re cupera to rios

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Recuperatorio Primer Parcial de Metodología de Estudio (docente María Emilia Arias) 1. En el momento fundacional de la UNTREF, al definirse su zona de influencia, la Universidad basó su criterio de planificación en función del alcance de algunos fines sociales. De entre las opciones, seleccione los 5 fines sociales. *puntaje: 1 punto Elevar el nivel educativo primario e inicial Contribuir a modernizar el sistema productivo Contribuir a aceitar los sistemas de intercambio comercial Desarrollar la actividad física Formar los agentes sociales que contribuyen a aumentar el nivel sanitario de la población Elevar el nivel educativo de pos-grado Mejorar la situación social de los sectores desprotegidos Elevar el nivel educativo secundario Mejorar la situación social de los sectores pudientes Contribuir al desarrollo de vías ferroviarias en la zona Desarrollar la cultura Desarrollar los medios audiovisuales locales Contribuir a la seguridad en la zona Indique para cada afirmación, si la misma es verdadera o falsa. Puntaje: 3 puntos (cada una 0.5) El método deductivo va de lo particular a lo general. El autor comienza haciendo un planteo de datos y avanza gradualmente hacia las conclusiones. * Verdadera Falsa Algunas personas aprenden más rápidamente que otras, debido a su nivel de atención en el aula. * Verdadera Falsa En el proceso de identificación de ideas principales, los siguientes son considerados criterios de localización: títulos, subtítulos, ilustraciones, diagramas, tablas. * Verdadera

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Page 1: Re Cupera to Rios

Recuperatorio Primer Parcial de Metodología de Estudio (docente María

Emilia Arias)1. En el momento fundacional de la UNTREF, al definirse su zona de influencia, la

Universidad basó su criterio de planificación en función del alcance de algunos fines

sociales. De entre las opciones, seleccione los 5 fines sociales. *puntaje: 1 punto

 Elevar el nivel educativo primario e inicial

 Contribuir a modernizar el sistema productivo

 Contribuir a aceitar los sistemas de intercambio comercial

 Desarrollar la actividad física

 Formar los agentes sociales que contribuyen a aumentar el nivel sanitario de la

población

 Elevar el nivel educativo de pos-grado

 Mejorar la situación social de los sectores desprotegidos

 Elevar el nivel educativo secundario

 Mejorar la situación social de los sectores pudientes

 Contribuir al desarrollo de vías ferroviarias en la zona

 Desarrollar la cultura

 Desarrollar los medios audiovisuales locales

 Contribuir a la seguridad en la zona

Indique para cada afirmación, si la misma es verdadera o falsa.Puntaje: 3 puntos (cada una 0.5)

El método deductivo va de lo particular a lo general. El autor comienza haciendo un planteo

de datos y avanza gradualmente hacia las conclusiones. *

 Verdadera

 Falsa

Algunas personas aprenden más rápidamente que otras, debido a su nivel de atención en el

aula. *

 Verdadera

 Falsa

En el proceso de identificación de ideas principales, los siguientes son considerados criterios

de localización: títulos, subtítulos, ilustraciones, diagramas, tablas. *

 Verdadera

 Falsa

El trabajo individual es clave en la construcción de la red vincular. *

 Verdadera

Page 2: Re Cupera to Rios

 Falsa

El rector de la UNTREF es el Licenciado Anibal Y. Jozami. *

 Verdadera

 Falsa

La UNTREF es una de las más antiguas de las universidades nacionales. *

 Verdadera

 Falsa

Lea atentamente el texto “Ser Ciudadano” extraído del diario La Nación. Al final del texto está la pregunta.Reflexiones sobre la distancia y la ocasión Ser ciudadano Beltrán Gambier Para LA

NACION Miércoles 20 de enero de 2010 | Publicado en edición impresa Nos

quejamos incansablemente de la situación política, echándole la culpa de ella a

unos y a otros. Nunca es nuestra. Eso estaría bien si midiéramos nuestra

responsabilidad política desde la exclusiva perspectiva del sufragio. El ejercicio

democrático no se agota con el voto, más bien éste marca el inicio del contrato con

nuestros gobernantes durante cuya ejecución el ciudadano puede, y debe, ser más

activo en el terreno cívico. Si bien se aprecia un notable mejoramiento del activismo

cívico en la Argentina en las últimas dos décadas -sobre todo a nivel de

organizaciones no gubernamentales-, todavía hace falta progresar mucho más.

Llego a esta convicción a partir de la apreciación de lo que todavía hoy se permiten

los gobernantes -y les permitimos- a pesar del control proveniente de la oposición

política, de los medios periodísticos y de las organizaciones cívicas. Siempre he

pensado que, para que el activismo cívico se intensifique, debe ser acompañado por

la abogacíapro bono , es decir de letrados que trabajen sin cobrar honorarios en

juicios y casos de interés de todos. De este modo, ciudadanos y abogados pueden

implicarse en reclamos vinculados con el llamado "interés general" o "interés

público". Esa actuación conjunta -que debe ser propiciada desde los colegios de

abogados- es necesaria, porque hay muchos reclamos o denuncias que exigen, para

su correcta formulación, de cierto conocimiento del ordenamiento jurídico. Además,

no cualquier ciudadano tiene el coraje de denunciar graves casos de corrupción o

arbitrariedades del poder. Puede decirse que, para el cumplimiento de esos fines, la

ciudadanía ha depositado su confianza en las instituciones de la república. Para ello

existen fiscales, jueces, defensores del pueblo, oficinas anticorrupción, organismos

de control, comisiones parlamentarias y una prensa libre que deberían ser

suficientes para combatir el cinismo de ciertos gobernantes y la comisión de ilícitos.

No lo son. ¿Alguien lo duda? Si un vecino se entera de que el administrador de su

consorcio de propiedad horizontal malversa los fondos confiados, ¿esperará

mansamente a la próxima asamblea ordinaria o provocará una asamblea especial

para resolver el tema con urgencia? Con el país pasa igual. ¿Toleramos

melancólicamente las iniquidades y esperamos a la próxima elección o actuamos de

inmediato? Cualquier ciudadano tiene derecho a accionar judicialmente por la vía

del amparo contra aquellos actos manifiestamente ilegales y arbitrarios vinculados

con el interés público. Son ellos "afectados" en términos constitucionales. Y esto no

supone una puntual o peligrosa sustitución del poder debido a los propios límites de

Page 3: Re Cupera to Rios

la capacidad reaccional, lo que permite el respeto a la cláusula constitucional que

veda la posibilidad de que el pueblo delibere o gobierne sin tener en cuenta a sus

representantes y a las autoridades creadas por la Constitución Nacional (artículo

22). Lamentablemente, persiste todavía una línea jurisprudencial, un tanto

disuasoria, con sentencias muy restrictivas; como la que niega legitimación judicial

de organizaciones tan consagradas y prestigiosas como Poder Ciudadano en un

caso donde se reclamaba la reglamentación de una ley cultural dictada hace justo

cincuenta años (Sala V de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso

Administrativo Federal de la Capital Federal, de 18 de septiembre de 2007). Por

suerte, hay otros jueces que tienen una concepción más amplia y abierta de la

moderna participación pública y del rol del poder judicial. El aumento del activismo

cívico no se producirá sin que antes se tomen algunas medidas que deben provenir

del Congreso. Así como se fomentan desde el Estado ciertas actividades de interés

general, bien puede pensarse creativamente en una forma de incentivar a los

ciudadanos para que se impliquen en la defensa del interés de todos. Claro que

para que esto ocurra tiene que convenir ser buen ciudadano y tiene que resultar

fácil poder hacerlo. Sin duda, una de las primeras medidas a tomar debe estar

relacionada con la imposición de costas judiciales en los juicios donde el ciudadano

actúa en defensa del interés público y del principio de legalidad. Resulta aberrante

que quien acude a la justicia en esta calidad tenga que cargar con las costas

judiciales en caso de que su pretensión procesal sea rechazada. Esto no ocurre

siempre pero ya le pasó a Felix V. Lonigro cuando demandó al Congreso de la

Nación para que se declarara la inconstitucionalidad de su larga omisión en crear la

comisión bicameral permanente para el control de los decretos de necesidad y

urgencia y para que se lo intime a crearla en un plazo prudencial. Al juez se le paga

por juzgar, al legislador se le paga por legislar y a los presidentes se les paga por

administrar, pero al ciudadano sólo se le cobran impuestos. Es necesario seguir

pensando en cómo podemos tener más ciudadanos controlando al poder.

Indique cuál de las siguientes expresiones se acerca más a lo que Ud. Considera la

idea principal de dicho texto. Puede indicar sólo una *puntaje: 2 puntos

 a. El ejercicio democrático no se agota con el voto

 b. Si bien se aprecia un notable mejoramiento del activismo cívico en la

Argentina en las últimas dos décadas -sobre todo a nivel de organizaciones no

gubernamentales-, todavía hace falta progresar mucho más

 c. Cualquier ciudadano tiene derecho a accionar judicialmente por la vía

del amparo

 d. ciudadanos y abogados pueden implicarse en reclamos vinculados

con el llamado "interés general" o "interés público".

 e. Por suerte, hay otros jueces que tienen una concepción más amplia y

abierta de la moderna participación pública y del rol del poder judicial.

 f. Al juez se le paga por juzgar, al legislador se le paga por legislar y a

los presidentes se les paga por administrar, pero al ciudadano sólo se le cobran

impuestos

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 g. En el ejercicio de la democracia, el ciudadano tiene una

responsabilidad cívica y política en el control del poder, que no puede eludir.

Lea atentamente el texto “Cardiología Filosófica” de Caviglia. Al final del texto está la pregunta.Leonardo Caviglia No hace mucho le escuché decir al filósofo español Julián Marías,

en una conferencia, que la filosofía, además de una lógica necesitaba una cardíaca.

Tal vez esa afirmación es el inicio de esta breve reflexión sobre una “cardiología

filosófica”. ¿Por qué ese nombre? Sabemos que existe una antropología filosófica:

que viene de antropos, que en griego quiere decir “hombre”, y logos, que quiere

decir estudio: es decir, un estudio acerca del hombre. Pero como el hombre puede

ser estudiado desde distintas disciplinas, para caracterizar a la reflexión filosófica

sobre él, hablamos de una antropología filosófica. Pues bien, ¿por qué no entonces

una “cardiología filosófica”?, un estudio (logos) del corazón (cardio), que tal como

podemos encontrar en el diccionario es un “Tratado del corazón y de sus funciones

y enfermedades” (diccionario Vox). El término corazón designa universalmente ese

núcleo del alma que es sede de nuestro querer; significa nuestra voluntad, nuestro

amor. Pascal lo denominaba “la punta fina del alma” ¿Por qué no entonces un

tratado, estudio o reflexión del corazón humano, sus funciones y también sus

enfermedades, pero desde el punto de vista de la filosofía. Sé que aquí estamos en

el terreno de la antropología y la ética. Así que además de la lógica, bien viene una

cardíaca, o una cardiología. La lógica por su lado es la ciencia y el arte directivo de

los razonamientos. Nos muestra que la razón tiene sus leyes, y que hay que seguir

esas leyes si se quiere pensar bien. Tal vez una cardiología nos venga a decir que

también el corazón tiene sus leyes, que también el corazón tiene “razones”, diría

Pascal; las cuales hay que seguir para querer y amar bien. El corazón tiene su

orden, tiene su “ritmo”, y desde el punto de vista del amor, también nos podemos

encontrar con algunas “arritmias cardíacas”. Cuando hay un problema del corazón

normalmente vamos al doctor. Pues bien, para saber algo más sobre este “corazón”

fui en busca de un “Doctor”, en el tema, pero desde una mirada un tanto más

filosófica: me encontré con San Agustín. Este Doctor de la Iglesia nos decía: “ordena

tu amor”. En su pensamiento está la idea de un “ordo amoris”, un orden de amor:

se trata de amar lo que hay que amar del modo en que hay que amar. “Ama y haz

lo que quieras” le escuchamos decir a Agustín, pero también “ordena tu amor”. El

corazón tiene su orden, si queremos amar bien... Como buenos médicos del

corazón, podríamos enriquecer nuestra cardiología con el estudio de algunos “casos

clínicos”, que nos ayuden a hacer algún diagnóstico sobre las leyes del corazón. La

literatura abunda en textos sobre el amor y el corazón, y algunos de ellos pueden

sernos de provecho. Caso clínico 1: Juan y Juana, en Al correr los años, de Miguel de

Unamuno. En este hermoso cuento de Unamuno, el autor nos invita a considerar

“cómo se va el tiempo” pero lo hace en medio de la historia de amor de Juan y

Juana, quienes “se casaron después de largo noviazgo, que les permitió conocerse,

y más bien que conocerse, hacerse el uno al otro”. Quienes se aman tienen la

sensación de haber sido hecho el uno para el otro. Podríamos pensar que el mutuo

conocimiento y amor los ha moldeado: ellos no “eran” el uno para el otro, “se

hicieron” el uno para el otro, al conocerse y al amarse. El matrimonio vive las

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circunstancias de pasar de la pasión a la “ternura de la convivencia”, en la que a

veces la pasión volvía a asomar. Luego la ansiada espera de los hijos, que demoró

en llegar, y por fin “la convivencia triunfaba hasta en la carne, trayendo a ella una

nueva vida”, pero luego no sólo llegó, sino que Juan y Juana se fueron “cargando de

hijos”. Y así, “en este correr de años y venir de hijos, Juana se había convertido, de

una doncella fresca y esbelta, en una matrona otoñal cargada de carnes, acaso en

exceso. Sus líneas se habían deformado en grande; la flor de la juventud se le había

ajado. Era todavía hermosa, pero no era bonita ya. Y su hermosura era ya más para

el corazón que para los ojos. Era una hermosura de recuerdos, no ya de esperanzas.

Y Juana fue notando que a su hombre Juan se le iba modificando el carácter según

los años sobre él pasaban, y hasta la ternura de la convivencia se le iba

entibiando... Ya no quedaba sino ternura. Y la ternura pura se confunde a las veces

casi con el agradecimiento y hasta confina con la piedad. Ya a Juana los besos de

Juan, su hombre, le parecían más que besos a su mujer, besos a la madre de sus

hijos, besos empapados en gratitud por habérselos dado tan hermosos y buenos;

besos empapados acaso en piedad por sentirla declinar en la vida. Y no hay amor

verdadero y hondo, como era el amor de Juana a Juan, que se satisfaga con

agradecimiento ni con piedad. El amor no quiere ser agradecido ni quiere ser

compadecido. El amor quiere ser amado porque sí, y no por razón alguna, por noble

que ésta sea.” En determinado momento del cuento, Juana, ve que su marido

comienza a cambiar su comportamiento. Se lo ve extraño. Ella empieza a

sospechar, y no duda en concluir que su marido está enamorado. Había ahora una

enemiga invisible y ella se esfuerza en redoblar su cariño como tratando de

protegerlo y retenerlo; mientras trataba de averiguar “¿A quien que no fuese ella

amaría Juan?” Hasta que un día, lo encontró, sin que él se diera cuenta, besando un

retrato. A partir de ahí, en medio de la angustia, comenzó la dolorosa tarea de

averiguar de quién sería. Por fin un día encontraría la respuesta, que sería dolorosa

e inesperada: “Por fin un día aquel hombre prevenido y cauto, aquel hombre tan

astuto y tan sobre sí siempre, dejó -¿sería adrede?-, dejó al descuido la cartera en

que guardaba el retrato. Y Juana temblorosa, oyendo las llamadas de su propio

corazón que le advertía, llena de curiosidad, de celos, de compasión, de miedo y de

vergüenza, echó mano a la cartera. Allí, allí estaba el retrato; sí, era aquél, aquél, el

mismo; lo recordaba bien. Ella no lo vio sino por el revés cuando su Juan lo besaba

apasionado, pero aquel mismo revés, aquel mismo que estaba entonces viendo. Se

detuvo un momento, dejó la cartera, fue a la puerta, escuchó un rato y luego la

cerró. Y agarró el retrato, le dio vuelta y clavó en él los ojos. Juana quedó atónita,

pálida primero y encendida de rubor después; dos gruesas lágrimas rodaron de sus

ojos al retrato y luego las enjugó besándolo. Aquel retrato era un retrato de ella, de

ella misma, sólo que... ¡ay, póstumo; cuán fugaces corren los años! Era un retrato

de ella cuando tenía veintitrés años, meses antes de casarse; era un retrato que

Juana dio a su Juan cuando eran novios... ¿Sintió Juana celos de sí misma? O mejor,

¿sintió la Juana de los cuarenta y cinco años celos de la Juana de los veintitrés, de

su otra Juana? No, sino que sintió compasión de sí misma, y con ella, ternura, y con

la ternura, cariño. Y tomó el retrato y se lo guardó en el seno.” El amor exige

atención a lo real “Nadie ama lo que no conoce”, dice un conocido principio.

Analizando la voluntad humana, vemos que ella sigue a la inteligencia. Aquello que

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la inteligencia capta como un bien, es querido como fin por la voluntad. Por eso, la

voluntad nada quiere si la inteligencia no conoce. Pero podríamos agregar a esto:

“nadie ama bien, si no conoce bien” (“ordena tu amor”, resuena San Agustín). Si el

amor sigue al conocimiento entonces es fundamental qué es lo que conozco y cómo

lo conozco. También el amor, igual que el conocimiento exige realismo. El contacto

superficial con la realidad nos dará amores superficiales. Pero el amor exige sobre

todo atención a lo real; sino, corremos el riesgo de dirigir nuestro amor a una

imagen que nos hicimos de la otra persona (o que nos fue “vendida”): decimos “te

quiero”, pero en realidad decimos “quiero lo que quiero que seas”, esa imagen que

me formé de vos, esa idealización que hice. En el cuento, Juan quedó enamorado de

una imagen, de un recuerdo, de Juana a los veintitrés, pero no de la Juana real que

tenía a su lado, porque no podía ver esa hermosura que era ya más para el corazón

que para los ojos Su amor no se dirigía a alguien real sino ideal, su amor padecía de

falta de atención a lo real. Tal vez muchos desencuentros amorosos no se deban a

una falta de amor, sino a falta de atención (al otro), de actitud realista, a falta de

“visión” que guíe al corazón. Las fuerzas del afecto están intactas, pero no

ordenadas. Caso clínico 2: El marciano. De “Crónicas marcianas”, de Ray Bradbury.

La excelente obra “Crónicas marcianas” nos ofrece un cuento llamado “El

marciano”, y nos presenta otro caso interesante. La historia gira en torno a un

marciano, que tiene no sólo la habilidad de la telepatía, sino que, al leer los

pensamientos de los otros puede tomar el aspecto de alguno de los seres queridos.

Ante la compasión que le despiertan muchas personas, no puede evitar

transformarse en algún familiar ya fallecido. El matrimonio de Lafe La Farge y Anna,

habían perdido a su hijo Tom hacía un tiempo. Una noche misteriosamente Tom

vuelve, el señor La Farge se da cuenta que no puede ser Tom, está muerto, pero

por otro lado quiere que sea Tom: - “Tom, ¿cómo viniste aquí? ¿Estás vivo? – El

chico alzó la mirada. - ¿No debería estarlo? - Pero, Tom... Green Lawn Park todos los

domingos, las flores y... - La Farge tuvo que sentarse. El chico se le acercó y le tomó

la mano. La mano de Tom era cálida y firme. - ¿Estás realmente aquí? ¿No es un

sueño? - ¿Tú quieres que esté aquí, no? - Sí, sí, Tom. - Entonces, ¿por qué me

preguntas? Acéptame. El acepta la simulación porque quiere tener a quien querer

para evitar ese vacío, y el marciano se siente así, querido: - ¿Quién eres,

realmente? No puedes ser Tom, pero eres alguien. ¿Quién? - ¡No me lo

preguntes! ... ¿Por qué no me aceptas y callas? – gritó el chico. Ocultaba el rostro

entre las manos-. No dudes, por favor, ¡no dudes de mí!-. Se levantó de la mesa y

echó a correr. ... Tom volvió a las cinco de la tarde, a la puesta del sol. Miró indeciso

a su padre. - ¿Me vas a preguntar algo? - Nada de preguntas – dijo La Farge. “Nada

de preguntas”. Mejor no preguntar, mejor no conocer. Porque sino habría que

aceptar la realidad. El “paraíso simulado” de esta familia será destruido con un

simple viaje al pueblo. En medio de la multitud, el hasta ahora Tom, se pierde y cae

en lo qué él llamaría “una trampa”. La trampa de ser querido... Cuando el padre lo

encuentre no es más su hijo, sino Lavinia, la hija fallecida de otra familia: - ¡Tienes

que volver!... - Lo siento –dijo la voz dulcemente-. Pero, ¿qué puedo hacer? Soy feliz

aquí, me quieren tanto como ustedes. Soy lo que soy y tomo lo que puedo. Ahora es

demasiado tarde. Me han atrapado. ... No soy nadie, soy solamente yo mismo.

Dondequiera que esté soy algo, y ahora soy algo que usted no puede impedir “Soy

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feliz aquí”... el marciano necesita afecto... otros necesitan a quien querer, aunque

todo sea una simulación. Esta es la “trampa”. Pero el amor del padre es lo

suficientemente posesivo como para insistir: “Eres nuestro hijo. Eres mi hijo, y nos

perteneces”. El milagro ocurre y “Tom” retorna con su padre. Pero cuando estaban

por irse al cruzar las calles todos los que por allí estaban creyeron ver a alguien

“conocido” por ellos. El desenlace no podía ser menos dramático, todos lo querían a

“él” para sí mismos: “Tom, mientras tanto, temblaba y se sacudía violentamente.

Parecía enfermo. El grupo se cerró, exigiendo, alargando las manos, aferrándose a

Tom. Tom gritó. Y ante los ojos de todos, comenzó a transformarse. Fue Tom, y

James, y un tal Switchman, y un tal Butterfield; fue el alcalde del pueblo, y una

muchacha, Judith; y un marido, William; y una esposa, Clarisse. Como una cera

fundida, tomaba la forma de todos los pensamientos. La gente gritó y se acercó a

él, suplicando. Tom chilló, estirando las manos, y el rostro se le deshizo muchas

veces. Le retorcieron las manos y lo arrastraron de un lado a otro, hasta que al fin,

con un último grito de terror, Tom cayó al suelo. Quedó tendido sobre las piedras,

como una cera fundida que se enfría lentamente, un rostro que era todos los

rostros, un ojo azul, el otro amarillo, el pelo castaño, rojo, rubio, negro, una ceja

espesa, la otra fina, una mano muy grande, la otra pequeña. Nadie se movió. Se

llevaron las manos a la boca. Se agacharon junto a él. - Está muerto –dijo al fin una

voz.” Amores que matan El marciano, nos muestra el drama de un amor

desordenado. Por un lado el amor del que quiere a toda costa ser amado, “quiero

que me quieran”. Señala C.S. Lewis en su obra “Los cuatro amores”, que el que sólo

busca amigos, el que sólo busca que lo quieran (más que querer), no lo encuentra.

Por otro lado vemos que este amor es fácilmente víctima de otro amor

desordenado, posesivo. Tom, encarna a quien dice “soy lo que querés que sea”.

Pero entonces, no soy yo, sino que proyecto una imagen. Esa imagen no es real y

por lo tanto el afecto tampoco es real. No me están queriendo a mí, sino a la

imagen que doy, y a lo mejor en distintos lugares doy distintas imágenes con tal

que me quieran, con tal de ser aceptado. Como una esquizofrenia, la persona está

dividida, y sostener una imagen requiere esfuerzo y desgaste; es algo destructivo.

Siempre recuerdo aquél cuento oriental en el que un enamorado golpea a la puerta

de su amada. Ella pregunta: “¿Quién es?”. “Soy yo” contesta él. Y ella no abre la

puerta. Por segunda vez él insiste y ella pregunta “¿quién es?!. “Soy yo” vuelve a

ser la respuesta, y la puerta no se abrió. A la tercera vez y ante la pregunta “¿quién

es?”, se oye decir “Soy tú”... y la puerta se abrió... Justamente no es este el mejor

ejemplo de un amor ordenado... Es una esquizofrenia del amor, y resulta mortal...

para el corazón El que ama no quiere otro “yo” (salvo que sea egoísta), sino que el

yo necesita un tú. “Si tu tuus, ego tuus”, si tú eres tuyo, yo soy tuyo, dice una

antigua frase. Es como si dijera: si no sos vos, vos mismo, no me ayudás a ser yo. Al

querer, no necesitamos un espejo, alguien que sea como yo quiero, piense como yo

quiero, haga lo que yo quiero. Si exijo eso a alguien no hago más que amar... ¡a

mi!... si el otro hace eso, no será amado por lo que es... es decir, no será amado.

Necesitamos un “otro” que sea él mismo, para que me ayude a ser “yo” mismo.

“Ordena tu amor”... como un marcapasos, le dice Agustín al corazón. Caso clínico 3:

La Bella y la Bestia. Todos recordamos ese fantástico cuento, leído en nuestra

niñez, o no tanto; de la Bella y la Bestia. La Bestia, que por no saber amar, recibe el

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hechizo de transformarse en ese horrible ser. Tal vez es la mejor metáfora de cómo

la incapacidad de amar nos deshumaniza, nos vuelve más bestias que hombres. Sin

embargo, la bestia, sumido en el dolor, se encierra en su castillo. Ante la

incapacidad de amar, no cree que otro pueda amarlo. Así hay quienes se

“encierran” en sus castillos y hacia afuera suelen ser violentos. La ferocidad hacia

afuera de la bestia es proporcional al dolor y vacía del corazón. Pero algo

inesperado ocurre: la Bella. La primera reacción de la Bestia, es la de un amor

egoísta: “quiero que me quieran”, parece querer decir al obligar a la Bella a

quedarse... y a quererlo. Cuanto más se esfuerza en forzarla a que lo quiera, más

lejos se encuentra de obtenerlo. Mas, como dice aquella canción: “si amas a

alguien, déjalo libre”, sólo cuando aparece en su “debilidad” vemos a la Bella

volviéndose hacia él. Ante el amor de la Bella, la Bestia se humaniza. Todo lo

humano que estaba oculto aflora por ese amor recibido. El escritor inglés G.K.

Chesterton, en su obra ortodoxia, hablando del valor de los cuentos de hadas

afirma: “Allí está la gran lección de “La Bella y la Bestia”, según la cual una cosa

debe ser amada, antes de ser amable”. El amor de ella le hizo ver lo humano de él,

que ni los demás ni él mismo veía ya que también parecía haberlo olvidado. El amor

es como el beso a la rana, que en los cuentos hace aparecer un príncipe, como el

zapato de la Cenicienta, que descubre en ella una princesa. El amor ¿es ciego? Esto

me hace pensar en aquella frase tan conocida: “El amor es ciego”, sólo para

constatar que es falsa. Es muy común que alguien diga “¿Qué le habrá visto a éste?

(o ésta)” a la vez que el otro no puede dejar de hablar de la hermosura de la otra

persona. Esto ha llevado a muchos a creer que el amor es ciego. ¡Pero no es ciego!,

sino que ve más. Donde otros ven sapos, el que ama ve un príncipe. Si bien es

cierto que nadie ama lo que no conoce, no es menos cierto que el que ama conoce

más profundamente. Podemos hablar de una “afectividad coincidente”: Cuando el

conocer y el querer recae sobre el mismo objeto, no sólo es posible querer, sino que

es posible conocerlo mejor. Pensemos en cómo es más fácil estudiar aquello que no

atrae. Pensemos también en aquel dicho “porque te quiero, te aporreo”, sólo el que

nos ama, si nos ama bien, nos conocerá a fondo, incluso en aquellos defectos que

tengamos. Quien nos ama de verdad, será más implacable con nuestros errores sin

dejar de ser amante hacia nosotros. “Odiar el error, amar al que se equivoca”, decía

nuestro “doctor” de cabecera, Agustín. El amor ve en nosotros lo que otros no ven,

tanto de bueno como de malo; tal es la eficacia de un amor verdadero que me

muestra a mí como verdaderamente soy. Podríamos fundamentar esto, señalando

que el amor es unitivo, que lleva al sujeto “fuera de sí”, hacia el objeto amado. De

ahí que el amor siempre busca la presencia (queremos estar frente a frente con el

otro), busca la visión del otro (aunque sea con una foto que llevemos). Al unirnos

más a lo que amamos, el conocer se hace más profundo; se genera así una

dinámica en la que el conocer más profundo puede acrecentar el amor, y así

sucesivamente. De este modo en lo mismo, y por obra del amor que profundiza esa

visión, siempre habrá “novedad”. Donde hay amor, no hay lugar para la rutina.

Siempre se puede ir avanzando en el descubrimiento del otro, y de uno. Para

finalizar, vamos a tomar una frase de nuestro médico de cabecera en esta

cardiología. Decía San Agustín que hay que “entender para creer y creer para

entender”. Se podría afirmar que hay que conocer para amar y amar para conocer.

Page 9: Re Cupera to Rios

Conocer para amar (nos enseñaron Juan y Juana, y el marciano), amar para conocer

(nos revela la Bella al ver al príncipe en la bestia). Si la razón tiene sus leyes, como

nos dice la lógica, el corazón tiene las suyas. Desde luego, no es lo mismo ordenar

un silogismo que ordenar el corazón. Pero el corazón tiene razones, que la razón no

conoce, nos recuerda Pascal. Consideremos éste, un primer boceto, de una

cardiología filosófica, que puede escribirse.

El siguiente texto: ¿formaría parte de un comentario crítico, de un resumen o de

una síntesis del ensayo de Caviglia? *En el texto, el autor busca encontrar la

filosofía del corazón, del amor. Esboza una explicación de cómo hay que amar. Por

medio de varios autores (San Agustín, CS. Lewis, Chesterton, Unamuno…) explica la

manera correcta de amar, algo que parece tan complejo en la actualidad, él lo

define muy bien, fundamentándolo con ejemplos claros como “entender para creer

y creer para entender” de San Agustín; Conocer para amar (del cuento de

Unamuno); amar para conocer (de la Bella y la Bestia). En lo personal, me gustó

mucho el texto, leer algo que valora tanto el amor hacia la otra persona, con

valores tan claros como “amar los errores”, en una época donde el amor parece ser

descartable y sin ningún tipo de responsabilidad, donde la gente prefiere tener

“otro yo” y no un “tu” consigo. Leonardo Caviglia nos dice que si quieres un amor

verdadero, ordena tu corazón.

 Comentario Crítico

 Resumen

 Síntesis

Indique si la siguiente afirmación es verdadera o falsa.Puntaje: 1 punto

Si bien las actividades de extensión llevadas a cabo en la UNTREF no han crecido

mucho en los últimos años, son consideradas una parte esencial de la universidad. 

Recuperatorio. Segundo parcialStephen Covey, al abordar el séptimo hábito, habla de la importancia de renovar

cuatro dimensiones de la naturaleza humana. Seleccione de entre las posibilidades

una de las 4 dimensiones. *Puntaje: 1 punto

 Física

 Psicológica

 Emocional

 Social

 Espiritual

 Material

 Mental

Page 10: Re Cupera to Rios

 Nacional

 Subjetiva

Stephen Covey: Indique para cada afirmación, si la misma es verdadera o falsaPuntaje: 3 puntos, (cada uno 0.5).

a) Para Covey el hábito 3 es considerado “La Segunda Creación” *

 Verdadera

 Falsa

b) Las personas efectivas dedican poco tiempo al cuadrante III de la matriz de la

administración del tiempo *

 Verdadera

 Falsa

c) Trabajar de adentro hacia afuera, significa empezar por la ética de la

personalidad. *

 Verdadera

 Falsa

d) En una negociación, el paradigma pierdo/ganas significa ceder al principio y

luego intentar alguna ventaja.*

 Verdadera

 Falsa

e) El hábito 1 “Ser Proactivo” significa tomar la iniciativa en función de las

condiciones, sentimientos, estados de ánimo. *

 Verdadera

 Falsa

f) El principio de la escucha empática – hábito 5, refiere a la capacidad de registrar,

reflejar o incluso comprender las palabras pronunciadas. *

 Verdadera

 Falsa

Amado Salgueiro: Indique para cada afirmación, si la misma es verdadera o falsaPuntaje: 2 puntos, (cada uno 0.5).

a) El tiempo es un recurso escaso, pero sustituible. *

 Verdadera

 Falsa

b) Las “personas simultáneas” son consideradas más eficaces que las “personas

sucesivas”. *

 Verdadera

 Falsa

Page 11: Re Cupera to Rios

c) Ser buenos administradores del tiempo, requiere de la creación de una cultura de

optimización del tiempo *

 Verdadera

 Falsa

d) El tiempo óptimo significa ausencia de los ladrones de tiempo. *

 Verdadera

 Falsa

Indique para cada afirmación, si la misma es verdadera o falsaPuntaje: 3 puntos, (cada una 1 punto).

a. Las personas que dedican su tiempo casi exclusivamente a los cuadrantes III y IV

llevan vidas equilibradas y bajo control. *

 Verdadera

 Falsa

b. Una buena técnica para utilizar eficazmente el tiempo respuesta es el control

anímico - estabilidad emocional. *

 Verdadera

 Falsa

c. El ejercicio denominado “El sombrero rojo” propuesto por Brian Clegg, te ayuda a

pulir las tareas con las que no logras ponerte al día. *

 Verdadera

 Falsa