recital poético

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RECITAL POÉTICO Bartolomé Delgado Cerrillo CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DELEGACIÓN PROVINCIAL DE CÓRDOBA Profesor de lengua Castellana y Literatura Servicio de Ordenación Educativa de la Delegación Provincial de Educación Sobre textos de poetas de la Sobre textos de poetas de la Generación del 27 Generación del 27 CLAUSURA DEL CURSO CLAUSURA DEL CURSO PROMOCIÓN DE LA SALUD PROMOCIÓN DE LA SALUD LABORAL DE LAS MUJERES LABORAL DE LAS MUJERES DOCENTES “ DOCENTES “

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Page 1: Recital PoéTico

RECITAL

POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

CONSEJERÍA DE EDUCACIÓNDELEGACIÓN PROVINCIAL DE CÓRDOBA

Profesor de lengua Castellana y Literatura

Servicio de Ordenación Educativa de la

Delegación Provincial de Educación

Sobre textos de poetas de la Sobre textos de poetas de la Generación del 27Generación del 27

CLAUSURA DEL CURSOCLAUSURA DEL CURSO

““PROMOCIÓN DE LA PROMOCIÓN DE LA SALUD LABORAL DE LAS SALUD LABORAL DE LAS MUJERES DOCENTES “MUJERES DOCENTES “

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POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

“Yo no sé si eres muerte o eres vida,si toco rosa en ti, si toco estrella,si llamo a Dios o a ti cuando te llamo”.

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POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

LUCÍA Lucía es rubia y pálida. Sus quietaspupilas de princesa vagamentemiran hacia el ocaso, y en su frentese muere una ilusión. Las violetasde sus grandes ojeras melancólicasparece que presienten el intensoolor del camposanto y el inciensode preces funerarias y católicas.Sobre su falda tiene un libro abierto...Mueve el aire los árboles del huerto,y a la hoja del libro va una hojaotoñal... ( En el libro se refierecómo besa una hoja que se muerea una rosa carnal que se deshoja... )¡Qué sutil graciatiene tu amor, Amada!Hoy las rosas eran más rosasy las palomas blancas, más blancasy la risa del niño…del paseo de invierno estabasuspensa, quieta, azul y diluidapara ti y para mí.¡Qué sutil graciatiene tu amor, Amada!

ORACIÓN POR LA BELLEZA DE UNA MUCHACHA

Tú le diste esa ardiente simetría de los labios, con brasa de tu hondura, y en dos enormes cauces de negrura, simas de infinitud, luz de tu día;

esos bultos de nieve, que bullía al soliviar del lino la tersura, y, prodigios de exacta arquitectura, dos columnas que cantan tu armonía.

Ay, tú, Señor, le diste esa ladera que en un álabe dulce se derrama, miel secreta en el humo entredorado.

¿A qué tu poderosa mano espera? Mortal belleza eternidad reclama. ¡Dale la eternidad que le has negado!

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POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

“Cada beso perfecto aparta el tiempo,le echa hacia atrás, ensancha el mundo brevedonde puede besarse todavía”.

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POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

Ahora te quiero,como el mar quiere a su agua:desde fuera, por arriba,haciéndose sin pararcon ella tormentas, fugas,albergues, descansos, calmas.¡Qué frenesíes, quererte!¡Qué entusiasmo de olas altas,y qué desmayos de espumavan y vienen! Un tropelde formas, hechas, deshechas,galopan desmelenadas.Pero detrás de sus flancosestá soñándose un sueñode otra forma más profundade querer, que está allá abajo:de no ser ya movimiento,de acabar este vaivén,este ir y venir, de cielosa abismos, de hallar por finla inmóvil flor sin otoñode un quererse quieto, quieto.

Más allá de ola y espumael querer busca su fondo.Esta hondura donde el marhizo la paz con su aguay están queriéndose yasin signo, sin movimiento.Amortan sepultado en su ser,tan entregado, tan quieto,que nuestro querer en vidase sintieseseguro de no acabarcuando terminan los besos,las miradas, las señales.Tan cierto de no morir,como estáel gran amor de los muertos.

AHORA TE QUIERO

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POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

"...Ondea la penumbra. No hay suspiroflotante. Lo mejor soñado es vida..."

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POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

SUSANA Y LOS VIEJOS Furtivos, silenciosos, tensos, avizorantes,se deslizan, escrutan y apartando la ramaalargan sus miradas hasta el lugar del drama:el choque de un desnudo con los sueños de antes. A solas y soñando ya han sido los amantesposibles, inminentes, en visión, de la dama.Tal desnudez real ahora los inflamaque los viejos se asoman, tímidos estudiantes. ¿Son viejos? Eso cuentan. Es cómputo oficial.En su carne se sienten, se afirman juvenilesporque lo son. Susana surge ante su deseo,que conserva un impulso cándido de caudal. Otoños hay con cimas y ráfagas de abriles.-Ah, Susana. -¡Qué horror! -Perdóname. ¡Te veo!

DESNUDO Blancos, rosas... Azules casi en veta, dos, mentales. Puntos de luz latente dan señales de una sombra secreta. Pero el color, infiel a la penumbra, se consolida en masa. Yacente en el verano de la casa, una forma se alumbra. Claridad aguzada entre perfiles, de tan puros tranquilos que cortan y aniquilan con sus filos las confusiones viles. Desnuda está la carne. Su evidencia se resuelve en reposo. Monotonía justa: prodigioso colmo de la presencia. ¡Plenitud inmediata, sin ambiente, del cuerpo femenino! Ningún primor: ni voz ni flor. ¿Destino? ¡Oh absoluto presente!

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POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

“Y tú, inocente, duermes bajo el cielo. Tú por tu sueño, y por el mar las naves”.

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POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

ELLA

¿No la conocéis? Entoncesimaginadla, soñadla.¿Quién será capaz de hacerel retrato de la amada?Yo sólo podría hablarosvagamente de su lánguidafigura, de su aureolatriste, profunda y romántica.Os diría que sus trenzasrizadas sobre la espaldason tan negras que iluminanen la noche. Que cuando anda,no parece que se apoya,flota, navega, resbala...Os hablaría de un gestomuy suyo..., de sus palabras,a la vez desdén y mimo,a un tiempo reproche y lágrimas,distantes como en un éxtasis,como en un beso cercanas...Pero no: cerrad los ojos,imaginadla, soñadla,reflejada en el cambianteespejo de vuestra alma.

SUCESIVA Déjame acariciarte lentamente,déjame lentamente comprobarte,ver que eres de verdad, un continuartede ti misma a ti misma extensamente. Onda tras onda irradian de tu frentey mansamente, apenas sin rizarte,rompen sus diez espumas al besartede tus pies en la playa adolescente. Así te quiero, fluida y sucesiva,manantial tú de ti, agua furtiva,música para el tacto perezosa. Así te quiero, en límites pequeños,aquí y allá, fragmentos, lirio, rosa,y tu unidad después, luz de mis sueños.

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POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

“Oh tú, mármol de carne soberana.Resplandor que traspasas los encantos”.

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POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

Te amé, te amé, por tus ojos, tus labios, tu garganta, tu voz,tu corazón encendido en violencia.Te amé como a mi furia, mi destino furioso,mi cerrazón sin alba, mi luna machacada.Eras hermosa. Tenías ojos grandes. Palomas grandes, veloces garras, altas águilas potentísimas...Tenías esa plenitud por un cielo rutilantedonde el fragor de los mundos no es un beso en tu boca.Pero te amé como la luna ama la sangre,como la luna busca la sangre de las venas,como la luna suplanta a la sangre y recorre furiosalas venas encendidas de amarillas pasiones.No sé lo que es la muerte, si se besa la boca.No sé lo que es morir. Yo no muero. Yo canto.Canto muerto y podrido como un hueso brillante,radiante ante la luna como un cristal purísimo.Canto como la carne, como la dura piedra.Canto tus dientes feroces sin palabras.Canto su sola sombra, su tristísima sombrasobre la dulce tierra donde un césped se amansa.Nadie llora. No mires este rostrodonde las lágrimas no viven, no respiran.

No mires esta piedra, esta llama de hierro,este cuerpo que resuena como una torre metálica.Tenías cabellera, dulces rizos, miradas y mejillas.Tenías brazos, y no ríos sin límite.Tenías tu forma, tu frontera preciosa, tu dulce margende carne estremecida.Era tu corazón como alada bandera.¡Pero tu sangre no, tu vida no, tu maldad no!¿Quién soy yo que suplica a la luna mi muerte?¿Quién soy yo que resiste los vientos, que sientelas heridas de sus frenéticos cuchillos,que le mojen su dibujo de mármolcomo una dura estatua ensangrentada por la tormenta?¿Quién soy yo que no escucho entre los truenos,ni mi brazo de hueso con signo de relámpago,ni la lluvia sangrienta que tiñe la yerba que ha nacidoentre mis pies mordidos por un río de dientes?¿Quién soy, quién eres, quién te sabe?¿A quién amo, oh tú, hermosa mortal,amante reluciente, pecho radiante?¿A qué o a quién amo, a qué sombra, a qué carne,a qué podridos huesos que como flores me embriagan?

TORMENTO DEL AMOR

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POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

“Goza el fresco paisaje de mi herida,quiebra juncos y arroyos delicados.Bebe en muslo de miel sangre vertida”.

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POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

Las piquetas de los gallos cavan buscando la aurora, cuando por el monte oscuro baja Soledad Montoya. Cobre amarillo, su carne huele a caballo y a sombra. Yunques ahumados sus pechos, gimen canciones redondas. Soledad, ¿Por quién preguntas sin compaña y a estas horas? Pregunte por quien pregunte, dime: ¿a ti qué se te importa? Vengo a buscar lo que busco, mi alegría y mi persona.Soledad de mis pesares, caballo que se desboca, al fin encuentra la mar y se lo tragan las olas. No me recuerdes el mar, que la pena negra, brota en las tierras de aceituna bajo el rumor de las hojas.

¡Soledad, qué pena tienes! ¡Qué pena tan lastimosa! Lloras zumo de limón agrio de espera y de boca. ¡Qué pena tan grande! Corro mi casa como una loca, mis dos trenzas por el suelo, de la cocina a la alcoba. ¡Qué pena! Me estoy poniendo de azabache, carne y ropa. ¡Ay, mis camisas de hilo! ¡Ay, mis muslos de amapola! Soledad: lava tu cuerpo con agua de alondras, y deja tu corazón en paz, Soledad Montoya. Por abajo canta el río: volante de cielo y hojas. Con flores de calabaza, la nueva luz se corona. ¡Oh pena de los gitanos! Pena limpia y siempre sola. ¡Oh pena de cauce oculto y madrugada remota!

ROMANCE DE LA PENA NEGRA

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POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

“Óyeme, que te llamo. Vida mía,sí, vida mía, vida mía sola”.

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POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

SONETO Oh tú, mi amor, la de subidos senosen punta de rubíes levantadoslos más firmes, pulidos, deseados,llenos de luz y de penumbra llenos. Hermosos, dulces, mágicos, serenoso en la batalla erguidos, agitados,o ya en juegos de puro amor besados,gráciles corzas de dormir morenos. Oh tú, mi amor, el esmerado estilode tu gran hermosura que en sigilocasi muriendo alabo a toda hora. Oh tú, mi amor, yo canto la armoníade tus perfectos senos, la alegríaal ver que se me abren cada aurora.

VEN, VEN, ASÍ, TE BESO... Ven. Ven. Así. Te beso. Te arranco. Te arrebato. Te compruebo en lo oscuro, ardiente oscuridad, abierta, negra, oculta derramada golondrina, oh tan azul, de negra, palpitante. Oh así, así, ansiados, blandos labios undosos, piel de rosa o corales delicados, tan finos. Así, así, absorbidos, más y más, succionados. Así, por todo el tiempo. Muy de allá, de lo hondo, dulces ungüentos desprendidos, amados, bebidos con frenesí, amor hasta desesperados. Mi único, mi solo, solitario alimento, mi húmedo, lloviznado en mi boca, resbalado en mi ser. Amor. Mi amor. Ay, ay. Me dueles. Me lastimas. Ráspame, límame, jadéame tú a mí, comienza y recomienza, con dientes y garganta, muriendo, agonizando, nuevamente volviendo, falleciendo otra vez, así por siempre, para siempre, en lo oscuro, quemante oscuridad, uncida noche, amor, sin morir y muriendo, amor, amor, amor, eternamente.

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POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

EPÍLOGOEPÍLOGO

Una imagen modernista

MANUEL MACHADO:

Las mujeres de Romero

de Torres

Una imagen romántica

JOSÉ ZORRILLA:

Oriental

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POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

LAS MUJERES DE ROMERO DE TORRES

Rico pan de esta carne morena, moldeada

en un aire caricia de suspiro y aroma...

Sirena encantadora y amante fascinada,

los cuellos, enarcados, de sierpe o de paloma...

Vuestros nombres, de menta y de ilusión, sabemos:

Carmen, Lola, Rosario... Evocación del goce,

Adela... Las mujeres que todos conocemos,

que todos conocemos ¡y nadie las conoce!

Naranjos, limoneros, jardines, olivares,

lujuria de la tierra, divina y sensual,

que vigila la augusta presencia del ciprés.

En este fondo, esencia de flores y cantares,

os fijó para siempre el pincel inmortal

de nuestro inenarrable Leonardo cordobés.

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RECITAL

POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

Corriendo van por la vega

a las puertas de Granada

hasta cuarenta gomeles

y el capitán que los manda.

Al entrar en la ciudad,

parando su yegua blanca,

le dijo éste a una mujer

que entre sus brazos lloraba:

«Enjuga el llanto, cristiana,

no me atormentes así,

que tengo yo, mi sultana,

un nuevo Edén para ti.

Tengo un palacio en Granada,

tengo jardines y flores,

tengo una fuente dorada

con más de cien surtidores,

y en la vega del Genil

tengo parda fortaleza,

que será reina entre mil

cuando encierre tu belleza.

Y sobre toda una orilla

extiendo mi señorío;

ni en Córdoba ni en Sevilla

hay un parque como el mío.

Allí la altiva palmera

y el encendido granado,

junto a la frondosa higuera,

cubren el valle y collado.Allí el robusto nogal,

allí el nópalo amarillo,

allí el sombrío moral

crecen al pie del castillo.

Y olmos tengo en mi alameda

que hasta el cielo se levantan

y en redes de plata y seda

tengo pájaros que cantan.

Y tú mi sultana eres,

que desiertos mis salones

están, mi harén sin mujeres,

mis oídos sin canciones.

Yo te daré terciopelos

y perfumes orientales;

de Grecia te traeré velos

y de Cachemira chales.

Y te dará blancas plumas

para que adornes tu frente,

más blanca que las espumas

de nuestros mares de Oriente.

Y perlas para el cabello,

y baños para el calor,

y collares para el cuello;

para los labios... ¡amor!»

«¿Qué me valen tus riquezas

-respondióle la cristiana-,

si me quitas a mi padre,

mis amigos y mis damas?

Vuélveme, vuélveme, moro

a mi padre y a mi patria,

que mis torres de León

valen más que tu Granada.»

Escuchóla en paz el moro,

y manoseando su barba,

dijo como quien medita,

en la mejilla una lágrima:

«Si tus castillos mejores

que nuestros jardines son,

y son más bellas tus flores,

por ser tuyas, en León,

y tú diste tus amores

a alguno de tus guerreros,

hurí del Edén, no llores;

vete con tus caballeros.»

Y dándole su caballo

y la mitad de su guardia,

el capitán de los moros

volvió en silencio la espalda.

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POÉTICOBartolomé Delgado Cerrillo

¡DEBEMOS MANTENER LA PAZ!¡DEBEMOS MANTENER LA PAZ!

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