quÉ es politica

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¿QUÉ ES "POLÍTICA"? Giovanni Sartori Título original italiano: La Scienza Política. Turín, 1972. Versión castellana de Marcos Lara. México: Fondo de Cultura Económica, 1984 (capítulo VII de La política: Lógica y método en las ciencias sociales; p. 201-224). La expresión y la noción de "ciencia política" se determinan en función de dos variables: 1) el estado de la organización del saber, y 2) el grado de diferenciación estructural de los componentes humanos. En cuanto a lo primero, debe observarse que la noción de ciencia no tiene mucho sentido, o al menos no queda bien precisada, hasta que no se afirma la división y especialización del trabajo cognoscitivo. Es así que no tiene mucho sentido hablar de ciencia política cuando "ciencia" constituía un todo con "filosofía"; cuando el saber se redu- cía y expresaba unitariamente en el amor al saber. La noción de ciencia queda precisada, pues, cuando se diferencia de la filosofía, y presupone que un saber científico se ha separado del alma mater del saber filosófico. Por supuesto que "ciencia" es también diferente de lo que llamarnos opinión, teoría, doctrina e ideología. Pero la división primera y fundamental es entre ciencia y filosofía. En cuanto al segundo aspecto, conviene observar que la noción de política calificó todo, y por lo tanto nada específico, hasta que las esferas de la ética, de la economía y de lo político-social se mantuvieron no divididas y no se tradujeron materialmente en diferenciaciones estructurales, vale decir en estructuras e instituciones que pudieran calificarse de políticas por su diferencia con institutos y estructuras pasibles de ser calificados de económicos, religiosos y sociales. En este sentido, el nudo más difícil de desatar es entre lo "político" y lo "social", entre el ámbito de la política y la esfera de la sociedad. Pero los nudos son varios, empezando por el enredo entre la nomenclatura de origen griego las palabras que derivan de polisy la nomenclatura de origen latino. Digamos entonces que la noción de ciencia política varía en función de qué se entienda por ciencia y qué por política. En razón de ello resulta bastante vano hablar de una ciencia política "perenne", que se prepara con Aristóteles, nace o renace con Maquiavelo y se afirma con autonomía disciplinaria propia a partir del siglo XIX. Antes de aventurarnos a delinear una historia de la ciencia política como tal, y que lo sea realmente, se requiere que la ciencia sea "ciencia", y que la idea de ciencia converja de modo significativo con la idea de política. Hasta ese momento, una historia de la ciencia poli-; tica se reduce, o mejor se divide, en una historia a dos voces: la del concepto de ciencia por un lado, y la del concepto de política por el otro. Esta división es necesaria, no sólo porque "ciencia" y "política" son variables que han cambiado mucho, sino también porque variaron en épocas diferentes y con diversas velocidades. De aquí se deduce que cualquier teoría de la ciencia política, breve o extensa, debe ser atentamente dividida en periodos, en función de cómo se combinan, una y otra vez, una idea diferente de la ciencia con una acepción particular de la política. Es obvio que los tiempos y las fases de la ciencia política serán tanto más numerosos cuanto más nos remontemos hacia el nacimiento de esta disciplina. Pero también una historia de corto radio limitada, por ejemplo, al lapso de un siglotendrá que ser caracterizada por momentos

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  • QU ES "POLTICA"?

    Giovanni Sartori

    Ttulo original italiano: La Scienza Poltica. Turn, 1972. Versin castellana de Marcos Lara. Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1984 (captulo VII de La poltica:

    Lgica y mtodo en las ciencias sociales; p. 201-224).

    La expresin y la nocin de "ciencia poltica" se determinan en funcin de dos variables: 1)

    el estado de la organizacin del saber, y 2) el grado de diferenciacin estructural de los

    componentes humanos.

    En cuanto a lo primero, debe observarse que la nocin de ciencia no tiene mucho

    sentido, o al menos no queda bien precisada, hasta que no se afirma la divisin y

    especializacin del trabajo cognoscitivo. Es as que no tiene mucho sentido hablar de

    ciencia poltica cuando "ciencia" constitua un todo con "filosofa"; cuando el saber se redu-

    ca y expresaba unitariamente en el amor al saber. La nocin de ciencia queda precisada,

    pues, cuando se diferencia de la filosofa, y presupone que un saber cientfico se ha

    separado del alma mater del saber filosfico. Por supuesto que "ciencia" es tambin

    diferente de lo que llamarnos opinin, teora, doctrina e ideologa. Pero la divisin primera

    y fundamental es entre ciencia y filosofa.

    En cuanto al segundo aspecto, conviene observar que la nocin de poltica calific

    todo, y por lo tanto nada especfico, hasta que las esferas de la tica, de la economa y de lo

    poltico-social se mantuvieron no divididas y no se tradujeron materialmente en

    diferenciaciones estructurales, vale decir en estructuras e instituciones que pudieran

    calificarse de polticas por su diferencia con institutos y estructuras pasibles de ser

    calificados de econmicos, religiosos y sociales. En este sentido, el nudo ms difcil de

    desatar es entre lo "poltico" y lo "social", entre el mbito de la poltica y la esfera de la

    sociedad. Pero los nudos son varios, empezando por el enredo entre la nomenclatura de

    origen griego las palabras que derivan de polis y la nomenclatura de origen latino.

    Digamos entonces que la nocin de ciencia poltica vara en funcin de qu se

    entienda por ciencia y qu por poltica. En razn de ello resulta bastante vano hablar de una

    ciencia poltica "perenne", que se prepara con Aristteles, nace o renace con Maquiavelo y

    se afirma con autonoma disciplinaria propia a partir del siglo XIX. Antes de aventurarnos a

    delinear una historia de la ciencia poltica como tal, y que lo sea realmente, se requiere que

    la ciencia sea "ciencia", y que la idea de ciencia converja de modo significativo con la idea

    de poltica. Hasta ese momento, una historia de la ciencia poli-; tica se reduce, o mejor se

    divide, en una historia a dos voces: la del concepto de ciencia por un lado, y la del concepto

    de poltica por el otro.

    Esta divisin es necesaria, no slo porque "ciencia" y "poltica" son variables que

    han cambiado mucho, sino tambin porque variaron en pocas diferentes y con diversas

    velocidades. De aqu se deduce que cualquier teora de la ciencia poltica, breve o extensa,

    debe ser atentamente dividida en periodos, en funcin de cmo se combinan, una y otra

    vez, una idea diferente de la ciencia con una acepcin particular de la poltica. Es obvio que

    los tiempos y las fases de la ciencia poltica sern tanto ms numerosos cuanto ms nos

    remontemos hacia el nacimiento de esta disciplina. Pero tambin una historia de corto radio

    limitada, por ejemplo, al lapso de un siglo tendr que ser caracterizada por momentos

  • muy diferentes. As, la poca de Mosca, Pareto y Michels est ya muy lejos de nosotros; y

    la ciencia poltica de los aos cuarenta le resulta anticuada a la ciencia poltica de los aos

    sesenta.

    En este escrito no tratar de fijar el nacimiento de la "primera" ciencia poltica, sino

    ms bien de separar los elementos de varios, plausibles, "encuentros significativos" entre

    los dos trminos de nuestro discurso; por un lado, los modos de observar la poltica que se

    pueden calificar como cientficos, y por el otro, una serie de caracterizaciones de la idea de

    poltica. Comencemos por esta ltima.

    1. La idea de poltica

    Hoy estamos habituados a distinguir entre lo poltico y lo social, entre el Estado y la

    sociedad. Pero son estas distinciones y contraposiciones que se consolidan en su significado

    actual recin en el siglo XIX. A menudo se oye decir que mientras en el pensamiento grie-

    go la politicidad inclua la socialidad, hoy nos sentimos inclinados a invertir esta diada, e

    incluir lo poltico en lo social y la esfera de lo poltico en la esfera de la sociedad. Pero este

    discurso contiene cuando menos tres errores. Primer error: tal diada no exista en el pen-

    samiento griego. Segundo error: la socialidad no es en absoluto "la sociedad". Tercer error:

    nuestra sustantivacin "la poltica" no tiene en absoluto el significado del trmino griego

    politik, as como hoy hablamos de un hombre poltico que est en las antpodas del

    "animal poltico" de Aristteles.

    Si para Aristteles el hombre era un zoon polilikn, la sutileza que con frecuencia se

    omite es que Aristteles defina de esta manera al hombre, no a la poltica. Slo porque el

    hombre vive en la polis, y porque la polis vive en l, el hombre se realiza completamente

    como tal. Al decir "animal poltico", Aristteles expresaba, pues, la concepcin griega de la

    vida. Una concepcin que haca de la polis la unidad constitutiva (indescomponible) y la

    dimensin completa (suprema) de la existencia. Por lo tanto, en el vivir "poltico" y en la

    "politicidad", los griegos no vean una parte o un aspecto de la vida; la vean en su totalidad

    y en su esencia. Por el contrario, el hombre "no poltico" era un ser defectuoso, un idion, un

    ser carente (el significado originario de nuestro trmino "idiota"), cuya insuficiencia

    consista precisamente en haber perdido, o en no haber adquirido, la dimensin y la

    plenitud de la simbiosis con la propia polis. Brevemente, un hombre "no poltico" era

    simplemente un ser inferior, un menos-que-hombre.

    Sin adentrarnos en las variadas implicaciones de la concepcin griega del hombre,

    lo que importa subrayar es que el animal poltico, el poltes, no se distingua en modo

    alguno de un animal social, de ese ser que nosotros llamaramos societario o sociable. El

    vivir "poltico" en y para la polis era al mismo tiempo el vivir colectivo, el vivir

    asociado, y ms intensamente, el vivir en koinonia, en comunin y "comunidad". Por lo

    tanto, no es exacto decir que Aristteles inclua la socialidad en la poltica. En verdad, los

    dos trminos eran para l un nico trmino, y ninguno de los dos se resolva en el otro, por

    la simple razn de que "poltico" significaba conjuntamente las dos cosas a la vez. De

    hecho, la palabra "social" no es griega sino latina, y le fue adjudicada a Aristteles por sus

    traductores y comentaristas medievales.

    Fue Santo Toms de Aquino (1225-1274) quien autorizadamente tradujo zoon

    politikon como "animal poltico y social", observando que "es propio de la naturaleza del

    hombre vivir en una sociedad de muchos" (De Regimine Principum). Pero no es tan simple.

    Egidio Romano (hacia 1285) verta a Aristteles diciendo que el hombre es un politicum

  • animal et civile. A primera vista, podra parecer que Santo Toms explicitaba el

    pensamiento de Aristteles, mientras que Egidio Romano se limitaba a usar una expresin

    redundante (politicum, despus de todo, es una expresin derivada del griego para decir

    civile). Pero la aparicin de las palabras "social" y "civil" merece ser examinada y ex-

    plicada. De ello resultar que Santo Toms como Egidio forzaron a su autor.

    Est claro que donde los griegos decan polites, los romanos decan civis, as como es claro

    que polis se traduce al latn por civitas. Pero los romanos absorbieron la cultura griega

    cuando su ciudad haba sobrepasado ampliamente la dimensin que admita el "vivir pol-

    tico" segn la escala griega. Por lo tanto la civitas, con respecto a la polis, es una ciudad de

    politicidad diluida; y esto en dos aspectos. Primeramente, la civitas se configura como una

    civitas societas, es decir, adquiere una calificacin ms elstica, que ampla sus lmites. Y

    en un segundo aspecto, la civitas se organiza jurdicamente, La civilis societas, en efecto, se

    traduce a su vez en una iuris societas. Lo que permite sustituir la "politicidad" por la

    juridicidad. Ya Cicern (104-43 a.c.) sostena que la civitas no es un conglomerado humano

    cualquiera, sino aquel conglomerado que se basa en el consenso de la ley (De Re Publica).

    Ya en tiempos de Cicern estamos, pues, prximos a una civitas que no tiene casi nada de

    "poltico" en el sentido griego del trmino: la iuris societas es a la polis lo que la

    despolitizacin es a la politicidad. Y el ciclo se cierra con Sneca. Para Sneca (4 a.c.-65

    d.c), y en general para la visin estoica del mundo, el hombre no es ya un animal poltico;

    es, por el contrario, un sociale animal (De Clementia). Estamos en las antpodas de la

    visin aristotlica, porque el animal social de Sneca y de los estoicos es el hombre que ha

    perdido la polis, que se ha extraado de ella, y que se adapta a vivir negativamente ms que

    en forma positiva en una cosmpolis.

    Si el mundo antiguo concluye su parbola dejando a la posteridad no slo la imagen

    de un animal poltico, sino tambin de un animal social, estas dos representaciones no

    prefiguran de ninguna manera el desdoblamiento y la diada entre la esfera de lo poltico y la

    esfera de lo social que caracteriza la polmica de nuestro tiempo. La primera diferencia

    reside en que el sociale animal no coexiste junto al politicum animal; estas expresiones no

    aluden a dos facetas de un mismo hombre, sino a dos antropologas que se sustituyen una a

    otra. La segunda diferencia que pasaremos a examinar en seguida es que en todo el

    discurso desarrollado hasta ahora, la poltica y la politicidad no fueron percibidas nunca

    verticalmente en una proyeccin en altura que asocie la idea de poltica con la idea de

    poder, de mando, y en ltimo anlisis de un Estado subordinado a la sociedad.

    La cuestin reside en que la problemtica vertical es en gran medida extraa al

    discurso basado en la nomenclatura griega polis, polites, politikos, politike, y politia

    en su traduccin latina, y tambin a su desarrollo medieval. El ttulo griego de una obra

    para nosotros notoria como la Repblica de Platn era Politia: traduccin exacta para el

    mundo que pensaba en latn, dado que res publica quiere decir "cosa comn", cosa de la

    comunidad. Res publica, observaba Cicern, es res populi (De Re Publica). El discurso

    aristotlico sobre la ciudad ptima, fue vertido por los primeros traductores medievales con

    un calco de politia ptima, que se sustituy posteriormente por la expresin de ptima

    repblica. Expresiones todas que se asociaban a un discurso horizontal. La idea horizontal

    es tomada tambin por el ingls common weal o, ms modernamente, commonwealth, que

    equivale a "bien comn", lo que llamamos bien pblico e inters general. Pero

    precisamente por esto, ha sido mal interpretado el ttulo platnico, as como tambin el uso

    de res publica, en toda la literatura que va de los romanos a Bodin (cuyos Six Livres de la

    Republique aparecieron en 1576). Nuestra repblica, convertida en una forma de Estado

  • opuesta a la monarqua, como lo es hoy para nosotros, se sita precisamente en la

    dimensin vertical, que en cambio estaba ausente de la idea de politia, de res publica y de

    common weal.

    Con esto no se quiere afirmar que ser preciso llegar recin a Maquiavelo o a Bodn

    para encontrar la dimensin que he llamado vertical, es decir el elemento de estructuracin

    jerrquica de la sub a la supraordenacin de la vida en sociedad. Es indudable que

    Platn sobreentenda una verticalidad. Pero ste es el elemento que no se recogi sino que

    se perdi de la tradicin aristotlica[1]. Por otra parte, si Maquiavelo es el primero en usar

    la palabra Estado en su acepcin moderna[2], la percepcin de la verticalidad totalmente

    trasfundida en la nocin de poltica se remonta por lo menos a la tradicin romanstica.

    Pero esta idea no estaba expresada en la nomenclatura griega por la palabra "poltica" y sus

    derivados. Se expresaba de manera variada hasta el siglo XVII cuando menos por

    trminos tales como principatus, regnum, dominium, gubernaculum (mucho ms que por

    los trminos potestas e imperium, que en cambio pasaron a referirse a un poder legtimo y

    se usaron en el mbito del discurso jurdico).

    Para los autores medievales y renacentistas que escriban tanto en latn como en

    italiano, francs o ingls el dominium politicum no era "poltico" en nuestro significado,

    sino en el significado de Aristteles: era la "ciudad ptima" del polites, la res publica que

    practicaba el bien comn, una res populi igualmente ajena tanto a la degeneracin

    democrtica como a la degeneracin tirnica. De hecho, los autores medievales usaban

    dominium politicum en contraposicin a dominium regale, y todava ms en contraposicin

    a dominium despoticum. Equivale a decir que la voz politicum designaba la "visin

    horizontal", mientras que el discurso vertical se desarrollaba mediante las voces realeza,

    despotismo y principado. De tal manera, la forma mejor de traducir la idea de dominium

    politicum en la terminologa contempornea, sera decir "la buena sociedad"; pero

    advirtiendo que nosotros somos al respecto bastante ms optimistas o ingenuos que los

    autores medievales. Tambin podramos decir que el dominium politicum representaba una

    especie de "sociedad sin Estado"; pero entonces recordando que la sociedad en cuestin era

    a un mismo tiempo una civilis societas y una iuris societas, no una sociedad sin adjetivos,

    la sociedad de que habla el socilogo.

    Por el contrario, si hay un trmino que simbolizaba ms que ningn otro el enfoque

    vertical, el discurso que llamaramos caractersticamente poltico, este trmino era

    "prncipe". No por azar Il Principe (1513) fue el ttulo elegido por Maquiavelo. De

    Regimine Principum (en 1200-1269, aproximadamente) fue ya el ttulo de Santo Toms (no

    de Egidio Romano); mientras que Marsilio de Padua (1280-1343 aproximadamente) usaba

    principatus o pars principans para indicar las funciones que hoy llamaramos de gobierno,

    y habra podido clasificar la realidad poltica descrita por Maquiavelo como un principatus

    despoticus (Defensor Pacis, cap. XIII de la Dictio Prima).

    Qu conclusin podemos extraer de estos trazos sumarios que acabamos de

    exponer? Que las complejas y tortuosas vicisitudes de la idea de poltica van ms all de la

    palabra poltica, en todas las pocas y en mil aspectos[3]. La poltica de Aristteles era a la

    vez una antropologa; una antropologa ligada indisolublemente al "espacio" de la polis.

    Cada la polis, la "politicidad" se atena, diluyndose variadamente o transformndose en

    otra. Por un lado, la poltica se juridiciza, desarrollndose en la direccin indicada por el

    pensamiento romano. Por otro lado que he tenido que pasar por alto la poltica se

    teologiza, primero adecundose a la visin cristiana del mundo, despus en relacin con la

    lucha entre el papado y el Imperio, y por ltimo en funcin de la ruptura entre el

  • catolicismo y el protestantismo. En todos los casos, el discurso sobre la poltica se confi-

    gura empezando por Platn y tambin por Aristteles como un discurso que es,

    conjunta e indisolublemente, tico-poltico. La tica en cuestin podr ser naturalista y

    psicologista; o bien una tica teolgica; o incluso una tica juridicizada, que debate el

    problema del "bien" en nombre de lo que es "justo", invocando la justicia y las leyes. La

    doctrina del derecho natural, en sus sucesivas fases y versiones, resume bastante bien esta

    amalgama de normativa jurdica y de normativa moral. En todos estos sentidos, y tambin

    en otros, la poltica no se configura en su especificidad y autonoma hasta Maquiavelo.

    [1] Debe tenerse presente que las exiguas dimensiones de la polis la caracterizaban como

    una red de relaciones "cara a cara". En este sentido, la verticalidad quedaba sobreentendida.

    Las magistraturas y "los que estaban arriba" existan, por escrito; pero cuando la base de la

    pirmide es estrecha, el vrtice no est muy alto. El contraste entre la idea horizontal y la

    idea vertical de la poltica debe entenderse, pues, con este alcance: que la verticalidad

    griega era extremadamente reducida en comparacin con la de los Estados territoriales. Por

    ello resulta engaoso traducir polis por ciudad-Estado, y mucho menos todava por

    Estado.

    [2] El Principe, captulos I y III. Por otra parte, Maquiavelo empleaba tambin la palabra

    "Estado" en su acepcin medieval: status en el sentido de categora o condicin social. Cf.

    F. Chiappelli, Studi sul linguaggio di Machiaielli, Florencia, Le Monnier, 1952, pp. 59-74.

    El uso moderno se consolida con Hobbes, que emplea Commonwealth y Estado como

    equivalente, y todava ms con la traduccin de Pufendorf al francs, en la que Barbeyrac

    traduce civitas por tat.

    [3] No existe un estudio dedicado a seguir la idea de poltica en su complicada pero no

    menos reveladora evolucin terminolgica. Entre las no muchas enciclopedias que registran

    la voz "poltica", sealo la de M. Albertini en el Grande Dizionario Enciclopdico

    dell'UTET (ahora en su vol. Poltica e altri saggi, Miln. Giuffr, 1963). Salvo la bsqueda

    autor por autor, las historias del pensamiento poltico que me han resultado ms

    provechosas son: A. J. y R. W. Carlyle, A History of Medieval Political Theory in the

    West.. Nueva York, Barnes & Noble, 6 vol., 1903-1936; C. H. Mac Ilwain; The Growth of

    Political Thought in the West; G. H. Sabine, A History of Political Theory [Historia de la

    teora poltica, FCE], Nueva York, Holt, Rinehart and Winston, 1961; Wolin, Politics and

    Vision: Continuity and Innovation in Western Political Thought, Boston, Little Brown,

    1960; W. Ullmann, Principies of Government and Politics in the Middle Ages, Londres,

    Methuen, 1961; O. Gierlce, Das Deutsche Genossenschaftsrecht (1881), que fue por lo

    menos consultado en su compendio (a cargo de F. W. Maitland), Political Theories of the

    Middle Age, Cambridge University Press, 1900. Tambin son muy aconsejables C. H.

    Mcllwain, Constitutionalism: Ancient and Modern, y del mismo, Constitutionalism and the

    Chainging World, Cambridge, Cambridge University Press, 1939.