EL LTIMO LEADOR

EL LTIMO LEADOR

l corto rboles antes de nacer, antes de llegar a este mundo.

Manuel lo llamaron, hijo nico de Manuel Espritu Vargaz y de Alicia Campo. Personajes oriundos del corregimiento del Carmen de Tonchala, Ccuta Norte de Santander. Donde sus habitantes lo conocan como Manuel carbonero, llamado as por sus oficios.Como es costumbre en el campo, las seoras llevan el almuerzo a su esposo al sitio de trabajo, Alicia Campo no era la excepcin, y mientras Manuelito carbonero almuerza, Alicia Campo, mujer delgada y baja, de cabellera dorada amarra sus faldas y con su mayor esfuerzo toma el hacha, y contina no cortando repicando aquella lea, tirada en el piso, escindida previamente por Manuel. Una vez terminado su almuerzo, Alicia recoge los trastes y se marcha a continuar con sus labores, mientras Manuel continua sudando su sustento, quien recompensa su esfuerzo con abundancia.Una tarde mientras almuerza, Manuel observa a Alicia con cual destreza, habilidad y provecho maneja el hacha, y dejo de repicar rboles, para cortarlos, lo cual despierta en l un sentimiento que lo ahoga y lo quema, Celos algunos lo llaman. Pasaron varias semanas y el vientre de Alicia refleja frutos de amor, pronuncia que la destreza en el oficio no le pertenece a su esposa. Pues era algo sobrenatural, el hacha en manos de Alicia, se transformaba en un rayo y cortaba esos rboles si mucho esfuerzo, porque yo he visto rayos cortar rboles. Quien permitira que su hijo trabajaba sin haber nacido?. Aunque yo trabajaba desde muy pequeo se preguntaba Manuel.

Entonces toma una decisin. Alicia y Espritu se quedaran en casa, completos los meses nace el personaje de esta historia y como naci barn ya tenia nombre, Manuel Espritu Varargos igual que su padre y abuelo, heredero desde de sus caractersticas fsicas hasta de sus oficios.Hijo nico Manuelito por cario y Espritu por su padre pues era un espritu cortando arboles.

Bautizado en la iglesia de Carmen de Tonchala, donde se casaron sus padres, ah hizo su primera comunin y confirmacin cumpliendo con sus compromisos cristianos. El matrimonio no tobo ms hijos despus de varios intentos fallidos solo quedo Manuelito. Manualito fue a la nica escuela del corregimiento a la misma que asistieron sus padres, los caminos y quebradas pareciese que el tiempo se hubiera detenido lo nico que variaban eran los compaeros por que asta la misma profesora, Gorda y alta, ojos negros como la noche, quien siempre llevaba puesta una paoleta roja cubriendo su cabellera. Manuelito poco poco para el estudio mas le gustaba el oficio de su padre, pues lo conoca antes de nacer. Manuelito no alcanzo ni a terminar segundo de primaria, lo suyo era trabajar de carbonero esta convencido que a esto haba venido a este mundo, era un trabajador muy divertido y gil; pues con cuentos e historias imaginadas o vividas, al lado de su padre cortando arboles desde la madrugada, da a da afinaban sus habilidades.

Sus pensamientos de ganancia se fijaban en ayudar a su madre y comprar kola y mogollas que era lo que ms le gustaba de la tienda de Quidio Gutierres, un viejito con ojos de esmeraldas, pelo blanco como el algodn de ruanas gruesa y siempre negras al color del carbn.En el tiempo que todo flrese y todo termina, Manuelito tomo las riendas de la casa, como buen hijo, su padre ya entrado en aos. Le gustaba el guarapo como buen carbonero que se respete, refrescando su alma y sus deseos, pero acabando sus fuerzas y habilidades para manipular el hacha.Este tro de humanos estuvo junto por mucho tiempo el primero que muri fue Manuel el carbonero a los 82 cumplidos. Pasados seis aos otro entierro, el de Alicia su madre quien decide partir a los 78 aos, en bsqueda de su amado, tras una fuerte gripa que acabo con sus energas, su cabello ya blanco y espaldas entumecidas, sus ojos llenos de nostalgia decide entregarse a la muerte aquella viajera que le promete llevarla a su nueva morada.

Manuelito queda solo de 63. De buenas en el juego pero de malas en el amor, tubo aventuras con mujeres tratando de formar un hogar pero su madre las correteaba una y otra vez, no engendro hijos y su vida de carbonero se convirti en ermitao, viva con un perro un gato, un burro y una mula eran su nica compaa.

Amistoso y juguetn cual perro chiquitico, caractersticas que iban con su nombre Manuelito y su cuerpo era bajito, menudito chicharachero , ojos negros achinados cabellera abundante bigote mosca y cerrado de barba, tex triguea fumaba y mascaba el tabaco pareci un cabrito fue la primera vez que lo vi.

Con el pasar de los tiempos el solitario Manuelito trabajaba en la finca de mi to Vctor Martnez que lo conoca y apreciaba desde muy pequeo.

Quemaba carbn a medias en toda la zona entre el Carmen de Tonchala, Taribo, Morreton y San Isidro.

Ya entrado los aos los sitios de quema de carbn estaban cada vez ms escasos, el gusto por el guarapo y el tabaco hace parte de la herencia y los aos no perdonan. Cada da el oficio rinde menos.

Un da a mitad de semana iniciada la tarde sospecha que el trabajo no le ha rendido nada, prende un tabaco y empiezan las escusas es que estos caaguates son muy duros, maana les llegare ms temprano y los agarrare dormidos, y as lo hizo hasta completar la quema. De nuevo otro sitio menos carbn mas das, el carbonero entristece y se sienta a meditar que puede estar pasando ser que estos rboles ya me conocen y se estn revelando y no se quieren dejar cortar, pero a mi no me van a ganar me les voy a disfrazar y consigue otra ropa, pero la estrategia no funciona que iba a funcionar estaba en sus espaldas haciendo carga los aos y las aventuras vividas, harto de guarapo menos le rindi el trabajo, parti a su morada, Ya Maana Ser un Nuevo Da.

Amanece de nuevo y el carbonero inicia su labor el sol calienta pero el viento le quita el sombrero y entonces se amarra un trapo rojo en su cabeza y una tira en su mano derecha, la jornada fue todo un xito pues al fin haba logrado engaar a los rboles, un mes duro con este disfraz y vio que ya no le servia entonces decidi hacer otra mascar con bejucos y hojas elaboro otra mascar pero esta tenia otra particularidad una corona de laureles y de nuevo el disfraz funciono. Otro mes el carbonero encantado de sus mascara poderosas elaboro doce mascaras y trabajo todo el ao.

Pero los das no perdonan el guarapo menos, da a da su salud empeoraba sus fuerzas no eran igual, la herramienta no afilaba. Un da comenzando el trabajo los arboles no se dejaban cortar parecan como de acero y un viento fuerte tumbaba sus hojas que lo golpeaban pareciendo piedras. Su piel se iba ampollando y enrojeciendo ese da no pudo continuar, asustado regreso a casa y no hizo si no pensar, es culpa ma por haberme puesto esas mascaras, o no yo creo que esos rboles son hijos de los arboles que he cortado y ellos me conocen por eso se han revelado.

Al comenzar enero otra vez el trapo rojo en la cabeza y la tira en su mano derecha, pero esta vez no funciono no pasada la tarde se sinti agotado, el da siguiente se llevo otra mascara y tampoco le rindi el trabajo. As duro 12 das pues las mascaras de trabajar un mes solo servan para un da.

Ellos me conocen volvi al sitio de trabajo suponiendo que lo que haba estado sucediendo era pura casualidad, pero al empuar el hacha un fuerte dolor de espalda lo hizo sentar. Se recost y quedo dormido, de nuevo el viento y las hojas lo azotaron cuando despert corri hacia su casa y el leador juro no volver a cortar rboles ni quemar carbn.Bastante dao les e hecho. Su casa se convirti en vivero donde regalaba matas y semillas y todos los das cumpla con la promesa de sembrar rboles en los sitios y lugares que el por mucho tiempo haba talado, el carbonero leador crea que por cada rbol que sembraba lo hacia rejuvenecer un da y el cansancio desapareca Manuel Espritu Vargas falleci a los 92 aos y lo enterramos un domingo de ramos y sus restos reposan en el cementerio del Carmen de Tonchala, y en su tumba yace el mensaje EL ULTIMO LEADOR.