psicoanÁlisis cultura sociedad los modos … · en cierta forma, es una redefinición...

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AÑO XXII- NÚMERO 65 - AGOSTO 2012 - $ 22 - www.topia.com.ar REVISTA PSICOANÁLISIS SOCIEDAD CULTURA I.S.S.N. 1666-2083 SEPARATA LOS INTELECTUALES, LA CULTURA Y EL PODER TOPÍA EN LA CLÍNICA EDITORIAL EL MAL Y EL BIEN SON INMANENTES A NUESTRA CONDICIÓN HUMANA Enrique Carpintero CUERPO Y PALABRA: DOS LENGUAJES QUE SE ENTRETEJEN ISABEL COSTA ALICIA LIPOVETZKY ¡EL MAL! Miguel Benasayag SADE Y LAS DESVENTURAS DE LA MORAL Cristián Sucksdorf EL CINE Y EL MAL Héctor Freire EL TANGO DE LA MUERTE Alejandro Vainer SINDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL Jorge H. Raíces Montero EL CELULAR DE LOS HUEVOS DE ORO César Hazaki HORACIO GONZÁLEZ, MARISTELLA SVAMPA Y EDUARDO GRÜNER LOS MODOS DEL MAL TRISTEZA Y DEPRESIÓN EN LA ADOLESCENCIA Mario Waserman, Roxana González Salaberry y Adriana Franco PSICOANÁLISIS Y NEUROCIENCIAS Rafael Groisman KRISTEVA, TEMÁTICAS Y REVUELTAS Mario Buchbinder LA SALUD MENTAL EN SINTONÍA FINA Hernán Scorofitz LOS MODOS DEL MAL

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Page 1: PSICOANÁLISIS CULTURA SOCIEDAD LOS MODOS … · En cierta forma, es una redefinición “moderna” de la Utopía. Porque la utopía re-definida así, modernamente, no es un no lugar,

AÑO XXII- NÚMERO 65 - AGOSTO 2012 - $ 22 - www.topia.com.ar

REVISTA PSICOANÁLISISSOCIEDAD

CULTURA

I.S.S.N. 1666-2083

SEPARATALOS INTELECTUALES,LA CULTURA Y ELPODER

TOPÍA EN LA CLÍNICA

EDITORIAL

EL MAL Y EL BIEN SON INMANENTESA NUESTRA CONDICIÓN HUMANAEnrique Carpintero

CUERPO Y PALABRA:DOS LENGUAJES QUE SEENTRETEJEN

ISABEL COSTAALICIA LIPOVETZKY

¡EL MAL!Miguel Benasayag

SADE Y LAS DESVENTURASDE LA MORALCristián Sucksdorf

EL CINE Y EL MALHéctor Freire

EL TANGO DE LA MUERTEAlejandro Vainer

SINDROME DE ALIENACIÓNPARENTALJorge H. Raíces Montero

EL CELULAR DE LOS HUEVOSDE OROCésar Hazaki

HORACIO GONZÁLEZ,MARISTELLA SVAMPA YEDUARDO GRÜNER

LOS MODOSDEL MAL

TRISTEZA Y DEPRESIÓN EN LAADOLESCENCIAMario Waserman, RoxanaGonzález Salaberry y AdrianaFranco

PSICOANÁLISIS Y NEUROCIENCIASRafael Groisman

KRISTEVA, TEMÁTICAS YREVUELTASMario Buchbinder

LA SALUD MENTAL ENSINTONÍA FINAHernán Scorofitz

LOS MODOSDEL MAL

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Contra la tercerizaciónen Salud MentalCuando apoyamos la Ley Nacional deSalud Mental insistimos que ésta teníaun límite: el deterioro de la SaludPública, ya que sus acciones apuntan atransferir recursos públicos al sectorprivado. Uno de los mecanismos utili-zados son los subsidios a las obrassociales de los grandes sindicatos de laCGT. Su resultado es la tercerización dela Salud producto de la descentraliza-ción que deriva en la transferencia deestablecimientos de la Nación a las pro-vincias y de éstas a los municipios con-juntamente con la tercerización quepermite contratar trabajadores con sala-rios muy por debajo de los que deberí-an percibir. Luego alertamos sobre unaperspectiva que cree que esta Leypuede ser llevada adelante sin modifi-car las actuales condiciones políticas,económicas y sociales en que se sostie-ne la organización de la Salud en laArgentina.A casi dos años de implementada la Leyse han profundizado la tercerización yla privatización. De allí que se hacenecesario encontrar acuerdos que per-mitan enfrentar el poder hegemónicoen el campo de la SaludMental. Aquí seplantean dos perspectivas de cómo

entender y trabajar el padecimientosubjetivo. Por un lado, lo que denomi-namos la contrarreforma psiquiátrica -en la cual no participan todos los psi-quiatras y es apoyada por muchos psi-cólogos y otros profesionales- con elapoyo a los Centros de Psiquiatría ynegocios de las clínicas privadas. Porotro lado, la apuesta al campo de SaludMental, con el trabajo pluridisciplinarioe intersectorial basado en propuestasalternativas como los Hospitales deDía, de Noche, Hostales, Casas deMedio Camino, ComunidadesTerapéuticas, Trabajo Comunitario, etc.A pesar de los supuestos éxitos quealgunos declaran, los resultados van ensentido contrario. Las altas y derivacio-nes no son demasiadas y crece la terce-rización en Salud Mental, tal como afir-ma Hernán Scorofitz en su texto publi-cado en este número.Según una documentación que llegó anuestra revista podemos establecer quedesde el 14 de marzo de 2011 al 26 deabril de 2012 se derivaron 113 pacientesinternados en el Hospital Borda. Deellos, 56 fueron derivados a institucio-nes públicas, 35 a instituciones priva-das y 22 no fueron informados (segura-mente este hecho implica que tambiénfueron a instituciones privadas). Esdecir, la mitad de los internados prácti-camente tuvieron como destino institu-

NNOOTTAA DDEE LLOOSS EEDDIITTOORREESS

To pía se acer ca bas tan te a un con cep to que uti li zo en mi prác ti ca ins ti tu cio nal co mo psi coa na lis ta. En cier ta for ma, es una re de fi ni ción “mo der na” de la Uto pía. Por que la uto pía re -de fi ni da así, mo der na men te, no es un no lu gar, si no que es lo con tra rio de la re ne ga ción. La re ne ga ción es ne gar una rea li dad so cial en la que se es tá in mer so, o ne gar las ca rac te rís ti -cas de es ta rea li dad so cial, y ne gar que se nie ga. Es to tie ne un ejem plo exal ta do y pa ra dig má ti co en to da la épo ca de la re pre sión in te gral don de pre ci sa men te, lo que se bus ca ba era

que la gen te ne ga ra las si tua cio nes si nies tras que es ta ban acon te cien do... Es ta de fi ni ción mo der na de uto pía, no so la men te tie ne la fuer za clá si ca de la uto pía, de pro po ner se una ins -tan cia dis tin ta, si no que es en fun ción de una co sa muy tó pi ca: ne gar se a acep tar aque llas co sas que nie gan la rea li dad. Fernando Ulloa

ciones privadas. Y seguramente sub-vencionadas por el mismo Estado. Estosignifica que se desvían recursos paracontinuar el vaciamiento de la Saludpública bajo un manto de oscuridadque encubre una tercerización con eluso de fondos públicos. A esto debe añadirse que en la Ciudadde Buenos Aires, ya está decidida laconstrucción del Centro Cívico en losterrenos de los psiquiátricos, lo quegenerará infinidad de negocios del sec-tor privado a costa del sector público.Es necesario denunciar y luchar contraestos discursos que lo único que hacenes continuar encubriendo el vaciamien-to de la Salud pública. En este mismosentido van las denuncias de la Mesapermanente Intersectorial en SaludMental y el texto de Susana Toporosique nos avisa que “¡Llega el Big Macrial Hospital de Niños!”Las cuestiones políticas nos atraviesande diferentes formas. Por ello convoca-mos a Horacio González, MaristellaSvampa y Eduardo Grüner, reconoci-dos intelectuales referenciados en dife-rentes espacios políticos, para debatirsobre “Los intelectuales, la cultura y elpoder”.El dossier de este número está dedicadoa los Modos del Mal. Héctor Freire,Cristián Sucksdorf, Miguel Benasayag,Alejandro Vainer y Enrique Carpinteroaportan desde diferentes perspectivaspara dar cuenta de este tópico pocasveces abordado. Topía en la Clínicanos trae la cuestión del trabajo con ado-

lescentes y la diferenciación entredepresión y tristeza, a través de un ate-neo clínico con los comentarios deMario Waserman, Roxana GonzálezSalaberry y Adriana Franco. RafaelGroisman abre el juego sobre la cues-tión del psicoanálisis y las neurocien-cias.En Área Corporal, Isabel Costa y AliciaLipovetzky nos relatan una experienciade abordaje del climaterio entretejiendoel cuerpo y la palabra en un dispositivoinnovador. Diversas cuestiones completan estenúmero. Mario Buchbinder nos acercalas potentes y actuales ideas de JuliaKristeva. César Hazaki trabaja sobrecómo los niños se están convirtiendo enconsumidores a través de las “bonda-des” de las nuevas tecnologías. JorgeHoracio Raíces Montero denuncia elSíndrome de Alienación Parental.Además nuestros lectores encontraránel inteligente humor de Haroldo Meyerilustrando varios lugares de nuestrarevista. Como siempre encontrarán otros nue-vos artículos visitando nuestro sitiowww.topia.com.arFinalmente anunciamos la extensióndel plazo hasta el 31 de agosto para laentrega del IV Concurso InternacionalTopía de Libro de Ensayo. Hasta el próximo número.

Enrique Carpintero, César Hazaki yAlejandro Vainer

SumarioEDITORIAL

DOSSIER

El mal y el bien soninmanentes a nuestracondición humanaEnrique Carpintero

El cine y el malHéctor Freire

3

7

9

11

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¡El mal!Miguel Benasayag

Sade y las desventurasde la moralCristián Sucksdorf

Cuerpo y palabra.Dos lenguajes que seentretejenIsabel Costa yAlicia Lipovetzky

Los intelectuales, la cultura y el poder

Ateneo PsicoanáliticoAdolescencia: Tristeza odepresión

Síndrome de alienaciónparentalJorge H. Raíces Montero

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28

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33

34

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AREA CORPORAL

SEPARATA

TOPIA EN LA CLINICA

El celular delos huevos de oroCésar Hazaki

Revistas y Libros recibidos

Kristeva,temática y revueltasMario Buchbinder

La salud mentalen sintonía finaHernán Scorofitz

Psicodrama de la pareja.Madre-Padre-BebéHoracio Antonio Helou

Llega Big-Macri alHospital de NiñosSusana Toporosi

LAS PALABRAS YLOS HECHOS

DAR EN EL BLANCO

CONTRATAPA

El tango de la muerte Alejandro Vainer

Psicoanálisis yNeurociencia: acerca de las dificultades y bondadesde un diálogo posibleRafael Groisman

Horacio González, EduardoGrüner y Maristella Svampa

Mario WasermanRoxana González SalaberryAdriana Franco

Trastorno deflatulomaníaCarlos Caruso

Agradecemos la colaboración de Haroldo Meyer, cuyos dibujos participan en la ilustración de la presente edición.

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ellos habitaban seres ocultos por lo cualtodo objeto animando o inanimadodebía tener un espíritu; podían serbenévolos o malignos y desempeñabanun papel fundamental en todas las acti-vidades que se realizaban. Estos fueronevolucionando en la imaginación hastacrear los dioses de las religiones polite-ístas. Si en un primer momento se losutilizaban para aplacar los temores ycubrir las necesidades luego sirvieronpara controlar a la población con finespolíticos y de poder. Al poner un rostroal Mal se demonizaba, perseguía y eli-minaba a todas las personas que se acu-saba de tener tratos con los diosesmalignos.

El judaísmo fue la primera religiónmonoteísta que en sus orígenes no creíaen la existencia de un demonio. Solocreía en Yahve que era todopoderoso yel Mal que se experimentaba era unplan de Dios que no podía tener unacomprensión humana. En los libros dela Tora podemos leer la presencia de unDios bueno pero también de un Diosvengativo y cruel. La concepción del

demonio fue trasmitida a los israelitasdurante su exilio en Babilonia por elzoroastrismo. Esta antigua religión cre-ada por el profeta Zoroastro en el años125 a. de la E.C. sostenía que Dios es lasuma de la perfección y el Mal provienedel Diablo. Sin embargo la existenciadel Diablo no logra un consenso gene-ral entre los judíos religiosos que atri-buyen la maldad a la condición huma-na.Es el cristianismo quién crea la idea delDemonio para explicar de manera siste-mática la maldad y el sufrimientohumano. Las ideas de la antigüedadson retomadas por el cristianismo y larepresentación de dioses buenos ymalos son sustituidos por los persona-jes de la fe cristiana: Dios y el Diablo.Lucifer, que en hebreo significa “porta-dor de la luz de la mañana” o “verdadantes de conformidad”, era un ángelcaído. En un principio era el hijo predi-lecto de Dios. Su transformación esnarrada en Isaías donde Lucifer es arro-jado del cielo por dirigir un gran ejérci-to de ángeles descontentos contra Dios.De allí que recibe el nombre de Satanásque significa “enemigo” o “adversario”y es expulsado a la tierra y al infierno.5Durante muchos siglos el clero cristianono se opuso enérgicamente a los anti-guos dioses paganos. Sin embargo apartir del siglo XV su autoridad estabaestablecida para lanzar una campañacontra todas las creencias desde elpaganismo hasta el judaísmo y el isla-mismo y así afirmar el poder de la igle-sia de Roma. El resultado fue quinien-tos años de Inquisición donde se perse-guía y asesinaba acusando de brujería a

todos aquellos que desafiaban su poderabsoluto en todas las áreas de la socie-dad en la Europa feudal. Los dominicos Jakob J. Prenger yHeinrichi Kramer crean un manual dedemonología cristiana llamado MalleusMaleficarum (del latín “Martillo deBrujas”) donde ofrecen un tratamientosobre todas las formas de reconocer yprocesar a una bruja. Durante sigloseste texto sirvió de base y justificaciónpara las más horribles torturas y asesi-natos con el fin de disciplinar al conjun-to de la sociedad que debía ser regidapor los dogmas de la Iglesia. Esta impo-nía una imagen de miedo y de conde-nación eterna en nombre del Mal. Conla excusa de salvar el ser humano delinfierno transformaron la tierra en uninfierno. Hoy en día esta doctrina ha variado suscastigos. Pero el cristianismo esta pre-sente en nuestra cultura occidental paraestigmatizar con el Mal a los otros, losdiferentes, los que consideran bárbaros.

Para Spinoza el Mal no existe

El gran secreto del régimen monárquico ysu interés profundo consisteen engañar a los hombres disfrazando con elnombre de religión el temorcon que los esclavizan, de tal modo quecombaten por su servidumbrecuando creen que luchan por su salvación. Baruch Spinoza, Tratado teológico polí-tico

En el Siglo XVII Baruch Spinoza realizauna lectura sistemática de los textosreligiosos para cuestionar las interpre-taciones de las jerarquías religiosas.Sostenía que se debía interpretar libre-mente esos textos sin que fuera necesa-ria la opinión de los sacerdotes. Estaperspectiva teológica-política lo llevabaa decir que la supuesta sabiduría de losrepresentantes de la Iglesia era sólo unmedio para dominar a la población. La consecuencia de esta posición fun-dada en su rigurosa filosofía fue laexcomunión. El Herem, que es una mal-dición eterna, prohibía a cualquiermiembro de la comunidad judía leersus libros, dirigirle la palabra, acercarsefísicamente a menos de dos pasos yestar bajo el mismo techo. Perseguidodurante toda su vida intentaron apuña-larlo a la salida de una sinagoga enÁmsterdam. El odio y el resentimientosiguieron hasta después de su falleci-miento. Al tiempo de haber muertoescribieron sobre su tumba: “Aquí yaceSpinoza ¡Ojalá su doctrina quede aquítambién sepultada y no se propague supestilencia!”.6El único libro que publicó en su vidafue el Tratado teológico político utilizandoun seudónimo para evitar el castigo delpoder representado por los curas carte-sianos de toda Europa. Allí realiza uncuestionamiento político a las religio-nes ya que engañan a la población parasometerlas al poder de su doctrina.7La Ética demostrada según el orden geomé-trico es su libro fundamental. Es en laprimera parte donde refuta la concep-ción del Dios judeo-cristiano. Es decirun Dios persona, omnipotente y omnis-ciente, con poderes para castigar y pre-miar, un Dios que establece que es el

Edi tor ia l

ENRIQUE CARPINTEROPPssiiccooaannaalliissttaaeennrriiqquuee..ccaarrppiinntteerroo@@ttooppiiaa..ccoomm..aarr

A mi amigo Sergio Dibarboure, un hombre de bien

Cuando hablamos del mal no podemosevitar referirnos al bien ya que no exis-te uno sin el otro. Esto nos lleva a unproblema en el que se juegan cuestioneséticas, morales y de cómo se construyela subjetividad. Es indudable que setrata de un término en el que vamos aencontrar una serie de fenómenos per-sonales, sociales e históricos donde apa-recen asesinatos, violaciones de todaíndole, guerras, genocidios y todosaquellos actos que se caracterizan porponer en juego lo siniestro; es decir, laperversidad propia del ser humano.Históricamente se ha abordado la cues-tión del mal tratando de fundamentarlodesde una fuerza diabólica sobrenatu-ral o, por lo contrario, formando partede nuestra estructura genética.1Sin embargo el mal y el bien todavíasiguen teniendo resonancias teológicasasociados con la fuerza del Demonio yde Dios. Por ello creemos necesario sos-tener que su posibilidad es propia de lacondición del ser humano que debe darcuenta de una subjetividad construidaen la relación con otro en el interior deuna cultura.2

El angel caído

¡Cómo caíste del Cielo, oh, LuciferHijo de la mañana!¡Cortado fuiste por tierra!¡Tú que dominabas a la gente!¡Tú que en tu corazón decías, seré más altoque el Cielo!¡Me exaltarán más que a las estrellas deDios!¡Seré en verdad el líder supremo!¡En el lugar privilegiado!¡Seré igual al más alto Dios!Pero serás arrojado al Infierno,al fondo del sepulcro.Y todos los que te vean, te despreciarán.Isaías 14:12

Desde una concepción religiosa el Mal3es explicado básicamente desde tresperspectivas:41º) Las poderosas fuerzas malignasexternas seducen, conjuran, corrompeno avasallan al individuo, llevándolo acometer actos perversos. Esta es una delas más antiguas explicaciones religio-sas del Mal. De aquí proviene la idea deque el ser humano es naturalmentebueno ya que su maldad proviene delas injusticias de la sociedad. Esto es loque sostenía Juan Jacobo Rousseau ytodos los que pretendieron construirsociedades utópicas.2º) Las personas tienen libre albedrío.Esto lleva a que sus corruptos apetitoslos inducen al pecado.3º) Lo que plantea San Agustín: el Malno es un principio activo, sino unaausencia de virtud. Así como el frío esausencia de calor y la oscuridad laausencia de luz, el Mal es una insufi-ciencia de Bien.Desde las primeras épocas de nuestrahistoria los seres humanos temían a losfenómenos naturales. Creían que en

El mal y el bienson inmanentes a nuestra condiciónhumana

Freud es muy claro: sibien hay una inclinacióna la agresión, a la des-trucción y a la crueldadno hay ninguna capaci-dad originaria en elsujeto para distinguirentre el bien y el mal

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Bien o el Mal. Para Spinoza Dios es laNaturaleza (Deus sive natura). Dios esinmanente no trascendente. Una causainmanente esta “junto a” o “dentro” deaquello que causa. Por ejemplo la natu-raleza de un círculo es la causa inma-nente de su redondez. Lo que afirmaSpinoza es que Dios no está fuera delmundo y lo crea, Dios existe en elmundo y subsiste junto con aquello quecrea. Dios es el mundo y todo lo que loconstituye. Por ello lo que propone esque la Naturaleza como potencia, comonaturaleza naturante, es Dios. LaNaturaleza es “causa de sí”, es decirexiste por necesidad y no puede ser deotra manera.8En el universo todo forma parte de unasola sustancia, todo lo que hay es unasola sustancia a la que podemos llamarDios o la Naturaleza. De los infinitosatributos de esa sustancia sólo conoce-mos dos: el modo pensamiento y elmodo extensión (el cuerpo). Pero entreambos modos no hay correspondencia,ni prioridad, ni subordinación. Lo queaparece en un modo también se encuen-tra en el otro. Una consecuencia de lateoría de la mente de Spinoza es que lainmortalidad personal no existe. En lamedida que los actos mentales tienensiempre su correlato en el cuerpo, cuan-do este muere lo mismo sucede con lamente. Esta perspectiva cuestiona laseparación cartesiana entre alma y cuer-po. Aislando la mente del cuerpo se ase-guraba que las doctrinas religiosas sos-tuvieran el poder eclesiástico al estable-cer -entre otras cuestiones- que eran elMal y el Bien y en que condiciones elalma podía estar en el Cielo o en elInfierno. Para Spinoza sólo hay un reino

en el mundo: el de Dios o la Naturaleza.Los seres humanos pertenecen a estereino de la misma forma que las pie-dras, los árboles y los gatos. De estamanera subvierte siglos de ideas reli-giosas que habían colocado al serhumano en un lugar especial.9

Algunos sufrimientos de los sereshumanos provienen de formarse ideasinadecuadas producto de la imagina-ción. La idea imaginativa es inadecuadapor que no conoce su causa. Sólo cono-cemos el efecto y, por lo tanto, no estaen condiciones de representar la cosa tal

cual es, no puede explicarla. Es unaidea falsa, es decir es una idea confusa.Pero el ser humano tiene capacidad deotra forma de conocimiento ligado a surazonamiento de formarse ideas ade-cuadas sobre lo que es necesario yasienta su conatus, su deseo paraaumentar su potencia de vida y preser-varse en su ser. Esta debe ser una razónapasionada. Una razón que encuentrenociones comunes entre las cosas. Adiferencia de las ideas inadecuadas,ideas de la imaginación, que reempla-zan a una cosa por la imagen, la nocióncomún, idea de la razón, representa loque la cosas es. Explica lo que la cosame afecta.En el sistema de Spinoza donde el almay el cuerpo actúan conjuntamente y endonde el intelecto y la voluntad son lamisma cosa no se trata de dejar la ima-ginación sino de manejar nuestra imagi-nación. No se trata de eliminar el deseosino de aprender a querer. No se tratade dejar de sentir, sino de activar lossentimientos.10De este modo para Spinoza las ideasdel Bien y del Mal están ligadas asupersticiones e ideas confusas de laimaginación que son aprovechadaspor las religiones. De allí su afirmaciónque bueno es lo que aumenta nuestrapotencia acompañada de un sentimien-to de alegría (el amor, la solidaridad,etc.) y malo es lo que disminuye nuestrapotencia acompañada de un sentimien-to de tristeza (el odio, la depresión, lamelancolía, etc.). Como afirma en lacorrespondencia que mantiene conWillen van Blijenbergh: si un sujetohace un acto malo no comete un pecadosimplemente devasta su vida y la de losdemás en el colectivo social.11 Por ellohay otros valores para medir su acto:morales, sociales, políticos, higiénicos,etc. Los tres factores básicos que componenla estructura afectiva de los sujetos sonel deseo, la alegría y la tristeza. En estesentido un Bien o un Mal absoluto sólosirven para fomentar la superstición ypoder dominar al conjunto de la socie-dad.12En su obra critica a los filósofos y teólo-gos que tratan las pasiones como si fue-ran pecados o vicios. Estas formanparte de nuestra condición humana ysólo a partir de su reconocimiento sepuede llegar a un conocimiento verda-deramente racional. Este es su mandatoético: enfrentar las pasiones tristes conla fuerza de una razón apasionada sos-tenida en las pasiones alegres.13

El odio primario

El narcisismo ético del ser humano deberíacontentarse con saber que en ladesfiguración onírica, en los sueños deangustia y de punición, tiene documentos tan claros de su ser moral comolos que la interpretación de los sueños le proporciona acerca de la exis-tencia e intensidad de suser malo. Está por verse si llegará en la vidaa algo más que a la hipocresía

o a la inhibición quien, no satisfecho conello, pretenda ser <mejor> de lo que ha sidocreado.”

Sigmund Freud, Algunas notas adicio-nales a la interpretación de los sueños.

Freud no es un filósofo de la moral. Nole interesa analizar los significados delmal y elbien o de lo correcto y lo incorrecto. Sinembargo, su comprensión del sujeto hapermitido entender porqué elegimos ydecidimos lo que hacemos, que lugarocupa el inconsciente, como aparece yse desarrolla la conciencia y que papeljuega la razón y lo que llamamos losfactores estructurantes del proceso pri-mario. Estos últimos son producto del estadode desvalimiento que vive el niño alnacer ya que su cuerpo lo siente frag-mentado y vacío. De esta manera nece-sita de un otro significativo que consti-tuya lo que llamamos un espacio-soporte afectivo, libidinal, imaginario ysimbólico en el cual la “mater-materiali-dad ensoñada” -al decir de LeónRozitchner-14 produce una encarnadu-ra en el cuerpo que le permita soportarsus fantasías de muerte y destrucción yencontrarse con sus pulsiones de vida,Eros. Su Yo primitivo se sostiene en unnarcisismo primario cuyo prototipo esel seno materno. En esta etapa el princi-pio de displacer-placer establece quetodo lo que atente contra la satisfacciónpulsional del Yo de placer absoluto esmalo. Todo lo frustrante, todo lo gene-rador de dolor y angustia es ajeno al Yoy se proyecta al mundo exterior. El pla-cer absoluto es la sede de la bondad,mientras lo malo es ajeno. De estamanera se constituye un odio primario,una negatividad radical hacia lo ajenoal Yo de placer absoluto que son elmotor de la violencia destructiva yautodestructiva propia de lo que deno-minamos la-muerte-como-pulsión.15El niño va saliendo de ese estado dedesvalimiento a partir de un procesofacilitado por el lugar que ocupa en larelación intersubjetiva con sus padres osustitutos y con el ambiente familiar ysocial. Las sucesivas identificacionesprimarias y secundarias permitirán laconstitución de su Yo real definitivodonde puede discriminar y discrimi-narse como sujeto, cuya forma particu-lar estará dada por la castración edípi-ca.De esta manera el interjuego pulsionalentre las pulsiones de vida, Eros y laspulsiones de muerte van determinadolos avatares de la vida. Pero esto noimplica identificar el Eros con el bien ylas pulsiones de muerte con el mal yaque los fenómenos de la vida “procedende la acción concurrente y contrapues-ta” de ambas pulsiones. Por ello Freudcuestiona los intentos teológicos o reli-giosos de disculpar esa agresividad ydestructividad: “En efecto, a los niñitosno les gusta oír que se les mencione lainclinación innata del ser humano al`mal`, a la agresión, la destrucción y,con ellas también a la crueldad”, paraenfatizar más adelante “…la inclinaciónagresiva es una disposición pulsionalautónoma, originaria del ser huma-no.”16Desde esta perspectiva Freud es muyclaro: si bien hay una inclinación a laagresión, a la destrucción y a la cruel-dad no hay ninguna capacidad origi-naria en el sujeto para distinguir entreel bien y el mal. A nivel de lo incons-ciente no hay contradicción. No conocejuicios de valor; no hay ni bien ni mal,ni moral. Esta ambivalencia se mani-

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TOPIA WEB - AGOSTO 2012

www.topia.com.ar

Editorial de la revista TopíaNº65, agosto 2012El mal y el bien son inma-nentes a nuestra condiciónhumana (P)Enrique Carpintero

Jugando se crean condicio-nes para vivirAntonella Argento – ValeriaBonardi

Más allá de TriesteNatalia Laura Cocciaglia yPierluigi Castrignanó

Entrevistas de MarioHernández a Oscar Martínez,coordinador del Taller deEstudios Laborales (TEL),Ricardo Aredes y JulioGambina, Doctor enCiencias Sociales y Dir. delFISyP

Presentación del libroMaterialismo ensoñado deLeón RozitchnerCristián Sucksdorf

Diálogo con Enrique PichonRivière.Este texto es un fragmentodel libro que recientementepublicó la editorial Topía:DIÁLOGOS. Encuentros con

Jacobo Fijman, Enrique PichonRivière, Fernando Ulloa, LeónRozitchner, y otras travesíaspor la belleza, las verdades de laépoca y los delirios de Vicente Zito Lema

De padres e hijos, o ¿qué esser un buen padre?Ricardo Klein

A la izquierda de Freud:Adorno y la dominación dela subjetividad en los dis-positivos tecnológicos conel efecto de “masa”.Ezequiel Fernández y FernandoRamírez

Sobre las Vivencias deProfesionales Psi y susAportesRodrigo Córdoba Sanz

Matrimonio Igualitario oequal mariageMaria Gabriella Sartori

Escenas de una educaciónsuperfluaEstafani Vicens

Problemáticas del superyó:el masoquismo moralMaria Vilela Pinto Nakasu

Para Spinoza las ideasdel Bien y del Mal estánligadas a supersticionese ideas confusas de laimaginación que sonaprovechadas por lasreligiones

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fiesta en el Yo que debe dar cuenta desus tres vasallos: el Ello, el Superyó y larealidad exterior.Ahora bien ¿qué lugar ocupa la culturaen este conflicto? Con las identificacio-nes primarias el niño “normativiza” sudeseo y se in-corpora a la cultura en lacual el Superyó, como heredero delComplejo de Edipo, encuentra en laidentificaciones secundarias el idealque está plasmado, plantando sus recla-mos a través de la “conciencia moral”.Por lo tanto, la constitución de la cultu-ra es la renuncia a lo pulsional, quederiva en la culpa individual y colecti-va, en tanto a lo que se renuncia es a laexpresión manifiesta del parricidio y elincesto producto de la-muerte-como-pulsión.17Como señalamos anteriormente el suje-to tiene una inclinación agresiva pro-ducto de la pulsión de muerte, en lacual la cultura encuentra su obstáculomás poderoso, y vuelve inofensiva estaagresión interiorizándola a través delSuperyó que, como “conciencia moral”,ejerce sobre el Yo la agresión que hubie-ra realizado sobre otro. En este sentidolo malo o lo bueno no son algo innato;malo sería perder el amor de los padres,bueno sería tenerlo. Socialmente malono es lo que se hace, sino su descubri-miento por parte de la autoridad. Aesto, que es angustia frente a la pérdidade amor, Freud lo llama “angustiasocial”.

Desde el eje Yo ideal-ideal del Yo parteuna comprensión de los fenómenos delas masas, en el que además de un com-ponente individual se halla un compo-nente social: el ideal común de unafamilia, una comunidad, un Estado,una nación. Existe un grado de confian-za posible a partir de la seguridad de un

soporte imaginario y simbólico paraque en el conjunto humano se establez-can lazos libidinales que permitan quela cultura se constituya en un espacio-soporte de la emergencia de lo pulsio-nal. Cuando este soporte narcisista sequiebra aparece una situación de crisisen la que se desencadena una angustianecesaria que se evita encontrando elobjeto que genera miedo. Allí se puedesocialmente tomar conciencia para esta-blecer lazos de solidaridad para enfren-tar esa situación o se puede dar cir-cunstancias sociales en las que la cultu-ra dominante hace desaparecer la con-ciencia como plantea Freud enPsicoanálisis de las masas y análisis del yo.Esta situación permite entender fenó-menos sociales donde el poder buscaun otro al que se le asigna el lugar delbárbaro como representación del Mal aquien hay que eliminar. La concienciadesaparece y no hay represión que per-mita contener la negatividad radicalque abarca el conjunto social a través delos procesos transubjetivos18. Si estanegatividad radical propia del odio pri-mario es característica de la perversiónen las perversiones sociales encuentrael Mal en grupos humanos que se trans-forman en “chivos expiatorios” pasi-bles de las mayores atrocidades.Esto nos lleva a diferenciar culturas quetienden a que se desarrolle este males-tar y otras que permiten desplazar laagresión a partir de una organizaciónsocial que genere lazos sociales y per-mita el desarrollo de la creatividad delsujeto. Aunque esto no implica la “ciu-dad de la utopía”, es decir una sociedadperfecta ya que siempre hay un “males-tar sobrante” que nos habla de la “anor-malidad que nos hace humanos”.19Esta circunstancia nos lleva a la necesi-dad de hacernos responsables de nues-tra condición pulsional como planteaFreud en relación a los sueños: “… unodebe considerarse responsable por susmociones oníricas malas. ¿Qué se que-rría hacer, si no, con ellas? Si el conteni-do del sueño -rectamente entendido- noes el envío de un espíritu extraño, esuna parte de mi ser; si, de acuerdo concriterios sociales, quiero clasificar comobuenos o malas las aspiraciones queencuentro en mí, debo asumir la res-ponsabilidad por ambas clases, y sipara defenderme digo que lo descono-cido, inconsciente reprimido que hay

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en mi no es mi <Yo>, no me sitúo en elterreno del psicoanálisis.” Y continúa“… Por lo demás, ¿de qué me serviríaceder a mi orgullomoral y decretar que, con miras a lasvaloraciones éticas, me es lícito desde-ñar lo malo del ello, y no necesito hacerde mi yo responsable de eso malo? Laexperiencia me muestra que, empero,me hago responsable, que estoy compe-lido a hacerlo de algún modo.” 20Es decir, si nos habita el mal tambiénpodemos encontrarnos con el bien, elEros de allí la necesidad ética de hacer-nos responsables de las consecuenciasde nuestros actos. Pero también paraenfrentarnos a aquellas ideologías cuyacohesión social se sostiene en el odiohacia el otro como representación delMal.

El mal radical

Ya no creemos en el mal, sino sólo en actosmalvados que puedenExplicarse mediante la ciencia de la mente.El mal no existe, y creer en él es sucumbir a la superstición, comocuando uno mira debajode la cama por la noche o tiene miedo a laoscuridad. Pero hay individuos para quienes no encontramosrespuesta fáciles, que hacen el mal porque son así, porque son malvados.

John Connolly, Todo lo que muere

Durante el Siglo XX el mal se presentacon una visibilidad agobiante: el geno-cidio Belga en el Congo, el armenio rea-lizado por los turcos, el Gulag de Stalin,Hiroshima, Nagasaki, Ruanda, la dicta-dura militar en nuestro país y podría-

mos seguir con una larga lista. Pero esel nombre de Auschwitz quién simboli-za todas estas formas extremas del mal.La industria de la muerte que constru-yó el nazismo supera lo comprensible.Es algo que se trata de entender peroque no se puede reconciliar con la con-dición humana. Este mal radical excedeel marco de razonamiento en tanto seubica en lo no representable, lo no pen-sable, lo no nombrable; rompe contodos los parámetros aceptados de lamoral. El concepto de “mal radical” lo intro-duce Kant. La ética kantiana se define apartir del “obrar de tal modo según unamáxima tal, que puedas querer almismo tiempo que se torna ley univer-sal.” Este “para todos” toma la formade una ley a la que todos deben quedarsujetos. El “mal radical” es la tendencia

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a desobedecer esa ley. De esta maneraKant distinguió tres grados del mal: 1º)se debe a la fragilidad de la naturalezahumana; 2º) a la impureza, es decir“mezclar causas impulsoras amorales ymorales” y 3º) a la malignidad de lanaturaleza humana.21

Esto último es lo que cuestiona HannahArendt con la idea de “Banalidad delmal”. Cuando analiza el juicio aEichmann al considerarlo un burócrataasesino lo condena mucho más que si lojuzgara como un monstruodemoniaco.22De allí que su posición en relación almal radical “tiene que ver con esto:hacer que los seres humanos en tantoseres humanos se vuelvan super-fluos.”23 Este es el objetivo del totalita-rismo. El nazismo lo llevó hasta sus últi-mas consecuencias a partir de una mul-tiplicidad de factores sociales, políticos,económicos y culturales. De esta mane-ra el mal surge en conexión con un sis-tema que lo hizo posible. Pero hay unanecesidad de plantear una clausuratranquilizadora de nuestras concienciascreando demonios que lo hicieron posi-ble. Sin embargo sus consecuencias sereproducen hasta la actualidad. Por ellodebemos entender sus causas sin pre-tender justificarlas como hacen las reli-giones. Es que, como dice EmmanuelLevinas24, la cuestión del mal nosenfrenta a tres tipos de problemas: 1º)las limitaciones de las teodiceas paradar una respuesta; 2º) la obscenidadque implica justificarlas y 3º) la imposi-bilidad de reconciliarnos ya que “el malno es sólo lo inintegrable, sino que ade-más es la inintegrabilidad de lo ininte-grable.”25

Para finalizar podemos decir que reifi-car el mal implica pensarlo como unacaracterística ontológica del ser huma-no cuya consecuencia es resignarnos aconvivir con él. Si bien no podemosnegar la condición humana de propen-

der al mal debemos hacernos responsa-bles de nuestros actos ya que hacer elmal remite a querer el mal y, en estequerer, se pone en juego nuestro deseo.En este sentido si el odio primario estaen el origen del sujeto ya que el amor seva construyendo en un proceso quedetermina la relación con uno mismo ycon el otro; yo soy con el otro y es con elotro que me constituyo como humano.Esto nos plantea una responsabilidadpersonal pero también la responsabili-dad como sujetos ante males sociales ypolíticos. El problema es que la mayoríade los sujetos se comportan pasivamen-te y se rigen por la imaginación aumen-tado las pasiones negativas y disminu-yendo las pasiones buenas. Por ellocolectivamente no basta con la ética,que es la vía individual. Se hace necesa-ria una política basada en una razónapasionada de las pasiones alegres quepermitan establecer lazos de solidari-dad necesarios ya que para Spinoza elotro completa al sujeto. La relación conel otro aumenta mi potencia y la delcolectivo social. Este es el desafío quenos plantea el Siglo XXI.

Notas

1. Para un acercamiento a una perspectivagenética sobre los orígenes del mal verCereijido, Marcelino, Hacia una teoríageneral sobre los hijos de puta. Un acerca-miento científico a los orígenes de la mal-dad, Tusquets editores, Buenos Aires, 2012 2. Carpintero, Enrique, “La curiosa anato-mía del alma”, revista Topía, Nº 53, setiem-bre de 2008.3. Vamos a utilizar “el Mal” con mayúscu-la cuando se lo entiende desde una pers-pectiva trascendente. En cambio dejamos“el mal” con minúscula cuando se lo consi-dera como inmanente a nuestra condiciónhumana. 4. Goldberg, Carl, Conversaciones con elDemonio. Psicología del mal, CuatroVientos editorial, Santiago de Chile, 1999. 5. Ídem anterior.6. Nadler, Steven, Spinoza, editorialAcento, Madrid, 2004. 7. Spinoza, Baruch, Tratado teológico-polí-tico, editorial Porrúa, México, 1977. 8. Spinoza, Baruch, Ética, editorial Porrúa,México, 1977. 9. Carpintero, Enrique, “Spinoza y Freud:compañeros de incredulidad”, revistaTopía, Nº 51, marzo 2008. 10. Para una síntesis del pensamiento deSpinoza leer a Cherniavsky, Axel yAlcatena, Enrique, Spinoza para principian-tes, Longseller, Buenos Aires 2007.También Tatian, Diego, Spinoza y el amordel mundo, Altamira editores, BuenosAires, 2004. 11. La correspondencia con Blijenberghforma un conjunto de ocho cartas -cuatropara cada uno- que las enviaron entrediciembre de 1664 y junio de 1664.Blijenbergh trabajaba en el comercio de

cereales y le escribe a Spinoza sobre el pro-blema del mal. Spinoza le contesta creyen-do que su interlocutor actúa movido por laverdad pero rápidamente advierte su maníade juzgar como teólogo calvinista. Spinozaromperá su relación tras una visita deBlijenbergh. Estas cartas se pueden leer enla compilación de su correspondencia,Spinoza. Epistolario, Sociedad HebraicaArgentina, Buenos Aires 1950. Tambiénhay una versión de estas ocho cartas en Lascartas del mal. Correspondencia SpinozaBlijenbergh, Caja Negra, Buenos Aires,2006. Para un comentario de estas cartasDeleuze, Gilles, En medio de Spinoza, edi-torial Cactus, Buenos Aires, 2003. 12. Savater, Fernando, La aventura delpensamiento, editorial Sudamericana,Buenos Aires, 2008.13. Carpintero, Enrique, La Alegría de lonecesario. Las pasiones y el poder enSpinoza y Freud, editorial Topia, segundaedición, Buenos Aires, 2007. 14. Rozitchner, León, Materialismo enso-ñado, editorial Tinta Limón, Buenos Aires,2011. 15. Uso el concepto de “La-muerte-como-pulsión” para dar cuenta de los factoresestructurantes del proceso primario y susefectos en la vida del sujeto: narcisismo pri-mario, angustia primaria, odio primario,funcionamiento a partir del principio de dis-placer-placer. Su consecuencia es que elsujeto queda atrapado en la negatividadradical. 16. Freud, Sigmund, El malestar en la cul-tura, Amorrortu editores, Tomo XXI,Buenos Aires, 1979. 17. Carpintero, Enrique, Registros de lonegativo. El cuerpo como lugar del incons-ciente, el paciente límite y los nuevos dis-positivos psicoanalíticos, editorial Topía,Buenos Aires, 1999. 18. Kaës, René, “El pacto denegativo en losconjuntos trans-subjetivos”, en Lo negati-vo. Figuras y modalidades, varios autores,editorial Amorrortu, Buenos Aires, 1991.19. Carpintero, Enrique, “Normalidad ynormalización. La salud es soporte de la

anormalidad que nos hace humanos”,revista Topía, Nº 55, abril de 2005. 20. Freud, Sigmund, Algunas notas adicio-nales a la interpretación de los sueños,Amorrortu editores, Tomo XIX, BuenosAires, 1979. 21. Bernstein, Richard, El mal radical. Unaindagación filosófica, editorial Lilmod,Buenos Aires, 2005. 22. Ídem anterior. 23. Arendt, Hannah, La condición humana,editorial Paidós, Buenos Aires 1993. 24. Ídem cita 19. 25. Levinas, Emmanuel, Totalidad e infini-to. Ensayo sobre la exterioridad, editorialSígueme, Salamanca, 1977. También Eltiempo y el Otro, editorial Paidós, BuenosAires, 1993.

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La tesis que aquí será defendida consiste en que al trabajo le cabría un papel determinante en la elabora-ción de las relaciones de civilidad, gracias a las cuales los individuos consiguen vivir y actuar juntos.Sostener la tesis de la “centralidad política” del trabajo supone tener previamente una teoría explícita de lasexualidad humana de allí la necesidad de recurrir a la teoría que propone el psicoanálisis.

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Las chicas buenas van al cielo,las malas donde quieren.(grafitti anónimo)

Un concepto polémico

No podemos negar que el mal, su pro-blemática, sus representaciones mástípicas como el infierno, el personaje deldiablo, ejerció y sigue ejerciendo unapoderosa fascinación sobre el imagina-rio colectivo.La noción del “mal” sintetiza por unlado, el carácter “siniestro” del mundoque nos rodea. Cuando recreamos ima-ginativamente, por ejemplo el horror,decimos que estamos inmersos en unverdadero infierno gobernado por elmal, como algo exterior a nosotros. Entanto concepto polémico tiene un pri-mer sentido, el que tradicionalmente ledieron las instituciones religiosas: queel mal penetra en el hombre desde afue-ra. El mal está afuera, es cuerpo, cosa,mundo y el alma ha caído adentro de él.Como en el caso de innumerables filmsde terror, donde la “simbólica del mal”se da en la posesión, y cuya matriz -encuanto género cinematográfico- tiene suparadigma en El Exorcista (1973) delrealizador William Friedkin, sobre lanovela homónima de Peter Blatty, y quesólo en EE. UU. llegó a vender trecemillones de ejemplares. Sin olvidar Elbebé de Rosemary (1968) de RomanPolanski, con la actuación memorablede Mía Farrow, que una noche en mediode alucinaciones y pesadillas es violadapor el mismísimo diablo, para luego“dar a luz la sombra”, el anticristo.Film, conocido también como La semilladel diablo, que le costó la vida a su espo-sa Sharon Tate cuando estaba embara-zada, en un acto satánico perpetradopor el clan liderado por Charles Mason.Este carácter exterior del mal da lugaral esquema de “una cosa”, una sustan-cia que infecta por contagio. El mal, en estos casos, no procedería dela libertad humana hacia el mal, sinopor el contrario, va de las potencias delmal hacia el hombre. O la experienciahumana del mal sería la mundanidadmisma del mundo.Más complejo es el caso del controverti-do, célebre y censurado por décadas enla argentina, del film Los demonios (1971)de Ken Russell, sobre texto de AldousHuxley, a su vez basado en hechos rea-les ocurridos en el siglo XVII en un con-vento de Loudun, Francia. En el queunas monjas fueron supuestamente“poseídas” por Satanás, sumiendo alconvento en continuas orgías que fue-ron presenciadas por los habitantes delos alrededores.

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Sin embargo, la otra representación delmal que viene haciendo el cine y la lite-ratura contemporánea, es que el mal yano necesita de “seres fantásticos osobrenaturales”. Lo auténticamenterelacionado con el mal, es descubrir queéste está en el seno mismo del serhumano. Como dice Malcom McDowell en el film La naranja mecánica(1971) de Stanley Kubrick:-Hemos nacido de monos erectos, no deángeles caídos y esos monos eran asesinosarmados.

Entonces, ¿Por qué nos resulta más inte-resante el mal que el bien? ¿Más atracti-vos los malos en el cine que los buenos?¿El infierno que el paraíso en La DivinaComedia de Dante; La Guerra que la Pazen la novela de Tolstoi? ¿O el personajedel Guasón que el de Batman, en la ver-sión de Christopher Nolan, El caballerode la noche (2008)?

Preguntas que nos llevarían a conside-rar, al menos en gran parte del trata-miento que hace el cine, al mal como elintermediario entre la vida y la muerte.En esta “veracidad del mal” como unestado de persistencia “absoluta”, seasegura una indestructibilidad en vir-tud del cual, el mal, “los malos del cine”incapaces de concebir otra posibilidad,se consuelan con la idea de ciertainmortalidad.Es como si nos preguntaran: ¿no sabéislo que es y lo que puede? Antes denegarlo o menospreciarlo aprende aconocerlo. No hay mayor juego que eljuego del mal.Siempre pensamos menos en el bienque en el mal, porque el mal excita másnuestras facultades intelectivas quenuestras sensaciones. De ahí que lainvención y la representación artísticadel infierno como “espacio habitado delmal”, conjuga dos concepciones curio-sas: en principio la eternidad, y luego lade una acción ejercida en sentido nega-tivo a lo largo del tiempo. El versofamoso de Dante: “Los que entren aquí,que pierdan toda esperanza”, tambiénes aplicable a los campos de exterminiode los nazis, allí donde esa fuerza pri-mitiva del mal es burocratizada, banali-zada (al decir de Hannah Arendt) ypuesta en práctica por una organizacióndevastadora. Un dato increíble perocierto: Heinrich Himmler, el planifica-dor de esas verdaderas industrias de lamuerte, cuando llegaba tarde a su casaentraba delicadamente por la puerta deatrás, para no despertar a su canario.Mediante una operación en la que úni-

camente puede intervenir el cuerpo. Eldolor causado por el mal es algo queemana del cuerpo. Por eso, en muchosfilms el mal es una prolongación natu-ral de las propiedades corporales.

Ambigüedad y precariedad moral

Otra característica a tener en cuenta, esla de los films en la que la idea del malse transfiere a la monstruosidad físicade un ser extraño, o un “cuerpo otro”.Como podemos observar en films comoDrácula (1992) de Coppola o la primerAlien (1979) de Ridley Scott. Donde la“perfección estructural” de sus cuer-pos, es sólo equiparable a su hostilidad(su “maldad”). El mal tiene la forma oadquieren las formas (metamorfosis)que tiene la dimensión del cuerpo.Es importante remarcar la importanciaque tiene el cuerpo en la cristalización,de lo que puede llamarse una tradiciónclásica de la concepción del mal quehace la literatura y el cine. Aunque en elfondo, como cualquier criatura vivien-te, estos “seres malignos”, sólo tratencomo cualquier ser, de sobrevivir acualquier precio.Incluso en esa lucha maniquea y sim-ple, entre el bien y el mal; entre la luz yla sombra, la virtud y el vicio, propues-ta por muchos films de la industriahollywoodense, se desprende que elmal no es la antítesis del bien. Sino sucomplemento.Un film como el “atípico western” deClint Eastwood, Los imperdonables(1992), plantea la idea que el “orden”,se expresa en el sentido que el malcomo el bien, lejos de constituir unanecesidad, es una condición indispen-sable al equilibrio de las fuerzas y lajusticia.

¿Ambigüedad y precariedad moral,entre lo que es el bien y lo que es el mal,en determinadas circunstancias?En su libro La necesidad del mito, entre-cruzamiento entre el psicoanálisis, lafilosofía y el arte, Rollo May explora larelación entre el mal-el diablo y la crea-tividad. Siguiendo como ejemplo lanovela de Dostoievski (llevada al cineen 1958 por Richard Brooks) Los herma-nos Karamazov, en la que leemos un diá-logo más que interesante entre el diabloe Iván, en el que éste le replica: -Tú eresyo, con un rostro diferente. ¡Sólo dices loque yo pienso, eres incapaz de decir nada

nuevo! La realidad del diablo en cuantoencarnación de la “parte maldita” delhombre, reside en su oposición a lasleyes de Dios. De ahí procedería la cua-lidad dinámica de la creatividad huma-na. Edgar Allan Poe, ejemplifica estaperspectiva en su poema más conocidoEl cuervo (también llevado al cine): Poedescribe la batalla librada en su corazónentre eros y thánatos, entre el éxtasis y laagonía (¿entre las pasiones tristes y laspasiones alegres?). Esta alternancia,este conflicto, es una de las característi-cas del proceso creador, su pasiónintrínseca.“La pasión es la realización del deseoinconsciente. El deseo es un fenómenode la pasión y su finalidad, en este sen-tido la pasión es algo que el alma pade-ce o sufre. Es algo que toma posesióndel sujeto, en el sentido de “posesióndemoníaca”……, la pasión comprome-te al sujeto fundándolo y enajenándoloal mismo tiempo”.1Por otro lado tenemos el film Moby Dick(1956) de John Huston, con guión deRay Bradbury sobre la genial novela deHerman Melville. El film es la historiadel mito del mal a bordo de un barcoballenero, con el capitán Ahab (GregoryPeck-el diablo) en busca enloquecida dela Gran Ballena Blanca.En una carta a Hawthorne, tras haberacabado Moby Dick, Melvilla decía:“He escrito un libro perverso”. Cuandose enteró que Hawthorne lo entendía yle gustaba, le respondió: ¡“Me sientocomo un recién nacido! Había experi-mentado la catarsis que se produce alcrear algo bello. No sólo una” victoria”sobre el diablo o sobre el mal….Es másbien la catarsis consistente en sentirsepurificado por la batalla con el dia-blo…2Recordemos, que una de las caracterís-ticas originarias y significativas del artemoderno, fue problematizar y profun-dizar sobre la cuestión del mal: no escasual que el primer monumento artís-tico de la modernidad, que inicia lapoesía moderna, se llama Las flores delmal (1856) de Charles Baudelaire, y uno

Toda obra artística que documente sobre la crueldad y el mal esun triunfo de las pasiones alegres sobre las pasiones tristes

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Héctor FreireEscritor y crítico de [email protected]

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El autor narra lo no dicho ni pensado por la cultura occidental. Hay dos maneras de no decir nipensar la verdad: por ocultamiento o por sobre-entendimiento. De ambos modos se ha silenciado alas mujeres. Pellicer ilumina los mecanismos político-religiosos del silencio, a lo largo de sus dife-rentes contextos históricos.

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El cine y el mal

La creación artística esun acto de rebeldía, unafán por recuperar lacara oculta de la vida: elmal, lo instintivo, lo gratuito

¿Por qué nos resultamás interesante el malque el bien?

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sionismo alemán, y del mito por partede Goethe y Thomas Mann.Desde otra perspectiva, encontramos enel film de Torre Nilsson Los siete locos(1972) adaptación de la novela homóni-ma de Roberto Arlt, la trascendenciapor el camino del mal, incluso la fasci-nación por la estética del mal. “Hayalgo de impensable, algo que no sepuede refrenar, en las conductas de lospersonajes de Arlt y de Dostoievski. Esaconducta “demoníaca” que siempre loslleva a un proceder trágico, sobre todocon respecto a sí mismos, hace que eldinero sea una presencia insoslayablepor debajo de las acciones que no sepueden reprimir.”3

Sed de mal

Recordemos también, que la temáticadel mal ya aparece en el origen mismodel cine: El vampiro de Philip Burne-Jones es de 1897, basado en el textohomónimo de John Polidori, médico deLord Byron, escrito en 1819. Despuésvino en 1922 Nosferatu de Murnau, (másfestejada y reconocida por los cinéfilos)que también filmó un Fausto en 1926.En este sentido, es muy interesante larelación y el estudio que hace SiegfriedKracauer, en su ya clásico libro DeCaligari a Hitler, entre la retórica delmal, la temática “faústica” y la historiapsicológica del cine alemán: “Al expo-ner el alma alemana, el cine de posgue-rra pareció insistir en acentuar su carác-ter enigmático. Macabro, siniestro, mór-bido eran los adjetivos favoritos usadospara calificarlo”, leemos en la introduc-ción del mismo. Yo agregaría demonía-co, como titula Lotte Eisner su libro Lapantalla demoníaca, y que abre con unacita de Leopold Ziegler (El Santo Imperiode los alemanes, 1925):

“Es necesario calificar sencillamente dedemoníaco ese comportamiento enig-mático con respecto a la realidad, de esetodo sólido y cerrado que presenta elmundo.El hombre alemán es el hombre demo-níaco por excelencia. Verdaderamentedemoníacos son el abismo que nopuede ser colmado, la nostalgia que nopuede ser apaciguada, la sed que nopuede ser saciada…”.

Innumerables son los films sobre elrégimen nazi, y la lucha desesperada delos judíos por sobrevivir durante elholocausto, el genocidio armenio per-petrado por los turcos, los crímenes del“padrecito” Stalin, Hiroshima, etc., etc.,hasta nuestros días. Citar y comentarlos más importantes, obligaría a escribirotro artículo. Sin embargo, hay un filmde Pier Paolo Pasolini, Saló o los cientoveinte días de Sodoma (1975) que sinteti-zaría, incluso por lo repulsivo e inso-portable, la puesta en escena del geno-cidio cultural y físico de un mundo per-petrado por el poder sin límites del mal:la continuidad de la violencia y lamuerte hasta que ésta se torna mecáni-ca, industrial. En la república de Saló deMussolini-Sade, los humanos sonmenos que cosas, incluso consumiblescomo cualquier otro producto que se

de los textos más emblemáticos deArthur Rimbaud tenga como título Unatemporada en el infierno. Llevada al cinepor Agnieszka Holland en 1995 como Elfuego y la sombra, protagonizada porLeonardo Di Caprio. Incluso hay unfilm de Jean Pierre Rawson de 1991 lla-mado Las flores del mal, biopic del famo-so poeta. Centrado en el juicio que tuvoque padecer Baudelaire, por la publica-ción y posterior censura de su famosolibro.El arte de ambos poetas calificadoscomo malditos y satánicos, es en reali-dad la fuerza de ataque, desplegadapara sobrevivir, a su manera una fuerzade resistencia; el mal como símbolo derebeldía y libertad frente al mal y lacrueldad exterior. Frente al optimismosuperficial del progreso de la moderni-dad. El diablo como tema y protagonis-ta: una de las formas más frecuentes enla literatura y el cine. Saber o investigarsi el mal es una condición general de lahumanidad, es una de las preocupacio-nes de Baudelaire. Que como en Fausto,se presenta como amigo del hombre.Un hombre que por la ciencia puedeinvocar y hacer un pacto con el diablo.Personaje que atraviesa la historia delcine hasta nuestros días, una de las últi-mas es El abogado del diablo (1997) deTaylor Hackford, con Al Pacino (el dia-blo) y Keanu Reeves (el abogado). Ydonde “el diablo” es la denominaciónconcreta del concepto abstracto “elmal”. En el film el mal a través del per-sonaje de Al Pacino, no sólo es una rea-lidad tangible y palpable, sino ademáscotidiano. Una fábula moral del com-portamiento humano frente al mal.Tampoco es casual, que al final del filmse cite El paraíso perdido de Milton, queal igual que en la obra de Baudelaire, eldiablo (el mal) es emblema de libertad:-Prefiero gobernar en este infierno, antesque servirte en el cielo.Si el mal es esencialmente humano,también lo es su libertad. El mal comoacto creativo es el ejercicio de esa liber-tad.A propósito, el último film del presti-gioso director ruso Alexander Sokuroves Fausto (2011): una mirada muy singu-lar y actualizada, una vuelta de tuercasobre las adaptaciones literarias queviene haciendo el cine desde el expre-

puede comprar y tirar. Saló: emblemadel mal moderno. El bien común al quedebe aspirar toda República es domina-do por el mal absoluto de unos pocos.Que ejercen el mal con monstruosa fero-cidad y monótona apatía. Y que al decirde Roland Barthes: “Se ve todo…denada se te dispensa. Lo que con tantorigor se desnuda no es finalmente elmundo pintado por Pasolini, sino nues-tra mirada”. Poner la mirada del espec-tador al desnudo frente a la desnudezdel mal. De ahí que el film sea insopor-table.

Ahora bien, si el arte pretendidamenteantiguo todavía era “demostrativo” (loque ocurrió hasta el siglo XIX con elimpresionismo como punto culminantede la tendencia dinámica y la disolu-ción completa de la estática imagenmedieval del mundo, que es lo mismoque decir de la economía cerrada de laBaja Edad Media al movimiento y ladinámica del Capitalismo), el arte delsiglo XX se convirtió en “mostrativo”,en el sentido de que es contemporáneodel efecto de estupor de las sociedadesde masa, sometidas al condicionamien-to de la opinión y la propaganda de losmass media. La representación del mal,ya no necesita de infiernos “tan temi-dos”. Como dice Enrique Carpinterosiguiendo a Freud: “el ser humano tieneuna maldad originaria, pero no innata:tiene condiciones que pueden llevar a lamaldad o a la bondad. El caminodependerá de factores personales, fami-liares y sociales”. El mismo hombrepudo crear la democracia como elnazismo. Recordemos la respuesta delgenial Pablo Picasso a un nazi que lepreguntó en la exposición de París en1937 a propósito de su obra más emble-mática: -¿Guernica? ¡Es obra de ustedes,yo no fui su autor!Lejos en el tiempo y en el espacio, y nopor eso menos actual, nos encontramosen Río de Janeiro y San Paulo, fines dela década del 70 con el film de HéctorBabenco: Pixote, la ley del más débil(1980), un poema trágico y cruel sobreel mal y la destrucción de la infancia: elfilm describe el momento preciso enque la inocencia de los jóvenes, al serviolada, inicia una espiral de violenciadonde el mal se transforma en un armade defensa ante el mundo que losrodea, totalmente injusto, que los llevaa sobrevivir fuera de la ley. El film deBabenco, que tiene un antecedente enLos olvidados (1950) de Luis Buñuel,ambientado en Ciudad de México, estátomado de la novela Infancia dos Mortos(1977) de José Louzeiro, basada en uncaso verídico, en el que 102 menoresfueron brutalmente violados, golpea-dos y abandonados en un despeñaderopor la propia policía paulista. Durante la década del 70 los escuadro-nes de la muerte, en Río de Janeiromasacraban sin culpa a chicos de lacalle. Incluso 20 años después, enOlinda seguían apareciendo grafittisdonde se leía: Limpie la ciudad: mateun niño.En esa misma década en la Argentina,comenzaba su noche más negra, un ver-dadero “infierno de maldad”: represiónilegal-terrorismo de Estado-tortura-campos de detención y exterminio-desaparición y muerte-apropiación de

chicos. Mientras, el General JorgeRafael Videla, se confesaba y comulga-ba con el consentimiento y complicidadde la cúpula de la Iglesia CatólicaArgentina. Films como la no tan con-vincente (vista hoy con perspectiva his-tórica) La noche de los lápices (1986) deHéctor Olivera a partir del libro homó-nimo de María Seoane, o la contunden-te Garage Olimpo (1999) de MarcoBechis, recrean junto a muchos otrosfilms como: Historias de aparecidos (2005)de Pablo Torello, El ausente (1989) deRafael Filipelli, Nietos: identidad y memo-ria (2004) de Benjamín Ávila, por citarsolo algunos, esa noche que parecíaeterna. Y donde los ciudadanos, comoen la novela-film de Kafka-Welles, nonos levantábamos de la pesadilla, sino ala pesadilla.

Epílogo

Una reflexión final, que se desprende apropósito de los ejemplos menciona-dos, a través de la literatura y el cine:¿La potencia del mal surge de la natura-leza paradójica del hombre: ya que éstedesea una altura y un destino imposiblepara un animal? ¿La dinámica del mal, no proviene queel hombre intenta negar su naturalezaanimal? Ya que el hombre sobre tododesea perdurar, y conseguir de algunamanera la inmortalidad. Y como sabe, adiferencia de los animales, que es un sermortal, ¿lo que más desea es negaresto? Puesto que los animales encarnanlo que más teme el hombre: una muertesin nombre y sin rostro.Para finalizar, y siguiendo el pensa-miento de Georges Bataille, para quienel arte puede expresar toda la experien-cia humana, pero fundamentalmente,expresa la parte maldita de esa expe-riencia.4 Así, la creación artística es unacto de rebeldía, un afán por recuperarla cara oculta de la vida: el mal, lo ins-tintivo, lo gratuito. Sin embargo, ¿nohay una paradoja, que hace que en lamayoría de los films, “el malvado” ter-mina traicionando al mal, y el mal almalvado? ¿La glorificación del mal notermina siendo una especie de bien? Ycomo su atracción proviene de su poderde destruir, ¿ya no es nada cuando ladestrucción se ha realizado? La maldadque quiere transformar la mayor canti-dad posible de ser en nada. Al ser unacto de realización ¿no se encuentra almismo tiempo con que la nada se trans-forma en ser, y lo que era la soberaníadel malvado en otra forma de esclavi-tud? En definitiva ¿no se convierte elmal en un deber, y esto no es precisa-mente el bien?¿No es acaso, toda obra plástica, litera-ria, o cinematográfica, aunque trate ydocumente sobre la crueldad y el mal,en tanto creación artística, un triunfo de“las pasiones alegres” sobre “las pasio-nes tristes”? ¿Y el fin último de todaobra de arte acaso, no radica en la ale-gría?

Notas

1. Carpintero, Enrique, La alegría de lonecesario (Las pasiones y el poder enSpinoza y Freud). Topía Editorial, Bs. As.,2007.2. May, Rollo, La necesidad del mito. Ed.Paidós, Barcelona, 1992.3. Quiroga, Jorge, Los habitantes deldemonio Arlt-Dostoievski, Fundación ElLibro, Bs. As., 2000.4. Bataille, Georges, La literatura y el mal.Ed. Taurus, Madrid, 1971.

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¿La potencia del malsurge de la naturalezaparadójica del hombre:ya que éste desea unaaltura y un destinoimposible para un animal?

La noción del “mal” sintetiza el carácter“siniestro” del mundoque nos rodea

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Solamente el escribir el título de estetexto me da escalofríos, creo escuchar, opor lo menos lo imagino, una risa “dia-bólica”, la amenaza se actualiza, la fra-gilidad de la vida se manifiesta: ¡el malexiste!En efecto, si bien la cuestión del malevoca inmediatamente un territorio teo-lógico, místico, la diferencia reside en elhecho que siempre hizo falta muchatinta y mucha fe para creer en dios yque, por el contrario, nadie duda de laexistencia del mal.Pero ¿qué es el mal? y ¿cómo podemospensar hoy, en 2012, esta cuestión?Sabemos que en la tradición occidental,incluso desde sus lejanas raíces griegas,la cuestión del mal inquietó a los huma-nos: ¿cómo era posible que el mal exis-tiera si la creación era fruto de una ovarias divinidades?, ¿cuál era entoncesla función y los orígenes del mal?, etc.Los maniqueos consideran que la exis-tencia del mal es producto del ángelcaído, por lo tanto, habría dos fuentesde acción en el mundo: la fuerza delbien y la fuerza del mal. Para los mani-queos el mal existe fruto del ángelcaído, hay dos fuentes entonces deacción en el mundo, la fuerza del bien,y aquélla del mal.Más tarde, Leibniz explicará a Dios, yen el mundo y esferas “divinas”, el malno existe, los diferentes mundos “posi-bles” cohabitan entonces “en teoría” sinconflicto ni contradicción entre ellos.Para Leibniz, el mal será engendrado enel pasaje de los múltiples posibles enteoría a los composibles en la práctica(este último es un sub-conjunto del pri-mero). Leibniz hace una diferenciaentre lo que es posible en principio, enteoría podríamos decir nosotros, esposible en hipótesis. Su posibilidad estádada por el hecho de que no encierra ensí una contradicción lógica. Pero diceque no todo lo que es “posible” puedepasar a la existencia, puede existir ensíntesis, porque en la existencia losseres, los entes entran en contradicciónentre ellos es por eso que algo que enhipótesis es posible, puede no “compo-ner” con la realidad, no ser entoncescomposible. Es por eso que el conjuntode los composibles es un sub conjuntodel de los posibles.Los composibles son entonces los posi-bles existentes en “el mejor de los mun-dos posibles”, lo cual no quiere decirpara nada que el mundo realmenteexistente sea en nada “el mejor”, sino alcontrario que dado la conflictualidadentre los posibles una vez puestos en la

práctica, el mejor mundo posible será elmundo emergente formado por lo quees composible es decir eso que compo-ne una síntesis conflictiva entre losposibles en teoría.

Es decir, el mal nace justamente en estepasaje a la existencia de los composi-bles puesto que en él hay conflicto. Esto era lo que explicaba el mal: dadoque los posibles en teoría no eran todoscomposibles en la existencia, entoncesel conflicto era, como ya lo había vistoHeráclito “el oscuro”, no solo inevitablesino “padre de todas las cosas”.Si el conflicto entre los composibles erael padre de todas las cosas, el mal es, nimás ni menos, necesario.En síntesis, hubo una manzana, hubouna mina que estaba demasiado fuertecomo para negarse a compartir unamanzana, pecado de nacer en el pecadooriginal, pecado entonces de existir. Elresto ya se conoce… a trabajar y sobretodo a soportar el mal como vecino delbien.La carne es pecado, los deseos son peca-do, la materia es pecado, el Occidentenace también de un pecado original y,como el Occidente es la cultura que se“autodenomina universal”, toda lahumanidad queda capturada por estedispositivo. El mal es inherente a laexistencia, pero, y aquí está la cuestión,los hombres y el progreso se prometie-ron erradicarlo.La pregunta sería entonces: ¿es cierto lo

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Miguel BenasayagFilósofo, Psicoanalista eInvestigador en epistemologí[email protected]

que piensan los occidentales que ellosson los únicos que existen y que lasotras culturas son sólo escalones “envías de desarrollo”, es decir, en vías dellegar a ser como ellos?, ¿o bien las otrasculturas son civilizaciones “en serio”?Fray Bartolomé de Las Casas habíadefendido en la famosa controversia deValladolid; ¡¡¡“los indios eran huma-nos!!!”, ¡¡¡qué alegría, que alegría, cho-colate por la noticia!!! Salvo que… eran humanos con lahumanidad incompleta.El colonialismo, el imperialismo, la nor-malización disciplinaria, pero tambiénla cura, la educación, el urbanismo…iban a ocuparse de “completarle” lahumanidad a los indios, a los africanos,a los asiáticos, a los marginales, a loslocos, a las mujeres… en síntesis, atodos los “incompletos” del mundo.El occidente, fundado sobre el mito tele-ológico de un progreso convergente yfinal, marchaba hacia las luces, hacia laluz del fin (auto) prometido de todanegatividad, de todo mal… a los otros,los incompletos, de seguirlos y obede-cerles.Al final de la historia, en el puntoomega del padre Theillard o bien en elcomunismo científico de Marx, el maldebía desaparecer.El médico, el maestro, el colono podíanasí hacer el mal en nombre de un bienfinal: civilizar, educar, curar. La prome-sa de un mundo sin mal, de un mundodonde todo lo negativo debía desapare-cer, estructuró entonces las prácticas yel pensamiento del occidente.El mañana (el futuro) fue por lo tanto,desde la gran historia hasta los ínfimosdetalles de las pequeñas historias per-sonales, lo que ordenaba y daba sentidoa nuestras vidas: “hoy no se fía, maña-na sí”.

Pero hete aquí que esta “gran cultura”occidental se encuentra en crisis termi-nal y profunda. Entonces, una de lasconsecuencias más graves de esta crisisreside en el hecho que ese “mal”, ese“negativo”, que debía desaparecer, nosvuelve sobre la cara con la fuerza ven-gadora de lo que habíamos queridoreprimir, dominar, eliminar y que nosdice cruelmente: “aquí estoy”, el malestá aquí, lo negativo no desaparece.Ahora bien, si nosotros hiciéramos unarápida distinción entre las diferentesculturas, desde el punto de vista deltrato que le han dado a la cuestión delmal, no dejaría de sorprendernos quesea la cultura occidental la única quehaya apostado, que se haya estructura-do, alrededor de esta promesa de ladesaparición final del mal.

“La única diferencia que existe entreDios y los hombres”, escribía el astró-nomo y filósofo Kepler, “reside en elhecho que Dios conoce todos los teore-mas desde la eternidad y que el hombreno los conoce todavía todos.” “No conocer todavía todos”, es justa-mente la frase que describe la moderni-dad, este recorrido temporal hacia lacompletud. Si el universo está escrito enlenguaje matemático (Galileo), quienconoce “todos los teoremas” controla loreal, la vida y lo existente, en síntesispuede eliminar el mal.Ninguna otra cultura que existió ni queexiste ha apostado a esta eliminacióndel mal; las culturas animistas, totemis-tas o analogistas, son todas sociedadesque, por decirlo así, tenían una relación“orgánica” entre el mal y el bien.No se trata de que en estas culturas nose diferencie el dolor del placer o la ale-gría de la tristeza, por supuesto que sí.Simplemente se concibe y se experi-mentan estos contrarios como parte deuna unidad indivisible.Es más, los maniqueos de laMesopotamia en los orígenes del mono-teísmo, si bien dividían claramente yoponían el bien al mal, consideraban almal como inevitable, incluso necesariopara la armonía del universo.“Doctor estoy mal”, enuncia el pacientefrente a su terapeuta, y aparentementetodo está dicho, “usted está mal, deboactuar”. Nadie viene y dice “doctorestoy bien”: el bien, un bien que se pre-tende separado y separable del mal, nosparece ser la condición necesaria y justade nuestras vidas.“No te pregunto a qué raza o religiónperteneces, si tú sufres tú me perteneces

¡EL MAL!

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Juan Carlos Volnovich2da. Edición corregida y aumentada. Prólogo de Rolando GrañaIIrr ddee PPuuttaass

En la actualidad la prostitución se ha naturalizado. El hábito de consumir cuerposde mujer se ha extendido como si fueran objetos de una vidriera o un servicio comocualquier otro. Esta situación no es algo exclusivo de la Argentina, pero aquí existecon una intensidad y una frecuencia que a veces no imaginamos. Este libro hacenecesario pensar y discutir mucho sobre este fenómeno.

La actitud de intolerancia hacia el mal lo convierte en algo insoportable yaún más doloroso

Las nuevas tendenciasen psicofarmacología yterapias breves adhierena este credo, “el maldebe desaparecer”

Ni bien ni mal, ni fuerteni débil, sino “fragilidad”, tal es lacondición de la vidamisma

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Los lunes de 19:00 a 21:00por FM La Boca (90.1)

EELL RREELLOOJJPorque el tiempo no para y laverdad no se puede ocultarEl 1er. y 3er. lunes de cada mes

a las 20.15 hs, escuche la columna deCésar Hazaki

y yo te aliviaré…”, tal es el credo, eldogma de Pasteur que está escrito en elfrontispicio de los hospitales parisinos.De esta manera, los cuerpos y los pue-blos que sufren “pertenecen” a los doc-tores que los aliviarán. El mal, el sufri-miento, la tristeza, son síntomas quedeben ser eliminados. Y las nuevas ten-dencias en psicofarmacología y terapiasbreves adhieren a este credo, “el maldebe desaparecer”.Una pregunta estúpida me viene a lamente: si el mal desaparece en las curasdisciplinarias de los psicofármacos o enlas terapias comportamentales, ¿desa-parece para dejar lugar a qué?Una vida ordenada solo en el “bien”,¿sería bien con respecto a qué? ¿Qué esuna luz sin sombras? ¿un día sin noche?¿una vida sin muerte?

Nosotros somos, de esta manera, loscontemporáneos de la pérdida de lagran promesa: “el mal debe desapare-cer”. Así hemos pasado, sin darnos muybien cuenta, del historicismo como pro-mesa y fe en el futuro, a la supuesta eli-minación del mal postmoderno.Huérfanos de esta ilusión totalizante yevidentemente totalitaria, esa negativi-dad que no desaparece, nos pone enpánico, inseguridad y amenaza. Lo“otro”, lo inquietante, el extranjero, elvecino, mi propio cuerpo como otro, measusta. Todo participa de la amenaza.Donde hubo promesa aparece la ame-naza, el futuro radioso dejó lugar a unporvenir cargado de obscuros presa-gios, muchos de los cuales ya están aquíen el desastre económico, ecológico ydemográfico.¿Cómo se puede vivir con la amenaza?¿Cómo se puede reestructurar una otray nueva relación con el mal, ese mal quehabíamos creído poder separar de unpuro bien inmaculado? Por el momentola primera respuesta es un pánico gene-ralizado: se danza y se juega en un tran-satlántico pero se debe quedar unoquieto, paralizado en una chulapa quehace agua.A falta de lograr ser felices nos conten-tamos con evitar la desgracia, escribíaya hace un siglo Freud. Es decir, renun-ciamos a una vida para aceptar la sobre-vida disciplinaria. La promesa de segu-ridad que remplaza la vieja promesateleológica, nos hace desear la ciudad

panóptica, el control permanente denuestras vidas. Lo que ha sido un casti-go en épocas aun recientes, deviene hoyalgo deseable.Nosotros mismos construimos nuestrasvidas como un conjunto panóptico:facebook, twitter, el celular, así como unaserie de blogs y otros horrores, están anuestro servicio para que tratemos deconstruir vidas transparentes, ya que enla transparencia el hombre postmoder-no encuentra la ilusión de seguridad. Elmal, ya se sabe, ama los pliegues y rin-cones oscuros, seamos entonces, trans-parentes.Scanner y control del propio cuerpo,obsesión por los alimentos, guerra con-tra el humo del cigarrillo, cámaras devideo-control, y al volver a casa a escri-bir en nuestro blog rápidamente todo,toooodo lo que hemos hecho, publican-do en facebook las fotos que lo prueban:quizás así el mal no pueda poseernos.Pensemos simplemente al uso del hoytan corriente celular, el hombre postmo-derno se pasa el día informando, aquien sea, de cada paso, de cadaembrión de sentimiento o de pensa-miento que lo atraviesa. JeremyBentham no hubiera soñado mejor queesto, la torre de vigilancia en la cabezaes deseada y pagada en cuotas. Es decir,en cierta manera, el suicidio como pre-vención a toda enfermedad.

En las culturas no modernas, una de lasformas más corrientes de “tratar” lacuestión del “mal”, era la de realizarprácticas sacrificiales, el don y contradon (potlage). Los modernos reían deestas prácticas: matar a un pollo en elpatio no lo percibían como garantíapara evitar el mal. En realidad, las prác-ticas de “don”, de sacrificio, implicanno un manejo imaginario de lo real sinomás bien la aceptación por una parte dela sociedad, de la existencia de una“pérdida”, de que hay mal y esto formaparte orgánica del bien. Más concreta-mente de la vida.La hipótesis según la cual la moderni-dad debía lograr una racionalización talde la existencia que llegaría a erradicarla pérdida, no evitó que el capitalismo yaun más el neoliberalismo, destruyeranla vida bajo todas sus formas; todo ocu-rre como si el deseo de no perder pro-vocara pérdidas inevitables y mayores.La diferencia entre la modernidad y lapostmodernidad en la apreciación delmal, es que en la modernidad, auto-concebida, como camino no terminado,el mal existe, es incluso necesario yaque se transforma en un indicador delbien.Por ejemplo para Hegel o Marx, lanegatividad, el momento de lo negativoen la dialéctica, es absolutamente nece-sario para avanzar hacia una síntesissuperadora y positiva.Es en la postmodernidad, “fin de la his-toria” como la bautizaron los sofistaspostmodernos, que el mal apareceentonces como “sin razón”, como acci-dente que es necesario eliminar.De esta manera, el desafío de esta épocanos resulta más claro: no es cuestiónentonces de competir con las tenden-cias neoliberales postmodernas en lastécnicas de “eliminación del mal”, sinoque se trata en realidad de lo queJacques Monod presentaba como la cre-ación de una “nueva alianza”. Nuevaalianza quiere decir una relación orgá-

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nica con la vida, con la sociedad y con elmedio ambiente, en donde no se separeartificialmente el mal del bien.-Doctor, me siento mal en la vida-, -Síseñor, es normal sentirse a veces mal enla vida-, más aún, es la actitud de into-lerancia hacia este mal que hace de élalgo insoportable y aún más doloroso.No hay bien sin mal y es más, una vezque comenzamos a dejar atrás los dictá-menes totalitarios del utilitarismoactual, dicha separación nos apareceincluso como ideológica e imposible.Ni bien ni mal, ni fuerte ni débil, sino“fragilidad”, tal es la condición, ya nosolo humana, sino de la vida misma, allíes donde una resistencia a la crisisactual puede comenzar.

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Siempre hizo faltamucha tinta y mucha fepara creer en Dios yque, por el contrario,nadie duda de la existencia del mal

El mal es inherente a laexistencia, pero, y aquíestá la cuestión, los hombres y el progreso se prometieron erradicarlo

Editorial TopíaPresentación del libro

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Y la moral, que pasaba por ese sitio,sin presagiar que tenía en esas páginasincandescentes un enérgico defensor,lo vio dirigirse con paso firme y rectohacia los rincones oscuros y las fibras secretas de las conciencias.

Cantos de Maldoror, Lautréamont

IEscribe Maurice Blanchot que en 1797apareció en Holanda un libro que logróinstituir sus casi 4.000 páginas como lasmás extremas jamás escritas: “Hemosde admitir -leemos- que en ningunaliteratura de ninguna época ha habidouna obra tan escandalosa, que comoninguna otra haya herido más profun-damente los sentimientos y los pensa-mientos de los hombres.”1 Aquel libroatroz era La Nueva Justine o los infortu-nios de la virtud, seguida de la Historia deJuliette, su hermana del Marqués deSade. Un escándalo que no puede ser supera-do se constituye entonces en el horizon-te último de todo escándalo. Pero siinvertimos la mirada, ese horizonte senos presentará además como el límiteexterno de aquello que es escandaliza-do, pues una frontera no demarca unterritorio, sino dos: uno abierto, al exte-rior del límite, y otro cerrado, en suinterior. Por ello, entonces, estas pági-nas dibujarán también algo así como elcontorno -si bien en su descomposi-ción- de aquello que es “escandaliza-do”, es decir, de esos “sentimientos ypensamientos de los hombres” que severían heridos por este libro. Ahora bien, debemos preguntarnosentonces qué es eso “escandalizado”,en qué consisten esos “sentimientos ypensamientos” cuyo perfil este límitedel escándalo dibujaría. La respuesta essencilla: el ámbito entero de la esferamoral y sus posibilidades de significa-ción, pues el escándalo no es otra cosaque la reacción de esa esfera moral, deese corpus de “sentimientos y pensa-mientos” de un grupo social, ante elconflicto que un determinado conteni-do interno le provoca. De modo que sieste libro es el límite último en que lascosas pueden aún tener una significa-ción moral -aunque sea la más enérgicade las reprobaciones- la propia esferamoral encontraría allí, bajo la forma dela condena más absoluta, su propiafigura: una verdad marginal y solitariasobre la que se sostendría finalmente elsentido último de la totalidad del siste-ma moral, en tanto límite de su capaci-

dad de “escandalizarse”. Esta limita-ción marginal de la moral es entonceslo que hace a este libro un accesoimprescindible para conocer los contor-nos de nuestro propio rostro, no comopuede ser, sino tal y como la sociedadactual lo limita en sus formas morales.

Nos queda aún por saber en qué con-siste, entonces, la preeminencia malditade este libro, esa capacidad de consti-tuirse como el arrabal más extremo dela moral. Creemos que no puede des-cansar simplemente en el catálogo decrímenes que narra ni en la pretendidatransparencia de su lenguaje. Pues esecatálogo siempre podría engrosarse; elcrimen sofisticarse, las palabras desan-dar aún más la metáfora o ensayar nue-vas formas de la obscenidad; y en talcaso ya no estaríamos ante un límite dela moral -y en ese sentido ante su figu-ra- sino sólo ante un territorio abierto yaún incivilizado, un “desierto” que enúltima instancia la “guerra justa” de la

moral siempre podría conquistar a san-gre y fuego. De modo que esa capaci-dad del libro de ser límite de la moralno podrá depender de una acumula-ción de “contravenciones” al sistemamoral. ¿De qué dependerá entonces?Creemos que de la presencia en esaspáginas de un contenido que debíamantenerse negado, reprimido, paraque ese sistema moral pudiese funcio-nar, para sostener la sutura de una tota-lidad que se instituye sobre la ausenciade ese contenido. Lo que este libro pon-dría entonces de manifiesto sería esereverso de la sociedad que es también elcorazón de su “verdad”: el centroexcluido de una falsa totalidad.

IILa historia puede referirse así: dos her-manas son sorprendidas en la infanciapor la muerte temprana de sus padres.Sin otros familiares, a la orfandad sesumará la más absoluta pobreza. Lashermanas, que vivían en un convento,son empujadas entonces por las cir-cunstancias a decidir sobre sus vidas.Juliette, la mayor, siguiendo sus natura-les inclinaciones al mal, aprovecha cadaocasión que se le presenta para superarsu situación mediante el crimen y elvicio. Conseguirá así una alta posicióny una gran riqueza. Por su parte Justine,inclinada naturalmente al bien, tambiénse afirmará en sus tendencias, pero esteempeñarse en la virtud la convierte en

una presa fácil: conforme su voluntadpersevera en el bien sus males aumen-tan exponencialmente. Golpeada, viola-da y mutilada infinidad de veces,Justine es finalmente condenada amuerte. Es en ese momento que se pro-duce el reencuentro de las hermanas, yla unificación de la historia que se habíabifurcado en el relato de cada vida. Lasinfluencias de Juliette, ahora condesade Lorsange, logran eximir a Justine delcastigo, y conmovida entonces por lamiserable vida de su virtuosa hermanadecide llevarla consigo para cuidarla.Pero cuando parece por fin iluminarseel destino de Justine, súbitamente unrayo la aniquila al abrir una ventana delcastillo. Con la misma inmediatez delrayo, Juliette decide renunciar al mal yconvertirse en una virtuosa monja declausura. El lector es entonces invitadoa sacar provecho moral de la historia.Hasta aquí los hechos.Lo primero que encontramos, entonces,es una continuidad fundamental enestas dos historias; y un doble límite.Por un lado el bien o la virtud comolímite de los actos de Justine, por el otroel mal o el vicio como límite de lasacciones de Juliette. Este límite se mani-festará en un principio como punto devista: cuando se hable del mal la solaprotagonista será Juliette, ante el biensólo aparecerá definida Justine. Susidentidades se excluyen mutuamentecomo manifestaciones puras del bien ydel mal. Por eso las hermanas nopodrán aparecer juntas más que alcomienzo, cuando son sólo tendenciasabstractas al mal y al bien, pues en tantotendencias abstractas aún no podemoshablar de identidades. Las identidades

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Sade intentará fundar un nuevo Orden, sustituyendo con él las viejasformas morales del bien y el mal

Sade y las desventuras de la moral

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vendrán recién cuando cada libertadcristalice las tendencias en formasmorales: la una como virtuosa, comoviciosa la otra.Pero algo nos hace pensar que noimporta si Juliette es premiada por sumalicia, o si el dolor corona sin espe-ranzas ultraterrenas a la virtuosaJustine. Aquí no aparece aún la insana clarivi-dencia de Sade; pues, ¿no es el mismoJob, acaso, quien sufre en su virtud ysólo triunfa en el fracaso al encontrar ensu dolor la aceptación de Dios a cambiode nada? ¿Será tan sólo esta edificanteparábola el núcleo de los escritos deSade, a saber, la no correspondenciaentre el mal moral -es decir la “mal-dad”- y el mal como sufrimiento? Pocacosa sacaríamos siguiendo este camino;si en cambio sostenemos la miradahasta que esas imágenes nos quemenlos ojos y las llevamos en nuestro pen-samiento como cicatrices podremos verde qué modo se corresponden connuestro mundo. Sólo a cambio de que-mar nuestro pensamiento, entonces,podremos animar estas figuras que sonlos fuegos con que Sade pensó unmundo en llamas.Porque vemos entonces, en ese momen-to en que las identidades ya se han cris-talizado, que este límite que separaba alas hermanas se desvanece. Cuando ladesdichada Justine se reencuentra consu hermana cada libertad se disipacomo las figuras que forman las nubes;las decisiones que habían cristalizadoesas tendencias abstractas en destinoserán reabsorbidas ahora como simplevapor por la atmósfera del relato: cadavirtud y cada sufrimiento de Justineserán transformados, por el sólo contac-to con su hermana, en vicio y en goce.Así es que Justine, destruida por elsufrimiento causado por el ejercicio delbien y condenada a muerte, al ser salva-da por el poder de su hermana y recom-puesta por el goce que ella le brinda esconvertida en cómplice de ese vicio alque tanto se había resistido su buenavoluntad, pues debajo de cada uno delos cuidados que Justine recibe de suhermana asoma risueño su semblantecómplice el crimen que lo ha hechoposible.Pero esto no es todo, porque la unifica-ción será tal que no sólo las libertades seunirán en el despliegue de un mismocamino -o por decir mejor, de dos cami-nos que por desiguales despliegues uni-fican un origen y un destino- sino que lamisma diferencia de las hermanas seráaniquilada: es entonces el momento enque el rayo, como una comprensión

súbita, acabará con Justine; pero tam-bién, y ésta es precisamente la “com-prensión súbita”, con Juliette, en tantoque la “malvada” condesa de Lorsangede allí en más se dedicará al bien, des-haciendo entonces el tejido de su vida ydel relato.

IV A simple vista podríamos pensar que esaquí donde por fin se podría atrapar laintención de Sade: se trataría simple-mente de una cruzada solitaria y quijo-tesca del “divino marqués”, que blan-diendo dos sombras atiborradas de cri-men y deseo, galopase contra el enteroorden de la moral. Pues al disolver ladiferencia entre Justine y Juliette, cadauna ya identificada plenamente con elbien y el mal, destruiría con ello la dife-rencia misma entre el bien y el mal -ypor eso mismo, también toda posibili-dad de significación moral- esparciendoentonces, como una peste, el “relativis-mo” por el mundo.

Pero las cosas no son tan sencillas, puesa Sade no le interesa “desfacer” losentuertos de la ética ni criticar, como lossofistas, los fundamentalismos del dis-curso y la verdad. Porque si prestamosatención notaremos que la obra no cul-mina en un nihilismo que volviese éti-camente indecidible toda acciónmediante la destrucción total de lasposiciones morales del mal y el bien,sino en un resto que pervive a la heca-tombe de los personajes, y con el queSade intentará fundar un nuevo Orden,sustituyendo con él las viejas formasmorales del bien y el mal.Pero para comprender en qué consisteese “excedente” de la historia debere-mos antes notar algo más del modo enque se produce su final. Y es que esa ilu-minación súbita, el rayo que cruza laescena final disolviendo esas sombraschinas llamadas Juliette y Justine conque Sade nos contaba su historia, nosólo disipa las sombras, sino que ade-más deja ver algo que se escondía en laoscuridad del relato: la imagen pertur-badora y fugaz de un hombre -el propioSade- cuyas manos nudosas tejen esasdos oscuridades, pues en la inverosimi-litud del final que aniquila la creduli-dad del lector, se desenmascara el rela-to como puro artificio del autor. Y es

entonces el mismo Sade -en lo quesiempre tuvo de leyenda su realidadpersonal- el que irrumpe como un deusex machina y confiesa risueño que todolo que se dijo era mentira. Esa irrealidadque destroza el relato, esa acción en queel mal imaginado de la literatura sevuelve contra la obra misma, será ahorareforzada: el llamado al lector a seguirlas buenas enseñanzas de la conversiónde Juliette y sacar provecho moral de lahistoria, convierte ahora a la moral -enel plano “real” de su existencia- en cóm-plice de esa maldad imaginaria de laobra: esta última no sería sino uno delos “insondables caminos” de la moral.Pero, ¿qué se esconde detrás de esteintento de Sade de traicionar a su obrahaciéndose cómplice de la moral?Entendemos que no es sino la estrategiaúltima de Sade: disolver su propio sis-tema en la estructura de la moral, paradar con su maldad imaginaria nuevoscimientos a la moral real. El sacrificio desu historia no será entonces -comopodría haber parecido a simple vista- elintento de borrar las diferencias entre elbien y el mal, sino más bien el de fundarla moral sobre mejores cimientos en elexcedente de ese sacrificio. Una tareadigna de un hijo de las Luces.Pero ¿qué entonces es ese “excedente”de la destrucción de su historia con queSade pretende refundar la moral? No yalos destinos de las hermanas cristaliza-dos en el bien y el mal, sino la aniquila-ción de su diferencia, el resultadobifronte de su unificación: la figuradoble de la Puta y la Madre, Madre-vir-gen a la que el hombre no puede gozar,porque en su prohibición crece el goce;Prostituta-frígida con la que el hombreno puede gozar porque su goce se havuelto medio y no fin, es decir valor decambio.Esta figura monstruosa de la“Putamadre” que Sade deja como unexcedente de la autoinmolación de suhistoria, no nos es sin embargo extraña:la vemos recorriendo bucólica toda for-mación moral del capitalismo. Apenascomo ejemplo, la encontramos comocentro de la poética de nuestro tango apartir de su “moralización”: desde “Minoche triste” en adelante será el vaivénentre la puta y la madre el entero ámbi-to de esa poética. En otras latitudestambién Marx había dibujado con estadoble figura los contornos últimos de lapropiedad privada: “La mujer sale delmatrimonio para entrar en la prostitu-ción universal, así también el mundo dela riqueza, es decir de la esencia objeti-va del hombre, sale de la relación delmatrimonio exclusivo con la propiedadprivada para entrar en la relación uni-versal con la comunidad.”2 De modoque esta determinación de la mujer enlos polos de la “esposa” y la “prostitu-ta” manifestaría los límites de la propie-dad privada: su extremo inferior, laforma burguesa de la esposa (Madre-virgen), el límite superior, el del “comu-nismo grosero” -que aún no logra sersuperación de la propiedad privadasino sólo su expansión y su término- laprostituta. Así, en esta doble figura de“lo femenino” se manifiesta el “secretoa voces” de la degradación de la esenciaobjetiva de los Hombres: la propiedadprivada.Pero si esta figura de la moral de la bur-guesía es la misma que donaba Sadecomo resto de su historia ¿qué es lo queha hecho de su libro la “piedra delescándalo”? Sencillamente que Sade setoma demasiado en serio esta moral, yal prolongar su coherencia hasta susúltimas consecuencias la inutiliza.Porque esa irrealidad final en la que elpropio Sade irrumpía en la obra mos-trando que esa historia era “puro cuen-to”, no sólo aniquila la diferencia de sus

personajes en la unidad de la Puta-frí-gida y la Madre-virgen, sino quedesenmascara a esas mismas figuras almostrarlas como creación suya: la Putay la Madre, comprendemos ahora, noeran sino hombres disfrazados, elpatriarcado cristiano enajenado en laimagen última de su falta.¿Y qué falta es ésa? Pues precisamentela de la mujer que ha sido vaciada de supotencia sensible y convertida en unadócil sombra del Hombre, es decir esafigura de Puta-frígida yMadre-virgen.Ya León Rozitchner se ha encargado demostrarnos esa “falta” en la constela-ción femenina que renace una y otravez en cada ser humano que nace aco-gido por el “orden amoroso” incondi-cional de las madres (las concupiscen-tes, no las vírgenes) en la primera infan-cia, pero que luego el patriarcado cris-tiano derrota, transformando su mate-ria amorosa y sensible en la fría formade la ley. Y es este vaciamiento final detodo lo femenino convertido en leypatriarcal lo que el sistema de Sadelleva a sus últimas consecuencias.Destilada esa ley patriarcal de todo sucomponente femenino, queda sólo suresiduo más puro: la ley reducida al ins-tante de su aplicación, es decir al casti-go. Es este castigo la geografía única delsistema de Sade que se despliega en larepetición del tormento. Pero es estapurificación del patriarcado lo que nopuede ser implementado por la moral,pues no conduce a ejercer el dominiosobre otro, sino a su aniquilación. Y enla muerte ya no hay dominio. Ésta, cre-emos, es la verdad oculta que el “hiper-moralismo” de Sade nos revela: el asesi-nato como regla. Esa verdad que lamoral del patriarcado cristiano debemantener callada y administrada, a finde transformar la desnuda aniquilaciónen dominio.

Notas

1. Blanchot, Maurice, “La razón de Sade”,en: Lautreamont y Sade, FCE, México,1990, pp. 11-63.2. Marx, Karl, Manuscritos económico-filosóficos, en: Escritos de juventud, Ed.Antídoto, Bs As., 2006, p.126.

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De modo que esta deter-minación de la mujer enlos polos de la “esposa”y la “prostituta” mani-festaría los límites de la propiedadprivada

Fe de erratasMiércoles de 9:00 a 10:00FM La Boca (90.1)Con la columna dejazz y rock nacionalde AAlleejjaannddrroo VVaaiinneerr

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Nuestro tango de esclavas - bajo el látigo delos opresores,Oh, el tango de las esclavas del campo deAuschwitz,Espuelas de acero de esas bestias, nuestrosguardianes -Oh, libertad, los días de la libertad nosreclaman

“El tango de Auschwitz”Canción compuesta en Auschwitz poruna joven judía desconocida que fue

asesinada allí1

IEl odio a la música de Pascal Quignardprovoca.2 ¿Cómo es posible odiar a lamúsica? A cada cual puede gustarlemás o menos, o bien ser indiferente aella. Sin embargo, es posible odiarla.Quignard parte de lo sucedido con lamúsica en los campos de concentraciónnazis durante la Segunda GuerraMundial. Para ello analiza la función delas orquestas que los nazis organizabanpara tocar mientras llegaban los trenesde la muerte y se asesinaban miles depersonas. Los nazis eligieron su propiabanda sonora para la “solución final”.Quignard toma testimonios e ideas detextos de sobrevivientes para demos-trarlo. Simón Laks hizo una “carrera musical”en Auschwitz. Fue primero violinista,luego copista y finalmente director deorquesta en dicho campo. Al terminar laguerra publicó un libro, Músicas de otromundo, relatando y tratando de proce-sar dicha experiencia. Allí se preguntacómo la música pudo verse involucradaen un papel “más que activo” para laejecución de millones de seres huma-nos. Primo Levi publica luego de la guerraSi esto es un hombre, donde ubica elpapel de las orquestas de los campos enla “solución final”. La música se vivíacomo un “maleficio” que era una “hip-nosis del ritmo continuo que aniquila elpensamiento y adormece el dolor”. Estolo lleva a destacar el placer de los nazisen estas “coreografías matinales y ves-pertinas de la desdicha”, donde lamúsica no era para aligerar el dolor delas víctimas sino para “aumentar la obe-diencia y unirlos a todos en esa funciónimpersonal, no privada, que engendratoda música”. Pero también “por placer,placer estético y goce sádico experimen-tados en la audición de melodías ani-madas en la visión de un ballet dehumillación danzado por la tropa dequienes cargaban con los pecados deaquellos que los humillaban”.Esto lleva a Quignard a desenmascararlo que considera la función primordialde la música: la obediencia. Esta surgedesde la audición intrauterina, atrave-sando los sonidos que perturban alrecién nacido hasta los sonidos del can-turreo de la madre, presente desde losprimeros momentos de la vida.3 “Loshombres escuchan frases de inmediato.Para ellos una secuencia de sonidosforma de inmediato una melodía… Yasí el lenguaje se organiza en ellos, y asítambién los convierte en siervos de lamúsica”. Esta hipótesis la confirma con

dichos de varios autores y mitos. Platónen La República, afirma que la músicapenetra en el interior del cuerpo y seapodera del alma. Tolstoi decía que “allídonde se quiere tener esclavos, hacefalta la mayor cantidad de música posi-ble”. La historia del flautista deHamelin nos recuerda el poder dequien lleva adonde quiere primeroratas y luego a niños hipnotizados.También se asemeja al canto de las sire-nas que atraía a los navegantes hacia lamuerte, descripta por Homero en laOdisea.Esto lo lleva a afirmar que “durante laaudición los hombres son reclusos”.Esto es lo que descarnadamente pone aldescubierto la música de las orquestasde los campos de concentración.

IISin embargo, uno puede leer en elmismo texto testimonios opuestos. “Lamúsica es la única entre todas las artesque colaboró en el exterminio de losjudíos organizado por los alemanesentre 1933 y 1945. La única solicitadacomo tal por la administración de losKonzerntrationlager. Hay que subrayar,en detrimento suyo, que es la única quepudo avenirse con la organización delos campos, del hambre, de la miseria,del trabajo, del dolor, de la humillacióny de la muerte.”4 Y más adelante afir-ma: “No escasean las publicaciones quedeclaran, no sin cierto énfasis, que lamúsica sostenía a los prisioneros esque-léticos y les daba fuerzas para resistir.Otras afirman que esa música producíael efecto inverso, que desmoralizaba alos desdichados y precipitaba su fin.Por mi parte, comparto esta última opi-nión.”5

Tenemos testimonios diferentes sobrelos efectos subjetivos de la función de lamúsica en dichas condiciones. Herbert Zipper estuvo preso en Dachauy Buchenwald, entre mayo del 38 yfebrero del 39, cuando era todavía sóloun campo de trabajo forzado. Al princi-pio recitaba con un amigo versos delFausto de Goethe, alternando entreellos, para tratar de trascender el ham-bre y la suciedad que lo rodeaban.“Pronto los presos que estaban en elsuelo se agruparon a nuestro alrededorescuchando con evidente intensidad…En las noches siguientes, una multitudcreciente nos urgió a que siguiéramos…La poesía hizo su trabajo previsto.”6Esto lo llevo a tocar música que compo-nía en su cabeza durante los trabajosforzados. Encontró fabricantes de ins-trumentos en el taller de carpintería.Los domingos a la tarde, cuando losguardias estaban de franco organizaban

“conciertos” en una letrina en desuso.El conjunto nunca fue descubierto. En el gueto de Lodz, en Polonia, unsobreviviente recordaba como “a lanoche no había suficiente luz para leer,entonces nos sentábamos en la oscuri-dad y cantábamos. Cantábamos y can-tábamos, por cantar. Creo que fue unade las cosas que nos ayudó a sobrevi-vir… Sólo cantar podía ayudar. Cuandouno canta, incluso cuando canta unacanción triste, su soledad desaparece,uno escucha su propia voz. Uno y suvoz se convierten en dos persona… ydespués uno se siente libre”.7Shirli Gilbert, en su documentado libroLa música del Holocausto, se dedica a ana-lizar la música que crearon, interpreta-ron e hicieron circular de manera infor-mal prisioneros de los diferentes cam-pos nazis y de aquellos que vivían enlos guetos, a la vez que las actividadesmusicales iniciadas por los nazis.8 Paraello aborda un estudio de diferentescasos y recopila diferentes cancionescompuestas en tales situaciones. Gilbertplantea que “la descripción de las acti-vidades musicales se ha basado en unasupuesta experiencia uniforme de losprisioneros. De este modo, se margina-ron o se ignoraron las experiencias deciertos grupos... Destacar la diversidadayuda a corregir ciertas simplificacio-nes del recuerdo y abre la posibilidadde considerar representaciones históri-cas más complejas.”9 Esto lleva a cues-tionar la común idea de que la músicasiempre funciona como “resistenciaespiritual”, y a la vez permite abrirotros caminos.

IIILas conocidas definiciones de la músicallevan a la reificación. Sostener que esuna “combinación de sonidos y silen-cios” o “una sonoridad organizada”implica considerarla un “arte inmate-rial”. Esas posturas llevan a una músicasin sujeto, parafraseando a LeónRozitchner.10 Una música que se cosifi-ca, y se supone igual a lo largo de la his-toria de la humanidad y con la mismasignificación para cada sujeto. La música es un producto humano y esfruto del interjuego de las subjetivida-des inscriptas en una cultura. Pero estoimplica la definición de subjetividadcon la que operamos. Tomar al cuerpocomo subjetividad que se construye enla intersubjetividad en el interior deuna determinada cultura, implica situara la música como fruto de intercambioscorporales en su producción y su activaescucha.11 La música implica cuerposen juego. Esto va desde los primerosmomentos de nuestra vida, en los inter-cambios con los primeros otros signifi-cativos hasta la corporal relación con lamúsica que cualquier adulto tiene al díade hoy, sea en recitales, conciertos,reproducciones en su propia casa ocaminando en una ciudad con auricula-res. Y la relación que cada uno tengacon la música tiene una doble historiacompleja y determinante, fruto de las

producciones del aparato cultural y delaparato psíquico de cada sujeto.12Por un lado, la música tiene un lugar yuna función según el tipo de sociedaden que se viva. Los músicos y la formade escuchar música son radicalmentediferentes antes del capitalismo que a lolargo del capitalismo hasta hoy. JacquesAttali resume este pasaje desde enton-ces, cuando “la música era un atributodel poder político y religioso que signi-ficaba el orden, pero que también anun-ciaba la subversión. Luego, entrada enel intercambio comercial, ha participa-do en el crecimiento y la creación delcapital y del espectáculo; fetichizadacomo mercancía, la música se ha con-vertido en ejemplo de evolución detoda nuestra sociedad: desritualizaruna forma social, reprimir una activi-dad del cuerpo, especializar su ejerci-cio, venderla como espectáculo, genera-lizar su consumo y luego organizar sualmacenamiento hasta hacerle perdersu sentido.”13 Este texto es de 1977, yestos cambios continúan desde enton-ces: tuvimos el surgimiento, apogeo ydecadencia del CD que reemplazó aldisco de vinilo, se popularizó el uso delos auriculares, a partir del walkmanhasta el Ipod y los celulares, y vivimosun momento en el que el libre intercam-bio de archivos musicales lleva con eldebate sobre los derechos de autor, la“piratería” y la relación con la industriadiscográfica. A la vez, la música hainvadido casi todos los espacios de lacotidianeidad. Con este panorama cadalector puede constatar en carne propiacómo la forma de escuchar música estácambiando.

Por otro lado, tenemos una propia “his-toria libidinal musical”, que es la histo-ria de nuestras relaciones corporalescon otros donde la música tuvo algúnlugar. No hay relación con la músicasin cuerpos y sin relaciones libidinalescon otros. Lo sonoro nos toca desdeantes del nacimiento. Luego, es insepa-rable de la relación corporal con el otrosignificativo que nos sostiene desde losprimeros momentos de nuestra vida.Entonces se organizan los cimientos denuestra subjetividad, y de la primerarelación con la música, que tiene elmismo canal sonoro desde el cual seorganiza nuestro lenguaje.14 A partir deallí se conforma nuestra particular “his-toria libidinal musical” con las huellasde aquello que hemos vivido enencuentros corporales musicales conotros. Esta es la materialidad que con-

La música es mucho más que sonidos ysilencios: son cuerpos y relaciones en juego

El tango de la muerteAlejandro [email protected]

Se recopilaron luego dela guerra más de 500canciones con su músi-ca gestados en losdiversos campos y gue-tos. Entre ellos se destacan 38 tangos enidish

Entre las diferentesmúsicas que ejecutabanlas orquestas organiza-das por los nazis tam-bién había un tango. Erael tango “Plegaria” delviolinista argentinoEduardo Bianco

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forma la trama intersubjetiva donde seproduce aquello que luego llamamos“gusto musical”. Algunas veces somosconcientes de cómo dichas escenas yencuentros dieron soporte a nuestrarelación con la música. Pero mucho deesto queda inconciente. Esta historia seactualizará en las diversas experienciasmusicales que tengamos a lo largo denuestra vida, siempre carnales e inter-subjetivas en una cultura dada. Pero ala vez, cada experiencia, cada encuentrotocará algo de esta historia. Y de dichadialéctica surgirá en cada momento lasmúsicas que nos apasionan, las que nosgustan, aquellas que nos son indiferen-tes y las que odiamos.

IVEsta matriz conceptual nos permiteretomar la cuestión de la música en loscampos de concentración. Si la músicaes fruto de una relación material y libi-dinal intersubjetiva, y actualiza nuestrahistoria libidinal musical en cada con-tacto con ella, la música no es sólomúsica. Pero hay dos situaciones radi-calmente diferentes:Si fue gestada por prisioneros en formaclandestina y como resistencia puedetener diversas funciones, tales comopoder ayudar a conectarse con la vidaanterior a la guerra, escapar con la ima-ginación fuera del campo, aliviar colec-tivamente el desamparo y drenar el

odio hacia el sometimiento.15 Una grancantidad de música surgió durantedichos años en diferentes situaciones. Elconocido “Cuarteto para el fin de lostiempos” de Oliver Messiaen fue com-puesto para los cuatro instrumentosque allí disponía encarcelado en 1940.Por otro lado, se recopilaron luego de laguerra más de 500 canciones con sumúsica gestados en los diversos cam-pos y guetos. Entre ellos se destacan 38tangos en idish.16 Hay varias hipótesis

de los distintos caminos por el cual eltango se había expandido en Europacomo música popular. Paris fue lasegunda sede del tango. Para la décadadel 30 del siglo pasado se había exten-dido a las diferentes ciudades del conti-nente. Esto llevaba a que fuera unamúsica popular para poder canalizar yexpresar “un pensamiento triste que sebaila” en distintas situaciones de encie-

rro en guetos y campos. Entre elloscomposiciones como “El tango judío”,“Primavera” o “Un niño judío”. El casoparadigmático es el “Tango deAuschwitz” citado al inicio de estetexto, que pudo ser transcripto gracias ala memoria de la ex prisionera IrkeYanovski que recuerda que se cantabaal son de la melodía de un tango de pre-guerra con el fin de levantar el ánimode las prisioneras.Pero puede tener un sentido totalmentediferente si la música fue organizada yproducida por los nazis. Allí sometía aintérpretes y prisioneros a tocar y escu-char un tipo de música para sonorizarsádicamente la degradación y la muer-te. Aquí la música se torna siniestra enla mayoría de los casos. Pero hastadicho significado dependió del sentidode la experiencia entrecruzada con lapropia historia libidinal musical que seactualizaba en cada prisionero de cadacampo de concentración cuando sucuerpo era atravesado por dicha músi-ca. Y permite entender el por qué de losdiferentes testimonios de lo sucedido. Primo Levi decía que dichas marchas ycanciones se grabaron en los cuerpos:“Será, sin duda lo último que olvidare-mos del Lager, porque son la voz delLager”17

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A la izquierda de FreudAlejandro Vainer (Comp.)

Las Hue llas de la Me mo ria To mo I (1957-1969)

Las Hue llas de la Me mo riaTo mo II (1979-1982)

Freud. Una bio gra fía po lí ti caRe né Ma jor y Chan tal Ta le grand

En ri que Car pin te ro y Ale jan dro Vai ner

La ba na li za ción de la in jus ti cia So cialCh ris top he De jours

Un psicoanalista en el 2050Enrique Carpintero (Comp.)

Este tiempo que no pasa J.-B. Pontalis

Los filósofos y sus mujeresAntonino Infranca

Luz en la selvaVicente Zito Lema

Superar el manicomioPaulo Amarante

Al márgen de los díasJ.-B. Pontalis

El cine como texto María José Rossi

El cine en su laberintoHéctor Freire

VentanasJ.-B. Pontalis

La construcción imagi-naria de la discapacidad Marcelo Silberkasten

La alegría de lo necesarioEnrique Carpintero

El psicoanalista perdidoCésar Hazaki

Cuentos para despuésdel diván

César Hazaki

ÚltimosLi bros de la Edi to rial To pía

Vio la nenaCarlos D. Pérez

El cine. Resistencia de la miradaMaximiliano González Jewkes

La condena de ser loco y pobreAlternativas al manicomio

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Tenemos una propia“historia libidinal musi-cal”, que es la historiade nuestras relacionescorporales con otrosdonde la música tuvoalgún lugar

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p /15Entre las diferentes músicas que ejecu-taban las orquestas organizadas por losnazis también había un tango. Era eltango “Plegaria” del violinista argenti-no Eduardo Bianco. Este tango era unade las melodías elegidas para el horrorcotidiano en Auschwitz. Por ello, elpoeta Paul Celan bautizó este tangocomo “El tango de la muerte”. 18“La frase Odio a la música quiere expre-sar hasta qué punto la música puedevolverse odiosa para quien la amó porsobre todas las cosas”.19Por supuesto que se puede odiar a lamúsica. Dicha música, como toda músi-ca, siempre es mucho más que los soni-dos organizados, porque condensa estarelación corporal e intersubjetiva en lacual los sonidos se convierten en músi-ca para cada uno. Ese “tango de la muerte” y otras melo-días musicalizaron las matanzas.Y se convirtieron en la voz de lo sinies-tro.

Notas

1. Canción recopilada por S. Kaczeginisky yH. Leivick, en Lider fun di guetos un lagern,citado por Gilbert, Shirli, La música delHolocausto. Una manera de confrontar lavida en los guetos y en los campos nazis,Eterna Cadencia Editora, Bs. As., 2010,págs. 270-273.2. Quignard, Pascal, El odio a la música, Elcuenco del Plata, Bs. As., 2012. Todas lascitas de este apartado corresponden adicho libro.3. Aunque excede los límites de este texto,vale la pena señalar que suele ser un lugarcomún suponer que la madre biológica essiempre el primer otro significativo denuestra vida, cuando los hechos demues-tran que dicha función es llevada adelanteen muchos casos por otros.4. Quignard, Pascal, El odio a la música, Elcuenco del Plata, Bs. As., 2012, pág. 127.5. Quignard, Pascal, op. Cit., pág. 138.6. Citado en Rose, Gilbert, Entre el diván yel piano. Psicoanálisis, música, arte y neu-rociencia. Editorial Lumen, Bs. As., 2006,pág. 196-7.7. Citado en Rose, Gilbert, Op. Cit., pág.198.8. Gilbert, Shirli, La música del Holocausto.Una manera de confrontar la vida en losguetos y en los campos nazis, EternaCadencia Editora, Bs. As., 2010.9. Gilbert, Shirli, op. cit., pág. 22.10. Rozitchner, León, “La izquierda sinsujeto”, en Las desventuras del sujeto polí-tico. Ensayos y errores, Ediciones El cielopor Asalto, Bs. As., 1996.11. Parto de la perspectiva de subjetividaddesarrollada por Enrique Carpintero desdeRegistros de lo negativo. El cuerpo comolugar del inconsciente, el paciente límite ylos nuevos dispositivos psicoanalíticos,Editorial Topía, Bs. As., 1999 hasta susdesarrollos en los últimos editoriales deTopía, en www.topia.com.ar12. Con el necesario sostén del aparatoorgánico, que cuando presenta problemáti-cas cambia nuestra relación con la música.Para profundizar en ello, se puede consul-tar Sacks, Oliver, Musicofilia. Relatos de lamúsica y el cerebro, Editorial Anagrama,Barcelona, 2009.13. Attali, Jacques, Ruidos. Ensayo sobre laeconomía política de la música, SigloVeintiuno Editores, México, 1995, pág. 13. 14. Rozitchner, León, Materialismo enso-ñado, Tinta Limón, Bs. As., 2012. 15. Gilbert, Shirli, op. cit.16. Judkovski, José, El tango. Una historiacon judíos, Fundación IWO, Bs. As., 1998.17. Quignard, Pascal, op. cit., pág. 134.18. Judkovsky, José, op. cit., pág. 26.19. Quignard, Pascal, op. cit., pág. 128.

Comenzaba el año 2000 y en la reunióndel equipo de psicología del Hospital B.Rivadavia recibíamos a una terapeutacorporal que habíamos convocado conla ilusión y la esperanza de poder aña-dir una nueva mirada a nuestra tarea deatender, comprender y ayudar a lasmujeres climatéricas que asistían alServicio de Ginecología. Siempre nosencontrábamos con trabas y dificulta-des para ayudar a elaborar la crisis queatraviesan las mujeres en esa etapa desu vida: el climaterio. Trabajábamoscompartiendo la coordinación con losginecólogos y las nutricionistas y en esemomento pensamos: ¿por qué no inten-tar incluir el trabajo corporal como uninstrumento más? ¿Se podrían cumplirnuestras expectativas? Con ese entusiasmo comenzamos conAlicia Lipovetzky -la terapeuta corpo-ral- una tarea compartida que duróaproximadamente diez años y que nosbrindó muchísimas satisfacciones nosólo por trabajar juntas, sino tambiénpor el efecto positivo que logramos veren nuestras pacientes.

En el año 2005, después de haber traba-jado juntas durante cinco años, a IsabelCosta le surgió la necesidad de prepararun proyecto de tesis para una maestríaque estaba cursando en ese momento.Necesitaba la base empírica para poderdemostrar y justificar por un lado, queel dispositivo grupal y el aporte del tra-bajo corporal contribuyen a la elabora-ción de los cambios en la imagen delcuerpo y en la autoestima que la mujersufre en la crisis climatérica y, por elotro, que la coordinación compartida depsicóloga y terapeuta corporal facilitanexos entre el lenguaje corporal y lapalabra. Esta es la experiencia que dese-amos transmitir en esta ocasión.Para llevar a cabo la misma, de las difi-cultades de la crisis climatérica, selec-cionamos las que se refieren a la con-cientización y aceptación de los cam-bios corporales que se producen comoconsecuencia de la extinción de la acti-vidad ovárica y la pérdida de la capaci-dad reproductiva, entre ellos, la altera-ción de la imagen del cuerpo, suimpacto en el narcisismo y más preci-samente en la autoestima o sentimien-

to de sí. Los cambios que la mujer debeenfrentar la obligan a hacer un verdade-ro proceso de duelo. Así como la ado-lescente debe despedirse de su cuerpode niña, la mujer climatérica deberádespedirse de su cuerpo joven.

“…la imagen del cuerpo es propia decada uno; está ligada al sujeto y a suhistoria. (…) Gracias a nuestra imagendel cuerpo portada por -y entrecruzadacon- nuestro esquema corporal, pode-mos entrar en comunicación con el otro.(…) la imagen del cuerpo es soporte delnarcisismo…” (Dolto, 1986; 21).

“El sentimiento de estima de sí es ines-table. Lo hacen fluctuar las experienciasgratificantes o frustrantes en las relacio-nes con los otros, la sensación de serestimado o rechazado por los demás; elmodo en que el ideal del yo evalúa ladistancia entre las metas y las aspiracio-nes, por un lado, y los logros y el éxitopor el otro. Lo hacen fluctuar tambiénlas exigencias que el superyó ejercesobre el yo; cuanto más estricto es elsuperyó, más disminuye la autoestima.Y lo apuntala la representación de obje-tos libidinalmente investidos que ratifi-can su amor al yo al proveer suminis-tros narcisistas. El investimiento narcisista es afectadopor la pérdida de fuentes externas deamor, por presiones superyoicas exacer-badas, por la incapacidad de satisfacerlas expectativas del ideal del yo, por lafrustración pulsional, por enfermeda-des o por cambios corporales indesea-dos.” (Hornstein, 2000; 216-217).

Dado que en la crisis climatérica el esce-nario donde suceden los cambios es elcuerpo de la mujer, con la consiguienteinjuria narcisista, se ven afectados elnarcisismo y más precisamente la repre-sentación de sí.

Por otra parte, hoy existen interpreta-ciones prejuiciosas del climaterio quetienen influencia en las mujeres que loviven, atribuyéndole una connotaciónnegativa. Nuestra cultura hipervalorala juventud y la belleza y margina a lamujer madura por temor y rechazo a lavejez y a la muerte. La internalizaciónde estas influencias se lleva a cabo en elsuperyó y se relaciona con los ideales ylos metaideales. Por esta razón esteaspecto del sistema narcisista, el siste-ma de ideales, se ve afectado durante elclimaterio en la medida que se lleva acabo un balance de vida reconociendolos ideales que se constituyeron enmetas y no se han cumplido y, por otra

parte, en la falta de modelos identifica-torios que puedan contemplar la nuevasituación de la mujer en esta etapa.

Dispositivos usados para desarrollarla experiencia

Organizamos talleres de reflexión gru-pal con inclusión de trabajo corporal,con sesiones de frecuencia semanal dedos horas de duración durante seismeses.¿Por qué el grupo como instrumento?Porque para la elaboración de los cam-bios de la crisis climatérica el grupoactúa como sostén y constituye un espa-cio soporte que facilita nuevas identifi-caciones en la medida que se produzcanmodelos y enunciados identificantescon la presencia e interacción real deotros como pares.¿Por qué la terapia corporal? El trabajocorporal es un objetivo fundamentalpara esta etapa de la vida. Es necesarioque la mujer se conecte con su cuerpo ysu imagen corporal, que durante el cli-materio sufre cambios significativos: lasalteraciones hormonales, la apariciónde disfunciones metabólicas, la pérdidadel cuerpo de la juventud, los cambiosen la sexualidad, la irrupción de senti-mientos de angustia e irritabilidad, etc.En este caso utilizamos técnicas deabordaje corporal como gimnasia con-ciente, expresión corporal, improvisa-

PPAARRAA AAVVIISSOOSS EENN

TTOOPPÍÍAA RREEVVIISSTTAA4802-5434 4551-2250

Taller de Fotografía BásicaPalermo

[email protected] // 4775.7508

AREA CORPORAL

Isabel CostaPsicó[email protected]

Alicia LipovetzkyCoord. de trabajo [email protected]

CUERPO Y PALABRA: Dos lenguajes que seentretejen

Nuestra cultura hiperva-lora la juventud y labelleza y margina a lamujer madura por temory rechazo a la vejez y ala muerte

El cuerpo habla, es pro-ductor de signos, susrasgos externos, postu-ras que adopta, y vestimentas con que selo cubre expresan la his-toria de quien lo porta,refieren a su origen, su posiciónsocial, a qué grupos yclase pertenece

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ción y elementos de eutonía y delMétodo Feldenkrais. Transitar por estastécnicas permite hacer concientes zonasdel cuerpo oscuras o inconcientes parapoder discriminarlas y así integrarlas auna unidad más conciente. De estamanera se va reconstruyendo la imagencorporal de cada mujer tomando encuenta la singularidad de cada una,cuyo resultado son cambios en los com-portamientos corporales habituales.

Consideramos que el cuerpo que apare-ce como lo más “natural” es el produc-to de un proceso social; por lo tanto esuna construcción social. El cuerpo abar-ca un sustrato biológico y constituye elasiento de la subjetividad, expresandolos códigos de la cultura en que estáinmerso. El cuerpo habla, es productorde signos, sus rasgos externos, posturasque adopta, y vestimentas con que se locubre expresan la historia de quien loporta, refieren a su origen, su posiciónsocial, a qué grupos y clase pertenece.Se utilizaron como fuente de datos losregistros de las sesiones del taller dereflexión y trabajo corporal, tomandoen cuenta los discursos de las mujeres ylas condiciones corporales. Se analizó elsignificado de los discursos según lateoría psicoanalítica para alcanzar lacomprensión de los mismos. Se toma-ron en cuenta las verbalizaciones referi-das: -a la representación del cuerpo anterioral climaterio y del cuerpo actual;-al sentimiento de estima de sí duranteel climaterio;-al sistema de ideales y metaideales;-a la imaginación de la mirada del otrosobre sí misma.

Los cambios corporales que se tuvieronen cuenta eran los que identificaban lasmismas mujeres y los que se señalabandesde la coordinación, referidos a:

-flexibilidad del cuerpo;-grado de movilidad;-posturas;-desarrollo de la creatividad;-sensaciones y emociones;Comenzamos el primer mes con cuatrosesiones, con propuestas pautadas:Propuesta de la primera sesión:“Dibujen el contorno de su cuerpo,desde la cabeza a los pies. Quédensecon este dibujo interno”. Repartimosuna hoja a cada una y ofrecemos lápicesde colores para que cada una elija uno(y se dibuje). Cuando concluyen eldibujo, se pone música y se propone:“¿Cómo se iría moviendo cada una coneste dibujo?”. Se les pide que anoten enla hoja del dibujo la emoción que lesgeneró.Propuesta de la segunda sesión: Se trabaja la representación del cuerpoanterior al climaterio y del cuerpoactual. Cómo se veía cada una y cómola veían los demás, se incluyen emocio-nes e imágenes.Propuesta de la tercera sesión:Se investigan los ideales y metaidealesa través de un recorrido corporal desdela niñez hasta la adultez incluyendo lasimágenes y sensaciones que les despier-ta el transitar por cada etapa evolutivacon las expectativas y proyectos quetenía cada una, haciendo un balance delos ideales alcanzados y los que no secumplieron.Propuesta de la cuarta sesión:Se trabaja la autoestima y la imagen queles devuelve la mirada del otro sobre símismas. Se señalan coincidencias ydivergencias. Continuamos trabajando con los emer-gentes que surgieron de estas cuatrosesiones durante cuatro meses hastavolver a repetir las propuestas inicialesen cuatro sesiones el último mes, con lafinalidad de poder dar cuenta de loscambios logrados (tanto positivos comonegativos).

Cada sesión comenzó con un registropropioceptivo del cuerpo y otro al fina-lizar para dar cuenta si hubo modifica-ciones o no.Como ejemplo seleccionamos la prime-ra de las cuatro sesiones del inicio y losdiscursos de algunas pacientes.

Dice una paciente:“La imagen que tuve, la emoción, de lo que

dibujé, mi contorno, me hizo sentir que micuerpo estaba sujeto. Y en el movimientocon la música era como que quería lograrliberarme. Tuve la sensación que tenía queabrir los brazos así (hace gestos de abrirlos),quería lograr liberarme, y con la música lologré. Como una atadura del cuerpo. (Lepedimos alguna asociación con la imagen desujeto). Todo muy sujeto, muy controlado,tenía necesidad de liberarme y levantar losbrazos. Lo que asocio con la palabra sujeta-do es como que mi cuerpo está limitado, con-tenido. Con respecto a ese rostro enojado.Yo sentí que yo puse rostro a ese enojo. Eseenojo que sentí por no haber sentido quéquería hacer, a ese enojo le puse un rostro.Era algo mío de dentro, viejo, pero que eramío.”Al finalizar la experiencia dice la mismapaciente:“Cuando percibí la respiración se me movíael abdomen, el aire entraba tranqui. Tuveconciencia bien de lo que me movía. Me vicomo me había dibujado, con los kilos demás, por momentos me cuesta levantar mishombros, quería ponerme a prueba y podíadominar mis hombros, era moverme sinesfuerzo. Empecé por los pies, hasta la cabe-za y recorría todo el cuerpo bien. A lo últi-mo tenía algo acá contenido, como una emo-ción acá (se señala la garganta, desde elesternón). Sentía los latidos. Sentí libertad.Yo sentí mucha diferencia en lo que escribí.”Dice otra paciente:“Yo escribí que no sentí ninguna emoción,lo único que me vi obesa. Me quedé mal.Cuando dije que no sentía ninguna emociónera como que no sentía nada, pero ahora mesiento mal. Porque me veo gorda, fea.Arriba me siento más chica, abajo redonda.Me hace mal, me hace sentir mal, me veomal. Me dio bronca, me da bronca. Porque¡ay! estoy redonda, me veo mal. Aparte meda bronca el dolor en las rodillas, en las pier-nas, parece que todo tiene que ver, está todorelacionado una cosa con la otra. ¡Todo tieneque ver parece! Tengo que revertir esto. Mesiento horrible”.Al finalizar la experiencia dice la mismapaciente:“A diferencia de la otra vez yo me hice máschiquita. Comparando con la otra vez, ahoraen la foto no me vi tan grande (gorda). Mepone alegre. El movimiento de las manos megustó, siento el corazón, hasta los latidos.La emoción es serenidad”.Dice otra paciente:“Mi imagen me la veo agrandada y caída dehombros. Emoción no. La necesidad demoverme para cambiar la postura y sentir-me más ágil. Me siento muy pachorrienta.Con respecto al dibujo, hoy me veía acá sen-tada, pero luego, como que mi imagen fue laque me devuelve el espejo, que no soy demirarme mucho, pero cuando me voy abañar, me miro mitad del cuerpo y me veocomo regordeta y con muchos rollos. Últi-mamente me veo así no como erguida, sinocaída. Siento que tengo que hacer algo, peroque me cuesta a la vez. Hoy me costabamoverme en relación a la imagen. Como queme sorprende”.

p /16Al finalizar la experiencia dice la mismapaciente:“Con el contorno me sentí más cómoda eraun cuerpo que lo puedo manejar, sentí lospies clavados en el piso, los moví hacia elcostado y el frente. Sentí algo de positivo.Me siento mucho más libre, sin tomar encuenta si me miran o no. La palabra es:Libertad”.

Conclusiones

A manera de síntesis podemos concluirque hemos podido identificar modifica-ciones en la imagen del cuerpo y en laautoestima, así como aportes de la psi-coterapia grupal y del trabajo corporalque contribuyen a la reelaboración de laimagen corporal y a la reinvestiduranarcisista del cuerpo. Asimismo hemospodido comprobar que la coordinacióncompartida de psicóloga y terapeutacorporal facilita nexos entre el lenguajecorporal y la palabra. Es nuestro deseo que esta experienciacontribuya a desarrollar y mejorar elabordaje del climaterio, puesto que, sibien en la actualidad hay un incremen-to de la investigación de esta etapa, elabordaje interdisciplinario aún seencuentra en vías de construcción y aúnhoy tiene connotaciones negativas ennuestra cultura.

Bibliografía

Doltó, F., La imagen inconsciente del cuer-po, Buenos Aires, Paidós, 1986.Hornstein, L., Narcisismo. Autoestima,identidad, alteridad, Buenos Aires,Paidós, 2000.

Es necesario que lamujer se conecte con sucuerpo y su imagen cor-poral, que durante el climaterio sufre cambios significativos

Los cambios que lamujer debe enfrentar laobligan a hacer un verdadero proceso deduelo

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1º) -La noción de intelectual tiene unalarga historia que va desde el affaireDreyfus y continua con las ideas deAntonio Gramsci sobre la “hegemoníacultural”, el compromiso sartriano, lostrabajos sobre los intelectuales y elpoder de Bourdieu hasta los debatessobre la función de los intelectualesentre Antonio Tabucci y Umberto Ecopara citar algunos ejemplos. En estesentido, ¿Cuál es la función del inte-lectual en la actualidad? 2º) -¿Cuáles son los efectos de la crisisdel capitalismo mundializado en lacultura y en los intelectuales?3º) -¿Cuál es el grado de autonomía dela cultura en relación a las distintasfracciones del poder? En este sentido,¿Cómo se entiende la idea de “batallacultural”?4º) -Es evidente que se ha producidoen nuestro país un hecho nuevo: elagrupamiento de los intelectualespara tomar posiciones sobre diferen-tes circunstancias políticas, económi-cas y sociales (Carta abierta, LaAsamblea de intelectuales, docentes yartistas del Frente de Izquierda,Plataforma, el grupo Aurora) ¿Cómoentiende este hecho? ¿Cuál es suimportancia? ¿Qué influencia tienenlos intelectuales en el devenir de lasociedad?

Sociólogo, ensayista, Profesor devarias Universidades Nacionales yDirector de la Biblioteca Nacional.Algunos de sus libros son: La éticapicaresca (1992), El filósofo cesante(1995), Arlt: política y locura (1996), Lacrisálida. Metamorfosis y dialéctica(2001), Paul Groussac: La lengua emi-grada (2007), Kirchnerismo, una con-troversia cultural (2011) y Lengua delultraje. De la generación del 37 a DavidViñas (2012)

1º) La noción de intelectual es al mismotiempo odiosa y atractiva. Preferiríaque fuera una noción sin sujeto, esdecir, que “nadie” fuera intelectual. Yque tan solo hubiera problemas de tipointelectual. Pero en ese caso ¿cuálesserían esos problemas y quienes los

definiría? Los intelectuales, por cierto.Pero de esta manera, los intelectualesserían todas las personas que ante cual-quier núcleo de problemas, se dispusie-ran a reflexionar colectiva o individual-mente sobre ellos. A esta momentáneaidea de intelectual, un intelectual situa-cionista, digamos, le agregaría que seríanecesario advertir o seleccionar el len-guaje con el que se habla de tales núcle-os problemáticos. A mi juicio, una dilu-cidación intelectual puede tener variosrangos de lenguaje, que recorran desdeel plano más expresivo y vitalista hastael más conceptual. No puede faltar, sinembargo, la cualidad argumental y elsentimiento de que se está pensando untema “por primera vez”.

Esas son a mi juicio las características,sino de una vida intelectual -tal cosa,creo, no existe- sino de una actitud inte-lectual frente a los enigmas de la vida yla ética de las relaciones. En todo lodemás, estoy de acuerdo en interveniren los asuntos públicos con un sentidode justicia, e incluso de escribir sobre lamisma condición intelectual, como lohizo Gramsci. El “caso Dreyfus” es unode los tantos episodios que escinden laopinión pública nacional. Este tipo deescisiones establecen la fisura intelec-tual por excelencia. Todos deben pro-nunciarse, todas las relaciones socialesentran en tensión y un único dilemaético bifurca de un tajo el cuerpo nacio-nal. Terreno ideal para la manifestacióndel intelectual aislado, que apela a suconciencia genérica sobre lo tolerable ointolerable en una sociedad y explicitalo que sería una muestra selecta de suespíritu vulnerado. No hay intelectualsin una exhibición pudorosa de un espí-ritu vulnerado. El caso de Grasmci esdiferente al de Emile Zola, pues si éste,con su intervención a favor de Dreyfussfue un hombre singular al servicio de laconciencia colectiva, Gramsci siempretuvo el proyecto del “hombre colectivo”aunque su drama de encarcelado esestrictamente individual. Sus escritosson los de un encarcelado, la escriturasurge de sus condiciones de encierro.Son dos formas biográficas de lasherencias intelectuales del siglo XX.

2º) Siempre la vida intelectual fue afec-tada por el mercado -que consiste tam-bién en formas de escritura y de inves-tigación- y siempre hubo un sueño de

desconexión de místicos y anacoretas.Respeto tanto a un Marx como a unHenry Thoreau.

La idea de situarse en el centro delmundo para analizar, prever y trabajarsobre las crisis de la dominación impe-rante, o de situarse en un deliberadoanacronismo estético para hacer de laconciencia íntima la sede de ese mismotrabajo contra el impulso de dominio,me parecen igualmente respetables. Losintelectuales son el efecto de esas crisis,pero si le diéramos mucha importanciaa la noción de intelectual, también pue-den ser su causa.

3º) El descubrimiento general del terre-no de la subjetividad fue reforzado porla novela romántica del siglo XIX y nosería difícil seguir el rastro de la nociónde consumo cultural como el hilo histó-rico de formación de las clases medias ylos ideales de vida burgueses. La consi-deración de que para cada opinión ocada creencia hay una “visión delmundo”, pertenece a la filosofía idealis-ta alemana y al trabajo crítico deGrasmci, que lo puso en términos de unrealismo crítico llamándolo “sentidocomún”. Esa es la encrucijada de supensamiento: ¿la vida intelectual esparte de ese sentido común o tiene unainstancia diferencial? Si fuera este últi-mo caso, como parece apuntar la filoso-fía de Gramsci, el intelectual es un seg-mento relativamente apartado de losconocimientos simples, lo que hace difi-cultoso decir que “todos son intelectua-les”, aunque esa tesis genérica es lo queintenta desarrollar, a la manera de loque mucho tiempo después aparecerácomo el problema del “intelecto gene-ral” -viejo tema de Marx, por otra parte-, en el que toda la sociedad es poseedo-ra de prácticas de conocimiento.

En Gramsci el “intelectual aislado” decuyo populista-dostoyeskiano todavíatiene sentido, mientras que no pareceser así en las reelaboraciones de ToniNegri a partir de algunas líneas disper-sas del pensamiento del marxismo ori-ginario.

p /17Los intelectuales, la cultura y el poder

4º) No hay una corporación de intelec-tuales en ningún lado. Si hay diferen-dos sociales necesariamente debenconstruir distintos horizontes de expre-sión intelectual. No obstante, entiendola vida intelectual como la creación deun estilo. Por lo que puede haber opi-niones conservadores de gran estilo asícomo opiniones de izquierda de estilosbajos, divulgativos y empíricos. Loideal sería mantener estilos altos -esdecir, de la gran herencia intelectualque pasa por Sartre y su contradictorBourdieu (ya que en la cuestión anteriorfue mencionado), para manifestarnociones de “izquierda”, antes que sos-tener fórmulas de izquierda con estilosaparentemente difusionistas, lo que porsí puede albergar una idea de lo popu-lar tan alejada de las herencias de aquelsigno como de lo popular entendidotambién como tesoro de saberes y nocomo desesperante vulgata a la que hayque adecuarse. En términos generalessoy partidario de la antigua idea deLukacs, aceptada y rechazada alternati-vamente por éste, en relación a que lavida intelectual parece ser el raro soste-nimiento de una ética de izquierda conla capacidad de encarar cualquier linajeplural del pensamiento humano.

SEPARATA

La función de los intelectuales tiene una historia de ideas y conceptos marcados por los acontecimientos sociales y políticos decada época. Pierre Bordieu sostiene que para cambiar el mundo, es necesario cambiar las maneras de hacer el mundo, es decir lavisión del mundo y las operaciones prácticas por las cuales los sujetos son producidos y reproducidos. Este poder simbólico es unpoder de hacer con palabras que generan pasiones. Evidentemente esto no implica un pensamiento común y homogéneo. Por locontrario la multiplicidad de ideas hacen a un debate siempre necesario en situaciones de crisis sociales. Debate que pone en juegoprácticas sociales y políticas que atraviesan todos los campos de la sociedad. De allí que convocamos a tres reconocidos intelec-tuales de nuestro país que se referencian en distintos espacios políticos: Horacio González (Carta Abierta), Maristella Svampa(Plataforma) y Eduardo Grüner (Asamblea de intelectuales, docentes y artistas del Frente de Izquierda).

HORACIO GONZALEZ

No hay una corporaciónde intelectuales en nin-gún lado. Si hay diferendos socia-les necesariamentedeben construir distin-tos horizontes de expresión intelectual

No hay intelectual sin una exhibición pudorosa de un espírituvulnerado

La vida intelectual pare-ce ser el raro sosteni-miento de una ética deizquierda con la capaci-dad de encarar cual-quier linaje plural delpensamiento humano

Pierre Bourdieu

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Licenciada en Filosofía, Doctora enSociología, Investigadora indepen-diente del Conicet y Profesora titularde la Universidad de la Plata. Algunosde sus libros son: La sociedad exclu-yente. La Argentina bajo el signo delneoliberalismo (2005), El dilema argen-tino: Civilización o Barbarie, (1994,reeditado en 2006), Cambio de época,Movimientos sociales y poder político(2008), Certezas, Incertezas yDesmesuras de un pensamiento políti-co. Conversaciones con Floreal Ferrara(2010) y 15 mitos y realidades de laminería transnacional en Argentina(2011)

1º) El concepto de intelectual, su fun-ción y el rol del pensamiento críticoarticulan una serie de debates de grancontenido histórico y político, tanto enEuropa como en América Latina. Podríadecirse que hay un cierto consenso en laextensa bibliografía sobre intelectuales:por un lado, para hablar de intelectua-les debe haber una vocación por laintervención pública. Esto implicaromper con los límites endogámicosque impone el saber experto; vincularsecon otros actores sociales y mundos devida, en función de la defensa de ciertosvalores éticos, políticos e ideológicos.Por otro lado, esta intervención públicaimplica una determinada relación -decompromiso o de distancia- con lopolítico y el poder. Así, la presencia deestas dos dimensiones es lo que permi-te distinguir un académico, un artista oun profesor universitario de un intelec-tual como actor público. Finalmente,para algunos el carácter gregario o elrecurso a la acción colectiva es unadimensión originaria a la hora dehablar del intelectual, aunque desde miperspectiva, ésta no sea una condiciónineludible. Aún hoy podemos encontrarmodalidades vinculadas a la figura delintelectual político como “francotira-dor” (el caso de E. Said, por ejemplo).

Así, y más allá de los aportes esclarece-dores realizados por Gramsci o porFoucault; el primero para generalizarun concepto, estableciendo nuevas tipo-logías vinculadas a la función del inte-lectual; el segundo para tomar distanciade la definiciones más genéricas y enfa-tizar la idea de “intelectual específico”;los elementos enunciados más arribacontinúan siendo dimensiones funda-mentales del “devenir intelectual” en lasociedad contemporánea. A estas consideraciones generales, agre-garía que, tradicionalmente, en

América Latina las fronteras entre inte-lectuales y política han sido porosas, yaque tempranamente los intelectuales seconvirtieron en actores de la vida públi-ca, en función de la defensa de ciertosvalores éticos y políticos. La difícil tareade consolidación de un campo intelec-tual autónomo, que comienza a operar-se a mediados del siglo XX aparece liga-da a este vaivén de los intelectuales lati-noamericanos entre ambas esferas, y alinvolucramiento constante de los inte-lectuales en la vida política y social desu país.¿Cual es la particularidad que debetener el desarrollo de un “pensamientocrítico”?

Existe una importante tradición de pen-samiento crítico en América Latina. Esteextrae no sólo sus tópicos, sino su talan-te teórico y su potencia de los conflictossociales y políticos de su tiempo, delanálisis de la dinámica propia de acu-mulación del capitalismo en la periferiay sus diferentes fases; de las formas queasumen las desigualdades sociales,raciales, territoriales y de género ennuestras sociedades; de los procesos demovilización de los sectores subalter-nos, sus demandas de cambio social ysus gramáticas políticas. Ideas como lasde Desarrollo y Modernidad,Dependencia y Revolución,Democracia y Derechos Humanos,Posneoliberalismo y Post-desarrollo,entre otros tópicos, son conceptos ycategorías del pensamiento crítico lati-noamericano, que atraviesan y estruc-turan diferentes períodos de nuestrahistoria. En la actualidad, dichos saberes y disci-plinas críticas no se nutren solamentede una tradición cosmopolita -que fago-cita e invoca las más variadas escuelas ycorrientes críticas de la modernidadoccidental-, sino también de otras tradi-ciones, anteriormente invisibilizadas odenegadas en términos epistemológi-cos, sobre todo en lo que se refiere a lossaberes vernáculos y las cosmovisionesde pueblos originarios. En esta línea, enAmérica Latina existe una incipiente“ecología de saberes”, como diríaBoaventura de Sousa Santos, que en miopinión incluye también la recupera-ción de ciertos temas y debates que hanrecorrido la historia de las cienciassociales y humanas en América Latina,las cuales -como es sabido- se hancaracterizado por un déficit de acumu-lación, que ha conspirado contra laposibilidad de un real reconocimientodentro y fuera del continente.Por otro lado, una de las exigencias queatraviesa el pensamiento crítico es la depensar las luchas y conflictos de sutiempo, no solamente desde la elabora-ción de “conceptos críticos” (del neoli-beralismo; del desarrollismo, entreotros) sino también a través de “catego-rías-horizontes”, esto es, desde un pen-samiento propositivo, innovador, insti-tuyente, que apunte a generar alternati-vas emancipatorias. Por último, aunque uno estaría tentadode afirmar el carácter irreductible de lacrítica intelectual frente al poder, másallá de los valores o sujetos sociales quese invoquen como fundamento (elPartido, el Sujeto social o el Estadorevolucionario), no siempre es así.Fueron los debates en torno a las revo-

luciones realmente existentes los quepusieron en jaque la autonomía delpensamiento crítico: por ejemplo, larevolución cubana todavía continúasiendo una suerte de punto ciego unaparte importante de la izquierda latino-americana. En esta misma línea, en laactualidad no son pocos los intelectua-les que aparecen vinculados a los proce-sos políticos liderados por los gobier-nos progresistas del continente y quealimentan nuevas obturaciones y pun-tos ciegos de la crítica, frente al peligro“del retorno de la derecha”. Desde mi perspectiva, estos debates yreposicionamientos han traído consigouna nueva fractura en el campo delpensamiento crítico latinoamericano.Así, a diferencia de los `90, cuando elcontinente aparecía reformateado demanera unidireccional por el modeloneoliberal, el nuevo siglo viene signadomenos por los discursos únicos que porun conjunto de tensiones y contradic-ciones de difícil procesamiento. El pasa-je del Consenso de Washington alConsenso de los Commodities instalanuevas problemáticas y paradojas quetienden a reconfigurar el horizonte delpensamiento crítico, enfrentándonos adesgarramientos teóricos y políticos,que van cristalizándose en un haz deposiciones ideológicas, al parecer cadavez más antagónicas.

2º) Sin duda, lo que ha sucedido en lasúltimas décadas (crisis del marxismo,derrumbe de los socialismos reales,ingreso a la globalización neoliberal),ha trastocado los contornos políticos yepistemológicos de la tarea del intelec-tual. Por un lado, la demanda de profe-sionalidad y la especialización del saberrepercutieron sobre las figuras realmen-te existentes del intelectual y termina-ron por otorgarle centralidad a la figuradel intelectual experto. Atrás parecehaber quedado la figura del intelectuallegislador (independientemente delsigno ideológico) y su pretensión deuniversalidad (en muchos casos, ligadaal Partido Revolucionario). Como bienseñala Z. Bauman, éste ha sido paulati-namente reemplazado por figuras másmodestas, por ejemplo, la del intelec-tual intérprete, que se define más comoun traductor y comunicador de saberes,sin pretensión legislativa alguna. A estoagregaría que las últimas décadas hanvisto surgir también a la figura posmo-derna del intelectual ironista, aquelque a partir de la crisis de los lenguajesemancipatorios y de los paradigmastotalizantes, plantea la distancia irónicay provocativa respecto de la realidad,situándose como tal entre el escepticis-mo político y el rechazo a cualquierposibilidad de acción colectiva para latransformación de dicha realidad. Así, creo yo, hoy existen una pluralidad(o fragmentación) de figuras posiblesdel intelectual, definidas de maneramás acotadas, tanto desde una perspec-tiva epistemológica como política.

3º) Antes dije que el pensamiento críticose nutre de la nueva gramática de lasluchas sociales, de esos otros lenguajesde valoración que se construyen a dis-tancia del poder -acerca de la sociedad,

la democracia, las luchas sociales, laexpansión de los derechos-. No hay queolvidar que, desde fines de 2001, enArgentina, la academia vuelve a serinterpelada políticamente, esta vez porlos movimientos sociales populares ycontestatarios. Producto de esta inter-pelación es el surgimiento de nuevasfiguras del intelectual, entre ellas, la delintelectual anfibio. Dicha figura estávinculada a la repolitización de acade-mia, a la emergencia de una nuevageneración de intelectuales ligada a lamilitancia social, y por ende a las ten-siones que se generan entre “pensa-miento militante” y “discurso delexperto”. Entiendo por “intelectualanfibio” aquel que se define por su per-tenencia a varios mundos, que es capazde habitar y recorrer esos varios mun-dos y disciplinas, de desarrollar, porende, una mayor comprensión y refle-xividad tanto sobre las diferentes reali-dades sociales como sobre sí mismo.Asimismo, esta conceptualización sos-tiene, a la manera de Bourdieu, que “unpensamiento verdaderamente críticodebe comenzar con una crítica de losfundamentos económicos y sociales delpropio pensamiento crítico”. La auto-interpelación, esto es, la indagaciónsobre las propias condiciones de pro-ducción del pensamiento, es otro de loselementos que atraviesa las nuevasfiguras del intelectual crítico, vincula-das a organizaciones y movimientossociales. En este marco, el sentido que adoptabala “batalla cultural” estaba vinculado a

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Los intelectuales argen-tinos somos bastantegregarios y la capacidadde nuclearnos en colectivos no es algonovedoso

Tradicionalmente, enAmérica Latina las fronteras entre intelectuales y políticahan sido porosas

Hoy existen una plurali-dad (o fragmentación)de figuras posibles delintelectual, definidas demanera más acotadas,tanto desde una pers-pectiva epistemológicacomo política

MARISTELLA SVAMPA

Antonio Gramsci

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la necesidad dar cuenta de luchas invi-sibilizadas por el poder político, econó-mico y mediático; de contribuir a ladesestigmatización de esas voces bajas,de tratar de establecer puentes y víncu-los entre realidades diferentes, interpe-lando el sentido común hegemónico,para colocar otros temas y conceptos enel debate público. En términos políticos,nos confrontaba también a otros dile-mas e interrogantes, que constantemen-te retornan, como por ejemplo, el depensar la relación con la cultura políticaperonista, su legado y las vías de suactualización.A partir de 2008, asistimos a la actuali-zación de una lógica cultural de carác-ter binario, lo cual contribuyó a redise-ñar y reducir los escenarios o los dife-rentes frentes de conflicto, a una oposi-ción central. Este contexto de polariza-ción cambió el sentido mismo de la lla-mada “batalla cultural”. Como en otrasépocas de la historia argentina, losesquemas dicotómicos, que comenza-ron siendo principios reductores de lacomplejidad en un momento de conflic-to, terminaron por funcionar como unaestructura general de inteligibilidad dela realidad política. Al mismo tiempo,este marco de fuerte polarización tornamucho más compleja la tarea del inte-lectual crítico, de cara a los poderesenfrentados, produciendo simplifica-ciones, nuevos silenciamientos e invisi-bilizaciones.Creo que la conciencia de esa notoriadificultad (la de hacer audible una vozfundada en la doble disidencia, en lacrítica a las diferentes formas de poder -político, económico, mediático-), es laque ha generado la necesidad de pensaren la creación de nuevos nucleamientosde intelectuales.

4º) Los intelectuales argentinos somosbastante gregarios y la capacidad denuclearnos en colectivos no es algonovedoso. Desde el período democráti-co inaugurado en 1983, ha habido dis-tintos nucleamientos y numerosos pro-yectos culturales colectivos, tal como loanaliza el reciente libro de HéctorPavón sobre los intelectuales argenti-nos. El caso más emblemático es el delClub Socialista, que arranca en 1984 ycierra sus puertas en 2008. Este fue unode los lugares por excelencia en el cuallos intelectuales argentinos de la gene-ración del exilio procesaron colectiva-mente la ruptura con los ideales revolu-cionarios, e incorporaron una visiónpluralista (y cada vez más formalista)de la democracia. Fue también un lugarcon proyección política.En un contexto de polarización másreciente, nacieron otros colectivos deintelectuales. En su momento, CartaAbierta tuvo una gran capacidad deinterpelación, al redefinir el conflictoque se estaba viviendo en 2008 como“destituyente”; o hablar de un “golpis-mo sin sujeto”, aún si luego tendió aseguir la agenda del gobierno, con críti-cas más bien tímidas. Asimismo, con elpaso de los años, Carta Abierta ilustratambién la consolidación de una nuevafigura del intelectual político; ya no ladel “consejero del príncipe” -que fue lafigura que se difundió bajo el alfonsi-nismo, con el Grupo Esmeralda-, sino ladel “intelectual funcionario”, asociadoa la política como gestión.Y en el marco de dicha polarización, tra-tando de escapar a ella, nació tambiénPlataforma, en enero de 2012, como unespacio colectivo que nuclea a intelec-tuales y trabajadores de la cultura pro-venientes de diversos ámbitos, preocu-pados por los derechos humanos, deayer y de hoy, así como de las diferentes

p /19formas de desigualdad que atraviesanla sociedad argentina actual. Surgió dela necesidad de crear una voz indepen-diente de los diferentes poderes (políti-cos, económicos, mediáticos), tratandode no caer en el peligroso juego de losreduccionismos y las polarizacionesdescalificadoras que tienden a encapsu-lar el debate en una disputa entre posi-ciones pro-k y anti-k. En este sentido, antes que plantear un“debate entre intelectuales” como cier-ta lógica mediática pretendió instalar,Plataforma 2012 propone debatir abier-ta y públicamente los grandes temasnacionales -algunos de los cuales nofiguran en la agenda política-.La reper-cusión positiva que tuvo la creación dePlataforma 2012, reforzó en nosotros laidea de avanzar en este tipo de apuestacolectiva. Así, no sé cuanta puede sersu influencia real en la sociedad, proba-blemente casi nula, pero son numerosaslas personas que desde distintos puntosdel país, desde diferentes ámbitos de lacultura, del pensamiento, de la militan-cia social y ambiental, de pueblos ori-ginarios, nos hicieron llegar su saludoentusiasta y apoyo activo, subrayandoa través de ello la existencia de un pen-samiento popular y crítico, por fuera ymás allá de la hegemonía cultural deloficialismo.

Sociólogo, ensayista, Profesor de laFacultad de Filosofía y Letras y deCiencias Sociales de la cual fueVicedecano. Algunos de sus librosson: El ensayo, un género culpable(1995), Las formas de la espada (1997),El sitio de la mirada (2000), El fin delas pequeñas historias (2002), La cosapolítica (2004) y En La oscuridad y lasluces (2010)

1º) Intus-legere , “el que sabe leer”, es elorigen etimológico de la palabra “inte-lectual”. Obviamente, esto no se refiereal que sencillamente puede leer -en elsentido de que no es analfabeto- sino alque sabe hacerlo: el que lee más alláde lo que “salta a la vista”. Aclaremos:“leer” es aquí una metáfora (aunque nouna cualquiera, ya que testimonia unprivilegio del lógos en la cultura occi-dental a partir al menos de los preso-cráticos); intelectual puede ser también,por ejemplo, el que sabe escuchar másallá de lo que se oye, o sabe mirar másallá de lo que se ve. Sin embargo, esverdad que suele identificarse al inte-lectual con una praxis de intervenciónen la esfera del lenguaje, de las pala-bras. Posiblemente esto tenga que ver,en efecto, con la generalización del con-cepto a partir del J’Accuse de ÉmileZola interviniendo en el affaire Dreyfus,como indica la pregunta. Y esto es inte-resante, porque entonces la inflexión“moderna” del término implica nosolamente una relación con la palabra,sino con la palabra política y para másincluso “panfletaria” (la recusatoria deZola es efectivamente un panfleto,como lo es, digamos, el ManifiestoComunista de Marx y Engels: un buen

intelectual también es el que le devuel-ve su dignidad a ese género degrada-do). No hay nada recusable en que unintelectual escriba panfletos. Pero, porsupuesto, esa no puede ser su única niprincipal “función”. Nunca me ha con-formado esta palabra, como tampocome gusta hablar del “rol” del intelec-tual. Para mí, un intelectual es estricta-mente dis-funcional e in-enrolable.Esto no significa, desde ya, que nopueda afiliarse o apoyar a un partido,movimiento o agrupación política,incluso a un gobierno (aunque yo, per-sonalmente, tengo una fobia neuróticagrave hacia todo lo que huela a poder):pero no lo hace principalmente entanto intelectual, sino como sujeto osimple ciudadano -más allá de mi enor-me respeto por Gramsci, la noción de“intelectual orgánico” me resulta muydiscutible-. En tanto intelectual, sulugar (o mejor, su no-lugar) es insana-blemente solitario: es el famoso tábanosocrático que hace preguntas para lasque casi nunca tiene respuestas, o quedice siempre lo que los otros no quisie-ran oír. Se ve entonces la tensión“esquizofrénica” en la que tiene quevivir: como ciudadano, militante o sim-patizante de un colectivo político, tieneque tener respuestas; en tanto intelec-tual, no tiene más que interrogantes. El“modelo” literario por excelencia esaquí, claro, Hamlet, a condición de quese advierta que Hamlet no es el sujetode la duda o la indecisión -como sesuele pensar- sino el que pregunta porlas razones del Ser y de la Nada (ya quela pregunta cita a Sartre). Y tampoco es,aquella soledad, incompatible con eltrabajo colectivo: en general, todo inte-lectual que se precie hace, por ejemplo,revistas. Es decir: se da una políticatambién para el campo intelectual. Peroen última instancia, cuando escribe,está solo con su alma dividida. Y allí síque no puede ser indeciso: cada pala-bra es una decisión de la que ya no sepuede volver atrás. Es lógico, pues, quea los partidos y movimientos políticosles cueste tolerar ese “individualismocolectivo” (valga el oximoron) del inte-lectual. Es así, qué le vamos a hacer.

2º) La actitud intelectual ante la culturaes que esta está siempre en crisis: es unpermanente malestar, parafraseando aFreud. Este es el costado del “pesimis-mo de la inteligencia”: ontológicamen-te, por así decir, no hay que tener exce-sivas esperanzas en una humanidadmás feliz. Histórica y políticamente, sinembargo, uno hace una “apuesta pasca-liana” a ese futuro -es el costado “opti-mismo de la voluntad”-. ¿Por qué? Noes sólo (aunque sea mucho) para que lagente viva mejor: para desear eso nohace falta ser un intelectual. Es porquealgo como el “comunismo” (sin quepodamos hoy definir qué va a ser eso,simplemente pensando en esa recupe-ración de lo común de la que hablaBadiou) permitiría revelar cuáles sonlos verdaderos conflictos de la huma-nidad, su verdadero “malestar”, cuan-do se despejen las urgencias del ham-

bre, la explotación, la alienación econó-mica. Allí va a emerger un desoculta-miento de alguna Verdad -si se me dis-culpa la jerga heideggeriana- que seríainteresante ver. Ese es mi único “princi-pio esperanza”, para decirlo con ErnstBloch. Entonces, la crisis del capitalis-mo ofrece la oportunidad de redoblaresa apuesta. De pensar una y otra vez,lo más radicalmente que nos salga, elporvenir de aquélla “ilusión”, antici-pando la posibilidad de que la cultura,tal como la conocemos, desaparezca.Anticipando, incluso, la posibilidad deque el futuro sea la barbarie. Es, quizá,un pensamiento trágico, o de una dia-léctica negativa, a lo Adorno. Pero nodebería ser melancólico: al contrario, esun investimiento “libidinal”, si se quie-re, que apunta al mayor realismo posi-ble: si la libertad es conciencia de lanecesidad, como proponía Hegel, unacrisis como la actual debería ofrecernosla libertad de decir: necesariamenteesto no va más.

3º) La “cultura” es el poder. Es -como sevuelve a decir ahora, en general condemasiada simpleza- la hegemonía. O,althusserianamente, el cemento, la arga-masa que busca mantener unidas lasfracciones de las clases dominantes, eidealmente “pegar” con esa mezcla a lasdominadas. El intelectual, como el artis-ta, debiera estar en última instanciacontra la cultura. Pero para eso -porquela cultura no tiene “lado de afuera”-tiene que estar dentro de ella, en susintersticios, fabricándole pliegues, dis-continuidades, tajos incurables. Desdeese singular sin-lugar su programa demáxima es ser totalmente ajeno alpoder. En la práctica cotidiana, porsupuesto, tiene que estar todo el tiemponegociando con el poder, incluyendoesos (no tan) “micro-poderes” que sonlas “materialidades conducentes” de lacultura: los medios, las editoriales, launiversidad, y así. Allí, como Penélope,tiene un doble trabajo: procura destejersimultáneamente lo que él mismo teje,conservando el “horizonte” de su pro-grama máximo a la vista. La relacióncon el poder propiamente estatal locomplica todavía más: desde Platón,pasando por Maquiavelo o Rousseau,hasta, digamos, Heidegger, Malraux oSemprún, y ni hablemos de laArgentina de ayer y hoy, la tentación dehacerse escuchar por el poder de turno,de influir sobre él, ha sido una insisten-cia irresistible. Siempre termina en fra-caso, desde ya, porque el poder tienerazones que la razón intelectual noentiende: ella está empeñada, comodecíamos, en interrogar allí donde elpoder necesita respuestas. No obstante,el intelectual -sujeto, como cualquiersujeto, a una suerte de automatismorepetitivo- persiste más allá del eternoretorno de su desencanto (porque si se“encanta” en serio, abandona su no-lugar intelectual, y estamos en otracosa). Si el poder no lo convoca, sequeja; si lo convoca, se debate en laduda de cómo mantener su “distanciacrítica”. Nunca la tiene fácil, y me sacoel sombrero ante los que a pesar desaber eso no dejan de intentarlo.Personalmente, soy demasiado débilcomo para estrellarme una y otra vezcontra la misma pared. Prefiero la posi-ción cómoda de quedarme en esa dis-tancia, en lo posible mezclado con losque sufren el poder. Trato, eso sí, de noengañarme: también con ellos hay unainevitable distancia, es una fatalidadsociológica. Pero al menos, mimetizán-dose ficcionalmente con esa perspecti-va, uno puede apreciar mejor que las“batallas culturales” que realmente

EDUARDO GRÜNER

Nunca me ha conforma-do esta palabra, comotampoco me gusta hablardel “rol” del intelectual.Para mí, un intelectuales estrictamente dis-funcional e in-enrolable

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importan no son las que se libran entrelas fracciones del poder, sino contratodas ellas -de distinta manera en dis-tintos momentos, lo admito- y contralos propios límites de lo que se llama“cultura”. Lo demás, me parece, sontironeos mediante los cuales buscamosalguna forma de transacción entreaquel “horizonte de máxima” y nues-tras demandas cotidianas. Hay quehacerlo, y lo hacemos. Pero llamarlasbatallas, me parece un exceso: la guerraes una cosa seria, de la cual se puedeescapar pero en la que no se entraimpunemente.

4º) Me permito tomar con cierto gradode ironía el vapuleado tema del “retor-no de los intelectuales”, para preguntarun poco provocativamente: perdón, ¿adónde nos habíamos ido? Yo escribícualquier cantidad de cosas en los 90;hice varias revistas, publiqué libros yensayos, participé de infinitos debatespúblicos. Y no soy ninguna excepción,sino apenas uno más: todos los queconozco, y son muchos, hicieron lomismo o más. Y eso se hizo, por defini-ción, en los espacios públicos que supi-mos mal o bien conquistar. Ahora, sicon “retorno de los intelectuales” sequiere decir que nuevamente, despuésde mucho tiempo, se conformaronagrupamientos explícitamente pensa-dos para intervenir colectivamente en eldebate político-cultural, de acuerdo, esalgo para celebrar. Pero, otra vez, no esestrictamente un “retorno”, sino unacontinuidad bajo otras formas. Menos“solitarias”, si se quiere. En cierto senti-do, es algo que se hizo siempre, y sobretodo, más “politizadamente”, desde1955: ¿Hay que recordar Contorno, El

Escarabajo de Oro, Literal, Envido, LosLibros, Punto de Vista, Sitio, La Bizca,La Ciudad Futura, El Cielo por Asalto,El Rodaballo, o las hoy aún vigentes ElOjo Mocho, Confines, Conjetural, estamisma Topía a quien estoy respondien-do (y ello sin mencionar las múltiplesrevistas teóricas vinculadas a partidos ogrupos políticos)? ¿Cuándo dejaron losintelectuales de agruparse para interve-nir políticamente, ya fuera en la política“grande” o en la de su propio campo?Es cierto que los acontecimientos del2001 (más que los de 2008, aunque fue araíz de estos que se hizo más visible)forzosamente provocaron algún reaco-modamiento. Sin perder la parte quehabíamos ganado (la autonomía del sig-nificante, el peso de lo simbólico-cultu-ral, etcétera) el pensamiento se nosmaterializó mucho más. En el planonacional, fue toda una revancha (bienamarga en otros aspectos) para los quenos sentíamos más cerca de la trincherade Viñas o León Rozitchner que de lapista de patinaje de algún fabricante dezoquetes. En este sentido preciso, el2001/2002 fue importante por haberliberado enormes energías en el campode cosas como el arte callejero, las inter-venciones urbanas, los grupos de teatro,música y cine “al paso” y demás (lomenciono para no circunscribirnos alsempiterno modelo del intelectual“letrado”). Por otra parte, los formatosactuales, sin duda más “masivos”, tie-nen sus riesgos -aunque por cierto nosean simétricos-: de un lado, el riesgo deperder la famosa distancia crítica -per-der “pesimismo de la inteligencia”,para volver a esa expresión-, subordi-nándola a las (inevitables, parece) nece-sidades instrumentales o estratégicas dela realpolitik. Del otro, mantener tantadistancia crítica, tanto rechazo a cual-quier compromiso con la política de“manos sucias” de la que hablabaSartre, hasta que esa “pureza” abstractase vuelva políticamente inoperante, oincluso un obstáculo. Y finalmente, elriesgo más grande: hoy los medios -todos los medios, cada uno a su maneray con sus propias improntas ideológi-cas- juegan un papel que no tenían enlos tiempos de, digamos, Contorno. Esconstante el peligro de quedar atrapadopor un “liderazgo” mediático que nece-sariamente aplana la reflexión críticacon sus tiempos, sus inmediateces, susurgencias, sus inevitables simplificacio-nes groseras. No se trata de sus conteni-dos ni de sus intenciones: ellos funcio-nan así, no son ni buenos ni malos, sonincorregibles, como decía Borges (aun-que no lo decía de los medios, claro).Como se verá, en la dicotomía deUmberto Eco soy un decidido apocalíp-tico. En todo caso, es cierto que esta pre-sencia mediática puede darles algunainfluencia sobre capas sociales no inte-lectuales, pero al precio de, otra vez,diluir su lugar propiamente intelectual.Si es en pos de una buena causa políti-ca, por ejemplo, bienvenido sea. Perohasta ahí.

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p /21TOPIA EN LA CLINICA

Los Ateneos Psicoanalíticos de Topía

Cada Ateneo nos permite profundizar en aquello que denominamos El giro del psicoanálisis. Esto implica una serie de cuestiones a revisar para estara la altura de los desafíos que se nos presentan cotidianamente. El psicoanálisis no puede seguir anquilosado con formas de trabajo que no contemplenlas transformaciones en la subjetividad y los nuevos paradigmas de nuestra cultura. Un caso paradigmático de ello es el trabajo con adolescentes en laactualidad. Por ello presentamos un relato de un trabajo clínico con un adolescente con una sintomatología frecuente. Para el debate convocamos a trespsicoanalistas para que nos aporten desde distintas perspectivas y permitan enriquecer el trabajo y a cada lector.

Adolescencia: Tristeza o Depresión

Recibí el llamado telefónico de Mabel,madre de un adolescente, pidiendo tra-tamiento psicoanalítico para su hijo,que tiene muchos problemas. Despuésde aclarar que el hijo estaba de acuerdocon la consulta decidí citarlo sólo, a unaprimera entrevista, anunciando que enotro momento entrevistaría a lospadres. Así llegó Gabriel de 17 años a la prime-ra entrevista. Se presentó con aspectoprolijo y formal. Alto, delgado, algocaído de hombros y tenso al saludar.Me dio la mano, que percibí sudorosa.Se sentó en actitud cautelosa, recono-ciendo el ambiente. Sin embargo cuan-do le pregunté acerca del motivo deconsulta, habló fluida y monótonamen-te:G-Mi papá dice que a veces me ve tristey sin amigos. Yo le digo que mamá tuvoun problema, y quedé callado y nopuedo cambiar desde entonces. Fue undesequilibrio mental hace cinco años.Yo creía que era normal lo que a mi mepasaba.Fui creciendo con estado de ánimo tris-te. Cuando estoy triste estoy callado. T-¿Y en qué pensás cuando estás calla-do?G-Me parece que me pregunto por quéestoy triste en ese momento.En la división me cargaban, me parece.Y este año estoy de nuevo con el mismogrupo.T -¿Qué es lo que pasó hace cinco años?G-Lo que tuvo mamá. Actitudes increí-bles, ponía muchas velas en su pieza,lloraba, gritaba cosas no lógicas, quenos podían herir. Se compró veintepares de zapatos; papá le tuvo que sacarla tarjeta de crédito. Estuvo mal duran-te tres años. Fue a un psicólogo. Tomómuchas pastillas. Ahora está mejor,estudia primer año de Psicología, pero aveces se queda durante varios días en lacama.T-¿Y actualmente qué te preocupa avos?G-No poder hablar en la escuela, ycuando hay que hacer trabajos en grupoo de a dos, es terrible. Y al tratar dehablar los latidos del corazón se meponen fuertes - mientras lo relata lagri-mea y se ruboriza-. Prefiero quedarmeen mi habitación jugando al ajedrez conla computadora

Datos: Gabriel, para el papá es “Lolo”,cursa 5°año de escuela con orientaciónen Informática. Convive con la madre,Mabel de 40 años, el padre, Roberto de45años, gerente de empresa y su herma-na Mariana de 13 años. Incluye laempleada doméstica de unos 60 años deedad, quien está desde que él era chico.Describe que tiene mejor relación con lamadre, y sobre todo con la empleada,que con su papá, hablan poco y con suhermana están peleados. Aclara quecon ella compartió la habitación hastahace dos años.

do relaciones sexuales y al mismo tiem-po teme que si llegara a irse en un viajegrupal a Israel, se alejara definitivamen-te, como lo hizo su hermano.

Percibí intensa angustia en el pedido detratamiento para su hijo (“y para ella”).Por el contrario el padre reconoció cam-bios en Gabriel, de ser un niño alegrepasó a ser un adolescente tristón, perominimizó su gravedad, y lo vinculó alproblema de su esposa. Transmitíanuna diferencia de opinión cargada dehostilidad. Roberto acompañó la indicación de tra-tamiento, acotando sus dudas acerca deque fuera necesario.

Ya planteado un encuadre de dos sesio-nes por semana, Gabriel pregunta“¿cómo voy a solucionar el no poderhablar en el colegio?” T- Vamos a tratar de comprender porqué necesitas aislarte de los otros, cole-gio, a veces de la familia y de estar conotros jóvenes. Y el camino es estar acáen tus horarios y decir lo que se te ocu-rra, así recorreremos un camino entrelos dos.G-¿Y voy a necesitar el chaleco de fuer-za?T-¿De dónde lo conocés?G-De una película “Atrapados sin sali-da”, la alquilé por equivocación; busca-ba una de espionaje, “Sin salida”, queme habían recomendado. No sabía dequé se trataba.T-Me estás preguntando si tenés riesgode volverte loco.G-Pero no, lo dije en chiste.Convenimos horarios en un clima deamplia colaboración e interés por partede Gabriel.

Seis meses después, la madre es opera-da de un tumor de mama, el padre leinforma a Gabriel y también a mí telefó-nicamente. Me aclara que se presumeque es un estadío canceroso avanzado.

Una vez operada, Gabriel quedó solocon la madre, el padre se ausentó porun rato. Le impresionó ver a la madrecon vendajes y sueros. Cuando ella des-pertó de la anestesia y ante su pregunta,le respondió abruptamente (sin aneste-sia) que tenía cáncer...La madre tuvo una evolución muypenosa, quimioterapia mediante, laenfermedad avanzó.Al mes ella me pidió tener una entrevis-ta de padres conmigo, que fue funda-mentalmente un pedido desesperadoque yo cuide de su hijo, considerandoque el padre (presente) no lo compren-de. Fue una verdadera despedida, conmucha angustia. A los dos mesesmuere.Gabriel siempre se sintió muy expuestoa ser el único que acompañaba y cuida-ba a su madre, con mucho enojo con supadre.Gabriel continuó en tratamiento.Periódicamente intentaba entrevistar alpadre, quien no encontraba mejoresmaneras de acercarse al hijo. Siemprecumplía con formalidad con las respon-sabilidades pero sin cambios en lamanera de vincularse con Gabriel.

Dos años después, Gabriel está cursan-do la carrera de Ciencias de laComunicación. En esta etapa transcurrela siguiente sesión coincidente conmudanza de consultorio:

G- Cambio de consultorio, es por la pri-mavera, está bueno. Al final le hablé a mi papá, no fue tandifícil. Le dije que no tenía muchasganas del viaje familiar a Israel, porquesupe que es todo con guía; además mihermana me contó que ella iba a estarallá con mis tíos, mi papá no estabaenterado. Al final cada uno queremosalgo diferente.Papá se puso un poco triste, perobueno, yo quiero hacer otra cosa.¿Viajar en familia?, pero si mi hermanase queda con mis tíos, ¡¡yo tener querecorrer solo con mi papá no quiero!!Mi papá va a ir pronto a un viaje desolos y solas, está bien.T-Parece que se trata de qué va a hacercada uno con su soledadG-No, yo no me siento solo, me gustaestar libre, hacer lo que quiero. Mi papátiene cincuenta años, es lógico que bus-que pareja. Pero yo no….ya hice laexperiencia y no. Casi todos los chicosdicen lo mismo, perdés la liber-tad……algún día.T-Te planteás que la relación de parejaes sinónimo de quedar atrapado, y te damiedo.G-Por lo menos por ahora.

Otros datos familiares: Mabel tiene unhermano soltero que emigró a Israel alos 17 años, y no volvieron a verse, conesporádica comunicación telefónica.Sus padres ancianos, son poco afecti-vos, la madre hipocondríaca, Robertotiene su padre vivo, la madre fallecióhace diez años: y un hermano con fami-lia radicado en Miami hace siete años,con alguna comunicación telefónica.Comparten un almuerzo semanalpadres, hijos y abuelos, descripto comosituación triste. Sin embargo paraGabriel su relación con el abuelo pater-no es muy cariñosa. Despertó en mí deseos de ayudarlo,percibiendo mucha tristeza en Gabriel.

Entrevista con los padres (al mes):Ambos se mostraron atentos y colabo-radores con el terapeuta. Sin embargocuando los invité a hablar de sus preo-cupaciones, ella se manifestó angustia-da y agitada, y él se mantuvo callado eindiferente, apoyándose en un para-guas en posición vertical durante todala entrevista.

Mabel relató haber tenido depresióngrave a los treinta años, cuando loshijos iniciaron la primaria; y recaídascon brotes psicóticos en la época de lainiciación religiosa de ambos hijos, asus trece años., con los correspondien-tes festejos “bat” y “bar” del judaísmo.Lo relacionó, con que ella no tuvo dichofestejo en su adolescencia y fue una hijasobreexigida.Y actualmente está muy preocupadapor las dificultades en la socializaciónde Gabriel, que no evidencie haber teni-

Relato clínico

Fui creciendo con esta-do de ánimo triste.Cuando estoy tristeestoy callado

Gabriel siempre se sin-tió muy expuesto a serel único que acompaña-ba y cuidaba a sumadre, con muchoenojo con su padre

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lo que había encontrado en ella, a pesarde sus momentos psicóticos, y quizás loencontraba por ese amor que ella mani-fiesta en la última entrevista donde escapaz de pensar en la vida de su hijomás allá de su vida misma.

2) El setting que cojea: De entrada esteanálisis presenta una cojera clásica quees muy frecuente en el análisis de niñosy de adolescentes. La madre está fer-vientemente a favor de su inserción ydesarrollo y ella misma estudia paraanalista. El padre en cambio se muestraopaco y reticente. Deja hacer, pero conuna crítica reservada. Esto implica queel análisis no se establece como unamesa estable, padres, paciente y analis-ta, sino como una mesa inestable dondese junta el analista con uno de los pro-genitores mientras que el otro saca elapoyo que estabilizaría el sistema. Elpadre se apoya él mismo en su para-guas y lo retira como plataforma parasu hijo. Sería como decir: ese bastón yono lo entrego. Estos análisis se mueven,pero se mueven cojeando y el analistaasí como su paciente y el padre sosténllevan una carga adicional que irrita atodos. No es que el analista pueda serun espectador de esta realidad donde laambivalencia se representa, sino que sudeseo de llevar el tratamiento adelantehace que lo sufra en exceso. Gajes deloficio. Técnicamente se realizan manio-bras para traer el elemento que falta a laestabilidad, ya que su exclusión lopone en un ataque constante desdeafuera al tratamiento para que el quefinalmente se quede afuera sea el ana-lista. Esa construcción que el analistapersigue se suele mostrar endeble fren-te al que soporta la resistencia. En laresolución del tratamiento Gabriel pre-fiere andar solo que mal acompañado,como si retratara en espejo esa falta deacompañamiento que mostró su mar-cha.3) Estar de acuerdo o la fortaleza delyo: En la investigación inicial el analista

se entera de que el paciente está deacuerdo en venir. Estar de acuerdo sig-nifica mucho y motiva la apuesta delanalista de verlo a él solo.

Llama la atención la lucha que el yoestablece con la fobia. Gabriel quepadece justamente de una poderosafobia a hablar se anima a venir a hablaa la sesión. Lo hace como puede, sudo-rosa y monótonamente, pero lo hace.Nos resulta importante situar a la fuer-za del yo en el análisis y en la vida delsujeto. Nos está mostrando que podráenfrentar los embates del superyóinconciente que lucha tortuosamentecon su deseo inconciente. Gabriel inter-viene frente a esas instancias Así comopudo también, de alguna manera, inter-venir frente a su tristeza. Es importanteen esas apreciaciones medir la fuerzadel yo, su terquedad en resolver susbatallas. En la vida de un adolescenteeso decidirá la fuerza de su empeño enla cura.

4) El chaleco de fuerza: Es de una belle-za clínica toda la secuencia del chalecode fuerza que me parece central en estapatología. Gabriel, como le interpretasu analista y como es frecuente en laadolescencia, teme volverse loco. En laneurosis normal de la adolescencia ni laidentidad sexual, ni la cordura estánseguras. Se pasa por incertidumbres,por locuras que se pueden quedar o sepueden ir como llegaron. La “locura”de Gabriel tomó la forma de quedarse“demasiado callado”. Tomó la forma deno poder emitir ninguna palabra. Elchaleco que se puso a sí mismo le clau-suró hasta la boca como el vendaje conel cual se cubre una momia. Al verse enespejo en la película pensó que podía

Quisiera destacar algunos puntossobresalientes de esta viñeta clínica, quepueden tener aplicación en la clínicapsicoanalítica en términos más genera-les:

1) Lo conmovedor y su lugar en la clí-nica: Quién avance en la lectura de laviñeta clínica se encontrará, si su sensi-bilidad se lo posibilita, con un momen-to de conmoción. La conmoción es aquí:conmovedora. No hay forma en la cualel lector pueda evitar ese accidenteemocional que lo conmueve en un pasa-je de la lectura. Me refiero, ya lo adivi-nan, al momento en que el analista, finopor demás en todas sus observaciones,nos relata la última entrevista de lamadre de Gabriel, entrevista en la cualel analista percibe, que la madre, que seestá despidiendo le deja un mensaje,una tarea, un anhelo; de que él cuidepor el futuro de este muchacho. ¿Quélugar ocupa este episodio en la cura?No lo sabemos. Pero nos trae a primerplano discusiones muy importantespara nuestra tarea clínica. Una se refie-re a la pregunta clásica: ¿hasta dónde setiene que involucrar el analista en el tra-bajo con su paciente? Durante décadasse insistió en que hay un riesgo en elvínculo.

El paciente puede hacer que nos involu-cremos con el caso de modo tal que noscompromete en un exceso de conflicti-vidad que perturba nuestra vida. Porotro lado, durante esas mismas décadasel cientificismo se pregonó en el medioanalítico bajo la forma de que la prácti-ca analítica no tiene nada que ver con lacuración. En esos tiempos se lo enseña-ba así, y aun hoy es una postura soste-nida por muchos analistas, que no venen la clínica más que una investigaciónanalítica pura donde el objetivo de lacura no debe jugar ningún rol. Estasegunda postura es la que este caso nosinsta a revisar. Conocemos el peligrodel “furor curandis” que ya Freud habíadetectado como un obstáculo en el tra-bajo analítico… “yo lo analizo él secura”… Es aceptable como defensa anteel furor curandis que sin duda, puedeentorpecer la escucha y el trabajo.Surgió un antídoto: “el furor no curan-dis” para tomar ese lugar vacío quedejó el interés por curar. Este aspecto dela viñeta me ha hecho atreverme aespiar una posibilidad. Y es que detrásde cada demanda analítica hay alguienque nos delega una preocupación por elfuturo de ese sujeto que nos consulta.No me estoy refiriendo al propio sujetosino a otro que está detrás (sujetosupuesto detrás-SSD) y que alguna vezlo amó. Me parece que este momentoconmovedor de este análisis no debecaer en un vacío. Nos insta a preguntar-nos: ¿quién es o quiénes son el o losSSD? o ¿quién lo amó? ¿Quién pensó ensu vida? Gabriel, llamativamente brutalcon la madre cuando le revela el cáncerabruptamente, como si se enojara conella por haberse enfermado, encuentraen su analista, quiéralo él o no, un espa-cio de resguardo, una continuidad con

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En la neurosis normalde la adolescencia ni laidentidad sexual, ni lacordura están seguras

No es posible imaginarun niño alegre en esafamilia

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pasar que el analista le pusiera un cha-leco de fuerza, lo que, como hubiesedicho Winnicott, ya había pasado en suvida, producto de todo aquello que ensu medio familiar no se podía decir: nose podía abrir la boca. El análisisencuentra su tarea justamente en sacar-le el chaleco de fuerza que traía puesto.

6) La fecha de comienzo: Gabriel anudasu encierro con la internación de sumadre, es su madre la que hubo queponer bajo un chaleco de fuerza impi-diéndole usar su tarjeta de crédito conla cual podía hacer locuras. El se la pusoa sí mismo también. ¿En qué momento?Aquél en la cual su madre enloquece.Pero también, en el momento del iniciode su adolescencia. Laufer señaló conacierto la posibilidad de un break-downen el comienzo de la pubertad cuandoel sujeto no puede enfrentar el incre-mento de la pulsión y el destierro de laniñez. Su tristeza no es solo tristeza essilencio de la pulsión que no puededecirse.

7) De la tristeza: No es posible imagi-nar un niño alegre en esa familia. Todosu comportamiento es una muestra deuna familia que no sabe ser alegre.Tampoco es posible imaginar un niñono aislado en una familia que se desta-ca por el aislamiento de sus miembros.Las reuniones son un bodrio, tan abu-rridas que Gabriel no imagina un viajecon ellos. Cada vez que un miembro sealeja en el espacio, migra, desaparecetodo contacto. Gabriel se hizo a símismo desaparecer por un tiempo. Setrató de una retirada estratégica espe-rando el momento en el pudiera volvera salir. Un break-down reversible, porqueel yo se mantuvo suficientemente fuer-te para aparecer en la superficie en elmomento oportuno. Gabriel, como lacigarra se ocultó en la tierra, se enterró,pero no estaba muerto.

8) De la condena de explorar al deseode explorar: Gabriel no pudo recoger elreto al que todo adolescente se ve lla-mado: “Debes explorar el mundo”. Setrata de un destierro evolutivo que nopudo enfrentar a sus doce años. La apa-tía recubría una fuerte fobia. En susilencio y su tristeza el miedo se notabamenos. Pero hay que leer este relato deanálisis para ver como esa condena setransforma finalmente en un deseo deexplorar, de tomar el mundo para sí, deno someterse al paseo dirigido por lafamilia sino a encontrar su propia aven-tura en un mundo que se ofrece paragozar de él.

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p /23de dependencia, sus identificacionesprimitivas.Al romperse la estructura infantil, el yodel adolescente pierde el control y se lehace difícil acomodarse ante la crisiscon sus procesos defensivos normales,con los que se venía manejando hastaentonces (Fernández Moujan, 1986).Surge así la tendencia al aislamiento, aencerrarse, a la inhibición, la morosi-dad, el aburrimiento y monotonía. Eneste periodo el yo está muy propenso ahacer depresiones transitorias antecualquier circunstancia, debido a frus-traciones que podrían parecernos trivia-les, irrelevantes a los ojos de los adultos,dado que se encuentra en una etapa deextremo narcisismo y gran deterioro dela autoestima; es que la diferencia entrelo que es y lo que quiere ser le trae per-juicio en la estima de sí. Aunque esto nosiempre es vivido con grandes montosde angustia, empobrecimiento y desva-lorización de sí mismo, que serian indi-cadores de una patología depresiva.Arieti y Bemporad (1981) refieren a estalabilidad emocional como el rasgo querefleja la “remodelación” de la estructu-ra psíquica del individuo, que deberomper lazos con el pasado para forjaruna nueva imagen de sí mismo. El gran trabajo psíquico que se le impo-ne al adolescente se diferencia del duelocomún en que las pérdidas a afrontarson múltiples, variadas y simultáneas,frecuentemente con alteración de laestima de sí mismo. Pero a diferencia dela depresión en el adulto o de la depre-sión patológica, el adolescente normaldispone y moviliza grandes cantidadesde energía para la realización de unproceso que tarde o temprano llegara asu fin (Braconnier, 1986).

¿Cómo pensar el caso de Gabriel? ¿Esque se encuentra transitando sus dueloso es un caso de depresión?El ha sido un niño feliz, alegre, según supadre, hasta la llegada de la pubertad,que coincide con serios problemassufridos por su madre, y que implica-ron una ruptura en la organizaciónfamiliar que existía hasta ese entonces.Uno de los mayores desafíos que se leplantean al adolescente, es el de aban-donar su dependencia respecto delambiente familiar, que funciona como elcontinente que le sostiene y ayuda a ela-borar el caos interno. Gabriel debíaromper sus lazos de dependencia en uncontexto caótico, de enfermedad, vulne-rabilidad, y poca solidez para ayudarloa tolerar esos cambios. Los padres noestán ajenos a estos procesos: ellos tam-bién deben aceptar el crecimiento, y laindependencia de los hijos, y general-mente lo hacen con angustia, atemori-zados y reviviendo sus propias situa-ciones de separación. Según Arminda Aberastury “el adoles-cente es muy vulnerable y es un recep-táculo propicio para hacerse cargo delos conflictos de los demás y asumir losaspectos más enfermos del medio enque actúa”. Algo de esto podemos ver en Gabriel,que aparece en la escena familiar de esemomento identificado como “el quetiene problemas”. Su madre tenía espe-cial dificultad para aceptar el crecimien-to- separación de sus hijos; parecieraque ante cada hito, cada nuevo escalón

hacia su posible independencia, Mabelse desestabiliza y no logra elaborarlo.Por ejemplo, cuando Gabriel ingresa ala escuela primaria, ella entra en depre-sión; nuevamente a los trece, con el Bar-Bat Mitzvá (ritual del judaísmo median-te el cual se celebra el ingreso del jovenen el mundo adulto), brote psicóticoseguido de depresión; o como almomento de la consulta, cuando estápor finalizar la secundaria, y hace estepedido desesperado de ayuda para elhijo (y también para ella). A los diecisie-te años existe el peligro de que un viajede estudios a Israel lo aleje para siem-pre de ella, como pasó con su hermanoque a esa misma edad se fue para novolver junto a sus padres.

Gabriel quedo callado. No puede hablarfrente a sus pares. Prefiere encerrarse.Hace un síntoma de características fóbi-cas, dada la ansiedad, su actitud huidi-za, taquicardia, sudor, encierro, que lodeja aislado de sus pares, sin posibili-dad de lograr a través del encuentrocon ellos, la salida a la exogamia, quizásla tarea más importante que debe reali-zar un sujeto en esta etapa de la vida.Fernández Moujan dice que “Las fallasen el pensamiento y en la vida grupalcon otros adolescentes, son motivos fre-cuentes del fracaso en la elaboración delduelo, que hace posible la emergenciade depresiones, histerias, tendencia a laactuación y otras conductas regresivasdurante este período.” La identificación, según Freud, “es laforma más originaria de ligazón afecti-va con un objeto, la identificación rem-plaza a la elección de objeto; la elecciónde objeto ha regresado hasta la identifi-cación”, y esto es mediante introyeccióndel objeto en el yo. El yo se rehúsa aabandonar sus objetos, y resuelvemediante la identificación con ellos,tomando al objeto amado como mode-lo, constituyéndose a su semejanza. Podemos analizar el síntoma de Gabriela partir de su nexo con una serie deidentificaciones:- al padre, que suele permanecer calla-do e indiferente en relación al problemadel hijo, a quien no se acerca, con quienno se comunica.- y por sobre todo a la madre, ya queGabriel hace propios los deseos y lostemores de ella: se pregunta si se va avolver loco, siendo ella la que enloque-ce cada vez que se recrea la situación deseparación-individuación. - a su vez, identificado al deseo de unamadre que quisiera mantenerlo peque-ño y a su lado, se dificulta su salida dela endogamia. Tal es así que ante la preocupación de

su padre por lo que le pasa, él contesta“lo que le pasó a mama hace cincoaños…”. La tristeza de Gabriel no solo parte delos duelos propios de la adolescencia ysu dificultad para hacer lazo con suspares; también podemos ligarla a laidentificación con una madre depresi-va, y al dolor que emerge ante un cua-dro desolador: ya que si él crece, sumadre padece. Situación difícil, parado-jal, trampa, que él actúa encerrándoseen su pieza a jugar ajedrez, tal vez bus-cando la estrategia que lo ayude aencontrar la solución a esta situación,en la que por momentos se siente “atra-pado sin salida”. H. Bleichmar considera la depresióncomo una reacción frente a la estructuradel deseo, que es vivido como irrealiza-ble: ya nada motoriza a seguir adelante,hay un estancamiento del deseo.Teniendo en cuenta esta consideración,podríamos decir que Gabriel está triste-no deprimido- y se muestra dispuestoa intentar, con la ayuda de un procesoterapéutico, la salida de la encrucijada. Lamentablemente, cuando empieza eltrabajo que lo conduzca a separarse deesta madre idealizada de la infancia, seproduce una pérdida del objeto real.

Parece que transcurrido cierto tiempode trabajo analítico, él logra relacionar-se con sus pares. Puede individualizar-se como miembro de la familia y acep-tar a cada uno en su modo de sobrelle-var la soledad. Pero ¿por qué parecebuscar excusas para no viajar a Israel?¿Será que no puede desprenderse deldeseo de una madre que temía perderlosi él lo hacía? Si bien tiene amigos, evitavincularse emocionalmente con otrapersona, tal vez ante el temor de repetiresa relación con la madre en la cual sesentía privado de libertad…Quedará pendiente entonces, la posibi-lidad de abandonar los vínculos inces-tuosos para investir un objeto exogámi-co, el deseo de constituir finalmenteuna pareja estable, como uno de loslogros del final de la adolescencia. Y quedará pendiente también la posibi-lidad de realizar ya sea un viaje o cual-quier proyecto propio sin sentirse porello culpable.

Bibliografía

Aberastury, Arminda y Knobel, Mauricio,La adolescencia normal, Paidós, 1993.Arieti, S. y Bemporad, J., Psicoterapia de ladepresión, Paidós, 1981.Braconnier, A., Manual de psicopatologíadel adolescente, Masson, Méjico, 1986.Bleichmar, Hugo, La depresión: un estudiopsicoanalítico, Nueva Vision. 1978.Fernández Moujan, Octavio, Abordaje teó-rico y clínico del adolescente, NuevaVisión, 1986. Freud, Sigmund, “Duelo y Melancolía”,(1915), en Obras Completas, AmorrortuEditores.Freud, Sigmund, “Psicología de las masas yanálisis del yo”, (1921), en ObrasCompletas, Amorrortu Editores.

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“…un niño que ya haya salido de la infan-cia: hombre todavía inacabado que deseatímidamente y aisladamente dar lo antesposible su primer paso en la vida”.

Fedor Dostoievski

Al leer el título “Adolescencia: tristezao depresión” me llamó la atención laoposición entre ambos términos: mepreguntaba si se pueden oponer tristezay depresión, siendo la primera una delas manifestaciones de la segunda...Según el diccionario de la RealAcademia Española, tristeza es un tér-mino derivado de triste, que significa“afligido, apesadumbrado. De caráctero genio melancólico. Que denota pesa-dumbre o melancolía”.Para el psicoanálisis la tristeza es unafecto, de los más primarios, que surgeante situaciones dolorosas, enojosas, openosas. Es el dolor psíquico quedesencadenan situaciones que tienendeterminada significación para el suje-to. Y por sobre todo, la tristeza es lamanifestación más frecuente del duelo,siendo éste el difícil proceso que realizael yo de una manera conciente e incon-ciente ante la pérdida de objetos libidi-nales.Según dice Freud en “Duelo yMelancolía” (1915), “El duelo es, porregla general, la reacción frente a la per-dida de una persona amada o de unaabstracción que haga sus veces, como lapatria, la libertad, un ideal, etc.”, y dis-tingue allí el duelo de lo que podríamosllamar una depresión.El duelo es un proceso normal que serásuperado con el tiempo, y es inoportu-no y hasta dañino perturbarlo. En supresentación clínica se parece a ladepresión/melancolía, pero falta en élla disminución del sentimiento de esti-ma de sí mismo y el autorreproche quecaracterizan a la depresión. Estas carac-terísticas se deben a que ante la pérdi-da del objeto libidinal, el yo reaccionaidentificándose con él, interiorizándolocomo si fuera él mismo, y es esta partedel yo la depositaria de toda la hostili-dad y la humillación que otrora se diri-gía al objeto amado.

El pasaje de la niñez a la adolescencia secaracteriza, entre otras cosas, por losdistintos duelos que el sujeto debe rea-lizar: por el cuerpo infantil, la omnipo-tencia, la bisexualidad, por los padresidealizados de la infancia, los vínculos

El duelo es un procesonormal que será supe-rado con el tiempo, y esinoportuno y hasta dañi-no perturbarlo

La tristeza de Gabriel nosolo parte de los duelospropios de la adolescen-cia y su dificultad parahacer lazo con suspares

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Lucas, el amigo de Socorro, la púber dela tira de Rep es un ejemplo “bien gráfi-co”, de un adolescentes dark o gótico,por la visión oscura, negativa de lavida, del mundo. ¿Deprimido? ¿Triste?¿Sin ilusiones? ¿Sin deseos de vivir ocon terrible miedo a hacerlo? La nocomprensión por parte de los adultosde su estar de duelo y el placer pormostrarlo, e insistir con que a esa edadla vida es rosa, intensifican la necesidadde vestirse y pintarse de negro y ver larealidad con lentes también negros. Si el negro dura un tiempo, si muda deplumajes, como diría O. Mannoni, en sutexto aún vigente Crisis de laAdolescencia, a otros colores, si circulapor distintos ropajes, identificaciones,experiencias, no estaríamos autorizadosa pensar en patologías.Los niños metamorfoseándose en púbe-res y luego en adolescentes atraviesanmomentos de angustia, tristeza, eufo-ria, irritabilidad, mirada trágica de lavida, referencias al dolor y a la muerte.Incomodidad y extrañeza frente a latransformación que la pubertad impri-me a su cuerpo devenido en un cuerpoextraño en el que tienen que reconocer-se, aceptarse, hacerse “amigo”, y lologran a través de identificarse con elpar, grupo de pares, amiga/os íntimos. Duelos ¿por qué? Por dos asesinatossimbólicos, nos aporta Winnicott, por elniño que fueron y por los padres mara-villosos de la infancia. Padres quedeben estar “bien vivos” para poderconfrontar con ellos, para poder asesi-narlos simbólicamente y que no desfa-llezcan en la realidad.Gabriel ubica como el momento inicialde su tristeza los 12 años, cuando sumadre tiene un brote psicótico. Justo enel momento del bar mitzvá. La religión judía sigue conservandoeste rito de iniciación religiosa, de pasa-je, de la niñez a la adultez, en la actuali-dad de la niñez a la adolescencia. Este pasaje en verdad es simbólico, por-que en realidad se trata de un procesoque exige varios trabajos psíquicos.Implica transitar por un espacio, espa-cio transicional con el grupo, y estonecesita de un tiempo. Uno de esos trabajos es precisamenterealizar el pasaje de lo familiar a loextrafamiliar. Ello implica abandonar aese niño maravilloso, el niño que res-pondía al proyecto identificatorio cons-truido por sus padres, confrontar conlos ideales familiares, dejarlos caer eidentificarse con los pares y referentesexternos no familiares. Muchas fantasías de muerte en la ado-lescencia temprana están vinculadas al

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deseo ambivalente de matar al niño queno pueden dejar de ser, o desembara-zarse de lo que les incomoda de sucuerpo púber, de esas sensacionesextrañas que el estallido hormonalgenera tanto en el cuerpo como en losestados de ánimo de los púberes. Además de los mencionados, otros psi-coanalistas como: Gutton, Jammet,Waserman, Rodulfo, entre otros, desdeposiciones teóricas diversas y utilizan-do diferentes analogías hacen referenciaa la necesidad de bajar a los padres de laposición de ideal. Conceptos como el deasesinatos simbólicos, obsolecencia,desfamiliarización describen estos tra-bajos psíquicos.

Si bien en las entrevistas los padres deGabriel dicen que la madre tuvo unadepresión muy severa los 30 años cuan-do sus hijos ingresaron a la escuela pri-maria y un brote psicótico en el momen-to del Bar o Bat Mitzvá, por los años aque hacen mención, esto solo sucediócuando Gabriel realizó estos cambioscualitativos de pasaje de infancia aniñez, de niñez a la adolescencia. Por loque considero que es el crecimiento ydesprendimiento de este primer hijo yvarón que se liga a las crisis depresivasy psicóticas de la madre.Es precisamente en ese momento depasaje que la madre tiene un brote.Evidentemente no se puede confrontarcon alguien tan frágil, tan vulnerablenarcisísticamente, por lo que parecieraque Gabriel transforma esa agresividad,necesaria y saludable para la confronta-ción en tristeza. El padre por otro ladoparece también borrarse, mantenerse adistancia, no involucrarse con el hijo.La culpa por crecer y generar esta frac-tura subjetiva en la madre inhibe el tra-bajo puberal de inscripción y apropia-ción de una sexualidad genital de la queno puede hacer “uso”, inaugurar, dis-

frutar. No se constituye la categoría de“nosotros” referida a su grupo de pares.La enfermedad de la madre, ligada aconflictos no resueltos de su propia his-toria o quizás transgeneracionales,deviene en obturación de la adolescen-cia del hijo e inhibición de las pulsionessexuales y agresivas.La tristeza no es un dolor físico, sinopsíquico. La enfermedad o muerte deun ser querido, una separación o el fra-caso en un objetivo son circunstanciasque a cualquier persona le suelen cau-sar tristeza. Ante una situación desafor-tunada cada subjetividad puede reac-cionar diferente de acuerdo a una mul-tiplicidad de factores de su historia,personales, constitutivos, convirtiendola tristeza en otros sentimientos (rabia oansiedad, por ejemplo) o simplementetomando al estado de tristeza o angus-tia como “filosofía de vida”, una visiónpesimista y oscura de la vida que con-vierte a cualquier nueva situación dedolor en algo mucho más tolerable paraél.

Sin embargo, la depresión es general-mente desencadenada por una situa-ción de tristeza o angustia, pero esteestado de baja autoestima y desespe-ranza es mucho más prolongado.Pueden manifestarse como sensaciónpermanente o habitual de desamparo,inhibición o agitación psicomotriz; tras-torno del ritmo del sueño: insomnio ohipersomnia, autorreproches, autocríti-ca excesiva y sentimientos de culpa,sentimiento de inferioridad; visiónpesimista de la vida, del futuro y de laspropias posibilidades de logros o trans-formación.Tristezas, inhibiciones, conductas fobí-genas, como decíamos pueden formarparte de los procesos y trabajos pubera-les y de adolescencia. No son patológi-cas en la medida que son transitorios.Son estados generados por los duelosexigidos; por la vacilación frente a lonuevo y desconocido de la sexualidad

puberal, por la vergüenza que generanlas fantasías sexuales y las prácticasmasturbatorias. En la medida que sonhabladas, compartidas con por lomenos un amigo íntimo, escritas en dia-rios íntimos o letras de poemas o can-ciones, van superándose y permitiendotener experiencias adolescentes.Estas emociones y conductas constitu-yen síntomas de depresión en Gabrielen la medida que se transforman en laúnica manifestación afectiva, que loacompaña durante todos esos años yque sólo con la intervención y acompa-ñamiento de un terapeuta puede supe-rar.Puede enojarse con el padre por no ocu-parse de sostener sus funciones comopadre y acompañando a su mujerdurante su convalecencia y muerte.Es en el espacio de su análisis quepuede sostener su deseo sin culpabili-zarse y proyectarse esperanzadamenteen un futuro cuando dice “mi padretiene 50, es lógico que busque pareja, Yono… Todos los chicos dicen lo mismo,perdés la libertad… algún día... Porahora no”.Se identifica con sus pares. No se sienteculpable por asumir su propio deseo deno ir al mismo viaje del padre. Pensaren su propio viaje. Parece que pudocomenzar a transitar los trabajos deadolescencia.Parafraseando al poeta y haciendo alu-sión a su comentario respecto al cambiode consultorio, podríamos agregar queel gris y el negro, del desolado y frioinvierno se poblaron de colores cálidos:“Nadie se puede matar en primavera”.

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CCoommppiillaaddoorr:: JJoorrggee RRaaíícceess MMoonntteerrooEEssccrriibbeenn:: JJoorrggee EE.. HHiinnkkllee,, DDiiaannaa MMaaffffiiaa,,AAlleejjaannddrroo MMooddaarreellllii,, LLoohhaannaa BBeerrkkiinnss,, PPeeddrroo PPaarraaddiissoo SSoottttiillee,, IIññaakkii RReegguueeiirroo ddeeGGiiaaccoommii,, EEmmiilliiaannoo LLiittaarrddoo yy LLiilliiaannaa HHeennddeell..

La depresión es general-mente desencadenadapor una situación detristeza o angustia, peroeste estado de bajaautoestima y desespe-ranza es mucho másprolongado

Es en el espacio de suanálisis que puede sos-tener su deseo sin cul-pabilizarse y proyectar-se esperanzadamenteen un futuro

AAddrriiaannaa NNooeemmííFFrraannccooPsicoanalista de Niños y Adolescentes

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temólogos de referencia en la actuali-dad, García le critica cierta posición“oscurantista” cuando Morin atribuye alo complejo las características de “loinextricable e incierto”. Para García, eltrabajo en los sistemas complejos debe-ría abordarse teniendo en cuenta la hete-rogeneidad de los mismos, y buscandola interdefinibilidad de los conceptos enjuego y la mutua dependencia de lasfunciones que cumplen los elementosdentro del sistema total. La puesta en práctica de esta actitud deencuentro y trabajo interdisciplinario sepuede observar, entre otros ejemplos, enlos trabajos de Delion, delDepartamento de Psiquiatría Infanto-Juvenil de Lille Cedex, en Francia, quienseñala la posibilidad y la necesidad debuscar un diálogo entre estas discipli-nas. Refiriéndose al trabajo conjuntoentre neuropediatras y psiquiatrasinfantiles, en el artículo al que hago refe-rencia se estudia la relación entre elarcaico reflejo de prensión y la identifi-cación adhesiva, concepto éste último,proveniente del psicoanálisis posklei-niano. Por su parte Shevrin, profesor eméritode Psicología en la Universidad deMichigan, presentó recientemente (juniode 2012) una investigación sobre conflic-to inconsciente en trastornos de ansie-dad, utilizando trazados de la actividadeléctrica del cerebro. En el centésimoprimer encuentro de la AsociaciónPsicoanalítica Americana, el menciona-do autor, que ha dedicado décadas alestudio del psicoanálisis aplicandometodologías científicas, presentó nue-vos hallazgos que señalan una relacióncausal entre el concepto psicoanalíticode conflicto inconsciente, y los síntomasconscientes experimentados por perso-nas con trastornos de ansiedad comofobias.Los voluntarios intervinientes en lainvestigación fueron entrevistados porun psicoanalista, quien infirió que unconflicto inconsciente subyacentepodría estar causando el trastorno deansiedad de la persona. Se seleccionaronalgunas palabras de las entrevistas quecapturaban la naturaleza del conflictoinconsciente, otras relacionadas con lossíntomas de ansiedad y otras sin rela-ción ni con el conflicto inconsciente nilos síntomas de ansiedad. Luego todaslas palabras fueron usadas como estí-

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bro, órgano que debe ser estudiado ensus diferentes niveles de procesamientode información. Más adelante, el mismoautor sostiene: “En el contexto de lasinteracciones Gen - Entorno, se asumeque son los factores ambientales pato-génicos los que causan el trastorno yque los genes influencian la susceptibi-lidad a patógenos ambientales en losdos sentidos: resiliencia y vulnerabili-dad. El cerebro plástico, que es propio eirrepetible para cada persona, es la con-secuencia de la suma de todos los facto-res internos y externos que conformanla biografía de cada persona, siendomuy grande la variabilidad entre indi-viduos expuestos a patógenos ambien-tales, aun a los traumas más severos”.Interacción gen-entorno, importanciadel factor ambiental, singularidad delcerebro en relación con la biografía decada persona: como señala Alvano, -otro destacado autor argentino-, estadescripción recuerda en mucho lo plan-teado por Freud en sus series comple-mentarias hace casi 100 años. Con res-pecto a la cualidad del entorno huma-no, el propio Alvano, siguiendo aCassirer, señala que “este entorno parael hombre, a diferencia de lo que ocurrecon otros animales, es simbólico, por loque el ser humano ya no puede escaparde su propio logro, la cultura. Ya novive solo en un universo físico, sino enun universo simbólico. El lenguaje, elmito, el arte, y la religión constituyenparte de este universo cultural, y for-man los hilos que tejen la red simbólica,donde se desarrollará la complicadaexperiencia humana”. A la hora de pensar la posible comple-mentariedad entre neurociencia y psi-coanálisis, Alvano sugiere no subrogarninguna de las disciplinas a la otra yseguir la propuesta de Morin, el recono-cido epistemólogo, y articular las varia-bles biológicas y socioculturales inhe-rentes al ser humano desde la perspec-tiva del pensamiento complejo.Complexus, señala Morin, es lo que estátejido en conjunto, tal como las citadasvariables, quedando de esta maneraindisolublemente unidas.Por mi parte, he encontrado en la lectu-ra de Rolando García, otro epistemólo-go contemporáneo, que trabajara estre-chamente junto a Piaget, valiosos apor-tes para pensar esta temática. Si bienreconoce a Morin como uno de los epis-

tual, nuestra formación en relación condeterminados maestros, intereses y/oambiciones personales, y creo impor-tante estar avisados de esto, para poderintentar un diálogo interdisciplinariomenos sesgado.

Tomando prestada la lógica del “No-todo”, que Lacan aplica en sus fórmulasde la sexuación, me permito proponerque en vez de referirnos a “la” neuro-ciencia, admitamos que existen versio-nes de ella, y de esta forma, estudiemos“una por una” las referencias queencontremos a esta disciplina. Así, en ocasiones la neurociencia es aso-ciada a una concepción de cuerpo-máquina totalmente predeterminadopor mecanismos genéticos fijos, y repa-rable con psicofármacos y terapias nor-mativizantes. Por el contrario Zieher,quien es en nuestro medio un impor-tante referente en neurociencia, señalaque: “... Las relaciones lineales entregenes y conducta no han sido capacesde establecer vínculos entre genes espe-cíficos y trastornos mentales, ya queestos resultan, como todas las conduc-tas complejas, de los cambios adaptati-vos generados por las interacciones demúltiples genes”. En esta dinámicaintervienen, continúa Zieher “procesosde neuroplasticidad que ocurren en losdiferentes niveles del procesamiento deinformación del Sistema NerviosoCentral: niveles moleculares, fisiológi-cos, del procesamiento sistémico y delos resultantes emergentes al nivel psi-cológico y conductual y sus respectivoscorrelatos sociales.” Planteado en estostérminos, la neurociencia nos ofreceotra perspectiva: son múltiples losgenes intervinientes, a su vez su inje-rencia está modulada por las experien-cias, que son capaces de producir cam-bios en la fisiología y la arquitecturaneuronal del encéfalo. Esto último, es loque define la neuroplasticidad del cere-

El número de publicaciones que hacenreferencia al encuentro entre psicoanáli-sis y neurociencia ha crecido significati-vamente en los últimos años, lo que enprincipio impresiona como una señalauspiciosa de un posible enriqueci-miento mutuo de estas disciplinas, confavorables repercusiones en el campoclínico. Entre otros, artículos como el dePérez y el de Alonso del Campo yBettini, dan cuenta de las posibilidadesde crear un ámbito de intercambio. Sinembargo, buena parte de lo que se leerespecto de este tema está aún frecuen-temente cargado de un fuerte prejuicio.No son pocos los trabajos en los que laneurociencia resulta connotada negati-vamente, al quedar “amalgamada” a lasterapias cognitivas, el DSM IV y losintereses de los laboratorios farmacoló-gicos, todo lo cual, impuesto desde unpatrón cultural dominante, tendería alaplastamiento subjetivo. Me propongo en esta colaboraciónseñalar la existencia de este tipo de for-maciones “en amalgama” y cuestionarlas rápidas tomas de posición que favo-recen la confrontación y obstaculizan eldiálogo. También existen los trabajos que, por elcontrario -quizás debería decir aparen-temente por el contrario-, sostienen quela neurociencia demuestra el psicoanáli-sis. Creo que en algunos de estos traba-jos subyacen también varios de losargumentos que describo en lo quellamé “amalgama”, pero a través de uningenioso planteo, refutan a los críticosdel psicoanálisis tomando a su favor lafuerza probatoria del arma más podero-sa que estos ostentarían: la neurocien-cia.De esta manera, en algunos de estos tra-bajos, a partir de lo que debería ser eldesarrollo del propósito inicial, esto es,reflexionar respecto del encuentro entrepsicoanálisis y neurociencia, se va pro-duciendo un corrimiento a la discusiónpor la legitimación del psicoanálisis, yla validación de su práctica. Al mismotiempo, el heterogéneo campo de laneurociencia queda elevado a la fun-ción de instancia que, luego de juzgar,podría avalar o desacreditar la teoría ypráctica psicoanalítica. No aliento laingenua expectativa de alcanzar unpunto de vista “neutral” o puramente“objetivo”. Nuestras opiniones puedenestar influenciadas, entre otros factores,por la adherencia a un marco concep-

La complejidad de la subjetividadactual necesita de los avances e intercambios entre diferentes disciplinas

La neurociencia resultaconnotada negativamen-te, al quedar ¨amalgama-da¨ a las terapias cogni-tivas, el DSM IV y losintereses de los labora-torios farmacológicos

Psicoanálisis yNeurociencia:acerca de las dificultades ybondades de un diálogoposibleRafael GroismanMédico Psiquiatra y [email protected]

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mulo en el laboratorio, registrándosesignificativas diferencias, de acuerdo ala categoría de palabras usadas y altiempo de exposición al estímulo.Según Shevrin, -que ya en 1968 habíapublicado su primer reporte respectode respuestas cerebrales a estímulosvisuales inconscientes-, sus resultadosseñalan una estrecha relación entre losconflictos inconscientes y los síntomasde ansiedad que el paciente está experi-mentando.

Ahora bien, si contamos con marcosepistemológicos, (Morin y García, entreotros), que nos permiten pensar unlaborioso pero amigable diálogo entredisciplinas, si cada vez más surgen tra-bajos de investigación teórico-clínicacomo los mencionados, ¿por qué aúnsiguen sosteniéndose posturas deenfrentamiento que utilizan argumen-tos “en amalgama”? ¿Responderá estosólo a un posicionamiento apresurado,sesgado y por lo tanto reduccionista?Creo que varios factores deberían sertenidos en cuenta si queremos explicaresta situación, y podríamos reconocerque en la historia de la ciencia, la histo-ria del psicoanálisis, y la relación entreambos campos, se han sucedido unaserie de debates que, a mi modo de ver,aportan a la comprensión de la subsis-tencia de posturas radicalizadas queimpiden el diálogo. En el cuadro deKaullbach “La batalla de los hunos”,citado por Freud en El Yo y El Ello (agra-dezco a José Luis Valls el facilitarme laubicación de la referencia), las almas delos guerreros muertos siguen comba-tiendo en el cielo, en una batalla que nocesa. Del mismo modo, pienso que anti-guos debates, o fragmentos de ellos quese agregan a manera de acreciones, sereactualizan hoy, favoreciendo la adop-

ción de posturas extremas de uno u otrosigno. Si pudiéramos analizar, es decir, desa-gregar las diversas “amalgamas” queintervienen en las controversias respec-to de este tópico, creo que podríamosrastrear desde una referencia aRutherford, el descubridor del átomo,quien sostuvo que “sólo la Física esciencia”, hasta los esfuerzos de Freudpor encuadrar sus hallazgos dentro dela ciencia natural de su época y la reper-cusión que esto tuvo en su obra y en suscontinuadores. Obra cumbre para algu-nos, prepsicoanalítica para otros, ElProyecto de Freud fue revisitado porinvestigadores como Pribram, y porsupuesto, Kandel. Ganador del PremioNobel en el año 2000 por su trabajo “LaBiología Molecular de la MemoriaGuardada: Un Diálogo Entre los Genesy las Sinapsis”, Kandel, que se acercó alpsicoanálisis a través de la psicologíadel Yo, imaginaba de este modo la inte-racción psicoterapéutica : “... cuando lehablo a alguien y él o ella está escu-chándome, no sólo hacemos contactovisual y vocal, sino que también, laacción de la maquinaria neuronal de micerebro está produciendo un efectodirecto, y espero que también duradero,en la maquinaria neuronal de su cere-bro, y viceversa¨. Vislumbro la presen-cia de otras muchas acreciones en lasamalgamas. Señalo sólo dos más: losdebates en torno del estatuto científicodel psicoanálisis (el lector interesadoencontrará en Fonagy un pormenoriza-do estudio del tema) y las controversiasentre las diversas corrientes psicoanalí-ticas, protagonizadas, entre otros, porAndré Green y Robert Wallerstein.

El consejo de Freud: “preguntadle a lospoetas”, y el final de la muy interesanteentrevista a Horst Kächele, publicadaen esta revista en Abril del presenteaño, me sugieren cerrar esta colabora-

ción con estos versos de FernandoPessoa1:

Todo este universo es un libro En el que cada uno de nosotros es una frase.

Ninguno de nosotros, por sí mismo, Hace más que un pequeño sentido, O una parte de sentido;

Sólo en el conjunto de lo que se dice se percibe lo que cada uno verdaderamente quiere decir

Bibliografía

Pérez, JF, “¿Debe el psicoanálisis cuestionartoda producción de las neurociencias?”, enVarité Dialogo entre saberes: el psicoanáli-sis y las neurociencias, Febrero 2012.Alonso del Campo U, Bettini M,“Perspectivas actuales entre Neurociencia yPsicoanálisis”, en Cuadernos de Psiquiatríay Psicoterapia del niño y del adolescente.2000; 30, 107-126Lacan, J., El Seminario, Libro 20, Aún,Buenos Aires, Paidós, 1981.Zieher LM , Alvano SA, “Avances enNeurociencia y Psicofaramacología en laúltima década”, en Sinopsis, abril 2008,año 24,n° 44.Alvano SA y Bauleo A, Avatares de la clíni-ca, Buenos Aires, Mediciencia 2004.Alvano SA, “Interfase Neurociencia -Psicoanálisis, ya no somos tan pocos”, enSinopsis, Abril 2006,22(41):11-13.Cassirer, E., Antropología filosófica,México, Fondo de cultura económica,1975.Delion P. J., “Towards a dialogue betweenpsychoanalysis and neuroscience: connec-tions that are both possible and necessary”,en Physiol, Paris, 2011 Dec;105(4-Fonagy, P. (1982), “The Integration of

Psychoanalysis and Experimental Science: AReview”, en Int. R. Psycho-Anal., 9:125-145.García R., Sistemas Complejos. Conceptos,métodos y fundamentación epistemológicade la investigación interdisciplinaria,Gedisa Editorial, 2007.Kandel E., “Psychotherapy and the singlesynapse”, en N Engl J Med,301:1028–1037, 1979.6):220-2. Epub 2011 Sep 29.Morin E., Introducción al PensamientoComplejo, Barcelona, Gedisa Editorial,2005.Pribram, Karl y Gill, Morton M., Freud’s“Project” re-assessed: preface to contem-porary cognitive theory and neuropsycho-logy. New York: Basic Books, 1976.Shevrin H.,http://psychcentral.com/news/2012/06/18/neuroscience-study-supports-freuds-view-of-anxiety/40283.htmlWallerstein R. S., “¿Diálogo o ilusión? ¿Ycómo seguimos a partir de aquí?Respuesta a André Green”, enPsicoanálisis APdeBA, Vol. XXVIII, Nº 3,2006.

Nota

1. “T: ¿Considera el psicoanálisis como unarte o una ciencia?K: Tiene componentes de ambos, tieneaspectos que son controlables científica-mente que son pasibles de ser conocidos ycomprendidos, pero siempre en última ins-tancia, la realización del hecho analítico esun hecho artístico, sin duda.”Publicado en www.topia.com.ar

A la hora de pensar laposible complementarie-dad entre neurociencia ypsicoanálisis, Alvanosugiere no subrogar nin-guna de las disciplinasa la otra

El trabajo en los siste-mas complejos deberíaabordarse teniendo encuenta la heterogenei-dad de los mismos

Asociación Psicoanalítica ArgentinaJornada Psiconálisis y Comunidad 2012

““EEll GGrriittoo ccoommoo SSíínnttoommaa yy ccoommoo RReeaall eenn eellPPssiiccooaannáálliissiiss yy llaa SSoocciieeddaadd””

Fecha: 2 de noviembre de 19hs. a 22hs.3 de noviembre de 9 a 19 hs.

Se convoca a la presentación de Trabajos Libres y TalleresFecha límite de entrega: 30/09 - Actividad no Arancelada

Informes: Rodriguez Peña 1674 - APATe.: 4812-3518 / [email protected]

SEMINARIO: DE ANTIEROS A EROSUN RECORRIDO PARA TRABAJAR LOS OBSTÁCULOS EN LA CLÍNICA

Docente: Dr. Enrique CarpinteroSSAABBAADDOOSS DDEE 99..1155 AA 1122..4455 HHSS

11ªª ccllaassee / 25 de agosto. LLooss ffaaccttoorreess ppssiiccooeennttrróóppiiccooss:: Psiquismo temprano: los oríge-nes del sujeto / Modalidades de lo negativo / Lo traumático / Un Caso clínico22ªª CCllaassee / 15 de setiembre. MMaanniiffeessttaacciioonneess ddeell eerroottiissmmoo:: La corposubjetividad: lacuriosa anatomía del alma / Las identificaciones / Amor y erotismo / Un caso clínico33ªª CCllaassee / 13 de octubre. EEll ssíínnttoommaa--ccoossaa ddee llaa ppeerrvveerrssiióónn:: De la ternura a la crueldad/ La negatividad radical: las perversiones / Homosexualidad: una sexualidad diferen-te / Un caso clínico44ªª CCllaassee / 10 de noviembre. DDiissppoossiittiivvooss ppssiiccooaannaallííttiiccooss:: La construcción del espacio-soporte en el tratamiento terapéutico / El cuerpo del terapeuta: contratransferencia-transferencia / De lo negativo a la potencia de ser / Un caso clínico

Organiza la Facultad de Psicología y la Secretaría de Extensión de la UniversidadAtlántida Argentina en conjunto con la revista Contexto Psicológico.

IInnffoorrmmeess ee iinnssccrriippcciióónn AArreennaalleess 22774400Tel. / Fax: 491-5400 / 2475 / 2287

eexxtteennssiioonnmmaarrddeellppllaattaa@@aattllaannttiiddaa..eedduu..aarr // wwwwww..aattllaannttiiddaa..eedduu..aarrRReevviissttaa CCoonntteexxttoo PPssiiccoollooggiiccoo // wwwwww..ccoonntteexxttooppssiiccoollooggiiccoo..ccoommLugar de dictado: Arenales 2740, Mar del Plata

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Si París en los 50, era una fiesta al decirde Hemingway, en los 60 los festejos nohabían acabado. Los asistentes eran elmarxismo, la fenomenología, el estruc-turalismo, el psicoanálisis, encarnadosen miles de manifestantes que transfor-maban el espacio público y privado.Kristeva asistió y dejó huellas en esaconfluencia. Su visita a nuestro país meimpulsa a recorrer parte de las temáti-cas por ella abordadas entre las quepodemos mencionar: la semiótica, elsemanálisis, las problemáticas de géne-ro, sus lecturas sobre Freud, MelanieKlein, Lacan, Sartre, el psicoanálisis, locarnavalesco, la literatura, etc. La hete-rogeneidad de los campos de los que seocupa (filosofía, semiología, literatura,psicoanálisis), el modo en que integraesas pertenencias, así como la amplitudy creatividad de los temas desarrolla-dos, acrecienta la atracción por sus ela-boraciones.Llego a Kristeva a través de la proble-mática del texto y del carnaval. Arriba aParís desde Bulgaria con sus bagajes,entre otros la lingüística y la semiótica.Sus primeros trabajos de fines de los 60como los del libro La semiótica siguenteniendo actualidad en sus elaboracio-nes del presente.Dentro de su extensa trayectoria voy asubrayar tres temáticas de la autora: lasemiótica y el texto, los modelos dellenguaje en Freud y la carnavalizaciónen la cultura.

La semiótica y el texto

Con la semiótica se refiere a la críticadel signo y a la significación de lo pre-lingüístico, preverbal, lo materno, elcuerpo, que se manifiestan entre otrosmodos por las ecolalias de los niños ytambién en el lenguaje poético, dondejunto con el sentido lingüístico estáaquél del ritmo, las entonaciones, lamusicalidad del texto. Se refiere notanto a la función de representaciónsino a la producción de significación enel texto, lo que lleva a un semanálisis,práctica significante a todas las modali-dades del sentido, antes del signo y larepresentación. Permite salir de unracionalismo estrecho y poder entrar enla producción de significación que per-tenece a todo ser humano y que semanifiesta más intensamente donde elracionalismo decae. No se trata de des-calificar estos aspectos del lenguaje sinopoder darle cabida en la línea de la sig-nificación, hecho que lo amplía. Da piepara acercarse a esas poblaciones de losmárgenes que cuestionan el racionalis-mo: niñez, adolescencia, psicosis, pen-samiento poético, antropológico, losmigrantes, los habitantes de la pobreza,etc. Lo semiótico es constituyente delsujeto y de la subjetividad. Permiteestablecer lazos entre el pensar, las emo-ciones, el arte y la cultura.La semiótica abre a su relación con elpensamiento psicoanalítico en cuantoéste “traduce”, le da sentidos a aquelloque no lo tiene previamente, como los

actos fallidos, la gestualidad, la psico-patología de la vida cotidiana, la psico-somática, la corporalidad. El cuerpo dela histérica antes, como ahora el del nar-cisismo salen del repudio y la agresiónpara encontrar significación. Hay una correlación entre lo semióticoy lo simbólico. Este último da pie a laidentidad y al juicio; es posterior a losemiótico, es postedípico, se asocia a lagramática y a la estructura del significa-do, ya que las palabras tienen significa-dos de referencia debido a la estructurasimbólica de la lengua. Sin el plano sim-bólico todo significado sería interferen-cia pero sin lo semiótico todo significa-do sería vacío. La significación requierede la interrelación de lo semiótico y losimbólico.

Por esto la significancia que es la signi-ficación en acto en el presente continuo,aquello que no deja de crear sentidos,más en un mundo donde la “muerte deDios” o el decaer de la figura del padrey la necesidad de la elaboración de suduelo como problemática psicosocial ypolítica es grande e ineludible.Las relaciones que Kristeva estableceentre lo semiótico, como lo preverbal ylo simbólico como lo verbal llevan amodos de coherentización.La semiotica según Saussure es la cien-

cia general de los signos y es másamplia que la lingüística. Umberto Ecocomenta que aquello que Kristeva defi-ne como semiótico es prelingüístico, enlo simbólico está lo lingüístico. EnLacan lo imaginario se aproxima a losemiótico de Kristeva.“La palabra analítica opera con signosque comprenden por lo menos trestipos de representaciones: representa-ciones de palabras (análogas al signifi-cante de la lingüística), representacio-nes de cosas (análogas al significado dela lingüística) y representaciones deafectos (inscripciones psíquicas móvi-les, sometidas a las operaciones de“desplazamiento” y “condensación”del proceso primario, y que denominé“semióticas” por oposición a las repre-sentaciones “simbólicas” propias o con-secutivas del sistema de la lengua). Decir que la significación es una signifi-cancia que comprende estos tres tiposde representaciones no es tan sólo unatentativa de dinamizar dicha nociónmediante la introducción de un sufijoactivo (-ancia), ni de recuperar unapalabra de uso medieval. Se trata deabrir, en y más allá de la escena de lasrepresentaciones lingüísticas, modali-dades de inscripción psíquica que sonprevias o que trascienden el lenguaje, yde esta manera, reencontrar el sentidoetimológico del griego semeion -huella,marca, particularidad. En los comien-zos de la filosofía, antes que nuestromodo de pensamiento se cerrara en elhorizonte de un lenguaje entendidocomo la traducción de una idea, Platón-recordando a los atomistas- habló en elTimeo de una chóra, receptáculo arcaico,móvil, inestable, anterior al Uno, alpadre e incluso a la sílaba, designadometafóricamente como nutricio ymaternal.” (Al comienzo era el amor. Psicoanálisis y fe,Kristeva, Julia, Editorial Gedisa, 1986,Buenos Aires.)En el Diccionario enciclopédico de las cien-cias del lenguaje, Ducrov, O., Todorov, T.,

se afirma: “el texto como no sometido aun centro regulador del sentido el pro-ceso de generación de significación noes único, es plural e infinitamente dife-renciado, es trabajo móvil, concentra-ción de gérmenes en un espacio nocerrado de producción y autodestruc-ción.”Se refiere a una cultura – revuelta en lacontemporaneidad en la que “estamosfrente a dos callejones sin salida: fraca-so de las ideologías de revuelta por unlado, precipitación de la cultura mer-cancía por el otro. De nuestra respuestadepende la posibilidad de la cultura.”(Sentido y sinsentido de la revuelta.Literatura y psicoanálisis, K. J., Eudeba,1998, Bs. As.).Se interroga sobre cuáles son estas posi-bilidades después de las grandes des-trucciones y si estamos en vísperas degrandes transformaciones o es una“baja época”.El arte, la religión, la ciencia y el pensa-miento tienen su lugar en la revuelta.“Me voy a referir a la revuelta en Freuden el que se encuentra la revuelta edípi-ca y por el otro la del retorno de loreprimido. También como modo depensar lo arcaico y lo que está por fueradel tiempo: (zeitlos).” Posiblemente se relacione con aquelloque dice Nietzsche en la segundaintempestiva acerca de la relatividad dela historia como creación y como enfer-medad. Poder salir de la presión deltiempo y a su vez poder fluir con él.Crear tiempo.

Tres modelos del lenguaje en Freud,según Kristeva

El primer modelo tiene que ver con lostrabajos de Freud sobre “Las Afasias” ycon el “Proyecto de una Psicología paraNeurólogos”. Hay una inadecuaciónentre lo sexual y lo verbal, un desfaseentre lo biológico y lo simbólico. Hayuna asíntota (líneas que no terminan deunirse) entre la representación y la pul-

Kristeva realiza un pasa-je por los tres modelosresaltando el modelo dellenguaje y de la signifi-cancia. Subraya en losmodelos freudianos lano reducción de lo psí-quico al lenguaje y laimplicancia clínica y teórica de esta problemática

Mario BuchbinderMédico PsicoanalistaDirector del Instituto de laMáscara [email protected]

LLaa ppootteenncciiaa ddee llaass iiddeeaass ddee uunnaa aauuttoorraa iinneelluuddiibbllee

Kristeva,temáticas y revueltas

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guaje y de la significancia. Subraya enlos modelos freudianos la no reducciónde lo psíquico al lenguaje y la implican-cia clínica y teórica de esta problemáti-ca. Kristeva, el Carnaval y trabajo enlugares simultáneos

Sus elaboraciones acerca del carnaval(las desarrolla a partir de Bajtin) permi-ten salir de una lógica determinísticapara pasar a una lógica poética.Quisiera incorporar aquí las considera-ciones que la autora realiza sobre laestructura carnavalesca, lo monológicoy lo dialógico, la lógica 0-1 y 0-2, lo poé-tico. Define la estructura carnavalescacomo aquélla en la que se rompe ladiferencia actor-espectador, escenario-platea. No hay una rampa sino que estepasaje autor-espectador-lector se da decontinuo, quien actúa va creando supropio drama, en el que la vida y lamuerte son sobrepasadas. Lo ciertopuede ser falso y viceversa, y el enten-dimiento del acontecer no puede reali-zarse a través de una lógica binaria,donde en un polo estaría la afirmación(el 0) y en el otro la ley, la definición, loprohibido, Dios (el 1). Es necesaria otralógica, una que pueda superar, trans-gredir ese 0 y 1, y en la que por encimade una estrecha causalidad-sustanciali-dad puedan privilegiarse las relacionesde analogía, las relaciones simbólicas.Se entra en una lógica poética -que nose refiere sólo a la poesía- que la graficacomo 0-2, sobrepasando la binariedaddel 0-1. Kristeva considera el discurso monoló-gico como el que está contenido en lalógica 0-1 y el dialógico en la otra.

Sesión de análisis y estructura carnavalesca

Estas conceptualizaciones posibilitanlos sentidos en cuanto a la polifonía enuna sesión analítica individual o vincu-lar (con varios integrantes). Podemosdecir que aquello de lo caótico, lodesordenado en la sesión, cobra unaperspectiva diferente. No es lo que

debe desecharse sino todo lo contrario,es la productividad de lo inconscienteque escribe desde la identidad del“autor” y de su anonimatoLa estructura carnavalesca abre a lasmáscaras de la subjetividad, las que nopueden dejar de leerse so pena de que-darse en el “como si” del acontecer delsujeto.¿Es el caos? Lo es y no lo es. Lo es en elsentido de una determinada lógica. Nolo es al poder pasar a la lógica 0-2. Esteenfoque es el que habilita al juego conel lenguaje, con la representación y conla no representación. También permiteentender que muchas veces la búsque-da de la causa, la escena traumática, esla búsqueda de una esencia, Dios, quelo explique todo. En cambio, el juegocarnavalesco tiene en sí el “doblejuego”, en el que el lenguaje se parodiay relativiza repudiando su papel derepresentación sin llegar empero a des-prenderse de él. Aparece un interrogante: ¿dónde esta-ría el entendimiento, la significación?Creo que más que un significado pre-viamente definido, hay una producciónde significación. En el trabajo clínico seintenta generar ese doble espacio: el dela parodia y el de la aceptación del len-guaje como representación. Permitedes-sujetarse de lo repetitivo del juego,de la sobredeterminación de la historiafamiliar y social, y por otro lado com-prenderlo. Juana cuenta que se sintió atraída porOsvaldo, por Pedro y por Antonio.Luego de relatarlo emite un suspiroprolongado que le lleva a abrir otro diá-logo silencioso con el analista, que con-tiene una posible interpretación. Losemiótico, jugado en el tono del relato yen ese suspiro, se incorpora al surgi-miento de ese otro diálogo, otra pro-ducción de significación que le permiteresolver esas atracciones múltiples.El devenir de la textualidad generóotras posibilidades que se revelaron enla oportunidad del diálogo.Este abordaje ubica la interpretacióncomo creación de verdad, como unamáscara significativa en el juego demáscaras. Ubica el acontecer de lasesión como una intertextualidaddonde puedan incorporarse lo semióti-co y lo simbólico.“El inconsciente aparece como subya-cente a la estructura carnavalesca. Essacado a la luz por ésta.” Como toda situación psicosocial, laestructura carnavalesca es un lugar deentrecruzamiento de leyes que tienenque ver con lo psíquico (estructura delsujeto), lo grupal, lo social. Estaríadando cuenta de lazos a nivel de lasrelaciones interpersonales, a una deter-minada productividad psicosocialpuesta en escena.Me propuse tratar estas tres temáticasque interrelacionan las problemáticasdel texto la representación, la construc-ción de verdad, con lo carnavalesco, lasubjetividad, la textualidad del incons-ciente y del psicoanálisis.

Bibliografía

Kristeva, Julia, Sentido y sinsentido de larevuelta. Literatura y psicoanálisis,Eudeba, 1998, Bs. As. En el comienzo era el amor...(Psicoanálisis y fe), editorial Gedisa,Buenos Aires, 1986.La Semiótica, Editorial Fundamentos,Madrid , 1981Kristeva, J. y otros, El trabajo de la metá-fora, Gedisa, Barcelona, 1985.

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Hace poco más de un año publiqué enestas páginas el artículo “Ley Nacionalde Salud Mental: ¿Qué EstamosDiscutiendo?”(Revista Topía Nº 61 deAbril 2011) donde -en el cuadro de undebate que se venía desarrollando en laRevista, inclusive previamente a laaprobación en noviembre del 2010 de laLey 26.657-1, me permití advertir lasconsecuencias “no deseadas” en la apli-cación de la misma, en particular pre-tendiendo anticipar una particular“interpretación de la letra” por parte delas autoridades estatales (GobiernoNacional, gobernaciones provinciales yCiudad de Buenos Aires), para valersedel nuevo marco legal a la hora de lle-var a cabo distintas medidas en elcampo de la salud mental.

Contrariamente a correr el riesgo deuna eventual y futura instancia de“esterilidad” en la aplicación de la Ley(que la misma se constituya como “letramuerta” para desenvolver las pretendi-das transformaciones), intenté caracte-rizar el probable agravamiento en lasdegradadas condiciones sanitarias einstitucionales (particularmente hospi-talaria) del sector público por la propiaaplicación de la Ley 26.657, teniendo encuenta que la tendencia en -por lomenos- la última década por parte delos Estados capitalistas (tanto “neolibe-rales” como “progresistas”) se orienta avaciar las estructuras hospitalarias yposteriormente proceder a la “terceriza-ción” de los ansiados dispositivos alter-nativos de Salud Mental al “gatillofácil” del fármaco, a través de reinter-naciones psiquiátricas en el sector pri-vado, como así también en el llamado“tercer sector” (Asociaciones Civiles,ONGs, etc.). Si bien era de esperar que mi posiciónme valiera algunas críticas de colegas yreferentes en Salud Mental destacandouna presunta funcionalidad -“involun-taria” felizmente aclarada por ellos mis-mos- de mi parte con la llamada “cor-poración médico hegemónica”, tambiénme permití valerme del desarrollo delos acontecimientos históricos -encua-drados en una crisis capitalista mundialcasi sin precedentes, y su repercusiónen las políticas de Estado, en este casoen Salud Mental- para sacar conclusio-nes a futuro. Ahora, “el futuro llegó…hace rato”.A más de un año del debate planteado,el matutino Página/12 publica en suedición del domingo 20 de Mayo, lanota “Detrás de los Muros” de EmilioRuchansky, la cual se encarga de desta-car los supuestos primeros efectos posi-tivos en relación a la aplicación de laLey; la misma, a partir de algunos datosepidemiológicos, sostiene casi inequí-vocamente que a partir de la revisión decasos por parte de una Unidad de SaludMental de la Defensoría General de laNación -concretamente internaciones

sión, en todo caso la representación y lapalabra no alcanzan, para poder daralgún sentido, a esto que ocurre en lapulsión.En el segundo modelo con “La interpre-tación de los sueños” en 1905, modificala concepción clásica del lenguaje. Es elrelato y no los signos o la sintaxis lo quepermite que tenga lugar esta revolu-ción, es un lugar “de éxito” en el relatoque da sentido, a eso incognoscible deun sujeto, articula lo inconsciente con loconsciente a través del lenguaje. El len-guaje es preconciente, tiene un funda-mento biológico y una superficie men-tal. La pulsión como los procesos pri-marios son irreductibles a los procesossecundarios aunque padezcan su domi-nación.

En el tercer modelo con “Totem yTabú”, “Introducción al narcisismo”,“Duelo y Melancolía”, “Más allá delPrincipio del Placer”, afloran las situa-ciones repetitivas (emerge la pulsión demuerte), el mito del asesinato del padrepor la horda primitiva, los hechos quese repiten y que no terminan de tenerexplicación posible. Define actos irre-presentables (coito y asesinato son susprototipos) constituyen traumas versusrepresentaciones estructurantes poridentificación con el padre.Mediante la comida totémica los her-manos contrajeron un pacto simbólicoformando un conjunto, una cultura. Seproduce un salto cualitativo.Autoerotismo, narcisismo, fase edípicase escalonan en la vida del sujeto, “hue-llas mnémicas (restos de palabras) +percepciones + pulsiones es lo que el yorescata a través de las palabras.(“Proceso de la significancia”).Kristeva realiza un pasaje por los tresmodelos resaltando el modelo del len-

El arte, la religión, laciencia y el pensamientotienen su lugar en larevuelta

La Salud Mental en sintonía finaLa tercerización en el campo de la Salud Mental

Hernán ScorofitzIntegrante de APEL (AsociaciónPsicólogos En Lucha)[email protected].

El principal muro aderribar es el que selevanta por “detrás” delmanicomio y por “delan-te” de la sociedad

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psiquiátricas involuntarias en losHospitales Borda, Moyano, Alvear,Piñero y Alvarez-, “de 1700 pacientesanalizados, el 75 por ciento fue externa-do, derivado a lugares intermedios ofue aceptada su internación volunta-ria”. Sin embargo, en ninguna parte delartículo, se aclara concretamente a quése refieren con “lugares intermedios”.Problema para nada menor, por lomenos para quien suscribe estas líneas.

Los “dispositivos alternativos”…¡QUÉ DIGAN DONDE ESTÁN!

A riesgo de no equivocarnos y hablarde “lo mismo”, los “lugares interme-dios” destacados tan vagamente en“Detrás de los Muros” aparecen como“dispositivos alternativos” en elArtículo 27 de la Ley 26.657, el cualinsta a una sustitución definitiva de “…manicomios, neuropsiquiátricos o insti-tuciones de internación monovalentes,públicos o privados”. El denominadorcomún del artículo de Página/12 comodel artículo mencionado de la Ley26.657 resulta ser, además, que en nin-guno de los dos se aclara cuál de los tressubsectores del sistema de salud deberágarantizar el cumplimiento de las acti-vidades de los “dispositivos alternati-vos”, en el pretendido proceso de“desinstitucionalización” de la atenciónen Salud Mental de la población pade-ciente.El curioso olvido no resulta tan curiososi nos adentramos a realizar un estudiopormenorizado sobre las políticaspúblicas en Salud Mental desarrolladasde conjunto, al menos, en nuestro paísdurante los últimos 20 años: la reduc-ción progresiva de camas de interna-ción en hospitales monovalentes desalud mental como parte de una políti-ca gradual de desmantelamiento hospi-talario en el sector público, muchasveces presentada triunfalmente ensociedad como la consumación fácticaen la transformación “desmanicomiali-zadora” en nuestro país.No casualmente el otrora DirectorNacional de Salud Mental y Adicciones,el Lic. Yago Di Nella -“renunciado” ensu cargo pocas semanas después de lareasunción en diciembre del 2011 de laPresidenta Cristina Fernández deKirchner por el desembarco de la “trou-pe” de la Ministra de Desarrollo Social,

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Alicia Kirchner en la Dirección mencio-nada, hecho que fue cuidadosamenteocultado- nos anunciaba festivamenteen Julio del 2011 un presunto éxito enlos primeros pasos de “su desmanico-mialización” en las provincias a partirde “… la reducción de 1.551 camas enlos hospitales monovalentes (“manico-mios” según se encarga él mismo dehomologar), lo cual significa una reduc-ción del 14,8%; 323 camas más en hos-pitales polivalentes, que refleja unaumento del 37,7 % y 377 camas más endispositivos comunitarios, con el nota-ble incremento del 82%”2.Nuevamente, al momento de indagarsobre la incumbencia de los tres subsec-tores de salud en relación a los disposi-tivos comunitarios que se refería DiNella, emerge la ausencia en lo que serefiere al sector público, como así tam-bién si el supuesto aumento de camasen hospitales generales se correspondea la apertura de nuevos sectores deinternaciones psiquiátricas “breves”.

La Sintonía Fina en Salud Mental

Así las cosas, de lo que por lo menoshasta ahora estamos seguros, es que loque se intenta presentar como la consu-mación fehaciente de la transformación“desmanicomializadora” desde elGobierno Nacional, no es más que un“bluff”: el achicamiento de las llamadas“instituciones cerradas” -y públicas-(los “manicomios, neuropsiquiátricos oinstituciones de internación monova-lentes”, así catalogados por la Ley26.657, la cual llama a cerrarlos “progre-sivamente”) no es más que un gradual yexcepcional traspaso de recursos públi-cos a cuenta gotas y en tres cuotas “coninterés”: Primera cuota, vaciamiento y achica-miento del hospital -monovalente-público a través de reducción de nom-bramientos y designaciones de profe-sionales y técnicos hospitalarios ycamas de internación -pacientes-, comoplus; segunda cuota, “externaciones”traducidas a traslados a clínicas priva-das; y tercera y última cuota, la terceri-zación estatal de los mentados “disposi-tivos alternativos”, preventivos (nivelprimario) y “curativos” y de “reducciónde daños” (nivel secundario y terciario)en el llamado “tercer sector” (asociacio-nes civiles, ONGs, Fundaciones, comu-nidades terapéuticas, etc.) sostenidoscon subsidiado estatales. A esta altura,alguien podría acudir al poco solemnerefranero popular y afirmar que “nosorinan y dicen que llueve”. Si seguimos afinando la mira, constata-mos que bajo la genuina bandera de laansiada “desmanicomialización” y lapromoción de “efectores comunitarios”,el Gobierno Nacional (y muchas admi-nistraciones provinciales, incluida lapropia administración “neoliberal” enla Ciudad de Buenos Aires) terminaabriendo un nuevo mercado; al históri-co y multimillonario negociado de la“medicalización” (a favor de los pulposfarmacéuticos y las corporacionesmédicas), se instala como nuevo oferen-te los dispositivos subsidiados deONGs y Asociaciones Civiles que ofi-cian como tercerizadas del sector públi-co, plagado de profesionales de distin-tas disciplinas en su gran mayoría pre-carizados (monotributistas, etc.) e inclu-sive engrosando los equipos interdisci-plinarios con “efectores comunitarios”sin retribución alguna.

Teniendo en cuenta que la nueva Ley deSalud Mental -al igual que, por ejemplola nueva Ley de Medios Audiovisuales-muchas veces es presentada por secto-res oficialistas como un “paso adelante”en la “batalla cultural” kirchnerista(perdón Gramsci), en este caso en labuscada no estigmatización del “loco”,lo único que hasta ahora reluce es laaplicación de la vociferada “sintoníafina” de la Presidenta CristinaFernández de Kirchner (medidas deautoajuste para paliar los efectos de lacrisis mundial) en las políticas de SaludMental: tercerización y traspaso derecursos estatales y “dispositivos alter-nativos” a sectores no públicos, presen-tados para la ocasión por el artículo dePágina/12 como “lugares intermedios”.

Dispositivos Condenados: o la Cooptación Estatal o la Extinción

Si algo verificamos que abunda es laescasez de los pretendidos dispositivosalternativos (Casas de Medio Camino,Talleres Protegidos, Residencias,Hospitales de Día y Noche, etc.) comopolíticas de Estado, y curiosamente enun Gobierno que no se cansa de lanzaranuncios rimbombantes en la obrapública (que muchas veces mueren enel olvido sin pena ni gloria). El destinoa veces parece preanunciado. Y sino queel propio “renunciado” Di Nella vengaa poner un dejo de sinceridad. En sucarta pública de “renuncia”, en diciem-bre del 2011, sin perder la esperanza -adiferencia de su cargo de funcionario-afirma “… Seguiremos en el caminode un país con ‘INCLUSIÓN MEN-TAL’ para todos y todas, más allá dellugar que nos toque ocupar… y ahoraque tendremos más tiempos, haremoslo que venimos postergando en estosmeses, desde donde estemos” (lasnegritas son mías).El “tiempo y espacio” del literal “Desdedonde estemos” de quien fuera el pri-mer Director Nacional de Salud Mentaldel “Proyecto” termina por aterrizar,meses después a la “renuncia”, en laONG… “INCLUSIÓN MENTAL”.Quien se tome el trabajo de ingresar asu Portal Web, constatará lo elocuentede su función como “carta de presenta-ción”… de “dispositivos alternativos”,claro está: “Pero no alcanza con la leysolamente. Al trabajo realizado desdeel Estado para hacer efectivas las accio-nes que conllevan a su cumplimiento,es necesario seguir desplegando concreatividad, instancias de capacitación,intercambio, asistencia técnica e inves-tigación, que posibiliten multiplicardispositivos e iniciativas que consoli-den su filosofía, dando cuenta de lasprácticas”. El lector podrá sacar sinmayores dificultades sus conclusionessobre “la oferta de temporada” que laONG “Inclusión Mental” de Di Nella(como muchas otras) le propone alEstado -luego de haber desarrollado sufunción pública de funcionario- “parahacer efectivas las acciones que conlle-van al cumplimiento” de la Ley, ya quecon ella misma “no alcanza”. Clarísimo.Lo que aparece en el horizonte deAsociaciones Civiles u ONGs en SaludMental resulta ser un camino bifurcadoen dos destinos: la cooptación estatal(para garantizar los ingresos por subsi-dios) o la desaparición. En las antípo-das, somos testigos como en la actuali-dad de un “dispositivo alternativo” al“manicomio”, con una probadísima tra-

La Salud Mental en ssiinnttoonnííaa ffiinnaayectoria que resultó hacer escuela hastael día de hoy a nivel mundial, inclusivedetrás y delante de “los muros”, seencuentra en una situación de peligrode continuidad: Radio La Colifata. Conmás de dos décadas de vastísima yriquísima experiencia, los avatares delas políticas de diversas administracio-nes municipales y nacionales, han con-denado a “La Colifata” al casi ostracis-mo por la interrupción de la pautapublicitaria por parte del Gobierno dela Ciudad, sumado al recorte de fondosque anteriormente recibía por parte defundaciones europeas -consecuencia dela crisis capitalista-. Cuadro por demáscomplicado, muy a pesar que los refe-rentes y fundadores de “La Colifata” sehayan pronunciado en cuanta oportuni-dad se presentó como adherentes a lanueva Ley de Medios Audiovisuales…y a la Ley Nacional de Salud Mental.El fenómeno que se pretende advertirhace años que viene desarrollándosecon fuerza en relación a los “dispositi-vos alternativos” para el tratamiento deadicciones, particularmente en las pro-vincias pioneras en leyes “desmanico-mializadoras”, como el caso de RíoNegro (cuya aprobación de su Ley deSalud Mental 2440 ya tiene más de 20años). Ya en el año 2008, la otroraDirectora Provincial de Salud Mental,Diana Jerez, una defensora “a capa yespada” de la ley provincial, reconocíael modus operandis para pacientes “adic-tos”: “Se lo interna, como se interna a1.450 personas anuales por un prome-dio de 11 días. Sólo un 15 por cientorecae. Luego se plantea la estrategia aseguir. En caso de adicciones haycomunidades terapéuticas que son pri-vadas o de ONGs. La Provincia ha deri-vado siete pacientes en seis meses aAsumir en Bariloche y a Transitar enCipolletti…”3.

En el panorama planteado, se corre elpeligro de terminar siendo funcionales -involuntariamente, claro está- a intere-ses absolutamente ajenos a la pretendi-da transformación de la Salud Mental,si se pretende trazar una línea de conti-nuidad entre la Ley 26.657 con la legen-daria Ley 180 de Franco Basaglia: mien-tras que la sanción en 1978 de esta últi-ma estuvo precedida por el desarrollodentro del sector público de los CSM -Centros de Salud Mental Comunitarios-,residencias, apertura de áreas psiquiá-tricas en hospitales generales-, en nues-tro país verificamos el caso contrario.La Ley 26.657 marcha de la mano -demanera cada vez más aguda- con elvaciamiento hospitalario (monovalentey polivalente) con el consiguiente pro-ceso de tercerización de la atenciónpública en Salud Mental. Un cuadroque se encuentra en las antípodas deuna política universalista que abra unainstancia hacia la socialización de lasalud.

Delante de Los Muros

Así las cosas, algo se presenta como unpunto en común entre las fuerzas “pro-gresistas” de “El Modelo” con sussupuestos opuestos “neoliberales”:Tanto Mauricio Macri en su anuncio dePlan de Salud Mental 2008 -felizmente

La tercerización en el campo de la Salud Mental

Si algo verificamos queabunda es la escasez delos pretendidos disposi-tivos alternativos comopolíticas de Estado

haroldomeyer.blogspot.com.ar

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abortado por la férrea oposición de tra-bajadores y usuarios- como la propiaPresidenta Cristina Fernández deKirchner -en la presentación del Plan deSeguridad Cinturón Sur en junio del2011- se hayan pronunciado, cada unodesde su trinchera, por el cierre de losHospitales Borda y Moyano.Un simple trabajo de navegación por laWeb que implique solamente ingresaral portal Web de la Dirección Nacionalde Salud Mental y Adicciones puedeconllevar a una suerte de confusión: unbombardeo de imágenes con niñoscarenciados de barrios humildes son-riendo “para la foto” como parte de unpretendido “dispositivo alternativo”que tranquilamente podría correspon-derse con la propagandización de unmovimiento asistencial o “territorial”,junto al lugar destacado a algunas“redes” de asociaciones del “tercer sec-tor”: entrando también al portal Web deLa RED nacional FUV (Red deFamiliares, Usuarios y Voluntarios porla salud mental) -dispositivo destacadopor la Dirección Nacional de SaludMental y Adicciones-, nos encontramoscon un pilar de su “oferta”: “…Incorporación institucional y reconoci-miento económico de recursos huma-nos no profesionales: usuarios, fami-liares, promotores de salud, líderessociales, voluntariados, acompañantescomunitarios, etc.”4 Nada para extra-ñarse a esta altura, cuando durante el2011 la Dirección Nacional de SaludMental llamó a concurso a ONGs con elobjetivo de desarrollar las llamadas“empresas sociales” como “dispositivosalternativos” o preventivos en SaludMental.Toda reforma que pretenda modificarlas condiciones de vida de un sujetosocial (padeciente en el campo de laSalud Mental, o no) está expuesta aperecer en los marcos de su propio régi-men histórico. En los últimos años, conel agravamiento de la debacle económi-ca en Europa, en Trieste y muchos hos-pitales del norte “rico” de la Italia cadavez más pobre, se ha incrementado la“medicalización” en los ServiciosHospitalarios y Comunitarios y privati-zado diversos dispositivos de rehabili-tación.5 Mientras, al momento de escri-bir estas líneas, los principales mediosdel mundo han dado cuenta en los últi-mos días que Italia se encuentra prime-ra en la lista a la hora de suceder aGrecia y España en lo que se refiere aseverísimas medidas de ajuste y recor-tes sociales y en salud pública.¿Qué puede deparar el destino de nues-tro país en el campo de la SaludPública? El desarrollo desigual y combi-nado de la crisis mundial que ya haarribado a estas pampas, junto a la agu-

dización de la llamada “sintonía fina”,hace caer el velo para que se encuentreen la principal agenda del Estado laposibilidad de desdoblar el pago desalarios y hasta emitir las tristementecélebres “cuasi-monedas”. Bajo estascondiciones, difícilmente el más opti-mista pueda ilusionarse con, por ejem-plo, la construcción de “lugares inter-medios” como parte de una red públicasanitaria en el campo de la SaludMental, tanto en las provincias argenti-nas como en su Ciudad capital. Eso sí, sise trata de avanzar en la reducción de lainfraestructura hospitalaria, aún pre-sentada con los “des” que sean necesa-rios para la ocasión (“des-centraliza-ción”, “des-institucionalización” einclusive “des-manicomialización”), anadie le tiembla el pulso.

El principal muro a derribar es el que selevanta por “detrás” del manicomio ypor “delante” de la sociedad: un régi-men social que en un mundo convulsio-nado por derrumbes y movilizacionesemana un hediondo tufillo y coloca enla agenda de necesidades fundamenta-les, el carácter indisociable que conllevacualquier genuina y honesta iniciativade “reforma” en el campo de la saludmental con una perspectiva de transfor-mación histórica radical, única garantede perdurabilidad en las “reformas”pretéritas y futuras, en estos tiempos decrisis inéditas y revoluciones por venir.

Notas

1. Se sugiere el artículo “El Derecho a laSalud” de Enrique Carpintero, RevistaTopía Nº 612. Boletín Dirección Nacional de SaludMental y Adicciones, Julio 20113. Río Negro Online, 02/07/084. http://www.redfuv.org.ar/objetivos.php5. Ver el artículo “La Reforma Psiquiátricahoy día en Trieste e Italia” de PasqualeEvaristo, Departamento de Salud Mentalde Trieste

Durante el 2011 laDirección Nacional deSalud Mental llamó aconcurso a ONGs con elobjetivo de desarrollarlas llamadas “empresassociales” como “dispo-sitivos alternativos” opreventivos en SaludMental

DECLARACIÓN DE LA MESA PERMANENTE INTERSECTORIAL DE SALUD MENTAL

A medida que avanza la gestión delactual gobierno de la CiudadAutónoma de Buenos Aires, se profun-diza a un nivel de suma gravedad, eldeterioro del conjunto de los efectoresde atención de la salud y salud mentaldel subsector estatal. A este deterioroque en líneas generales, involucra el cie-rre de servicios, la falta de insumos, lacarencia de mantenimiento de la infra-estructura y la oposición al nombra-miento de profesionales y trabajadorespara áreas críticas de la atención, sesuma el incumplimiento de los linea-mientos establecidos por laConstitución de la Ciudad, la LeyBásica de Salud N°153 y la Ley de SaludMental N°448.

Llamativamente, al accionar de los fun-cionarios del gobierno avasallando lasalud pública, se suma el silencio cóm-plice de la dirigencia de la Asociaciónde Médicos Municipales (AMM), quesugestivamente ha suscripto junto aotras entidades gremiales, un acuerdocon el gobierno, para que éste puedaavanzar sin oposiciones en la construc-ción del “Nuevo DistritoGubernamental” (antes “Centro Cívico)en terrenos del Hospital Borda - quedicho sea de paso, continúa con gravesfalencias, como es la que indignamentesufren los pacientes internados por lafalta de suministro de gas desde hacemás de un año-.

Hoy cabe considerar a este “entendi-miento” como un virtual cogobiernodel área de Salud, que queda explícitoen el dominio e injerencia que la AMMejerce, desde el momento que lograimponer a gran parte de los funciona-rios de gobierno. Como contrapartida,observamos el desconocimiento eincumplimiento de las leyes, no hacién-dose cargo así, de la necesaria transfor-mación de un modelo anacrónico queconsecuentemente termina afectando ala población que se asiste.

Particularmente en Salud Mental y enlos últimos años, resulta lamentable laseguidilla de funcionarios impuestos enel cargo de Director General de SaludMental (máxima instancia jerárquicadel área), en cuanto que todos dedica-ron su gestión al objetivo premeditadopor un cierto sector minoritario de lamedicina y pretendidamente “hegemó-nico”: no dejar que se implementen lastransformaciones que desde los crite-rios de la interdisciplina e intersecto-rialidad, tanto la Ley 448 de la Ciudadcomo la Ley Nacional de Salud MentalN°26.657 establecen muy claramente.En el presente, la funcionaria a cargo,reitera y magnifica la situación, al nofuncionalizar los efectores y dispositi-vos previstos por la ley. En cambio, sí sededica a desarticular los existentes, talcomo está aconteciendo con elPrograma de Asistencia Comunitariapara niñas, niños y adolescentes contrastornos mentales severos (PAC).También la funcionaria, y a nuevemeses de su gestión, demuestra suindiferencia por las leyes vigentes, yaque a la fecha no ha convocado a nin-guna reunión del Consejo General deSalud Mental - instancia de asesora-miento para la autoridad del área e inte-grado por representantes de: efectoresdel sector estatal, asociaciones gremia-les y profesionales, instituciones de for-mación, la Legislatura y la Justicia-. Más allá de toda legalidad, resulta para-dójico que tratándose de la Salud

Mental, alguien se niegue a escuchar.

A doce años de la sanción de la Ley 448,cabe preguntarse: ¿cómo resulta posibleque se designen funcionarios, que sinpudor y públicamente, se manifiestancontrarios a los lineamientos estableci-dos por las normas legales que rigen ennuestro distrito y el país, y que estánobligados a cumplir?

Por último, hacer mención de otra repu-diable consecuencia de este anuda-miento gubernamental-corporativo, yque refiere al total desconocimiento quese hace respecto del llamado a concur-sos abiertos para cubrir cargos de con-ducción en los efectores públicos estata-les, tal como lo establece la Ley Básicade Salud N°153. Muy a pesar de queesta ley está vigente desde el año 1999,persiste la variable histórica de nom-brar a los directores de los hospitalesmediante metodologías que sin dudas,contradicen los lineamientos legales.También con este accionar arbitrario,direccionado desde la AMM y el gobier-no, en el marco de la Salud Mental haposibilitado el desplazamiento de algu-nos directores de hospitales, por el sólohecho de trabajar en concordancia conlos postulados de la leyes de salud men-tal.Esta reprobable actitud corporativa,que bajo supuesta defensa de intereses,en realidad encubren el sostenimientode retrógrados privilegios, en el presen-te se desplazará hacia otros efectores desalud mental, como el caso del HospitalCarolina Tobar García, que por jubila-ción de su actual director, habrá de ini-ciarse un proceso de reemplazo y en elcual debe asegurarse y respetarse elderecho de todos los profesionales delas diferentes disciplinas, a presentarsea un concurso abierto, tal como lo esta-blecen las leyes vigentes.La Mesa Permanente Intersectorial deSalud Mental, acorde a sus principios,denuncia este estado de situación yexige a las autoridades del gobierno dela Ciudad, a cumplir sin límites contodos los lineamientos legales vigentes,que no son otra cosa que la transforma-ción y democratización de un sistemade salud y salud mental digno y eficaz,tanto para la población que se asiste,como para los profesionales y trabaja-dores que en él desarrollan su labor.Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 4de julio de 2012

MESA PERMANENTE INTERSECTO-RIAL DE SALUD MENTAL:Asociación Argentina de Salud Mental(AASM) – Foro de Instituciones deProfesionales de Salud Mental –Asociación de Profesionales delHospital Alvear – Asociación deProfesionales del Hospital Alvarez –Colectivo 448 de Salud Mental –Asociación de Profesionales del Centrode Salud Mental N°3 “Ameghino”-Cátedra Libre de Salud y DerechosHumanos Fac. de Medicina –Asociación de Psicólogos del Gobiernode la Ciudad Autónoma de Bs. As.(APGCABA)– Frente de Artistas delBorda – Red Argentina de Arte y SaludMental – Asociación de Psicólogos deBs. As. (APBA) - Dip. Jorge Selser –Dip. Maria Elena Naddeo – Dip.Susana Rinaldi – Dip. Gabriela Alegre– Dip. Virginia Gonzalez Gass – ForoPermanente de Niñez, Adolescencia yFamilia (UPMPM)-

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En una de las ya clásicas historietas deMafalda, Miguelito -un soñador empe-dernido- le solicita a Mafalda que leregale un papelito. La niña, solidaria, leentrega uno mientras le consulta si leviene bien. El muchachito la miradecepcionado y le responde que no, quequiere uno de esos papelitos que sirvenpara comprar cosas. Mafalda, que hacelas veces de adulta o más grande, leaclara el asunto: “Eso se llama plata yno un papelito”. La tira tiene varias lecturas, como tantasotras de la recordada serie realizada porQuino. Es eso lo que la hace atractivapara lo que nos interesa tratar.Empezaremos por decir que el niñoespera un billete, lo que se denomina enlenguaje serio: papel moneda de cursolegal, que le permita comprar sin adul-tos que intermedien su acceso al consu-mo. Por aquel entonces debía, parasatisfacer sus deseos, salir a la calle,trasladarse hacia el kiosco de golosinascercano, a la calesita de la plaza o a lajuguetería del barrio. Podríamos decir que Miguelito acabade comprender claramente la lógica deldinero y su relación con los bienes deconsumo, obvio que necesita terminarde procesar el asunto. Debe establecerla diferencia simbólica entre papelitosque sólo son papelitos para escribir odibujar, por ejemplo, y aquéllos que sonpapel dinero. En eso colabora su inteli-gente amiga que le pone nombre, ladenomina enfáticamente “plata” y lehace notar la diferencia con cualquierotro tipo de papelito.Miguelito pide dinero y apoyo -enforma indirecta- para terminar de com-prender, desde su mirada infantil, que

hay una supremacía del dinero, dirá:“esos papelitos que sirven para com-prar cosas”, con respecto al resto de losotros papelitos y, lo más importante,con relación a los bienes que le intere-sa obtener. La realidad le reafirma, por vía de suamiga más grande, que para consumirhay un único y exclusivo elemento quelo permite: lo que él llama un papelitoque sirve para comprar cosas -es intere-sante que todo comience con el diminu-tivo- es decir que se menciona, al dine-ro o billete, como papelito (que intentaremarcar lo diminuto del billete y loenorme de su poder). Así el niño puedeterminar de soldar simbólicamente laenorme importancia del papel moneda,ver cómo prima sobre el conjuntodiverso y enorme de los distintos tiposde papelitos y, lo más importante, queese “papelito - plata” reina por encimade todos los bienes materiales. Es unimportante proceso de abstracción paraMiguelito, en este caso y para todos losniños, entender que los bienes solo sepueden obtener si se tiene dinero.Miguelito comprende que la autonomíaen la posesión y uso del dinero lo des-prende de la tutela familiar. Percibe queel dinero es el bien por excelencia, lallave que permite todos los bienes, esdecir, que el mismo está en la parte másalta de la pirámide. Claro que al nosaber cómo proveerse del dinerodemuestra que es un niño; como talrequiere que alguien lo abastezca de losansiados billetes. Lejos está Miguelito de establecer lasconsecuencias sociales y subjetivas deesta primacía del dinero y que, en esesupuesto consumo autónomo, estáinserta toda la lógica de mercado quepromueve que los niños no abandonenla voracidad de los primeros tiemposevolutivos. Los insta a que se incorpo-ren a la sociedad como voraces consu-midores lo más rápido posible (y cuan-

to más compulsivos mejor). Es decir lacultura del capitalismo trata de lograrque los niños tengan la supuesta nece-sidad de consumir como única manerade estar o ser en el mundo. No hay másque mirar cómo la televisión publicita eimpone juguetes y modas infantiles.

El dinero tecnológico y los niños

Karl Marx planteaba que el dinero esel Dios de las mercancías porque lasrepresenta a todas. Nos señaló que susupremacía lo erige o lo convierte enel fetiche de la felicidad. No solo estosino que en su fuente está o abreva laposibilidad de todos los placeres y dela avaricia. Mostró cómo el dinero nopuede, en la lógica capitalista, sopor-tar otra cosa superior a él mismo. Nosreveló cómo, en la historia de la econo-mía mundial, el dinero se ha ido modi-ficando incesantemente y siempre en lamisma dirección: cada vez hacia formasmás abstractas. Hoy estamos viendoque ese grado de abstracción sube otropeldaño, acorde con el predominio delcapital financiero globalizado.No debemos olvidar que la lógica capi-talista está centrada en el consumo ypor eso trata de no dejar ningún sectoro aspecto de la vida sin comercializar,se trata siempre de apuntalar y promo-ver el mercado. Por eso allí donde nohay un mercado va, por vía de su mar-keting descubridor de nichos económi-cos, a construirlo. Inventa objetos queluego intenta que se constituyan ennecesidades imprescindibles para lossujetos, es decir, inventa consumidores.El nicho económico de cómo hacer delos niños consumidores seriales es unmercado importante, cada vez másamplio y está en permanente evolución.No hay más que mirar la publicidadtelevisiva y sacar el porcentaje sobre eltotal de la misma dedicado a promoverproductos para niños (desconocemos siexisten estudios realizados por investi-

gadores no vinculados al mundoempresarial, no dudamos de que lasagencias de publicidad y sus clienteslos deben realizar. Con la mira puestaen exprimir al máximo el objetivo devender más). Lo cierto es que en la etapa actual delcapitalismo globalizado, con absolutaprimacía del capital financiero y conla evolución de la tecnología de comu-nicación surgen formas del dinero ysu circulación, cada vez más comple-jas y abstractas: pagos por internet,pagos con tarjetas, transferencias ban-carias, etc., que nos hacen perder elrastro de aquellos primitivos pagoscon ganado o sal y nos informa que, enel tipo de sociedad capitalista (socie-dad del espectáculo para Guy Debord)en que vivimos -altamente tecnifica-da- se requiere de un dinero acordecon esta sociedad donde predomina laimagen. El mismo es conocido comodinero electrónico.En esta sociedad el dinero se hace cadavez más invisible como cosa concreta.La circulación del mismo es cada vezmás por vía tecnológica. La revoluciónde las comunicaciones nos indica unnuevo proceso de simbolización y cir-culación del dinero.

Dentro del mismo es necesario que losniños -de esta infancia digital- lo com-prendan rápidamente para insertarloscomo consumidores sin tutela de losadultos. Específicamente, en este artí-culo, centramos nuestra atención en lascompras que realizan los niños pormedio de los denominados celularesinteligentes o smartphones y las varian-tes que de ellos se van a ir derivando. Las empresas como Google, Apple, etc.,han descubierto una ventana paraapropiarse del dinero de bolsillo de loschicos, para ello lograron, por vía deluso de los teléfonos celulares, unaforma autónoma de consumo de losniños que se escapa a las proteccionesde los padres. Veamos cómo ocurrióesto que, seguramente, se expandirápor todo el mundo.En un interesante artículo, “Juegos vir-tuales, dinero real”, del suplementoThe Wall Street Journal Americas, quepublica La Nación -el 18 de junio- los

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El celular de los huevos de oro

César [email protected]

El niño solo, encerradoen su casa o en suIphone supuestamentesin peligros o amenazasa su alrededor se con-vierte en un imperiosoconsumidor

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autores nos indican cómo se despliegauna estrategia de apropiación delmundo de los niños, de cómo este acce-so se produce por vía telefónica con elobjetivo empresarial de ganar dinerovendiéndole juguetes virtuales directa-mente a los niños sin intervención delos padres. La misma ocurre a través delos Iphones e Ipads que las mismas fami-lias proveen a sus hijos. La maniobra parece la misma que ofre-cen, en sus inicios, los casinos virtua-les: al ingresar le proveen al nuevojugador, como bienvenida, un montode dinero para que comience a jugar.En el caso de los niños las empresaslos proveen de atractivos juegos vir-tuales gratis. Si el niño se entusiasmay quiere seguir jugando con “el regalode Papá Noel Apple o Google”, se hatransformado en un ser hipnotizadopara lo que viene. A partir de allícomienza el consumo y el “jueguitoregalado” se convierte en un señuelo.Cuando el chico ha sido fascinado porel juego comienza el negocio, el celularse transforma en una gallina de los hue-vos de oro para las empresas. Allí se ini-cia el negocio para las multinacionalesde la web: cuando el chico ha sido fasci-nado con el juego. Dado que al mismose le agregan aplicaciones que deben sercompradas usando el mismo Iphone (ocualquier otro celular inteligente desimilares características) con que se estárealizando el juego. Al llegar a la etapalímite -por la pericia que el jugador vadesarrollando al jugar- que es regaladapor las empresas, para continuar el niñodebe comprar las aplicaciones que con-tinúan.Producido ese estado de excitación, elimpulso de jugar se transforma en“debo comprar lo que sigue”, es decirun “llame ya” para niños sin adultosque los protejan y razonen con ellossobre la conveniencia de esos gastos. El niño solo, encerrado en su casa o ensu Iphone -no importa donde esté susituación es claramente claustrofílica-supuestamente sin peligros o amenazasa su alrededor se convierte en un impe-rioso consumidor.Así el 60% de los niños entre ocho ydiez años que tienen estos aparatos yaingresó al mundo de las compras ins-tantáneas por vía de los celulares. Deesta manera el niño ya comienza a serun consumidor avezado en el nuevodiseño del dinero -dinero electrónico-que promueve la tecnología de la comu-

nicación. Lejos ha quedado Miguelitocon sus papelitos - plata y la necesidadde salir de su casa para trasladarse alkiosco o la juguetería. Con este avance en el mundo de los jue-gos infantiles, las empresas multinacio-nales funcionan como casinos que pro-mueven que sus clientes infantiles seconviertan en ludópatas. Esta es ladirección que lleva esta concentraciónde aplicaciones de los teléfonos inteli-gentes y es un índice más del incontras-table dominio de lo virtual; concentra-ción que sigue expandiendo la sociedadcapitalista del espectáculo. Para el año2015 las empresas indican que se llega-rá a la friolera de mil millones de estetipo de aparatos vendidos.

Los juguetes reales parecen tener cadavez más corta vida en los juegos de losniños, por vía de los celulares inteligen-tes aparece un mundo que, por ahora,sólo los grandes monopolios conocen yaprovechan con exclusivos interesescomerciales. Todos los que tratamos deentender la infancia deberemos estaratentos a estos procesos y sus conse-cuencias. Corresponde recordar queaquí se anuncia el fin de los papelitos -plata y los niños son -desde muypequeños y cada vez más- seducidospara ser partícipes directos, sin adultosintermediando que puedan poner refle-xión a los impulsos, en el mundo delconsumo directo. Con solo tocar unaimagen con su dedo índice en el celular(recordar que es el mismo objeto con elque se está jugando), transfieren dineropara comprar estos juguetes virtuales.El dicho popular que dice: “a caballoregalado no se le miran los dientes” noes aquí nada pertinente. Son tiempospara estar atentos a todos estos proce-sos porque los mismos requieren nue-vos conceptos para pensar la infancia ysu evolución.

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lándose el corazón), debido a las críticasque recibió en este sentido, en especialdesde los movimientos de mujeres, elautor adaptó la estética de su discurso alas circunstancias, aunque los conteni-dos y fundamentos de todos sus escritoscontinuaron orientados al sentido origi-nal. En 1991, Gardner, publica “Histeriadel Abuso Sexual: las Brujas de Salemvuelven a Visitar los Juzgados”, en elcual describe que “la histeria del abusosexual está omnipresente”, criticando aprofesionales de la salud mental, investi-gadores, fiscales y abogados que inten-tan proteger y defender los derechos dela infancia en este debate. Gardner acusaa algunos fiscales y querellantes de “gra-tificar su propio deseo sexual y tenden-cias sádicas a través de su intervenciónen casos de abuso sexual”, llegando aafirmar que “hay un poco de pedofiliaen cada uno de nosotros”. A través de suutilización, en especial en el ámbito judi-cial, este pretendido síndrome, se fueinstalando entre psicólog*s, abogad*s,perit*s y funcionari*s de la justicia. Suutilización se multiplicó exponencial-mente y obturó toda racionalidad críticaen gran número de profesionales queavalaron y sostuvieron “sin cuestiona-mientos” lo propuesto desde la mente deeste médico. En 1998, la APA, en un artí-culo que firma Scott Sleek menciona:“¿Están siendo desatendidos los testimo-nios psicológicos? Algunos jueces nocomprenden la investigación de los psi-cólogos, mientras otros ignoran susresultados”. Y vuelve a expresar su preo-cupación acerca de la utilización del SAPen la justicia: “... Por ejemplo, algunosjueces de familia han denegado a unamadre divorciada, la custodia de sushijos, basados en un diagnóstico delsupuesto síndrome de Gardner, paradescribir a un progenitor, generalmentela madre, que trata de volcar a sus hijoscontra el otro progenitor. Mientras l*spsicólog*s acuerdan, que en algunoscasos podría presentarse esta conducta,esto no lo acredita como Síndrome deAlienación Parental ni que sea un ele-mento diagnóstico válido y no deberíaser admitido en casos de litigios por lacustodia de l*s hij*s...”. El fenómeno delpretendido síndrome, es tal vez un casoque merezca la atención y el análisisminucioso de la comunidad científica,para evitar, con vistas al futuro, designa-ciones y consideraciones apócrifas que,como en este caso, pueden dañar demodo grave e irreversible aquello que sedice querer preservar: la niñez. EnArgentina el SAP fue sostenido por gru-pos como APADESHI, Padres delObelisco, Con los Chicos No (comuni-dad en Facebook) y hasta obtuvo sus jor-nadas en la Cámara de Diputados de laProvincia de Buenos Aires. Por otro ladoquienes alertan sobre el falso síndromeencontramos a APBA, Colegio Médico,Colegio de Abogados, divers*s represen-tantes del área de Salud Mental,A.S.I.No, entre otras y otros.

(Este artículo se basa en correos conSonia Vacaro, Psicóloga de la Comisiónpara la Investigación de los Malos Tratosa Mujeres, Madrid, España).

La cultura del capitalis-mo trata de lograr quelos niños tengan lasupuesta necesidad deconsumir como únicamanera de estar o seren el mundo

SINDROME DE ALIENACIÓNPARENTAL

En el año 1985, Richard Gardner, médicoclínico estadounidense, como peritojudicial y en el marco de un litigio dedivorcio, nombra por primera vez unaserie de conductas que presentarían l*shij*s de ese matrimonio que él denomina“Síndrome de Alienación Parental”. Enel año 1987, publica a través de su propiaeditorial, Creative Therapeutics,Síndrome de Alienación Parental y la dife-rencia entre abuso sexual infantil fabricado ygenuino asociándolo directamente a lasdenuncias, siempre en el ámbito judicial,de acusaciones de incesto hacia uno delos progenitores, diciendo que: “casisiempre la denunciante es la madre, yquien es denunciado/acusado, es elpadre”. Desde ese momento, R. Gardnerasoció este pretendido síndrome, a casosde litigio por la custodia de l*s hij*s y enespecial cuando se acusaba al progenitorde abuso sexual. Según Gardner, es un“lavado de cerebro” al cual uno de losprogenitores, generalmente la madre,somete al hij*, en contra del otro proge-nitor, logrando de este modo “alienar”,quitar a ese padre hasta hacerlo “desa-parecer”, haciendo, en algunos casos,que el/la niñ* inventen que su padreabusó sexualmente. Los orígenes de lainvención del síndrome de referencia sehallan en la teoría de la sexualidadhumana de Gardner, una teoría según lacual, el contacto sexual adulto-niño esbenigno y beneficioso para la reproduc-ción de las especies. Esta teoría interpre-ta el incesto y la pedofilia como benig-nos, como conductas no-abusivas y es elreflejo de aquellos activistas que defien-den la pedofilia como un modo de“orientación sexual” posible. Menciona:“Los niños mayores pueden ser ayuda-dos a darse cuenta que los encuentrossexuales entre adulto y niñ* no son uni-versalmente considerados como un actocensurable. Se le podría contar al niñosobre otras sociedades en las cuales talcomportamiento fue y es consideradonormal... el niño tiene que ser ayudado aapreciar que en nuestra sociedad tene-mos una actitud exageradamente puniti-va y moralista sobre los encuentrossexuales entre adulto-niño”. Algunos deestos supuestos sobre los que se asientael SAP afirman que l*s niñ*s son fácil-mente condicionados, que mienten ypueden sostener la mentira, sólo pordañar a otra persona, aún cuando vayacontra su propia voluntad e interés. Quelos Derechos de l*s niñ*s deben quedarsubsumidos a los Derechos de los padresy que es necesario coaccionar a un/aniñ* para encauzar su conducta en loscriterios de normalidad subjetiva queconsideren los adultos implicados.Obviamente todos criterios que van encontra de estudios y comprobacionesacerca del pensamiento y del psiquismoinfantil; a la vez que arrasan con loslogros jurídico-sociales de los DerechosInternacionales de la Niñez. En el invier-no de 1989, en la revista “PaternidadAmericana” aparece publicado un artí-culo firmado por Gardner: “ParentalAlienation Syndrome”, en cuyo subtítu-lo interroga. “¿Por qué algunas madresejercen todo su poder para expropiar alniño del padre? ¿Qué puede hacerse?”.En ese texto, la característica enfática-mente misógina se hace evidente. Noobstante, en los últimos años (Gardnerse suicidó el 25 de mayo de 2003, apuña-

Jorge HoracioRaíces MonteroLicenciado en Psicología ClínicaInvestigador en Sexualidad yEpistemologí[email protected]

Presentación del libro

Participan: Mabel Burin, Irene Meler, Débora Tajer,Juan Carlos Volnovich y César Hazaki (compilador)

EEDDIITTOORRIIAALL TTOOPPÍÍAA

LA CRISIS DEL PATRIARCADO

8 de setiembre a las 17 horas. Lugar: The Cavern Club -Paseo La Plaza

Av. Corrientes 1660

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En realidad, la compañía farmacéuticahabía puesto todas sus esperanzas (¡ytodo su dinero!) en hallar una sustanciaque alargara el tiempo de erección delpene. Ya sabían, por investigacionesprevias, que eso disminuiría de maneraconsiderable la intensidad del orgasmo.Pero a los directivos eso no los preocu-paba porque sabían, por estudios demercado, que al público estadouniden-se no le interesa tanto la calidad como lacantidad. Lo que importa es la “perfor-mance”, que parezca mucho, aunque sesienta poco o nada. Es igual que con lostomates o los duraznos: el interés estáen que tengan una pinta bárbara porfuera, pero cuando los mordés no tie-nen gusto a nada. Las pruebas de laboratorio, pese a serminuciosas y objetivas y haberse desa-rrollado durante varios años, no habíandado resultado. Y eso significaba lainversión de millones de dólares cadaaño. Incluso, con tal de acelerar losresultados exitosos, se había llegado aexperimentar variantes de una droga enhispanos y negros, trasgrediendo así lasnormas que prohíben los ensayos enseres humanos. ¡Todo fue en vano! Ahí fue cuando, desesperados, losdirectivos de la compañía me llamarona mí. Conocían mi sagacidad. No fue,como se rumorea, que influyó el hechode que yo sea yerno de uno de losmiembros del directorio. Trabajé a con-ciencia. Pedí todos los protocolos deinvestigación (¡antes pedí una buenacantidad de cientos de miles de dólares,por supuesto!). Revisé minuciosamentelos protocolos y… ¡ahí estaba! En unode los ensayos, aparecía un efectosecundario que había sido señaladocomo indeseable: la droga producía unainhibición absoluta de eliminar losgases intestinales.Me percaté del dato al segundo día detrabajo, pero, con buen tino y un buenmanejo de los tiempos, no di la noticiahasta bien pasadas las tres semanas. Sime demoraba más, ya sería sospechadode ineficiente, pero si resolvía tan rápi-do hubiera dado la sensación de quehabía sido una tarea muy fácil y no sejustificaban mis honorarios. Pedí una

reunión con el directorio. Hice prepararun “power point” con un buen color debase, letras atractivas y hasta música defondo. Eso impresiona bien, siempre.Ahí les dije: “¡Señores, nada se pierde,todo se transforma! La compañía puedemuy bien no sólo recuperar lo inverti-do, sino obtener grandes ganancias.”Me miraron con asombro, incredulidady desconfianza. Hice un silencio ade-cuado, suficientemente largo para intri-garlos, y lentamente comencé a exponermi plan. “El objetivo de una compañía farma-céutica es obtener la máxima gananciaen el menor tiempo posible, y para ellose vale de fármacos, ¡cualquier tipo defármaco! Creo que todos estamos deacuerdo en eso. Los investigadores, ensu pueril afán de “descubrir la verdad”,han dejado escapar una gran oportuni-dad. ¡Se entiende! ¡Son apenas científi-cos! No podemos esperar de ellos unavisión comercial. He tomado conoci-miento que una de las variantes de ladroga produce un efecto secundarioindeseable magnífico: La inhibiciónabsoluta de eliminar gases intestinales.¡Ya encontramos la droga! Ahora sólotenemos que inventar el síndrome otrastorno para que esa droga sea útil eimprescindible. Y eso es sencillo.¡Teniendo ya la cura, sólo nos restainventar la enfermedad! Crearemos untrastorno de eliminación de flatulen-cias. Ya me encargué de desarrollar eltrastorno psiquiátrico que más se ade-cúa a la droga. Cuando se presente elDSM VI tendremos la difusión gratis,ya que cada año se agregan más y mástrastornos. En realidad se “desagregan”cada vez más. La compañía sólo debe organizar uncongreso en Miami; lugar ideal paracongresos científicos, porque atrae a losamericanos del norte y del sur. Ahí haybuen clima y se puede ir de “shopping”.Con mucho menos del dinero que lacompañía gastó en dos meses de inves-tigación puede pagarle el viaje y el alo-jamiento a los psiquiatras latinoameri-canos. Lo recuperará con creces y enpoco tiempo. Una buena campaña demercado, con folletos en papel brillante

de colores vistosos y explicaciones“científicas” dará resultado. No tienenque faltar curvas de efectividad. No esnecesario que sean reales. ¡Es importan-te no comparar con curvas de efectoplacebo! A veces, la curva de placebos yla del efecto real de la droga son casiiguales. ¡Esa obsesión por la objetivi-dad! Si el placebo es el efecto producidopor la sugestión del propio paciente,eso es reconocer que la subjetividadproduce resultados. El día que alguiense avive y comiencen a entrenar a losgiles y su subjetividad para producirefectos terapéuticos, (¡el “médico inter-no que todos llevamos adentro” y todasesas pelotudeces!), estamos sonados,señores: ¡La industria farmacéutica seva al diablo! Ya hasta pensé un buen nombre de fan-tasía para el psicofármaco. Ustedessaben que eso es importante. Debe sercorto, contundente y con alguna raízdel idioma inglés. ¡Señores: DOPENOT! Se presentará entres formas farmacéuticas: “DOPENOTsimple”, en grageas; “DOPENOT plus”,con vitamina B 12, (lo que permiteduplicar el precio al agregarle cualquierboludez) y finalmente “DOPENOT,LP”, cápsulas de liberación prolongada(lo que permite triplicar el precio, ¡totalsomos los dueños de la patente!). Por último, aquí va la descripción delTrastorno de Flatulomanía, siguiendo elestilo típico esquizo del DSM, o si uste-des quieren, el estilo esquizotípico delDSM.F63.5 Trastorno de Flatulomanía[312.35]A. Comportamiento desadaptativo,persistente y recurrente, consistente enprovocar deliberada e intencionalmenteuna flatulencia en más de una ocasión,como indican por lo menos cinco (omás) de los siguientes ítems:(1) preocupación por las flatulencias(por ej. preocupación por revivir expe-riencias pasadas de la eliminación deflatulencias o planificar la próxima fla-tulencia o pensar formas con variacio-nes del sonido al eliminar flatulencias).(2) necesidad de eliminar cantidadescrecientes de gases intestinales paraconseguir el grado de excitación deseado.(3) fracaso repetido de los esfuerzospara controlar, interrumpir o detenerlas flatulencias.(4) inquietud o irritabilidad cuando

trata de interrumpir o detener las flatu-lencias.(5) las flatulencias se utilizan comoestrategia para escapar de los proble-mas o para aliviar la disforia (por ej.sentimientos de desesperanza, culpa,ansiedad, depresión).(6) después de eliminar los gases, sevuelve al otro día para intentar recupe-rarlos (tratando de “cazar” las propiaspérdidas).(7) se engaña a los miembros de lafamilia, terapeutas u otras personaspara ocultar el grado de implicacióncon las flatulencias.(8) se han arriesgado o perdido relacio-nes interpersonales significativas, tra-bajo y oportunidades educativas o pro-fesionales, debido al hábito de eliminarflatulencias.(9) se confía en que los demás compren-dan la situación y no se molesten porlos olores, fetideces, pestilencias o tufi-llos y sonrían comprensivamente.B. Tensión o activación emocional antesdel acto.C. Bienestar, gratificación o liberacióncuando se eliminan las flatulencias ocuando se observan sus efectos o se par-ticipa en sus consecuencias.D. Fascinación, interés, curiosidad oatracción por la eliminación de las fla-tulencias y su contexto situacional.E. La flatulencias no se eliminan pormóviles económicos, como expresiónde una ideología sociopolítica, paraocultar una actividad criminal, paraexpresar cólera o venganza, para mejo-rar las propias circunstancias de la vida,en respuesta a una idea delirante o auna alucinación, o como resultado deuna alteración del juicio (por ej. retrasomental, demencia, intoxicación por sus-tancias).F. La eliminación de las flatulencias nose explica por la presencia de un tras-torno disocial, un episodio maníaco, oun trastorno antisocial de la personali-dad.”Cuando terminé mi exposición, meaplaudieron de pié un buen rato. Contoda modestia, creo que me lo merecía.Puse en juego todo mi saber y experien-cia en pos de la venta de una ilusiónmás. Me sentí orgulloso. Después detodo, ¿qué es la inteligencia sino apenasun medio para ganar dinero?

El objetivo de una empresa farmacéutica es obtener la máximaganancia en el menor tiempo posible

TRASTORNO DEFLATULOMANÍACarlos CarusoPsiquiatra y [email protected]

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Mapas del cuerpoMapa fantasmático corporalMario J. Buchbinder, Elina Matoso y colaboradoresEditorial Letra Viva / Instituto de la Máscara, 224 páginas

Los Mapas del Cuerpo son organizadoresdel cuerpo, de lo psíquico, de la relacióncon los otros, y evidencian modalidadesde comunicación. Mapa significa en estaobra un concepto y una herramienta.Herramienta que puede abarcar desde eldibujo en un papel de aquellos datos delcuerpo, hasta la complejidad de otrosdiseños. El Mapa como concepto posibilita investi-gar a partir de lo inscripto, la relaciónentre cuerpo, psique, mundo, ya sea enuna persona, un grupo, familia o institu-ción así como la proyección social impre-sa en diferentes campos de conocimiento.

El pacoLa historia como fracasoAída Perugino, Karina Ragone y Jorge TasínYotser Libros, 117 páginas

El paco, la droga más letal y adictiva denuestra historia, ha clausurado discursos,y puesto de relieve la incompetencia delas metodologías preventivas y recupera-torias dominantes respecto del asunto dela adicción. La tragedia que representa el paco nosconmina a revisar, no sólo esas metodolo-gías, sus contenidos y valores, sino ade-más y sobre todo, interrogarnos acerca dela cuestión social más álgida de al menoslos últimos veinte años: la extrema pobre-za, la violencia, la “inseguridad”. Estos textos rehúyen prejuicios, lugarescomunes y discursos de superficie.

El dispositivo de la personaRoberto EspósitoAmorrortu editores,91 páginas

Después de las dos guerras mundiales, elléxico conceptual moderno, tan fuerte-mente embebido de categorías teológicas-políticas, ya no está en condiciones dedesatar los nudos que nos constriñen, locual no quiere decir que haya que recha-zarlo en bloque sino inscribirlo en unhorizonte a partir del cual se pongan demanifiesto sus contradicciones.

Filosofía y actualidadEl debateAlain Badiou y Slavoj ZizekAmorrortu editores. 91 páginas

Estos dos pensadores debaten en torno auna pregunta ¿Debe inmiscuirse el filóso-fo en los sucesos actuales? En esta cues-tión está en juego nada menos que la filo-sofía misma, porque, según ambos, ellano puede ser sino intromisión, compromi-so, siempre que quiera escapar a la rigidezacademicista.

Cuerpxs equivocadxsHacia una comprensión de la diversidad sexualAdrián Helien y Alba PiottoEditorial Paidós, 238 pág.

Los autores (un médico psiquiatra y unaperiodista) tratan el tema de la transexua-lidad como una manifestación más de larica y multifacética diversidad humana.Condimentado con historias de vida rea-les, la investigación periodística que sus-tenta este libro no descuida la explicacióncientífica.

Proyecciones sanitariasLa salud Mental en la era del neobarrocoAlejandro KohlEditorial Dunken, 150 pág.

Según el autor en esta era neobarroca lalocura ha caído en manos transgresoras: lafiesta, el juego, el arte. Con esos medios,algunos locos cuerdos han querido imagi-nar un mundo y al hacerlo han consegui-do crear sentidos, recuperando así a lalocura de su confinamiento y restituyén-dole sus atributos sociales.

Los adolescentes y las redes socialesLa construcción de la identidad juvenil en InternetRoxana MorduchowitczEditorial Fondo de Cultura Económica, 109 páginas

La autora analiza los procesos sociocultu-rales que intervienen en el uso, la sociali-zación y la significación de la Web porparte de los jóvenes, para determinarhasta qué punto la producción de conteni-dos en los blogs y en las redes sociales for-man parte de la construcción de su identi-dad.

Darío SantillánEl militante que puso el cuerpoAriel Hendler, Mariano Pacheco y Juan ReyEditorial Planeta, 369 pág.

Además de un homenaje y un esfuerzocolectivo en el que participaron sus fami-liares, compañeros y amigos este texto esuna biografía que narra una vida tanbreve como intensa, signada por la pasióny el coraje. Pero también es la historia detoda una generación. Evocar la lucha deSantillán es contar a la vez la de sus com-pañeros, otros chicos y chicas del subur-bio, como él, y sus esfuerzos por trascen-der las limitaciones y el porvenir acotadoque les imponía una situación desfavora-ble en lo más profundo del conurbano.

La formación de la subjetividad políticaPropuestas y recursos para el aulaAlexander Ruiz Silva y Manuel Prada LondoñoEditorial Paidós, 278 páginas

Este libro aborda una de las cuestionescentrales que han movilizado a los siste-

mas educativos en los últimos siglos: for-mar al ciudadano. Lo hace otorgando cen-tralidad a la formación de la subjetividad,lo cual supone el desafío de reconocernoscapaces de configurar mundo posibles yde transformar el que habitamos. Así,educar la subjetividad política es, a la vez,tarea de cada uno y desafío colectivo.

Soledad: comúnPolíticas en LacanJorge AlemánEditorial Capital Intelectual,74 páginas

Sosteniéndose de un modo primordial enla enseñanza de Lacan, la intención teóri-ca de este libro no pretende incluirlo enuna ontología de lo político. Se trata deabordar una serie de temáticas comparti-das con los nuevos pensadores de la polí-tica (el Común, la Igualdad, etc.), en fun-ción de articular distintas puntualizacio-nes a partir de Lacan para generar en elpensamiento radical emancipatorio undebate de mayor alcance en lo que hace ala relación política-sujeto.

NeoparentalidadesEl porvenir de la diferenciaSergio ZabalzaEditorial Letra Viva, 133 páginas

Este libro nos lleva a pensar de maneraseria y sin prejuicios a las neoparentalida-des abordadas desde la perspectiva del“porvenir de la diferencia”. Tal perspecti-va nos conduce a poner en cuestión que elmatrimonio sea igualitario aún en sujetosdel mismo sexo anatómico. La diferencia -dice el autor- es ética.

Las palabras y loshechosRevistas y Libros recibidosRevistas y Libros recibidos

Revistas

ConjeturalRevista psicoanalíticaNº 56, abril 2012Dirección: Jorge Jinkis y Luis Gusmán [email protected]

Clepios.Revista de profesionales en formaciónen Salud MentalNoviembre 2011 – Febrero 2012Nº 3 – volumen XVIIICoordinadores: Michelle Elgier, LucianaGrande y Javier Rodrí[email protected]

Balletin Dance. La revista de la danzaAño 18, Nº 207 / Nº 208 / Nº 209 / Nº 210 Editora Agustina Llumá[email protected]

Vertex. Revista Argentina de PsiquiatríaVolumen XXIII, Nº 101 enero – febrero2012. Salud Mental. La polisemia de unconcepto.Director: Juan Carlos Stagnaroe-mail: [email protected]: www.editorialpolemos.com.ar

Sol de nocheMás que para entrar en un mundo verda-dero para salir de uno falsoAño I, Nº 1 – mayo 2012Director: Héctor [email protected]

Estudios Interdisciplinarios de AméricaLatina y el Caribe (EIAL)Escuela de Historia, Universidad de TelAviv, Ramat AvivVolumen 22 – Nº 2 - julio / diciembre2011. Núcleo Temático: TransitionalAnarchism in Latin AmericaEditores: Rosalie Sitman, Raanan Rein,Gerardo Leibner y Ori [email protected]

Libros

Otros escritosJacques LacanEditorial Paidós, 643 páginas

Resistencia, Goce, SaberLa función de la resistencia en la clínicapsicoanalíticaHilda Karlen ZbrunEditorial Letra Viva, 143 páginas

El fanático de la óperaEtnografía de una obsesiónClaudio E. BenzecrySiglo Veintiuno editores, 318 páginas

Oldsmobile 1962CuentosAna BasualdoEditorial Fondo de Cultura EconómicaSerie del Recienvenido, 123 páginas

El avatar del sujeto postmodernoZulma López ArranzEditorial Letra Viva, 142 páginas

De la doctrina del significanteAlberto FrancoEditorial Letra Viva, 153 páginas

TOPIAEN URUGUAYDis tri bu ción y Ven taF. LEVY LI BROS099 - 661154

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CUARTO CONCURSONACIONAL E

INTERNACIONAL DE LIBRO ENSAYO

DE LA EDITORIAL Y LA REVISTA TOPIA - 2012

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Los títulos de tapa son responsabilidad de los editores.

Año XXII- Nº 65 Agosto 2012DI REC TOREn ri que Luis Car pin te roCOOR DI NA DOR GE NE RALAle jan dro Vai nerCOOR DI NA DOR INS TI TU CIO NALCé sar Ha za kiASE SO RA AREA COR PO RALAli cia Li po vetzky AR TE Y DIA GRA MA CIONVíc tor Ma cri / Diego MacriCON SE JO DE RE DAC CIONSu sa na To po ro si/Héc tor Frei re Al fre do Caei ro/ Susana Ragatke/ Carlos Barzani/Alicia LipovetzkyCorrección: Mario Hernandez

CON SE JO DE ASE SO RESMi guel Va yoGi lou Gar cía Rei no soJuan Car los Vol no vichHo ra cio Gon zá lezMo ni ka Arre don doAl fre do Gran deAn gel Ro drí guez Kauth (San Luis)Colaboradores:Angelina Uzín Olleros (Entre Ríos)Claudia Huergo (Córdoba)Olga Roschovsky (Uru guay)Luciana Volco (Francia)Coordinación Foro Topía:Angel Barraco / Carlos Barzani

DIS TRI BU CION CAP. FEDERAL:DISTRIREDINTERIOR: Dist. AUSTRAL DE PUBLIC. S.A.IMPRESO EN SU IMPRESTucumán 1480 C.A.B.A..TOPIA INTERNETAndrés Carpintero (Diseño y programación)

PROPIETARIOS Y EDITORES de Revista Topía-Psicoanálisis, sociedad y cultura.Enrique Luis CarpinteroCésar M. Hazaki / Alejandro J. VainerEDITORES asociadosAlfredo Caeiro, Susana Toporosi, Héctor Freire,Susana Ragatke, Carlos Barzani.

IN FOR MA CION Y SUS CRIP CIO NESTEL.: 4802-5434//4326-46114551-2250Co rreo elec tró ni co: revista @topia.com.arIN TER NET: Ho me Pa ge: www .to pia .co m.arCO RRES PON DEN CIAJuan Ma ría Gu tié rrez 3809 3º A(1425) CABA

Los edi to res se re ser van los de re chos de losar tí cu los pu bli ca dos.

La edición de este libro tiene una historia. ElDr. Horacio Helou se recibió de médico en elaño 1955. Se desempeñó como clínico en lasala del Dr. Guillermo Bosco. Luego ejercela “Medicina Psicosomática” y obtiene eltítulo de médico psiquiatra. En 1963 fundala revista “Medicina Psicosomática” en lacual, a partir de diciembre de 1975, su direc-tor general es el Dr. Enrique PichonRivière. Publica varios textos y se empieza ainteresar por la relación madre-lactante.Este trabajo pionero lo lleva a publicar en1975 la primera edición de este libro. A par-tir de 1976 mantiene una extensa corres-pondencia con el Dr. Serge Lebovici dondele explicaba sus investigaciones sobre laterapia en la relación madre-lactante. En1983 Lebovici publica en Francia su libro Ellactante, su madre y el psicoanálisisdonde omite mencionar al Dr. HoracioHelou como creador de la técnica. Un des-cuido que creemos necesario mencionarlo.En el prólogo de esa primera edición, quefue escrito por Enrique Pichon Rivière, sesostiene: “La contribución del doctor Heloua este fundamental problema es de una ori-ginalidad poco vista en este nivel. La rela-ción madre-lactante recibe, con este aporteuna guía y una comprensión de lo que suce-de en esta situación. Si bien hay aporte cer-canos, pero ninguno tiene la magnitud deeste trabajo”. Su actualidad nos lleva apublicar un fragmento del texto en esta sec-ción. Entre otros libros del Dr. HoracioHelou podemos citar: Circuitos mutantesy desengarzamiento evolutivo. Unateoría sobre la psicoterapia psicoanalíti-ca de grupo (1998), Interengarzamientoregresivo endogámico. Edípico y Pre-edípico (2004).

Bases teóricas del método

La presencia de la pareja Madre-lactan-te con el analista, permite que éste captetodo lo que ocurre en dicho vínculo; enefecto, todo lo que el analista siente,percibe y fantasea en relación a dichapareja, dada por la expresión verbal dela madre, las reacciones corporales de lamisma, las reacciones del bebé, susmovimientos, sus gestos, y el vínculoque se establece entre ellos, la maneracomo la madre lo sostiene, etc., sonobservados por el terapeuta en la sesióny registrados. Lo sintetizamos así:Iniciamos la terapia captando el mensa-je gestual del bebé y lo verbalizamospara que la madre al recibirlo tome con-

ciencia del mensaje, con la correspon-diente emisión de un material que va ainformar más profundamente el conflic-to. El mensaje que da la madre tantoverbal como extraverbal, es captado porel analista, que utiliza su contratransfe-rencia y entonces la fantasía de parejaMadre-lactante, en actividad, es modifi-cada por la interpretación, que produceuna nueva estructuración del campo, loque determina el establecimiento debuenas relaciones objétales, al dismi-nuir la agresión, con mayor enriqueci-miento del lactante que al cambiar, pro-duce dialécticamente el cambio en lamadre (o viceversa) la que a su vez pro-mueve más beneficios en el bebé, esta-bleciéndose una interacción en espiral,que restablece el conflicto. El analista, como dijimos, utiliza la con-tratransferencia, entendiéndose porésta a la transferencia del propio analis-ta sobre el paciente; especificando más,la contratransferencia es la totalidad dela respuesta psicológica del analista a latransferencia del paciente; tenemos quediferenciar la neurosis de contratransfe-rencia, que comprende las respuestasneuróticas del analista a la transferenciadel paciente, de la contratransferenciaen sí. A su vez, se diferencia la contra-transferencia concordante, de la contra-transferencia complementaria; la pri-mera consiste en la identificación del yodel analista, con el yo del analizado; lasegunda consiste en la identificacióndel yo del analista con un objeto internodel analizado. La capacidad terapéuticadel analista tiene relación con la contra-transferencia positiva sublimada. La finalidad de la terapia Madre-lactan-te, es operativa, es decir centrada comodijimos en el vínculo Madre-lactante. Ala sesión terapéutica (que dura 50 minu-tos, y se hace una o dos veces por sema-na, siguiéndose el proceso evolutivo delbebé, durante los tres años de vida,aunque lo más importante es el primeraño de la vida del bebé) asiste la madrecon su bebé. Durante la sesión terapéu-tica, se da plena libertad de acción aambos; la madre actúa espontáneamen-te, le puede dar el pecho, jugar con él,hacerlo gatear si ya es más grande,actuar como si estuviera en su casa. Lamadre habla libremente en la sesión,sobre sí misma, de sus problemas actua-les o pasados; habla directamente delvínculo con su hijo, pudiendo ser elconflicto, directo o bien encubierto; ellenguaje verbal tiene un contenidomanifiesto y otro latente, y lo incons-ciente surge igual que en el tratamientode cualquier pareja; la madre proyectaen su bebé, sus objetos internos contralos cuales reacciona (Veremos más ade-lante la explicación que de Grupo inter-no da Pichón Rivière). El bebé al recibiresas proyecciones no puede integrarsebien, o sea pasar a la etapa depresiva yes afectado desde el inicio. La madre sisufrió en su pasado experiencias trau-máticas (de abandono) puede traspasarese temor al presente y sentir angustia y

miedo por la separación de su hijo, con-dicionándolo a quedar encerrado en unvínculo simbiótico patológico. La inter-pretación del terapeuta tiene por objetohacer superar a la madre los malosentendidos con su hijo, entrar en la rea-lidad y eliminar las fantasías del pasa-do. Se trata de ayudarla a comprendersin hacerla sentir culpable, sobre aque-llos aspectos negativos de su actitud. Sies muy posesiva e intrusiva, por habertenido abandono en su niñez, se tratade que no confunda el pasado, que noes chiquitita ni desvalida, y que permi-tir el crecimiento de su hijo no es per-derlo. Se trata de modificar las distor-siones detectadas en esa relación en lacual incide como dijimos la biografía dela madre; interesa el mundo interno dela madre, en tanto sirva al logro de unmejoramiento en su capacidad paraentender (sentir las necesidades delhijo). En cuanto a la interpretaciónsurge fundamentalmente de lo que elanalista siente cuando juega el rol delbebé, a propósito de un mensaje de lamadre y asimismo, de los mensajes cor-porales del bebé. También surge lainterpretación del análisis de lo que elanalista siente a propósito de la interac-ción de la madre con el bebé; o seacuando la madre dialoga con el niño aveces el analista se identifica con el bebéy le interpreta desde su rol de bebé,pero a veces, en otro momento se sienteel analista excluido de la relación, inte-

DAR EN EL BLANCO

PPSSIICCOODDRRAAMMAA DDEE LLAAPPAARREEJJAAMMAADDRREE -- PPAADDRREE -- BBEEBBÉÉHHoorraacciioo AAnnttoonniioo HHeelloouuEditorial Dunken, 2010, 110 páginas

grándola, etc., y entonces intenta averi-guar quién es él para la madre y si elloes eficaz para que ella capte el mensajedel bebé, se lo interpreta, en principioen el aquí y ahora con el analista y even-tualmente conectándolo con su historia.En este último aspecto, siguiendo apor-tes Kleinianos, el analista se reconoce aveces, no como un personaje concretode la historia de la madre, pero sí unaspecto de ella o del bebé. A veces elbebé pide permanentemente y la madreno lo percibe, el analista se hace bebé eintenta hablar por el lactante, pone enpalabras en lo posible el lenguaje ges-tual del lactante. También aprovecha elanalista los gestos de la madre, y suactitud, para señalarle las dificultadespara captar los mensajes del lactante, Elhecho de darle mucha importancia a lacontratransferencia, es por la riquezaque dicha reacción tiene para compren-der lo que sucede en el vínculo de nues-tro estudio.

Page 36: PSICOANÁLISIS CULTURA SOCIEDAD LOS MODOS … · En cierta forma, es una redefinición “moderna” de la Utopía. Porque la utopía re-definida así, modernamente, no es un no lugar,

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¿Cómo puede ser que en el hospitaldonde Florencio Escardó a partir de1956 introdujo la internación conjuntamadre-hijo como hito fundamentalpara prevenir el hospitalismo en losniños, sean los padres más vulnerables,los de Terapia Intensiva, los que aún notengan una sala para estar y dormircerca de sus hijos, mientras éstos sedebaten entre la vida y la muerte?Ahora, para tener esa Sala de Padres elGobierno de la Ciudad tiene un inmi-nente plan de canjeársela por marke-ting a una empresa emblemática de laalimentación chatarra y dañina, contracuya dominancia en el mercado tienenque batallar diariamente pediatras,especialistas en hipertensión arterial ynutricionistas infantiles del mismo hos-pital.Pero esto no termina ahí. Como si fuerapoco, el Gobierno de la Ciudad lecedería a la Asociación Civil RonaldMcDonald´s un terreno interno delhospital con permiso de uso gratuitopor el plazo de 20 años para la cons-trucción de una casa Ronald McDonald para el descanso de los padres,y dicha asociación tendría a cargo laplanificación y coordinación de todaslas actividades y supervisión de su per-sonal. A cambio de la casa, el gobiernole daría un permiso para colocar nom-bres, logos e insignias. Por ejemplo quetodo su personal, que sería voluntario,usara delantales con la insignia, comopuede verse en www.casaronald.org.ar.La entidad ya ha instalado otras deestas casas en el Hospital Garrahan, enel Hospital Pediátrico Notti deMendoza y en el Hospital de Niños dela Santísima Trinidad de Córdoba.En EE. UU. el marketing es aún másagresivo: existen 22 hospitales que tie-nen una casa de comida de esa marcadentro del mismo hospital. Dos milprofesionales de la salud estadouniden-ses acaban de manifestarse para que secierre el local del Children´s Hospital deLos Angeles. “McDonald’s está usandoa los hospitales al incluirlos como partede su estrategia de mercadeo para cam-biar su imagen de vender comida “cha-tarra” a comida saludable. Los hospita-les no deberían prestarse a eso”, dijoSara Deon, directora de la campañaValue Meal de la organización CorporateAccountabilty International. La campañatomó la iniciativa de enviar una carta

solicitando a los 22 hospitales que siganel ejemplo de hospitales como elParkland Health & Hospital System enDallas, que en 2009 terminó su contratocon McDonald’s y en su lugar dio espa-cio a otro restaurante de comida saluda-ble.En el caso de nuestro Hospital de Niñosla entidad funcionaría como convocan-te de donantes que desgravaríanimpuestos. No otorgaría el dinero, lorecaudaría y pondría su nombre, logose insignias, y construiría y mantendría

Ciudad cuenta con dinero para cons-truir la sala de padres pero subejecutadrásticamente el presupuesto paramejoras edilicias de los hospitales. En elprimer trimestre de este año, en vez del25% que hubiera correspondido, ejecu-tó el 2,8%.Podríamos pensar esta situación comoun analizador de cómo el capitalismoda vuelta al reverso la realidad paraaparecer con una imagen benefactora yamigable, y ganar el mercado a cual-quier precio: “McDonald´s ayuda a losadolescentes a conseguir su primer tra-bajo”, léase utiliza contratos de apren-dizaje para abaratar costos laborales.“McDonald´s es beneficiaria de loshospitales de niños, construyéndolescasas para padres”, léase reúne empre-sas que necesitan disminuir impuestos,no paga sueldos introduciendo el colmode la explotación que es el trabajovoluntario basado en la sumisión máxi-ma de la subjetividad, y gana un presti-gio fabuloso por su supuesta colabora-ción con los hospitales de niños. Un alto costo para la salud pública deniños y adolescentes.

la casa para los padres. No se trataría deuna donación de dinero, modo a travésdel cual se realizaron múltiples obras enel pasado en el hospital: alguien donabadinero para que el hospital construyerauna obra. El nuevo modelo que se intro-duce en este caso, y que sienta un pre-cedente, es la de otorgar un terrenopúblico a una entidad privada durante20 años. ¿Cuánto le costaría una publi-cidad a McDonald´s durante ese tiempoen los medios?Cabe aclarar que el Gobierno de la

¡¡LLlleeggaa BBIIGG-- AACCRRIIaall HHoossppiittaall ddee NNiiññooss!!

CUARTO CONCURSO NACIONAL E INTERNACIONAL DE LIBRO ENSAYODE LA EDITORIAL Y LA REVISTA TOPIA - 2012

El primer premio consistirá en la PUBLICACIÓN DEL MISMO EN FORMA DE LIBRO, por la Editorial Topía, en la Colección “Fichas para el siglo XXI”.

A los ensayos que reciban la 1ª y 2ª mención SE LES PUBLICARÁ UN FRAGMENTO en la revista Topía.

LLaa ffeecchhaa ddee eennttrreeggaa ssee eexxttiieennddee hhaassttaa eell 3311 ddee AAggoossttoo ddee 22001122JJuurraaddooss:: JJaanniinnee PPuuggeett -- JJuuaann CCaarrllooss VVoollnnoovviicchh -- VViicceennttee ZZiittoo LLeemmaa -- MMiigguueell BBeennaassaayyaagg -- EEnnrriiqquuee CCaarrppiinntteerroo

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En la primera parte el autor da cuenta –en formato de diálogos– de sus encuentroscon Jacobo Fijman y Enrique Pichon Rivière; los preludia, enmarca y cierra. En lasegunda parte sitúa el pensamiento de Fernando Ulloa y León Rozitchner, sacado aluz mediante la pregunta y el debate, con un juego dialéctico de sospechas y certe-zas, en una época de aguda tensión social. Finalmente en la tercera parte el autorse arroja de cabeza y sin red a su propia fantasmástica, y por las aguas tumultuosasde la memoria, los sueños y el delirio dialoga con la muerte, el poder, las sombrasdel horror y la belleza, que estuvo como gota de tierra en el inicio y queda comogota de cielo en el final.

DIÁLOGOS Encuentros con Jacobo Fijman, Enrique Pichon Rivière, Fernando Ulloa, León Rozitchner, y otras travesías porla belleza, las verdades de la época y los delirios

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TTOOPPIIAA EENN LLAACCLLIINNIICCAA

SSuussaannaa TTooppoorroossiiPresidenta de la Asociación de Profesionales del Hospital Gutié[email protected]

Vicente Zito Lema

Mabel Burin, Irene Meler, Débora Tajer, Juan CarlosVolnovich y César Hazaki (Compilador)

Este libro viene a apuntalar la masa crítica de conocimientos que, desde dis-tintas perspectivas, promueven horadar al patriarcado como fundamentode la cultura. Por donde se lo mire el patriarcado estableció y promovió undogmatismo conceptual en las ciencias sociales que reafirmó, en diversosperíodos históricos, las razones de ser de la dominación de las mujeres porparte de los varones. El psicoanálisis, la antropología y la historia se hallanatiborradas de propuestas que no hacen sino sostener teóricamente alpatriarcado. En estas páginas se podrá encontrar una puesta al día de con-ceptos-herramientas para la tarea de desenmascaramiento del patriarcado.

LA CRISIS DEL PATRIARCADO