórica entre estos dos tipos de condicionamiento genético véase J . V A C H E K , " O n the interplay of external and internal factors i n the development of language" , Lingua, 11 (1962), 433-448.

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güísticas propias , p o r núcleos poblacionales de o r i gen canario y ( con menos p r o b a b i l i d a d ) a f r i c a n o 1 0 0 .

G E R M Á N DE G R A N D A Univers idad de Val ladol id

1 0 0 Se trataría, pues, de un caso más de causación múltiple en la dialectología hispanoamericana. Cf . , acerca de esta noción metodológica, el ya clásico t ra ­bajo de Y . M A L K I E L , " M u l t i p l e versus simple causation i n linguistic change", en To Honor Roman Jakobson, M o u t o n , The Hague, 1967, t . 2, pp. 1228-1246.