psignos 10 de abril de 2016. primeras notas sobre el cutting
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Espacio para la Psicología – Psic. Luis Carlos Rosero G.: 10 de abril de 2016
Muchas gracias.
Primeras notas sobre el CUTTING
Una nueva práctica está inquietando los consultorios de Psicología y
Psiquiatría, así como las oficinas de profesores, abogados y demás profesionales que
trabajan con niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Se trata del Cutting. Una expresión
que por mi parte, la vengo escuchando y tratando hace como 2 años, justo cuando una
profesora toca la puerta de mi oficina solicitando ayuda porque un grupo de niñas de
su curso de grado sexto se están cortando los antebrazos. Se trataba de cortes que
en su mayoría, eran bastante profundos, al punto que se podía observar las capas de
la piel que se veían afectadas, en otros casos, las cicatrices delataban que los cortes
habían ocurrido recientemente y que él o la protagonista está ahí, justo frente a
nosotros, mostrando las huellas de una actividad que nos genera preocupación e
interés a todos.
No comparto la afirmación de algunos medios de prensa o revistas que dicen
que esto es una “moda”, porque no se trata de algo que alguien se coloca o lo hace
porque se vende al mejor postor y que se está imponiendo de forma homogénea para
todos. Esto es algo que va de la mano con muchas situaciones que viven los niños,
niñas, adolescentes y jóvenes de
nuestra región y en muchas
partes del mundo.
El cutting, como su expresión en
inglés lo muestra, es una práctica
que consiste en cortarse la piel
con una navaja, una cuchilla de
afeitar o un objeto afilado (a
propósito de ello, me llamó la
atención cuando en una requisa
hecha por la policía una jovencita
de 14 años exhibía como un trofeo un juego de cuchillas de sacapuntas con las cuales
desde semanas atrás se cortaba sus antebrazos). Los cortes hechos de esta manera
dejan marcas en los brazos o las muñecas, que en algunos casos llegan a
configurarse en una forma de tatuaje.
No hay claridad en los motivos que llevan a que un joven tome la decisión de
practicar el cutting. En una reunión donde asistimos psicólogos y orientadores
escolares de una gran cantidad de instituciones educativas públicas y privadas de la
ciudad, salió a relucir una de las hipótesis que gira en torno a este tema: los
muchachos y muchachas se hacen los cortes como una manera de provocarse un
sufrimiento físico que les permite mitigar o aliviar un dolor psicológico de mayor
intensidad. Esto significa, en palabras más claras, que frente a la cruda realidad que
viven en sus hogares, en sus establecimientos educativos o en sus contextos sociales
de vida, es preferible sentir un dolor físico que tapone o silencie los dolores que
experimentan en su alma.
Si avanzamos en la reflexión, por ahora es posible afirmar que se trata de niños,
niñas, adolescentes y jóvenes que viven situaciones de extrema soledad; vacíos
existenciales que provocan agudos estados depresivos; condiciones de abandono y
deprivación que se mitiga con el dolor causado en su propio cuerpo. Marcas y huellas
que delatan el gran sufrimiento de estos jóvenes que requieren ser escuchados y
valorados.