proyecto inambari y enigmas de energias renovables
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Enigmas de EnergiasTRANSCRIPT
ANALISIS DEL PROYECTO INAMBARI
En los últimos 30 años la población en América Latina y el Caribe se ha incrementado
sustancialmente, aunque algunos países de la Región han disminuido su tasa de crecimiento,
empero en términos absolutos la población siempre va en aumento; por lo tanto, también ha
sido sustancial el incremento de la demanda de agua, alimentos y energía. Para satisfacer esta
creciente demanda, los Estados Americanos han promovido el desarrollo de grandes represas
no sólo como solución al aumento en la demanda de energía, agua y alimentos, sino como una
forma de promover el desarrollo y reducir la pobreza que en muchos países se ha
incrementado.
Actualmente existen más de trescientos proyectos de grandes represas en construcción o
planeados en América Latina y el Caribe. Sin embargo, estas represas están siendo construidas,
en su mayoría, sin estudios y evaluaciones de impacto ambiental y social integrales, sin
procesos que garanticen una participación de la sociedad civil y pública efectivas, y, en muchos
casos, con ausencia de políticas públicas de energía, agua y reducción de la pobreza
sostenibles que respeten la normatividad nacional e internacional. Por lo tanto, la
implementación inadecuada de estos proyectos viene causando serios impactos ambientales,
sociales y a los derechos de las personas y comunidades afectadas. Esta situación es crítica y,
de no tomarse las acciones correctivas necesarias, los impactos podrían resultar siendo
irreversibles e incluso podrían empeorar las condiciones de vida de quienes habitan los
espacios geográficos en los que se implementan.
En Abril del 2009 los presidentes de Brasil y Perú suscribieron un Memorando de
fortalecimiento en las relaciones de ambos países; el Memorando, contiene entre sus seis
puntos uno referido a la construcción de hidroeléctricas, que sin duda posee enorme
importancia geopolítica, económica, social y ambiental que beneficia el desarrollo de regiones
empobrecidas de ambos países. El Memorando permite que Brasil estudie, financie, construya
y opere seis grandes hidroeléctricas en territorio peruano para abastecer sus necesidades de
energía, comprando al Perú gran parte de la energía producida. Las hidroeléctricas
seleccionadas por el Brasil son: Inambari (2,000 MW), Sumabeni (1,074 MW), Paquitzapango
(2,000 MW), Urubamba (940 MW), Vizcatán (750 MW) y Chuquipampa (800 MW) y las líneas
de trasmisión de estas centrales serían integradas al sistema brasileño.
El costo de las seis represas alcanzaría la suma de 16 mil millones de dólares y el primer
proyecto seleccionado es el del río Inambari, ubicado en la confluencia de las regiones de
Madre de Dios, Cusco y Puno, que costaría 4 mil millones de dólares. Inambari sería, en
términos de generación de energía, la mayor represa del Perú y la quinta mayor de América
Latina, con un área de inundación de más de 46,000 hectáreas. Las negociaciones para su
construcción ya empezaron. Ambos presidentes lanzaron formalmente, en abril del 2009, la
propuesta de obtener energía a través de la construcción de represas en los ríos de la selva
alta peruana que, según lo informado, principalmente deben abastecer la insatisfecha
demanda energética del país vecino. Más allá de la importante inversión y uso de los US$
4,000 millones (que es poco más del 3% del PBI peruano), la discusión gira en torno a la
pertinencia de un proyecto de esta magnitud en territorio amazónico y sobre si estamos
preparados para asumir sus costos, beneficios e impactos. Varios aspectos convierten a la
propuesta de la hidroeléctrica de Inambari en un proyecto ambiental y social polémico,
aunque económica y energéticamente importante. Los supuestos niveles de inversión
(US$4,000 millones), las características de su construcción (no hay ninguna obra de este tipo
en la amazonía peruana), la cantidad de electricidad que se generaría (2,000 MW) y su
proximidad al frágil ecosistema del Parque Nacional Bahuaja Sonene que posee una alta
diversidad biológica con especies únicas y algunas en riesgo, constituyen aspectos que
merituan no sólo sean analizados sino evaluados, contrastados y socializados en todos sus
niveles; de ahí que el presente artículo pretende incursionar en el análisis y propuesta hacia
estudios mucho más detallados tanto en el tema ambiental como social.
ENIGMAS DE LAS ENERGIAS RENOVABLES
El uso de energías renovables no es algo tan novedoso como en principio se pueda pensar,
desde la antigüedad el hombre ha construido molinos de viento y de agua (en los ríos) para
triturar los cereales, ha utilizado biomasa (leña) para alimentar calderas o ha utilizado la
energía solar para secar desde el tabaco hasta sus propias vestiduras. Lo que sucede es que a
partir de la Revolución Industrial los sistemas de producción se vuelven más complejos y
demandan grandes cantidades de energía que, con la tecnología disponible en ese momento,
sólo se puede cubrir utilizando combustibles fósiles que van desde el carbón al uranio.
Sin embargo, los síntomas de agotamiento que presentan estas reservas fósiles, cuya
extracción y aprovechamiento son cada vez más costosos, han provocado que el ser humano
busque incesantemente fuentes de energías renovables que le permitan dejar de depender
estrictamente de las agotables. Por otro lado, estas fuentes de energía además de renovables
son limpias, pues al contrario que sus predecesoras no perjudican a la atmósfera con gases
contaminantes, las masas de agua con vertidos o los suelos con residuos, y si lo hacen su
repercusión es insignificante con respecto a los combustibles fósiles.
Todo esto unido a que, desde finales del siglo XX se han sucedido una serie de alarmas
ambientales derivadas del uso de combustibles fósiles como el ya estudiado smog fotoquímico
de las grandes como Londres o Los Ángeles, la explosión de las centrales nucleares de
Chernobil y Fukushima, o los innumerables accidentes de petroleros y consiguientes vertidos
en alta mar, ha provocado que el cambio en el modelo energético hacia un futuro 100%
renovable, se haya acelerado y esté ahora más vivo que nunca, aunque no esté exento de
polémica.
Entrando en materia, a continuación se van a explicar someramente cuales son los principales
tipos de energías renovables:
1. Energía solar: Las reacciones de fusión que tienen lugar en el interior de nuestra estrella más
cercana, por las que 4 átomos de hidrógeno (H) se transforman en 2 de helio (He), generan
radiaciones electromagnéticas que llegan a la Tierra permitiendo, entre otras cosas, la vida en
su superficie. Según que parte de esa energía se aproveche y el fin con el que se use, se
distinguen los siguientes tipos de energía solar:
a. Energía solar térmica de baja temperatura: Se usa para calentar agua, normalmente agua
caliente sanitaria (ACS) para uso doméstico, y se basa en el “efecto invernadero”. El primer
elemento de una instalación solar térmica de este tipo son los captadores o placas solares que
son básicamente unos paneles con todos sus lados opacos salvo uno, que está orientado al sol,
por cuyo interior discurre un serpentín en el que entra el agua fría y sale caliente.
La radiación solar de longitud de onda corta traspasa la cubierta transparente e incide sobre
un serpentín por el que circula el agua, que capta esa energía. Al calentarse, la tubería emite
radiación infrarroja que no puede escapar al exterior y rebota hacia el interior del panel
multiplicando el efecto térmico además, al quedar protegido del viento, se minimizan las
pérdidas de calor en el serpentín. El agua caliente que sale de las placas se acumula en un
depósito que cede el ACS directamente al punto de consumo o (lo más común) por medio de
un intercambiador de calor.
b. Energía solar fotovoltaica: Aunque también se utilicen “placas solares”, estas no tienen nada
que ver con las térmicas ya que se componen de módulos o células que transforman
directamente la radiación solar en energía eléctrica y además, las temperaturas elevadas
perjudican su rendimiento. Estos módulos se componen de láminas de materiales con
diferente capacidad de conducción eléctrica, los fotones de la radiación solar impactan sobre
la superficie del panel penetrando en este, así son absorbidos por materiales semiconductores
(generalmente de silicio) donde impactan con los electrones que se liberan de sus átomos y
circulan a través del material generando electricidad.
Estas placas son los captadores de unas instalaciones fotovoltaicas donde además suele haber
reguladores de tensión, baterías (para acumular energía), inversores (que transforman la
corriente continua en alterna) y otros equipos cuya presencia o ausencia dependerá del fin
último de la electricidad y de si va a ser destinada a autoconsumo (muy útil en viviendas
aisladas de núcleos de población) o para su venta a la red eléctrica (el conocido como negocio
fotovoltaico, que en Europa ha provocado la aparición de muchos promotores energéticos en
búsqueda de primas y subvenciones).
c. Energía solar térmica de alta temperatura o termoeléctrica: Tiene como fin último la
producción de energía eléctrica a partir de la potencia térmica acumulada en un fluido, que se
produce concentrando la radiación solar sobre él por medio de espejos o lentes. Los modelos
más extendidos son los receptores centrales (consistentes en una serie de espejos o
heliostatos que apuntan hacia un punto en la parte superior de una torre por donde circula el
fluido térmico), los canales parabólicos (formados por heliostatos curvos que reflejan la
radiación sobre un tubo de vacío colocado sobre ellos por cuyo interior discurre el fluido
térmico) y los discos parabólicos (de aspecto similar a una antena de televisión, se trata de un
heliostato circular sobre el que se sitúa el captador térmico).
En la mayoría de los sistemas al final, el fluido térmico cede su energía a un volumen de agua
cuyo vapor alimenta a una turbina que genera electricidad.
2. Energía eólica: Se basa en la transformación del empuje del viento en energía eléctrica por
medio de una turbina eólica que técnicamente se denomina aerogenerador. La energía
cinética contenida en el aire se transforma en energía mecánica al mover los álabes del
aerogenerador situados sobre el rotor. Éste transforma energía mecánica en rotacional al
hacer girar un eje conectado a un generador que produce energía eléctrica a partir del giro. Lo
normal es que el aerogenerador vaya colocado sobre una torre cuya altura dependerá del tipo
de viento que haya en el lugar para lo cual es necesario un estudio previo del mismo
(normalmente se utilizan medidas puntuales con anemómetros, datos históricos, rosa de los
vientos, etc.).
Los aerogeneradores colocados sobre el mar suelen tener mayor altura de torre que los
situados sobre tierra firme, pues la lámina de agua hace que el viento sea menos turbulento,
por lo que la orografía es un factor determinante para la instalación de estas máquinas sobre
suelo.
Cuando se agrupan varios aerogeneradores para la producción conjunta de energía eléctrica se
habla de Parque Eólico, y estos presentan ciertos aspectos polémicos desde el punto de vista
ecológico (al estar situados, en algunos casos, en lugares por los que pasan rutas migratorias
de aves que chocan contra ellos) aunque también se ha demostrado que tienen
particularidades beneficiosas en este sentido (los cimientos que los soportan en alta mar
sirven de alojamiento a especies de moluscos, crustáceos, esponjas, etc.).
3. Energía hidráulica: Se trata de una de las más tradicionales, ya que son muchos años los que
lleva el hombre aprovechando los saltos de agua, que por lo general provoca el mismo con la
construcción de embalses, para mover las palas de las turbinas que transforman la energía
mecánica en eléctrica. Este tipo de generación tiene un inconveniente de carácter ambiental,
normalmente para la producción de energía hidroeléctrica se necesita que el salto de agua
tenga unas ciertas características que los técnicos de las centrales deben poder controlar, por
lo que lo normal es que sitúen bajo las presas que almacenan agua para diferentes usos.
Cuando se construye un embalse en un río se cambia su régimen hídrico, su temperatura, su
caudal… por lo que llegan a desaparecer especies vegetales y animales autóctonas que muchas
veces son sustituidas por otras invasoras. Lo más sostenible es aprovechar pequeños caudales
naturales para la producción de energía eléctrica que alimente las bombas de riego de las
explotaciones agrícolas, el sistema de iluminación de caminos y senderos etc. Esta aplicación
se conoce como minihidráulica (menor a 10 MW de potencia) y en Europa se están
desarrollando programas para extender su uso por zonas rurales.
4. Energía de la biomasa: La biomasa abarca todo tipo de materiales de origen orgánico que
van desde el forraje agrícola hasta los lodos de depuradora, pasando por restos de poda,
virutas de madera, huesos de fruta, etc. Su aprovechamiento abarca desde la combustión
directa en calderas hasta la elaboración de biocombustibles como el biodiesel (a partir de
especies vegetales oleaginosas) o el etanol (a partir de los alcoholes producidos por algunas
plantas).
Por este motivo, en el mundo se han desarrollado numerosos tipos de agricultura energética
como el de paulownia (especie arbórea con una capacidad rebrotadora muy elevada) o el de
girasol (que produce el aceite vegetal que luego se emplea para producir biodiesel), lo que ha
originado controversia por la escasez de alimentos en ciertas zonas donde se han cambiado
cultivos tradicionales por energéticos.
Aunque se obtenga mediante combustión, se trata de una energía renovable porque el
balance de CO2 emitido a la atmósfera es neutro, ya que el que se emite en la combustión es
de nuevo captado por las plantas mediante la fotosíntesis por lo que se cierra el ciclo. Además,
a diferencia de los combustibles fósiles no se emiten otros contaminantes como los NOx, SO2,
cenizas...
Además, desde el punto de vista económico, gracias al uso de la biomasa como fuente de
energía se ponen en valor terrenos agrícolas abandonados (para la producción de biodiesel se
usan malas hierbas), se gana en independencia energética del exterior (en aquellos países sin
petróleo), se generan puestos de trabajo en zonas rurales, etc.