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Universidad Técnica de Machala Carrera de Ciencias Médicas Proyecto final de Expresión Oral y Escrita Veronika decide morir Nombre: Helen Apolo Curso: 1º semestre “A” Docente:

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Page 1: Proyecto de expresión

Universidad Técnica de MachalaCarrera de Ciencias Médicas

Proyecto final de Expresión Oral y Escrita

Veronika decide morir

Nombre: Helen Apolo

Curso: 1º semestre “A”

Docente: Ing. Ramiro Quezada

Machala –Ecuador 2016 - 2016

Page 2: Proyecto de expresión

INTRODUCCIÓN

Veronika decide morir es una obra del brasileño paulo Coelho que es un reconocido escritor,

guionista y con doce obras que sobresalen entre ellas “El Alquimista”, que fue reconocido

como uno de los mejores éxitos contemporáneos. La obra está escrita en base de una historia

real, de la cual se interesó mucho debido a que el también había sido internado en un asilo en su

juventud.

La obra de Paulo Coelho trata de una joven de una ciudad olvidada que se encuentra atrapada en

la rutina de una vida planeada en el estereotipo social, por lo que Veronika, la joven, decide

darle fin a su vida, sin embargo, logra sobrevivir y es internada en el hospital psiquiátrica de

Villete. El doctor Igor, presidente del lugar, se encontraba realizando un experimento sobre el

causante de la locura, al cual lo llamaba Vitrilo, y al encontrarse con el caso de Veronika,

decide mentir sobre su estado diciéndole que le resta poco tiempo de vida, tratando de

comprobar que reacción ocasionaba a los demás internos.

Veronika consiente en que va a morir durante su estadía en el hospital, conoce nuevas personas,

encuentra el amor, y vive nuevas experiencias que le harán ver una nueva visión de su vida,

además, que hay muchas cosas que no conocía de ella.

Objetivo: Conocer acerca de los trastornos mentales a través de la realización de un resumen aplicando

técnicas de lectura, uso del esquema y el subrayado para aumentar la capacidad de redacción en

los estudiantes

Page 3: Proyecto de expresión

ESQUEMA

Veronika intenta suicidarse

Veronika despierta en un psiquiátrico

Veronika fue encontrada inconciente

en su departamento

Veronika piensa lo que sucederá cuando se

recupere

Veronika decide volver a suicidarse

Veronika se entera que morirá en poco tiempo

Veronika conoce a Zedka

Zedka da una alternativa para que se pueda volver a suicidar

Veronika trata de acercarse a la fraternidad

Los mienbros de la fraternidad se burlan

de Veronika

Veronika presencia el teatamiento de Zedka

Se habla de la historia de Xedka

Veronika se asusta al ver el tratamiento

Veronika decide tocar el piano

Veronika conoce a Eduard

El doctor Igor está realizando una tesis sobre el

Vitrilo

Veronika sufre un ataque cardiáco

Veronika habla con el doctor Igor

La madre de Veronika llega de visita

Veronika rechaza la visita de su madre

Page 4: Proyecto de expresión

Veronika se encuentra a sí misma

Veronika convive con la fraternidad Veronika conoce a Mari

Mari reflexiona sobre la situación de

Veronika

Mari observa a Veronika tocando el piano para

Eduard

Veronika decide experimentar la exitación

Veronika se declara a Eduard

Eduard se queda inmóvil escuchando y mirando a Veronika

Veronika descubre su libertad de placer

Veronika se masturba frente a Eduard

Veronika decide como pasar su último día con

vida

Eduard decide confesar a Veronika

Eduard arma un escándalo por hablar con Veronika

Eduard cree que es hora de salir de Villete

Eduard invita a Mari para salir de Villete

Veronika conoce la historia de Eduard

Mari decide irse de Villete

Mari pregunta si puede salir de Villete

Eduard es esquizofrénico por la

presión de sus padres

Los padres de Eduard pensaban que era

homosexual

Veronika y Eduard escapan de Villete

El experimento del Vitrilio da resultado

El doctor Igor había mentido a Veronika

Los internos se dan cuenta la ausencia

de los demás

La fraternidad lee la carta de Mari

Page 5: Proyecto de expresión

Resumen

El día en que verónica decidió que era el momento de matarse. Saco cuatro cajas de pastillas de

dormir que había conseguido por dos amigos suyos que se habían compadecido por sus quejas

de que no podía dormir, había estado buscándolas durante seis meses, y al pensar que nunca

lograría conseguirlos había considerado la posibilidad de cortarse, tirarse desde un edificio,

disparase un tiro, ahorcarse, pero nada de eso estaba en consonancia con su naturaleza

femenina, y le preocupaba la reacción de sus padres, ya que para ella un suicidio exigía que las

personas piensen primero en sí mismas y después en los demás.

Ahora estaba allí contenta de llegar hasta el final, por lo que empezó a tomar las pastillas una

por una, ya que quería tener la libertad de arrepentirse a mitad del camino, sin embargo, al

terminar se encontraba aburrida sin saber que hacer con el tiempo que le restaba, así que

empezó a leer un artículo de la revista francesa, Homme, recién llegada a la biblioteca donde

trabajaba, el artículo la indignó y decidió hacer una carta para aquella revista que dejaría junto a

su nota de suicidio.

A pesar de querer suicidarse Verónica se consideraba una mujer normal, debido que no se

estaba suicidando porque fuera una mujer triste y amargada, víctima de la depresión, al

contrario se debía a dos razones muy simples; la primera era que toda su vida era igual y

continuar viviendo no añadía nada pero, si las posibilidades de sufrimiento se incrementaban

notablemente; la segunda era una sensación de inutilidad total al no poder ayudar a lo que

ocurría en el mundo.

Dentro de poco, sin embargo, tendría la última experiencia de su vida que prometía ser muy

diferente, la muerte, por lo que procuró imaginar como seria morir, pero no logró ninguna

conclusión, pero le encantaba pensar que iba a conocer la respuesta a lo que todos se

preguntaban: ¿Dios existe? Y aunque no había sido la gran discusión interior de su vida, estaba

casi segura que todo acaba con la muerte, sin embargo, quedaba la duda en su corazón.

Veronika comenzó a sentir un leve mareo, que fue creciendo rápidamente; en ese momento un

muchacho que pasaba frente a su ventana la miró, y Veronika se quedó satisfecha de haber sido

deseada una vez más, y junto a la música boliviana sonando en la plaza, se sintió contenta de no

volver a estar inmersa en la tragedia de una vida donde todo se repite. Minutos después su

estomago empezó a dar vueltas, esto la extraño, pues creyó que los tranquilizantes la dormirían

solamente, pero la sensación de vómito llegó y el ruido en sus oídos se hizo mas agudo, y por

primera vez sintió miedo ante lo desconocido. Pero fue rápido e inmediato perdió la conciencia.

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Cuando Veronika abrió los ojos sintió tubos en su boca y nariz; intentó moverse pero el dolor

empezó a aumentar. Aparecieron una serie de puntos luminosos y una voz habló; así entendió,

que al intentar suicidarse alguien había llegado a tiempo para salvarla, por lo que ahora estaba

en Villete, el famoso y temido manicomio donde adoptaban prácticas nada recomendables para

un asilo psiquiátrico, bastaba pagar para conseguir una plaza.

La voz femenina le siguió hablando relatándole la historia del suicidio de su tía. Verónika sintió

compasión por aquella mujer y al querer hablar, el tubo de su garganta la hizo atragantarse, y la

mujer llegó en su auxilio. Empezó a mover su cabeza implorando para que le retiren aquel tubo

y le permitan morir en paz, pero la enfermera intentó calmarla aplicándole una inyección en el

brazo, por lo que al poco tiempo Veronika se encontraba regresando al vacío.

Cuando despierta por segunda vez no recordaba cuanto tiempo estuvo durmiendo. Habían

retirado los tubos, pero continuaba con agujas clavadas, cables conectados y los brazos atados.

Estaba desnuda y cubierta solo por una sábana, pero decidió no quejarse; así que comenzó a

pensar que todo empezaría otra vez, una vida regida por la rutina y con un futuro muy

predecible. Una vez terminado su discurso interior, se hizo una promesa: no salir viva de

Villete. Se durmió y despertó varias veces luego de eso, notando que los aparatos disminuían, el

calor de su cuerpo aumentaba y las enfermeras cambiaban, pero siempre escuchaba los mismos

sonidos a su alrededor.

Una vez al despertar, se dio cuenta que había cambiado de lugar y ahora se encontraba en una

enfermería; solo una aguja de un frasco de suero se encontraba clavada en su brazo en esta

ocasión, un médico se encontraba parado frente su cama y un joven sostenía una carpeta.

Veronika inició preguntando sobre el tiempo que estaría en el asilo con cierta dificultad al

hablar, y al notar una rara actitud en los hombres, se alertó y dudó si le contaban la verdad. Los

médicos iniciaron un cuestionario absurdo ocasionando que sus dificultades de memoria

empiecen a disminuir. Al final del cuestionario preguntó cuanto tiempo se quedaría en Villete;

el joven le contestó que su sobredosis causo un daño irreparable en su corazón, por lo que su

corazón dejaría de latir alrededor de unos días.

Durante la noche Veronika comenzó a sentir miedo ya que sabía que debía esperar su muerte;

buscando la manera de salir de ese lugar, decide ir al baño y al regresar escucha una voz , opta

por agacharse, retirar la aguja de su brazo y dirigirse hasta donde se encontraba la voz que

pertenecía a Zedka, con quien inicia una conversación sobre lo que es ser loco, también hablan

sobre la razón por la que decidió suicidarse y al mismo tiempo le pide su ayuda para obtener

Page 7: Proyecto de expresión

nuevos comprimidos para poder morir antes, sin embargo, antes de que Zedka respondiera, la

enfermera apareció con una inyección en la mano para que Veronika regrese a su lugar.

En su primer día en el asilo de locos. Salió de la enfermería fue a comer y todo parecía envuelto

en un aura de silencio opresivo; luego cuando todos salieron a tomar sol, realizó una primera

inspección y se encontró con Zedka y empezaron a caminar. Zedka le aconsejó que para

conseguir lo que quería debía entrar en contacto con “La Fraternidad”, un grupo de hombres y

mujeres que podrían recibir el alta pero decidían no salir. Luego al recordar las palabras del

médico, Veronika se asustó por lo que decidió caminar sola y al aparecer una voluntad de vivir,

la apartó inmediatamente. Después regresaron al interior pasando a una sala de estar, cuando

intentó tener contacto con Mari; imitó que pasaba por ahí para escuchar lo que hablaban, sin

embargo, todos callaron y la miraron, minutos después empezaron a estallar a carcajadas

burlándose de ella. Veronika se alejó saliendo al jardín sintiéndose confusa, tensa, irritada por

haberse dejado llevar por provocaciones y sentir vergüenza, por lo que culpo a las pastillas.

Luego tras reflexionar sobre sí misma regresó y enfrentó con valor a “La Fraternidad”.

Días después del incidente Veronika empezó a sentir culpa por haber hecho algo diferente, no

quería terminar convencida que la vida valía la pena, por que sería un sufrimiento inútil, así que

decidió como solución alejarse de todos, intentar ser como antes, obedeciendo los reglamentos

y adaptándose a la rutina; sus días se tornaron iguales nuevamente, empezó a percibir que su

corazón se iba debilitando, además que desarrollo una relación con Zedka. Una mañana, un

enfermero pidió a Zedka ir a su tratamiento la cual invitó a Veronika a acompañarla.

Veronika se lo debatió mucho ya que saldría de la rutina nuevamente, pero su curiosidad ganó y

aceptó.

Veronika empezó a presenciar cuando la mujer era atada, Zedka pidió que le explicaran lo que

sucedía y el enfermero inició la explicación mostrándole la jeringa con una dosis de insulina que

podía provocar un estado de coma, lo que le pareció horroroso e inhumano. Al empezar a

inyectar el líquido en Zedka, ella empezó a mirar a un punto perdido y un líquido espumoso

salía de su boca, por lo que Veronika perdió el control comenzando a gritar. Por otro lado,

Zedka realizaba un viaje astral, algo que no había comentado con nadie, pues nadie le creería

que salía de su cuerpo como un espíritu, era algo que había descubierto desde su primera sesión.

Desde el techo de la enfermería seguía observando a Veronika intentando conversar con su

cuerpo, por lo que decidió no contarle nada, luego ingresó el enfermero inyectándole glucosa y

trayéndola de nuevo a su cuerpo, luego de unos minutos se encontraba saludando nuevamente a

Veronika.

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En la noche, Veronika estaba encantaba viendo la luna que le embargaba una sensación de

bienestar y grandes ganas de tocar el piano de la sala de estar, sin embargo, una puerta de acero

y la enfermera se lo impedían, así que se dirigió a la cama de Zedka, pero la enfermera la

encontró y ordenó regresar a su lugar, a lo que Veronika respondió histéricamente. Al enterarse

que las puertas siempre permanecían abiertas rompió en llanto y la mujer la consolaba sin saber

el motivo, luego le abrió la puerta y Veronika salió hacia la sala de estar, meditando en que era

muy tarde para controlar su miedo, el remordimiento por el suicidio volvió a aparecer y volvió

a reprimirlo sintiendo odio; odiaba principalmente la manera como había conducido su vida sin

descubrir sus otras Veronikas habitando dentro de ella. Veronika quería pasar ahora sus últimos

días lo más inconveniente posible. Al entrar en la sala de estar, se acercó al piano comenzando a

golpear fuertemente el teclado y la empezó a embargar una profunda paz. En medio de la

música apareció otro loco, Eduard, un esquizofrénico sin curación al cual le sonrió y quien le

devolvió la sonrisa.

Al día siguiente el doctor Igor se encontraba en su consultorio pensando en los asuntos que

debía de resolver en Villete, como Eduard que había dejado de comer y se mantenía con

alimentación endovenosa, lo que le preocupaba ya que su padre era un hombre poderoso,

temido por todos. Decidió suspender su alimentación y dejarlo consumirse hasta que tuviese

voluntariamente deseos de comer, si la situación se complicaba, haría un informe así pasaría la

responsabilidad al consejo de médicos. Paso al caso de Zedka que había terminado su período

de tratamiento y podía recibir el alta, algo de lo que se quería asegurar, ya que se encontraba en

una tesis que para él, pondría su nombre en la historia: la búsqueda del responsable de la locura,

al cual llamaba Vitrilo, y su cura contra este; y aquella mañana que Veronika apareció no estuvo

dispuesto a perderla como una oportunidad de experimentar.

Luego de resolver los casos del asilo pidió que pasara la primera visita, era la madre de

Veronika, sin embargo, Veronika no la quiso recibir debido a que no quería que las dos

sufrieran y era mejor que la considere muerta, pues no soportaba las despedidas.

Inesperadamente en ese mismo instante empezó a tener un ataque cardíaco, muy diferente a lo

que se imaginó; su respiración era dificultosa y se sentía aterrorizada por morir asfixiada,

continuó tambaleándose hasta caer y ser socorrida; todos los presentes se quedaron paralizados

por la escena, sin embargo, minutos después empezaron reír de su situación haciéndola sentir

humillación, entro en histeria y en un llanto sin consuelo por no obtener lo que tanto buscaba, la

muerte, luego inmediatamente la volvieron a sedar.

Momentos después se encontraba en el consultorio del doctor Igor, quien revisaba su corazón

mientras ella fingía dormir, luego preguntó sobre el estado de su corazón pero al saber que

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seguía igual un silencio los inundó. El doctor permanecía en silencio en la espera de la acción

de la chica que le servirían como datos para su investigación, pero no salía ni una palabra , hasta

que decidió romper el silencio, así que hablaron sobre su noche en el piano, Eduard, y acerca de

la locura.

Horas después, Veronika se encontraba caminando hacia la enfermería y al mirar una fotografía

antigua en la pared de la plaza de su departamento, empezó a reflexionar sobre su vida; se dio

cuenta que en su vida había faltado un elemento para transformarla en una bendición: un poco

más de locura. Resolvió que esto hizo que no siguiera su verdadera vocación: ser pianista, pero

sin embargo también sabía que era demasiado tarde. De pronto Eduard se encontraba

dirigiéndola hacia la sala de estar, antes de hacer lo que pedía, Veronika trato de hacer entrar en

razón a Eduard para que no se acostumbrara a escucharla tocar el piano, pero en ese momento

escuchó una voz y se encontró con una escena insólita: las sillas y mesas habían sido movidas

para que el suelo fuera ocupado por “La Fraternidad” que se encontraban mirándola al haber

interrumpido la charla que mantenían. Le permitieron participar y al no querer ser una molestia

Mari le empezó a reprochar por su actitud de miedo, como la que tuvo la primera vez que los

conoció, por lo que Veronika cambio de actitud y continuó haciendo el ejercicio para descubrir

quién era, y al reflexionar concluyó que ya no debía porque sentir miedo y empezaría a

aprovechar los días que le quedaban realizando lo que nunca se atrevió hacer. Al entregarse por

completo al ejercicio le gustó descubrir quien era y lamento haberse precipitado tanto con su

suicidio.

Finalizado la meditación, Mari platicó con los miembros de La Fraternidad, luego salió al jardín

y al pasar por la sala de estar, observó a Veronika tocar para Eduard, la escena consiguió que

comenzara a pensar el efecto de Veronika en los internos, los cuales se mantenían distantes para

no despertar las ganas de vivir de la muchacha que tenía los días contados. Pero sin razón

Veronika comenzó a luchar y Mari pensó en hablar con Eduard para que se diera cuenta de la

reacción que causaba la chica, obligando a replantear sus vidas en Villete a los internos.

Veronika que logró observar a Mari en el jardín, volvió a tocar el piano plasmando su gran

sueño, sin importarle que su único auditorio sea un esquizofrénico, pues parecía entender la

música, y era lo único que le interesaba.

Al no aguantar más el cansancio, Veronika decidió ir a acostarse, pero Eduard continuaba

parado junto el piano, trato de explicarle que ya no podía continuar tocando pero sin darse

cuenta se encontraba observándolo y segundos después le hablaba de su amor de manera

directa, ya no le importaba lo que pensara sobre ella, así que intentaría explorar como le había

dicho Mari. Intento primeramente conducir a Eduard al sofá pero el parecía negarse, sin

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intención de insistir, se desnudó y comenzó a masturbarse frente a él, se produjo alrededor de

cuatro orgasmos. En todo ese tiempo Eduard permaneció inmóvil, la muchacha pensó por un

momento que el brillo en su mirada había cambiado, pero de lo que si estaba segura es que

había bastado con haberse entregado. Luego se percató que Mari había ingresado, y sin

vergüenza ni miedo le contó lo que experimentó; Mari que se encontraba un poco distante por la

reciente decisión tomada de regresar al mundo fuera de Villete, le contestó y se despidió en

poco tiempo. Por otro lado Eduard continuaba en su lugar, así que Veronika resolvió en

continuar tocando como agradecimiento por contemplar su locura sin pavor o repulsión,

queriendo que disfrutase como ella lo había hecho.

Al día siguiente, el doctor Igor se sorprendió al encontrar a Veronika en su sala de espera, la

muchacha al entrar a su consultorio, preguntó al doctor cuanto tiempo le quedaba, y el doctor

respondió: veinticuatro horas. Sabiendo esto, Veronika le expresó dos peticiones: que la

mantenga despierta todo el tiempo que le quedaba, y poder salir del asilo para fallecer fuera. El

doctor le respondió que podrían cumplir la primera, pero no se lo aconsejaba; Veronika le

continuó explicando lo que sentía para convencer al doctor que cumpliera sus peticiones, pero el

doctor le pidió que descansara y volviera al mediodía con la promesa que lo pensaría; visto que

Veronika lo obedeció, el doctor no desaprovechó la oportunidad para tomar apuntes para su

tesis.

Cuando la chica salía del consultorio fue observada y seguida inmediatamente por Eduard hasta

la enfermería de mujeres, donde fue interceptado por un enfermero causando que la muchacha

notara su presencia, ella simplemente le indicó que dormiría y que hablarían cuando despertara.

Eduard al no entender su atracción por ella, decide ir en busca de Mari por un consejo, pero al

encontrarla notó, a lo lejos, que la mujer no quería compañía, y luego al terminar el baño de sol,

noto que lo evitaba; para no tener que hablar frente a los demás, se arrodilló implorando con los

ojos logrando que lo acompañara al jardín. En el jardín, Mari ya sabía lo que quería decirle: era

la hora de salir de Villete, le contó lo cansada que también estaba de aquel lugar, sin embargo,

no sabía si lo haría debido a que ya estaba acostumbrada. Eduard le habló que él estuvo a punto

de hacerlo y que le gustaría que ella también lo hiciera, pero la mujer solo se retiró sin decir

palabra alguna.

Eduard luego en la biblioteca encuentra un poema con el que se identificó y comenzó a hablar

en voz más alta de lo normal, los enfermeros al pensar que estaba entrando en crisis, lo

agarraron, pero Eduard imponía resistencia causando un escándalo que podría convertirse en

incontrolable ya que empezaba a influir en los demás internos; además que por otro lado

también causo que Veronika despertara sobresaltada. Al verse, Eduard logra liberarse de los

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enfermeros y luego de un silencio, Eduard se declara a la muchacha, la cual se sorprende mucho

al darse cuenta de que puede hablar y que no estaba demente como pensaba. Sin embargo, los

enfermeros no podían dejar pasar la mala actitud de Eduard y resolvieron castigarlo utilizándolo

como ejemplo para los demás. Veronika lo acompaña y observa horrorizada la escena de

electroshock; permanece a su lado esperando a que despierte, sin importar que su malestar

regresara junto a sus vómitos, no se quería mover de su lado. Zedka vio la escena, y decidió

acompañarla antes de abandonar Villete completamente, con el objetivo de hacerle ver su amor

por el muchacho esquizofrénico y con eso, se despidió.

En otro lugar, el doctor Igor se encontraba contento por los buenos resultados que estaba dando

su investigación sobre el Vitrilo. Mari ingresó en el consultorio para pedir una opinión sobre si

podía irse del asilo, pero el doctor le dijo que no debía pedir nada, ya que ella se alojaba ahí por

voluntad propia. Pero ella le explicó que necesitaba saber si estaba curada de lo que la trajo a

Villete: el Síndrome de Pánico. Así, el doctor le explicó que su verdadera enfermedad era ser

una persona diferente, queriendo ser igual a los demás, y al no tener valor de ser diferentes, las

personas comienzan a sentir amargura provocando paranoia, psicosis. Mari estuvo de acuerdo

con él y le explicó; que al oír tocar a la muchacha en el piano, se dio cuenta que había dejado su

alma sin poder disfrutar su vida con el mismo entusiasmo que la muchacha; que se había

tardado tres años en entender que la vida la estaba guiando por un camino, por el que no quería

ir. El doctor Igor se empezó a dar cuenta que su investigación estaba dando resultado, y

acompaño a Mari hacia la salida despidiéndose y deseándole suerte en sus nuevos planes de

cuidar niños en Sarajevo.

Regresando con Eduard, cuando despertó, no se le complicó identificar a Veronika tras los

efectos del electroshock; de pronto apareció una enfermera con una jeringa para la muchacha,

pero esta se negó a cumplir la orden del doctor, la enfermera le dijo que tendría que doparla por

su resistencia, pero el joven intervino, pidiéndole que accediera para que pudieran hablar, y

Veronika cedió. Ambos salieron a caminar al jardín y Veronika le pidió que le contara sus

visiones del paraíso ya que habla de ello cuando se encontraba inconsciente, así que Eduard

empezó a hablar sobre la historia que causó su esquizofrenia.

Cuando acabó de contar su historia, ya había anochecido, quiso regresar con Veronika al

interior, pero la joven empezó a hablar, diciendo que lo amaba y que toda su experiencia le

enseñó que la gran locura del hombre y la mujer era: el amor. Eduard, sin embargo, le contestó

que aún no sabía lo que sentía y que tenía miedo, pues el amor ya lo desquicio una vez.

Veronika no quería que temiera ni que se sintiera avergonzado de ser amado, sino que le dejara

amarlo, seguir tocando el piano y cumplir su única petición: que su rostro sea lo último que ella

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viera cuando muera. Eduard pensó un momento y luego le propuso escapar de Villete, si ella lo

deseaba aún, y eso hicieron.

En Villete, los internos se dieron cuenta que varias personas faltaban, pero principalmente la

ausencia de Veronika, que sabían de antemano que no sobreviviría. Los rumores de su muerte

empezaron a correr, algunos lloraron, los que estaban realmente insanos pronto olvidaron, otros

sintieron tristeza, pero estaban acostumbrados a no crear vínculos, por lo que su tristeza duro

poco, y otros se sintieron aliviados de ver que la muerte había pasado y no los había alcanzado.

Por otra parte en La Fraternidad, un miembro dio la noticia que Mari no regresaría, había

dejado una nota que quería, sea leída como despedida. Al terminar la lectura donde les decía

que quedarse en el asilo no los estaba ayudando a ser ellos mismos, los miembros solo

regresaron a sus habitaciones pensando que estaba loca y que nada de lo escrito tenia sentido.

Cuando Eduard y Veronika escaparon, escogieron el restaurante más caro, pidieron los mejores

platillos y se embriagaron; empezaron a hablar alto, a decir cosas sin sentido y a actuar de

manera inconveniente, por lo que el dueño les pidió que salieran de allí. Caminaron hasta la

plaza por donde Veronika vivía y luego subieron la colina donde se encontraba un pequeño

castillo abandonado, al llegar Eduard se sorprendió como aún su corazón soportaba sin llevarla

a la muerte. Veronika le dio un beso; luego le hizo prometer que la pintaría y que continuaría

con su sueño de pintar, además, le agradeció por haberle dado sentido a su vida. Eduard le

respondió con un te amo, se abrazaron, y la muchacha pensó que no habría mejor momento para

morir, pero lo único que recordaron ambos, fue quedar dormidos. Al día siguiente, cuando

Eduard despertó, quedó muy sorprendido al ver que Veronika seguía con vida, pensaron que era

un milagro.

En cuanto al doctor Igor, cuando llegó a su consultorio esa mañana , un enfermero llamó a su

puerta dándole la noticia de que los internos ( Eduard y Veronika ) habían escapado; el doctor se

molestó y lo retiró de su consultorio, sin embargo, al encontrarse solo en su escritorio iniciando

el papeleo para explicar la desaparición de los internos, apareció una sonrisa en su rostro. Sabía

que al terminar esa tarea, podría terminar con las notas de su investigación, pues al parecer

había conseguido descubrir la cura para el Vitriolo: la conciencia de la vida, que la había

empleado con la conciencia de la muerte. Ahora tendría la oportunidad de demostrarlo

científicamente, gracias a la llegada de Veronika en su destino, con una intoxicación seria que

la había debatido entre la vida y la muerte, pero no tuvo ninguna consecuencia permanente y si

se cuidaba podía vivir normalmente. Pero el doctor Igor era el único que lo sabia, había

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conseguido el engaño, aplicando un fármaco consiguiendo disimular los ataques cardíacos, para

que así tomara consciencia de su inevitable muerte y tuviera ánimos de vivir, eliminando el

vitriolo de su cuerpo, y posiblemente ya no pensaría en suicidarse.

Había planeado terminar la mentira esa mañana, con la excusa de que gracias a las inyecciones

se había reinvertido su estado, pero la fuga de la muchacha lo habría librado de ese desagradable

momento. Lo que no esperaba era que también influyera en otros, como lo hizo en Mari. Dejo

esos pensamientos de lado, al notar que muy pronto llegarían los problemas cotidianos del asilo,

así que comenzó a escribir acerca del experimento de Veronika; dejaría para luego el papeleo de

Villete.

Comentario personal La historia de Veronika nos hace reconocer el valor de la vida, como puede desperdiciarse

cuando no la sabemos aprovechar para seguir nuestros sueños y ser quienes realmente somos.

Provoca reflexionar como en la sociedad que vivimos se juzga mucho lo que hace cada persona,

estableciendo estereotipos que se califican como correctos y que impiden que las personas elijan

con total sinceridad lo que quieren hacer con sus vidas. Además que el miedo a ser rechazados,

si no seguimos estos modelos, nos hacen caer en vidas aburridas y predecibles que terminamos

odiando, hasta llegar al posible suicido como la muchacha de la historia.

La historia también enseña que muchas veces necesitamos que nos recuerden el valor de la vida,

a veces a través de la conciencia de la muerte, como se utilizó a Veronika, para empezar a

valorar nuestras vidas, además, que el miedo y la decepción son nuestros únicos enemigos a la

hora de tomar las decisiones que marcarán nuestros destinos, y como esto nos hace iguales a

todas las personas, en la perturbadora realidad de la vida.

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