q labitamente se aclaró la selva, e! camino descendía en rápida pendiente hacia una. gran bahía...

2
UNIVERSIDAD DE MEXrCO Por Virginia R. R. DE MENDOZA MEXICO SAN JU AN 11 moso con las crines tan largas que llegaban hasta los cascos; su capa era rodada, su pecho ancho, sus piernas finas y li- geras como flechas, su cola ri- ca y abundosa como una gavi- lla de centeno y tan larga que arrastraba por tierr:!. Este es- pectáculo duró apenas un bre- ve minuto. Viendo que la mu- jer aproximaba al amp:!ro de las flores el caballo huyó; pero no huyó por tierra, sino hacia el lago. Cuando llegó a la parte más honda se sumer- gió rectamente, sin intentar na- dar. La madre de Gil (era el nombre de! muchacho) com- prendió que aquello no podía ser otra cosa que el neck, el duendecillo que cuando sale adopta la apariencia de un ca- ballo. Ella no sintió miedo; pe- ro sí por el hijo que llevaba en sus entrañas; consultó con un "sabio" y éste le dijo que hi- ciera del niilo un pescador para que el neck lo protegiera, sólo que debería librarse bien de una cosa: de no beber jamás agua del lago en que pescase". Al muchacho del relato le hicieron beber, con engaños, di- cho líquido y al atravesar el lago se ahogó. En España se dice que la del 24 de junio es la "mañana clá- sica del Folklore". Baila e! sol, los cuélebres pierden su poder mágico, las mujeres encan':lJ,\$ salen de sus cuevas y de las fuentes a peinar sus cabellos con peines de oro y a ofrecer sus riquezas al que quiera y tenga valor para desencan tarlas. La:; joyas más raras brotan de la; peílas y de los manantiales; ap)- recen gallinas con pollos de oro; hay juegos de bolos, siendo es- tos de oro; los pastores reciben regalos sin saber de quién, ge- neralmente vacas u otras bes- tias; se encienden hogueras en todos los pueblos y los mozos lugares de NOCHE San luan Ba1ti'isfa de M1tl'illo diversos LA e 11, Q UIEN no ha oído ha- blar con cierto miste- rio de la Noche de San Juan; de los di- versos fenómenos que en ella ocurren a partir de la de! 23 de junio; e! 24 es e! día dedi- cado al Bautista, santo que go- za de gran popularidad tanto en España como en México. Las costumbres locales son de gran interés: el baño para to- das las personas, el corte de pe- lo de las mozas p:!ra que. du- rante todo e! año luzcan una hermosa cabellera; e! baño de caballos en los pueblos situados a las márgenes de los ríos y en donde no los hay, en lagunas o jagüeyes; los juegos con fru- tas de la estación, principa;- mente peras, en las albercas, donde se entablan verdaderas . batallas; los adornos de los ba- ños públicos, llamados también "placeres"; los zacates pinta- dos, los jabones afectando dife- rentes formas a cual más fan- tásticas y las fiestas populares en las plazas y jardines de las poblaciones. Pero lo que más me ha lla- mado la atención es la creencia en "los encantos", que según el decir de! pueblo sólo esa noche se abren; al amanecer se cie- rran para no dejarse ver hasta el próximo año. La creencia es vieja y uni- versal, pero aun pervive, y en nuestro país tiene sus caracte- rísticas especiales. Lo que con- cierne a México es lo que más debe interesarnos; mas esto no impide hacer aquí algunas alu- siones a este tema, tomadas de relatos europeos. Selma Lagerlof 1 nos cuenta que en Jesse, Vermland, un jo- ven se negaba a beber el agua de la bahía cercana al templo, que era donde él pescaba coti- dianamente, porque su madre le había contado que dos me- MA J. j J j, j JIf'iJD .en I f 1) ,. Se·ñorSanJuan HO!:lye Ii, noche del Se·ñorSanJuan_ " "" la feguera non hayquequemar_ " " " Ya las estrellea a meler·se van_ J. j JI fF1! ro I J. J. j :q @ 7 I Vi·va ¡adenza .Y losqueneUasstán Se-ñorSan Juan_ los mis a·mo·res van, 6a· la· da. la no·che de San Juan. F O' LKLORE ses antes de su nacimiento, sa- lió a pasear en una noche de estío. Había seguido un camino a través de un espeso bosque; la bóveda de ramas y hojas era tan espesa sobre ella que fingía la noche, aun siendo por San Juan y ser aquélla clara. Sú- bitamente se aclaró la selva, e! camino descendía en rápida pendiente hacia una. gran bahía redondeada, casi tan bella como la bahía de la iglesia, ante la casa parroquia!. "Estaba rodea- da de praderas verdeantes y her- bosas en las que crecían mu- chas flores. Un caballo blanco pacía en ellas. Jamás había vis- to la mujer un animal tan her- saltan por encima de las llamas; las muchachas adornan las fuen- tes con ramas y flores; mien- tras llega la media noche para coger la flor del agua, que tie- ne la virtud de curar enferme- dades y dar felicidad, todos los concurrentes a estos sitios bai- lan delante del manantial o de

Upload: others

Post on 07-Mar-2020

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Q LAbitamente se aclaró la selva, e! camino descendía en rápida pendiente hacia una. gran bahía redondeada, casi tan bella como la bahía de la iglesia, ante la casa parroquia!

UNIVERSIDAD DE MEXrCO

Por Virginia R. R. DE MENDOZA

MEXICO

SAN JU AN

11

moso con las crines tan largasque llegaban hasta los cascos;su capa era rodada, su pechoancho, sus piernas finas y li­geras como flechas, su cola ri­ca y abundosa como una gavi­lla de centeno y tan larga quearrastraba por tierr:!. Este es­pectáculo duró apenas un bre­ve minuto. Viendo que la mu­jer s.~ aproximaba al amp:!rode las flores el caballo huyó;pero no huyó por tierra, sinohacia el lago. Cuando llegó ala parte más honda se sumer­gió rectamente, sin intentar na­dar. La madre de Gil (era elnombre de! muchacho) com­prendió que aquello no podíaser otra cosa que el neck, elduendecillo que cuando saleadopta la apariencia de un ca­ballo. Ella no sin tió miedo; pe­ro sí por el hijo que llevaba ensus entrañas; consultó con un"sabio" y éste le dijo que hi­ciera del niilo un pescador paraque el neck lo protegiera, sóloque deberí a librarse bien de unacosa: de no beber jamás aguadel lago en que pescase".

Al muchacho del relato lehicieron beber, con engaños, di­cho líquido y al atravesar ellago se ahogó.

En España se dice que la del24 de junio es la "mañana clá­sica del Folklore". ~ Baila e! sol,los cuélebres pierden su podermágico, las mujeres encan':lJ,\$salen de sus cuevas y de lasfuentes a peinar sus cabellos conpeines de oro y a ofrecer susriquezas al que quiera y tengavalor para desencan tarlas. La:;joyas más raras brotan de la;peílas y de los manantiales; ap)­recen gallinas con pollos de oro;hay juegos de bolos, siendo es­tos de oro; los pastores recibenregalos sin saber de quién, ge­neralmente vacas u otras bes­tias; se encienden hogueras entodos los pueblos y los mozos

lugares

deNOCHE

San luan Ba1ti'isfa de M1tl'illo

diversos

LA

e 11,

QUIEN no ha oído ha­

blar con cierto miste­rio de la Noche deSan Juan; de los di­

versos fenómenos que en ellaocurren a partir de la de! 23de junio; e! 24 es e! día dedi­cado al Bautista, santo que go­za de gran popularidad tantoen España como en México.Las costumbres locales son degran interés: el baño para to­das las personas, el corte de pe­lo de las mozas p:!ra que. du­rante todo e! año luzcan unahermosa cabellera; e! baño decaballos en los pueblos situadosa las márgenes de los ríos y endonde no los hay, en lagunaso jagüeyes; los juegos con fru­tas de la estación, principa;­mente peras, en las albercas,donde se entablan verdaderas

. batallas; los adornos de los ba-ños públicos, llamados también"placeres"; los zacates pinta­dos, los jabones afectando dife­rentes formas a cual más fan­tásticas y las fiestas popularesen las plazas y jardines de laspoblaciones.

Pero lo que más me ha lla­mado la atención es la creenciaen "los encantos", que según eldecir de! pueblo sólo esa nochese abren; al amanecer se cie­rran para no dejarse ver hastael próximo año.

La creencia es vieja y uni­versal, pero aun pervive, y ennuestro país tiene sus caracte­rísticas especiales. Lo que con­cierne a México es lo que másdebe interesarnos; mas esto noimpide hacer aquí algunas alu­siones a este tema, tomadas derelatos europeos.

Selma Lagerlof 1 nos cuentaque en Jesse, Vermland, un jo­

ven se negaba a beber el aguade la bahía cercana al templo,que era donde él pescaba coti­dianamente, porque su madrele había contado que dos me-

MA J. j J~p j, j JIf'iJD .en I f 1) ,.Se·ñorSanJuan HO!:lye Ii, noche del Se·ñorSanJuan_

" "" Y~n la feguera non hayquequemar_" " " Ya las estrellea a meler·se van_

J. j JI fF1! ro IJ. J. j :q @ 7 IVi·va ¡adenza .Y losqueneUasstán Se-ñorSan Juan_

iA~!mo·re·n., los mis a·mo·res van,!A~!6a· la· da. la no·che de San Juan.

F O' L K L O R E

ses antes de su nacimiento, sa­lió a pasear en una noche deestío. Había seguido un caminoa través de un espeso bosque;la bóveda de ramas y hojas eratan espesa sobre ella que fingíala noche, aun siendo por SanJuan y ser aquélla clara. Sú­bitamente se aclaró la selva, e!

camino descendía en rápidapendiente hacia una. gran bahíaredondeada, casi tan bella comola bahía de la iglesia, ante lacasa parroquia!. "Estaba rodea-

da de praderas verdean tes y her­bosas en las que crecían mu­chas flores. Un caballo blancopacía en ellas. Jamás había vis­to la mujer un animal tan her-

saltan por encima de las llamas;las muchachas adornan las fuen­tes con ramas y flores; mien­tras llega la media noche paracoger la flor del agua, que tie­ne la virtud de curar enferme­dades y dar felicidad, todos losconcurrentes a estos sitios bai­lan delante del manantial o de

Page 2: Q LAbitamente se aclaró la selva, e! camino descendía en rápida pendiente hacia una. gran bahía redondeada, casi tan bella como la bahía de la iglesia, ante la casa parroquia!

Pasada dI' los he'miados por los "ob/es de la M osqllrraen. la 'lOche de San Juan.

li

la hoguera y ent'onafi cántóscomo los que siguen:

-Que traila, mió vida,que traila, traila;que traila, mió vida,la flor del :lgua ...

A coger el trébole,el trébole y el trébol ea coger el trébolela noche de San Juan ...

Esta noche pueden ser encan­tadas también las personas, ob­jetos y lugares; se refiere el ca­so de un padre que al encantara su hija dijo: -El que se atre­va a desencantarte tiene quepresentarse aquí la mañana deSan Juan cargado de reliquiasy dar muerte al Cuélebre deuna lanzada en la gargan t:1.Un pastor que estaba escondidooyó lo anterior, se lo comunicóál enamorado de la muchacha,quien al año siguiente llegóperfectamente preparado y can­tó:

-Niña que estás eucautadaen la cueva de Cibrián,he de libertarte yo,la mañana de San Juan. ~

Otra ocaS1On estaba un pastor­cito al pie de la fuente de lasTraviesas, en Callada de Tara­nes, cuando vió por el ojo dela fuente un encanto con m\1­chas vacas:

-¿Qué miras, pastór? -di­jo el encanto.

-Miro estas vacas tan gua-pas.

-¿Tú no tienes vacas?

-No, señor,

-Pues cuando entren por elojo de la fuente tiras tuS cal­zones sobre la que más te gustey será para tí. Preparóse a elloel pastor; pero como cada vaClle parecía mejor que la ante­rior no se decidía a tirarle lacitada prenda de ropa; tanto lopensó que todos los anima!~s

regresaron al encanto y éste s~

cerró.

Confirmando la magia de estanoche, encontramos en Loberade Onsella, Zaragoza, la cos­tumbre de pasar a los hernia­dos, principalmente a los niños;por los robles de la Mosquera,

. en una rama que tenga formade horqueta, lo que nos llevaríaa la magia homeopática, de cu-.rar con semejantes, o a la sim­patética, por parecido. 3

Esta costumbre está muy ge­neralizada en muchos pueblosde la península española.

LA CREENCIA EN MÉXICO

La Noche de Navidad flo­recen la flor del carrizo y lade la yerbabuena, siempre quehayan sido cortadas la mañana

de San juaJi; pero 10 más fre­cuente es que el florecimientosea durante la noche del 24 cejunio, sobre todo en la regiónde Tecamachalco, Pueb.

En el lugar antes menciona­do se relata que en un montecercano, quizá el "Cerro delMonumento", iba una noche deSan Juan un arriero cuando oyóuna música muy bonita.¿Qué será?-' Se di jo y se -aso­mó. Vió muchas mujeres her­mosas, un templo muy adorna­do y profusión de velas encen­didas. Entró a la iglesia, oyó lamisa y luego se perdió entre lasnumerosas callecilJas ocupadaspor la feria. Vendió muy bien lamercancía que llevaba, adqui ..riendo con su producto algunasfrutas y objetos que llamaronsu atención. En todo esto sehizo de noche por lo que entróa un mesón y se acostó a dor-

mIL Al día siguiente despertóen el campo, miró a su alrede­dor y no quedaba el menor ras­tro de la feria ni del templo;buscó en sus bolsillos el dineroy sólo halló piedras. Se levan­tó muy triste y regresó a supueblo a contar su aventura.

Doña Manuela Robles, de102 años, me dice que ella viócuando era pequeña, en una no­che de San Juan, muchos niñi­tos como de siete años, que bai­laban y tocaban su jaranita al­rededor del jagüey. Años mástarde le platicaron que en elmismo sitio y en iguales circuns­tancias, un hombre llegó hastamuy cerca de donde estaban loschiquillos; pero cuando lo vie­ron entre todos lo arrojaron alagua donde murió. Algunaspersonas han visto y oído a es-

tos cantadores; tienen cara deniños, visten calzón y camisade manta, usan huaraches y an­dan sin sombrero; el cabello lollevan cortado a rape.

Soledad Contreras de Taxcode Alarcón, Gro., me relata quela noche de San Juan floreceel carrizo y se abren los encan­tos; se ven cosas muy bonitas;duran abiertos sólo unos cuan-.tos minutos y se cierran;si la persona que los veno sale a tiempo, pe"rmaneccráha~ta,el año siguiente, cn qu,~

al abrirse. deberá alejarse rápi­damente de aquel lugar, sin vol­ver para nnda la cabeza ha6.\

atrás.En Corral Falso, Tlalchapa,

Gro., según ha oído decir elProf. Celedonio Serrano Martí­nez, los encantos se abren el díade San Juan; si una persona en­tra y se distrae mirando todas

las cosas lla ma tivas que ha y, sequeda dentro al cerrarse el en­canto y hasta el año siguienterecobra su libertad. A las ve­ces compran manzanas o naran­jas, que las hay muy incitan­tes; pero al llegar a su casa seles convierten en frutos de oromacizo. Muchas gentes de lasque han vivido por un año den­tro de un encanto pierden lamemoria y nunca regresan a suhogar.

Nicasia Arias, de SO años,natural de Huimanguillo, Ta­basco, me cuenta que en sutierra la noche de San Juan seabren los encantos; pueden seruna casa, un teatro, una igle­sia o una ciudad. Adentro haycosas muy hermosas; si es uncampo, gran cantidad de gana­do, siembras y árboles fruu-

UNIVERSIDAD DE MEXICO

les; pero el que los ve no debetocar ni comer nada, pues que­da encantado para siempre.Los que se abstienen de probarestos frutos, aunque se que­den al 'cerrarse el encanto, pue­den salir al año siguiente, a bl'-jisma hora.

y esto no es privativo denuestro país; de Guatemala ala República Argentina, se con­sidera que la noche de SanJuan es la más propicia paralas adivinaciones. 4 Las cédulasde San Juan se publican í:odá­vía en los periódicos argentinos.

En Bohemia y otros 'lugaresde Europa, se diCe que elhelecho florece en capullos do­rados, que resplandecen comofuego; que la persona que lle­va un helecho en la mano lavíspera del medio verano, des­cubrirá los tesoros ocultos de latierra y los verá brillar con unallama azulada; ':. mas tambiénsaben que dichas plantas flo­recen el 24 de diciembre, ':. ':. las

dos noches solsticiales que tie­Iten análogos misterios.

Lo mismo pasa en ciertos lu­gares de Alemania con el muér­iago, -parásita <¡ue crece so­bre el roble-, cuyo color dó­rada creen se debe a que lleva

sangre del sol. ro •

Y, finalmente, todos estosritos vienen a ser propiciato­rios a las divinidades del fuego,del agua y de la tierra, la tri­logía dominadora en todos lospueblos desde la más remota an­tigüedad.

I Lagerliíf, Selma. El jV!un­di! de los Gnomos y el Anillodel Gme'raJ.. Versión españolade Vicen.te Diez de Tejeda yCarlos Guerendiain. Carátulade tiorna. Ld. PRISMA. México,D. F., 1940, p. 35. Cap. "El aguade la Bahía de la Iglesia".

2 De Llano Roza de Ampudi::¡,AureJio. Del Folklore AsturianoMitos, SuperSticIOnes, Costum­bres . .. Prólogo de R. MenéndezPidal. J\.fadrid. Talleres "Volun­tad". 1922. Madrid, pp. 78 Y S5.

3 Caro Baraja, Julio. Los Pue­blos de lispaFi.a. Ensayo de Etno­logía. Editorial BAJ.{NA, S. A.Barcelona. España, 1946, p. 411.

* En Cerritos, San MiguelAllende, Gto., a las 12 del dia deSan Juan se ve arder en dóndehay dinero enterrado.

** Existe la creencia en mu­chos lugares de la República Me­xicana acerca de que en los ln·gares en que hay escondido untesoro, se ve a ciertas horas co­mo el principio de IIn incendio.

5 Frazer, Sir James George.La Rama Domda. Magia y Reh­gión-Versión española de Eliza­heth y Tadeo 1. Campuzano.Fondo de Cultura Económica.Primera Ed. en español. México,1944, pp. 154, 382, 414-15, 748,785, 831 y 835.