proyecto de investigación san juan de la cruz

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Universidad de Concepción Facultad de Humanidades y Arte Pedagogía en Español Introducción al Seminario de Inv. en Literatura PROYECTO DE INVESTIGACIÓN: Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz 1 Alumna: Josefina Piña H. Profesora Guía: Cathreen Coltters Profesora Asignatura Cathreen Coltters

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Page 1: Proyecto de Investigación San Juan de la Cruz

Universidad de Concepción

Facultad de Humanidades y Arte

Pedagogía en Español

Introducción al Seminario de Inv. en Literatura

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN:

Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz

Concepción, 11 de Diciembre de 2014

1

Alumna: Josefina Piña H.

Profesora Guía: Cathreen Coltters

Profesora Asignatura Cathreen Coltters

Page 2: Proyecto de Investigación San Juan de la Cruz

ÍNDICE

1.- INTRODUCCIÓN

1.1 Planteamiento del problema……………………………………………Pág.3

1.2 Formulación del problema………………………………………………Pág.3

1.3 Objetivos…………………………………………………………………...Pág.3

1.4 Justificación de la Investigación……………………………………….Pág.3

1.5 Limitaciones………………………………………………………………..Pág.4

2.- MARCO TEÓRICO

2.1 Antecedentes de la Investigación………………………………………Pág.4

2.2 Bases Teóricas……………………………………………………………Pág.4

2.2.1 EL AUTOR…………………………………………………………………………………….Pág.4

2.2.2 LA OBRA………………………………………………………………………………………Pág.5

2.2.3 RECONSTRUCCIÓN HISTÓRICA…………………………………………………………Pág.7

2.3 Descriptores………………………………………………………………Pág.12

2.4 Definición de Términos Básicos……………………………………….Pág.12

2.5 Referencias Bibliográficas……………………………………………...Pág.12

2.6 Sistema de Hipótesis…………………………………………………….Pág.

2.7 Sistema de variables……………………………………………………..Pág.

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1.- INTRODUCCIÓN

1.1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La mayoría de los estudios que han analizado algún aspecto del Cántico

Espiritual de San Juan de la Cruz, lo han hecho desde los códigos de época

contemporáneos o bien desde un análisis a-histórico del suceso. Sin embargo,

para comprender en profundidad la naturaleza transgresora de esta obra es

necesario leerla con una mirada histórica, desde la visión del siglo que la dio a

luz.

El tema de este estudio es identificar, entonces, los elementos problemáticos o

transgresores del Cántico Espiritual para la época en que éste fue situado,

pues resulta curioso analizar un texto que en su época tuvo dificultades para

ser publicado y que más tarde fue valorado por generaciones posteriores como

uno de los más grandes aportes a la historia de la poesía española.

Sobretodo tomando en cuenta que quien lo escribe forma parte de la misma

institución que rige y controla los libros que pueden ser publicados y/o vedados.

1.2 PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

¿Qué elementos simbólicos o del ideario poético hicieron del Cántico Espiritual

un texto problemático para su época (s.XVI)? ¿Son aquellos los mismos que

más tarde llevaron al autor a ser considerado dentro de la cumbre más alta del

canon literario?

1.3 OBJETIVOS

-Conocer los códigos de época y los hitos históricos más representativos del s.

XVI en España.

-Investigar los procesos de recepción que tuvo la obra en el s. XVI.

-Analizar el poema identificando los elementos internos del texto que pudiesen

resultar problemáticos según las coordenadas de época estudiadas.

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-Confirmar si aquellos elementos coinciden con los que más tarde fueron causa

de su consagración dentro del canon literario español.

1.4 JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN

- Tomando en cuenta que se trata de una obra clásica ampliamente estudiada aún hoy en la actualidad, es necesario, salir de la mirada moderna o post-moderna que aportan los investigadores para internarnos en la realidad histórica en que la obra fue escrita y descubrirla de manera genuina.

- De esta forma, podremos reflexionar respecto a los valores y contravalores que encierra el Cántico, rescatando su naturaleza transgresora y su potencial liberador para las estructuras mentales e institucionales que imponía esa época.

-Por último, leer el Cántico con una mirada histórica constituye un gran aporte no solo para el campo disciplinar de la literatura, sino también para ampliar el acervo cultural de nuestra comunidad, puesto que estaremos reflexionando respecto a la relevancia que tienen las miradas del pasado (s. XVI y XVII) en nuestra visión de mundo actual (s. XXI).

1.5LIMITACIONES

-La mayor parte de los archivos españoles del s. XVI y XVII que se han referido

a las primeras publicaciones y recepciones del Cántico Espiritual de San Juan

de la Cruz, se encuentran en territorio peninsular.

-Los textos que han servido para realizar la reconstrucción histórica de la época

abordan el estudio de los siglos XVI y XVII conjuntamente, dificultando la

comprensión y diferenciación entre una era y otra.

-Los escasos estudios que existen respecto a este tema.

2.- MARCO TEÓRICO

2.1 ANTESCEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN

(…)

2.2 BASES TEÓRICAS

2.2.1 EL AUTOR

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Juan De Yepes nace el 24 de junio de 1542 en el pequeño poblado de Fontiveros, perteneciente a la región de Castillo y León. Fue el hijo más pequeño que dio la unión amorosa, y no menos escandalosa, entre Gonzalo de Yepes, de origen noble y Catalina Álvarez, empleada y pobre criada.

La relación entre Juan y su Padre fue muy breve, pues éste fallece cuando él tenía solo 6 años. Es así como, tiempo más tarde, Don Alonso Álvarez de Toledo, tío de su madre y gobernador del hospital de Medina del Campo, asumiría la tutela del niño, proporcionándole el cuidado de los enfermos del hospital, para más tarde ingresarlo en la escuela jesuita, donde tendría la grandiosa oportunidad de estudiar humanidades.

A sus 21 años, toma los hábitos de la orden religiosa Carmelita adoptando el nuevo nombre de fray Juan de san Matías. Al año siguiente se traslada a Salamanca para seguir cursando estudios de teología en esa distinguida Universidad.

En el año 1567 es ordenado sacerdote y nuevamente cambia su nombre, pero esta vez por el definitivo apodo de Juan de la Cruz. Ese mismo año conoce a Santa Teresa de Jesús con quien iniciará un profundo lazo de amistad y con quien compartirá toda suerte de experiencias espirituales además del gusto por la escritura y las letras. Con ella entabló amistad literaria de la cual quedó constancia en la correspondencia que sostuvieron por algún tiempo.

Los círculos de socialización del poeta, tal como los entendemos, fueron prácticamente nulos, pues llevaba una vida de retiro. Por tanto, los espacios que frecuentaba estaban relegados a los conventos que, por lo general, se situaban a las afueras de las grandes urbes.

Fuera de aquella relación espiritual y literaria que sostuvo con su compañera, Santa Teresa de Jesús, también se sabe de su relación con Doña Ana de Peñalosa y de otros con quienes mantuvo correspondencia. De todos ellos llama la atención que la mayoría eran mujeres, y un gran número de ellas monjas carmelitas.

Esto nos permite deducir que todas sus relaciones interpersonales gravitaban en torno a la primera relación central que sostenía con Dios y que, a diferencia de escritores de otras épocas, su identidad no se construyó dentro de un círculo de socialización literario, sino dentro de un círculo social religioso, que para efectos de la época, era algo equivalente pues los más letrados eran los hombres religiosos que integraban el Clero.

2.2.2 LA OBRA

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Cuatro obras fundamentales escribió San Juan a lo largo de su vida: el Cántico Espiritual, la Llama de amor viva, Noche oscura del alma y Subida al Monte Carmelo.

Todas ellas tienen la particularidad de retratar el camino y las experiencias espirituales que vivió el escritor, es decir, su literatura avanza de la mano con su vida y constituyen una sola unidad, aunque la relación entre experiencia mística y escritura sea la de causa y efecto, como decía Rufinatto (1989).

Por ahora nos limitaremos únicamente al análisis del Cántico Espiritual, que ha sido considerada la obra literaria más grande que ha escrito, sobre todo tomando en cuenta las circunstancias tremendamente adversas en las que comenzó a componerla. Conocido es ya el oscuro cautiverio que tuvo que soportar el escritor en la estrecha cárcel de Toledo donde recibió todo tipo de vapulaciones.

2.2.3 PUBLICACIONES DEL CÁNTICO

Si nos referimos a las condiciones de publicación de la obra, éstas fueron complejas. Los textos de literatura espiritual de la época, tales como las obras de San Juan de la Cruz y de Santa Teresa de Ávila, se transmitieron en forma manuscrita y tuvieron difusión limitada quedando disponibles solo para uso conventual, por ser consideradas “cancioneros religiosos”. Según García (1999), éstos solo vieron la luz pública en ediciones póstumas.

El Cántico comenzó a ser escrito entre los años 1576 y 1578. Para entonces, éste contenía solo 31 estrofas o “canciones” como las designa el autor en sus glosas. Luego, en Baeza, entre 1579 y 1581 fueron agregadas 8 estrofas más y finalmente en Granada, ya siendo Prior de los Descalzas, terminó de escribir la última estrofa que coronaría al poema. Es decir, demoró 5 años de trabajo en escribirlo.

Según el prólogo de Vida y obras de San Juan (Crisógono de Jesús, 1955), la primera copia de este poema fue dirigido a la Venerable Madre Ana de Jesús, quien tenía amistad con Juan. La intención era que ella y sus religiosas sacaran el mayor provecho y deleite de él. Esta fue la primera y más original publicación que se hizo del poema.

Según García (1999) todas las obras de San Juan de la Cruz fueron publicadas por fray Josef de Jesús María, General de los carmelitas descalzos, aproximadamente en 1584, menos el Cántico Espiritual que no fue editado hasta 1628, casi 50 años después de su elaboración.

Según lo indica Crisógono (1955), durante el lapsus entre el término de la escritura y la primera publicación masiva, éste habría sido enmendado y mejorado por mano del mismo autor.

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El segundo Cántico incluye una canción más, una combinación estrófica diferente del primero y muchas paráfrasis que ampliaban la declaración de las glosas. Es por esto que la segunda edición fue duramente cuestionada por la crítica literaria al punto de llegar a llamarla “interpolación apócrifa” (palabras empleadas por Chevallier en el Boletín Español de Burdeos en 1922).

Con ello se pone en duda tanto la legitimidad de los copistas como también el juicio de los sabios críticos y examinadores de la época que eran, para entonces, merecedores de entera confianza. Refiriéndose a los copistas, Mancho Duque y Pascual (2008) señalan lo siguiente:

“Los propios copistas, al ser los primeros y más espontáneos lectores de un texto, pueden guiarnos a través de sus vacilaciones, dudas, equivocaciones y correcciones también, para entender algunos aspectos de su recepción inicial. (…) Son seres inteligentes que inconsciente, pero conscientemente también, están ofreciéndonos su propia interpretación de una obra que tratan de entender mientras la copian.”

Tal afirmación confirma el hecho de que los copistas pudieron haber sido un problema para la época, en cuanto amenazaba la autenticidad de las obras, pues para entonces no existían derechos del autor.

2.2.4 EL CÁNON LITERARIO

Juan de la Cruz tiene la particularidad de participar paralelamente en dos cánones importantes: el primero es el teológico, que lo condena en su época; y el segundo es el literario que lo consagra en la posteridad. Por ahora solo nos referiremos al canon literario.

Su entrada al canon literario español fue tardía. Según Mialdea (2002) “hasta 1878 la Real Academia de la Lengua no admite a San Juan dentro del “catálogo oficial de escritores que pueden servir de autoridad en el uso de vocabulario y frases en la lengua castellana”.

Dentro de los comentarios que ha realizado la crítica para referirse al Cántico Espiritual, destacan principalmente los trabajos de Menéndez y Pelayo (1999), de Dámaso Alonso (1942) Jorge Guillén (…).

A la obra le rodea una especie de aura que ha llevado a estos críticos a afirmar que se trata de una escritura de inspiración divina, que no parece de este mundo y que, por lo mismo, “no es posible medirla con criterios literarios”.

Otros, desde la teología se han referido al Cántico como al “solo tratado místico completo que el Santo escribió” (Notas de Martínez Burgos, San Juan de la Cruz: El Cántico Espiritual, Clásicos Castellanos, 19249.)

2.2.5 RECONSTRUCCIÓN HISTÓRICA

EL RENACIMIENTO ESPAÑOL

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Para comprender bien el Cántico de San Juan de la Cruz hay que tener en cuenta sus coordenadas de época y su ambiente. Vivió durante el Siglo de Oro Español, en la transición entre dos épocas: la edad medieval y la edad moderna, en un tiempo histórico que ha sido denominado Barroco o también Renacimiento Español.

Según García (1999):

“Marvall considera al barroco como una época histórica centrada entre 1570 y 1650, aproximadamente, y que iría ligada a la conciencia de crisis y a la promoción de los dos grandes poderes de la Iglesia y el Estado, sus dos grandes avaladores y subvencionadores.”

En las letras se celebraba para esos tiempos El Siglo de Oro español, que es considerado el periodo de mayor auge en la producción literaria española. El concepto y cronología del Siglo de Oro ha sido muy discutido en España, pero hoy se le sitúa cronológicamente entre 1519 y 1648, aunque los límites finales son más bien borrosos (García, 1999).

LA SOCIEDAD

Durante el s. XVI, la sociedad española se organizaba en torno a cuatro grandes clases sociales: la nobleza, la burguesía, los letrados y el vulgo.

En la parte superior de la pirámide se ubicaba la nobleza, constituida por el Clero, Los Grandes de España (duques, marqueses y condes), que eran seleccionados por el Rey para servir en los cargos elevados de la nación, los Caballeros, título merecido por nombramiento y los Hidalgos (Pfandl, 2000).

Los grupos sociales más desprotegidos comenzaban siendo los miembros de la milicia, los campesinos (especialmente labradores) y todos los miembros del vulgo: gitanos, moriscos, negros. Más abajo en la pirámide social se ubicaban los habitantes del infierno, denominados “gente de hampa y germanía” que eran estafadores, ladrones y trapecistas, entre otros.

La mujer, por su parte, parecía figurar como un sujeto de distinta categoría, al menos, Pfandl (2000) la estudia en forma independiente; este autor las agrupa en dos categorías: las unas eran mujeres de nobleza y burguesía que encarnaban los ideales y valores religiosos de la época y cuyo rol de madre estaba rodeado de un halo de misterio, puesto que toda su actividad permanecía reservada a la intimidad del hogar; las otras, eran las mujeres de mundo que se entregaban al libertinaje y a la vida pública, por lo mismo, descendían aún más en la escala de valoración social.

El estilo de vida de estos grupos pone de manifiesto la gran desigualdad social que existía en la época y la decadencia moral de las clases privilegiadas que no parecían actuar en concordancia con las verdades esenciales de la fe que profesaban. Esto generaba fuertes contradicciones, dentro de la Iglesia y de la sociedad.

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La forma de gobierno de la época era La Monarquía, representada bajo la figura del Rey, quien tenía dominio sobre todos los aspectos de la vida.

Éste encontraba firme apoyo en la Iglesia, con ella constituía prácticamente un mismo cuerpo. El monarca, además, era una especie de pontífice español pues ejercía gran poder dentro de las estructuras internas de la Iglesia: podía asignar cargos, imponerse por sobre el tribunal eclesiástico y retener las bulas. Era respetado por todos porque representaba la autoridad y era, además, “el dador de los beneficios seculares y el provisor de dignidades y rentas” (Pfandl, 2000).

LA CULTURA

El Arte, en general, estaba al servicio del dogma católico, por lo tanto, tenía la principal función de facilitar la comprensión de los misterios y verdades de fe, de educar a la nación en los valores y virtudes morales de la Iglesia y de velar por el progreso espiritual de la población. De ahí que los mayores escritores de esa época hayan sido en su mayor parte hombres religiosos.

Destacan la valoración del Arte, de la poesía y de la elocuencia que eran cultivados dentro de los centros educativos que eran principalmente conventos a los cuales tenían acceso solo los hijos de familias nobles y algunos burgueses.

En ello, influyeron los métodos pedagógicos de los Jesuitas, quienes fueron los que más fomentaron el estudio del Arte Métrica, promovieron certámenes poéticos, tales como las justas poéticas (concurso de composición poética) que tenían lugar, generalmente, en las grandes festividades religiosas que eran muy propias de la época pues en ella se celebraban fiestas tales como El Corpus Christi (Pfandl, 2000).

Destaca también la práctica del mecenazgo, financiado por la clase noble.

LA FUNCIÓN DE LA LITERATURA

La literatura, al ser una de las muchas manifestaciones artísticas que existen, no permaneció al margen de esta tendencia de unión con lo religioso.

Según Pfandl (2000), las obras literarias de la época, aunque eran accesibles a un público relativamente masivo, llegaban a ser comprendidas y gustadas solo por un círculo muy reducido de personas, ya que gran parte de los escritores, entre los cuáles podemos mencionar a Calderón, trataban en ellas altas cuestiones dogmáticas y teológicas que el resto de la población, o también llamado vulgo, solo aprehendía superficialmente.

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Siguiendo con García (1999), otro problema del s. XVI en materia de recepción literaria, fue la compleja difusión de libros de espiritualidad debido a las coyunturas y a las amenazas doctrinales que ejercía tanto el luteranismo como el erasmismo y el iluminismo en su momento.

En cuanto a la poesía, como género literario particular, Pfandl (2000) señala:

“Entre las antiguas costumbres y valores, se llegó a considerar como signo de distinción y de cultura la habilidad de saber hacer versos latinos y españoles; que los certámenes poéticos llegaron a formar parte integrante de los festivales públicos y que las discusiones poéticas, los torneos literarios y la afición a versificar invadieron los círculos más distinguidos y de mayor fama de aquellos tiempos.”

EL ROL DEL ESCRITOR ESPAÑOL

Los escritores no constituían una clase especial, existían escritores que eran eruditos y maestros de Universidades y escritores que componían libros por cuenta propia, y que lo ejercían como un empleo o negocio particular (Pfandl, 2000).

Según las categorías que incluye García (1999) en su reciente estudio, San Juan, por el hecho de ser religioso y místico a la vez, calificaba dentro de los escritores aristocráticos de la época. Dentro de este grupo, había quienes escribían por razones de utilidad, es decir, con fines extraliterarios, sin buscar reconocimiento social. Él era uno de ellos.

Además, publicar era cosa de mucha exclusividad y generalmente no traía consigo ninguna recompensa económica para el autor.

También se discute respecto a la relación de subvordinación o de rebeldía de los escritores de la época hacia las estructuras de poder entendidas principalmente como la Iglesia y La Monarquía. Según García (1999):

“Su vida se desenvolvió muchas veces al margen del poder, dinero y honores. Dentro de España, el escritor vive una vida que contrasta con el relativo confort de sus competidores europeos. Sobre todo, a mediados del siglo XVII, los intelectuales se hacen fuertemente sospechosos a quienes ejercen el poder, porque dirigen contra ellos sus dardos gravemente hirientes y, siendo capaces de dar al pueblo conciencia de su mal estado, esto es, de despertarlo, lo rebelan contra los que mandan.”

En contraposición con la visión de otros autores que se habrían dejado “domesticar políticamente” convirtiéndose en escritores “servidores del sistema, turiferarios de los Grandes, propagandistas del orden señorial, auxiliares de la Inquisición” (García, 2000).

El caso de San Juan es curioso pues, a pesar de haber formado parte de la Iglesia, la estructura más poderosa de la época, fue censurado dentro de ella.

MOVIMIENTO ESTÉTICO-LITERARIO: POESÍA MÍSTICA

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A grandes rasgos, a la escritura de San Juan se la puede catalogar a dentro del rótulo de “literatura espiritual”, este tipo de literatura tiene relación con dos disciplinas clásicas: la ascética y la mística. Según (…), los escritos del fraile español reúnen en sí los rasgos más típicos de la poesía mística, es por eso que se ha constituido como el principal paradigma de ese linaje. La mística es su vía y se caracteriza por tratarse de una serie de experiencias directas que sostiene divinidad con el hombre (o más bien con su alma) quien la recibe pasivamente.

Si especificamos un poco más, sus poemas se sitúan en el marco de la literatura mística de la época. Este tipo de literatura alcanza especial auge durante el Siglo de Oro español, así lo señala García (1999) en su estudio:

“Sainz Rodríguez establece un periodo en la trayectoria de la literatura mística de 1500 a 1560 que conoce como de asimilación. Desde 1560 delimita otro periodo, jalonado por el eslabón de F. Luis de Granada, que denomina de aportación y producción nacional, y que contaría con Santa Teresa y San Juan de la Cruz.”.

LAS CREENCIAS RELIGIOSAS

Ahora bien, siguiendo con (Francisco Rico) en la época existían cuatro tipos de misticismo, asociados a las distintas órdenes religiosas: la afectivista (franciscana), la intelectualista (dominicos y jesuitas), la ecléctica (carmelitas y agustinos) y la heterodoxas (de influencia protestante, quietistas, panteístas, e iluminados). Cada una de esas corrientes más que diferenciarse en el campo de la literatura, lo hacían en el camino espiritual de perfección que trazaban.

El conocimiento de la doctrina cristiana y las formas de vivir la religiosidad tenían manifestaciones distintas según las distintas clases sociales. Como los sectores más populares no poseían instrucción formal en materia teológica, no comprendían racionalmente las verdades de fe, sino que las alcanzaban únicamente por medio del entendimiento del corazón y, ciertamente, por transmisión familiar, que en España era muy influyente.

En su época vivieron grandes santos, pues las ideas del más allá inclinaban a las personas a ir en busca de lo absoluto dejando atrás lo pasajero. De ahí que dentro de las festividades religiosas públicas se trajera a la memoria las vidas de algunos de ellos.

Una de las amenazas de la época era El Erasmismo, el Luteranismo y el Iluminismo, así como también la charlatanería de algunos supuestos beatos que simulaban haber tenido experiencias sobrenaturales de origen divino.

El mismo San Juan de la Cruz, se refería a estos últimos casos diciendo:

“Bien pudiera hablar aquí de algunas mujeres que han fingido llagas, azotes, coronas de espinas y Cristos en el pecho porque en nuestro tiempo hemos visto todo eso… Los hombres sabios y cursados en la vida espiritual ningún caso hacen destas musarañas y quimeras; pero

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la gente popular y simple piensa que aquí está el punto de santidad. En fingiendo una mujercilla cuatro desmayos, la celebran por santa y tiene segura la comida y cuanto ha de menester.” (García, 1999)

LA INQUISICIÓN

El principio absolutista de España impedía cualquier forma de autonomía e independencia dentro de las organizaciones sociales, reprimiendo aquellas manifestaciones que contradijeran a la Corona o a la Iglesia.

2.3 DESCRIPTORES:

- San Juan de la Cruz

-Poesía Mística española

- Siglo XVI en España

-Siglo de Oro español

-Renacimiento español

-Literatura religiosa española

-Misticismo

-Santa Teresa de Jesús

2.4 DEFINICIÓN DE TÉRMINOS BÁSICOS

(…)

2.5 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

-Crisógono de Jesús. (1955).Vida y obras de San Juan. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.

-García Cárcel, Ricardo. (1999). Las culturas del Siglo de Oro. Madrid: Historia 16.

-Hatzfeld, Helmut. Los elementos constituyentes de la poesía mística. [Documento en línea]. En Actas del Primer Congreso Internacional de Hispanistas: celebrado en Oxford del 6 al 11 de septiembre de 1962, páginas 319-326. [Consultada: 9-12-2014]

- Mancho Duque, M.J, Pascual, José A. (2008).La recepción inicial del «Cántico Espiritual» a través de las variantes manuscritas del texto. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

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- Mialdea, Antonio José. (2002). La recepción de la obra literaria de san Juan de la Cruz en España (siglos XVII, XVIII y XIX).Universidad de Córdoba.

- Menéndez y Pelayo, Marcelino.(1999). Discursos: De la Poesía Mística. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

- Pfandl, Ludwig. (1942). INTRODUCCIÓN AL SIGLO DE ORO: Cultura y costumbres del pueblo Español de los siglos XVI y XVII. Barcelona,: Araluce.

- Aldo Rufinatto. (1989) Sobre textos y mundos: (ensayos de filología y semiótica hispánicas).Murcia: Universidad de Murcia.

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