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Proyecto de Capacitación Docente: El trabajo Cooperativo en

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EJE Nº 1 “DESARROLLO CONCEPTUAL DEL APRENDIZAJE COOPERATIVO”

Consideraciones generales sobre la importancia del Aprendizaje Cooperativo en la escuela primaria.

Aunque en ocasiones la enseñanza debe individualizarse para que los estudiantes puedan lograr determinados objetivos siguiendo su propio ritmo, también es necesario promover el trabajo cooperativo ya que éste favorece el establecimiento de relaciones con los demás, la motivación, la autoestima, la adquisición de estrategias de aprendizaje más eficaces y motivadoras, etc. Por tanto, el aprendizaje cooperativo es una estrategia que promueve la participación colaborativa entre el alumnado. La intención de esta estrategia es conseguir que los alumnos se ayuden mutuamente para alcanzar sus objetivos. Se trata de un enfoque de enseñanza en el que se proponen actividades para cuyo desarrollo es necesaria la ayuda entre compañeros y compañeras. El aprendizaje cooperativo se fundamenta en que cada alumno/a intenta mejorar su propio aprendizaje y sus propios resultados, pero también los de sus compañeros/as. Este tipo de aprendizaje cuenta con la colaboración del docente, que será el encargado de dirigir y supervisar el desarrollo del proceso de aprendizaje de sus alumnos. Con este tipo de aprendizaje se trata de desarrollar en los chicos hábitos de trabajo en equipo y de solidaridad entre compañeros/as, con el fin de que resuelvan situaciones problemáticas o diversas actividades ayudándose mutuamente, logrando de esta manera, cierta autonomía en relación a el/la docente. Las investigaciones llevadas a cabo en los últimos años permiten identificar al aprendizaje cooperativo como un procedimiento clave

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para adaptar la educación a los cambios sociales actuales, mejorando con ello la convivencia escolar y la prevención de la violencia. El aprendizaje cooperativo proporciona numerosas ventajas, tanto a los docentes como a los alumnos, entre ellas se destacan las siguientes: • El aprendizaje cooperativo en equipos heterogéneos favorece la tolerancia y la Integración de todos los alumnos/as. • El aprendizaje cooperativo permite mejorar el rendimiento, la motivación por el aprendizaje, el sentido de responsabilidad, las relaciones sociales, etc.

Antecedentes Históricos y su evolución

Los antecedentes del aprendizaje colaborativo se remontan a la misma historia social del hombre; fue la cooperación entre los hombres primitivos la clave para su evolución, esto se visualiza a través del tiempo en: el intercambio comercial rudimentario, la socialización de procesos y resultados, la actividad grupal unida a la experiencia laboral y la aparición del lenguaje articulado, etc. logros materializados a partir del desarrollo del cerebro humano. En diversos escritos antiguos aparecen referencias explícitas a la necesidad de colaboración entre iguales. Durante la edad media los gremios de arte enfatizaban que los aprendices debían trabajar juntos en grupos pequeños, los más hábiles trabajando con el maestro y luego enseñando sus habilidades a aquellos menos experimentados. Pero no es hasta los siglos XVI, XVII y XVIII, con la aparición de las primeras tendencias pedagógicas, que se abordará el aspecto grupal de la educación. Se considera al precursor de la didáctica moderna, Juan A. Comenio, como el primer partidario de buscar vías metodológicas para transformar la enseñanza en un proceso agradable sobre

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el conocimiento del mundo y como forma para desarrollar las capacidades mentales de los alumnos; es así como introduce el tránsito de la enseñanza individualizada a la enseñanza basada en grupos. En su obra, la "Didáctica Magna," se concibe a la educación como un proceso que afecta al hombre a lo largo de su vida y a sus múltiples adaptaciones sociales; enfatizando en el papel de la imitación y [] de los juegos colectivos como vía de intercambio y de cooperación en la solución de un problema de aprendizaje. En la Inglaterra del siglo XVIII sobresale por méritos propio Joseph Lancaster, quien divulgó y llevó a la práctica los grupos colaborativos, modificación introducida en la enseñanza inglesa a través de la Pedagogía del trabajo y a quien le debemos la noción de "equipo". Ideas similares a la de Lancaster florecieron en los Estados Unidos, aunque sustentadas en la Pedagogía del Pragmatismo, y como pionera se señala la aparición de La Escuela Común en 1800, desde la que se promovió el aprendizaje colectivo en la figura del superintendente de escuelas públicas en Quince y Massachussets el pedagogo C. F. Parker, dicho sistema predominó en América a lo largo de todo el siglo XIX. Al inicio de siglo XX, las ideas de Parker serían retomadas con la finalidad de criticar los métodos escolásticos y aplicar los avances de la Psicología a una concepción de "aprendizaje activo" en los escolares. Dentro de los reformistas se destacó el filósofo norteamericano John Dewey, quien revolucionó la educación e introdujo la experiencia como parte de ella, otorgó a lo social un lugar relevante sentando las bases para la creación de una "escuela activa", recalcó la importancia de la "cooperación" frente al "individualismo", la "creatividad" frente a la "pasividad" y el "trabajo manual" frente a las "asignaturas" otorgando a los libros de textos la función de consulta.

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La historia o los antecedentes del trabajo grupal en centros de enseñanza revela que los métodos que con mayor frecuencia se aplicaban en la práctica pedagógica a través de todo el siglo XX han sido: el "Plan Dalton", el "Método de Proyectos", el "Método de Cousinet" y el "Método de Aprendizaje Colaborativo". El "Método de Aprendizaje Colaborativo" es la continuidad de la concepción del "aprendizaje activo" que se arraigó en los Estados Unidos durante el siglo XX; pero, redimensionado a partir de los resultados de los experimentos clásicos de la Psicología Social acerca de las estructuras grupales competitivas, colaborativas y cooperativas. Sus premisas básicas, sustentan que el grupo escolar es un aspecto importante del trabajo grupal de la escuela, el maestro es concebido como facilitador o supervisor de las tareas y como promotor de las habilidades o hábitos de cooperación, donde los estudiantes se convierten en constructores, descubridores y transformadores de su propios conocimientos desde la perspectiva de la colaboración, así como desde las relaciones interpersonales afectivas. Los aportes del "Método de Aprendizaje Colaborativo", han sido retomados a partir de la década de los años 90 en diferentes niveles de enseñanza y se destacan como partidarios de sus premisas: E. Cohen y D. M. Evans en EE. UU.; A. Álvarez en España; T. Ryoko y Y. Kobayashi en Japón ; etc. A la hora de historizar de manera científica el Aprendizaje Colaborativo y la colaboración dentro de un grupo escolar, no se puede dejar de mencionar los aportes y la experiencia llevada a cabo entre los años 1920 y 1939 por A. S. Makarenko, quien, valiéndose de dicha experiencia, elaboró el concepto de colectividad ("organismo social vivo que lo es porque tiene órganos, responsabilidades, correlación entre sus partes, interdependencias, etc. si no hay nada

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de esto, entonces no es colectividad sino sencillamente muchedumbre, aglomeración"); destacó el papel activo del alumno en el proceso educativo y afirmó que es el maestro quien debe dar direccionalidad a dicho proceso, propiciando el desarrollo de las potencialidades de los alumnos y promoviendo el protagonismo independiente del grupo escolar mediante la interacción social y la colaboración. Con la aparición y consolidación del Psicoanálisis a lo largo del siglo XX, lo grupal y el trabajo en grupo serían retomados por los enfoques clínicos. El padre fundador del Psicoanálisis "Sigmud Freud" esbozó varios aspectos relacionados con el papel del medio social respecto al desarrollo psíquico humano; aunque no teorizó acerca del tratamiento psicoterapéutico de los grupos, reflejaría algunas ideas vinculadas con la civilización y la cultura en la que se aprecia los fundamentos de una "concepción psicoanalítica de los grupos", que en años posteriores sería desarrollada por otros autores, entre los que se destaca Enrique Pichón – Riviére. En otra dimensión, los neofreudianos encabezados por: Jung, Adler, Horney, Fromm y Sullivan, poseen como aspecto común el haber considerado al desarrollo humano como un proceso continuo que se extiendo a lo largo de la vida del individuo, diferenciándose de Freud que había considerado a las etapas infantiles como momento determinante de dicho proceso. Ellos interpretan la personalidad como un fenómeno, que posee sus raíces en las relaciones sociales e interpersonales en el contexto de la cultura y la sociedad. En general, los neofreudianos al concebir el desarrollo de la personalidad a lo largo de la vida del individuo, reconocieron el papel de la cultura y la educación, asociando estos aspectos esenciales en la práctica psicoterapéutica dirigida al grupo familiar y sus problemas educacionales, de esta forma, destacan la importancia educativa de

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la reestructuración de las relaciones humanas para la prevención y la recuperación de la salud psíquica. Cabe destacar en este análisis histórico, los aportes al estudio de los grupos realizados, por un lado, por los representantes de la Psicología Humanista y, por otro, por los de la Psicología Social. De entre los primeros encontramos autores tales como: Carl Rogers, Abraham Maslow y Kurt Lewin, cuyas ideas dieron lugar a diversas experiencias durante los años 1960 y 1970 que promovían el intercambio y el establecimiento de vínculos entre los miembros del grupo con el fin de potenciar la ayuda y las relaciones afectivas entre las personas. Mientras que los partidarios de la Psicología Social se dividen en tres tendencias: La primera, llamada "sociológica", surgió y se desarrolló sobre la base de los resultados de distintas investigaciones realizadas por psicólogos industriales de la Universidad de Harvard durante los años 1924 a 1939. Su mayor representante es Elton Mayo, quien consideró que el "grupo pequeño" es un micro mundo que satisface las necesidades de comunicación de sus miembros y se distinguen por dos tipos de estructuras de relaciones interpersonales: la estructura "formal" y la "informal". Con el material recolectado en el estudio de los grupos, él y sus colaboradores dedujeron que los sentimientos, estados de ánimo y factores subconscientes, ejercen influencia decisiva en la conducta del hombre. La segunda tendencia es la denominada "Sociometría" cuyo principal representante es Jacobo Moreno. Éste concibió a la sociometría como una técnica de investigación grupal de la que se derivaron dos contribuciones a la Psicología Social: el "test sociométrico" y los "métodos de psicoterapia grupal (sociodrama y psicodrama)", aportes que revolucionaron el campo de la Dinámica grupal. Por otra parte, la perspectiva sociométrica resaltó dos estructuras de relaciones dentro

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de la sociedad: la "macroestructura" y la "microestructura"; en la primera se acoge la distribución espacial de los individuas en las diferentes formas de actividad, en la segunda se plasman las relaciones psicológicas del sujeto con las personas que lo rodean directamente. La tercera tendencia es la "Teoría de grupos operativos", elaborada por Enrique Pichón – Riviére, cuya vigencia se extiende desde fines de los años 50 hasta la actualidad. En su didáctica interdisciplinaria Pichón, argumenta la existencia en cada individuo de un esquema referencial de conocimientos y afectos que adquiere unidad a través del trabajo en grupo; es decir que este esquema referencial operativo (ECRO) se promueve y se desarrolla desde el grupo. En la teoría de Pichón, el término "operativo" encierra y refleja lo pensado o elaborado por el hombre como una forma de manifestar lo que sucede a su alrededor. En la actualidad, diversos aspectos como: la tarea grupal; la actividad conjunta; los roles o papeles que se manifiestan en diferentes situaciones grupales; etc. han sido transferidos a la esfera educacional por otros autores (Bauleo; Zarzar; María Eugenia Calzadilla; Elsa Piedad Cabrera Murcia; Isabel Álvarez; Ana Ayuste; Begoña Gros; Vania Guerra; Luis Álvarez González; Mónica Gallardo González; María Margarita Lucero; David Jonson; Joan Domingo; Miguel Valero-García; Joan Rue; Raquel Bermúdez Morris; Antonia Rodríguez Hernández; Vivian García García; Anibal Rodríguez; Rogelio Bermúdez; Maricela Rebustillo; entre otros), sin embargo, a pesar de que la importancia de la realidad grupal para el hombre ha quedado plenamente demostrada y su influencia teórico – práctica ha sustentado a la educación como fenómeno social, los resultados sobre el modo en que pueden instrumentarse los aspectos didácticos – metodológicos en el campo educativo son insuficientes. La esfera de

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formación del personal docente ha profundizado, en algunos casos, en el aspecto psico – afectivo de las relaciones interpersonales pero al margen del trabajo cooperativo, que aún no dispone de tiempo,  recursos y de un espacio vital en el diseño curricular.

Reto para la educación contemporánea

La educación, formación y desarrollo de la personalidad constituye una problemática esencial en el mundo actual. El prodigioso avance de los conocimientos y el desarrollo tecnológico ha generado, por un lado, que las instituciones escolares se vean inmersas en un amplio proceso de constantes cambios y, por el otro, que los alumnos que se forman en ellas, además de apropiarse de los contenidos escolares (presente), deben ser capaces de potenciar eso adquirido y transformarlo en función de lo que les exija el medio una vez egresados (futuro). En consecuencia, cobra real importancia el trabajo cooperativo en el marco de una escuela nueva, preocupada y ocupada tanto en el presente como en el fututo de sus estudiantes. La nueva escuela requiere de directivos, docentes, profesores, tutores y estudiantes capaces de participar responsablemente en los procesos de enseñanza y aprendizaje a través del trabajo cooperativo, desarrollando habilidades cognitivas y sociales. En otras palabras, una escuela nueva se alcanza mediante la colaboración comprometida entre todos los agentes socializadores. El aprendizaje colaborativo propone la armonía entre la dirección, maestros, profesores, estudiantes, familia, comunidad y los medios de información y comunicación masivos, comprometiendo a todos en la búsqueda de respuestas a las exigencias sociales amparadas en un creciente desarrollo tecnológico.

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La revolución tecnológica es una condición que ha cambiado los modelos de desarrollo organizacional de las instituciones educativas. Son varios los rasgos que caracterizan el nuevo enfoque curricular, pero sin duda el trabajo cooperativo  demanda la participación, el involucramiento y también la interrelación entre todos los implicados. El aprendizaje se apoya en la interacción que tenemos con nuestro medio y las personas que nos rodean. Esta interacción es para el que aprende fuente importante de asimilación a nivel cognitivo, afectivo y socializador pues le permite desarrollar actitudes frente al trabajo y responder a las exigencias sociales. Al interrogante ¿qué sacó al hombre de las cavernas?, o ¿qué hizo posible su humanización?; podemos darle varias respuestas y la solución a las mismas las encontramos en la obra de Engels; "El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre", donde se alega lo siguiente: "…gracias a la cooperación de la mano, de los órganos del lenguaje y del cerebro, no sólo en cada individuo, sino también en la sociedad, los hombres fueron aprendiendo a ejecutar operaciones cada vez más complicadas, a plantearse y a alcanzar objetivos cada vez más elevados…" Federico Engels (1876, 14) Sin dudas, al margen de su desarrollo biológico, fue la colaboración entre ellos la clave de la evolución. El intercambio, la interdependencia, la socialización de procesos y resultados; así como la actividad grupal, son entre otros factores decisivos en el desarrollo humano. La justificación del aprendizaje cooperativo, se avala porque el hombre es un ser social que vive en relación con otros y los grupos son la forma de expresión de los vínculos que se establecen entre ellos, para Vigostky, "… el psiquismo humano se forma y desarrolla

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en la actividad y la comunicación, destacando los beneficios cognitivos y afectivos que conlleva el aprendizaje grupal como elemento que establece un vínculo dialéctico entre proceso educativo y el proceso de socialización humana …" El grupo clase es considerado un agente social cuya función esencial es enseñar conocimientos, educar, que parafraseando a Parsons son funciones instrumentales; pero su verdadera esencia recae en la función adaptativa, es decir, la de preparar a los estudiantes en el desempeño de sus roles sociales; por lo tanto, el grupo deja de ser un mero entorno ambiental y pasa a cumplir la categoría de foco de interacción social, lo que exige que se tenga en cuenta la dinámica interna, los procesos de influencia recíproca, así como la comunicación diferencial entre los estudiantes.

¿Qué es el Aprendizaje Cooperativo?

El aprendizaje cooperativo no es solo un método o técnica, sino una concepción diferente del proceso de enseñanza aprendizaje. La meta que se propone es conseguir que los alumnos aprendan sintiéndose comprometidos con el aprendizaje de sus compañeros. Para ponerlo en práctica es necesario que los alumnos trabajen en grupo y que dentro del aula se valoren, desarrollen y practiquen competencias sociales, cognitivas, de comunicación o relación interpersonal y de actuación e inserción social. Esta metodología de trabajo apuesta por una concepción global de la persona, priorizando su formación integral como sujeto social activo, comprometido con su entorno, solidario y preparado para afrontar las exigencias del mundo actual. Ha sido definido como “técnica del salón de clases en la cual los estudiantes trabajan en actividades de aprendizaje en pequeños grupos y reciben recompensas o reconocimientos basados en la realización o desempeño grupal” (Slavin ,1980).

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El aprendizaje cooperativo realza el aprendizaje  que se da entre alumnos, es decir, da oportunidad a los alumnos de enseñar y aprender en cooperación, la instrucción no sólo viene de parte del profesor, sino que recae en ellos la responsabilidad de explicar y hacerse entender por el resto, como participantes activos en el proceso. Desde esta perspectiva, se considera que el estudiante, al ser parte de un grupo del cual depende su desempeño,  asegurará que los otros integrantes del grupo también tengan un buen desempeño, entonces, el aprendizaje recae en una instrucción compartida, son los propios alumnos los que juegan roles como ayudantes o tutores. Este enfoque  cambia el antiguo rol del docente de "entregar de manera directa el conocimiento" a un docente que "asesora grupos de trabajo cooperativo" estructurando las actividades para tal fin. “El aprendizaje cooperativo requiere de una división de tareas entre los componentes del grupo. Por ejemplo, el educador propone un problema e indica qué debe hacer cada miembro del grupo, responsabilizándose cada uno por la solución de una parte del problema. El profesor es quien diseña y mantiene casi por completo la estructura de interacciones y de los resultados que se han de obtener.” (Panitz, 2001). Por su parte, cada estudiante se hace cargo de un aspecto y luego se ponen en común los resultados. El aprendizaje cooperativo es el empleo didáctico de grupos reducidos en los que los alumnos trabajan juntos para maximizar su propio aprendizaje y el de los demás. Las estructuras que el profesor crea para que se realice el aprendizaje cooperativo son actividades que no se pueden realizar sin la colaboración de todos los miembros del grupo, no es posible tener éxito si el resto del grupo no lo tiene, esto conlleva a que los alumnos atribuyan sus propios logros a los logros del grupo.

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Los autores del aprendizaje cooperativo lo definen como "El uso instructivo de grupos pequeños para que los estudiantes trabajen juntos y aprovechen al máximo el aprendizaje propio y el que se produce en la interrelación. Para lograr esta meta, se requiere planeación, habilidades y conocimiento de los efectos de la dinámica de grupo". (Johnson & Johnson, 1991) Para aproximarse con más profundidad al concepto de Aprendizaje cooperativo es necesario conocer las diferencias con otras formas de interacción en el aula como son el aprendizaje competitivo e individualista. En una situación de aprendizaje competitivo los alumnos compiten entre sí para lograr los resultados previstos. Esto implica que un mejor rendimiento de un alumno o grupo de alumnos conlleva necesariamente, que el rendimiento de los demás sea menor. En una situación de aprendizaje individualista el alumno se centra únicamente en la realización de su tarea y en conseguir, a nivel individual, los resultados previstos. Por tanto el hecho de que un alumno consiga o no los objetivos no influye de ningún modo en que sus compañeros los alcancen o no. Y en una situación de aprendizaje cooperativo el grupo de alumnos tiene que trabajar conjuntamente porque se lograrán los objetivos si, y solo sí , cada miembro del equipo consigue los suyos. El equipo necesita el conocimiento y el trabajo de todos los miembros. No sería adecuado, ni cierto, afirmar que siempre es eficaz el Aprendizaje Cooperativo sino que cualquiera de las situaciones de aprendizaje descriptas anteriormente puede resultare la más eficaz en un momento determinado. Son diversas las competencias que los alumnos desarrollan cuando se aplican métodos de aprendizaje cooperativo. Entre ellas podemos mencionar:

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Búsqueda, selección, organización y valoración de la información. Comprensión profunda de conceptos abstractos esenciales para la

materia. Adaptación y aplicación de conocimientos a situaciones reales. Resolución creativa de los problemas. Resumir y sintetizar. Expresión Oral. Habilidades interpersonales: desempeño de roles, expresar acuerdos

y desacuerdos ,resolver conflictos, trabajar conjuntamente, mostrar respeto.

Las ventajas del Aprendizaje cooperativo son las siguientes: Desarrollo de habilidades interpersonales y de trabajo en equipo. Desarrollo de habilidades intelectuales de alto nivel. Responsabilidad, flexibilidad y autoestima. Trabajo de todos. Genera redes de apoyo a los alumnos en riesgo. Promueve el aprendizaje profundo frente al superficial o memorístico.

Diferencias y similitudes entre Aprendizaje Cooperativo y Aprendizaje Colaborativo

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Ambos enfoques consisten en trabajar dividiendo al total de la clase en diversos grupos, sus diferencias radican en los siguientes aspectos: El aprendizaje colaborativo es un enfoque que se centra en la interacción y aporte de los integrantes de un grupo en la construcción del conocimiento, en otras palabras, es un aprendizaje que se logra con la participación de partes que forman un todo. El mismo es "un sistema de interacciones cuidadosamente diseñado que organiza e induce la influencia recíproca entre los integrantes de un equipo. Se desarrolla a través de un proceso gradual en el que todos los miembros se sienten mutuamente comprometidos con el aprendizaje de los demás generando una interdependencia positiva que no implique competencia". (Johnson y Johnson, 1998). Este tipo de aprendizaje implica compartir la autoridad; aceptar la responsabilidad y el punto de vista del otro; construir consenso con los demás dentro del grupo; etc. Para que esto se lleve a cabo, es indispensable compartir experiencias y conocimientos y tener una clara meta grupal donde la retroalimentación juega un papel fundamental. "Lo que debe ser aprendido sólo puede conseguirse si el trabajo del grupo es realizado en colaboración. Es el grupo el que decide cómo realizar la tarea, qué procedimientos adoptar, cómo dividir el trabajo y las tareas a realizar". (Gros, 2000). Este enfoque busca desarrollar en el alumno habilidades personales y sociales, logrando que cada integrante del grupo se sienta responsable no sólo de su aprendizaje, sino del de los restantes miembros del grupo. (Lucero, Chiarani, Pianucci, 2003). El rol del profesor es el de diseñar cuidadosamente la propuesta, definir los objetivos, los materiales de trabajo, ser un mediador cognitivo en cuanto a proponer preguntas esenciales que realmente apunten a la construcción del conocimiento y no a la repetición de información

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obtenida y, finalmente, monitorear el trabajo resolviendo cuestiones puntuales individuales o grupales según sea el emergente. Después de esto, la responsabilidad de aprendizaje recae en los alumnos ya que son ellos los que toman decisiones de cómo organizar y buscar estrategias de cómo resolver la tarea. Tres son los puntos de fondo en que el aprendizaje cooperativo y colaborativo se diferencian. El primero es que el aprendizaje cooperativo tiene como fin la construcción de nuevas ideas con la contribución de pares, lo cual favorece especialmente a los estudiantes que tienen más dificultades y enriquece a aquellos más aventajados. Por su lado, el aprendizaje colaborativo tiene como objetivo que cada estudiante desarrolle nuevas ideas y cree en conjunto con los pares de trabajo, este tipo de metodología busca que cada alumno haga su mejor aporte a un fin común, lo que no necesariamente abarcará a aquellos estudiantes con dificultades de aprendizaje. Otro punto fundamental es la responsabilidad que tiene el profesor, en el aprendizaje cooperativo es el profesor quien propone un problema y determina el rol de cada estudiante para la solución de este, por lo que cada alumno se responsabiliza de una parte de la solución de la tarea. En el aprendizaje colaborativo el profesor propone la actividad y se transforma en un guía, es decir acompaña a los alumnos en su trabajo, pero son ellos mismos los responsables de su resultado. Él no se encarga de determinar los roles o de predeterminar los pasos del proceso. Finalmente, el enfoque colaborativo, al trabajar en grupo requiere de una preparación más avanzada de los alumnos. (Ken Brufee, 1995). Mientras que, el aprendizaje cooperativo es una metodología que se podría utilizar en grupos de alumnos heterogéneo en sus capacidades. Esta diferencia puede delimitar su uso, es decir, es

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necesario diagnosticar al grupo que será sometido a esta metodología de trabajo, es imperioso saber con que nivel de responsabilidad, motivación y preparación se cuenta para tomar la decisión de cual de los dos aprendizajes (cooperativo y colaborativo) se apuntará.

 Ejemplos de aprendizaje cooperativo

Este tipo de aprendizaje requiere de un cambio en la estructura de la clase, es necesario que el profesor predetermine grupos de trabajo donde unirá alumnos con dificultades, aquellos estudiantes promedio y aquellos aventajados y les asignará un rol a cada integrante, actividades como las siguientes permitirán que los alumnos cooperen entre ellos y así logren el resultado esperado: Análisis de un texto (rol 1: lee y subraya ideas relevantes, rol 2: resume y analiza las ideas, rol 3: organiza e interpreta ideas, rol 4: presenta las ideas más relevantes del texto) Listado de ejercicios (estudiante 1: resuelve el primer ejercicio, estudiante 2: revisa y corrige o felicita, luego resuelve el segundo ejercicio, estudiante 3:  revisa y corrige o felicita, se repite dependiendo del número de ejercicios) Evaluación de un tema: Rotación (cada estudiante de un grupo de tres o cuatro posee un tema, cada alumno con un lápiz de diferente color responde todo lo que recuerda sobre la pregunta o tópico, luego el profesor dice “rotación” y los estudiantes deben pasar su hoja al compañero y continuar escribiendo la idea anterior y así sucesivamente hasta que llegue a sus manos la hoja en la cual comenzaron a escribir.)

Ejemplos aprendizaje colaborativo

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Como se ha planteado anteriormente, para esta metodología es necesario que los alumnos hagan aportes desde su propia experiencia y conocimiento  para luego aunar esfuerzos y así lograr un bien común. Es decir, el conocimiento y la experiencia de quienes participan es fundamental para alcanzar el objetivo común. Las siguientes actividades podrían ser ejemplos que pretenden lograr un aprendizaje colaborativo: Una obra de teatro (en esta actividad cada alumno contribuye desde su personaje a la ejecución de la obra) Creación de una historia o cuento (el profesor les puede proponer personajes, la temática, o el escenario, pero los estudiantes crean la historia) Un trabajo investigativo (donde cada alumno se capacita en una parte del tema, desde su experticia hace aportes y en conjunto sacan conclusiones) Un foro pedagógico (donde cada alumno desde su área contribuya con su experiencia a la comprensión de un tema o tarea) Una publicación de magíster (en la educación de postgrado es posible publicar en algún medio un proyecto en común) Rompecabezas (Una actividad, texto o capítulo se divide en distintas partes o temas, Los estudiantes forman equipos. A cada miembro del equipo se le asigna uno de los temas o partes en el cual debe capacitarse. Cada estudiante se agrupa con los miembros de otros equipos con el mismo tema. Estos estudiantes forman grupos de expertos, discuten el tema y planean cómo enseñárselo a los miembros de sus equipos originales)

Ambientes y condiciones en que se usan ambos aprendizajes

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Para que la metodología del aprendizaje cooperativo sea efectiva debe haber un ambiente solidario y de ayuda, vale decir, los alumnos deben ser motivados a trabajar en conjunto y cooperar mutuamente. Este ambiente representa un cambio en la estructura de la clase, los alumnos ya no se ubican mirando al profesor, se sientan en grupos de cuatro o cinco. Esto demuestra que los alumnos en equipos son los que construirán el conocimiento, y el profesor deambula entre los grupos, no obstante, ya no es el foco de atención. Respecto a las condiciones que se necesitan para lograr el aprendizaje cooperativo, es fundamental que los alumnos desarrollen las siguientes características: interdependencia positiva, interacción cara a cara, responsabilidad individual y grupal, habilidades sociales y la capacidad de revisión del proceso grupal (ver explicación de las mismas en "Características del Aprendizaje Cooperativo" en este módulo), esto no quiere decir que tienen que conocer como se llaman estos principios, sino adquirirlos tácitamente. El ambiente con el que debe contar la metodología del aprendizaje colaborativo debe ser motivador, tolerante y de responsabilidad tanto individual  como grupal. Los alumnos deben tener conciencia de lo relevante que es su participación en el resultado final, cada uno juega un rol fundamental. Sin embargo, los integrantes no necesitan de la ayuda de los pares como en el aprendizaje cooperativo, de ellos depende el resultado,  ya que sus aportes son muchas veces únicos e indispensables.

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Características del Aprendizaje Cooperativo ¿Qué elementos concretos son los que hacen diferente al Aprendizaje Cooperativo frente a otra maneras de estructurar las actividades en el aula? Jonson, Jonson y Holubec señalan cinco elementos básicos, sin los cuales no es posible el Aprendizaje Cooperativo(1991), los mismo son:

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1-Interdependencia positiva. 2-Interacción cara a cara. 3-Doble responsabilidad (individual y grupal). 4-Aprendizaje de habilidades sociales. 5-Revisión del proceso del grupo. El dominio de este método se logra aprendiendo cómo estructurar estos cinco elementos dentro del aula.

1-Interdependencia positiva: La interdependencia positiva está asegurada cuando todos los miembros del grupo cooperativo son conscientes de que no pueden alcanzar el éxito a menos de que también lo alcancen sus compañeros. Del esfuerzo que realiza cada persona se benefician ella misma y los demás. El mero hecho de pertenecer a un grupo no garantiza el aprendizaje de sus miembros; es necesario saber que el trabajo individual va afectar el éxito o fracaso en el aprendizaje propio y el de los demás compañeros, provocando esa doble responsabilidad: individual y del grupo. Para lograrlo es necesario: Asignar al grupo una tarea clara y concreta que debe ser realizada entre todos: tarea interdependiente. Asegurar que nadie puede alcanzar la meta a menos que todos los integrantes del grupo la alcancen: meta interdependiente. Por ejemplo, si la docente propone como actividad la resolución de un problema por grupo y la explicación del procedimiento que emplearon para resolverlo, el que un integrante del grupo lo haya resuelto correctamente no significa que la tarea ha concluido. El objetivo es que todos los estudiantes del grupo sepan resolver la situación problemática y explicar su modo de hacerlo. Garantizar una recompensa para todos los miembros del grupo, que se verá modificada por la calidad de sus esfuerzos individuales. Con

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ello conseguimos que se den cuenta de que todos sus esfuerzos son necesarios para el éxito del grupo: recompensa interdependiente. Cuanto mejor este establecida la interdependencia positiva, con más facilidad se producirá el conflicto cognitivo. El mismo surge cuando las personas del grupo se involucran en una discusión en la que vierten distintos puntos de vista, diferentes posturas y opiniones teniendo que llegar a un acuerdo. Esta situación los lleva a la búsqueda activa de la información, la necesidad de razonar y justificar sus posturas, al cuestionamiento de lo ya sabido, la reconceptualización del conocimiento, etc. Como consecuencia, aumenta el dominio de la materia discutida, se observa un nivel mayor de estrategias de razonamiento y dicho conocimiento es más fácil de recordar. 2-Interacción cara a cara: Se caracteriza por los esfuerzos que hace cada persona para que las demás alcancen la meta prevista. Las interacciones entre los estudiantes son necesarias, pero no deben olvidar cual es la finalidad: promocionar y mejorar el aprendizaje. Para ello deben dar y recibir ayuda y mantener una actitud de confianza hacia los demás. Solo apoyándose entre ellos podrán conseguir el objetivo que tienen como grupo.

3-Doble responsabilidad: individual y grupal: Algunos estudiantes, cuando trabajan en grupo, tiene la tentación de diluir la responsabilidad de su aprendizaje en el grupo. El grupo es una plataforma que les va a facilitar la construcción de su aprendizaje, del que son los únicos responsables. En el aprendizaje cooperativo, además de asumir esta responsabilidad, asumen la del aprendizaje de los demás compañeros de su grupo. Deben aprender juntos para poder actuar después individualmente.

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Para facilitar esta doble responsabilidad es aconsejable: Formar grupos de tamaño reducido, pues cuanto menor es la cantidad de integrantes del grupo, mayor es la responsabilidad individual; observar la participación de cada persona y su contribución al trabajo del grupo; reflexionar acerca del proceso grupal (autoevaluación y co-evaluación); etc.

4-Aprendizaje de habilidades sociales: Para el buen funcionamiento del grupo cooperativo es necesario enseñar al alumnado determinada habilidades sociales. Un error frecuente es presuponer que los estudiantes dominan estas habilidades. El aprendizaje de las habilidades sociales es la base para desenvolverse después en su vida adulta. Aprender a comportarse y a relacionarse con las demás personas redunda en la mejora de su competencia interpersonal y en la construcción y mantenimiento de relaciones personales positivas; ello va a facilitar su integración en el medio escolar y mejorar su salud psicológica. Para lograrlo conviene promover, a lo sumo, uno o dos comportamientos (unidos a determinadas actitudes y valores) específicos que se mantendrán hasta que hayan sido integrados dentro del repertorio de comportamientos empleados por nuestros alumnos.

5-Revisión del proceso del grupo: Periódicamente es necesario que el grupo se detenga a reflexionar sobre su propio funcionamiento y visualice las acciones de sus miembros que son útiles y convenientes para el grupo y las que no con el fin de promover, mejorar y procurar las positivas y evitar las negativas. Las conclusiones de las investigaciones llevadas a cabo por Stuart Yager sobre "las revisiones de grupo" indican que los resultados académicos y los no académicos mejoran en aquellos

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grupos donde se discute el funcionamiento y la efectividad de sus miembros (Jonson, Jonson,1994).

Clasificación de los grupos Cooperativos

Grupos de Aprendiza

je Cooperati

vo

Informales Formales De Base

Duración Operan durante unos pocos minutos hasta una hora de clase.

Funcionan durante un período que puede durar desde una hora hasta varias semanas de clase.

Pueden funcionar todo el año.

Características

Se pueden emplear para centrar la atención, crear expectativas, para procesar cognitivamente lo que se enseña o para dar cierre a una clase

Todos trabajan en una tarea común cuidando que sus compañeros la completen. Cualquier tarea de cualquier materia puede organizarse con esta estrategia.

Son grupos de aprendizaje heterogéneos con miembros permanentes, cuyo objetivo principal es posibilitar que sus integrantes se brinden ayuda unos con otros Estos grupos permiten establecer relaciones responsables y duraderas que los motivarán a esforzarse, progresar y alcanzar un buen desarrollo cognitivo y

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social.

Condiciones necesarias para la existencia de un grupo

Número de integrantes: A pesar de las numerosas investigaciones realizadas sobre este tema, no se tienen datos fehacientes sobre el tamaño “ideal” de un grupo, podemos señalar que la cantidad aconsejable para realizar un fructífero trabajo grupal, es de 4 a 6 personas por grupo. Un número mayor inhibe la participación o ésta no se realiza de manera democrática (sólo opinan algunos) Mientras que un número menor de integrantes permite una mayor participación y compromiso. De esta manera se elimina la posibilidad de que algún miembro del grupo se aleje del desarrollo grupal, pero, el aspecto negativo de los grupos pequeños es que se “estereotipen” los roles de los participantes. Tiempo y espacio definido : Para que el grupo se configure como tal es esencial que se definan claramente y de manera explícita el tiempo de desarrollo de su actividad y el lugar donde va a funcionar. Interacción: Mediante este proceso, que implica una secuencia de acciones recíprocas desarrolladas en un tiempo y en un espacio específico, los integrantes de un grupo se reúnen motivados por un fin en común, comienzan a relacionarse, conocerse, modificarse y adaptarse ajustando su comportamiento al de los demás en función de las tarea que los convoca, ejerciendo diferentes roles, ocupando así un lugar en la rede vincular. Este intercambio se da en el plano cognitivo, emocional, corporal, del lenguaje, en las actitudes, etc. Permanencia: otra condición es la permanencia de sus integrantes durante un lapso que puede ser considerado estable, determinando que los elementos esenciales de su estructura

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(espacio, tiempo, objetivos, cantidad de miembros, roles, etc.) permanezcan sin alteración. Cohesión e integración : Surge como resultado de la adhesión afectiva y cognitiva entre los miembros del grupo, como así también por la tracción que el grupo en sí, con sus normas, valores y objetivos, ejerce sobre cada uno de sus miembros. Los miembros de un grupo naciente viven diferentes situaciones a partir de la interacción. Entre ellas podemos mencionar: surgimiento de sentimientos de pertenencia (cuando sus miembros se empiezan a identificar con el grupo, a sentir responsabilidad común respecto a la tarea y tener simpatía por él); asunción de roles (manera de ser y actuar que un individuo asume en el momento preciso en el que reacciona ante una situación dada en la que están comprometidas otras personas y otros procesos); establecimiento de normas (regulan el comportamiento de los integrantes del grupo, marcan los límites dentro de los cuales ha de funcionar el mismo, en otras palabras, funcionan como marco orientador y facilitador del proceso grupal.) Objetivos comunes: Es fundamental para la creación de un grupo la existencia de un motivo o una meta que comprometa a los miembros del mismo y de direccionalidad a sus acciones. La claridad y aceptación de los fines aumenta la producción grupal y disminuye la probabilidad de que surjan sentimientos hostiles entre los participantes.

Normas básicas de la acción grupal.

Las normas básicas nos proporcionan un marco mínimo en el que la acción conjunta puede llevarse a cabo de manera ordenada, organizada y armoniosa. Para ello, es necesario que los miembros del

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grupo acepten dichas normas o, en el mejor de los casos, sean ellos mismos quienes las elaboren. Ambiente armonioso . El ambiente físico es el espacio material donde el grupo actúa, cuya influencia es determinante para lograr una efectiva participación de sus miembros y de esta manera alcanzar una interacción real. El ambiente físico adecuado en relación al tamaño del grupo, estimula la creatividad y la resolución de los problemas que se presenten, ya que permite a sus participantes establecer una relación “cara a cara" facilitando el dialogo, lo cual va a posibilitar la integración entre ellos, generando una real y efectiva comunicación. Confianza en uno mismo y en los demás . La seguridad en uno mismo y en los demás integrantes del grupo permitirá que cada individuo actúe espontáneamente, de manera original. La confianza dentro de un grupo brinda la libertad de criticar constructivamente los comportamientos, las actitudes y las formas de hacer las tareas sin provocar reacciones hostiles. Objetivos claros La formulación de los objetivos debe ser realizada en forma clara, con las metas a alcanzar debidamente explicitarlas, de lo contrario la tarea se tornará confusa y el grupo se dispersará. Es aconsejable que los objetivos estén relacionados con necesidades reales o problemas concretos que los miembros del grupo conozcan, de esta manera, aumentará su sentimiento de pertenencia y el interés por el logro de los mismos. Flexibilidad en la estructura grupal . Esta norma se refiere a la apertura por parte de los miembros del grupo en relación a la delimitación de metas, roles y normas; la aceptación de puntos de vistas diferentes; la implementación de la negociación grupal; etc.

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Consenso Un grupo debe tomar decisiones en función de los objetivos planteados procurando satisfacer las necesidades de sus integrantes. El hacerlo implica contemplar los intereses y las propuestas de todos, por ello, es necesario recoger las diversas opiniones para encontrar soluciones que contemplen, en el mejor de los casos, los distintos puntos de vistas. Evaluación continua La evaluación continua hace referencia a contemplar tanto el proceso grupal (desarrollo del acontecer grupal) como la obtención de los logros parciales y finales. De esta manera el grupo tiene información en forma permanente acerca de si se avanza hacia los objetivos establecidos o no. Lo cual le permitirá reelabora estrategias, modificar esquemas y tomar decisiones sobre la marcha. Análisis de la interacción grupal Existen diferentes interacciones en un grupo, donde las relaciones que se establecen están basadas generalmente en patrones de acción llamados costumbres, usos o hábitos sociales. Estas pautas de comportamiento sirven de orientación, dan seguridad y crean la sensación de estar respondiendo de forma adecuada a las distintas situaciones. Es por ello que los alumnos deben tomar conciencia del acontecer grupal en su totalidad (acciones positivas y negativas; obstáculos; boicots; potencialidades y virtudes; etc.) para lograr la autorregulación grupal y así alcanzar los objetivos propuestos.

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