relaciones sanas

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Dios nos llamo a tener relaciones sanas en cuatro áreas especificas. Con Dios, con nosotros mismos, con nuestros semejantes y con la creación

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Page 1: Relaciones sanas

1

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2

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3

Roles o el fruto del Espíritu

Manifestar la imagen de Dios

Desprogramar la mente

Disfrutar el fruto de la obediencia

Introducción

Apéndice

Page 4: Relaciones sanas

4

El texto usado en este estudio es el de la Biblia. Traducción

en Lenguaje Actual de Sociedades Bíblicas Unidas. 2002

Page 5: Relaciones sanas

5

Un examen impostergable

Repetidas veces la Escrituras advierten a los creyentes del

peligro sutil de adoptar acríticamente los conceptos

culturales predominantes y las prácticas del mundo.

Exhortan a los cristianos a examinar sus presuposiciones a la

luz de la palabra de Dios y, si así lo hacen, les dan la promesa

de que descubrirán la voluntad divina. No vivan ya como vive

todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así

podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno,

agradable y perfecto. (Ro 12.2).

Quizá no haya otra área de la vida comunitaria cristiana que

requiera con tanta urgencia una nueva apreciación de sus

presuposiciones básicas como la que tiene que ver con las

relaciones entre los creyentes. Las relaciones defectuosas

entre los cristianos tienen efectos paralizantes en la vitalidad

y la eficacia de su testimonio comunitario. Las prácticas que

discriminan y dividen entristecen al Espíritu Santo y

entorpecen el crecimiento y la extensión de las comunidades

cristianas.

Page 6: Relaciones sanas

6

Una elección radical:

Roles sexuales o el fruto del Espíritu Necesitamos aplicar el poder transformador del evangelio a la

vida individual y a las relaciones de los cristianos entre sí. La

fragmentación y las divisiones son armas tremendamente

eficaces en el arsenal que Satanás dirige contra el pueblo de

Dios. Donde Dios quiere crear unidad y cohesión, el enemigo

busca provocar alienación y separación. Desde el momento en

que nacemos, una sociedad caída nos hace amoldar en

compartimientos y nichos que se convierten en nuestras

prisiones de por vida.

Desarrollar nuestro ser interior

El evangelio ha de liberarnos del concepto de roles sexuales.

En ninguna parte nos ordena la Escritura que desarrollemos

nuestra conciencia de los roles sexuales como hombres y

mujeres. Nos llama (tanto a hombres como a mujeres) a tener

la mente de Cristo y a ser transformados a su imagen (Gálatas

3.27; Efesios 4:13; Filipenses 2.5; etc.). Tanto hombres como

mujeres somos llamados a desarrollar nuestro ser interior, que

significa una nueva humanidad transformada por el Espíritu

Santo. El fruto del Espíritu, es el resultado del impacto del

Espíritu Santo en la personalidad humana, es el carácter que

exhibe amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad,

fidelidad, humildad y dominio propio (Gálatas 5.22–23).

Definir la renuncia

Bíblicamente tales cualidades no pertenecen ni a la

masculinidad ni a la femineidad, sino que son el reflejo de la

persona misma de Cristo. Algunos hombres, para alcanzar

este ideal, quizás hasta tengan que rechazar las cualidades

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7

que en nuestra cultura se presentan como verdadera

masculinidad. Tendremos que renunciar a la dureza por el

amor, a la ambición por la alegría, a la agresividad por la paz,

a lo exigente por la paciencia, a la fuerza por la amabilidad, a

la competencia por la mansedumbre y a la imposición egoísta

por el dominio propio.

Aprender la humanidad auténtica

Si el fruto del Espíritu nos lleva a rechazar lo que

tradicionalmente se considera como masculino, que así sea.

Porque la espiritualidad cristiana genuina se encuentra más

allá de las prisiones de los roles sexuales. Los hombres deben

aprender a moderar la masculinidad que les infunde el mundo

con la humanidad auténtica que produce el Espíritu Santo y,

de esta manera reflejarán el carácter de Cristo, quien encarnó

a la perfección el fruto del Espíritu. Para lograrlo, quizás

deban renunciar a la falsa masculinidad, crucificando la

naturaleza del hombre pecador junto con sus pasiones y

malos deseos. Esta es la condición sine quan non para «los que

son de Jesucristo» (Gálatas 5.24).

Manifestar la imagen de Dios Pablo recordándoles a los cristianos de Colosas su posición

importante como pueblo elegido de Dios, les manda que

adopten nuevas formas de comportamiento con el mismo

deseo que tendrían al descartar una vestimenta vieja por una

nueva:

12 Dios los ama mucho a ustedes, y los ha elegido para que formen

parte de su pueblo. Por eso, vivan como se espera de ustedes: amen

Page 8: Relaciones sanas

8

a los demás, sean buenos, humildes, amables y pacientes. 13 Sean

tolerantes los unos con los otros, y si alguien tiene alguna queja

contra otro, perdónense, así como el Señor los ha perdonado a

ustedes. 14 Y sobre todo, ámense unos a otros, porque el amor es el

mejor lazo de unión. Colosenses 3.12–14 TLA

Los rasgos esenciales que caracterizan al pueblo de Dios son

la compasión, la bondad, la humildad, la mansedumbre, la

paciencia, un espíritu perdonador y (por sobre todo) el amor.

Pablo no cita estas cualidades al azar, sino que describe de

esta manera la nueva naturaleza que se va renovando en

Cristo Jesús (v. 10). Tanto hombres como mujeres deben

adquirir estas características porque son las manifestaciones

de la imagen de Dios en la vida humana.

Extirpar lo pagano

Los hombres que siguen adoptando actitudes de

superioridad, adjudicándose posiciones exclusivas de poder y

privilegios exclusivos de dominación, e inflando

patéticamente su imagen de macho a expensas de las mismas

personas a quienes deberían servir por causa de Cristo

necesitan volver a examinar sus presuposiciones básicas de

las demandas transformadoras del evangelio.

La renovación de la mente cristiana exige extirpar sin piedad

alguna las formas paganas de pensar y actuar para eliminar así

el riesgo de conformarse a este mundo. Contrariamente, esta

metamorfosis requiere un quebrantamiento profundo y una

gran ductilidad que permitirán que el Creador reemplace el

orgullo, la arrogancia y la ambición de gobernar a otros con la

compasión, la bondad, la humildad, la mansedumbre, la

paciencia, el perdón y el amor.

Page 9: Relaciones sanas

9

Desprogramar la mente

Esta transformación demanda no solo un cambio del ser

interior sino también un cambio en nuestras actitudes

externas. Mientras que el relato bíblico de la creación y el

Nuevo Testamento enfatizan aquellos elementos que tienen

en común los hombres y las mujeres, la sociedad caída nos

bombardea desde una edad muy temprana con las diferencias

fisiológicas y simbólicas que existen entre los sexos. Este

proceso de socialización es tan completo y tan penetrante que

pasa a formar parte de nuestra naturaleza la consideración del

sexo opuesto como opuesto.

Como miembros de la comunidad donde ya no importa ser

hombre o mujer, porque unidos a Cristo Jesús todos son uno solo,

debemos esforzarnos por mostrar al mundo lo parecidos que

somos en Cristo. Pero con demasiada frecuencia el mundo

logra inculcar entre los cristianos sus nociones de lo

diferentes que son los integrantes del otro sexo. La

santificación de nuestras actitudes hacia el otro sexo

demandará nada menos que un esfuerzo sistemático de

desprogramación, diseñado para depurar la mente cristiana

de las interpretaciones abusivas de pasajes de la Escritura

que, si uno no los entiende, debería dejarlos de lado, y de

estereotipos populares vulgares que tales interpretaciones

equivocadas han reforzado.

Reconocer lo perjudicial

Bajo condiciones normales, las actitudes transformadas

deberán producir conductas transformadas. La Biblia carga al

hombre con la responsabilidad de rehabilitar a la mujer en la

Page 10: Relaciones sanas

10

nueva comunidad al exhortar a los maridos a dar el honor que

corresponde a sus esposas (1Pedro 3.7).

Los esfuerzos femeninos por obtener un trato equitativo se

topan con una opresión creciente, a menos que los hombres

se sensibilicen y respondan humanamente. Es

responsabilidad de los hombres cristianos reconocer que las

mujeres no derivan su identidad de ellos mismos sino de

haber sido creadas a imagen de Dios y ser nuevas personas en

Cristo.

Los esfuerzos por mantener a la mujer bajo la tutela masculina

perjudican tanto al hombre como a la mujer y por ende a la

familia y a la sociedad, porque, al mantenerlas en una relación

de dependencia, los hombres garantizan la infantilización de

sus compañeras femeninas. Se privan de la oportunidad que

les da Dios de disfrutar del compañerismo y la comunión de

sus contrapartes femeninas enfrentando hombro a hombro

los desafíos y las tareas de la vida.

Lo cierto es que al no considerarlas como iguales, seguimos

viviendo bajo las consecuencias del pecado, en lugar de vivir

como redimidos. Únicamente en la medida en que los

hombres aprendan a animar a las mujeres a plantarse con

firmeza, coraje y libertad, ambos podrán descubrir la

magnífica complementariedad para la que fueron creados.

Emprender la despatriarcalización

Las socializaciones seculares de los roles sexuales se han

institucionalizado tanto en algunas áreas de la vida religiosa

que lo único que puede llegar a identificarlas y, con

optimismo, a superarlas son programas específicos

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11

despatriarcalización. Este movimiento debe comenzar con un

sometimiento valiente, pero arrepentido, a la palabra de Dios,

y una abdicación total de intereses creados y ventajas

personales al señorío de Cristo.

Disfrutar los frutos de la obediencia La obediencia a la Escritura en lo que concierne a las

relaciones entre hombres y mujeres en la iglesia liberará una

vitalidad y un potencial nunca soñados para la tarea del

evangelio. Las rancias definiciones del liderazgo en términos

de líneas rígidas de autoridad y estructuras restrictivas de

poder abrirán paso a modelos integrados y flexibles de

organización dentro de los que los dones espirituales y los

recursos humanos se unan en una comunión efervescente de

atención mutua y ministerios de servicio.

Se crean espacios de gracia donde la obligatoriedad no tiene

cabida, y donde la crítica destructiva se deja de lado, para

generar espacios de aprendizaje, y oportunidad para cada uno

de los miembros de la sociedad, desde sus particulares

capacidades y dones que nuestro Dios ha puesto en su vida.

Hombres y mujeres, sin distinción de edades empiezan a

disfrutar de las bendiciones que Dios les dio para su disfrute,

cuando de modo natural descubren y adoptan el modelo de

Dios, como la forma en que más pueden ser bendecidos.

Se generan ambientes donde Dios es glorificado a través del

sometimiento mutuo, se da testimonio a la comunidad y

personalmente somos bendición al ser bendecidos.

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12

Page 13: Relaciones sanas

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Roles o el Fruto del Espíritu

¿Qué es lo que guía nuestras relaciones personales? Todos

nosotros vivimos en una comunidad que de una u otra forma

moldea nuestra forma de actuar y de cómo concebimos lo que

es correcto y lo que no lo es. De esta forma entendemos cuales

son los roles femeninos y masculinos y podemos distinguir

cuando alguien se aparta de esos roles. Del mismo modo

nuestra cultura va moldeando lo que se considera correcto e

incorrecto. Sin embargo en esta sociedad laicista, no utilizaos

el concepto de pecado, para definir lo que no es aceptable a

pesar de que el 95 % de la población del país confiesa tener

una religión.

La moral de la sociedad, se va construyendo y adquiriendo

nuevas formas cada día producto de la influencia de los

medios y de la economía, quienes van dictando no solo las

tendencias de la moda, sino también lo que es aceptable o no.

Esto no es de ninguna manera producto de una situación local

o nacional, pues aun cuando existen esos elementos

localistas, también formamos parte de una aldea globalizada

que también nos influye.

Page 14: Relaciones sanas

14

Adicional a lo que nuestra cultura influye en nuestra forma de

vida, también tenemos influencias más cercanas, como son la

familia, amigos y vecinos. Pues ellos generan áreas de

influencia que van a incidir directamente en la forma en como

nos relacionamos con los demás, como enfrentamos los

problemas e incluso los roles que socialmente tenemos que

desempeñar dentro de los distintos ámbitos de relación en los

que convivimos.

Al considerar lo anterior el exhorto que el apóstol Pablo hace

a los creyentes de Roma cobra una gran significación.

1 Por eso, hermanos míos, ya que Dios es tan bueno con ustedes, les

ruego que dediquen toda su vida a servirle y a hacer todo lo que a

él le agrada. Así es como se le debe adorar. 2 Y no vivan ya como

vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de

pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo

lo que es bueno, agradable y perfecto. Romanos 12:1-2

Si, ya somos de Cristo, y El Señor nos ha hecho participes de

su salvación y hemos recibido el Espíritu de Dios, como las

arras de nuestra salvación. Hemos de cambiar nuestra forma

de vivir en el mundo. No podemos seguir viviendo siguiendo

siendo presa de las influencias sociales y culturales ni siquiera

nuestras propias tradiciones familiares son suficientemente

buenas. Aún la las enseñanzas de nuestros padres y de

nuestros mejores maestros deben pasar bajo el tamiz de la

enseñanza de Cristo a fin de aprobar solo lo mejor.

Nuestra manera de vivir ahora se caracterizara por la

influencia del Espíritu de Dios en nuestra vida.

Page 15: Relaciones sanas

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Relaciones con otros Somos seres relacionales, la forma en como Dios nos diseño

fue para que viviéramos en una sociedad. Esa sociedad, está

compuesta de muchos círculos de relaciones en los que

constantemente estamos interactuando.

Cada uno de esos

círculos tiene una

forma específica de

como relacionarse y

que es lo que se espera

de sus participantes.

Para participar de estas

relaciones, es necesario

participar del esquema

propuesto.

Allí es donde tenemos que revisar que ideas son las que están

moldeando la forma en como nos relacionamos. Seguir

algunos de los patrones de conducta propuestos pueden

incluso hacernos más aceptos dentro del grupo social en

cuestión, pero pueden ser contrarios a la fe cristiana que

profesamos y a la nueva naturaleza que hemos recibido en

Cristo.

Incuso hacia el interior de las relaciones con otros cristianos,

si nuestro patrón de conducta sigue siendo el de la sociedad

puede interferir con el desarrollo de su fe. Mientras que para

los que no son de Cristo, puede impedirles ver claramente en

que consiste el testimonio cristiano, cuando nos oyen hablar

Ciudad

Trabajo

Amigos

Familia

Page 16: Relaciones sanas

16

de fe, pero ven que la forma en como nos relacionamos con los

otros no es distinta de la ellos.

Es necesario que revisemos si nuestra forma de relacionarnos

en los distintos círculos de relación es solo el reflejo de

nuestra misma sociedad, o está siendo conducida por el

Espíritu de Dios actuando a través de nosotros.

La siguiente lista mencionada por el Apóstol Pablo, servirá

para que contrastemos nuestra propia conducta.

19 Todo el mundo conoce la conducta de los que obedecen a sus

malos deseos: no son fieles en el matrimonio, tienen relaciones

sexuales prohibidas, muchos vicios y malos pensamientos. 20

Adoran a dioses falsos, practican la brujería y odian a los demás.

Se pelean unos con otros, son celosos y se enojan por todo. Son

egoístas, discuten y causan divisiones. 21 Son envidiosos, y hasta

matan; se emborrachan, y en sus fiestas hacen locuras y muchas

cosas malas. Gálatas 5:19-21

A primera vista podríamos decir que hay algunos de los

asuntos enlistados que rotundamente no practicamos. Pero

cuando consideramos esta lista con mayor detenimiento es

posible que si bien las conductas más visibles y escandalosas

pueden no ser nuestra práctica, es posible que las que quedan

en el terreno de lo íntimo si formen parte de nuestra conducta.

Si es así estaríamos comportándonos exactamente como los

que no conocen de Cristo.

Page 17: Relaciones sanas

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Permitamos que sea el espíritu de Dios quien escudriñando

nuestra mente y corazón nos muestre de nuestro propio error.

Podríamos decir, como el salmista

¿Quién podrá entender sus propios errores? Salmo 19:12

El problema es que nuestros errores pueden estar encubiertos

bajo la capa de nuestra propia cultura. De modo tal que si bien

hacemos lo que socialmente está permitido. Eso es ajeno a los

ideales planteados por el evangelio. De allí la necesidad que

tenemos de desarrollar el nuevo ser interior que hemos

recibido de Cristo.

22 Por eso, ya no vivan ni se conduzcan como antes, cuando los

malos deseos dirigían su manera de vivir. 23 Ustedes deben

cambiar completamente su manera de pensar, y ser honestos y

santos de verdad, como corresponde a personas que Dios ha vuelto

a crear, para ser como él. Efesios 4:22-23

Desarrollar el ser interior El desarrollo del ser interior, implica varias acciones en las

que nosotros somos participantes, usando los recursos que

Dios nos ha dado.

Participamos en nuestro propio proceso de santificación.

Asumiendo sin embargo que nos somos nosotros por nuestra

cuenta los que la producimos sino que es la obra que el

Espíritu de Dios quien actúa en nosotros.

Page 18: Relaciones sanas

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Participamos entonces en hacer uso de los medios de gracia

que Dios ha dispuesta para nuestra bendición.

1. Hacer uso de la Palabra de Dios. Somos nosotros los

que leemos, somos confrontados, iluminados, guiados

por la Palabra. Entonces no se trata solo de leer, sino

de poner en práctica.

2. Uso de los sacramentos. A través de ellos renovamos

nuestros compromisos de Pacto, con Dios, al mismo

tiempo que damos testimonio a otros cristianos y a

quienes no lo son de que vivimos comprometidos por

la fe en esta relación con Dios. Y es el Espíritu de Dios

quien actuando desde dentro de nosotros, para darnos

la fortaleza de llevar a la práctica todo el consejo de

Dios.

El desarrollo de nuestro ser interior, también está vinculado

con el ejercicio de las disciplinas espirituales.

La Biblia es sumamente clara en cuanto a la responsabilidad

que tiene el creyente en el uso de estos medios.

Más bien, esfuérzate por ser un buen discípulo de Jesucristo. 1

Timoteo 4:7

No hay atajos para el crecimiento espiritual. La formación del

carácter espiritual en nosotros es un proceso que dura toda la

vida, y las disciplinas espirituales son medios que nos ayudan

en ese proceso. Son medios ordenados por Dios a través de los

cuales nos traemos a nosotros mismos delante de Dios, para

experimentarle a Él y ser transformados a la imagen de Cristo

La forma común de clasificarlos es:

Page 19: Relaciones sanas

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Personales Comunitarias Lectura, meditación y memorización de las Escrituras

Adoración congregacional (alabanza, predicación, ofrenda)

Oración privada Oración comunitaria Adoración privada Adoración comunitaria Ayuno Comunión con la gente de

Cristo Estudio Servicio

El ejercicio de estas disciplinas sin duda puede ayudarnos,

pero también hemos de recordar que las prácticas religiosas

por sí mismas no pueden transformar nuestras vidas, sino el

saciarnos constantemente del amor de Dios en Cristo. He ahí

precisamente donde radica la eficacia de las disciplinas

espirituales, en el hecho de que mantienen nuestros

corazones en una constante contemplación de Cristo y de Su

gloria

Somos como un espejo que refleja la grandeza del Señor, quien

cambia nuestra vida. Gracias a la acción de su Espíritu en

nosotros, cada vez nos parecemos más a él. 2Cor. 3:17b

En la medida en que empapas tu mente con el evangelio y

absorbes profundamente sus verdades en tu alma, tú serás

cambiado. Las disciplinas espirituales en sí mismas no

pueden cambiar a nadie. Es Cristo el que nos transforma por

medio de la aplicación del evangelio en nuestras vidas por el

poder de Su Espíritu.

¿Cuál es, entonces, el papel que juegan las disciplinas

espirituales en todo esto? Ayudarnos a mantener a Cristo en

el centro de nuestras vidas. Es por eso que la práctica de las

Page 20: Relaciones sanas

20

disciplinas espirituales no produce cristianos que llevan una

vida monástica, aislados de los demás, sino que nos equipa

para servir a otros con el evangelio, porque esa fue la vida que

Cristo vivió.

Dicho de otra forma, Las disciplinas espirituales nos

convierte en misioneros, no en monjes; las disciplinas

comienzan en privado, pero terminan en la calle. Si

permaneces en lo privado, has perdido el punto por completo.

La verdadera semejanza a Cristo es medida, no por la anchura

de tus conocimientos o el largo de tus oraciones, sino por la

profundidad de tu amor por otro.

El desarrollo de nuestro ser interior en este sentido nos

permite una mejor plataforma para nuestras relaciones con

los demás y nunca habrá de generar una actitud de

separación. El carácter mismo de Cristo le llevo a establecer

relaciones de bendición incluso los publicanos y pecadores.

Dejar el viejo hombre Otra de las áreas que habrán de desarrollar nuestro ser

interior, es dejar aquello que es contrario al carácter de

Cristo. Y que afectaría nuestras relaciones con otros. El

mismo Apóstol Pablo da instrucciones a la los hermanos de la

Iglesia de Colosas, al respecto de esto.

5 Por eso, den muerte a todos sus malos deseos; no tengan

relaciones sexuales prohibidas, no sean indecentes, dominen sus

malos deseos, y no busquen amontonar dinero, pues es lo mismo

que adorar a dioses falsos. 6 Todo esto hace que Dios se enoje con

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21

los desobedientes. 7 Ustedes mismos se comportaban así antes de

conocer a Cristo. 8 Pero ahora tienen que dejar también todo esto:

no se enojen, no busquen hacer el mal a otros, no ofendan a Dios ni

insulten a sus semejantes, 9 ni se mientan unos a otros, porque

ustedes ya han dejado la vida de pecado 10 y ahora viven de manera

diferente. En realidad, ustedes son personas nuevas, que cada vez

se parecen más a Dios, su creador, y cada vez lo conocen mejor.

Colosenses 3:5-10

Cada uno de los asuntos que aquí se mencionan, no solo es un

pecado contra Dios, sino que también afectarán las relaciones

con las personas que conocemos. Se trata entonces de dejar

los comportamientos que definían al viejo hombre, que se

guiaba por su propio consejo, contaminado por el pecado o se

manejaba sus círculos relacionales, siguiendo la corriente de

este mundo. Para ahora dar paso a la nueva naturaleza

recibida en Cristo. Se trata de que el Espíritu de Dios

actuando en nuestra vida produzca el buen fruto, necesario

para que todas nuestras relaciones sean sanas.

22 En cambio, el Espíritu de Dios nos hace amar a los demás, estar

siempre alegres y vivir en paz con todos. Nos hace ser pacientes y

amables, y tratar bien a los demás, tener confianza en Dios, 23 ser

humildes, y saber controlar nuestros malos deseos. Gálatas

5:22-23

Cuando nuestras relaciones están marcadas por la acción del

Espíritu, estas generarán una actitud que no dejará de ser

percibida por los que nos rodean, atrayéndolos hacia el amor

de Cristo.

Page 22: Relaciones sanas

22

Page 23: Relaciones sanas

23

Manifestar la imagen de Dios

Es común en escuchan al respecto de las incongruencias que

se llegan a manifestar en la conducta de personas que se

precian de ser cristianas pero que no están actuando como lo

indicaría su dicho de ser cristianos.

Este tipo de señalamientos en realidad perjudican a las

iglesias ya que en lo general las personas aun cuando no son

creyentes, asumen que los cristianos han de caracterizarse

por un alto nivel de vida, no equiparable al estándar con el que

se desarrollan otras personas que no profesan ninguna fe.

En una parte del argumento, debemos de considerar que

efectivamente quienes hacen los señalamientos tienen razón.

Los cristianos hemos sido llamados a representar lo mejor de

lo que esta sociedad puede aspirar y a conducirnos no con la

ética con la que las personas están familiarizadas, sino con

los valores del Reino de Dios.

De modo que cada iglesia local ha sido llamada a ser una

sucursal del Reino de Dios en este mundo, donde Dios nos ha

puesto a su servicio.

Page 24: Relaciones sanas

24

También hemos de considerar que el mal testimonio de

algunos que militan en las iglesias, afecta a todo el

cristianismo. Pues a pesar de que los infractores son personas

específicas los detractores del cristianismo critican por ello a

toda la iglesia.

En ese mismo sentido hay quienes utilizan estas faltas de los

miembros de las iglesias, como excusa para para no

comprometerse con la fe y con la iglesia. Pretextando que solo

buscan la espiritualidad pero que no están interesados en las

prácticas de la iglesia.

Pero dejando de lado lo que los detractores de la iglesia llegan

a señalar, hemos de decir que el ser cristianos, en realidad no

es simplemente porque nos consideremos seguidores de

Cristo (aunque también es cierto), sino que hemos llegado a

ser cristianos, por causa de la obra de Cristo en la Cruz a favor

nuestro, para reconciliarnos con Dios.

Entonces somos cristianos, no por lo que hacemos, sino por lo

que hizo Cristo. En esa obra también Cristo nos doto de una

nueva naturaleza espiritual, no sólo para que tengamos

comunión con Dios, sino también para que podamos vivir de

la forma que a Dios le agrada.

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas

obras, las cuales Dios preparó de antemano para que

anduviésemos en ellas. Efesios 2:10

Entonces el ser cristiano, realmente tiene que ver con reflejar

en el mundo lo que Dios ha hecho en nosotros.

Page 25: Relaciones sanas

25

Hacia lo auténticamente humano Originalmente Dios creo al ser humano, para que fuera

portador de su imagen. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen

de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Génesis 1:27

Pero por causa del pecado, esa imagen se distorsiono, de tal

forma que en lugar de bondad, pureza, y espiritualidad. Llego

a haber en nuestra vida maldad, inmundicia y carnalidad.

Hasta que vino Cristo Jesús, el cual al salvarnos inicia el

proceso de volver a formar la imagen de Dios en nosotros.

Esta imagen de Dios, re-creada en Jesucristo en cada creyente,

es al mismo tiempo ser auténticamente humano. Tal y como

fuimos creados originariamente. Es entonces en virtud de esta

nueva naturaleza que Dios nos ha dado, que el Apóstol Pablo

nos dice:

No vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de

manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios

quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto. (Ro

12.2).

Vivir conforme a la imagen de Dios que Jesucristo ha creado

en nuestra vida, no es cuestión de cumplir con una serie de

mandatos o de hacer caso de una serie de prohibiciones. Si

leemos detenidamente nuestro texto, habla de cambiar

(μεταμορφόω de donde viene nuestra palabra

metamorfosis), nuestra manera de ser y de pensar.

Este cambio (metamorfosis), de suyo implica un cambio en la

forma en como somos y nos concebimos, y si bien en el sentido

Page 26: Relaciones sanas

26

estricto no es producido por nosotros, sino que es Dios quien

lo hace en nosotros a través de lo que llamamos un nuevo

nacimiento. Si somos nosotros de ese momento en adelante

participantes. Este es cambio de nuestra naturaleza, es el que

finalmente nos lleva a nuestra vida adulta en la de y el cual

una vez iniciado ya no es reversible.

La metamorfosis de una

mariposa puede servirnos de

ilustración.

El cambio es tal que

prácticamente no quedan

vestigios de lo que anteriormente era, no es reversible, y este

cambio, es para que pueda cumplir con su misión ulterior de

reproducirse.

https://www.youtube.com/watch?v=R5QH3bGF4

A partir de experimentar esa metamorfosis, la mariposa hará

lo que es inherente a esta nueva naturaleza que tiene. Es decir

la vida que anteriormente tuvo como oruga ha quedado atrás

y ahora vive como un ser que despliega sus alas, para cumplir

con la misión de esta nueva naturaleza.

De forma análoga, el ser humano al haber nacido de nuevo,

experimenta un cambo en su naturaleza, el viejo hombre, ha

de quedar atrás, para que el Nuevo hombre creado en Cristo

Jesús, se manifesté plenamente y así cumpla con la misión que

Dios le ha dado.

Esto es transitar del ser humano, que había vivido de acuerdo

con las normas de su sociedad, al Nuevo ser humano, que vive

Page 27: Relaciones sanas

27

en función de la nueva espiritualidad que Dios le ha dado y en

conformidad con la voluntad de Dios.

Vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y

santidad de la verdad. Efesios 4:24

En la medida que nuestra vida se va ajustando al proyecto de

Dios para nosotros, vamos pareciéndonos más a Cristo.

y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó

se va renovando hasta el conocimiento pleno, Colosenses 3:10

Al inicio de nuestra relación con Dios, si bien ya hemos

recibido la Nueva naturaleza espiritual, en realidad nos

parecemos más al viejo hombre, del cual quedan aún vestigios.

Por ello la idea del crecimiento cristiano, donde por el uso de

los medios que Dios nos ha dado y la presencia del Espíritu de

Cristo en nosotros va obrando en nuestra vida, de modo que

cada día que pasamos deberíamos parecernos más a Cristo.

Antes de seguir, conviene que hagamos un breve examen de

nuestra vida en Cristo. Y consideremos si estamos reflejando

adecuadamente la imagen de Dios a través de nuestra vida.

1. ¿Cuántos años tiene que conocemos de Cristo

2. ¿Cuánto he avanzado en el conocimiento de Dios?

3. ¿Qué tanto influye la nueva vida en Cristo en mis

decisiones?

4. ¿Las personas que están a mi lado consideran que

reflejo a imagen de Cristo?

5. ¿Cuáles son los frutos que muestran mi madurez en

Cristo?

Page 28: Relaciones sanas

28

Cambiar nuestra mentalidad Es posible que no hayamos salido muy bien librados del auto

examen que nos hemos practicado al respecto de reflejar la

imagen de Cristo. Incluso habrá aspectos donde tenemos que

reconocer, que nuestras acciones son más producto de las

enseñanzas de este mundo, que de la guía del Espíritu Santo.

Un punto medular del texto de Romanos 12, que nos ha

servido para esta reflexión es cuando se señala un cambio de

mente. Este cambio de mente es imprescindible para

desarrollarnos, en conformidad de la imagen de Dios.

Hemos estado acostumbrados a pensar, de acuerdo con los

pensamientos de nuestra sociedad. Incluso en la búsqueda de

lo bueno es posible que hayamos discriminado algunos tipos

de pensamientos, para optar por las mejores ideas de entre los

hombres.

Sin embargo, nuestro pensamiento sigue siendo

eminentemente horizontal. Es decir seguimos pensando en

función de lo que nuestra sociedad considera bueno. Mientras

sigamos pensando horizontalmente esos pensamientos esos

pensamientos están lejos de lo que Dios quiere.

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni

vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos

los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros

caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

Isaías 55:8-9

Page 29: Relaciones sanas

29

Algunos, en este momento pensarán: Entonces eso es

imposible, nunca lo vamos a lograr. Bueno ese es un buen

ejemplo de cuando seguimos pensando horizontalmente.

Si pensamos, que nuestra mente nunca puede hacer lo

suficiente como para pensar como Cristo. En eso tenemos

razón. Nunca lo vamos a lograr por nuestra cuenta. Pero la

invitación del Apóstol fue a que nuestra mente experimentara

una metamorfosis. Y eso apunta hacia pensar teológicamente

o pensar verticalmente.

Pensar teológicamente, no significa hacer uso de una lista de

autores con nombres impronunciables, que han escrito libros

acerca de Dios. En este caso, se trata de algo más esencial. Es

pensar de acuerdo con las ideas de Dios y no con las de nuestra

sociedad.

Los cristianos, bien podríamos ser definidos como un pueblo

con mentalidad teológica. Esto quiere decir en forma concreta

un pueblo que ha cambiado su forma de pensar, abandonando

la del mundo, para ahora pensar en función de Dios. Esto

puede parecer arrogante, justamente es posible por la

presencia del Espíritu de Dios en nosotros.

10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el

Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 11 Porque

¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu

del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de

Dios, sino el Espíritu de Dios. 12 Y nosotros no hemos recibido el

espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que

sepamos lo que Dios nos ha concedido, 13 lo cual también

Page 30: Relaciones sanas

30

hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino

con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo

espiritual. 14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son

del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede

entender, porque se han de discernir espiritualmente. 15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es

juzgado de nadie. 16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor?

¿Quién le instruirá? Más nosotros tenemos la mente de Cristo. 1

Corintios 2:10-16

La presencia del Espíritu, en nuestra vida es la que posibilita,

el pensar espiritualmente, la orientación completa de

nuestros pensamientos estará ahora en función de los

ordenamientos de Dios, de su voluntad y en sus capacidades,

no en las nuestras.

Una nueva orientación en la vida Un cambio en la mente, nos lleva cambios en nuestra

conducta y por supuesto, a cambios en nuestra forma de

relacionarnos.

Los cambios en nuestra forma de pensar y de actuar son

posibles, porque Cristo ya lo hizo en nosotros. De esta manera

hacemos aquello que primeramente Cristo ya ha hecho en

nuestra vida

Por el contrario, sean buenos y compasivos los unos con los otros,

y perdónense, así como Dios los perdonó a ustedes por medio de

Cristo. Efesios 4:32

Page 31: Relaciones sanas

31

Bondad y misericordia, son dos de las características de

Cristo, quienes tienen la mente de Cristo, actúan de la misma

forma. De acuerdo con la nueva naturaleza que Dios les ha

dado y porque ellos mismos lo han experimentado, de parte

de Cristo. Entonces la nueva orientación en nuestra vida tiene

dos fuentes.

1. La nueva naturaleza espiritual que hemos recibido de

Dios

2. Nuestra propia experiencia, cuando Dios nos trató de

esta forma.

Una palabra para definir la nueva orientación en nuestra vida

y el cómo se desarrollaran relaciones sanas es el Amor. Pero

aún este término hemos de re-definirlo, en función de lo que

aprendemos de las Escrituras, pues el termino amor en

nuestra cultura está contaminado por el egoísmo y el control.

Por ello el parámetro del amor necesario en unas relaciones

sanas es el amor de Cristo.

Deben amar a los demás, así como Cristo nos amó y murió por

nosotros. Para Dios, la muerte de Cristo es como el delicado

aroma de una ofrenda. Efesios 5:2

Podríamos decir que se trata de un amor, que está al servicio

de los otros, incluso que adquiere el carácter de sacrificial. Sin

embargo no es un amor desinteresado, pues intencionalmente

busca el bienestar del otro.

Esto se concreta en 3 grandes áreas donde se desarrollan la

mayor parte de nuestras relaciones, y que son: Matrimonio,

hijos y trabajo.

Page 32: Relaciones sanas

32

Esos son espacios comunes donde ha de verse reflejada la

imagen de Dios, que está en todos los que han nacido de

nuevo.

En las relaciones de pareja

Los esposos deben amar a sus esposas, así como Cristo amó a la

iglesia y dio su vida por ella. Efesios 5:25

En las relaciones padres e hijos

Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos. Más bien

edúquenlos y denles enseñanzas cristianas. Efesios 6:24

En las relaciones de trabajo

Esclavos, obedezcan a los que aquí en la tierra son sus amos.

Obedézcanlos con respeto, sinceridad, y de buena gana, como si

estuvieran sirviendo a Cristo mismo. Efesios 6:5

En todos los casos la relación ha de ser recíproca. Esposa-

Esposo; Hijos-Padres; Patrones-Trabajadores. Pues reflejar la

imagen de Dios que nos ha sido dada en Cristo, no implica que

lo hagamos desde alguna posición específica. Pues en Cristo

se han borrado todas las distinciones, para conformar una

sola humanidad, sin distingo de clases.

Page 33: Relaciones sanas

33

Desprogramar la mente

Desde que nacemos, incluso desde que se prepara nuestro

nacimiento, nos educan y socializan de forma diferente

dependiendo de nuestro sexo.

Los estereotipos definen a los

niños como más fuertes,

ingeniosos, independientes y

curiosos. Las niñas, en

cambio, son más

dependientes, afectuosas,

dóciles y colaboradoras.

También las actividades que

realizan, los juegos que se les

asignan, las relaciones, las

formas de vestir y de

comportarse o las diversiones, son diferentes para cada uno

de los sexos.

Educar estereotipadamente en función del género supone

colaborar en un desarrollo incompleto de las personas, al

potenciar en ellas sólo el desarrollo de capacidades, valores y

Page 34: Relaciones sanas

34

comportamientos que responden al estereotipo del género

femenino, y en ellos, del masculino. De este modo, tanto las

chicas como los chicos se ven privados de la educación en

determinados valores necesarios para el desarrollo integral de

la persona.

El estereotipo está tan interiorizado que ni siquiera somos

capaces de pensar sobre ellos, se aceptan sin ser cuestionados,

se muestran como evidentes y, como tales, no parecen

necesitar de demostración, por todo ello limitan nuestro

pensamiento y, por lo tanto nuestra acción.

Por eso se asume como algo imposible o inaceptable que una

mujer tierna y cariñosa sea al mismo tiempo independiente,

inteligente o tome decisiones de manera asertiva. Del mismo

modo, se ve como algo contradictorio o negativo que un

hombre valiente, creativo y autónomo, pueda ser también

afectuoso, tierno y comprensivo.

Entonces, mientras que el señalamiento de las diferencias

entre hombres y mujeres es lo común en nuestra sociedad, en

los relatos bíblicos muestran lo que hombres y mujeres

tenemos en común.

El enfoque bíblico En la creación tanto el hombre como la mujer fueron creados

a la imagen de Dios, tenían una relación directa con Dios y

compartían en conjunto las responsabilidades de tener hijos

y criarlos, y tener dominio sobre el orden creado.

Page 35: Relaciones sanas

35

…«Hagamos ahora al ser humano tal y como somos nosotros.

Que domine a los peces del mar y a las aves del cielo, a todos los

animales de la tierra, y a todos los reptiles e insectos». Fue así

como Dios creó al ser humano tal y como es Dios. Lo creó a su

semejanza. Creó al hombre y a la mujer, y les dio esta bendición:

«Quiero que se reproduzcan, quiero que se multipliquen, quiero

que llenen la tierra y la pongan bajo su dominio. Que dominen a

los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los seres vivos que

se arrastran por el suelo». Génesis 1:26-28

La mujer y el hombre fueron creados para el pleno e igual

compañerismo.

Luego Dios dijo: «No está bien que el hombre esté solo. Voy a

hacerle alguien que lo acompañe y lo ayude». Génesis 2:18

La palabra "ayuda" (ezer), se refiere a Dios en la mayoría de las

veces en que se usa en el Antiguo Testamento (cf. 1 S.7.12; Sal.

121.1-2). En consecuencia, la palabra no lleva ninguna

implicación de subordinación o inferioridad femenina.

La Biblia enseña que la formación de la mujer desde el hombre

demuestra la unidad e igualdad fundamental de los seres

humanos.

Por eso Dios hizo que el hombre se quedara profundamente

dormido. Y así, mientras este dormía, Dios le sacó una de sus

costillas, y luego le cerró el costado. De esa costilla Dios hizo una

mujer. Cuando se la llevó al hombre, este dijo: «¡Esta vez tengo a

alguien que es carne de mi carne y hueso de mis huesos! La llamaré

hembra, porque Dios la sacó del hombre». Génesis 2:21-23

Page 36: Relaciones sanas

36

En Génesis 2.18, 20, la palabra "idónea" (kenegdo) denota

igualdad y suficiencia.

Luego Dios dijo: «No está bien que el hombre esté solo. Voy a

hacerle alguien que lo acompañe y lo ayude». Entonces hizo Dios

todos los animales domésticos y salvajes, y todas las aves que

vuelan por el cielo, y se los llevó al hombre para que les pusiera

nombre. Y este así lo hizo. Sin embargo, para el hombre no se

encontró compañía ni ayuda. Génesis 2:18,19 (20 en RV)

Cristo Jesús vino a redimir tanto a mujeres como a hombres

también. A través de la fe en Cristo, todos llegamos a ser hijas

de Dios, uno en Cristo, y herederos de las bendiciones de la

salvación sin referencia a distinciones raciales, sociales o

sexuales.

Pero aquellos que la aceptaron y creyeron en ella, llegaron a ser

hijos de Dios. Son hijos de Dios por voluntad divina, no por

voluntad humana. Juan 1:12

Ustedes han confiado en Jesucristo, y por eso todos ustedes son

hijos de Dios. Porque cuando fueron bautizados, también

quedaron unidos a Cristo, y ahora actúan como él. Así que no

importa si son judíos o no lo son, si son esclavos o libres, o si son

hombres o mujeres. Si están unidos a Jesucristo, todos son iguales.

Gálatas 3:26-28

Tanto mujeres como hombres son llamados a desarrollar sus

dones espirituales y a usarlas como administradores de la

gracia de Dios

Cada uno de ustedes ha recibido de Dios alguna capacidad

especial. Úsela bien en el servicio a los demás. Si alguno sabe

hablar bien, que anuncie el mensaje de Dios. Si alguno sabe cómo

Page 37: Relaciones sanas

37

ayudar a los demás, que lo haga con la fuerza que Dios le da para

hacerlo. De este modo, todo lo que ustedes hagan servirá para que

los demás alaben a Dios por medio de Jesucristo, que es

maravilloso y poderoso para siempre. 1 Pedro 4:10,11

Tanto hombres como mujeres son divinamente dotados y

facultados para ministrar a todo el Cuerpo de Cristo, bajo la

autoridad de Cristo.

Estos seguidores de Jesús eran un grupo muy unido, y siempre

oraban juntos. Con ellos se reunían los hermanos de Jesús y

algunas mujeres, entre las que se encontraba María, la madre de

Jesús… Hechos 1:14

De lo anterior no es difícil descubrir que mientras que nuestra

cultura sigue tratando de encontrar diferencias entre

hombres y mujeres que separan, segregan y en muchas

ocasiones oprimen. Las Escrituras nos muestran un panorama

totalmente distinto. Donde la igualdad y solidaridad mutua,

así como el compartir una misma misión y destino, son las

características del Reino en las relaciones hombre mujer. Es

solamente en este entorno que se pueden producir relaciones

sanas entre los seres humanos.

Por eso se hace necesaria la santificación de nuestras

actitudes hacia el otro sexo demandará nada menos que un

esfuerzo sistemático de desprogramación, diseñado para

depurar la mente cristiana de las interpretaciones abusivas.

No vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de

manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios

Page 38: Relaciones sanas

38

quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto. (Ro

12.2).

El cambio de mente, habrá de conducirnos a un cambio de

actitudes y bajo condiciones normales, las actitudes

transformadas deberán producir conductas transformadas.

Desprogramar nuestra mente, de la información mediática de

las tradiciones culturales e incluso de interpretaciones

bíblicas equivocadas, al respecto de las relaciones hombre y

mujer, no es una tarea sencilla, pero es una acción necesaria,

si aspiramos a disfrutar de lo bueno, agradable y perfecto que

tienen las relaciones humanas creadas por Dios.

Re-valoración de los pensamientos Al transformar nuestra mente es necesario que revisemos de

forma crítica cual es el origen de las ideas con las que nos

hemos manejado hasta aquí y ver si proceden de la mente de

Dios o son producto de nuestra misma cultura.

La re-valoración de las ideas, nos hace contrastarlas con el

mensaje revelado de Dios. Se trata de hacer que la Revelación

sea la piedra de toque de las ideas con las que nos

relacionamos y con las que contribuimos en la construcción

de lo social.

Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne;

porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino

poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando

argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento

Page 39: Relaciones sanas

39

de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a

Cristo, 2 Corintios 10:3-5

Pues aun cuando estamos en este mundo, no fuimos llamados

a usar los elementos del mundo, sino que hemos de hacer uso

de los inmensos recursos de Dios. Al mismo tiempo el

concepto de la sola scriptura¸ hemos de llevarlo a su justa

dimensión donde no es solo una declaración para nuestra fe,

sino también Solo la Escritura, será la guía para nuestras

prácticas sociales y comunitarias.

Esto nos llevará a dejar de lado las interpretaciones

impositivas o segregantes, que imperan en nuestra sociedad.

Incluidas las interpretaciones bíblicas elaboradas

culturalmente y que alejándose del contexto bíblico

promueven o toleran la desigualdad esencial que Dios en las

Escrituras da a todos los seres humanos.

Algunas formas de cómo podemos poner en práctica lo

anterior esta enunciado en los siguientes puntos:

1. En la iglesia, los dones espirituales de mujeres y hombres

deben ser reconocidos, desarrollados y usados en los

ministerios de servicio y enseñanza, en todos los niveles de

compromiso: como líderes de pequeños grupos,

consejeros, facilitadores, administradores, los que sirven la

comunión, miembros de la junta, en el cuidado pastoral, la

enseñanza, la predicación y la adoración.

Al hacerlo así, la iglesia honrará a Dios como la fuente de

los dones espirituales. La iglesia también cumplirá el

Page 40: Relaciones sanas

40

mandato de Dios de administrar sin la pasmosa pérdida

para el reino de Dios, que emerge cuando se excluye a la

mitad de los miembros de la iglesia de las posiciones de

responsabilidad.

2. En la iglesia, debe darse reconocimiento público tanto a las

mujeres como a los hombres que ejercen ministerios de

servicio y liderazgo.

Al hacerlo así, la iglesia modelará la unidad y armonía que

debe caracterizar a la comunidad de creyentes. En un

mundo fracturado por la discriminación y la segregación,

la iglesia se disociará así misma de los vicios mundanos o

paganos designados para hacer sentir inferior a la mujer

por ser mujer. Esto ayudará a evitar su alejamiento de la

iglesia o su rechazo de la fe cristiana.

3. En el hogar cristiano, el esposo y la esposa deben someterse

mutuamente en la búsqueda de cumplir cada uno las

preferencias, los deseos y las aspiraciones del otro. Ningún

cónyuge debe intentar dominar al otro, sino que cada uno

debe actuar como siervo del otro, considerando

humildemente al otro como mejor que uno mismo. En el

caso de decisiones estancadas, ellas deberán buscar la

resolución a través de métodos bíblicos de resolución de,

conflictos y no por la imposición de la decisión de un

cónyuge sobre el otro.

Al hacerlo así, el esposo y la esposa ayudarán al hogar

cristiano a estar firme contra el uso inadecuado de la

autoridad y el poder de parte de los cónyuges, y protegerán

Page 41: Relaciones sanas

41

al hogar del abuso de la esposa y los hijos, que a veces

trágicamente sigue a una interpretación verticalista del

hecho de que el esposo es "la cabeza".

4. En el hogar cristiano, los cónyuges deben aprender a

compartir las responsabilidades de liderazgo sobre la base

de los dones, la experiencia y la disponibilidad, con la

debida consideración hacia el compañero más afectado por

la decisión bajo consideración.

Al hacerlo así, los cónyuges aprenderán a respetar sus

capacidades y su complementariedad. Esto evitará que un

cónyuge llegue a ser el habitual perdedor, a menudo

forzado a practicar el congraciarse o la manipulación

engañosa para proteger su propia valoración. Al establecer

su matrimonio sobre una base de compañerismo, la pareja

lo protegerá de dejarse llevar por la ola de matrimonios

muertos o rotos como resultado de las desigualdades

maritales.

5. En el hogar cristiano, la pareja que comparte un estilo de

vida caracterizado por la libertad que ellos encuentran en

Cristo lo hará sin experimentar sentimientos de culpa ni

recurrir a la hipocresía. Son libres para salir de un

"tradicionalismo" no bíblico y pueden gozarse en su

responsabilidad mutua en Cristo.

Al hacerlo así, abiertamente expresarán su obediencia a la

Escritura, modelarán un ejemplo para otras parejas en la

búsqueda de la libertad en Cristo, y permanecerán firmes

contra modelos de dominación y desigualdad algunas

veces impuestos sobre la iglesia y la familia.

Page 42: Relaciones sanas

42

Page 43: Relaciones sanas

43

Disfrutar el fruto de la obediencia

Fuimos diseñados para tener comunión con Dios y disfrutar

de su presencia. Esta es sin duda uno de los mejores

descubrimientos que un cristiano puede hacer. Pues los

conceptos culturales que se nos presentan acerca de cómo nos

relacionamos con Dios son ajenos a esta realidad, repasemos

brevemente algunos de ellos.

1. Tradicionalmente dios, es presentado como aquél que

todo lo ve y está cuidando en que momento pecamos.

Como todo pecado merece ser castigado, dios es

presentado entonces, como un Ser iracundo presto a

castigarnos, en cualquier momento. La relación con

Dios en este entorno, es con el fin de evitar su castigo

y enojo. Acaso se buscará como congraciarse con dios

pues finalmente se reconoce que el pecado está a la

puerta de nuestra vida.

2. Otra de las percepciones culturales de dios, es cuando

se le reconoce como el creador. Se afirma su poder e

incluso se le reconoce como el diseñador del universo,

sin embargo. No se piensa en El cómo alguien con el

cual el ser humano pueda relacionarse. Dios está en

Page 44: Relaciones sanas

44

algún lugar, quizá en el cielo, mientras que nosotros

estamos aquí en la tierra. Así que realmente tenemos

casi nada en común. dios es el creador, que hecho un

día a andar al mundo y de allí en adelante nada tiene

que ver con nosotros. Desde esta interpretación

estamos en al mundo a nuestro libre arbitrio. No

teniendo que rendir cuentas a nadie más que a

nosotros mismos. Lo que el ser humano pueda hacer

en este mundo es por el poder de su propia fuerza,

pero tampoco tienen ningún consuelo cuando

enfrentan las dificultades.

3. Un tercer acercamiento está justo en el extremo del

primero. Dios es bueno, es tan tremendamente bueno,

que es interpretado como un dios bonachón y

consentidor. Cómo él es bueno, todos se van a salvar

al final, es perdonador hasta el extremo de que no

importa que hagan sus hijos, él siempre los perdona y

prácticamente les consciente toda fechoría que

puedan realizar. La relación con Dio en este sentido en

algún momento es casi innecesaria. O se recurre a él

para pedirle apoyo. Al fin de cuentas él está allí para

ayudar.

Estas ideas comunes acerca de la relación con Dios, si bien en

algún momento pueden usar un referente bíblico. También

presentan conceptos contrarios al que la Biblia nos muestra

en cuanto a la razón por la que fuimos creados por Dios y que

se pueden concretar en dos frases. Dar la gloria a Dios y

disfrutar de su presencia.

La Biblia en sí misma es el manual donde descubrimos como

adorarle y como gozamos de su presencia.

Page 45: Relaciones sanas

45

La Biblia, la guía De modo análogo, a lo que ocurre en nuestra cultura al

respecto de las interpretaciones acerca de la forma en cómo se

relaciona Dios con los seres humanos, también se han

generado interpretaciones equívocas acerca de la Biblia.

1. Un compendio de mandamientos. Hay quienes han

visto en la Biblia solo un conjunto de leyes y

reglamentos, algunos de ellos casi incomprensibles y

que se han de obedecer irrestrictamente. Este tipo de

interpretación generalmente va de la mano, con la

interpretación del castigador del pecado. Cuando esto

ocurre, no es raro que las personas o tenga una

aversión a tener una relación con Dios. Algunos otros

saben que Dios es bueno y en la búsqueda de su favor

entran a un proyecto religioso, donde hay que ganarse

el favor de dios por el cumplimiento de los mandatos.

Pero incluso no solo de los que la Biblia describe sino

que incluso pone más énfasis en sus particular forma

de interpretarlos, llegando a formar con todo esto

religiones que resultan opresivas. Cuando

textualmente las palabras de Jesús describen que uno

de sus propósitos por los cuales vino era para

conducirnos a la libertad.

2. Un libro religioso. Para muchas personas la Biblia es

un libro fundamentalmente de carácter religioso y que

no tiene nada que ver con nosotros y los problemas

contemporáneos. Es más al ser un libro tan antiguo,

resulta ser poco menos que obsoleto para efectos

prácticos. Sus enseñanzas son consideradas como

dogmáticas, en el sentido de que deben ser obedecidas

casi irracionalmente. Incluso hay sectores de

Page 46: Relaciones sanas

46

cristianos, que no consideran que la enseñanza de la

Biblia refleje valores absolutos. Este tipo de

interpretación genera diversas actitudes respecto a la

Biblia.

a. Como libro religioso, habla acerca de la fe, y la

espiritualidad. La cual generalmente esta

disociada de la experiencia cotidiana. Es decir

es un libro importante, pero en lo común no es

útil para la toma de decisiones que debo hacer

día a día.

b. Tiene Buenos consejos. Hay quienes

consideran la Biblia un libro de grandes

consejos para la vida, pero equiparable

también a los proverbios chinos, árabes, etc. Y

en algún sentido un libro que sirve para la

auto-superación. Sus verdades son relativas.

Habría que recordar que Jesús dijo que el

espíritu nos recordaría sus Palabras y que El

mismo Espíritu nos conduciría a la verdad.

En contraste con estas interpretaciones hemos de reconocer

el carácter singular de la Biblia. Este es el libro donde Dios

puso todos los consejos para guiarnos a través de la vida. Es el

texto donde encontramos la manera de relacionarnos con

Dios, así como donde se nos muestra como Dios en Cristo

Jesús restaura todas las relaciones que los seres humanos

guardamos.

Es el manual de operaciones donde tenemos acceso a los

medios y los recursos que nos permiten tener relaciones sanas

con todos los que están en nuestro derredor.

Page 47: Relaciones sanas

47

Relaciones sanas Cuando hablamos de relaciones sanas, es algo más que un abc,

donde se nos enseñe acerca de cómo influir en las personas o

incluso el cómo influenciar en ellas positivamente. Eso es

justamente lo que nos enseñaría nuestra sociedad.

En este caso nuestro punto de partida para tener relaciones

sanas habrá de iniciar en lo que hacemos, sino en lo que Dios

hace en nosotros.

Es Dios quien primero sana nuestra relación con El.

Pero al ser sanada esta relación

primaria. Dios nos da las

condiciones para que nuestras

otras relacione sean sanadas.

De modo tal que las demás

relaciones pueden ser sanadas.

Es decir nuestra relación con

nosotros mismos, con nuestro

prójimo y con nuestro ecosistema.

La primera relación solo Dios puede sanarla y lo hace cuando

somos reconciliador con Él por lo méritos de Jesucristo.

Nosotros allí no intervenimos, solo recibimos los efectos de

haber sido sanada esta relación.

Al ser sanada esta relación recibimos los medios que Dios nos

brinda para que las otras relaciones sean sanadas. En las

sanación de estas otras relaciones, nosotros tendremos una

participación. Pues los instrumentos Dios nos los brinda,

Page 48: Relaciones sanas

48

pero somos nosotros los que hemos de usarlos. Entre ellos

están los siguientes.

1. Nuestra salvación, por la cual ahora somos hijos y ese

nuevo nacimiento nos brinda la oportunidad de

cooperar en nuestro desarrollo espiritual y por ende

en la sanación de las relaciones que permanecen rotas.

2. La presencia del Espíritu de Dios, para que nos guíe,

fortaleza y consuele en los momentos que sea

necesario. Particularmente su participación es

conducirnos a lo verdadero, y advertirnos cuando

equivocamos el camino.

3. La Palabra de Dios. El manual de operaciones, donde

Dios ha puesto todos los consejos para que vivamos de

una manera plena, con todas nuestras relaciones

sanas. Esta Palabra, sin embargo ha de leerse y seguir

las instrucciones, no precisamente a la letra, sino con

la guía del Espíritu de Dios. Este será un medio

esencial en la transformación de nuestra mentalidad.

4. Los Medios de gracia que Dios dispuso, para que al

andar en ellos, nuestra fe se vea fortalecida, nuestro

discernimiento espiritual pueda ser aguzado, y

mediante el servicio nuestro carácter se vea

transformado.

El propósito de todo esto tiene que ver con la parte final del

texto que nos ha servido de referencia en estos estudios.

No vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de

manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios

quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto. (Ro

12.2).

Page 49: Relaciones sanas

49

El propósito por el cual fuimos creados por Dios, no solo es la

salvación y servirle. También está interesado en que

disfrutemos de todas las bendiciones que Él ha dispuesto para

sus hijos. O como dice el texto de romanos 12. Que

descubramos lo bueno, agradable y perfecto que Dios ha

dispuesto para nosotros.

pues tu Dios está contigo y con su poder te salvará. Aunque no

necesita de palabras para demostrarte que te ama, con cantos de

alegría te expresará la felicidad que le haces sentir, Sofonías 3:17

El gozo en hacer el bien a los suyos Dios se goza en hacer el bien a los suyos. Porque fuimos

creados eso. La salvación tenía que ver con ello. Y todos los

recursos que Dios nos ha dado son para ese propósito. El

profeta Jeremías escribió este breve texto, donde Dios nos

muestra cuáles son sus intenciones para con el pueblo que Él

ha redimido.

38 Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios. 39 Haré que tengan

buenos pensamientos, y que cambien de conducta. Así me

respetarán siempre, y eso será provechoso para ellos y para sus

hijos. 40 Haré con ellos un pacto que durará para siempre. Estaré

con mi pueblo en todo momento, y lo ayudaré; haré que me respete,

y que no vuelva a alejarse de mí. 41 Con todo mi corazón volveré a

establecerlo en esta tierra, y mi mayor alegría será que mi pueblo

esté bien. Jeremías 32:38-41

Page 50: Relaciones sanas

50

Observe que el propósito de Dios es que disfrutemos de todo

los bueno que Él ha provisto. Que hace falta entonces, para

que esto se convierta en una realidad.

En una forma sencilla, diría: Seguir sus instrucciones pues la

bondad y amor de Dios las podemos disfrutar cuando

permanecemos en su Consejo. Al tiempo que vamos siguiendo

las instrucciones que nos dio en la Biblia con la guía de su

Espíritu y haciendo uso de los medios de gracia por el

provistos. Podemos experimentar entonces todo ese bien en

el que Dios quiere que andemos.

Pero consideremos un momento que ocurre, si no hacemos

uso de los recursos que Dios nos dio.

¿Recuerda que sobre la primera relación nosotros no tuvimos

nada que hacer? Nos llegó como un don de Dios. Podemos ser

salvos y al mismo tiempo la relación con nosotros mismos

seguir rota. No estamos satisfechos con quienes somos,

vivimos por lo que los otros dicen, en lugar de lo que Dios dice

que somos, etc. Al no usar los recursos que Dios nos dio,

podemos ser salvos y al mismo tiempo vivir amargados, sin

disfrutar lo agradable y perfecto que Dios quiere que

disfrutemos.

Lo mismo puede ocurrir al respecto de las otras relaciones.

Podemos ser salvos, y vivir con enojos, iras, prejuicios, etc.

Impidiendo nosotros mismo que lo agradable que Dios ha

puesto a nuestro lado para nuestro disfrute, simplemente n

podamos siquiera apreciarlo.

Page 51: Relaciones sanas

51

Recuerde que Dios nos dio todos los recursos para que

vivamos la vida plena que Él ha planeado para nosotros. Pero

somos nosotros, los que hemos de usar esos recursos.

La salvación si bien ya está asegurada, por causa de lo que El

hizo, pero habiéndonos dotado con la salvación de libertad,

no nos va a obligar a poner en práctica todos sus consejos y

que vivamos bien. Pero no es su voluntad que vivamos de esa

manera limitada, cuando Él quiere y proveyó los medios para

que vivamos de una forma plena.

Disfrutando el camino Viajo con frecuencia en autobús, y estos suelen llevar las

cortinas cerradas, que impiden ver hacia el exterior. El

autobús me llevará a mi destino y allí me encontrare con otros

hermanos en la fe, y disfrutare a través del servicio.

Algo así pasa con nuestra vida, somos peregrinos en esta

tierra, nuestro destino está asegurado porque Dios nos

declaró sus hijos. Y sin duda hay una morada junto a Dios

donde algún día habré de estar. Pero mientras viajo por este

mundo, porque nos disfrutar del viaje. Solo con correr las

cortinas podría ver los hermosos paisajes que Dios dispuso

para que yo pudiera disfrutarlos.

Cuando transitamos por este mundo con relaciones sanas, sin

duda disfrutaremos más del camino y estaremos más

preparados con lo que Dios planeo desde el inicio para cuando

lleguemos a su presencia.

Page 52: Relaciones sanas

52

Page 53: Relaciones sanas

53

Espíritu y mente sana: relaciones sanas.

Algunos criterios para construirlas

¿Una relación real?

En una ocasión visité a un joven perteneciente a la Iglesia para

ver cómo se encontraba; me contaba que estaba muy contento

pues cumplía seis meses de noviazgo, lo cual me dio gusto,

pero al mismo tiempo quedé desconcertado al saber que

nunca lo había visto en persona ya que su noviazgo comenzó

y se desarrolló a través del internet. Me quedé con dos

preguntas: “¿esa es una relación real o tiene algo de ficticio?”,

y si es real “¿qué tan sana puede ser?”

Somos seres en relación

Una de las características que nos identifican como seres

humanos es que somos seres sociales, seres en relación. Los

psicólogos humanistas se han dado cuenta de que las

relaciones son más importantes de lo que pensamos; nuestra

identidad personal se ha ido construyendo por los tipos de

relación que hemos tenido a lo largo de nuestra vida; incluso

Page 54: Relaciones sanas

54

se puede saber qué tan madura es una persona dependiendo

de la calidad de sus relaciones interpersonales.

El Internet y los celulares

En los últimos años han crecido exponencialmente las formas

de comunicación a través del internet y de la telefonía celular;

por todas partes vemos personas que dedican mucho de su

tiempo a comunicarse a través del correo electrónico, el

facebook, el twitter y los mensajes por celular.

Da la impresión que esos medios ayudan a que nuestras

relaciones sean más fuertes, maduras y significativas; es

posible que faciliten muchos aspectos de la comunicación

humana, pero nunca suplirán la relación real entre persona y

persona. Puede ser que una persona tenga muchísimos

amigos/as por internet, enviar miles de mensajes a otras

personas, estar enterado y comunicado con todos, pero vivir

solo y sin capacidad de vincularse sanamente, y esto influye

también mucho en las familias.

Las relaciones hacia afuera de la familia

En cuanto a la familia es importante cuidar las relaciones al

interno de la misma: la relación entre esposos, la relación

entre papá/mamá e hijo/a, la relación de los hijos entre sí. Pero

también es importante cuidar las relaciones hacia afuera de la

familia y cuidar que éstas sean sanas. En el caso de los papás

y mamás, cultivar las relaciones con otras amistades, otros

matrimonios, los/as familiares y compañeros/as del trabajo;

en el caso de los hijos, cultivar las relaciones con los amigos/

as, el novio/a, familiares y los compañeros de la escuela.

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Criterios para identificar una relación sana

Dentro del mundo de estas relaciones es muy útil conocer

algunos criterios que nos ayuden a distinguir entre una

relación sana a otra que no lo es, ya que en la actualidad puede

haber mucha confusión en ella, sobre todo al reducir la

relación a través de los medios electrónicos de comunicación.

1. La honestidad

Un primer criterio indispensable para que pueda existir

una relación sana es la honestidad y la transparencia. Si

falta ésta, la relación se entorpece y se nubla. Las

personas tienen que mostrarse como realmente son, sin

máscaras, ni mentiras. Es por ello que los medios de

comunicación pueden ser engañosos cuando

condicionan la relación en lo que la persona quiere

aparentar y no en lo que realmente es.

2. Verdadero interés por el otro

Si la relación está en función de intereses particulares,

donde se utiliza al otro para cumplir otro tipo de

intereses, la transparencia desaparece. Para que haya

una relación sana es indispensable que las personas

realmente se interesen entre sí, que el otro me importe,

que no busque al otro para cumplir otros objetivos y

metas, que no utilice al otro.

3. La confianza

La honestidad, la transparencia y el interés por el otro

nos ayudará a que haya confianza; una relación en la que

no existe ésta, no puede ser sana. Las personas deben

tener una confianza básica que permita la fluidez en la

relación. En el momento en que la confianza desaparece,

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la relación queda simplemente bloqueada y no se

pueden dar pasos para profundizar en ella. Cuando hay

en verdad confianza, no habrá celos exagerados, ni

intento de posesividad y dominio.

4. Aceptación básica

También será muy importante que en la relación haya

una básica aceptación del otro. Reconocer al otro en su

persona y su dignidad, respetar su manera de ser, pensar

y sentir. Si en principio queremos cambiar a la otra

persona, eso no ayudará a conocerla como realmente es.

5. Impulso al crecimiento

La aceptación básica es necesaria de entrada, pero eso

no significa que en una relación las personas se

conformen con lo que son, sin cambiar, y se estanquen.

Impulsar al crecimiento no significa presionar a las

personas a hacer lo que no quieren, menos aún hacer

cosas que les harán daño a ellos o a otros. En una

relación sana y positiva, las personas se apoyarán, se

darán consejos, en algunos momentos habrá

cuestionamientos, y se impulsarán a crecer y ser

mejores, siempre desde el respeto.

6. Escucha activa

En una relación sana es indispensable saber escucharse

mutuamente; hay personas que hablan y hablan,

quieren ser escuchadas pero no están en la mínima

disposición de escuchar al otro, convirtiendo el diálogo

en monólogo. Es muy importante escucharnos para

poder comprendernos y aconsejarnos cuando sea

oportuno.

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7. Libertad

La relación sana ayudará al otro a crecer en libertad y

autonomía, y no en hacerla más dependiente y menos

libre. Cuando una relación se torna en codependencia,

hay algo que no funciona, pues la libertad queda

coartada.

Recapitulando

En pocas palabras una relación sana ayudará al otro a crecer

como persona, a que el otro se humanice. No significa que una

relación deba tener todas las características mencionadas

anteriormente para que sea una relación sana, pero sí necesita

muchas de ellas para que se den las condiciones de una

relación real y sana.

Cultivar relaciones sanas

Sabemos que las relaciones influyen mucho en las personas.

Aunque una familia esté unida y viva en armonía interna,

puede haber relaciones fuera de ella que no sean sanas y por

lo mismo perjudiciales. No se trata de cuidar, como si

fuéramos “policías”, de cada una de las relaciones que tienen

los miembros de la familia, pero sí estar atentos y sabernos

acompañar.

Es importante cultivar estos criterios en las relaciones que

tienen las familias con otras personas. Es normal que el papá

o la mamá tengan su grupo de amigos/as, las relaciones con

los familiares (tíos, abuelos, primos, sobrinos…) siempre

aparecerán; también el papá o la mamá que trabajan deberán

saber llevar relaciones sanas con sus compañeros de trabajo.

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En el caso de los hijos/as habrá que buscar que se den

relaciones sanas con sus compañeros de escuela, sus amigos/

as, el novio/a, los vecinos, los familiares. Un punto delicado

será el caso del papá o la mamá que se han separado o

divorciado e intentan una nueva relación de pareja con otra

persona; habrá que cuidar que sea una relación sana. ¡Qué

bonito sería que en todas nuestras relaciones exista la

honestidad, el interés por el otro, la confianza y la aceptación!

Pero será tarea de todos saberlas cultivar, fomentar, construir,

desarrollar y cuidar.

“Espíritu y mente sana, relaciones sanas”. Hemos escuchado

el dicho “mente sana, cuerpo sano”; ahora podríamos decir

que si una persona tiene una mente sana y se deja impulsar

por la bondad que existe en su corazón (espíritu), entonces

podrá desarrollar relaciones sanas.

En pocas palabras: una relación sana ayudará al otro a crecer

como persona, ayudará a que el otro se humanice.

El amigo siempre es amigo, y en los tiempos difíciles es más que un

hermano. Proverbios 17:17