publicacao_4815_em_10_09_2009_13_39_21.pdf

Upload: rgaytanc

Post on 26-Feb-2018

219 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/25/2019 Publicacao_4815_em_10_09_2009_13_39_21.pdf

    1/13

    La legitimidad para unos es ilegitimidad para otros: Polarizacion y golpe de Estado en

    Venezuela*

    Margarita Lopez Maya**

    Gobiernos impopulares elegidos democrticamente siempre los ha habido y gobiernosilegtimos para ciertos sectores de la sociedad tambin. En democracia, actores de vocacindemocrtica los combaten dentro del Estado de derecho. Es la nica garanta para quienesno son poderosos de ver que sus derechos e intereses sean respetados.

    Prembulo

    La sociedad venezolana vivi en el 2002 uno de los aos ms convulsionados de su historiacontempornea. Fracturada en dos bloques poderosos que se enfrentaron continuamente alo largo del ao, en dos oportunidades el Estado hubo de afrontar una insurreccin degrandes proporciones que puso en peligro la continuidad del gobierno del presidente HugoChvez, elegido abrumadoramente en comicios democrticos de 1998 y 2000.

    El golpe de Estado del 11 de abril al igual que el paro general indefinido con parlisis de laindustria petrolera de diciembre de ese ao, que perdur hasta febrero de 2003, constituyendos episodios estrechamente relacionados. En ambos una significativa porcin devenezolanos militares y civiles se sublevaron contra el gobierno desconociendo su legalidady legitimidad, mientras otra tambin significativa porcin de venezolanos, igualmente

    civiles y militares, se movilizaron intensamente e incluso expusieron sus vidas paradefenderlo. Hacia marzo de 2003 pareci cada vez ms claro que el Presidente lograbaprevalecer sobre estas formidables insurrecciones, sin que ello significara una resolucinclara y/o estable de la lucha hegemnica entre estas dos partes de la sociedad. Esa luchaperdura hasta hoy.

    Es el propsito de este artculo examinar el golpe de Estado del 11 de abril desde laproblemtica de la legitimidad poltica. En otras palabras, nos interesa comprender por quun gobierno democrticamente electo y ratificado, que incluso en sus primeros 2 aoscumpli algunas de las demandas ms exigidas por el electorado venezolano en la ltimadcada, es repudiado y desconocido por una parte de la poblacin hasta el extremo de

    sentirse legtimamente autorizada a usar la violencia para deponerlo- mientras es respetadoy amado por otra.

    La polarizacin social y poltica que esta realidad venezolana revela, con sus nefastasconsecuencias para la convivencia pacfica y democrtica de la sociedad, es un fenmenoque viene creciendo en visibilidad, no slo en Amrica Latina, o en pases perifricos alcapitalismo, sino incluso en pases centrales como EEUU. Comprender los resortes quellevan a ella, podr contribuir a encontrar los mecanismos para desactivarla, en la bsquedade un orden social y poltico ms incluyente para las mayoras de nuestras sociedades. Esteartculo aspira a contribuir a esclarecer aspectos de esa problemtica.

  • 7/25/2019 Publicacao_4815_em_10_09_2009_13_39_21.pdf

    2/13

    El artculo se ha dividido en dos partes. En la primera se elabora una reconstruccin de lamanera ms precisa posible de lo acaecido entre el 11 y el 14 de abril de 2002. En lasegunda, se desarrolla una interpretacin de las causas que concurrieron para impulsar la

    situacin insurreccional, poniendo de relieve el problema de la legitimidad del gobierno deChvez para una parte de la sociedad venezolana.

    Como se sabe, la reconstruccin de hechos tan polmicos como los que aqu abordamos, esuna tarea compleja, llena de dificultades. En este caso, a ya dos aos de distancia de loshechos, se ha procedido a confrontar entre s diversas fuentes hemerogrficas de esos das,utilizndose informacin procedente de al menos 6 peridicos, 4 nacionales y dosextranjeros: El Nacional, El Universal, Tal Cual, El Nuevo Pas (tomando exclusivamentela versin de la periodista Patricia Poleo), El Pas (Espaa), La Jornada (Mxico).Adicionalmente, se han tomado algunas informaciones bajadas de internet, de esos das yde los meses y aos siguientes, de portales de diverso signo ideolgico, as como

    documentos, entrevistas y otras publicaciones que han venido saliendo a la luz pblicadesde entonces.

    LOS SUCESOS

    El da 11. El golpe de Estado del 11 de abril tuvo como desencadenante directo el parolaboral de los empleados de Petrleos de Venezuela (Pdvsa), la industria petrolerapropiedad del Estado venezolano, motivado por el nombramiento por parte del EjecutivoNacional en febrero de este ao de una nueva directiva para la empresa. Si bien esatribucin legal del Ejecutivo Nacional el nombramiento de todos los miembros de ladirectiva, la alta gerencia mostr su rechazo a las designaciones, argumentando que el

    gobierno de Chvez haba desconocido los criterios "meritocrticos" que eranconsuetudinarios y procedan de la gestin interna de la compaa. Este paro petrolero fueapoyado por la Confederacin de Trabajadores de Venezuela (CTV), que el da 9 de abrilllam a paro laboral de 24 horas en solidaridad con la empresa. El paro de la CTV contcon el apoyo explcito de los sectores empresariales representados en Fedecmaras, ascomo de la iglesia catlica representada por el Episcopado Venezolano. El paro tuvo esemartes 9 slo un xito parcial, pues a diferencia del paro cvico del 10 de diciembre del2001 (v. Lpez Maya, 2002), no logr parar el transporte colectivo, ni el servicio bancario,ni los centros de acopio y distribucin de vveres y alimentos a los mercados mayores ymenores de la ciudad capital ni otros varios servicios. La situacin fue similar en otrasciudades del pas, haba ms o menos paralizacin de comercios y abastos y algunos

    servicios como el de educacin privada, pero la huelga careca de la contundencia del 10 dediciembre. El paro no evidenciaba capacidad de mantenerse por mucho tiempo. Sinembargo, la directiva de la CTV, en lo que pareci una decisin temeraria, convoc el 9 enla tarde este paro por 24 horas ms. El mircoles 10, el paro segua sin expresarcontundencia y la manifestacin convocada esa tarde frente a la sede de la CTV tampocofue muy nutrida. Sin embargo, los dirigentes de la confederacin sindicalsorprendentemente llamaron esa tarde a una huelga general indefinida. Como es sabido,pero vale la pena enfatizarlo, una huelga general indefinida tiene un carcter insurreccional.Con esa decisin, la CTV como representante de los trabajadores sindicalizados, sedeclaraba en rebelin total frente al gobierno.

  • 7/25/2019 Publicacao_4815_em_10_09_2009_13_39_21.pdf

    3/13

    La decisin insurreccional de la CTV fue respaldada ampliamente por sectoresempresariales organizados y por una gama de organizaciones sociales de clase media y alta,y partidos polticos de oposicin. El partido Primero Justicia, por ejemplo, en boca de uno

    de sus dirigentes, Leopoldo Martnez, dijo: "Vamos hasta el final, hasta que caiga [elpresidente Chvez]"; Cipriano Heredia de

    la organizacin social Visin Emergente declar: "...estamos aplicando los artculos 333 y350 de la Constitucin, porque el gobierno se ha salido de su cauce constitucional con loque hizo contra los medios y el allanamiento contra AD" (El Universa l 11-04-02).1 La"Coordinadora por la Democracia y la Libertad" (CD), que estas organizaciones habanconstituido en meses anteriores con la finalidad de luchar para obtener la renuncia deChvez, convoc a una marcha desde el Parque del Este en el este de la ciudad de Caracashasta la sede de Pdvsa en Chuao, tambin en el este de la ciudad, para el da jueves 11 en lamaana.

    El 11 de abril, una nutrida marcha se inici hacia las 10 de la maana e hizo su recorridoanunciado. Pero al medioda, al llegar al edificio de Pdvsa en Chuao, los convocantes, enespecial Fedecmaras, la CTV y algunos dirigentes de otras organizaciones sociales,animados por las dimensiones de la marcha decidieron arengar a las multitudes para que sedirigiesen al Palacio Presidencial de Miraflores para, como lo seal Carlos Ortega,presidente de la CTV, "sacar a Chvez". La marcha, el mensaje y la convocatoria aMiraflores fueron profusamente informados, convocados y cubiertos por los canalesprivados de televisin. De manera que la marcha fue creciendo en la medida que iba haciael centro de Caracas. Como quien convoca a un concierto o a una fiesta los canalestelevisivos pasaban la propaganda gratis para que todos los venezolanos concurrieran a la

    insurreccin. Porque esta marcha tambin tena evidente naturaleza insurreccional: seestaba haciendo sorpresivamente y sin notificacin alguna dentro de una huelga generalindefinida.

    Por su parte, el gobierno constitucional estaba en el Palacio Presidencial de Miraflores,rodeado por simpatizantes que estaban haciendo ya el tercer da de vigilia desde queestallara el paro laboral, protegiendo al Presidente. Al conocerse poco despus del mediodaque la marcha opositora prosegua hacia Miraflores, el partido de gobierno, el MovimientoQuinta Repblica (MVR) comenz a convocar de urgencia a sus simpatizantes y militantespara que con su presencia impidieran que la oposicin llegase a las puertas del palacio,previendo acertadamente que poda producirse una situacin de alta violencia. Los nimos,

    a diferencia de la fiesta que se estaba desarrollando en el este de la ciudad eran de crecienteira, posiblemente mezclados con sentimientos de temor: las slidas manifestaciones pro-gobierno de los ltimos meses haban sido pobremente reseadas por los medios decomunicacin impresos o audiovisuales. En contraste, las protestas de la oposicin recibansiempre amplia cobertura audiovisual y se agigantaban en los diarios impresos. Lasencuestas que se publicaban mostraban una baja sorprendente de la popularidad delgobierno. Pronunciamientos militares en los ltimos meses corroboraban que en loscuarteles haba inquietud y rebelin. Los simpatizantes del Presidente estaban resentidos.Se agolpan alrededor de Miraflores con gritos de confrontacin: "No pasarn" repetan.

    Al entrar la marcha oposicionista al centro de Caracas (aproximndose al palacio

  • 7/25/2019 Publicacao_4815_em_10_09_2009_13_39_21.pdf

    4/13

    presidencial), comenzaron los disturbios. Hacia las 2:00 p.m. las multitudes prochavistasestaban tirando piedras y palos hacia el hotel Edn, que queda al lado del Palacio deMiraflores, donde francotiradores apostados en la terraza estaban atacndolos (Tal Cual,

    17-04-02). A esa misma hora en el edificio de La Nacional, en puente Llaguno, un pocoms all del palacio y donde hay oficinas de la alcalda Libertador donde gobierna el MVR,los empleados no podan salir por la violencia que se haba desatado en la calle. En laterraza de este edificio tambin estaban apostados francotiradores (id.). Aparecen personasarmadas de lado y lado de la confrontacin callejera, cuerpos policiales como la PolicaMetropolitana de Caracas desenfundan armas de fuego, la violencia se desata y al final dela tarde el nmero de muertos alcanza las 19 vctimas, pro y anti-chavistas (El Universal,27-04-02)2.

    Estamos ya en el golpe de Estado. Las informaciones de los das siguientes revelan quehacia el medioda un grupo de militares con el vicealmirante Hctor Ramrez Prez como

    cabecilla se reunieron en una oficina ubicada en la parroquia de Chacao para ensayar unpronunciamiento que haran por los medios de comunicacin desconociendo al gobierno yal Presidente (El Nacional, 13-04-02). Se trataba, segn este diario, de un grupo demilitares que venan reunindose desde haca meses (desde los eventos del 11 deSeptiembre en Nueva York y Washington), disgustados con la poltica del gobierno,especialmente su acercamiento a Cuba y pases como Irak e Irn, por las tensiones que estoha provocado con EEUU. La comunicacin de estos militares saldra al aire a las 7 de lanoche, pues fue retardada por la cadena del Presidente que comenz poco antes de las 4:00p.m. Los medios audiovisuales, al comenzar la cadena del Presidente decidieron tambinen clara rebelda - dividir la pantalla, como ya lo haban hecho el da anterior, para mostrarlos disturbios que estn sucediendo en el centro de Caracas. El Presidente anunci que

    sacaba del aire a los medios privados, pero stos, continuando su desobediencia, siguierontransmitiendo va seal por cable. La alocucin presidencial tambin fue saboteada por unruido que interfera la voz en la seal. Al terminar la cadena, en el canal 10 el dirigentecopeyano y hombre del Opus Dei, Jos Rodrguez Iturbe, exhort a los militares a salir desus cuarteles y terminar el trabajo que los civiles haban comenzado, segn l, con un costode sangre. A las 7:00 p.m. saldr al aire el video del vicealmirante Ramrez y su grupo.Poco ms tarde se transmiti un pronunciamiento del comandante en jefe del Ejrcito,general Efran Vsquez Velasco, quien inform que dicha arma no acatar ordenespresidenciales. Hacia las 8:00 p.m. el ex hombre fuerte del gobierno de Chvez y del MVR,Luis Miquilena, sali por los medios televisivos pidiendo una salida institucional a la crisisy diciendo que Chvez tena las manos "ensangrentadas" (El Pas, 7-05-02). A esa hora los

    generales Manuel Rosendo y Hurtado Soucre negociaban con Chvez su salida yamenazaban con bombardear el Palacio de Miraflores (Istriz en La Jornada, 17-04-02). Alas 10:00 p.m. el canal del Estado fue forzado a cesar sus emisiones. A la 1:10 de lamadrugada del da 12 los medios comienzan a informar que Chvez se ha entregado a losmilitares rebeldes. Pasadas las 3:00 a.m. el general en jefe de La Fuerza Armada, LucasRincn Romero, anuncia que Chvez ha renunciado. Cerca de las 4:00 a.m. el Presidentesale de Miraflores hacia el Fuerte Tiuna, sede principal de las Fuerzas Armadas en Caracas,con la Escolta Presidencial. Va a ser recibido all por el presidente de la ConferenciaEpiscopal Venezolana, monseor Baltasar Porras. A las 4:15 a.m. Carmona anuncia queasumir la presidencia de Venezuela al frente de un gobierno de transicin cvico-militar.

  • 7/25/2019 Publicacao_4815_em_10_09_2009_13_39_21.pdf

    5/13

    El 12 de abril. Por informaciones publicadas con posterioridad al retorno del presidenteChvez, sabemos que a la misma hora que se posesionaba el seor Carmona del cargo dePresidente comenzaban los problemas entre los diversos actores que haban contribuido a la

    cada del gobierno constitucional. El presidente de la CTV, y el general comandante delEjrcito parece que fueron los primeros en darse cuenta que el golpe militar no iba aresponder a sus expectativas (El Nuevo Pas, 17-04-02). Los intereses que queranprevalecer parece que tenan poco o nada que ver con la democracia y la participacin,razn pblica esgrimida para ejecutar o apoyar el golpe segn casi todos sus protagonistas.Por un lado, constitucionalistas de fama redactaban un decreto autoritario que de unplumazo haca desaparecertodos los poderes pblicos constituidos; por otra parte, en nombre de la llamada "masacrede El Silencio" (los sucesos violentos del centro de Caracas del da anterior), comenzabauna cacera de brujas contra las autoridades del rgimen cado. Acompaados por turbasenardecidas, alcaldes del partido Primero Justicia sacaban de sus moradas humillantemente

    a funcionarios del gobierno anterior. A las 5:30 de la tarde, luego de la autojuramentacinde Carmona y la emisin de su primer decreto, la situacin estaba clara: la salida de Chvezhaba conducido a la sociedad a un gobierno de facto de extrema derecha, una plutocracia.Se cambi el nombre de la repblica, se disolvieron los poderes pblicos, se suspendi laventa de petrleo que bajo convenio se tena establecido con Cuba, se allanaba sin ordenjudicial, se suspendan las 48 leyes de la Habilitante, se echaba para atrs el aumento desueldos y salarios decretado por el gobierno derrocado. En pocas palabras se aboli elEstado de derecho.

    Ante la evidencia de que Venezuela caminaba apresuradamente hacia un retroceso de todossus lo-gros en el siglo XX como sociedad democrtica y civilizada, la resistencia que ya

    vena evolucio-nando tmidamente ese da 12 se hizo patente al caer la noche. La ciudad deCaracas fue sacudida por una cacerolazo descomunal que se oa en los barrios populares deloeste de la ciudad, al tiempo que frente al Fuerte Tiuna comenzaron, esta vez sinconvocatoria por los medios de comunicacin, a reunirse las multitudes exigiendo ver aChvez y que l les dijera "que haba renunciado". Tambin se protagonizaban disturbios ytiroteos en esta zona de Caracas. Poco despus de la alocucin del ahora dictador Carmona,un medio de comunicacin comunitario alternativo, radio Fe y Alegra, transmiti unaentrevista con el ministro de Educacin depuesto, Aristbulo Istriz, quien cont lasltimas horas de Chvez en el palacio presidencial y seal con claridad que ste no habarenunciado. Los sectores que apoyaron la insurreccin del da anterior no salieron adefender el gobierno constituido. As las cosas, los sectores populares tomaron las calles,

    cerraron las vas de acceso de la ciudad de Caracas para exigir el retorno de susinstituciones, de su Presidente. En otras ciudades del pas tambin ocurra esta sorprendentemovilizacin.

    Restituida la institucionalidad

    Desde la maana del sbado 13 la situacin del nuevo gobierno se hizo crtica. Carmona sereuni con su gabinete provisorio y los medios de comunicacin. Estos ltimos le pidieronque rectificara el decreto dictatorial e incorporara a la dirigencia de la CTV a las reunionesdel poder. Se saba que el general Ral Isaas Baduell, comandante del batalln deparacaidistas del Ejrcito, estaba en rebelda en la base militar de la ciudad de Maracay, la

  • 7/25/2019 Publicacao_4815_em_10_09_2009_13_39_21.pdf

    6/13

    principal del pas, as como que estaban alzndose otras guarniciones. Las multitudes frenteal Palacio de Miraflores estaban creciendo. En el Fuerte Tiuna el comandante de la TerceraDivisin de Infantera, general Garca Carneiro, sali en tanqueta hacia la zona sur de

    Caracas, El Valle, gritndole a la multitud: Soy un soldado y estoy con Chvez! (El NuevoPas, 18-04-02). Al medioda comenzaron a llegar a Miraflores los designados para sujuramentacin como ministros del nuevo gobierno. Algunos quedarn atrapados en la sedegubernamental porque el contragolpe estaba en franco desarrollo, se dio orden de evacuar eledificio y la Guardia de Honor del palacio se alz, mandndole seas a la multitud en lacalle de que estaba con ella. A partir de ese momento, poco despus de medioda, comenzla llegada de los ministros del gabinete de Chvez a Miraflores. Carmona logr salir y fuetrasladado al Fuerte Tiuna. A las 3:30 p.m. el comandante en jefe del Ejrcito sale denuevo, como el da 11, por una cadena de los medios para anunciar que su arma sloapoyar al nuevo gobierno si cumple ciertas condiciones, entre ellas modificar el decretodictatorial y mantener las polticas sociales del gobierno de Chvez. Carmona anuncia que

    se reformar el decreto cuestionado pero ya es muy tarde. Mientras los medios decomunicacin pasan una programacin regular, como si nada en el pas pasase, la ciudad deCaracas est cortada de sus accesos por los cuatro costados, los sectores populares marchanhacia Miraflores desde el este, el sur y el oeste, hay saqueos en distintas zonas, se vansumando las guarniciones al contragolpe, los ministros del gobierno depuesto van llegandoa Palacio uno a uno. Los medios de comunicacin internacionales informan, gracias aentrevistas con el Fiscal General y la esposa de Chvez, que el presidente Chvez no harenunciado y est preso. A las 8:00 p.m. las fuerzas del gobierno constitucional retoman elcanal del Estado, vuelve la seal y desde all informan por fin a los venezolanos, quecontrolan Miraflores desde medioda. A las 10:00 p.m. Carmona renuncia y a las 3:30 de lamadrugada del domingo 14 el Presidente regresa en helicptero a Miraflores para retomar

    al poder. Dirige unas palabras a la multitud que lo est esperando desde temprano y leshace gestos de que se vayan a dormir.

    LAS CAUSAS DEL GOLPE

    De este recuento quedan ntidamente expuestos tres rasgos significativos de la crisispoltica abierta con el golpe de Estado del 11 de abril: el primero es que el golpe militar quedepone a Chvez es precedido por una insurgencia civil de significativa magnitud contra laautoridad constitucionalmente electa. Esta insurreccin estuvo compuesta por sectoresempresariales organizados, la alta gerencia de Pdvsa, sectores medios y altos organizadosen lo que ellos llaman la "sociedad civil", trabajadores sindicalizados en la CTV, jerarqua

    de la iglesia catlica, medios de comunicacin privados y partidos polticos de oposicin.El segundo aspecto es que el golpe militar que derroca al Presidente, aunque sigue teniendoalgunos detalles desconocidos, no es un slo golpe, hay al menos dos sublevacionesmilitares distintas: una que viene de la Armada encabezada por Ramrez Prez, que llevameses gestndose y otra, la que en definitiva da el golpe, que es el de altos mandos delEjrcito seguido luego por altos mandos de la Guardia Nacional. Aunque no se descarta, noest claro que estuvieran relacionados. El tercer rasgo es que el gobierno es repuesto por laaccin simultnea de un contragolpe militar, promovido por sectores militares entre loscuales el mismo Ejrcito que dio el primer golpe tiene importante participacin, y lamovilizacin de sectores populares organizados y espontneos, partidos polticos deloficialismo, medios de comunicacin internacionales y nacionales alternativos, y presin de

  • 7/25/2019 Publicacao_4815_em_10_09_2009_13_39_21.pdf

    7/13

    gobiernos internacionales, especialmente de la OEA.

    A partir de esta evidencia las causas del golpe deben dirigirse a responder dos preguntas

    anlogas y cruciales por qu, por una parte, grupos civiles de peso decidieron emprenderel da 10 y 11 una insurreccin abierta contra un gobierno legtimamente constituido? O,puesto de otra manera, por qu, como lo afirmaban reiteradamente desde das anteriores algolpe, estos sectores consideraban ilegtimo al gobierno? La otra, tan crucial como sta,por qu otro grupo significativo de civiles se moviliz para reponer el gobierno de Chvezponiendo en peligro incluso sus vidas? Para ellos no slo era legal el gobierno depuestosino legtimo. La participacin civil en el golpe y en el contragolpe es el meollo de la crisispoltica que padecemos. Y slo comprendiendo por qu se ha producido esta fractura de lasociedad venezolana en posiciones antagnicas, aparentemente signadas por un contenidode clase, podremos encontrar las claves para superar esta situacin.

    Este golpe - estos "golpes"- y la crisis poltica que generaron los acontecimientos de abrilresponden a una causalidad compleja, cuya trama se fue tejiendo en la dinmica deprocesos sociohistricos y sociopolticos que poseen distintas temporalidades. En lo quesigue revisaremos a grandes rasgos esas causas, que han terminado por legitimar a Chvezpara unos sectores, mientras lo han deslegitimado para otros.

    El deterioro socioeconmico y la prdida de legitimidad de la democracia construida desde1958

    Desde una perspectiva socioeconmica, la sociedad ha experimentado ms de dos dcadasde recesin econmica y empobrecimiento social. El empobrecimiento en Venezuela ha

    sido brutal, creciente y sostenido, medido con cualquiera de los indicadores comnmenteusados para evaluar la situacinsocioeconmica de una sociedad (Lpez Maya y Lander, 2000). Ha sido considerado poralgunos analistas un caso paradigmtico en Amrica Latina (Rey, 1994). Para ilustrar esteproceso, el cuadro no. 1 muestra el comportamiento de algunos indicadoresmacroeconmicos venezolanos a lo largo de una serie de 20 aos previos a la eleccin delpresidente Chvez, donde resalta lo errtico de la economa. Esta errancia continuara enlos 2 primeros aos de gestin de Chvez. Vale la pena resaltar de ese cuadro elcomportamiento del ndice de precios al consumidor, que para esta serie de 21 aos indicaque lo que para 1979 costaba Bs. 100,00, tena en 1999 un precio de Bs. 30.923! En estoinfluye la sostenida devaluacin del bolvar, que en la misma serie alcanza la cifra de

    15.238%. El cuadro no. 2 ilustra la magnitud del desplazamiento hacia la pobreza y lapobreza extrema de las familias venezolanas. Para fines de los aos 90, ambas cifras casitriplican lo que fueron al principio en 1979: casi el 50% de las familias son pobres, ms deun cuarto mseras .

    Las cifras de estos cuadros revelan una polarizacin social creciente que ha derivado tantode la recesin econmica como de la aplicacin de polticas econmicas neoliberalesregresivas en trminos de distribucin del ingreso. Segn cifras de CEPAL, la participacinde los ms pobres (40% de la poblacin), cay de 19,1% en 1981 a 14,7% en 1997.

  • 7/25/2019 Publicacao_4815_em_10_09_2009_13_39_21.pdf

    8/13

    Mientras el decil ms rico aument su participacin de 21,8% a 32,8% (en Roberts, 2003).Los venezolanos pobres y empobrecidos han percibido en el transcurso de estos aos que susociedad es una de ricos y pobres con escasa posibilidad de movilidad y ascenso social.

    El resentimiento social que se expresa en la sociedad venezolana actual no es ms que unaconse-cuencia inevitable de esta evolucin, pues a diferencia de otras sociedadeslatinoamericanas, esta sociedad desde 1958 se dio un orden democrtico ininterrumpido.Ese orden democrtico en su momento fue concebido no slo como un orden de libertadespblicas sino tambin uno que pro-mova mayores grados de equidad y justicia social. Lademocracia venezolana siempre se expres en el discurso y se entendi en la prctica comoalgo ms amplio que la esfera poltica, pues para ser efectiva deba contener un proyectosocioeconmico que incorporara a toda la poblacin en los beneficios del desarrollo (Crispet al., 1996: 142-146). Esta idea de democracia todava encuentra fuertes races en elpueblo de Venezuela. Que esto ya no se cumpla, ha resquebrajado fuertemente las bases de

    legitimacin de la democracia venezolana y de sus partidos polticos dominantes desde1958. De hecho, es consensualmente reconocido por la academia el cmo ladeslegitimacin y final colapso de los partidos tradicionales en Venezuela tuvo un aportesignificativo en el agotamiento del modelo de sustitucin de importaciones, sin que laselites pudieran a lo largo de los 80 ofrecer una alternativa que permitiera reemprender elcrecimiento econmico con distribucin. Este es el escenario en donde se han estadomoviendo con relativo xito los actores sociales y polticos emergentes y constituye elcaldo donde se cultivan los golpes contra la democracia, tanto los de 1992 como ste de2002.Las bases de la legitimidad y la rebelda

    En un libro clsico de la sociologa publicado en 1978 por Barrington Moore Jr., que seintitula La injusticia. Las bases sociales para la obediencia y la rebelda, se explica comotoda sociedad establece los lmites permitidos para quienes gobiernan y quienes songobernados en aras de la convivencia social. Estos lmites pueden estar explcitos, como enla Constitucin o implcitos como en costumbres y modos de comportamiento. Mooreargumenta que todo rgimen poltico tiene sus principios de inequidad que le son propios(1978: 83). Sin embargo, cuando alguna de las partes, autoridad o gobernado viola loslmites aceptables, se produce indignacin moral y sentimientos de injusticia que impulsanla rebelda. En Venezuela se viven tiempos de indignacin moral y sentimientos deinjusticia. Los lmites establecidos para la convivencia social han sido violados en primerlugar por las condiciones socioeconmicas arriba descritas, inaceptables de acuerdo a las

    reglas de la democracia pactada en 1958. Pero tambin influyen factores ms coyunturales,que en ltima instancia explican por qu en distintos momentos los actores han optado poruna rebelda que quiebra la institucionalidad democrtica.

    La polarizacin socioeconmica sealada arriba ha encontrado en el transcurso de la dcadade los 90 expresin poltica en actores y proyectos polares tambin, que hasta la fecha sehan mostrado incapaces de reconocerse uno al otro, de respetarse entre s y,consiguientemente, de moverse de acuerdo con reglas de juego transparentes, en la luchapor alcanzar el predominio poltico en la sociedad. Venezuela experimenta desde los 90 loque Gramsci conceptu como una "lucha hegemnica", donde distintos actores conproyectos distintos para la sociedad buscan predominar, recurriendo a reglas institucionales

  • 7/25/2019 Publicacao_4815_em_10_09_2009_13_39_21.pdf

    9/13

    pero tambin extra-institucionales (Laclau, 1985). En diferentes momentos de esta luchahegemnica, actores han tirado el tablero del juego democrtico para alcanzar elpredominio poltico. Primero, en 1992, fueron sectores militares organizados en una

    organizacin clandestina, el Movimiento Revolucionario 200, quienes llevaron a cabo unainsurreccin militar. Argumentaron entonces, que tanto la implementacin de un programade ajuste neoliberal ortodoxo como la reiterada violacin de los derechos humanos bsicosde los sectores populares, puesto de manifiesto con especial crudeza durante el Caracazohaba hecho perder toda legitimidad a la democracia instaurada en 1958 (v. Lpez Maya,2003a). Ahora, en 2002, son los sectores de clase alta y media organizada, quienes muysimilarmente a los actores de 1992, tambin argumentando la viola-cin de sus derechos eintereses, emprendieron este golpe cvico-militar del 11 de abril. Afortunadamente, ambosfracasaron en sus momentos, permitiendo la continuacin de la lucha dentro de canalesinstitucionales democrticos.

    Desde 1998, de acuerdo a reglas democrticas establecidas en elecciones transparentes,alcanz el predominio poltico para gobernar segn su proyecto ofrecido en campaaelectoral, Chvez y la alianza de fuerzas conocida como el Polo Patritico. Cristalizentonces esta hegemona. Estos mismos actores y su proyecto fueron ratificados por lasociedad venezolana en el referndum constitucional de 1999 y en elecciones de 2000. Fueun paso ms en la consolidacin de su hegemona. Chvez y su alianza poltica representanprincipal, aunque no exclusivamente, los intereses de los pobres y empobrecidos delproceso sociopoltico venezolano que aspiran inclusin y justicia social. Son la expresinpoltica del polo social, que desde finales de los aos 80 desconoci la legitimidad de lospartidos tradicionales y se ha resistido a las reformas neoliberales, entre stas, alachicamiento del Estado4. En contraste, sus adversarios, con distintos matices e ideologas,

    han recibido el respaldo mayoritario de los sectores medios y altos de la poblacin. Ellosexpresan el otro polo social, menos afectado por los procesos de empobrecimiento, perotemerosos de una exclusin en el actual proyecto. Por el momento han perdido hegemona.

    Si bien la polarizacin poltica actual tiene estas bases sociales reales y duras que nuncadebemos perder de vista por los poderosos intereses que tras ellos se esconden, hay sinembargo, factores adicionales que a mi modo de ver han llevado la confrontacin legtimapor momentos a un antagonismo extremo que dificulta la construccin de una salidademocrtica que restablezca la convivencia social pacfica entre los venezolanos.

    Por una parte, desde que asumiera el poder, pero de manera ms aguda desde los ltimos

    meses de 2001, el gobierno de Chvez alter reglas de la convivencia social venezolanaanterior, en el sentido que le da Moore al trmino: aprob leyes medulares a su proyectopoltico sin someterlas al necesario debate democrtico; hizo uso de smbolos de fuerza yamenazas para amedrentar a la oposicin cuando sta ejerci su derecho a la protesta;aunque es indispensable reconocer que en los tres aos de gobierno de Chvez previos algolpe de abril, la represin del Estado a estas movilizaciones ha sido notoriamente baja encontraste a las prcticas de gobiernos previos (v. Provea, informes anualescorrespondientes). El Presidente ha recurrido permanentemente a un discurso pugnaz,discriminatorio y ofensivo descalificando a sus opositores y exponindolos al escarniopblico; el oficialismo tambin busc penetrar organizaciones sociales como la CTV paracooptarlas o ahogarlas, incumpliendo su obligacin de producir seguridad y proteccin, de

  • 7/25/2019 Publicacao_4815_em_10_09_2009_13_39_21.pdf

    10/13

    mantener la paz social (v. Parker, 2002).

    Muchos de los actores sociales y polticos de la oposicin no necesariamente anti-

    democrticos se radicalizaron ante esta conducta gubernamental, y convocaron a lainsurreccin del 11 de abril aduciendo que era legtima por las violaciones a la convivenciasocial realizadas por el gobierno y la alianza de fuerzas que lo respaldan. Estos sectores, enmedio de su resentimiento, respaldados por medios de comunicacin, tambin polarizadosy radicalizados, por encuestas de opinin, la mayora de las cuales tambin estabanpolarizadas del lado de la oposicin, identificaron su rechazo al gobierno y su proyectopoltico con un supuesto rechazo que tendra toda la sociedad venezolana. Desde suposicin, se trataba de una insurreccin "popular" mayoritaria, por no decir unnime. Elgobierno no tena ya piso poltico segn estos grupos. Pero, como se hizo patente en elrecuento anterior, la movilizacin cvico-militar del 13 de abril demostr que esto era uncraso error de diagnstico.

    Por qu la oposicin no perciba al otro, a los sectores populares que seguan dndole unslido respaldo a Chvez y su proyecto poltico? Aqu entraron en juego varios factores.

    Un primer aspecto a resaltar es la errada percepcin de unidad y homogeneidad social conque la oposicin perciba la sociedad venezolana, percepcin que incluso convulsionessociales como el Caracazo, o la sostenida turbulencia sociopoltica expresada en la intensapoltica de calle que se desarrolla en la sociedad desde los aos 90, no haba logradoerradicar. Si bien fue claro desde el Caracazo que se haba producido una ruptura entreelites polticas y sociedad, lo que acertadamente se ha sealado como clave explicativa delproceso de deslegitimacin del sistema de partidos, nunca fueron seriamente evaluadas

    antes de 2002 las consecuencias sociales, espaciales y polticas de polarizacin producidaspor la recesin econmica y las polticas de ajuste. En Venezuela se estaba produciendouna creciente y aguda polarizacin social, que tena una importante dimensin espacial. Demanera creciente la sociedad vena escindindose en dos polos segn nivel de ingreso, pero,adems, cada uno de esos polos se encerraba sobre s misma en espacios urbanos que no setocaban. Clases medias y altas desarrollaban sus actividades de trabajo y vidas privadas, sinjams percatarse o relacionarse con la inmensa mayora de pobres y empobrecidos quediscurran sus vidas en otros espacios tambin completamente ajenos a ellos (Lpez Maya,2003b). Este contexto, respaldado por medios de comunicacin que transmitenpermanentemente imgenes de un ciudadano consumidor homogneo, haca escasa laposibilidad de percibir un otro ajeno.

    Por otra parte, jugara tambin un rol importante en esta falta de capacidad de ver al "otro",la calidad de las organizaciones sociales y polticas de oposicin. O quizs habra que decircon ms propiedad la calidad de sus dirigentes. Fedecmaras, los medios de comunicacinprivados, la alta gerencia de Pdvsa, las diversas organizaciones que se autodenominan"sociedad civil", inclusive los partidos emergentes como Primero Justicia, o tradicionalescomo Copei, que lideraron la insurreccin de abril, siguen concepciones doctrinarias queexaltan las virtudes del mbito privado, mientras colocan todos los vicios de la vida ensociedad en el mbito pblico, en el Estado. Organizaciones sociales como las vecinales declase media y medios de comunicacin privados se fortalecieron en Venezuela durante los90 como resultado del rechazo a la poltica, a los polticos y a los partidos que se convirti

  • 7/25/2019 Publicacao_4815_em_10_09_2009_13_39_21.pdf

    11/13

    en sentido comn. El discurso democrtico de estas organizaciones se agota rpidamente,como en efecto lo corroboramos en su respaldo inicial a un golpe de Estado, toda vez queson organizaciones conceptualmente concebidas para ejercer una ciudadana que se

    relaciona, en la mejor tradicin liberal conservadora, con derechos de propiedad y no con lasolidaridad social. Son organizaciones concebidas, en palabras de Edgardo Lander, para ladefensa y preservacin de derechos de los que ya tienen y no para la inclusin de los que notienen (1995: 135). De manera que les resultan irrelevantes, amenazadoras o inclusoinexistentes las organizaciones populares cuya concepcin de ciudadana no puede sino serdistinta, porque en ellos se trata de luchar por el cambio.

    Polticamente hablando, los sectores populares slo pueden ser vistos por los otros, cuandolos ven, como no ciudadanos y amenazas a la propiedad y a la seguridad. De all elfrecuente uso de calificativos despectivos como hordas, turbas, crculos del terror, etc. parareferirse a ellos. Este no es el caso de la CTV procedente de otros orgenes doctrinarios y

    polticos. No obstante, su dirigencia, de dudosa legitimidad, pues el proceso eleccionarioque los llev a los mximos cargos de la Confederacin estuvo lleno de vicios, se pleg alas concepciones de esta llamada sociedad civil y tuvo responsabilidad central en el golpe.En cuanto al partido AD, de raigambre socialdemcrata, sus dirigencias en agudo declivedesde hace aos, tambin hurfano de proyecto poltico, se ha plegado a los intereseseconmicos de turno.

    La ceguera de esta oposicin le hizo juego a poderosos intereses que no creen ni les interesala democracia, llevando al quiebre institucional y a la salida plutocrtica evidenciada en laconformacin del gobierno de facto del 12 de abril. Porque el 11 de abril no se estaba antela presencia de una revuelta popular, al estilo de las que derrocaron el socialismo realmente

    existente en algunos pases de Europa Central. O ms recientemente, la revuelta popularque condujo a la renuncia del presidente De La Ra en Argentina a fines del ao 2001.Estos gobiernos y el Estado mismo que representaban haban perdido toda legitimidad, lasinsurrecciones all reflejaban una carencia total de piso poltico. Ese no era el caso deChvez y su alianza poltica. En este caso presencibamos una gigantesca protesta de laoposicin, conformada principalmente por sectores sociales de ingreso alto y medio enrechazo a polticas de un gobierno que vena violando normas de convivencia social delrgimen poltico anterior y pona en peligro privilegios y jerarquas del pasado. Pero elgobierno segua siendo legtimo para otra gigantesca porcin de la sociedad. Es ms, eralegtimo precisamente porque buscaba cambiar reglas de juego del pasado. Ello estaba a lavista, alrededor del Palacio de Miraflores, pero no poda ser vista por la llamada "sociedad

    civil", entre otras razones, por la invisibilidad que se haba producido del "otro" en losespacios urbanos segregados, en los medios de comunica-cin, y por las carencias tericasy prcticas de organizaciones inadecuadas para la representacin y mediacin entre Estadoy sociedad. Tal situacin fue aprovechada por intereses oscuros y poderosos, de carcternacional e internacional, que forman parte de la hegemona neoliberal del contextomundial. Gobiernos impopulares elegidos democrticamente siempre los ha habido ygobiernos ilegtimos para ciertos sectores de la sociedad tambin. En democracia, actoresde vocacin democrtica los combaten dentro del Estado de derecho. Es la nica garantapara quienes no son poderosos de ver que sus derechos e intereses sean respetados.

    CONCLUSIN

  • 7/25/2019 Publicacao_4815_em_10_09_2009_13_39_21.pdf

    12/13

    La lucha hegemnica en Venezuela sigue desarrollndose. La paralizacin de la industriapetrolera entre diciembre de 2002 y febrero de 2003 fue un nuevo hito de confrontacin y

    violencia, que una vez ms fue superado satisfactoriamente por el gobierno de Chvez. Apartir de all, las aventuras extra-institucionales, y sus fracasos para alcanzar la meta delderrocamiento y/o la renuncia del Presidente han debilitado a aquellos actores de oposicinque persisten en salidas reidas con la institucionalidad democrtica. Estos procesos handisminuido la legitimidad de actores de la oposicin, lo cual se expresa tanto en encuestasde opinin como en su escasa capacidad de convocatoria a movilizaciones callejeras de sussimpatizantes en los meses recientes. No obstante, el problema de la legitimidad delgobierno de Chvez entre los sectores medios y altos de la poblacin sigue presente. Msan, las confrontaciones permanentes y la intensa y sostenida campaa meditica de losmedios de comunicacin privados que se oponen al gobierno, parecen haber sedimentado lafractura social entre los que tienen y los que nada poseen en Venezuela, levantando

    enormes desafos para la recuperacin de la convivencia pacfica y democrtica de lasociedad venezolana.

    Notas:

    * Este artculo es una reelaboracin de "El golpe de Estado del 11 de abril en Venezuela ysus causas" publicado en octubre de 2002 en la revista colombiana Sociedad y Economa(no. 3, pp. 7-18). Se han hecho los ajustes necesarios a la temtica de esta publicacin, ascomo se ha revisado y actualizado la informacin emprica relativa al golpe y los dassiguientes.** Margarita Lpez Maya es historiadora, doctora en Ciencias Sociales, profesora titular de

    la Universidad Central de Venezuela y directora de la Revista Venezolana de Economa yCiencias Sociales.1 Estos artculos se refieren, el primero, al deber de la ciudadana de colaborar en elrestablecimiento de la efectiva vigencia de la constitucin. El segundo, da derecho a losciudadanos de desconocer cualquier rgimen que contrare los "valores, principios ygarantas democrticos o menoscabe los derechos humanos".2 En abril de 2004, al cumplirse dos aos del golpe, el cineasta ngel Palacios logr unareconstruccin audiovisual pormenorizada de los hechos ocurridos en las cercanas delPalacio, en especial en Puente Llaguno donde ocurri el mayor nmero de muertos. Sudocumental, que utiliz materiales de diversas fuentes audiovisuales, corrobora la represinviolenta ejercida contra chavistas por la Polica Metropolitana (controlada por el alcalde de

    oposicin Alfredo Pea), as como la presencia de francotiradores (v. Palacios, 2004)4 Si bien el rechazo a los partidos tradicionales es generalizado en todas las capas sociales,Roberts ha sealado cmo en los 90 fue producindose una escisin de la cultura poltica deacuerdo a la situacin de clase. Los sectores populares siguieron sosteniendo la necesidadde la intervencin estatal en asuntos econmicos, mientras los sectores altos y parte de losmedios abrazaban las reformas neoliberales (Roberts, 2003: 85-86).

    BIBLIOGRAFIA

    Crisp, Brian F. et al. (1996) : "The Legitimacy Problem" en Jennifer McCoy et al.,Venezuelan Democracy under Stress, New Brunswick, Transaction Publishers, pp. 139-

  • 7/25/2019 Publicacao_4815_em_10_09_2009_13_39_21.pdf

    13/13

    170.Laclau, Ernesto (1978): "Tesis acerca de la forma hegemnica de la poltica" en JulioLabastida Martn del Campo, Hegemona y alternativas polticas en Amrica Latina,

    Mxico, siglo XXI.Lander, Edgardo (1995): Neoliberalismo, sociedad civil y democracia. Ensayos sobreAmrica Latina y Venezuela, Caracas, Ediciones de la UCV.Lpez Maya, Margarita (2002): "Entre protestas y contraprotestas el gobierno de Chvez seendurece y debilita", Observatorio Social de Amrica Latina, Buenos Aires, enero, pp. 97-103.__________ (2003a): "Hugo Chvez Fras: su movimiento y su presidencia" en SteveEllner y Daniel Hellinger, La poltica venezolana en la poca de Chvez, Caracas, NuevaSociedad, pp. 97-120.__________ (2003b): "Las manifestaciones territoriales de la polarizacin", El PuntoMedio, ao 2, no. 5, p. 8.

    Lpez Maya, Margarita y Luis E. Lander (2000): "Ajustes, costos sociales y la agenda delos pobres en Venezuela: 1984-1998", Revista Venezolana de Economa Ciencias Sociales,no. 3-2000, pp. 185-208.Palacios, ngel (2004): Puente Llaguno. Las claves de una masacre (documental).Parker, Dick (2002): "Debilidades en la conduccin poltica tambin facilitaron el golpe",Observatorio Social de Amrica Latina, no. 7, junio, pp. 11-14.Provea (aos correspondientes): Situacin de los derechos humanos en Venezuela. Informeanual, Caracas, Provea.Rey, Juan Carlos (1994): "La democracia venezolana y la crisis del sistema populista dereconciliacin", Revista de Estudios Polticos, no. 74, pp. 533-578.Roberts, Kenneth (2003): "Polarizacin social y resurgimiento del populismo en

    Venezuela" en Steve Ellner y Daniel Hellinger, La poltica venezolana en la poca deChvez, Caracas, Nueva Sociedad, pp. 75-96.Moore, Barrington jr. (1978): Injustice. The Social Bases of Obedience & Revolt, EEUU,Macmillan Press Ltd.