receptores y anticuerpos

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1 Introducción La inmunidad actúa como una barrera protectora de nuestro organismo hacia el medio externo esta se adquiere al nacer, pero también se adquiere otro tipo de inmunidad mas especifica a lo largo de nuestra vida. Una respuesta inmune es una interacción consecuente producto de la detección de agentes externos hacia nuestros cuerpos, estos son conocidos como antígenos, estos desencadenan una serie de eventos celulares que activan el mecanismo de defensa, esta respuesta tiene un componente celular y otro molecular. Los orígenes de la inmunología ligados a la microbiología, reconocimientos defensa de cualquier agente externo que ponga en riesgo nuestro organismo. la inmunidad adaptativa , dotados de especificidad y de memoria, frente a agentes reconocidos por el cuerpo como no propios, así como de su neutralización y degradación. El sistema inmunitario debe cumplir con ciertas funciones para la elaboración de una respuesta inmediata lo que pone en marcha reconocimiento inmunitario del antígeno, funciones efectoras inmunitarias, que activa células sanguíneas primarias que fagocitan cualquier agente que el cuerpo no reconozca como propio, pero si el antígeno sobrevive a estas barreras de defensa un sistema adaptativo conocido como memoria inmunitaria, se produce después que un organismo infeccioso ya estuvo presente, se adquiere una respuesta específica para ese tipo de antígeno. Las funciones efectoras de las células T son mediadas principalmente por productos de secreción (Kenneth, 2009) La memoria inmunitaria tarda días en aparecer, tiene la mayor capacidad de eliminar infecciones. Existen células que pueden reconocer antígenos individuales y responder a los mismos por medio de receptores de antígenos muy especializados.

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Page 1: Receptores y anticuerpos

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Introducción

La inmunidad actúa como una barrera protectora de nuestro organismo

hacia el medio externo esta se adquiere al nacer, pero también se adquiere

otro tipo de inmunidad mas especifica a lo largo de nuestra vida. Una

respuesta inmune es una interacción consecuente producto de la detección

de agentes externos hacia nuestros cuerpos, estos son conocidos como

antígenos, estos desencadenan una serie de eventos celulares que activan

el mecanismo de defensa, esta respuesta tiene un componente celular y otro

molecular.

Los orígenes de la inmunología ligados a la microbiología, reconocimientos

defensa de cualquier agente externo que ponga en riesgo nuestro

organismo. la inmunidad adaptativa , dotados de especificidad y de memoria,

frente a agentes reconocidos por el cuerpo como no propios, así como de su

neutralización y degradación.

El sistema inmunitario debe cumplir con ciertas funciones para la

elaboración de una respuesta inmediata lo que pone en marcha

reconocimiento inmunitario del antígeno, funciones efectoras inmunitarias,

que activa células sanguíneas primarias que fagocitan cualquier agente que

el cuerpo no reconozca como propio, pero si el antígeno sobrevive a estas

barreras de defensa un sistema adaptativo conocido como memoria

inmunitaria, se produce después que un organismo infeccioso ya estuvo

presente, se adquiere una respuesta específica para ese tipo de antígeno.

Las funciones efectoras de las células T son mediadas principalmente por

productos de secreción (Kenneth, 2009)

La memoria inmunitaria tarda días en aparecer, tiene la mayor capacidad de

eliminar infecciones. Existen células que pueden reconocer antígenos

individuales y responder a los mismos por medio de receptores de antígenos

muy especializados.

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Objetivos.

Analizar el sistema inmune su acción, activación de la inmunidad adquirida

y los cambios adaptativos de esta, y así comprender como permite la

sobrevivencia del individuo frente a los agentes extraños del medio.

Diferenciar e identificar los distintos tipos de anticuerpos y receptores, sus

funciones, características principales, y las diferencias en estructuras.

Como estas están relacionadas con la acción de la respuesta humoral,

además de la capacidad de memoria y como actúa en la presencia del

antígeno.

Comprender los distintos pasos de la respuesta humoral y como se

relacionan y complementan los anticuerpos, receptores frente al antígeno.

Page 3: Receptores y anticuerpos

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Receptores y Anticuerpos

El sistema inmune tiene una serie de mecanismos altamente complejos que

tienen dos características principales, su especificidad para reconocer

antígenos específicos y su capacidad de memoria para cada antígeno. La

inmunidad especifica está compuesta por dos elementos: la respuesta

humoral que esta mediada por anticuerpos y desarrollados básicamente en

el medio extracelular, y la respuesta celular mediada por linfocitos T y con

acción intracelular (Ruiz et al., 2003)

Las células inmunológicas se forman en la médula ósea y luego viajan hasta

el timo para madurar y especificarse. Un linfocito T permanece indiferenciado

hasta que las células dendríticas presentan un antígeno, uniéndose al

linfocito T por medio de receptores, donde se presenta el antígeno. Luego

estas últimas lo reconocen y se activan dando la respuesta humoral. (Figura

1)

La respuesta humoral esta mediada por anticuerpos del sistema inmune

adaptativo, los anticuerpos ofrecen protección y defensa contra organismos

extracelulares y toxinas micro bacterianas bloquean y neutralizan a los

antígenos uniéndose a ellos inhibiendo su capacidad de interacción en el

individuo, los linfocitos son receptores y crean células reconocedoras, células

que ayudan a as células presentadoras de antígenos y células de recuerdo

inmunológico cuando un linfocito entra en contacto con un antígeno al que es

capaz de reconocer, sufre una serie de cambios morfológico y estructurales,

que implican la proliferación de las células mediante la división de mitosis,

destinadas a reconocer dicho antígeno. (Ruiz et al, 2003)

.

Page 4: Receptores y anticuerpos

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Receptores

Los receptores son proteínas que se encuentran presentes en la membrana

plasmática, en las membranas de los orgánulos, en el citosol celular o en el

núcleo celular, a las que se unen específicamente las llamadas moléculas

señalizadoras, como las hormonas y los neurotransmisores. Es por eso que

la interacción de los linfocitos con el antígeno tiene lugar a través de la unión

de receptores especializados para la superficie celular y específicos para el

antígeno, los cuales funcionan como unidades de reconocimiento.

En el caso de las células B, la situación es sencilla ya que la inmunoglobulina

unida a la membrana actúa como receptor para el antígeno. (Roitt et.al.,

2008). El receptor antigénico en los linfocitos T (TCR) o en linfocitos B (BCR)

es responsable del reconocimiento de antígenos, para la activación de la

respuesta celular. Las células T utilizan receptores para el antígeno

diferenciados que también se expresan en la membrana citoplasmática, pero

los receptores de la célula T (TCR) difieren de los receptores de la célula B

(BCR) de una manera muy radical; los TCR no pueden reconocer el antígeno

libre como puede hacerlo la inmunoglobulina. (Roitt et.al., 2008).

Estructura del receptor TCR: Es un heterodímero formado por dos cadenas

poli peptídicas transmembranosas α yβ las cuales se encuentran unidas

entre sí mediante puentes disulfuro. Cada cadena se pliega se pliega en dos

dominios del tipo Ig, uno que posee una estructura relativamente invariable y

el otro que muestra un alto grado de variabilidad. Existe una variante del TCR

que se encuentra en unas pocas células T, y está formada por cadenas

gamma y delta en lugar de las cadenas alfa y beta. Este heterodímero no se

asocia covalentemente, y su función aún no está claramente determinada.

(Figura 2). A pesar de su homología con las inmunoglobulinas, el TCR se

distingue de estas tanto a nivel estructural como funcional. Después de años

de intenso estudio, se determinó que el TCR solo reconoce fragmentos

Page 5: Receptores y anticuerpos

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peptídicos de los antígenos cuando se encuentran asociados a las moléculas

del complejo principal de histocompatibilidad (CPH) en la superficie de otras

células. Esto significa que el TCR no es capaz de interaccionar eficazmente

con formas solubles o libres del antígeno. Implica además que el antígeno

debe ser de naturaleza proteica, y ser procesado o fragmentado en péptidos

para dar inicio al reconocimiento y activación de los linfocitos T. En

consecuencia, los epitopos T son secuenciales o continuos. De hecho, el

análisis de los epitopos T en las proteínas muestra que son segmentos

generalmente poco expuestos en la superficie, con al menos una porción

hidrofóbica, con longitudes de 8-11 o de 12-25 aminoácidos.

Estructura del receptor BCR: El BCR para su estructura cuenta de dos partes

diferentes : la primera de las partes es la denominada cadena variable o

polimorfa , la cual hace que el BCR de cada linfocito B sea distinto pero es

casi idéntica a la estructura de una inmunoglobulina pero con secuencias de

aminoácidos de anclaje a la membrana citoplasmática . La segunda parte es

de cadenas no variables o monomórfas la que está compuesta por un

heterodimero de dos proteínas que son: CD79 alfa y beta o Ig-alfa y beta:

la cadena alfa es específica de iso tipo y la beta es común a todas las

inmunoglobulinas. (Figura 2). El complejo de histocompatibilidad (MHC), es

un conjunto de genes próximos a un cromosoma único, teniendo como

función codificar moléculas indispensables para el reconocimiento antigénico

por parte de los linfocitos T y así iniciar la respuesta inmune

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Anticuerpos.

Son proteínas que son producidas para reconocer y dar respuesta a la

exposición de antígenos, y son los principales mediadores de la inmunidad

humoral. Estos, más los receptores de antígeno y complejo principal de

histocompatibilidad se utilizan en la inmunidad adaptativa. La diferencia es

que los anticuerpos se unen al mayor espectro de antígenos, tienen mayor

especificidad y son los que se unen a ellos con más fuerza.

Los anticuerpos aparecen de dos maneras: unidos a la membrana de los

linfocitos B actuando como receptores para antígenos, en el momento de

reconocerlos activa a los linfocitos e inician la respuesta humoral y los que

son secretados por linfocitos B, localizados en la circulación, tejidos y

mucosas, los cuales son estimulados por los antígenos y se unen a ellos.

Las funciones efectoras mediadas por los anticuerpos son neutralización

de agentes patógenos, activación del sistema del complemento, fagocitosis

potenciada, citotoxicidad y la hipersensibilidad inmediata.

También son llamados inmunoglibulinas (Ig), “comparten las mismas

características estructurales básicas, pero muestran una variabilidad

importante en las regiones que se unen a los antígenos.” (Abbas et al., 2008,

pág 80), cada una presenta aminoácidos únicos en sus sitios de unión,

“tienen una estructura básica simétrica compuesta por dos cadenas ligeras

idénticas y dos cadenas pesadas” (Abbas et al., 2008, pág 81). Presentan

Dominio Ig, patrón característico para la superfamilia de las Ig. Cada Ig está

compuesto por regiones amino terminales (V), que ayudan a reconocer el

antígeno, regiones constantes (C), región (J) o de unión (figura 4). Hay cinco

tipos de Ig, IgM, IgG, IgA, IgE, IgD (figura 5).

Page 7: Receptores y anticuerpos

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Clasificación de los mecanismos de acción del auto anticuerpos.

Unión a la superficie celular con citolisis: Cuando los anticuerpos se unen a

un antígeno que está en la superficie celular se puede producir el

rompimiento de la célula. Esto puede producirse por la activación del

sistema del complemento, mediado por las células K o mediante fagocitosis.

Citotoxicidad mediada por anticuerpos: El auto anticuerpo de clase IgG. Al

unirse a una célula diana sirve como puente entre esta y la célula efectora.

Las células efectoras son las células K, las que en su superficie tienen

receptores para la porción Fc de las IgG. Mediante estos receptores se unen

a la célula diana y liberan peróxido de hidrogeno y radicales hidroxilos que

destruyen a la célula, es por eso que la especificidad viene dada por el

anticuerpo y no por la célula diana. (Figura 6)

Citotoxicidad por fagocitosis: los macrófagos son células que se encuentran

distribuidas en el organismo que intervienen en la defensa de elementos

hostiles mediante fagocitosis y la destrucción de intercelular de una partícula

extraña. El elemento agresor se une a la superficie celular mediante

moléculas de reconocimiento. Una vez que la célula haya envuelto por

completo al elemento extraño, este queda en una vacuola intracelular que es

el fagosoma. (Figura 7)

Citotoxicidad mediada por el complemento: el complemento es un sistema

que está formado por 18 proteínas que son secretadas por el hígado que se

activan de una forma secuencial. El principal estimulo para la activación es la

formación del inmunocomplejo por IgG e IgM para la vía clásica,

polisacáridos y estructuras similares para la vía alternativa. Estas vías

influyen en el componente C5, desde donde se constituye el complejo de

ataque a la membrana, la cual puede agujerar a la célula que se destruye por

mecanismos osmóticos. (Figura 8)

Page 8: Receptores y anticuerpos

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Anexos

Figura 1

Figura 2

Page 9: Receptores y anticuerpos

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Figura 3

Figura 4

Page 10: Receptores y anticuerpos

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Figura 5

Figura 6: citotoxicidad por anticuerpos

Page 11: Receptores y anticuerpos

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Figura 7: citotoxicidad por fagocitosis

Figura 8 : citotoxicidad mediada por el complemento

Page 12: Receptores y anticuerpos

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Conclusiones.

Los linfocitos tienen una gran rol en la inmunidad ya que son los principales

reconocedores de antígenos en la respuesta humoral, actúan en distintas

partes del cuerpo y poseen gran especificidad.

Los principales presentadores de antígenos son células dendríticas,

macrófagos y linfocitos B, estas se unen al linfocito T, que reacionan dando

diferentes tipos de respuestas inmunitarias.

Las células dendríticas al unirse activan a los linfocitos T vírgenes lo cual

produce como respuesta una expansión clonal y una diferenciación de

linfocitos T efectores.

La memoria inmunológica permite producir al organismo una respuesta más

rápida eficaz contra el agente patógeno, para encuentros futuros con el

antígeno, ya que los anticuerpos cuentan con el receptor para ese agente.

Los anticuerpos o inmunoglobulinas que están formados por linfocitos B

maduros, cuya función es unirse al antígeno y presentarlo a células efectoras

del sistema inmune.

Las Ig están formadas por cuatro cadenas, dos cadenas ligeras idénticas y

dos cadenas idénticas pesadas, Las cuales constan de regiones constantes,

de unión y variables.

Las regiones variables se encuentran en los extremos de las cadenas

pesadas y ligeras especifican al tipo de antígeno al cual se puede unir el

anticuerpo

La diversidad de anticuerpos se debe a que los genes que lo componen

están formados por segmentos, las cuales tienen varias copias y son

diferentes entre sí, por lo que cada uno puede codificar una gran cantidad de

anticuerpos.

Los receptores pertenecen a la superfamilia de la inmunoglobulinas y se

unen al linfocito presentándose en su membrana, formando el receptor TCR

y al unirse con el linfocito B formando el receptor BCR.

Hay dos tipos principales que son delta/gamma y alfa/beta que reconocen

antígenos por complejo peptídico ligados a moléculas receptoras CPH.