¡Que Gran Dios tenemos !

Segundo de Samuel 7:18-22

El pasaje nos habla de la reacción que tuvo David al

escuchar la respuesta de Dios al deseo de David de construir

el Templo.

El creyente debe ser agradecido con su Dios cuando le revela su voluntad y debe estar listo para

llevarla a cabo, sea cual fuere, ya que siempre que el creyente

obedece a su Dios, hay bendición segura.

Las condiciones del pueblo (paz de los enemigos)

Las condiciones personales de David (habitando en Jerusalén en el palacio)

El deseo de construir el Templo (una vez que David compara su morada, con la del Arca del pacto, quiere construir el Templo)

La respuesta de Dios (“tu no edificarás mi casa, tu hijo lo hará; además yo te levantaré descendencia y afirmaré tu casa eternamente”)

Una vez que David contempla su situación y la compara con el estado del Arca del Pacto, tiene en su corazón la intención de construir un lugar para que habite. Él comenta de ese deseo al profeta Natán quien avala ese deseo con la promesa de la presencia de Dios con David.

¿Cuáles son los planes tuyos para con Dios y su casa?

¿Crees que importa tu presencia en la iglesia? ¿O eres de las personas que dicen: “yo no necesito de la iglesia, solo mi relación con Dios es suficiente”?

David, a través de Natán, recibió el mensaje de Dios y reaccionó de la siguiente manera:

A. Su humanidad (¿Quién soy yo?)

B. Su procedencia (Qué es mi casa?)

C. Su lugar actual (para que tu me hayas traído hasta aquí

Todo lo que David era, era por gracia inmerecida. Aun así, Dios le había bendecido ricamente y ante el deseo de construir el Templo, David, sabe que lo que es, lo que tiene y lo que puede llegar a ser, será por la voluntad de Dios

¿Reconoces que lo que tienes es por voluntad de Dios o por esfuerzo propio? Cuando algo lo obtenemos por nuestros medios, lo valoramos más y nos aferramos más a eso, incluso poniéndolo delante de Dios como pretexto para no tener comunión con Él.

Cuando reconocemos que todo viene de Dios, es más fácil desprenderse y perder lo que sea, porque como creyentes sabemos que Dios tiene un propósito para nuestra vida y que el plan perfecto de su voluntad, se está cumpliendo en nosotros.

A. En las matemáticas

B. En la genética

C. En la política

Dios le estaba dando más de lo que podía comprender, David “se quedó corto” con lo que comprendió. Dios le muestra más a David de lo que se imagina, aunque David mira a su descendencia, proféticamente esta promesa de Dios apunta hacia Cristo y el reino a instaurar en el futuro.

¿Dios nos bendice más de lo que podemos comprender? ¿Dios tiene misericordia que no podemos entender? ¿Cómo reaccionas tu ante esta bondad inmerecida? ¿Te ensoberbeces o reconoces que Dios no actúa como lo hace el hombre (... por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos)?

A.Dios es fiel

1. Al declarar su palabra2. Al revelar su corazón3. Al compartirlo con su siervo

B. Dios es grande

1. Y lo podemos probar2. Y lo podemos proclamar

David conocía el corazón de Dios y sabía que todo lo que tenía era por la voluntad divina, sabía que las bendiciones vienen cuando un corazón está dispuesto a obedecer a Dios. David proclamaba la grandeza de su Dios en los Salmos y constantemente recordaba que “para siempre es su misericordia

David no se contenía de hablar de su Dios, no se cansaba de agradecerle sus bondades y ante la revelación de Dios sobre su descendencia, David agradece y adora el nombre de Dios manifestando su grandeza, su poder, su majestad.

Que nuestro día no baste para agradecer, proclamar y reconocer el nombre de nuestro Dios por lo que hace en, con y por nosotros... ¡A Él sea la Gloria!

Cantamos hace rato “Tenemos un Dios muy, muy grande”, hemos Dado gloria por sus bondades y hemos alabado su

nombre porque es fiel y podemos probarlo, podemos proclamarlo

¿Quiere que Dios le muestre la forma en que lo ha bendecido y usted no se ha

dado cuenta?

¿Quiere en esta mañana, hacer un compromiso con Dios de agradecerle lo

que le da y lo que no te da también?

¿Quieres poner en sus manos esas cosas, esas circunstancias que a veces te atan y te distraen en tu caminar con

Dios? Solo Él las puede cambiar si tu lo dejas ¿Estás dispuesto a pagar el

precio?

¿Quiere en este mañana hacer un compromiso de proclamar su nombre y

de compartir a otros lo que hace en, con y por usted?