Putos breves Ficción jedionda, continua y en blog (Selección 2) Leonel GiacomettoSiempre dependiendo del resultado que produzca, estaacción pu ed e ser co ns id er ad a como imprud en te , co mo carente de ese, por decir, poder que hay adentro de todos y que permitiría, en el caso de tenerlo, obrar en forma correcta, digamos. La virtud de lo correcto es una provisión para unahumanidad provisoria, como el público de teatro. Por eso Adrián hizo lo que hizo aquella vez y por eso después, apenas quince minutos después, más o menos, casi relajado y caminando imprudente como lo habrá sido, digamos, Judy Garland, millonaria, borracha, actriz de fábrica y perdidaen sí misma, casi igual Adrián, pero pobre, puto y pasivo hasta el hartazgo, decía, volviendo de hacer lo que hizo, sintió que la manga de farsantes que, se dijo, construía esacosa en la que todos vivimos se contaminaba de algo liviano, pero intenso, como el capricho de una temprana educación audiovisual, como un tema lento de ABBA. Esto lo sinti ó después del chong o que era no polic ía, sino agen te de tránsito de los comúnmente llamados “zorros grises”. Un asco de persona encerrado en un cuerpo acorde y encajable ala mitología de todos los putos como Adrián, posible de serchupado, digamos. Chupado es referido al sexo oral y no aesa acepción con la que se denomina, por ejemplo, a todos losque alguna vez, en Argentina, entre 1974 y 1982, fueron chupados, desaparecidos, torturados, muertos y despuésdesparramados por ahí, y por el que sus madres, locas de