proyecto fin de grado de trabajo social, mayo 2012
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TRABAJO FIN DE GRADO DE TRABAJO SOCIAL
Situación actual de las Rentas Básicas. La repercusión de la crisis
económica en la pobreza y en la exclusión social española.
CURSO ACADÉMICO 2011-2012
AUTOR: Airam González Quintero
D.N.I.:78708886-B
CENTRO ASOCIADO: UNED La Laguna
TUTOR: Juan Manuel Herrera Hernández
Mayo 2012
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Índice.
1. Resumen (Abstract).
2. Introducción – Formulación del problema investigado.
3. Principales planteamientos teóricos recogidos:
3.1. Definición y alcance de la exclusión social.
3.2. Las Rentas Básicas en España, origen y caracteres fundamentales.
3.3. Un referente: la Renta de Garantía de Ingresos de la Comunidad Autónoma del
País Vasco. Origen y finalidad.
3.4. La Renta Mínima de Inserción en la Comunidad de Madrid. Origen y caracteres
fundamentales.
3.5. Inclusión social mediante el empleo, ¿una finalidad irrealizable?
3.6. La lógica de la contraprestación en las Rentas Básicas.
4. Hipótesis de la investigación.
5. Metodología:
5.1. Objetivos.
5.2. Tipo de investigación.
5.2.1. Trabajo de campo.
5.2.2. Variables del estudio.
5.2.3. Técnicas de análisis de datos.
6. Presentación de resultados, discusión y conclusiones.
6.1. Presentación de resultados:
3
6.1.1. Evolución del desempleo y la pobreza en España, especial mención a las
dos crisis económicas más destacadas de finales de siglo XX.
6.1.2. Evolución del desempleo y la pobreza en España en el último quinquenio
(2006-2011).
6.1.3. Análisis comparativo de las Rentas Básicas en España. Especial mención
de la Renta de Garantía de Ingresos de la Comunidad Autónoma del País
Vasco
6.1.4. Evolución de la Renta Mínima de Inserción en la Comunidad de Madrid
durante el período 2006-2010.
6.2. Discusión.
6.3. Conclusiones:
6.3.1. Situación deficitaria del Estado de Bienestar español y la nula repercusión
positiva que la etapa 2000-2007 supuso para descender las tasas de pobreza.
6.3.2. Situación actual del desempleo y la pobreza así como la posible evolución
de las mismas.
6.3.3. Estado de las RB, disparidad autonómica, desarrollo insuficiente.
7. Estudios futuros en función de los resultados obtenidos.
8. Bibliografía.
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1.- Resumen.
Palabras clave: exclusión social, Rentas Básicas, pobreza, desempleo.
El presente estudio recoge de manera sistematizada los resultados obtenidos, por medio del
análisis estadístico así como de la consulta de diferentes estudios existentes, respecto la
exclusión social en España que viene siendo contenida por las Rentas Básicas (RB) que las
distintas Comunidades Autónomas (CCAA) han impulsado en las últimas décadas. En este
proyecto se presentan las dificultades y carencias de las RB para conseguir el objetivo que
persiguen: la inclusión social de sus beneficiarios mediante, primordialmente, la orientación
hacia el empleo.
Tal y como se expondrá, el Estado de Bienestar español, el cual presenta un déficit en gasto de
protección social destacado, resulta escaso en políticas inclusivas que permitan disminuir las
tasas de desempleo y pobreza que vienen sacudiendo a España en las últimas décadas.
La tasa de pobreza, con un porcentaje constante del 19%, no ha sido mitigada con políticas
públicas suficientes en las etapas económicas boyantes, por lo que debido a la coyuntura
económica actual, dicha tasa está experimentando un ascenso preocupante que parece no cesar.
Por lo tanto, se va a analizar la tríada: pobreza, desempleo y exclusión social como consecuencia
de la actual crisis económica, y las repercusiones que la misma está ocasionando para los más
desfavorecidos, así como el estado y evolución hacia el que apuntan las RB.
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ABSTRACT
Keywords: Social exclusion, Basic Income, poverty, unemployment.
This study reports a systematic way the results obtained through statistical analysis and
consultation of various existing studies on social exclusion in Spain which has been contained by
Basic Income (RB) to the Autonomous Communities (CCAA) have led in recent decades. This
project presents the difficulties and shortcomings of the RB to achieve the objective pursued:
social inclusion of beneficiaries through, primarily, the orientation towards employment.
As will be discussed, the Spanish welfare state, which has a deficit in social protection
expenditure noted, is scarce to allow inclusive policies reduce unemployment and poverty rates
that are shaking in Spain in recent decades.
The poverty rate, with a constant percentage of 19%, has not been mitigated by public policies
sufficient buoyant economic stages, so that due to the current economic climate, this rate is
experiencing a rising concern that seems to cease.
Therefore, to parse the triad: poverty, unemployment and social exclusion as a result of the
current economic crisis and the impact that it is causing for the poor, and the status and progress
toward that target RB.
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2.- Introducción – Formulación del problema investigado.
La sociedad española actual viene atravesando la que sin lugar a dudas está siendo una de las
épocas más dramáticas en cuanto a pérdida de derechos y protección social se refiere. El estado
español, caracterizado por un escaso desarrollo en cuanto a gasto público social, es de los menos
desarrollados de la Unión Europea. Nuestro Estado de Bienestar ha sido muy cuestionado por
diferentes autores en tanto en cuanto la media de gasto en protección social en porcentaje del PIB
ha sido menor que la dispuesta por otros países de nuestro entorno. Así por ejemplo, si
analizamos el gasto público en protección social (gastos en transferencias públicas y en servicios
públicos del estado del bienestar) como porcentaje del PIB vemos que en el año 2007, España
fue un 21%, UE-15 un 27% y Suecia un 30%. España es el país de la UE-15 que tiene un gasto
público en protección social como porcentaje del PIB más bajo (después de Irlanda, 16.5%). Y
esto en una época boyante de la economía española como fue la producida en los años 2000 a
2007.
La conclusión de todos estos datos es que España se gasta muy poco en su estado del Bienestar,
pero lo que incluso es más grave es que se gasta en su Estado del Bienestar menos de lo que le
corresponde por su nivel de riqueza económica. España tiene un PIB por habitante en el año
2007 que es el 93% del PIB por habitante promedio de la UE-15. Sin embargo, su gasto público
social por habitante (2007) es sólo un 74% del promedio del UE-15. Si fuera un 93%, en lugar
de un 74%, habría alrededor de 70.000 millones de euros más en su gasto público social. Este es
su déficit social1.
Desde este punto de partida deficitario, España además presenta la tasa de desempleo más alta de
la UE, situada en la actualidad en el 24,44% para el primer trimestre de 2012. Mientras, la media
de la UE se sitúa en la actualidad en un 10,8%, incluso Grecia, y a pesar de la extrema situación
por la que atraviesa, presenta una tasa de desempleo menor que la nuestra (21%).
1Vicent Navarro, "Los retos de las políticas públicas en una democracia avanzada”. Ararteko, 2011.
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Y es en este contexto donde actúa un mecanismo de protección impulsado por las Comunidades
Autónomas (CCAA) españolas desde finales de los años ochenta, principios de los noventa. Nos
estamos refiriendo a las rentas básicas (rentas mínimas, rentas de inserción, etcétera). Bajo esta
denominación se agrupa un conjunto heterogéneo, diferenciado y en un gran número de
ocasiones muy deficitario con el que las CCAA pretenden proteger a aquellos colectivos
sociales, que debido a situaciones variadas, se encuentran en situación de exclusión social. Como
se ha mencionado, esta acción protectora recae en las CCAA, ya que la administración central
cuenta con otros mecanismos de protección diferentes, orientados en su mayoría al carácter
contributivo o dependiente de una actividad laboral previa para su concesión.
El presente texto tiene por objeto el análisis de la evolución de la pobreza en España como
consecuencia de la actual crisis económica, así como la evolución de las Rentas Básicas (RB2)
que se vienen implementando en las Comunidades Autónomas (CCAA) españolas en los últimos
años (período 2006-2011). La presente obra, por motivos de limitación material, no recoge el
desarrollo normativo de ellas, estado actual, población que abarca, etcétera. Se trata de una
aproximación a la realidad de las RB en nuestro estado autonómico, su impacto en la pobreza y
la exclusión social, así como su configuración actual.
La elección del objeto de estudio obedece a la situación social, marcada por unas tasas de
desempleo tremendamente elevadas, el incremento de los excluidos sociales y la repercusión que
ambas conllevan para las RB autonómicas las cuales se orientan hacia la inclusión mediante el
empleo, lo cual, como se expondrá, es un error.
Por tanto, el objetivo es analizar la situación actual en España de estos tres elementos: pobreza,
exclusión social y RB.
2 Para el presente estudio se han tenido en cuenta las diferentes reglamentaciones autonómicas, que al tener normativa propia suelen diferir en su etimología a la hora de designar el objeto de estudio aquí analizado. Por lo tanto, al hablar de RB, se hará mención, entre otras, a la Renta de Garantía de Ingresos, Renta Mínima de Inserción, Prestación Canaria de Inserción, Ingreso Madrileño de Integración y otras.
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Para la elaboración del mismo se han tomado como referencia las fuentes disponibles a través de
estudios sobre pobreza y exclusión social, datos estadísticos del INE (tasas de desempleo,
Encuesta de Condiciones de Vida,...), estudios sociales de La Caixa, FOESSA, balances y
memorias sobre RB en País Vasco y Madrid, y otras que se irán exponiendo a lo largo del
mismo.
Con este trabajo se pretende finalizar los estudios de Grado en Trabajo Social de la Universidad
Nacional de Educación a Distancia (UNED) durante el curso académico 2011-2012, cumpliendo
con los requisitos exigidos para superar la asignatura de Trabajo Fin de Grado.
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3.- Principales planteamientos teóricos recogidos.
En las siguientes líneas se expondrán dos de los elementos vectores de este estudio: la pobreza y
la exclusión social; situación actual del desempleo en España. Más adelante se hará mención al
sistema de RB en España, así como a la preponderancia de la inclusión social mediante el
empleo como eje fundamental de las políticas de RB.
Por lo tanto, antes de comenzar con el análisis de los datos recogidos, así como la comparativa
en la evolución y el alcance que las CCAA desarrollan sobre sus planes de RB, cabe precisar el
porqué de este nuevo enfoque llamado exclusión social, piedra angular sobre el que las distintas
CCAA vienen actuando desde finales de los años ochenta, principios de los noventa. Asimismo
se hará una breve reflexión sobre las consecuencias que para los excluidos sociales tiene la
reglamentación de las RB.
3.1.- Definición y alcance de la exclusión social.
En origen, el término exclusión social comenzó a emplearse en Francia en los años setenta por
René Lenoir, siendo Secretario de Acción Social en dicho país. Su obra "Les Exclus: Un
Francais sur dix"3, publicada en 1974, recogía que una décima parte de la población francesa
podía considerarse excluida, siendo éstos: minusválidos físicos y mentales, personas con
tendencia al suicidio, ancianos inválidos, niños víctimas de abusos, toxicómanos, delincuentes,
hogares multiproblemáticos, personas marginales y asociales y otros inadaptados sociales. Se
trataba en todos los casos de categorías sociales carentes de protección social en un momento en
que Francia, precisamente, estaba completando su sistema general de bienestar social.
El término ganó popularidad por dos razones. Primeramente, porque fue apropiado por el
discurso republicano para contrarrestar la influencia de la noción de pobreza, que nunca gozó en
aquel país de demasiadas simpatías, especialmente por sus vinculaciones al Ancien Regime y al
liberalismo utilitarista (De Hann, 1999). En segundo lugar, porque hacia mediados de los años
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ochenta, el concepto fue recuperado para designar a la variada gama de privaciones emergentes
en un contexto de reestructuración económica y crisis del Estado de Bienestar. Se trataba de
categorías sociales carentes de protección social en un momento en el que Francia estaba
completando un sistema general de bienestar social4.
Admitido dicho origen, en España el sistema de RB comienza su andadura mayoritariamente en
los años noventa (finales de los ochenta), a la que poco a poco las distintas CCAA van
sumándose con normas que recogen una atención pseudointegral para un colectivo tan dispar y
heterogéneo como el formado por los excluidos sociales.
No han sido pocos los que dentro de nuestras fronteras, han diferenciado la pobreza de la
exclusión social. De este modo la exclusión social puede o no conllevar pobreza, entendiéndose
esta última como la carencia, que tiene un individuo de medios económicos suficientes para
hacer frente a las necesidades básicas de la vida. El término pobreza asume de partida la ausencia
o privación de capacidad (Sen 1996:68), por parte de un individuo o familia y en un ámbito
sociogeográfico concreto, de unos ingresos económicos que suelen corresponder con la mediana
del conjunto analizado. Supone una vara de medir, un mínimo por debajo del cual las personas
no serían capaces per se de satisfacer las necesidades básicas de la vida diaria. Además, su uso
exclusivo como causa de las desigualdades y la integración social, conllevaría un reduccionismo
simplista y desfasado respecto la realidad social actual: dinámica, cambiante y tremendamente
compleja.
Por otro lado, la exclusión social connota una cierta idea de regresión o retroceso, de proceso que
conduce a quitar algo que se había alcanzado, o a lo que se tiene o tenía derecho (J. F. Tezanos5).
Existe consenso para establecer los indicadores más relevantes que producen exclusión social,
tales como la ausencia o precariedad en el empleo (trabajadores pobres6); carencia de recursos
3René Lenoir, ed. Du Seuil,1974. 4Exclusión Social: En busca de su especificidad conceptual. Eduardo S. Lépore. 5La sociedad divida, J. F. Tezanos, ed. Biblioteca Nueva, Madrid 2004. 6Resultan muy ilustrativos los trabajos de la OIT (Guía sobre los nuevos indicadores de empleo de los objetivos de desarrollo del milenio 2009); Una panorámica general sobre la problemática de los “trabajadores pobres”, sobre su definición y características sociodemográficas y económicas en Fernández, Melchor, Meixide, Alberto y Simon,
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económicos (pobreza severa, relativa, etcétera); carencia de vivienda (condiciones de la misma,
carestía); educación (analfabetismo, baja cualificación, etc.); salud (enfermedades mentales,
discapacidades, exclusión para acceder a la salud); relaciones sociales y familiares (ausencia,
dificultad, problemas).
Resulta muy esclarecedor la reflexión llevada a cabo en el Informe La Caixa sobre exclusión
social, cuando afirman que "El concepto trata de recomponer el permanente dilema de la
«cuestión social», de manera distinta, y al mismo tiempo quiere ser capaz de recoger la
multiplicación de situaciones en las que detectamos, no sólo desigualdad, sino también pérdida
de vínculos, desafiliación, desconexión o marginación social. Por tanto, el concepto se refiere a
un proceso de creciente vulnerabilidad que afecta a sectores cada vez más amplios del cuerpo
social, y que se materializa en una precariedad creciente a nivel laboral, residencial, económico...
De igual modo la Estrategia Europa 2020 resulta muy relevante ya que presenta una importancia
especial para la inclusión social por dos razones. En primer lugar, porque establece como uno de
sus cinco objetivos prioritarios la reducción del número de personas en Riesgo de Pobreza y
Exclusión Social. En segundo lugar, porque crea un nuevo indicador para medir el número de
estas personas en riesgo de pobreza y exclusión social. Este nuevo indicador contempla tres
variables:
1. La población cuya renta se encuentra por debajo del umbral de la pobreza,
definido éste en el 60% de la renta neta disponible equivalente de la población.
2. La población que sufre privación material severa, es decir, que no puede
permitirse al menos 4 de los 9 ítems seleccionados a nivel europeo: pagar el
alquiler o una letra, mantener la casa a una temperatura adecuada, afrontar gastos
Hipólito. “El trabajo de los bajos salarios en España”, Estudio sobre la economía española, 152, FEDEA 2003; Lohmann, Henning, “Working poor in Western Europe: What is the influence of the welfare state and labour market institutions”. En “The 2006 Conference of the EuroPanel Users Network (EPUNet)”, 8 -9 May 2006, Barcelona; Muñoz del Bustillo, Rafael, ob.cit.; Nolan, Brian y Marx, Ive, “Low Pay and Household Poverty”. En Gregory, Mary, Salverda, Wiemer y Bazen, Stephen “Labour Market Inequalities: Problems and Policies in International Perspective”. Oxford University Press. Oxford 2000. También el número 18 (2001) de Cuaderno de Relaciones Laborales .
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imprevistos, una comida de carne, pollo o pescado (o su equivalente vegetariano)
al menos 3 veces por semana, unas vacaciones fuera de casa al menos una semana
al año, un coche, una lavadora, un televisor en color y un teléfono (fijo o móvil).
3. La población que reside en hogares con baja intensidad de empleo. La intensidad
de empleo de un hogar es del 100% si todos sus miembros trabajan a tiempo
completo durante todo el año y se va reduciendo cuando existen miembros que no
trabajan o lo hacen a tiempo parcial. Se clasifica un hogar con baja intensidad de
empleo cuando la misma es inferior al 20%. En definitiva, se consideran personas
en riesgo de pobreza y exclusión social (AROPE, en sus siglas en inglés (At-risk-
of poverty and exclusion) aquéllas cuyo nivel de renta se encuentra por debajo del
umbral de la pobreza y/o sufren privación material severa y/o residen en hogares
con baja intensidad de empleo7.
Podríamos decir que la exclusión social, en la medida en que se inscribe en la trayectoria
histórica de las desigualdades, es un fenómeno de carácter estructural, de alguna manera
inherente a la lógica misma de un sistema económico y social que la genera y alimenta casi
irremediablemente8."
La exclusión social, por tanto, hace referencia a un proceso dinámico que puede afectar a muchas
personas, con un carácter transitorio o más permanente. La exclusión social no se concentra sólo
en unos determinados grupos de personas o colectivos marginales, sino que, contrariamente,
puede afectar de forma cambiante a personas y colectivos en función de su exposición a
dinámicas de marginalización. El estudio de la exclusión debe ser flexible y considerar todas las
dimensiones o ámbitos, así como las múltiples causas, que la originan. Además dentro de cada
uno de los indicadores (económico, laboral, formativo, residencial, sociosanitario y de
participación social y ciudadanía) se pueden identificar un conjunto de factores de exclusión más
concretos que pueden aparecer solos o en combinación con otros del mismo ámbito o de ámbitos
7Centro de Estudios Económicos Tomillo: "El impacto de la crisis en la pobreza y la exclusión social en la Comunidad de Madrid, 2011.
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diferentes9.
De lo hasta ahora expuesto puede señalarse que la exclusión social tiene una dimensión mayor y
más compleja que la pobreza en sí misma. La exclusión social puede pasar más inadvertida que
la pobreza debido a la heterogeneidad de los colectivos que la integran. El término pobreza,
como se ha expuesto, asume de partida una medición cuantitativa: se mide bajo unos indicadores
comparables y tajantes de ausencia o carencia económica. Empero, la exclusión social conlleva
una dimensión, por un lado extensa a la vez que compleja, y en segundo lugar, congrega a
colectivos para los que la ausencia de protección por parte de los sistemas públicos ha sido la
norma. Y es aquí donde surge un problema añadido sobre las RB: a lo largo de este estudio se
constatará como las distintas modificaciones normativas que han llevado a cabo los gobiernos
autonómicos en el último quinquenio, así como el elevado índice de desempleo están suponiendo
de facto el aumento en el número de excluidos sociales, que se ven imposibilitados cada vez más
para acceder a las RB. Y esto, como consecuencia de la imposibilidad, o más bien escasez
presupuestaria que cubra a este colectivo social en su conjunto, produciendo como consecuencia
la exclusión de los excluidos: produciendo la re-exclusión social de un importante conjunto de la
población.
3.2.- Las Rentas Básicas en España, origen y caracteres fundamentales.
La acción protectora del Estado como institución central y superior para los españoles, se
circunscribe a un conjunto de mecanismos de garantía de rentas mínimas constituido por los
programas de prestaciones de la Seguridad Social (complementos de pensiones mínimas y
prestaciones por desempleo asistencial), en general incardinados en el mercado de trabajo y
dependiente de las carreras laborales. A este sistema le sigue un segundo sistema institucional
mixto de Seguridad Social, Administración Central y CCAA (pensiones no contributivas
8Pobreza y exclusión social. Un análisis de la realidad española y europea. Fundación La Caixa, 2004. 9Informe de la Inclusión Social en España 2008, La Caixa.
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financiadas con impuestos y gestionadas por las CCAA) y, por último, existe una “última red” de
protección social constituida por el sistema de rentas mínimas de las CCAA10.
Las RB de las CCAA pueden caracterizarse, a pesar de sus diferencias, por formar un conjunto
de mecanismos de protección social altamente diferenciados y de baja intensidad protectora (con
pocas salvedades como el País Vasco) que se han desarrollado en los últimos treinta años hasta
alcanzar una amplia e incompleta universalización a la vez que se han orientado progresivamente
hacia formas de activación laboral en los desempleados y excluidos del mercado de trabajo.
Como notas comunes, podemos afirmar que algunas CCAA lo reconocen como un derecho
subjetivo. Suelen tener una duración temporal concreta, algunos como en el caso de Andalucía,
la duración va entre los 6 meses y un año lo cual resulta insuficiente para posibilitar una
inclusión efectiva. En otros casos, no existe límite máximo temporal. En unos casos el derecho
(la prestación) está condicionado a la existencia de una relación anterior con la Seguridad Social,
lo que conlleva el carácter de semicontributivo, lo cual lógicamente, impide el acceso a muchas
personas en situación de exclusión social. Por otro lado la cuantía que establece cada CCAA
varía enormemente, por lo que existe una diferencia importantísima entre percibir una RB en el
País Vasco (máximo mensual de la unidad familiar alcanza los 935 €), o en la Rioja (372 €).
Suelen llevar aparejadas la firma de convenios-contratos orientados en la búsqueda de empleo,
formación y otras actividades (necesidades) detectadas sobre las que actuar. Persiguen, como
elemento nuclear y preponderante la inclusión laboral, relegando a segundo término una serie de
situaciones que imposibilitan el ejercicio efectivo de ese derecho. La exigencia de abundante
documentación es la nota dominante en todas ellas (lo que per se es motivo de "exclusión
administrativa" para potenciales beneficiarios), además de requerir estar empadronado un tiempo
anterior a la solicitud que oscila entre los 6 meses y los 5 años, lo cual impide, nuevamente,
poder acceder a este “último derecho” a un conjunto importante de excluidos que presentan
actitudes nómadas o de carencia de domicilio donde poder residir, entre otros. Además, todas
10Valoración de los programas de Rentas Mínimas en España. Gregorio Rodríguez Cabrero Universidad de Alcalá (Madrid), 2009
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ellas ejercen su acción protectora para las personas comprendidas entre los 25 y 65 años de edad,
con alguna salvedad, lo que impide su acceso a determinados colectivos de excluidos.
Estamos asistiendo, en los últimos años y como consecuencia del aumento en la demanda de RB,
a un conjunto de reformas legislativas en el conjunto de las CCAA que endurecen los requisitos
de acceso, disminuyen la cuantía y la duración de la prestación, o se alarga el plazo para resolver
los expedientes entre otros cambios, lo que repercute gravemente en este frágil sistema de
garantía de ingresos. A continuación se profundizará en estos aspectos mediante el análisis de la
Renta de Garantía de Ingresos (RGI) del País Vasco y su comparativa con el resto de CCAA.
3.3.- Un referente: la Renta de Garantía de Ingresos de la Comunidad Autónoma
del País Vasco: origen y finalidad.
La Comunidad Autónoma del País Vasco (CAPV) fue una de las pioneras en nuestro territorio en
promulgar y desarrollar normas específicas para la lucha contra la exclusión social. Presenta unas
notas características que la hacen, con diferencia, la región con un estado protector integral y
más desarrollado de España. A lo largo de este y el siguiente epígrafe se expondrá cuál ha sido
la evolución que ha experimentado, el esfuerzo presupuestario que vienen haciendo desde el
gobierno autonómico, así como una comparativa con el resto de CCAA. A pesar de lo cual, cabe
señalar que empiezan a presentarse determinados indicadores que hacen presagiar un deterioro o
disminución en la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) que es como se denomina en la CAPV.
La reciente reforma legislativa (ley 4/2011, de 24 de noviembre, de modificación de la Ley para
la Garantía de Ingresos y para la Inclusión Social) incide negativamente en el derecho subjetivo
que la normativa reconoce. Primeramente, veamos la evolución que ha seguido desde los
orígenes como el Ingreso Mínimo de Inserción (IMI):
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Tras la puesta en marcha del Plan Integral de Lucha contra la Pobreza en Euskadi, la Ley 2/1990,
de tres de mayo, de Ingreso Mínimo de Inserción (IMI), señalaba, en su exposición de motivos,
que la citada prestación “no pretende crear una nueva clase pasiva, cronificando su situación,
sino posibilitar su plena inserción en la vida social de Euskadi a través de la contraprestación a la
que se obliga el beneficiario”. Se trataba, ya en sus orígenes, de una norma finalista y de carácter
claramente condicional: “el carácter finalista de la prestación queda reflejado en la obligación
contraída por los beneficiarios de aplicar la misma a alimentos. Asimismo, se le impone el
compromiso de realizar las contraprestaciones que en su caso se fijen. Esta obligación viene
marcada por la voluntad de inserción que preside el ingreso, privada de la cual, se reduciría a una
mera prestación de asistencia suplementaria que podría generar por si misma nuevas formas de
marginación social”. La citada norma, posteriormente desarrollada por el Decreto 193/1990, de
17 de julio, establecía las condiciones para su percepción, destacando el carácter multicausal de
la exclusión, al prever el establecimiento de programas de inserción social que recogieran los
riesgos en aspectos como la salud, la vivienda, la educación, la formación, sanidad y otros
relacionados con la calidad de vida en general. Establecía los planes individuales de inserción,
los cuales debían ser elaborados por profesionales mediante el diagnóstico socio-familiar. Estos
planes de inserción “se articularan mediante el correspondiente convenio, el cual en ningún caso
tendrá naturaleza contractual, y que se integrará como parte de la resolución con el carácter de
condiciones de la concesión (art. 41)”. A modo de síntesis, esta primera reglamentación sobre
RB destacaba por tres elementos claves:
1. Su carácter condicional vinculado al convenio – plan individual de inserción.
2. La consideración de la exclusión social como elemento multicausal.
3. Preponderancia hacia la inclusión laboral como mecanismo integral - inclusivo.
Fue la Recomendación 92/441 del Consejo de la Comunidad Económica Europea la que invitaba
en 1992 a los Estados miembro a reconocer un derecho fundamental de la persona a recursos y
prestaciones garantizados, suficientes, estables y regulares en el marco de un dispositivo global y
coherente de lucha contra la marginación social. En este sentido, el derecho a recursos y
prestaciones garantizados suficientes debe ir acompañado de medidas que favorezcan la
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integración económica y social de las personas beneficiarias, sobre todo en materia de salud,
vivienda, formación y acceso al empleo.
Ya dentro de nuestras fronteras el debate previo a la elaboración de la primera ley contra la
exclusión social se centraba en los aspectos relacionados con la contraprestación y la inserción
laboral (CAPV). En ese sentido, uno de los documentos encargados por el Gobierno autonómico
con vistas a la presentación del anteproyecto de Ley señalaba que “en la actualidad, el debate en
torno a las rentas mínimas garantizadas como instrumento de las políticas de acción contra la
exclusión se centra, básicamente, en el análisis de dos cuestiones: por un lado, la relación que
conviene establecer entre el derecho a percibir estas garantías de ingreso y los programas de
inserción, y por otro, la de la necesidad de priorizar la inserción laboral en sus diversas
modalidades” (SIIS Centro de Documentación y Estudios, 1996). A partir de ese debate, en
1998, el Parlamento Vasco aprueba la Ley 12/1998, de 22 de mayo, contra la exclusión social.
Señalaba, ya en su exposición de motivos el papel esencial que la inserción laboral juega en los
procesos de exclusión y/o de inserción:
“Es indudable que, en gran medida, los procesos y las situaciones de exclusión, la ruptura del
vínculo existente entre el individuo y la sociedad, se derivan de su no participación en el proceso
productivo. En nuestra sociedad moderna el trabajo constituye el medio por excelencia de
adquirir derechos y deberes respecto a la sociedad y de que ésta los adquiera respecto al
individuo. Así entendido, el derecho al trabajo se convierte en condición sine qua non de la plena
ciudadanía, y adquiere todo su significado como derecho político. La no participación o la
participación residual en el mercado de trabajo determinan, casi necesariamente, el inicio de un
proceso de exclusión con consecuencias directas en el ejercicio de otros derechos sociales. En
esta dinámica, las carencias y las dependencias no sólo se acumulan o yuxtaponen, sino que se
refuerzan mutuamente”.
Posteriormente, El II Plan Interinstitucional de Inclusión Social, elaborado en 2007, y la Ley
18/2008, de 23 de diciembre, para la Garantía de Ingresos y la Exclusión Social conllevan un
avance en el reconocimiento de la filosofía de la activación como fundamento de las políticas de
garantía de ingresos, en un marco respetuoso con la consideración multicausal de la exclusión.
Esta nueva regulación destaca por:
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1. Consolida el principio de doble derecho, el cual reconoce tanto el derecho a
disponer de medios económicos para hacer frente a las necesidades básicas, como
el derecho a recibir apoyos personalizados para la inclusión laboral y social,
mediante el convenio de inclusión.
2. Preeminencia del empleo como núcleo fundamental de la inclusión social. Ya
anunciado desde la exposición de motivos: “el reconocimiento del papel del
empleo como herramienta básica para la inclusión en nuestra sociedad”.
3. Políticas activas de empleo, mediante la inclusión sociolaboral. Las cuales beben
de los mecanismos europeas para el empleo, así el Consejo de Europa recomienda
la introducción de incentivos fiscales y financieros para que el trabajo sea más
atractivo– y que implica un cambio de paradigma, pasando del welfare to work al
welfare in work, a través del desarrollo de prestaciones económicas vinculadas a
la participación laboral (in work benefits).
4. Reconocimiento de las situaciones de pobreza aparejadas a los salarios bajos. La
Ley abre la puerta a la materialización de algunas de las medidas que
prioritariamente se asocian al concepto de activación al reconocer, en primer
lugar, que las situaciones de pobreza se derivan, de forma creciente, de la
percepción de bajos salarios, lo que erosiona directamente la capacidad
integradora del empleo, en la medida en que resulta insuficiente para garantizar el
mínimo de recursos económicos que una persona o una familia necesita para
mantener un nivel de vida considerado ordinario.
De lo hasta aquí expuesto, cabe señalar que el sistema de RB de la CAPV ha seguido las
orientaciones y desarrollos emprendidos en Francia, así como el paradigma de la inclusión social
mediante el empleo, como políticas activas orientadas desde la UE.
3.4.- La Renta Mínima de Inserción en la Comunidad de Madrid. Origen y
características fundamentales. El tratamiento autonómico que se recoge en esta región para promover la inclusión social de sus
ciudadanos, tiene como antecedente primigenio el Programa de Ingreso Madrileño de Integración
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(IMI), que ya desde mediados de 1989 promovió un intenso debate terminológico. Así, la
introducción del concepto de exclusión social se produjo a lo largo del proceso de elaboración
programática encargado a un Equipo multiprofesional. Se había encomendado un estudio sobre
pobreza para conocer la población al que iría dirigido. Sin embargo, una buena parte del trabajo
del Equipo se dedicó a su reelaboración. En ese momento se desechó que la población objeto del
futuro programa fuese la población pobre. El nuevo planteamiento fue que las rentas mínimas
estaban dirigidas a los colectivos en situación de exclusión social, no a los pobres. La
reorientación provino sobre todo del grupo de expertos externo y constituyó la orientación
definitiva del Programa y uno de sus rasgos característicos (Arriba, 1998)11.
Después de diez años de aplicación, en el año 2001 se aprueba la Ley de Renta Mínima de
lnserción (RMI)12,descendiente directa del Programa IMI, la cual recogen su preámbulo nociones
de igualdad, lucha contra la exclusión social, protección social y otros términos garantistas de un
mínimo de protección por parte de los poderes públicos. Desde el IMI, el elemento fundamental
es la exclusión social, no únicamente el encontrarse bajo los umbrales de la pobreza. Con la
RMI, tal y como viene recogido en su propio articulado, se reconoce a los ciudadanos un doble
derecho social: la cobertura económica y el apoyo para la inserción laboral y social de los
beneficiarios de la misma. Se trata de una renta mínima, básica para la población que carezca de
medios económicos y capacidades personales, que persigue la integración social efectiva. Con la
RMI se persigue una protección más extensa, mediante la que se articula una prestación de
carácter complementario y subsidiario, cuya cuantía máxima para el año 2012 es de 532,51 €
para la Unidad de Convivencia. Siendo la cuantía de 375,55 € la establecida para Unidades
unipersonales. Corresponde con una prestación sin límite temporal, a diferencia de lo recogido
en la mayoría de Rentas básicas (sociales, mínimas, etcétera) que vienen desarrollándose en las
diferentes comunidades autónomas. Además, se establece el plazo de 3 meses para la resolución
de la solicitud formulada. No obstante, el silencio administrativo resultará negativo.
11 El concepto de exclusión en política social, Ana Arriba González de Durana: 2002, CSIC. 12 Las normas de aplicación y desarrollo de la RMI son: Ley 15/ 2001, de 27 de diciembre, de Renta Mínima de Inserción de la Comunidad de Madrid; Decreto 147/2002, de 1 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento de la Renta Mínima de Inserción de la Comunidad de Madrid; Resolución 3127/2009, de 21 de diciembre, de la Dirección General de Servicios Sociales, por la que se habilita al Registro Telemático de la Consejería de Familia y Asuntos Sociales para la realización de trámites telemáticos durante la tramitación del expediente del procedimiento denominado “Solicitud de Renta Mínima de Inserción”; Orden 116/2010, de 8 de febrero, por la que se procede a la aprobación del nuevo modelo normalizado de solicitud de prestación económica de renta mínima de inserción de la Comunidad de Madrid.
20
Como se ha señalado, la RMI incluye dos acciones diferencias pero intrínsecamente unidas para
la consecución del fin que persigue: la integración social y efectiva de las personas en exclusión
de la Comunidad de Madrid; para ello, se establece una prestación económica básica, así como
Programas Individuales de Inserción, desarrollados por los servicios sociales municipales. Se
pretende la elaboración de actividades individuales tendentes a actuar y mitigar aquellas
circunstancias personales que repercuten negativamente en las personas en exclusión social. Se
trata, por tanto, de realizar un plan de intervención que actúe sobre las causas motivadoras de la
exclusión social, que pueden ser tanto de carácter personal, social y laboral entre otras. Esta
nueva concepción, actuante sobre la exclusión, pretende el restablecimiento de las personas con
las que se trabaja a unos mínimos esenciales que les capaciten para su propio desenvolvimiento
social.
3.5.- Inclusión Social mediante el empleo, ¿una finalidad irrealizable?
Los sistemas autonómicos parten de origen, del paradigma de la inclusión laboral como
mecanismo conducente a la inclusión social, no obstante, tal y como se ha señalado con
anterioridad, el empleo no garantiza la inclusión social efectiva del sujeto. Todo lo contrario,
diferentes estudios señalan como cada vez son más los trabajadores pobres, por lo tanto, ni que
decir tiene la situación en la que se pueden encontrar las personas que se encuentran de partida
sin trabajo.
Así, es muy clarificador los datos que se arrojan del estudio desarrollado por el Centro de
Estudios Económicos Tomillo: "El impacto de la crisis en la pobreza y la exclusión social en la
Comunidad de Madrid, 2011", en el que se constata que casi una de cada cinco personas en
riesgo de pobreza en la Comunidad de Madrid tiene empleo a tiempo completo, lo cual exige
medidas de mejora de su empleabilidad para que consigan mejores empleos, mejores salarios y
consigan salir de su situación de riesgo; pero también se requiere un mercado de trabajo
21
inclusivo, que genere empleos de calidad que facilite la incorporación al mismo de personas con
dificultades y las ayude en sus procesos de inclusión social y laboral13.
Como destaca Serrano Pascual (2009), “la solución que se propone para la mayor parte de los
problemas, tanto individuales como sociales (exclusión social, desigualdad de oportunidades,
falta de competitividad, problemas psicosociales, etc.) es la participación en el mercado de
trabajo”, de tal modo que el paradigma de la activación se fundamenta en una noción moral del
trabajo como deber civil y como prerrequisito de acceso a la ciudadanía. Así, para Crespo
(2009), la emergencia del paradigma de la activación se explica en la medida en que “un sistema
socioeconómico como el capitalismo, que exige un alto grado de sacrificio a un número cada vez
más elevado de personas, sólo resulta posible mediante un masivo trabajo ideológico y ético
[Weber] y un proceso de disciplinamiento de los sujetos [Foucault], que podemos caracterizar
como proceso de producción de sujetos dóciles, paralelo y complementario al de producción de
mercancías (…). Una de las características de la nueva situación es la exigencia de una cada vez
mayor disponibilidad para el trabajo con escasa garantía de estabilidad y una mercantilización
potencial de todos los ámbitos de la vida, incluidos los recursos afectivos y sociales”. En el
mismo sentido, para Zubiri-Rey (2009), “en los últimos años, se va abriendo paso a una creciente
legitimación de las medidas punitivas contra los parados y los inactivos, promoviendo social e
individualmente la responsabilización de los más desfavorecidos de su propia situación y, sobre
todo, dando pie a una fuerte presión para que las clases populares aumenten su grado de
aceptación de nuevas formas atípicas o precarias de trabajo y de vida”.
“El empleo ha perdido –señala Víctor Renes- su capacidad de protección universal; el mercado
de trabajo se ha segmentado y el empleo ha dejado, en sí mismo, de ofrecer una garantía de
protección a todos los trabajadores. En ese sentido, considero muy importante el cambio que se
13Centro de Estudios Económicos Tomillo: "El impacto de la crisis en la pobreza y la exclusión social en la Comunidad de Madrid, 2011.
22
está produciendo en el sentido que, para determinados grupos y en determinadas condiciones, el
empleo no genera ya mecanismos de inserción social14”.
En un sentido parecido, Zubiri-Rey (2009) explica que “alterar el precepto beveridgiano de que
las rentas mínimas no contributivas pasen de ser un derecho universal a la existencia para
convertirse en un dispositivo de activación coercitiva, es una apuesta que no es en sí misma
suficiente para salir de la pobreza, sobre todo si tenemos en cuenta que en la actual coyuntura de
recesión y pérdida neta de empleo global, las contrataciones finales dependerán de factores
exógenos al sistema de protección y activación elegido por los gobernantes. Una vez más –señala
este autor- los economistas ponen el acento en los factores de la oferta de trabajo
(responsabilización de los parados e inactivos de su propia situación), cuando hace décadas que
los modelos de corte keynesiano nos vienen enseñando que el principal factor de la contratación
de trabajadores es la confianza y las expectativas de mercado de los demandantes de empleo (las
empresas)”. Para Zubiri-Rey, lo que afirmaba Jean Pierre Hardy hace quince años en relación a
la RMI francesa se puede hoy aplicar a los nuevos tiempos de la activación de las rentas
mínimas: “¿Para qué mejorar la empleabilidad en una sociedad que ya no crea los suficientes
empleos?, ¿no es ésa una forma de acentuar el sentimiento de inutilidad social y de marginación
duradera?”15.
Si de lo expuesto coincidimos en que ya, o más bien desde hace algún tiempo, la tenencia de
empleo no garantiza ni tan siquiera una inclusión social efectiva, ¿cómo podemos orientar las RB
hacia el empleo, tal y como aconsejan desde la UE y así mismo articulan las normas
autonómicas, como mecanismo de activación - inclusión social?, ¿cómo sostener que tras las
reformas laborales promulgadas en España en los últimos dos años, y lasconsecuencias visibles
en la destrucción de empleo que ello ha supuesto, así como un tejido productivo carente de
alternativas válidas o plausibles en la actualidad, se puede sostener la hipótesis de que la
orientación de las RB deba ser la orientación hacia el empleo?
14 Entrevista en Hilero Eguneratuz, nº 71, 2006. 15Activación y derecho a la inclusión en el marco de las políticas de empleo y de garantía de ingresos en la CAPV
23
Nos encontramos con un sistema de protección frágil, limitado temporalmente que busca
únicamente salvar a un grupo de personas con cierta capacidad y habilidad para el empleo, por lo
tanto, se está cercenando el derecho y la posibilidad de proteger a los excluidos sociales: aquellos
que debido a causas heterogéneas (por citar algunas: trastornos mentales, aislamiento social,
carencia de habilidades sociales, baja cualificación académica, historias laborales deficitarias,
adicciones, etcétera) no podrán realizar de manera efectiva la inclusión laboral, viéndose
desposeídos de las RB en la mayoría de los casos, lo cual agrava su situación de exclusión y se
encuentran desposeídos de mecanismos que reorienten la situación por la que atraviesan.
3.6.- La lógica de la contraprestación en las Rentas Básicas.
La lógica de la contrapartida –un elemento básico de la mayor parte de los programas españoles
de rentas mínimas- se plantea también a menudo como una dificultad añadida para los propios
procesos de inserción. En efecto, según Pérez Eransus (2006), la experiencia de trabajo en
incorporación sociolaboral en los últimos años viene demostrando que la vinculación, como
contrapartida, del derecho a la prestación económica y del derecho a los programas de inserción
“tiene más efectos negativos que positivos. En primer lugar los programas de garantía de
ingresos y la aplicación de recursos de incorporación sociolaboral deben seguir lógicas distintas.
Desde la perspectiva de renta mínima no tiene sentido la realización de una contrapartida, más
aún si hablamos de una prestación económica de subsistencia de familias que ya cumplen los
requisitos de acceso. Además la prestación económica es, como hemos defendido previamente,
en sí misma integradora”. A su juicio, “desde la lógica de la inserción social y laboral de
colectivos en situación de exclusión la eficacia suele venir de la mano del trabajo personal de
negociación, de incentivación, de motivación.
Sin embargo, el hecho de que la realización de actividades de inserción sea condición obligatoria
para el cobro de la prestación, lejos de permitir este proceso de motivación conlleva dinámicas
24
perversas de obligatoriedad, imposición de actividades, amenaza de cese de cobro de la
prestación, etc. De ahí que el trabajo de inserción no llegue a ser eficaz para muchas personas en
situación de exclusión. Por tanto se reconoce la necesidad de separar ambas lógicas: garantía de
ingresos e inserción social”16.
Tal y como señala Urteaga (2009), “la instauración de la renta mínima de inserción francesa se
fundamenta sobre el reconocimiento de un derecho y rompe con la lógica asistencial previa. Se
trata de una prestación concedida a toda persona con la condición de carecer de los recursos
necesarios para vivir dignamente. Es incondicional, no contractual y sin contrapartida. Además,
la ley prevé la puesta en marcha de un contrato de inserción. La articulación entre la ayuda y el
contrato es el objeto de numerosos debates a partir de la puesta en marcha del dispositivo. Para
algunos, la ayuda social es incondicional y no puede estar vinculada a un contrato, obedeciendo a
la lógica del Estado de bienestar. La inserción depende más de las condiciones generales del
mercado laboral que de la sola voluntad de una persona. Para otros, sin embargo, la existencia de
una contrapartida indica un abandono de la lógica de asistencia. Es la lógica anglosajona del
workfare, que vincula la ayuda al trabajo y que condiciona la obtención de la ayuda a la firma y
al respeto de un contrato de inserción. La jurisprudencia que se desarrolla tiende a dar la razón a
los primeros, en la continuidad de la tradición francesa, conduciendo los partidarios de la
segunda perspectiva a desarrollar un discurso sobre la asistencia”.
La originalidad de esta nueva versión consiste en establecer una estrecha relación entre una
prestación económica universal de carácter subsidiario y complementario, cuya percepción
constituye un verdadero derecho, y un programa de inserción basado en un compromiso de
naturaleza contractual entre el individuo y la sociedad. Este compromiso no constituye una
contrapartida obligatoria en términos de trabajo, sino un derecho a la inserción social y
profesional del beneficiario, que se traduce en un deber de inserción para el colectivo social. La
inserción se entiende en un sentido amplio y comprende fundamentalmente dos categorías de
acciones: por un lado, las llamadas acciones dirigidas a fomentar la "autonomía social" del
individuo y de su familia (tratamiento médico, curas de desintoxicación, apoyo social a familias
desestructuradas, participación en planes de vivienda social, etc.); por otro, las destinadas a
16 Activación y derecho a la inclusión en el marco de las políticas de empleo y de garantía de ingresos en la CAPV
25
facilitar la inserción o reinserción profesional: trabajos en favor de la comunidad, programas de
formación y cualificación profesional, y prioridad en el acceso de determinadas modalidades de
contratos laborales (SIIS Centro de Documentación y Estudios, 1996).
26
4.- Hipótesis de la investigación.
La cuestión de la pobreza y la exclusión social en España parte, según quien expone, de un
planteamiento deficitario en cuanto al desarrollo de nuestro Estado de Bienestar, lo cual produce
mayores tasas de pobreza y exclusión social que en países de nuestro entorno.
Asimismo, el estado autonómico español tal cual está configurado conlleva innumerables
problemas tanto legales como en cuanto a derechos reconocidos se refiere. Y es aquí donde
entran en acción las Rentas Básicas autonómicas. Nos encontramos, como podrá verse en los
apartados que siguen, ante un desarrollo prestacional – garantía (derecho) de marcado carácter
fragmentario y disperso que adolece de una regulación integral, quedando su desarrollo a
voluntad política y de cada comunidad autónoma. Lo cual, como sabemos, genera desigualdades
entre los españoles.
Por lo tanto, estamos ante un grave problema social de desestructuración y desigualdad social.
Las Rentas Básicas (mínimas) son el último sistema de protección ante la adversidad y la
dificultad que atañe al individuo para poder satisfacer per se las necesidades básicas de la vida
diaria, como consecuencia de encontrarse en dinámicas socialmente excluyentes.
Las hipótesis que se mantienen en este estudio son las siguientes:
i. Existe un marcado subdesarrollo del estado español en su Estado de Bienestar, el cual
está suponiendo mayores tasas de desempleo y un gran número de excluidos sociales que
en etapas anteriores.
ii. El sistema autonómico sobre el que recae el desarrollo de Rentas Básicas es
tremendamente desigual y es deficitario para la mayoría de las comunidades
autónomas, no consiguiendo por su configuración y recursos que brinda, la inclusión
social de los colectivos para los que se implementa.
iii. Las Rentas Básicas se encuentran orientadas hacia la inclusión laboral como
mecanismo básico y nuclear para la inclusión social de los beneficiarios de las
mismas, lo cual resulta ser un error y conlleva la exclusión de posibles perceptores de
RB, agravando aún más si cabe la situación de los posibles beneficiarios.
27
iv. Asimismo, y como consecuencia de la situación económica actual, existe un aumento
notorio de solicitudes de RB así como, en el otro lado de la balanza, mayores
exigencias, requisitos y pérdida protectora como consecuencia de no existir un
correlato entre el aumento de las solicitudes-perceptores y el presupuesto destinado.
28
5.-Metodología:
5.1.- Objetivos.
En los siguientes apartados se analizará la evolución de la pobreza en España en el último
quinquenio (2006-2011). También se tendrá en cuenta las últimas crisis económicas y su
repercusión en la pobreza y el desempleo en España. Existe, desde la óptica de quien
suscribe, una relación unívoca entre la crisis económica actual y el retroceso que empiezan a
experimentar las RB autonómicas, y esto en cuanto menor cobertura económica, aumento de
los requisitos, aumento del plazo para resolver las solicitudes de RB, así como un creciente
número de excluidos que se ven imposibilitados de acceder a este sistema último, disperso y
frágil que representan las RB autonómicas.
El objeto del estudio, por tanto, es exponer por un lado, cómo la crisis económica actual está
afectando a los excluidos sociales, colectivo cada vez mayor y con menor protección pública
como consecuencia de las limitaciones presupuestarias así como de las reformas normativas
en las RB. También se cuestionará la primacía de la inclusión laboral como mecanismo
primordial para la activación / inclusión social de las personas que acceden a las RB. Las
CCAA han desarrollado normas que ponen el acento en el acuerdo o contrato para la
inserción laboral, siendo ésta la seña de identidad de las RB, más que la inclusión social
efectiva como finalidad prioritaria. Como se expondrá en los apartados que siguen a estas
líneas, el excluido social en muchas ocasiones se ve imposibilitado para acceder al empleo
por diferentes causas invalidantes, lo que conlleva la exclusión del excluido en el acceso a
este sistema de protección autonómico de RB.
Asimismo se expondrá la situación de nuestro frágil Estado de Bienestar, el cual no está lo
suficientemente desarrollado como para garantizar la inclusión social y la satisfacción de las
necesidades más básicas de un grupo de personas cada vez más numeroso en nuestro país.
La tan repetida crisis económica, que impregna, contagia e influye en todos los estratos
sociales, económicos, políticos, mediáticos y culturales, ha producido notables cambios en un
29
corto espacio de tiempo que está significando una modificación sustancial de los programas
de RB, así como un aumento desmesurado de la población pobre y excluida. Por lo tanto, el
objeto de este informe no es otro que el de señalar aquellas novedades y consecuencias que la
tríada: crisis económica, aumento de las tasas de desempleo y reformulación de las RB en las
CCAA, está acarreando para un conjunto de población cada vez más numerosa, y cada vez
más desplazada y excluida socialmente.
De forma sintética, se presenta como objetivo general el análisis y configuración de las RB
en el último quinquenio (período 2006-2011). Mientras que como objetivos específicos caben
señalarse:
a) Evolución de las RB en España.
b) Situación del Estado de Bienestar español y su subdesarrollo.
c) Estado actual del desempleo y la pobreza en España.
d) Cuestionamiento del eje fundamental de la inserción laboral como mecanismo
nuclear para la integración social de los perceptores de RB.
5.2.- Tipo de Investigación.
El presente proyecto se ha desarrollado siguiendo la investigación cuantitativa, por cuanto se
basa y apoya en el análisis de datos, fuentes y estadísticas de este tipo. Se han recogido los datos
más destacados que resultaban de interés para expresar las conclusiones aquí vertidas, siguiendo
una orientación objetiva y descriptiva de la realidad social expuesta.
5.3.- Trabajo de Campo.
Dicha tarea ha sido llevada a cabo analizando fuentes oficiales en relación con el objeto de
estudio (pobreza, exclusión social, desempleo, PIB, datos presupuestarios, etcétera).
30
5.4.- Variables del Estudio.
Por lo expuesto en los apartados anteriores, se han empleado indicadores existentes como renta
por cápita, PIB, tasa de desempleo y pobreza, paneles de hogares, presupuestos autonómicos,
población, y otras fuentes oficiales tanto de administraciones públicas como las recogidas en los
diferentes estudios sociales sobre las RB que han resultado de mayor interés.
5.5.- Técnicas de Análisis de los Datos.
Se parte de estudios retrospectivos, así como se han realizado algunas prospectivas sobre la
posible evolución del desempleo, la pobreza y la exclusión social en España. También se han
realizado aproximaciones a la situación que se puede desarrollar en los próximos años respecto
las RB debido a la situación económico-social actual.
31
6. Presentación de resultados, discusión, conclusiones.
6.1. Presentación de resultados.
En los siguientes apartados se hará un desglose de los datos más significativos que han sido
analizados y recopilados para la elaboración de este proyecto.
6.1.1.- Evolución del desempleo y la pobreza en España, especial mención a las dos
crisis económicas más destacadas de finales de siglo XX.
Como se ha señalado, en la exclusión social pueden convivir una serie de factores heterogéneos y
complejos, y no únicamente la carencia de recursos económicos. No obstante, la ausencia de los
mismos resulta determinante como elemento identificable de situaciones de exclusión social. Por
ello, veamos cuál ha sido la evolución de las tasas de desempleo en España, y su correlato en la
pobreza de los residentes en nuestro país, haciendo especial énfasis en dos períodos críticos que
nos han precedido, como son la crisis de los años 80 y 90 del siglo pasado.
A continuación se detalla el total de personas activas y los desempleados para una muestra
de años coincidentes con épocas de contracción económica en España:
Tabla 1.- Evolución del desempleo en el período 1980-2011.
* En miles de personas, fuente INE.
El primer período 1980-1985 fue objeto de los primeros estudios científicos sobre pobreza en
España, con anterioridad (década de los 60 y 70) existió algún análisis, pero fue el informe de
EDIS-Caritas sobre Pobreza y Marginación (1984) uno de los más destacados en primer término.
AÑO 1980 1985 1991 1994 2006 2007 2008 2011
ACTIVOS 13464,6 (*) 14080,8 15668,1 16134,8 21812,4 22404,5 23064,7 23081,2 PARADOS 1674 (*) 3024,4 2653 3856,7 1810,6 1927,6 3207,9 5273,6
32
En él se estimaba la existencia de alrededor de ocho millones de individuos pobres en
España, lo que generó sorpresa y, sin duda, estimuló el interés por la investigación sobre la
pobreza en nuestro país.
Uno de los elementos que más discusiones ha supuesto es el método utilizado para establecer el
umbral de pobreza. Han sido numerosos en las últimas décadas los métodos empleados. Así, el
INE viene implementando la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) iniciada en enero de
2006, que sustituye a la Encuesta Continua de Presupuestos Familiares (ECPF) base 1997, que
con periodicidad trimestral se realizó hasta 2005, constituyendo la principal fuente para el
estudio de la pobreza en España. Se trata de grandes encuestas (24.151 hogares en la EPF para
los años 1973-1974,23.971 hogares en la EPF de 1980-1981 y 21.155 hogares en la EPF de
1990-1991) que han permitido estudiar la pobreza teniendo en cuenta los niveles de renta y gasto
de los hogares españoles, a la vez que examinar la distribución territorial de la pobreza a través
de análisis desagregados. También se han ido tomando en consideración las diferentes
metodologías que a nivel europeo han venido implementándose (PHOGUE: Panel de Hogares de
la UE), y otras.
Al objeto de simplificar y exponer sucintamente cuál ha sido la tasa de pobreza en España en
las últimas décadas, se relata a continuación una escueta síntesis de las conclusiones de los
estudios realizados más significativos:
Tabla 2.- Tasas de pobreza en épocas de contracción económica.
AUTOR METODOLOGÍA RESULTADOS Ruiz-Castillo (1987) Años estudiados 1980-81. Gasto per capita.
Línea 50% gasto per capita medio.
Hogares pobres: 14,4%.
Individuos pobres: 17,0%.
Fernández-Morales et al.
(1988), Martín-Reyes et al.
(1989) y García-Lizana y
Martín-Reyes (1994)
Años estudiados 1980-81 y 1990-91. Ingreso
por hogar. Línea 50% ingreso por hogar medio.
Estudio de la distribución territorial de la
pobreza.
Hogares pobres: 21,0%
(80-81) y 19,4% (90-91).
Escribano (1990) Años estudiados 1973-74, 1980-81 y 1985- Hogares pobres: 18,9%
33
87(ECPF). Gasto per capita. Línea 50% gasto
per capita medio.
(73-74), 17,9% (80-81),
18,3% (85),
17,6% (86), 16,0% (87).
Ayala et al. (1993) y Ruiz-
Huerta y Martínez (1994)
Años estudiados 1980-81 y 1990-91. Ingreso y
gasto por adulto equivalente (escala OCDE).
Línea 50% gasto o ingreso equivalente medio.
Comparaciones internacionales a partir de datos
del Luxembourg Income Study.
Hogares pobres según
gasto: 19,7% (80-81) y
18,6% (90-91).
Individuos pobres
según gasto: 19,6% (80-
81) y 17,9% (90-91).
Como se puede apreciar, el estado de la pobreza en España, durante las 2 últimas etapas de
contracción económica ha conllevado elevadas tasas de desempleo (aunque constantes) y unas
cifras de pobreza por encima de la media de la UE-15. Estos datos, como así lo han subrayado
distintos estudios, han conseguido reducirse como consecuencia de políticas redistributivas. Así,
Ayala (2008) destaca que, mientras que en las décadas de los setenta y ochenta éstas tuvieron un
papel determinante, desde comienzos de los años noventa el nuevo patrón distributivo en España
se ha caracterizado por una relativa estabilidad en la desigualdad de las rentas de mercado sin
mejoras visibles en la capacidad redistributiva de las prestaciones monetarias. Esto explica, en
parte, la resistencia a la baja de las tasas de pobreza, junto con las debilidades del sistema de
prestaciones sociales específicamente destinadas a combatir la insuficiencia de recursos. A pesar
de la extensión de la red de protección, ésta presenta importantes diferencias por grupos de
población y sigue resultando insuficiente para rebajar los altos niveles de precariedad de la
sociedad española17.
Vayamos un paso más allá, y empecemos a desglosar cuál es la situación del estado de la
pobreza y el desempleo en España en el último quinquenio.
17Estudios de economía aplicada, Vol. 27-2, 2009. Salvador Pérez Moreno: El estudio de la pobreza en España desde una óptica económica: medición y políticas.
34
6.1.2.- Evolución del desempleo y la pobreza en España en el último quinquenio
(2006-2011).
En este apartado, y siguiendo el hilo conductor, se expondrá la repercusión que la grave crisis
económica actual está acarreando para un importante conjunto de la población española. No en
vano, España encabeza la UE en cuanto a personas sin empleo se refiere, situándose en un
24,44% de la población en desempleo, muy por encima de la media (10,8%) de los países que
componen la UE18. Por lo tanto, cabe señalar que dicho desfase respecto los países de nuestro
entorno debiera conllevar como sostén básico, una mayor protección por parte del Estado en
cuanto a transferencias públicas para corregir dicha situación, lo que repercutiría positivamente
en una mayor integración social de aquellos estratos sociales más vulnerables, por lo tanto
debiera traducirse en mayores esfuerzos económicos del Estado (gasto público social en
proporción al PIB). No obstante lo anterior, a pesar de que la media de gasto en protección social
en porcentaje de PIB (2008) se situó en torno al 26,4% para los países de la UE-27, España
ocupó una de las últimas posiciones al dedicar únicamente el 22,7% de su PIB en dicho gasto19.
A mayor abundamiento de lo aquí expuesto, durante el largo periodo de crecimiento económico
continuado en España (período 2000-2007), se ha venido asistiendo a una progresiva
degradación de la capacidad protectora del conjunto del sistema de garantía de ingresos mínimos.
No se ha reducido mucho el gasto real total (en euros constantes): unos 25 millones entre 2000 y
2007, pero eso, en una economía que crece rápidamente supone una reducción importante de la
participación en el PIB: 2,4 décimas menos en el periodo considerado. Podría argumentarse que
la bonanza económica reduce las necesidades sociales, pero sabemos que la tasa de pobreza se ha
mantenido bastante constante (entre el 18,4 y el 19,7% en este periodo). En relación con el
volumen de población bajo el nivel de pobreza, el número de prestaciones del sistema de garantía
de ingresos mínimos se ha reducido un 22,5% y el gasto real en un 17% aproximadamente.
18Datos de EUROSTAT e INE. 19Trabajo Social en perspectiva comparada, Alfredo Hidalgo Lavié, EDIASA 2011.
35
En este momento, la intensidad con la que se ha mostrado la crisis económica desde el segundo
semestre de 2008 y la rapidez con la que se han visto sus efectos en el mercado de trabajo
primero y en la situación social de los hogares después han puesto de manifiesto las principales
debilidades de nuestro sistema de protección social en lo que se refiere a la garantía de ingresos
mínimos. El debate político ha recogido el tema, tratando de responder a una demanda social
latente que exige buscar los medios para evitar que la crisis económica lleve a los desempleados
a una situación de exclusión social que sería más difícil de abordar en el futuro20.
Sin embargo, todo apunta a que la incidencia de la crisis y la carencia de recursos suficientes
están produciendo una grave fractura social. Veamos cómo ha evolucionado el desempleo en
España en los últimos años:
Tabla 3.- Evolución del desempleo en el período 2006-2011.
AÑO 2006 2007 2008 2009 2010 2011 Abril 2012
ACTIVOS 21812,4 22404,5 23064,7 22972,5 23104,8 23081,2 23072
DESEMPLEADOS 1810,6 1927,6 3207,9 4326,5 4696,6 5273,6 5639
PORCENTAJE 8,3% 8,6% 13,91% 18,83% 20,33% 22,85% 24,44%
* En miles de personas, Fuente INE, EPA.
Los datos anteriores ponen de relieve la magnitud y gravedad de la actual situación de crisis
económica que azota España. Además, tal y como ya empieza a publicarse en los más recientes
estudios, la situación repercute muy notoriamente en los más desfavorecidos, provocando una
"hemorragia social", una fractura social que no parece cesar, sino todo lo contrario.
Por otro lado, la evolución que ha experimentado el desempleo en las distintas CCAA ha sido
también muy desigual. Así, el País Vasco presenta las tasas más bajas del conjunto del Estado.
Además, tal y como se señala desde Lambide, la contribución de la RGI al mantenimiento de
puestos de trabajo es también evidente. Así, según los datos recogidos, la contribución de la RGI
ha supuesto el mantenimiento de 26.700 puestos de trabajo, por lo que de no haberse aplicado
20Encuentro de expertos en Inclusión Social en Murcia IntegrACTÚA, basado en un trabajo previo: Laparra y Ayala (2009). El sistema de garantía de ingresos mínimos en España y la respuesta urgente que requiere la crisis social.
36
dichos incentivos mediante la RGI, la CAPV contaría con 160.200 desempleados, lo que
representa pasar de un porcentaje de desempleo del 13,55% al 16,22% (diferencia de 2,67 puntos
porcentuales debido a la RGI).
Por otro lado, las tasas de riesgo de pobreza, aunque en España, tal y como se ha mencionado,
se han mantenido constantes en torno al 18-19% en las últimas décadas debido a la escasez de
políticas redistributivas en los períodos precedentes de auge económico (2000-2007), presentan,
como consecuencia de la virulencia de actual crisis, mayores porcentajes que en épocas
pretéritas:
Tabla 4.- Evolución tasa de riesgo de pobreza, período 2006-2011.
AÑO 2006 2007 2008 2009 2010 2011
TOTAL 19,9 19,7 19,6 19,5 20,7 21,8
< DE 16 AÑOS 23,8 23,4 24 23,3 25,3 26,5
> DE 65 AÑOS 19,4 19,5 21,5 25,2 21,7 21,7
En tanto por cierto. Fuente INE, Encuestas de Condiciones de Vida.
Como dato positivo cabe señalar que el descenso pronunciado en el porcentaje de mayores de 65
años en riesgo de pobreza, que se reduce prácticamente en 4 puntos porcentuales en el año 2009-
2010 parece corresponderse con el esfuerzo económico en aumentar las pensiones públicas21. Por
contra, se aprecia un incremento sostenido de la tasa de pobreza entre los menores de 16 años.
Por todo lo expuesto, de lo visto en estos dos últimos epígrafes podemos señalas una serie de
conclusiones generales sobre la pobreza en España en las últimas situaciones económicas
adversas:
Madrid: Foessa. 21Revalorización de las pensiones para 2009: Las pensiones subieron desde enero entre un 2,4 por 100 y un 7,2 por 100. Las mínimas, que reciben más de dos millones y medio de pensionistas, ascendieron entre un 3,4 por 100 y un 7,2 por 100. Los pensionistas recibieron a finales de enero, además de la nómina mensual, una paga de compensación por la desviación de la inflación en 2008. Fuente: Gobierno de España.
37
1) En períodos de contracción económica, y como consecuencia del escaso
desarrollo productivo español, las tasas de desempleo se disparan, encabezando las
tasas de paro de toda la UE.
2) El gasto público social en España, con una media de 4 puntos porcentuales inferior a la
media de la UE, impide contrarrestar las tasas de pobreza, muy dependientes de las
políticas públicas que se desarrollen.
3) La tasa de pobreza en España se ha mantenido constante durante las últimas décadas
en torno al 19%. Durante la etapa boyante de 2000-2007 las políticas llevadas a cabo no
incidieron en su descenso, por lo que en apenas 4 años se ha experimentado un
incremento de más de 2 puntos porcentuales. Según los datos provisionales del INE,
España cerró el año 2011 con una tasa de pobreza del 21,8% (1,1% más que en el año
2010), por lo tanto cabe suponer que para el año 2013 la tasa de pobreza ronde los 23
puntos porcentuales, y esto como consecuencia de encontrarnos en una situación
económica muy delicada (24,44% de desempleo en el primer trimestre de 2012; 1.72
millones de hogares con todos sus miembros en activo en paro; prolongación de la crisis
económica en el tiempo que incide en la pérdida de prestaciones o subsidios a los que
acceder; agotamiento de las RB por parte de un cuantioso colectivo de excluidos como
consecuencia de la limitación temporal que suelen recoger las normas autonómicas de
RB).
Una vez dibujado brevemente el panorama del desempleo y la pobreza en España en la
actualidad, pasamos a analizar las Rentas Básicas en el estado autonómico español.
6.1.3.- Análisis comparativo de las Rentas Básicas en España. Especial mención de
la Renta de Garantía de Ingresos de la Comunidad Autónoma del País Vasco.
38
El sistema de RGI de la CAPV es el más desarrollado de cuantos existen en nuestro país.
Asimismo y como se verá en las próximas líneas, el gasto presupuestario que se dedica a las RB
ronda algo más del 2% del presupuesto autonómico, siendo de lejos la CCAA que más recursos
dedica. Antes de centrarnos en los datos disponibles, cabe señalar las novedades legislativas que
se han introducido por medio de la Ley 4/2011, de 24 de noviembre, de modificación de la Ley
para la Garantía de Ingresos y para la Inclusión Social. En primer lugar, y como ya venía
señalándose en las normativas anteriores, se vincula la percepción de la RGI al establecimiento
con la persona titular de un convenio de inclusión activa (artículo 15, inclusión laboral y social),
añadiéndose el siguiente tenor “Garantizar el acceso al mercado laboral de las personas
empleables y perceptoras de la renta de garantía de ingresos”. El marcado carácter de activación
laboral adquiere ahora más énfasis. Además, desde la CAPV se transfirió la RGI hacia el servicio
vasco de empleo (Lanbide), aunque dicha modificación ha contado con bastante aceptación
debido al desahogo que ha supuesto para los Servicios Sociales de base, así como para la
activación laboral de los perceptores de las prestaciones de garantía de ingresos.
Asimismo, se añade un nuevo párrafo en cuanto al período de empadronamiento requerido, “[si
no se] llega a tres años de empadronamiento, se deberá acreditar mediante la correspondiente
vida laboral al menos cinco años de actividad laboral remunerada, exceptuándose aquellas
personas que perciban una pensión pública o hayan sido víctimas de maltrato doméstico.” Lo
cual escenifica nuevamente la primacía del empleo y la actividad laboral en los años precedentes
a la solicitud, impidiendo su ejercicio efectivo para un conjunto elevado de excluidos debido al
carácter contributivo que adquiere.
Por lo tanto, se han acometido una serie de reformas en la ley de 2008 que dificultarán el acceso
a la RGI que viene desarrollando la CAPV, así, y según Caritas Euskadi, unas 3000 personas no
podrán acceder en el año 2012 a la RGI como consecuencia de las modificaciones
implementadas. Si esto viene ocurriendo en el sistema de RB más desarrollado de España, ¿cuál
es el panorama en otras CCAA en las que apenas dedican recursos para los excluidos? Además,
39
tal y como viene sucediendo en el resto de CCAA, el presupuesto se ha visto reducido para el
presente año 2012 en un 7%. Veamos la evolución que ha experimentado la RGI.
Teniendo como referencia el período 1996-2009, podemos constatar el incremento considerable
de perceptores de la RGI, así, en el primer año de la muestra, se concedieron 16,052
prestaciones, manteniéndose constante durante el período 1996-2000. Desde ese año, debido
también a las reformas llevadas a cabo, el incremento ha sido constante, y con la incidencia de la
crisis, el repunte ha sido muy acentuado tal y como refleja la siguiente tabla:
Tabla 5.- Evolución del número de perceptores de RGI, período 1996-2011.
Año 1996 1998 2000 2002 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Prestaciones 16052 16264 16550 21454 28889 31654 33824 36004 39715 48449 55020
Fuente: CAPV
Por otro lado, se puede constatar cuál ha sido la evolución de la cuantía económica media
anual de la RGI:
Tabla 6.- evolución de la cuantía económica media anual de la RGI, período 1996-2009.
Año 1996 1998 2000 2002 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Importe* 2566 2585 3197 4282 4333 4567 4671 4825 5115 4718
* En euros. Fuente: CAPV
Como puede observarse, tenemos por un lado una evolución ascendente en la cuantía media de la
prestación durante el período 1996-2008, así como un descenso en el último año. No obstante, a
falta de datos de los años 2010 y 2011, sí podemos afirmar que debido al aumento en la demanda
de la RGI, así como al descenso de la partida presupuestaria (7% en 2012), nos encontramos en
un nuevo escenario marcado por:
a) El aumento galopante de la tasa de desempleo. Para la CAPV se encuentra en el
13,55%, la más baja del Estado. Igualmente ha experimentado el aumento menos
40
sangrante del conjunto del Estado. En el período 2006-2011, el desempleo en
Españase ha multiplicado un 291% de media, mientras que para la CAPV dicho
incremento, favorecido asimismo por la repercusión de la RGI a la hora de
mantener puestos de trabajo, ha supuesto que dicho aumento porcentual sea del
187%. Si descontamos los 26700 puestos de trabajo que se han mantenido como
consecuencia de las medidas aplicadas vía la RGI, dicho porcentaje sería del
225%, pasando de 133.500 desempleados hasta 160.200.
b) Una limitación presupuestaria que puede ocasionar graves consecuencias dentro
de la CAPV debido a la condición de derecho subjetivo reconocido, de momento
una reducción del importe mensual a percibir.
Continuamos el análisis con el importe de las RB en España, comparativa por CCAA. Año
2010. Como puede observarse la diferencia entre CCAA es muy relevante.
Gráfico 1: Importe de las RB por CCAA (Fuente: CAPV):
En la siguiente tabla se realiza una comparación de los datos correspondientes a la RGI vasca
con las rentas mínimas existentes en las demás comunidades autónomas, lo que pone de
manifiesto las diferencias existentes tanto en lo que se refiere a la cuantía básica (640 euros,
frente a 408 euros de media en el conjunto del Estado) como a su dotación presupuestaria.
Además, casi un tercio de todas las personas beneficiarias de rentas mínimas en España, y un
41
42% del total, corresponden a la CAPV, y esto a pesar de contar con la tasa de desempleo y
pobreza más baja de todo el reino de España.
Gráfico 2: Importe de las RB por CCAA, titulares por sexo y presupuesto (Fuente: CAPV):
En la siguiente gráfica se puede apreciar el gasto mensual en RB por hogar en riesgo de pobreza
en España: Gráfico 3: Gasto mensual en RB por hogar en riesgo de pobreza (Fuente: CAPV):
Fuente: CAPV
42
Cobertura del sistema de rentas mínimas por CCAA. Indicadores relativos a la población
beneficiaria del sistema: Gráfico 4: Cobertura según tipología de la población beneficiaria (Fuente: CAPV):
Un análisis del gasto por CCAA en 2007, se evidencia la desigualdad existente entre las mismas
a la hora de dotar a las RB de los recursos económicos suficientes para su desarrollo. De poco
sirve tener en papel una prestación o derecho, cuando en la práctica se carece de los recursos
necesarios para su implantación. Para un grupo de CCAA el gasto presupuestario resulta
simbólico, destinando menos del 0,05% del total presupuestario para la CCAA. Este es el caso de
Aragón, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, Murcia, La Rioja, Valencia).
Luego estaría un conjunto de CCAA que destinan un porcentaje aún insuficiente del 0,5% como
en Madrid, Cataluña, Asturias y Melilla. La excepción, como no podía ser de otra manera la
constituye el País Vasco que dedica un 2,13% del total de su presupuesto, de ahí, que de todas
las RB en vigor en España, el 43% se concedan en dicha CCAA22. Se relaciona tabla explicativa: Gráfico 5: Gasto en RB y porcentaje de beneficiarios. Fuente: Rentas Mínimas de Inserción de las CCAA: una
evolución conjunta de su evolución y alcance. Ana Arriba, 2009.
43
Gráfico 6: Número de personas titulares y de personas beneficiarias de las RB por CCAA:
22Gestión y análisis de políticas públicas, INAP: Rentas Mínimas de Inserción de las CCAA: una evolución conjunta de su evolución y alcance. Ana Arriba, 2009.
44
La cobertura de la RGI en la CAPV es, para el año 2009, de 48 personas beneficiarias por cada
mil habitantes, mientras que la cobertura media española es de 9. Además 11 de las 17 CCAA
registran tasas de cobertura inferiores a 10.
Por otro lado, su sistema de RMI, alcanza en el País Vasco a uno de cada 42 habitantes,
frente a los 147,6 de media estatal, siendo en este aspecto la Comunidad que presenta una
mayor cobertura, muy por delante de cualquier otra. De la misma manera, la cuantía de estas
Rentas es superior en el País Vasco a la media estatal, ya que el porcentaje que supone el
gasto medio por titular, en relación con la renta media por hogar en esta Comunidad, es del
15,46%, frente al 12,09% que representa a nivel estatal23. Se desglosa a continuación las RB.
Cobertura. Ratio de perceptores (miembros dependientes) de rentas básicas por habitantes, datos
del estudio DEC 2012: Tabla 7.- Perceptores de RB según ratio de población.
TOTAL HABITANTES PERCEPTORES RB Ratio x habitantes
Total España 47.021.031 318.662 147,6
Andalucía 8.370.975 83.064 100,8
Aragón 1.347.095 7.904 170,4
Baleares 1.106.049 4.538 243,7
Canarias 2.118.519 9.984 212,2
Castilla y León 2.559.515 4.655 548,7
Cataluña 7.512.381 79.341 94,7
Valencia 5.111.706 4.929 567,5
Extremadura 1.107.220 3.895 284,3
Madrid 6.458.684 28.269 228,5
Navarra 636.924 9.749 65,3
País Vasco 2.178.339 51.905 42,0
La Rioja 322.415 1.287 251,0
A continuación la cuantía. Porcentaje que supone el gasto medio por titular en relación con la
renta media por hogar en la Comunidad Autónoma. Nuevamente, nos referimos a los datos
23Índice de desarrollo de los Servicios Sociales, Índice DEC 2012. Asociación estatal de directores y gerentes en Servicios Sociales.
45
aportados por el estudio DEC 2012, tomando como referencia el INE: encuesta de condiciones
de vida 2010, así como el Informe de Rentas Mínimas año 2010, Ministerio de Sanidad, Política
Social e Igualdad. Tabla 8.- Gasto en RB.
Total Renta media por hogar
en la CCAA
Gasto por titular de la
RB
Porcentaje
Total España 12,09%
Andalucía 22.754 2.159 9,49%
Aragón 26.634 2.935 11,02%
Baleares 25.859 2.613 10,10%
Canarias 22.397 3.612 16,13%
Castilla y León 24.888 4.769 19,16%
Cataluña 27.834 5.278 18,96%
Valencia 24.982 3.135 12,55%
Extremadura 19.858 1.406 7,08%
Madrid 30.468 3.929 12,90%
Navarra 34.409 4.142 12,04%
País Vasco 30.456 4.708 15,46%
La Rioja 25.420 2.214 8,71%
La repercusión positiva que lleva aparejada la RGI respecto el mantenimiento de empleos, es
otro de los puntos positivos que se aprecian en la CAPV. Así, y según los datos recogidos un
40% de los empleos mantenidos (no destruidos) vía la contribución de la RGI es de 26.770
puestos de trabajo de manera directa o indirecta, tal y como se señala a continuación: Tabla 8.- Mantenimiento de puestos de trabajo vía RGI. Fuente: Estudio comparado del impacto de las prestaciones de garantía de ingresos en el estado de bienestar de Euskadi y de España, CAPV, 2009.
46
6.1.4.- Evolución de la RMI en la Comunidad de Madrid durante el período 2006-
2010.
A continuación se describirán los principales elementos recogidos en los Balances que la
Dirección General de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid viene mostrando. Para el
objeto que nos ocupa, se han analizado los datos disponibles de los años 2006, 2008 y 2010.
Tabla 9.- Evolución presupuesto RMI, importe y solicitudes.
AÑO PRESUPUESTO * IMPORTE ** SOLICITUDES CONCESIONES DENEGACIONES CANCELACIONES
2006 46.900.000 € 510 € 3.516 1730 770 893
2008 41.242.987,24 € 516,9 € 3.467 1.434 780 941
2010 58.985.110,54 €*** 532,51 € 9.384 4.670 2.100 2.213
2011 66,000,000 €**** 532,51 €
2012 54,200,000 € 532,51 €
* Hace referencia únicamente a la partida presupuestaria destinada para el pago de la prestación económica.
** Importe máximo a percibir por Unidad de Convivencia para dicho año.
*** La partida presupuestaria iniciar fue de 48.000.000,00 €, al verse incrementada la demanda, el 9 de septiembre
se aprobó una ampliación de más de 11 millones de €.
**** El presupuesto se vio ampliado en 12 millones adicionales para hacer frente al incremento de solicitudes
aprobadas.
De la tabla anteriormente expuesta, así como de los datos recogidos de los diferentes balances, se
pueden extraer las siguientes conclusiones:
a) En primer lugar la partida presupuestaria destinada al pago de la RMI ha ido
aumentando de manera progresiva, así respecto el año 2009 (cuya partida
ascendió a 47.680.083,67€, para el año 2010 el incremento, una vez sumada la
ampliación de crédito, supuso un 23.71% respecto el año anterior. Con todo,
vemos como en los últimos 5 años el incremento presupuestario asciende
12.085.110 €.
b) Además, el importe de la prestación también se ha visto incrementado, llegando
hasta el IPREM actual. No obstante, parece insuficiente para satisfacer las
necesidades básicas, máxime cuando de los balances analizados se constató que la
mayoría de las familias perceptoras de la RMI viven en régimen de alquiler (el
47
45,77% del total para el año 2010; 42,71% para el año 2008; 43,51% en el año
2006).
c) Los porcentajes de cancelaciones y denegaciones se han mantenido constantes en
los años de referencia, sin que se aprecien cambios sustanciales. Así, las
solicitudes denegadas han oscilado entre el 21,9% de 2006, el 22,49% de 2008 y
el 22,37% de 2010.
d) En la siguiente tabla puede verse la correlación que guarda el aumento de la tasa
de desempleo en la Comunidad de Madrid con el incremento de solicitudes de la
RMI, con la salvedad del año 2008.
Tabla 10.- Comparativa evolución del desempleo y el número de solicitudes de RMI.
AÑO TASA DESEMPLEO SOLICITUDES
2006 210.500 3.516
2008 345.300 3.467
2009 498.500 7836
2010 542.000 9.384
2011 623.300 10.700 *
* Los datos aportados para el 2011 son una estimación debido a que se carece de la cifra exacta. Para ello se ha
tomado como referencia la tasa de paro de los años anteriores junto al número de solicitudes de la RMI existentes
para cada año. Los datos de la EPA del primertrimestre de 2012 arroja un aumento del desempleo escaso (se situó
en 632.600 personas).
e) Efectivamente, si extrapoláramos los datos del número de solicitudes para
cada año, tenemos como por dicho número y para el año 2010 correspondería
una tasa de desempleo de 561.812, prácticamente la misma cifra que la real
(542.000).
f) En el año 2006 se tramitaron 3516 solicitudes, siendo las concedidas 1.730, lo
que representa el 49,23% del total. Por contra, 770 (21,9%) fueron
denegatorias, 893 (25,4%) fueron cancelaciones. De lo expuesto, cabe
concluir que más de la mitad de las solicitudes formuladas (54,55%) no se
resolvieron favorablemente. Las 140 faltantes quedaron pendiente de
resolución, lo que representa el 4% restante.
g) En el año 2008 se tramitaron 3467 solicitudes, siendo las aprobadas 1.434, lo
48
que representa el 31,39% del total. Por contra, 780 (22,49%) fueron
denegatorias, 941 (27,14%) fueron cancelaciones. De lo expuesto, cabe
concluir que más de la mitad de las solicitudes formuladas (54,55%) no se
resolvieron favorablemente. Las 312 faltantes quedaron pendiente de
resolución, que representan el 9% restante.
h) Para el año 2010 se tramitaron 9384 solicitudes, siendo las aprobadas 4670
(49,76% del total). Por contra, 2100 (22,37%) fueron denegatorias, 2213
(23,58%) fueron cancelaciones. De lo expuesto, cabe concluir que de las
solicitudes formuladas, el 50,22% no se resolvieron favorablemente. Las 401
faltantes quedaron pendiente de resolución, lo que representa el 4,27%
restante.
De manera orientativa aprovecharemos los datos recogidos en cuanto a perfiles
sociodemográficos, entre los que cabe destacar que:
a) La mayoría son mujeres entre los titulares de la prestación de Renta Mínima de
Inserción, representando un 67,99% frente al 32,01% de varones.
b) Se trata de una población joven, un 58,09% de los titulares es menor de 45 años.
La edad media de los titulares se sitúa en algo más de 42 años, siendo las mujeres
el grupo más joven con 41 años de media frente a 45 de los varones.
c) Un 35,37% son familias con menores. En su mayoría constituidas por mujeres con
responsabilidades familiares no compartidas (28,74%), menores (14,94%), o
parejas con menores (19,87%).
d) Las personas solas mantienen una presencia significativa en la Renta Mínima de
Inserción con un 32,15% (un total de 2.783).
e) El nivel de instrucción de estas familias es bajo, con niveles de analfabetismo de
un 14,91% del total de titulares de la prestación. Un 56,01% presenta niveles de
instrucción por debajo de Graduado Escolar, un 15,97% tiene el título de
Graduado Escolar y un 12,00% supera dichos estudios.
f) La mayoría de titulares de la Renta Mínima de Inserción son parados (64,36%).
49
g) En cuanto a la vivienda, la mayoría de las familias perceptoras RMI viven en
régimen de alquiler con un 42,71% del total. A continuación se sitúan aquellas
que ocupan una vivienda cedida, con un 16,81%, junto a un 11,75% que tiene una
vivienda en propiedad, bien sea pagada o con pagos pendientes.
h) El colectivo “sin hogar" alcanzan un porcentaje del 15,06%.
i) La mayoría de los hogares beneficiarios de la Renta Mínima de Inserción son
unipersonales, con un 32,15% del total. Le siguen a continuación las familias
monoparentales (30,72%), y las parejas con menores (19,87%).
50
6.2.- Discusión.
De todo lo expuesto, cabe comenzar por interpretar si las hipótesis formuladas han sido
verificadas o no. Además, resulta imprescindible realizar un análisis de los datos recogidos de
forma secuencial, esto segundo se desarrollará en el siguiente apartado (conclusiones).
Por lo tanto y en base a las 4 hipótesis formuladas cabe señalar que:
i. El subdesarrollo del estado español en su Estado de Bienestar, está acarreando
mayores tasas de desempleo que en etapas anteriores, y un gran número de excluidos
sociales. Algunas notas (aumento del gasto en pensiones, mantenimiento de empleos por
medio de la RGI) señalan como el aumento del gasto social conlleva mayores tasas de
inclusión social y bienestar. Por consiguiente, la hipótesis que se ha mantenido de que
España, debido a la escasez de gasto en protección social, presenta tasas de desempleo,
pobreza y exclusión social muy elevadas, concuerda con los resultados señalados.
ii. Mientras que en las dos etapas de contracción económica que nos preceden (décadas de
los 80 y 90) las tasas de pobreza se mantenían en torno al 19% según los estudios
analizados, en la presente coyuntura económico-social, y como consecuencia de las
escasas medidas adoptadas en la época boyante del período 2000-2007, estamos
asistiendo a las tasas de pobreza más destacadas de los últimos 12 años (para 2010 se
cifra en el 21,8%), y por los datos recogidos, cabe suponer que dicha tasa siga la
trayectoria ascendente que presenta para los próximos años.
iii. El sistema autonómico sobre el que recae el desarrollo de Rentas Básicas es
tremendamente desigual y deficitario para la mayoría de las comunidades autónomas,
no consiguiendo por su configuración y recursos que brinda, la inclusión social de los
colectivos para los que se implementa. Otra de la hipótesis mantenida era que
precisamente existen CCAA que presentan un gasto en RB residual (Canarias, Castilla-La
Mancha, Extremadura, Murcia, Valencia), lo que caza con unas tasas de pobreza
superiores a la media del conjunto del Estado, incluso algunas de ellas como Canarias y
Extremadura, presentan tasas de pobreza que superar el 30% de su población (tres veces
más que el País Vasco). Como se ha ido exponiendo en los apartados precedentes, la RGI
de la CAPV acapara el 42% del total de RB en España, y esto, siendo la CCAA con
51
menores tasas de pobreza y desempleo, siendo además, la que se gasta el presupuesto más
elevado (2,13%) para atajar la exclusión social.
iv. Las Rentas Básicas se encuentran orientadas hacia la inclusión laboral como
mecanismo básico y nuclear para la inclusión social de los beneficiarios de las
mismas, lo cual conlleva la exclusión de posibles perceptores de RB (como advierte
Caritas Euskadi con 3000 personas excluidas que no podrán acceder a la RGI como
consecuencia de las reformas legislativas producidas), agravando aún más si cabe la
situación de los posibles beneficiarios. Esto no quiere decir que las RB deban abandonar
la orientación hacia el empleo como mecanismo inclusivo, todo lo contrario, se asiste al
aumento de solicitudes de RB como consecuencia de que un alto porcentaje de la
población ha agotado otras vías (contributivas). No obstante se debe trabajar
individualizadamente y atendiendo a las necesidades reales de los excluidos, no dándoles
la espalda por no poder orientarse hacia el empleo. ¿Cómo orientar hacia el empleo a
personas con baja cualificación o escasas vidas laborales en una época de contracción de
empleos tan acuciante? Resulta un fin en sí mismo de muy difícil alcance la orientación
de las RB hacia la inserción laboral como mecanismo tendente hacia la inclusión laboral.
La hipótesis que se ha afirmó respecto el error en la orientación de las RB hacia el
empleo, resulta muy compleja de verificar, dado que habría que analizar minuciosamente
los datos de las CCAA, lo cual no ha podido contrastarse. No obstante, se han apuntado
algunas notas que pueden poner algo de luz sobre esta cuestión. Las dificultades que
presenta el mercado laboral español hacen ser muy negativas cualquier previsión de
encontrar empleo (desempleo del 24,44%), máxime, cuando nos estamos refiriendo (en la
mayoría de los casos) a personas con baja capacidad de empleabilidad consecuencia de la
ausencia de formación académica básica (como se señala en los balances aportados sobre
la RB de la Comunidad de Madrid en los que los perceptores que no había finalizado la
EBG alcanza la cifra del 70% del total).
v. Tal y como se ha ido extrayendo, las RB empiezan a apuntar dinámicas restrictivas y con
mayores requisitos para su concesión. La hipótesis formulada en este sentido se verifica
ante los datos expuestos: disminución de las partidas presupuestarias, aumento galopante
de solicitudes, mayores plazos para resolver, exigencia de más requisitos, aumento de los
controles e inspecciones. Todo ello tiene un correlato claro en tanto en cuanto se ha
52
producido un aumento del desempleo muy marcado, así como de perceptores de
prestaciones que se encuentran ya sin derechos económicos. Asimismo, se ha señalado
como 1,72 millones de hogares españoles presentan a todos sus miembros en paro. Cifra
esta que aumentará tal y como se vienen sucediendo los acontecimientos. La vía de
escape que le queda a un número destacado de españoles son las RB, las cuales no han
visto incrementado sus recursos sino todo lo contrario.
6.3.- Conclusiones.
Por todo lo expuesto en el apartado anterior, cabe señalar aquellas conclusiones más destacadas
de la información analizada.
Tal y como se ha ido mostrando a lo largo de todo el proyecto, las peculiaridades del estado de
las RB en España requieren mayores esfuerzos económicos, mayor implicación política de las
diferentes administraciones (central y autonómica), así como una reorientación de la
configuración de este sistema autonómico tan dispar como es el de las RB.
Por ello, y a modo de síntesis concluyente, se expondrán tres apartados diferenciados: situación
deficitaria del Estado de Bienestar español con la nula repercusión positiva que la etapa 2000-
2007 supuso para descender las tasas de pobreza; situación actual del desempleo y la pobreza así
como la posible evolución de las mismas; estado de las RB, disparidad autonómica, desarrollo
insuficiente, alguna situación positiva, así como alertas ante los cambios que empiezan a
producirse.
6.3.1.- Situación deficitaria del Estado de Bienestar español y la nula repercusión
positiva que la etapa 2000-2007 supuso para descender las tasas de pobreza.
Las conclusiones más destacadas de los datos expuestos son:
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I. El largo periodo de crecimiento económico en España (período 2000-2007),
supuso una progresiva degradación de la capacidad protectora del conjunto del
sistema de garantía de ingresos mínimos. No se ha reducido mucho el gasto real
total (unos 25 millones entre 2000 y 2007), pero eso, en una economía que crece
rápidamente supone una reducción en el PIB: 2,4 décimas menos en el periodo
considerado.
II. El gasto público social en España, con una media de 4 puntos porcentuales inferior
a la media de la UE, impide contrarrestar las tasas de pobreza, muy dependientes
de las políticas públicas que se desarrollen. A pesar de que la media de gasto en
protección social en porcentaje de PIB (2008) se situó en torno al 26,4% para los
países de la UE-27, España ocupó una de las últimas posiciones al dedicar
únicamente el 22,7% de su PIB en dicho gasto.
III. El número de prestaciones del sistema de garantía de ingresos mínimos se ha
reducido un 22,5% y el gasto real en un 17% aproximadamente.
IV. La tasa de pobreza en España se ha mantenido constante durante las últimas
décadas en torno al 19%. Durante la etapa boyante de 2000-2007 las políticas
llevadas a cabo no incidieron en su descenso, por lo que en apenas 4 años se ha
experimentado un incremento de más de 2 puntos porcentuales.
6.3.2.- Situación actual del desempleo y la pobreza así como la posible evolución de
las mismas.
I. Las tasas de pobreza se han mantenido constantes en torno al 19% durante las tres
últimas décadas, pero es precisamente ahora, y justo después de una época de
bonanza económica muy acentuada, cuando el aumento empieza a ser muy
preocupante como consecuencia de la ausencia de políticas públicas inclusivas en
el periodo precedente. Para el año 2011 nos encontramos con una tasa de pobreza
del 21,8%, así como una tasa para los menores de 16 años del 26,5%. Debido a la
situación actual (aumento del desempleo, fuerte contracción económica, périda de
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prestaciones y ayudas económicas para un mayor número de personas) cabe
esperar que la tasa de pobreza para el año 2013 se sitúe en torno al 24%.
II. España presenta en la actualidad 5.273.600 desempleados (primer trimestre de
2012), con una evolución ascendente que parece no terminar. Se estima que
España cierre el 2012 con unos 5,7 millones de desempleados. El porcentaje de
desempleados asciende al 24,44%, por lo que a finales del presente año podemos
sobrepasar el 25% con bastante probabilidad. Presenciamos como más de 1,72
millones de hogares españoles tienen a todos sus miembros en activo en paro. Se
estima que a finales de 2012 dicha cifra rondará los 2 millones de hogares, lo que
representa el 11,69% del total de hogares.
III. Como dato positivo, cabe señalar que la RGI ha supuesto el mantenimiento de
26.700 puestos de trabajo de manera directa o indirecta en la CAPV, lo que
representa pasar de un porcentaje de desempleo del 13,55% al 16,22% si no se
aplicara dicha medida. Por lo tanto, la CAPV, la cual dedica el presupuesto más
elevado en RB del conjunto del Estado español, consigue, vía transferencias
públicas, mitigar los efectos de destrucción de empleo, así como menores tasas de
pobreza y exclusión social.
IV. El descenso pronunciado en el porcentaje de mayores de 65 años en riesgo de
pobreza, que se reduce prácticamente en 4 puntos porcentuales en el año 2009-
2010 caza con el esfuerzo económico en aumentar las pensiones públicas. Por lo
tanto, los efectos redistributivos (los pocos existentes) tienen una repercusión muy
positiva en el descenso de la tasa de pobreza.
6.3.3.- Estado de las RB, disparidad autonómica, desarrollo insuficiente.
I. Con la salvedad de la CAPV (que dedica un 2,13% del total de su
presupuesto), el desarrollo de las RB en el resto de las CCAA resulta muy
escaso, incluso simbólico, destinando menos del 0,05% del total
presupuestario para algunas CCAA. Este es el caso de Aragón, Canarias,
Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, Murcia, La Rioja, Valencia).
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Luego estaría un conjunto de CCAA que destinan un porcentaje aún
insuficiente del 0,5% como en Madrid, Cataluña, Asturias y Melilla. Que la
mayoría de CCAA destinen un residual porcentaje de sus presupuestos para
atajar la exclusión social trae como consecuencia que las tasas de pobreza de
muchas de ellas superen el 30% de su población (casos de Andalucía,
Canarias, Extremadura).
II. Existe una diferencia importantísima entre percibir una RB en el País Vasco
(máximo mensual de la unidad familiar alcanza los 935 €), o en la Rioja (372
€).
III. Mientras que por un lado hemos asistido al aumento constante de las
solicitudes para las RB, estamos empezando a presencial que las partidas
presupuestarias no se están viendo aumentadas en sintonía con las solicitudes.
Asimismo, empiezan a señalarse algunas deficiencias: reducción
presupuestaria en la CAPV del 7% para la RGI; mayores requisitos para su
obtención por parte de las CCAA; mayores plazos para su concesión;
limitación temporal de las RB (algunas como la andaluza oscila entre los 6
meses y el año máximo, lo que impide un plan de inserción real y efectivo);
congelación / reducción del importe de la cuantía de las RB.
IV. Consecuencia de la insuficiencia económica de la mayoría de CCAA, casi un
tercio de todas las personas beneficiarias de rentas mínimas en España, y un
42% del total, corresponden a la CAPV, y esto a pesar de contar con la tasa de
desempleo y pobreza más baja de todo el reino de España, su sistema de RMI,
alcanza en el País Vasco a uno de cada 42 habitantes, frente a los 147,6 de
media estatal. De igual forma, la cobertura en la CAPV es, para el año 2009,
de 48 personas beneficiarias por cada mil habitantes, mientras que la cobertura
media española es de 9.
V. Consecuencia de destinar un presupuesto mayor, la RGI respecto el
mantenimiento de empleos y según los datos recogidos, un 40% de los
empleos mantenidos (no destruidos) vía RGI es de 26.770 puestos de trabajo
de manera directa o indirecta,
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7.- Estudios futuros en función de los resultados obtenidos. La situación social en España se encuentra en una continua evolución que hace que los datos
recogidos hace 3-4 años en relación con las RB resulten en muchos aspectos ciertamente
desfasados. Nos encontramos ante cambios profundos y transformaciones veloces que están
suponiendo mayores dificultades para la población más desfavorecida. Las CCAA que
comenzaron más prontamente el desarrollo de RB (País Vasco, Navarra, Madrid) parten de una
situación más favorable. No obstante, y debido a las insuficiencias económicas marcadas por la
orientación política de austeridad y déficit cero, los gobiernos autonómicos están dando una
vuelta de tuercas más sobre las RB. Así, empezamos a apreciar un descenso / congelación de las
cuantías económicas, una reducción presupuestaria que ya empieza a presenciarse incluso en las
CCAA más desarrolladas, mayores dificultades para su obtención, plazos más largos para su
concesión, y un largo etcétera que están dibujando un panorama social dramático.
No sólo partimos de una regulación deficitaria, con partidas presupuestarias irrisorias, como
sucede en varias CCAA en las que apenas se destina un exiguo 0,05% de sus presupuestos para
las RB, lo que conlleva la imposibilidad de atender a los excluidos sociales, sino que además
estamos asistiendo, debido a la situación económica actual de recortes presupuestarios y déficit
cero, al empeoramiento de las RB mediante mayores impedimentos, requisitos, plazos, etcétera.
La evolución de las RB en los próximos años va a ser crucial para un creciente número de
personas en nuestro país, asimismo se podrá contrastar si lo aquí señalado (aumento de
requisitos, periodo más largo para su aprobación, reducción de la cuantía económica, recortes en
las partidas presupuestarias, etcétera) es una orientación circunstancial o será la línea que sigan
desde ahora las RB como consecuencia de lo señalado.
El estado español, con su marcado déficit social, parece llevar esa línea de menos protección, lo
que empieza a señalarse en las RB, último mecanismo de protección para los más
desfavorecidos.
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Airam González Quintero
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