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Reflexiones cedapp

 Acaba de ser aprobado y publicado (23-06-2002) en El Peruano, y antes en la página web del PROMUDEH, el Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia PROMUDEH 2002 – 2010. Este es el tercero de su rango, los dos anteriores fueron de 1991 a 1995 el primero, y de 1996 a 2000 el segundo.

Un plan de 59 páginas, con anexos de otras 59, merece un comentario más amplio que el que aquí, en dos páginas podamos hacer. Basta leerlo y haber parcialmente participado en dos consultas1 para saber que es complejo y que se ha buscado que sea serio y representativo. Merece pues ser comentado a diferentes niveles: el proceso de su elaboración, su incorporación o no de las enseñanzas que dejan los dos planes de su rango anteriores, su coherencia metodológica, sus enfoques, los diagnósticos de la diversas problemáticas que aborda, las propuestas, sus contenidos .…

Está organizado en dos objetivos marco y cuatro estratégicos (ver el recuadro al final de este artículo). Estos últimos respondiendo a lo que se ha llamado un enfoque de línea de vida. Es decir, cada uno de los tres primeros objetivos corresponde a un rango de edad y el cuarto a problemáticas que se pueden dar a lo largo de los 0 a 17 años.

Por lo expresado, hemos decidido comentar brevemente sólo dos aspectos y con la intención de promover reflexiones y alternativas constructivas. Queremos mencionar también que al hacerlo somos conscientes del costo que le ha significado al país intentar recuperar la democracia y que por lo tanto al promover reflexiones a nuestro juicio necesarias, nos inscribimos en la convicción que una democracia real tiene que promover el diálogo y aceptar las divergencias e igualmente exigir de sus líderes coherencia y consciencia de que son paradigmas para su población.

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Nº 4 – Año 2002

EL PLAN NACIONAL DE ACCIÓN POR LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA PROMUDEH. 2002 - 2010

Los dos comentarios que acá se harán al PNAIA están referidos al aspecto que tiene que ver con la preocupación del CEDAPP y su misión: la salud mental. El primero, referido justamente a su ausencia a lo largo de todo el documento (salvo menciones que podrían acercarse, pero hechas de manera muy puntual y sin desarrollo). El segundo referido a uno de los logros que se espera en el segundo objetivo específico: el derecho al nombre.

Respecto a la salud mental sostenemos que es imposible prescindir de ella. Vista desde el interés del desarrollo y de manera extremadamente sintética diremos que es un aspecto que garantiza la sostenibilidad de otros indicadores (disminución de tasas de deserción y repitencia escolar, embarazo precoz, violencia juvenil, pandillaje, drogadicción, delincuencia, etc.).

Un ejemplo de esta ausencia en el plan es el tratamiento que se hace de la adolescencia: está ausente lo que significa esta edad en la vida de las personas. Por ejemplo, la crisis de identidad que viven las y los adolescentes, donde si bien cuestionan las figuras parentales necesitan que éstas sean suficientemente sólidas y presentes. Los objetivos 3 y 4 y sus respectivos resultados se desarrollan de tal manera que da la impresión que es en la adolescencia cuando comienzan los problemas. No es así, en todo caso ahí se expresan con mayor claridad. Es decir, es incoherente, insuficiente y con pocas posibilidades de prevención plantearse por ejemplo, dar información adecuada sobre sexualidad en la adolescencia si no se incorporó desde la primera edad el tratamiento de este aspecto de la vida de los seres humanos. Lo mismo se observa para el caso de actividades que promuevan el fortalecimiento de la autoestima.

Cuando se trata de los derechos sexuales y reproductivos una vez más se hace un análisis incompleto. No se menciona que si bien la

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En este sentido, nos parece importante resaltar la función de paradigma, es decir de ejemplo, que tienen los líderes en los grupos y las poblaciones. Por lo tanto, son quienes tienen que ponerse a la vanguardia del cumplimiento de lo que los planes de sus jurisdicciones indiquen que - hemos de entender - han sido promovidos y apoyados por ellos. De lo contrario, tenemos que funcionar escindiendo la realidad. Por un lado, suscribir acuerdos internacionales, tener marcos legales, hacer planes de defensa de niños, niñas y adolescentes; y por otro, hacer como si las acciones contradictorias que pudieran ejercer nuestros líderes no tuvieran nada que ver con todo lo anterior.

Todo esto en un escenario en el que gran parte de las familias peruanas son jefaturadas por mujeres, con padres abandónicos o maltratadores y por lo tanto, un escenario en el que una tarea prioritaria es promover que los hombres puedan reconciliarse con la paternidad, puedan encontrar sus aspectos positivos, reparar sus propias heridas y dar protección responsablemente a sus hijas e hijos.

Parece que tendremos que dedicar un número más al PNAIA. Quedan pendientes aspectos muy importantes como el tratamiento que se da al maltrato y violencia sexual.

María Emilia FilomenoCoordinadora de Programas

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1. CEDAPP, participó en las consultas realizadas por el PROMUDEH sobre el cuarto borrador del plan y sobre el sistema de monitoreo de la versión final del documento de la referencia. En la segunda consulta se participó de manera parcial

información es importante al igual que el acceso a medios de cuidado de la reproducción, la baja autoestima de las y jóvenes (entre otros) y su necesidad de afecto juegan un papel muy importante en los embarazos adolescentes. De lo contrario éstos no serían un problema en los países del primer mundo o en las clases medias y altas peruanas.

El tipo de dificultades que mencionamos para los objetivos 3 y 4 nos indican también que en los objetivos 1 y 2, por lo menos en los aspectos tratados está ausente la salud mental. Es decir, la incorporación recién de la autoestima, sexualidad, ... en la adolescencia nos habla de su déficit en las edades previas.

Respecto al derecho al nombre, éste es enfocado desde el punto de vista legal y de género. De género en el sentido de la discriminación que se hace a las madres en el momento del registro. No se enfoca algo fundante: el nombre como la explicitación de la identidad. Súmese: ¿Qué pasa con un ser humano que siente que aquellas personas que deberían amarlo incondicionalmente, ni siquiera están dispuestos a reconocerlo?. El nombre es el derecho a una identidad, básico para el desarrollo de una personalidad sana.

Reflexiones cedapp centro de desarrollo y asesoría psicosocial No 4 - 2002

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Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia PROMUDEH 2002 – 2010

Visión Nuestros niños, niñas y adolescentes tiene igualdad de oportunidades, acceden a servicios de calidad y participan en el ejercicio, promoción y defensa de sus derechos, en conjunto con las instituciones del Estado, las comunidades y en general la sociedad civil; desarrollándose plenamente en el seno de su familia, en un ambiente sano y libre de violencia.

Misión Fortalecer las capacidades del Estado, la sociedad civil, las familias y los propios niños, niñas y adolescentes para concertar y desarrollar acciones orientadas a la vigencia de sus derechos, en un marco de valores democráticos, donde niños, niñas y adolescentes son actores prioritarios en la agenda nacional.

Objetivos Marco . Contribuir al ejercicio de los derechos y responsabilidades de los niños, niñas y

adolescentes, en el marco de la ley, en un país democrático donde se respetan los derechos humanos.

. Crear condiciones en el estado y la sociedad civil para garantizar el desarrollo humano de todas las niñas, niños y adolescentes y reducir la pobreza y exclusión que les afecta a lo largo del ciclo de vida.

Objetivos Estratégicos 1. Asegurar una vida sana para niñas y niños de 0 – 5 años. 2. Ofrecer una educación básica de calidad para todos los niños y niñas de 6 a

11 años de edad. 3. Crear espacios de participación para los y las adolescentes de 12 a 17 años

de edad y promover su desarrollo pleno. 4. Instituir un sistema de garantías para la protección de los derechos de

niños, niñas y adolescente (0-17 años de edad).