rachel vincent foros asociados 1lo sabía, pero estaba absolutamente segura de que algo no estaba...
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1 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
2 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPITULO 1
TRADUCIDO POR NANCY DHAMPIR
“¡Vamos!” - Emma susurró a mi derecha, las palabras flotaron de su boca
como una nube blanca y fina. Ella miró el panel de acero maltratado, frente a nosotras,
como si su propia impaciencia fuera a hacer que la puerta se abriera. - “¡Ella lo olvidó,
Kaylee! Debería haber sabido que lo haría.” - Emma dejaba salir bocanadas de aire de
su boca, perfectamente pintada, para mantenerse caliente; sus curvas apenas se veían
bajo la blusa roja reluciente que había “tomado prestada” de una de sus hermanas.
Sí, tenía un poco de envidia; yo tengo unas pocas curvas y no tengo hermanas
para pedir ropa prestada. Pero tenía tiempo, y una mirada a mi teléfono móvil me dijo
que todavía eran las ocho y seis. - “Va a estar aquí.” - Acaricié la delantera de mi
propia camisa y deslicé el teléfono en mi bolsillo cuando Emma llamó por tercera vez.
“Llegamos temprano. Simplemente dale un minuto.”
Mi propio soplo de aire todavía no se había desvanecido cuando el metal crujió
y la puerta se abrió lentamente hacia nosotras, hubo una fuga de destellos de luz de
humo y se escucharon unos bajos golpes en el callejón frío y oscuro. Traci Marshall – la
hermana menor de Emma se quedó con una mano en la puerta, manteniéndola
abierta. Ella llevaba un ajustado vestido, de corte bajo, mostrando el parecido de toda
la familia, como si su largo pelo rubio no fuera suficiente.
- “¡Justo a tiempo!” - dijo Emma, dando un paso adelante para intentar pasar a
su hermana. Pero Traci golpeó la mano libre contra el marco de la puerta, bloqueando
nuestra entrada.
Ella me devolvió brevemente la sonrisa, luego frunció el ceño a su hermana. -
“Mucho gusto de verte también. ¡Dime las reglas!”
Emma hizo rodar sus ojos color marrón y se frotó la barbilla, con los brazos con
la piel de gallina, habíamos dejado nuestras chaquetas en mi coche. - “Nada de
alcohol, nada de productos químicos. ¡Ninguna diversión de ningún tipo!” - Ella
murmuró la última parte, y reprimió una sonrisa.
- “¿Qué más?” - exigió Traci, evidentemente, tratando de mantener una
mueca rara.
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- “Vinimos juntas, estamos juntas, y nos vamos juntas,” - dije, recitando las
mismas líneas que repetíamos cada vez que ella nos colaba, solamente dos veces. Las
reglas eran una porquería, pero yo sabía que no íbamos a entrar si no las decía.
-“Y…”
Emma pateó para sentir un poco de calor, los tacones gruesos resonaban en el
suelo - “Si nos pillan, nosotras no te conocemos.”
¡Como si alguien fuera a creer eso! Las niñas Marshall lucían el mismo patrón:
altas, con voluptuosas curvas que ponían mis propias modestas curvas en vergüenza.
Traci asintió con la cabeza, al parecer, satisfecha, y dejó caer la mano del
marco de la puerta. Emma dio un paso adelante y su hermana frunció el ceño, tirando
de ella hacia la luz que se filtraba de la sala. - “¿Esa es la camisa nueva de Cara?”
Emma frunció el ceño y tiró de su brazo. - “Ella nunca sabrá que se ha ido.”
Traci se rió e hizo un gesto con su brazo hacia el frente del club, del cual salía
luz, y el sonido inundó las habitaciones traseras y las oficinas. Ahora que estábamos
todas dentro, tenía que gritar para ser escuchada por encima de la música.- “Disfruta
el resto de tu vida mientras te dure, porque cuando ella se entere que agarraste su
camisa...”
Sin inmutarse, Emma bailó mientras iba por el pasillo y entró en la sala
principal, con las manos en el aire y las caderas balanceándose al ritmo de la canción.
La seguí excitada por la energía de la multitud del sábado por la noche, desde el
momento en que vi el primer grupo de cuerpos en movimiento.
Nos abrimos paso entre la multitud y fuimos tragadas por ella, asimilando el
ritmo, dejándonos llevar por el ritmo, el calor y por las parejas que se tiraban para
acercarse. Bailamos durante varias canciones, juntas, solas o en parejas al azar, hasta
que me di cuenta de que me costaba respirar y estaba empapada de sudor. Le indiqué
a Emma que iba a tomar una copa, y ella asintió con la cabeza; mientras estaba ya en
movimiento, yo me afanaba para poder caminar rodeando a la multitud.
Detrás del bar, Traci trabajaba junto a otro camarero, un gran hombre de piel
oscura, con ropa negra, extrañamente iluminado por una tira en la cabeza de neón
azul. Me senté en el primer taburete del bar, y el hombre de negro apoyó ambas
manos en la barra delante de mí.
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- “¡Este es mío!” - dijo Traci, con una mano en su brazo. El asintió y se trasladó
al próximo cliente. - “¿Qué será?” - Traci alisó un mechón de su pelo, teñido de azul.
Yo sonreí, apoyando los codos sobre la barra. - “¿Jack y Coca?”.
Ella se rió. - “Te daré la Coca-Cola.” - Traci puso la soda en un vaso con hielo y
la deslizó hacia mí. Empujé cinco en la barra y me giré en mi taburete para ver la pista
de baile, explorando la multitud para encontrar a Emma. Ella estaba entre dos chicos
bailando, los tres bailando al unísono.
Emma llamaba la atención como la lana que llama estática.
Aun sonriendo, terminé mi refresco y puse el vaso sobre la barra.
- “¡Kaylee Cavanaugh!”
Salté cuando escuché mi propio nombre, y me giré en mi taburete hacia la
izquierda. Mi mirada se posó en un par de hipnotizadores ojos color avellana que
jamás había visto, y durante varios segundos sólo pude mirar, perdida en los remolinos
más sorprendentes de marrón y verde vivo profundo, los cuales parecían que tenían la
rotación del tiempo con mis propios latidos de corazón, aunque seguramente no eran
más que reflejos de las luces intermitentes de arriba. Mi sentido común solamente
regresó cuando tuve que parpadear, y la pérdida momentánea de contacto me trajo
de vuelta a mí misma.
Fue entonces cuando me di cuenta de a quién estaba mirando.
¡Nash Hudson!¡Santo Cielos! Casi miro hacia abajo para ver si el hielo había
anclado mis pies al suelo, dado que el infierno, sin duda alguna, se había congelado.
De alguna manera, había salido de la pista de baile y había entrado en alguna zona de
deformación rara donde nadaba iris de calo y Nash Hudson me sonrió, y yo estaba
sola.
Cogí mi vaso, esperando que tuviera una última gota para mejorar mi garganta
que, de repente, estaba seca, y me pregunté fugazmente si Traci había rellenado mi
vaso de Coca, pero descubrí que estaba tan vacío como yo esperaba.
- “¿Necesitas otra bebida?” – me preguntó Nash, y en ese momento mi boca
se abrió. Después de todo, si yo estaba soñando – o en el terreno sombrío –no tenía
nada que perder si hablaba. ¿Verdad
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- “Estoy bien. ¡Gracias!” - Me aventuré a ofrecer una sonrisa vacilante, y mi
corazón casi estalló cuando vi mi sonrisa reflejada en sus labios perfectamente
formados.
- “¿Cómo llegaste aquí?” - El arqueó una ceja, más con diversión que con
verdadera curiosidad.- “¿Arrastrándote a través de una ventana?”.
- “La puerta de atrás” - murmuré en voz baja, sintiendo que mi cara se
sonrojaba. Por supuesto él sabía que yo era una junior, demasiado joven aún para
entrar en un club para gente de dieciocho – y – más, como un Taboo.
- “¿Qué?” - Él sonrió y se acercó más para oírme por encima de la música. Su
aliento rozó mi cuello, y mi corazón latía tan fuerte que me sentía mareada. ¡El olía
taaaan bien!
- “Por la puerta de atrás” - repetí en su oído. - “La hermana de Emma trabaja
aquí.”
- “¿Emma está aquí?”
Apunté hacia ella; seguía en la pista de baile, ahora balanceándose con tres
tipos a la vez, y supuse que esa sería la última vez que vería a Nash Hudson. Pero para
mi sorpresa, – fatal me quedé en shock, él le dio un vistazo a Em y se giró hacia a mí
con un brillo travieso en esos ojos increíbles.
- “¿No vas a bailar?”.
Mi mano repentinamente estaba sudorosa alrededor de mi vaso vacío. ¿Eso
quería decir que él quería bailar conmigo? ¿O quería que desocupara el taburete del
bar para su novia?
No, esperen. Él había dejado a su última novia la semana pasada, y los
tiburones ya estaban rodeando la carne fresca. Aunque ahora no estaban dando
vueltas alrededor de él… no vi a nadie de la multitud casual pendiente de Nash, o
agrupados en torno a él o en la pista de baile.
- “Sí, ¡voy a bailar!” - Asentí, y de nuevo, sus ojos estaban girando
fusionándoselos colores, el color verde convirtiéndose en marrón y negro, con algunos
destellos azules que ocasionalmente provocaba el neón. Yo podría mirar sus ojos
durante horas. Pero él, probablemente, habría pensado que eso era extraño.
- “¡Vamos!” - Tomó mi mano y se puso de pie mientras yo me bajaba del
taburete, y lo seguí hasta la pista de baile. Una sonrisa fresca floreció en mi rostro y mi
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pecho parecía apretar alrededor de mi corazón en anticipación. Yo lo conocía desde
hacía tiempo – Emma había salido durante un tiempo con algunos de sus amigos –
pero nunca había sido el objeto de su atención. Ni siquiera había considerado la
posibilidad.
Si Eastlake High School fuera el universo, yo sería una de las lunas girando
alrededor del Planeta Emma, constantemente oculta por su sombra, y contenta por
estar allí. Nash Hudson sería una de las estrellas: demasiado brillante para mirarlo,
demasiado caliente para tocarlo y era el centro de su propio sistema solar.
Pero en la pista de baile, me olvidé de todo eso. Su luz brillaba directamente
sobre mí, y era taaaan cálido.
Acabamos a sólo unos pies de Emma, pero con las manos de Nash en mí y su
cuerpo pegado al mío, apenas me di cuenta. Esa primera canción terminó, y nos
movimos a la siguiente antes de que me diera cuenta de que había cambiado el ritmo.
Varios minutos después, vi a Emma por encima del hombro de Nash. Ella estaba
de pie en el bar con uno de los chicos con los que había estado bailando, y mientras
miraba, Traci puso unas bebidas en frente de cada uno de ellos. Cuando su hermana se
dio la vuelta. Emma tomó la bebida de su pareja – algo oscuro con una rodaja de
limón en el borde, y la vació en tres tragos. El chico de la fraternidad sonrió, y tiró de
ella de regreso a la multitud.
Tomé una nota mental para no dejar que Emma condujera mi coche – nunca –
y entonces dejé vagar mis ojos de nuevo a Nash, donde querían estar en primer lugar.
Pero en el camino, mi mirada se enganchó con una desconocida extensión de cabello
rubio, que culminaba la cabeza de la única chica, en el edificio, que era rival de Emma
en belleza. Esta chica, también tenía sus elecciones de parejas de baile, y aunque no
podía tener más de dieciocho años, era evidente que había bebido mucho más que
Emma.
Pero, a pesar de lo bonita y obviamente carismática que era, al verla bailar,
algo se torció en lo más profundo de mis entrañas y mi pecho se apretó, como si no
pudiera obtener el aire suficiente. Algo andaba mal con ella. No estaba segura de cómo
lo sabía, pero estaba absolutamente segura de que algo no estaba bien con esa chica.
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- “¿Estás bien?” - Gritó Nash, poniendo una mano sobre mi hombro, y de
repente me di cuenta de que me había detenido, mientras todos a mí alrededor
estaban retorciéndose al ritmo de la música.
- “¡Sí!” - Me sacudí el malestar y me sentí aliviada al mirarme en los ojos de
Nash que desprendían una extraña sensación, dejando en su lugar una nueva calma,
misteriosos en su profundidad y alcance. Bailamos durante varias canciones, cada vez
más cómodos el uno con el otro con cada momento que pasaba. En algún momento
nos detuvimos para tomar una copa, el sudor recorría mi nuca y mis brazos estaban
mojados.
Recogí la mayor parte de mi cabello para sentir un poco de aire, mientras que
con mi mano libre saludaba a Emma y me giraba para seguir a Nash fuera de la pista
de baile – y casi choco con la misma rubia rojiza. No es que ella se diera cuenta. Pero
en el momento en que mis ojos se encontraron con los de ella, la sensación de
malestar regresó – el malestar era más fuerte, como un mal sabor en mi boca. Lo
sentía por todo mi cuerpo. Y esta vez estaba acompañado de una extraña tristeza. Una
melancolía general que se sentía especialmente conectada con esta persona. A quien
nunca había conocido.
- “¿Kaylee?” - Gritó Nash por encima de la música. Se puso de pie en el bar,
agarrando dos vasos de refresco. Cerré el espacio entre nosotros y tomé el vaso que
me ofrecía, con un poco de miedo al notar que esta vez, incluso mirándome en sus
ojos directamente, no podía relajarme completamente. No podía aflojar mi garganta,
la cual amenazaba con cerrarse contra la bebida fría que tan desesperadamente
necesitaba.
- “¿Qué sucede?” - Estábamos a pulgadas de distancia, gracias a la multitud
que presionaba cada vez más cerca del bar, pero él aún tenía que apoyarse en mí para
ser escuchado.
- “¡No lo sé! Hay algo sobre de esa chica…, la pelirroja que está allí,” - hice un
gesto con la cabeza hacia la bailarina en cuestión - “…me molesta.” - Bueno, mierda.
No había querido reconocerlo. Sonaba tan patético en voz alta.
Pero Nash sólo echó un vistazo a la chica, luego me miró otra vez.- “A mí me
parece que está bien.Asumiendo que va de ida y vuelta…”
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- “Sí, supongo.” - Pero entonces la canción actual terminó, y la chica tropezó -
viéndose de alguna manera elegante, aun cuando obviamente estaba embriagada –
fuera de la pista de baile y hacia el bar. Se dirigió directo hacia a nosotros.
Mi corazón latía más fuerte con cada paso que ella daba. Mi mano estaba
enroscada alrededor de mi vaso hasta que mis nudillos se pusieron blancos. Y esa
sensación familiar de melancolía se transformó en un sentimiento de tristeza. De
negros presagios.
Jadeé, sorprendida por una súbita certeza, horrible.
¡No otra vez! No con Nash Hudson para que me vea completamente loca. El
lunes todo el colegio se enteraría de todo, y podría decir adiós al poco roce social que
había ganado.
Nash colocó su vaso en la barra y me miró a la cara. - “¿Kaylee? ¿Estás bien?” -
Pero yo sólo podía mover la cabeza, incapaz de responder. Estaba lejos de estar bien,
pero no podía articular el problema en modo alguno que se asemejara a la coherencia.
Y,de pronto, los rumores potenciales devastadores parecían la cosa de menor
importancia comparado con el pánico que crecía dentro de mí.
Cada respiración era más rápida que la anterior, y un grito crecía en lo
profundo de mi pecho. Apreté mi boca para mantener el grito dentro, mis dientes
rechinaban dolorosamente. La rubia rojiza se acercó a la barra, hacia la izquierda, y
había un sólo taburete entre nosotras. El camarero tomó su pedido y se volvió hacia
los lados para esperar su bebida. Sus ojos se encontraron con los míos. Ella sonrió
brevemente y luego miró hacia la pista de baile.
El horror se apoderó de mí en una ola devastadora de intuición. Se me cerró la
garganta.
¡Ahogada en un grito de terror! Mi vaso se escapó de mis manos y se destrozó
contra el piso. La bailarina pelirroja gritó y saltó hacia atrás mientras mi refresco
helado le salpicó a ella, a mí, a Nash y al hombre del taburete de la izquierda. Pero
apenas me di cuenta del líquido frío o de la gente que me miraba.
Solamente miraba a la muchacha, y la oscuridad, la sombra traslúcida que la
envolvía.
- “¿Kaylee?” - Nash inclinó su cara de modo que nuestras miradas se cruzaron.
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Sus ojos estaban llenos de preocupación, los colores giraban fuera de control,
ahora en las luces intermitentes. Verlos me mareaba.
Yo quería decirle… algo. ¡Cualquier cosa! Pero si abría la boca, el grito saldría
libremente, y entonces cualquiera que no estuviera mirándome se volvería a verme.
Ellos pensarían que me volví loca.
¡Quizás tenían razón!
- “¿Qué sucede?” – Exigió saber Nash, dando un paso más cerca de mí, sin
importarle los vidrios y el piso mojado. - “¿Tienes convulsiones?” - Pero sólo podía
mover mi cabeza hacia él, negándome a dejar que el llanto saliera de mí, negando la
existencia de una estrecha cama en una habitación blanca, esperando por mí.
Y, de repente, ¡Emma estaba allí! Emma, con su cuerpo perfecto, su rostro
bello y el corazón del tamaño de un elefante. - “¡Ella estará bien!” - Emma me
separaba de la barra mientras el camarero aparecía con una fregona y un cubo. - “Sólo
necesita un poco de aire.” - Ella hizo una seña a Traci, quien se veía preocupada y
hacía gestos frenéticos con sus manos. Luego me empujó a través de la multitud.
Me apreté la boca con mi mano libre y moví la cabeza con furia cuando Nash
intentó tomar mi mano en la suya. Debería estar preocupada por lo que él podría
pensar de mí. Como que, tal vez, él no deseara nada conmigo ahora que lo había
avergonzado públicamente. Pero no podía concentrarme lo suficiente para
preocuparme de nada, excepto por la pelirroja en el bar. La que nos vio salir envuelta
por un manto de sombras que sólo yo podía ver.
Emma me llevó al pasillo de atrás, que estaba cerca de los baños, con Nash
pisándonos los talones. - “¿Qué le sucede?” - preguntó.
- “Nada.” - Emma hizo una pausa y nos sonrió a los dos, y la gratitud se rompió
a través de mi terror oscuro por un instante. - “Es un ataque de pánico. Sólo necesita
un poco de aire fresco y tiempo para calmarse.”
Pero ahí era donde ella estaba equivocada. No era tiempo lo que yo necesitaba,
no tanto como espacio. Distancia, entre mí y la fuente de la angustia.
Desafortunadamente, no había suficiente espacio en todo el club para estar lo
suficientemente lejos de la chica del bar. Incluso estando parada en la puerta de atrás,
el pánico era tan fuerte como siempre. El grito quemaba en mi garganta, y si aflojaba
mi paladar –si perdía mi control – mi grito rompería los tímpanos de todos en el Taboo.
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Quizás el ruido de la música podría tapar mi vergüenza, y posiblemente apagar
los altavoces – si no de las ventanas.
Todo por culpa de una pelirroja que ni siquiera conozco.
Sólo pensar en ella enviaba una nueva oleada de devastación a través de mí, y
mis rodillas se colapsaron. Mi caí tomando a Emma con la guardia baja, y la hubiera
arrastrado conmigo de no ser por Nash, que me agarró.
El me levantó completamente de la tierra, me acunó como a un niño, y siguió a
Emma por la puerta trasera conmigo en sus brazos. El club estaba poco iluminado,
pero el callejón estaba oscuro, y se quedó en silencio una vez que la puerta se cerró
detrás de nosotros, Emma sacó la tarjeta del coche. El frío – y el silencio - debería
haberme tranquilizado, pero el jaleo en mi cabeza había llegado a su límite. El grito
que me negaba a liberar giraba alrededor de mi cerebro, resonante, haciendo eco,
puntuando el dolor al rojo vivo en mi corazón.
Nash me dejó sentada en el callejón pero, para entonces, mis pensamientos
habían perdido todo rastro de lógica o de comprensión. Sentí algo suave y seco debajo
de mí, y más tarde me di cuenta de que Emma había encontrado una caja para que él
me sentara.
Mis jeans se me habían subido por mis piernas cuando Nash me llevaba, y el
cartón era frío y rasposo contra mis pantorrillas.
- “¿Kaylee?” - Emma se arrodilló en frente de mí, con su rostro a centímetros
del mío, pero no podía darle sentido a las palabras que dijo después de mi nombre.
Escuchaba solamente mis pensamientos. Sólo uno, en realidad. ¡Un delirio paranoico!,
de acuerdo con mi ex terapeuta, que se presenta asimismo con la absoluta autoridad
de una larga lista de hechos.
Entonces el rostro de Emma desapareció y yo estaba mirando sus rodillas. Nash
dijo algo que no podía distinguir. Algo acerca de un trago…
La música se volvió a escuchar, después Emma se había ido. Ella me había
dejado sola con el chico más apuesto con el que nunca había bailado – la última
persona en el mundo que quería que fuera testigo de mi ruptura total de la realidad.
Nash se dejó caer de rodillas y me miró a los ojos, sus ojos verdes y marrones
seguían en su frenesí; de algún modo, seguían combinándose los colores, aunque
ahora no había luces en el techo.
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¡Me lo estaba imaginando! Tenía que ser eso. Yo los había visto bailar con las
luces antes, y ahora mi mente traumatizada se había apoderado de los ojos de Nash
como un punto focal de mi ilusión. Al igual que con la pelirroja. ¿Cierto?
Pero no había tiempo para pensar en mi teoría. Estaba perdiendo el control. Las
sucesivas olas de dolor amenazaban con aplastarme, aplastándome contra la pared
con una presión invisible, como si Nash no estuviera allí. No podía aspirar una
respiración profunda; sin embargo, un agudo lamento escapó de mi garganta, incluso
con mis labios cerrados. Mi visión comenzó incluso a ponerse más oscura que el
callejón, aunque no habría pensado que fuera posible – como si todo el mundo
hubiera sido cubierto por un filtro color gris extraño.
Nash frunció el ceño, aun observándome, y entonces se sentó junto a mí, con la
espalda contra la pared también. En los bordes de mi visión gris, algo pasó en silencio.
Una rata, o ¿algún otro carroñero atraído por el cubo de basura del club? No. Lo que
había vislumbrado era demasiado grande para ser un roedor, a menos que hubiera
salido del pantano Buttercup – y demasiado confuso para mi foco roto como para
asentarlo.
Nash tomó mi mano libre en la suya, y me olvidé de todo lo que había visto.
Empujó mi cabello detrás de mi oreja derecha. No podía entender lo que me susurraba
en mi oído, pero, poco a poco, me di cuenta de que sus palabras no eran importantes.
Lo que importaba era su proximidad. Su respiración en mi cuello. Su calor
fusionándose en mí. Su aroma rodeándome. Su voz se arremolinaba en mi cabeza,
aislando el grito que seguía rebotando contra mi cráneo.
Él estaba tranquilizándome con nada más que su presencia, su paciencia y
susurrándome palabras en voz baja que sonaban como la rima de un niño, basado en
lo poco que entendía.
¡Y estaba funcionando! Mi ansiedad se desvaneció gradualmente, y
atenuándose, el color arenoso se filtró de nuevo en el mundo. Mis dedos se relajaron
en torno a su mano. Mis pulmones se ampliaron totalmente, y tomé un respiro agudo,
un respiro frío, y, de repente, congelando el sudor que había tenido en el club, tenía
mi piel seca.
El pánico estaba todavía allí, en las sombras de mi mente, en las manchas
oscuras en el borde de mi visión. Pero ahora lo podía manejar. ¡Gracias a Nash!
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- “¿Estás bien?” – Me preguntó cuandogiré mi cabeza hacia él, los ladrillos se
sentían fríos y ásperos contra mi mejilla.
Asentí. Y fue entonces cuando un nuevo horror descendió: total, consumiendo,
una mortificación ineludible, más terrible en su longevidad. El ataque de pánico había
casi desaparecido, pero la humillación iba a durar toda la vida.
¡Me había perdido completamente en frente de Nash Hudson! Mi vida se había
terminado, incluso mi amistad con Emma no sería suficiente para mitigar el daño de la
herida tan desagradable.
Nash estiró sus piernas. - “¿Quieres hablar de ello?”
¡No! Yo quería esconderme en un agujero, o meter la cabeza en una bolsa, o
cambiar de nombre e irme al Perú.
Pero, de repente, ¡quería hablar de ello! Con la voz de Nash aún resonando en
mi cabeza suavemente, sus palabras susurrando levemente por encima de mi piel,
quería decirle lo que había sucedido. No tenía ningún sentido. Después de conocerme
por ocho años y de haberme ayudado a través de docenas de ataques de pánico
anteriores, Emma todavía no tenía idea de qué los causaba. ¡No podía decírselo! La
podría asustar. O peor aún, finalmente la convencería de que realmente estaba loca.
Entonces, ¿por qué quería decírselo a Nash? No tenía respuesta para eso, pero
la necesidad era innegable.
- “…la rubia rojiza” - Allí lo había dicho en voz alta, y me comprometí a mí
misma a algún tipo de explicación.
La frente de Nash estaba surcada por la confusión.- “¿La conoces?”
- “No.” - ¡Por suerte! El mero intercambio de oxígeno con ella casi me había
robado la mente.
- “Pero algo está mal con ella, Nash. Ella es…oscura.”
¡Kaylee, cállate! Si él no estaba ya convencido de que estaba loca, pronto lo
estaría…
- “¿Qué?” - Su gesto ahora era más profundo, pero más desconcertado o
escéptico, se veía sorprendido. Luego vino la compresión vaga. Compresión y… miedo.
Tal vez él no sabía exactamente lo que quería decir, pero no parecía totalmente
desorientado.- “¿Qué quieres decir con ‘oscuro’?”
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Cerré mis ojos dudando en el último segundo. ¿Qué pasaría si me entendía
mal? ¿Y si creía que estaba loca?
¡Peor aún!¿Y si estaba en lo correcto?
Pero, al final, abrí mis ojos y lo miré con franqueza, porque tenía que decirle
algo, y seguramente no podría dañar más la opinión que él tenía de mí. ¿Cierto?
- “Está bien, ¡esto va a sonar extraño!” - Empecé. - “Pero algo está mal con
esa chica del bar. Cuando la miré, ella estaba… rodeada de sombras.” - Dudé, tomando
coraje para terminar lo que había empezado. - “¡Ella va a morir, Nash! Esa chica va a
morir muy pronto.”
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CAPITULO 2
TRADUCIDO POR NANCY DHAMPIR Y DANI
- “¿QUÉ?” - Las cejas de Nash se levantaron, pero no puso los ojos en blanco, ni
se rió, ni me pateó la cabeza y tampoco llamó a los hombres de batas blancas. De
hecho, parecía como si casi me creyera.
- “¿Cómo sabes que va a morir?”.
Me froté las sienes, tratando de borrar la frustración familiar que sentía. Él
quizás no estaba riendo en el exterior, pero seguramente se carcajeaba por dentro.
¿Cómo podía no hacerlo? ¿Qué demonios estaba pensando?
- “¡No sé cómo lo sé! Ni siquiera estoy segura. Pero cuando la miré... Ella es…
más oscura que todos a su alrededor. Como si estuviera parada en la sombra de algo
que no puedo ver. Y sé que va a morir.”
Nash frunció el ceño con preocupación, y cerré mis ojos, apenas notando el
repentino sonido de música del club. Reconocía esa mirada. Era la misma que las
mamás les dedican a sus hijos cuando pierden la razón y se sientan a hablar de caballos
morados y ardillas danzarinas.
- “Sé que suena – ‘Loco’ – raro, pero…”
Él tomó mis manos, girándose hacia a mí para poder mirarme mejor, y de
nuevo los colores de sus iris parecían latir con los latidos de mi corazón. Él abrió su
boca, y contuve la respiración, esperando mi veredicto. ¿Lo habría perdido por hablar
de sombras espeluznantes, o mis errores me llevarían de vuelta a la bebida
derramada?
- “Suena bastante extraño para mí.”
Los dos levantamos la mirada para ver a Emma observándonos, con una botella
de agua en su mano, goteando en el cemento sucio, casi me quejaba de la frustración.
Lo que sea que Nash estuvo a punto de decir ya se había ido, pude verlo en la
sonrisa prudente que me dedicó, antes de volverse a mirar a Emma.
Ella abrió la botella y me la entregó.- “Pero, entonces, no serías Kaylee si no me
fliparas de vez en cuando”.- Se encogió de hombros con amabilidad y me tendió una
15 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
mano mientras Nash se ponía de pie para unirse a nosotras.- “¿Así que tuviste un
ataque de pánico porque crees que una chica en el club se va a morir?”
Yo asentí, vacilante, esperando que ella se riera o pusiera los ojos en blanco, si
es que pensaba que estaba bromeando. O que se viera nerviosa si sabía que no estaba
bromeando. En lugar de eso arqueó sus cejas, y movió su cabeza hacia un lado. –
“Bueno, ¿no deberías ir a decirle? ¿O algo así?”
- “Yo…” - Parpadeé confusa y fruncí el ceño ante la pared de ladrillos que
estaba detrás de ella. De alguna manera, esa opción nunca se me había ocurrido. –
“No lo sé.” - Miré a Nash, pero no encontré respuesta en sus ahora normales
ojos. - “Probablemente piense que estoy loca. O perdería el control.” - Y realmente,
¿quién la culparía?
- “De todos modos no importa porque no es cierto. ¿Cierto? ¡No puede ser!”
Nash se encogió de hombros, pero parecía que quería decir algo. Pero Emma
habló, nunca vacilaba en dar su opinión. - “Por supuesto que no. Tuviste otro ataque
de pánico, y tu mente se pegó a la primera persona que vio. Podría haber sido yo, o
Nash, o Traci. Eso no quiere decir nada.”
Yo asentí queriendo creer en su teoría, sólo que no se sentía bien. Sin embargo,
no podía advertir a la pelirroja. No importaba lo que creía que sabía, la posibilidad de
decirle a un completo extraño que iba a morir, se me antojabauna locura, y había
tenido suficiente locura por el momento.
De hecho, para el resto de mi vida.
- “¿Todo mejor?” - Preguntó Emma, cuando leyó mi decisión en mi cara. -
“¿Quieres ir adentro?”
Me sentía mejor, pero ese oscuro pánico aún persistía en el borde de mi mente,
y sólo empeoraría si veía a la chica otra vez. No me cabía duda de eso. Y no le daría a
Nash otra actuación esta noche, si es posible.
- “¡Solamente quiero irme a casa!” - Mi tío había llevado a mi tía fuera por su
cuadragésimo cumpleaños, y Sophie estaba en un viaje con su equipo de baile. Por una
vez, tendría la casa sólo para mí. Le sonreí a Emma a modo de disculpa. - “Pero si
quieres quedarte, probablemente podrías irte con Traci.”
- “No, ¡me iré contigo!” - Emma tomó la botella de agua de mi mano y
bebió de ella. - “Ella nos dijo que nos fuéramos juntas, ¿recuerdas?”.
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- “También nos dijo que no bebiéramos.”
Emma hizo rodar sus grandes ojos marrones. - “Si en realidad quiso decir eso,
no nos habría colado en el bar.”
Esa era la lógica-Emma, ¡está bien! Mientras más tiempo pasaba, menos
sentido tenía.
Emma pasaba su mirada de mí a Nash. Luego sonrió y se dirigió a través del
callejón hacia donde estaban los coches en la calle, para darnos algo de privacidad.
Saqué mis llaves de mi bolsillo y traté de evitar la mirada de Nash hasta que supiera lo
que iba a decir.
Él me había visto en mi peor momento, y en vez de irse o burlarse, me había
ayudado a recuperar el control. Habíamos conectado de una manera que no hubiera
creído posible una hora antes, sobre todo con alguien como Nash, cuya única idea en
la cabeza era una cosa de leyendas. Sin embargo, no podía luchar contra la certeza de
que el sueño de esta noche terminaría en pesadilla mañana. El día le traería de regreso
sus sentidos, y él se preguntaría que estaba haciendo conmigo.
Abrí la boca, pero no salió ningún sonido. Mis llaves sonaban, y yo hacía girar el
anillo que tenía en mi dedo índice, y él frunció el ceño cuando su mirada se posó en las
llaves.
- “¿Estás bien como para conducir?” - Él sonrió, y mi corazón saltó en
respuesta. - “Yo podría llevarte a casa y caminar desde allí. Vives en el complejo de
Parkview, ¿verdad? Eso está a sólo unos minutos de mi casa.”
¿Él sabía dónde vivía yo? Debí verme sospechosa, porque él se apresuró a
explicar. - “Fui a dejar a tu hermana una vez. El mes pasado.”
Mi mandíbula se apretó, y sentí que mi expresión se oscureció. - “¡Es mi
prima!” - ¿Nash le había dado un revolcón a Sophie? Por favor, que no sea un
eufemismo…
Él frunció el ceño y movió la cabeza en respuesta a mi pregunta no formulada. -
“Scott Carter me pidió que le llevaraa casa.”
¡Oh!¡Qué bien! Yo asentí, y él se encogió de hombros.- “¿Así que quieres que
os lleve a casa?” - Extendió la mano por las llaves.
17 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
- “Está bien, ¡estoy bien para conducir!” - No tenía la costumbre de dejar que
la gente que apenas conocía condujera mi coche. Especialmente chicos apuestos que
–se rumoreaba – habían conseguido dos multas por exceso de velocidad.
Nash respiró profundamente y se encogió de hombros. “Entonces, ¿me puedes
llevar en tu coche? Vine con Carter, y no creo que esté listo para irse hasta dentrode
unas horas más.”
Mi pulso subió hasta mi garganta. ¿Él se estaba yendo temprano para poder
estar conmigo? ¿O le había arruinado su noche con mis locuras?
- “¡Hum… sí!” - Mi coche era un desastre, pero ya era demasiado tarde para
preocuparse por eso. - “Pero vas a tener que mover a Emma con una escopeta.”
Afortunadamente, eso no fue necesario. Em tomó asiento atrás, lanzándome
una mirada significativa y señaló a Nash mientras se deslizaba en el asiento, poniendo
una bolsa de palomitas en el suelo. La dejé a ella primero, una hora y media antes de
su toque de queda, lo que debió ser algún tipo de registro.
Mientras salía del camino de Emma, Nash se giró en el asiento del pasajero
para estar frente a mí, su expresión era sombría, y mi corazón latía tan fuerte que casi
me dolía. Es hora de la bajada fácil. Él era demasiado bueno como para decir algo
delante de Emma, y aun cuando ya no estaba, probablemente sería bueno en ello.
Pero el resultado final era el mismo, no estaba interesado en mí. Al menos no después
de mi crisis pública.
- “Así que ¿has tenido antes estos ataques de pánico?”.
¿Qué? Mis manos se apretaron al volante por la sorpresa cuando giré hacia la
izquierda al final de la calle.
- “Un par de veces.” - Al menos media docena de veces. No pude borrar la
sospecha de mi voz. Mis “asuntos” deberían haberlo hecho gritar en la noche, y en su
lugar ¿quería detalles? ¿Por qué?
- “¿Tus padres lo saben?”.
Me moví en mi asiento, como si una nueva posición me haría sentir más
cómoda con la pregunta. Pero se necesitaba más que eso. - “Mi mama murió cuando
yo era pequeña, y mi papá no se pudo ocupar de mí. Él se trasladó a Irlanda, y he
estado desde entonces con mi tío y mi tía.”
18 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Nash parpadeó y asintió con la cabeza hacia mí para que continuara. No me
dirigió ninguna palabra de incómoda lástima o compasión, tipo no-estoy-seguro-de
qué-decir; por lo general, carraspeo cuando la gente se entera de que me había
quedado medio-huérfana, y después completamente abandonada. Me gustaba eso de
él, aunque no me gustaban sus preguntas.-
“¿Entonces tus tíos saben esto?”.
Sí, claro. Ellos pensaban que era el huevo tímido de la docena. Pero la verdad
duele mucho al decirlo en voz alta.
Me volví hacia él para ver que me estaba mirando muy de cerca, y mi sospecha
estalló de nuevo, tanto que quemaba dentro de mí. ¿Por qué le importaba lo que mi
familia no sabía acerca de mi miseria privada? A menos que estuviera planeando reírse
de mí después con sus amigos sobre qué loca estaba.
Pero su interés no parecía malintencionado. Especialmente teniendo en cuenta
lo que había hecho por mí en el Taboo. Así que tal vez su curiosidad era fingida y
estaba detrás de algo más que decir a sus amigos. Las niñas rara vez se le negaban, si
los rumores eran ciertos.
Si no lo conseguía, ¿le diría a la escuela entera mi oscuro y más doloroso
secreto?
No. Mi estómago lanzó la idea, y pisé el freno demasiado fuerte cuando
llegamos a una señal de stop.
Mi pie todavía estaba en el freno, miré por el espejo retrovisor a la calle vacía
detrás de mí, entonces estacioné el auto y me volví hacia Nash, - “¿Qué quieres de
mí?” – Le lancé antes de cambiar de opinión.
Los ojos de Nash se abrieron con sorpresa, y se apoyó con fuerza contra la
puerta del pasajero, como si lo hubiera empujado.- “Yo sólo… nada.”
- “¿No quieres nada?” - Quería ver el profundo verde y marrón de su iris,
pero la luz de la farola más cercana no llegaba hasta mi coche, así que sólo la
penumbra de la luz del estéreo brillaba sobre él, y no era suficiente para iluminar su
rostro. Para dejarme leer su expresión.- “Puedo contar con una mano el número de
veces que realmente hemos hablado antes de esta noche.” - Sostuve mi mano en alto
con énfasis. - “Entonces tú sales de la nada y juegas el papel de caballero con la
19 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
doncella desesperada, ¿y se supone que debo creer que no quieres nada a cambio?
¿Nada para contar el lunes a tus amigos?”.
Él intentó reír, pero el sonido se cortó de inmediato, y se movió incómodo en su
asiento. - “Yo no…“
- “Déjalo. Corre el rumor de que has conquistado más territorio que Genghis
Khan.”
Una sola ceja se levantó en las sombras, desafiándome. - “¿Crees todo lo que
escuchas?”.
Mis ojos se dispararon hacia los suyos. - “¿Lo estás negando?”.
En lugar de responder, se rió de verdad y apoyó el codo sobre la manija de la
puerta. - “¿Siempre eres así con los chicos que te cantan en callejones oscuros?”.
Mi respuesta siguiente murió en mis labios, estaba sorprendida por el
recordatorio. Él había cantado para mí, y de alguna manera, calmó mi ataque de
pánico brutal. Me había salvado de una humillación pública. Pero tenía que haber una
razón, y yo no era tan buena como una conquista.
- “¡No confío en ti!” - Le dije por fin, y puse mis manos sin fuerzas en mi
regazo.
- “Ahora mismo yo tampoco confío en ti.” - Me sonrió en la oscuridad, dejando
ver sus dientes blancos y una sombra de un hoyuelo, y puso su manoen la puerta. -
“¿Me estás echando del auto, o debo tomar el servicio a domicilio?”.
Ese sería el único servicio que obtendría. Pero puse el coche en marcha y me
enfrenté nuevamente a la carretera, entonces di vuelta a la derecha en su subdivisión,
que definitivamente estaba a más de unos minutos de mi barrio. Realmente, ¿él habría
caminado si lo hubiera dejado que me llevara a casa?
¿Me habría llevado directamente a casa?
- “Da vuelta a la izquierda, luego a la derecha, es la que está en la esquina.”
Sus direcciones me llevaron a una pequeña casa de madera en una sección
antigua de la subdivisión. Entré en la calzada detrás de un sedán. La puerta del
conductor estaba abierta, arrojando luz desde el interior para iluminar una zona de
pasto seco que estaba a la izquierda de la acera.
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- “Has dejado la puerta del coche abierta” - Le dije, aparcando, contenta por
concentrarme en algo que no fuera Nash, sin embargo era donde mi mirada realmente
quería estar.
Nash suspiró. - “Es de mi mamá. Ha destruido tres baterías en seis meses.”
Reprimí una sonrisa mientras la luz del coche parpadeaba. - “Ahí va la cuarta.”
Él gimió, pero cuando me giré hacia él, lo encontré mirándome en vez del
coche. - “Así que… ¿puedo obtener la oportunidad de ganar tu confianza?”
Mi pulso saltó. ¿Hablaba en serio?
¡Debería haber dicho que no! Debí darle las gracias por ayudarme en el Taboo,
y retirarme después de dejarlo en su jardín. Pero no era lo suficientemente fuerte
como para resistirme a sus hoyuelos. Aún a sabiendas de cuantas otras niñas
probablemente habían fallado en la misma labor.
Culpo a mi debilidad por el reciente ataque de pánico.
- “¿Cómo?” - le pregunté finalmente, luego me ruboricé cuando él sonrió. Él
sabía que cedería.
- “¡Ven mañana por la noche!”
¿A su casa? De ninguna manera. Era débil de voluntad, no estúpida. No es que
pudiera lograrlo de todos modos. - “Trabajo hasta las nueve los domingos.”
- “¿En el cine?”
Sabe dónde trabajo. La sorpresa me calentó desde adentro hacia afuera, y
fruncí el ceño en cuestión.
- “Te he visto allí.”
- “¡Oh!” - Por supuesto que me había visto allí. Probablemente en una de sus
citas. - “Sí, voy a estar en la taquilla, a partir de las dos en adelante.”
- “¿Almuerzo, entonces?”.
¡Almuerzo!¿Cómo podría estar tentada en un lugar público? - “Bien. Pero
todavía no confío en ti.”
Él sonrió y abrió la puerta, y la luz del techo estalló a la vida. Sus pupilas se
redujeron por el resplandor repentino, y mi corazón se aceleró; él se inclinó hacia
delante, como si me fuera a besar. Sin embargo,su mejilla rozó la mía y sentí su aliento
cálido en mi oído mientras susurraba: - “Eso es parte de la diversión.”
21 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Mi respiración se quedó atrapada en mi garganta; pero antes de que pudiera
hablar, el coche se balanceó por la pérdida de su peso y, de pronto, el asiento del
copiloto estaba vacío. Cerró la puerta del coche y a continuación corrió hacia la
entrada a abrazar a su madre.
Me fui de su casa en un sueño y cuando aparqué en frente de la mía, no podía
recordar cómo había regresado a casa.
************
- “BUENOS DÍAS, KAYLEE.” - Tía Val estaba apoyada en la barra de la cocina,
bañada por la luz del sol de última hora de la mañana, sosteniendo una taza humeante
de café casi más grande que su cabeza. Ella llevaba un traje de satén azul del mismo
tono azul que sus ojos, y sus lustrosas ondas marrones estaban todavía despeinadas
por el sueño. Pero estaban despeinados de la forma que el pelo siempre se ve en las
películas, cuando la estrella se despertaba completamente maquillada, usando
milagrosamente pijama sin arrugar.Yo, sin embargo, no podía pasar mis propios dedos
por mi cabello como primera cosa en la mañana.
El traje de mi tía y el tamaño de su taza de café eran los únicos signos de que
ella y mi tío habían tenido una larga noche.
O más bien, una temprana mañana. Los había oído llegar alrededor de las dos
a.m., tropezando por el pasillo, y riéndose como idiotas.
Luego me puse mis audífonos. Así no tuve que oír nada mientras él le
demostraba cuán atractiva la encontraba todavía, aún después de diecisiete años de
matrimonio. Tío Brendon era el más joven de los dos, y mi tía se resentía con cada uno
de los cuatro años que tenía sobre él.
El problema no era quese notara su edad- gracias al bótox y a una obsesiva
rutina de entrenamientos, ella se veía de treinta y cinco como máximo- pero él se veía
demasiado joven para su edad. Ella, de broma, le llamaba Peter Pan, pero como su
gran 4-0 se aproximaba, había dejado de encontrar graciosa su propia broma.
- “¿Cereal o Waffles?” - Tía Val puso su café en la encimera de mármol y tiró
una caja de arándanos Eggo del congelador, sosteniéndolos para mi elección. Mi tía no
hacía grandes desayunos. Decía que no podía permitirse comer tal cantidad de calorías
en una sola comida, y no iba a cocinar lo que no podía comer. Pero éramos
bienvenidos a servirnos nosotros mismos toda la grasa y el colesterol que quisiéramos.
22 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Normalmente tío Brendon se servía mucho de ambos los sábados a la mañana,
pero todavía lo podía oír roncando desde su habitación, a medio camino a través de la
casa. Ella obviamente lo había agotado bastante bien. Crucé el comedor dentro de la
cocina, con mis calcetines peludos silenciosos sobre la baldosa fría. - “Sólo tostadas.
Voy a salir a almorzar en un par de horas.”
Tía Val metió los waffles de regreso en el congelador y me dio una rebanada de
pan de molde de trigo integral bajo en calorías- el único tipo de molde que compraba.
- “¿Con Emma?”.
Sacudí mi cabeza y dejé caer dos rebanadas en la tostadora, luego tiré mi
pantalón de pijama hacia arriba y apreté el cordón.
Ella arqueó sus cejas hacia mí por encima de su taza. - “¿Tienes una cita?
¿Alguien que conozco?” - Queriendo decir realmente, “¿Alguno de los ex de Sophie?”.
- “¡Lo dudo!” - Tía Val estaba constantemente decepcionada porque, a
diferencia de su hija, - la estudiante de segundo año más social y ambiciosa del
mundo, - yo no tenía ningún interés en el consejo estudiantil, o el equipo de baile, o el
comité de planificación del carnaval de invierno. En parte, porque Sophie hubiera
hecho mi vida miserable si me hubiera metido en “su” territorio. Pero sobre todo
porque tuve que trabajar para pagar el seguro de mi coche, y porque prefería pasar
mis raras horas libres con Emma en vez de ayudando al equipo de baile, coordinando
su gel brillante con sus trajes de lentejuelas.
Aunque Nash, sin duda, habría recibido la cordial aprobación de Tía Val, no
necesitaba que estuviera rondándome cuando llegara a casa, con los ojos brillantes
anticipando una escalada social en la que yo no estaba interesada. Estaba feliz
andando con Emma y cualquier persona que ella solicite al momento.
- “Su nombre es Nash.”
Tía Val tomó un cuchillo de mantequilla del cajón de la vajilla de plata.- “¿En
qué año está?”.
Gemí interiormente. - “Último año.” - Aquí vamos…
Su sonrisa era demasiado entusiasta. - “Bueno, ¡eso es maravilloso!”
Claro que lo que realmente quiso decir fue: “ascenso de las sombras, leprosa
social, y ¡entrando en la brillante luz de la aceptación!” O alguna mierda como esa.
23 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Porque mi tía y mi prima superprivilegiada sólo reconocían dos estados para
estar: brillante o cutre. Y si no eras brillante, bueno, sólo queda otra opción…
Le unté jalea de fresa a mi tostada y tomé asiento en la barra. Tía Val se sirvió
una segunda taza de café y apuntó el control remoto a través del comedor y dentro del
gabinete, donde la pantalla plana de cincuenta pulgadas destellaba a la vida,
señalando el final de la obligatoria “conversación” del desayuno.
- “… Transmitiendo a ustedes en vivo desde Taboo, en el lado oeste, donde la
noche pasada, el cuerpo de Heidi Anderson de diecisiete años fue encontrado en el
piso del baño.”
¡Nooo…!
Mi estómago se revolvió alrededor de media rebanada de tostada, y me retorcí
lentamente sobre mi taburete del bar, teniendo pavor de enviar un punto de
adrenalina por mis venas. En la pantalla, el reportero, muy sereno, estaba de pie en el
pasaje de ladrillos delante del club, donde yo había entrado a hurtadillas doce horas
antes, y cuando miré, su imagen fue reemplazada por una fotografía de Heidi
Anderson, sentada en una silla de playa con una camiseta UT Arlington, con sus rectos
dientes relucientes, cabello rubio-rojizo golpeado hacia atrás por el despiadado viento
de la pradera.
¡Era ella!
¡No podía respirar!
- “¿Kaylee? ¿Qué sucede?”.
Parpadeé einspiré rápidamente, luego levanté la vista hacia mi tía para
encontrarla mirando fijamente hacia mi plato, donde había dejado caer mi tostada de
jalea boca abajo. Era un milagro que no hubiera perdido la mitad que ya había comido.
- “Nada. ¿Puedes subirle a eso la voz?” - Empujé mi plato lejos y tía Val subió
el volumen, disparándome un ceño perplejo.
- “La causa de muerte todavía no ha sido identificada” - dijo el reportero en la
pantalla.- “Pero de acuerdo con el empleado que encontró el cuerpo de la señorita
Anderson, no había ningún signo obvio de violencia.”
La imagen cambió otra vez, y, ahora, Traci Marshall miraba fijamente a la
cámara, pálida por el shock y ronca, como si hubiese estado llorando.- “Ella sólo
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estaba tendida allí, como si estuviera durmiendo. Pensé que se había desmayado hasta
que comprendí que no estaba respirando.”
Traci desapareció y el reportero estaba de regreso, pero no podía oírla sobre la
tía Val.-” ¿Esa no es la hermana de Emma?”
- “Sí. Es camarera en Taboo.”
Tía Val miró fijamente a la televisión con la expresión severa. - “Toda esta cosa
es tan trágica…”
Cabeceé. No tienes idea. Pero yo sí.
También tenía golpes fríos¡Esto realmente ocurrió!
Con mis ataques de pánico previos, mis tíos no habían tenido ninguna razón
para prestar atención a mi charla histérica sobre sombras amenazantes y muerte
inminente. Y sin ninguna forma para poder callarme una vez que el grito comenzaba,
ellos me llevaban a casa,- considerablemente lejos de la fuente del pánico. ¡Para
calmarme! Excepto, por esa última vez, cuando me condujeron directo al hospital,
dejándome en la sala de salud mental y comenzaron a mirarme con ojos llenos de
compasión. Preocupación. ¡Alivio no dicho!, yo era la que se estaba volviendo loca en
vez de su propia, feliz y normal hija.
Pero ahora tenía la prueba de que no estaba loca. ¿Correcto? Había visto a
Heidi Anderson cubierta de sombras y sabía que moriría. Se Lo había contado a Emma
y a Nash. Y ahora mi premonición se había vuelto realidad.
Me paré tan rápido que mi taburete patinó contra las baldosas. ¡Tenía que
decírselo a alguien! Necesitaba ver la confirmación en los ojos de alguien, asegurarme
que no estaba imaginando la nueva noticia, porque, de verdad, si podía imaginarme la
muerte, ¿cuánto más difícil podría ser para mi pobre y enferma mente inventar nuevas
noticias?
Pero no podía contarle a mi tía lo que había sucedido, no sin admitir que me
había escabullido a un club, y una vez que le contara esa parte, no escucharía el resto.
Sólo se llevaría mis llaves y llamaría a mi padre.
No, contarle a mi tía Val estaba fuera de cuestión. Pero Emma podría creerme.
Mientras mi tía miraba fijamente, dejé caer mi plato en el fregadero y corrí a mi
cuarto, ignorándola cuando me llamó. Cerré la puerta de un golpe, me derrumbé sobre
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mi cama y entonces agarré mi teléfono móvil de mi mesa de noche, donde lo había
dejada cargando la noche anterior.
Llamé al teléfono de Emma, y casi gemí en voz alta cuando su mamá contestó.
Pero Emma había llegado una hora más temprano esta vez. ¿Por qué habrá sido
castigada esta vez?
- “Hola, señora Marshall.” - Me dejé caer sobre mi espalda y miré fijamente la
textura del techo, de cáscara de huevo. - “¿Puedo hablar con Em? ¡Es algo
importante!”
Su mamá suspiró. - “¡Hoy no, Kaylee! Emma llegó a casa oliendo a ron la noche
pasada. ¡Está castigada hasta nuevo aviso! Ciertamente espero que tú no hayas salido
a beber con ella.”
¡Oh, mierda! Cerré mis ojos, tratando de salir con una respuesta que no hiciera
sonar a Em como una delincuente por la comparación. Saqué un espacio en blanco. -
“Hum, ¡no, señora! Yo estaba conduciendo.”
- “Bueno, al menos una de ustedes tiene un poco de sentido. Hazme un favor y
trata de compartir algo de eso con Emma la próxima vez. Asumiendo que, alguna vez,
la vuelva a dejar salir de la casa.”
- “¡Seguro, señora Marshall!” - Colgué, de repente contenta de no haber
pasado la noche donde los Marshall, como había sido mi plan original. Con Emma
castigada y Traci probablemente todavía en shock, el desayuno no podría haber sido
una comida agradable.
Después de un minuto de vacilación, y mucho pánico anticipatorio, decidí
llamar a Nash, porque a pesar de su reputación y mi sospecha sobre sus motivos, él no
se había reído de mí cuando le dije la verdad sobre las crisis de pánico.
Y con Emma castigada, él era el único que lo sabía. Cogí el teléfono otra vezy
entonces comprendí que no tenía su número.
Cuidadosamente, tratando de evitar a mi tía y a mi tío que estaba ahora
despierto y friendo tocino, basándome en el olor impregnado por toda la casa, me
escabullí dentro de la sala de estar, cogí la guía telefónica del último cajón de una
mesa y regresé a mi cuarto. Había cuatro Hudson con el prefijo correcto, pero sólo uno
en su calle. Nash respondió al tercer tono.
26 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Mi corazón martilleó con tanta fuerza que estuve segura de que él podía
escucharlo por el teléfono, y durante varios segundos, el silencio fue todo lo que pude
manejar.
- “¿Hola?” - Repitió, sonando ahora casi tan molesto como soñoliento.
- “Hola, soy Kaylee” - Solté finalmente, fervientemente esperando que me
recordara - que yo no me hubiera imaginado bailando con él la noche anterior. Porque,
francamente, después de la premonición de anoche y el noticiario de la mañana, aún
comenzaba a preguntarme si Sophie estaba en lo correcto sobre mí.
Nash aclaró su garganta, y cuando habló, su voz era ronca con sueño. - “Hola,
no estás llamando para cancelar la cita, ¿o sí?”.
No pude resistir una sonrisa, a pesar de la razón de la llamada.- “No. Yo…
¿Viste las noticias esta mañana?”.
Él rió en silencio con voz ronca. - “Ni siquiera he visto el piso esta mañana.” -
Nash bostezó, y los resortes crujieron sobre la línea, Él seguía en la cama.
Aprisioné las escandalosas imágenes que el conocimiento trajo a mi mente y
me forcé a mí misma a enfocarme en el asunto que tenía entre manos. - “Enciente tu
TV.”
- “Realmente no estoy para eventos corrientes…” - Más resortes crujieron
cuando se dio una vuelta, y algo susurró contra el teléfono.
Mis ojos estaban cerrados y me apoyé contra mi cabecera, aspirando un aliento
profundo.- “¡Está muerta, Nash!”
- “¿Qué?” - El sonaba ligeramente más despierto esta vez. - “¿Quién está
muerto?”.
Me incliné hacia delante, y mi propia cama crujió. - “¡La chica del club!, la
hermana de Emma la encontró muerta anoche, en el baño del Taboo.”
- “¿Estás segura de que es ella?” - Definitivamente, ahora estaba despierto, y
lo imaginé sentándose derecho encima de la cama. Esperanzada que estuviera sin
camiseta.
- “Míralo por ti mismo.” - Apunté mi control remoto al juego de diecinueve
pulgadas sobre mi aparador y pasé por los canales locales hasta que encontré uno
todavía informando sobreese suceso. - “Canal nueve.”
27 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Algo pulsó sobre el teléfono, y las risas grabadas sonaron desde su habitación.
Un momento después, los sonidos desde su televisión sincronizaron con los míos. –
“¡Oh, mierda!” - Susurró Nash. Luego su voz se volvió más profunda. Seria. –
“Kaylee, ¿Esto te había pasado antes? Quiero decir, ¿alguna vez habías estado
en lo correcto?”.
Vacilé, insegura de cuánto contarle. Mis ojos se cerraron otra vez, pero la parte
de atrás de mis párpados no me ofrecieron ningún consejo. Entonces suspiré y le dije
la verdad. Después de todo, él ya sabía la parte más rara.
- “No lo sé. ¡No puedo hablar sobre esto aquí!” - La última cosa que necesitaba
era que mi tía y mi tío me oyeran por casualidad.
Ellos me castigarían por el resto de mi vida natural o me devolverían a la sala
siquiátrica.
- “Iré a recogerte. ¿Media hora?’”
- “Estaré en mi camino de entrada.”
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CAPITULO 3
TRADUCIDO POR CLO
Me duché en un tiempo récord, y veinticuatro minutos después de colgar el
teléfono, estaba limpia, seca, vestida, y usando el maquillaje suficiente para ocultar el
shock. Pero todavía estaba alisándome el cabello cuando oí un coche deteniéndose en
la entrada.
¡Mierda! Si no llegaba a él primero, el Tío Brendon haría que Nash entrara y lo
sometería a un interrogatorio.
Estiré del enchufe de la alisadora, corrí de regreso a mi cuarto por mi teléfono,
llaves y billetera y luego eché a correr por el pasillo, hacia afuera de la puerta de
entrada, gritando:- “¡Buenos días!” y “¡Adiós!” a mi atónito tío, todo en el mismo
aliento.
- “Es temprano para almorzar. ¿Qué te parece panqueques?” - Me preguntó
Nash mientras me deslizaba en el asiento del acompañante del coche de su madre y
cerraba la puerta.
- “¡Hum…seguro!” - Aunque con la muerte en mi conciencia y Nash al alcance
de mi vista, la comida era más o menos lo último en mi mente.
El auto olía a café, y Nash olía a jabón, pasta dental, y algo indescriptible y
tentadoramente delicioso. Quería inhalarlo completamente, y esta mañana no podía
dejar de mirar su barbilla suave donde la noche anterior había estado deliciosamente
áspera. Recordaba la textura de su mejilla contra la mía, y tuve que cerrar los ojos y
concentrarme para desvanecer el peligroso recuerdo.
No soy una conquista, no importa lo bien que huela. Ó lo bueno que sea su
sabor. Y la repentina e imperiosa necesidad de saber cómo se sentirían sus labios me
hizo temblar todo el cuerpo, y luchar por algo seguro que decir. Algo casual, que no
hiciera alusión a la peligrosa dirección que habían tomado mis pensamientos.
- “Creo que el coche arrancó” - comenté, colocándome el cinturón de
seguridad a través de mi torso. Luego me maldije a mí misma por una línea tan
estúpida de apertura. Por supuesto que el coche había arrancado.
29 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Su breve mirada pareció arder a través de mí. - “Tengo irrazonablemente
buena suerte.”
Sólo pude asentir y apretar la manija de la puerta mientras forzaba a mis
pensamientos a volver a Heidi Anderson, para mantenerlos fuera de Nash y…de los
pensamientos que no debería estar teniendo.
Cuando miró en mi dirección nuevamente su mirada se deslizó por mi garganta
hasta el escote de mi camiseta, antes de regresar bruscamente al camino mientras
apretaba su mandíbula. Conté mis exhalaciones para mantenerlas uniformes.
Terminamos en una cabina en Jimmy’s Omelet, una cadena de propiedad local
que servía desayunos hasta las tres de la tarde. Nash se sentó enfrente de mí, con sus
brazos descansando sobre la mesa y sus mangas subidas hasta los codos.
Una vez que la camarera había tomado nuestros pedidos y se había ido, Nash
se inclinó hacia delante y encontró mi mirada audazmente, íntimamente, como si
hubiéramos compartido mucho más que una rima en un callejón oscuro y un casi beso.
Pero la burla y el coqueteo se habían marchado; él lucía más serio de lo que alguna vez
lo hubiera visto. Sombrío. Casi preocupado.
- “De acuerdo…” - Dijo en voz baja, en concesión a la multitud charlando,
masticando, y tintineando platería en torno a nosotros. - “Así que la anoche
presagiaste la muerte de esta chica, y esta mañana apareció en las noticias, ¡muerta!”
Asentí, tragando densamente. Escucharlo así - como si nada -lo hacía sonar de
ambas formas, loco y aterrador. Y no estaba segura de cuál era peor.
- “¿Dijiste que habías tenido estas premoniciones antes?”
- “¡Sólo algunas veces!”
- “¿Alguna de ellas se volvió realidad alguna vez?”
Negué con la cabeza, luego me encogí de hombros y luego levanté un cubierto
envuelto en una servilleta para tener algo que hacer con las manos.- “No que yo
sepa.”
- “Pero sólo sabes de ésta porque apareció en las noticias, ¿correcto?” - Asentí
sin levantar la vista, y él continuó. - “Entonces, las otras también pudieron haberse
vuelto realidad, y podrías no haberte enterado.”
- “Supongo.” - Pero si fuera ese el caso, no estaba segura de querer saberlo.
30 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Cuando aparté mi mirada de la servilleta que había retirado de medio cuchillo
y tenedor, lo encontré mirándome atentamente, como si cada palabra mía pudiera
significar algo importante. Sus labios estaban presionados firmemente juntos, su
frente arrugada en concentración.
Cambié de posición en el banco de vinilo acolchado, inquieta bajo tanto
escrutinio. Ahora probablemente él pensaba que era realmente un fenómeno. Una
chica que piensa que sabe cuándo alguien va a morir - eso sería interesante en ciertos
círculos; definitivamente, presenta un seguro caché mórbido.
¿Pero una chica que, realmente, puede predecir una muerte? ¡Eso era
simplemente aterrador!
Nash frunció el ceño, y su atención se desplazó de ida y vuelta entre mis ojos,
como si estuviera buscando algo específico. - “Kaylee, ¿sabes por qué está pasando
esto? ¿Lo que significa?”.
Mi corazón latía dolorosamente, y apreté la triturada servilleta. - “¿Cómo sabes
que significa algo?”.
- “¡Yo…no lo sé!” - Suspiró y se recostó en la cabina, dejando caer su mirada a
la mesa mientras recogía un mini-tarro de confitura de fresas del expositor giratorio de
gelatina. - “Pero ¿no crees que debe significar algo? Quiero decir, no estamos
hablando de números de lotería y ganadores de carreras de caballo. ¿No quieres saber
por qué puedes hacer esto? ¿O cuáles son los límites? O…”
- “¡No!” - Levanté la vista bruscamente, irritada por la familiar y terrorífica
descompostura estableciéndose en mi estómago, matando el poco apetito que había
logrado mantener. - “No quiero saber por qué o cómo. Todo lo que quiero saber es
¡cómo detenerlo!”
Nash se inclinó hacia delante nuevamente, clavándome una mirada tan intensa,
tan profundamente invasora, que robó mi aliento. - “¿Qué si no puedes?”.
Mi estado de ánimo se oscureció por el mero pensamiento. Sacudí la cabeza,
negando la posibilidad.
Bajó nuevamente la mirada a la gelatina, girándola sobre la mesa, y cuando
levantó de nuevo la vista, su mirada se había suavizado. Compasiva. - “Kaylee,
necesitas ayuda con esto.”
Mis ojos se estrecharon y una punta de ira y traición se disparó a través de mí.-
31 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“¿Piensas que necesito psicopedagogía?” - Cada respiración era más rápida que
la anterior mientras luchaba para sacar los recuerdos de batas de colores brillantes, y
agujas y sujeciones acolchadas de muñecas.- “¡No estoy loca!” - Me puse de pie y dejé
caer el cuchillo sobre la mesa, pero cuando traté de marcharme, pasando por su lado,
su mano se envolvió firmemente alrededor de mi muñeca y se volvió para mirarme.
- “Kaylee, espera, eso no es lo que yo…”
- “¡Déjalo ir!” - Quería tirar mi brazo libre, pero temía que si él no lo dejaba ir,
lo perdería. Restricciones de cuatro puntos o una mano inflexible, era todo lo mismo si
no me podía liberar. El pánico se abría camino lentamente hacia arriba por mi
intestino, mientras luchaba para no revolverme contra su agarre. Mi pecho se
contrajo, y me tensé en mi desesperación por calmarme.
- “¡La gente está mirando!” - Susurró con urgencia.
- “Entonces, ¡déjame ir!” - Cada respiración ahora era corta y rápida, y el sudor
se reunió en las curvas de mis codos. - “¡Por favor!”
Él me soltó.
Exhalé, y mis ojos se cerraron mientras el lento alivio se tamizaba a través de
mí. Pero no podía moverme. No aún. No sin correr.
Cuando me di cuenta de que estaba frotando mi muñeca, apreté mis manos en
puños hasta que mis uñas cortaron mis palmas. A lo lejos, noté que el restaurante se
había calmado a nuestro alrededor.
- “Kaylee, por favor, siéntate. ¡Eso no fue lo que quise decir!” - Su voz era
suave. Calmante.
Mis manos comenzaron a relajarse, e inhalé profundamente.
- “¡Por favor!” - Repitió, y tomó cada pedazo de autocontrol que tuviera para
hacerme retroceder y hundirme en el banco acolchado.
Con las manos en mi regazo.
Nos sentamos en silencio hasta que comenzaron las conversaciones a nuestro
alrededor, yo mirando fijamente la mesa, él mirándome a mí, como si tuviera que
adivinar.
- “¿Estás bien?” – Me preguntó finalmente, mientras que la camarera ponía la
comida en la mesa detrás de mí, y sentí liberarse la tensión en mis hombros cuando
me apoyé contra el respaldo de madera de la cabina.
32 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
- “¡No necesito un doctor!” - Me obligué a levantar la vista, lista para
mantenerme firme contra el sentido contrario. Pero nunca llegó.
Suspiró, un sonido fuerte con renuencia. - “Lo sé. Necesitas decírselo a tu tía y
a tu tío.”
-“Nash…”
- “Ellos podrían ser capaces de ayudarte, Kaylee. Tienes que decirle a
alguien…”
- “Ellos lo saben, ¿de acuerdo?” - Eché un vistazo a la mesa para encontrar a
mis dedos desgarrando la triturada servilleta en pedacitos aún más pequeños.
Lanzándolos a un lado, de pronto me encontré con la mirada de Nash,
imprudentemente determinada a decirle la verdad. ¿Qué tanto peor podría pensar
posiblemente de mí?
- “La última vez que pasó esto, me descontrolé y empecé a gritar. Y no podía
parar. Ellos me pusieron en el hospital, y me ataron a una cama, y me llenaron de
drogas, y no me dejaron salir hasta que todos acordamos que había superado mi
‘delirio e histeria’ y que ya no necesitaría hablar de ellos nunca más. ¿Okey?Así que no
creo que decírselo a ellos vaya a hacer mucho bien, al menos que quiera pasar el
receso de otoño en la unidad de salud mental.”
Nash parpadeó, y en el lapso de un solo segundo, su expresión pasó por la
incredulidad, asco, y la indignación antes de asentarse en la furia, con sus cejas bajas y
brazos abarrotados, como si quisiera pegarle a algo.
Me tomó un momento darme cuenta de que nada de eso estaba dirigido a mí.
Que no estaba enojado y avergonzado de ser visto afuera con la psicópata de la
escuela. Probablemente porque nadie más lo sabía. Nadie excepto Sophie, y sus
padres la habían amenazado con el ostracismo social - arresto domiciliario total - si
alguna vez dejaba salir el secreto de la familia de cargar con el muerto.
- “¿Por cuánto tiempo?” - Preguntó Nash, su mirada perforando la mía tan
profundamente que me pregunté si podía mirar a través de mis ojos y dentro de mi
mente.
Suspiré y rasgué la etiqueta de una pequeña botella de almíbar libre de azúcar
- “Después de una semana, dije todas las cosas correctas, y mi tío me sacó en
contra de las órdenes de los doctores. Ellos dijeron en la escuela que había tenido una
33 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
gripe” - Yo era una estudiante de segundo curso entonces, y fue casi un año antes de
conocer a Nash, cuando Emma comenzó a salir con una serie de compañeros de
equipo.
Nash cerró los ojos y exhaló fuertemente. - “¡Eso nunca debería haber pasado!
No estás loca. La última noche prueba eso.”
Asentí, entumecida. Si lo hubiera malinterpretado, no hubiera sido capaz de
caminar erguida en mi propia escuela nuevamente. Pero no podía pensar acerca de
esa posibilidad por el momento. No con mis secretos expuestos; mi corazón yacía
abierto y el terror latente, acechando en los confusos y drogados recuerdos que había
deseado enterrar.
- “Debes decirles nuevamente, y…”
-“No.”
Pero él continuó, como si yo nunca hubiera hablado - “…si no te creen, llama a
tu papá.”
- “No, Nash.”
Antes de que pudiera argumentar nuevamente, un suave y pálido brazo
apareció en mi campo de visión, y la camarera puso un plato sobre la mesa enfrente de
mí, y uno frente a él. Ni siquiera la había escuchado aproximarse esa vez, y basada en
los ojos amplios de Nash, él tampoco lo había hecho.
- “De acuerdo, empiecen a comer. Y háganme saber si necesitan algo más,
¿bien?”
Ambos asentimos mientras ella se alejaba. Pero sólo pude cortar mis
panqueques en prolijos triángulos y empujarlos por todo el almíbar. No tenía apetito.
Incluso Nash, simplemente picó en su comida.
Finalmente, bajó su tenedor y se aclaró la garganta hasta que levanté la
mirada.- “No voy a convencerte de esto, ¿o sí?”
Negué con la cabeza. Él frunció el ceño, luego suspiró y puso una pequeña
sonrisa.- “¿Cómo te sientes con los gansos?”.
DESPUES DE UN DESAYUNO que no comí, y Nash no disfrutó, nos detuvimos en
una tienda de sándwiches, donde compró una bolsa de pan del día anterior. Luego nos
dirigimos al Lago White Rock para alimentar a una bandada de gansos que graznaban y
picoteaban, una pareja de los cuales eran pequeños demonios audaces. Uno arrebató
34 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
un pedazo de pan justo de mi mano, casi llevándose mi dedo con él, y a él otro le
mordió el zapato cuando no sacó la comida de la bolsa lo suficientemente rápido.
Cuando se acabó el pan, escapamos de los gansos – a duras penas – para
pasear alrededor del lago. El viento me batía el cabello en nudos y me tropecé con una
tabla suelta en el muelle, pero cuando Nash agarró mi mano, le permití mantenerla, y
el silencio entre nosotros era cómodo. ¿Cómo podría no serlo?Cuando él había visto
ahora cada sombra de mi alma y cada esquina de mi mente, y no me había llamado
loca ni una sola vez,ni había tratado de manosearme.
¿Y por qué no? Me pregunté, mirando disimuladamente su perfil mientras él
entrecerraba los ojos al sol a través del lago. ¿No era lo suficientemente bonita?
No, no quería ser la última en su rumorada lista de conquistas, pero no me
molestaría saber que era digna de ello.
Nash sonrió cuando notó que lo estaba mirando. Sus ojos eran más verdes que
marrones a la luz del sol, y parecían estar agitándose suavemente, probablemente
reflejando el movimiento del agua. - “Kaylee, ¿puedo preguntarte algo personal?”.
¿Cómo si la muerte y las enfermedades mentales no fueran personales?
- “Sólo si consigo preguntarte algo.”
Él pareció considerarlo por un momento, luego sonrió ampliamente, mostrando
un único y profundo hoyuelo, y me apretó la mano mientras caminábamos.- “¡Tú
primero!”
- “¿Dormiste con Laura Bell?”.
Nash se detuvo bruscamente y arqueó ambas cejas drásticamente, por largo
tiempo, y observé sus hermosas pestañas masculinas.
- “Eso no es justo. Yo no te pregunté con quién habías estado.”
Me encogí de hombros; disfrutando su incomodidad. - “Pregunta.” - Ni siquiera
necesitaba un dedo para marcar mi lista.
Él frunció el ceño; él obviamente tenía otra pregunta en mente. - “Si digo que
sí, ¿vas a enojarte?”.
Me encogí de hombros. - “¡No es asunto mío!”
- “Entonces ¿por qué te importa?”
35 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Grrr… - “De acuerdo, ¡nueva pregunta!” - Lo tironeé para caminar nuevamente,
preparando los nervios para preguntar algo de lo que no estaba segura de querer
saber la respuesta. Pero tenía que saber, antes de que las cosas fueran más lejos. –
“¿Qué estás haciendo aquí?” Mantuve nuestras manos encajadas para dar
énfasis. - “¿Qué hay en esto para ti?”
- “Tu confianza, ¡espero!”
Mi cabeza daba vueltas por eso, y sofoqué una sonrisa aturdida.- “¿Eso es
todo?” - Parpadeé hacia él mientras subimos al muelle. Aún si eso era cierto, no podía
ser todo. Puse un fingido ceño fruncido. - “¿Estás seguro de que no estás tratando de
acostarte conmigo?”
Su sonrisa esta vez fue verdadera mientras me arrastraba más cerca y me
presionaba gentilmente contra la vieja barandilla de madera, sus labios a centímetros
de mi nariz. - “¿Te estás ofreciendo?”
Mi corazón se aceleró y dejé a mis manos quedarse en su espalda, trazando los
planos duros a través de camiseta de mangas largas. Sintiéndolo apretado contra mí.
Oliéndolo de cerca. Considerando, sólo por un único momento de un latido…
Entonces aterricé de nuevo en la tierra, con un imaginario-ruido sordo
aplastante.
La última cosa que necesitaba era ser apuntada en la lista con los pasados
desechos de Nash Hudson. Pero antes de que pudiera descifrar cómo decirle eso, sin
disgustarlo o sonar como una puritana total, sus ojos brillaron con diversión y él se
inclinó hacia delante y besó la punta de mi nariz.
Jadeé, y él rió. - “Estoy bromeando, Kaylee. Sólo que no esperaba que pensaras
en ello por tanto tiempo.” - Sonrió ampliamente, luego se hizo hacia atrás y tomó mi
mano de nuevo, mientras yo lo miraba con asombro, con mis mejillas en llamas.
- “Haz tu pregunta antes de que cambie de opinión.”
Su sonrisa se desvaneció; la burla se había terminado. ¿Qué otra cosa podría
querer saber? ¿Qué servían de almuerzo en el pabellón psiquiátrico?
- “¿Qué le pasó a tu mamá?”
¡Oh!
36 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
- “¡No tienes que decírmelo!” - Él se detuvo y se volvió hacia mí, dando marcha
atrás cuando confundió mi alivio con incomodidad. - “Sólo tenía curiosidad. ¡Acerca de
cómo era ella!”
Me aparté de la cara las hebras de cabello castaño enredado. - “¡No me
importa!” - Desearía que mi madre aún estuviera viva, por supuesto, y realmente
deseaba poder vivir con mi propia familia, en lugar que en la de Sophie. Pero mi mamá
había estado ausente por tanto tiempo que apenas la recordaba, y estaba
acostumbrada a la pregunta.- “Ella murió en una colisión de coches cuando yo tenía
tres años.”
- “¿Ves a tu papá de vez en cuando?”
Me encogí de hombros y pateé una piedrita fuera del muelle. - “Él solía venir
varias veces al año.” - Luego solamente para Navidad y mi cumpleaños. Y ahora no lo
he visto en más de un año. No es que me importe. Él tenía su vida – supuestamente - y
yo la mía.
Por el destello de compasión en los ojos de Nash, él había escuchado incluso las
partes que no había dicho en voz alta.
Luego hubo un sutil cambio en su expresión, el cual no pude interpretar
completamente.
- “Todavía creo que deberías contarle a tu papá lo de anoche.”
Fruncí el ceño y me encaminé muelle abajo con los brazos cruzados sobre el
pecho, satisfecha cuando el viento cambiaba para soplar el cabello lejos de mi cara por
una vez.
Nash trotó detrás de mí. - “Kaylee…”
- “¿Sabes cuál es la peor parte de esto?” – Le pregunté cuando me alcanzó y
desaceleró hasta caminar.
- “¿Cuál?” - Él lució sorprendido por mi predisposición para siquiera hablar de
ello. Pero no estaba hablando de mi papá.
Mis ojos se cerraron, y cuando se calmó el viento, el sol se sintió cálido en mi
rostro, en sorprendente contraste con el frío construyéndose dentro de mí. - “Siento
como si debería haber hecho algo para detenerlo. Quiero decir, sabía que ella iba a
morir, y no hice nada. Ni siquiera se lo dije. Sólo metí la cola y corrí a casa. ¡La dejé
morir, Nash!”
37 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
- “¡No!” - Su voz era firme. Mis ojos se abrieron cuando me giró para que lo
mirara, listones de madera crujían debajo nuestro. - “¡No hiciste nada mal, Kaylee!
Saber que iba a pasar no significa que podrías haberlo detenido.”
- “Tal vez sí. ¡Ni siquiera lo intenté!” - Y había estado tan atrapada en lo que su
muerte significaba para mí que apenas me había detenido a pensar acerca de lo que
debería haber hecho por ella.
Su mirada se clavó en la mía, su expresión era feroz. - “¡No es tan fácil! La
muerte no golpea al azar. Si era su momento de irse, no hay nada que cualquiera de
nosotros pudiera haber hecho para detener eso.”
¿Cómo podía estar tan seguro? - “Debería al menos haberle dicho…”
- “¡No!” - Su duro tono nos sobresaltó a ambos, y cuando se estiró para
agarrar mis brazos, di un paso hacia atrás. Nash agachó su cabeza y extendió las manos
para mostrar que no me tocaría, luego las metió en sus bolsillos.- “¡Ella no te hubiera
creído! Y, de todas formas, es peligroso meterte con cosas que no entiendes, y todavía
no entiendes esto. Jura que si esto pasa nuevamente y no estoy allí, no harás nada. Ni
dirás nada. Sólo te darás la vuelta y te marcharás. ¿De acuerdo?”
- “De acuerdo” - Estuve de acuerdo. Él estaba empezando a asustarme, sus
ojos amplios y serios, la línea de su hermosa boca apretada y fina.
- “¡Júralo!” - Insistió Nash, con el iris destellando y girando ferozmente en la
brillante luz del sol. - “¡Tienes que jurarlo!”
- “¡Lo juro!” - Y lo decía de verdad, porque en ese momento, con el sol
pintando su rostro en un duro relieve de luz y sombra, Nash lucía tanto atemorizado
como atemorizante.
Pero lo que era aún peor, ¡él parecía saber exactamente de lo que estaba
hablando!
38 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPITULO 4
TRADUCIDO POR JEN
NASH ME LLEVÓ A CASA dos horas antes de que tuviera que estar en el trabajo,
y cuando caminaba por la puerta, el aroma de Fresia me dio dolor de cabeza al
instante. ¡Sophie estaba en casa!
Mi prima se levantó del sofá, dónde obviamente había estado espiando a través
de las cortinas, y apoyó una delgada mano, bien arreglada, sobre sus huesos
sobresalientes de la cadera, encima de sus jeans ajustados de corte bajo. - "¿Quién
era ese?" - Preguntó, aunque sus ojos entrecerrados decían que ya tenía un
sospechoso en mente.
Sonreí dulcemente y pasé a su lado por la sala. - "Un chico"
- "¿Y su nombre sería...?" - Ella me siguió hasta mi habitación, donde se sentó
en mi cama, sin hacer, como si fuera suya. O como si fuéramos amigas. Sophie sólo
jugaba a eso cuando quería algo de mí, generalmente dinero o un viaje en coche. Esta
vez, era obvio que estaba buscando información. Chismes para alimentar la hoguera
de los rumores que ella y sus amigas seguían haciendo arder con fuerza en la escuela.
Pero no iba a avivar sus llamas.
Le di la espalda para vaciar mis bolsillos en mi armario. - "Nadie de tu interés."
En el espejo, vi un ceño fruncido revolotear en su cara, tirando sus
características de duende fuera de forma.
El problema de conseguir todo lo que deseas en la vida es que no estás
preparado para la decepción cuando llega.
Consideré un placer para mí familiarizar a Sophie con ese concepto.
- "Mamá dice que es de último año." - Ella puso las piernas sobre la cama y las
cruzó por debajo de ella, con zapatos y todo.
Cuando no contesté, miró a mi reflejo. - "Puedo saber quién es en algo así
como dos segundos".
"Entonces, obviamente no necesitas nada de mí." - Puse mi cabello en una
coleta alta.-
39 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"Bienvenida a la fiesta, Nancy Drew."
Pequeñas líneas se formaron alrededor de su boca cuando ella frunció el ceño,
y crucé la habitación para sacar mi camisa del uniforme de una percha, dejándola
colgando de la barra del armario.- "Fuera. Tengo que ir a trabajar. ¡Así puedo pagar mi
seguro del coche!" - Sophie no tendría derecho a su licencia por otros cinco meses, y la
volvía loca que yo pudiera conducir y ella no.
Mi coche fue lo mejor que mi padre jamás me había dado, incluso si era usado.
E incluso si nunca lo había visto.
- "Hablando de coches, tu cita misteriosa parece conocida. Pequeño Saab
plateado, con tapicería de cuero, ¿verdad? "
Sophie se puso de pie, deambulando hacia la puerta lentamente, balanceando
sus estrechas caderas, y moviendo la cabeza como sumergida en el pensamiento.
- "El asiento trasero es bastante cómodo, incluso con esa pequeña abertura en
el lado del pasajero."
Un dolor me atravesaba la mandíbula, y me di cuenta de que estaba apretando
mis dientes. –
"¡Saluda a Nash por mí!" - Ronroneó, con una mano alrededor del pomo de mi
puerta. Entonces su expresión se transformó de zorra viciosa a buena samaritana, en el
espacio de sólo un segundo. - "No estoy tratando de herir tus sentimientos aquí,
Kaylee, pero creo que debes saber la verdad." - Sus ojos de color verde pálido se
abrieron enormemente con falsa inocencia. - "¡Te está utilizando para llegar a mí!"
Mi temperamento se encendió y cerré la puerta. Sophie gritó y sacó la mano
del camino, justo a tiempo para evitar cuatro dedos rotos. Mi puño apretó mi blusa
del uniforme, y la sacudí sobre la abolladura de trasero de bailarina que dejó en mi
edredón.
¡Ella estaba equivocada! Pero, de todos modos, estudié mi reflejo, tratando de
verme como todos los demás lo hacían. ¡Como Nash lo hacía!
No, no tenía la constitución magra de bailarina de Sophie, o las curvas
abundantes de Emma, pero no era horrible. Sin embargo, Nash podía hacerlo mucho
mejor que no horrible.
¿Por eso no me había besado? ¿Era una conveniencia entre novias? ¿O una cita
piadosa? ¿Algún tipo de programa social para deportistas de buen corazón?
40 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
¡No! Él no pasaría tanto tiempo hablando con alguien en quien no tenía
verdadero interés, incluso si estaba buscando un revolcón casual. Había más fáciles
para ligar en otros lugares.
Pero podría usar una segunda opinión cualificada. Con el teléfono en mano, me
dejé caer sobre la cama y aguanté la respiración mientras marcaba, con la esperanza
de que la madre de Emma le hubiera devuelto su teléfono.
No hubo tal suerte. Después de dos minutos muy largos de enviar un mensaje
de texto –“¿Puedes hablar?” - Llegó la respuesta.
- “Todavía está castigada. Habla con Emma en el trabajo.”
Nunca debió haber enseñado a su madre a escribir mensajes de texto. Le dije
que nada bueno podía salir de eso.
Em y yo estábamos empleadas en el mismo turno, por lo que esa tarde la puse
al día con mi cita con Nash mientras vendíamos las entradas para la caricatura animada
más reciente por computadora y la inevitable comedia romántica. En el descanso de la
cena, nos sentamos en una esquina del bar de aperitivos, compartiendo un pretzel
suave y papas fritas con queso, mientras le contaba lo de Heidi Anderson -lo que ella
no había oído de su hermana- donde nadie pudiera oírnos.
Emma estaba fascinada por la exactitud de mi predicción, y se mostró de
acuerdo con Nash en que debía contárselo a mi tía y ami tío; aunque sus motivos
teníanmás relación con decirles un gran “¡te lo dije!”, en vez de que me ayudaran a
saber qué hacer con mi talento mórbido.
Pero,nuevamente, no acepté el consejo. No tenía interés alguno en las futuras
reuniones con el Dr. Nelson – el de las restricciones médicas y laspíldoras zombi. De
hecho, me aferraba a la esperanza de que la siguiente predicción – si es que había otra
– llegara en meses, o incluso en años. Después de todo, había pasado casi nueve
meses entre las dos anteriores.
La última parte de mi turno se prolongó a la mitad de la velocidad normal,
porque, en menos de quince minutos, el administrador trasladó a Emma a la cafetería,
dejándome sola en la taquilla con una computadora A & M de ciencias avanzadas,
cuya camiseta- levantó su uniforme para enseñármela- decía: Mi otra camisa es un
uniforme de tropas de asalto.
41 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Cuando el día se había acabado finalmente, consulté el reloj y esperé a Emma
en la sala de descanso de los empleados. Cuando estaba cerrando mi chaqueta, Emma
empujó la puerta y se quedó manteniéndola abierta con su cuerpo, un oscuro ceño
fruncido en su cara.
- "¿Qué sucede?" - Mi mano se cernía sobre el gancho donde su chaqueta
todavía colgaba.
- "Vamos. ¡Tienes que escuchar esto!"- Ella abrió aún más la puerta y se quedó
a un lado, para que yo pudiera pasar. Pero vacilé. Sus noticias, obviamente, no eran
buenas, y yo estaba a tope de lo escalofriante y deprimente por el momento. - "En
serio. Esto es raro. "
Suspiré, y luego metí mis manos en los bolsillos de la chaqueta y la seguí
durante más de ocho metros de baldosas de linóleo pegajosos y a través del vestíbulo
del cine hacia el mostrador de aperitivos.
Jimmy Barnes estaba ocupado con un cliente, pero una vez que vio a Emma
esperando para hablar con él, se lanzó a través delpedido tan rápidamente que casi
olvidó poner mantequilla en las palomitas de maíz. Tenía un pequeño enamoramiento
con Emma.
¡No era el único!
- "¿De regreso ya?" - Jimmy asintió con la cabeza hacia mí, y luego se apoyó
con sus brazos regordetes en el mostrador de vidrio, mirando a Em como si el
significado de la vida quedara sepultado en sus ojos. Sus dedos estaban manchados de
color amarillo, con aceite sabor a mantequilla y olía como palomitas de maíz y la
cerveza de raíz que chorreaba por el frente de su delantal negro.
- "¿Puedes decirle a Kaylee lo que dijo Mike?"
La sonrisa tonta de cachorro enamorado de Jimmy se desvaneció, y se puso de
pie, poniendo su cuerpo en un ángulo para hacer frente a las dos. - "¡Es lo más
escalofriante que he oído!" Buscó debajo del mostrador para agarrar un empaque de
vasos de papel de dieciséis onzas, y comenzó a rellenar el depósito mientras hablaba.
- "Conoces a Mike Powell, ¿verdad?" - Preguntó.
- "Sí". - Miré a Emma con ambas cejas levantadas en señal de interrogación,
pero ella sólo señaló con la cabeza a Jimmy, en silencio, indicándome que prestara
atención.
42 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Jimmy presionó sobre una pila de tazas invertidas que se hundieron en un
agujero en el mostrador para hacer espacio a más. - "Mike tomó un turno en el bar de
aperitivos en la sucursal de Arlington hoy, llenando el puesto de un tipo que fue
despedido por escupir en la Coca-Cola de alguien".
- "Hey, ¿puedo conseguir un poco de palomitas aquí?"
Miré hacia arriba para ver un hombre de mediana edad que esperaba delante
de la caja registradora, flanqueado por una niña con su pulgar en la boca y un hijo
mayor con la mirada-y sus pulgares- pegados a una PSP.
- “¿Será una jumbo, señor?”- Jimmy levantó un dedo pidiéndonos que
esperáramos un minuto y se desvió hacia la máquina más cercana de palomitas de
maíz; mientras, saqué mi teléfono de mi bolsillo para comprobar la hora. Eran pasadas
las nueve y me moría de hambre. Y no estaba precisamente ansiosa por alguna extraña
y espeluznante historia que Jimmy tenía para contar.
Cuando los clientes se fueron con una bandeja de cartón llena de comida
chatarra y refrescos, Jimmy se volvió hacia nosotras.
- "De todos modos, Mike llamó hace como media hora, totalmente
enloquecido. Dijo que una chica murió justo en frente de su registro esta tarde. Sólo
cayó muerta, aún sostenía sus palomitas de maíz. "
El shock me atravesó, enfriándome desde el interior hacia fuera. Miré a Emma,
y ella me dio un único gesto sombrío. Cuando me volví de nuevo hacia Jimmy un
malestar oscuro se desplegó dentro de mí, serpenteando por mi columna vertebral
como tentáculos de hielo.- "¿Hablas en serio?"
- "¡Totalmente!" - Giró el final de la manga de plástico alrededor de los vasos
restantes.- "Mike dijo que todo era irreal. La ambulancia se la llevó en una maldita
bolsa de plástico, el gerente cerró el local y entregó vales a todos los clientes. Y los
policías siguieron haciendo preguntas a Mike, tratando de averiguar qué pasó”.
Emma me miró para ver mi reacción pero yo sólo podía mirar, con mis manos
agarrando el borde de la barra. No pude forzar mis pensamientos dispersos en un
orden lógico. La similitud con Heidi Anderson era evidente, pero no tenía ninguna
razón concreta para conectar las dos muertes.
- "¿Saben cómo murió?" - Le pregunté finalmente, aferrándome a la primera
idea coherente que tomó forma.
43 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Jimmy se encogió de hombros. - "Mike decía que estaba bien en un minuto, y
sobre su espalda en el siguiente. No hubo tos, no se ahogó, no se agarró su corazón o
la cabeza."
Un vago y pesado temor estaba construyéndose dentro de mí; cocinándose a
fuego lento de premonición en comparación con la ebullición rápida de pánico que
sentí, cuando vi a Heidi envuelta en sombras. ¡Las muertes estaban conectadas!
Tenían que estarlo.
Emma me miraba de nuevo y debía verme tan enferma como me sentía,
porque puso una mano sobre mi hombro. - "Gracias, Jimmy. Nos vemos el miércoles."
En el camino a casa, Emma se aflojaba el cinturón de seguridad y se retorcía en
el asiento del pasajero al fruncirme el ceño en la oscuridad, su rostro era una máscara
de fascinación lúgubre. - "¿Cuán raro fue eso? En primer lugar, pudiste predecir la
muerte de la chica en el Taboo. Luego, esta noche, otra chica cae muerta en el cine, al
igual que anoche."
Encendí mi intermitente para adelantar a un coche en el carril derecho. - "No
son lo mismo" - insistí, a pesar de mis propios pensamientos similares. - "Heidi
Anderson estaba borracha. Probablemente murió de intoxicación alcohólica”.
- "No-o." - Emma sacudió la cabeza, su cabello rubio rebotaba en la esquina de
mi visión.- "En las noticias dijeron que examinaron su sangre. Estaba borracha, pero
no tanto".
Me encogí de hombros, incómoda con el giro de la conversación. - “Puede ser
que se desmayara y se golpeara la cabeza cuando cayó."
- "Si fue así, ¿no crees que la policía se habría dado cuenta de eso?" - Cuando
no respondí, Emma continuó, tapándose los ojos del resplandor de una luz de
carretera que pasábamos. - “Creo que no que saben lo que la mató. Apuesto a que es
por eso que no han programado aún su funeral”.
Mis manos se cerraron sobre el volante, y la miré con sorpresa. - "¿Qué eres,
espiando a la chica muerta?".
Ella se encogió de hombros. - "Sólo veo las noticias. Estoy castigada, ¿qué más
se puede hacer? Además, esta es la cosa más extraña que ha pasado por aquí. Y el
hecho de que presagiaste una de ellas va más allá de lo extraño."
44 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Encendí mi intermitente de nuevo y me salí de la autopista en nuestra salida,
obligando a mi mano a relajarse alrededor del volante. Ni siquiera quería pensar más
en mi premonición y mucho menos hablar de ello. - "No sabes si las muertes están
relacionadas. No es que fueran asesinadas. Al menos, no la chica de Arlington. Mike la
vio morir."
- "Pudo haber sido envenenada...." - Insistió Emma, pero yo seguía
ignorándola mientras reducía la velocidad para dar la vuelta en su calle.
- "E incluso si están conectadas, no tienen nada que ver con nosotras".
- "Supiste que la primera iba a morir".
- "Sí, y espero que no vuelva a suceder".
Emma frunció el ceño, pero dejó ir el tema. Después de que la dejé en su casa,
me detuve en un terreno baldío cercano a su casa y llamé a Nash.
- "¿Hola?" - Del fondo oí disparos y gritos, hasta que bajó el volumen de su
TV.
- "Hey, soy Kaylee. ¿Estás ocupado? "
- "Sólo evito la tarea. ¿Qué tal? "
Miraba por el parabrisas a través del estacionamiento oscuro, y mi corazón
parecía tropezar con los latidos venideros mientras me ponía nerviosa.
- "¿Kaylee? ¿Estás ahí? "
- "Sí." - Cerré los ojos y obligué a salir a las siguientes palabras antes de que mi
garganta se congelara. - "¿Puedo usar tu ordenador? Tengo que buscar algo, pero no
puedo hacerlo en casa sin que Sophie me espíe." - Y no quería que mi tía me trajera mi
ropa sin tocar la puerta antes – como era su costumbre – y viera lo que estaba
buscando en línea.
- "No hay problema."
Pero la reflexión llegó rápido y duro. No debería estar a solas con Nash en su
casa, la completa fuerza de voluntad de nuevo.
Se echó a reír como si supiera lo que estaba pensando. O escuchó mi nervioso
silencio. - "No te preocupes. Mi mamá está aquí. "
Alivio y decepción llegaron a partes iguales, y luché para que ninguna se
escapara en mi voz.-"Eso está bien." - Encendí el motor, y los faros tallaron arcos de luz
sobre el oscuro espacio de la grava. - "¿Tienes hambre?"
45 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
- "Estaba a punto de pedir una pizza".
- "¿Interesado en una hamburguesa?"
-“¡Siempre!".
Veinte minutos más tarde, aparqué en la calle, en frente de su casa, y me bajé
del coche con una bolsa de comida rápida en una mano y la bandeja de bebidas en la
otra. Una vez más, el Saab de su madre estaba en el camino de entrada, pero esta vez
la puerta estaba cerrada.
Crucé el pequeño y bien cuidado patio y caminé en el porche, pero Nash abrió
la puerta antes de que pudiera tocarla. - "Hey, entra" - Tomó las bebidas, dejó la
puerta abierta, y pasé detrás de él en una limpia y escasamente decorada sala de
estar.
Nash puso las tazas en el final de una mesa y se metió las manos en los
bolsillos, mientras yo miraba a mi alrededor. Los muebles de su madre no eran nuevos
o de lujo como los de tía Val, pero parecían mucho más cómodos. El piso de madera se
veía usado pero estaba impecable, y toda la casa olía a galletas de chocolate.
Al principio pensé que era el olor de una vela como las que tía Val encendía en
Navidad, para dar la impresión de que sabía cómo hornear. Pero luego escuché crujir
la puerta del horno al abrirse, a la izquierda de la sala, y el olor a galletas se
incrementó. La Sra. Hudson, en realidad, estaba horneando.
Cuando mi mirada volvió a Nash lo encontré mirando mi blusa, máscon
diversión que con verdadero interés. Fue cuando me di cuenta de que aún estaba con
mi uniforme del Cine. La forma de vestir, Kaylee...
Nash se rió cuando vio mi sorpresa, luego hizo un gesto hacia un estrecho
pasillo que ramificaba la sala. - "Vamos..." - Pero antes de haber dado dos pasos, la
puerta giratoria de la cocina se abrió, y una esbelta y bien proporcionada mujer
apareció en la puerta, descalza, en jeans y con una ajustada camiseta cruzada azul.
No estoy segura de lo que esperaba del físico de la madre de Nash, pero esta
mujer no cumplía los requisitos. Era joven. Como de unos treinta. Pero eso no podía
ser correcto porque Nash tenía dieciocho años. Llevaba sus largos rizos color rubio
oscuro, en una simple coleta, a excepción de unos pocos rizos que se habían caído para
enmarcar su cara.
46 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Podría haber sido su hermana mayor. ¡Su muy atractiva hermana mayor! La tía
Val la odiaría....
Cuando los ojos de la señora Hudson encontraron los míos, el mundo pareció
dejar de moverse. O más bien, ella dejó de moverse. Completamente. Como si ni
siquiera respirara.
Supongo que no era lo que había esperado.
Las ex de Nash eran hermosas, y apuesto a que ninguna de ellas había venido
con un polo morado, sin forma, con el logo bordado del Cine en un hombro.
A pesar de la manera intensa en que me miraba me desconcertó, parecía que
estuviera tratando de leer mis pensamientos en mis ojos, y yo sentía un impulso
insoportable de cerrarlos, por si eso fuera exactamente lo que estuviera haciendo. En
cambio, agarré la bolsa de comida rápida con ambas manos y le devolví su mirada con
una mirada franca de mi parte, porque no parecía enojada. Sólo muy curiosa.
Después de varios segundos incómodos, me dedicó una hermosa sonrisa, nada
maternal y asintió, como si aprobara lo que fuera que había visto en mí.- "Hola,
Kaylee, soy Harmony."- La madre de Nash se limpió la mano derecha en la parte
delantera de sus
Vaqueros, dejando una débil mancha de harina en forma de palma; a
continuación, dio un paso adelante y se acercó a mí. Le di la mano vacilante. - "He
oído hablar mucho de ti."
¿Había oído hablar de mí?
Miré hacia arriba para ver el ceño fruncido de Nash a su madre, y tuve la clara
impresión de que acababa de perdérmelo moviendo la cabeza o haciendo alguna otra
señal silenciosa de “¡cállate!”
¿Qué es lo que me estaba perdiendo?
- "También es un placer conocerla, Sra. Hudson." - Suprimí la necesidad de
eliminar la harina residual en mis pantalones de trabajo.
- "Oh, no es señora" - Su sonrisa se suavizó, aunque sus ojos nunca dejaron los
míos- "Hemos sido sólo Nash y yo desde hace años. ¿Y tú, Kaylee? Háblame de tus
padres. "
- "Yo... eh..."
47 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Los dedos de Nash se doblaron alrededor de los míos y lo dejé tirarme cerca. -
"Kaylee necesita tomar prestado mi ordenador." - Hizo un gesto a la bolsa de manchas
de grasa que todavía sostenía en una mano. - "Vamos a comer mientras trabajamos."
Por un momento, pareció que la Sra. Hudson podría objetar. Luego le dio una
sonrisa severa a Nash. - "¡Deja la puerta abierta!"
Nash murmuró un vago reconocimiento, entonces se dirigió al corto y oscuro
pasillo, con la bandeja de bebidas.
Todavía sin habla lo seguí, con la bolsa de comida rápida aferrada a mi pecho.
La habitación de Nash era casual y cómoda, y me gustó inmediatamente. Su
cama estaba deshecha y su escritorio estaba lleno de CDs, juegos de Xbox, y
envoltorios de comida chatarra. El televisor estaba encendido pero apretó el botón de
encendido al pasar, y todo lo que había estado viendo brilló en la silenciosa pantalla
negra.
Su silla era la única en la habitación, y la lata abierta de Coca-Cola en el
escritorio decía que había esto sentado allí. Por un momento me quedé helada, como
un conejo en la mira, mirando la cama, el único lugar para sentarse, mientras mi pulso
zumbaba en mis oídos.
Nash se echó a reír y empujó la puerta a una pulgada de cerrarla, agitando
hacia la cama la mano vacía. - "No te va a plegar en la pared."
Yo estaba más preocupada de que me tragara entera. Y no podía dejar de
preguntarme ¿Cuántas chicas se habían sentado ahí antes que yo...?.
Finalmente, adoptando algunas medidas, hice a un lado un libro cerrado de
química y me senté en el borde de la cama, ya hurgando en la bolsa de papel. - "Ten".-
Le entregué una hamburguesa y una caja de papas fritas.
Él puso la comida sobre el escritorio y se hundió en la silla, moviendo el mouse
hasta que su monitor cobró vida.
"¿Qué estamos buscando?" - Preguntó, luego puso una papa frita en su boca.
Desenvolví mi hamburguesa, pensando en la mejor forma de dar mi respuesta.
Pero no había ninguna buena manera de poner lo que tenía que decir. - "Otra chica
murió esta noche. En el Cine en Arlington. Un tipo con el que trabajo estaba allí y dijo
que sólo cayó muerta, con una bolsa de palomitas de maíz”.
48 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Nash me miró parpadeando, congelado a medio masticar. - "¿En serio?" - Me
preguntó después de tragar, y yo asentí.
- "¿Crees que está conectado con esa chica en el barrio oeste?"
Me encogí de hombros. - "No predije este, pero es aún más raro que lo que
sucedió en el Taboo. ¡Quiero detalles!” - Así podría probarme a mí misma que las dos
muertes no eran tan similares como sonaban.
- "Está bien, espera..." - Él escribió algo en la barra de direcciones y un motor
de búsqueda apareció en el monitor. - "¿Arlington?"
- “Sí” - Dije, a punto de morder mi hamburguesa.
Nash escribía mientras masticaba, y los vínculos empezaron a llenar la pantalla.
Hizo clic en el primero. - "Aquí está." - Era un sitio web del canal de noticias de Dallas –
la estación que había emitido la historia de Heidi Anderson el día anterior.
Me incliné más cerca para ver por encima de su hombro, muy consciente de lo
bien que olía, y Nash leyó en voz alta.
"Las autoridades locales están perplejas por la muerte de la segunda
adolescente Metroplex en tantos días. Esta tarde, Alyson Baker de quince años de
edad, murió en el vestíbulo del Cine 9, en el centro comercial de Six Flags. La policía
todavía tiene que determinar la causa de su muerte, pero han descartado las drogas y
el alcohol como factores. Según un testigo, Baker 'sólo cayó muerta' en el mostrador
de la concesión. Un memorial se celebrará mañana en la preparatoria Stephen F.
Austin para Baker, que era una estudiante de segundo año allí, y animadora”.
Bebiendo de la paja, examiné el artículo por un momento, después de terminar la
lectura. "¿Eso es todo?"
- "Hay una foto". - Se desplazó hacia arriba para revelar una foto en blanco y
negro, de un anuario, de una bonita morena con el pelo largo, recto y características
dramáticas. - "¿Qué te parece?"
Suspiré y me hundí de nuevo en el borde de la cama. Ver a la última chica
muerta no había respondido a ninguna de mis preguntas, pero me había dado un
nombre y una cara, e hizo su muerte infinita y desgraciadamente más real. - "¡No lo sé!
Ella no se parece mucho a Heidi Anderson. Y es cuatro años más joven."
- "Y no estaba borracha."
49 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
- "¡Y no tenía idea de que esto se iba a ocurrir!" - Sin más hambre, envolví el
resto de mi hamburguesa y la dejé caer en la bolsa. - "Lo único que tienen en común es
que ambas murieron en público".
- "¡Sin una causa evidente de muerte!" - Nash miraba la bolsa en mi regazo. -
"¿Vas a terminarte eso?"
Le entregué mi hamburguesa, pero sus palabras todavía resonaban en mi
mente. Había dado en el blanco con eso – conduciéndolo en línea recta a mi corazón.
Heidi y Alyson, literalmente, habían caído muertas sin advertencias, sin enfermedad y
sin heridas de ningún tipo. Y había sabido que la muerte de Heidi se avecinaba.
Si yo hubiera estado allí cuando Alyson Baker estaba pidiendo sus palomitas de
maíz, ¿habría sabido que ella estaba a punto de morir?
Y si hubiese sido así, ¿habría servido de algo advertirle?
Me escabullí de vuelta en la cama y atraje mis rodillas hasta el pecho mientras
el sentimiento de culpa por la muerte de Heidi crecía dentro de mí como una esponja
que absorbe el agua. ¿La había dejado morir?
Nash dejó caer el envoltorio de la hamburguesa vacío en la bolsa y giró en la
silla de escritorio para enfrentarse a mí. Él frunció el ceño al mirar mi expresión y se
inclinó hacia adelante,empujando suavemente mis piernas hacia abajo, para poder ver
mi cara.- "¡No hay nada que pudieras haber hecho!"
¿Mis pensamientos eran tan evidentes? No podía convocar una sonrisa, incluso
con sus hoyuelos y rastros del final de la noche a pulgadas de distancia. - "¡No lo
sabes!"
Su boca formó una línea dura en un instante, como si fuera a discutir, pero
luego sonrió con picardía, con su mirada clavada en la mía.- "Lo que sé es que
necesitas relajarte. Piensa en otra cosa que no sea muerte”.
Su voz era un suave murmullo mientras se movía de la silla para sentarse junto
a mí en la cama y el colchón se hundió bajo su peso.
Mi respiración se afiló en anticipación, y mi pulso se aceleró.- "¿En qué debería
estar pensando?" - Mi propia voz salió baja, mis palabras eran tan suaves que apenas
podía oírlas.
"¡En mí!" - Susurró de nuevo, inclinándose hacia adelante para que sus labios
rozaran mi oído mientras hablaba. Su aroma me envolvió, y su mejilla se sentía rasposa
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contra la mía.- "Deberías estar pensando en mí." - Sus dedos se entrelazaron con los
míos en mi regazo y se alejó de mi oído poco a poco, sus labios rozaban mi mejilla,
deliciosamente suave en contraste con la barba afilada. Dejó un rastro de pequeños
besos a lo largo de mi mandíbula, y mi corazón latió más fuerte con cada uno.
Cuando llegó a la barbilla arrastró los besos hacia arriba, hasta que su boca se
encontró con la mía, chupandosuavemente mi labio inferior entre los suyos.
Probándome, sin hacer contacto por completo. Mi pecho subía y bajaba rápidamente,
mi respiración poco profunda, mi pulso acelerándose.
¡Más...!
¡Él me oyó! Debió haberlo hecho. Nash se hizo hacia atrás lo suficiente para
encontrar mi mirada, con un calor abrasador detrás de sus ojos, y me di cuenta de que
él también estaba respirando con dificultad. Sus dedos se cerraron en torno a los míos
y su mano libre se deslizó dentro de mi cabello, en la base de mi cráneo.
Entonces,¡me besó de verdad!
Mi boca se abrió debajo de la suya y el beso fue más profundo cuando yo lo
atraje hacia mí, de pronto voraz por algo que nunca había probado. Mis dedos se
cerraron alrededor de él, y mi mano libre encontró su brazo, explorando lo duro,
deleitándome en el potencial de la fuerza contenida en ellos.
Nash se retiró y me miró, la profunda necesidad era latente detrás de sus ojos.
La intensidad de esa necesidad – la profundidad asombrosa de su anhelo – chocó
contra mí como una ola en el costado de un buque, amenazando con golpearme por la
bordapara tirarme en ese mar turbulento, donde la corriente seguramente me llevaría
lejos.
Su dedo siguió mi labio inferior, su mirada clavada en la mía, y mi boca abierta,
lista para la suya de nuevo.
Su reticencia era una suerte terrible. Casi no podía respirar cuando él me
tocaba, así que estaba abrumada por... todo. Pero olía tan bien, y se sentía tan bien,
que no quería parar, incluso si nunca respiraba de nuevo.
Esta vez lo besé tomando lo que yo quería, encantada y sorprendida por su
voluntad de permitírmelo. Mi cabeza estaba tan llena de Nash que no estaba segura de
que jamás pudiera pensar en otra cosa de nuevo....
¡Hasta que la puerta se abrió!
51 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Nash se echó hacia atrás tan rápido que me dejó sin aliento por la sorpresa.
Parpadeé, luchando poco a poco por encima de la ola de sensaciones en la que yo
quería andar de nuevo. Mis mejillas ardían mientras acomodaba mi cola de caballo.
"Con que cenando ¿eh?" - La Sra. Hudson estaba en la puerta, con los brazos
cruzados sobre el pecho, con una mancha fresca de chocolate en el dobladillo de su
camisa. Nos frunció el ceño, pero no parecía particularmente enojada o sorprendida.
Nash se frotó la cara con ambas manos. Me quedé allí, sin habla, y más
avergonzada de lo que nunca había estado en mi vida. Pero, al menos, habíamos sido
sorprendidos por su madre, en lugar de por mi tío. De eso, ¡jamás me habría
recuperado!
"Vamos a dejar la puerta abierta pero esta vez de verdad, ¿eh?" - Se volvió para
salir, pero luego su mirada se quedó atrapada en la pantalla del ordenador, donde la
foto de Alyson Baker seguía mirando la habitación. Algo oscuro cruzó su rostro –
¿temor o preocupación? – Entonces su expresión se endureció mientras se dirigía a su
hijo.
"¿Qué estáis haciendo?" - Preguntó ella en voz baja; obviamente, ya no se
refería a nuestra interacción social.
"Nada." - La expresión de Nash llevaba tanto peso como la de su madre, pero
no podía leer nada específico en la suya, aunque la tensión en la sala se disparó
notablemente. - "¡Debería irme!" - Me paré, buscando las llaves de mi bolsillo.
"¡No!" – Negó Nash tomando mi mano.
La expresión de la Sra. Hudson se suavizó. - "Realmente no es necesario" - dijo.
- "Quédate y come algunas galletas. Sólo dejad la puerta abierta." - Miró a Nash
en esa última parte, y la tensión desapareció del aire del mismo modo en que su ceño
se derretía.
Nash giró sus ojos, pero asintió con la cabeza. Luego ambos se volvieron hacia
mí, esperando mi respuesta.
- "Gracias, pero tengo unas pocas tareas para terminar..." - Y la madre de
Nash acababa de sorprendernos haciéndolo en la cama, lo que se sentía muy parecido
al final de la noche para mí.
Nash me acompañó hasta mi coche y me besó de nuevo, su cuerpo presionaba
el mío contra la puerta del lado del conductor, con las manos entrelazadas. Luego volví
52 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
a casa en una nube y me lancé directamente a mi habitación, ignorando toda la
información, menos que sutil, que Sophie tiró en mi dirección. Y sólo más tarde me di
cuenta de que, en realidad, había olvidado lo de las chicas muertas y todavía estaba
pensando en Nash cuando me quedé dormida.
53 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPITULO 5
TRADUCIDO POR DIERESIS Y FANNY
"¿ADENTRO O AFUERA?" - Nash dejó su bandeja en la mesa más cercana y
buscó en su bolsillo. El sonido de las monedas era apenas audible sobre el ruido de los
cubiertos y el zumbido de varias docenas de conversaciones. Él sacó un montón de
monedas y se volvió hacía la máquina de sodas.
La mañana otoñal había empezado fría y clara pero, para el tercer periodo,
estaba lo suficientemente calurosa como para que mi profesor de Biología abriera las
ventanas del laboratorio, para poder ventilar el olor a conservantes químicos. –
"Afuera".- Almorzar en el patio sonaba bien para mí, especialmente teniendo
en cuenta el calor humano que habría en la cafetería y las docenas de personas que ya
habían notado sus dedos enroscados alrededor de los míos en la fila para la pizza.
Incluyendo a su última ex, que ahora me miraba desde dentro de un grupo de
animadoras hostiles.
Miré por encima de mi hombro a Emma, quien asintió.- “Iré a buscar una
mesa”. - Se giró y esquivó a un estudiante de primero, que cargaba tres helados, el
cual casi le quita de un golpe la bandeja de sus manos.
- “¡Perdón!”- Murmuró, después se detuvo a observarla y en su mirada se
mezclaban el evidente deseo y anhelo. Emma ni siquiera se dio cuenta.
Nash sacó dos Cocas de la máquina y puso una en mi bandeja. Después nos
abrimos paso hacía el pasillo central esquivando dos mesas, yendo directamente a la
salida. Yo, prácticamente, pude sentir los ojos de mis compañeros clavados en mi
espalda y era todo lo que podía hacer para no retorcerme ante su escrutinio. ¿Cómo
hacía él para soportar las miradas de la gente todo el tiempo?
Estábamos a dos pasos de las puertas dobles que llevaban al patio cuando estás
se abrieron, a sólo centímetros de golpear mi bandeja. Un grupo de chicas delgadas,
llevando chaquetas Letterman idénticas, pasaron a nuestro lado, muchas sonriéndole a
Nash. Una, incluso, recorrió su manga con los dedos, yo estaba sorprendida por el
54 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
súbito e irracional deseo de golpearle la mano. Lo que resultó innecesario, ya que él
pasó a su lado con un gesto distraído.
Sophie fue la única que me miró, y su expresión podía difícilmente llamarse
amigable. ¡Hasta que miró a Nash! Dejando que su brazo se rozara con el de él al pasar
a su lado, mirándolo a los ojos, con una sonrisa carnal apareciendo en una de las
esquinas de su boca, perfectamente maquillada, una tácita invitación.
Segundos después, las bailarinas se habían ido dejando una nube de perfume lo
suficientemente fuerte como para quemar mis ojos. Pasé las puertas, que aún estaban
abiertas, y me retiré del lugar. Nash corrió para alcanzarme. Llevaba la bandeja en una
mano y con el otro brazo serpenteaba mi cintura, sus dedos rozaban mi cadera con
una íntima familiaridad que me hizo tener un pico de pulso. -”Ella sólo está tratando
de molestarte”.
“Ella dijo que ha estado en tu asiento trasero” - No podía evitar la sospecha en
mi tono. Sí, su mano en mi cadera era una declaración muy pública, y eso finalmente –
junto con su silencio en lo que respecta a mi salud mental - puso a descansar mi terco
miedo de que él hubiera planeado una conexión rápida conmigo para el fin de semana
yterminara conmigo el lunes.
Pero, Nash ni siquiera había negado los rumores de sus hazañas y no podía
soportar pensar que Sophie hubiera sido una de ellas.
“¿Qué?” - Se detuvo en medio del patio, frunciendo el ceño con evidente
confusión.
“La parte trasera de tu auto. Dice que hay una rajadura en el asiento trasero y
quiere que piense que ella lo vio de cerca”.
Nash rió entre dientes y empezó a caminar mientras hablaba, por lo que no
tuve más opción que seguirlo. - “Hum…sí. ¡Lo hizo! Ella estaba destrozada la noche que
la llevé a casa y vomitó todo el piso del asiento del acompañante y la parte delantera.
La puse en la parte de atrás y uno de sus zapatos tenía una estúpida hebilla que se
atoró en el asiento y lo rajó”.
Me reí y mi rabia se derritió, como el maquillaje de Sophie en Junio. De hecho,
casi sentí pena por ella, pero no la suficiente como para evitar usar esa información la
próxima vez que mi prima intentara coquetear con Nash enfrente de mí.
55 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
El patio era un largo rectángulo, bordeado en tres lados por distintas alas del
edificio escolar, con la entrada a la cafetería en el final de una larga pared. El cuarto
lado estaba abierto hacia las canchas de fútbol y béisbol, ubicadas en la parte trasera
del campus.
Emma estaba en una de las mesas más alejadas, abrigada del viento por la
unión entre los salones de lenguaje y ciencias. Me senté en el banco opuesto al suyo y
Nash se deslizó a mi lado. Su pierna tocaba la mía, desde la cadera hasta mi rodilla, lo
que fue suficiente para mantenerme tibia desde adentro hacia afuera, a pesar del frío,
y la brisa intermitente en mi espalda.
- “¿Qué sucedió con el equipo de danza?” - Preguntó Emma mientras mordía
mi pizza.
”Pasaron por aquí hace un minuto, chillando y saltando como si alguien
hubiera tirado salsa caliente en sus leotardos”.
Me reí, y casi me atraganto con un pedazo de pepperoni. - “Ganaron las
regionales el sábado. Sophie ha estado insoportable desde entonces”.
“Entonces, ¿cuánto tiempo van a estar chillando y saltando?”.
Levantando un dedo, mastiqué y tragué otro mordisco antes de contestar. –
“Los provinciales son el próximo mes. Después de eso, no podrán abstenerse de
chillar o derramar lágrimas de desconsuelo. Entonces no hay más hasta Mayo, cuando
hagan audiciones para poder estar en el equipo el año que viene” - A pesar de todo,
voy a llorar por el final de la temporada de competencia, junto con Sophie. Las
prácticas para el equipo ocupaban la mayoría de su tiempo libre muchos meses del
año, dándome un muy codiciado momento de paz y tranquilidad mientras estaba fuera
de casa.
Y, a pesar de lo malcriada y arrogante que era ella, Sophie estaba
completamente dedicada al equipo. Les mostraba más respeto a las demás bailarinas
del que alguna vez derrochó en mí, y la dedicación y puntualidad que les demostraba
era la única evidencia, en más de trece años, de que tenía un hueso responsable en su
exasperante cuerpo agraciado.
Además, la mayoría de sus compañeras de equipo podían conducir, siempre
estaba alguna dispuesta a llevarla. Después de los provinciales, Sophie volvería a sus
clases de Ballet diarias y, ahora que yo tenía un auto, estaba bastante segura de que
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sus padres me harían llevarla y traerla; como si no tuviera algo mejor que hacer con mi
tiempo. Y con mi dinero, invertido en gasolina.
“Bueno, acá esta la esperanza de que todos nos quedemos sordos”. - Emma
mantuvo su botella de agua en el aire, y Nash y yo chocamos nuestras latas con ella. –
“Así que…” - enroscó la tapa de su botella. -” ¿Han escuchado algo nuevo de la
chica de Arlington?”.
Nash frunció el ceño y, en este momento, sus cejas bajaron sobre unos ojos
más marrones que verdes.
“Sí”. - Dejé mis restos de pizza en la bandeja y tomé una manzana. - “Su
nombre era Alyson Baker. Pasó exactamente como nos contó Jimmy. Cayó muerta, y la
policía no tiene idea de qué pudo haberla matado”.
“¿Estaba bebiendo?” - Preguntó Emma, obviamente, pensando en Heidi
Anderson.
"No, tampoco estaba en nada”. - Nash hizo un gesto con el borde de su pizza. -
“Pero ella no tiene nada que ver con la primera, ¿verdad?” - Miró hacia mí, con las
cejas levantadas en interrogación. - “Digo, no presagiaste esta. Ni siquiera la viste,
¿no?”
Asentí y le di el primer mordisco a mi manzana. Él tenía razón, por supuesto.
Pero había una conexión obvia entre las dos chicas; las dos estaban muertas sin
causa aparente. Las noticias locales lo sabían. Emma lo sabía. Yo lo sabía. Sólo Nash
parecía ajeno. O, al menos, desinteresado.
Emma apuntó hacía él con su tenedor de plástico, con su cara de porcelana
enroscada en una bella máscara de incredulidad. - “¿No crees que es raro que dos
chicas hayan muerto en los últimos dos días?”.
Suspiró y sacó la etiqueta de su lata vacía, observando eso más que a
cualquiera de nosotras.- “Yo nunca dije que no sea raro. Pero no tengo esa obsesión
enfermiza que ustedes tienen por esas pobres chicas. Están muertas. Ustedes no
conocían a ninguna de las dos. ¡Déjenlas descansar en paz!”
Rodé mis ojos, y saqué la etiqueta de vendedor de mi manzana. - “No estamos
interrumpiendo su descanso”.
“Y no es obsesión… ¡es precaución!” - Contrarrestó Emma, apuntando con su
botella hacía él como una batuta de director de orquesta.- “Ninguno sabe cómo
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murieron, y no creo en las coincidencias tampoco. ¡Podríamos ser uno de nosotros
mañana!” - Su mirada se volvió hacía mí, claramente contándome como una de las
posibles víctimas de…hum…caer muerto sin razón. - “¡O cualquiera de ellos!” - Ella
asintió hacia la cafetería, me di la vuelta para ver a Sophie y a varias de sus amigas, que
se desplazaban acompañadas por media docena de deportistas con chaquetas verdes y
blancas idénticas.
“Estás exagerando totalmente”. - Nash empujó su bandeja y se retorció en el
banco para hacernos frente.- “Es sólo una extraña coincidencia que no tiene nada que
ver con nosotros”.
“¿Y qué si no lo es?” - Exigí, e incluso reconocí el dolor en mi voz. No podía
dejar ir la posibilidad de que pude haber ayudado. Incluso pude haber salvado a Heidi,
si sólo hubiera dicho algo. -”Nadie sabe que les pasó a esas chicas, así que no puedes
tener la posibilidad de saber si pasará otra vez”.
Nash cerró los ojos, como si estuviera reuniendo sus pensamientos. O quizás su
paciencia. Luego los abrió, miró primero a Emma, después a mí.- “No, no sé lo que le
pasó a cualquiera de ellas, pero la policía lo descubrirá tarde o temprano.
Probablemente murieron de formas completamente diferentes, de enfermedades que
no están relacionadas. Un aneurisma, o un raro ataque al corazón adolescente. Y te
apuesto mi Xbox que no tienen nada que ver una con la otra”.
Sus ojos se estrecharon en los míos, y tomó mi mano entre las suyas.- “¡Y no
tienen nada que ver contigo!”
“Entonces… ¿Cómo sabía ella que iba a suceder?” - Emma nos miró con sus
grandes ojos marrones. - “Kaylee sabía que la primera chica iba a morir. Yo diría que
eso la involucra demasiado”.
“Está bien, ¡sí!” - Nash se giró para mirarla. - “Kaylee sabía lo de Heidi. Eso es
raro, y horripilante, y suena como el argumento de una película de terror cursi…”
“¡Oye!” - Codeé a Nash y él me sonrió.
“¡Perdón! Pero ella preguntó. Mi punto de vista es que tu premonición es la
única cosa rara aquí. El resto es simplemente una coincidencia. Un total golpe de
suerte. Algo que no va a volver a ocurrir”.
Quité mi mano de su agarre. - “¿Qué sucede si te equivocas?”.
58 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Nash frunció el ceño y pasó sus dedos por su cabello artísticamente
despeinado. Pero antes de que pudiera responder, una mano cayó sobre mi hombro,
haciéndome saltar.
- “¿Problemas en el paraíso?” - Preguntó Sophie, y miré hacia arriba para
encontrarla sonriéndole a Nash.
“¡Nooo!, todos estamos radiantes y felices aquí” - Respondió Emma, ya que yo
no podía aflojar mis dientes lo suficiente como para responder.
“¡Hola, Hudson!”- Una manga verde se deslizó sobre los hombros de Sophie, y
me encontré mirando a Scout Carter, el mariscal titular y juguete actual de mi prima. -
“¿Haciendo nuevos amigos?”.
Nash asintió. - “Conoces a Emma, ¿no es así?”
Carter apretó la mandíbula al mirar a mi mejor amiga. Él la conocía, ¡eso es
seguro! Emma lo había rechazado duramente durante el verano, luego le arrojó
Granizado en su camisa, en el Cine, cuando él rehusó captar el mensaje. Si alguien
más, en vez de Jimmy, hubiera estado trabajando con ella, probablemente hubiera
sido recriminada y despedida.
La mano de Nash agarró la mía. - “¡Y esta es Kaylee!”
Carter me miró;seguramente, esta era la primera vez que lo hacía y sonrió
cuando su mirada pasó de mis ojos a la parte delantera de mi camiseta que,
probablemente, podía ver directamente, ya que él estaba de pie. - “Eres la hermana
de Sophie, ¿no?”.
“Prima”. - Sophie y yo lo dijimos al unísono. Era lo único en lo que estábamos
de acuerdo.
“Hey, estamos tomando el bote de mi papá el viernes por la noche, vamos a ir
al lago White Rock. Vosotros dos deberíais venir”.
“Ella no puede”. - Dijo Sophie burlonamente, enroscándose en el brazo en
Carter.- “¡Ella tiene que trabajar!”
¡Como si hubiera sido una mala palabra! Aunque, personalmente, después de
lo que Emma dijo acerca de él, prefiero pasar toda la noche intentando sacar los
chicles pegados debajo de las butacas del teatro que pasar un minuto en el bote del
papá de Carter.
59 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“La próxima vez iremos” - Dijo Nash, y Carter asintió con la cabeza mientras
Sophie tiraba de él hacia una de las mesas del frente del patio, llena de personas con
chaquetas verdes y blancas.
“¡Guau!” - Emma silbó suavemente-” ¡Él es un salido! Miró directo a tu
camiseta, con Nash y Sophie junto a él. ¡Eso es un deportista!”
“¡No somos todos malos!” –Se defendió Nash, pero se veía claramente poco
entretenido por la invasión óptica de Carter y el comentario de Emma sobre eso.
Sin sus compañeros de equipo cerca, era fácil olvidar que Nash jugaba fútbol. A
béisbol también. ¿Qué podía querer él conmigo cuando chicas como Sophie hacían fila
para babearse sobre él?
“¿No te sientas normalmente por allá?” - Pregunté, asintiendo hacia la mesa
del grupo verde y blanco. Nosotras nos sentamos con los deportistas a principio de
año, cuando Emma salía con uno de los defensas, pero, honestamente, el ruido y la
postura constante me ponía de los nervios.
“Vosotras dos sois mejor compañía”. - Nash sonrió acercándome a él pero, por
primera vez, apenas me di cuenta. Algo en la multitud verde y blanca había llamado mi
atención. Algo se sentía… mal.
¡Nooo…! ¡No podía estar pasando de nuevo! ¡Nash dijo que no volvería a
ocurrir!
Pero los primeros sentimientos de pánico ya hormigueaban en mi carne.
Los bordes de mi visión se volvieron negros, como si la muerte se cerniera fuera
de vista. Mi corazón martillaba. Mi piel hormigueaba y mis manos se apretaron en
puños. Nash se estremeció y soltó mi mano. Me había olvidado que estaba
sosteniendo la suya y había hecho que le sangrara la palma.
“¿Kaylee?” - Su voz estaba llena de preocupación, pero no podía mirar a otro
lado que no fuera la multitud verde y blanca. No podía concentrarme en él mientras el
pánico tronaba en mi cabeza y la culpa desgarraba mi corazón. ¡Alguien iba a morir!
Podía sentirlo, pero todavía no podía decir quién. Las chaquetas se mezclaban
unas con otras, como una manada de cebras tecnicolor, mezclándose cada uno con la
multitud.
Pero el camuflaje social no serviría. La muerte iba a encontrar a quien quería y
yo no podría advertir a la víctima si no podía encontrarlo. O encontrarla.
60 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Y era una ella. Pude sentir esa parte.
“Le está sucediendo de nuevo”.
Escuchaba a Emma como si estuviera muy lejos, aunque sabía, vagamente, que
se había cambiado al asiento junto al mío. No podía mirarla. Sólo tenía ojos para la
multitud que escondía a la próxima chica muerta. Necesitaba saber quién era ella.
Debía ver…
Luego, la multitud se abrió y los aplausos comenzaron. Música, alguien trajo un
pequeño estéreo. Las chicas estaban acomodando sus chaquetas en un una pila en el
piso. Se alinearon en el césped, en zigzag, una formación que reconocí de la
competencia a la que mis tíos me arrastraron. El equipo de danza estaba haciendo una
demostración. Mostrando la coreografía que las hizo ganar los regionales.
Y, luego, ¡la vi! Segunda por la izquierda, tres debajo de Sophie. Alta, delgada,
con el cabello castaño miel, y densas pestañas.
¡Meredith Cole! La capitana del equipo. Envuelta en una sombra tan espesa
que apenas se podían diferenciar sus rasgos.
Tan pronto como mis ojos la encontraron mi garganta comenzó a quemarme,
como si hubiera inhalado vapores de cloro. La devastación me empapaba,
amenazando con llevarme debajo de la superficie de la desesperación. Y ese oscuro
conocimiento familiar me dejó temblando donde estaba. Meredith Cole moriría
pronto, muy pronto.
“¡Kaylee, vamos!” Nash se puso de pie, agarró mi brazo, intentando tirar de
mí.-”¡Vámonos!”
Se hizo un nudo en mi garganta, mis respiraciones se hicieron cortas. Mi cabeza
nadaba entre el caos construido dentro de mí, y mi corazón se sentía hinchado y
pesado, lleno de dolor. Pero no podía irme. ¡Debía decírselo! Dejé morir a Heidi, pero
podía salvar a Meredith. Podía advertirle, y todo estaría bien.
Mi boca se abrió pero las palabras no salieron. En su lugar, un grito desgarrador
salió desde mi garganta anunciando su llegada, con el usual pánico abrasador;en este
momento, ya no había nada que pudiera hacer para detenerlo. No podía hablar; sólo
gritar. Pero eso no sería suficiente. Necesitaba palabras para advertir a Meredith, no
un grito no articulado. ¿Qué tenía de bueno mi “don” si no podía usarlo? ¿Si todo lo
que lograba hacer era gritar inútilmente?
61 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
El lamento comenzó en el fondo de mi garganta, tan abajo que sentía mis
pulmones en llamas. Sin embargo, el sonido era suave al principio. Como un susurro, lo
sentí más de lo que escuché. Apreté la mandíbula por el horror mientras que los ojos
de Nash se ampliaban, su iris parecía abatirse de nuevo con la luz del sol.
Mi visión se nubló y se volvió pesada, como si la misma niebla gris hubiera
cubierto todo el mundo. El día parecía más tenue ahora, las sombras más densas, el
aire más brumoso. Mis propias manos se veían difusas, como si no pudiera enfocarlas.
Mesas, estudiantes, y el edificio escolar estuvieron de repente vibrando, como si
alguien hubiera drenado los colores.
Me puse en pie y me llevé una mano a la boca; mendigando, con una extraña y
descolorida mirada, pidiéndole ayuda a Nash con mis ojos. El lamento se enrolló en mi
garganta y se quedó ahí, como un gruñido, sin ofrecer ninguna liberación.
Nash puso un brazo alrededor de mi cintura y asintió hacia Emma, para que se
pusiera a mi otro lado. - “Cálmate, Kaylee”. - Susurró en mi oído, con su aliento cálido
en mi cuello y removiendo el vello de allí.- “Sólo relájate y escucha…”
Mis piernas se colapsaronaun cuando mi mirada había vuelto a Meredith, que
ahora bailaba entre Sophie y una pequeña rubia a la que sólo conocía de vista.
Nash me recogió entre sus brazos y me mantuvo apretada contra su pecho,
todavía susurrando algo en mi oído. Algo familiar. Algo rimado. Sus palabras cayeron
sobre mí con una presencia casi física, calmándome en todas partes donde me
tocaban, como un bálsamo que podía oír.
Sin embargo, el grito hacía estragos dentro de mí, exigiendo una salida y, al
parecer, dispuesto a forjarse una salida si yo no ofrecía una alternativa.
Emma caminó delante de nosotros hasta el final de la sala de Inglés y dio la
vuelta a la esquina, fuera de la vista del patio. Nadie más se dio cuenta; todos estaban
viendo la demostración del equipo de danza.
Nash me acomodó contra la pared baja del edificio, cerca de la puerta que sólo
se usaba de salida. Se sentó junto a mí nuevamente; ahora, puso sus brazos a mí
alrededormientras Emma se arrodillaba en frente de nosotros. Nash estaba calentando
mi espalda, lo único que podía oír era su susurro y mi propio lamento, que persistía a
pesar de mi lucha para suprimirlo.
62 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Miré por encima de su hombro, pasando del rostro preocupado de Emma al
complejo deportivo, extrañamente gris a la distancia, concentrando mis fuerzas para
hablar sin gritar. Algo se precipitó por el borde izquierdo de mi visión, intenté
alcanzarlo con la mirada, automáticamente, tratando de enfocarlo. Pero se movía
demasiado rápido, dejándome únicamente una vaga impresión de una silueta humana,
con una proporción que no podría explicar con una mirada tan corta. La figura era de
algún modo deforme. De aspecto extraño. Y, cuando parpadeé, ya no podía estar
segura dónde la había visto.
Seguramente, un profesor que se volvió irreconocible por la extraña niebla gris
de mi visión. Cerré los ojos fuertemente para evitar cualquier distracción futura.
Entonces, tan rápido como el pánico había aparecido desapareció. La tensión se
drenó de mi cuerpo, como el aire de una pelota de playa, dejándome con un flojo
alivio y fatiga. Abrí los ojos para ver que el color y la claridad habían vuelto a mi
mundo. Mis manos se relajaron, y el grito murió en mi garganta. Pero, un segundo
después, un grito rasgó el aire, y me tomó un segundo darme cuenta de que no había
salido de mí.
Venía del patio.
Sabía qué había pasado sin ni siquiera mirar. Meredith se había colapsado. Mis
ganas de gritar murieron en el mismo momento en el que ella lo hizo.
De nuevo, sabía que alguien iba a morir. Y, de nuevo, ¡había dejado que
ocurriera!
Mis ojos se cerraron por una nueva ola de conmoción y el dolor se volcó en mí,
seguido inmediatamente por una culpa tan pesada que apenas podía sostener mi
cabeza. ¡Mi culpa!¡Debería haber sido capaz de salvarla!
Más gritos vinieron desde el patio y alguien gritó que llamaran a una
ambulancia. Las puertas chillaron al abrirse, luego se estrellaron en el lado del edificio
de ladrillo. Los pasos con las zapatillas retumbaban en el suelo.
Lágrimas de vergüenza y frustración recorrieron mi rostro. Apoyé mi cabeza en
el hombro de Nash, sin hacer caso de que mis lágrimas empaparan su camisa. La
podría haber matado yo misma, por todo el bien que mi advertencia había hecho.
En la esquina, el zumbido del caos rozaba cada voz que se mezclaba con la
siguiente. Alguien estaba llorando. Alguien más estaba corriendo. Y, sobre todo eso, la
63 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Sra. Tucker, entrenadora del equipo femenino de softball, sopló su silbato tratando
ineficazmente de calmar a todo el mundo.
“¿Quién es?” - Preguntó Emma, todavía arrodillada frente a nosotros, con los
ojos en shock y llenos de comprensión, mientras acomodaba un mechón de mi cabello
para poder ver mi rostro.
“¡Meredith Cole!” - Susurré, secándome las lágrimas con la manga.
Nash me apretó más fuerte, aferrándose fuertemente a mi estómago.
Emma se puso de pie lentamente y en su expresión había una mezcla de pavor
y desconfianza. Se alejó de nosotros, bamboleando las piernas. Luego regresó y miró
cuidadosamente desde la esquina. - “No puedo ver nada. ¡Hay demasiada gente!”
“¡No importa!” - Dije algo sorprendida por el aturdimiento de mi voz.- “¡Ella ya
está muerta!”
“¿Cómo lo sabes?” - Sus manos agarraron la esquina del edificio, con las uñas
enterrándose en los ladrillos marrones. - “¿Estás segura de que es Meredith?”.
“¡Sí!” - Suspiré, entonces me puse de pie y tiré de Nash, limpiando más
lágrimas de mis mejillas. Él se puso a mi izquierda, Emma a mi derecha. Juntos
doblamos la esquina y entramos en el caos.
64 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPITULO 6
TRADUCIDO POR LEXIE
EMMA TENÍA RAZÓN: había gente por todas partes. Varias puertas de las aulas
se habían abierto en el patio y los estudiantes estaban saliendo a pesar de las
protestas de sus maestros. Y, puesto que todavía quedaban diez minutos del segundo
almuerzo, la cafetería se estaba vaciando de su multitud habitual y al pasto también.
Vi por lo menos veinte estudiantes con los teléfonos móviles y los fragmentos
de conversación que cogí sonaban como llamadas al 911, aunque la mayoría de los que
llamaban, en realidad, no sabían lo que había sucedido o quien estaba involucrado.
Sólo sabían que alguien estaba herido, y no había habido disparos.
La entrenadora Tucker apareció en el borde de la muchedumbre verde y
blanco, sus zapatillas se desplegaban por equilibrio, sacando a los chicos fuera de su
camino e incluso gritaba con una torpe radio de mano, propiedad de la escuela.
Finalmente, la multitud se separó de ella revelando un cuerpo femenino
inmóvil tendido en el pasto marrón, con un brazo echado a su lado. No pude verle la
cara porque uno de los jugadores de fútbol de número catorce estaba realizando el
RCP.
Pero sabía que era Meredith Cole. Y podría haberle dicho al número catorce
que sus esfuerzos eran en vano, ¡no podía ayudarla!
La entrenadora Tucker echó hacia atrás al jugador de fútbol, apartándolo de la
chica muerta, y se arrodilló al lado del cuerpo, gritando a todos que se alejaran. Que
volvieran al edificio. Luego se inclinó con su cara hacia Meredith para ver si estaba
respirando. Un momento después, la entrenadora Tucker inclinó la cabeza de la
bailarina hacia atrás y reanudó el RCP donde el número catorce lo había dejado.
Segundos después, la patrocinadora del equipo de profesores de baile –la Sra.
Foley, una de las maestras de álgebra - se desplazó por el patio de un aula abierta
aturdida, sin palabras por varios segundos, debido al caos. Después de unas breves
palabras con una pareja de estudiantes reunió a sus bailarines restantes en un grupo
lacrimógeno, a varios pies de Meredith y la entrenadora de softbol. El resto de los
65 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
estudiantes los miró a todos con asombro, algunos llorando, algunos susurrando y
otros en silencio y en estado de shock.
Mientras veíamos desde los márgenes del caos, tres adultos corrieron por las
escaleras de la cafetería: la directora, que parecía demasiado estirada con su estrecha
falda y tacones, incluso al hacer mella en el caos; su asistente, un pequeño hombre
calvo que se agarró a un portapapeles que colocó sobre su estrecho pecho, como una
balsa; y el entrenador Rundell, el entrenador de fútbol.
La directora se puso de puntillas y le susurró algo al oído al entrenador Rundell,
y él asintió cortante. El entrenador llevaba un silbato y un megáfono.
No los necesitaba, pero utilizó los dos.
El grito de la sirena me atravesó los tímpanos como clavo rielero, y todo el
mundo a nuestro alrededor se congeló.
El entrenador Rundell se llevó el megáfono a la boca y comenzó a emitir
órdenes con una rapidez y claridad que habría hecho a cualquier sargento orgulloso.
"¡Ahora estamos en encierro! Si no tienen segundo almuerzo, regresen a su
salón de clases. Si tienen segundo almuerzo, tomen asiento en la cafetería”.
Con una señal de la directora, su ayudante se escabulló a hacer los anuncios de
bloqueo de seguridad y los acuerdos necesarios. Los profesores comenzaron a meter a
sus estudiantes en el interior con seriedad y, una por una, las puertas fueron cerradas
y una tensa calma descendió en el patio. La Sra. Foley, viéndose abrumada y al borde
de las lágrimas, reunió a sus bailarinas sollozantes y las condujo al edificio, a través de
una entrada lateral. La directora empezó a agrupar a la multitud de vuelta a la
cafetería, y su asistente, cuando apareció otra vez, ayudó.
Nash, Emma y yo nos sumergimos en la corriente de los estudiantes, justo
detrás del pelotón de chaquetas verde y blanco, y al pasar por la última mesa de
picnic, miré a la derecha, donde el entrenador Rundell había suplido a la entrenadora
Tucker en el RCP. Incluso enferma por la culpa y paralizada por el shock, tuve que verla
por mí misma.
Tenía que demostrar a mi cabeza lo que mi corazón sabía todo este tiempo.
Y allí estaba Meredith, su pelo largo castaño se desplegaba por toda la hierba
seca, su rostro era visible sólo cuando el entrenador se sentó para una ronda de
compresiones en el pecho.
66 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Mis ojos se humedecieron y sorbí de nuevo más lágrimas, y Nash se puso a mi
derecha, bloqueando mi vista mientras subíamos las grandes escaleras de hormigón en
el edificio. En el interior, las luces estaban apagadas por el cierre. Pero las ventanas de
la cafetería-un muro virtual de vidrio- no tenían cortinas y eran demasiado grandes
para cubrirlas, por lo que la luz del día entraba a raudales, alejando las sombras
profundas e iluminando la habitación en una paleta de colores descolorida, en
contraste con la luz brillante que, por lo general, aparecía de la sobrecarga de
accesorios fluorescentes.
En el otro extremo del salón, los deportistas se congregaron en un solemne
silencio, se agrupaban alrededor de una de las mesas redondas. Varios se sentaron con
los codos apoyados sobre las rodillas, las cabezas ya sea colgando o acunadas en
ambas manos. El número catorce, quien trató valientemente de salvar a Meredith-
tenía a su novia en su regazo, ella con la cara llena de lágrimas y rímel, el brazo de él
alrededor de su cintura, con la barbilla apoyada en su hombro.
Otros estudiantes se sentaban agrupados en torno al resto de las mesas.
Algunos susurraban preguntas de las que nadie tenía respuesta, unos cuantos más
lloraban suavemente, y todo el mundo estaba estupefacto al punto de la
incomprensión.
No había habido ninguna advertencia, sin violencia y sin causa aparente. Este
encierro no encajaba con los ejercicios que se practicaban dos veces por semestre, y
todos lo sabían.
Las mesas estaban todas ocupadas, y varios pequeños grupos de estudiantes se
sentaron en el suelo, contra la larga pared, sosteniendo mochilas, bolsos, y pilas
pequeñas de libros de texto. Emma se veía agitada y pálida cuando nos dirigimos hacia
un rincón vacío, y podía sentir mis piernas tambaleándose, la izquierda se sentía casi
totalmente entumecida por la exactitud de mi segunda predicción en tres días. Sólo
Nash parecía relativamente estable, su agarre lastimoso en mi mano era la única
indicación de que podría no estar tan tranquilo como parecía. Nos sentamos en una
fila en el suelo: Em a mi izquierda, Nash seguía aferrado a mi mano derecha, cada uno
demasiado aturdido para hablar. Mis pensamientos eran caóticos, un escándalo sin fin
de culpabilidad, shock y absoluta incredulidad. Una cacofonía privada en contraste
absoluto con la silenciosa habitación, sombría a mí alrededor. Y no podía detenerla.
67 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
No podía frenar lo suficiente el torrente para regodearme en una emoción
única o descifrar cualquier pregunta.
Sólo podía sentarme, mirar y esperar.
Minutos más tarde, las sirenas volvieron a la vida por la calle, gorgojeando
suavemente al principio, pero creciendo en volumen con cada segundo que pasaba. La
ambulancia se detuvo ensordecedoramente en el frente de la escuela; pero, en el
momento en que rodó con cuidado alrededor del edificio y por las ventanas de la
cafetería, el chillido electrónico había sido silenciado, aunque todavía resonaba en mi
cabeza, una banda sonora adecuada para el caos de su interior.
La ambulancia se detuvo fuera de la vista de las ventanas, pero las luces
brillaban de un rojo furioso contra el ladrillo marrón apagado, declarando una urgencia
optimista que sabía era innecesaria.
Meredith Cole estaba muerta, y no importaba el tiempo que trabajaran en ella,
no iba a volver. Esa certeza amarga me comía, consumiéndome de adentro hacia
afuera hasta que me sentí suficientemente hueca para hacer eco a cada golpe de dolor
de mi corazón.
Mientras los médicos trabajaban afuera, los maestros iban y venían por la
cafetería; en algunas ocasiones respondiendo a preguntas de cualquier persona lo
suficientemente valiente como para hablar, y, en algún momento, el consejero de
orientación superior acercó una silla a la mesa de los atletas y empezó a hablar en voz
baja a los que habían estado, realmente, lo suficientemente cerca para ver caer a
Meredith.
Finalmente, el subdirector habló a través del intercomunicador y declaró que el
día escolar había sido oficialmente suspendido y que todos podían retirarse, de forma
individual, una vez que nuestros representantes legales hubieran sido contactados.
En ese momento, las luces rojas habían dejado de parpadear y aunque nadie
había hecho el anuncio, hizo eco a nuestro alrededor como todas las verdades
importantes, sordas, no deseadas, e inevitables.
Después de eso, el primer grupo de estudiantes fue llamado a la oficina y Emma
se apoyó en mí mientras me apoyaba en Nash, dejando que su aroma y su calor me
tranquilizaran mientras me ponía de pie en la espera. Pero minutos más tarde,
la entrenadora Tucker se detuvo en la puerta de la cafetería y examinó las caras hasta
68 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
que su mirada cayó sobre mí. Me senté mientras ella navegaba por el laberinto de
mesas, directa hacia nosotros y se detuvo cuando extendió una mano para tirar de mí,
apenas ahorrándose un vistazo de Nash y Emma cuando me levantó. - "Los bailarines
están incomprensiblemente apenados, y estamos llamando a sus padres primero.
Sophie no lo está tomando bien. Su patrocinador habló con tu madre y le
gustaría que llevaras a tu hermana a casa."
Suspiré, agradecida cuando la mano de Nash se deslizó en la mía de nuevo. -
"Ella es mi prima."
La entrenadora Tucker frunció el ceño, como si los detalles como ese no
debieran importar en estas circunstancias. Tenía razón, pero no me atrevía a pedir
disculpas.
"No te preocupes por tus libros." - Ella me miró ahora severamente.- "¡Sólo
llévala a casa!"
Asentí y la entrenadora regresó a través de la cafetería, haciéndome señas para
que la siguiera. - "Hablaré con vosotros más tarde" - dije, mirando a Emma y a Nash
mientras le apretaba la mano. Ella sonrió débilmente y él asintió con la cabeza,
buscando su teléfono en el bolsillo.
Acababa de salir al pasillo, en dirección a la oficina, cuando mi teléfono vibró.
Una mirada a la pantalla mostraba un icono parpadeante de mensaje de texto.
Era de Nash:– “No se lo digas a nadie. Te lo explicaré más tarde.”
Un momento después, llegó un mensaje de seguimiento. Eran dos palabras:-
“¡Por favor!”.
No le respondí porque no sabía qué decir. Nadie me creería si intentaba
explicar lo que había sucedido. Sin embargo, las premoniciones eran reales y precisas.
El silencio ya no parecía una opción, especialmente si había alguna posibilidad
de poder evitar que la próxima se hiciera realidad.
Si al menos pudiera darle una advertencia a la próxima víctima - y tal vez la
oportunidad de luchar - ¿No estaba obligada moralmente a hacerlo?
Además, ¿Nash no me había sugerido ayer decírselo a mi tía y a mi tío?
"¡Kaitlin! Por aquí”. - Eché un vistazo para encontrar a la señora Foley agitando
su mano hacia mí desde delante del atrio, fuera de la oficina. Sophie se sentó en el
69 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
suelo detrás de ella, bajo el follaje de una planta grande en maceta, rodeada de media
docena de otras caras rojas, manchadas de rímel.
"Es Kaylee" - corregí, llegando a detenerme delante de las bailarinas aturdidas.
"¡Por supuesto!" - Pero el patrocinador no parecía que le importara mi
nombre. - "He hablado con tu madre" - Pero no me molesté en decirle que sería
imposible sin la Ouija - "… y ella quiere que lleves a Sophie directa a casa. ¡Va a
encontrarte allí!"
Yo asentí, haciendo caso omiso de la mano empática del patrocinador del
equipo de danza colocada momentáneamente en mi hombro, como si fuera a darme
las gracias por compartir alguna carga venerable. - “¿Estás lista? " - Le pregunté a mi
primay, para mi sorpresa, ella agachó la cabeza en señal de asentimiento, se puso de
pie con su bolso en la mano y me siguió en todo el camino sin traicionar una sola sílaba
de mala intención.
¡Ella debíaestar en estado de shock!
En el estacionamiento abrí la puerta del pasajero y, a continuación, me di la
vuelta para entrar. Sophie se deslizó en su asiento y cerró la puerta, se volvió hacia mí
lentamente, su expresión normalmente arrogante había dado paso a lo que sólo
podría describirse como pena extrema.
"¿Lo viste?" - Preguntó ella con su labio inferior temblando, y, por una vez, sin
brillo de labios. Debió de habérselo borrado hace poco, junto con las lágrimas y la
mayor parte de su maquillaje. Parecía... normal. Y no pude evitar el dolor de la
simpatía que su miseria me arrancó, a pesar de la perra actitud que irradiaba todos los
días de mi vida. Por ahora, no era más que temor, confusión y daño, en busca de un
oído compasivo.
Como yo.
Y en ese tipo de remordimiento, no podía bajar totalmente la guardia con ella
porque no tenía ninguna duda de que, una vez que su pena pasara, Sophie iría con
todas lo chicas pesadas contra mí de nuevo y usaría en contra de mí lo que sea que le
mostrara. - "¿Ver qué?" - Suspiré, ajustando el espejo retrovisor para poderla ver
indirectamente.
Mi prima rodó los ojos y, por un momento, su habitual intolerancia se asomó a
través de la nueva capa de dolor. - "Meredith. ¿Viste lo que pasó?".
70 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Giré la llave en el encendido, y mi pequeño Sunfire tarareó a la vida, el volante
vibraba bajo mis manos. - "No." - No sentí una gran pérdida por haberme perdido el
espectáculo, la vista preliminar fue suficiente para hacer frente.
"¡Fue horrible!”- Ella miró directamente a través del parabrisas mientras yo me
abrochaba el cinturón de seguridad y sacaba el coche del estacionamiento, pero
obviamente no vio nada. - "Estábamos bailando, sólo exhibiéndonos ante Scott y los
chicos. Habíamos pasado las partes difíciles, incluido ese paso en el que Laura, por lo
general, se salta un golpe en la práctica... ".
No tenía ni idea de qué paso estaba hablando, pero la dejé divagar, porque
parecía que se sentía mejor, sin ponerme en el tajo figurativo.
"... Y estaba casi terminado. Luego, sólo...¡Meredith se derrumbó! Arrugada
como una muñeca y cayó en el suelo”.
Mis manos apretaron el volante, y las obligué a aflojarse para girar en mi
intermitente. Doblé a la derecha de la señal de alto, exhalando una vez que la escuela -
y por tanto la fuente de mi última premonición - se perdió de vista. Y todavía con
Sophie parloteando, transmitiendo su dolor en nombre de la terapia,
completamente ajena a mi incomodidad.
"Pensé que se había desmayado. Sabes, ella no comía lo suficiente para
mantener a un hámster vivo".
No lo sabía, por supuesto. No suelo ocuparme de los hábitos alimenticios de la
plantilla de danza universitaria. Pero si el apetito de Meredith era como el de mi
prima- o el de mi tía, por consiguiente - el caso supuesto de Sophie era perfectamente
plausible.
"Pero luego nos dimos cuenta de que no se movía. Ni siquiera estaba
respirando." - Sophie se detuvo un momento y atesoré el silencio como el primer trago
de aire después de una inmersión profunda. No quería oír nada más sobre la muerte
que había sido incapaz de prevenir. ¡Ya me sentía bastante culpable! Pero ella no había
terminado. - "Peyton cree que tuvo un ataque al corazón. La señora Rushing nos dijo el
año pasado, en salud, que si el trabajo de tu cuerpo es muy duro y no le das el
combustible correctamente, tu corazón con el tiempo deja de funcionar. ¡Así como
así!" - Ella chasqueó los dedos y el brillo de su esmalte de uñas brilló a la luz del sol.
"¿Crees que eso es lo que pasó?".
71 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Me tomó un momento darme cuenta de que su pregunta no era retórica. En
realidad, estaba pidiendo mi opinión sobre algo, y no había involucradosarcasmo
alguno.
"¡No lo sé!" - Miré por el espejo retrovisor en cuanto doblé por nuestra calle y
no me sorprendió ver el coche de la tía Val en el camino, detrás de nosotros. - "¡Tal
vez!" - Pero eso era una mentira. Meredith Cole era la tercera adolescente que caía
muerta, sin previo aviso, en los últimos tres días, y aunque yo no estaba dispuesta a
contar mis sospechas en voz alta - al menos aún no - ya no podía decirme a mí misma
que las muertes no estaban conectadas.
La teoría de la coincidencia de Nash había chocado contra un iceberg y se
hundía rápidamente.
Dejé el coche en el camino de entrada y tía Val condujo por delante de
nosotras hasta su lugar en el garaje. Sophie estaba fuera del coche antes de que yo
hubiera apagado el motor y, en el momento en que vio a su madre, rompió a llorar de
nuevo como si sus puertas interiores no pudieran resistir el asalto de los ojos llenos de
compasión y un hombro para llorar.
Tía Val condujo a su llorosa hija por el garaje y a través de la cocina, luego la
llevó suavemente a un taburete en el bar. Fui detrás de ellas llevando el bolso de
Sophie y pulsando el botón para cerrar la puerta del garaje. En el interior, dejé caer el
bolso de mi prima en el mostrador mientras Sophie inhalaba y, entre sollozos y el
hipo, soltaba detalles medio coherentes mientras se limpiaba primero sus mejillas y
luego su nariz, ya enrojecida, con un pañuelo de la caja que se encontraba sobre el
mostrador.
Pero tía Val no parecía muy interesada en los detalles, que probablemente ya
había oído del patrocinador del equipo de danza. Mientras yo me sentaba en la mesa
con una lata de Coca-Cola y el deseo de silencio, ella se afanaba en torno a la cocina,
preparando té caliente y limpiando mostradores, y sólo una vez que se había quedado
sin cosas para hacer se sentó en un taburete al lado su hija. Tía Val hizo que Sophie
bebiera el té lentamente, hasta que los sollozos se desaceleraron y el hipo se detuvo.
Pero, incluso entonces, Sophie no paraba de hablar.
La muerte de Meredith fue la primera lanza de tragedia que perforó el mundo
de cuento de hadas de mi prima y no tenía idea de cómo lidiar con eso. Cuando veinte
72 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
minutos más tarde todavía estaba llorando y goteando moco en el té tibio, tía Val
desapareció en el cuarto de baño. Regresó con una pequeña botella de píldoras
marrones que reconocí de inmediato: pastillas zombis sobrantes de mi última visita
con el Dr. Nelson, de la unidad de salud mental.
Torcí mi silla y arqueé las cejas a mi tía, pero ella sólo sonrió lamentablemente
y entonces se encogió de hombros.
"La tranquilizará y la ayudará a dormir. ¡Necesita descansar!"
¡Sí!, pero ella necesitaba un sueño natural, no el estado virtual de coma
inducido por los estúpidos sedantes. No es que cualquiera de ellas me hubiese
escuchado, incluso si hubiera ofrecido mi opinión sobre el tema del olvido químico.
Por un momento, envidié la inocencia de mi prima incluso cuando la vi morir.
Yo había aprendido acerca de la muerte muy tempranamente en la vida y, tan
inconsolable como Sophie estaba en este momento, había tenido quince años para
pavonearse en su envoltorio de plástico, acolchado, de colores alegres, la armadura de
la existencia bañada en oro, donde la oscuridad no se atrevía a pisar. Sin importar lo
que pasara después, nadie podía quitarle su infancia feliz.
Tía Val miró a Sophie tragar una sola pequeña pastilla blanca, luego dirigió a su
hija por el pasillo a su habitación, donde el somier pronto crujió bajo su peso ligero.
Diez minutos más tarde, el odioso ronquido fue lo suficiente para no dejar duda en mi
mente que mi prima había heredado en igual gran parte de su padre como de su
madre.
Mientras mi tía ponía a Sophie en la cama, tomé una segunda Coca-Cola de la
plataforma del tío Brendon en la nevera - la única libre del reino de tía Val libre de
azúcar, sin grasa, el régimen de mal gusto todavía a la conquista - y la llevé a la sala de
estar, donde comprobé la emisora de televisión local. Pero no había noticias a las dos y
media de la tarde. Tendría que esperar a la emisión de las cinco.
Apagué el televisor y mis pensamientos vagaron hacia los Cole a quienes sólo
había visto una vez, en una competencia de baile por equipos el año anterior. Mis ojos
se humedecieron mientras me imaginaba a la madre de Meredith tratando de
explicarle a su hijo que su hermana mayor no volvería a casa desde la escuela. ¡Nunca
más!
73 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Un sonido de cristal chocó en la cocina, atrayéndome momentáneamente
desde el fango de la culpa y el dolor en el que me estaba hundiendo, me giré en el sofá
para ver a mi tía sirviendo té caliente en una gran taza de latte. Mi ceño se frunció
mostrando confusión por un momento, ¿tal vez tía Val también necesitaba un
sedante? - hasta que se puso de puntillas para abrir el armario superior. Donde ella y
tío Brendon guardan el alcohol.
Mi tía sacó una botella de brandy y desenroscó la tapa. Luego vertió un
generoso trago en su taza. Y dejó la botella sobre el mostrador, claramente pensando
en una segunda ración.
Tomó un sorbo de su “té", luego se volvió hacia la sala de estar, con el control
remoto en la mano. En el momento en que su mirada se cruzó con la mía, se quedó
inmóvil y sus mejillas se enrojecieron.
"No han dado la noticia, aún" - le dije, y no podía dejar de darme cuenta de lo
cansados y pesados que parecían sus pasos mientras cruzaba las baldosas en la sala de
estar. Tía Val y la señora Cole habían sido amigas de gimnasio desde hace años.
Tal vez la muerte de Meredith había golpeado más duro de lo que me había
dado cuenta. O tal vez estaba nerviosa por lo indispuesta que estaba. O tal vez ella
había conectado la muerte de Meredith a la de Heidi Anderson - que yo sepa, ella aún
no había oído hablar de Alyson Baker - y había comenzado a sospechar que algo
andaba mal. ¡Como yo!
De cualquier manera, su piel estaba pálida y sus manos temblaban. Se veía tan
frágil que me resistía a añadir algo más a sus problemas. Sin embargo, las
premoniciones habían ido demasiado lejos. Necesitaba ayuda, o consejo, o... algo.
¿Cuál era el motivo de saber que alguien iba a morir si no podía evitar que eso
sucediera?
Tía Val no sabía nada de eso, pero tampoco nadie más. Y,ante la ausencia de
mis padres, no tenía a nadie más con quien hablar.
Mis dedos se enredaban unos con otros, en mi regazo; mientras, ella se hundía
con cansancio en el otro extremo del sillón, con las rodillas juntas y los tobillos
cruzados remilgadamente. Las líneas de expresión alrededor de su boca y el temblor
en su mano decían que no estaba tan tranquila como quería aparentar. Eso, y el olor
que el falso té arrojaba de su taza.
74 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
La última vez que traté de decirle que sabía que alguien iba a morir, ella y el tío
Brendon me habían llevado directamente al hospital y me dejaron allí. Aunque, por
supuesto, en ese momento había estado gritando histéricamente en medio del centro
comercial, y arremetiendo contra cualquiera que tratara de tocarme.
Presumiblemente, no habían tenido otra opción.
Seguramente sería mejor esta vez, porque yo estaba tranquila y racional, y no
estaba en las garras de un ataque de gritos incontenible. Y,también, porque ella ya
estaba sumergida en una botella de brandy.
Mis nervios estaban fuera de control, y busqué distraídamente el difusor de
esencias en el borde de la mesa, a mi izquierda, revolviendo el aceite perfumado de
vainilla, con una caña de madera fina. - "¿Tía Val?"
Saltó, salpicando "té" en su regazo. - "¡Lo siento, cariño!" - Dejó su taza sobre
un posavasos al final de la mesa, y luego corrió a la cocina para limpiarse los
pantalones con un trapo limpio y húmedo. - "Este asunto de Meredith me tiene con
los nervios de punta."
¡Sabía exactamente cómo se sentía!
Exhalando sin problemas, respiré hondo mientras mi tía regresaba a la sala de
estar; la mancha de humedad en sus pantalones abarcaba ahora la mitad de uno de
sus muslos delgados. - "Sí, fue bastante... atemorizante"
"¿Ah, sí?" - Se detuvo a varios pies de la silla, con los ojos entornados sobre
mí, mostrando preocupación mezclada con… ¿sospecha?
"¿Estabas allí?" - ¿Había adivinado lo que iba a decir?
Tal vez Nash tenía razón. Tal vez debería guardar mi secreto un poco más....
Moví la cabeza lentamente, y mi mirada se desvió de nuevo a los palos que
sobresalían de la pequeña botella de aceite. - "No, en realidad no lo vi” - exhaló de
alivio, y casi odié arruinarlo con el resto de lo que tenía que decir - " pero... ¿Sabes de
la chica que murió en Taboo, el otro día?".
"Por supuesto. ¡Qué triste!" - Ella volvió a su silla y tomó un sorbo lento de su
té, con los ojos cerrados, como si estuviera pensando. O tal vez rezando. Luego tomó
un sorbo mucho más largo y bajó su taza, con los ojos abiertos y cautelosos. - "Kaylee,
esa chica no tiene nada que ver con lo que pasó hoy. Según la noticia, estaba borracha
y pudo haber sido algo más fuerte que el alcohol”.
75 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
No había oído ese dato, pero no tuve oportunidad de hacer preguntas porque
estaba hablando de nuevo. ¡De tal madre, tal hija!
Mi tía me hizo un gesto con su taza mientras hablaba, pero nada se derramó
esta vez. Ya estaba vacía.
"Sophie dijo que Meredith se derrumbó mientras bailaba. Esa pobre niña no
comía casi nada y vivía de la cafeína. En realidad era sólo una cuestión de tiempo antes
de que su cuerpo gritara 'basta' ".
“Lo sé, y Sophie puede tener razón" - Solté los palos aromáticos e incliné la
tapa de mi lata de Coca Cola de ida y vuelta, haciéndolo con cuidado para liberarla de
su anclaje y para no ver la piedad y el escepticismo que sin duda estaban al acecho
detrás de su cautelosa comprensión.- "La forma en que murieron puede no tener nada
que ver con algo." - Aunque ciertamente tenía mis dudas. - "Pero, tía Val, creo que soy
la conexión entre ellas."
-"¿Qué?”.
Miré hacia arriba, justo a tiempo para ver los ojos de mi tía estrecharse con
confusión. Pero luego su frente realmente se relajó, suavizando las líneas de tensión,
como si acabara de averiguar de lo que estaba hablando, y fuera un alivio.
Si el regreso de mis "ilusiones" la hacíasentirse cómoda, ¿qué demonios
esperaba que dijera?
Su expresión se suavizó y la familiar máscara protectora de lástima picó mi
orgullo. - "Kaylee, ¿es acerca de tus ataques de pánico?" - Ella se inclinó y susurró la
última parte, como si temiera que alguien pudiera escuchar.
El enojo zigzagueó a través de mí, como pequeños rayos de luz, y me fijé en la
bebida medio vacía antes de aplastarla. - "No es una broma, tía Val. Y no estoy loca.
¡Supe que Meredith iba a morir antes de que ocurriera!”
Por un instante, menos de un aliento, mi tía se vio aterrorizada. Como si
hubiera visto su propio fantasma.
Y entonces meneó la cabeza, literalmente sacudiendo el miedo de mi recaída,
y poniéndose la máscara determinantemente estoica. Había estado en lo cierto. ¡Ella
no iba a escuchar! Nunca.
76 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"¡Kaylee, no hagas esto de nuevo!" - rogó, un ceño fruncido grababa líneas
profundas alrededor de su boca mientras permanecía de pie y llevaba su taza vacía a la
cocina. La seguí, mirándola con irritación mientras levantaba la tetera de la estufa.
"Sé que estás afectada por lo de Meredith, pero esto no la traerá de vuelta. No
es la manera de lidiar con tu dolor. "
"¡Esto no tiene nada que ver con el dolor!" - insistí con los dientes apretados,
dejando caer mi lata media llena a la papelera de reciclaje.
Aterrizó con un ruido sordo, seguido de la efervescencia y gorgojeo del
contenido mientras se vaciaba en el cubo de plástico.
Leí la frustración en la mirada entrecerrada de mi tía. La desesperación en el
agarre mortal con el que sostenía la tetera. Probablemente, deseaba poder
noquearme tan fácilmente como lo había hecho con Sophie. Y una parte de mí sabía
que hablar con ella no haría más bien que lo había hecho el tratar de advertir a
Meredith. Sin embargo, otra parte más tenaz de mí se negaba a rendirse. Estaba harta
de los secretos y miradas patéticas. Y, definitivamente, estaba harta de los hospitales
y las pastillas blancas. No iba a dejar que nadie me llamara loca. Nunca más.
Tía Val debía de haber visto mi determinación porque puso la tetera sobre la
estufa, luego puso ambas palmas sobre el mostrador, mirándome desde el otro lado
de la barra. - "Piensa en Sophie. ¡Ya está traumatizada! ¿Qué crees que le haría una
historia egoísta y en busca de llamar la atención como esta? ".
Mi mandíbula se apretó y las lágrimas quemaron detrás de mis ojos. - "¡A la
mierda con Sophie!" - Mis puños se estrellaron contra la barra y el golpe reverberó,
reprendiéndome hasta mis brazos, como una hiriente onda de choque de ira. Mi tía se
estremeció y sentí un aumento momentáneo de satisfacción. Entonces me acerqué
deliberadamente detrás de la barra, con las manos apoyadas en las caderas. - "¡Lo
siento!" - dije, bien consciente de que no parecía muy apesadumbrada. - "Pero esto
no es sobre ella. Estoy tratando de decirte que tengo un problema serio, ¡y ni siquiera
estás escuchándome! "
Tía Val cerró los ojos y respiró hondo, como si estuviera practicando yoga. O
buscando paciencia. - "Todos sabemos que tienes problemas, Kaylee" - me dijo cuando
abrió sus ojos, su tranquilidad y el tono integrado me enfurecía. - "Cálmate y…”
77 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"¡Lo sabía, tía Val!" - Planté las dos manos sobre la encimera de nuevo y me
quedé mirando el granito. Levanté mi mirada y me obligué a decir el resto. - "Sabía lo
de la chica en el Taboo también".
Los ojos de mi tía se entrecerraron drásticamente, mostrando dos conjuntos de
patas de gallo, y su voz bajó dramáticamente. - "¿Cómo podrías, a menos que
estuvieras ahí?".
Me encogí de hombros y crucé los brazos sobre el pecho. - "¡Me colé!" - No
estaba dispuesta a delatar a Emma o a su hermana. - "Castígame si quieres, pero eso
no cambiará nada. Yo estuve allí y vi a Heidi Anderson. Y sabía que iba a morir. Al igual
que sabía lo de Meredith. "
Los ojos de tía Val se volvieron a cerrar y se giró para mirar por la ventana
sobre el fregadero, aferrándose a la encimera con tanta fuerza que los nudillos de las
manos se le quedaron blancos. Luego exhaló profundamente y se volvió hacia mí. -
"Está bien, esta chica del otro lado..." - Aunque lo dejó pasar, ambas sabíamos que
había que replantear el asunto de los clubes más tarde. - "Si supiste que Meredith iba
a morir, ¿por qué no se lo dijiste a alguien?"
Una nueva punzada de culpabilidad relampagueó a través de mí como una
réplica psicológica, y me dejé caer en uno de los taburetes acolchados de la barra
frente a ella, con los brazos cruzados sobre el mostrador. - "¡Lo intenté!" - Las lágrimas
llenaron mis ojos haciendo borrosa la cara de mi tía, y las sequé con mi manga antes
de que pudieran caer. - "Pero cuando abrí la boca, lo único que podía hacer era gritar.
¡Y sucedió tan rápido! En el momento en que pude hablar, ya estaba muerta." –
Miré hacia arriba, buscando en su rostro alguna señal de entendimiento. O de
credibilidad. Pero no había nada reconocible en su expresión y eso me asustó, casi
tanto como escuchar a Meredith morir.
"Ni siquiera estoy segura de que decir algo habría ayudado" - dije, sintiendo mi
valor hundirse. - "¡Pero te juro que lo intenté!"
Tía Val se frotó la frente, cogió la taza y empezó a tomar un trago, hasta que se
dio cuenta de que no había tomado nada. - "Kaylee, seguramente sabes cómo suena
todo esto."
Asentí y bajé la mirada. - "¡Parezco loca!" - Lo sabía mejor que nadie.
78 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Sacudió la cabeza y se inclinó sobre la barra buscando mi mano. - "No, locano,
cariño. ¡Delirante! Hay una diferencia. Probablemente sólo estás alterada por lo que le
pasó a Meredith y tu cerebro trata con ello, inventando historias, distraerse de la
verdad. Entiendo. Da miedo pensar que cualquiera en cualquier lugar puede caer
muerto sin previo aviso. Si le pudo pasar a ella, puede sucederle a cualquiera de
nosotros, ¿verdad? "
Quité mi mano de la suya y me quedé boquiabierta con mi tía ante su
incredulidad. ¿Qué haría falta para hacerle creer en mí?
La prueba era bastante difícil de conseguir cuando las premoniciones sólo
llegaban con unos pocos minutos de antelación.
Me bajé del taburete y retrocedí un paso, ansiosa de poner un poco de espacio
entre nosotras.
"¡Apenas conocía a Meredith! No tengo miedo porque crea que me pueda
suceder a mí. Tengo miedo porque sabía que le iba a pasar a ella y no pude detenerlo
- Aspiré profundo, tratando de respirar más allá de la culpa y el dolor que
amenazaban con sofocarme. - "Casi me gustaría estar volviéndome loca. Entonces, por
lo menos, no me sentiría muy culpable por dejar que alguien muera. Pero no estoy
loca. ¡Esto es real! "
Durante varios segundos, mi tía me miró con una expresión que mezclaba
confusión, alivio y piedad, como si no estuviera segura de lo que debía sentir.
Suspiré, mis hombros cayeron. - "¡Aún no me crees!"
La expresión de mi tía se suavizó y su postura se marchitó casi
imperceptiblemente. - "¡Oh, cariño!, creo lo que tú crees que estás diciendo." – Vaciló
y luego se encogió de hombros, pero el gesto parecía más calculado que casual. - "Tal
vez deberías tomar un sedante también. Te ayudará a dormir. Estoy segura de que
todo tendrá más sentido cuando te despiertes."
"Dormir no me va a ayudar." - Sonaba áspera, incluso a mis propios oídos. -
"¡Tampoco esas pastillas estúpidas!" - Agarré la botella de la barra donde la había
dejado y la arrojé al refrigerador tan fuerte como pude. El plástico se agrietó y la tapa
se cayó, las pastillas blancas se dispersaron por todo el piso.
Tía Val saltó, luego me miró como si acabara de romperle el corazón. Cuando
ella se arrodilló para limpiar el desorden, corrí por el pasillo y entré en mi habitación,
79 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
luego cerré la puerta y me apoyé en ella. Lo había hecho lo mejor que pude con mi tía;
lo intentaría de nuevo con tío Brendon cuando llegara a casa.
¡O quizá no!
Tal vez Nash sabía lo que decía cuando me dijo que no le contara a nadie.
80 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPITULO 7
TRADUCIDO POR NECKANE
Durante varios minutos me quedé quieta en mi habitación, estaba tan
enfadada, asustada y confundida. No sabía si gritar, llorar o golpear algo. Traté de leer
la novela que tenía en la mesita de noche para distraerme del desastre en que se había
convertido mi vida, y cuando eso no funcionó, encendí la televisión. Pero nada en la
televisión mantuvo mi atención y todas las canciones de mi IPod parecían solamente
incrementar mi angustia y frustración.
Mi mente estaba tan caótica, mis pensamientos venían demasiado rápidos
como para poder entenderlos, no importaba lo que hiciera o donde estaba, no podía
escapar al estruendo miserable de los pensamientos a medio formar que daban
vueltas en mi cabeza. Estaba empezando a reconsiderar seriamente ese sedante-
desesperada por estar lejos de todo- cuando mi teléfono sonó en mi bolsillo.
Otro mensaje de texto de Nash. – “¿Estás bien?”
“¡Bien!”. - Mentí. – “¿Y tú?” - Casi le dije que había tenido razón. Que no
debería haberle dicho nada a mi tía. Pero eso era mucha información para colocar en
un mensaje de texto.
“Sí. Con Carter” - me contestó. – “Te llamaré pronto.”
Pensé en mandarle un mensaje a Emma pero ella seguía castigada, y
conociendo a su madre, no había posibilidad de conmutar la pena,incluso después de
prácticamente ver a un compañero caer muerto.
Frustrada y mentalmente agotada, finalmente, me quedé dormida en medio
de una película que realmente no estaba viendo. En menos de una hora después, de
acuerdo con mi despertador, me desperté y apagué la televisión. Y es entonces cuando
me di cuenta de que casi me había dormido durante algo importante.
O por lo menos algo interesante.
En el repentino silencio, oí a mis tíos discutiendo ferozmente, pero demasiado
bajo para entenderles desde mi habitación que se encontraba en la parte trasera de la
81 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
casa. Abrí la puerta de mi habitación varios milímetros, conteniendo mi respiración
hasta que estuve segura de que los goznes no chirriarían. Entonces saqué mi cabeza
por el espacio y me asomé al pasillo.
Estaban en la cocina; la delgada sombra de mi tía se movía de atrás hacia
adelante a través de la única pared visible. Entonces la oí susurrar mi nombre-incluso
más bajo que el resto de la discusión- y tragué pesadamente. Seguramente estaba
tratando de convencer a mi tío Brendonpara que me llevara de regreso al hospital.
¡Eso no iba a ocurrir!
Ahora enfadada, abrí más la puerta y me deslicé en el pasillo. Si mi tío
aceptaba, yo entraría y les diría que no iba a ir. O, quizás, simplemente me metería en
mi auto y me marcharía hasta que ellos volvieran a sus cabales. Podía irme a donde
Emma. No, espera. Ella estaba castigada. Así que me iría a donde Nash.
Donde terminase no importaba, mientras no fuera en el departamento de salud
mental.
Me aproximé por el pasillo, agradecida por mis silenciosos calcetines y porel
suelo de baldosas, que no crujían. Pero me congelé a varios pies de la puerta de la
cocina, cuando mi tío habló; sus palabras seguían suaves pero ahora eran
perfectamente audibles.
"Estás sobre reaccionando, Valerie. ¡Ella lo superó antes y lo hará esta vez! No
veo la razón de molestarlo mientras está trabajando."
Aunque apreciaba que mi tío me defendiera, incluso si él tampoco creía en mi
premonición, realmente dudé de que el Dr. Nelson se considerara "molestado" por
una llamada telefónica acerca de un paciente.
Sin tomar encuenta lo que probablemente le estaban pagando.
"¡No sé qué otra cosa hacer!" - La tía Val suspiró, y la silla rasguñó el suelo
mientras la sombra de mí tío se levantaba. - "Ella realmente está alterada y creo que lo
empeoré. ¡Ella sabe que algo está pasando! Intenté que se tomara un sedante, pero
ella rompió la botella con el refrigerador."
El tío Brendon se rió, ahora desde el otro lado de la cocina. - "¡Ella sabe que no
necesita esas malditas píldoras!"
82 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
¡Sí! Me estaba empezando a preguntar si mi tío llevaba una cota de mallas
debajo de su ropa, porque sonaba ansioso de matar al Dragón escepticismo. Y yo
estaba lista para entrar en la batalla junto a él...
"¡Por supuesto que no las necesita!" - concedió tía Val, y su sombra cruzó sus
brazos através de su pecho - "Las píldoras son una solución temporal, como meter tu
dedo en la grieta de una presa. Lo que ella necesita realmente es a tu hermano, y si tú
no vas a llamarlo ¡lo haré yo!"
¿Mi padre? ¿La tía Val quería que llamara a mi padre? ¿No al Dr. Nelson?
Mi tío suspiró. - "Odio tener que empezar esto ahora, si posiblemente podemos
dejarlo así por un rato más". La puerta del refrigerador chirrió al abrirse, y una lata de
soda salió de ahí, luego sonó al ser abierta.- "Es sólo una coincidencia que esto
ocurriera dos veces en una semana. Puede que vuelva a pasar en un año o más."
La tía Val resopló con exasperación. - "¡Brendon, tú no la viste! ¡No la oíste!
Ella piensa que se está volviendo loca. Ya está viviendo en tiempo prestado y no
debería tener que pasar el tiempo que le queda pensando que está loca."
¿Tiempo prestado?
Una descarga me atravesó asentándose, finalmente, en mi corazón, el cual
parecía reacio a latir otra vez por un momento. ¿Qué significaba eso? ¿Estaba
enferma? ¿Muriendo? ¿Cómo pudieron no habérmelo dicho? ¿Y cómo podía estarme
muriendo si me sentía bien? Excepto por lo de saber cuándo otras personas iban a
morir...
Y si eso era verdad, ¿no sabría yo si me iba a morir?
El tío Brendon resopló y una silla arañó el suelo otra vez, luego gruñó mientras
se dejaba caer en ella. - "De acuerdo, ¡llámalo si quieres! Probablemente tienes razón.
Es sólo que yo realmente esperaba que aún nos quedara otro año o dos, por lo menos,
hasta que termine la secundaria."
"¡Eso nunca fue una certeza!" - La silueta de la pared de mi tía se ensanchó
mientras se acercaba, y me moví hacia mi habitación, mi columna aún presionada
contra la fría pared. Pero entonces se detuvo, y su sombra se dio la vuelta. - "¿Dónde
está el numero?"
"Toma, usa mi teléfono. Es el segundo en la lista de contactos".
83 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
La sombra de mi tía se alargó mientras se alejaba, presumiblemente para tomar
el teléfono de mi tío. - "¿Estás seguro de que no quieres hacerlo tú?"
-"¡Seguro!"
Otra silla arañó las baldosas mientras mi tía se sentaba, y su sombra se
convirtió en una amorfa bola en la pared. Una serie de altos bips me dijo que ya estaba
presionando los botones. Un momento después ella habló y contuve mi respiración,
desesperada por oír cada palabra de lo que sea que me habían estado escondiendo.
"¿Aiden"? Soy Valerie." - Hizo una pausa, Pero no pude oír la respuesta de mi
padre.- "¡Estamos bien!, Brendon está justo aquí. Escucha, ¡estoy llamando por
Kaylee!" - otra pausa. Y, esta vez, yo oí un sonido bajo, indistinguible, apenas
reconocible como la voz de mi padre.
La tía Val suspiró otra vez y su sombra se movió cuando se desplomó en su
silla. - "Lo sé, pero está pasando otra vez." - Pausa. - "¡Desde luego que estoy segura!
Dos veces en los últimos tres días. Ella no nos lo dijo la primera vez o habría llamado
antes. No sé cómo ha logrado mantenerlo oculto."
Mi padre dijo algo más que no pude entender.
"Lo hice, pero no las quiso tomar y ¡no la voy a forzar! Creo que hemos ido más
alla de las pastillas, Aiden. Es tiempo de decirle la verdad. ¡Se lo debes a ella!"
¿Me debe? Desde luego que me debía la verdad-lo que sea que fuera. Todos
me la debían.
"Sí, pero realmente creo que debería venir de su padre." - Ella ahora sonaba
enfadada. Mi padre habló de nuevo y esta vez sonó como si estuviera discutiendo.
Pero yo podría haberle dicho lo inútil que era discutir con la tía Val. Una vez que ella se
había hecho a la idea, nada podía hacerla cambiar de opinión.
"¡Aiden Cavanaugh!, pon tu trasero en un avión hoy mismo o te mandaré a tu
hija; ella se merece la verdad y tú se la vas a dar, ¡de una manera o de otra!"
De regreso en mi habitación, me sentía sorprendida, confusa, y más que un
poco orgullosa de mi tía. Lo que quiera que sea esa misteriosa verdad, ella quería que
yo la supiera. Y no creía que me estaba volviendo loca. ¡Ninguno de ellos lo creía!
Aunque, aparentemente, pensaban que me estaba muriendo.
¡Creo que preferiría estar loca!
84 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Nunca antes había pensado realmente en mi muerte, pero habría pensado que
la propia idea me dejaría demasiado asustada para funcionar. Especialmente habiendo
casi presenciado la muerte de otra persona unas horas antes. En lugar de eso, me
encontré más insensible que aterrorizada.
Había un miedo significativo creciendo dentro de mí, apretando mi garganta y
haciendo que mi corazón latiera casi audiblemente dentro de mi pecho. Pero era un
miedo muy distante, como si no pudiera comprender exactamente el concepto de mi
propia muerte. O el de simplemente no existir un día.
Quizás las noticias no se habían filtrado en mí aún. O quizás no lo creía
realmente. De cualquier manera, necesitaba desesperadamente hablar de ello con
alguien que no estuviera ocupado ocultándome secretos vitales. Así que le mandé un
mensaje a Emma, en caso de que su madre le hubiera levantado la prohibición sobre
losmóviles.
La señora Marshall me respondió unos minutos más tarde diciéndome que
Emma seguía castigada, pero que me vería al día siguiente para asistir al funeral de
Meredith, si es que yo planeaba ir.
Le respondí para decirle que allí estaría y entonces dejé caer mi teléfono en la
cama con disgusto. ¿Qué tenía de bueno la tecnología si tus amigos están siempre
separados de ella por estar castigados? ¿O paseando con compañeros de equipo?
A falta de algo mejor que hacer, encendí la televisión otra vez pero no pude
concentrarme, porque lo que acababa de oír continuaba repitiéndose dentro de mi
cabeza. Analicé cada palabra, tratando de comprender de qué no me había percatado.
¡Qué era lo que me estaban ocultando!
Estaba enferma. Hasta ahí estaba claro. ¿Qué más podría significar "vivir en
tiempo prestado"? ¿Así que, qué era lo que tenía? ¿Qué clase de extraña enfermedad
tenía como primer síntoma " premoniciones de muerte" y la propia muerte como
resultado eventual?
Nada. A menos que aún estuviéramos considerando demencia adolescente. Lo
que no hacíamos, basándonos en el hecho de que ellos no pensaban que necesitara las
pastillas zombi.
¿Así que, qué clase de enfermedad podría hacerme pensar que estaba loca?
85 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Ignorando la televisión, me deslicé en la silla de mi escritorio y encendí el
ordenador que mi padre me había regalado en mí último cumpleaños. Cada segundo
que le tomó cargar, envió olas de agitación a través de mí, fortaleciendo mi inquietud,
hasta que el miedo que había esperado antes finalmente empezaba a echar raíces en
serio.
¡Voy a morir!
Solamente el pensar las palabras envió señales de terror que se deslizaba
através de mí. No pude sentarme tranquila, incluso durante los pocos minutos que le
tomó a Windows cargarse. Cuando mis piernas empezaron a temblar por los nervios
me puse de pie, enfrente de mi vestidor, para mirarme en el espejo. Seguramente si
estuviera por estirar la pata, lo sabría en el momento de mirarme. Así es cómo parece
funcionar cuando otras personas van a morir.
Pero no sentí nada cuando miré mi reflejo, salvo la usual molestia de que, a
diferencia de mi prima, mi piel era pálida y mis rasgos completamente irrelevantes.
Quizás no funcionaba con reflejos. Nunca había visto a Heiden en el espejo y
tampoco a Meredith. Conteniendo la respiración, y apenas resistiendo la absurda
necesidad de cruzar mis dedos, miré hacia abajo, a mí misma, insegura de si estaba
más asustada de sentir la necesidad de gritar o de no sentirla.
De nuevo, no sentí nada.
¿Significaba eso que después de todo no me estaba muriendo o que mi
macabro regalo no funcionaba conmigo? ¿O simplemente que mi muerte no era aún
inminente?Aaaaagggghhh. ¡Esto no tenía sentido!
Mi computadora sonó para decirme que estaba encendida y funcionando, y me
dejé caer en la silla de mi escritorio otra vez. Abrí mi navegador de internet y escribí:
"Principal causa de fallecimiento entre los adolescentes" en el buscador. Mi pecho se
sentía apretado y dolía con mórbida anticipación.
La primera información contenía una lista de las diez causas de muerte en
individuos entre quince y diecinueve años de edad. Accidentes fortuitos, homicidios y
suicidio eran los tres primeros. Pero no tenía planes de acabar con mi vida y los
accidentes no podían ser predichos. Tampoco podía serlo el asesinato, a menos que
mis tíos estuvieran planeando hacerlo ellos mismos.
86 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Más abajo en la lista había diferentes entradas igualmente atemorizantes,
como ataque al corazón, infección respiratoria y diabetes, además de otras. De todas
maneras, todos ellos incluían síntomas que no podría haber pasado por alto.
Eso dejó sólo la cuarta causa de muerte en personas de mi edad: Neoplasma
maligno.
Tuve que buscar ese.
La descripción de un independiente y respetado sitio medico era densa y casi
imposible de comprender, pero la definición de más abajo era demasiado clara para
ser confortable. "Neoplasma Maligno " era la palabra del médico para cáncer.
¡Cáncer!
Y súbitamente cada esperanza, cada sueño que había tenido, parecía ser una
posibilidad demasiado frágil para sobrevivir.
Tenía un tumor. ¿Qué otra cosa podía ser? Y tenía que ser cáncer en el cerebro
para afectar a las cosas que sentía y que sabía, ¿verdad? ¡O las cosas que pensé que
sabía!
¿Significaba eso que las premoniciones no eran reales? ¿Estaba el tumor
cerebral provocándome alucinaciones? ¿Alguna clase de alucinaciones sensoriales?
¿Había imaginado el predecir las muertes de Meredith y Heidi, después de que
ocurriesen?
¡No! Eso no podía ser: Me negaba a creer que una mera enfermedad-fuera de
alzhéimer- pudiera reescribir mis recuerdos.
Flotando en el afilado y caliente borde del pánico, retorné al buscador y
tecleé:"síntomas de tumor cerebral". La primera cita era de una web de oncología y
daba un listado de siete clases de tumor cerebral con los principales síntomas para
cada uno. Pero no tenía ninguno de ellos. Ni náuseas, ni convulsiones o pérdida de
audición. No tenía impedimentos al hablar o en la función motora, ni trastornos
especiales. No estaba mareada, ni tenía dolores de cabeza y no tenía debilidad
muscular. No tenía incontinencia, ¡gracias a Dios! Ni tenía sangrados inesperados o
hinchazón, ni cualquier alteración del juicio.
De acuerdo, alguien podría decir que esconderse en una discoteca era un signo
de deterioro en el juicio, pero estaba completamente segura de que mis habilidades
para tomar decisiones estaban justo en su lugar para alguien de mi edad y muy por
87 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
arriba del juicio de otros, como ciertas primas malcriadas, favorecedoras-de-vomitivos
que deberían quedar sin nombre.
Estaba tentada de descartar el cáncer de cerebro, basándome sólo en los
síntomas, hasta que vi la sección de tumores en el lóbulo temporal. Según la web,
mientras el "neoplasma " de lóbulo temporal normalmente alteraba el habla y causaba
ataques, eranigualmente, a menudo, asintomáticos.
Como yo.
Eso era. Tenía un tumor en mi lóbulo temporal. Pero si era eso, ¿cómo lo sabían
mis tíos? y más importante, ¿por cuánto tiempo lo habían sabido? ¿Y cuánto me
quedaba?
Mis dedos se movieron por las teclas y una palabra sin sentido apareció en la
barra de direcciones. Empujé mi silla hacia atrás y cerré mi ordenador sin preocuparme
de apagarlo. ¡Tenía que hablar con alguien! ¡Ahora!
Tiré mi silla a un lado y trepé a la cama sobre mis manos y rodillas, y cogí el
teléfono camino de la cabecera. En la punta de la cama me tumbé hacia atrás y tiré de
mis rodillas hasta mi pecho. Mis ojos se humedecieron mientras me desplazaba a
través de mis contactos buscando el número de Nash. Estaba limpiándome las lágrimas
de la cara con mis mangas para cuando él contestó.
“¿Hola?” - sonó distraído y, en el trasfondo, oí sonidos de pelea, y entonces
varios sujetos gimiendo a la vez.
"Hey, soy yo." - Respiré por la nariz para evitar que mi nariz moqueara.
"¿Kaylee?" - El mueble rechinó cuando se sentó, ahora tenía su atención. -
"¿Qué pasa?" - cambió a un susurro urgente. - "¿Ocurrió otra vez?"
"No, hum... ¿Estás aún en casa de Scott?"
"Sí. ¡Espera!" - Algo rozó contra el teléfono, y apenas oí a Nash decir:-“Ten,
toma mi puesto." Entonces sonaron pasos y el ruido de fondo se hizo más suave,
gradualmente, hasta que se oyó el cerrar de la puerta, y el ruido se detuvo
totalmente. - "¿Qué pasa?”
Dudé, rodando sobre mi estómago en la cama. Él no había firmado para este
tipo de drama. Pero no había salido huyendo con las predicciones de muerte y tenía
que hablar con alguien, y era Nash o la madre de Emma. - "Ok, Esto va a sonar
estúpido, pero no sé qué otra cosa pensar. Oí a mis tíos discutiendo y entonces mi tía
88 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
llamó a mi padre" - Me tragué un sollozo y limpié más humedad de mi rostro. - "
Nash... ¡creo que me estoy muriendo!"
Hubo un silencio en la línea y entonces se oyó el sonido del motor de un coche
que le sobrepasó. Él debía de estar en el jardín de Scott. - "Espera, no lo entiendo,
¿Por qué piensas que te estás muriendo?”
Doblé mi almohada de plumas por la mitad y me tumbé con una mejilla sobre
ella, apreciando el frescor contra mi cara enrojecida por las lágrimas.- "Mi tío dijo que
pensaba que yo tendría más tiempo, entonces mi tía le dijo a mi padre que él
necesitaba decirme la verdad, de manera que yo no pensara que estaba loca. ¡Creo
que es un tumor cerebral!"
"Kaylee, estás sumando dos y dos y te da siete. ¡Tienes que haberte perdido
algo!" - Hizo una pausa y sonaron pisadas en el cemento como si estuviera en la acera.
- "¿Qué es lo que dijeron exactamente?"
Me senté y me obligué a mí misma a inhalar despacio, tratando de calmarme.
Las palabras no estaban saliendo correctamente. No había duda de que él no tenía ni
idea de lo que estaba hablando. - "Hum...la tía Val dijo que yo estaba viviendo en
tiempo prestado y que no debería de pasar nada de él pensando que estaba loca. Le
dijo a mi padre que era tiempo de decirme la verdad." - Me levanté y me encontré
paseando nerviosa adelante y atrás, sobre mi alfombra púrpura.- "Eso significa que me
estoy muriendo, ¿cierto? Y ella quiere que me lo diga."
"Bien, ellos tiene obviamente algo importante que decirte pero, sinceramente,
dudo que tengas un tumor cerebral. ¿No deberías tener algunos síntomas, o algo, si
estás enferma?"
Me dejé caer en la silla de mi escritorio otra vez y moví mi dedo sobre el ratón
para activar el monitor. - "Busqué y…"
- "¿Has investigado tumores cerebrales? ¿Esta tarde?" - Nash dudó, y las
pisadas se pararon. - "Kaylee,¿esto es por Meredith?"
- "¡No!" - Empujé contra el escritorio con tanta fuerza que la silla rodó hasta
chocar contra un lado de la cama. - "¡No soy una hipocondriaca! Sólo estoy tratando
de averiguar por qué me está pasando esto a mí, y ninguna otra cosa tiene sentido." -
Frustrada, me pasé una mano por la cara y me obligué a inhalar profundamente. -
"Ellos no piensan que estoy loca, así que no es psicológico.” - Y mi gran alivio, al tener
89 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
la certeza de ello, era tan grande como para tragarme el Océano Pacifico. - "¡Así que
tiene que ser físico!"
"Y tú piensas que es un tumor cerebral...”
"¡No sé qué otra cosa pensar! Hay una clase de cáncer cerebral que, algunas
veces, no tiene ningún síntoma. ¡Quizás tengo ese tipo!"
"Espera..." - Hizo una pausa y el sonido del viento silbó en la línea. - "¿Crees
que tienes un tumor porque no tienes síntomas?"
De acuerdo, dicho así seguía sin tener ningún sentido. Cerré mis ojos y dejé que
mi cabeza cayera contra la parte de atrás de la silla. - "O quizás las premoniciones eran
mis síntomas. ¡Alguna clase de alucinación!"
Nash se rió. - "Tú no estás alucinando, Kaylee. No a menos que Emma y yo
también tengamos tumores. Los dos te vimos predecir dos muertes y vimos cómo
pasaba una de ellas. ¡No estabas imaginando eso!"
Me senté derecha en mi silla, y esta vez mi larga exhalación fue de alivio. -
"¡Estaba, realmente, esperando que dijeras eso!" - Eso ayudó - aunque sea un
poquitito-; el saber que si me estaba muriendo, por lo menos, me iba con mi mente
intacta.
"¡Me alegra haber podido ayudar!" - Pude oír la sonrisa en su voz, lo que dibujó
una en mía modo de respuesta.
Giré en mi silla y apoyé los pies en mi mesilla de noche. - "De acuerdo, quizás
estoy teniendo premoniciones por culpa de un tumor. Como si estuviera activando una
parte del cerebro a la que la mayoría de la gente no puede acceder. Como John
Travolta en esa vieja película."
"¿Fiebre del sábado en la noche?"
- "¡No tan vieja!" - Mi sonrisa creció un poquito, a pesar de que debería ser una
conversación muy seria. Amaba cuán fácilmente Nash me calmaba, incluso através del
teléfono. Su voz era hipnótica, como una clase de tranquilizante auditivo. Uno en el
que fácilmente podría quedar enganchada.- "Una en la que uno puede mover cosas
con su mente y aprender todas las lenguas leyendo un libro. Y todo acaba siendo
porque él tiene un tumor cerebral y se está muriendo,"
"¡Creo que no he visto esa!"
"El obtiene toda clase de extrañas habilidades y, entonces, muere. ¡Es trágico!
90 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
No quiero ser algo trágico, Nash. ¡Quiero estar viva!" – Y, repentinamente, las
lágrimas estaban de vuelta. No pude evitarlo; había vistomás que suficiente muerte en
los pasados días, sin añadir la mía a la lista.
"De acuerdo, ¡vas a tener que confiar en mí en esto, Kaylee!" - Las pisadas
regresaron y una puerta se cerró, cortando el sonido del viento en el fondo de la
llamada. Entonces su voz se hizo más suave. - "Tus premoniciones no vienen de un
tumor cerebral. Lo que sea que tus tíos tienen que decirte…¡no es eso!"
"¿Cómo lo sabes?" -Quité la humedad de mis ojos con un pestañeo, irritada con
lo emocional que me estaba poniendo. ¿No era ese otro síntoma de mi tumor
cerebral?
Nash suspiró, pero sonaba más preocupado que exasperado. - "¡Tengo que
decirte algo! Te recojo en diez minutos."
91 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPITULO 8
TRADUCIDO POR ISABELLA_CULLEN88
Me miró casi con severidad, quitándole el papel a su pan. - "No tienes cáncer,
Kaylee. O, al menos, esa no es la razón por la estás teniendo las premoniciones."
"¿Cómo lo sabes?" - mordí otro pedazo de mi sándwich, masticando mientras
esperaba una respuesta que él parecía reacio a darme.
Finalmente, después de tres mordiscos más y dos intentos fallidos, Nash
envolvió el resto de su sándwich y lo metió entre nuestras bebidas y la consola, luego
respiró hondo y me miró a los ojos. Su frente estaba fruncida como si estuviera
nervioso, pero su mirada se mantuvo estable. ¡Fuerte!
"Tengo que decirte algo y no vas a creerme. Pero ¡te lo puedo demostrar! Así
que no te asustes, ¿de acuerdo? Al menos hasta que no lo hayas oído todo."
Me tragué otro bocado, luego envolví el resto de mi sándwich y lo puse en mi
regazo. Esto no sonaba como el tipo de noticias que debiera de recibir con comida en
la boca. No a menos que quisiera morir antes delo que pensaba, con un trozo de pavo
atravesado en mi garganta.- "De acueeeerdo… Sea lo que sea, no puede ser peor que
un Tumor en el cerebro, ¿verdad?"
"¡Exactamente!" - Se pasó los dedos por su cabello, deliberadamente
desordenado, y luego buscó mi mirada con una intensidad que casi era aterradora. –
"¡Tú no eres humana!"
"¡¿Qué?!" - la confusión era un ruido calmado en mi cabeza, donde me había
esperado el rugido del temor o incluso la rabia. Me había preparado para escuchar
algo extraño. Estaba íntimamente familiarizada con lo extraño. Pero no tenía ni idea de
qué decir ante 'no humana'.
"Puede que tu tía o tu tío no lo sepan o no quieran que lo sepas por alguna
razón, que es por lo que no te lo dije en el desayuno de ayer. Pero me estás matando
con todo ese asunto del tumor cerebral." - Él me estaba mirando cuidadosamente,
probablemente, juzgando por mi expresión lo cerca que estaba de salir corriendo.
92 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Y, honestamente, si hubiera tenido alguna idea de lo que estaba hablando,
puede que yo hubiera estado muy cerca de hacerlo.
"Creo que si ellos supieran que crees que te estás muriendo, ¡te hubieran dicho
la verdad!” –Continuó - "parece que te lo dirán pronto de todas formas, pero no
quiero que pienses que yo también te estaba mintiendo." - Unos hoyuelos profundos
aparecieron con una pequeña sonrisa. - "O que tienes cáncer."
Por un momento, sólo pude mirarlo, pasmada y vacía por palabras que no
contenían ninguna información real. Y tengo que admitir que hubo un par de segundos
en los que me pregunté si…¡tal vez no era yo la que necesitaba la camisa de fuerza!
Pero él me había creído cuando le conté lo de Heidi, tan loco como sonaba el
asunto, y me había hablado durante dos diferentes premoniciones. Lo menos que
podía hacer, era escucharlo.
"¿Qué soy?" - La mera pregunta y mi disposición a preguntarla hicieron que mi
corazón latiera tan fuerte y tan rápido que sentí como si el auto diera vueltas. Mis
brazos estaban cubiertos de escalofríos.
La luz del atardecer creaba sombras, que definían planos en su rostro, mientras
él miraba a través del parabrisas hacia el sol, ahora una esfera escarlata sobre el borde
del horizonte. Pero su concentración nunca dejó mis ojos. - "¡Eres una Bean Sidhe,
Kaylee! Las premoniciones de muerte son normales. Son parte de lo que eres."
Otro momento de silencio atónito al que me aferré, un breve respiro a la
locura que cada nueva palabra parecía traer. Luego me obligué a hacer la pregunta
pertinente, luchando por evitar que mi mandíbula cayese al abrir la boca.- "Perdona,
¿una qué?"
Él sonrió y se pasó la mano por la barba corta de la mandíbula. - "¡Lo sé!, esta
es la parte donde empiezas a creer que yo soy el que está loco."
De hecho...
"¡Pero juro que esta es la verdad! Tú eres unaBean Sidhe. Y también lo son tus
padres. Al menos, uno de ellos."
Sacudí la cabeza y me aparté el cabello de la cara, tratando de despejar la
confusión y darle sentido a lo que me había dicho. - "¿Banshee? ¿Cómo en la
mitología?" - Habíamos estudiado la mitología en la clase de inglés el año pasado, pero
93 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
fue en su mayoría sobre cosas griegas y romanas. Dioses, diosas, semidioses y
monstruos.
"Sí. ¡Sólo que real!" - Él bebió un trago de su copa, luego la puso en su sitio. -
"Hay cosas que no te enseñan en el colegio. Cosas que ni siquiera conocen… porque
piensan que sólo son un puñado de viejas historias."
"¿Y estás diciendo que no es así?" - Me encontré moviéndome más cerca de la
puerta, hasta que la manilla se me metió en la espalda, tratando de poner un poco de
espacio entre yo y el único chico en el mundo que hacía que lo que yo decía sonara
normal.
"No. Kaylee, ¡es lo que eres!" - El me miraba fijamente, expectante, y aunque
quería revolcarme en la negación, no podía. Incluso, si Nash estaba a un granito de ser
como los demás¡había algo en él! Algo irresistible, incluso más allá de sus esculpidos
brazos, hermosos ojos y hoyuelos adorables. El me hacía sentir... plena. Relajada.
Como si todo iba a estar bien, de una forma u otra. Lo que era toda una hazaña,
teniendo en cuenta que afirmaba que no estaba calificada para estar entre la raza
humana.
"¡Piénsalo!" - Insistió. - "¿Qué sabes de las Bean Sidhe?"
Me encogí de hombros. - "Son mujeres, con vestidos de largos flecos, que
caminan durante los funerales llorando por los muertos. A veces lloran cerca de los
moribundos, anunciando que su final está cerca." - Bebí un sorbo de soda con agua y
luego gesticulé hacia él con el vaso.- "Pero, Nash, las Banshees son sólo historias.
¡Viejas leyendas Europeas!"
El asintió con la cabeza. - "¡La mayor parte de ellas, sí! Para comenzar, ellos lo
pronuncian mal. En gaélico es B-E-A-N S-I-D-H-E. Dos palabras. Literalmente significa
'Mujer de las hadas'."
Mis cejas se levantaron hasta la mitad de mi frente mientras dejaba caer mi
bebida en su lugar. -"Espera, ¿crees que soy un hada? ¿Cómo las que llevan alas
brillantes y varitas mágicas?"-
Nash frunció el ceño. - "¡Esto no es Disney, Kaylee! 'Hada' es un término muy
amplio. Básicamente significa ´algo que no es humano´. Y olvídate de los vestidos
oscuros y eso de seguir los funerales. Todo eso pasó de moda hace tiempo. Pero, el
resto… Mujeres como heraldos de la muerte…¿Te suena familiar?"
94 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Bueno, había una ligera similitud con mis morbosas predicciones, pero... - "No
existen tales cosas como las Sidhes Bean, no importa cómo lo deletrees."
"Y tampoco hay premoniciones, ¿cierto?" -Sus ojos color avellana brillaban en
la penumbra de la tarde cuando sonrió, negándose a ser frustrado por mi cinismo. -
"Está bien, ¡veamos en cuánto de esto puedo acertar! Tu padre... él luce realmente
muy joven, ¿verdad? ¿Demasiado joven para tener una hija de dieciséis años? Tu tío
también. Son hermanos, ¿no?"
Para nada impresionada, rodé los ojos y doblé una pierna debajo de mí, en el
estrecho asiento del auto. - "Viste a mi tío hace una hora, sabes que es joven. Y no he
visto a mi padre en un año y medio." - Aunque de niña siempre me pareció que era
joven y guapo. ¡Pero eso fue hace mucho tiempo...!
"Sé que tu tío se ve joven, pero eso no significa nada para un Bean Sidhe. ¡Él
podría tener cien!”
Esa vez me reí. - "Bien. Mi tío es ciudadano mayor." - ¿Acaso no enojaría a mi
tía Val el pensar que mi tío pueda tener más del doble de su edad y aun así lucir más
joven?
Nash frunció el ceño ante mi escepticismo, su cara oscureciéndose mientras los
últimos rayos de la luz del día lentamente sangraban del cielo.
"Está bien, ¿qué hay del resto de tu familia? Tus antepasados son irlandeses,
¿verdad?"
Rodé los ojos y crucé mis brazos sobre el pecho. - "Mi nombre es Cavanaugh.
No es una gran deducción."
Además, él ya sabía que mi padre vivió en Irlanda.
"Las Bean Sidhes son nativas de Irlanda. Por eso todas las historias nacen de
viejos cuentos populares de Irlanda."
¡Oh!. Eso fue una gran coincidencia. Pero nada más.
"¿Tienes algo más, Houdini?"
Nash tomó mi mano nuevamente y esta vez no la retiré. - "Kaylee, yo supe lo
que eras en el momento en que me dijiste que Heidi Anderson iba a morir. Pero,
probablemente, lo hubiera sabido antes si hubiera estado prestando más atención. Es
sólo que nunca esperé encontrarme con una Sidhe Bean en mi propia escuela."
"¿Cómo lo hubieras sabido antes?"
95 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"¡Tu voz!"
"¿Hum?" - Pero mi corazón empezó a latir con más fuerza, como si supiera algo
que mi cabeza no había captado aún.
"El viernes pasado en el almuerzo, te escuché hablar con Enma acerca de
colarse en Taboo y no pude sacarte de mi cabeza. Tu voz se me quedó grabada como
si, después de haberte escuchado, verdaderamente, esa primera vez, no pudiera parar
de oírte. Tu voz sobrepasa a todo lo demás, puedo encontrarte entre una multitud,
incluso si no te veo, siempre y cuando estés hablando. Pero no sabía porqué. Sólo
sabía que tenía que hablar contigo fuera del colegio y que estarías en el club el sábado
por la noche."
¡De repente no podía respirar! Mis pulmones parecían ser demasiado grandes
para mi pecho, y no podía hacer que se expandieran completamente. - "¿Me seguiste
al Taboo?" - Su admisión hizo que mi cabeza girara, preguntas y confesiones luchaban
por el derecho a hablar primero. Pero no podía pensar con la claridad suficiente para
centrarme en ellas.
"¡Sí!" - Sonaba tan seguro…, como si no debiera ser una gran sorpresa que un
chico, tan apuesto y fuera de mi liga, fuera a un club el sábado por la noche sólo para
verme. - "¡Quería hablar contigo!"
Tragué como pude y me quedé mirando mis manos. Apenas podía creer lo que
estaba apunto de decirle. - "Cuando me hablas siento que todo está bien, incluso
cuando las cosas se están cayendo a pedazos. ¿Porqué?" - Levanté la cabeza en ese
momento y me encontré con su mirada, buscando la verdad incluso aunque no la
entendiese.- "¿Qué me has hecho?"
"¡Nada! Al menos, nada que haya sido a propósito." - Me apretó la mano,
entrelazando los dedos con los míos.
"Nosotros, verdaderamente, nos escuchamos el uno al otro porque somos lo
mismo. ¡Soy un Bean Sidhe, Kaylee! Como mi padre y mi madre y, al menos, uno de
tus padres. ¡Al igual que tú!"
¡Igual que yo!¿Era eso posible? ¡Mi instinto me decía que no! Sacudí la cabeza y
cerré los ojos hasta que estuve segura de que el sueño loco había terminado. Aunque,
realmente, ¿era más extraño ser una Bean Sidhe que estar plagada de premoniciones
de muerte?
96 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Pero incluso si era cierto, algo no encajaba...
"En las historias no hay hombres SidhesBean."
"Lo sé." - Nash frunció el ceño y soltó la mano para cruzar los brazos sobre el
pecho.- "Las historias vienen de lo que los humanos saben de nosotros y parece ser
que sólo conocen acerca de las mujeres. Ustedes, chicas, son bastante difíciles de
olvidar, con todos los gritos y lamentos."
"¡Ja Ja!" - Empecé a empujarlo, luego me congelé cuando fui a levantar mi
brazo. Acababa de defender –aunque sea en broma – una especie a la que no creía
pertenecer. O incluso creer en ella.
Y fue entonces cuando me golpeó. Cuando todo cayó en su lugar.
Sí, parecía una locura. Pero sentía que era cierta. Y pedacitos de ello realmente
tenían sentido, de una manera que era más intuitiva que lógica.
Mi garganta se sentía inflamada y mis ojos empezaron a arder con lágrimas de
alivio. El no ser humana es mejor que estar loca. E infinitamente mejor que morir de
cáncer. Pero lo más importante, el tener las respuestas, incluso si eran extrañas, era
mejor que no saber. Que dudar de mí misma.
"¿Soy una Bean Sidhe?" - Dos lágrimas cayeron antes de que las pudiera hacer
desaparecer, y me limpié el resto con la manga. Nash asintió solemnemente y lo
repetí, sólo para acostumbrarme a la idea. - "¡Soy una Bean Sidhe!"
Decirlo en voz alta me ayudó a que el último pedacito de certeza cayera en su
lugar, y sentí mi pecho aflojarse. Un largo suspiro se escapó de mi garganta y me hundí
en el asiento, mirando por el parabrisas la puesta de sol que apenas había notado. Una
tensión que ni siquiera había sentido empezó a retirarse de mi cuerpo.
Nash me había dado una respuesta, pero esa respuesta había traído a mi mente
decenas de otras cosas y necesitaba más información. ¡Inmediatamente!
"¿Porqué nadie sabe nada acerca de los hombres Bean Sidhes? Y si tú eres un
chico, ¿no te hace eso más un Sidhe hombre?"
El levantó la mano para alcanzar su bebida y los músculos en su brazo se
movieron bajo una piel pintada de rojo por los últimos rayos del sol. –
"Desafortunadamente el término fue puesto por los seres humanos, los cuáles
no saben que los hombres bean Sidhes existen porque ellos no se lamentan. Nosotros
no tenemos premoniciones."
97 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Fruncí el ceño.- "Entonces, ¿qué te hace un bean Sidhe? Digo, ¿cómo se
diferencian de los... humanos?" Incluso habiendo aceptado mi nueva identidad, me
sentía rara refiriéndome a mí como algo no humano.
Se apoyó en la puerta del coche de Carter y tomó otro trago antes de
responder. - "¡Tenemos otras habilidades! Pero, lo que puedo hacer no tendrá mucho
sentido para ti hasta que sepas lo que tú puedes hacer."
Sacudí la cabeza sin comprender. - "¡Pensé que era un heraldo de la muerte!"
"Eso es lo que eres, no lo que puedes hacer. Al menos, ¡no todo lo que puedes
hacer!”
98 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPITULO 9
TRADUCCIDO POR LEXIE
ME INCLINÉ HACIA ADELANTE, poniendo mi rodilla de manera que evitara la
palanca de cambios, más curiosa de lo que quería admitir mientras esperaba por el
resto de la explicación. Pero él se giró para mirar por la ventana. - "Mis piernas se
ponen rígidas. Vamos a caminar”.
Abrió la puerta sin esperar mi respuesta.
"¿Qué?" - Pregunté inclinándome sobre la consola para ver cómo se estiraba en
el estacionamiento, sus músculos amontonándose y moviéndose mientras ponía los
dos brazos sobre la cabeza. - "¿Vas a mantenerme en suspenso?"
“No, ¡sólo en el movimiento!" - Gruñí con impaciencia y él metió la cabeza en
el auto para sonreírme. - "¿Qué, no puedes caminar y hablar al mismo tiempo?" -
Entonces su sonrisa se amplió y cerró la puerta en mi cara. No tuve más remedio que
seguirlo.
Las luces automáticas cobraron vida al poner los pies sobre el hormigón,
bañando todo el estacionamiento, el adyacente patio de juegos desierto y parte del
muelle en un suave resplandor amarillo. Rodeé el auto y le di mi mano cuando la
buscó. - "Bien, estoy caminando. Comienza."
Nash me besó, una mano agarrando la curva de mi cadera izquierda, y el resto
de mi oración se perdió para siempre. Cuando finalmente se apartó, me dejó
respirando con dificultad y deseando cosas que apenas podía conceptualizar. Su
mirada se encontró con la mía a centímetros de distancia y me di cuenta de que su iris
seguía girando en la suave luz amarilla sobre nosotros. O tal vez estaban girando de
nuevo.
De repente, sus ojos no parecían tan extraños. Y tampoco mi fascinación con
ellos. - "¿Así que... tus ojos?" - Susurré cuando pude hablar de nuevo, sin hacer
movimiento alguno de alejarme.
“¿Es eso parte de lo hace un hombre Bean Sidhe?"
99 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"¿Mis ojos?" - Él frunció el ceño y parpadeó. - "Los colores que se arremolinan,
¿verdad?".
"Sí" - Me incliné más cerca para ver mejor y, ya que estaba tan cerca, lo besé,
chupando suavemente el labio inferior para luego ir más profundo. Un cosquilleante
regocijo me atravesó cuando él gimió y se apoderó de mi cintura con las dos manos.
Sus manos empezaron a deslizarse más abajo y sólo me alejé cuando me
asusté, porque comprendí que no quería que se detuviera.
"¡Hum...!" - Me aclaré la garganta y metí las manos en los bolsillos; entonces,
finalmente, levanté la mirada para encontrarme con que me estaba mirando. - "Tus
ojos son hermosos" - Le dije, desesperada por llevar la conversación de vuelta al
camino correcto. - "¿Pero no le dan una pista a las personas? De que no... eres
humano…"
"Nah." - Se quitó un mechón de cabello oscuro de la frente y sonrió. - "Esto sólo
ocurre cuando estoy experimentando algo... hum... realmente intenso." - Sentí que me
sonrojaba, pero él continuó como si no lo hubiese notado.
"Los ojos Bean Sidhe son como un anillo de emociones que no te puedes quitar.
Pero no puedes leer los propios y los seres humanos no pueden verlos en absoluto.
Sólo otros Sidhes bean.”- Sostuvo mi mirada con intensidad. - "Los tuyos están
haciéndolo también. Más tonos de azul que el océano girando como un remolino del
Caribe."
¡Oh! ¡Encantador! Mi sonrojo se profundizó hasta que pensé que mis mejillas
se incendiarían. Él podía ver lo que estaba pensando- lo que deseaba- en mis ojos.
Pero yo también podía ver lo que él quería....
"Dime el resto." - Me volví hacia el parque con mis manos en los bolsillos.
Quería saber todo, pero sobre todo quería cambiar de tema.
Nash pasó por encima de un tope de estacionamiento y me alcanzó en dos
zancadas. - "La sabiduría humana dice que cuando un Sidhe bean se lamenta lo hace
por los muertos, o el próximo a estarlo, pero esa no es toda la historia." - Miró hacia
arriba para estudiar mi perfil.- "Te he visto refrenar tu llanto en dos ocasiones. ¿Qué
recuerdas de las veces en que lo soltaste?".
Di un respingo por el recuerdo, reacia a revisar el evento que me depositó en
un hospital. - "¡Fue horrible! Una vez que lo solté, no pude detenerlo. Y no podía
100 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
pensar en otra cosa. Había un sentimiento de desesperación total, y ese ruido
espantoso que sentía que surgía de mi garganta." - Pasé por encima de un puente
colgante que cubría el patio de juego y Nash me siguió. - "El grito me controlaba y no al
revés. La gente estaba mirándome, soltando las carteras y bolsas de las compras para
cubrirse los oídos. Esta niña comenzó a llorar y a aferrarse a su madre, pero no podía
detenerlo. ¡Fue el peor día de mi vida! En serio."
"Mi mamá dice que la primera vez siempre es difícil. Aunque, por lo general, no
hace que te encierren".
Es cierto, ¡su madre era Sidhe bean también! No es de extrañar que me hubiera
mirado fijamente. Probablemente ella sabía que no tenía idea de lo que era. Cuando
llegamos al corazón del patio de juegos- un castillo de madera lleno de grandes torres
y túneles y deslizaderos -Nash se metió debajo de una pieza de equipo y tiró del
primer haz de mono bar.
“¿Estabas viendo a un por-partir cuando en realidad se marchó...?"
Levanté una ceja, en humor negro, tratando de no mirar el tríceps claramente
notable bajo la cómoda camiseta de manga corta. - "¿Por-partir?"
Él sonrió. - "Es un término técnico".
"Aah. No, ¡no estaba mirando nada!" - Me senté en el columpio sostenido por
tres cadenas, meciéndome hacia adelante y hacia atrás lentamente, tratando de
olvidar las palabras incluso antes de que las dijera. - "Yo estaba tratando de detener el
chillido. Los de Seguridad del centro comercial llamaron a mis tíos y cuando no pude
dejar de llorar me llevaron al hospital."
Nash soltó la barra y se instaló en los escalones recubiertos de goma del
tobogán cercano. Me miraba desde un par de metros de distancia. - "Bueno, si
hubieras mirado al otro chico habrías visto el alma del difunto. ¡Flotando!"
-"¿Flotando?"
“Sí. Las almas son fundamentalmente atraídas por el lamento del Bean Sidhe y,
mientras dure, no pueden seguir adelante. Ellas sólo se quedan como colgadas allí,
suspendidas. ¿Te acuerdas de las sirenas de la mitología? ¿Cómo su canción podía
llevar a un marinero a su muerte?"
"¿Sí...?" - Y esa imagen no hizo nada para aliviar la aprensión, ahora inflamada
dentro de mí como dolor de estómago.
101 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"¡Es como eso! Excepto que la gente ya está muerta. Y no son generalmente
marineros."
"¡Guau!" - Puse mis pies hacia abajo para detener el columpio y que no se
balanceara.- "Soy como papel matamoscas para las almas. Eso es... extraño. ¿Por qué
alguien querría hacer eso? ¿Suspender el alma de un pobre tipo?"
Nash se encogió de hombros y se paró y me ayudó a levantarme. - "Por muchas
razones. Una bean Sidhe que sabe lo que está haciendo puede aferrarse a un alma el
tiempo suficiente para que se prepare para su vida futura. ¡Para que se vaya en paz!”
Fruncí el ceño, incapaz de imaginarlo. - "Está bien, pero ¿cuán pacífico puede
ser que estén conmigo, gritando asesinato sangriento?".
Se rió de nuevo y lo seguí hasta los escalones de un puente oscilante de tablas
de madera, ligeramente encadenadas juntas. - "No suena como gritarle al alma. O a mí
tampoco. Tu lamento es hermoso para los Sidhes bean machos."- Nash volvió a
mirarme desde el escalón más alto, con su mirada suave y casi reflexiva.
"Es más bien como una canción de anhelo que me persigue. ¡Me gustaría que lo
oyeras en la forma en que lo oigo!”.
"¡A mí también!" - Cualquier cosa sería mejor que el grito ensordecedor que he
oído. - "¿Qué más puedo hacer? Cuéntame de las partes que no me dan ganas de
arrancarme mis propios oídos del cráneo."
Nash me arrastró dentro del puente, que se sacudió por debajo de nosotros,
hasta que me senté en el centro con las piernas colgando por la borda. - "Puedes
retener un alma lo suficiente para que él pueda escuchar los pensamientos y
condolencias de sus amigos. O decir adiós a su familia aunque no puedan oírlo."
"Así que soy... ¿útil?" - Mi tono se elevócon sincera esperanza.
"¡Totalmente!". - Se sentó en la tabla siguiente, frente a mí con una pierna
colgando sobre el borde del puente y la otra arqueándose detrás de mí.
Mi sonrisa aumentó al igual que el calor que se esparcía a través de mi pecho,
poco a poco, superando mi malestar ante la sola idea de la suspensión de un alma
humana. No estaba segura de si esta paz floreciente surgía de mi nuevo propósito en la
vida y la muerte-o de la forma en que Nash me observaba, cómo si haría cualquier
cosa para hacerme reír.
"Entonces, ¿qué puedes hacer tú?"
102 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"Bueno, mis cuerdas vocales no son tan poderosas como las tuyas, pero la voz
de un bean Sidhe macho lleva una especie de... influencia. Un fuerte poder de
sugestión, o la proyección de la emoción."- Se encogió de hombros y enrolló un brazo
encima de la barandilla de cuerda, recostado, para verme mejor. - "Podemos proyectar
confianza o excitación. O cualquier otra emoción. Un montón de nosotros juntos
pueden instar a grupos a la acción o pacificar a una multitud. Esto era bueno durante
los juicios de brujas y pánicos en masa de la antigüedad."- Él sonrió. - "Pero, sobre
todo, nosotros sólo relajamos a las personas cuando están nerviosas o molestas". -
Nash me lanzó una mirada significativa y tomé una gran bocanada de aire, por la
sorpresa, que casi me ahogué con ella.
"Tú me calmaste, ¿no? En el callejón, detrás de Taboo. Y detrás de la escuela,
esta tarde. Con Meredith..."
¿Cómo no me había dado cuenta? Nunca antes había sido capaz de controlar el
pánico sin poner distancia entre mí y... la pre-fallecida.
Parpadeé lágrimas de agradecimiento y empecé a darle las gracias, pero él
habló antes de que pudiera pronunciar las palabras.
"No te preocupes por eso. Fue agradable lucirme finalmente."
"¿Y hay algo más aparte de la influencia?"
Él asintió con la cabeza y el puente se sacudió al inclinarse hacia delante,
mirándome dramáticamente. - "¡Puedo dirigir almas!"
"¿Qué?" - Escalofríos aparecieron por debajo de las mangas, a pesar de la
noche inusualmente cálida.
Nash se encogió de hombros, como si no fuera gran cosa. - "Tú puedes
suspender a un alma y yo puedo manipularla. ¡Decirle a dónde ir!"
"¿En serio? ¿Dónde las envías?“. - No podía caber en mi mente todo el
concepto.
"¡A ninguna parte!" - Él se recostó en la cuerda y frunció el ceño. - "Ese es el
problema. Tus habilidades son útiles. Altruistas, incluso. ¿Las mías...?¡No mucho!"
"¿Por qué no?"
"Porque hay un sólo lugar donde enviar un alma sin cuerpo."
103 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"¿La otra vida?" - Doblé una pierna por debajo de la otra y giré mi rostro hacia
él, tratando de no estar completamente abrumada por las posibilidades que él estaba
abriendo ante mí.
Sacudió la cabeza mientras el canto de una cigarra comenzó en la distancia. –
"Un alma no me necesita para eso." - Y de repente comprendí. - "¡Puedes
devolverla! Al cuerpo."- Me senté con la espalda recta y el puente se balanceó. –
"¡Puedes traer a alguien de vuelta a la vida!"
Nash sacudió la cabeza, aún sombrío, a pesar de mi entusiasmo creciente, y se
puso de pie para levantarme. - “Se necesitan dos de nosotros. Una hembra para captar
el alma y un macho para restablecerla."- Su mano encontró mi cadera de nuevo y el
calor detrás de su mirada casi me quemaba. - "Podríamos ser increíbles juntos,
Kaylee."
Mis mejillas ardieron.
Entonces, la realidad de lo que estaba diciendo me golpeó, como una ráfaga de
aire frío en la cara.
"¿Podemos salvar a la gente? ¿Revertir la muerte? ¡Pudiste haberme dicho eso
primero!" Un hormigueo de alegría floreció en mi pecho y, al principio, no entendí
cuando movió la cabeza.
Pero entonces mi emoción se secó, sustituida por una sensación de frío, pesado
sentimiento de pesar. De culpa creciente. - "Así que no sólo fallé en advertir a
Meredith, la dejé morir cuando podíamos haberla salvado. ¿Por qué no me lo dijiste?"
- No podía detener el relampagueo de ira que la comprensión había traído.
¡Meredith todavía estaría viva si hubiera sabido cómo ayudarla!
"¡No, Kaylee!" - Nash inclinó mi mentón hasta que vi el remolino oscuro de
pesar en sus ojos. - "No podemos andar por ahí empujando sólo de nuevo las almas a
los cadáveres. No funciona así. Ni siquiera se puede advertir a alguien de su propia
muerte. Es físicamente imposible porque, mientras estás cantando una canción de
alma, no puedes hacer nada más. ¿Correcto?”
Asentí miserablemente. - "Es completamente agotador..." - Aunque todavía no
podía imaginar que ese grito horrible sonara como la canción que había descrito. -
"¡Pero tiene que haber una manera de sortearlo!" - Le esquivé en el puente oscilante y
bajé los escalones de dos en dos. Mi mente estaba corriendo y necesitaba moverme.
104 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"Podríamos elaborar algún tipo de señal o algo. Podríamos crear algún tipo de
señal paracuando llegue una premonicióny tú podrías ir a advertir al... hum... pre-
fallecido."
Nash me alcanzó, sacudiendo la cabeza de nuevo. Me agarró del brazo y me
atrajo hacia él para detenerme, pero me dejó ir cuando me puse rígida. - "Incluso si
pudieras advertir a alguien, no cambiaría nada. Sólo haría más aterradores los últimos
momentos de la pobre persona."- Empecé a mover la cabeza, pero se me adelantó. –
"Eso es lo que he estado tratando de decirte, Kaylee. ¡Tú no puedes detener la
muerte!"
- "¡Pero acabas de decir que podíamos!" - Me apoyé al lado de un tobogán
color verde, con el ceño fruncido hacia él. - "Juntos podríamos haber salvado a
Meredith. Tal vez incluso a Heidi Anderson. ¿No te molesta que ni siquiera lo
intentáramos?"
- "Por supuesto que sí, pero salvar a Meredith no habría detenido su muerte.
Sólo habría prolongado su vida. Y reanimar a alguien cuyo tiempo ha llegado conlleva
graves consecuencias. Y, créeme, ¡no vale la pena pagar el precio!”
"¿Qué significa eso?" - ¿Cómo podría no valer el precio salvar a alguien?
La mirada de Nash me quemó como si subrayara la importancia de lo que iba a
decir.
"¡Una vida por una vida, Kaylee! Si hubiéramos salvado a Meredith alguien más
habría sido llevado en su lugar. Podría ser uno de nosotros o alguien cercano."
¡Ouch! Me dejé caer sobre la alfombra de goma, en la base del tobogán, con
los ojos cerrados por el horror. Bueno, ¡ese era un precio alto! Y aún si hubiera estado
dispuesta a pagarlo yo misma no tenía derecho a tomar esa decisión por un espectador
inocente. ¡O por Nash! Sin embargo, no podía olvidar el incidente. No importaba lo
que había dicho, no importaba lo lógico de los argumentos, dejar morir a Meredith se
sentía mal y no podía soportar la idea de tener que hacerlo de nuevo.
Nash suspiró y se sentó en la alfombra verde conmigo, con los brazos apoyados
en las rodillas.
"Kaylee, sé cómo te sientes, pero esa es la manera en que funciona la muerte.
Cuando el tiempo de alguien llega él se tiene que ir y buscando las lagunas en el
sistema sólote volverás loca. ¡Confía en mí!"
105 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
La angustia en la voz de Nash resonó en mi corazón, y me moría por las ganas
de tocarlo para aliviar cualquier tormento de su corazón que introducía tanto dolor a
sus palabras.
"Lo has intentado, ¿verdad?" - Susurré. Él asintió con la cabeza y me incliné
para dejar que mi boca se encontrara con la suya, deteniéndome cuando el contacto
disparó chispas a través de mis venas. Quería sostenerlo entre mis brazos, hacer
que,de alguna manera, se sintiera mejor. - "¿Quién era?"
"¡Mi papá!"
Aturdida, me incliné hacia atrás para ver su rostro y el daño que me encontré
parecía atravesarme, dejándome fría, con miedo. - "¿Qué pasó?"
Nash tomó aire lentamente y se recostó en el costado del tobogán. La luz de la
farola de encima jugó en su mano cuando se frotó la frente, como para alejar el
recuerdo. - "Se cayó de una escalera tratando de pintar los postigos de una ventana
del segundo piso y se golpeó la cabeza con algunos ladrillos que bordeaban el jardín de
flores de mi madre. Ella estaba podando los arbustos cuando se cayó, por lo que vio lo
que ocurrió.”
"¿Dónde estabas?" - Dije en voz baja, temiendo que dejaría de hablar si mi voz
rompía sus recuerdos.
"En el patio trasero, pero salí corriendo cuando ella gritó. Cuando llegué estaba
llorando, con su cabeza en el regazo. Había sangre en las piernas de ella. Entonces mi
padre dejó de respirar y ella comenzó a cantar. Era hermoso, Kaylee." - Sus palabras se
hicieron urgentes y se sentó recto, como si estuviera tratando de convencerme. –
"Melancólico y triste. Y allí estaba su alma, flotando por encima de los dos.
¡Traté de guiarlo!Realmente, no sabía lo que estaba haciendo pero tenía que intentar
salvarlo. Pero él me hizo parar. Su alma... ¡podía escucharlo! Él dijo que tenía que irse y
que debía cuidar de mi mamá. Él dijo que ella me iba a necesitar y tenía razón. Ella se
sentía culpable porque le había pedido pintar las persianas. No ha sido la misma desde
entonces."
No me había dado cuenta de que contenía el aliento hasta que tuve que tomar
una bocanada de aire. - "¿Qué edad tenías?"
"¡Diez!" - Sus ojos se cerraron. - "Mi padre fue la primera alma que vi y no
pude salvarlo. No sin matar a alguien más, y él no me dejó arriesgar mi propia vida. O
106 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
la de mi mamá."- Abrió los ojos para mirarme fijamente. - "Y tenía razón en eso
también, Kaylee. No podemos tomar la vida de una persona inocente para librar la de
alguien que debe morir."
Él no obtuvo ningún argumento de mí. Pero... - "¿Qué pasa si Meredith no
debía morir? ¿Qué pasa si no era su tiempo?"
"Lo era. Así es como funciona." - La voz de Nash tenía la convicción de un niño
profesando su creencia en Santa Claus. Él estaba un poquito seguro, como si la fuerza
de su afirmación pudiera compensar algunas dudas en secreto.
"¿Cómo lo sabes?"
"Debido a que hay horarios. ¡Listas oficiales! Hay gente para asegurarse de que
la muerte se lleva a cabo en la forma que se supone que es."
Parpadeé, entrecerré los ojos con sorpresa. - "¿En serio?"
"¡Desafortunadamente!". - Una brisa de amargura atravesó su rostro, pero se
había ido antes de que yo estuviera segura de que había estado allí en primer lugar.
"Eso suena tan... burocrático".
Se encogió de hombros. - "¡Es un sistema muy bien organizado!"
"¡Cada sistema tiene sus fallas, Nash!" - Empezó a estar en desacuerdo, pero
me apresuré en ello. - "¡Piensa en ello! Tres chicas han muerto en la misma zona en los
últimos tres días, cada una sin una causa conocida. Todas ellas sólo cayeron muertas.
Ese no es el orden natural de las cosas. Es la propia definición de "antinatural".
O al menos 'sospechoso' ".
"Definitivamente es inusual" - Admitió. Nash se frotó las sienes de nuevo y de
repente sonó muy cansado. - "Pero, incluso si no se supone que mueran, no hay nada
que podamos hacer al respectosin que alguien muera".
"Está bien..." - No podía discutir con esta lógica. - "Pero si alguien no está
destinado a morir, ¿la pena por salvarlo aún se aplica?"
Nash pareció sorprendido de repente, como si esa posibilidadnunca se le
hubiera ocurrido. - "No lo sé. Pero ¡conozco a alguien que tal vez sí!”
107 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPÍTULO 10
TRADUCIDO POR LEXIE
"¿Y quién es Tod?" - Tragué lo último de mi refresco viendo como los faros
iluminaban brevemente su rostro al pasar, luego lo abandonaban a corto tramos de
sombra. Era como redescubrirlo con cada rayo de luz que encontraba su cara y no
podía dejar de verlo.
"Él trabaja el segundo turno en el hospital." - Nash puso la vía en lo que hacía
un giro hacia la izquierda.”
“¿Haciendo qué? "
"Tod es... un interno." - Giró otra vez a la izquierda y el Arlington Memorial se
extendió ante nosotros a la derecha, las ventanas de espejo de la nueva torre
quirúrgica reflejaban la luz de los faroles hacia nosotros.
Recogí las envolturas de la comida y las metí en la bolsa de papel en el piso,
entre mis pies. - "No sabía que los internos tenían los horarios establecidos."
Nash giró en el garaje de estacionamiento con poca luz y miró en ambas
direcciones, en busca de un lugar vacío cerca de la entrada. Pero obviamente también
estaba evadiendo mis ojos.- "No es exactamente interno de medicina."
"Entonces, ¿qué es exactamente?”
Un espacio vacío apareció en el final del primer nivel y se metió en él, teniendo
más cuidado con el coche de Carter que el que tenía con el de su madre. Luego pasó a
estacionarlo y apagó el motor antes de girar hacia mí plenamente.
"Kaylee, Tod no es humano tampoco. Y no es exactamente un amigo, así que
puede no estar muy dispuesto a responder a nuestras preguntas."
Crucé los brazos sobre el pecho y traté de parecer irritada; lo que no era fácil
considerando que, cada vez que me miraba así, como si no hubiera nada más en el
mundo que valiera la pena mirar, mi corazón latía más fuerte y mi respiración se me
atoraba en la garganta.
108 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"¿Un no amigo no humano? ¿Quién trabaja en el hospital no como médico
pasante?"- Al menos no era otro jugador de fútbol. - "Ahora que tenemos claro lo que
no es, ¿te importaría decirme qué es?".
Nash suspiró y supe, por el sonido, que no me iba a gustar lo que tenía que
decir.- "¡Él es un ángel de la muerte!"
"¿Un qué?" - Seguramente lo había oído mal. - "¿Acabas de decir que Tod es un
ángel de la muerte?"
Nash sacudió la cabeza lentamente y exhalé con alivio. Ser un Bean Sidhe era
una cosa, ya que, en realidad, nosotros podíamos ayudar a la gente pero no estaba
lista para enfrentar a la personificación andante y hablante de la Muerte.
¡Mucho menos hacerle preguntas!
"¡No es la Parca!" - dijo Nash observándome atentamente. - "Es sólo un ángel.
Uno de miles. Es sólo un trabajo.”
"¿Sólo un trabajo? ¡La muerte es sólo un trabajo! Espera...“-Respiré
profundamente y cerré los ojos. Luego conté hasta diez. Cuando eso no fue suficiente
conté hasta treinta. Entonces encontré la mirada de Nash, con la esperanza de que el
pánico no fuera evidente en los espirales míos. - "Así que... ¿cuando me dijiste que no
puedes detener a la muerte, lo que realmente quisiste decir, es que no puedes
detener a Tod?"
"No específicamente a él pero sí, ¡esa es la idea general! Los Ángeles de la
muerte tienen un trabajo que hacer, como todos los demás. Y, en su conjunto, no son
muy amigables con los Sidhes bean."
"¿Acaso quieres saber el por qué?"
Nash sonrió con simpatía y tomó mi mano y mi corazón saltó incluso con ese
pequeño contacto. ¡Mierda! Ya podía ver que toda futura ira dirigida a él iba a ser muy
difícil de sostener.- "La mayoría de los ángeles de la muerte no nos quieren porque
tenemos el potencial de arruinar, seriamente, su jornada laboral. Incluso si, en
realidad, no restauramos el alma de una persona, un Ángel de la muerte no puede
tocarla mientras la sostengas. Así que cada segundo que pasas cantando, es un
segundo de retraso en la entrega de esa alma. En un distrito ocupado, que también
podría atrasarlo desastrosamente, simplemente los enoja.A los ángeles de la muerte
no les agrada que cualquier otra persona juegue con sus juguetes.”
109 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Grandioso. - "¿Así que no sólo no soy humana sino que la muerte es mi
archienemigo?"
¿Quién, yo? ¿Pánico? - "¿Algo más que quieras decirme ya que estamos
confesándonos?"-
Nash intentó sofocar una risita, pero fracasó. - "Los ángeles de la muerte no son
nuestros enemigos, Kaylee. Simplemente, no disfrutan particularmente de nuestra
compañía.”
Algo me decía que el sentimiento sería mutuo. Afirmé ligeramente con la
cabeza, Nash abrió la puerta del lado del conductor y entró en el oscuro garaje. Salí por
el otro lado y, mientras cerraba la puerta, él hizo clic en un botón del llavero de Carter
para bloquear el coche. Ambos sonidos resonaron a nuestro alrededor y, por lo que
parecía, estábamos solos en el garaje. Lo que era bueno, teniendo en cuenta la
discusión en la que nos encontrábamos. - “Así que ¿cómo luce Tod? ¿Un esqueleto
blanqueado merodeando alrededor con una capa negra y con capucha? ¿Llevando una
guadaña? Porque estoy pensando que podría causar pánico masivo en el hospital."
Tomó mi mano mientras nos dirigíamos por el pasillo hacia la entrada del
garaje, los pasos haciendo un eco misterioso. - "¿Sigues los cortejos fúnebres en un
vestido largo, sucio, con el cabello volando al viento detrás de ti?"
Le dirigí un gesto de burla. - "¿Has estado siguiéndome de nuevo?"
Nash puso los ojos en blanco. - "Se ve normal, no es que importe. No puedes
ver a un ángel de la muerte a menos que él quiera ser visto”.
Un cálido, viento de finales de septiembre sopló a través de la entrada del
garaje, revoloteando los folletos pegados a los parabrisas y envoltorios de comida
rápida dispersos por todo el hormigón. - "¿Querrá Tod que lo veamos?"
"¡Depende de qué tipo de estado de ánimo tenga!” - Nash pasó por delante de
la puerta giratoria enorme, en favor del panel de vidrio pesado, que abrió para mí al
pasar al vestíbulo pequeño. Mantuve la puerta de al lado para él y entramos en un
pequeño vestíbulo, tranquilo lleno de vacíos y aparentemente incómodos sillones. El
calor del edificio fue un alivio y mi piel de gallina se desvaneció con cada paso que
tomamos desde la puerta.
110 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Nash ignoró a la voluntaria en el escritorio de ayuda- no es que importara;
estaba dormida en su puesto-y me guió hacia un banco de ascensores, al final del
pasillo.
Mis zapatos chirriaban sobre el piso pulido y cada respiración trajo consigo una
bocanada de antiséptico y ambientador perfumado de pino. Cualquiera hubiera sido
bastante malo en sí mismo y, juntos, amenazaban con desbordar tanto mi nariz como
mis pulmones.
Afortunadamente, el ascensor de la izquierda estaba vacío y abierto.
En el interior, Nash pulsó el botón de la tercera planta. Cuando las puertas se
cerraron el olor de "bienvenida" desapareció, reemplazado inmediatamente por el
olor genérico a hospital, una combinación de aire viciado, pastel de carne de la
cafetería y cloro.
"¿Tod trabaja en el tercer nivel?" - Le pregunté mientras los engranajes se
movían sobre nuestras cabezas y el ascensor empezó a subir.
"Él trabaja en todo el hospital pero Cuidados Intensivos está en el tres, y ahí es
donde es más probable encontrarlo. ¡Suponiendo que quiera ser encontrado!"
Un nuevo escalofrío me recorrió mientras su declaración se fundía en mí. Era
más probable encontrar a Tod en Cuidados Intensivos, donde las personas tenían más
probabilidades de estar muriendo.
Las palmas de mis manos empezaron a sudar y mi corazón latía tan fuerte que
estaba segura de que Nash podía oír el eco en el ascensor. ¿Cuáles eran las
probabilidades de que pasara a través de la UCI sin encontrar un alma por la que
cantar?
Apuesto que iban de pocas a ninguna. Y ya que estábamos en el hospital, si me
asustaba esta vez, probablemente me pondrían en la camilla expresa en el ala de la
sala de salud mental. No pasa. Vete. No recopiles doscientos dólares.
¡No iba a volver allí!
Mi mano apretó la de Nash y él me acarició los dedos con el pulgar. - "Si sientes
que comienza, tan sólo aprieta mi mano y te saco de aquí." - Empecé a mover la
cabeza y él pasó los dedos de su mano libre por mi cara, mirándome fijamente a los
ojos. - "¡Lo prometo!"
111 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Suspiré. - "¡Bien!" - Él ya me había ayudado a través de dos ataques de pánico,
no podía dejar de pensar en ellos como tal, y no tenía duda de que pudiera hacerlo de
nuevo. Y, de todos modos, realmente no tenía otra opción. No podía evitar la muerte
prematura de la próxima víctima sin encontrar a Tod “el ángel de la muerte”, y no
podía encontrar a Tod sin visitar todos sus lugares favoritos.
El ascensor sonó y la puerta se abrió con un sonido suave de Shhhh. Miré a
Nash, reforzando mi valor mientras enderezaba mi columna vertebral. - "¡Vamos a
terminar con esto!"
El tercer piso se extendía a cada lado de nosotros y un pasillo largo y blanco
estéril se abría, directamente, a través de las puertas del ascensor, donde un hombre
y una mujer en batas azules a juego estaban sentados detrás de un puesto, grande y
circular, de control de enfermeras. El hombre levantó la vista cuando mis zapatos
chirriaron sobre el suelo, pero la mujer nos notó.
Nash señaló con la cabeza hacia la izquierda y nos dirigimos hacia allí,
caminando lentamente, simulando leer los nombres escritos en las placas desechables,
fuera de cada puerta. Sólo éramos dos niños con la esperanza de rendir homenaje a
nuestro abuelo por última vez. Sólo que nosotros no lo "encontrábamos" en el pasillo
elegidoni en cualquier otro lugar del tercer piso, lo que era casi una decepción después
de mi temor inicial de entrar en la UCI.
Afortunadamente, Arlington no era el más grande de la ciudad y sólo tres de las
camas de Cuidados Intensivos estaban realmente ocupadas. Y ninguno de los
ocupantes estaba en peligro inmediato de una reunión con el ángel de la muerte.
Tod también estuvo ausente en los pisos cuarto, quinto y sexto; al menos en lo
que podríamos decir. Los únicos lugares que quedaban por revisar eran la torre
quirúrgica, la sala de emergencias, en el primer piso, y la sala de maternidad, en el dos.
No quería encontrar un ángel de la muerte, incluso si no llevaba una guadaña,
en la sala de maternidad, y, definitivamente, seríamos vistos en la torre quirúrgica. Así
que comprobamos la sala de urgencias en primer lugar.
En mi viaje anterior a Arlington Memorial mi tía y mi tío habían llamado antes y
en el pabellón de salud mental nos esperaban, lo que significaba que no teníamos que
detenernos en la sala de emergencias. Así que nunca había visto una en persona hasta
que cruzamos el vestíbulo principal y empujamos las puertas dobles de emergencia, en
112 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
la zona de espera. Había, sin embargo, pasado mucho tiempo en la unidad psiquiátrica,
lo que no es un viaje a Disneylandia.
Estaba lleno de enfermeras que te miran con lástima o desprecio y pacientes
en zapatillas que o bien no te miran a los ojos o no apartan la mirada. Sin embargo, la
sala de emergencia tiene un estilo propio de la miseria.
Lejos de las prisas energéticas de adrenalina que esperaba, teniendo como
base algunos dramas de televisión hospitalarios, la sala de emergencia real estaba
tranquila y sombría.
Los pacientes esperaban en sillas ligeramente acolchadas, diminutas, alineadas
contra las paredes y se agrupaban en el centro de la gran sala, con sus rostros torcidos
en una mueca de dolor, miedo o impaciencia.
Una anciana languidecía en una silla de ruedas, debajo de una manta raída, y
varios niños con fiebre se estremecían en los brazos de sus madres. Hombres en ropa
de trabajo apretaban vendas de gasa con costra en las heridas que manaban sangre o
bolsas de hielo, en trozos púrpuras, sobre sus cabezas. En el otro extremo de la sala,
cerca de la mesa de triaje, una adolescente se quejó y gemía, se agarró un brazo contra
su pecho mientras su madre apuntaba a través de un tabloide viejo, ignorándola
descaradamente.
Cada pocos minutos, los empleados del hospital entraban por un extremo de la
sala, cruzando las desteñidas baldosas de vinilo sucio y empujando a través de un
conjunto de puertas dobles en el otro extremo. Sólo esos leían las historias clínicas o
miraban hacia delante, mientras que aquellos o la pareja rompían el silencio sombrío
casi incongruente con fragmentos de una conversación informal. Independientemente,
los empleados hacían lo que fuera para evitar el contacto visual con la gente que
estaba esperando, mientras que los pacientes les miraban con una esperanza tan
transparente que, para mí, era incómodo ver.
"¿Lo ves?" - Susurré a Nash, saltando por encima de las mujeres y niños
enfermos para escanear los rostros de los hombres.
“No, y no lo haremos hasta esté listo para ser visto ".
Metí mis manos en los bolsillos, físicamente resistiendo la necesidad de tomar
su mano para mayor comodidad, sólo porque la sala de emergencias me asustaba. Si
no podía manejar las masas apiñadas mirando al vacío como zombis, ¿cómo podía
113 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
esperar hacer frente a la Muerte? ¿O incluso a un ángel de la muerte? - "Entonces,
¿cómo se supone que vamos a encontrarlo?".
"El plan era que él nos encontrara" - Me susurró. - "Dos bean Sidhe andando
por aquí mientras él trata de trabajar debería atraerlo con bastante rapidez;aunque
sólo sea, si no hay otra razón, para sacarnos del camino."
“Entonces… supongo que ha decidido no mostrarse."
"Eso parece." - La mirada de Nash se posó en un letrero en la pared, que
señalaba el camino a la tienda de regalos, la cafetería, y el laboratorio de radiología. –
"¿Tienes sed?"
"No realmente." - Me había despachado treinta y dos onzas de gaseosa en el
coche y tendría que encontrar un baño pronto.
"Entonces, ven a sentarte conmigo. Si dejamos claro que tenemos toda la
noche para esperar, probablemente se muestre para echarnos”.
"Pero nosotros no……."
"Shhhh." - Sonriendo deslizó un brazo alrededor de mi cintura y me susurró al
oído. - "No muestres nuestra mano."
Escalofríos de placer corrieron por mi cuello y por todo mi cuerpo, originados
donde su aliento me rozó la oreja.
Seguimos las indicaciones en el pasillo, alrededor de la esquina, y entramos en
la cafetería, donde todavía estaban sirviendo la cena a las siete y media de la tarde.
Nash compró una gran rebanada de pastel de chocolate y un cartón de leche tamaño
escolar. Tomé una Coca-Cola. Entonces elegimos una mesa pequeña en un rincón de la
sala casi vacía.
Nash se sentó de espaldas a la pared comiendo como si no pasara nada. Como
si él fuera a buscar a un agente de la muerte cada noche. Pero yo no podía quedarme
quieta. Mi mirada recorría la sala, pasando sobre un custodio vaciando un bote de
basura y una mujer con una redecilla inspeccionando la barra de ensaladas de lechuga
marchita. Mis pies rebotaron en el piso, con mis rodillas golpeando la parte inferior de
la mesa una y otra vez. La leche de Nash se derramaba en cada impacto, pero no
parecía darse cuenta.
Él estaba a la mitad de su pastel, menos uno o dos mordidas para las que yo
había encontrado sitio, cuando una sombra cayó sobre nuestra mesa. Miré hacia arriba
114 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
para encontrar a un hombre joven delante de la silla vacía a mi derecha. Él vestía
pantalones anchos deslavados y una camiseta blanca de manga corta, sin indicios de
un abrigo, a pesar de la temperatura exterior. Y su expresión feroz no hizo nada para
endurecer sus labios de querubín y brillantes ojos azules, coronados por una mata de
rizos rubios. Nash ni siquiera miró hacia arriba.
Miré al rubio y luego seguí su mirada al salero y pimentero desechables en el
centro de la mesa. Suponiendo que los quería pedir, estaba alcanzando la sal cuando
agarró la silla vacía y se dejó caer en ella, cruzando los antebrazos desnudos sobre la
mesa delante de él.
"¿Qué quieres?" - Gruñó en un tono tan bajo y grave que habría jurado que
nunca podría haber venido de una cara tan angelical.
Nash se tomó su tiempo para masticar, tragar, y finalmente emuló su plato de
vuelta
-"¡Respuestas!"
Fruncí el ceño, boqueando hacia el rubio con incredulidad. - "¿Tú eres el ángel
de la muerte?"
Tod me miró por primera vez, con su ceño prácticamente grabado en su lugar.
"¿Esperabas a alguien mayor? ¿Más alto? ¿Tal vez algo demacrado y
esquelético?” – El desprecio goteaba de sus palabras, como el ácido, y espetó a Nash
su enfoque con fastidio.- "¿Ves? Ese es el problema con el viejo título. Debo empezar
a llamarme un "agente coleccionista" o algo así."
"Entonces te harán ponerte un traje y corbata" –contesté, divertida por la
imagen mental.
La esquina de la boca de Nash se contrajo.
"¿Quién es la compañera?" - Tod movió la cabeza hacia mí, pero su atencióny
su irritación siguieron centrándose en Nash.
"Tenemos que saber sobre el tipo de cambio" - dijo Nash, deteniéndome antes
de que pudiera presentarme.
Las cejas de Tod se reunieron bajas sobre sus oscurecidos ojos azules y con el
brillo de las lámparas fluorescentes del techo, noté una corta perilla, pálida, en la
punta de su barbilla fuerte y cuadrada. - "¿Me veo para ti como el mostrador de
información?"
115 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"Te ves... aburrido." - Una mirada maliciosa se propagó en el rostro de Nash
mientras se profundizó el ceño fruncido de Tod y me preguntaba qué me estaba
perdiendo. - "¿El hospital no te mantiene ocupado? Mira, he oído que hay un puesto
en Colonial Manor. Te gustaaquello, ¿no? "
"¿El asilo de ancianos?" - Les pregunté, pero ninguno de ellos me miró siquiera,
estaban demasiado ocupados mirándose con odio el uno al otro. - "¿Por qué un hogar
de ancianos contrataría a alguien para matar a sus pacientes? Para el caso, ¿por qué lo
haría un hospital?”
Nash se echó a reír y se pasó la mano por la cabeza llena de picos de color
marrón sucio, pero los ojos de Tod se movieron hacia mí y su mandíbula se apretó. –
"¿Viene con un botón de silencio?"
- "No trabaja para el hospital" – me respondió Nash, haciendo caso omiso al
ángel de la muerte y evitando la esperanzadora pregunta retórica. - "Él trabaja en el
hospital. Y a este ritmo, va a estar atrapado aquí, por lo menos,hasta el próximo siglo.
¿Verdad, Tod?”
El ángel de la muerte no respondió, pero pude escuchar su rechinar de dientes.
"Sabes, si sigues embotellando tu enojo así, no vas a estar en ningún lugar
dentro de un siglo, y mucho menos aun trabajando a tiempo completo." - Espera,
¿estaba fastidiando a un agente de la muerte? Probablemente no sea la mejor idea,
Kaylee...
"Los ángeles de la muerte no envejecen"- me informó Tod, al mismo tiempo
que miraba a Nash. - "Es uno de los beneficios sociales."
"Al igual que nosotros, ¿verdad?" - Miré a Nash justo a tiempo para verlo
flaquear, y supe que había dicho algo mal.
Y cuando miré a Tod de nuevo, me lo encontré mirándome con sorpresa, una
sonrisa pícara resaltando sus características angelicales como la luz desde arriba.
"¿Dónde la encontraste?"
"Envejecemos…" - dijo Nash, pero la última palabra fue recortada como si casi
hubiera dicho mi nombreaunque luego lo hubiera retirado en el último minuto. Y fue
entonces cuando comprendí: ¡no quería que Tod supiera quién era yo!
116 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Estaba de acuerdo con eso. La idea de la muerte sabiendo mi nombre hacia que
mi piel se erizara. Incluso si esta muerte en particular era sólo uno de muchos y casi
demasiado bonito para mirar.
"Simplemente envejecemos muy lentamente" -continuó Nash.
Para entonces estaba ruborizándome, me había puesto como una completa
idiota. ¿Qué clase de idiota no sabe la vida útil de su propia especie?
Nash enganchó el pie alrededor de mi tobillo debajo de la mesa, frotando mi
pierna con simpatía y comodidad. Le di una sonrisa de gratitud y me propuse mirar a
Tod a los ojos con valentía. La mejor manera de salir victoriosa, incluso en el campo de
juego, era derribarlo. - "¿Por qué estás aquí?" - Le pregunté, con la esperanza de que
había evaluado correctamente eso como su llaga.
"Porque él es un novato." - Nash sonrió. - "Y no hay muchas oportunidades para
avanzar en una línea de trabajo donde los empleados nunca mueren".
“¿Eres un novato?” - Miré nuevamente a Tod y, nuevamente, su mandíbula
mostró su irritación. - “¿Cuántos años tienes?”
Había asumido, basada en ese comentario de “sin edad”, que él era mucho
mayor de lo que lucía.
“Tiene diecisiete” - dijo Nash, su malévola sonrisa seguía firme.
“Tenía diecisiete cuando comencé este trabajo.” - Contestó molesto el ángel de
la muerte.- “Pero eso fue hace dos años.”
“Has estado haciendo esto por dos años… ¿y aún eres un novato?”
Tod parecía insultado y no estaba segura de si reír o disculparme. - “Sí, verás, el
que me reclutó no estaba muy interesado en poner la verdad en el anuncio del
empleo. Y tu novio, aquí presente, tiene razón respecto a las oportunidades de
ascenso- ¡no existen! Los ángeles de la muerte más antiguos de este distrito andan por
los doscientos años. Si no hubiésemos perdido uno el año pasado aún estaría sentado
en el cuarto de la televisión, en la finca colonial, esperando a que algún anciano
terminara con la cabeza en el tazón de cereal.”
“Espera, ¿cómo es que se muere un ángel de la muerte?” - No pude evitar
preguntar- “¿Algún tonto accidente con la guadaña?” - Pero nadie, aparte de mí,
parecía divertido con mi chiste.
117 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“¡Cuánto menos sepas de lo que hacen los ángeles de la muerte, mejor!” -
Susurró Nash y Tod asintió arrogantemente.
Oh. Sostuve mis dos manos en gesto de defensa y me recliné en la silla.- “¡Lo
siento! ¿Y… …ancianos con la cabeza en el tazón…?”
Tod se encogió de hombros - “Sí. Pero, al menos, aquí consigo ocasionalmente
a alguien a quien le han disparado o una recaída inesperada. La vida se trata de
sorpresas, ¿cierto?”
“¡Eso creo!” - Pero las sorpresas como que ya habían perdido ese brillo de
novedad para mí, con el descubrimiento de que no era humana. Bueno excepto eso de
la premonición fatalista. Me encantaría que la muerte me tomara por sorpresa como a
la gente normal.
Bueno, no mi propia muerte, desde luego.
“Hablando de sorpresas…” - torciendo la tapa de mi soda miré a Nash en busca
de alguna indicación y él asintió, diciéndome que continuara. Evidentemente, no me
estaba imaginando el hecho de que Tod preferiría al caso hablar conmigo que con él.
“Necesitamos tu ayuda para evitar una muy mala.”
Tod hizo todo un show de mirar su muñeca, conspicuamente sin reloj. –
“¡Ustedes dos ya desperdiciaron mi descanso! Tengo un aneurisma en el cuarto
piso en diez minutos y no puedo llegar tarde. ¡Odio a los que se quedan más de lo
debido!”
“Esto no tomará mucho.” - Lo fijé con la mirada, rehusando romper el contacto
visual una vez que lo vi dudar.
“¡Por favor!”
El ángel de la muerte suspiró moviendo una mano a través de sus cortos
mechones de cabello:-“¡Tienen cinco minutos!”
Respiré suavemente por el alivio. Hasta que, por fin, la realidad de la situación
me entró en la cabeza.
¿Acaso había rogado por una audiencia con la muerte?
118 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPITULO 11
TRADUCIDO POR JHOS Y STEFFANIE MIRELLA
"¿ES SOBRE EL VALOR DEL INTERCAMBIO?" - Preguntó el ángel de la muerte
sacándome de mis propios pensamientos, donde el shock de los acontecimientos de
las últimas dos horas, finalmente, me había alcanzado.
Cuando no contesté, Nash asintió.
El ángel de la muerte se encogió de hombros y se encorvó en la silla. - "Tú sabes
tanto como yo de esto. ¡Una vida por una vida!"
Nash me miró, con ambas cejas arqueadas, para preguntarme si estaba bien.
Asentí, poniendo nuevamente en orden mis pensamientos, y se inclinó hacia adelante
con los brazos cruzados sobre la mesa. - "Pero esa es la pena por salvar a alguien de tu
lista,¿no? Alguien que se suponía tenía que morir."
"¡Tú no estás 'salvando' a nadie!" - Tod frunció el ceño; obviamente, habíamos
encontrado su punto débil. - "Estás robando almas, algo que sólo retrasa lo inevitable.
Y retrasas mi horario de entregas. Y envía a mi jefe a nuevos universos de cabreados. Y
ni siquiera querrías saber el papeleo que supone un simple intercambio igualitario"
"No estoy…" - Nash empezó, pero Tod le interrumpió.
"Pero más allá de todo eso, ¡es ilegal! Por eso la pena."
Le puse de nuevo la tapa a mi botella y la empujé hacia el centro de la mesa. –
"Pero…¿la penalización sería aplicable si salvamos a alguien que no iba a
morir?"
Tod arrugó la frente confundido; entonces su expresión, de pronto, se volvió
blanca, dejando una comprensión fría brillando en sus ojos. - “¡Mierda!Eso nunca se
me ocurrió…"
"¡Vamos, Tod!" - Nash miró fijamente al ángel de la muerte, el antiguo dolor
grabado en las líneas de su ceño fruncido.- "¡Me debes la verdad!"
Pero Tod continuó como si no hubiera sido interrumpido. - "…e incluso si lo
hiciera, nunca lo sabrías; un ángel de la muerte no podría permitirse el lujo de admitir
que, accidentalmente, tomó el alma equivocada."
119 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"No estamos hablando de un accidente." - Levanté la vista cuando se abrieron
las puertas de la cafetería y una mujer entró con tres hijos a cuestas, recordándome
por primera vez desde que Tod se había unido a nosotros, que estábamos discutiendo
cosas muy extrañas en un lugar muy público.
"¿Qué pasa con la lista? ¿No sería esto una prueba de que alguien se supone
que no tiene que morir?" - Susurró Nash, ahora dándose cuenta de la nueva compañía.
Tod barrió su rostro con ambas manos, claramente frustrado y perdiendo la
paciencia con nuestras preguntas.
"Probablemente, pero ustedes nunca pondrán las manos en la lista. Y aunque
pudieras, sería demasiado tarde. La pena ya se habría aplicado."
"¿Estás diciendo que un ángel de la muerte puede tomar una vida inocente por
un alma que no debería haber tomado en primer lugar?" - La indignación quemó en
mis venas. Si algún proceso en el mundo debía de estar libre de corrupción, ese
debería haber sido la muerte. Después de todo, ¿no era la muerte el gran igualador?
¿O eran los impuestos?
"No, ¡tienes razón!" - Tod me dio un guiño a medias. - "En teoría, la pena no se
aplica en un caso como este. Pero la teoría y la realidad no coexisten muy bien cuando
de muerte se trata. Así que incluso aunque puedas poner tus manos en la lista, e
incluso si tienes razón sobre el error del ángel de la muerte... lo más probable es que
ya hayan tomado un alma inocente. O una de las vuestras."
No puedo dejar de notar que no nos puso en la categoría de "inocentes".
"¡Así que estamos jodidos de cualquier manera!" - Exasperada, tiré las manos al
aire y me recosté en la silla cerrando los ojos.
"¿De qué se trata esto, de todos modos?" - preguntó Tod, y abrí los ojos para
encontrar que me estaba mirando... ¿eso era interés? - "¿A quién estás tratando de
salvar?"
"No lo sabemos. ¡Probablemente a nadie!" - Nash metió el último bocado de
pastel en su tenedor, cogiendo todo el glaseado de chocolate del plato. - "Varias niñas
han muerto recientemente en nuestra área y Ka…" - Se detuvo, omitiendo mi nombre
de la frase en el último segundo. - "Ella…" - dirigió la cabeza en mi dirección - "…
piensa que sus muertes son sospechosas."
120 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"¿Ella lo piensa, huh?" - Una sonrisa levantó la esquina de la boca del joven
ángel de la muerte y casi pude oír los engranajes de su cabeza. - "¿Qué hay de
sospechoso en ellas?".
"Eran todas adolescentes. Todas muy hermosas. Todas murieron de la misma
manera. Todas tenían buena salud. Cada una de ellas murió con un día de diferencia." -
Marqué los hechos con los dedos mientras hablaba, y cuando hube usado toda la
mano, se lo enseñé. - "¡Tú escoge! Pero, de cualquier forma, son demasiadas
coincidencias. No hay forma de que tres de ellas murieran y no me importa en la lista
de quién estuvieran."
El interés brilló en los ojos de Tod y algo me dijo que había llamado su atención.
- "¿Crees que fueron asesinadas?"
Di golpecitos con el pie en el piso pegajoso, tratando de ordenar mis
pensamientos - “¡No lo sé!¡Tal vez! Pero de ser así no tengo ni idea de cómo. Todas, a
excepción de la última, murieron frente a testigos, quienes no vieron nada
sospechoso. Aparte de una hermosa chica cayendo al suelo sin advertencia alguna.”
“Hay formas de hacer que eso suceda, por supuesto.” - Tod medio se paró y
acercó su silla hacia donde me encontraba sentada, luego volvió a sentarse. - “Pero
aún si fueron asesinadas, eso no cambia nada. Víctimas de homicidios se encuentran
en nuestra lista todos los días. Yo he tenido sólo uno en dos años, pero los antiguos
ángeles de la muerte los tienen semanalmente.”
Sentí como mis ojos se agrandaban, y una pesada, constrictora, sensación se
apoderaba de mi pecho. - “¿Quieres decir que se supone que las personas deban ser
asesinadas?” - Por un momento, un verdadero horror eclipsó la determinación y el
miedo que se encontraban luchando dentro de mí.
¿Cómo podría ser el asesinato parte del orden natural?
Tod meneó la cabeza. - “Se supone que las personas deben morir, la manera
específica varía grandemente. ¡Incluso el homicidio!”
Me giré hacia Nash, parpadeando para quitarme las lágrimas de rabia de los
ojos - “¿Cuál es lafinalidad de todo esto? Si no puedo cambiarlo, ¿por qué debo saber
al respecto?”
Nash tomó mi mano. - “Ella está teniendo problemas con dejarlas ir” – le
explicó, y Tod asintió como si entendiera.
121 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“¿Qué sabes tú al respecto?” - Le dije molesta, no me importaba que nada de
ello fuese culpa del Ángel de la muerte o que, probablemente, debería de temerle.
”Tú tomas vidas como forma de vida” - tan irónico como sonaba eso… -” ¡La
muerte es un suceso común para ti!”
Nash resopló, una expresión satisfecha se mostrabaen su rostro - “Sí, y
escuchándolo nunca te darías cuenta de que tuvo grandes problemas con ello al
principio.”
“¡Ten cuidado con lo que dices, Hudson!” - gruñó Tod, sus brillantes ojos azules
se volvieron como el hielo.
Una nueva expresión revoloteó sobre el rostro de Nash, una especie de
combinación entre diversión y travesura - “Dile lo de la niñita.”
“¿Tienes algún tipo de desorden? ¿Alguna sinapsis que te esté fallando ahí
arriba…?” - Tod señaló vagamente la cabeza de Nash - “¿Qué te vuelve incapaz de
mantener la boca cerrada? ¿O sólo eres una especie de tonto de los que crecen en el
jardín?”
“¿Qué niña?” - Ignoré tanto lo que dijo el ángel de la muerte como la media
sonrisa satisfecha del bean Sidhe.
“Eso le ayudaría a entender” - aseguró Nash cuando estuvo claro que Tod no
iba a responder.
“¿Entender el qué?” - Exigí saber, pasando mi mirada de uno a otro.
Finalmente Tod suspiró, aun enviándole miradas asesinas a Nash.
“Sólo está tratando de hacerme quedar como un idiota” - contestó con
molestia el ángel de la muerte - “Pero sé historias que lo hacen quedar aún peor, así
que ten eso en cuenta atrapa almas, antes de que abras tu bocota otra vez”.
Nash se encogió de hombros, obviamente no le importaba la amenaza, y Tod se
dio vuelta en la silla para quedar completamente enfrente de mí. - “Al principio no
estaba muy encariñado con mi trabajo. Todo parecía no tener sentido y era triste, y
completamente malo a veces. Una vez, en realidad, rehusé un caso y casi hice que
acabaran conmigo. Supongo que eso es lo que quiere que escuches”.
De reojo vi a Nash asentir, pero mantuve mi concentración en el ángel de la
muerte - “¿Por qué habrías de rehusar un caso?”.
122 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Tod exhaló frustrado. O tal vez avergonzado - “Estaba trabajando en el asilo y
esta niñita vino a visitar a sus abuelos, ella se atragantó con un dulce que le dio el
compañero de cuarto de su abuela, y se suponía que debía morir. Estaba en la lista, era
oficial. Pero, cuando llegó la hora, no pude hacerlo. Sólo tenía tres años. Así que
cuando una enfermera le aplicó la técnica Heimlich la dejé vivir”.
“¿Qué sucedió?” - Mi corazón latía por la niñita y por Tod, cuyo trabajo estaba
en conflicto con cada onza en comparación con mi cuerpo. Y evidentemente en el del
suyo también.
“Mi jefe se enojó cuando regresé sin el alma y,en lugar de la de ella, tomó la de
su abuela, y cuando se abrió cupo en el hospital me ignoró y se lo dio a alguien más”. -
Sus ojos se llenaron de ira - “Estuve atascado en el asilo tres años más antes de que,
finalmente, me movieran acá. Y no tengo ni idea de cuánto pasará para volver a
ascender.”
“¿Pero no crees que valió la pena?” -No pude evitar preguntarle. - “La abuela
ya había vivido su vida, pero la pequeña apenas estaba comenzándola. ¡Salvaste su
vida!”
El ángel de la muerte meneó la cabeza lentamente, los mechones rubios
centelleaban por la luz del techo. - “No fue un intercambio igualitario. Desde el
momento en que ella debía morir, esa pequeña estaba viviendo en tiempo prestado.
¡El tiempo de su abuela! Cuando haces un intercambio lo que realmente estás
haciendo es intercambiar la fecha de muerte de una persona por la de la otra. Esa
pequeña murió seis meses después, el día en que estaba originalmente programada la
muerte de su abuela.”
Esta vez no pude detener las lágrimas. - “¿Cómo puedes soportarlo?” - Limpié
mis ojos con la servilleta que Nash me ofreció, aliviada de que no estuviera usando
mucho maquillaje.
Tod miró a Nash, y su expresión se suavizó cuando volvió a mirarme. - “Es más
fácil ahora que me he acostumbrado. Pero, antes, tuve que aprender a confiar en la
lista. La Lista Maestra es como el guión de una obra… te muestra cada palabra hablada
por los actores y la función continúa siempre y cuando nadie se desvié de él.”
123 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“Pero sí ocurre, ¿verdad?” - Arrugué en una pelotita la servilleta. - “Aún si la
lista es infalible, las personas no lo son. Un ángel de la muerte puede desviarse de la
lista…, como hiciste tú con la pequeña, ¿cierto?”
Nash se movió en su asiento, atrayendo nuestra atención antes de que Tod
pudiese contestar. - “¿Crees que esas chicas murieron en lugar de alguien que, en
realidad, estaba en la lista? ¿Crees que eran intercambios?”
Meneé la cabeza - “¿Tres en tres días? Sigue siendo demasiada coincidencia.
Pero si Tod puede desviarse al no llevarse un alma, ¿acaso no pudo desviarse otro
ángel de la muerte tomando una extra? ¿O tres?”
“¡No!” - Tod negó firmemente con la cabeza. - “¡De ninguna manera! El jefe lo
notaría, si alguien entregara tres almas extra.”
Arqueé una ceja en su dirección. - “¿Qué te hace pensar que las entregó?”
El ceño del Ángel de la muerte se profundizó aún más. - “No sabes de qué estás
hablando ¡Es imposible!”
“¡Hay una manera de asegurarnos!” - Nash pareció verse sombrío antes de
volverse hacia Tod. - “Tienes razón… Nosotros no podemos poner nuestras manos en
la lista. Pero, ¡tú sí!”
“¡No!” - Tod empujó su silla hacia atrás y se puso de pie. Al otro lado de la
cafetería la madre y el hijo se volvieron a mirarnos, el pequeño tenía el rostro lleno de
sorbete de chocolate, de oreja a oreja.
“¡Siéntate!” - Susurró Nash, lanzando una mirada molesta a Tod.
Tod meneó la cabeza y comenzó a alejarse de nosotros, así que tomé su mano.
Él se congeló en el segundo en que mi piel tocó la suya y se volvió hacia mí,
lentamente, como si cada minuto doliera. - “¡Por favor!” - le rogué con mis ojos. –
“¡Sólo escúchalo!”
El ángel de la muerte, lentamente, quitó sus dedos de los míos hasta que mi
mano colgó en el aire, vacía y abandonada.
Él lucía tan molesto como aterrorizado cuando volvió a sentarse, esta vez como
a un pie de la mesa.
“No necesitamos verla toda.” - Dijo Nash - “Sólo la parte referente a este fin
de semana. Sábado, Domingo y lunes.”
124 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“¡No puedo hacerlo!” - Volvió a negar con la cabeza, sus mechones rubios
siguiendo el movimiento. - “No entiendes lo que me estáis pidiendo.”
“Entonces, ¡dínoslo!” - Crucé mis manos sobre la mesa, dejando claro que
tenía tiempo para una larga historia. Incluso si eso no era cierto.
Tod exhaló pesadamente y me dirigió su respuesta ignorando completamente a
Nash.
“¡No estáis hablando sólo de una lista! ‘La lista Maestra´ es un nombre
equivocado. En realidad son varias listas. Hay una lista maestra para cada día, y mi jefe
la divide por zonas, luego por turnos. Yo sólo veo la parte que va para este hospital,
desde el mediodía hasta la media noche. Hay otro ángel de la muerte que trabaja aquí
la otra mitad del día. Y nunca veo su lista, mucho menos las listas de otras zonas. No es
como si pudiera acercarme a un compañero de trabajo y pedirle que me deje ver sus
listas viejas. Especialmente, si hay alguien recolectando almas independientemente.”
“Tiene razón. Eso es muy complicado.” - Suspiró Nash cerrando sus ojos. Luego
los volvió a abrir y me miró con resolución. - “¡Necesitamos la lista Maestra!”
Tod gruñó y abrió la boca para discutir, pero le gané. - “No, no es así. ¡Ni
siquiera necesitamos verla!”
“¿Qué?” - Nash frunció el ceño y levanté un dedo, pidiéndole silenciosamente
que esperase en lo que me dirigía al ángel de la muerte.
“Por lo que he entendido, no trabajas con la lista maestra pero sí la has visto,
¿cierto? ¿Dijiste que había víctimas de homicidios ahí cada semana…?”
“Sí, ¡la veo de vez en cuando!” - Tod encogió los hombros - “Ahora es toda
digital y mi jefe la tiene siempre en la computadora, en caso de que deba ajustar algo.
La veo cuando entro a su oficina.”
“Bien, eso es bueno.” - No pude resistirme a ofrecerle una pequeña sonrisa. –
“¡No necesitamos verla! Sólo necesitamos que tú la veas y nos digas si esos
nombres estaban ahí o no.”
Tod se inclinó hacia adelante, con los codos en las rodillas y las manos
sosteniendo su cabeza. Frotó su frente, tomó un profundo y resignado aliento y,
finalmente, volvió a mirarme. - “¿Donde murieron?”
125 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“La primera fue en West End, en Taboo. ¿Heidi…?” - Nash me miró con las
cejas levantadas. - “Anderson”- completé. - “La segunda fue Alyson Baker, en el
Cinemark en Arlington, y la tercera fue en la secundaria East Lake, esta tarde.”
“Esperen, ¡esas son tres Zonas diferentes!” - Tod frunció el ceño y los
músculos bien definidos de sus brazos se tensaron cuando se inclinó contra la mesa. -
“Si realmente piensan que ninguna debió morir, estarían hablando de tres ángeles de
la muerte diferentes, envueltos en esta pequeña conspiración. La cual, por cierto,
¡comienza a sonar bastante complicada!”
“Humm…” - No tenía el suficiente conocimiento sobre los ángeles de la muerte
como para saber qué tan exagerada era la teoría de la que estábamos hablando, pero
sí sabía que mientras más gente había en un secreto, más difícil era mantenerlo así.
Tod tenía razón. Así que…tal vez sólo era un ángel de la muerte del que estábamos
hablando después de todo.- “¿Hay algo que le impida a uno de ustedes operar en la
zona de alguien más?”
“¿Aparte de la integridad y del miedo a ser atrapado?¡No!”
¿Integridad de ángel de la muerte…?
“Así que, si un ángel de la muerte no tiene ni integridad ni miedo, ¿no hay
nada que lo detenga a la hora de llevarse la mitad de las almas de Texas la próxima
vez que se enoje por el tráfico de la carretera a la hora punta?” Escuché cómo se
elevaba mi tono y me obligué a bajar la voz mientras trataba de quitarle la tapa a mi
soda. - “¿Acaso no tienen que entregar su…hum…rayo mortal o lo que sea, cuando no
están trabajando?”
Los labios perfectos de Tod se elevaron en una rápida sonrisa. - “¡Hum, no! No
tenemos un rayo mortal, ¡aunque eso sería genial! Los ángeles de la muerte no usan
equipo alguno. Todo lo que tenemos es la habilidad para extinguir la vida y tomar
posesión de las almas. Pero, créeme, ¡eso es más que suficiente!”
En ese momento, su expresión se volvió sombría - “En teoría, nunca podrías
encontrar a un ángel de la muerte sin integridad. No es como si se realizara este
trabajo para satisfacer algún tipo masivo de deseo por el poder. Somos reclutados y
probados para cada tipo de condición psicológica conocida por el hombre. Nadie capaz
de algo como lo que me estás diciendo, debe ser capaz de conseguir trabajo como
ángel de la muerte.”
126 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“Suenas con menos confianza en el sistema” – Le respondí, observando
cuidadosamente su rostro.
Él se encogió de hombros - “Tú misma lo dijiste. Las personas no son infalibles,
y el sistema es manejado por personas.”
“Y,¿puedes darle un vistazo a la lista?” - dijo Nash, observando a Tod casi tan
cuidadosamente como yo.
Tod mordió su labio inferior mientras pensaba. - “Estáis hablando de tres zonas
diferentes, en tres días diferentesy ninguno en la lista maestra actual.”
“¿Puedes hacerlo?” - Repetí, inclinándome hacia él por la anticipación.
Tod asintió lentamente - “¡No será fácil!Pero me gusta un desafío mientras sea
remunerable.” Sus ojos azules se fijaron en mí, y algo me dijo que ya no estaba
hablando de fisgonear en la oficina de su jefe. - “Averiguaré lo que queréis saber…¡a
cambio de tu nombre!”
“¡No!” - Nash ni siquiera dudó. - “Lo harás porque, si no lo haces, nos
quedaremos aquí, y ella suspenderá cada alma que trates de llevarte, hasta que estés
tan atrasado con tu itinerario que tu jefe te enviará devuelta al asilo. ¡Si tienes suerte!”
“Claro.” - Tod sonrió con malicia en lo que su mirada cambió de Nash a mí -
“Ella es tan nueva que se le ven las raíces. ¡Apuesto a que ni siquiera ha visto un alma!”
“¡Tiene razón!” - dije. Nash tomó mi mano sobre la mesa y la apretó fuerte,
suplicándome silenciosamente que no le dijera a Tod lo que quería. Pero no veía razón
para no hacerlo. Mi nombre sería fácil de averiguar, lo que lo hacía un precio bajo por
la información que necesitábamos. - “Mi primer nombre es Kaylee. Te diré el apellido
cuando nos des lo que queremos.”
“Trato.” - Tod se puso de pie radiante, como si su rostro produjera su propio
brillo - “Les dejaré saber lo que averigüe, pero no puedo prometer que será esta
noche. ¡Ya voy tarde para ese aneurisma!”
Asentí decepcionada pero, realmente, no estaba sorprendida.
“Ahora, si me disculpan, debo ir a convertir a alguna pobre mujer en viuda.” -
Y con eso despareció.
No hubo sonido de campanas, ni luces centelleantes. Ni tan siquiera una
simple señal de que estaba a punto de desvanecerse. Simplemente estaba ahí un
segundo y al siguiente… no había nadie, sin efectos – ni sonidos- especiales.
127 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“¡No me dijiste que podía hacer eso!” - Miré a Nash, sólo para encontrármelo
frunciéndole el ceño a la mesa. - “¿Qué sucede?”
“Nada.” - Se paró y recogió el plato desechable con el último pedazo de su
pastel.- “¡Vámonos!” - Botamos la basura al salir de la cafetería y lo seguí por el
hospital y a través del aparcamiento en total silencio. Supongo que verdaderamente
no quería que Tod supiera mi nombre…
Cuando llegamos al auto Nash me siguió a la puerta del lado del pasajero, a la
cual le quitó el seguro y la abrió para mí. Pero, en lugar de entrar, me giré para verlo
de frente y coloqué mi palma sobre su pecho.
“¡Estás molesto conmigo!” - Mi corazón latía tan fuerte que mi pecho dolía.
Podía sentir su corazón latiendo debajo de mi palma y, por un horroroso instante,
estuve segura de que nunca volvería a sentirlo, que sencillamente me llevaría a casa y
se desvanecería de mi vida, como Tod se había desvanecido en la cafetería.
Pero Nash meneó la cabeza lentamente. Una luz del techo lo iluminaba desde
atrás, y su oscuro cabello parecía brillar en las orillas. - “¡Estoy molesto con él! Debí
venir sólo, pero no creí que se interesaría por ti.”
Mis cejas se elevaron y me moví a un lado para verlo mejor. - “¿Por qué soy
una bruja gritona?”
Nash me atrajo más cerca de él, nuevamente, y me presionó con su cuerpo
contra el auto, luego me besó tan profundamente que no estaba segura de si seguía
respirando. - “¡No tienes idea de lo hermosa que eres!” - dijo. - “Pero Tod ha estado
obsesionado con alguien más por un largo tiempo, así que pensé que estarías a salvo.
¡Debí haber sabido que no sería así!”
“¿Por qué no querías que supiera mi nombre?”
Nash se echó hacia atrás para verme mejor y la línea de su mandíbula se
endureció. - ¡Porque él es la muerte, Kaylee! No importa lo inocente que luzca, o cuán
desesperadamente se aferre a la idea de que es algún tipo de héroe en la vida después
de la muerte, arrancar almas indefensas del punto A al punto B, ¡sigue siendo un ángel
de la muerte! Un día puede encontrar tu nombre en su lista. Y aun cuando sé que el
mantener tu nombre en secreto no te salvará si eso sucede, no voy a entregar, sin más,
tu identidad a una de las ratas de la muerte.”
128 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“Él sabe cuál es tu nombre” - Dejé que mi mano viajase desde su pecho,
bajando por su brazo, hasta que mis dedos se entrelazaron con los suyos.
“Lo conocí antes de que fuera un ángel de la muerte.”
“¿En serio?” - Hasta ese momento no se me había ocurrido que Tod hubiese
tenido una vida normal. ¿Qué eran los ángeles de la muerte antes de verse envueltos
con muerte? ¿Y los que estaban muriendo? Nash asintió y abrí mi boca para hacerle
otra pregunta, pero colocó un dedo sobre mis labios. - “¡No quiero seguir hablando de
Tod!”
“Es lo justo” - Murmuré contra su dedo. Luego removí su mano y me puse de
puntillas. “¡Tampoco quiero hablar sobre él!” - Le besé, y mi pulso se volvió loco
cuando me correspondió. Su lengua se encontró brevemente con la mía, luego sus
labios viajaron sobre mi barbilla y bajó por mi cuello.
“¡Mmmm…!” - Murmuré en su cabello, cuando su lengua lamió el hueco de mi
clavícula. Mis brazos se erizaron, y mis manos se dirigieron a su espalda. Mis dedos
jugaron sobre el material de su camisa - “¡Eso se siente bien!”
“¡Sabes deliciosa!” - Susurró contra mi piel. Pero, antes de que pudiese
responder, un motor se encendió, una fila más lejos de nosotros, y la luz de sus faros
nos bañó, dejándome ciega por un momento. Nash se enderezó, gimiendo por la
frustración, cuando el auto, al otro lado del pasillo, se acercó a nosotros antes de
girar hacia la salida. - “¡Supongo que debo llevarte a casa!” - Dijo, protegiéndose los
ojos de la luz con una mano mientras que la otra permaneció en mi brazo. Parpadeé,
tratando de quitarme los círculos de luz de los ojos. - “¡No quiero irme a casa! Toda mi
familia me ha mentido durante toda mi vida. ¡No tengo nada que decirles!”
“¿No quieres saber por qué han estado mintiéndote?”
Parpadeé por un segundo, me cogió por sorpresa lo que me dijo.
Simplemente, no había considerado la idea de confrontarlos con la verdad.
¡Nunca se esperarían eso!
Una sonrisa lenta se esparció en mi rostro y la vi reflejada en la de Nash.-
“¡Vámonos!”
129 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPÍTULO 12
TRADUCIDO POR LEXIE
"Vas a entrar, ¿verdad?" - Le pregunté a Nash cuando puso en neutro en Park,
pero dejó el motor en marcha.
No había suficiente luz en la carretera para ver realmente sus ojos, pero sabía
que me estaba observando.
"¿Quieres que entre?"
¿Quería?
Una silueta delgada apareció en la ventana delantera: la tía Val con una mano
en su estrecha cadera, y la otra sosteniendo una taza de café. Estaban esperando
para hablar conmigo. O más bien para hablarme a mí porque, probablemente, no
tenía la intención de decirme la verdad, pero no sabían que alguien ya lo había hecho.
"¡Sí, lo quiero!"
No es que lo necesitara para luchar mis batallas. En realidad estaba esperando
exigir algunas respuestas, que me debían desde hacía tiempo, ahora que la gran
mentira- o sea toda mi vida, había sido expuesta. Pero, sin duda alguna, podría usar
un poco de su apoyo moral.
Nash sonrió, sus dientes blancos relumbraron un poco entre las sombras, y giró
la llave para apagar el motor.
Nos encontramos en la parte delantera del auto y me tomó la mano, entonces
se inclinó hacia adelante para rozar con un beso la parte posterior de mi mandíbula,
justo debajo de la oreja izquierda. Incluso, mientras estaba en la entrada de mi casa,
sabiendo que mi tía y tío estaban esperando, su tacto me hizo estremecerme a la
espera de más.
¡No estoy loca!Ahora lo sabía. Y ¡no estaba sola! Nash era como yo. Aun así, el
miedo era un utensilio de plástico cavando lentamente en mi interior mientras abría la
puerta de entrada, luego la pantalla. Caminé por la entrada de azulejos y tiré de Nash
detrás de mí.
130 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Mi tía estaba en el centro de la habitación con una frágil máscara de reproche
disfrazando, pobremente, un sentimiento más fuerte y urgente que se salía por los
bordes. Mi tío se levantó del sillón inmediatamente, abarcándonos a ambos con una
sola mirada. Para su crédito, la primera expresión que revoloteó por su rostro fue de
alivio. ¡Había estado preocupado!Probablemente… porque no había respondido a
ninguna de los doce mensajes que había dejado en mi móvil, en modo de silencio.
Pero su alivio no duró mucho. Ahora que él sabía que estaba viva, ¡parecía a
punto de matarme él mismo!
La ira del tío Brendon se demoró en mí, entonces más que un poco fue
transferida cuando su atención se desplazó a Nash. - "Es tarde. Estoy seguro de que
Kaylee te verá en el funeral mañana”.
La tía Val sólo bebió un sorbo de café o tal vez "café" sin ofrecerme ninguna
ayuda.
Nash me miró para decidir y mi fuerte agarre en su mano demostró mi
determinación. - "Tío
Brendon, este es Nash Hudson. Necesito hacerte algunas preguntas y él va a
quedarse. ¡O si no me voy con él!”
Las cejas oscuras de mi tío bajaron y su mirada se endureció, pero luego sus
ojos se abrieron como platos, por la sorpresa.
"¿Hudson?”- Estudió a Nash con más cuidado ahora, y el reconocimiento
repentino iluminó su cara. - "¿Eres el hijo de Trevor y Harmony?"
¿Qué? Mi mirada rebotaba entre ellos confundida. A mi izquierda, la tía Val
tosió con violencia y golpeó su propio pecho. Se había ahogado con su “café".
"¿Ustedes se conocen?" - Le pregunté, pero Nash parecía tan perdido como
me sentía.
"¡Conocí a tus padres hace años!" - dijo el tío Brendon a Nash. - "¡Pero no tenía
ni idea de que tu madre estaba de vuelta en esta zona!" - Metió las dos manos en los
bolsillos de sus pantalones vaqueros y ese gesto vacilante hizo ver a mi tío aún más
joven que de costumbre.- "¡Estaba tan apesadumbrado por lo de tu padre!"
"¡Gracias, señor!" - Nash asintió con la cabeza, la mandíbula tensa, tanto su
movimiento como las palabras estaban bien practicadas.
131 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Tío Brendon se volvió hacia mí. - "El padre de tu amigo era..." - Y ahí es cuando
se le ocurrió. Su cara se ruborizó, y su expresión parecía oscurecerse. - "¡Se lo dijiste!"
Nash volvió a asentir, sosteniendo su mirada con valentía. - "Ella tiene derecho
a saberlo".
"¡Y, obviamente, ninguno de ustedes me lo iba a decir!" - Tía Val se hundió en
el sillón más cercano y vació su taza, entonces casi la dejó caer sobre una repisa.
"Bueno, no puedo decir que esto es totalmente inesperado. Tu papá ya venía
en camino a explicártelo todo. "
Las manos de mi tío ya estaban a los lados, como si no supiera muy bien qué
hacer con ellas. Luego suspiró y asintió, más para sí mismo, como si hubiera llegado a
algún tipo de decisión.
"¡Tomad asiento, por favor! Estoy seguro de que ambos tenéis preguntas que
hacerme.”
"¿Queréis tomar algo?" - Tía Val se levantó vacilante, con su taza vacía en la
mano.
"Si." - Yo le obsequié con una sonrisa dulzona. - "Tomaré lo que tú estás
tomando”.
Ella frunció el ceño-por una vez, sin preocuparse por las arrugas grabadas en su
frente-, entonces se abrió paso lentamente en la cocina.
"Me encantaría un poco de café" - afirmó el Tío Brendon mientras se hundía en
el sillón de tapizado floral, pero su mujer desapareció en la esquina sin responder.
Me dejé caer en el sofá y Nash se sentó junto a mí y, en el silencio repentino,
me di cuenta de que mi prima no había salido a interrogarme o a coquetear con él. Y la
música no salía de su habitación. De hecho, no salía ningún sonido.
"¿Dónde está Sophie?"
Tío Brendon suspiró profundamente y pareció hundirse más profundamente
aún en la silla.- "¡Ella no sabe nada acerca de esto! Está dormida. "
-“¿Todavía?”
- "¡Una vez más! Val la despertó para cenar, pero no comió nada. Luego tomó
otra de esas malditas pastillas y se fue a la cama. Debo tirar en el baño el resto de
ellas.” - Murmuró la última parte, pero ambos lo oímos.
132 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Y estuve de acuerdo con él, de todo corazón, respecto a eso; aunque no estoy
de acuerdo en otras muchas cosas más.
Alimentando mi valor con mi ira ardiente, clavéen mi tío la mirada más aguda
que logrédirigirle. - "¿Así que no soy humana?"
Él suspiró. - "Nunca te andas con rodeos."
Tan sólo me quedémirándolo, sin querer distraerme con charlas sin sentido. Y
cuando mi tío empezó a hablar, apreté la mano de Nash más fuerte que nunca.
"No, técnicamente no somos humanos" – me respondió. - "¡Pero la diferencia
es muy pequeña!"
"Sí, ¡cómo no!" - Rodé los ojos. -"¡Con excepción de toda la muerte y gritos!"
"Así que tú también eres Sidhe bean, ¿verdad?" - Nash intervino, engrasando
las ruedas del discurso con más cortesía de la que yo podría haber reunido en ese
momento. Al menos, uno de nosotros conservaba la calma....
“¡Sí!¡Como lo es el padre de Kaylee, mi hermano!"- Los ojos del tío Brendon se
encontraron de nuevo con los míos, y supe lo que iba a decir por la cautelosa simpatía
que brillaba en sus ojos. - "¡Como lo era tu madre!"
Esto no era sobre mi mamá. Hasta donde yo sabía, ella nunca me había
mentido. - "¿Qué hay de la tía Val?"
"¡Humana!"- Ella respondió por sí misma, entrando en la sala de estar con una
humeante taza de café en cada mano. Cruzó la alfombra con cautela y entregó una
taza a mi tío, antes de hundirse cautelosamente en el sillón frente a él. - "¡Como lo es
Sophie!"
"¿Estás segura?" - Nash frunció el ceño. - "Tal vez, simplemente no ha tenido la
oportunidad para experimentar una premonición todavía."
"Ella estaba allí con Meredith esta tarde" - le recordé.
"¡Oh, sí!"
"¡Lo hemos sabido desde el momento en que nació!” - dijo mi tía, como si
ninguno de nosotros hubiera hablado.
"¿Cómo?" - Le pregunté, mientras cruzaba, despacio y con cuidado, una pierna
sobre la otra.
La tía Val se llevó la taza a sus labios, y luego habló sobre ella. - "¡Ella lloró!" -
133 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Tomó un sorbo de café con sus ojos no muy enfocados en la pared, encima de
mi cabeza. - "Las hembras Sidhes bean no lloran al nacer".
"¿En serio?" - Miré a Nash para la confirmación, pero sólo se encogió de
hombros, al parecer, tan sorprendido como yo.
Tío Brendon miró a su esposa con creciente preocupación, luego se volvió hacia
nosotros.- "Ellas pueden tener las lágrimas, pero una Sidhe Bean nunca llora hasta que
le canta a su primera alma."
"Espera, eso no puede ser correcto." - Yo había llorado mucho de niña,
¿verdad? Sin duda, en el funeral de mi madre...
Bueno, en realidad no me acordaba mucho de esa edad, pero lo sabía porque
era un hecho que había gritado, terriblemente, cuando conduje mi bici fuera de la
acera hacia un rosal, a los ocho años de edad. Y, de nuevo, a los once, cuando
accidentalmente me arranqué un arete de mi lóbulo de la oreja con un cepillo de pelo.
Y, otra vez, cuando me habían dejado, por primera vez, a los catorce años.
¿Por cuánto tiempo había estado haciendo predicciones fatales, sin ni siquiera
saberlo? ¿Había tenido ataques inconsolables en preescolar? ¿O es que gran parte de
mi juventud me mantuve lejos de la muerte? ¿Cuánto tiempo atrás hacía que me
trataban como si estuviera loca cuando sabían lo que me pasaba todo el tiempo?
Mi columna se puso rígida y sentí que mis mejillas se coloreaban de la ira. Cada
respuesta de mi tío sólo me traía más preguntas, acerca de cosas que debería haber
sabido todo el tiempo.- "¿Por qué no me lo dijiste?" - Pregunté, apretando los dientes
para no gritar y despertar a Sophie. ¡Me había perdido mucho! Incontables horas
desperdiciadas dudando de mi propia cordura. ¡Cuando de lo que, realmente, debería
haber estado dudando era de mi humanidad!
"¡Lo siento mucho, Kaylee! Yo quería..." - Tío Brendon cerró los ojos, como si
estuviera reuniendo sus pensamientos, luego volvió a mirar me, y, para mi sorpresa,
me di cuenta de que le creía.
“Empecé a decírtelo el año pasado, cuando estabas... en el hospital. Pero tu
padre me pidió que no lo hiciera. El daño ya estaba hecho y él confíaba en que
pudiéramos esperar un poco más. Al menos hasta que terminaras la escuela
secundaria."
134 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
¡Porque ellos esperaban que tuviera más tiempo! No toda la vida, sino una
normal y humana adolescencia. Un pensamiento noble, pero algo falló en la
ejecución...
"¡Me sorprende que vuestra pequeña farsa se haya sostenido todo este
tiempo!" - Me encontré sentada en el borde del sofá mientras hablaba, la mano de
Nash todavía apretaba la mía. Era lo único que me mantenía sentada mientras
ventilaba un géiser de enojo y resentimiento, que amenazaba con reventar por la parte
superior de mi cráneo. - "¿Cuánto tiempo pensaste que pasaría antes de toparme con
alguien al borde de la muerte?"
Tío Brendon se encogió de hombros miserablemente pero sostuvo mi mirada. -
"La mayoría de los adolescentes nunca ven a nadie morir. Nosotros esperábamos que
serías igualmente tan afortunada… y que podríamos esperar y dejar que tu papá
explicara todo esto... más tarde. ¡Cuando estuvieras lista! "
"¡¿Cuando estuviera lista?!Estaba listo el año pasado, ¡cuando vi a un niño
calvo en una silla de ruedas, siendo empujadopor el centro comercial, en su propia
mortaja! ¡Ustedes estaban esperando a que él estuviera listo!” - Estaban esperando a
mi padre, para que, finalmente, diera un paso adelante y ganara el título.
"¡Ella tiene razón, Brendon!" - La tía Val titubeó, ahora desplomada en su silla
con las piernas abiertas sin gracia en su vestido. La miré a la espera de más pero me
volví hacia mi tío cuando se llevó la taza a la boca, en lugar de hablar.
"¿Por qué mantenerlo en secreto, en primer lugar?"
"Porque tú…" - la tía Val empezó de nuevo, señalándome con su taza medio
vacía. Pero mi tío la detuvo con una mirada severa.
"Eso lo debe explicar tu padre."
"No es como si él no hubiera tenido tiempo" - Espeté. - "¡Ha tenido dieciséis
años!"
Tío Brendon asintió con la cabeza y vi pesar en su rostro. - “Lo sé… ¡todos lo
tuvimos! Y, teniendo en cuenta cómo terminaste averiguándolo…,”-miró en tono de
disculpa a Nash - "…creo que nos equivocamos al esperar tanto tiempo. Pero tu padre
estará aquí a la mañana y yo no voy a ocuparme de contar el resto. ¡Esa historia le
toca a él! "
135 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
¿Había una historia? ¿No era sólo una explicación simple sino una historia
real?
"¿Realmente va a venir? ¡Lo creeré cuando lo vea!”
Sin embargo mi pecho se apretó, atravesado por una descarga de adrenalina,
al pensar que mi padre tenía las respuestas que nadie más parecía estar dispuesto a
darme. Pero podría haberme dado cuenta de que se necesitaba toda una catástrofe
para volverlo a tener a este lado del estado de nuevo. Él no iba a venir a verme. Venía
a hacer control de daños, antes de que mi tía invierta los cargos.
El tío Brendon frunció el ceño ante el obvio escepticismo que, probablemente,
podía ver girando en mis ojos. - "Lo llamamos esta tarde…"
"¡Yo lo llamé!" – Le corrigió Tía Val. - "Le dije que pusiera su trasero en un
avión o yo..."
"¡Has tenido suficiente!" - Mi tío se puso de pie antes de que pudiera
parpadear y, un instante después, sostenía la taza de su esposa. Ella se encorvó en su
silla, con los ojos como platos, por la repentina sorpresa y con la mano aún curva,
como si la tuviera todavía alrededor del mango de la taza. - "Te conseguiré un nuevo
café." - Se detuvo en el umbral, entre la sala de estar y el comedor, con la taza de la tía
Val agarrada con tanta fuerza que sus nudillos estaban blancos. - "¡Lo siento!" - Le dijo
a Nash.
"¡Mi esposa no lo está tomando muy bien! Está preocupada por las chicas, y
ella es amiga de la madre de Meredith Cole. "
Sí, pero ella y la señora Cole eran compañeras de gimnasio, no gemelas unidas.
Y casi nunca había visto a mi tía beber más de un solo vaso de vino a la vez-decía que
alcohol tenía demasiadas calorías.
Nash asintió. - "Mi madre estaría muy conmocionada también".
Sí, pero apuesto a que no se ahoga en Brandy....
"¿Cómo está tu madre?"
"¡Ella todavía lo extraña!" - Nash miró nuestras manos entrelazadas,
obviamente incómodo hablando de su propia familia.
La expresión de tío Brendon se suavizó mostrando simpatía. - "¡Por supuesto
que sí!" - Luego se volvió a la cocina y dejó descansar el resto del tema.
136 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Por un momento nos quedamos mirando a la alfombra, en silencio, sin saber
muy bien qué decir. Nos tocó un período de calma en la conversación más difícil de mi
vida, y no estaba precisamente ansiosa de retomarla otra vez.
Pero, sin duda alguna, la tía Val sí lo estaba. - "¡A ella no le hubiera gustado
esto!" - Su mirada se centró en el suelo, varios metros delante de su silla, con sus
brazos apoyados sobre los lados y las manos colgando. Nunca la había visto tan... sin
sentido. Flácida.
"¿Mi madre?" preguntó Nash confundido, pero yo sabía lo que quería decir.
¡Hablaba de mi madre!
"No le habría gustado, ¿qué?” - Le pregunté curiosa, a pesar de mi ira
persistente. Nadie parecía estar dispuesto a hablar de mi mamá delante de mí.
"Si todo hubiera sido de otra manera, ¡ella te hubiera dicho la verdad! Pero,
Aiden no podía enfrentarlo. Nunca fue tan fuerte como ella." - La mirada de tía Val me
encontró y me sorprendió la claridad repentina en sus ojos. La inesperada intensidad
brillando a través del esmalte de la intoxicación. - "Nunca he conocido a alguien más
fuerte que Darby. Yo quería ser como ella hasta…”
"¡Valerie!" - Tío Brendon quedó paralizado en la puerta, con una nueva,
yseguramente sin piquete, taza de café en la mano.
"¿Hasta qué?" - Miré de uno a otro.
"Nada. ¡Ella no sabe lo que dice!" - Puso la taza sobre la mesa más cercana, al
lado de una montaña de porcelana, y cruzó la habitación de una sola zancada, casi
exhalando frustración y ansiedad. Tío Brendon levantó a su esposa de la silla, con un
brazo sobre los hombros de ella, y esta se tambaleó con paso vacilante, dando crédito
a su afirmación.
Sin embargo, a pesar de sus piernas temblorosas, sus ojos eran firmes cuando
conectaron con los de él, y su censura silenciosa no se le escapó. Pero tampoco la hizo
retractarse de su declaración. Con lo que acababa de pasar entre ellos, estaba claro
que la tía Val, de hecho, sabía lo que estaba diciendo.
Tío Brendon medio cargó a su esposa hacia el pasillo. - "Voy a llevarla a
descansar, ya es muy de noche. Fue bueno verte, Nash, y por favor, ¡da mis saludos a
tu madre!" - Me miró fijamente, a mí, luego a la puerta.
137 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Evidentemente, las horas de visita habían terminado. - "¿Tío Brendon?" - Tenía
una pregunta que no podía esperar a mi padre, y quería estar sosteniendo la mano de
Nash cuando escuchara la respuesta, por si acaso.
Mi tío dudó en la puerta, y la tía Val apoyó la cabeza sobre su hombro, con sus
ojos ya cerrados.
“¿Sí? "
Tomé una profunda bocanada de aire. - "¿Qué quiso decir tía Val cuando dijo
que estoy viviendo en tiempo prestado?"
La comprensión se apoderó de él como las olas alisaban la arena en la playa. -
"¿Nos oíste esta tarde?"
Asentí, y mi mano apretó más fuerte la de Nash.
Una mirada dolorida alejó su sonrisa, y atrajo a la tía Val contra él. - "Eso es
parte de la historia de tu padre. Ten un poco de paciencia y deja que él te lo diga. Y
trata de confiar en mí… ¡Val, realmente, no sabe de lo que está hablando! "
Exhalé con decepción. - "Bien." - Eso era lo mejor que iba a conseguir, ya lo
sabía.
Afortunadamente, mi padre estaría allí por la mañana, y, esta vez, no lo dejaría
irse sin responder a cada una de mis preguntas.
“¡Vete a dormir, Kaylee! Tú también, Nash. Con el funeral mañana,
probablemente, no será más fácil de lo que fue hoy”.
Ambos asentimos con la cabeza, y el tío Brendon levantó a la tía Val en sus
brazos- ahora roncaba ligeramente -y se la llevó por el pasillo.
"¡Guau!" - Nash silbó al dejarse caer de nuevo contra el brazo del sofá, en
frente de él.- "¿Cuánto había tomado?"
"No sabría decirlo. Ella no bebe mucho, por lo que, probablemente, no se
necesita mucho para ponerla fuera de combate, y empezó esta tarde. "
"Mi mamá sólo hornea cuando se enoja. Algunas semanas vivo de brownies y
leche chocolatada. "
Sonreí. - "¡Te la cambio!" - Tía Val preferiría pegarse un tiro antes que tocar
una barra de mantequilla real, y, mucho menos, una bolsa de chispas de chocolate. Su
teoría era que no saber cómo hornear, la salvaba de cientos de calorías mensuales.
138 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Mi teoría es que, para todo el brandy que había tomado en las últimas ocho
horas, podría haber tenido una bandeja de brownies.
"Me gustan los brownies. ¡Estás atascada con tu tía! "
"Sí, ¡me lo imaginaba!"
Nash se puso de pie, y lo seguí hasta la puerta, con mi brazo entrelazado con el
suyo. - "Voy a llevar el coche de Scott de vuelta antes de que llame a la policía" – me
dijo. Lo acompañé afuera, y nos detuvimos en la puerta del lado del conductor, envolví
con mis brazos su cintura cuando los suyos me rodearon. Él se sentía tan bien, y el
pensamiento de que podría tocarlo, en cualquier momento que quisiera, envió una
bandada de mariposas revoloteando a mi estómago.
Me recosté contra el coche y Nash se inclinó hacia mí. Su boca se encontró con
la mía, y mis labios se abrieron, dándole la bienvenida. Me alimentaba de él. Cuando
sus besos se arrastraron por mi barbilla a mi cuello, dejé caer la cabeza hacia atrás,
agradecida por el frío aire nocturno que enfriaba el calor que me provocaba como olas.
Sus labios estaban calientes, y el rastro de sus besos quemó mi garganta y por encima
de mi clavícula.
Cada respiración era más rápida que la anterior. Cada beso, cada giro de su
lengua contra mi piel me escaldaba, de la manera más deliciosa. Sus dedos subían
desde mi cintura, mientras sus labios bajaban, dejando a un lado el cuello de mi
camisa.
¡Whoa...! - "¡Nash!" - Puse mis manos sobre sus hombros.
-"¿Mmm?"
"Hey..." - Me impulsé contra él, y se levantó para encontrar mi propia mirada
ardiente, con sus iris batiendo furiosamente, a la luz del porche.¿Esto era porque los
dos éramos de una especie? ¿Este impulso… irresistible de tocarnos?
Mi pulso acelerado se desaceleró como mi corazón empezó a doler. ¿Era
realmente a mí a quién deseaba, o nuestra especie lanzaba nuestras hormonas en la
sobre marcha? ¿Me desearía si fuera humana? ¿Ese asunto importaba? No era
humana. Tampoco él.
"¿Quieres que te recoja para el funeral?"
139 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Sus ojos se entrecerraron confundidos ante mi cambio de tema bruscamente.
Luego, respiró hondo, se desaceleró la agitación en los ojos, y se instaló en el coche a
mi lado. - "¿Y tu papá?"
"Él puede conducir por sí mismo."
Nash rodó los ojos. - "No creo que quieras ir, con tu papá en la ciudad."
"Voy. Y voy a arrastrar a mi papá y a mi tío también”.
Él arqueó las cejas, deslizando un brazo alrededor de mi cintura. - "¿Por qué?"
"Porque si algún Ángel de la muerte vigilante está buscando a las adolescentes,
me imagino que va a encontrar a un auditorio lleno de nosotras muy difícil de resistir.
Y, mientras más Sidhes bean estén presentes, mayor es la probabilidad de que
uno de nosotros lo vea, ¿verdad? "
"¡En teoría!" - Nash frunció el ceño hacia mí, y pude sentir un "pero" viniendo.-
"Pero, Kaylee…“-sonreí, ligeramente divertida por haber predicho algo distinto
de la muerte- "… no va a suceder de nuevo. No tan pronto. No en el mismo lugar. "
"Ha sucedido en los últimos tres días en fila, Nash, y siempre sucedió cuando
hay grandes grupos de adolescentes. El funeral tiene la mayor concentración de
nosotros en una habitación desde la graduación del año pasado. Sólo hay tantas
posibilidades que escoja alguien allí como en cualquier otro lugar”.
"¿Y qué si lo hace? ¿Qué vas a hacer? "- Me preguntó Nash en un susurro
ronco. Miró sobre mi hombro para asegurarse de que nadie había aparecido en la
entrada, entonces se encontró mi mirada otra vez, y me di cuenta de que detrás de su
ira repentina había verdadero miedo.
Sabía que debía estar asustada también, y. en verdad, lo estaba. El concepto
mismo de Ángeles de la muerte ejecutando la separación de su cosecha metafísica de
las cáscaras vacías humanas hizo que mi estómago se revolviera y mi pecho se
oprimiera. Y, realmente, la idea de buscar a uno de los ángeles de la muerte... Bueno,
¡eso era una locura!
Pero no tan loco como dejar que otra niña inocente muriera. ¡No si podemos
evitarlo!
Miré a Nash, dejando que mi intención se mostrara en mi cara. Dejando que la
determinación rotara lentamente en mis ojos.
140 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"¡No!" - Miró hacia la casa, luego otra vez a mí, con su iris turbio. - “Has oído lo
que dijo Tod" - susurró con fiereza. - "Cualquier ángel de la muerte dispuesto a robar
las almas no autorizadas no dudará en tomar a uno de los nuestros en su lugar."
"¡No podemos dejar que mate a alguien más!" – Le susurré, igualmente
urgente. Resistí las ganas de dar un paso atrás, un poco asustada de que cualquier
espacio físico que pusiera entre nosotros durante una discusión, se trastocara en una
distancia emocional.
"¡No tenemos otra opción!" – Respondió. Empecé a discutir, pero él me
interrumpió, pasando una mano por su grueso cabello castaño. - "Bueno, mira, no
quería tener que entrar en esto ahora… me imaginé que saber que no eres humana era
suficiente con lo que lidiar por un día. Pero hay muchas cosas que todavía no
entiendes, y tu tío probablemente va a explicarte todo esto en breve, de todos
modos."- Suspiró y se apoyó en el coche, con los ojos cerrados como si estuviera
reuniendo sus pensamientos. Y, cuando se encontró con mi mirada de nuevo, vi que su
determinación ahora era equivalente a la mía.
"¿Qué podemos hacer juntos?" - Hizo un gesto de ida y vuelta entre nosotros
con una sola mano. - "¿Restaurar un alma? Es más complicado de lo que parece, y hay
riesgos más allá del tipo de cambio. "
"¿Qué riesgos?" - ¿No era el tipo de cambio bastante malo? Un nuevo hilo de
inquietud se abría paso por mi columna vertebral, y me apoyé en el auto junto a él,
viendo la luz del porche iluminando la mitad de su cara durante un momento mientras
le dejaba el otro lado en una compilación oscura, de fuertes rasgos. Estaba bastante
segura de que lo que fuera que él estaba a punto de decir era tan extraño como
descubrir que soy Sidhe bean, necesitaba el auto de Carter a mi espalda para
apoyarme.
La mirada de Nash capturó la mía, con sus ojos batiéndose en lo que sólo
podría ser miedo.- "Bean Sidhes y ángeles de la muerte no son los únicos afuera,
Kaylee. ¡Hay otras cosas! Cosas para las que no tengo nombre. Cosas que tú nunca
quisieras ver, y mucho menos ser visto por ellas. "
Mi piel se erizó ante su palabrería. Bueno, eso es más que sólo un poco
aterrador. Y,aun así, muy vago. - "Bien, ¿dónde están esos fantasmas aterrorizantes?"
"La mayoría de ellos están en el Otro Mundo."
141 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"¿Y dónde está eso?" - Crucé los brazos sobre el pecho, y mi codo chocó con el
espejo retrovisor del auto de Carter. - "Debido a que suena como un viaje al estilo
Peter Pan". - Sin embargo, mi sarcasmo era un tenue velo para los dedos helados de
inquietud arrastrándose dentro de mi carne. Podrían haber sido más fáciles de negar
las afirmaciones de este otro mundo, como muestra de películas de terror, si no
hubiera descubierto que no era humana.
"¡Esto no es divertido, Kaylee! El Otro Mundo está aquí con nosotros, pero no
realmente aquí. Está anclado en nuestro mundo, pero más profundo de lo que los
seres humanos pueden ver. Si eso tiene sentido”.
"¡No mucho!" - le dije, pero como el escepticismo se había ido, mi voz sonaba
ligera y se sentía vacía. - "¿Cómo sabemos de este Otro Mundo y de su... y de la gente
notremundiada que está allí, si no podemos verlos?"
Nash frunció el ceño. - "Podemos verlos… no somos humanos." - Como si
necesitara otro recordatorio de ello. - "Pero sólo cuando estás cantando por el alma
de alguien. Y ese…¡es el único momento en que te ven!"
Y, de repente, me acordé. La cosa oscura rondando en el callejón cuando
estaba lamentándome por Heidi Anderson. El movimiento en el borde de mi visión
cuando la canción del alma de Meredith amenazó con salirse. Había visto algo, incluso
aunque todavía no cayera en la lamentación.
Es por eso que el tío Brendon me había dicho que lo retuviera. ¡Temía que viera
demasiado!
Y, tal vez, que ese demasiado ¡me vería a mí!
142 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPÍTULO 13.
TRADUCIDO POR BILLIE
Nash debió ver comprensión en mi rostro- y casi pánico- porque envolvió con
un brazo mi cintura y me acercó a él, a través de la superficie encerada del auto de
Carter. - “No es tan malo como suena. UnBean Sidhe con experiencia sabe cómo
mantenerse a salvo. Pero nosotros no somos experimentados, Kaylee.” - Era lindo de
su parte el incluirse en la afirmación, pero ambos sabíamos que yo era la novata. –
“Además, ni siquiera estamos seguros de que esas chicas no estaban en la lista.
Todo esto es una teoría. Una muy improbable y peligrosa teoría.”
“Lo sabremos cuando Tod llame” - Insistí con la nueva información dando
vueltas en mi cabeza, complicando lo que pensaba que estaba preparada para hacer, si
la intervención resultaba ser necesaria.
“Puede que no sea esta noche.”
“Lo será.” - Él lo averiguaría por nosotros. Pronto. Ya sea porque realmente le
habíamos llegado, o porque realmente quería saber mi apellido, supe, desde el
instante antes de que desapareciera, que nos conseguiría la información. - “Llámame
tan pronto como sepas algo de él. ¡Por favor!”
Él dudó, luego asintió. - “Pero tienes que prometer que no harás nada
peligroso, no importa lo que diga. ¡Ningún canto de almas por tu cuenta!”
Como si fuera a admitirlo si estuviese planeando algo arriesgado. Además... -
”No tengo ningún deseo de ver este Otro Mundo sola. Y, de todas formas, mi pequeño
talento no es bueno sin el tuyo, ¿verdad?”
“¡Buen punto!” - Se relajó un poco entonces, y me dio un beso de buenas
noches. Lo retuve cuando comenzó a alejarse, aferrándome al sabor y al sentimiento
de todas las cosas buenas y seguras. Nash se había convertido en una torre brillante de
sanidad en este nuevo mundo de caos sin precedente y peligro oculto. ¡Y no quería
dejarlo ir!
Desafortunadamente, en el mundo de toques de queda y relojes de alarma, no
podía quedarse.
143 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Cerré y puse la llave a la puerta trasél, y miré por la ventana delantera hasta
que retrocedió por el camino de entrada y salió de mi vista. Estaba cerrando las
cortinas cuando algo crujió detrás de mí. - “¿Kaylee?” - Salté y me giré para encontrar
a mi tío parado en el umbral del vestíbulo, observándome.
“¡Dios! ¡Tío Brendon, me diste un susto de muerte!”
Su sonrisa fue más una mueca. - “No eres la única por estos lados con orejas
grandes”
“Sí, bueno, las orejas grandes no me preocupan tanto como las bocotas” - dije,
agradecida porque podía oír a Sophie roncar otra vez, ahora que el resto de la casa
estaba en silencio. Caminé silenciosamente, cruzando la alfombra hacia mi tío; luego
lo esquivé y pasé al vestíbulo, deseando desesperadamente que estuviese mintiendo,
que realmente no hubiera escuchado mi pequeña discusión con Nash.
Me siguió hasta mi habitación, y cuando traté de cerrar la puerta tras mi palma,
su mano pegó en el hueco panel de madera, manteniéndola firmemente abierta. -
“¿Qué está sucediendo, Kaylee?”
“¡Nada!” - Pasando por despreocupada, pateé primero un tenis y luego el otro
sobre el piso de mi armario.
“¡Los escuché hablando! - Se inclinó contra el marco de la puerta, con sus
gruesos brazos cruzados sobre su pecho ancho, aún bien definido después de quién
sabe cuántos años de vida. - “¿Qué están planeando en el funeral, y quién es Tod?”
Bueno, ¡mierda! Aparté una pila de ropa limpia y sin doblar que la Tía Val había
arrojado sobre mi cama en algún momento, y me hundí en el edredón con mi mente
dando vueltas en busca de una respuesta que fuera tanto una verdad como una
mentira. ¡Pero no se me ocurría nada! Cualquier cosa que inventase no le sonaría
como verdad, especialmente considerando que sabía más acerca de Bean Sidhes que
yo acerca de....cualquier cosa.
Así que quizás sólo debería decirle la verdad...De esa rogué, si el ángel de la
muerte aparecía en el funeral y Nash se negaba a ayudarme por algún equivocado
intento de protegerme, seguramente el Tío Brendon entraría en escena. Podía parecer
duro, pero, en el fondo, era un gigantesco oso de peluche, y no podía ver morir a una
chica inocente antes de tiempo más que yo.
144 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“¿Seguro que quieres oír esto?” - Crucé las piernas sobre la cama, jugando con
el desgarrado ruedo de mis jeans.
El Tío Brendon sacudió la cabeza. - “Estoy bastante seguro que no quiero. ¡Pero
sigue!”
“Quizás quieras sentarte” - Le advertí, estirándome para sacar mi iPod de la
almohada. Los auriculares se habían enredado otra vez; creo que eso era lo que pasó
por dormirme con ellos puestos.
Mi tío se encogió de hombros, luego se acomodó en la silla de mi escritorio,
esperando con los brazos aún cruzados sobre su pecho.
“De acuerdo, esto es lo que pasa. Y sólo te lo estoy diciendo porque sé que
harás lo correcto. Así que, técnicamente, creo que mi revelación voluntaria me exime
de cualquier castigo por lo que estoy a punto de admitir.”
Sus labios hicieron una mueca, como si una sonrisa hubiera sido vetada en el
último minuto.- “¡Continúa...!”
Inhalé y retuve el aliento por un momento, preguntándome por dónde sería
mejor comenzar. Pero no había ningún buen lugar para empezar, así que entré de
lleno, esperando que mis buenas intenciones pagaran la fianza durante las partes
menos altruistas de la historia.“¡Meredith Cole no fue la primera!”
“¿No fue tu primera premonición?”. - No parecía sorprendido. Por supuesto,
no podía haber olvidado las otras veces, incluyendo el incidente que precedió mi viaje
al hospital.-
“Eso también. Pero, quiero decir, ella no fue la primera en morir esta semana.
Hubo una la noche del sábado y otra ayer a la tarde. ¡Pasó de la misma manera con las
tres chicas!”
“¿Y tú las predijiste todas?” - Ahora se veía sorprendido, su frente arrugada, el
ceño fruncido.
“No, ni siquiera vi la segunda.” - Eché un vistazo a mi regazo evitando sus ojos,
mientras mis dedos trabajaban nerviosamente en los auriculares, tratando de soltar
dos cables separados de un nudo del que cualquier marinero habría estado orgulloso.
“Pero vi a la chica que murió el sábado, y sabía que iba a pasar. Lo mismo que
con Meredith esta tarde.” - Lo cual asumí que Tía Val le había dicho.
145 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“Espera, ¿la noche del sábado?” - La silla con respaldo en forma de escalera
crujió y levanté la vista mientras él se inclinaba para ojearme con creciente sospecha.
“Pensaba que te habías quedado en casa.”
Me encogí de hombros y levanté una ceja. - “¡Yo pensaba que era humana!”
Mi tío frunció el ceño pero asintió, como si dijera que se había merecido esa. Aún así,
no podía creer que tía Val no me hubiera delatado. Aunque eso estuviera muy bien por
su parte, no pude evitar preguntarme por qué. ¿Todo el “café” la había hecho olvidar
mi indiscreción?
“Y, ¿dónde murió la primera chica?” - Se recostó otra vez, cruzando sus brazos
sobre el pecho. - “¿Dónde fuiste?”
De repente, los cables ahora enredados alrededor de mis dedos parecían
fascinantes. ¡Realmente fascinantes! - “Taboo. Un club en el West End. Pero…“
Frunció el ceño, e incluso con las espesas cejas marrones echando sombras
sobre sus ojos, creí poder ver algo de movimiento en el verde de sus iris. Sé que eso
nunca había pasado antes. ¡Lo habría notado! - “¿Cómo hiciste siquiera para entrar en
club nocturno?” – Exigió ´mi tío una respuesta - “¿Tienes uncarné de identidad
falso?”
Rodé los ojos. - “No, sólo me metí por la parte trasera.” - Algo así... - “Pero
ese no es el tema” - me apresuré en decir, esperando que se distrajera por la parte
siguiente. - “Una de las chicas en el club estaba...oscura. Como si usase sombras que
nadie más podía ver. Y cuando la miré, supe que iba a morir, y ese pánico- o
premonición, o lo que sea- vino rápido y fuerte, justo como la última vez. ¡Fue
horrible! Pero no supe que estaba en lo correcto –que ella realmente había muerto-
hasta que vi la historia en las noticias ayer por la mañana. -” Hablando de eso... ¿Las
otras también están muertas? ¿Las que vi el año pasado?” - Mis dedos se quedaron
quietos sobre mi regazo mientras observaba a mi tío, rogándole, desafiándole a que
me dijera la verdad.
Él se veía triste, como si no quisiera tener que decirlo, pero no había duda en
sus ojos. Ni vacilación. - “Sí.”
“¿Cómo lo sabes?”
Sonrió casi amargamente. - “Porque las chicas nunca se equivocan.”
146 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Genial. Morboso y certero. Suena como el tono de venta de una adivina de feria
del condado...
“De cualquier forma, después de que ver las noticias ayer a la mañana, me
asusté. Y luego pasó de nuevo esa tarde, y las cosas se volvieron realmente extrañas.
“Pero no predijiste esa, ¿verdad?”
Asentí y solté mis, perdidamente enredados, auriculares sobre mi regazo. –
“Escuché lo de ella de segunda mano, pero tenía que buscar la historia en
internet. Esta chica en Arlington murió, exactamente, como la chica en Taboo. Y como
Meredith. Las tres tan sólo cayeron muertas, sin ninguna advertencia. ¿Eso te parece
normal?”
“¡No!”- Para su mérito, mi tío ni siquiera vaciló. - “Pero eso no descarta la
casualidad. ¿Cuánto te dijo Nash acerca de lo que podemos hacer?”
“Todo lo importante, ¡espero!” - E incluso si él había dejado algunos huecos,
era mucho mejor que los cañones que mi propia familia había creado en mi
consciencia. Sin mencionar mi psiquis.
Los ojos del tío Brendon se ensancharon en señal de duda, y cruzó un tobillo
sobre la rodilla opuesta. - “¿Mencionó lo que le sucede al alma de una persona
cuando muere?”
“Sí. ¡Ahí es donde entra Tod!”
“¿Quién es Tod?”
“Un ángel de la muerte que trabaja en el hospital. Está atrapado ahí porque
una vez dejó vivir a una niña, cuando se suponía que tenía que morir, y su jefe mató a
la abuela de la niña en su lugar. Pero de cualquier forma…“
El Tío Brendon se levantó de su silla, con su rostro tan rojo que pensé que
quizás tuviera un aneurisma. ¿Los Bean Sidhes tenían aneurismas?
“¿Nash te llevó a ver a un ángel de la muerte?” - Pisoteó mi alfombra, haciendo
gestos con los brazos enfadadamente. - “¿Tienes idea de cuán peligroso es eso?” -
Intenté responder pero él se adelantó, deteniéndose al final de mi cama para mirarme
mientras desvariaba. - “¡A los ángeles de la muerte no les gustan los Bean Sidhes!
Nuestras habilidades son diferentes a las de ellos, y la mayoría de ellos se siente muy
amenazados por nosotros. Ir a ver a un ángel de la muerte es como entrar en una
estación de policía agitando una escopeta cargada.”
147 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“¡Lo sé!” - Me encogí de hombros, tratando de aplacarlo. - “Pero Nash conocía
a este tipo desde antes de que fuera un ángel de la muerte. Son amigos… ¡o algo así!”
“Eso puede ser lo que él piensa, pero, de alguna forma, dudo que Tod esté de
acuerdo.” Y volvía a pasearse, como si, cuanto más rápido caminara, más rápido
pudiera pensar. Aunque mis dudas acerca de esa técnica derivaban de la experiencia
personal.
“Bueno, él debe de serlo porque va a ayudarnos.” - No era necesario
mencionar que su ayuda se debía más a mi participación en el problema que a Nash.
“¿Ayudar con qué?”. - El Tío Brendon se congeló a mitad del cuarto,
enfrentándome, y esta vez sus ojos definitivamente giraban.
“¡Ayudarnos a descubrir qué está ocurriendo! Va a conseguir algo de
información para nosotros.”
La expresión de mi tío se oscureció, y el aliento se detuvo en mi garganta
mientras el verde en su iris se agitaba tan rápido que me mareaba. - “¿Qué clase de
información? Kaylee, ¿qué estás haciendo? Quiero saber la verdad y la quiero ahora, o
juro que no dejarás esta casa hasta que cumplas veintiuno.”
Tuve que sonreír ante la ironía del Tío Brendon pidiéndome la verdad. Suspiré y
me enderecé en la cama. - “Está bien, te lo diré, pero no pierdas los estribos. No es tan
peligroso como suena…”–espero- “porque hay un vacío legal en el intercambio y…”
“¿El intercambio?” - Su rostro pasó de rojo tomate a cuenta regresiva nuclear
en menos de un segundo. Y luego vino más paseo. - “¡Esta es la razón de porqué
queríamos que fuera tu padre quien te explicara todo!¡O, al menos, yo! De esa forma
sabríamos cuánto entiendes y sobre qué no tienes ni idea.”
“¡Claro que tengo idea!” - Mi temperamento saltó, y me estiré para botar mi
iPod en la mesa de noche antes de que partiera accidentalmente el cable.
“Nosi piensas que tienes algo que hacer incluso contemplando el intercambio.
¡No tienes ni idea de cuán peligroso puede ser mezclarse con los asuntos de un ángel
de la muerte!”
“¡La ignorancia es peligrosa, Tío Brendon! ¿No lo entiendes?” - Parada, tomé un
par de jeans limpios y los agité severamente, satisfecha cuando el material golpeó
contra sí mismo, acentuando afiladamente mi furia- . “Eventualmente, si las
premoniciones siguieran, hubiera sido incapaz de retener mi canción. Habría
148 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
terminado retrasando la agenda de algún ángel de la muerte al azar y realmente
enfureciéndolo - sin mencionar cualquier otro terror invisible que exista ahí afuera- sin
tener idea de lo que estaba haciendo. ¿Ves? Cuánto más me mantengan tropezando
en la oscuridad, mayores son las probabilidades de que me topé con algo que no
entienda. ¡Nash lo sabe! Me explicó las posibilidades y las consecuencias. Está
armándome con conocimiento porque comprende que el mejor ataque es saber cómo
evitar los problemas.”
“Por lo que escuché, suena más como si estuvieses buscando problemas.”
“Problemas no. ¡La verdad!” - Solté los jeans desdoblados sobre el final de la
cama. “Hubo muy poco de eso por aquí, e incluso ahora que sé lo que soy, tú y Tía Val
siguen guardando secretos.”
Exhaló pesadamente y se sentó en el borde de mi vestidor, pasándose una
mano por el cabello desarreglado. - “No te estamos guardando secretos. Estamos
dándole a tu padre la oportunidad de actuar como un verdadero padre.”
“¡Ja!” - Di la vuelta alrededor dela cama para ponerla entre nosotros, luego
agarré una camiseta de mangas largas de la pila. - “¡Tuvo dieciséis años! ¿Qué te hace
pensar que comenzará ahora?”
“¡Dale una oportunidad, Kaylee! Puede que te sorprenda.”
“¡No es probable!” - Doblé la camisa con movimientos cortos y agudos, luego
la arrojé sobre los jeans, donde una manga se liberó para colgar de lado. - “Si Nash
supiera lo que mi padre me tiene que decir, me lo diría.”
El Tío Brendon se inclinó hacia delante y dobló la manga sobre mi camisa. –
“Nash nunca debería haberte llevado a ver a un ángel de la muerte, Kaylee. Los
Bean Sidhes no tienen defensas naturales contra casi nada de lo que hay ahí afuera.
Por eso vivimos aquí, con los humanos. La llave para la longevidad consiste en
permanecer fuera de la vista. En encontrar a un ángel de la muerte sólo una vez en tu
vida… ¡al final!”
“¡Eso es ridículo!”. - Puse otra camisa doblada en el montón y saqué un par de
pantalones de pijama de la pila. - “Un ángel de la muerte no puede tocarte a menos
que tu nombre aparezca en su lista y, cuando eso pasa, no hay nada que puedas hacer
para impedirlo. Evitar a los ángeles de la muerte no tiene sentido. Especialmente,
¡cuando pueden ayudarte!” - ¡En teoría! Pero mi teoría de las chicas muertas, ¿no
149 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
estaba basada en la sospecha de que al menos un ángel de la muerte se había
desviado de su propósito?
“¿Qué verdad está ayudando a buscar este ángel de la muerte?” - Tío Brendon
se hundió otra vez en la silla del escritorio con un suspiro que sonaba a derrota. Se
frotó la sien como si le doliera la cabeza, pero no iba a aceptar la culpa de eso. Si todos
los adultos en mi vida no me hubieran estado mintiendo, durante trece años, nada de
esto hubiera pasado.
“Ha estado espiando en la lista maestra los últimos tres días, para averiguar si
las chicas muertas estaban en ella.”
“¿Él está qué?” - Tío Brendon se quedó total, y terroríficamente, quieto y el
único movimiento en la habitación era el tic desarrollándose en la esquina de su
párpado izquierdo.
“No te preocupes, no va a tomarla. ¡Sólo va a mirarla!”
“¡Kaylee, ese no es el problema! Lo que está haciendo es peligroso, para los
tres. Los ángeles de la muerte toman sus listas muy en serio. Se supone que la gente
no debe saber cuándo va a morir. Por eso es por lo que no puedes advertirles. Una vez
que tienes una premonición no puedes hablar, ¿verdad?”
“Sí”. - Saqué una pelusa de los pantalones de franela claramente incómoda con
el cambio de dirección que había tomado ahora la discusión, y la culpa que traía. -
“Traté de advertir a Meredith, pero sabía que si abría mi boca sólo sería capaz de
gritar.”
Tío Brendon asintió sombríamente. - “Hay una buena razón para eso. La pena
consume a la gente. La muerte inminente los obsesiona. Es bastante malo para una
persona saber que está muriendo de cáncer terminal, o algo como eso. ¿Pero saber el
momento exacto? Tener la fecha y hora estampada en tu cerebro, acercándose
amenazadoramente mientras la vida se va…¡Eso volvería loca a la gente!”
Lo fulminé con la mirada, los pantalones apretados fuertemente en ambas
manos.
“¿Crees que no sé eso?”
“¡Por supuesto que lo sabes!” - Pasó una mano por su espeso cabello castaño,
exhalando por la boca por la frustración. - “Lo sabes mucho mejor de lo que yo podría,
y te hospitalizó.”
150 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“No, la Tía Val y tú me hospitalizasteis”. - No pude dejar pasar esa.
“Últimamente, sí.” - Tío Brendon concedió el punto con un único y escueto
asentimiento.- “Pero sólo porque no podíamos ayudarte nosotros mismos. ¡No
podíamos ni siquiera calmarte! Gritaste por más de una hora, mucho después de que
la premonición pasara, a pesar de que yo era el único que podía decir cuando pasó.”
Me di la vuelta y abrí el cajón superior de mi vestidor, luego puse el pijama
dentro. - “¿Cómo puedes saberlo?”
“Los Bean Sidhes hombres pueden escuchar el llanto de una mujer como
verdaderamente suena. Después de un rato, el tuyo cambió del canto de un alma a un
grito común. Estabas aterrorizada – histérica- y temíamos que te lastimaras. No
sabíamos que más hacer.”
“¿No se les ocurrió hablar conmigo? ¿Decirme la verdad?” - Tomé varios pares
de ropa interior de la pila y los metí dentro de otro cajón, luego lo cerré de golpe.
“Quería hacerlo. Incluso lo intenté en cierto punto, pero ¡tú no escuchabas!
Dudo que pudieras oírme sobre tu propio grito. No podía calmarte, incluso cuando
traté de Influenciarte.”
“¡Nash pudo! Lo hizo dos veces hasta el momento.” - Me hundí en mi cama
ante el recuerdo, poniendo otro bulto de ropa distraídamente en mi regazo, aplacada
por el simple pensamiento de Nash.
“¿Lo hizo?” - Una extraña mirada pasó por el rostro de mi tío- alguna rara
combinación de sorpresa, nostalgia y preocupación. - “¿Te ha Influenciado?”
“Sólo para calmarme durante esas dos premoniciones. ¿Por qué?” - Y
súbitamente entendí lo que realmente estaba preguntando. - “¡No! ÉL nunca
intentaría Influenciarme para hacer algo. ¡No es así!”
Pareció considerar mi punto de vista por un momento, y finalmente asintió. –
“Bien. Me alegra que pueda ayudarte a controlar tu llanto, incluso si tiene que
usar su Influencia. Seguramente eso es mejor que la alternativa.” - Sonrió como si
quisiera relajarme, pero en cambio, la tensa línea de su boca me puso alerta. - “¡Pero
nos desviamos del asunto! Kaylee, no puedes involucrarte en los asuntos de los
ángeles de la muerte. Y, definitivamente, no deberías haberle pedido a uno que espíe
a un compañero de trabajo de esa manera. Si lo atrapan, no será bonito.
¡Probablemente lo despidan!”
151 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“¿Y qué?” - ¿Qué era un trabajo perdido comparado con la vida de una chica
inocente? Además, perder un trabajo no era el fin del mundo; Emma era la prueba de
eso. Ella había perdido uno cada dos meses durante casi un año, hasta que hice que la
contrataran en el Cine. - “El secuestro de almas parece una habilidad bastante
especializada, y Nash dice que hay ángeles de la muerte por todo el mundo.
Seguramente puede encontrar un trabajo en otro lugar. ¡Y, de todas formas, no
le gusta mucho el hospital!”
Tío Brendon cerró los ojos y respiró profundamente antes de encontrar mi
mirada nuevamente.- “¡Kaylee, no lo comprendes! No hay vuelta atrás una vez que un
ángel de la muerte pierde su posición.”
“¿Vuelta atrás? ¿Qué significa? ¿Volver de qué?”
“¡De la muerte! Los ángel de la muerte están muertos, Kaylee. Lo único que
mantiene a sus cuerpos funcionando y a sus almas dentro es el trabajo. Una vez que el
reaper pierde eso, ¡todo termina!”
“¡Nooo!” - Las medias que había estado emparejando cayeron en mi regazo
mientras trataba de hacer entrar en mi mente lo que estaba diciendo.
Así que cuando Tod dijo que casi perdió su empleo por dejar vivir a la niña, lo
que quería decir era que casi perdió su vida. Y si lo atrapaban espiando para mí, eso
era exactamente lo que sucedería.
No era bueno. No era bueno para nada.
¿Por qué diablos había dicho que lo haría? Seguramente no sólo por mi
nombre… Yo no era tan interesante, y mi nombre no podía ser tan difícil de hallar por
su cuenta. Él ya sabía a qué escuela iba.
¡Pero tuvimos que hacerlo!” - Encontré los ojos del Tío Brendon, diciendo la
verdad tan pronto como lo reconocí. - “Teníamos que saber si esas chicas estaban en la
lista. No creo que estaban destinadas a morir, y no estaremos seguros hasta que le
echemos un vistazo a la lista.”
De cualquier forma, mi resolución se evaporó mientras hablaba. Era el mismo
viejo dilema moral. ¿Tenía el derecho de decidir si una vida valía arriesgar otra? Un
chica que quizás ni siquiera conocía, ¿por una chica que sólo había visto una vez? Y un
chico ya muerto, quien seguramente sabía el riesgo cuando acordó hacerlo.
152 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
De repente, ¡nada tenía sentido! Sabía en lo más profundo de mi corazón que
no se suponía que estas chicas murieran; pero tratar de salvar a la siguiente, me
expondría a criaturas que ni siquiera podía empezar a imaginar, en un mundo que no
podía ver, y pondría otras varias vidas en peligro. ¡Incluyendo la mía!
Mis hombros cayeron mientras observaba a mi tío con una confusión casi
paralizante. - “¿Entonces qué se supone que haga?” - Odié cuán joven y
desorientada soné, pero él tenía razón. Realmente no tenía idea de qué estaba
ocurriendo, y todas las buenas intenciones del mundo no significarían nada si no sabía
qué hacer con ellas.
“No creo que haya algo que puedas hacer, Kaylee.” - Tío Brendon parecía tan
frustrado como yo me sentía. - “Pero todavía no sabemos si algo va verdaderamente
mal, y hasta que estemos seguros, sólo estás buscando problemas.”
Traté con todas mis fuerzas de mantener una mente abierta. No saltar a
conclusiones. Después de todo, no rebosaba de evidencias exactamente. Todo lo que
tenía era un mal presentimiento y una culpa abrasadora de almas. E incluso si estaba
en lo correcto, mis opciones eran pocas. Sin mencionar exageradas. Acababa de
descubrir que era una Bean Sidhe y todavía tenía que probar alguna de mis supuestas
habilidades. No había garantía de que pudiera hacer algo para salvar la vida de la
próxima chica, incluso si se hallaba en peligro injustamente.
Quizás sólo debería mantenerme lejos del negocio de los ángeles de la muerte.
Después de todo, no me involucraba de verdad.
Todavía.
Pero, ¿qué tal si lo hacía pronto? Ya había muerto una chica de mi escuela, y no
había garantía de que no ocurriría otra vez. Y le podía suceder a cualquiera. Podía ser
yo, o cualquiera de mis amigos.
“Pero, ¿qué pasa si tengo razón? Si estas chicas están muriendo antes de
tiempo, no puedo sólo quedarme quieta y dejar que pase otra vez si puedo detenerlo.
Pero no puedo salvar a nadie yo sola, y arrastrar a alguien para hacerlo sólo
pondría a más gente en peligro.” ¡Como había arriesgado a Tod!¡Y a Nash!
Bueno, entonces creo que tienes tu respuesta. Incluso si estás dispuesta a
arriesgarte tú, – y, para que lo sepas, no te dejaré hacerlo mientras estés bajo mi
cuidado, - no tienes el derecho de arriesgar a nadie más.”
153 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Abandoné la ropa por mi almohada, tirando ansiosamente de una pluma que
salía de la funda.- “¿Así que sólo debería dejar que una chica inocente muera antes de
que sea su tiempo?”
El Tío Brendon exhaló pesadamente.-” ¡No!” - Se inclinó hacia delante con los
codos en sus rodillas y respiró profunda y largamente. - “Te diré esto. Cuando hablas
otra vez con este ángel de la muerte, si resulta que las chicas no estaban en la lista,
¡me haré cargo!¡Con tu padre! Con una condición:¡Jura mantenerte fuera de esto!”
-“Pero…”
“Sin peros. ¿Tenemos un trato?” - Abrí la boca para responder, pero él
interrumpió. - “Y, antes de que respondas, piensa en Nash, y en Tod, y en cualquier
otro que puedas poner en peligro si tratas de manejar esto por ti misma.”
Suspiré. Sabía que me tenía pillada con la última parte. - “¡Está bien! Te dejaré
saber lo que Tod averigüe tan pronto como sepa algo.”
“Gracias. ¡Sé que nada de esto es fácil para ti!” - Se paró y metió las manos en
los bolsillos mientras dejé caer los calcetines en el cajón abierto tras de mí.
“Sí, bueno, ¿qué es una pequeña enfermedad mental y alaridos patológicos
entre familia?”
Mi tío rió, apoyado contra el marco de la puerta. - “Podría ser peor. ¡Podrías ser
un oráculo!”
“¿Existen oráculos?”
“Ya no muchos, y la mayoría de ellos están verdaderamente dementes. Si
piensas que predecir una muerte a la vez es duro para tu cordura, trata de imaginar
cómo será saber que les va a ocurrir a todos los que conozcas, y ser incapaz de apagar
las visiones.”
Sólo pude estremecerme al pensarlo. ¿Cómo podía haber tantas cosas ahí
afuera de las que nunca me había enterado? ¿Cómo pude no darme cuenta de que la
mitad de mi familia ni siquiera era humana? ¿No deberían haberme alertado los ojos
que giraban?
“¿Cómo puede ser que no vi girar tus ojos hasta esta noche?”
Tío Brendon me dedicó una sonrisa melancólica. - “Porque soy muy viejo y
aprendí a controlar mis emociones, mayormente. Aunque cada vez se está volviendo
más difícil hacerlo estando cerca de ti todos los días. ¡Creo que eso es parte de por qué
154 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
tu padre se mantiene lejos! Cuando te mira, ve a tu madre, y no puede ocultar su
reacción. Y si hubieses visto sus ojos, hubieses tenido preguntas que no estaba listo
para responder.”
Bueno, no contestar ya no era una opción... - “Entonces, ¿cuántos años tienes?
¡De verdad!”
Tío Brendon rió entre dientes y miró el suelo, y, por un momento, pensé que no
respondería- que había roto alguna clase de código de conducta entre los Bean Sidhe
por preguntar. Pero entonces encontró mis ojos, aún sonriendo ligeramente. - “Me
preguntaba cuánto tiempo te tomaría hacer esa. Cumplí ciento veinticuatro la
primavera pasada.”
“¡A la mierda!”. - Sentí mis ojos abriéndose mientras su sonrisa se ensanchaba.
- “Podrías haberte retirado sesenta años atrás. ¿La Tía Val lo sabe?”
“¡Por supuesto! ¡Y me molesta sin piedad! Los hijos de mi primer matrimonio
son mayores que ella.”
“¿Estuviste casado antes?” - No pude evitar el shock en mi voz.
Esa nostálgica sonrisa volvió. - “En Irlanda, hace medio siglo. Teníamos que
mudarnos cada par de décadas para evitar que la gente notara que no parecíamos
envejecer. Mi primera esposa murió en Illinois veinticuatro años atrás, y nuestros
hijos- ambos Bean Sidhes- ahora tienen nietos. Recuérdamelo y te mostraré fotos
alguna vez.”
Asentí, perturbada por la sorpresa. - “¡Guau! ¿Y esos chicos son más
agradables que Sophie?”. - No podía hacer otra cosa que preguntar.
Tío Brendon frunció el ceño ligeramente, que se suavizó en una sonrisa
compasiva.
“Francamente, sí. Pero Sophie todavía es joven. ¡Madurará su actitud!”
Lo dudaba mucho.
Pero entonces algo más me vino a la mente. - “¡Irónico, ¿verdad?!” - Di un
paso atrás, evaluándolo desde una mejor posición de ventaja- y toda una nueva
perspectiva. - “Tienes tres veces la edad de la Tía Val, pero luces más joven.”
Guiñó un ojo, con una mano en el picaporte mientras se giraba para irse. –
“Bueno, Kaylee, puedo decirte ahora mismo que “irónico” no es como ella lo
describe.”
155 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPÍTULO 14
TRADUCIDO POR YSSIK
LA MÚSICA RESONABA en la oscuridad: los pesados, crujientes ritmos
palpitantes, cerca de mi oído. Parpadeé y tiré de la sábana sobre mi hombro, irritada
por la interrupción de mi sueño, aun cuando me sentí aliviada por el final de mi sueño.
¡Que, en realidad, era más bien una pesadilla!
Mientras dormía había estado navegando dentro de un paisaje oscuro, que se
encontraba puntualizado con peculiares y vagas referencias deformes; figuras hechas
de sombra que se escurrían y se deslizaban a mi alrededor, siempre, fuera de la vista
cuando me daba la vuelta para concentrarme en ellos. Más allá, las formas más
pesadamente, y aunque nunca se acercaron lo suficiente como para enfocarlas, sé que
me seguían. En el sueño, estaba buscando algo. O tal vez buscando la manera de salir
de algo. ¡Pero no pude encontrarlo!
En mi habitación la música siguió sonando, y me quejé cuando me di cuenta de
que provenía de mi teléfono. Aún medio dormida, me di la vuelta, enredé mi pierna en
el edredón, y llegué hasta mi mesilla de noche. Mi mano derecha rozó el teléfono,
todavía rebotando en la superficie barnizada, y las vibraciones me hacían cosquillas en
los dedos.
Parpadeando lentamente, cogí el teléfono y miré la pantalla, sorprendida al
darme cuenta de que arrojaba un suave resplandor verde en mitad de la habitación. El
número era desconocido, y no había nombre disponible. Probablemente, un número
equivocado, pero abrí el teléfono de todos modos, debido a la hora del día que
aparecía en la pantalla. Era la 1:33 am y no se llama en medio de la noche a menos que
algo ande mal.
"¿Hola?" - dije con voz ronca, sonando tan alerta como un oso en enero. Y casi
tan amigable.
-“¿Kaylee?"
Tanto para un número equivocado. - "Mmm, ¿sí?"
"¡Soy Tod!"
156 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Me senté tan rápidamente que mi cabeza dio vueltas, y tuve que frotarme los
ojos para que las luces en la parte posterior de mis párpados dejaran de parpadear. -
"¿Nash te dio mi número?" Eso sonó sospechoso, incluso con el sueño que envolvía mi
cerebro como la niebla sobre un lago frío.
"No, no lo he llamado todavía. ¡Quería decírtelo a ti primero! "
"¡Deacuerdoooooooooo...!" - Aún así, incluso con información importante
prácticamente colgando de sus labios, no podía descartar el cómo y el porqué. - "¿De
dónde sacaste mi número?"
"Está programado en el teléfono de Nash".
"¿Y cómo conseguiste su teléfono?"
- "¡Él lo dejó en su armario!" - La voz de Tod era suave y despreocupada, y casi
me lo imaginaba encogiéndose de hombros mientras hablaba.
"¿Fuiste a su habitación? ¿Cómo entraste?" - Pero entonces lo recordé
desapareciendo de la vista de todos en el comedor del hospital. - "¡No importa!"
- "No te preocupes, ¡él no tiene ni idea!"
"¡Ese no es el tema!" - Gruñí y me incliné para tocar la base de mi lámpara de
contacto una vez. Se encendió a la vida en la luz más tenue. - "No puedes
simplemente esconderte en las casas sin permiso. Eso es allanamiento de morada. Es
una invasión de la privacidad. ¡Es escalofriante...!"
Tod sopló sobre la línea. - "Trabajo doce horas al día. No tengo que comer o
dormir. ¿Qué más se supone que haga con la otra mitad de mi vida después de la
muerte? "
Me apoyé en la cabecera y me quité el cabello enmarañado de la cara. - "No lo
sé. Ve a ver una película. Apúntate en algunas clases. Pero mantente fuera de…" - Me
senté, con sospecha mirando a mi propio entorno, mientras algo se me ocurrió. - "¿Has
estado en mi habitación?"
Una suave risa genuina sonó en la línea. - "Si supiera donde está tu habitación,
estaríamos hablando en persona.Desafortunadamente, Nash no tiene tu dirección en
su teléfono. O por escrito en algún lugar que pueda buscar sin despertarlo. "
"¡Gracias a Dios por los pequeños milagros!" - murmuré.
“Sin embargo, Él tiene su apellido. ¡Sra. Cavanaugh! "
157 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
¡Mierda! Con mi apellido y su poco conveniente método de viaje, no tardaría
mucho en averiguar dónde vivía.
El tío Brendon tal vez tenía razón sobre los Ángeles de la muerte.
"¿No quieres saber por qué te llamo, Kaylee Cavanaugh?" - Se burló.
"¡Hum... sí!" - Pero ya no estaba segura de quepor la información valiera
realmente la pena el tener que tratar con Tod-el ángel de la muerte, que parecía más y
más "mortal" con cada palabra que decía.
"Bien. Pero probablemente, debería decirte que los términos de nuestro
acuerdo han cambiado".
Me mordí el labio inferior, cortando un gruñido de frustración. - "¿Qué significa
eso?"
Se escuchaba el crujir de resortes através del teléfono, mientras se acomodaba
más en lo que sea que estaba sentado, y casi pude saborear su satisfacción filtrándose
a través del auricular.- "Acordé mirar la lista a cambio de tu apellido. He hecho mi
parte, pero ya no necesito el reembolso acordado. Afortunadamente para ti, ¡estoy
dispuesto a renegociar!"
"¿Qué quieres?" - Le pregunté, complacida de escuchar que la sospecha era
tan espesa en mi voz como en la de él el deleite.
"¡Tu dirección!"
"¡No!" - No tenía ni que pensar al respecto. - "No quiero que andespor aquí
espiándome." - O que se revele a Sofía, cuyos padres no querían que ella estuviera
expuesta a este valiente nuevo Mundo de las tinieblas.
"¡Oh, vamos, Kaylee! Yo no haría eso."
Puse los ojos en blanco, aunque no podía verme. - "¿Cómo sé eso? Estás en
casa de Nash esta noche".
"¡Eso es diferente!"
"¿Cómo de diferente?" - Me tiré encima de mi cobertor hasta la cintura y dejé
caer hacia atrás mi cabeza contra mi cabecera.
"Esto... no importa."
-"Dímelo."
El dudó y unas bisagras chirriaban de nuevo en su extremo de la conexión. -
"Conozco a Nash desde hace mucho tiempo. Y a veces, sólo... ¡no quiero estar solo!" -
158 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
La vulnerabilidad de su voz resonó en mi corazón, logrando confundirme más.
Pero, entonces, sus palabras fueron procesadas en mi cabeza.
"¿Has hecho esto antes? ¡Qué…! ¿Pasas el rato allí? "
"¡No! No es así. ¡Kaylee... no le puedes decir!" - A pesar de la seriedad de sus
súplicas, sabía que Tod no tenía miedo de Nash. Tenía miedo de la vergüenza. Supongo
que algunas cosas no cambian en la otra vida.
"No puedo dejar de decírselo. ¡Tod, se supone que él es tu amigo!- " Por lo
menos, solía serlo. - "¡Él tiene derecho a saber que le has estado espiando!"
"¡No estoy espiándolo! No me importa lo que está haciendo, y nunca he…” - Se
detuvo, y su voz se volvió dura. - "Mira, jura que no le dirás nada y te diré de lo que
me enteré de la lista."
Levanté las cejas por la sorpresa hasta la mitad de mi frente. ¿Él estaba
dispuesto a pagarme para mantener su pequeño secreto?
Estupendo. Pero... - "¿Por qué confiarías en que no se lo voy a decir?"
"Porque Nash dijo que tú no mientes."
¡Genial! Un ángel de la muerte sombrío me tenía agarrada por mi honor. -
"Bien. Te juro que no le diré nada a cambio de lo que te enteraste de la lista.
Pero…¡tienes que jurar que permanecerás fuera de su casa! "
Por un momento, sólo hubo silencio en la línea — Tod, obviamente, estaba
luchando con su decisión. ¿Qué puede ser tan importante para rondar en la casa de
Nash? ¿Por qué diablos iba a tener necesidad de volver?
"¡Es un trato!", - dijo finalmente, y exhalé por el alivio. Por alguna razón,
estaba segura de que también cumpliría su palabra.
"¡Bien!" - Me quité el cubrecama. Estaba despierta, así que bien podía estar
levantada.- "¿Así que le distes un vistazo a las listas?"
"Descansé un poquito allí. Mi jefe estuvo fuera de la oficina durante casi una
hora, tratando con algún tipo de complicación en el extremo norte del distrito. Y ya
que, de casualidad,me sé su contraseña…"
"¿Cómo es que, casualmente, te sabes su contraseña?" - Me hundí en mi silla
de escritorio y saqué un bolígrafo de color azul metálico de una vasija de barro, que
había hecho en Chicas Exploradoras hace una década, y luego empecé a hacer
garabatos en una libreta de color púrpura.
159 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"El mes pasado, accidentalmente, cerró el sistema dejándose a sí mismo fuera
y, como soy yo el único ángel de la muerte de la época digital, soy el técnico de
planta”.
¡Oh!¡Qué raro!Pero me lo tragué. - "¿Y qué hay acerca de las listas?"
"¡No estaban allí!"
"¿Qué?" - Boté la pluma; la ira abría un sendero al rojo vivo por mi columna
vertebral, astillas ardieron hasta las puntas de mis dedos… ¿Acababa de negociar para
nada? ¿Juré mantener un secreto, ocultándoselo a Nash, sólo para descubrir que Tod
no pudo echar un vistazo a las listas?\
"¡Los nombres!¡No estaban allí! "- aclaró, y el alivio derritió la mayoría de mi
irritación, seguido rápidamente por el temor renovado en nombre de todas las chicas
que yo conocía.
"Tenías razón" - continuó Tod. - "¡Ninguna de esas chicas iba a morir!"
DESPUÉS DE HABLAR CON TOD no podía dormir. Tenía que contarle a mi tío
que mi sospecha estaba confirmada: uno de los ángeles de la muerte, compañero de
Tod, estaba trabajando horas extras, arrebatando algunas almas no autorizadas. Pero
no veía ninguna razón para despertarlo después de sólo dos horas de sueño, incluso
por noticias de esta magnitud. Ninguna de las otras chicas había muerto antes del
mediodía, por lo que, si el patrón persistía, teníamos un rato antes de que la próxima
muriera.
Se lo contaría a mi tío y a mi padre al mismo tiempo, así no tendría que decirlo
dos veces. Y por la mañana, así esperaba que pudieraevitar tener que explicar cómo un
ángel de la muerte tiene mi número de teléfono y por qué me había llamado en medio
de la noche.
Pero tenía que contárselo a Nash, no podía esperar.
Mi pulso dio un vuelco cuando me desplacé a través de mi lista de contactos
buscando su nombre; mi corazón estaba apesadumbrado con lo que tenía que decirle
y, también, con lo que había jurado no decirle. Creía firmemente que guardar secretos
no era bueno para ningunarelación y mi familia era la prueba viviente de eso. Pero
Tod había jurado no volver a la casa de Nash, por lo que su secreto ahora era
inofensivo, y por lo tanto más que justo por las vidas que pueden ser salvadas al
quedarme callada.
160 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
¿Verdad?
El teléfono sonó tres veces en mi oído con una lentitud angustiosa. Aún así,
parte de mí, esperaba que él no contestara. Que podría tener un par de horas más
para decírselo a Nash.
Me contestó en el cuarto timbrado.
"¿Hola?" - Nash sonó tan cansado como yo me sentía.
"¡Hey, soy yo!" - Demasiado nerviosa como para sentarme ahora, me puse a
caminar a lo largo de mi cama.
"¿Kaylee?" - Se puso instantáneamente alerta, una capacidad que
verdaderamente le envidiaba. - "¿Qué pasa?"
Cogí un pisapapeles de cristal, redondo, de mi tocador y lo hice rodar entre mis
manos al hablar; mi cabeza estaba torcida en un ángulo doloroso, con el delgado
teléfono sujeto entre mi hombro y mi oreja. - "¡Las chicas no estaban en la lista!"
"¿No lo estaban? ¿Cómo lo sabes…?" - Su aliento siseó por el enfado y yo cerré
los ojos, a la espera de su explosión. - "¡Ese bastardo! ¿Te encontró? "
"Sólo mi número de teléfono".
-“¿Cómo?"
"Yo... ¡tendrás que preguntárselo a él!" - Había jurado no decirle nada a Nash,
pero no iba a mentir.
"No hay problema." - Algo arañó la boquilla mientras él la cubría, pero aún así
le oí gritar. - "¡Sal, Tod!”
“¿Sabías que estaba allí?" - No podía evitar una sonrisa, aún sabiendo lo
molesto que él estaba.
"¡No es ni la mitad de sigiloso como él cree que es!" - Nash gruñó.
Puse la bola de cristal en mi tocador y tomé de nuevo el teléfono en mi mano,
dándome la vuelta para evitar ver mi cama en el espejo. - "¡Tú tampoco! Tu mamá va
a despertarse si no dejas de gritar”.
"Ella está trabajando de once a siete en el hospital esta noche."
"Bueno, ¡estoy segura de que Tod se ha ido!" - Seguramente no me había
llamado desde la casa de Nash....
Una puerta chirrió al abrirse, en la línea, y tablas crujían bajo los pies de Nash. -
"¡Él todavía está aquí!"
161 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"¿Cómo lo sabes?"
¡Sólo lo sé!" - Otra pausa, y esta vez no se molestó en cubrir el teléfono,
porque había acabado de gritar. - "¡No estoy jugando, Tod! Si no te muestras en cinco
segundos, voy a llamar a tu jefe. "
"¡No tienes su número!" - La voz de Tod era inconfundible, incluso en un
susurro. ¡El, me había llamado desde la casa de Nash!
¿Por qué? ¿Sólo para restregárselo en la cara a mi novio?
"¡Te dije que te mantuvieras alejado de ella!" - La voz de Nash era tan
profunda por la ira que era casi irreconocible.
Por el contrario, Tod sonaba tan tranquilo como siempre, lo que
probablemente hacía que Nash se enfureciera aún más. - "Y no me he acercado, pero
eso no es por nada de lo que tú hayas dicho. ¡Ella no me ha invitado! "
¡Todavía...! Los tres oímos el calificativo tácito, e incluso, a través del teléfono,
podía sentir la ira de Nash.
Luego lo oí.
"¿Qué diablos crees que estás haciendo?" - Exigió, y su voz se había vuelto
suave y peligrosa.
"No tengo que obedecerte, Nash."
"¡Fuera de mi cuarto! ¡Sal de esta casa y mantente alejado de Kaylee! O te juro
que voy a ir al hospital mañana y haréque tu turno sea un infierno envida."
Me quedé inmóvil en el centro de mi alfombra morada, horrorizada por la idea
de interponerme entre un ángel de la muerte y su víctima. - "¡Nash, él estaba
haciéndonos un favor!” - Pero ambos me ignoraron.
"Tú ven a mi trabajo otra vez y cazaré tu culo como ¡el fantasma de las
Navidades pasadas!" - Tod gritó.
"Esa fue caza de una noche" - murmuró Nash, pero el ángel de la muerte no
respondió y, finalmente, Nash suspiró.
Luego sonaba un frufrú de roces de tela mientras se dejaba caer en, lo que
supuse que era, su sofá. - "¡Se ha ido!"
"¿Por qué no me dijiste que él estaba muerto?"
"Porque ya estaba bombardeándote con información a diestras y siniestras, y
tenía miedo de que un hecho sobrenatural más pudiera asustarte."
162 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
"¡No más secretos, Nash!" - Irritada, me hundí en la alfombra y tiré de los
sinuosos hilos morados en el tenue resplandor de la lámpara. - "No soy frágil. A partir
de ahora, ¡me dirás todo! "
"Está bien. ¡Lo siento! ¿Quieres saber acerca de Tod?" - Su voz se volvió
distante, como si se arrepintiera de ofrecerlo incluso antes de haber terminado de
decir las palabras.
Me metí en mi cama y apagué la lámpara de contacto, luego me quedé con una
mejilla sobre la superficie fría de la almohada. - "No todo. Pero, al menos, ¡lo que sea
relevante para mí!"
Nash exhaló profundamente, y casi podía sentir su renuencia. Una parte de mí
quería retractarse y decirle que no me debía ninguna respuesta. Pero no lo hice,
porque la otra mitad de mí insistió en que necesitaba esas respuestas. El
comportamiento de Tod me dio miedo y si Nash tenía información, que pudiera
ayudarme a entender en lo que me estaba metiendo, la quería.
"Lo conozco desde siempre" - comenzó Nash, y me quedé quieta para
asegurarme de no perderme nada. Fue raro de la mejor forma posible, hablando con
él en medio de la noche, a oscuras, en mi cama. Su voz era íntima, casi como si
estuviera susurrándome al oído. Y ese mismo pensamiento hizo que mi pulso se
acelerara más y me calentara todo el cuerpo. -"Solíamos ser cercanos. Luego él murió,
hace un par de años, y los ángeles de la muerte lo reclutaron. Él cogió el trabajo
porque es la única manera de permanecer aquí. ¡Con los vivos!Pero pasó una época
difícil para cumplir con su deber y adaptarse al trabajo."
Nash hizo una pausa, luego su voz se volvió casi nostálgica. - "Por eso pensé
que sería capaz de ayudarle a entender la muerte, que es una parte necesaria de la
vida. Porque pasé por lo mismo, queriendo salvar a todos. ¡Pero lo superó, Kaylee!Y su
ajuste vino con graves consecuencias. Él ya no piensa en las cosas de la manera en que
lo hacemos. No tienen los mismos valores y preocupaciones. Él es realmente un ángel
de la muerte ahora. ¡Es Peligroso!"
Fruncí el ceño, pensando en lo que ahora sabía de Tod que Nash no sabía. –
"Tal vez no es tan peligroso como piensas. ¡Tal vez sólo necesita... compañía!"
"Él entró en mi casa para buscar tu número de teléfono. Si fuera humano, le
hubiera hecho arrestar. Tal y como están las cosas no hay mucho que puedo hacer,
163 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
excepto delatarlo a su jefe" - Lo que era lo mismo que matar a Tod. - "Juro, si no
estuviera ya muerto, que lo mataría yo mismo. ¡Lo siento, Kaylee!¡Nunca debería de
haberte llevado con él! "
Sola en mi habitación, suspiré y me volví sobre mi lado izquierdo, sosteniendo
el teléfono en mi oreja derecha. - "Él fue a buscar información para nosotros."
"Más algo extra, según parece." - Nash suspiró pesadamente y pareció
calmarse.
Me senté en mi cama y deslicé los pies fríos por debajo de las mantas. -
"¡Estaba tratando de ayudar!"
"Esa es la cosa… ¡no es un mal tipo! Pero desde... el cambio... él sólo ayuda en
sus propios términos y no hará nada que no sea beneficioso para él. Ponerte en deuda
con alguien así— sobre todo un ángel de la muerte— es una muy mala idea.
Tendríamos que haberlo resuelto sin su ayuda. "
No tenía idea de qué decir. Sí, Tod había cruzado una línea muy importante.
Varias líneas, de hecho. Pero, por la propia admisión de Nash, el ángel de la muerte no
era mala persona. Y lo había hecho por nosotros, es una manera de hablar.
Los resortes gimieron mientras Nash se movía en su asiento. - "Entonces, ¿cuál
es el plan? Todavía no sabemos quién será la próxima chica ni tampoco si habrá una".
Apreté mis ojos cerrados, sin saber cómo iba a reaccionar a mis noticias. -
"¡Llamé a la caballería!"
"¿La qué?"
"¡Mi tío!¡Y mi papá!" - Ahora sintiéndome más despierta, toqué la lámpara de
nuevo y la habitación se iluminó más. - "Tío Brendon me dijo que iba averiguar lo que
estaba pasando si le prometía quedarme lejos de esto."
Nash soltó una risa ronca que envió un rayo de calor abrasador a través de mí. -
"¡Sabía que me gustaba tu tío!"
Sonreí. - "Él no es malo. Dejandotodas las mentiras a un lado. Voy a hablarles
de la lista a la mañana."
"¿Me pondrás al corriente en el cementerio?"
"¡En el camino!Suponiendo que todavía quieras dar un paseo." - Una sensación
de calor corría en mi interior con la idea de volver a verlo.
"Me encantaría dar un paseo.
164 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPÍTULO 15
TRADUCIDO POR MEI
Por la mañana me desperté y me encontré la luz del día que entraba en mi
cuarto, através de las rendijas de las persianas, y la puerta de mi cuarto estaba
resonando y sacudiéndose bajo el puño de alguien. - "¡Kaylee, saca tu perezoso culo de
la cama!" - Gritó Sophie -"Tu papá está al teléfono."
Me di la vuelta, quitándome de encima el cubrecama, y miré el reloj alarma en
mi mesilla de noche. 8:45 am. ¿Por qué llamaría mi padre cuando me vería en menos
de una hora? ¿Para decirme que había aterrizado? O que no había aterrizado...
¡No iba a venir! ¡Debí de haberlo sabido!
Por un momento, no le hice caso a mi prima y miré los gruesos bordes a lo largo
del techo, dejando que mi temperamento se calentara lentamente justo debajo de la
superficie. No había visto a mi padre en más de dieciocho meses, y ahora ni siquiera va
a venir a explicarme porqué nunca me dijo que no era humana.
¡No es que lo necesitara! Gracias a su cobardía tenía un conjunto perfecto de
guardianes a mi disposición. Pero él me debía una explicación y, si no lo iba a
conseguir en persona, podría, al menos, exigirla por teléfono.
Arrojé las sábanas y me metí en los pantalones de pijama que estaban en el
suelo, y, cuando abrí la puerta, allí estaba Sophie, completamente vestida y
maquillada, luciendo fresca y arreglada, tal y como siempre la había visto. El único
rastro de que había inducido químicamente su noche de sueño era la ligera hinchazón
alrededor de sus ojos, que probablemente se iría dentro de una hora.
La última vez que tomé una de las píldoras de zombis, desperté con el aspecto
de alguien atropellado en la calle.
"¡Gracias!" - Tomé el teléfono fijo de la mano de Sophie y ella sólo asintió con
la cabeza, entonces giró y bajó con paso lento hasta el pasillo, sin su habitual energía
de obsérvenme caminar.
165 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Pateé la puerta para cerrarla y sostuve el teléfono inalámbrico en mi oído. Se
sentía enorme e incómodo en comparación con mimóvil y no podía recordar la última
vez que sostuve el teléfono de casa.
“Pudiste haber llamado a mi móvil " - dije en el receptor.
“Lo sé”
La voz de mi padre era justo como la recordaba… profunda, suave y distante.
Probablemente sigue luciendo el mismo aspecto, lo que significa que mi apariencia
será una sorpresa para él, a pesar de su comprensión con el paso del tiempo. Tenía
casi 15 años la última vez que lo había visto. Las cosas habían cambiado, yo había
cambiado.
"Tengo este número de memoria, por lo que es más fácil" - continuó. Esa es la
forma de decir del padre ausente:-“Estoy demasiado avergonzado para admitir que no
recuerdo tu número de móvil, a pesar de que pago la factura.”
"Así que déjame adivinar…" - Saqué la silla de mi escritorio y me dejé caer en
ella mientras pinchaba el botón de encendido de mi computadora sólo para mantener
las manos ocupadas. - “No vas a venir”.
"¡Por supuesto que voy!" - Casi pude verlo frunciendo el ceño sobre la línea, y
fue entonces cuando me di cuenta de que también podía oír el ruido del fondo. Se
escuchaba la voz de un funcionario sobre un altavoz. Fragmentosal azar de
conversación. Ecos de los pasos.
Estaba en el aeropuerto.
"Mi vuelo ha sido retrasado por problemas con el motor en Chicago. Pero, con
un poco de suerte, estaré ahí esta noche. ¡Sólo quería hacerte saber que llegaría
tarde!”
"¡Oh!¡Está bien!” - Así que me alegro de no haber comenzado a exigir que me
diga todo por teléfono. - "Supongo que te veré esta noche."
"¡Sí!" - Y entonces el silencio se apoderó de la línea porque él no sabía qué
decir, y yo no se lo iba hacer más fácil hablando yo primero. Por último, se aclaró la
garganta. - "¿Estás bien?"
Su voz...se sentía pesada, como si quisiera decir algo más, pero dejó las
palabras sin pronunciar, colgando.
166 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“¡Bien!” - No es como si él pudiera arreglarlo si no lo estuviera. Pensé mientras
meneaba el ratón para encontrar el cursor en la pantalla. - “Se necesitaba algo de
tiempo para acostumbrarse a todo, pero ya estoy lista para enterarme de todos los
secretos”.
“¡Siento mucho todo esto, Kaylee! Sé que te debo la verdad—sobre todo—
pero algunas cosas… no será fácil para mí decírtelas, así que necesito que tengas
paciencia. ¡Por favor! "
“¡Como si tuviera elección!”- Estaba tan furiosa, por la mentira masiva que era
mi vida, como desesperada por saber por qué me habían mentido todos, en primer
lugar. Seguramente ellos tenían una buena razón paradejarme pensar que estaba loca
y no haber dicho la verdad.
Mi padre suspiró. - "¿Puedo llevarte a cenar cuando llegue?"
"Bueno, voy a tener que comer algo."
Le di doble clic a mi navegador de Internet y escribí el nombre de una estación
de noticias locales en la barra de búsqueda, con la esperanza de una actualización.
Él dudó por un momento más largo, como esperando más, y pese a lo mucho
que una parte de mí deseaba hablar, quería ahorrar ese terrible silencio que había
sufrido, me resistí. Visitas de cumpleaños y tarjetas de Navidad no fueron suficientes
para mantener su lugar en mi vida. Especialmente desde que ellas dejaron de llegar… -
"Te veo esta noche, entonces."
- “De acuerdo”. - Colgué el teléfono y lo dejé en el escritorio, mirándolo sin
expresión durante varios segundos.
Entonces saqué el suspiro que no me había dado cuenta que estaba reteniendo
y me desplacé a través de los títulos o titulares en la pantalla, con la esperanza de
sacar a mi padre de mis pensamientos. ¡Al menos hasta que apareciera en el porche!
No había nada nuevo acerca de Alyson Baker o Meredith Cole, pero el juez de
instrucción había declarado oficialmente la causa de muerte de Heidi Anderson.
Insuficiencia cardíaca. Pero ¿no era en última instanciapor la que todos murieron? Sin
embargo, en el caso de Heidi no había causa para su insuficiencia cardíaca. Tal y como
siempre supe, ella simplemente murió.
Frustrada de nuevo apagué el ordenador y coloqué el teléfono en su base, de
camino al baño. Veinte minutos después, duchada, secada, y vestida, me senté en la
167 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
barra de la cocina con un vaso de jugo y una barra de granola. Acababa de abrir la
envoltura cuando la tía Val entró, envuelta en la bata de felpa de mi tío, en lugar de la
bata de seda que siempre usaba. Su pelo era una maraña grande y rubia, el gel
estilizador de ayer mantenía diferentes mechones en lugares extraños, como un
rockero pop.
El delineador de ojos se le había corrido de los ojos y su piel estaba pálida bajo
esas persistentes manchas de rubor y de base. Deambuló directamente hacia la
cafetera llena y humeante. Durante varios minutos mastiqué en silencio mientras ella
bebía, pero la segunda vez que fue a traer otra taza, la cafeína ya hacía efecto.
"¡Lamento lo de anoche, cariño!" - Pasó una mano por su cabellotratando de
alisarlo.- “No tenía la intención de avergonzarte en frente de tu novio”
“¡Está bien!” - Arrugué el envoltorio y lo lancé al bote de basura que estaba en
el otro extremo de la habitación. - “Había demasiadas cosas saliendo mal como para
preocuparse de una tía borracha”
Hizo una mueca, y luego asintió. - "Supongo que me lo merecía."
Al ver su expresión de dolor en cada movimiento que hacía—era como si el
contacto con el mero aire doliera—me hizo sentirme culpable.
“¡No, no lo merecías!¡Lo lamento!”
“¡Yo también!” - Tía Val forzó una sonrisa. - "No puedo empezar a decirte
cuánto lo siento. ¡Nada de esto es tu culpa...! " - Bajó la mirada hacia su café, como si
tuviera más que decir pero las palabras se hubieran caído en la taza, y ya estaban
demasiado húmedas para usarlas.
"¡No te preocupes por eso!" - Terminé mi jugo de naranja y coloqué el vaso en
el fregadero, luego me dirigí hacia mi habitación, donde le envié un mensaje de texto a
Emma para asegurarme de que iría al funeral.
Su madre dijo que me vería ahí en unos 15 minutos antes— un cuarto para la
una.
El resto de la mañana la pasé en una interminable cadena de televisión sin
sentido, y navegando por internet.
Traté dos veces de encontrar solo a mi tío para pasarle la información que me
había dado Tod; pero, siempre que lo encontraba, él estaba con una Sophie muy
sombría, que no quería despegársele y que parecía temerle al funeral tanto como yo.
168 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Después de un temprano almuerzo, el cual sólo pude mordisquear, me cambié
la camiseta, esperando que mi blusa negra de manga larga fuera un traje apropiado
para el funeral de alguien a quien no había logrado salvar. En mi camino a la puerta, vi
a Sophie sentada en un banco de la sala con las manos enlazadas sobre la falda de su
vestido negro, con su cabeza inclinada para que su largo cabello rubio cayera casi
sobre su pecho. Ella lucía tan triste, tan perdida que, a pesar de que odié estropear el
viaje a solas que tenía con Nash, le ofrecí un paseo a la escuela.
"Mamá me llevará" - dijo, brevemente, encontrando mi mirada fija con sus
ojos grandes y tristes.
“Está bien.” - ¡Menos mal!
Aparqué en la entrada de la casa de Nash cinco minutos después, y esperé
nerviosamente a que entrara en el auto. Tenía miedo de hablar con él, pensaba que
estaríaincómodo, no sería raro, después de la luchaa media noche con Tod y la
reluctante discusión de ello conmigo.
Sin embargo se inclinó para besarme tan pronto como la puerta de su lado se
cerró, y por la profundidad de ese beso—y el hecho de que ninguno de los dos parecía
querer ponerle fin—suponía que había superado la sensación de incomodidad.
El estacionamiento de la escuela estaba repleto. Desbordante. Habían venido
muchos padres, así como algunos funcionarios de la ciudad. Y, según el periódico de la
mañana, la escuela había llamado a unos consejeros adicionales para ayudar a los
estudiantes a aprender a lidiar con su dolor. Tuvimos que aparcar a un lado de la
carretera más cercana al gimnasio y caminar cerca de un cuarto de milla. Nash me
tomó de la mano en el camino, y nos encontramos con Emma en la puerta principal,
donde una de sus hermanas la había dejado. Le había prometido darle un paseo de
vuelta a su casa.
Emma lucía como una mierda. Llevaba el pelo recogido en una cola de caballo
apretada, sin adornos, y no se veía el más mínimo rastro de maquillaje. Y si sus ojos
enrojecidos eran alguna indicación, había estado llorando. Pero ella no conocía a
Meredith más que yo.
“¿Estás bien?” - Deslicé mi brazo alrededor de su cintura mientras nos
dirigíamos al conjunto de puertas dobles, junto a la multitud.
169 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“Sí. Es sólo que…¡todo esto es tan extraño! Primero la chica del club, después
la de la películas y ahora una de nuestra propia escuela. Todo el mundo está hablando
de ello. Y ni siquiera saben de ti.” - Dijo, susurrando la última palabra.
"Bueno, ¡esto se pone aún más extraño!" - Nash y yo la guiamos hacia unaula
vacía, cerca de los baños. No había tenido la oportunidad de decirle ninguno de los
últimos acontecimientos y, por una vez, me alegré de que le hubieran quitado su
teléfono. De no haber sido así, ya le habría soltado toda la historia—listas de la
muerte, Bean Sidhes, y ángeles de la muerte—antes de haberlo meditado bien. ¡Lo
que probablemente la habría asustado más!
“¿Cómo podría esto volverse más raro?” - Emma expandió los brazos para
señalar al gentío sombrío del vestíbulo.
"Algo anda mal. ¡Ellos no tenían que morir!" - Dije en voz baja, poniéndome de
puntillas mientras me acerqué a su oreja, Nash se me acercaba más por el otro lado.
Los ojos de Emma se agrandaron. - “¿Qué significa eso? ¿Quién se supone está
destinado a morir?”.
Miré a Nash y él me dio una pequeña sacudida con la cabeza. Nosotros
realmente debíamos haber hablado sobre cuánto decirle a Emma. - "Hum. Algunas
personas tienen que morir o el mundo estaría superpoblado. Como... ¡la gente de edad
avanzada! Ellos han vivido una vida plena. Incluso, algunos de ellos están listos para
irse. Pero los adolescentes son demasiado jóvenes. Meredith debería haber tenido la
mayor parte de su vida delante de ella."
Emma me frunció el ceño como si hubiera perdido la cabeza. O, por lo menos,
varios puntos de CI (coeficiencia intelectual). No soy una mentirosa muy buena.
Aunque, técnicamente, no le estaba mintiendo. Con Emma aún tratando de entender
mi versión sobre la muerte, Nash nos dirigió entre el gentío que había en el gimnasio
donde encontramos asientos en las gradas, cerca de la mitad del lado de los visitantes
y junto a varios cientos de personas.
Un escenario temporal se había creado bajo uno de los de básquetbol y varios
funcionarios de la escuela estaban allí sentados con la familia de Meredith, bajo la
bandera de la escuela y la del Estado y la bandera nacional.
Durante la siguiente hora y media escuchamos a los amigos y la familia de
Meredith, allí presentes, decirnos todo lo buena que era y lo bonita e inteligente y
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amable que había sido. En realidad no todos los elogios se hubieran aplicado a
Meredith de haber estado allí, con nosotros, pero los muertos tienen una forma de ser
santos a los ojos de los sobrevivientes, y la Srta. Cole no fue la excepción.
Y para ser justos, aparte de ser bella y popular, no era diferente de la mayoría
del resto de nosotros. Que fue precisamente la razón por la que todo el mundo estaba
conmocionado. Si Meredith podía morir, también podía cualquiera de nosotros. Se
humedecieron los ojos de Emma y mi propia visión se volvió borrosa por las lágrimas
cuando la señora Cole llegó hasta el podio, llorando amargamente.
Sophie se sentó en la fila de abajo, rodeada de bailarinas, sollozando con
pequeños trocitos de papel, y quitándose el rímel que se les había corrido, sacados de
sus pequeños bolsos de buen gusto. Varios de ellos hablaron, la mayoría compañeros
de Meredith, personas recitando serias frases con fresco entusiasmo. Meredith
hubiera querido que siguiéramos adelante. Ella amaba la vida y el baile, y no querría
que se detuvieran por su ausencia.Ella no los querría ver llorar.
Después de que la última clase de sus compañeros habló, una pantalla blanca
automatizada bajó desde el techo y alguien puso un video con fotografías de
Meredith, desde la infancia, con algunas sus canciones favoritas.
Durante el video, varios estudiantes se pusieron en pie y se dirigieron al
vestíbulo, donde los consejeros los esperaban. Lloriqueos y sollozos silenciosos
hicieron eco alrededor de nosotros, una comunidad de luto, y todo lo que podía
pensar era que si no encontrábamos al ángel de la muerte responsable de la muerte
no autorizada de Meredith, sucedería nuevamente.
Después de la conmemoración Nash, Emma y yo nos dirigimos lentamente por
las gradas, atrapados en la corriente progresiva de las personas que, en realidad,
estaban más interesadas en reconfortarse entre sí que en desocupar el edificio.
Eventualmente llegamos al suelo del gimnasio donde más gente se había
agrupado, gravitando en masa, hacia una de las cuatro salidas. Como habíamos
aparcado en frente de la escuela nos dirigimos a la puerta principal, avanzando
pulgada a pulgada.
Nash acababa de tomar mi mano, su brazo rozando el mío, cuando, de pronto,
una devastadora ola de tristeza cayó sobre mí, colocándose pesadamente en mi pecho
y en el estómago. Mis pulmones se apretaron y una picazón insoportable comenzó en
171 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
la base de mi garganta. Pero, esta vez, en lugar de lamentar en silencio el inicio de mi
pronóstico oscuro y la muerte inminente de otro compañero de clase, le di la
bienvenida.
El ángel de la muerte estaba aquí, ¡tendríamos nuestra oportunidad de
detenerlo!
172 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPÍTULO 16.
TRADUCCIDO POR BILLIE
Mi mano tomó la de Nash. Él me miró y abrió los ojos. - “¿Otra vez?” – me
susurró, acercándose tanto que sus labios rozaron mi oreja, pero sólo pude asentir. -
“¿Quién es?”
Sacudí la cabeza, mi respiración se volvía más rápida. Todavía no había
identificado la fuente. Había demasiada gente, en demasiados grupos formados muy
estrechamente. Todos los cuerpos, en colores oscuros, se fundían en un camuflaje
virtual de atuendos de funeral y, en algunos casos, no podía distinguir una forma de
otra.
Una descarga de incertidumbre atravesó mi corazón, penetrando mi
determinación como una lanza atraviesa la carne. ¿Qué tal si no puedo hacer eso?
¿Qué si no puedo encontrar a la víctima, y mucho menos salvarla...?
“De acuerdo, Kaylee, ¡tranquilízate!” - Sus palabras susurrantes corrieron
sobre mí con una sensación casi física de deslizamiento, tratando de calmarme incluso
mientras sus ojos remolineaban con un lento y fijo temor. - “Mira alrededor
lentamente. Podemos salvar a la siguiente. ¡Pero primero tienes que encontrarla!”
Intenté seguir sus instrucciones, pero el pánico era demasiado estridente; un
zumbido privado y frenético mientras el grito crecía dentro de mi cabeza. Eso
interrumpía el pensamiento. Volvía la lógica un concepto abstracto.
Nash pareció comprender. Él se paró delante de mí para que estuviéramos cara
a cara, con su nariz a centímetros de mi frente. Me miró a los ojos y tomó mis manos
entre las suyas. La multitud avanzaba, apartándose para fluir alrededor de nosotros
como agua alrededor de un brote de rocas en medio del río. Varias personas nos
miraron, pero ninguna se detuvo- no era la única joven teniendo una crisis pública en
el gimnasio, y la mayoría de las otras eran mucho más audibles que la mía. ¡Al menos
por el momento!
Apreté la mandíbula, conteniendo la canción del alma más fuerte que había
sentido mientras dejaba que mi mirada paseara sobre la multitud, pasando sobre los
173 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
chicos y adultos y demorándome en las chicas. Ella estaba allí, en alguna parte, e iba a
morir. No había nada que yo pudiera hacer para evitarlo. Pero si la encontraba a
tiempo y si en verdad era capaz de hacer lo que Nash me había explicado, podía
traerla de regreso. ¡Podíamos traerla de regreso!
Entonces de lo único que tendríamos que preocuparnos sería en evitar la furia
de este ángel de la muerte.
Puede haber sido coincidencia o quizás mi muy real necesidad, a pesar de
nuestra tensa relación, de ver que mi prima estaba a salvo, pero mi mirada se fijó
primero en Sophie. Estaba parada bajo la canasta, en el lado opuesto del gimnasio, con
un grupo de amigas con ojos lloroso, y con los brazos enlazados en un abrazo de pesar.
Pero ninguno de esos rostros rojos y húmedos intensificó mi pánico y ni una de ellas
estaba envuelta en un velo de sombras que sólo yo podía ver. Las chicas estaban bien,
excepto por su pena. Afortunadamente, no tendría que añadir más a ella.
Luego mi visión encontró otro grupo de chicas jóvenes, de primer año, adiviné.
En cada lado que miraba había más chicas: algunas en vestidos, algunas con
pantalones oscuros, otras con jeans, el uniforme oficial de los adolescentes. Era como
si los jóvenes y los adultos ya no existieran. Mis ojos sólo eran atraídos hacia las
chicas.
Pero de todos los rostros- pecosos, bañados en lágrimas, delgados, redondos,
pálidos, oscuros y bronceados- ninguno retuvo mi mirada. Ninguno le gritaba a mi
alma.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad aunque no pudo haber
sido más de un minuto, mi mirada encontró a Nash otra vez. Mi mandíbula dolía por lo
apretada que la mantenía, mi garganta estaba áspera por contener el grito y mis uñas
habían dejado marcas en sus manos. Sacudí la cabeza y parpadeé para despejar las
lágrimas que se formaban en mis ojos. Ella todavía estaba allí, en algún lado-
basándome en la fuerza sin precedentes del llanto acumulándose dentro de mí- pero
no podía encontrarla.
“¡Inténtalo de nuevo!” - Nash apretó mis manos. - “¡Una vez más!” - Asentí y
me obligué a tragar el emergente sonido- una agonía comparable a la de tragar vidrios
rotos-pero esta vez las consecuencias de reprimirlo eran muy reales. La presión crecía
en mi pecho y en mi garganta y cada vez me convencía más de que, si no podía
174 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
liberarlo pronto o alejarme de la fuente, mi cuerpo se rompería en una herida abierta
de dolor.
Ahora desesperada miré sobre su hombro, donde la gente aún presionaba
lentamente hacia la salida. Todos en esa dirección estaban de espaldas a mí, con sus
identidades ocultas por las anónimas partes traseras de sus cabezas: Una delgada
pelirroja con largos y sueltos rulos. Dos chicas macizas con ondas negras idénticas. Una
morocha con cabello fino y tan liso como una regla. Ella se volvió y vi su perfil, pero el
pánico no aumentó.
Entonces una cabeza captó mi atención- otra rubia, como a quince pies de
distancia, con toda su figura oscurecida por una espesa y siniestra sombra que, de
alguna forma, no caía sobre nadie más. En el momento en que mi mirada la encontró
mi garganta convulsionó, luchando por liberar el llanto que mi mandíbula retenía. Mi
pecho gritaba por aire fresco, pero tenía miedo de dejarlo entrar, temerosa de que
alimentara el grito que todavía no estaba lista para dejar salir. La rubia era alta y
curvilínea, su cabello llegaba justo a la mitad de su espalda. Si hubiera tenido una
coleta, hubiera jurado que era Emma.
Pero fuera quien fuera estaba a punto de morir.
No podía hablar para advertirle a Nash, así que apreté su mano, un poco más
fuerte de lo que pretendía. Él comenzó a apartarse pero, luego, el entendimiento
agrandó sus ojos y volvió su boca en una línea firme.
“¿Dónde?” - Susurró con urgencia. - “¿Quién es?”
Ahora débil por resistirme a la canción, sólo pude asentir en la dirección de la
rubia, pero eso fue depoca ayuda. Mi gesto abarcaba al menos cincuenta personas,
más de la mitad de las chicas jóvenes.
“¡Muéstramela!” - Soltó mi mano izquierda pero retuvo la derecha. -
“¿Puedes caminar?”
Asentí, pero no estaba realmente segura de poder hacerlo. Mi cabeza resonaba
con el eco de los gritos no pronunciados, mis piernas se tambaleaban, y mi mano libre
apretaba el aire. Un suave y agudo maullido se filtraba ahora de mí, la canción se
colaba por entre mis labios imperfectamente sellados. Y con él vino una oscuridad
familiar, ese extraño filtro gris revistiendo mi visión. Se sentía como si el mundo se
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cerrara sobre mí mientras algo más-formas anómalas y un mundo que nadie más
podía ver- parecía desplegarse ante mis ojos.
Nash me empujó hacia delante. Tropecé y jadeé y mi mandíbula se abrió. Pero
él me enderezó bastante rápido y cerré mi boca con fuerza, mordiéndome la lengua en
un precipitado esfuerzo para evitar gritar. La sangre entró en mi boca, pero el siguiente
paso que di fue por voluntad propia. El dolor me había aclarado la cabeza. Mi visión
había vuelto a ser normal.
Avancé torpemente, con Nash guiándome, ajustando nuestro lento curso
cuando sacudía la cabeza. Solamente nos tomó doce pasos–los conté para mantener
mi concentración- y entonces la rubia estuvo a mi alcance, temporalmente atascada
por la multitud en su progreso hacia la puerta. Me paré detrás de ella y le asentí a
Nash.
El parecía enfermo. Su rostro palideció súbitamente y su garganta hizo un
esfuerzo grande por engullir algo que obviamente no quería decir. - “¿Segura?” –
Murmuró y asentí otra vez, con mi mandíbula ahora chirriando por el trabajo de
contener mi llanto. Estaba segura. ¡Esta era la indicada!
Nash alzó la mano, sus dedos temblandomientras atravesaban la espeluznante
envoltura de sombras y me miró una última vez. Luego apoyó su mano en el hombro
derecho de la chica.
Ella se volvió y mi corazón se paró.
¡Emma!
Ella se había soltado la coleta en algún momento y había avanzado delante de
nosotros cuando me demoré luchando contra el pánico.
Tuve que obligarme a respirar, forzar a mis pulmones a expandirse con mis
dientes aún apretados. Y mi visión se oscureció nuevamente. Se volvió borrosa. Esa
inquietante y oscura niebla se extendió sobre todo, así que veía el mundo a través de
una delgada e incolora bruma.
Emma me miró fijamente a través desus abiertos y melancólicos ojos,
atenuados por su propia sombra personal. Su expresión estaba llena de
entendimiento, pero aún así le faltaba la pieza vital del rompecabezas. - “Está
ocurriendo otra vez, ¿verdad?” - Me susurró, tomando mi mano libre en las suyas. –
“¿Quién es? ¿Ya lo sabes?”
176 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Asentí y, cuando parpadeé, dos lágrimas recorrieron mi rostro, quemándome
con sus trazos calientes y finos. Mientras observaba un chico de mi clase de biología
rozó el brazo de Emma, entrando y saliendo de su sombra personal sin la más mínima
señal de conciencia en sus ojos. Por todo nuestro alrededor estudiantes y padres se
movían con pasos lentos y sin rumbo, dirigiéndose gradualmente hacia las puertas.
Ajenos a la oscuridad del otro mundo que atravesaban. ¡A lo que pasaría en los
próximos instantes!
En la periferia de mi visión, algo cruzó apresuradamente la nebulosidad. Algo
alto, oscuro, y veloz. Mi corazón latía dolorosamente. Un pinchazo de adrenalina
apretó mi pecho. Mi mirada se lanzó para seguir a la extraña forma, pero desapareció
antes de que pudiera enfocarla, moviéndose fácilmente por la multitud sin golpear
ningún cuerpo. Pero no caminaba como nada que hubiera visto; lo hacía con una
peculiar y torcida gracia, como si tuviera demasiados miembros. O quizás muy pocos.
Y nadie más la veía.
Mis ojos se cerraron por el horror. Mi mente se rebeló ante lo que había visto,
descartándolo como imposible. Sabía que había otras cosas ahí fuera. Me lo habían
advertido. Incluso había vislumbrado cosas antes. Pero esto era demasiado; ¡sólo un
fino hilo de sonido escapaba de mi garganta tensamente cerrada!
“¡Tenemos que esperar!” - susurró Nash y mis ojos se abrieron, mi atención
volvió a Emma y al terrible asunto en nuestras manos. Aún así la sombra deforme
permanecía en mi mente, su extraño volumen impreso en el revés de mis párpados. –
“Ella debe morir antes de que la traigamos de regreso y cantar demasiado
pronto sería desperdiciar tu energía.”
¡No! Mi cabello golpeó mi rostro cuando sacudí la cabeza, negando
fervientemente lo que ya sabía que era verdad. ¡No podía dejar morir a Emma! No lo
haría. Pero no había nada que pudiera hacer para detenerlo y todos nosotros sabíamos
eso. ¡Excepto Emma!
“¿Qué?” - Pasó su mirada de mí a Nash, la confusión arrugaba su frente. - “¿De
qué está hablando?”
El sudor se juntaba en mis palmas y, por una vez, me alegré de no poder hablar.
De no poder responderle. En cambio tragué pesadamente, con mi garganta
cerrándose alrededor del llanto, quemándome por dentro. La niebla gris ahora era
177 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
más oscura aunque no más espesa. Podía ver a través de ella fácilmente, aunque
manchaba todo aquello en lo que mi vista aterrizaba, como si el gimnasio entero
hubiese sido cubierto con una nube de humo translúcido. Y aún había cosas
moviéndose en el borde de mi visión, atrayendo mis ojos, primero en una dirección,
luego hacia otra.
Habría dado lo que fuera por poder hablar en ese momento, no sólo para
advertir a Emma- porque evidentemente ese era un punto irrelevante- sino para
preguntarle a Nash qué diablos ocurría. ¿Podía ver lo que yo veía? Y más importante,
¿ellos podían vernos?
Mi cabeza giró rápidamente, mis ojos siguiendo una inquietante ráfaga de
movimiento, pero tardé demasiado. Giré en la dirección contraria, entrecerrando los
ojos en la fantasmal penumbra, cuando rastreé otro movimiento. Mi mandíbula dolía,
mi corazón palpitaba y la profunda quemazón en mi garganta crecía en volumen.
Aquellos que se encontraban cerca de nosotros se me quedaban mirando, apartando
la mirada sólo cuando Nash me abrazó apoyando mi cabeza en su hombro, como si me
consolase. Que era, en parte, lo que estaba haciendo.
“¡Kaylee, no!” - Susurró en mi cabello pero, esta vez, su Influencia fue de poca
ayuda. La urgencia de llorar era demasiado fuerte, la muerte venía demasiado rápido-
en la lejanía vi a Emma observándonos, aún envuelta en una casi sólida capa de
sombras. - “¡No las mires!”
¡Él también las ve! Eso respondía una de mis preguntas....
“¡Concéntrate en retenerlo!” - dijo. - “Tu gemido cierra la grieta pero no creo
que puedan vernos todavía. Lo harán cuando cantes pero no están aquí con nosotros,
no importa lo que parezca.”
¿Grieta? ¿Grieta entre qué y qué? ¿Nuestro mundo y el otro mundo? No es
bueno. No es para nada bueno...
Me aparté de sus brazos para ver su rostro, buscando respuestas en su
expresión pero no había ninguna. Probablemente porque no podía formular las
preguntas correctas.
Está bien. Ignoraría el raro velo de realidad gris, por imposible que pareciera.
¿Pero qué había del ángel de la muerte? Si Emma iba a morir- aunque sólo
temporalmente- no dejaría que sucediera sólo para nada.
178 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Miré deliberadamente a Emma para acentuar el efecto, mi corazón se rompía
un poco más por la clara alarma en su rostro; luego me encogí de hombros
exageradamente hacia Nash, todo el tiempo ahogando el grito que ahora se sentía
inmediato.
Por algún milagro, ¡él entendió!
“¡No puedes verlo hasta que quiera ser visto!” - Me recordó amablemente,
aproximándose para murmurar contra mi frente. Sus mismas palabras, el casi –
físicamente suave – satín del roce de su voz cargada de Influencia contra mi piel, hizo
que el pánico retrocediera un poco. No lo suficiente como para ofrecer mucho alivio,
pero suficiente para contener el grito por unos segundos más. - “Y apostaría mis
ahorros de toda la vida que no desea ser visto. Tienes que esperar. ¡Sólo retenlo un
poquito más!”
“¿Qué?” - Repitió Emma, apretando mi mano para captar mi atención.- “¿No
puedes ver a quién?¿Dónde…?”
Luego, a mitad de la oración, ella simplemente se colapsó.
Las piernas de Emma se doblaron debajo ella con mi mano aún aferrada a las
suyas. Su cabeza golpeó a la persona tras ella. Él se tambaleó y casi se cayó. Yo caí con
ella, con las lágrimas ahora fluyendo libremente. La mano de Nash resbaló de mi
agarre mientras mis rodillas chocaban con el suelo y el golpe reverberaba por todo mi
cuerpo. Y los ojos de Emma miraban a la nada, las ventanas de su alma abiertas de par
en par aunque era obvio que no había nadie en casa.
“¡Kaylee!” - Nash se arrojó al suelo al otro lado de Emma. Observó implorando
mientras la gente se giraba para ver, con sus ojos y bocas muy abiertos.
Apenas lo escuché. Ya no notaba la oscuridad ni el extraño movimiento
arrastrándose en el borde de mi visión.No podía pensar en nada más que en Emma y
en como yacía allí, sin moverse, mirando el techo como si pudiera ver a través de él.
“¡Déjalo salir, Kaylee! Canta para ella. ¡Llama a su alma para que pueda verla!
Mantenla tanto como puedas.”
Miré a Emma, hermosa incluso en la muerte. Sus dedos aún estaban cálidos en
los míos. Su cabello había caído sobre su hombro y las suaves puntas rozaban mi
brazo. Dejé caer mi cabeza hacia atrás y mi boca se abrió.
¡Luego grité!
179 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
El alarido emanó de mí en un agonizante torrente de notas abrasivas y
discordantes que rasgaron mi garganta, dejándola en carne viva, y parecieron
vaciarme, desde mis pies hasta lo alto de mi cabeza. Dolió como el infierno. Pero más
allá del dolor, sentí un irrefrenable alivio por dejar de ser el recipiente de tal barullo
sobrenatural y una pena agonizante por haber perdido a mi mejor amiga. ¡La prima
que debía haber tenido! Mi confidente, y a veces, mi cordura.
El gimnasio entero se inmovilizó en un instante. La gente se congelaba, luego se
giraban para observarme, la mayor parte tapándose los oídos con las manos y
haciendo muecas de dolor. Alguien más gritó- pude percibirlo porque su boca estaba
completamente abierta, aunque no podía oírla por el ruido mucho más poderoso que
provenía de mi propia boca.
Y, luego, antes de que siquiera pudiera procesar todas las miradas embobadas
dirigidas hacia mí, el mundo entero pareció moverse.
Esa delgada niebla gris se acomodó alrededor de mí, sobre todo lo que era
normal, aunque ese era más un sentimiento que un hecho físico. Las deformes y
extrañas criaturas que no podía enfocar antes, de repente, estaban por todos los
lados, intercaladas con la multitud humana y en algunos casos revistiéndola,
ojeándome como los estudiantes y padres, pero desde el lado lejano de la penumbra.
Eran grises, como si la niebla hubiese robado su color de alguna manera, y se veían
distantes, como si los observara a través de alguna clase de vidrio polarizado y sin
forma.
¿Era eso a lo que se refería Nash cuando dijo que, en realidad, no estarían con
nosotros? Porque si era así no podía apreciar mucho la diferencia. Estaban demasiado
cerca como para estar cómoda y se aproximaban más a cada segundo.
Una extraña criatura sin cabeza estaba parada a mi izquierda, entre dos chicos
vestidos con kakis arrugados, mirándome con ojos ubicados en su pecho desnudo,
entre pequeños e incoloros pezones. Una nariz rara y estrecha sobresalía del hueco
bajo su esternón y unos finos labios se abrían justo encima de su ombligo.
Sin mencionar cómo es que sabía que era un hombre...
Horrorizada, cerré los ojos y mi grito decayó. Pero entonces recordé a Emma.
¡Em me necesitaba!
180 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
No están aquí con nosotros. No están aquí con nosotros. La voz de Nash parecía
cantar desde dentro de mi cabeza. Dejé salir la canción otra vez maravillándome por la
capacidad de mis pulmones, y abrí los ojos. Estaba decidida a mirar sólo a Nash. Él
podía ayudarme a superar esto; ¡lo había hecho antes!
Pero, en cambio, mi mirada cayó en un hermoso hombre y en una mujer
caminando hacia mí a través de la multitud. Ellos parecían casi normales excepto por
su borroso color gris y la extraña y alongada proporción de sus miembros, y la cola
enroscada alrededor del delgado tobillo de la mujer. Mientras observaba
embelesadael hombre caminó atravesando a mi profesor de ciencia, ¡quién ni siquiera
se estremeció!
Eso es todo. ¡Suficiente! No podía soportar más monstruos grises. ¡Esta vez
miraría a Nash o a nada!
Mi garganta ardía. Mis oídos zumbaban. Mi corazón latía violentamente. Pero,
finalmente, el rostro de Nash entró en mi visión, justo frente a mí. Pero, para mi
desgracia, su mirada no encontró la mía. Él miraba embelesado el espacio sobre el
cuerpo de Emma, sus ojos entrecerrados con concentración, el rostro húmedo por el
sudor.
Miré hacia arriba y, de repente, lo comprendí. ¡Allí estaba Emma! No el cuerpo
enfriándose lentamente frente a mí. ¡La verdadera Emma! Era la cosa más asombrosa
que había visto en mi vida… ¡su alma colgaba en el aire entre nosotros! Si un alma
puede ser llamada cosa.
No era hermosa, como había esperado. No había una bola brillante de fría luz.
Ni un fantasma con forma de Emma flotando en una brisa etérea. Ella era oscura y sin
forma aunque translúcida… como una sombra clara y ondulante de...nada. Pero lo que
a su alma le faltaba en forma, le sobraba en sentimiento. Se sentía importante. ¡Vital!
Unos dedos fríos tocaron mi brazo y salté, segura de que una de las criaturas
del otro mundo había venido por mí. Pero sólo era la directora, arrodillándose a mi
lado, diciendo algo que no podía oír. Estaba preguntándome qué había pasado pero no
podía hablar. Trató de alejarme de Emma pero no me iban a quitar de ahí. ¡Ni iba a ser
silenciada!
Una mujer baja y redonda con un vestido como un saco apareció en el círculo
que se había formado alrededor de nosotros, apartando a la gente de su camino. Las
181 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
criaturas grises no la notaron y me di cuenta de que probablemente no podían verla.
Ni a ninguno de los otros humanos.
La mujer se acuclilló al lado de Nash y dijo algo pero él no le respondió. Su
mirada se había vuelto vidriosa, sus manos yacían flojas sobre su regazo. Cuando no
pudo hablar con Nash me dirigió una mirada extraña y se puso de pie. Ella se bamboleó
por un momento, luego dio la vuelta alrededor de él y se arrodilló al lado de la cabeza
de Emma para verificar su pulso.
Más gente se arrodillaba en el suelo con sus manos cubriéndose los oídos, sus
bocas moviéndose frenética e inútilmente. Ellos eran ajenos a las criaturas salpicadas
entre ellos, una condición que aparentemente era mutua. Un hombre alto y delgado
hacía gestos desesperados con ambos brazos y los humanos a su lado retrocedieron.
Las criaturas grises parecieron acercarse más, pero lo veía todo distante mientras el
grito aún destrozaba mi garganta, quemando como cuchillas raspando mi piel.
Entonces mis ojos volvieron al alma de Emma, que había comenzado a girar y
retorcerse frenéticamente. Una humeante punta se arrastraba hacia la esquina del
gimnasio, como si luchara para ir en esa dirección, mientras el resto se envolvía en sí
misma hundiéndose hacia el cuerpo de Emma como el extremo pesado de una gota de
lluvia.
Paralizada, ojeé a Nash para ver que el sudor goteaba por su rostro. Sus ojos
estaban abiertos pero no enfocados y sus manos apretaban en puños su pantalón
caqui. Y, mientras observaba, el alma descendió un poquito más, como si la gravedad
sobre el cuerpo de Emma hubiera sido empujadade alguna forma.
La gente corría alrededor de nosotros mirándome fijamente, gritando para ser
oídos sobre mí. Manos humanas tocaban mis brazos, tiraban de mi ropa, algunas
tratando de consolarme y de silenciar mi llanto, otras tratando de apartarme. Formas
raras e incoloras se agrupaban, en grupos de dos o tres, observando descaradamente,
murmurando palabras que no podía escuchar y que, probablemente, no habría
entendido. Y el alma de Emma se movía lentamente hacia su cuerpo, con ese extremo
humeante aún serpenteando hacia la esquina.
¡Nash casi la tenía! Pero si no podía hacerlo rápidosería demasiado tarde. Mi
voz ya estaba perdiendo volumen, mi garganta ahora vibraba con agonía, mis
pulmones quemaban por la necesidad de oxígeno.
182 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Entonces, por fin, la translúcida sombra se acomodó sobre el cuerpo de Emma
y pareció fundirse en él. En menos de un segundo, fue absorbida completamente.
Nash exhaló enérgicamente y parpadeó, secando el sudor de su frente con una
manga. Mi voz, finalmente, se rindió y mi boca se cerró con un chasquido seco,
llamativo en el súbito silencio. Y cada ser gris, cada voluta de niebla, simplemente,
desapareció de la existencia.
Por un momento, nadie se movió. Las manos sobre mí se quedaron quietas. Los
espectadores humanos se congelaron como si pudieran sentir la diferencia aunque,
claramente, no tenían ni idea de qué había ocurrido, aparte de que había parado de
gritar.
Mi mirada se clavó en Emma buscando algún signo de vida. Pecho que sube,
pulso. Habría tomado incluso un húmedo y mocoso estornudo. Pero, por varios
segundos de tortura, no tuvimos nada y estaba convencida que habíamos fallado.
¡Algo había salido mal! El ángel de la muerte invisible era demasiado fuerte. Yo era
demasiado débil. Nash estaba fuera de práctica.
Entonces…¡Emma respiró! Casi me lo perdí porque no hubo una bocanada
digna del Oscar. Ningún jadeo, ningún silbido, ninguna tos de ahogamiento para aflojar
pulmones lentos. Ella simplemente inhaló.
Mi cabeza cayó en mis manos, las lágrimas de alivio me inundaban. Reí pero no
produje ningún sonido. ¡En verdad había perdido la voz!
Emma abrió los ojos y el hechizo se rompió. Alguien en la multitud jadeó y, de
repente, todos estaban en movimiento, acercándose, susurrando a compañeros,
cubriéndose bocas abiertas con manos temblorosas.
Emma me miró y su frente se arrugó con confusión. - “¿Por qué... estoy en el
suelo?”
Abrí la boca para responder peroel dolor residual en mi garganta me recordó
que había perdido la voz. Nash me dedicó una mueca de total y estimulante triunfo y
respondió por mí.- “Estás bien. Creo que te desmayaste.”
“¡No tenía pulso...!” - La redonda mujer cayó sentada, con su rostro sonrojado
con desconcierto. - “Estaba...revisé... Debería estar...”
“¡Ella se desmayó!” - repitió Nash firmemente. - “Probablemente se golpeó la
cabeza cuando cayó, pero ahora está bien.”
183 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Para demostrarlo extendió la mano para que ella la tomase, luego la enderezó
con sus piernas estiradas en el suelo frente a ella.
“¡No deberías moverla!” – Le regañó la directora desde mi lado. - “Puede
haberse roto algo.”
“¡Estoy bien!” - La voz de Emma estaba llena de confusión. - “No me duele
nada.”
Un murmullo bajo se elevó a nuestro alrededor mientras las noticias se
esparcían hasta los que estaban demasiado lejos para haber visto el espectáculo.
Palabras susurradas, como “muerta” y “sin pulso” me alteraron, pero cuando
Nash se estiró sobre el regazo de Emma para tomar mi mano, la ansiedad retrocedió.
Hasta que un segundo grito quebró la calma creciente.
Las cabezas giraron y la gente jadeó. Emma y Nash observaban con horror
sobre mi hombro y me volví para seguir sus miradas.
La multitud aún nos rodeaba pero, a través de espacios entre los cuerpos, vi lo
suficiente para entender lo que había pasado.
¡Alguien más había caído!
No podía ver quién era porque alguien estaba inclinado ya sobre ella,
practicando el RCP. Pero supe, por la lisa falda negra y las delgadas y suaves
pantorrillas, que era una chica y sabía por el patrón que sería joven y hermosa.
La mano de Nash apretó la míay miré hacia arriba para encontrar su rostro tan
tenso por el arrepentimiento como seguramente lo estaba el mío. ¡Habíamos hecho lo
impensable! Habíamos salvado a Emma, a expensas de la vida de alguien más.
No una de las nuestras, sino la de una chica inocente que no tenía nada que
ver.
Arqueé ambas cejas en su dirección preguntándole silenciosamente si estaba
dispuesto a intentarlo otra vez. Él asintió gravemente pero se le veía mucho menos
confiado de que podríamos hacerlo. Y, en lo profundo de mi mente, una trágica
certeza permanecía: ¡si salvábamos a otra, el ángel de la muerte simplemente atacaría
otra vez!¡Y otra vez! O se llevaría a uno de nosotros. De cualquier forma, no podíamos
permitirnos jugar su juego.
¡Pero no podía dejar morir a alguien sin razón!
184 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Abrí la boca para gritary no salió nada. Me había olvidado de que mi voz había
desaparecido, y, esta vez, también lo había hecho la urgencia de gritar. No había
pánico. Ningún dolor fresco desgarrando el interior de mi garganta.
Horrorizadamiré a Nash en busca de consejo, pero él sólo frunció el ceño. - “Si
no puedes cantar ya se fue” - Susurró. - “La urgencia termina una vez que el ángel de la
muerte tiene su alma.”
Que era por lo cual mi canción para Meredith había finalizado tan pronto como
había muerto, no habíamos hecho un intento por su alma.
Devastada, sólo pude observar mientras la gente correteaba alrededor de la
chica muerta, tratando de ayudar, intentado ver, tratando de comprender. Y, en medio
de la confusión, uno de los espectadores llamó mi atención. Porque ella no estaba
mirando. Mientras todos los demás estaban concentrados en la chica que yacía en el
suelo del gimnasio, con un delgado brazo arrojado sobre la verde línea de tres puntos,
una mujer estaba parada en la esquina de atrás con su mirada fija en...mí.
No se movía y, de hecho, parecía inquietantemente congelada en contraste con
la conmoción que nos rodeaba. Mientras me observaba me sonrió lenta e
íntimamente, como si compartiéramos alguna clase de secreto.
Y lo hacíamos. ¡Ella era el ángel de la muerte!
“¡Nash...!” - Grazné y busqué su mano, dudando si quitar mis ojos de la
extrañamente inmóvil mujer.
“¡La veo!” - Pero apenas había pronunciado la última palabra cuando ella
desapareció. Se esfumó de la tierra, tan silenciosa y repentinamente como Tod lo
había hecho, y en el caos nadie pareció darse cuenta.
La frustración y la furia me quemaron, chamuscándome desde el interior. El
ángel de la muerte femenina se estaba burlando de nosotros.
Habíamos sabido la posible consecuencia y habíamos corrido el riesgo de todas
formas y, ahora, alguien había muerto para pagar por nuestra decisión. Y la ángel de la
muerte, probablemente, había sabido todo el tiempo que no podríamos detenerla.
Y la peor parte era que, cuando miré a Emma, quién no tenía ni idea de lo que
había costado su vida, no me arrepentí de mi elección. ¡Ni siquiera un poco!
185 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPITULO 17
TRADUCIDO POR CARMEN
DURANTE LOS SIGUIENTES minutos, los detalles se filtraron hasta nosotros por
medio de la multitud de espectadores, quienes ahora, gracias a Dios, enfocaban su
atención al otro lado del cuarto. La chica era de primer año. Una animadora cuyo
nombre era Julie Duke. Conocía ese nombre y logré evocar una vaga imagen de su
rostro. Ella era bonita y muy querida, y, si la memoria no me fallaba, más amigable y
transigente que la mayoría de las otras agita- pompones.
Cuando Julie siguió sin tener pulso, varios minutos después de sufrir el colapso,
los adultos comenzaron a dirigir a los estudiantes hacia las puertas, casi como una sola
entidad. A Nash y a míse nos permitió quedarnos porque éramos los que llevaríamos a
casa a Emma, pero los maestros no la dejarían salir hasta que los paramédicos la
hubieran examinado. Sin embargo, Julie era la prioridad en estos momentos, así que,
cuando los médicos llegaron, el Director los condujo directamente al grupo de
personas que se encontraban alrededor de ella.
¡Pero era demasiado tarde! Aún si no lo hubiese sabido ya, hubiera sido obvio
sólo con observar su postura, y la forma en la que hacían su trabajo, sin prisas;
eventualmente fue colocada en una camilla con ruedas y cubierta con una sábana.
Luego un único paramédico, vestido con pantalones negros y camisa de
uniforme, atravesó el gimnasio hacia nosotros, con el maletín de primeros auxilios en
la mano. Él examinó a Emma completamente, pero no encontró nada que pudiese
haber causado su colapso. Su pulso, presión sanguínea y respiración eran normales. Su
piel estaba ruborizada y sana, sus ojos se dilataban correctamente a la luz, y sus
reflejos respondían.
El médico concluyó que, simplemente, se había desmayado, pero indicó que
debía ir al hospital para un examen más completo, por si acaso. Emma intentó
rechazarlo, pero el Director respaldó su decisión haciendo una llamada a la Señora
Marshall, quien le indicó que iría a buscar a su hija allí.
186 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Cuando estuve segura de que llevarían a Sophie a casa,Nash y yo seguimos a la
ambulancia al hospital, dónde la enfermera de triage metió a Emma en un brillante y
pequeño cuarto para que esperara su examen. Y a su madre. Tan pronto como la
enfermera salió, cerrando la puerta al salir, Emma se volvió hacia nosotros, su
expresión era una mezcla de miedo y confusión.
“¿Qué pasó?” - demandó, ignorando las almohadas para sentarse derecha en
la cama, con las piernas cruzadas estilo yoga. - “¡La verdad!”
Miré a Nash, quien había sacado un guante de látex de una caja fijada a la
pared, pero él sólo se encogió de hombros y asintió con la cabeza en su dirección,
dándome la clara señal de que continuase. - “Hum… ” - Grazné, insegura de cuánto
decirle. O cómo expresarlo. O si mi voz aún ronca aguantaría. - “¡Tú moriste!”
- “¿Yo morí?” - Los ojos de Emma se volvieron enormes y redondos. Lo que sea
que ella esperaba escuchar, no era lo que había dicho.
Asentí vacilante. - “Moriste, y te trajimos de vuelta.”
Tragó con dificultad, pasando la mirada de mí hacia Nash – quién ahora soplaba
en el guante desechable – y devuelta a mí - “¿Ustedes me salvaron? ¿Cómo lo hicieron,
con RCP?” - Sus brazos se relajaron, y sus hombros se aflojaron relajados – obviamente
había estado esperando algo… más extraño. Consideré simplemente asentir con la
cabeza, pero nadie más corroboraría nuestra historia. Teníamos que decirle la verdad…
o, al menos, una versión de ella.
“¡No exactamente!” - Vacilé, levantándole una ceja a Nash, pidiendo ayuda
silenciosamente.
Él suspiró y desinfló el guante, luego se sentó en el borde de la cama de Emma.
Me senté frente a él y me apoyé contra su pecho. Apenas había roto el contacto físico
con él desde que canté por el alma de Emma, y esperaba no tener que hacerlo pronto.
“Bueno, vamos a contarte lo que está sucediendo… ” - Sin embargo, cuando
me apretó la mano, supe que no le iba a decir todo y que tampoco me dejaría a mí
hacerlo. - “Pero primero necesito que me jures que no se lo dirás a nadie. ¡A
Nadie!¡Nunca! Aún si tienes noventa años y estás ansiosa de hacer una
confesión en tu lecho de muerte.”
187 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Emma nos dedicó una gran sonrisa y puso sus ojos en blanco. - “Sí, ¡como si
fuera a estar pensando en ustedes cuando tenga cien años de edad y esté exhalando
mi último aliento!”
Nash se rió y me abrazó por la cintura. Me incliné contra su pecho y su corazón
palpitó contra mi espalada. Cuando habló su aliento revolvió el pelo sobre mi oreja,
calmándome suavemente, aunque supe que eso lo hizo en beneficio de Emma. ¡Por si
acaso!
“¿Así que lo juras?” Le preguntó y ella asintió. - “¿Sabes que Kaylee puede
saber cuándo alguien va a morir?” - Emma asintió otra vez y sus ojos se entrecerraron,
brillando de curiosidad, con una pizca de temor que probablemente ella no quiso que
viéramos. - “Bien, algunas veces, bajo ciertas circunstancias… ¡ella los puede traer de
vuelta!”
“¡Con su ayuda!” - agregué con voz ronca; inmediatamente después, me
pregunté si su participación era una de las partes que Nash quiso mantener en privado.
Pero él me besó la nuca para hacerme saber que estaba bien.
“¡Sí, con mi ayuda!” - Sus dedos se unieron con los míos, mi mano se
encontraba sobre mi regazo. - “¡Juntos, te despertamos! Más o menos. Estarás bien
ahora. No hay nada malo en ti, y el doctor probablemente indicará que te desmayaste
por el estrés, o la pena, o algo por el estilo. Al igual que el paramédico lo hizo.”
Por casi un minuto Emma estuvo en silencio, absorbiéndolo todo. Temí que,
aún bajo la Influencia cuidadosa de Nash, pudiese perder el control o comenzar a
reírse de nosotros. Pero ella sólo parpadeó y meneó la cabeza. - “¿Morí?” - Me
preguntó nuevamente. - “Y vosotros, chicos, me trajeron de vuelta. Sabía que debía
haber tenido ese pequeño medidor de salud instalado sobre mi cabeza, para así saber
cuándo estoy a punto de caerme.”
Sonreí, aliviada de que ella pudiera ver lo gracioso de la situación y Nash soltó
una carcajada, sacudiendo todo su cuerpo contra mi espalda. - “Bien, con algo de
suerte, ¡te hemos dado salud infinita!” - Le dijo.
Emma sonrió brevemente, luego se puso seria.- “¿Fue como con los demás?
¿Sólo me derrumbé?”
“Sí.” - Odié tener que contarle sobre su muerte. - “A media frase.”
“¿Por qué?”
188 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“¡No lo sabemos!” - Nash le respondió antes de que pudiese hacerlo yo. No
añadí nada más porque técnicamente era la verdad, aunque no toda. Y porque no
quise que Emma se involucrara con un psicótico, extra sombrío, ángel de la muerte
hembra.
Ella lo pensó por un momento, sus dedos rozando las sábanas blancas del
hospital. Cuando su mano rozó el control remoto de la cama lo cogió, recorriendo con
la mirada los botones brevemente, antes mirarme nuevamente. - “¿Cómo lo
hicieron?”
“¡Eso es… complicado!” - Busqué las palabras adecuadaspero no las hallé. –
“No sé cómo explicártelo y, en realidad, no es importante.” - Por lo menos en lo
referente a Emma. - “¡Lo que es importante es que estás bien!”
Ella presionó un botón en el control, y la cabecera rosa de la cama descendió
varios centímetros. - “¿Qué le ocurrió a Julie?”
Esa era la pregunta que había estado temiendo. Contemplé mi regazo, donde
mis dedos se torcían en nudos los unos con los otros. Luego miré a Nash, con la
esperanza de que él tuviera una mejor y menos traumática forma de explicárselo que
simplemente decirle:- “Ella murió por ti.”
Pero, evidentemente, no era así. - “Salvamos tu vida y lo haríamos
nuevamente si tuviésemos que hacerlo. Pero la muerte es algo así como la vida en
ciertos aspectos… Em… ¡Todo tiene un precio!”
“¿Un precio?” - Emma se sobresaltó y su mano sujetó con fuerza el control. La
cama descendió pero ella no se dio cuenta.
“¿Tú mataste a Julie por salvarme?”
“¡No!” - Traté de alcanzar a Emma, pero ella retrocedió a toda prisa, en la
almohada, horrorizada. - “¡No tuvimos nada que ver con la muerte de Julie! Pero,
cuando te trajimos de vuelta, creamos una clase de vacío y algo tuvo que llenarlo.” -
Lo cual no era exactamente cierto. Pero no podía explicarle que no debería
haber habido un costo por su vida sin contarle sobre los Bean Sidhes y los Ángeles de
la muerte, y sobre otras cosas más oscuras que ni siquiera comprendía aún.
Emma se relajó un poco pero no se nos acercó. - “¿Sabían eso cuando me
salvaron?” - Nos preguntó y otra vez estuve sorprendida de qué perceptiva era.
Probablemente, ella sería una mejor Bean Sidhes que lo que yo era.
189 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Nash se aclaró la voz detrás de mí, preparándose para responder a su pregunta.
- “Sabíamos que había una posibilidad. Pero tu caso fue un tipo de excepción,
así que esperamos que no ocurriese. Y no teníamos ni idea de quien iría en tu lugar.”
Emma frunció el ceño. - “¿Así que no tuviste ninguna premonición acerca de su
muerte?”
“¡No! ¡Yo…!” - No la tuve. Ni siquiera había pensado en ello hasta que ella
preguntó.- “¿Por qué no supe de ella?” - Pregunté, girándome a mirar a Nash.
“Porque la razón de su muerte…” – Esto significa que la decisión del Ángel de
la Muerte para tomarla - “… no existió hasta que trajimos de vuelta a Emma. Lo que
prueba que no se suponía que Julie muriera.”
“¿Ella no tenía que morir?” - Emma abrazó una de las almohadas contra su
pecho.
“No.” - Me recosté en el pecho de Nash e inmediatamente me remordió la
conciencia porque ella acababa de morir y no tenía en quién recostarse. Por lo que me
enderecé otra vez, pero no pude soltar su mano. - “¡Algo está mal! Estamos tratando
de averiguarlo, pero no estamos realmente seguros de por dónde empezar.”
“¿Se supone que yo debía morir?” - Su mirada fija se grabó en mí. Nunca había
visto a mi mejor amiga tan vulnerable y asustada.
Nash negó con la cabeza firmementeen el borde de mi visión. - “Por eso es que
te trajimos de vuelta. ¡Me hubiese gustado poder ayudar a Julie!”
Emma frunció el ceño. - “¿Por qué no lo pudieron hacer?”
“… no fuimos lo suficientemente rápidos.” - Hice una mueca cuando la
frustración y la cólera retorcieron mis intestinos. - “¡Y lo usé todo en ti!”
“¿Qué quiere decir eso?” - Pero antes de que ella pudiese terminar la
pregunta, la puerta se abrió y una mujer de mediana edad con uniforme y bata de
laboratorio entró. Llevaba un portapapeles y precedía a una muy nerviosa Señora
Marshall.
“¡Emma, yo creo que esta mujer te pertenece…!” - La doctora se colocó el
portapapeles bajo el brazo y se hizo a un lado dejando pasar a la Señora Marshall, la
cual se lanzó a la cama y casi aplastó a su hija menor en un abrazo.
190 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Repentinamente la cama se sacudió debajo de nosotros. Nash y yo saltamos
apartándonos del colchón, alarmados. - “¡Lo siento!” - Emma extrajo el control de
debajo de su pierna, donde había caído.
“¡Hum, nos vamos!” - le dije, dirigiéndome hacia la puerta. - “Se supone que
mi papá viene esta noche, y realmente necesito hablar con él.”
“¿Tu papá va a tu casa?” - Todavía apretada dentro del abrazo, Emma apartó a
un lado un mechón de pelo de su madre para así poder verme, y asentí con la cabeza.
“Te llamaré mañana. ¿Está bien?”
Emma frunció el ceño mientras su madre se reacomodaba encima de la cama,
pero asintió con la cabeza cuando la doctora mantuvo la puerta abierta para nosotros.
Ella estaba bien. Para bien o para mal, le habíamos salvado la vida, al menos,
por ahora. Y, con algo de suerte, no atraería la mirada de otro Ángel de la Muerte
durante mucho, muchísimo, tiempo.
La Señora Marshall se despidió con la mano mientras la puerta se cerraba
detrás de nosotros, y lo último que oí fue a Emma insistiendo en que la hubiera
llamado si aún tuviera su móvil con ella.
Nuestros pasos sonaban en los suelos de vinilo mientras pasábamos por la
estación de las enfermeras, camino a las pesadas puertas dobles de la sala de
emergencia. Eran sólo las cuatro de la tarde y estaba exhausta. Y el cosquilleo en mi
garganta me recordó que todavía sonaba como una rana toro.
Apenas acaba de pensar en eso cuando una voz familiar dijo mi nombre en el
amplio vestíbulo blanco, por detrás de nosotros. Me congelé a mitad del paso, pero
Nash sólo se detuvo cuando se percató de que yo lo había hecho.
“Pensé que podrías querer algo caliente para tu garganta. Parece que
realmente te agotaste hoy.”
Giré para encontrar a Tod sujetando un vaso descartable humeante y su otra
mano envuelta alrededor de un soporte de intravenosa (IV).
Nash se tensó a mi lado. - “¿Qué te pasa?” - Preguntó. Pero él me estaba
mirando a mí, no a Tod.
Recorrí con la mirada al Ángel de la muerte con mi frente en alto. Tod se
encogió de hombros y me dio una gran sonrisa. - “¡Él no me puede ver, ni oír, a menos
que yo quiera!” - Entonces miró a Nash y comprendí que lo que diría después Nash lo
191 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
escucharía. - “Y hasta que él se disculpe, tú y yo llevaremos todas nuestras
conversaciones sin él.”
Nash se tensó, siguiendo mi mirada, a lo que él aparentemente vio como un
vestíbulo vacío.- ¡Maldito seas, Tod!” - Susurró coléricamente.- “¡Déjala sola!”
Tod sonrió, como si hubiésemos compartido una broma privada. - “¡Ni siquiera
estoy tocándola!”
Nash rechinó sus dientes, pero rodé mis ojos y dije claramente, antes de que él
pudiese decir algo de lo que todos nos arrepentiríamos después. - “¡Esto es ridículo!
Nash, sé simpático. Tod, déjate ver. ¡O los dejo a ambos aquí!”
Nash guardó silencio pero logró aflojar sus mandíbulas. Y supe el instante en
que Tod se apareció ante él, porque su foco se estrechó en la cara del Ángel de la
Muerte. - “¿Qué estás haciendo aquí?”
“¡Trabajo aquí!” - Tod soltó el soporte de IV y avanzó, tendiéndome la taza
llena de vapor a mí. Yo lo tomé sin pensar, mi garganta me dolía y beber algo caliente
sería una buena idea. Sorbí de una hendidura diminuta en la tapa y estuve sorprendida
de su sabor dulce, chocolate caliente, rico, con sólo un poquito de canela.
Le dediqué una sonrisa agradecida. - “¡Me encanta el cacao!”
Tod se encogió de hombros y deslizó sus manos en los bolsillos de sus
pantalones jeans, pero un destello momentáneo, en sus ojos, reveló su satisfacción. –
“No estaba seguro de que te gustase el café, pero creí que el chocolate era algo
seguro.”
Un sonido suave de rechinamiento sonó en mis oídos cuando Nash intentó
aplastar sus dientes uno contra otro y su mano se apretó alrededor de la mía. –
“¡Vámonos, Kaylee!”
Asentí con la cabeza, entonces me encogí de hombros disculpándome con Tod.
- “Sí, debería ir a casa.”
“¿Para ver a papá?” - El Ángel de la muerte me sonrió astutamente y los
puntos que había ganado por el chocolate caliente los perdió al invadir
instantáneamente mi privacidad.
- “¿Me espiabas?”
Se abrió una puerta al lado derecho del vestíbulo y una ordenanza salió
empujando a un hombre mayor en una silla de ruedas. Ambos nos miraron muy
192 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
brevemente antes de continuar por el vestíbulo en dirección opuesta. Pero, por si
acaso, Tod habló quedo y dio un paso más cerca. - “¡No estaba espiando! Lo escuché.
Estoy atorado aquí doce horas al día y es ridículo que disimule que no oigo nada.”
“¿Qué oíste?” - Le pregunté.
Tod miró de mí a Nash, luego recorrió con la mirada la estación de enfermeras
al final del vestíbulo, en la unión de otros dos corredores. Entonces asintió con la
cabeza hacia la izquierda, a una puerta cerrada sin números en ella, y nos hizo una
señal para que lo siguiéramos.
Fui y Nash me siguió a regañadientes. Tod nos hizo un gesto de “después de
ustedes” en la puerta pero cuando intenté abrirla la manija no giraba. - “¡Está con
llave!”
“¡Huy!” - Tod desapareció y, un momento más tarde, la puerta se abrió desde
su interior. El Ángel de la muerte estaba en un armario pequeño, oscuro, lleno de
estantes donde se apilaban medicinas, jeringas y todo tipo de suministros médicos.
Vacilé, asustada de que alguien pudiese entrar y nos atrapara. Un Ángel de la
muerte podría en un parpadeo librarse del problema, pero los Bean Sidhesno lo
pueden hacer. En ese momento, un leve ruido de pasos chilló hacia nosotros desde
uno de los otros vestíbulos y Nash, repentinamente, me lanzó de un empujón adentro
y cerró la puerta detrás de nosotros.
Hubo un segundo de oscuridad, luego algo hizo clic y la luz de una bombilla nos
iluminó desde el foco en el techo. Nash había encontrado el interruptor. - “Bueno,
¡escúpelo!” - Él chasqueó.- “No quiero tener que explicarle al padre de Kaylee por qué
nos atraparon en un armario de un hospital cerrado, lleno de sustancias controladas.”
“¡Muy bien!” - Tod se apoyó contra un estante, que se encontraba en la pared
del fondo, dándonos a Nash y a mí mayor espacio… ¡algo así como un metro cuadrado
por cabeza!-- “Cuidaba de un tipo con una cuchillada en el pecho. Debería haber sido
pequeño y simple pero salí un momento, para recibir una llamada de mi jefe, y, para
cuando regresé al interior, el doctor lo había traído de vuelta tres veces. Ustedes
saben, ¿con esas cosas de paletas de energía?”
“¿Así que lo dejaste vivir?” - Nash sonó casi tan sorprendido como yo lo
estaba.
193 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“Hum… ¡no!” - Tod frunció el ceño, sus rizos rubios brillaban en la luz filtrada. -
“¡Él estaba en mi lista! De cualquier manera, cuando terminé con la víctima de la
puñalada salí al vestíbulo por una taza de café y te oí hablando.” - Me dio una mirada
entonces e ignoró completamente a Nash. - “Así que te seguí al cuarto de tu amiga.
Ella es sexy.
“¡Mantente lejos de… ella!” - Terminé débilmente recordando, en el último
momento, que no era sabio darle los nombres de mis amigos a los agentes de muerte.
No es que el Ángel de la muerte no lo pudiese encontrar por sí mismo, de cualquier
todos modos. Y no era como si la Muerte ya no tuviera el nombre de Emma en sus
archivos, después de esta tarde.
Tod puso sus ojos en blanco. - “¿Qué clase de Ángel de la muerte piensas que
soy? Y, de cualquier manera, ¿qué diversión tendría matándola?”
“¡Déjala en paz!” - Nash chasqueó. - “¡Vámonos!” - Él se giró y sujetó la
manija, luego abrió la puerta tan rápidamente que si alguien en la estación de
enfermeras hubiese estado vigilando, habríamos sido atrapados en el acto.
Sorprendida corrí tras él y apenas oí el armario cerrarse detrás de mí. Estábamos casi
en las puertas dobles cuando Tod habló otra vez.
“¿No quieres saber de la llamada telefónica?” - Me susurró pero, en
ciertomodo, su voz sonó como si hubiese hablado a unos centímetros de distancia.
Me detuve y tiré de Nash para que se detuviera. Me miró confundido; luego,
irritado y me di cuenta, estremeciéndome en shock, de que él no había oído a Tod – y
que no debería escucharlo tampoco. El Ángel de la Muerte estaba por lo menos a seis
metros, todavía en frente del armario.
- “¿La llamada de tu jefe?” - Susurré, experimentalmente, para ver si Tod me
podía oír.
El Ángel de la Muerte asintió con la cabeza, sonriendo con aire satisfecho.
- “¿Qué dijo él?” - Nash gruñó suavemente, coléricamente.
“Ven.” - Después de una rápidamirada, para estar segura de que ninguna de
las enfermeras nos observaba, casi lo arrastré por el vestíbulo de regreso al armario,
detrás de Tod. - “¿Por qué deberíamos preocuparnos por tus conversaciones
telefónicas con tu jefe?” - Le pregunté en voz alta para poner a Nash al día sobre el
debate.
194 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“Porque él tiene una teoría sobre los nombres fuera de la lista del Ángel de la
Muerte.” - La sonrisa de Tod aumentó mientras se apoyaba contra el estante izquierdo
y un pequeño hoyuelo aparecía en su mejilla derecha, resaltada por la luz sombría en
lo alto. - ¿Cómo podría no haber notado eso antes?
“¿Qué teoría?” - Preguntó Nash. Aparentemente, él podía oír a Tod de nuevo.
“Todo tiene un precio. ¡Ustedes deberían de saberlo a estas alturas!”
“¡De acuerdo!” - Resoplé en señal de frustración e ignoré a Nash cuando su
mano se apretó alrededor de la mía. - “¡Dinos lo que sepas y te diré lo que sé!”
Tod se rió y sacó un orinal de plástico del estante mirándolo con atención,
como si esperase a que el conejo de un mago brincase afuera. - “Alardeas. ¡No sabes
nada acerca de esto!”
“¡Vimos al Ángel de la Muerte cuándo Emma murió!” - Le expliqué, y su sonrisa
desapareció instantáneamente. Colocó el orinal nuevamente en su sitio y supe que
tenía toda su atención. - “Empieza a hablar.”
“¡Es mejor que me digas la verdad!” - La mirada fija de Tod se movió entre
Nash y yo repetidamente.
“Te lo dije, ¡Kaylee no miente!” - Le respondió Nash y no pude dejar de notar
que él no se incluyó en esa declaración.
Tod vaciló simplemente un momento, como si lo considerara. Luego asintió con
la cabeza. - “Mi jefe es un Ángel de la Muerte realmente muy viejo llamado Levi. Él ha
estado en este mundo por muchísimo tiempo. Como unosciento cincuenta años.” - Se
cruzó de brazos, acomodándose contra la pared de atrás llena de estantes. - “Levi dijo
que algo como esto ocurrió cuando él se convirtió en un Ángel de la Muerte. Todo
estaba mucho menos organizado en aquel entonces y cuando descubrieron que
alguien tomaba a las personas que no estaban en la lista, escribieron todo
completamente a mano, en aquel entonces. ¿Puedes imaginártelo…?Ya habían
perdido a seis almas de su región.”
“¿Lo dices en serio?” - Nash envolvió un brazo alrededor de mi cintura y me
atrajo hacia él. - “¿O haces todo esto, únicamente, para impresionar a Kaylee?”
Tod le mostró un semblante oscuro, pero pensé que era una pregunta
completamente válida.
195 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“Cada palabra vino directamente de Levi. Si vosotros no me creéis, podéis ir a
preguntárselo.”
Nash se puso rígido y masculló algo acerca de que eso no era necesario.
“¿Entonces por qué ellos se estaban muriendo?” - Le pregunté, retomando el
tema.
Los ojos del Ángel de la muerte regresaron nuevamente a mí y me habló en
tono de confidencia, sus ojos azules brillando. - “Sus almas estaban siendo cazadas
furtivamente.”
“¿Robadas?” - Me giré para dar un vistazo a Nash con una ceja levantada, pero
él sólo se encogió de hombros, su boca cerrada en una línea dura. - “¿Por qué robaría
alguien las almas?”
“¡Una buena pregunta!” - Tod manoseó una caja de termómetros
desechables. Su sonrisa se amplió y recordé a los espectadores de una película, cuando
vitorean en las escenas de asesinato, cuando saben que ven sangre falsa y todo es por
la magia del cine. - “¡No hay mucho uso para las almas separadas de este mundo…!” -
El Ángel de la Muerte dijo esas palabras dejándolas en suspenso y una
sensación enfermiza se retorció en lo profundo en mi estómago.
“¿Y qué hay del Inframundo del Otro Mundo?” - Terminé por él y Tod asintió
con la cabeza, evidentemente, impactado porque mi estado de principiante no se me
notara más.
“¡Las almas son una rareza en el inframundo! Algo situado entre la delicadeza y
el lujo. Son muy solicitadas y, de vez en cuando, un envíodesaparece en el camino.”
“¿Un envío de almas?” - Una sensación de temor pasó como un relámpago
sobre mí mientras pensaba. - “¿De camino a dónde? ¿Hacia dónde?”
Nash contestó, se vio muy contento de conocer la respuesta y molesto por
tener que decírmelo. - “De aquí hacia dónde son…¡reciclados!”
“¿Reencarnados?”
“Sí.” - Tod se irguió y se dio con la cabeza en el estante superior, se frotó
mientras hablaba. - “Pero algunas veces un cargamento no se envía, así es que esas
almas no son entregadas. Son reemplazadas con nuevas, lo cual es una de las razones
por la que vosotros os toparéis con un alma completamente nueva algunas veces.”
196 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Hice una anotación mental para preguntar más tarde cómo podría identificar
un alma nueva.-“¿Así es que estas almas cazadas furtivamente van al Inframundo?” -
pregunté, intentando simplemente mantenerme a flote en la corriente de la nueva
información. - “¿Te refieres a que Meredith, Julie y los demás murieron para que
algún monstruo de otra dimensión pudiese tomar un bocadillo de medianoche con sus
almas?” - Me sujeté de un estante elevado para equilibrarme mientras mi cabeza daba
vueltas. Realmente no podía ajustar mi mente a todo lo que acababa de saber.
- “¡Esa es la teoría de Levi!” - Tod cogió de arriba un rollo de gasa estéril y lo
lanzó al aire, luego lo atrapó. - “Dijo que, la última vez que sucedió, se coleccionaban
para el pago a un demonio.”
Mi mano agarró firmemente el estante y un tornillo que sobresalía cortó mi
dedo, pero apenas lo noté por el oscuro temor que se arremolinaba en mí como una
espesa niebla. - “¿Un demonio?”
Nash exhaló pesadamente. - “Los humanos les llaman demonios, pero no es la
palabra correcta, porque no están asociados a las religiones. ¡Se alimentan del dolor y
el caos! Pero no pueden dejar el Inframundo.”
“¡Está bien…!” - Mi pulso corría velozmente y destellaba de nuevo, de regreso
a las criaturas grises que había visto durante la canción del alma de Emma. ¿Fueron
esos demonios? - “¿Pago por qué?”
El Ángel de la Muerte se encogió de hombros. - “Podría ser cualquier cosa. A
veces se hacen acuerdos. Bajo la mesa, por supuesto. Levi se encargará de ello, tan
pronto como él encuentre al Ángel de la Muerte responsable.” - Atrapó la gasa una
vez más y se encogió de hombros, evidentemente habiéndonos dicho todo lo que
sabía. Lo que fue más de lo que había esperado. - “¿Entonces… qué hay sobre de ese
Ángel de la muerte que visteis?”
“¡Dile a Levi que debe buscar a una mujer!” - Cambié de posición
acercándome a Nash y, accidentalmente, choqué con un estante. Varias cajas de
material médico cayeron derramando su contenido, como gusanos de plástico
transparente.
“¿Una mujer?” - Los ojos Ted se agrandaron y asentí con la cabeza.
“¡Alta y delgada, con el pelo café ondulado!” - Le indicó Nash. - “¿Te suena a
alguien a quien conozcas?”
197 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Tod lo negó con la cabeza. - “Pero Levi conoce a cada Ángel de la muerte en el
estado. ¡Él se encargará de ello!” - Vaciló, como si dudara en expresar las siguientes
palabras. - “Pero él piensa que vosotros vais a conseguir que vuestras almas sean
cazadas furtivamenteantes de que él pueda tener todo bajo control.”
“¿Eso es lo que tú piensas también?” - No estaba segura de por qué su opinión
me importaba, pero así era.
Tod se encogió de hombros manoseando su pelota provisional. - “¡Digo que esa
es una posibilidad muy real! Especialmente, si se mantienen moviendo sus dedos
delante de la boca del tigre.”
- “¡No tuvimos alternativa!” - Me incliné para apilar las cajas que habían caído.
- “El tigre estaba a punto de comer a mi mejor amiga.”
“¡Eres algo especial, Kaylee Cavanaugh!” - Susurró Tod y supe por la expresión,
en blanco y fiera, de Nash que él no había oído eso aunque claramente había visto que
los labios del Ángel de la muerte se movían. - “Pudiste haber sido tú, en lugar de esa
animadora. ¡Podrías ser tú, la próxima vez!¡O podría ser él!” - Su mirada se desvió
hacia Nash y regresó a mí, su expresión irreverente se oscureció.
“¡Deja que Levi lo resuelva!” - me pidió - “Si no lo haces por mí, o aún por ti
misma, hazlo por Nash. ¡Por favor!”
Tod se veía realmente asustado y no supe qué hacer con el miedo que
mostraba un Ángel de la Muerte sombrío. Así que asentí con la cabeza.- “¡Estamos
fuera! Ya se lo prometí a mi tío.” Traté de sujetar la mano de Nash mientras Ted
asentía con la cabeza. Después él desapareció, todavía con la gasa en la mano, y me
quedé sola con Nash en el armario estrecho.
198 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPÍTULO 18
TRADUCIDO POR STEFFANIE MIRELLA
“¿Qué dijo?” - Nash se movió en su asiento, mirando por la ventanilla del
pasajero las luces de los carros pasar. Casi estábamos en mi casa y esas fueron las
primeras palabras que dijo desde que salimos del aparcamiento del hospital.
“¿Hay algo más que necesito saber sobre Ángeles de la Muerte?” - No podía
evitar que mi voz sonara molesta; estoy cansada de caminar a ciegas. - “¿Pueden leer
mis pensamientos o ver a través de mi ropa?” - Eso explicaría muchas cosas…- “¿O
pueden hacer que me pare de cabeza y empiece a graznar como un pollo?”
Nash suspiró y, finalmente, se dio la vuelta para darme la cara. - “Los Ángeles
de la Muerte son como marionetas supernaturales de toda clase. Pueden aparecer
dónde ellos quieran y elegir a quién ver y escuchar. Ysi ellos quieren… ser vistos o
escuchados. Tienen otras habilidades menores pero ninguna tan indigna como la cosa
esa de la audición selectiva.”
Colocó su brazo encima del reposa-brazos del coche, sus nudillos blancos de la
tensión. – “Entonces, ¿qué dijo?” - Dudé en responder; si Tod quería que Nash
escuchara, lo habría dicho para que también escuchara. Pero, esta vez, no me hizo
prometérselo…. - “Me pidió que no te maten. ¡Trata de protegerte!”
Eché un vistazo a la carretera justo a tiempo para ver a Nash rodar sus ojos. -
“¡No!Él está tratando de protegerte a ti y sabe que serás más cuidadosa por mi
seguridad que por la tuya.”
“¿Cómo sabes lo que está haciendo?”
“Porque he hecho lo mismo.”
Un baño caliente de adrenalina recorrió mi pecho aunque sabía que Nash
estaba equivocado. Tod estaba cuidando de él, al menos, en esa parte.
Desviando la mirada del sol de la tarde, al volver a mirar estaba en mi
vecindario. Dos cuadras a la izquierda después, y el carro de mi tía estaba a la vista,
aparcado en un lugar que siempre estaba abarrotado de coches. Mi tío se había
tomado el día libre, esperando que mi padre llegara a media mañana. Y seguro que
199 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Sophie ya habría vuelto del funeral. Todos estaban aquí….Nash me siguió hasta la sala,
dónde mi tío estaba sentado en un sillón con estampado de flores, en un ángulo que le
permitía ver la televisión con las noticias locales y la ventana principal. Se puso de pie
cuando nos acercamos llevándose sus manos a los bolsillos, su mirada ansiosa
buscando en la mía algún indicio de problemas.
“Sophie me dijo lo que pasó. ¿Estás bien?”
“¡Bien!” - Me desplomé en un extremo del sofá y arrastré a Nash conmigo.
La mirada de Tío Brendon se encontró con la mía y dijo:- “Val…no se siente bien
hoy, acabo de acostarla.”
¿Ahora? Miré por la ventana, vi desaparecer los últimos rayos de sol de la
tarde por el techo de enfrente. Ni siquiera eran las cinco y treinta…
“Este no es el mejor momento para estar acompañada” - Continuó, mirando
brevemente a Nash.
“Quiero estar con él cuando me encuentre con papá” - Insistí, y mi tío me miró
como si quisiera discutir. Pero luego hizo un gesto de resignación y se hundió en la
silla. - “¿Qué fue lo que Sophie te dijo?” - Le pregunté. Me sorprendió que no me
hubiera llamado, pero había revisado mi teléfono en el coche y no tenía ni mensajes ni
llamadas perdidas.
Pero, probablemente, él estaba bastante ocupado lidiando con mi tía. El tío
Brendon se recostó en su silla y levantó una lata de soda del final de la mesa. - “Ella
dijo que Emma se desmayó ymientras todos estaban haciendo un alboroto por ella,
una de las animadoras cayómuerta. Toda la escuela está completamente
conmocionada. ¡Ya salió en las noticias!”
Tragué grueso y miré a Nash. Y, naturalmente, el tío Brendon se dio cuenta.
“Emma murió, ¿verdad?” - Su expresión era adolorida, como si no estuviese
seguro, realmente, de querer escuchar la verdad - “¡Ella murió y vosotros dos la
trajisteis de vuelta!”
Ante sus palabras, el horror y una aturdida incredulidad me embargaron en una
ola devastadora… la culminación de cada cosa aterrorizante que he visto ser hecha en
los últimos días, y sólo pude asentir, evitando que las lágrimas cayeran de mis ojos por
pura voluntad.
200 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Miré el rostro de mi tío, como la niebla antes de una tormenta, y se quedó
quieto, con la mano apretada alrededor de la lata de soda. Si hubiese estado llena, él
tendría la mayoría de su soda encima. - “Te dije que te mantuvieras al margen de esto.
Dije que tu padre y yo nos encargaríamos. Pudiste haber muerto y, por cómo
están las cosas ahora, hiciste que mataran a alguien más.”
Me levanté de golpe, el enojo eclipsaba mis emociones más débiles. - “Eso no
es justo. ¡Nada de esto fue culpa nuestra!”
¡No hay nada de justo respecto a esto!” - Gritó tío Brendon y supe por el
volumen de su voz que Sophie no estaba en casa. - “Si no me crees, ve a preguntarle a
los pobres padres de esa animadora.”
Nash se paró a mi lado, su postura sólida y fuerte, su mirada inflexible. - “Sr.
Cavanaugh, no tuvimos nada que ver con la muerte de Julie. De hecho, también
tratamos de salvarla pero…”
Todos nos dimos cuenta, al mismo tiempo, que había dicho algo que no debía.
Apreté la mano de Nash para silenciarlo, pero era demasiado tarde.
“¿Trataste de hacerlo otra vez?” - La furia del tío Brendon sólo era
sobrepasada por su miedo.
“¡Teníamos que…!” - Ahora yo estaba gritando y toda la sala nadaba con las
lágrimas que llenaban mis ojos. - “No podía dejar que el Ángel de la Muerte robase
otra alma sin, al menos, tratar de detenerlo.”
Una luz de simpatía parpadeó a través de su ira pero, rápidamente, desapareció
pisoteada por un miedo nacido de la precaución. - “¡Tenías qué! No puedes ir
metiendo tus narices en los asuntos de los Ángeles de la Muerte cada vez que alguien
que conoces muere, ¡a menos que quieras morir con ellos!” - Él se volvió hacia Nash
en ese momento, con la ira aun girando en sus ojos. - “Si vas a decirle lo que puede
hacer, ¡también tienes la responsabilidad de decirle lo que no puede hacer!”
“¡Lo hizo!”- dije antes que Nash pudiese responder. “Pero no se suponía que
Emma muriese.”
Los ojos de mi tío se estrecharon en sospecha. - “¿Cómo sabes eso?”
Nash habló antes que yo pudiera hacerlo de nuevo, probablemente para evitar
que cavase aún más profundo mi tumba. - “Tod logró darle un vistazo a la lista. Este
Ángel de la Muerte es un bribón y ninguna de esas chicas debía morir.”
201 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“¿Ves?” - Demandé, cuando Nash se quedó callado sin revelar el resto de la
información que nos había dado Tod. - “Teníamos que salvarla. ¡Ella no debía morir
aún!” - Además es mi mejor amiga. - “Dime que no habrías hecho lo mismo.”
“¡Él no lo habría hecho!” - La nueva voz provino de la entrada, llevada sobre
una suave brisa de septiembre y todos nos dimos la vuelta hacia ella al mismo tiempo.
Mi padre estaba en la puerta, con una maleta en cada mano - “¡Pero yo sí!”
Debí haber dicho algo. Debí haber tenido algún tipo de saludo para un padre
que no había visto en año y medio. Pero mi boca rehusaba abrirse y mientras más me
quedaba así, en silencio, comprendí mejor el problema. No era que no tenía nada que
decir, sino que tenía demasiado que decir.
¿Por qué me mentiste? ¿Dónde has estado? ¿Qué te hace pensar que regresar
ahora hará alguna diferencia? ¡Pero no podía decidir que iba a decir primero!
Nash no tenía ese problema. - “¿Adivino que este es tu papá?” - Susurró,
inclinándose hacia mí de manera que nuestros hombros se tocasen.
Mi padre asintió, espesas ondas cafés subiendo y bajando con el movimiento.
Su cabello era más largo de lo que lo recordaba y casi rozaba sus hombros. No pude
evitar preguntarme lo diferente que él me vería.
“Tú debes ser el hijo de Harmony” - dijo mi padre, su voz profunda
retumbando - “Brendon dijo que probablemente estarías aquí.”
- “¡Sí, señor!” - asintió Nash. Luego, me dijo - “¡No suena como nativo de
Irlanda!”
Mi padre soltó sus maletas en la entrada. - “No lo soy. Sólo vivo ahí.” -
Alargando su mano cerró la puerta, luego se limpió las botas en el felpudo
antes de entrar en la sala. Mi padre me miró por un rato, de los pies a la cabeza, y su
mandíbula se endureció cuando su mirada se demoró en mi mano derecha, aún
agarrada a la de Nash. Luego su mirada se posó en mi rostro y una serie de emociones
pasaron por el suyo; la primera de todas, ya me la había esperado. A medida que iba
creciendo, más me parecía a mi madre. Ella sólo tenía veintitrés cuando murió, —al
menos es lo que ellos me dijeron, —y algunas veces incluso yo me asustaba por el
parecido viendo las viejas fotografías. El también lucía un poco triste y preocupado,
como si temiera la conversación que se avecinaba.
202 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Pero la última expresión, —la que evitaba que saliera corriendo de la casa y me
subiera al taxi que había tomado para venir, — ¡era orgullo! Los ojos de mi padre
brillaban con ese sentimiento, incluso cuando un viejo dolor cincelaba líneas en lo
queaún era un joven rostro.
“¡Hey, pequeña!” - Respiró profundamente y todo su pecho cayó cuando
exhaló. - “¿Crees que podrías darme un abrazo?”
No había tenido ninguna intención de abrazarlo. Aún estaba tan enojada con él
que apenas podía pensar en otra cosa, incluso con todo lo que estaba ocurriendo. Aun
así quité mi mano de la de Nash y di un paso adelante automáticamente. Mi padre
cruzó el resto del piso hacia mí. El me rodeó con sus enormes brazos y mi cabeza se
encontró en su pecho, justo como cuando era una niña.
Puede que él se vea diferente, pero olía exactamente igual. Como a café, la lana
de su abrigo y la colonia que ha usado desde que tengo memoria. El abrazar a mi padre
trajo el fantasma de recuerdos tan antiguos que no los podía enfocar.
“¡Te extrañé!” - musitó en mi cabello, como si aún fuera una niña.
Di un paso atrás y crucé los brazos en mi pecho, los abrazos no lo arreglarían
todo - “¡Pudiste haberme visitado!”
“¡Debí haberlo hecho!” - No era exactamente una disculpa pero, al menos,
estuvimos de acuerdo en algo.
“Bueno, ahora estás aquí.” - El tío Brendon se dio la vuelta hacia la cocina.-
“Siéntate, Aiden. ¿Qué te puedo traer para tomar?”
“¡Café, gracias!” - Mi papá se quitó su abrigo negro de lana y lo colocó sobre el
respaldo de la silla. - “Y…” - Se hundió en la silla y me senté frente a él en el sofá, al
lado de Nash.- “Escuché que descubriste tu herencia. Y, evidentemente, la probaste.
¿Restauraste a una amiga?”
Lo miré a los ojos osadamente, retándolo a criticar mi decisión cuando él
mismo había admitido que haría lo mismo. - “¡Emma no debía morir! Ninguna de ellas
debía morir.”
“¿Ninguna de ellas?” - Mi padre frunció el ceño hacia la cocina; obviamente, el
tío Brendon aún no le había dado los detalles de mi descubrimiento. - ¿“De quiénes
más estamos hablando?”.
203 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“¡Hay tres más! Una por día, tres días seguidos.” - El pulgar de Nash rozó el
reverso del mío hasta que mi padre le frunció el ceño y dejó caer mi mano. Se inclinó
hacia atrás en el sofá. - “Así que hoy el ángel de la muerte tomó a alguien más
después de que salvamos a Emma.”
Irritado—y aún así entretenido—retomé su mano y dejé que ambas
descansaran sobre mi regazo. Padres ausentes no tenían derecho a desaprobar a mis
novios. - “Las cuatro, –cinco si cuentas a Emma, — tan sólo cayeron muertas, sin
advertencia alguna. ¡No era su hora de morir!”
“¿Cómo lo sabes?”
Me recosté en Nash, sonriendo inocentemente mientras la mandíbula de mi
padre se apretaba cada vez más - “Tod, el amigo de Nash, es un Ángel de la Muerte.”
Las cejas de mi padre se elevaron por la sorpresa y, por un momento, olvidó
fruncir el ceño. - “¿Tu amigo es un Ángel de la Muerte?”
Nash encogió los hombros. - “Lo conocí antes… de que muriera.”
Papá se inclinó hacia adelante, con los codos apoyados en sus rodillas, y los ojos
entrecerrados. - “¿Y este ángel de la muerte te dijo que las chicas no estaban en su
lista?”
“No estaban en ninguna de las listas” - contesté yo, alejando su escrutinio de
Nash. - “El jefe de Tod cree que hay un Ángel de la Muerte ahí fuera cazando almas
para venderlas en el otro mundo. ¡O algo así!”
El tío Brendon se congeló en la puerta, sosteniendo dos fragantes y humeantes
tazas de café. - “¿Alguien está vendiendo almas en el otro mundo?” - Él y mi padre
intercambiaron miradas idénticas de horror y pavor antes de volverse hacia nosotros. -
“¿Qué saben del otro mundo?”
“Sólo que existe uno y que a algunos de los locales les encantan las almas
humanas.” Encogí los hombros, tratando de calmarlos a ambos. - “Pero eso realmente
no es importante para nosotros, ¿cierto? ¡El jefe de Tod dijo que se encargaría!”
El alivio en el rostro de mi tío era tan denso como la tensión en la postura de
Nash. - “Bueno. Los Ángeles de la Muerte deben hacerse cargo de sus propios
problemas. Esto realmente no es asunto de los Bean Sidhe.”
204 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Frunciendo el ceño, rocé el frente de mi zapato en la alfombra. - “Excepto que
este ángel de la muerte psicópata trató de llevarse a la mejor amiga de un Bean Sidhe.
¡Ese tipo de cosas lo vuelve asunto mío!”
El tío Brendon frunció el ceño y parecía listo para discutirlo, pero mi padre
habló antes que él pudiera. - “¿Te vio alguien traer de vuelta a Emma?” - Preguntó,
tomando su taza como si buscara su calor.
Nash se sentó aún más derecho, ávido para defenderme. - “¡Nadie sabía lo que
estaba ocurriendo! Em acababa de colapsar y todo mundo pensó que Kaylee estaba
asustada por eso. Y una vez que Emma se sentó, todos pensaron que sólo se trató de
un desmayo.”
En su mayoría era verdad, aunque ya había rumores circulando sobre que el
corazón de Emma se paró un minuto. La señorita que tomó su pulso probablemente
los había comenzado. No es que pudiera culparla, realmente se había detenido por un
minuto. La pobre mujer probablemente necesitará terapia.
Pensándolo bien, yo también. Y, tal vez, Emma.
Mi padre encogió los hombros mirando severamente a su hermano. - “Al
parecer no fue hecho ningún daño.”
“¡Excepto por Julie!” - murmuré e inmediatamente deseé haber mantenido la
boca cerrada.
Mi padre se detuvo con la taza a medio camino hacia su boca. - “¿Ella es el
intercambio?”
“Sss… ¡Sí!” - Y aún cuando sabía en mi corazón que la muerte de Julie no era
culpa nuestra, no pude escapar de la culpa que aprisionaba mi pecho y hacía que todo
mi cuerpo se sintiese pesado.
El tío Brendon se hundió en el otro sillón y meneó su cabeza con pesar. “Es por
esto que tienes que mantenerte lejos en lo que respecta al ángel de la muerte. Esa
pobre chica estaría viva aún si ustedes dos hubieran dejado las cosas en paz.”
“Sí, pero Emma no lo estaría.” - La mano que tenía libre apretó el brazo del
sofá. - “Y no teníamos modo de saber con seguridad que ella se llevaría alguien más.
Tod dijo que no debería haber ninguna penalización por salvar una vida que debería
haber sido tomada en primer lugar.”
205 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“¿Ella?” - Mi padre bajó lentamente su taza y la dejó sobre el posavasos. - “Ni
siquiera quiero saber…¿cómo es que tú sabes que el ángel de la muerte es una
mujer?”
Me moví incómodamente sobre el sofá y miré a Nash pero él se encogió de
hombros, dejándomelo a mí. Así que me obligué a mirar a mi padre a los ojos. –
“Nosotros…como que…¡la vimos!”
El tío Brendon se sentó derecho en su silla, cada músculo de su cuerpo se
encontraba tenso.- “¿Cómo?”
“Ella se mostró.” - Encogí los hombros. - “Cuando estaban haciéndole RCP a
Julie. Ella estaba en la parte trasera del gimnasio, detrás de la mayoría de la multitud, y
nos sonrió.”
“¿Ella te sonrió?” - Mi padre frunció el ceño. - “¿Por qué se mostraría a
propósito?”
“No importa” - replicó mi tío. - “Los Ángeles de la Muerte se encargarán de los
suyos. ¡Debemos mantenernos alejados!”
Por un momento pensé en que mi padre discutiría. Él parecía casi tan furioso
como yo. Pero entonces asintió decisivamente. - “¡Estoy de acuerdo!”
“Pero ¿qué pasará si ellos no pueden encontrarla?” - Exigí saber, la mano de
Nash aún se encontraba tomando la mía.
Mi padre negó con la cabeza y se recostó en la silla, cruzando ambos brazos al
frente de su suéter.
“Si ustedes dos podéis encontrarla, los ángeles de la muerte pueden
encontrarla.”
“Pero…”
“¡Ellos tienen razón, Kaylee!” - dijo Nash a meros centímetros de mi oído.
“Nosotros ni siquiera sabemos detrás de quién irá el ángel de la muerte
después. Si es que lo vuelve a hacer.”
¡Ella lo hará! Cuando me sonrió supe que no había terminado. Se llevará a otra
chica pronto a menos que alguien la detenga. Pero ¡nadie más parece dispuesto a
intentarlo!
206 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Mi padre se giró hacia su hermano, sus pensamientos estaban ocultos bajo una
fachada de calma - “¿Cómo están tus chicas?” - Le preguntó y, justo, así se cerró el
tema.
“No están tomando esto muy bien.” - Mi tío dejó salir un suspiro pesado. –
“Sophie salió con sus amigos. La chica que murió ayer estaba en su equipo de
baile, y el resto de ellos están pasando cada momento de vigilia juntos, como algún
tipo de siempre despiertos. Y Val… se tomó un cuarto de la botella de brandy esta
tarde, incluso antes de que yo supiera que la había abierto. La metí en la cama hace
una hora para dejarla dormir mientras se le pasa el efecto.”
¡Guau! Tal vez la tía Val necesitaba ir a ver al Dr. Nelson.
“¡Lo lamento, Bren!”
El tío Brendon encogió los hombros como si no importara, pero la tensa línea
en sus hombros dijo lo contrario. - “Ella siempre estaba muy nerviosa. Sophie es igual.
Estarán bien, una vez que esto pase.”
Pero no iba a pasar y no podía ser la única que lo supiera.
El tío Brendon se puso de pie y tomó su taza. Cada uno de sus movimientos
hablaba de extenuación y pavor. - “¡Voy a ver cómo está mi esposa! Val arregló el
cuarto de huéspedes para ti esta mañana. Si necesitas algo más, díselo a Kaylee.”
“¡Gracias!” - Cuando la puerta del cuarto del tío Brendon se cerró, mi padre se
puso en pie y se volvió hacia Nash, obviamente esperando que él también se
marchase. - “Nash, no puedo decirte lo agradecido que estoy de que hayas ayudado a
mi hija.”
Aun neciamente sentado Nash negó con la cabeza. - “No pude haber hecho
nada sin que ella sostuviera el alma.”
“¡Me refiero a lo que hiciste por Kaylee! Brendon dijo que tu dosis de la
verdad, probablemente, la salvó de una depresión.” - Él le ofreció su mano y Nash no
supo qué hacer por un momento, luego se levantó y la aceptó.
“Papá…” - Comencé a decirle, pero él meneó la cabeza.
“Cometí un error y Nash se hizo cargo de lo que yo había descuidado hacer. Se
merece que se lo agradezca.” - Meneó la mano de Nash con firmeza, luego la dejó ir y
retrocedió, dejando libre un camino obvio hacia la puerta del frente.
207 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Rodé mis ojos ante su menos-que-sutil insinuación. - “Estoy de acuerdo. Pero
Nash se queda. De todas formas, ¡él sabe más de esto que yo!” - Deslicé mi mano
dentro de la suya y me paré lo más cerca de él que pude.
Para mi sorpresa, pese a lucir irritado, mi padre no me discutió. Su mirada se
movía de mí a Nash y vuelta a mí y, simplemente, asintió evidentemente resignado. -
“Bien. Si confías en él, yo también.” - Retrocedió lentamente hacia su silla y se sentó
mirándonos. Luego inhaló profundamente y encontró mi mirada. Estaba lista a
escuchar lo que sea que tuviera que decir.
Pero la verdadera pregunta era si estaba o no preparado para decírmelo.
“Sé que todo esto debió haber salido a la luz hace años…” - Comenzó. - “Pero
la verdad es que cada vez que decidía que ya era hora de decirte acerca de tu madre –
acerca de ti—no pude hacerlo. Te pareces tanto a ella….”
Su voz se rompió y miró hacia abajo, y, cuando volvió a mirarme, sus ojos
brillaban con lágrimas sin derramar.
“Te pareces tanto a ella que cada vez que te miro mi corazón salta de alegría,
sólo para volver a romperse una vez más. Tal vez habría sido más fácil si te hubiera
mantenido junto a mí, si te hubiese visto cada día y observase como crecías, hasta
convertirte en… tu propia persona. Pero, tal y como están las cosas, te veo y la miro a
ella. Y es tan malditamente difícil… ”
Nash se retorció y miré mis manos mientras mi padre paseaba su mirada por
toda la sala, evadiendo nuestros ojos hasta que logró controlarse. Luego suspiró y pasó
un brazo a través de sus ojos, secando lágrimas en un suéter demasiado grueso como
para ser realmente necesario en septiembre.
¡Mierda! Realmente estaba llorando. No sabía cómo lidiar con un padre que
estaba llorando. ¡Apenas sabía cómo lidiar con uno normal!
“Hum, ¿alguien más tiene hambre? Yo no pude almorzar.”
“Yo podría comer algo” - asintió Nash y supe que se había dado cuenta de la
necesidad que tenía de romper la tensión.
O, tal vez, sólo estaba hambriento.
“Está bien, ¿macarrones con queso?” - Pregunté. Ya estaba a mitad de camino
para cuando él asintió. Nash y mi padre me siguieron a través del comedor hasta la
208 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
cocina, donde me arrodillé para sacar una bolsa de coditos de la parte trasera del
gabinete inferior.
Pensé que estaba preparada. Que podía lidiar con lo fuera que él tuviera que
decir. Pero la verdad era que simplemente no podía quedarme ahí sentada viendo a
mi padre llorar. Necesitaba ocupar con algo mis manos mientras mi corazón se rompía.
“¿Puedes cocinar?” - Me miró sorprendido en lo que yo sacaba una olla de
otro gabinete y un bloque de queso procesado americano marca Velveeta de la repisa
de mi tío en el refrigerador.
“Sólo es pasta. ¡El tío Brendon me enseñó!” - También me enseñó a esconder
la ocasional bolsa de chocolate detrás de su dotación de chicharrones, los cuales tía
Val nunca tocaría, incluso para tirarla en una purga de comida chatarra.
Mi padre se sentó en uno de los taburetes, aún observándome cuando encendí
el quemador y le puse sal al agua. Nash se acomodó en uno de los taburetes, a dos
asientos de él, y cruzó los brazos sobre el mostrador.
“Y ¿qué es lo que quieres saber primero?” - Mi papá encontró mi mirada por
encima del queso que estaba desenvolviendo sobre una tabla para cortar.
Encogí los hombros y tomé un cuchillo de una de las gavetas a mi izquierda. –
“Creo que me arreglo bastante bien con la parte sobre lo de Bean Sidhe, gracias
a Nash.” - Mi padre retrocedió inconscientemente, yo hubiera podido haberme
sentido mal si hubiese hecho algún intento de explicarme las cosas él mismo. - “Pero
¿por qué dijo la tía Val que estaba viviendo en tiempo prestado? ¿Qué significa eso?”
Esta vez retrocedió como si lo hubiera abofeteado. Obviamente, había estado
esperando algo más—probablemente una pregunta técnica del libro de cómo Ser un
Bean Sidhe, del cual mi copia se había perdido en el correo.
Mi padre suspiró y súbitamente pareció muy cansado. - “Esa es una larga
historia, Kaylee, y una que preferiría contar en privado.”
- “¡No!” - Negué firmemente con la cabeza y abrí de un solo tirón la bolsa de
pasta. --“Volaste sobre medio mundo porque me debías una explicación.” - Sin
mencionar una disculpa. - “¡Quiero escucharla ahora!”
Las cejas de mi padre se elevaron por la sorpresa y con más que un poco de
irritación. Luego frunció el ceño. - “¡Suenas igual que tu madre!”
209 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Yep, bueno, tuve que heredar el carácter de alguien. - “¿No querría ella que me
dijeras lo que sea que tengas que decir?”
Él no podía haber parecido más sorprendido si le hubiera dado un puñetazo. -
“Honestamente, no lo sé. Pero tienes razón. ¡Tienes derecho a saber todos los
hechos!” - El cerró sus ojos brevemente, como si recogiese sus pensamientos.
“¡Todo comenzó cuando moriste!”
210 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPÍTULO 19
TRADUCIDO POR STEFFANIE MIRELLA
“¿QUÉ?” - MI MANO se cerró alrededor de un cubo de queso hasta que se
escurrió por entre mis dedos. Mi pulso golpeaba con tanta fuerza en mi garganta que
pensé que explotaría.- “¡Quieres decir la noche en que murió mamá!”
Mi padre asintió. - “Ella también murió esa noche. Pero ¡tú fuiste la primera!”
“¡Whoa…!” - Nash se inclinó hacia delante en su taburete, mirando de un lado
al otro, entre mi padre y yo. - “¿Kaylee murió?”
Mi padre suspiró, acomodándose para contar una larga historia. - “Era Febrero,
el año en que cumpliste los tres. Los caminos estaban cubiertos de hielo. No tenemos
mucho clima invernal en Texas así que, cuando ocurre, nadie sabe exactamente cómo
manejarlo. Incluyéndome a mí.”
“Espera un segundo, he oído todo esto antes.” - Arrojé la pasta dentro de la
ahora agua hirviente y una bocanada de vapor se elevó hasta mi rostro, cubriéndome
la piel con una capa instantánea de humedad y calidez. - “Tú ibas conduciendo y nos
golpeó otro auto en la carretera, cubierta de hielo. Me rompí el brazo y la pierna
derecha y mamá murió.”
Mi padre asintió miserablemente, luego tragó grueso y continuó. - “Veníamos
de camino aquí, para la fiesta de cumpleaños de Sophie. Tu madre pensó que el clima
estaba peligroso pero le dije que estaríamos bien. Era un viaje corto y tu prima te
adoraba. ¡Todo fue culpa mía!”
“¿Qué sucedió?” - Pregunté, dejando en el olvido mi mano llena de queso.
Mi padre parpadeó lentamente, como si tratase de alejar las lágrimas. - “Había
un venado en la carretera. Yo no iba tan rápido pero el camino tenía hielo y el venado
era enorme. Me desvié para evitarlo y el auto se deslizó sobre el hielo. Terminamos a
un lado del camino. Un coche que venía nos golpeó, cerca de la parte trasera del auto,
en el lado del pasajero. Tu asiento fue aplastado.”
211 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Cerré los ojos y me agarré con fuerza a la mesa cuando una ola de vértigo
amenazó con dejarme inconsciente. Mi madre había muerto en ese accidente, no yo.
Quedé bastante golpeada, pero viví.
¡Era la prueba viviente de ello!
Mis ojos se abrieron, enfocándose instantáneamente en mi padre. - “Papá,
recuerdo partes de eso. Estuve en el hospital por semanas. Tenía dos yesos. Aún
tenemos algunas fotos. Pero estoy viva. ¿Ves?” - Extendí mis brazos a través de la
mesa para demostrar que yo tenía razón. - “Así que¿qué sucedió? ¿Los paramédicos
me trajeron de vuelta?”
La verdad estaba acercándose, una gran y oscura nube en el horizonte de mi
mente. Casi podía verlo, pero me rehusé a traerla a la luz. Me rehusé a admitir la
tormenta que venía hasta que cayese sobre mí, mojándome completamente con un
frío y cruel torrente de respuestas que pensé que quería.
¡Ya no las quería saber!
Pero mi padre sólo negó con la cabeza. - “Ellos no llegaron a tiempo. El hombre
del otro vehículo era doctor pero su esposa se golpeó la cabeza con algo y él estaba
tratando de despertarla. ¡Para cuando se acercó a ayudarnos todo había terminado
ya!”
“¡No!” - Moví la pasta con tanta fuerza que el agua hirviente se desparramaba
sobre la estufa, haciendo sisear el quemador.
La mano de Nash cubrió suavemente la mía pese a que no lo había escuchado
moverse, y levanté la vista para encontrarme con su mirada compasiva. - “¡Moriste,
Kaylee! Sabes que es verdad.”
Mi padre volvió a asentir y cuando sus ojos cerrados se apretaron con fuerza,
dos lágrimas silenciosas bajaron por sus mejillas sin afeitar. - “Tuve que ir por el lado
del conductor y sacar todo el asiento del auto. Cuando te tomé en mis brazosno hiciste
sonido alguno, aun cuando tu brazo y pierna derecha estaban doblados
deformemente.” - Sus ojos se abrieron y el dolor arremolinándose ahí me mantuvo
cautiva. - “Te sostuve como un bebé y tú sólo me miraste. Entonces tu madre salió
gateando del auto y tomó tu mano. Ella estaba llorando y no podía hablar, y pude ver
la verdad en sus ojos. ¡Sabía que íbamos a perderte!”
212 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
El sollozó y me quedé petrificada temerosa de que si me movía él dejaría de
hablar. Y aún más temerosa porque parte de mí, realmente, quería que se detuviera –
“Moriste justo ahí, al lado del camino, con la nieve derritiéndose en tu cabello.”
“Entonces ¿por qué sigo aquí?” - Susurré, pero ya sabía la respuesta.- “Era mi
hora, ¿verdad?” - Abrí el grifo y mantuve mis manos bajo el agua tibia, limpiando el
queso de entre mis dedos, mientras miraba a mi padre. - “Se suponía que yo moriría y
me trajiste de regreso.”
“Sí.” - Su voz se quebró con una sílaba y su rostro empezó a enrojecerse por el
esfuerzo de contener más lágrimas. - “¡No pudimos soportarlo! Ella cantó por ti y fue la
cosa más hermosa que alguna vez he escuchado. Apenas podía ver, estaba llorando
tanto. Pero entonces te vi. Tu alma, tan pequeña y blanca en la oscuridad. Era
demasiado pronto. ¡No podía dejar que te marchases!”
Cerré el grifo y tomé una toalla de la gaveta cerca de mi cintura, dejando caer
gotas en el suelo, mientras me secaba las manos, luego me incliné sobre el bar y lo
miré fijamente. - “¡Dime cómo sucedió!”
El no dudó esta vez. - “Hice que tu madre me mirase para asegurarme que ella
entendía. Le dije que te cuidara. Que iba a traerte de vuelta. Ella estaba llorando pero
asintió, aún seguía cantando. Así que guié tu alma de regreso a tu cuerpecito. Me
parpadeaste. Entonces, con tu primer aliento, cantaste.”
“¿Yo…canté?” - La toalla se deslizó entre mis manos y cayó suavemente sobre
las losas, pero apenas lo noté.
“¡El alma cantó!” - Mi padre presionó el dorso de sus manos sobre sus ojos,
como si quisiese físicamente detener las lágrimas, pero aun así su rostro estaba
húmedo cuando me miró nuevamente. - “¡Creí que era por mí! Tú necesitabas a tu
madre más de lo que me necesitabas a mí. ¡Estaba listo para irme! Pero mientras
estaba ahí sosteniéndote, el Ángel de la Muerte se mostró a sí mismo.”
“¿Te dejó verlo?” - Nash interrumpió desde mi lado. Casi había olvidado que
estaba ahí.
Mi padre asintió. - “Estaba de pie sobre el césped, a un lado del camino. Me
sonrió con su macabra sonrisita. Como si supiera lo que estaba pensando. Le dije que
estaba listo para irme. Te entregué a los brazos de tu madre y tú aún seguías cantando
esta hermosa y aguda canción, como la de un pajarito. Me sentí tan en paz, pensando
213 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
que lo último que escucharía sería a ti cantando mi canción del alma.” - Se detuvo y
esta vez las lágrimas realmente cayeron. - “Pero debí haberlo sabido porque tu madre
no estaba cantando contigo.”
Miré fijamente a mi padre por encima de la mesa, hipnotizada, la cena
olvidada.
“¡Ese bastardo se la llevó en mí lugar!” - Los puños de mi padre golpearon el
azulejo lo suficientemente fuerte como para mover todo el bar y su quijada se hinchó
por la furia fresca.- “Él sólo miró a Darby y se colapsó. Tuve que arrojarme hacia ti
para evitar que te golpeases enel suelo cuando ella cayó.”
“¡Kaylee, respira!” - Me dijo Nash frotando mi espalda. En algún momento,
durante la historia, había dejado de respirar y ni siquiera me di cuenta de ello hasta
que Nash habló.
“¿Ella murió por mi culpa?” - Mis manos se volvieron puños y mis uñas se
hundieron en mis palmas.
“¡No, Bebé, no!” - Mi papá se inclinó hacia adelante para mirarme
directamente a los ojos. - “¡Ella murió por mi culpa!”
Él tomó mis manos y no quiso soltarlasauncuando las sacudí. - “Murió porque
insistí en salir. Porque me desvié para evitar el venado. Porque no fui lo
suficientemente fuerte para hacer que me llevara a mí. ¡Nada de eso es culpa tuya!”
Pero nada de lo que dijo pudo hacerme sentir mejor. Yo debía morir y, porque
no fue así, mi madre murió. E incluso, si no hubiese sido ella hubiera sido mi padre. O
tal vez una de las personas del otro auto. El caso era que yo estaba viva cuando
debería estar muerta y mi madre había sido quien pagó el precio.
“Así que… ¿tiempo prestado?” - Le di vuelta a la perilla de la estufa para
apagarla y moví la olla a un quemador frío, actuando por hábito, porque estaba
entumecida por la impresión.- “¿Estoy viviendo el tiempo de mi madre? ¿Es eso lo que
la tía Val quiso decir?”
“Sí” - Mi padre se inclinó hacia atrás en su taburete dándome mucho espacio.
“Vivirás hasta el día en que ella tenía que morir. Pero no te preocupes por eso.
¡Estoy seguro que hubiera tenido una larga vida!”
¡Y fue ahí donde rompí en llanto!
214 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Me había aguantado hasta ese momento, mi pesar era eclipsado por la culpa
que sentía por ser la causa de la muerte de mi madre. Pero pensar en lo larga que
debería haber sido su vida… ¡no podía soportar eso!
Nash aclaró su garganta, atrayendo nuestra atención. - “Ella conocía el riesgo,
¿cierto Sr. Cavanaugh?” - Miró fijamente a mi padre con una descarada y expectante
mirada en su rostro. - “La madre de Kaylee sabía lo que estaba haciendo, ¿verdad?”.
“¡Por supuesto que sí!” - Asintió firmemente mi padre. - “Ella, probablemente,
no comprendió que había planeado el intercambio. Estaba dispuesta a pagar el precio
o nunca hubiese cantado la canción para ti. Yo sólo… ¡quería salvarla a ella también! Se
suponía que sería yo pero las perdí a las dos esa noche. Y realmente nunca te tuve de
vuelta ¿verdad?”
A la fuerza acallé mi siguiente sollozo, quitándome las lágrimas con la palma de
mis manos. Realmente me estaba volviendo buena en no llorar. - “¡Estoy justo aquí
papa!” - Puse el colador en el lavaplatos y dejé caer la pasta en él, luego golpeé la olla
vacía en la mesa. - “¡Te fuiste!”
“Tuve que...” - El suspiró y negó con la cabeza. - “Al menos, pensé que tenía
que hacerlo. Él vino tras de ti nuevamente, Kaylee. El ángel de la muerte estaba tan
furioso porque te hubiésemos salvado. Él se llevó a tu madre pero, dos noches
después, volvió por ti. En el hospital nunca me hubiera dado cuenta si tu abuela no
hubiese regresado de Irlanda, después del choque. Ella prácticamente vivía en tu
cuarto, junto conmigo, y tuvo una premonición de tu muerte.”
“¡Espera un segundo!¿Debía morir otra vez?” - Mi mano vaciló sobre el
colador.
“¡No!” - Mi padre negó vehementemente. - ¡No! Tu madre y yo molestamos al
Ángel de la Muerte cuando te salvamos. El regresar por ti era por desquite. Tu madre
no salió herida en el accidente y tú estabas viviendo en su tiempo. No había causa
ningunapor laque debieras morir dos días después del que tenías que haber muerto.
Así que, cuando volvió por ti la segunda vez, lo confronté.”
“¿Se mostró?” - Preguntó Nash y le miré para verlo observando a mi padre,
tan fascinado como lo estaba yo.
Papa asintió. - “¡Era un demonio arrogante!”
“¿Y qué ocurrió?” - Pregunté.
215 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“¡Le di un puñetazo!
Por un momento, nos quedamos mirándolo en silencio. - “¿Golpeaste a un
ángel de la muerte?” - le pregunté atónita, y mi mano cayó del colador a la esquina
del lavaplatos.
“¡Sí!” - Se rió al recordarlo y su sonrisa provocó una de las mías. No podía
recordar la última vez que había visto reír a mi padre. - “¡Le rompí la nariz!”
“¿Cómo es eso posible?” - Le pregunté a Nash, pensando en su tipo-de-
amistad con Tod.
“Tienen que tomar forma física para poder interactuar con objetos físicos” -
Dijo él, jugando con la caja en que había venido el queso.- “No se les puede matar pero
sí pueden sentir dolor.”
“Y tú sabes eso ¿porque…?” - Pregunté muy segura de saber la respuesta a
eso también.
Nash sonrió. - “¡Tod y yo no siempre nos llevamos bien!” - Pero entonces se
volvió hacia mi papá, nuevamente serio.
“¿Por qué vino el ángel de la muerte tras Kaylee una segunda vez?”
“¡No lo sé! Pero temía que lo hiciese de nuevo.” - Mi padre hizo una pausa y
su media sonrisa se disolvió en una sombría expresión de remordimiento. - “Te envié
con Brendon para mantenerte a salvo. Tenía miedo de que, si me quedaba contigo, él
terminara llevándote también. Así que te envié lejos. ¡Lo lamento, Kaylee!”
“¡Lo sé!” - No estaba exactamente preparada para aceptar su disculpa aún,
aunque el hecho de que realmente lo dijera en serio ayudaba un poco. Dejé caer la
pasta nuevamente en la olla vacía, seguida de dos puñados de cubos de queso.
Luego puse el quemador a medio fuego y añadí sal, un poco de leche y una
cucharada de la margarina baja en calorías de la tía Val.
Miré fijamente la olla mientras movía la comida. - “¿Por cuánto tiempo te
quedarás?”
“¡Por todo el tiempo que me quieras aquí!” - dijo él y algo en su voz me hizo
girarme a mirarlo. ¿Significaba eso lo que creía que significaba?
“Y ¿qué hay de tu trabajo?”
Se encogió de hombros. - “Hay trabajos aquí. O, si quieres, puedes volver
conmigo a Irlanda. ¡Estoy seguro que tus abuelos amarían verte!”
216 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
No los había visto desde la última vez que vi a mi padre y nunca había salido del
país. Pero…
Mi mirada se dirigió a Nash. Cuando me vio observándolo él asintió, pero no me
engañaba. No quería que me fuera y eso me bastaba.
“Me encantaría visitar Irlanda pero vivo aquí, papá.” - Le puse un poco de
pimienta a la olla y seguí revolviendo. - “¡No quiero irme!” - La decepción en su rostro
casi me mató. - “Pero eres más que bienvenido de quedarte. ¡Si quieres!”
“Yo…”
Me gustaría pensar que iba a decir sí. Que estaba pensando en una casa para
nosotros dos, esperando que no muy lejos de Nash, pero bastante lejos de Sophie y su
felpudo melodrama. ¡Pero nunca voy a estar segura!Él no logró terminar porque la
puerta de en frente se abrió y algo cayó al piso, luego Sophie gruñó. - “¿Quién diablos
dejó estas estúpidas maletas enfrente de la puerta?” - Demandó irritada.
Divertida por su desgarbada entrada, doblé el cuello para mirar por encima del
hombro de Nash. Mi prima estaba arrodillada en el suelo, levantando una mano sobre
una maleta vieja y desgastada. Comencé a reírme pero, cuando mi mirada se encontró
con la de ella, toda la diversión se fue instantáneamente, dejándome fría y vacía. Su
rostro estaba ensombrecido, sus rasgos tan oscuros que apenas podía distinguirlos,
incluso con la luz bañándola desde arriba.
El ángel de la muerte había venido por su siguiente víctima.
¡Sophie estaba a punto de morir!
217 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPÍTULO 20
TRADUCIDO POR KIRTEA
“¿SOPHIE?” - MI PADRE se levantó y se giró hacia ella sin mirar ni una sola vez
hacia mí. - “¡Guau! Te pareces mucho a tu madre, excepto por los ojos. Esos son los
ojos de Brendon, ¡apostaría mi vida en ello!” - Si él me hubiera mirado habría visto su
destino. Estaba segura de ello. ¡Pero no miró!
Incluso Nash estaba mirando a mi prima.
El miedo y la adrenalina enviaron una dolorosa sacudida a través de mi pecho y
agarré el borde de la barra.
“¡Sophie…!” - Susurré tan alto como fui capaz desesperada por advertirla,
antes de que el pánico se desatara de verdad. ¡Pero nadie me oyó!
Sophie se levantó con más gracia de la que alguna vez tendría en mi vida,
restándole importancia al oscuro y esbelto vestido que ella había llevado al memorial.
“¡Tío Aiden!” - Ella formó una débil sonrisa, haciendo juego con sus ojos
enrojecidos, siendo educada incluso bajo el agarre del dolor. - “Y Nash. ¡Dos de mis
hombres favoritos en la misma habitación!”
Por primera vez, apenas noté las llamaradas de envidia que sus palabras
deberían haber encendido en mí, porque el interior de mi garganta había empezado a
arder cruelmente. Sí, a veces quería callarla, pero no permanentemente.
“¡Papá!” - Gruñí todavía aferrada a la barra como apoyo pero, de nuevo,
nadie se fijó en mí. Excepto Sophie.
“¿Qué le pasa?” - Mi prima hizo sonar sus zapatos en el comedor, con las
manos apoyadas en las estrechas caderas. - “Kaylee, parece que vas a vomitar en tus…
¿Qué es eso?” - Miró la mitad del paquete de Velveeta1. - “¿Mac y queso?”
Nash se giró hacia mí tan rápido que estuvo a punto de perder el equilibrio. –
“¿Kaylee?” Pero sólo podía mirarlo, mi mandíbula apretada conteniendo el
gemido por el alma de mi prima. - “¿Otra vez?” - Asentí y me acercó a él susurrando
palabras en las que no me podía concentrar, con su áspera mejilla raspando la mía.
1Velveeta es un queso estadounidense
218 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
- “¿Kay?” - Mi padre se volvió hacia mí un segundo después que Nash y una
mirada de horror se deslizó sobre sus rasgos cuando reconoció mi mirada. Siguió
lentamente mi mirada hacia mi prima como si le asustase lo que vería. - “¿Sophie?”
- Preguntó, y asentí, apretando tan fuerte los dientes que el dolor se disparó a
través de mis sienes.- “¿Cuánto tiempo?” - Negué con la cabeza. No tenía ni idea de
que mi habilidad vendría con la construcción del espesor del tiempo y mucho menos
de cómo usarla.
- “¡Brendon!” - Gritó mi padre, su enfoque se fijó en mí.
Sophie se encogió y después dio un paso adelante para verme mejor,
inclinándose sobre el respaldo de una silla, con su ensombrecida frente arrugada por la
confusión.
Nash estaba todavía susurrándome, sujetándome estrechamente contra su
espada, vuelta hacia la cocina. Sus labios acariciaban mi oreja, sus palabras se
deslizaban sobre mí con el aliento tranquilizador de la Influencia, ayudándome a
mantener a raya el pánico.
Respiré profundamente tratando de contener el suspiro que amenazaba con
escapar mientras miraba fijamente sobre su hombro, sin poder despegar los ojos de mi
extrañamente oscurecida prima.
“¿Que está pasando?” - Sophie agarró el respaldo de la silla con ambas manos
y su mirada encontró la mía. - “Está perdiendo el control otra vez, ¿no? Mamá guardó
el número del psiquiatra por aquí, en alguna parte” - Se dirigió hacia la cocina pero mi
padre la detuvo con el brazo.
“¡No, Sophie!” - Él echó un vistazo hacia el vestíbulo y gritó. - “¡Brendon! ¡Sal
aquí!” Después se giró para mirar a su sobrina. - “Kaylee estará bien”.
“No, ¡no lo estará!” - Dijo Sophie negando con la cabeza, tirando de su brazo
hacia su asiento, sus ojos verdes muy abiertos con sincera preocupación. De hecho,
creo que estaba asustada por mí. O quizás asustada de mí. - “Sé que estás preocupado
por ella, pero necesita ayuda de verdad, Tío Aiden. ¡Algo está mal en ella! Les dije que
esto podría ocurrir otra vez pero nadie me escucha. Deberían haber dejado que el
doctor le diera terapia de choque”.
219 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“¡Sophie…!” - Los hombros de mi padre estaban tensos, su expresión atrapada
entre el miedo y la rabia. Estaba a punto de mandarla directa a… excepto que Nash se
le adelantó.
“¡Maldita sea, Sophie! Ella está tratando de ayudarte, y tú…” - Se acercó
rápidamente a ella con sus ojos llenos de furia. Pero en el momento en el que se alejó
de mí, el pánico cayó en picado. Tiré de su brazo para atraerlo hacia mí y Nash, con la
mirada llena de entendimiento, continuó susurrando como si nunca se hubiera
detenido.
Unas pisadas resonaron en el vestíbulo y abrí mis ojos para ver al Tío Brendon
detenerse en mitad de la sala. Me miró a mí y luego a mi padre y después siguió la
mirada de mi padre hasta Sophie. Lo que vi fueron los rasgos de mi tío mostrando una
total agonía, de tal envergadura que apenas pude soportar verlo.
Durante varios segundos nadie se movió, como si tuvieran miedo de que el más
leve tirón hiciera salir al Recolector fuera de su escondite, causando el inevitable final.
Sophie nos miró a cada uno de nosotros totalmente confundida. Después mi padre
suspiró y el suave sonido pareció alcanzar cada rincón de la amplia sala.
“¿Estás bien?” - Me preguntó y asentí temblorosamente. No era yo la que se
enfrentaba a la muerte. No aún, en cualquier caso.
“¿Qué está ocurriendo?” - Exigió saber Sophie haciendo añicos la tranquilidad,
como un tiro en un funeral. ¡Pero nadie respondió!
Ella era la fuente del problema, así que nadie la miró. Por primera vez, todo el
mundo estaba mirándome.
“¿Es Sophie?” - Preguntó Tío Brendon caminando lentamente hacia nosotros,
como si le doliera moverse. Su voz era apenas audible entre los silenciosos gritos que
reverberaban en mi cabeza. Asentí y cerró los ojos, inhaló profundamente y luego
exhaló. - “¿Estás segura?” - Tuvo que abrir sus ojos para verme asentir otra vez, y
apretó la mandíbula. - “¿Me ayudarás?” - Preguntó, con el dolor convirtiendo sus
rasgos en una máscara apenas reconocible. - “¡Te juro que no dejaré que te cojan!”
Desafortunadamente, después de la historia de mi padre, no estaba segura de
que Tío Brendon pudiera tener algún control sobre a quién cogía el recolector a
cambio. Ningún recolector, que recolectara un alma que no estuviera en la lista, se
220 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
pensaría dos veces coger el Bean Sidhe que se metió en su camino. ¡O a cualquiera de
esa habitación! Da igual.
Pero no puedo dejar morir a Sophie, incluso si ella era un real dolor en el culo la
mayor parte del tiempo.
- “¿De qué estáis hablando?” - Mi prima nos miraba a cada uno de nosotros,
por turnos, como si hubiéramos perdido la cabeza. - “¿Que está pasando?”.
Tío Brendon cruzó la sala en cuatro zancadas y le indicó con un gesto que lo
acompañara al sofá. Ella fue con reticencia y él la empujó contra el cojín central.
“Cielo, tengo que decirte algo y no tengo tiempo para la versión larga y
amable” - Cogió las manos de Sophie y mi pecho dolió con lo que sólo podían ser las
astillas de mi corazón. - “¡Vas a morir en unos minutos!” - Dijo. Sophie frunció el ceño
pero su padre continuó rápidamente antes de que ella pudiera interrumpirlo. - “Pero
no quiero que te preocupes porque Kaylee y yo vamos a traerte de vuelta. Estarás
bien. No estoy seguro de lo que ocurrirá después de eso, pero lo que necesito que
sepas es que… ¡tú vas a estar bien!”
“¡No sé de qué me estás hablando!” - La confusión convertía sus finos rasgos
en una máscara y podía ver el pánico en su expresión. Su mundo simplemente había
dejado de tener sentido y ella no sabía qué hacer con una información que no podía
entender. Sabía exactamente cómo se sentía. - “¿Por qué moriría? ¿Y qué diablos
puede hacer Kaylee con ello?”.
Tío Brendon negó.
“No tenemos tiempo para todo eso ahora. No sé cuánto tiempo tenemos así
que necesito que confíes en mí. ¡Te traeré de vuelta!”
Sophie asintió pero parecía asustada, tanto por su padre como por ella misma.
Seguramente creía que él había rebasado el final y ahora estaba ahogándose en
él. Me miró por encima de su hombro como si de alguna forma pudiera haberlo
contaminado con mi defecto mental, pero no podía sentir ningún rencor hacia mi
prima, no con ella a punto de morir.
“¡Nooooo!” - Todas las cabezas se giraron hacia el vestíbulo dónde Tía Val
estaba de pie agarrando el marco de la puerta, como fuera lo único a lo que aferrarse.
“No se suponía que debiera ser Sophie”.
221 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“¿Qué?” - Tío Brendon se puso en pie tan rápido que me hizo marear. Él
observó a su mujer con horror. - “¡Valerie! ¿Qué hiciste?”
¿Tía Val? ¿Qué podía hacer ella con los recolectores y los Bean Sidhes? ¡Era
humana! Antes de que mi tía pudiera responder, una ola de aflicción me arrastró y me
tambaleé sobre mis pies. Nash me cogió antes de que golpeara la mesa del comedor y
me sentó cuidadosamente en una de las sillas. ¡No podría tardar mucho!
Sophie los miró temblando y la visión de ella mandó escalofríos a través de mis
miembros. La angustia me recorrió de adentro hacia fuera. Sentía mi corazón
demasiado grande para mi pecho. Mi garganta ardía como si respirara llamas.
Pero más allá del dolor físico contendiendo la canción del alma de Sophie,
sentía a mi prima perdiendo intensidad, como si el recolector estuviera a punto de
atacar. Era como ver a mi propia mano diseñando en un bloque de madera, sabiendo
que los leñadores vendrían a por él. Sabiendo que nunca volvería. Y no importaría que
nunca lo hubiéramos acabado. Tampoco estaba enamorada de mis pies, pero no
quería perderlos.
“¿Mamá?” - Chilló Sophie, pasando su peso de un lado a otro como si se
abrazara a sí misma. - “¿Qué está pasando?”.
“¡No te preocupes, cielo!” - Dijo la Tía Val desde en medio de la alfombra de
la sala, su mirada moviéndose por todo el cuarto, como un drogadicto con un mal
viaje. - “¡No le dejaré que te lleve!” – Se paró, sin mirar a su hija, y echó la cabeza
hacia atrás tanto como pudo, con cascadas de cabello rubio cayendo por su espalda
casi hasta la cadera. - “¡Marg!” - Gritó, y yo me encogí. Mis manos se agarraron a los
brazos de la silla tratando de recuperar el control después de haber estado a punto de
perderlo. - “¡Sé que estás aquí, Marg!”
¿Marg? No le había contado a Tía Val nada sobre ver al Recolector, ni que ella
fuera, de hecho, mujer. Y ni siquiera conocía el nombre del Recolector. ¡Hasta ahora!
Y, de pronto, ¡lo entendí! La Tía Val sabía el nombre del Recolector porque ella
la había contratado.
¡No! La negación y devastación estallaron a través de mí. ¡No podía creerlo! La
Tía Val era la única madre que había conocido durante los últimos trece años. Ella me
quería y, por supuesto, quería a Sophie y al Tío Brendon. Ella nunca podría hacer
negocios con un recolector y mucho menos negociar con las almas de inocentes. Pero
222 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
la bebida y las preguntas… ¡Ella había sabido todo este tiempo por qué las chicas
estaban muriendo!
“¡Esto no era parte del trato!” - Gritó mi tía, con las manos apretadas en
puños, temblando de miedo o furia. O ambos. - “¡Muéstrate, cobarde! ¡No puedes
hacer esto!”.
Pero eso es en lo que ella estaba muy equivocada.
223 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
CAPITULO 21
TRADUCIDO POR STEFFANIE MIRELLA
LOS OIDOS AÚN ME ZUMBABAN POR EL GRITO DE TIA VAL cuando las piernas
de Sophie le fallaron. Cuando caía se golpeó la parte trasera de la cabeza con el filo de
la mesa. Ella chocó contra el suelo con un golpe sordo y la sangre se escurrió por su
cabello para manchar la alfombra blanca.
Ninguno de sus padres se dio cuenta. Tío Brendon estaba escaneando
obsesivamente la brillante habitación, como si el ángel de la muerte pudiese estar
escondido detrás de un sillón o en una de las macetas. Tía Val aún miraba fijamente al
techo llamando a gritos a Marg, para que apareciera y se explicara.
¡Como si los ángeles de la muerte contestaran desde arriba!
Pero en el mismo instante en que Sophie murió, su canto de alma se forzó a sí
mismo a salir de mi garganta, y casi me ahogué tratando de mantenerlo dentro por
hábito.
Tía Val se dio cuenta de que yo estaba tosiendo y se dio la vuelta rápidamente
para ver a su hija. - “¡No!” - Gritó, y nunca había escuchado una voz humana acercarse
tanto a mi grito hasta ese momento.
Ella cayó de rodillas en el piso. - “¡Despierta, Sophie!” - Quitó con una caricia los
mechones de cabello que habían caído sobre el rostro de su hija, y cuando retiró sus
dedos estaban ensangrentados. - “¡Marg, arregla esto! ¡Este no era el trato!”
“¡Sophie!” - Tío Brendon se unió a su esposa, junto al cuerpo sin vida de su
hija; mientras Nash y yo mirábamos horrorizados, estábamos demasiado impactados
para movernos. En ese momento, mi tío me miró por encima del hombro de su esposa
pero no pude entender lo que quería, estaba demasiado ocupada reteniendo mi grito.
Nash se dejó caer de cuclillas al lado de mi silla y tomó mis manos, su mirada
atravesaba la mía con una callada fuerza e intensidad. - “¡Déjalo salir!” – Me susurró. –
“Muéstranos su alma para que la podamos guiar.”
Y, así, ¡canté para Sophie!
224 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Canté por un alma que había sido tomada antes de su tiempo, por una vida
joven que se había perdido. Por padres sin hija y por una chica que nunca tendría la
oportunidad de decidir quién y qué quería ser. Por mi prima, mi hermana sustituta,
cuya boca veloz nunca será calmada por la edad y la experiencia.
Mientras gritaba las luces se opacaron, pese a que no pude ver ningún cambio
notable en ninguno de los focos. Toda la habitación comenzó a volverse gris, como lo
había hecho anteriormente el gimnasio, y me giré vacilante para mirar alrededor,
repentinamente temerosa de encontrar oscuras y deformes criaturas merodeando en
mi propia casa.
¡No había ninguna! Estaba viendo el otro mundo pero de alguna forma estaba…
vacío.
Pero aún más desconcertante que eso era el sonido. O más bien, ¡la ausencia
de sonido! Mientras cantaba no escuché nada a mí alrededor, como si alguien hubiese
apretado el botón de silencio en algún control remoto cósmico. Después de unos
segundos ni siquiera me pude escuchar a mí misma gritar aunque, por el fuego en mi
garganta y pulmones, supe que, de hecho, aún estaba gritando con toda la fuerza de
mis pulmones inhumanos.
Nash se quedó conmigo, sus dedos enlazados a los míos sobre el brazo de la
silla del comedor, completamente tranquilo pese al impío chillido que salía de mi boca.
Mi padre se quedó quieto mirando fijamente el alma de mi prima: una forma pálida,
teñida de rosa y amorfa que flotaba varios pies sobre su propio cuerpo, subiendo y
bajando como una cometa atada a tierra por un fuerte viento.
Su alma se había elevado más de lo que se había elevado la de Emma, y alguna
parte de mí comprendió que, en cierto modo, eso era culpa mía. Porque Nash había
tenido que decirme que liberara el grito para Sophie.
Tío Brendon yacía de pie con sus brazos estirados a ambos lados de su cuerpo,
sus manos en puños, sus abultados antebrazos tensos por el gran esfuerzo. No podía
ver su rostro, pero me imaginé que lucía como el de Nash cuando había guiado el
alma de Emma: rojo y tenso, y húmedo por el sudor.
Tía Val se había dejado caer conmocionada sobre su hija y ahora lloraba
inconsolablemente. Ella era la única en la habitación que no podía ver el alma de
Sophie y algo dentro de mí encontró eso insoportablemente trágico.
225 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Los hombros del tío Brendon cayeron y se volvió hacia mí, exhausto. -
“¡Sostenla!” - Dijo con los labios y asentí, aún gritando. Daría mi mejor esfuerzo pero
mi garganta aún estaba lastimada tras cantar la canción del alma de Emma esta tarde
y no estaba segura de cuánto tiempo podría sostener a Sophie.
Mi tío habló con mi padre. No logré entender todo lo que le dijo pero el punto
era claro: ¡no podía hacerlo solo!
Por alguna razón, no podía mover el alma de su hija.
Mi padre asintió y los dos se giraron hacia Sophie, trabajando juntos ahora.
Tía Val yacía arrodillada con su mano sobre el esternón de su hija, de cara al
resto de la habitación. Pero ella no estaba viéndonos a ninguno de nosotros. Le estaba
hablando, evidentemente, a todo el cuarto. Su rostro se encontraba manchado, por
las lágrimas, y enrojecido, por la pena y la culpa. No pude entender la mayor parte de
lo que decía pero pude comprender una palabra debido al familiar movimiento de sus
labios.
“¡Llévame!”
Y, entonces, lo comprendí. Ella le estaba hablando al ángel de la muerte, —
Marg, —suplicándole que perdonara la vida de Sophie a cambio de la de ella.
¡Y fue ahí cuando todo cambió! El ambiente de la habitación cambió
abruptamente, como si todos los ángulos hubiesen cambiado, como si las
proporciones se hubiesen recalibrado. Era como ver una película con los colores de la
pantalla completamente desprogramados.
Una delgada y oscura figura apareció en medio de la extraña sala, apenas a
unos pasos de mi padre y tío y al otro lado de la habitación, en donde se encontraba el
cuerpo de Sophie.
La reconocí inmediatamente, era la que estuvo en el sepelio de Meredith.
¡Marg! Ella aún llevaba puesto el mismo suéter negro, cortado de manera que
acentuase su delgada figura, y las suaves zapatillas tipo ballet, que ahora se
encontraban medio hundidas en la alfombra de tía Val.
El ángel de la muerte me dirigió una mirada y frunció el ceño, luego me
descartó y se volvió hacia tía Val. Ahora sólo podía ver una parte del rostro del ángel
de la muerte pero eso era más que suficiente. - “¿Estás segura?” - Le preguntó. Su voz
226 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
era como el metal fundido, suave y lento al fluir, pero lo suficientemente caliente
como para quemar a un mero toque.
Estaba tan sorprendida por escucharla que casi dejé de cantar, y el alma de
Sophie comenzó a dirigirse hacia Marg. En ese momento, Nash apretó mi mano y mi
voz se fortaleció. El alma de Sophie se estabilizó una vez más.
El ángel de la muerte no pareció notarlo. Ella estaba observando a mi tía, que le
estaba diciendo algo más que no pude escuchar. Sólo podía oír a Marg, lo que
significaba que el ángel de la muerte no se había olvidado de mí… que, por alguna
razón, ella quería que escuchase lo que estaba diciendo.
Tía Val asintió firmemente en respuesta a la pregunta del Ángel de la muerte,
sus labios se movían rápidamente.
El Ángel de la muerte la estudió por un momento, luego negó con la cabeza y lo
poco que pude ver de su boca se curvó en una pequeña pero maliciosa sonrisa. - “¡Tu
alma no será suficiente!” - dijo Marg, su voz llegaba hasta mí casi como una presencia
física. - “Le prometiste a Belphegore almas jóvenes y hermosas y, al igual que tu
cuerpo, tu alma está contaminada y envejeciendo. ¡Ella no la aceptará!”
Mi tía habló nuevamente, haciendo ademanes molestos, y su esposo dio un
ligero salto ante algo que dijo, sus puños aún apretados por el esfuerzo. Nuevamente
deseé desesperadamente poder escuchar ambos lados de la discusión.
“No llegamos a ningún acuerdo respecto a las almas que serían tomadas” - dijo
el Ángel de la muerte y el vello de mis brazos se erizó. El solo hecho de escucharla
estaba matándome. - “He recolectado las primeras cuatro pese a la interferencia de
tus jóvenes secuaces…”
¿Secuaces? ¡Ella se había atrevido a llamarme un secuaz…!
- “… y tendré a la quinta cuando me aburra de este juego. Tendré mi dinero,
Belphegore tendrá sus almas y tú tendrás tanta juventud y belleza como nunca
hubieras podido imaginar.”
¿Juventud? ¿Tía Val había contratado a un Ángel de la muerte para recolectar
almas inocentes a cambio de su juventud? ¿Realmente puede alguien ser tan
vanidoso?
Tía Val estaba gritando, las venas sobresalían en su delgado cuello. Pero Marg
sólo rió. - “Tengo en mi poder cuatro almas jóvenes y fuertes y, mientras las tenga,
227 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
ni siquiera media docena de Bean Sidhes podrán arrebatarme esta.” - Para
demostrarlo, movió la mano en el aire manteniendo la palma hacia arriba. Un gran
dolor atravesó mi pecho y el alma de Sophie se elevó unas pulgadas más, en el aire, a
pesar de mi canción y los esfuerzos de mi padre y de mi tío por guiarla.
Nash se puso en pie en ese instante y dio lo mejor de sí uniendo su fuerza al
grupo, su rostro enrojeció por el esfuerzo.
El alma de Sophie subió y bajó, luego se hundió ligeramente, pero no avanzó
más.
El Ángel de la muerte se dio la vuelta entonces, dándole la espalda a mi tía,
para enfocar su furia en Nash y en mí.
“Tú…”
Temblé con más fuerza con cada paso que ella avanzó hacia mí, y mi voz
comenzó a gorjear. Lo estaba perdiendo y, una vez que el grito se extinguiera, no
habría alma que pudiera ser guiada por los hombres.
“¡Algo está…!” - Su suéter se arremolinaba a los lados mientras ella caminaba,
dándole una presencia más grande e intimidante de la que su pequeño cuerpo debería
tener. Entonces sus ojos se estrecharon mientras me estudiaba a unos cuantos pasos y
mi corazón se tambaleó por unos cuantos latidos más. Su lenta sonrisa volvió.
“¡Tú vives la vida de alguien más! A Belphegore, seguramente, le encantará el
sabor de tu fuerza vital prestada. Si quieres ver el sol de mañana, cierra la boca y libera
el alma. De otra manera, tu familia me observará mientras te hago tragar tu propia
lengua antes de tomar tu alma en lugar de la de ella.”
Su depravada sonrisa se ensanchó y el ver sus dientes blancos, tan normales y
parejos en un rostro tan malévolo, hizo que me recorrieran escalofríos. “Y tú,
pequeña, morirás en perfecto silencio. ¡No hay nadie que quede para cantar tu
canción de alma!”
“¡Yo cantaré para ella!” - La voz era suave y lírica y tan aterrorizante, en el
extraño silencio, como la del Ángel de la muerte.
Mi cabeza giró hacia la fuente.
Tod se encontraba parado frente a la puerta cerrada de la entrada. Sus piernas
abiertas para mantener una postura nivelada, sus manos apretadas en puños a sus
228 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
lados, y su mandíbula apretada por la fuerza. Parecía preparado para batallar con el
mismo diablo, pero la voz de Tod no concordaba con la que había escuchado.
Alguien detrás de él dio un paso al frente y mi pulso se aceleró por la
esperanza. ¡Harmony Hudson! La madre de Nash. Y ella se veía enfurecida.
“¿Puedes escucharme, cariño?” – Me preguntó y yo asentí; estaba tan
agradecida por su presencia que no me molesté en preguntar cómo sabía ella que se le
necesitaba. - “Tu voz está desapareciendo, pero yo puedo cantar toda la noche.” –
Entonces, ella se encaró con Marg y dio la impresión que se volvía más alta. - “¡No te
irás con su alma! ¡Ni con la de otra!” – le advirtió ella mientras miraba el alma de
Sophie, aún se encontraba subiendo y bajando, lentamente, en el aire sobre su
cuerpo.
Marg siseó como un gato, con la boca abierta y los dientes expuestos, y, por
un momento, creí que golpearía a la madre de Nash con un set de garras retirables.
Pero, entonces, ella pareció recobrar la compostura. - “¡No te irá mejor que a la
chica!” - Ronroneó Marg, deslizándose lentamente hacia la entrada. - “Se necesitarán
más que tres de sus hombres para quitármela mientras tenga cuatro almas fuertes
reservadas.”
“¿Qué tal cuatro hombres?” - preguntó Tod entre dientes. El me miró, luego
miró a Nash, quien asintió dándole la señal de adelante por algo que no entendí.
Entonces, Tod cerró sus ojos concentrándose y el alma de Sophie bajó un poco más.
Mis ojos se ensancharon. ¡Tod era un Ángel de la Muerte! Y aún así,
claramente, les estaba ayudando a los otros hombres a guiar el alma de Sophie.
Los ojos de Marg se oscurecieron por la furia y se giró hacia Sophie, con la clara
y evidente intención de tomarla antes de perder su oportunidad.
Y ahí fue cuando mi voz murió.
- “¡No!” - Gemí, pero no salió ningún sonido.
Aún así, en el instante en que mi grito se desvaneció en el aire, el sonido que
antes faltó regresó con fuerza, como si mis oídos se hubiesen destapado por un
cambio de presión. Y lo primero que percibí fue la música más hermosa y etérea que
nunca antes había escuchado, no en toda mi vida.
¡La madre de Nash estaba cantando para Sophie!
229 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Ahora los cuatro hombres estaban tirando del alma de mi prima, con la canción
de Harmony atándola. Pero Marg también estaba tirando. El alma de Sophie,
nuevamente, se estaba elevando y esta vez se inclinaba hacia el Ángel de la Muerte,
quien tenía sus brazos abiertos para recibirla.
“¡Marg, por favor!” - gritó tía Val suplicando. - “¡Llévame! Puede que mi alma
no sea joven pero es fuerte y… ¡no podrás llevarte a Sophie!”
“¡No puedes salvarla….!” - Marg cantó y, mirando a mí alrededor, me di cuenta
de que era cierto. Con cuatro almas reservadas ella era demasiado fuerte, incluso para
cuatro hombres Bean Sidhes. Irónico, considerando lo pequeña y frágil que lucía….
¡Esperen un segundo! Ella era frágil. Mi padre dijo que los Ángeles de la Muerte
tenían que tomar forma física para interactuar con su alrededor, lo que significaba que
Marg tenía la misma debilidad física que el Ángel de la Muerte que intentó llevarme. El
Ángel de la Muerte al que mi padre le había dado un puñetazo…
Con la cabeza dándome vueltas y palpitándome corrí a la cocina. Miré los
cuchillos, luego sacudí la cabeza. No sabía si podría detenerla con un solo golpe.
¡Pero si podía sacarle la mierda a golpes!
Abrí el armario bajo la estufa y busqué la vieja sartén de hierro que tío Brendon
usaba para el pan de maíz, luego saqué la sartén y corrí a través del comedor. Pasé a
Nash, a Harmony y a Tod, y ya había alzado la sartén para asestar un golpe cuando
llegué donde mi padre.
Marg debía haberme escuchado acercarme o haber visto algo en el rostro de mi
tía, porque se dio la vuelta en el último segundo. La sartén la golpeó en el hombro en
lugar de en la cabeza, así que en lugar de dejarla inconsciente, simplemente la tiré al
suelo.
Pero cayó con fuerza. Su cadera dio contra el suelo con un ruido sordo,
estremeciendo una mesita que se encontraba dos pies lejos de ella.
No pude suprimir una sonrisa de triunfo, incluso cuando un gran dolor subió
por mi brazo debido al golpe que le había dado.
Por un momento, el Ángel de la Muerte yació aturdida, brillantes ondas de
cabello negro desplegadas alrededor de su cabeza y sus brazos extendidos a sus lados.
En la esquina de mi visión, vi el alma de Sophie descender suavemente hacia su
cuerpo. Luego, tía Val dejó salir un grito de ira y se lanzó hacia el otro lado de la
230 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
habitación. Nunca la había visto lucir menos elegante o serena… y nunca antes la había
admirado más.
Ella cayó sobre las delgadas caderas de Marg, sentándose a horcajadas sobre
ella, mientras sus manos tomaban los hombros del Ángel de la Muerte. Sus ojos eran
salvajes, su cabello casi estaba erizado. Parecía una loca y tenía pocas dudas de que,
si aún no lo estaba, lo estaría pronto.
“¡No te llevarás a mi hija!” - Gritó a pocos centímetros del rostro del Ángel de
la Muerte. - “¡Así que me llevas ahora o regresarás a falta de un alma para cumplir con
el trato!”
Los labios de Marg se curvaron por la furia mientras yo me acercaba poco a
poco, con la sartén aún agarrada, fuertemente, con ambas manos. Ella levantó la
mirada hacia el alma de Sophie y sus oscuros ojos ardieron por la furia al ver que ya
no estaba, y que ahora Sophie estaba respirando aunque todavía estaba inconsciente.
Marg miró fijamente a mi tía en ese momento y el terror apareció
momentáneamente en su rostro. Fuese quien fuese ese Belphegore Marg,
obviamente, no quería decepcionarlo. El Ángel de la Muerte lo consideró en menos de
un segundo y entonces asintió.
“¡Tu alma no cumplirá con el trato que hiciste pero pagará por tu arrogancia y
vanidad!” Y tan sencillo como eso, la tía Val se desplomó hacia adelante sobre el
Ángel de la muerte, sus ojos ya vacíos y cristalizándose.
Pero el cuerpo de la tía Val golpeó el suelo porque Marg ya se había ido.
Parpadeé, miraba fijamente a mi tía por la impresión y, cuidadosamente,
descendí hasta el suelo, para evitar caerme de golpe.
“¡Kaylee! ¿Estás bien?” - Los dedos de Nash rodearon mi mano izquierda,
recordándome que aún tenía agarrada la sartén de hierro en la mano derecha.
Asustada por lo que había hecho con ella, ahora que ya todo había acabado,
dejé caer la sartén lejos de mí y esta golpeó la alfombra con un sonido sordo.
“¡Estoy bien!” - Asentí. - “¡Considerando lo que pasó!”
Tío Brendon pasó a mi lado y se arrodilló al lado de Sophie. Tomó su pulso y
exhaló con alivio. Luego tocó su cabeza, en la parte donde se había golpeado contra la
mesita. Luego la tomó en sus brazos y la colocó en el sofá, sin notar que la sangre que
manaba por su cabello manchaba la seda blanca.
231 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
Tía Val habría tenido un ataque por el desorden. ¡Pero estaba muerta!
Con la salud de Sophie ya asegurada, su padre se arrodilló al lado de su esposa
y repitió los mismos pasos. Pero, esta vez, no hubo exhalación de alivio; en vez de
ello, mi tío se inclinó hacia atrás, hasta que su espalda golpeó con un lado del sofá,
donde su cabello rozaba el brazo de Sophie. Luego apoyó los codos de sus brazos sobre
sus rodillas y posó su cabeza en sus manos. Todo su cuerpo temblaba por las
silenciosas lágrimas.
“¿Brendon?” - dijo mi padre, colocando una mano cálida en mi espalda.
“¿Cómo pudo hacer esto?” - exigió una respuesta su hermano, mirándonos con
los ojos rojos. - “¿En qué estaba pensando?”
“No lo sé.” - Mi padre me soltó para poder arrodillarse al lado de su hermano.
“¡Es por mi culpa! Vivir con nosotros es demasiado difícil para los humanos.
Nunca debí estar con ella” - Tío Brendon sollozaba, pasando una de sus mangas por
su rostro. - “¡No quería envejecer sin mí!”
“¡Esto no es culpa tuya!” - Insistió mi padre poniendo una mano sobre el
hombro de su hermano. - “No es que no quisiese envejecer sin ti, Bren. ¡Ella no quería
envejecer en absoluto!”
Mi tía Valerie había hecho un trato con un demonio y eso costó la vida a cuatro
chicas inocentes. Ella nos mintió a todos y casi había hecho que mataran a su propia
hija. Y había provocado un agujero del tamaño de un cráter nuclear en el centro de
nuestra familia.
Pero, cuando llegó el momento, ella había dado su propia vida a cambio de la
de su hija sin pensárselo dos veces, al igual que mi madre había hecho. ¿Volvía eso sus
pecados algo más perdonables?
Quería decir que sí… que el sacrificio desinteresado de una madre era un acto
lo suficientemente bueno como para borrar sus pecados anteriores…
Pero ¡la verdad no era tan bella!
La muerte de mi tía no traería de vuelta a Heidi, ni a Alyson, ni a Meredith o a
Julie. No repararía el daño psicológico que sufriría Sophie, provocado por su muerte.
No le devolvería su esposa a mi tío Brendon.
La verdad era que el sacrificio de mi tía Val era pequeño, llegaba muy tarde y
ella había dejado a aquellos que más amaba para lidiar con las consecuencias.
232 RACHEL VINCENT FOROS ASOCIADOS
“¡Toma, Kaylee! Esto ayudará a tu garganta.” - Harmony Hudson puso una
pequeña taza de té con aroma a miel, en la mesa, frente a mí; me incliné sobre ella,
aspirando el vapor fragante. Ella empezó a caminar de vuelta a la cocina, en donde el
olor de panecillos caseros, —su forma favorita de terapia, —había empezado a salir del
horno, pero le agarré el brazo con la mano.
“Habría perdido a… Sophie si no hubieses estado aquí.” - Mi voz aún estaba
ronca y mi garganta se sentía como si me hubiese tragado una piña. Y la impresión,
finalmente, estaba comenzando a pasar, dejando mi corazón apesadumbrado y mi
cabeza llena de detalles terribles.
Harmony sonrió tristemente y se sentó en la silla al lado de la mía. - “Por lo que
escuché, has cantado más que suficiente el día de hoy.”
Asentí y sorbí cuidadosamente de la taza, agradecida por la calmante calidez
que bajaba por mi garganta. - “Ya terminó, ¿cierto? Belphegore no puede dejar el otro
mundo y Marg no regresará, ¿verdad?”
“¡No si tiene cerebro! Ahora los Ángeles de la Muerte saben quién es ella y
estarán buscándola.”
Harmony miró a su izquierda y mi mirada siguió la de ella, hacia la sala, donde
había muerto mi tía, mi prima había sido resucitada y yo había golpeado a un Ángel de
la Muerte psicótica con una sartén de hierro
¡El miércoles! ¡Más! ¡Extraño! ¡De mi vida!
Los paramédicos se habían ido hacia menos de media hora y la espesa
alfombra aún tenía marcas de las ruedas de la camilla. Ellos habían sacado a tía Val
cubierta por una sábana blanca. Tío Brendon y Sophie siguieron a la ambulancia al
hospital, donde iban a ponerle unos puntos a Sophie, en la parte trasera de la cabeza, y
su madre sería declarada oficialmente muerta.
Sophie no entendía lo que había sucedido. Lo supe desde que despertó. Pero lo
que no había anticipado era que me culparía por la muerte de su madre. Mi prima
estaba técnicamente muerta cuando tía Val hizo el intercambio que salvó el alma de su
hija, y Sophie no recordaba la mayor parte de lo que había visto antes de eso. Todo lo
que sabía era que su madre estaba muerta y que yo tenía algo que ver con eso. ¡Como
en el caso de mi propia madre!
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Ahora ella y yo tenemos más en común de lo que nunca tuvimos antes… y aun
así… ¡nunca habíamos estado más lejos!
- “¿Cómo lo supiste? Sobre todo esto…” - Le pregunté a Harmony señalando
hacia la sala para indicar todo el desastre. Pero ella sólo frunció el ceño, como si
estuviera confundida por la necesidad de mi pregunta.
“¡Yo se lo dije!”
Asustada por la repentina intromisión, levanté la mirada para encontrarme a
Tod sentado frente a mí, con los brazos cruzados sobre la mesa y un solo mechón
ondulado de cabello colgando sobre su frente. Harmony le sonrió, dejándome saber
que ella también lo veía, luego se levantó para ver cómo iban los brownies.
- “¿Cómo lo hiciste?” - Acerqué la taza a mi boca para tomar otro sorbo. –
“¿Cómo es que guiaste el alma de Sophie? ¡Pensé que eras un ángel de la
muerte!”
- “¡Es ambos!” - dijo Nash detrás de mí , y me di la vuelta justo en el instante
en que seguía a mi padre, entrando por la puerta principal, bajándose las mangas, una
a la vez.. Él y mi padre acababan de subir el sillón blanco de seda de tía Val a la parte
trasera del camión de mi tío, para que así él no tuviese que lidiar con las manchas de
sangre cuando volviera del hospital con Sophie. - “¡Tod es muy talentoso!”
Tod se quitó el mechón del rostro y frunció el ceño.
Harmony habló desde la cocina mientras la puerta rechinaba al abrirse. - “¡Mis
dos chicos son talentosos!”
“¿Dos?” - Repetí, segura de que había escuchado mal.
Nash suspiró y se sentó en la silla que su madre había dejado, luego señaló al
Ángel de la Muerte con una mano. - “Kaylee, te presento a mi hermano Tod.”
“¿Hermano?” - Mi mirada viajaba entre los dos buscando alguna similitud, pero
la única que pude encontrar eran los hoyuelos. Aunque, ahora que lo pensaba, Tod
tenía el cabello rubio ondulado de Harmony...
Y, súbitamente, todo tenía más sentido. Los pleitos sin sentido. El hecho de que
Nash conociese a Tod “desde siempre.”
El que Tod se paseara por la casa de Nash. El que Nash supiese mucho sobre los
Ángeles de la Muerte.
¿Cómo no me di cuenta antes?
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“Una palabra de advertencia…” - Harmony me ofreció una suave sonrisa, pero
luego su concentración cambió hacia mi padre. - “¡Tienes que cuidarte de los
hermanos Bean Sidhes! Ellos siempre son más de lo que pediste.”
Mi papá se aclaró la garganta y giró la mirada hacia otro lado.
Una hora después, los Hudson se habían ido y mi padre se encontraba de pie
frente a mí, al otro lado del bar, masticando el último pedazo de un brownie para el
que yo ya no tenía apetito. Puse su plato en el fregadero y dejé caer agua encima.
Él deslizó un brazo sobre mis hombros y me acercó a él. Lo dejé. Él aún no sabía
sobre mí y mi vida, no más de lo que sabía hace una hora, eso no había cambiado.
Pero todo lo demás sí. Ahora él podía mirarme y, sin importar lo mucho que me
pareciera a mi madre, me veía a mí y no a ella. Podía ver lo que aún tenía, en vez de
sólo lo que había perdido.
¡Y se iba a quedar! Probablemente pelearíamos por las horas de llegada y nos
volveríamos locos mutuamente pero, al menos, esas cosas se sentían normales. Y,
realmente, necesitaba una dosis de normalidad tras la semana que acababa de tener.
Suspiré mirando fijamente al agua que corría, estaba demasiado exhausta y
mareada en ese momento para comprender que debía cerrar el grifo
- “¿Qué sucede?” - Papá extendió su mano rodeándome y cerró el grifo.
“¡Nada!” - Me encogí de hombros, luego le di la espalda al lavaplatos. -
“Bueno, de hecho, es todo. Es sólo que… hasta la fecha sólo he conocido tres Bean
Sidhes adultos y ustedes tres están… solos.” - Mejor dicho, trágicamente viudos. -
“¿Alguna vez los Bean Sidhes tienen finales felices?”
“¡Por supuesto que sí!” – Asintió mi padre, envolviendo su brazo en mis
hombros.- “Al menos, tanto como los demás los tienen.” – Y, para mi sorpresa, estaba
completamente seguro, incluso después de todo por lo que había pasado. - “Sé que
ahora eso no parece posible, considerando lo que viste y escuchaste esta noche. Pero
no juzgues tu futuro basada en los errores de otros. No en los de Valerie y,
ciertamente, no en los míos. Tendrán un final feliz según estés dispuesta a esforzarte
por él. Y, por lo que he visto hasta el momento, no le tienes miedo a un poquito de
trabajo.”
Asentí, sin saber como responder.
- “Además, el ser Bean Sidhe no es tan malo, Kaylee.”
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Lo miré con el ceño fruncido por el escepticismo. - “Es bueno oír eso porque,
desde donde estoy yo, se ve como un montón de muerte y gritos.”
“¡Sí! Hay bastante de eso. Pero…” - Mi padre me dio la vuelta por ambos
hombros hasta que me quedé frente a él; mirándolo lentamente, registré el
constante movimiento de los colores chocolate, cobre y caramelo en sus ojos. –
“Tenemos un don y si estás dispuesta a lidiar con los retos que conlleva ese
regalo, entonces, de vez en cuando, la vida te dará un milagro.” - Sus ojos giraron más
y más rápido y sus manos se apretaron un poco sobre mis brazos.
“¡Tú eres mi milagro, Kaylee! ¡También el de tu madre! Ella sabía lo que estaba
haciendo esa noche en la carretera. Ella estaba salvando nuestro milagro. ¡Los dos lo
estábamos haciendo! Y sin importar cuanto la extraño aún, ¡nunca lamenté nuestra
decisión! Ni siquiera por un segundo.” - Él parpadeó y sus ojos estaban llenos de
lágrimas. - “¡Tampoco lo lamentes tú!”
“¡No lo hago!” - Encontré su mirada y confié en que la mía luciera sincera
porque realmente no estaba segura.
¿Qué me hacía merecedora de una vida más allá de lo que el destino había
decidido?
Mi padre frunció el ceño como si viese la verdad en mis ojos, los que,
probablemente, estaban diciéndole más que mi respuesta. ¡Estúpidos ojos! Pero antes
de que él pudiese decir algo, un motor familiar resonó fuera, luego se calló.
¡Nash!
Miré a mi padre expectante y él hizo una mueca de enfado. - “¿Siempre viene
tan tarde?”
Rodé mis ojos. - “¡Son las nueve y media!” – Aunque, había que admitirlo,
parecía que fuesen las dos de la mañana.
- “Está bien. Ve a hablar con él, antes de que entre y tenga que fingir que estoy
de acuerdo con que esté aquí.”
“¿No te agrada?”
Mi padre suspiró. - “Después de todo lo que ha hecho por ti, ¿cómo podría no
agradarme? Pero ¡veo la forma en que te mira! ¡La forma en que se ven el uno al
otro!”
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Sonreí, en lo que la puerta de un auto se escuchó cerrarse afuera. - “¿Qué edad
tienes? ¿Centurias? ¿No recuerdas lo que es tener mi edad?”
“Tengo ciento treinta y dos años y… lo recuerdo muy bien. ¡Por eso es que
estoy preocupado!” - Una sombra pasajera cubrió su expresión, luego me indicó la
puerta. - “¡Media hora!”
La irritación me levantó el temperamento. Él había vuelto hace tres horas y…
¿ya estaba poniendo reglas?
Pero, pensándolo mejor, me quedé callada porque, incluso con la hora de
llegada nada razonable, era mejor que ser una invitada, por sólo Dios sabe cuánto
tiempo, en la casa de mi prima. ¿Cierto?
Nash levantó la mirada sorprendido cuando abrí la puerta.
El se encontraba en el último escalón con la mano en la barandilla (pasamanos)
- “¡Hola!”
“¡Hola!” - Cerré la puerta y me incliné en ella. - “¿Olvidaste algo?”
Se encogió de hombros y las mangas verdes de su chaqueta brillaron en la luz
del porche.- “Sólo quería decirte buenas noches sin tener a mi mamá mirando sobre
mi hombro. ¡O a tu padre!”
“¡O tu hermano!” - No pude resistirme a reír, pero Nash sólo frunció el ceño.
“No quiero hablar de Tod.”
“¡Bien por mí!” - Descendí hasta la mitad de los escalones y me encontré al
mismo nivel de los ojos de Nash, aunque él estaba un escalón más abajo. Era una
posición extrañamente íntima; su cuerpo estaba a centímetros del mío pero no nos
tocábamos.
“¿De qué quieres hablar?”
Él elevó una ceja y su voz salió ronca. - “¿Quién dijo que quería hablar?”
Lo dejé besarme… hasta que mi papá dio golpecitos en la ventana, detrás de
mí. Nash gruñó y lo arrastré escalones abajo hasta llegar a la entrada del parking,
fuera del alcance de la luz del porche.
“¿Así que estás realmente bien con todo esto?” - Estiró sus brazos en la
oscuridad pero el gesto incluía todo lo que había pasado, que era indescriptiblemente
extraño, en mi vida los últimos cuatro días. - “¡La mayoría de las chicas se hubiesen
asustado a morir!”
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“¿Qué puedo decir? Tu voz hace maravillas.” - Sin mencionar sus manos. Y
labios….
Y, nuevamente, ese dolor se apoderó de mí, exprimiendo amargas gotas de
duda de mi corazón. Terminaría conmigo en un mes… ¿una vez que la novedad de
besar a una Bean Sidhe pasara?
“¿Qué sucede?” - Él levantó mi mentón hasta que mi mirada encontró la suya
aunque no lo podía ver muy bien en la oscuridad.
Empujé mis dudas a un lado y me incliné con la espalda contra el auto. - “La
escuela será extraña después de esto. Digo… ¿cómo se espera que me preocupe por la
trigonometría y la historia del mundo cuando regresé de la muerte a mi mejor amiga y
me enfrenté a un Ángel de la Muerte por el alma capturada de mi prima?”
“¡Te preocuparás! Porque si te castigan por suspender economía… entonces,
no habrá nada de esto…” - Él se inclinó hacia mí y su boca acarició la mía hasta que
me levanté sobre los dedos de los pies, demandando más.
“¡Mmm…esa es una muy buena motivación!” - Murmuré contra su mejilla
cuando, finalmente, encontré el poder de voluntad para alejarme.
“Con algo de suerte… habrá mucho de esto y no más de eso.” - Indicó
vagamente hacia la casa. - “Esa era una anomalía, ya terminó.”
Un escalofrió me recorrió ante el recordatorio. - “¿Y si no ha terminado?” –
Después de todo, Marg aún estaba ahí afuera y no había duda de que
Belphegore estaba insatisfecho.
Pero nada podía mover a Nash de su manera de pensar. - “¡Se acabó! Pero
nosotros apenas estamos comenzando, Kaylee. No tienes ni idea de lo especial que es
que estemos juntos. ¡Lo increíble que es que nos hayamos encontrado!” - El acarició
mis brazos y supe, por la intensidad de su voz, que sus ojos, probablemente, estaban
arremolinados. - “Y tenemos unas largas vidas frente a nosotros. Tenemos tiempo para
hacer lo que queramos. Ser lo que queramos ser.”
¡Tiempo! Ese era el punto, ¿cierto? El punto de Nash. El punto de mi padre.
Finalmente, lo entendí. Mi vida no era sólo mía, ¡mi madre había muerto para
dármela!
Y, no importa lo que suceda después, ¡iba a volverme merecedora de su
sacrificio!
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Continua en el siguiente libro
MY SOUL TO SAVE
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