proyecto "un viaje en el tiempo: la edad media"
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Proyecto sobre la Edad MediaTRANSCRIPT
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Primera Edición: Mayo 2011.
Autores: Alumnos y alumnas de 6ºA del CEIP ―San Felipe‖.
Andrea Abeal, Álvaro Amiama, José Carlos Barranco, José Luis Campos, Paloma Casquero,
Yasmina Gómez, Candela González, M. Carmen Jiménez, Lidia León, Melina Lezcano, Lingyan Li,
Francisco Javier Mena, Stanislav Monedero, remedios Navarrete, Karla M. Nivar, Jenniffer
Román, Miguel Ángel Romero, Tomeu Samaniego y Manuel Santiago.
Coordinado y Maquetado por el Tutor:
Rafael Rodríguez
Editado por el CEIP ―San Felipe‖
La Línea de la Concepción
Cádiz
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1.- LOS PUEBLOS BÁRBAROS.
1.1.- La caída del Imperio Romano y la expansión visigoda.
La causa de la caída de Roma fue que los
bárbaros continuamente estaban invadiendo al
imperio romano. ¿Cómo empezó la decadencia?
Con el reinado de Cómodo. Las causas fueron la
ideología, la cultura, la burocracia, impuestos muy
altos, falta de mano esclava, expansión del
cristianismo, las guerras civiles, desintegración
de las provincias, etc.
Los bárbaros eran un conjunto de tribus que
estaban en la frontera del imperio. La agricultura
y la ganadería estaban poco desarrolladas. Tenían pocas leyes y el jefe es el que mandaba y
hacia juramentos a su rey. Los mejores guerreros eran de la nobleza, los jefes militares se
elegían en tiempos de guerras, había votaciones para elegirlos y un consejo de ancianos.
Vendían productos y esclavos.
Con la llegada de los romanos todo cambió. El peligro de invasión creció, porque poco a poco
los romanos fueron incluyendo a algunos de los guerreros bárbaros en sus ejércitos y les
pagaban dinero a cambio de protección. El problema de los bárbaros era que se peleaban entre
ellos para elegir a nuevos jefes militares. El imperio se rompió y nacieron nuevos pueblos que
después se separarían. A mediados del siglo IV había una gran cantidad de soldados bárbaros.
En el 367 los godos rompen el pacto. En el 378
los romanos son derrotados en Adrianópolis, los
bárbaros se enfrentan contra Hunos y contra
Roma; se producen matanzas y por eso los
romanos echan a los bárbaros de sus cargos.
Con la muerte de Teodosio se divide el imperio
en dos. El imperio de Oriente nacionaliza el
ejército y la burocracia; en Occidente, la Galia es
arrasada. Los Vándalos, Alanos, Suevos, Godos y
Burgundios van invadiendo Roma poco a poco.
En el 435 hay un acuerdo de paz entre los romanos y los vándalos. Los Burgundios se
establecen en la Galia. Los visigodos huyen de los Hunos e invaden Roma por Occidente. En el
451, los Hunos son vecinos por la alianza bárbara. El papa león III y los Hunos hacen un pacto
tras la muerte de Atila y ellos regresan a sus tierras.
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Con Augusto todo el imperio se pierde definitivamente. En algunas provincias hay
rebeliones y desorden; todo el imperio está igual. El cambio imperial no fue brusco y duró más
de dos siglos. El latín se mezcló con las lenguas germanas y dio lugar a lenguas romances. La
sociedad se volvió rural. Los romanos perdieron grandes partes de sus tierras y tuvieron que
cedérsela a los germanos.
Las invasiones germánicas en la Península Ibérica
surgen en el siglo V. En 411 llegaron varias oleadas de
pueblos germánicos, denominados, vándalos y suevos,
además de los alanos que habían sido violentamente
desposeídos de sus tierras por las invasiones hunas y
que, después de esa expulsión habían vagado por
Europa hacia occidente, en busca de nuevas tierras
donde instalarse. Los alanos eran oriundos de la región
del Cáucaso, los vándalos eran de origen escandinavo;
los suevos, también germánicos estaban emparentados
con los anglo-sajones que, en ese tiempo se instalaron en Inglaterra.
Aunque los romanos reconocieron los hechos, llegando a acuerdos para el asentamiento de
estos pueblos en distintas zonas de Hispania, los suevos fueron los únicos que alcanzaron una
mayor estabilidad y se organizaron políticamente. Crearon un reino que abarcaba Galicia y la
zona norte del actual Portugal, con capital en Braga. El reino se expandió luego hacia el sur del
Duero.
Los visigodos, pueblo también germánico que había llegado a un foedus (alianza o
federación) con el Imperio, concertaron con éste acabar con los invasores y reincorporar
Hispania a la autoridad romana, aunque más bien actuaron como autoridad sustitutiva de la
romana, e independiente en la práctica, con una mayor intensidad de ocupación en la zona
central de la Península.
Estos grupos de bárbaros no parecen haber
sido numerosos; aunque pudieron someter a las
provincias romanas con gran rapidez y, después
de instalados, no encontraron grandes
resistencias por parte de las poblaciones, hecho
que se relaciona con la Caída del Imperio Romano.
Un desastre económico terminaría con las clases
medias de las ciudades y agravarías las
condiciones de los campesinos. El fin de las
conquistas propias del periodo del Alto Imperio
había convertido en difícil la obtención de esclavos desde la crisis del siglo III, y era en éstos
en los que se asentaba la economía romana. De esta forma, ya había comenzado el proceso de
feudalización, que convertía a las clases altas en una aristocracia prefeudal y a las bajas,
tanto si provenían de esclavos como si provenían de hombres libres sometidos a colonato, en
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una nueva clase precedente de los siervos feudales, en una situación de semiesclavitud.
1.2.- La sociedad visigoda.
La edad media en España fue especialmente interesante.
Durante este periodo convivieron en nuestra tierra gentes de tres
culturas y religiones muy distintas: cristianos, musulmanes y
judíos. Hubo épocas de paz y otras de lucha y de abiertos
enfrentamientos.
Dentro de la estructura social cristiana se encuentran:
- Rey: era la persona con más poder. Administraba justicia y
repartía privilegios y tierras.
- Nobles: eran señores que tenían altos territorios. Vivían en
castillos o palacios y, junto con los caballeros y los monarcas,
eran quienes iban a la guerra. Cobraban impuestos a los
campesinos.
- Alto clero: estaba formado por obispos, que vivían en
catedrales, los abades que poseían al menos 12 monjes.
Cobraban los diezmos. Poseían muchas tierras.
- Artesanos y comerciantes: en las ciudades aparecieron
artesanos y comerciantes. Los artesanos se organizaban en
gremios, que eran asociaciones de artesanos de un oficio,
como herreros o tejedores.
- Bajo clero: lo integraban curas y sacerdotes, que debían
recibir las tres novenas partes de los diezmos, pero esto no
siempre sucedía.
- Campesinos: no tenían tierras propias y trabajaban las de los
nobles y las del clero. Vivían en casas pequeñas, en aldeas
rodeadas de campos de cultivo. Tenían que dar parte de sus
cosechas al clero o a la Iglesia y pagaban impuestos a los
señores. Mediante el vasallaje reconocían fidelidad ante el
señor del feudo o el rey y la protección de estos a los
campesinos. En esta ceremonia de vasallaje incluía besar la
mano al señor feudal.
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1.3.- La cristianización de los visigodos.
Los visigodos habían sido cristianizados mucho antes de llegar a la Península Ibérica. En el
tiempo en que permanecieron en el este de Europa, al noroeste del mar Negro recibieron el
bautismo de la línea arriana del cristianismo. Eran pues arrianos los que formaron el reino
visigodo de Toledo. Las deferencias entre los cristianos católicos y el cristianismo arriano es
que no aceptaban el misterio de la Santísima Trinidad, ni que Jesucristo tuviera dos
naturalezas una divina y otra humana. Las costumbres de los pueblos eran creer en la religión
de su rey. Llegó a haber conflictos religiosos dentro del reino.
La expansión del cristianismo en el Imperio Romano
de occidente fue una fuerza poderosa que ayudó a
mantener ciertos rasgos de la cultura romana como el
derecho romano y el latín.
Los francos se convirtieron al catolicismo durante
el reinado de Clodoveo I y, a partir de entonces,
expandieron el cristianismo entre los germanos del
otro lado del Rin. Los suevos, que se habían hecho
cristianos arrianos y se convirtieron al catolicismo con
Teodomiro. En ese proceso se habían adelantado a los
propios visigodos, que habían sido cristianizados
previamente en Oriente en la versión arriana (en el siglo IV), y mantuvieron durante siglo y
medio la diferencia religiosa con los católicos. La conversión al catolicismo de Recaredo (589)
marcó el comienzo de la fusión de ambas sociedades, y de la protección al clero católico en los
Concilios de Toledo.
1.4.- Cultura y arte visigodos.
Los visigodos se hacen presentes en España a
principios del siglo V, si bien no consolidan por entero su
condición de gobernantes del reino hispano-visigodo
hasta un siglo después.
Las manifestaciones artísticas de este pueblo
germano asentado en la Península Ibérica, en especial las
de carácter arquitectónico, no se produce penalmente
hasta entrado del siglo VII.
Iglesia de Sta. María del Naranco
(Asturias)
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El arte románico
Desde el punto de vista exclusivamente
arquitectónico, el románico fue un esfuerzo
continuo en construir templos perdurables con la
mayor grandeza posible, pero evitando su posible
destrucción. En este empeño la arquitectura
románica siguió un proceso evolutivo continuo, de
perfeccionamiento y de resolución de problemas
tectónicos en busca de la altura y la luz.
Para ello el material empleado debía ser piedra
fundamentalmente, aunque no se renunció a otros
materiales como luego veremos. Otra condición ideal era que el templo debía estar abovedado.
Esto era por dos razones: la primera, por dar mayor relevancia simbólica al edificio y otra,
más práctica, para evitar los incendios que los techos de madera sufrían con cierta
frecuencia.
Estos deseos llevaron a los arquitectos románicos a construir sus iglesias con grandes
muros macizos de piedra que pudieran soportar los enormes pesos de las bóvedas. Los huecos
y ventanas, aunque deseados por el simbolismo de la luz, fueron practicados de manera más
escasa que en el gótico -vanos estrechos y saeteras- pues suponían frecuentemente
menoscabo de la resistencia de los muros. Como consecuencia secundaria, el interior de los
templos románicos se envuelve en una tamizada luz que invita al recogimiento. También esta
luz difusa daba vida y "magia" a la policromía de las pinturas murales que cubrían sus muros.
El sistema de empujes y contrarrestos de las bóvedas -mediante columnas, pilares,
contrafuertes, otras bóvedas, etc.- se convirtió en el principal problema a resolver y que no
siempre se hizo con acierto, como sabemos por innumerables derrumbamientos producidos en
diferentes épocas.
El arte gótico
El término gótico fue empleado por primera
vez por los adinerados del renacimiento, en
sentido peyorativo, para referirse al arte de
la edad media, al que ellos consideraban
inferior y bárbaro (gótico deriva de godo)
comparado con el arte clásico.
El arte gótico se corresponde con la Baja
Edad Media, a continuación del románico. Es un
período dinámico desde el punto de vista
San Pedro de la Nave (Zamora)
Catedral de Sevilla
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socioeconómico, muy variado, con intensos contactos con Oriente a través de las cruzadas y
las rutas comerciales.
Se trata de un estilo artístico europeo con unos límites cronológicos que oscilan
aproximadamente entre el año 1140 y las últimas décadas del siglo XVI, dependiendo del área
geográfica.
Hoy día se considera uno de los momentos más importantes desde el punto de vista
artístico en Europa.
Fue un arte que se aplicó en el campo de la
arquitectura civil y religiosa, la escultura, las vidrieras,
la pintura mural y sobre tabla, los manuscritos miniados
y las diversas artes decorativas.
A pesar de ser una continuación del Románico, en el
Gótico se aprecian actitudes bastante diferentes e
incluso opuestas. Si el Románico es conocido por su
oscuridad y recogimiento, el gótico implica todo lo
contrario, luz, color, elevación, expresividad y
naturalismo.
El gótico, como todos los estilos artísticos, tiene
variantes regionales. Como ejemplos podemos hablar
de la escuela francesa donde destacan las catedrales
de Notre-Dame de París, Sens, Chartes, Laon, Reims y
Amiens o la Saint-Chapelle levantada por San Luis.
La escuela española destaca por las catedrales de
León, Burgos, Toledo, Gerona, Barcelona o Sevilla.
La escuela portuguesa con los monasterios de Belem
y Batalha o la iglesia de la Orden de Cristo en Thomar.
En Alemania es famoso por las catedrales de Colonia, Estrasburgo o Ulm. Mientras que en
Inglaterra cuenta con las catedrales de Gloucester, Salisbury o Lincoln.
En cuanto a la escuela italiana, podemos diferenciar un gótico más revolucionario, contra el
tradicional en la catedral de Santa María de las Flores de Florencia, o un estilo más próximo al
gótico europeo como en la catedral de Milán.
Catedral de Burgos
Catedral de León
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Cultura visigoda
Sobre la cultura de la época de la que nos toca hablar
no tenemos muchas noticias. Podemos decir que cada uno
de los pueblos dispone de su propia cultura que sigue
desarrollándose también en la primera mitad del siglo VI.
Se sabe que en las ciudades tienen lugar algunos de los
pasatiempos romanos como funciones teatrales o combates
de gladiadores. Sobre este tipo de entretenimiento entre
los godos no tenemos noticias, pero esto no quiere decir,
que no exista.
La vida en la corte de los reyes godos en el siglo V la
describe Sidonio Apolinar 20. Dice, que la corte fue una
mezcla de lo germánico y lo romano. El rey y sus cortesanos pasan el día más o menos
trabajando, su estilo de vida no es muy fastuoso. Sí que hay algunas exhibiciones artísticas,
pero solo en ocasiones especiales. La vida cortesana de la primera mitad del siglo VI
probablemente no se diferencia mucho de la que describimos anteriormente. Cuando queremos
hablar de la ineducación en el reino godo, es preciso constar que la mayoría de la gente que
sabe leer y escribir son los clérigos y también la mayoría de las escuelas está en manos de la
Iglesia. Existen así mismo los laicos letrados, pero hay muy pocos, en general la familia real y
la nobleza más alta. La artesanía florece en las grades ciudades y de los artesanos godos más
preciados podemos nombrar a los joyeros y orfebres.
2.- LA EDAD MEDIA EN TIEMPOS DE AL-ÁNDALUS.
2.1.- La expansión de al-Ándalus.
En el año 711 desembarcaron en la punta de Tarifa soldados
del ejército árabe que avanzaban en su tarea de ampliación
territorial iniciada en los últimos años de la vida del profeta
Mahoma. Tras avanzar por el Norte de África y conquistar
toda la orilla Sur del Mediterráneo, el paso siguiente fue pasar
a la Península Ibérica. La conquista de este territorio por los
árabes hay que entenderla, pues, en el contexto de la
expansión de los árabes por el Mediterráneo. Sin encontrar
gran resistencia, los ejércitos árabes iniciaron la conquista y
ocupación de la Península Ibérica dominada por el reino
visigodo, y dieron a esta tierra el nombre de Al-Ándalus.
Comenzaba así un largo periodo de ocupación musulmana que
pasaría por varias etapas políticas y dejaría una impronta cultural de gran importancia,
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favorecida por la riqueza económica y el empeño de la sociedad andalusí.
Animados por aquel existo, decidieron proseguir
el avance, primero en dirección a Toledo,
posteriormente hacia Zaragoza. En apenas tres años
lograron conquistar la mayor parte de las tierras
hispánicas.
Diversos magnates nobiliarios visigodos
decidieron pactar con los invasores. Se cree que la
conquista la realizaron principalmente mediante
capitulaciones y rendiciones acordadas entre los
señores godos y los conquistadores musulmanes.
Solo las regiones montañosas de las zonas
cantábrica y pirenaica escaparon a su control. Junto a los árabes, que ocupaban los puestos
dirigentes, grupos bereberes engrosaron las filas musulmanas.
2.2.- EL GOBIERNO DE AL-ÁNDALUS.
Durante el tiempo que duró la ocupación musulmana de la Península, el gobierno de al-
Ándalus pasó por cuatro etapas diferentes:
EL EMIRATO DEPENDIENTE DE DAMASCO (716-756)
Entre 716-756 se desarrolla el llamado emirato de Córdoba,
período en que se suceden diversos gobernadores o emires,
nombrados directamente por el califa Omeya de Damasco.
A mediados del siglo VIII se produce una seria escisión en
el imperio musulmán. La dinastía de los abbasíes se subleva
contra los omeyas, llegando a triunfar y efectuando el traslado
del centro de poder desde Damasco a Bagdad. Una de las
primeras órdenes promulgadas es la de matar a todos los
príncipes omeyas existentes.
Abderrahman I, nieto del califa Hisham Ibn Abdelmalik,
fue el único omeya que consiguió escapar. Perseguido de aldea
en aldea, cruzó a nado el río Eufrates, pasando a Palestina y, desde allí, hasta la Península
Ibérica.
Abderramán I
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EMIRATO INDEPENDIENTE OMEYA (756-929)
En el año 756, Abderrahman I, tras hacerse
con el control de Al-Andalus, fue proclamado
emir de Córdoba, independizándose del gobierno
de Bagdad e iniciando uno de los períodos más
ilustres de la historia del Islam. Bajo su
gobierno, que tuvo un signo conciliador, se
unifica Al-Ándalus y se establecen relaciones
diplomáticas con los reinos del Norte, con África
septentrional y con el Imperio Bizantino.
A fines del siglo VIII, la mayoría de la
población, descendiente de los hispanorromanos y de los visigodos, se había convertido al
Islam, recibiendo el nombre de muladíes; sólo en las ciudades quedó una parte de población
que se mantuvo cristiana (mozárabes) y que, en general, fue muy respetada.
CALIFATO DE CÓRDOBA (929-1031)
En el año 929, Abd al-Rahmán III estableció el Califato de
Córdoba, declarando la independencia religiosa de Bagdad,
capital del Califato Abasí.
Tras la ocupación de Melilla en 927 el poder del califato se
extendía asimismo hacia el norte y en 950 el Sacro Imperio
Romano-Germánico intercambiaba embajadores con Córdoba. En
el año 939 un ejército cristiano liderado por Ramiro II de León
derrotó a las huestes árabes enviadas por Abderramán III en
una de sus operaciones de castigo contra el norte. El resultado
de la batalla disuadió a los Omeyas de su intención de instalar
poblaciones árabes en las
inmediaciones del Duero y sus
áreas despobladas.
La de los Omeyas es la etapa política más importante de
la presencia islámica en la península, aunque de corta
duración pues en la práctica terminó en el 1010 con la guerra
civil que se desencadenó por el trono entre los partidarios
del último califa legítimo Hisham II, y los sucesores de su
primer ministro Almanzor. Oficialmente, el Califato de
Córdoba siguió existiendo hasta el año 1031, en que fue
abolido dando lugar a la fragmentación del estado Omeya en
multitud de reinos conocidos como Reinos de Taifas.
Abderramán III
Almanzor
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REINOS DE TAIFAS
Las taifas fueron hasta 39 pequeños reinos en
que se dividió el califato como consecuencia de la
guerra civil. Cuando el último califa Hisham III es
depuesto y proclamada en Córdoba la república,
todas las corás de al-Ándalus que aún no se habían
independizado se autoproclaman independientes.
Cada taifa se identificó al principio con una familia,
clan o dinastía. Así surgen la taifa de los amiríes
(descendientes de Almanzor) en Valencia; la de los
tuyibíes en Zaragoza; la de los aftasíes en Badajoz;
la de los birzalíes en Carmona; la de los ziríes en
Granada; la de los hamudíes en Algeciras y Málaga; y la de los abadíes en Sevilla. Con el paso
de los años, las taifas de Sevilla, Badajoz, Toledo y Zaragoza, constituían las comunidades
islámicas peninsulares.
Imperio Almorávide
La disgregación del califato en múltiples taifas
hizo evidente que sólo un poder político
centralizado y unificado podía resistir el avance
de los reinos cristianos del norte. Así, la
conquista de Toledo en 1085 por parte de
Alfonso VI anunciaba la amenaza cristiana de
acabar con los reinos musulmanes de la península.
Ante tal situación, los reyes de las taifas
pidieron ayuda al sultán almorávide del norte de
África, Yusuf ibn Tasufin, el cual pasó el
estrecho y no sólo derrotó al rey
castellanoleonés en la batalla de Zalaca (1086), sino que conquistó progresivamente todas las
taifas. Pero su brutal ocupación militar termina en fracaso al resistir los castellanoleoneses la
toma de la emblemática capital visigoda de Toledo.
Los primeros indicios del malestar andalusí contra los Almorávides, se produjeron en Córdoba
en 1121. Otras rebeliones se produjeron en distintas ciudades y a partir de 1140 el poder
almorávide empieza a decaer en el norte de África por la presión almohade. En 1144 un sufí,
Ibn Quasi empieza un movimiento anti almorávide y empiezan a surgir los llamados Segundos
reinos de Taifas.
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Imperio Almohade
Los almohades desembarcaron desde 1145 en la
Península Ibérica, y trataron de unificar las
taifas utilizando como elemento de propaganda
su agresión a los reinos cristianos y la defensa
de la pureza islámica. En poco más de treinta
años los almohades lograron forjar un poderoso
imperio que se extendía desde Santarém
(Centro de Portugal) hasta Trípoli (Libia) y
consiguieron parar el avance cristiano cuando
derrotaron a las tropas castellanas en 1195 en
la batalla de Alarcos.
A pesar de los esfuerzos de los
gobernantes, la dinastía almohade tuvo
problemas desde un principio para dominar todo el territorio de al-Ándalus, en especial
Granada y Levante. Por otro lado, algunas de sus posturas más radicales fueron mal recibidas
por la población musulmana de al-Ándalus, ajena a muchas tradiciones bereberes. La victoria
cristiana en la batalla de Las Navas de Tolosa (1212) marca el comienzo del fin de la dinastía
almohade, no sólo por el resultado del encuentro en sí mismo sino por la subsiguiente muerte
del califa al-Nasir y las luchas sucesorias que se produjeron y que hundieron el califato en el
caos político dando lugar a los Terceros reinos de Taifas.
2.3.- La sociedad de al-Ándalus.
El islam sólo reconoce una clase social, la umma o
comunidad de creyentes. En la umma, teóricamente,
todos los creyentes son iguales, y tienen las mismas
obligaciones y derechos. Pero los juristas islámicos
hacen una distinción entre libres y esclavos. La
esclavitud fue una práctica abundante y duradera, que
se ha prolongado hasta nuestros días.
En las zonas conquistadas por el islam, donde existía
además una población cristiana y judía, y se sometían
mediante un pacto, estos no formaban parte de la umma.
Aunque quedaban protegidos, pertenecían a una
sociedad que jurídicamente no existía, sin embargo
tendrían sus jueces y conservarían sus ritos. La sociedad andalusí fue muy compleja. Por un
lado estaban los hispanos visigodos, ya mezclados con los hispanorromanos, los judíos, los
Batalla de las Navas de Tolosa
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árabes y bereberes, los conversos y, por último, las minorías de esclavos y marginados.
Los grupos sociales que convivían el al-Ándalus eran muy complejos por su gran variedad y
origen. A continuación analizaremos los distintos grupos sociales que existían en el mundo
musulmán de al-Ándalus:
Los árabes: fueron la minoría dominante en el al-
Ándalus. Los primeros árabes que llegaron a
España, los conquistadores y sus descendientes,
se diferenciaron de los demás llamándose
baladíes. Los árabes se asentaron,
fundamentalmente, en las ciudades. Hablaban
árabe y latín romance.
Los bereberes: fueron la mayoría musulmana de
los conquistadores, aunque también eran minoría.
Fueron, principalmente, población rural.
Los mozárabes: eran los hispanorromanos e
hispanovisigodos cristianos que vivieron bajo la
dominación árabe. Los mozárabes conservaron
sus riquezas, sus instituciones, su nobleza y su
Iglesia. Los mozárabes utilizaban la lengua latín
romance, entre ellos, y el árabe con los musulmanes.
Mudéjares y moriscos: si los mozárabes fueros los
cristianos que vivieron bajo dominio musulmán, los
mudéjares serán los árabes que vivan bajo dominio
cristiano. Muchos mudéjares se bautizaron, convirtiéndose
en moriscos. Los moriscos se levantaran en numerosas
ocasiones como en 1270, en 1499, o en 1502, en las
Alpujarras.
Los judíos: su papel social era notablemente destacado.
Vivieron fundamentalmente en las ciudades. A diferencia
de los mozárabes vivieron en barrios apartados, en las
juderías.
Los muladíes: eran la mayoría de la población andalusí. Son
los conversos cristianos al islam y sus descendientes.
Los eslavos: fueron la población blanca y rubia de las
fronteras septentrionales del Imperio. Su consideración
social era muy alta, tanto en su condición de esclavos como
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en la de libertos.
Los esclavos: aparte de los cautivos, eran los negros y los renegados, o elches. Eran el
grupo más bajo de la condición social.
La sociedad islámica, como la cristiana, fue básicamente estamental, de tipo feudal. En la
cúspide de la sociedad estaba el califa o el emir, un descendiente del Profeta que estaba por
encima de los demás mortales, pero que gobernaba los asuntos terrenales. El segundo escalón
lo constituía la aristocracia funcionarial. No existía una nobleza como la cristiana. En el tercer
escalón estaban los notables, ricos y poderosos, letrados, comerciantes, artesanos, etc. En su
mayoría fueron bereberes. Por debajo estaba la masa, o pueblo, que era la categoría inferior
de los miembros libres de la sociedad islámica.
La palabra «califato» se deriva del árabe jalîfa, que significa lugarteniente y se aplica al
sucesor del Profeta, no en su misión profética sino sólo en su dignidad real. El califa, por
tanto, no es un Sumo Sacerdote ni un Papa; sino el jefe de la comunidad islámica, de la ley
musulmana y el comandante supremo del ejército.Poseía el poder político judicial y religioso.
2.4.- La religión en al-Ándalus. El islam.
Uno de los elementos más identificativos de la
vida y de las sociedades de Al-Ándalus es la
religión musulmana. Esta importante religión
monoteísta era heredera de muchos elementos de
las religiones de Egipto, del judaísmo y del
cristianismo, pero tenía y tiene una estructura y
muchos elementos profundamente originales. Llegó
a la Península Ibérica en el año 711 y se instaló en
particular en el Valle del Ebro un siglo después de
su nacimiento en la Península Arábica, en la ciudad
de La Meca en el año 622 de la era cristiana. Tras
un siglo desde su nacimiento, por tanto, la religión
musulmana tenía bien estructurados sus elementos
principales que durarán hasta nuestros días.
La religión musulmana tiene y reclama numerosos
antecedentes en Oriente Medio, especialmente en
el llamado Creciente Fértil, desde Mesopotamia a
Egipto, incluida la región montañosa del oeste de la
Península Arábiga. En esta zona se encuentra La
Meca, donde Dios mandó a Abraham construir el
templo de La Kaaba, centro geográfico y espiritual
Kaaba
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del mundo, según la fe musulmana. La religión musulmana
considera también lugar sagrado la ciudad de Medina, donde
Mahoma estableció su capital política y donde está enterrado
y más secundariamente, la ciudad de Jerusalem lugar sagrado
también para los judíos y los cristianos.
El Corán es el libro sagrado para el mundo musulmán como
la Biblia lo es para los cristianos. Así se presenta una ―historia
sagrada islámica‖ desde Adán y Eva a Noé, Abraham y Agar,
Ismael y José, David y Salomón, Jesús y María, Juan
Bautista… La culminación será Mahoma, con la revelación divina
definitiva y con su misión o mensaje, que se irá extendiendo
por el mundo a través de los siglos, hasta la vuelta al mundo de
Jesús, que predicará el islam a los cristianos, morirá y resucitará como los demás hombres y
mujeres, el día del Juicio Final.
El Islam se basa en cinco mandamientos que los creyentes están obligados a cumplir:
Alá es el único Dios y Mahoma su profeta.
Orar cinco veces al día en dirección a La Meca, la ciudad sagrada.
Peregrinar una vez en la vida a La Meca.
Dar limosna a los pobres.
Participar en la guerra santa.
El centro de culto religioso del islam es la mezquita. En ella se
pueden distinguir:
- El minarete (9) o torre desde la cual se llama a la oración.
- El patio de las abluciones (7) que en el centro tiene una fuente
(8) en la cual los musulmanes se lavan para purificar su cuerpo
antes de la oración.
- La sala de la oración (5) con la quibla o muro del fondo (2) en el
cual está el mihrab, hueco que apunta a la Meca (1); la maqsura (3)
o espacio reservado para el príncipe; el mimbar (4) que es el
púlpito desde el cual se da la oración y el sermón.
- La iwan (6) o sala de recepción.
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2.5.- Cultura y arte islámica.
El arte mudéjar es un estilo artístico que se desarrolla
en los reinos cristianos de la Península Ibérica, pero que
incorpora influencias, elementos o materiales de estilo
hispano-musulmán, empezó en el siglo XII.
Se da un nuevo tipo de material, el ladrillo y una nueva
decoración superpuesta a elementos constructivos
cristianos y musulmanes. Los elementos son el ladrillo, la
cerámica y la cubierta de madera.
El arte mudéjar se exporta hacia el sur y sureste, a
tierras todas ellas llanas y con escasas carreteras de
piedra.
El arte mudéjar deja referencia a aquellos musulmanes
que permanecieron en los territorios reconquistados por las
tropas cristianas.
En España quedan en pie numerosos edificios mudéjares como por ejemplo la Mezquita de
Córdoba o la Alhambra de Granada.
Las características de construcciones mudéjares son:
- La planta de la mayoría de los edificios son de una sola nave rectangular.
- La cabecera tiene tramo recto con bóveda de medio
cañón.
- La decoración de los muros de la cabecera está
compuesta por franjas o cuerpos superpuestos de
arcos ciegos de medio punto.
- Las naves se rodeaban de muros normalmente más
pobres. Las puertas con arcos semicirculares algo
apuntados.
- Las cornisas estaban sostenidas habitualmente por
filas superpuestas de ladrillos.
- Las cubiertas del techo anulaba la necesidad del uso de contrafuertes de las iglesias
romanas abovedadas.
Techo mudéjar
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- Las torres no tienen una ubicación fija con respecto al resto de la iglesia. En cuanto a
su estructura interna, la mayoría son huecas, con escaleras de madera adosadas a los
muros.
Monumentos principales:
3.- LA RECONQUISTA.
3.1.- Los reinos cristianos.
El término reconquista es históricamente inexacto, pues los reinos cristianos que
«reconquistaron» el territorio peninsular se formaron después de la invasión islámica, a pesar
de los intentos de algunas de estas monarquías por presentarse como herederas directas del
antiguo reino visigodo.
El término parecería asimismo confuso, más aún considerando el hecho de que tras el
derrumbe de califato (a comienzos del siglo XI), los reinos cristianos optaron por una política
Giralda de la catedral de
Sevilla. Antiguo minarete
de la mezquita.
Torre del Oro - Sevilla
Alhambra de Granada
Mezquita de Córdoba
Alcázar de Sevilla
19
de dominio tributario sobre las Taifas en lugar de por una clara expansión hacia el sur; o las
pugnas entre las diferentes coronas –y sus luchas dinásticas-, que solo alcanzaron acuerdos de
colaboración contra los musulmanes en momentos puntuales.
La Reconquista dio lugar a la aparición de una serie de reinos cuyo afán por recuperar las
tierras hispanas llevó a la creación de un estado único al final de la Edad Media.
El reino de Asturias
En el año 718 un noble llamado Pelayo se sublevó en las montañas
del norte. Fracasó, fue hecho prisionero y enviado a Córdoba. Sin
embargo, consiguió escapar y organizó una segunda revuelta en los
montes de Asturias, que empezó con la batalla de Covadonga de 722.
Esta batalla se considera el comienzo de la Reconquista.
La realidad es que esta victoria de Covadonga tuvo una
importancia tal que polarizó en torno a Don Pelayo un foco de
independencia del poder musulmán, lo cual le permitió mantenerse
independiente e ir incorporando nuevas tierras a sus dominios y ser
proclamado primer rey del Reino de Asturias.
El Reino de Navarra.
El Reino de Pamplona, posteriormente llamado Reino de Navarra,
tuvo como origen la propia familia gobernante, que había pactado con
los muladíes de Tudela, la familia Banu Qasi. Su primer rey fue Íñigo
Arista. A principios del siglo X, la familia Jimena sustituye a la Arista
y el primer rey es Sancho Garcés I, que tiene un gran éxito militar.
Pamplona llegó a controlar lo que actualmente es Navarra, La Rioja y lo
que en la actualidad es el País Vasco, y a unir dinásticamente los
condados de Castilla y Aragón, Sobrarbe y Ribagorza, en los Pirineos,
en tiempos de Sancho el Mayor. A su muerte legó su reino a García
Sánchez III de Pamplona. Reino de Navarra
La Marca Hispánica y los Condados Catalanes
El territorio situado entre el oriente de Navarra y el mar se dividió en condados sometidos
a los francos. Los condados catalanes fueron divisiones de la zona occidental de la Marca
Hispánica y los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza ocupaban la zona intermedia. Fue
una zona de contención militar que tomaron los francos para frenar las incursiones sarracenas.
Escudo del Reino de
Asturias
20
Si bien la intención inicial de éstos era llevar las fronteras hasta el Ebro, la Marca quedó
delimitada por los Pirineos en el norte y por el Llobregat en el Sur. Con el tiempo se
independizó del dominio franco con condes como Wifredo el Velloso y Aznar Galíndez.
En la zona de los posteriormente denominados condados catalanes, el Condado de
Barcelona se convirtió muy pronto en el condado dominante de la zona. Con el tiempo, tras la
unión dinástica entre el Reino de Aragón y el conjunto de condados vinculados al de Barcelona,
daría origen a la Corona de Aragón. Posteriormente, los dominios de esta corona se
extendieron hacia el sur y el Mediterráneo.
La Corona de Aragón
El Reino de Aragón nace en 1035, por la unión de los condados de
Aragón, Sobrarbe y Ribagorza en la figura de Ramiro I.
En 1035 Ramiro, hijo natural de Sancho III de Navarra y baiulus
del condado de Aragón, incorpora a este los condados de Sobrarbe y
Ribagorza, que habían estado bajo el gobierno de su hermanastro
Gonzalo. Desde el reinado de su hijo Sancho Ramírez fue
considerado el primer rey de Aragón.
La legitimidad de la nueva dinastía la logran los reyes Sancho
Ramírez y Pedro I al poner el reino bajo el amparo de la Santa Sede.
Así el Reino de Aragón pasó a formar parte de los estados
occidentales.
El rey de Navarra, Sancho Garcés IV de Navarra fue asesinado por su propio hermano en
1076. Los navarros, no queriendo ser gobernados por el fratricida, eligieron por rey a Sancho
Ramírez de Aragón, quien incorporó la corona de Pamplona a la de Aragón.
El rey Pedro I de Aragón (1070 - 1104) conquistó Huesca en 1095. En 1101 tomó Barbastro
y Sariñena, y tomó Tamarite de Litera en 1104.
Durante el reinado de Alfonso I el Batallador
(1104 - 1134, se conquistaron los núcleos urbanos
y comarcas de Tudela, Tarazona, Calatayud,
Daroca y Zaragoza. La toma de Zaragoza supuso
la caída de todo el reino moro.
El rey Batallador, quien había fracasado en su
matrimonio con la reina castellana Urraca, no
tuvo descendencia. En su singular testamento,
hizo herederas de sus reinos a las órdenes
Corona del Reino de
Aragón
Corona de Aragón
21
militares, pero nadie pensó en cumplir dicho testamento y los nobles aragoneses, reunidos en
Jaca reconocieron a su hermano Ramiro como rey. Por su parte, los navarros eligieron a García
Ramírez, lo que determinó la separación del Reino de Navarra. En ese momento Ramiro era
obispo de Roda-Barbastro, pero tuvo que ocupar el trono.
En 1137 Ramiro II el Monje pactó los esponsales de Petronila de Aragón, con Ramón
Berenguer IV de Barcelona. El hijo de ambos, Alfonso II, fue el primer rey en heredar los
títulos de rey de Aragón y conde de Barcelona.
Fernando II (1479 - 1516) casó con Isabel I de Castilla. El nieto de ambos, Carlos I,
heredó ambas coronas, pero manteniendo cada una sus propias leyes y costumbres.
La Corona de Castilla
El Reino de León surgió a partir del Reino de
Asturias. Castilla fue en principio un condado
dentro del Reino de León. En la segunda mitad del
siglo X, durante las guerras civiles leonesas, se
comportó con cada vez mayor independencia, para
caer finalmente en la órbita navarra en el reinado
de Sancho III el Grande, que aseguraría el
condado para su hijo Fernando Sánchez a través
de su esposa Muniadona tras el asesinato del
conde García Sánchez en 1028.
En el año 1037, Fernando I se rebeló contra el
rey de León, Bermudo III, que murió en la batalla
de Tamarón, convirtiéndose en rey de León a
través de su matrimonio con la hermana de
Bermudo, Sancha.
A la muerte de Fernando, dividió sus estados
entre sus hijos. Su favorito, Alfonso, recibió el
reino de León y la primacía que este título le
otorgaba sobre sus hermanos. A Sancho le
correspondió el estado patrimonial de su padre, el
Condado de Castilla, elevado a categoría de reino,
y el menor, García, recibió Galicia. La división duró
poco: entre 1071 y 1072 Sancho derrocó a sus
hermanos y se anexionó sus estados, pero murió
asesinado este último año, con lo que su hermano
Alfonso logró reunificar de nuevo la herencia de
Fernando I, que permaneció unido hasta el 1157.
Bandera y Escudo
del Reino de
Castilla
22
Este año falleció el emperador Alfonso VII,
legando León a Fernando II y Castilla a Sancho III.
Sancho fue sucedido por Alfonso VIII, y Fernando
II fue por Alfonso IX, de cuyo matrimonio con
Berenguela de Castilla, hija de Alfonso VIII
engendró a Fernando III, el futuro Rey Santo.
Al morir el hijo y sucesor de Alfonso de Castilla,
Enrique I, en 1217, Fernando heredó de su madre el
Reino de Castilla y accedió en 1230, tras la muerte
de su padre, al de León. Asimismo, aprovechó la
debilidad del reino almohade para avanzar
enormemente la Reconquista, tomando el valle del Guadalquivir mientras que su hijo Alfonso
conquistaba el Reino de Murcia.
3.2.- La expansión de la Reconquista
Los hispanos-godos que no quisieron someterse
a la dominación musulmana se refugiaron en las
montañas de Asturias y en los altos valles de los
Pirineos. Desde estos lugares se inició la
reconquista, una rebelión contra el invasor que se
mantuvo durante más de siete siglos.
Al frente de la rebelión de los astures se puso
Don Pelayo, noble godo y primer rey (718-737) de
Asturias y León, que obtuvo su primera victoria
sobre el Islam en Covadonga (722). Años después,
su sucesor, Alfonso I (739-757), recorrió el Valle del Duero y trasladó, hasta Asturias, a los
cristianos que por allí estaban desperdigados. De
esta forma, consolidó su pequeño reino y la meseta
septentrional se convirtió en un territorio de
nadie entre los dominios musulmán y cristiano.
La penetración al sur del Duero se había
iniciado en el siglo X, tras la victoria de Simancas
en el 939, pero no se había consolidado, y durante
la época de Almanzor se habían perdido esos
territorios. El avance se reanudará a mediados del
siglo XI, tras la caída del califato, por Fernando
(1029-1065) rey de Castilla y de León. En el 1037
Castilla se convierte en reino, y luchará por la
Corona de Castilla
Reparto de los territorios en el año 1212
23
hegemonía en la península con León, aunque la mayor
parte del tiempo es la misma corona. Los reinos de
Castilla y de León son independientes entre los años,
1065 al 1072 y 1157 al 1230, año de la unión definitiva.
El avance hacia el sur del reino castellano-leonés se
caracteriza no sólo por la ocupación de tierras, sino
por el cobro de parias a las taifas musulmanas.
En 1195, Alfonso VIII de Castilla es derrotado en
Alarcos. La reacción cristiana llegó en el año 1212 y en
la batalla de las Navas de Tolosa, donde los reyes de
Castilla, Aragón y Navarra, al frente de sus respectivas tropas, derrotaron al ejército
almohade.
Después de las Navas de Tolosa, la España musulmana fue cayendo en poder de los
cristianos. Tras la conquista de Mallorca (1229) y Valencia (1238) por Jaime I de Aragón; de
Córdoba (1236) y Sevilla (1248) por Fernando III de Castilla y León, y de Cádiz y el reino de
Murcia por Alfonso X; solo quedó en manos musulmanas el reino de Granada, que subsistió dos
siglos como vasallo y tributario de la corona de Castilla. Finalmente el 3 de enero de 1492 se
firman las Capitulaciones de Santa Fe, lo que significaría la rendición del reino nazarí y el final
de la Reconquista.
3.3.- La sociedad cristiana
La sociedad de la baja Edad Media era estamental y
feudal, en la que el conocimiento de otras regiones era
muy limitado. En esta época estaban vivos varios idiomas
en la Península: castellano, leonés, galaico-portugués,
catalán, árabe, etc.
Pero la característica más llamativa de la sociedad de
la baja Edad Media era que con el fin de la Reconquista
dejó de ser un pueblo de frontera y guerrero, para pasar
a ser una sociedad estamental más cerrada y con menos
posibilidades de promoción entre clases sociales,
cobrando más importancia el linaje de sangre.
Había dos clases privilegiadas: la nobleza y el clero. La primera continuó aumentando como
durante la reconquista, pero no a base de tierras, sino de poderes. Esta nueva nobleza forma
la Curia Regia. Por debajo de ellos estaban los caballeros e hidalgos, con un menor poder
económico, pero con honra y privilegios.
Reino de Granada
24
El clero disfrutaba de similares privilegios. Eran
perceptores de impuestos y estaban exentos de tasas. Entre
ellos también había diferencias importantes, ya que no eran
lo mismo los párrocos de las aldeas que los obispos de las
diócesis. Las órdenes religiosas tenían tintes señoriales,
ejerciendo jurisdicción en sus propiedades.
La mayoría de la población pertenecía a las clases no
privilegiadas, es decir, que estaba sometida a una legislación
común y pagaban impuestos, aunque dentro de ello había
asociaciones privilegiadas.
La mayor parte eran campesinos, que pagaban los
impuestos y debían prestar vasallaje a los señores nobles. Se
podía distinguir entre “ingenui”, que eran libres y podían
elegir como señor a quién quisieran; y los “mansos”, que
estaban sujetos a las tierras y eran vendibles con ellas.
Durante los siglos XIV y XV comienza a despuntar una
nueva clase social, la burguesía. Son mercaderes y artesanos
importantes de las ciudades y controlan el poder municipal.
Solían agruparse en gremios y cofradías para controlar la
producción y su actividad profesional.
Pero en esta sociedad también había minorías
perseguidas, generalmente urbanas. Los judíos y los
mudéjares son las más importantes. La esclavitud también
está en declive. Contra estas minorías se promulgan decretos
con prohibiciones sobre el matrimonio, ejército, algunos
oficios, etc. En 1412 se ordena el encerramiento de los judíos
y de los moros en barrios separados y se les obliga a
conversiones forzosas.
3.4.- Cultura y arte cristianos.
Los siglos XI y XIII fueron testigos de una intensa actividad en la construcción de
iglesias. Al utilizar la forma de la basílica los maestros constructores remplazaron los techos
planos de madera por grandes cúpulas de piedra conocidas como bóvedas de cañón o bóvedas
cilíndricas.
Cientos de nuevas catedrales, abadías e iglesias de peregrinación —así como miles de
iglesias parroquiales de las villas rurales— se construyeron en los siglos XI y XII. La
extraordinaria actividad constructiva reflejó tanto la cultura religiosa revivida como la
25
riqueza incrementada de la época, gracias a la
agricultura, el comercio y el crecimiento de las
ciudades.
Las catedrales del siglo XI y XII se
construyeron con un estilo verdaderamente
internacional: el estilo románico. La construcción
de las iglesias exigió los servicios de maestros
constructores profesionales, cuya contratación a lo
largo de toda Europa garantizó una homogeneidad
internacional de las características básicas.
Ejemplos sobresalientes de las iglesias románicas
pueden encontrarse en Alemania, Francia y España.
Los ocho siglos que duró la Reconquista (711–
1492) llevada a cabo por los reinos cristianos del
norte para recuperar las tierras sometidas por los
musulmanes mantuvieron la Península Ibérica en
permanente estado de guerra. Si se añaden a ello
las tensiones internas entre la nobleza y la
monarquía, frecuentes durante la Baja Edad Media
y el Renacimiento, que derivan a veces en auténtica
guerra civil, se comprende fácilmente el papel que
jugaron los castillos y el por qué de su abundancia
en España.
La cultura tras la reconquista.
En los territorios dominados por los musulmanes
continuaban existiendo, separadas pero
pacíficamente, comunidades cristianas (con
religión, idioma y leyes propias). Eran los llamados
mozárabes. Estos eran respetados al principio,
pero poseían menos derechos y más desventajas
frente a los musulmanes (no podían construir
nuevas iglesias, pagaban impuestos especiales...). La
tolerancia se perdió a medida que avanzaba la
conquista de la península (de los territorios que
antes pertenecían al dominio de los visigodos por
los Estados cristianos del norte, en buena parte herederos de los visigodos) y con la llegada
de los almorávides y almohades del Norte de África.
También en los territorios que habían vuelto a pasar bajo el dominio de los reyes cristianos
26
seguían viviendo musulmanes. Así se producía un
intercambio cultural importante entre musulmanes y
cristianos. Junto con estas dos culturas coexistía la
judía. Sabían, además del hebreo, el árabe y el
castellano, por lo que tenían un papel importante en la
traducción de textos a diversos idiomas (junto con
traductores cristianos en la Escuela de Traductores
de Toledo). Las figuras más importantes dentro de la
cultura de la época son el filósofo judío Moisés
Maimónides y el árabe Averroes. Gracias a la
traducción al latín, los textos árabes tendrían difusión
en otros países europeos, y no fue menos importante el hecho de que los árabes habían
conservado y traducido una inmensa cantidad de textos griegos y latinos, que por esta vía
volvieron a ser parte de la cultura europea.
Todavía hoy en día quedan en España influencias muy
importantes de aquella época: unas 4.000 palabras de origen
árabe (muchos nombres y sustantivos aunque muy pocos
verbos), empleadas lógicamente con mayor profusión cuanto
más al sur, monumentos de la época (fortalezas como La
Alhambra, mezquitas como la de Córdoba), iglesias y palacios
de estilo cristiano-musulmán
(mudéjar), pueblos blancos,
gastronomía (el empleo
generalizado de especias y
verduras en los distintos platos, la
introducción de la pasta en Europa, infinidad de platos de nuestra
comida actual, dulces de origen musulmán, el empleo de vajilla de
cristal, o el orden de las comidas -1er plato, sopa, 2º plato, carne
o pescado y postre), diversas costumbres, como el hecho de llevar
ropas claras en verano o llenar de flores y plantas los patios de las
viviendas en el sur, así como la gran influencia que tuvieron la
ciencia, la tecnología, la literatura y la filosofía no sólo en España,
sino en Europa.
Averroes
Maimónides
27
El CID CAMPEADOR
Rodrigo Díaz de Vivar, llamado El Cid Campeador; Vivar,
actual España, 1043 - Valencia, 1099) Caballero castellano.
Hijo de Diego Laínez, descendiente del semilegendario Laín
Calvo, quedó huérfano a tierna edad y fue educado junto al
infante Sancho, hijo del rey Fernando I de Castilla y León,
quien, al acceder al trono castellano, lo nombró alférez real
(1065). Hacia 1066, el prestigio de Rodrigo Díaz se vio
notablemente incrementado a raíz de su victoria en el
combate singular que mantuvo con el caballero navarro
Jimeno Garcés, para dirimir el dominio de unos castillos
fronterizos que se disputaban los monarcas de Castilla y
Navarra; el triunfo le valió el sobrenombre de Campeador.
Con la muerte de Sancho II en el cerco de Zamora y tras la jura de Santa Gadea tomada
por Rodrigo al nuevo rey castellano, Alfonso VI, la suerte del Cid cambió y su gran capacidad
fue desechada por la ira y envidia del nuevo monarca. Tras esto, el Cid tomó matrimonio con
Jimena, hija del Conde de Oviedo, nieta de Alfonso VI y biznieta de Alfonso V el 19 de Julio
de 1074.
En 1079, se dirige a Sevilla para cobrar los tributos (parias) del rey de Sevilla a Alfonso
VI. Esta en ello cuando él y el rey de Sevilla fueron atacados por el rey de Granada y García
Ordoñez. Las mesnadas del Cid consiguen vencer a los asaltantes y Rodrigo humilla a García
Ordóñez en el castillo de Cabra, pero a la vuelta a Burgos, este último, y Pedro Ansúrez,
desencadenan traición contra el Cid, consiguiendo que Alfonso VI le destierre, y prohíbe a
todos los burgaleses darle ayuda o aposento alguno. Esta etapa duró unos 6 años los cuales
fueron aprovechados por Rodrigo y sus hombres para hacer de Zaragoza su cuartel general y
luchar en el Levante.
Vuelve a Burgos en 1087 pero poco duró su paz con el rey
por lo que marchó hacia Valencia donde se convirtió en el
protector del rey Al-Cádir y sometió a los reyezuelos de
Albarracín y Alpuente. El almorávide Yusuf cruza en 1089 el
estrecho de Gibraltar y el rey Alfonso pide ayuda al
caballero castellano, pero por un mal entendido entre ambos
surge una nueva rencilla entre el rey y su leal súbdito y el
monarca le destierra por segunda vez en 1089.
En los diez años siguientes, la fama del Cid se acrecentó
espectacularmente al contrario que el reinado del rey. En
menos de un año el Cid se hizo señor de los reinos moros de
Lérida, Tortosa, Valencia, Denia, Albarracín, y Alpuente.
28
En torno al 1093, matan a su protegido de Valencia Al-
Cádir, ciudad que fue tomada por Ben Yehhaf. El Cid asedió
durante 19 meses la ciudad y finalmente entró triunfal en
junio de 1094. Rodrigo se convirtió en el señor de Valencia,
otorgó a la ciudad un estatuto de justicia envidiable y
equilibrada, restauró la religión cristiana y al mismo tiempo
renovó la mezquita de los musulmanes, acuñó moneda, se
rodeó de una corte de estilo oriental con poetas tanto árabes
como cristianos y gentes eminentes en el mundo de las leyes.
Aún habría de combatir numerosas batallas, como la que el
mismo año le enfrentó al emperador almorávide Mahammad,
sobrino de Yusuf, el cual se presentó a las puertas de
Valencia con 150.000 caballeros. La victoria fue total, tan
grande fue el número de enemigos como grande fue el botín a
ellos recogido.
En 1097 muere en la batalla de Consuegra su único hijo varón, Diego. El domingo 10 de julio
de 1099, muere el Cid. Toda la cristiandad lloró su muerte.
El Cantar del Mio Cid
Es el mayor de los cantares de gesta españoles de la Edad
Media y una de las obras clásicas de la literatura europea; es
el que por antonomasia lleva el nombre del héroe: el Mio Cid.
Compuesto a finales del siglo XII o en los primeros años del
siglo XIII, estaba ya acabado en 1207, cuando cierto Per
Abbat (o Pedro Abad) se ocupó de copiarlo en un manuscrito
del que, a su vez, es copia el único que hoy se conserva (falto
de la hoja inicial y de dos interiores), realizado en el siglo
XIV y custodiado en la Biblioteca Nacional de Madrid. La
datación del poema allí recogido viene apoyada por una serie
de indicios de cultura material, de organización institucional y
de motivaciones ideológicas. Más dudas plantea su lugar de
composición, que sería Burgos según unos críticos y la zona de
Medinaceli (en la actual provincia de Soria), según otros. La
cercanía del Cantar a las costumbres y aspiraciones de los habitantes de la zona fronteriza
entre Castilla y al-Ándalus favorece la segunda posibilidad. Aunque hay quien opina que
pudiera ser el autor y no mero copista.
El manuscrito, de gran belleza, contiene varias faltas, algunas corregidas. Esto es debido a
una finalidad de uso por parte de los juglares.
29
Su espada y su caballo
Las espadas medievales
eran muy grandes y con
muchos adornos, pesaban
mucho y se cogían con dos
manos. En esta época era muy
corriente poner nombre a las
espadas. En este caso, la
espada del Cid poseyó dos
espadas, llamadas Tizona y
Colada.
Por otro lado, su caballo,
Babieca era fuerte y de color
gris. Según dice la leyenda, su esposa Doña Jimena montó al Cid una vez muerto sobre su
caballo; lo ató a él y lo mandó contra los musulmanes. Cuando estos le vieron aparecer se
rindieron, pues creían al Cid muerto y no esperaban verlo vivo.
Colada
Tizona
30
LOS CABALLEROS TEMPLARIOS
La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, comúnmente
conocida como los Caballeros Templarios o la Orden del Temple
fue una de las más famosas órdenes militares cristianas.
Fue en 1118 o 1119, apenas creado el reino de Jerusalén y
elegido Balduino I como rey, cuando nueve de los caballeros que
participaron en la Cruzada decidieron quedarse a defender los
Santos Lugares y a los peregrinos cristianos que iban a ellos.
Balduino I necesitaba organizar el reino y no podía dedicar
muchos recursos a la protección de los caminos por lo que
concedió a esos caballeros un lugar donde reposar y mantener
sus equipos, otorgándoles derechos y privilegios, entre los que
contaban un alojamiento en su propio palacio.
Este fue el origen de la Orden del Temple, cuyas reglas
fueron aprobadas de manera oficial por la Iglesia Católica en 1129, en el Concilio de Troyes.
El número de miembros aumentó de manera significativa al
ser aprobada su regla y ese fue el inicio de la gran expansión
de los pauvres chevaliers du temple (en francés: pobres
caballeros del templo). Hacia 1170, unos cincuenta años
después de su fundación, los Caballeros de la Orden del
Templo se extendían ya por tierras de lo que hoy es Francia,
Alemania, el Reino Unido, España y Portugal. Esta expansión
territorial contribuyó al enorme incremento de su riqueza,
que pronto no tuvo igual en todos los reinos de Europa.
Los Caballeros Templarios empleaban como distintivo un manto blanco con una cruz roja
dibujada. Los miembros de la Orden del Templo se encontraban entre las unidades militares
mejor entrenadas que participaron en las Cruzadas.
Jacques de Molay, último
gran maestre de la orden
Cruz paté, símbolo de los
templarios
Sello templario. Representa a
dos caballeros montando un
mismo caballo.
Escudos templarios
31
El éxito de los templarios se encuentra estrechamente
vinculado a las Cruzadas. Tuvieron una destacada actuación en la
segunda cruzada, protegiendo al rey Luis VII de Francia en las
derrotas que éste sufrió a manos de los turcos. Así mismo, la
pérdida de Tierra Santa derivó en la desaparición de los apoyos
de la Orden.
Además, los rumores generados en torno a la secreta
ceremonia de iniciación de los templarios crearon una gran
desconfianza.
Felipe IV de Francia,
considerablemente endeudado con la
Orden comenzó a presionar al Papa Clemente V con el objeto de
que éste tomara medidas contra sus integrantes. En 1307, un
gran número de templarios fueron arrestados, inducidos a
confesar bajo tortura y posteriormente quemados en la hoguera.
En 1312, Clemente V cedió a las presiones de Felipe y disolvió la
Orden. La brusca desaparición de su estructura social dio lugar a
numerosas especulaciones y leyendas, que han mantenido vivo el
nombre de los Caballeros Templarios hasta nuestros días.
Espada templaria
32
LAS CRUZADAS
Las cruzadas fueron una serie de campañas
militares comúnmente sostenidas por motivos
religiosos llevadas a cabo por gran parte de la
Europa latina cristiana, en particular, de los
francos de Francia y el Sacro Imperio Romano.
Las cruzadas, con el objetivo específico de
restablecer el control cristiano de Tierra Santa,
se libraron durante un período de casi 200 años,
entre 1095 y 1291. Otras campañas en España y
en Europa oriental continuaron hasta el siglo XV.
Las cruzadas fueron sostenidas principalmente
contra los musulmanes, aunque también varias
campañas se hicieron contra los eslavos paganos, judíos, los cristianos ortodoxos griegos y
rusos, los mongoles, los cátaros, husitas, valdenses, prusianos, y principalmente a los enemigos
políticos de los papas. Los cruzados tomaron votos y se les concedió la penitencia por los
pecados del pasado, a menudo llamada indulgencia.
Primera cruzada.
La Primera Cruzada inició el complejo
fenómeno histórico de campañas militares,
peregrinaciones armadas y expansión
colonial en Oriente Próximo que convulsionó
esta región durante los siglos XI y XIII y
que es denominado por la historiografía
como las Cruzadas.
Aprovechando la llamada de auxilio del
Emperador bizantino Alejo I, enfrentado
con los turcos, el Papa Urbano II predicó en
1095 a los diferentes estados cristianos
romanos de Europa Occidental la conquista
de la llamada Tierra Santa.
Los cruzados penetraron en el llamado Sultanato de Rüm y avanzando hacia el sur, fueron
apoderándose de diversas ciudades y rechazando las fuerzas enviadas en su contra por los
gobernadores divididos en sus disputas internas, hasta que adentrándose en los territorios de
la dinastía Fatimí, conquistaron en el 1099 la ciudad de Jerusalén.
Conquista de Jerusalén por parte de los cruzados
33
Segunda cruzada.
A diferencia de la primera, en esta participaron
reyes de la cristiandad, encabezados por Luis VII de
Francia y por el emperador germánico Conrado III. Los
desacuerdos entre franceses y alemanes, así como con
los bizantinos, fueron constantes en toda la expedición.
Cuando ambos reyes llegaron a Tierra Santa (por
separado) decidieron que Edesa era un objetivo poco
importante y marcharon hacia Jerusalén. Desde allí,
para desesperación del rey Balduino III, en lugar de
enfrentarse a Nur al-Din eligieron atacar Damasco,
estado independiente y aliado del rey de Jerusalén. La
expedición fue un fracaso, ya que tras sólo una semana de asedio infructuoso, los ejércitos
cruzados se retiraron y volvieron a sus patrias. Con este ataque inútil consiguieron que
Damasco cayera en manos de Nur al-Din, que progresivamente iba cercando los Estados
francos. Más tarde, el ataque por parte de Balduino II a Egipto iba a provocar la intervención
de Nur al-Din en la frontera sur del reino de Jerusalén, preparando el camino para el fin del
reino.
Tercera cruzada.
La Tercera Cruzada (1189 d.C–1192 d.C) fue un intento europeo
de recuperar Tierra Santa del poder de Saladino. Es conocida
también como Cruzada de los Reyes.
Tras el fracaso de la Segunda Cruzada, Nur ad-Din se hizo con
el control de Damasco y unificó Siria. Con la finalidad de extender
su poder, Nur ad-Din puso los ojos en la dinastía fatimí de Egipto.
En 1163, su general de más confianza, Shirkuh, emprendió una
expedición militar hacia el Nilo.
Acompañaba al general su joven
sobrino, Saladino. A la muerte de Nur
ad-Din se proclamó sultán de Egipto y
Siria.
A la muerte del rey Balduino IV, su sucesor declaró la guerra a
los musulmanes. Los cruzados, se enfrentaron a las tropas de
Saladino en los Cuernos de Hattin. Los ejércitos cristianos fueron
derrotados, dejando el reino indefenso y perdiendo uno de los
fragmentos de la Vera Cruz. Saladino procedió a ocupar la mayor
parte del reino, salvo las plazas costeras, abastecidas desde el
mar, y en octubre del mismo año conquistó Jerusalén.
Ricardo Corazón de León
Saladino
34
Cuarta cruzada.
La Cuarta Cruzada (1202–1204)
fue una expedición militar
organizada como una cruzada para
reconquistar Tierra Santa, pero que
varió su rumbo, terminando con la
conquista y el saqueo de
Constantinopla, capital del Imperio
bizantino.
En 1199, el Papa Inocencio III,
deseoso de establecer la autoridad
de la Santa Sede en todo el orbe
cristiano, tenía un gran interés por los asuntos de los estados cristianos de Oriente.
Inicialmente, los cruzados fueron empleados para luchar contra los húngaros en Zara, por
lo que fueron excomulgados por el Papa. Desde allí se dirigieron hacia Bizancio, donde
consiguieron instalar a Alejo IV en el trono en 1203. Sin embargo, no pudo cumplir las
promesas hechas a los cruzados, lo que originó toda clase de disturbios. Fue depuesto por los
propios bizantinos, que coronaron a Alejo V. Esto provocó la intervención definitiva de los
cruzados, que conquistaron la ciudad el 12 de abril de 1204. El saqueo de la ciudad fue
terrible. Miles de cristianos (incluyendo mujeres y niños) fueron asesinados por los cruzados.
Desvalijaron y destruyeron mansiones, palacios, iglesias y la propia basílica de Santa Sofía.
Europa occidental recibió un aluvión de obras de arte y reliquias sin precedentes, producto de
este saqueo.
Quinta cruzada
La V Cruzada fue proclamada por Inocencio III en
1213 y partió en 1218 bajo los auspicios de Honorio III,
uniéndose al rey cruzado Andrés II de Hungría, quien
llevó hacia oriente el ejército más grande en toda la
Historia de las Cruzadas. Como la IV Cruzada, tenía
como objetivo conquistar Egipto. Tras el éxito inicial de
la conquista de Damieta en la desembocadura del Nilo,
que aseguraba la supervivencia de los Estados francos,
a los cruzados les pudo la ambición e intentaron atacar
El Cairo, fracasando y debiendo abandonar incluso lo
que habían conquistado, en 1221.
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Sexta cruzada
La organización de la VI Cruzada fue un tanto
rocambolesca. El papa había ordenado al emperador
Federico II Hohenstaufen que fuera a las cruzadas
como penitencia. El emperador había asentido, pero
había ido demorando la partida, lo que le valió la
excomunión. Finalmente, Federico II (que tenía
pretensiones propias sobre el trono de Jerusalén)
partió en 1228 sin el permiso papal.
Sorprendentemente, el emperador consiguió recuperar
Jerusalén mediante un acuerdo diplomático. Se
autoproclamó rey de Jerusalén en 1229 y también obtuvo Belén y Nazaret.
Séptima cruzada
La Séptima Cruzada fue liderada por Luis IX de Francia
entre 1248 y 1254. En 1244 los musulmanes retomaron
Jerusalén tras la tregua de diez años que siguió a la Sexta
Cruzada. Este hecho no supuso el gran impacto que en
ocasiones anteriores, debido a que Occidente ya había visto
como Jerusalén cambiaba de manos en diversas ocasiones. La
llamada a la cruzada, por tanto, no fue inmediata ni
generalizada. Los monarcas europeos estaban ocupados en
sus asuntos internos, y sólo el rey de Francia, Luis IX (San
Luis), declaró su intención de tomar la cruz en 1245. Como
en la V cruzada, se dirigió contra Damieta, pero fue
derrotado y hecho prisionero en Mansura (Egipto) con todo
su ejército.
Octava cruzada
Entre los años 1265 y 1268, los egipcios mamelucos conquistaron una serie de territorios
cristianos en el litoral de Palestina y del Líbano, como Haifa o Antioquía, además de Galilea y
de Armenia. El Oriente Medio vivía una época de anarquía entre las órdenes religiosas que
deberían defenderlo, así como entre comerciantes genoveses y venecianos. El rey de Francia
Luis IX (San Luis), retomó entonces el espíritu de las cruzadas y lanzó una nueva iniciativa
armada, la Octava Cruzada, en 1270, aunque sin gran repercusión en Europa. Los objetivos
eran ahora diferentes de los proyectos anteriores: geográficamente, el teatro de operaciones
no era el Levante si no Túnez, y el propósito más que militar, era la conversión del emir de la
misma ciudad norteafricana.
Luis IX de Francia (San Luis)
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Luis IX partió inicialmente para Egipto, donde gobernaba la
nueva dinastía mameluca con el sultán Baibars. Se dirigió
después para Túnez, con la esperanza de convertir al emir de
la ciudad y al sultán al cristianismo. El emir Maomé lo recibió
con las armas. La expedición de San Luis terminó como casi
todas las otras expediciones, en una tragedia. No llegaron
siquiera a tener oportunidad de combatir, apenas
desembarcaron las fuerzas francesas en Túnez, fueron
acometidas por una peste que asolaba la región, segando
incontables vidas entre los cristianos, entre ellos San Luis y
uno de sus hijos. El hijo del rey, Felipe el Audaz, firmó un
tratado de paz con el sultán y volvió a Europa.
Aunque algunos papas intentaron predicar nuevas cruzadas,
ya no se organizaron más y, en 1291, los cruzados evacuaron
sus últimas posesiones en Tiro, Sidón y Beirut tras la caída de San Juan de Acre. A fin de
cuentas, el único triunfo relevante de la Cristiandad durante los dos siglos de más de ocho
cruzadas fue la toma de Jerusalén por Godofredo de Bouillón en la primera cruzada en el año
1099, la cual, a pesar de las innumerables matanzas de sarracenos, judíos (hombres, mujeres y
niños), logró sostener la Ciudad Santa por muchos años, y encontró los objetivos marcados
inicialmente por los defensores de la idea de reconquistar la tierra llamada santa para los
cristianos de Europa.
Toma de San Juan Acre
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LOS VIKINGOS
Este nombre nórdico y antiguo es el principal de los
dados a miembros de los Pueblos germánicos de
Escandinavia, famosos por sus incursiones y pillajes en
Europa. Dependiendo del contexto y de la interpretación
del autor, puede usarse el nombre para referirse a los
incursores de esta procedencia o a sus países de origen.
Si bien existen referencias vagas a pueblos germanos
del Báltico y Escandinavia en las fuentes latinas, sus
ataques y su aparición en la escena política europea
cobran relevancia con el saqueo del monasterio de
Lindisfame en el norte de Gran Bretaña. Al que pronto
siguieron ataques a otros monasterios.
Las crónicas de los dos siglos siguientes están repletas de relatos aterradores. Su actuar
violento aterrorizó a las antiguas comunidades que, aunque acostumbradas a la guerra no
tenían forma de prever cuándo habría una incursión y sufrían una carencia de poderes fuertes
en los comienzos de la Edad Media. Estos ataques sumados a los de los húngaros y bávaros, a
la presión de pueblos esclavos en Europa Oriental y a la de los árabes en el Sur fueron tanto
causa como consecuencia de un período de inestabilidad que favoreció la descentralización
política del feudalismo.
Durante los siglos siguientes, los vikingos y sus descendientes tuvieron gran influencia en
la historia europea. En las Islas Británicas gobernaron durante muchos años hasta ser
finalmente conquistadas por los normandos, descendientes de vikingos que habían recibido
tierras en Normandía (Francia).
En Italia fundaron el reino normando de Sicilia e
incluso llegaron a influir con sus incursiones en el
Califato de Córdoba y en el Imperio bizantino. A través
de los ríos del norte intervinieron repetidas veces en el
mar Báltico y en Rusia, cuyos primeros estados (la Rus de
Kiev) aparecen vinculados a aventureros vikingos.
Se suele datar el final del periodo vikingo con la caída
del rey Harald el Despiadado, que murió en la Batalla del
puente Stamford en el año 1066 cuando intentaba tomar
posesión del territorio de Inglaterra. Si bien la
influencia nórdica siguió siendo relevante. La
aculturización de normandos en Francia, Inglaterra e
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Italia, las victorias militares de varios estados como Francia y la propia disminución de
incursiones escandinavas con la cristianización de Escandinavia supusieron paulatinamente el
final de su actividad tal y como se conocía.
Expansión
Es un misterio por qué estos pueblos nórdicos se
lanzaron en busca de tierras que conquistar o
colonizar a partir del siglo VIII.
Una teoría bastante común sugiere que
Escandinavia podría haber sufrido una etapa de
superpoblación. La generalización de una agricultura
mucho más eficiente en los tiempos precedentes
habría permitido a la población dispararse, con la
consiguiente presión demográfica por nuevas tierras.
La era vikinga
Sus ataques y su aparición en la escena política europea comenzaron con el saqueo del
monasterio de Lindisfarne en 793. Los monasterios, que acumulaban amplias posesiones,
alimentos y cobijo, son objetivo de sus siguientes ataques, que se producen con gran facilidad
y rapidez (al fin y al cabo, los monjes no podían defenderse). En 794, son saqueados el
monasterio de la isla escocesa de Iona, los monasterios de Jarrow y Monkwearmouth en la
costa inglesa y el monasterio de Inishboffin en Irlanda. Dichos ataques se repetirían en los
años siguientes, azotando la zona. No obstante, hay que tener en cuenta que la mayoría de
fuentes de esa época fueron redactadas por los pueblos atacados, por lo que es posible que
muchos de los datos estén exagerados. De hecho, los ataques fueron vistos en muchos casos
como herejías por los monjes de los monasterios, ya que suponían un ataque directo a Dios.
Vestimenta
Las materias primas que usaban los antiguos
vikingos eran básicamente lino y lana. Ello implica
que, al ser materia orgánica, la descomposición no
nos permita disponer de importantes hallazgos
arqueológicos al respecto, cosa que limita mucho
nuestro conocimiento sobre las vestimentas de los
vikingos. En cambio las vikingas se las vestía con sus
trajes tradicionales repletos de joyas y otros
utensilios personales y afectivos. En cuanto a las
armas, los tipos eran espadas, dagas, hachas, lanzas, flechas, arcos, etc.
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LOS CASTILLOS
El castillo es la edificación defensiva por excelencia de la Edad Media. Aparece ante la
necesidad de los ejércitos cristianos de defenderse de los ataques musulmanes. Frente a los
castillos aparecen las alcazabas árabes como edificios para la defensa de las ciudades
musulmanas. Tanto unos como otros se construían en colinas elevadas desde las cuales vigilar
los avances de las tropas enemigas.
Muchos de los castillos que se conservan hoy en día tienen su origen en antiguas alcazabas
árabes, que tras la reconquista fueron transformados en castillos cristianos.
Construir un castillo era muy caro, solo los señores muy ricos y poderosos podían afrontar
su construcción, elegían lugares que eran importantes conservar en tiempo de guerra, sus
constructores no pensaban solo en tiempo de guerra sino en tiempos de paz. El castillo debía
de abastecerse de comida y otras provisiones con facilidad, también eran el centro
administrativo del señor por lo que estaba a unos días de camino de su territorio. El castillo
necesitaba sólidos cimientos para soportar el peso de sus fuertes muros, quizás lo más
importante junto con las murallas era tener una fuente de agua limpia
Dentro de un castillo se podían distinguir diversas partes:
Barbacana: Es una obra de fortificación situada frente
a las murallas y protegiendo una puerta de acceso.
Adelantada y aislada, situada sobre una puerta, poterna
o puente que fuera utilizada con propósitos defensivos.
Las barbacanas estaban por lo general situadas fuera
de la línea principal de defensa y conectadas a los
muros de la ciudad por un camino fortificado.
Foso: trinchera excavada frente a los muros de una
fortificación. Su misión principal era impedir que las
máquinas de asalto se aproximaran a los muros.
Rastrillo o peine: suele ser una pesada reja, rematada
abajo en puntas que formaba parte de las
fortificaciones de la puerta, junto al puente levadizo y
la barbacana.
Almenas: tenían como función proteger a los
defensores, algunas tenían orificios, como troneras
(para las armas de fuego).
Adarve o camino de ronda donde se escondían los
defensores.
Barbacana
Foso
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Torre del homenaje: es la estructura central del
castillo medieval. Es una torre destacada, más alta
que la muralla, y por lo general se podía aislar del
resto de la fortaleza. Es la torre principal, la que
sirve de residencia del señor y cumple con las
funciones más destacadas del castillo, albergando
las estancias más importantes y, en ocasiones, los
almacenes de víveres. Se encuentra en la posición
más abrigada en relación con un posible ataque
exterior, de forma que si sucumbiesen el resto de
las defensas, esta torre proporcionaría un último refugio.
Torre del homenaje
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EL CAMINO DE SANTIAGO
El Camino de Santiago es una ruta que
recorren los peregrinos procedentes de toda
España y de toda Europa para llegar a la ciudad
de Santiago de Compostela, donde se veneran las
reliquias del apóstol Santiago el Mayor. Durante
toda la Edad Media fue muy concurrido, después
fue ligeramente olvidado y en la época actual ha
vuelto a tomar un gran auge. El Camino de
Santiago ha sido declarado por la Unesco
Patrimonio de la Humanidad; Itinerario Cultural
Europeo por el Consejo de Europa y ha recibido el
título honorífico de Calle.
Los orígenes del camino
Los orígenes del culto a Santiago en la Hispania romana son
desconocidos, pero parece ser que en el año 828 se encontraron
reliquias atribuidas al apóstol. Al final del siglo IX se extiende
por la Europa cristiana. En el siglo XI el número de peregrinos
aumentó considerablemente gracias a contactos culturales entre
las naciones europeas.
Descubrimiento del sepulcro
Los orígenes del culto a Santiago en Galicia permanecen
en la oscuridad de los tiempos. A finales del siglo VIII
se difunde en el noroeste de la Península Ibérica la
leyenda de que Santiago el Mayor había sido enterrado
en estas tierras, tras evangelizarlas. Así ocho siglos
después de la muerte del Apóstol Santiago, en el año
813, un ermitaño llamado Pelayo o Paio vio una estrella
posada en el bosque Libredón. Se lo comunicó al obispo
Teodomiro, obispo de Iria Flavia, (cerca de Padrón).
Fueron allí y descubrieron en la espesura la antigua capilla, donde existe un cementerio de la
época romana. El descubrimiento del sepulcro coincide con la llegada al reino astur de
mozárabes huidos de las zonas dominadas por los musulmanes, buscando poder practicar sus
creencias religiosas.
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Inicio de la peregrinación
Aproximadamente a partir de 813 con el hallazgo de
las reliquias del apóstol y con el beneplácito de
Carlomagno, que quería defender sus fronteras de
invasiones árabes, Compostela se convertirá
progresivamente en un centro de peregrinaje que
recibirá su impulso definitivo durante la primera mitad
del siglo XII. Muy pronto, la noticia se extiende por toda
la Europa cristiana y los peregrinos comienzan a llegar al
lugar del sepulcro, el denominado Campus Stellae, que
degenerará en el término Compostela.
Santiago de Compostela
Es una ciudad y municipio de España. Capital de la
comunidad autónoma de Galicia, pertenece a la provincia
de La Coruña.
Está situada a 65 kilómetros al sur de La Coruña y a 62
kilómetros al norte de Pontevedra. Incluye los antiguos
municipios de Conjo (incorporado en 1925) y Enfesta
(alrededor de 1970). La ciudad antigua es Patrimonio de
la Humanidad por la Unesco desde 1985.
En ella tiene su sede el gobierno autónomo gallego
(Junta de Galicia) y el Parlamento. Destaca por ser un
importante núcleo de peregrinación cristiana, junto con
Jerusalén y Roma, al señalar la tradición de que allí se
dio sepultura al Apóstol Santiago el Mayor. De especial
importancia artística es su Catedral dedicada
precisamente al Apóstol Santiago el Mayor. Es también
relevante su Universidad, de más de 500 años de
historia, la cual concede a la ciudad un agradable
ambiente estudiantil, con 30.000 alumnos matriculados cada curso. Además es el fin de la vía
originariamente construida por el Imperio romano del Camino de Santiago, privilegio que otros
conceden a Finisterre.
Vestimenta del peregrino
La vestimenta de los primeros peregrinos venía determinada por las características
propias de la Edad Media. Entre las prendas más características estaban:
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El sombrero que le protegía del sol y la
lluvia.
La capa que le servía de abrigo y
protección.
La calabaza para llevar agua para el
camino.
La bolsa o zurrón para la comida del
camino y las limosnas.
La vieira o concha del peregrino.
El bastón o bordón que le servía de apoyo en el camino.
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CRISTÓBAL COLON Y DESCUBRIMIENTO DE ÁMERICA
La expresión descubrimiento de América se usa
habitualmente para referirse a la llegada a América
de un grupo expedicionario que, representaba a los
Reyes Católico. Partió desde el puerto de Palos de la
Frontera, comandado por Cristóbal colon.
Los Reyes Católicos, particularmente la reina
Isabel, deciden ayudar a Colón en su proyecto de
llegar a Asia por occidente. El 13 de abril de 1.492,
Cristóbal Colón firma con los reyes las llamadas
Capitulaciones de Santa Fe. Documento por los cuales
se autoriza y financia la expedición de Cristóbal Colón
a las indias por el mar hacia occidente.
El viaje
Colón se dispuso rápidamente a preparar el viaje de las
tres naves que se le habían concedido. Le ayudaron los
dos hermanos Pinzón lo que fue decisivo. Como el
almirante, asociado de la corona carecía de fondos,
Martín Alonso Pinzón, se los facilitó. A Martín Alonso le
acompañaban sus dos hermanos: Vicente Yáñez, que
honró su apellido como explorador más adelante, y
Francisco Martín. Iba también Diego Martín Pinzón.
Colón preparó el viaje y partiendo algunos barcos
desde el puerto de Cádiz y otros desde Huelva el día 3 de agosto de 1492, se embarcó en la
nave de Santa María una de las tres carabelas. Las otras se llamaban: la Pinta y la Niña. Desde
Cádiz viajó hasta las Islas Canarias, llegando el 6 de septiembre. Una vez allí partió hacia asía,
aunque no contaba con que en medio estaba el continente americano, donde llegó el 12 de
octubre de 1.492 a una isla llamada Guanahaní.