¿recuperar la esperanza? la investigación educativa entre pasado y futuro

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  • 1. Revista Mexicana de Investigacin EducativaConsejo Mexicano de Investigacin [email protected] (Versin impresa): 1405-6666MXICO 2008 Pablo Latap Sarre RECUPERAR LA ESPERANZA? LA INVESTIGACIN EDUCATIVA ENTRE PASADO Y FUTURO Revista Mexicana de Investigacin Educativa, enero-marzo, ao/vol. 13, nmero 036 Consejo Mexicano de Investigacin EducativaDistrito Federal, Mxico pp. 283-297Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal Universidad Autnoma del Estado de Mxicohttp://redalyc.uaemex.mx

2. RMIE, ENERO-MARZO 2008, VOL. 13, NM. 36, PP. 283-297Aporte de discusinRECUPERAR LA ESPERANZA?La investigacin educativa entre pasado y futuro*PABLO LATAP SARREColegas y amigos,E n este Mxico de la Edad del Quinto Sol la del Sol en Movimiento,en el que un destino csmico parece que nos obliga a destruirnos parareconstruirnos sin cesar, pasado y futuro se funden en cada presente. 1 Es-tamos saliendo y a la vez entrando en un tiempo circular, como en laspuertas giratorias. Tal es la condicin que los dioses nos han impuesto alos mexicanos. Y ello me fuerza a hablar del pasado y del futuro en estaconferencia, yendo y viniendo en el tiempo y mudando escenarios. Me propongo, en esta solemne ocasin en que se clausuran los trabajosde nuestro IX Congreso Nacional,2 compartir con ustedes algunas reflexionessobre la evolucin de la investigacin educativa ( IE ) en Mxico y plantearalgunas preguntas que nos comprometen.Los primeros pasosQuienes, hace ms de cuarenta aos, roturamos el terreno para abrir unnuevo campo de investigacin cientfica el de la IE y me refiero tanto amis colegas en el Centro de Estudios Educativos que suele considerarse laprimera institucin de IE en el pas, como a mis colegas de otras dos institu-ciones fraternas, el Departamento de Investigaciones Educativas del CINVESTAVy la Comisin de Nuevos Mtodos de Enseanza de la UNAM , actubamos ala vez por una especie de instinto y por mviles racionales. Sentamos ePablo Latap Sarre es investigador del Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educacin de laUniversidad Nacional Autnoma de Mxico, Edificio de la Unidad Bibliogrfica, Lado norte del CentroCultural Universitario, Coyoacn, Mxico, DF, CP 04510. CE: [email protected]* Conferencia de clausura del IX Congreso Nacional de Investigacin Educativa, Mrida, Yucatn, 5-9 denoviembre de 2007.Revista Mexicana de Investigacin Educativa 283 3. Latapintuamos que lo que hacamos era lo que queramos hacer, y tambin ra-mos conscientes de que esas acciones eran lo que el pas requera; aunque elfuturo nos era desconocido, tenamos la seguridad de que nuestras iniciati-vas contribuiran a la construccin de un mejor pas. Cul era el contexto? El pensamiento educativo que privaba en el pasdesde los aos 30 hasta los 60, siguiendo las orientaciones de Moiss Senzy Rafael Ramrez y bajo la influencia de John Dewey, estaba dominadopor una concepcin pedaggica: la educacin era lo que suceda en lasaulas; hacer ciencia de ella era, en consecuencia, desarrollar una cienciadel maestro, desde perspectivas pedaggicas y psicolgicas, en la tradicin deHerbart. Lo que se enseaba en la escuelas normales de la poca eran no-ciones de psicometra, orientacin vocacional, antropometra y educacinespecial, con influencias francesas y, en parte, estadounidenses.3 La inves-tigacin sobre la educacin como hoy la conocemos era prcticamente inexis-tente en el pas. 4 La gran innovacin que hicimos quienes impulsamos la IE en la dcadade los sesenta fue concebir la educacin como un objeto de estudio mul-tidisciplinar, como un punto de encuentro de muy diversas disciplinas:sociologa, economa, estadstica, psicologa, antropologa social, admi-nistracin, historia, ingeniera de sistemas y otras. Fue un cambio de para-digma que se apoy en la idea de la planificacin del sistema educativo,que por esos aos promovan varios organismos internacionales como laOEA o la UNESCO 5 que empezaban a considerar los sistemas educativoscomo piezas fundamentales del desarrollo, que deban sujetarse a polticasde largo alcance, para lo cual se requera de investigaciones de diversasdisciplinas. El nuevo enfoque multidisciplinario implic modificaciones sustantivasen los objetos de estudio, los cuales dejaron de circunscribirse al aula y seampliaron a las relaciones de la escolaridad con la demografa, la movili-dad social, el empleo, la productividad y otros fenmenos sociales. For-mulamos nuevas preguntas en el mbito de la investigacin que nos obligarona recurrir a distintas teoras y a distintos mtodos de indagacin; y estenuevo paradigma abri las puertas necesariamente a profesionales de muyvariadas disciplinas, unidos en el deseo de investigar la educacin. Gradualmente, en un proceso que abarc hasta los ochenta, se fue in-tegrando una nueva comunidad, la de investigadores de la educacin, quese propuso cohesionarse como gremio acadmico con identidad propia y284Consejo Mexicano de Investigacin Educativa 4. Recuperar la esperanza? La investigacin educativa entre pasado y futuroluch por ganar sus espacios profesionales. Fue un proceso intenso deexpansin: si en 1970 existan slo dos licenciaturas universitarias en Pe-dagoga con 270 estudiantes, hoy hay cerca de cien con ms de 12 milestudiantes. Y si en 1970 haba slo una maestra en Pedagoga, por 1979eran ya 18, y hoy sobrepasan las 150, sumamente diversificadas en susdenominaciones y contenidos. 6El proceso de profesionalizacin de los investigadores fue, asimismo,acelerado y no ocurri sin serios problemas de calidad y rigor. Si en 1981se estimaba que slo 5% de los investigadores de la educacin contabancon doctorado, 16% con maestra, y 42% con licenciatura,7 hoy se calcula(restringindonos a los investigadores registrados y activos en el SistemaNacional de Investigadores) que 57% tienen doctorado, 30% maestra y2% alguna especialidad, aunque slo la cuarta parte de ellos hayan cursa-do la licenciatura en Ciencias de la Educacin. 8Un punto de inflexin importante fueron las acciones del ProgramaNacional Indicativo de Investigacin Educativa del CONAC y T , que se lle-varon a cabo gracias al concurso de muchas voluntades, y con el respaldode afortunadas coincidencias. Una de esas acciones, por cierto, fue la or-ganizacin del primer Congreso Nacional de Investigacin Educativa en1981.Otras acciones fueron: los primeros estudios sobre la capacidad deIE para procurar que se consolidaran nuestras instituciones; las primerasinvestigaciones sobre las maestras en Educacin y en IE , para estimular suinteraccin y homologacin; diversos estudios y talleres sobre el uso eimpacto de la IE ; varias iniciativas para fortalecer las bibliotecas especia-lizadas y el establecimiento del ndice de Revistas de Educacin Superior eInvestigacin Educativa ( IRESIE ); el Plan Maestro de IE 1982-1984 quepropona por primera vez polticas de desarrollo de la IE en el pas, paraser acordadas con los directivos de las instituciones; los primeros inventariosde revistas especializadas y de difusin en nuestro campo; y el estableci-miento de nexos fructferos con instituciones del extranjero, sobre todode Amrica Latina.Coadyuvaron tambin en este proceso las Reuniones de InformacinEducativa ( RIE ) que, desde 1974 hasta principios de los ochenta, facilita-ron la comunicacin entre los investigadores y la interlocucin con fun-cionarios de la administracin educativa.Otros dos mojones en el camino de consolidar nuestra comunidad deinvestigadores fueron el establecimiento del Sistema Nacional de Investi-Revista Mexicana de Investigacin Educativa 285 5. Latapgadores ( SNI ) en 1984 que, al definir reglas de desempeo y promocinpara todos los investigadores del pas, repercuti en nuestra autodefinicine impact de diversas maneras nuestra productividad y, por otro lado, laconstitucin del Consejo Mexicano de Investigacin Educativa ( COMIE )en 1993 como organismo que nos representa y promueve la calidad de laIE , el que entre otras actividades publica la Revista Mexicana de Investi-gacin Educativa y organiza los estados de conocimiento que registranperidicamente los avances de nuestro campo de un modo que, creo, lohacen muy pocos gremios de investigadores en el pas o en el extranjero.El camino recorridoPodemos afirmar que ya a partir de los noventa, hace unos quince aos, sepoda reconocer la existencia de una comunidad acadmica claramentecaracterizada que realizaba tareas de investigacin sobre la educacin. Habamosdado pasos muy importantes que aqu brevemente evoco: la toma de conciencia de nuestra identidad; la definicin de nuestros objetos de estudio y mtodos de investiga- cin, con la consiguiente incorporacin de profesionales de muchas disciplinas; la multiplicacin de unidades o centros de investigacin, que en mu- chos casos fue acompaada de programas de posgrado especficos; el incremento de grados acadmicos entre los investigadores y el au- mento de investigadores nacionales reconocidos en el SNI ; la dedicacin de tiempo completo en muchos centros de investigacin; el establecimiento de varias revistas especializadas y muchas de difusin; la realizacin peridica de nuestros Congresos Nacionales, as como de innumerables seminarios y reuniones especializadas; la obtencin de recursos pblicos (de universidades pblicas y del CONAC yT ) y otros (como Fundaciones) para nuestras tareas; la relacin e interlocucin con las autoridades educativas, en diversos niveles; la bsqueda articulada de una mayor presencia en la toma de decisio- nes (cabe mencionar, tambin, el trnsito de algunos investigadores como asesores o funcionarios en las burocracias educativas); la diversificacin de subgrupos de investigacin y de redes especiali- zadas en algn aspecto de la educacin;286 Consejo Mexicano de Investigacin Educativa 6. Recuperar la esperanza? La investigacin educativa entre pasado y futuroy la presencia en la prensa y en otros medios de comunicacin, de in- vestigadores, con frecuencia crticos de las polticas gubernamentales. 9En esta breve e incompleta enumeracin de hechos no he mencionado loprincipal: creo que a lo largo de este proceso hubo, como una gran cons-tante, una energa que impulsaba todas las acciones: la fe en que nuestrosesfuerzos estaban contribuyendo a hacer un pas ms justo y ms humano,una fe que se alimentaba de un horizonte utpico y que se traduca enesperanza. Por esto muchos nos comprometimos con iniciativas de edu-cacin popular que se proponan empoderar a la gente y acompaarlaen su conquista de una sociedad ms justa. Esta esperanza era la mismaque se manifest en el 68 como protesta contra el autoritarismo del Esta-do, en los setenta y ochenta como bsqueda de alternativas al rumbo so-cial del pas y de la educacin; en los noventa como presin de innumerablesmovimientos ciudadanos hacia la alternancia democrtica..., procesos so-ciales todos ellos en los que nos inscribamos muchos investigadores de laeducacin por responsabilidad de nuestra profesin y tambin por nues-tras responsabilidades ciudadanas.El presente: la desesperanzaLa puerta giratoria de nuestra historia nos lleva ahora al presente. Ya en laconferencia inaugural el doctor Jos Joaqun Bruner expuso datos desoladoressobre los rezagos econmicos, sociales y educativos de Amrica Latina enlos ltimos aos, respecto a las dems regiones del mundo. En el panora-ma nacional comprobamos numerosos datos desconsoladores: el 44% dela poblacin vive debajo de la lnea de pobreza y el 20% debajo de la lneade pobreza extrema. El empleo es radicalmente insuficiente; cada ao oncey medio millones de personas se refugian en el sector informal y mediomilln emigra en busca de trabajo; la desigualdad econmica y social esinsultante y va en aumento,10 la calidad de nuestros servicios pblicos, porejemplo de seguridad o de salud, se ha degradado y se sigue degradando;seguimos poniendo en riesgo la sustentabilidad del pas, consumiendo re-cursos no renovables, contaminando el agua y deforestando bosques y sel-vas a un ritmo sin precedente; la corrupcin y la impunidad siguengeneralizadas, ya aceptadas como hbitos de vida irreversibles; la inseguri-dad, el narcotrfico y el crimen organizado van en aumento, no obstantelos esfuerzos del gobierno por combatirlas; avanza amenazadoramente laRevista Mexicana de Investigacin Educativa 287 7. Latapproporcin de nios y jvenes que consumen drogas en todas las clasessociales. No nos extraemos de que la insatisfaccin de la mayora de lapoblacin sea cada vez mayor y amenace con estallar como bomba de tiempo;la recurrencia de pequeos grupos a la guerrilla as parece indicarlo. Y enlo poltico, vamos comprobando que la alternancia, lejos de afianzar lademocracia como forma de vida, ha servido para develar cun hondas sonan nuestras carencias al respecto. Podramos continuar sealando reali-dades alarmantes y preocupantes de nuestra patria; quizs algunos de losindicadores mencionados se corrijan en el largo plazo; otros ciertamenteno. En todo caso, queda como saldo la oportunidad que hemos perdido.Vale preguntarnos si el futuro nos alcanz y no vamos ya para atrs.Me duele Mxico. A veces lo veo ya como un pas inviable que perdisu rumbo e ignor su hora; un pas sumido en discordias internas, libradoa la mediocridad y la irresponsabilidad de sus lites. La lista de los bienesque hemos perdido es alarmante: la salud de innumerables nios y jvenesesclavizados por la droga, la seguridad de nuestras calles, la confianza en-tre los vecinos y, sobre todo, la autoestima colectiva, la cohesin y el entu-siasmo compartido para construir un futuro mejor. Me pregunto cundoen algn momento de las ltimas dcadas todos pusimos lo que estabade nuestra parte para acercarnos al borde del precipicio.Fijmonos especialmente en la educacin nacional. sta acusa tambinrasgos deprimentes que ante ustedes no hace falta enumerar. Ustedes y yosabemos que nuestra educacin, la pblica, pero tambin desde muchosparmetros la privada, est plagada de deficiencias; en pocas palabras, esmala. Ms que abrumarlos de datos prefiero invitarlos a analizar por qu.Examinemos cules son las energas que en nuestra sociedad tendran lapotencialidad de producir una educacin de calidad, de detonar un proce-so gradual pero firme para llegar a tener un sistema educativo moderno,eficiente, equitativo y responsable. Recorramos los actores en los que resi-den esas energas: los gobernantes, las lites, los maestros, la sociedad mis-ma; advertimos que estn aplicando su energa a transformar el sistemaeducativo? Hagamos esto no con la intencin de encontrar culpables sinopara comprender las razones por las que nuestra educacin es mala.Repaso crtico de los actores de la mala educacin1) El primer actor, obviamente, es el gobierno federal que dispone de unagran energa, por el liderazgo que le otorga la Constitucin en el mbito288Consejo Mexicano de Investigacin Educativa 8. Recuperar la esperanza? La investigacin educativa entre pasado y futuroeducativo y por su poder econmico y poltico. Me atrevo a afirmar quela educacin no ha sido verdadera prioridad para ningn gobierno de larepblica me refiero a prioridad en serio, como lo fue hace cincuentaaos para Corea del Sur o hace treinta para los Tigres Asiticos. No nosengaemos diciendo que el ramo educativo del presupuesto federal es elque ms recursos consume; la verdadera prioridad no se manifiesta sloen dinero, sino en la calidad de las decisiones, la determinacin poltica yla capacidad de movilizacin. En este sentido afirmo que la educacin noha sido objeto de la energa de los gobiernos federales para transformarlaa fondo. En un mundo globalizado y altamente competitivo en el que hayque correr para continuar en el mismo sitio, nuestros retrasos educativosson la raz de nuestros retrocesos econmicos.El argumento ms tristemente convincente de mi afirmacin es, hoy, laentrega que ha hecho el Presidente de la Repblica de espacios vitales de laSecretara de Educacin Pblica al sindicato magisterial, un sindicato que,extralimitado en sus funciones, se ha constituido en un grupo de poderque, en vez de apoyar, obstruye con mucha frecuencia las iniciativas paramejorar la educacin. Arreglos de conveniencia y complicidades entre elEjecutivo Federal y el Sindicato magisterial fueron una necesidad (si as sequiere ver) de la Realpolitik del rgimen autoritario prista, que descansa-ba en el control corporativo de los grandes sindicatos. Pero tenamos dere-cho a esperar que, al derrumbarse ese rgimen, empezara a sanearse esarelacin y, en el caso de la educacin, el Estado avanzara en la recupera-cin de su rectora. No ha sido as, sino todo lo contrario, y hoy presen-ciamos una situacin extrema: por razones de conveniencia poltica, laeducacin se ha entregado como rehn a la dirigencia sindical, y de ello sehacen desplantes pblicos; el gobierno federal ha optado por renunciar asa la energa de que dispone, para transformar en sus puntos neurlgicos elsistema educativo.2) Una segunda fuente de energa para transformar la educacin resi-de en el Congreso de la Unin. Me temo que tampoco encontramos en lparticularmente a partir de 1996 en que se pluraliza una visin deEstado ambiciosa respecto de la educacin del pas. Denme el nombre deun diputado, de un senador, que haya luchado por una iniciativa de ley opor la aprobacin de procedimientos que nos condujeran con firmeza ydecisin a una educacin de calidad. Las decisiones de ambas Cmarasno se rigen, en la mayora de los casos, por el bien del pas ni por objetivosRevista Mexicana de Investigacin Educativa 289 9. Latapa largo plazo, sino por la conveniencia de los intereses partidistas. En losltimos aos las lites polticas han exhibido, da a da, su frivolidad;intercambian favores y conveniencias, mientras la atencin efectiva delos intereses del pas se aplaza indefinidamente. Y algo semejante sucedeen los gobiernos estatales y sus Congresos, en los que brillan por su au-sencia acuerdos polticos de altura orientados a garantizar polticas edu-cativas exigentes.3) Qu decir de los empresarios? Ellos podran, deberan, ser otra fuenteimportante de energa para la educacin. Con excepciones que se puedencontar con una mano, los empresarios del pas nunca se han interesadopor apoyar seriamente la causa de la educacin. Miran por sus intereses; sequejan del sistema educativo porque no prepara la mano de obra que re-quieren y culpan al Estado; no niego que algunas fundaciones empresaria-les persiguen objetivos filantrpicos, por supuesto combinados con ventajasfiscales. Pero, podemos decir que la energa del empresariado se hallacomprometida con la causa de la educacin?4) Vengamos al magisterio. Me atrevo a decir lo siguiente: tampoco,para una porcin significativa de los maestros del pas hay por fortunavaliosas excepciones el mejoramiento cualitativo de la educacin ha cons-tituido una verdadera prioridad. El magisterio, prisionero del Sindicato,se ha acomodado a sus reglas y comportamientos, y se encuentra despoja-do de iniciativas propias. S que es difcil hablar de el magisterio por-que no es un bloque homogneo y porque carecemos de un diagnsticonacional que precise no slo sus caractersticas ms visibles (edad, ads-cripcin, antecedentes de escolaridad, etctera) sino las variables de fon-do, las que importan desde el punto de vista de la energa que los maestrospudieran aportar: su sentido de vocacin, su capacidad para renovar susmtodos, su dedicacin en el cumplimiento cotidiano de sus obligacio-nes, el seguimiento responsable que prestan a cada alumno y alumna paraevitar que uno solo de ellos fracase y uno solo de ellos deserte, el aprove-chamiento de las oportunidades a su alcance para mejorar profesionalmente,y otras caractersticas de las que depende una educacin de calidad. Parauna porcin significativa del magisterio del pas, repito, su profesin esms un trabajo, un modus vivendi relativamente satisfactorio social yeconmicamente, y no un compromiso cotidiano a la altura de las exigen-cias que les plantean sus alumnos. Y corroboran esta afirmacin incmo-da los resultados de aprendizaje que obtienen nuestros alumnos en pruebas290Consejo Mexicano de Investigacin Educativa 10. Recuperar la esperanza? La investigacin educativa entre pasado y futuronacionales e internacionales, en los que el maestro es, sin duda, factormuy importante. 5) Hasta este momento no he mencionado la principal de estas ener-gas: la de la sociedad, la de los ciudadanos. Tenemos que confesar que lagran mayora de mexicanos adultos, sea que tengan a sus hijos en escuelaspblicas o privadas, son indiferentes o estn resignados ante las deficien-cias del sistema educativo. Quin exige una educacin de calidad comoderecho? No son muchos los que confunden servicio pblico gratuitocon ddiva graciosa? Qu padres de familia protestan porque se prive asus hijos de clases, por semanas y aun por varios meses, por movilizacionesy huelgas de los maestros? Parece ser costumbre aceptada que se suspen-dan las clases por convenir a los intereses gremiales de los maestros. Qupadres de familia luchan por participar en las escuelas de sus hijos, aunqueello les cause problemas? Qu organismos ciudadanos estn pugnandopor establecer leyes y procedimientos jurdicos para que el derecho a unabuena educacin sea exigible? La ausencia de esta energa es, en mi opinin, de carcter cultural: elmexicano es indiferente a la res publica; no se nos da la democracia, almenos todava; modificar nuestras actitudes de resignacin fatalista, deconformismo, de indolencia, llevar an muchos aos. Mientras nadie exijacuentas a los gobernantes, a los legisladores, a los secretarios de Educacin(federal y estatales), a los directores de escuela y maestros o a los sindica-tos, no mejorar la educacin. He descrito un panorama desolador; inclusive ominoso. Y sin embargo,debemos preguntarnos:Es posible recuperar la esperanza?La esperanza nos es indispensable para vivir; como deca Paulo Freire, esuna consecuencia de nuestra historicidad; de que, en algn momento di-mos el salto y empezamos a inventarnos, pasamos de estar en el mundoa tomar conciencia del mundo y nos propusimos transformarnos a noso-tros mismos y transformar al mundo. Nos tornamos seres ticos, cons-cientes, soadores y utpicos. Por consiguiente, seres a quienes la esperanzales hace falta. 11Es posible recuperar la esperanza, en el Mxico de aqu y ahora? Estaes la pregunta en la que desemboca el examen de nuestras desventuras. Enbusca de respuestas, crucemos nuevamente la puerta giratoria de nuestroRevista Mexicana de Investigacin Educativa 291 11. Lataptiempo circular; volvamos al pasado, esta vez al prehispnico, el de lasraces de la cultura originaria de estas tierras. En el Cdice Florentino se describe as la figura ideal de el sabio ymaestro, el tlamatini12 de los nahuas, que posee el conocimiento y lo transmitea los dems. Dice as: El sabio: una luz, una tea, una gruesa tea que no ahuma. Un espejo horadado, un espejo agujerado por ambos lados. Suya es la tinta negra y roja; de l son los cdices. l mismo es escritura y sabidura. Es camino, gua veraz para otros. Conduce a las personas y a las cosas... Suya es la sabidura trasmitida. l es quien la ensea, sigue la verdad. Maestro de la verdad, no deja de amonestar. Hace sabios los rostros ajenos, hace a los otros tomar un rostro, los hace desarrollarlo. Les abre los odos, los ilumina. Es maestro de guas, les da su camino... Pone un espejo delante de los otros, Los hace cuerdos, cuidadosos; hace que en ellos aparezca un rostro... Gracias a l la gente humaniza su querer y recibe una estricta enseanza. Conforta el corazn, conforta a la gente, ayuda, remedia, a todos cura.13Creo que una manera de recuperar la esperanza es ratificar la fe en nuestraprofesin de investigadores y educadores, releyendo desde nuestro pre-sente esta semblanza del sabio-educador de los aztecas. Para ellos el sabioencarnaba el conocimiento porque posea escritura y sabidura; pero en-carnaba un conocimiento peculiar, el que versa sobre la educacin, que esun conocimiento envuelto en el amor; de l emanaba una energa quetransformaba a los dems haciendo sabios sus rostros; l pona un espejoante los otros, y stos adquiran un rostro; los haca cuerdos, cuidadosos;292Consejo Mexicano de Investigacin Educativa 12. Recuperar la esperanza? La investigacin educativa entre pasado y futurogracias a l la gente humanizaba su querer y reciba una estricta enseanza;l confortaba el corazn, confortaba a la gente, o sea, les infunda espe-ranza. No ser esta fuerza del sabio nhuatl, la clave de la energa quetransforma las dems energas? 14El sabio nhuatl y los investigadores de la educacinDemos otra vuelta a la puerta giratoria y regresemos ahora al momentoactual, a este Congreso de Mrida que nos ha reunido. Entre nosotros estpresente, en germen, la energa capaz de renovar la educacin nacional. Sidel Congreso nos llevamos slo conceptos tericos o respuestas tcnicas anuestros problemas como investigadores, me atrevo a decir que perdimoslo principal. Lo importante, lo verdaderamente importante de estos cincodas intensos, era el contagio de un espritu, de una energa, de un entu-siasmo: el reencuentro con el sentido de nuestra vocacin, la comprensinde que nuestro conocimiento especializado debe ir vinculado con un com-promiso personal por mejorar la educacin del pas, conocimiento que seatambin impulso generoso al servicio de los dems, que sea a la vez inteli-gencia y corazn.Ese espritu flotaba en el ambiente de este Congreso me consta; lo hepercibido en muchas de las conferencias y actividades, no menos que enlos encuentros informales de los corredores y los cafs; muchos investiga-dores y maestros nos contagiaron su entusiasmo, al platicarnos, por ejem-plo, de proyectos interculturales maravillosos que estn teniendo xito, deexperiencias de superacin de maestros que sacuden la conciencia de stosy les abren nuevos horizontes o de proyectos de participacin de las comu-nidades que estn revitalizando a sus escuelas. Todos estos son proyectosportadores de futuro. Si nos llevamos de este Congreso el contagio de esteespritu, nos llevamos su mensaje esencial. Me pregunto entonces, noconstituimos, en cuanto investigadores que acompaamos e impulsamoseste tipo de proyectos, una energa peculiar para renovar la educacin na-cional? No encontramos en nosotros y en nuestra profesin, una respues-ta, nuestra respuesta, a la posibilidad de reconstruir la esperanza?El conocimiento que procede de la investigacin no es ciertamente lasolucin a los graves problemas del presente; pero cuando va unido a uncompromiso vital y existencial, es una energa que se difunde y que puededetonar procesos positivos en todos aquellos actores de los que depende eldestino de la educacin del pas: el gobierno federal, los funcionarios de laRevista Mexicana de Investigacin Educativa 293 13. LatapSEP y de las secretaras de Educacin de los estados, los legisladores, losmaestros, el Sindicato, los padres de familia, los medios de comunicacin,los ciudadanos. No somos una pequea energa marginal que se suma a lade los dems actores; podemos ser, si nuestro saber especializado va unidoa un compromiso, una gran energa capaz de dinamizar a todos. Por ellosomos en el panorama nacional una semilla de esa esperanza que hoy nosurge reconstruir.Cumplamos, por tanto, con lo que nos corresponde; esforcmonos porser los investigadores que hoy necesita Mxico: investigadores comprome-tidos, tambin con nuestros sentimientos, porque sabemos que a la educa-cin slo se la aborda adecuadamente pensando con el corazn.Para terminar me permito formular seis recomendaciones para el futu-ro de la IE .Primera: abramos espacios a los investigadores jvenes. Como en otrasreas cientficas, nuestra comunidad de investigadores est envejeciendo.Luchemos porque los centros de investigacin establezcan nuevas plazas,recuperemos a muchos y muchas estudiantes de posgrado que tocan a nuestraspuertas. Necesitamos, en un pas de jvenes, miradas jvenes para guiar lainvestigacin sobre la educacin.Segunda: redoblemos esfuerzos por descentralizar la IE en el pas. Elavance de la federalizacin de los servicios educativos debe ir acompaadode un fortalecimiento de la IE en todos los estados; preocupmonos sobretodo porque se incremente en las entidades ms rezagadas, que son las quems la necesitan.Tercera: demos preferencia a proyectos radicales, proyectos heterodoxosque rompan con lo establecido. Si lo establecido no est dando resultado,es que la normatividad lo que consideramos normal est mal; demos elsalto a lo heterodoxo. Einstein defina la locura (insanity, traduciramos lainsensatez) como seguir haciendo lo mismo una y otra vez y esperar obte-ner resultados diferentes. 15 No nos comportamos como insensatos anteel sistema educativo, repitiendo rutinas que sabemos ineficaces? Arries-gumonos: especialmente en las reas ms abandonadas y postergadas delsistema educativo, como la educacin rural y la indgena, abramos nuevasvas al aprendizaje, a la manera como las escuelas se relacionan con lascomunidades, a las funciones de los maestros, al uso de las tecnologas,incluyendo en esto tambin la educacin para los adultos. Dmosle unaoportunidad a nuestra creatividad.294Consejo Mexicano de Investigacin Educativa 14. Recuperar la esperanza? La investigacin educativa entre pasado y futuro Cuarta: seamos consecuentes con nuestras convicciones ticas a favorde la justicia, que hagan de el prjimo necesitado la gran prioridad na-cional. Aceleremos, en cuanto de nosotros dependa, el establecimiento decondiciones ms equitativas para la educacin de los ms pobres y margi-nados, muy especialmente las poblaciones indgenas. Concretemos en ellosnuestro compromiso de investigadores. Quinta: procuremos que la IE de carcter aplicado tenga mayor presen-cia en la conformacin de las polticas pblicas. Estimulemos el dilogocon los agentes de decisin; formulemos proyectos de cambio legislativo,favorezcamos la difusin de los resultados de nuestros estudios entre fun-cionarios y otros usuarios. Lo que descubrimos en nuestras investigacio-nes merece ser eficaz; abrmosle camino hacia la puesta en marcha. Sexta: esforcmonos por que la IE tenga una mayor presencia en la prensay otros medios de comunicacin. Nuestro conocimiento especializado debellegar, en lenguajes adecuados, a la gran opinin pblica, en busca no slode eficacia en las coyunturas inmediatas, sino de construir una opininciudadana mejor informada respecto de la educacin. Junto con esto re-forcemos los movimientos de la sociedad civil en la cual radica aquellaenerga que califiqu como la principal para renovar la educacin paraque esta sociedad se convierta en actor real, en sujeto reclamante de susderechos, en contralor vigilante de las acciones gubernamentales y del de-sempeo de los maestros.EplogoEn este Congreso se me invit a compartir con ustedes, como viejocolega, mi visin de la IE . Empec, como hacemos los viejos, por con-tar mi historia, el rase una vez...: la historia del inicio y primerospasos de la IE hace cuarenta aos. En ese pasado, afirm, haba espe-ranza; haba horizontes de utopa en los que creamos, haba fe en queMxico tendra xito como proyecto colectivo de desarrollo humano;los investigadores nos involucrbamos en ese proyecto con entusiasmo.Di despus un salto al presente en el que esa esperanza se ha eclipsado.Afirm, sin embargo, que era posible recuperarla volviendo los ojos ala imagen del sabio nhuatl que apareci tras la puerta giratoria ynos invit a seguirlo para descubrirnos la riqueza de nuestra profesin:la energa que proviene del conocimiento especializado cuando se vinculacon un sentido de vocacin y un compromiso, energa que puede dinamizarRevista Mexicana de Investigacin Educativa 295 15. Latapa otras muchas energas. Por esto respondo con un rotundo s a lapregunta de si es posible hoy recuperar la esperanza.Cumplamos nuestra misin de investigadores comprometidos, con sentidode urgencia. Hay un verso del poeta Jaime Sabines que me viene continua-mente a la memoria y por ello me gusta repetirlo. Dice as: La eternidadse nos acaba. La eternidad se vuelve finita y se consume y extingue encada nio que se queda sin escuela, en cada generacin perdida, en el des-perdicio irreversible del tiempo, recurso no renovable; el tiempo, que es elprincipal activo de las personas y las sociedades.El tiempo de Mxico, y tambin el de cada uno de nosotros, se agotan.Vivamos intensamente: que nuestra esperanza, reconstruida en este pre-sente azaroso, crezca a partir de este Congreso y se desborde hasta alcanzarel fin de los tiempos.Muchas gracias.Notas 1 La idea de que el mundo actual fue prece-muy poco personal y precarios recursos. Un anlisisdido por otras cuatro eras o soles que termi- de los temas de los artculos concluye que 36%naron cada uno en una catstrofe csmica, era de ellos trataban temas de pedagoga, 26% ver-comn a las civilizaciones de Mesoamrica, in-saban sobre antropologa fsica (tamao delcluyendo a los mayas. stos, basados en sus co- mesabanco, etc.), 24% sobre psicologa y 13%nocimientos astronmicos estimaron la fecha sobre orientacin vocacional, educacin y sociedaddel fin del Quinto Sol, el 21 de diciembre de y educacin y poltica (SEP , 1982), Instituto2012. Los cinco Soles eran: Sol del Tigre, SolNacional de Pedagoga. Apuntes para su histo-del Viento, Sol de la Lluvia, Sol del Agua y (elria, Revista del Instituto Nacional de Pedagoga,actual) Sol en Movimiento.Mxico, SEP-80, Fondo de Cultura Econmica, 2 La conferencia tambin se inscribe en el vol. I, pp. 21-24. 5rea de Investigacin sobre la Investigacin Edu-A travs de su Instituto Internacional paracativa, segn el programa del Congreso. la Planificacin de la Educacin, fundado en 1963. 3 El predominio de esta concepcin peda- 6 Las estimaciones se basan en Daz Barriga,ggica en las escuelas normales puede compro-ngel, 1999: Pablo Latap y la investigacin edu-barse examinando los libros de texto de Francisco cativa en Mxico. Conferencia en la ctedra ex-Larroyo, Domingo Tirado Bened, Elas de Ba-traordinaria Pablo Latap, Divisin de Estudiosllesteros, Santiago Hernndez Ruiz y Jess Matache. de Posgrado, Universidad Autnoma de Tlaxcala,El plan de estudios de la Normal Superior. 1945 indito. 7puede consultarse en Meneses, Ernesto (1988),Latap, Pablo (1981), Diagnstico de laTendencias educativas oficiales en Mxico (1934-investigacin educativa. Principales resultados,1964), Universidad Iberoamericana y Centro de Perfiles Educativos, nm. 14 (Mxico: CISE -Estudios Educativos, Mxico, DF, p. 293 y ss. UNAM ), p. 37. 4 8 La nica institucin que exista era el Ins-Colina, Alicia y Osorio, Ral, Los agen-tituto Nacional de Pedagoga que se haba fun-tes de la investigacin educativa en Mxico, en:dado en 1936 y editaba su revista; contaba conWeiss, Eduardo (coord.), (2003), El campo de la296 Consejo Mexicano de Investigacin Educativa 16. Recuperar la esperanza? La investigacin educativa entre pasado y futuroinvestigacin educativa (1993-2001), Mxico, DF: nerabilidad en Mxico: Nuevas estimaciones,Consejo Mexicano de Investigacin Educativa, en Economa UNAM , septiembre-diciembre depp. 97-120. Los datos ah citados provienen de:2006, pp. 14-32.11ANUIES (2000), La enseanza superior en el siglo Freire, Paulo (2006), Pedagoga de la to-XXI , pp. 79-83. Las comparaciones histricas, sin lerancia. Organizacin y notas de Ana Maraembargo, son muy frgiles debido a las diferen-Araujo Freire, FCE y CREFAL, Mxico, p. 204.cias en las fuentes y a la elasticidad del conceptoFreire aada: A veces parece difcil tener es-de investigador de la educacin. Colina y Osorio peranza en tiempos difciles de la historia, perodan la cifra de 309 investigadores; el COMIE dees exactamente en esos momentos cuando la244; de stos, 108 pertenecen al SNI (sobre un esperanza hace falta... Los tiempos de crisis sontotal nacional de 9 199 investigadores naciona-exactamente los tiempos en que tenemos queles en 2002).estar esperanzados... La muerte de la esperan- 9Un caso de especial relevancia es el deza, en muchos sentidos, es nuestra propia muerteObservatorio Ciudadano de la Educacin, ini- (p. 218).12ciado en 1998. Los nhuatls de Hidalgo conocen esta pa- 10La versin oficial afirma que ha habidolabra como tlalamitini.13una ligera mejora en la distribucin del ingresoCdice matritense, VIII, fol. 118. Citadomonetario en el sexenio 2000-2006 (con baseen Len Portilla, Miguel (2005), Aztecas-Mexicas.en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos deDesarrollo de una civilizacin originaria, Madrid:2006), dado que este ingreso aument para el Algaba, p. 218.14decil I (el ms pobre) en 22.6%, para el II en Desde nuestra cultura mestiza podramos21.8%, para el III en 22.9%, para el V en 18.4%, tambin evocar la visin renacentista de la edu-para el VI en 16% y para el X (el ms rico) en cacin que nos lleg a travs de Vasco de Quiroga,10%. La desigualdad, medida por el coeficiente Pedro de Gante y otros frailes misioneros del si-de Gini, habra disminuido en este sexenio deglo XVI; en sus escritos y ejemplos encontrara-0.501 a 0.473. Sin embargo, estos resultados mos consonancias significativas con la figura deloptimistas se deben probablemente a cambiossabio nhuatl.15en la metodologa de la medicin. Ver: Hernndez Insanity: doing the same thing over and overLaos, Enrique (2007), Bienestar, pobreza y vul- again and expecting different results.Revista Mexicana de Investigacin Educativa 297