qué es etica

7/17/2019 Qué es Etica

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MANUAL DE URBANIDAD Y BUENAS MANERAS DE MANUEL

ANTONIO CARREÑO CAPITULO PRIMERO; DE LOS DEBERESPARA CON DIOS

OMAR G. FONSECA PARRACÓDIGO. 3021111069

DOCENTE YIMY BARCO

UNIVERSIDAD LA GRAN COLOMBIAFACULTAD DE INGENIERÍA CIVIL

TICA PROFESIONALGRUPO 12

201!




MANUAL DE URBANIDAD Y BUENAS MANERAS DE MANUEL

ANTONIO CARREÑO CAPITULO PRIMERO; DE LOS DEBERESPARA CON DIOS

Muchas son las normas que están en el Manual de Carreño, y muchas de ellas

también son muy importantes conocerlas y tomarlas en cuenta para nuestra vida,

y es también muy importante que sean conocidas por las personas para que

puedan vivir mejor y tratarse mejor con las personas que tienen cerca.

El Manual de Carreño es muy amplio, pero se puede ver que existen normas

sobre el comportamiento personal, sobre el comportamiento en el hogar y con la

amilia, y también sobre el comportamiento en la relaci!n con otras personas y en

la comunidad, además de las normas para el comportamiento en la escuela o en

el trabajo. Muchas de estas normas, son importantes que sean conocidas y

manejas por las uturas generaciones, para que el pa"s pueda marchar mejor.

#or esto, es importante que además de ser enseñadas en el hogar, sean también

enseñadas en la escuela durante todos los grados y con mayor detalle que con la

que nos enseñan hoy a nosotros. $o todas las amilias tienen los mismos valores

ni le dan la misma importancia a la urbanidad y las buenas costumbres, por lo que

también es importante que estas normas se enseñen por los medios decomunicaci!n como la radio y la televisi!n y que esta enseñan%a sea también una

tarea del gobierno nacional para ormar a las uturas generaciones como

protagonistas del destino uturo de &ene%uela. 'a gente debe aprender,

comprender y practicar estas normas para as" construir y tener un pa"s mejor, con

mejores ciudadanos que a su ve% sean mejores personas con mejores valores.

(.) *asta dirigir una mirada al irmamento, o a cualquiera de las maravillas de la

creaci!n, y contemplar un instante los ininitos bienes y comodidades que

nos orece la tierra, para concebir desde luego la sabidur"a y grande%a de

+ios y todo lo que debemos a su amor, a su bondad y a su misericordia.

((. ) En eecto, -uién sino +ios ha creado el mundo y lo gobierna -uién ha

establecido y conserva ese orden inalterable con que atraviesa los tiempos la

masa ormidable y portentosa, del universo -uién vela incesantemente por

nuestra elicidad y la de todos los objetos que nos son queridos en la tierra




y, por /ltimo, quién sino E' puede orecernos y nos orece la dicha inmensa

de la salvaci!n eterna

(((. ) 'e somos, pues, deudores de todo nuestro amor, de toda nuestra gratitud,

y de la más prounda adoraci!n y obediencia0 y en todas las situaciones de la

vida estamos obligados a rendirle nuestros homenajes, y dirigirle nuestros

ruegos ervorosos, para que nos haga merecedores de sus beneicios en el

mundo, y de la gloria que reserva a nuestras virtudes en el Cielo.

(&. ) +ios es el ser que re/ne la inmensidad de la grande%a y de la perecci!n0

y nosotros, aunque criaturas suyas, y destinadas a go%arle por toda una

eternidad, somos unos seres muy humildes é imperectos0 as" es quenuestras alaban%as nada pueden añadir a sus soberanos atributos. #ero el

se complace en ellas y las recibe como un homenaje debido a la majestad de

su gloria, y como prendas de adoraci!n y amor que el cora%!n le orece en la

eusi!n de sus más sublimes sentimientos0 nada puede, por tanto,

excusarnos de dirig"rselas.

&. ) 1ampoco nuestros ruegos le pueden hacer más justo, porque todos sus

atributos son ininitos, ni, por otra parte, le son necesarios para conocer

nuestras necesidades y nuestros deseos, porque El penetra en lo más "ntimo

de nuestros cora%ones0 pero esos ruegos son una expresi!n sincera delreconocimiento de su poder supremo y del convencimiento en que vivimos

de que El es la uente de todo bien, de todo consuelo y de toda elicidad, y

con ellos movemos su misericordia y aplacamos la severidad de su divina

justicia, irritada por nuestras oensas, porque El es +ios de bondad y su

bondad tampoco tiene l"mites.

&(. ) 2Cuan propio y natural no es que el hombre se dirija a su Creador, le hable

de sus penas con la conian%a de un hijo que habla al padre más tierno y

amoroso, le pida el alivio de sus dolores y el perd!n de sus culpas, y con una

mirada dulce y llena de unci!n religiosa, le muestre su amor y su e como los

t"tulos de su esperan%a3

&((. ) 4s" al acto de acostarnos como al de levantarnos, elevaremos nuestra

alma a +ios, le dirigiremos nuestras alaban%as y le daremos gracias por

todos sus beneicios. 'e pediremos por nuestros padres, por nuestra amilia,

por nuestra patria, por nuestros amigos, por nuestros enemigos, y haremos




votos por la elicidad del género humano, y especialmente por el consuelo de

los aligidos y desgraciados.

&(((. ) $o nos limitaremos entonces a esto, sino que recogiendo nuestro esp"ritu,

y rogando a +ios nos ilumine con las luces de la ra%!n y de la gracia

examinaremos nuestra conciencia, y nos propondremos emplear los medios

más eicaces para evitar las altas que hayamos cometido en el decurso del

d"a.

(5. ) Es también mi acto debido a +ios, y propio de un cora%!n agradecido, el

maniestarle siempre nuestro reconocimiento al levantarnos de la mesa. 6i

nunca debemos olvidarnos de dar las gracias a la persona de quienrecibimos un servicio, por pequeño que sea, Con cuánta más ra%!n no

deberemos darlas a la #rovidencia cada ve% que nos dispensa el mayor de

los beneicios, cual es el medio de conservar la vida

5. ) En los deberes para con +ios se encuentran reundidos todos los deberes

sociales y todas las prescripciones de la moral0 as" es que el hombre

verdaderamente religioso es siempre el 7modelo de todas las virtudes, el

padre más amoroso, el hijo más obediente, el esposo más iel, el ciudadano

más /til a su patria.

5(. ) 8 a la verdad, cuál es la ley humana, cuál el principio, cuál la regla que

encamine a los hombres al bien y los aparte del mal, que no tenga su origen

en los Mandamientos de +ios, en esa ley de las leyes, tan sublime y

completa cuanto sencilla y breve d!nde hay nada más conorme con el

orden que debe reinar en las naciones y en las amilias, con los dictados de

la justicia, con los generosos impulsos de la caridad y la beneicencia, y con

todo lo que contribuye a la elicidad del hombre sobre la tierra, que los

principios contenidos en la ley evangélica.

5((. ) $osotros satisacemos el sagrado deber de la obediencia a +ios

guardando ielmente sus leyes, y las que nuestra 6anta (glesia ha dictado en

el uso leg"timo de la divina delegaci!n que ejerce0 y es éste al mismo tiempo

el medio más eica% y más directo para obrar en avor de nuestro bienestar

en este mundo y de la elicidad que nos espera en el seno de la gloria

celestial.




5(((. ) #ero no es esto todo9 los deberes de que tratamos no se circunscriben a

nuestras relaciones internar con la +ivinidad. El cora%!n humano,esencialmente comunicativo, siente una inclinaci!n invencible a expresar sus

aectos por signos y demostraciones exteriores. +ebemos, pues, maniestar

a +ios nuestro amor, nuestra gratitud y nuestra adoraci!n, con actos p/blicos

que, al mismo tiempo que satisagan nuestro cora%!n, sirvan de un saludable

ejemplo a los que nos observan. 8 como es el templo la casa del 6eñor y el

lugar destinado a rendirle nuestros homenajes, procuraremos visitarlo con la

posible recuencia, maniestando siempre en él toda la devoci!n y todo el

recogimiento que inspira tan sagrado recinto.

5(&. ) 'os sacerdotes, ministros de +ios sobre la tierra, tienen la alta misi!n demantener el culto divino y de conducir nuestras almas por el camino de la

elicidad eterna. 1an elevado carácter nos impone el deber de respetarlos y

honrarlos, oyendo siempre con interés y docilidad los consejos con que nos

avore%can, cuando en nombre de su +ivino Maestro y en desempeño de su

augusto ministerio nos dirijan su vo% de caridad y de consuelo. El respeto a

los sacerdotes es una maniestaci!n de nuestro respeto a +ios mismo y un

signo inequ"voco de una buena educaci!n moral y religiosa.

C:$C';6(:$E6

• Es importante para las personas en cualquier actividad de su vida conocer y

practicar las normas de comportamiento que escribi! Carreño.

• El aseo y la higiene, el orden limpie%a y control, y la buena presencia e

imagen, contribuyen a contar con personas que se quieren a s" mismas, que

sean seguras, con elevada auto estima, responsables de s" mismas, de sus

cosas y en las que les puedan coniar las demás personas. #or ello, se deben

enseñar estas normas y ayudar a las personas para que pueden practicarlas,

esto contribuye a ormar mejores personas.

• 'as normas en la casa y con la amilia, contribuyen a que las personas puedan

comportarse mejor en su relaci!n con sus amiliares y cuidar bien de su casa y

los objetos que en ella se encuentran, además de aprender a relacionarse

mejor con las personas que trabajan en la casa con mucho respeto y atender




apropiadamente a las personas que nos visitan. 1odas estas normas

contribuyen a que seamos mejores personas y mejoremos las relacioneshumanas.

• 'as normas de comportamiento con las personas y con la comunidad, no

ayudan a manejar más apropiadamente la solidaridad con nuestros

semejantes, la convivencia con nuestros vecinos y los valores ciudadanos,

contribuyendo en cada persona para su mejor actuaci!n como persona en la

sociedad.

• 'as normas de comportamiento en la escuela y el trabajo, nos enseña sobre el

cuidado de las instalaciones y la conducta apropiada, lo cual contribuye a quecomo ciudadanos de un pa"s entendamos la importancia de educarnos y de

tener más conocimiento, además de lo importante que son el cuidado de las

instalaciones y la conducta apropiada en nuestro trabajo. Esto nos permite

desde temprana edad entender las normas y aplicarlas en la vida, siendo a la

ve% mejores ciudadanos.

• Estas normas, deben ser enseñadas a las personas desde su casa, pero

también debe ser enseñado en el colegio en todos los grados y con mayor

detalle, también debe ser tarea del gobierno y de los medios de comunicaci!n

enseñar estas normas para que todas las personas puedan conocerlas,

aprenderlas y lleguen a practicarlas mejorando cada d"a la calidad de las

personas

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