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Prostitutas de las Perchas y Almería en general (Desde finales del Siglo XIX a los años 80 del Siglo XX). Reproducimos en PDF una seríe de artículos de Eduardo D. Vicente [email protected] , publicados en La Voz de Almería , en los que se pueden apreciar algunos aspectos sobre la vida de las prostitutas almeriense, y con más detenimiento las que oficiaban en Las Perchas, durante casi un siglo. Artículos profusamente ilustrados con fotos que recogen calles de la época. A CONTINUACIÓN DE LA PRESENTACIÓN SE ENCUENTRAN LOS ARTÍCULOS fueron tomados de Internet en Julio de 2014 1) Almería. Desde 1880 hasta la Guerra Civil . 2) Las Perchas. Desde la Guerra Civil a los años 80 del S.XX . A continuación micro-resumen de cada artículo basado en los subtítulos de los mismos. 1) Almería. Desde 1880 hasta la Guerra Civil. * El miedo a la sífilis (1). "El sanatorio de La Almedina". MARTES, 26 DE FEBRERO DE 2013. "En 1889 el Ayuntamiento habilitó una vivienda en el barrio de La Almedina para establecer un sanatorio de mujeres con enfermedades venéreas". "Los vecinos se sublevaron contra esta decisión". * Los burdeles de Almería (1) "Las pupilas de ‘la Teresona’". LUNES, 12 DE DICIEMBRE DE 2011. " Al abrigo del puerto y del negocio de la uva y la minería la ciudad se fue llenando de burdeles a finales del siglo XIX y "Fue célebre la casa ‘non santa’ de la Teresona,en la calle de Solis". En dicha calle como en otras hubo conflictos entre vecinos. También nos enteremos del papel de cicerone de los niños para guiar a los marineros. * Los burdeles de Almería (2) "Los escándalos de la calle La Unión" MARTES, 13 DE DICIEMBRE DE 2011 . "En 1894 los vecinos de la Plaza de San Pedro se enfrentaron al gobernador por los ‘líos’ que se organizaban en los burdeles". Almería ha cobrado fama y por toda la ciudad se extienden los burdeles y los conflictos vecinales. " Un año después multaban a las prostitutas callejeras con un duro". * Los burdeles de Almería (3) “Las detenciones en el Arresto". MIÉRCOLES, 14 DE DICIEMBRE DE 201 "En el verano de 1896 las prostitutas se paseaban en coches de caballos por el centro de la ciudad" lo que molestó a las clases bienpensantes. "En 1902 el nuevo gobernador civil, Bueso Bataller, inició una cruzada contra el vicio callejero", esta represión no estuvo exenta de denuncias de corrupción como pone de manifiesto "Guillermo Lindsay, cónsul de Inglaterra". * "El ambulatorio de las mujeres" de MARTES, 31 DE MAYO DE 2011. " Luis Díaz Plaza BIOGRAFIAS DE MUJERES ANDALUZAS http://historiamujeres.es/ [email protected]

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Prostitutas de las Perchas y Almería en general(Desde finales del Siglo XIX a los años 80 del Siglo XX).

Reproducimos en PDF una seríe de artículos de Eduardo D. [email protected] , publicados en La Voz de Almería, en los que se pueden apreciaralgunos aspectos sobre la vida de las prostitutas almeriense, y con más detenimiento las queoficiaban en Las Perchas, durante casi un siglo. Artículos profusamente ilustrados con fotos querecogen calles de la época.

A CONTINUACIÓN DE LA PRESENTACIÓN SEENCUENTRAN LOS ARTÍCULOS

fueron tomados de Internet en Julio de 2014

1) Almería. Desde 1880 hasta la Guerra Civil.2) Las Perchas. Desde la Guerra Civil a los años 80 del S.XX.

A continuación micro-resumen de cada artículo basado en los subtítulos de los mismos.

1) Almería. Desde 1880 hasta la Guerra Civil.* El miedo a la sífilis (1). "El sanatorio de La Almedina". MARTES, 26 DE FEBRERO DE2013. "En 1889 el Ayuntamiento habilitó una vivienda en el barrio de La Almedina para establecerun sanatorio de mujeres con enfermedades venéreas". "Los vecinos se sublevaron contra estadecisión".

* Los burdeles de Almería (1) "Las pupilas de ‘la Teresona’". LUNES, 12 DE DICIEMBRE DE2011. " Al abrigo del puerto y del negocio de la uva y la minería la ciudad se fue llenando deburdeles a finales del siglo XIX y "Fue célebre la casa ‘non santa’ de la Teresona,en la calle deSolis". En dicha calle como en otras hubo conflictos entre vecinos. También nos enteremos delpapel de cicerone de los niños para guiar a los marineros.

* Los burdeles de Almería (2) "Los escándalos de la calle La Unión" MARTES, 13 DEDICIEMBRE DE 2011 . "En 1894 los vecinos de la Plaza de San Pedro se enfrentaron algobernador por los ‘líos’ que se organizaban en los burdeles". Almería ha cobrado fama y por todala ciudad se extienden los burdeles y los conflictos vecinales. " Un año después multaban a lasprostitutas callejeras con un duro".

* Los burdeles de Almería (3) “Las detenciones en el Arresto". MIÉRCOLES, 14 DEDICIEMBRE DE 201 "En el verano de 1896 las prostitutas se paseaban en coches de caballos porel centro de la ciudad" lo que molestó a las clases bienpensantes. "En 1902 el nuevo gobernadorcivil, Bueso Bataller, inició una cruzada contra el vicio callejero", esta represión no estuvo exentade denuncias de corrupción como pone de manifiesto "Guillermo Lindsay, cónsul de Inglaterra".

* "El ambulatorio de las mujeres" de MARTES, 31 DE MAYO DE 2011. " Luis Díaz Plaza

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(1893-1944) fue practicante del Instituto de Higiene" y "Con el doctor Limones era el encargado dereconocer a las prostitutas cuando un día en semana iban a sellar la cartilla sanitaria"

2) Las Perchas. Desde la Guerra Civil a los años 80 del S.XX* El barrio de Las Perchas (1) "Las calles prohibidas de la Hoya Vieja" LUNES, 19 DEDICIEMBRE DE 2011. "Las casas de ‘Las Perchas’ nacían bajo el torreón de La Alcazaba. Eranviviendas pobres de un par de habitaciones donde trabajaron muchas mujeres de la vida". LasPerchas fue el barrio oficial de las prostitutas" desde el fin de la Guerra Civil hasta los años 70."Aparecía detrás de la plaza del Ayuntamiento,entre los cerros de La Alcazaba y el de SanCristóbal". Junto a rasgos de como se ejerce el "oficio", el artículo también nos descubre la faltamás elemental de infraestructuras (ni agua corriente, ni alcantarillado) y como se origina unaactividad económica a su alrededor.

* El barrio de Las Perchas (2) "Los tiempos de Luisa ‘la Tuerta’". "Fue una de las mujeres másdistinguidas que pasaron por el barrio de Las Perchas". Personaje mítico que se codeaba en loslugares de la alta sociedad almeriense, entre las que se le suponía clientes-amantes de postín."Estuvo ejerciendo hasta la vejez,cuando aún conservaba la ‘amistad’ de algún amante fiel".

* El barrio de Las Perchas (3). "Cuando bajaban los quintos de Viator". MIÉRCOLES, 21 DEDICIEMBRE DE 2011, "Los domingos era el día de los quintos que venían del Campamento conlos instintos a flor de piel, Traían poco dinero,pero les hacían precios especiales". "Había mujeresque eran capaces de despachar a cuatro o cinco soldados, uno detrás de otro". Días de apogeo sevivían cuando venían barcos de guerra y las vacas flacas en Navidad y Semana Santa.0 DE DICIEMBREDE 2011

* El barrio de Las Perchas (4) "De los guitarristas a la desaparición". JUEVES, 22 DEDICIEMBRE DE 2011. "Los ‘tocaores’ amenizaban las juergas entre los clientes y las prostitutas enel esplendor de los años cincuenta". En los 70 de siglo XX, "veinte años después comenzó ladecadencia de aquellas formas de vida". "El barrio de Las Perchas estaba tan pegado al edificio delAyuntamiento que algunos de los bares que se alimentaban de aquella vida estaban instalados enlos mismos soportales de la Plaza Vieja."

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Hubo un tiempo en el quelas enfermedades detransmisión sexual seconsideraban tan indig-

nas de la especie humana que lasllamaban “enfermedadas prohi-bidas”. Hubo un tiempo en el queeste tipo de males estuvieron tanperseguidos que ni en el Hospitalde Santa María Magdalena, el úni-co que existía en la ciudad, eranadmitidos como internos loshombres y las mujeres que las pa-decían. A partir del siglo dieci-nueve las normas que prohibíansu entrada empezaron a relajar-se y se autorizó su ingreso en lassalas de cirugía, hasta que en elúltimo tercio del siglo se consi-guió habilitar dos recintos paraatender exclusivamente a enfer-mos venéreos, la sala de San Josépara las mujeres y las salas deSanta Rosa y de San Cosme paralos hombres.

En 1889, la sala de mujeres sequedó pequeña para acoger a lasdecenas de muchachas que pro-cedentes de la prostitución lle-gaban al Hospital con los sínto-mas de la sífilis. Era una épocadonde la ciudad era conocida porsus burdeles, en los que convivíauna prostitución controlada en laque se examinaba la salud de laspupilas con reconocimientos pe-riódicos, y una prostitución des-organizada, en muchos casos ca-llejera, caldo propicio para el des-arrollo y contagio de las enfer-medades de transmisión sexual.

En la primavera de 1889 elAyuntamiento habilitó una vi-vienda de su propiedad, en el ba-rrio de La Almedina, para esta-blecer allí un Hospital de Higienedestinado a prostitutas enfermas.La casa estaba situada en la an-

tigua calle de Toneleros (hoy Ci-cerón) y tenía fachadas a la ca-lle Real de La Almedina por el sury a la calle de Ulloa por el flanconorte. Cuando los vecinos del ba-rrio tuvieron conocimiento deltraslado de las prostitutas conta-giadas desde el Hospital Provin-cial al nuevo sanatorio, se levan-taron en contra de la decisión mu-nicipal al considerar que se poníaen riesgo la salud física y moralde sus familias.

El conflictoEn julio de 1889 los vecinos ma-nifestaron su intención de des-alojar la calle si el Ayuntamientollevaba a cabo su propósito de es-tablecer allí el llamado Hospitalde Higiene. Pero las protestas noencontraron el resultado que es-peraban y un mes después el sa-natorio de contagiosas quedó ins-talado, según la versión munici-pal: “en un sitio de escasa con-currencia y en una casa aislada eindependiente de la calle de la Al-medina”.

Los vecinos unieron sus fuer-zas para evitar el traslado de lasprostitutas y elaboraron un es-crito que enviaron a las autori-dades municipales y a la prensalocal. “La casa en la que se va aestablecer el Hospital para en-fermas procedentes de las casasde lenocinio se encuentra en lacalle Real de la Almedina, pormás que ésta también se comu-nique con la que el Ayuntamien-to posee en la calle de Tonelerosesquina a la de Ulloa”, decían losafectados.

Se quejaban de que ni el edifi-cio elegido reunía las condicio-nes sanitarias deseadas, ni la mo-ralidad pública resultaba favore-cida con la presencia de un esta-blecimiento de ese género en unlugar tan céntrico de la población.Basaban su protesta en el artícu-

48 laVoz de Almería LA VOZ DE ALMERÍAMARTES, 26 DE FEBRERO DE 2013

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A LA ÚLTIMA

Aparece un dibujoinédito al restaurar uncuadro de Picasso

ARTE

● En 1889 el Ayuntamiento habilitó una viviendaen el barrio de La Almedina para establecer unsanatorio de mujeres con enfermedades venéreas ● Los vecinos se sublevaron contra esta decisión

La restauración del 'Retratode la madre del artista' de Pa-blo Picasso ha puesto al des-cubierto el dibujo 'Persona-je con pipa', situado en el re-verso de la obra y boca a aba-jo, inédito, sin inventariar ydel que los investigadores es-tán confirmando la autoría,posiblemente del artista ma-lagueño, según ha explicadola jefa del departamento deconservación del Museo Pi-casso de Barcelona, Reyes Ji-ménez.Este dibujo apareció en el re-verso del retrato durante larestauración, y, como puntode partida, los conservado-res se basan en el examencomparativo con el 'Busto decaballero del siglo XIX', un

dibujo perteneciente a la co-lección del museo que per-mite considerar que este di-bujo correspondería a unejercicio de formación: "Nose sabe la autoría, está enfase de estudio por sus simi-litudes"."Técnicamente esta obra esmuy parecida al retrato, encuanto a tipo de papel e in-terpretación del claroscuro",ha señalado Jiménez, que haexplicado que 'Retrato de lamadre del artista' es del 1896.El dibujo del reverso fue eje-cutado con anterioridad ydesestimado antes de que elartista llevara a cabo el re-trato de su madre, siendoésta la única certeza sobre elnuevo dibujo, ha señalado larepresentante de la pinaco-teca.

Calle Clarín a comienzos del siglo pasado. Los vecinos del barrio de La Almedinase ‘sublevaron’ contra el hospital de mujeres instalado por el Ayuntamiento.

lo 106 de la ley de 20 de enero de1822, que establecía terminante-mente que los hospitales debíanubicarse en los puntos extremosde la población, así como en el re-glamento de la policía sanitariade mujeres públicas de 10 deagosto de 1864, en el que se pro-hibía que las casas de prostitu-ción estuvieran cerca de las ca-lles concurridas.

“¿No comprende el Ayunta-miento la justísima alarma de losvecinos que tienen familia a quiendar ejemplo con la presencia deun hospital de mujeres enfermas,producto de la más asquerosaprostitución y de los vicios másrepugnantes, desgraciadas muje-res en las que una larga vida de li-cencia ha hecho perder toda ideade pudor, hallándose de ordina-rio en desnudez casi completa yofendiendo con sus actos y con

sus costumbres a las pacíficas fa-milias que viven en estos tan con-curridos lugares de la Almedinaa que nos referimos?”, pregunta-ban los vecinos en su carta.

Los reclamantes estimaban quela vivienda elegida no reunía lascondiciones de higiene mínimasal estar situada en un piso bajo,húmedo y mal ventilado “dondeharán frecuentes exhibicionespor las ventanas del mal llamadohospital y podrán salir impune-mente a la puerta haciendo ex-hibición de su triste y mísera con-dición de mujeres enfermas y ma-las costumbres”, aseguraban.

El documento llevaba la firmade Eduardo de Cáceres, Francis-co Robles, José Carmona, Anto-nio Vivas, Manuel Pérez, AntonioDíaz, Manuel Serrano, Gaspar Pé-rez, Antonio Hernández y RamónHueso, vecinos del barrio.

El miedo a la sífilis (1)

El sanatorio deLa Almedina

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Brotaban los burdeles enlos callejones que con-ducían al muelle, comoflores de un tiempo

donde la minería y el negocio dela uva llenaban de vida la ciudad.

A finales del siglo diecinueve,los barrios próximos al puerto sellenaron de casas ‘non santas’donde se ejercía la prostituciónante la indignación de un sectorde la sociedad que había em-prendido una cruzada para in-tentar frenar la vertiginosa ex-pansión del viejo oficio.

Había casas de lujo, conforta-bles y discretas, preparadas paralos personajes importantes de lasociedad almeriense. Había tam-bién nidos modestos donde seinstalaba un tipo de prostituciónpobre e insalubre que era el quemás molestaba a los vecinos. Enel invierno de 1894, se presentóuna denuncia ante las autorida-des por la aparición de “una casanon santa en la calle de la Infan-ta, que más parece un corral queotra cosa, y donde se presencianescenas desgarradoras que soncapaces de hacerle hablar a unmarmolillo”, contaba el comuni-cado.

Los vecinos de la calle Real,ante la proliferación de casas decitas y la presencia de prostitutaspululando por el barrio, se unie-ron para pedir ante el GobiernoCivil y el Ayuntamiento que pro-hibieran al menos que las muje-res “salgan de sus lupanares parallamar a los transeúntes, ni sepermitan cantos obscenos comosucede todos los días”, denun-ciaban.

Entre los prostíbulos más acre-ditados de aquella época estabala casa de ‘la Teresona’. Ocupabaun hermoso edificio de dos plan-tas de la calle de Solis, uno de loscallejones que unían la calle Realcon el entorno de La Catedral.

‘La Teresona’ era célebre por-que tenía a sus órdenes a las mu-chachas más bellas de la ciudady porque siempre estaba velandopara que no ocurriera ningún su-ceso que manchara el buen nom-bre de su casa.

Si un cliente no seguía las nor-mas de comportamiento estable-cidas, no dudaba en llamar a losguardias para que se lo llevarandetenido. En marzo de 1894, eldiario La Crónica Meridional dabala noticia de un hecho ocurridoen el citado prostíbulo. “Antea-noche fue conducido a la pre-vención un individuo conocidopor Frasquito Faldetas, que pro-movió un escándalo en una casade la calle Solis”.

Los marinerosLos prostíbulos vivían de la acti-vidad del puerto. Los días que lle-gaban barcos el negocio estabaasegurado. Como la competenciaentre los burdeles era grande, losmás importantes tenían a su ser-vicio a unos curiosos personajesque se dedicaban a ir al muelle enbusca de clientes para conducir-los al nido del pecado.

La proliferación de estos ‘guías’hizo que la opinión pública de-nunciara la actividad que des-arrollaban por considerarla in-digna. El 28 de noviembre de 1894un artículo del periódico señala-ba que “es lamentable lo que su-cede con ciertos granujillas ape-nas llega un buque extranjero anuestro puerto. En cuanto saltana tierra los marineros, se dirigen

a ellos ofreciéndose como cice-rones para enseñarles las casasnon santas y cuanto inmoral ocensurable desean conocer aque-llos, a cambio de una miserablemoneda de cobre”.

Los marineros eran carne detaberna y prostíbulo, una com-binación que muchas veces ter-minaba en escándalo público. Unmes antes de la Navidad de 1894,las pupilas de la casa de ‘la Tere-sona’, que aquella noche teníanganas de diversión, le gastaronuna broma de mal gusto a un gru-po de marinos del crucero Etru-ria que había llegado a nuestropuerto. Iban los marineros por elcallejón cuando desde una de las

ventanas les arrojaron varias za-fas de agua. Los jóvenes se ven-garon rompiendo los cristales devarias viviendas, suceso que des-pertó a todo el barrio y obligó a laintervención de la policía local ya la detención de los promotoresdel suceso.

Las familias honradas que viví-an cerca de la calle de Solis soli-citaron la clausura del burdel, de-nunciando además la molesta pre-sencia en la zona del hombre delorganillo “que da la lata hasta lamadrugada con un carro del quetira un caballejo, en el que hacesonar su músico instrumento lomismo de día que de noche”, ex-plicaban los vecinos.

Antigua fotografía de la vieja calle de Solis, que se hizo popular a finales del sigloXIX por la proliferación de burdeles. Al fondo la céntrica calle Real.

● Al abrigo del puerto y del negocio de la uva yla minería la ciudad se fue llenando de burdelesa finales del siglo XIX ●Fue célebre la casa ‘nonsanta’ de la Teresona,en la calle de Solis

56 laVoz de Almería LA VOZ DE ALMERÍALUNES, 12 DE DICIEMBRE DE 2011

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A LA ÚLTIMA

Jennifer Lopez yMarc Anthonypodrían llegar a un acuerdoYa lo decía la canción: "Com-pañeros, siempre fuimoscompañeros de alegría y detristezas". Así lo entiendenJennifer Lopez y Marc An-thony. Su romance, sus idasy venidas y sus hijos en co-mún confirman un gran amory estima por parte de la pa-reja. Ello ha dado como re-sultado un divorcio amisto-so en el cual puede que laspartes lleguen a un acuerdo.La pareja es de las pocas enHollywood que ha consegui-do sentarse a negociar. Lejosde llevar un divorcio escan-daloso al más puro estilo KimKardashian y Kris Humph-ries, Jennifer y Marc han pre-ferido la calma y, alejados delos medios, están llevando a

DIVORCIO INTELIGENTE

cabo los trámites de su se-paración, mediante un acuer-do común. Tras siete años dematrimonio, la pareja anun-ció en julio su separaciónafirmando que no tenían "nin-guna prisa" para hacer oficialsu divorcio civil. Tanto es asíque, de hecho, han pasadomeses desde que la parejarompiese su relación y aúnno lo han hecho frente a laLey. Según una fuente cerca-na a la pareja ha declaradoque ellos están tratando dellegar a un acuerdo antes dehacer oficial su divorcio y es-tablecer una fecha para elmismo: "Marc y Jennifer tie-nen muchas cosas en común:casas, negocios y son pro-pietarios minoritarios delequipo de fútbol americanoMiami Dolphins.

Las pupilas de‘la Teresona’

Los burdeles de Almería (1)

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Los burdeles aparecían enlos barrios principales, enlas calles más insospe-chadas del centro, medio

ocultos entre las casas de las fa-milias decentes. En los últimosaños del siglo diecinueve surgíanlas casas de citas en todos losrincones de la ciudad, desde lacalle de Granada hasta el barriode las Almadrabillas, buscandosiempre el negocio seguro de losmarineros de los barcos.

Había lugares tan marcados porla prostitución que los vecinos vi-vían en pie de guerra de formapermanente. Uno de los rinconesmás castigados por la presenciaconstante de las mujeres de lavida era la calle de la Unión, unestrecho y discreto callejón entrela calle Real y la Plaza de San Pe-dro. Unos días antes de la Feriade 1894 eran tan grandes los tu-multos que las mujeres y susclientes organizaban en el lugarque los vecinos se unieron pararecoger firmar y solicitar a las au-toridades superiores de Madridque tomaran las medidas opor-tunas. “Rogamos que pongan cotoa estos escándalos y den órdenesal gobernador civil para que man-de que desaparezcan de allí ta-les mujerzuelas”, pedían en un es-crito en el que salían muy mal pa-rados los políticos de la ciudad.

Los vecinos formaron una co-misión para hablar directamen-te con el señor Varcárcel, go-bernador civil, que molesto porla carta de quejas que éstos ha-bían dirigido a Madrid, les con-testó que se mudaran de calle sino querían soportar las juergas

que allí se formaban.Todos los días, al caer la tarde,

las prostitutas de la calle de LaUnión salían de sus guaridas y seinstalaban en la Plaza de Urrutiay frente a la puerta lateral de laiglesia de San Pedro, para mos-trar su ‘mercancía’ a los transe-úntes.

Los vecinos, que no encontra-ban solución a su problema, se di-rigieron entonces al Ayunta-miento pidiendo que se cumplie-ra con rigor el artículo de las Or-denanzas Municipales que decía:“Las mujeres públicas que diesenescándalos, si fueran forasteras,el alcalde las mandaría al pueblode su procedencia y si fuesen dela capital serán enviadas a extramuros”.

Multas de cinco pesetasEn julio de 1895, la presencia deprostitutas por las calles céntri-cas eran tan habitual que hastaun periódico de Málaga dio la no-ticia: “En Almería las noches quehay música en el Paseo acudena éste las ninfas sin que la policíase cuide de echarlas de allí”.

La presión social fue creciendohasta que el gobernador civil sevio obligado a tomar medidas ydispuso que fueran multadas concinco pesetas “las mujeres de vidaairada siempre que se exhiban enpaseos, calles y otros lugares pú-blicos”. Ordenó que la policía ex-tremara el rigor en la recogida dearmas por las casas y por las ca-lles, y en la persecución de “gen-tes de mal vivir”, con especialatención a las mujeres de la vidaque aprovechaban la oscuridadde la noche para exhibirse y pres-tar sus servicios en cualquier es-quina o solar de la ciudad.

Pero la actividad en los prostí-bulos no cesaba y las llamadas ca-

sas non santas siguieron prolife-rando por todos los barrios de Al-mería. Los vecinos de la calle deAlmanzor Alta, por donde se ac-cedía a La Alcazaba, se subleva-ron en la plaza del Ayuntamien-to, pidiendo que cerraran variosprostíbulos que se habían esta-blecido en dicha calle “viéndoseescenas poco decentes y promo-viendo además escándalos a al-tas horas de la madrugada”.

En la calle Tejares, la principaldel barrio de las Almadrabillas,denunciaron a “dos ninfas que sehan establecido en la casa pro-piedad de don Francisco Ramí-rez García, que están dando unejemplo punible a las doncellas ycasadas de dicha calle”.

Las denuncias vecinales llega-ban también por los frecuentes

escándalos que se producían enla Plaza de la Constitución, la ca-lle de Panaderos, Solis, Real, laEncantada y la calle del Aire.

En el mes de septiembre de1895 las autoridades locales tu-vieron que hacer frente a otroproblema añadido contra la mo-ral pública, el incremento de lapornografía en la ciudad. Se habíadetectado la circulación masivade folletines que mostraban gra-bados con las escenas “más de-plorables” que se podía imaginar.

“Sigue imperando la pornogra-fía con todos sus aspectos bruta-les, y además son pocas las fa-chadas de las casas de esta capi-tal donde no aparecen sus repug-nantes manifestaciones”, denun-ciaba un artículo del periódico LaCrónica Meridional.

En la antigua calle de Almanzor Alta, por donde se accedía a La Alcazaba, seprodujo una sublevación vecinal contra dos casas no santas allí establecidas.

● En 1894 los vecinos de la Plaza de San Pedrose enfrentaron al gobernador por los ‘líos’ que seorganizaban en los burdeles ●Un año despuésmultaban a las prostitutas callejeras con un duro

56 laVoz de Almería LA VOZ DE ALMERÍAMARTES, 13 DE DICIEMBRE DE 2011

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A LA ÚLTIMA

La sequía en Europacentral, visible desdeel espacioLa sequía resultante de unotoño excepcionalmente cá-lido y seco en Europa estásiendo seguida en detalle porla misión SMOS de la Agen-cia Espacial Europea (ESA).Las imágenes divulgadas estemiércoles muestran la com-paración de la humedad delsuelo en noviembre de 2010y un año después.

Como la mayor parte deeste año, este otoño ha sidoespecialmente seco. En losPaíses Bajos, por ejemplo,sólo cayeron en promedio 9litros por metro cuadrado delluvia en noviembre, compa-rado con el promedio de 82de hace un año. De acuerdocon el Real Instituto Meteo-rológico de Holanda KNMI,noviembre fue el más secodesde que comenzaron los re-

EL OTOÑO MÁS SECO

gistros en 1906.El tiempo seco en Alemaniano sólo ha obligado a inte-rrumpir la navegación en elRhin y el Elba, sino que tam-bién ha provocado reciente-mente un incendio forestalen Baviera.

La Agencia Ambiental delReino Unido dice que inclu-so si Inglaterra registrase elnivel promedio de precipita-ciones durante el invierno yla primavera próximos, espoco probable que algunaszonas se recuperen por com-pleto de la sequía de este2012.

La falta de lluvia en todaEuropa se refleja en las lec-turas del observatorio orbi-tal de humedad del suelo ysalinidad de los océanos(SMOS) de la ESA.

Los escándalos dela calle La Unión

Los burdeles de Almería (2)

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La batalla de las clases so-ciales que defendían a ra-jatabla la moral públicacontra las mujeres de la

vida era constante. Si no eran bas-tante las quejas por la presenciade prostitutas en balcones, callesy plazas, en el verano de 1896 sedesató una nueva polémica al de-tectarse que muchas de estas mu-chachas tomaron la costumbrede pasearse por las calles céntri-cas subidas en coches de caba-llos. “Cuando salía la gente de lostoros, entre las filas de carrua-jes que recorrían el Paseo, figu-raban varios coches ocupadospor mujeres de mal vivir que ibanarmando jaleo y provocando”,contaba una de las noticias delperiódico La Crónica Meridional.

La conmoción en la ciudad fueimportante en aquellos días por-que las ninfas, aprovechando laoscuridad de la noche, salían a to-mar el fresco como damas en suscarrozas, mostrando sus cuerposa los hombres con los que se cru-zaban en el camino. Los carrua-jes, cargados de putas, atravesa-ban el Paseo, la calle Gerona,Real, Eduardo Pérez y llegabanhasta la Plaza de La Catedral, can-tando, riendo, desatando las irasde muchos vecinos que termina-ron por presentar un escrito anteel alcalde denunciando “las ver-gonzosas escenas que provocanlas mujerzuelas y sus compinchesque con frases poco cultas albo-rotan el barrio hasta de madru-gada”.

Hasta en las mismas puertas delAyuntamiento se amontonabanlos escándalos por el problema

de la prostitución. Por esas fechasse estableció un burdel en unacasa de la Plaza de la Constitu-ción y lo hizo con ciertas limita-ciones por parte de la autoridad.Obligaron a la dueña a que abrie-ra una puerta a la espalda del edi-ficio para que se produjera porallí el tráfico de clientes, y a queclavara las ventanas que dabana la plaza para que no se vieranlas escenas del interior, y a quetuviera cerrados los balcones ylos cristales pintados de blanco.

La llegada de Bueso BatallerNinguno de los gobernadores ci-viles que pasaron por la ciudaden los años finales del siglo die-cinueve y los comienzos del vein-te se implicó tanto en la luchacontra la prostitución como donJosé Bueso Bataller.

Llegó a Almería en junio de1902 y nada más tomar posesiónde su cargo ordenó que las muje-res de “mal vivir” no salieran a lacalle a exhibirse y a provocar alos transeúntes, amenazando conimponer fuertes multas no sólo alas pupilas, sino a las dueñas quedirigían los establecimientos.

En su afán por restablecer lamoral pública, tan entredicha enla Almería de entonces, el nuevogobernador sacó a la calle un ban-do obligando a todas las tabernasde la ciudad y a los estableci-mientos de bebidas a cerrar suspuertas a las doce de la noche.

Bueso Bataller fue endure-ciendo las normas para intentaracorralar los negocios turbios. Or-denó también que en todas las ca-sas de lenocinio se sustituyeranlas verjas de hierro por puertasde madera para evitar exhibicio-nes, y que se fijaran carteles enlas fachadas informando que laspupilas no podían ser retenidas

en las casas en contra de su vo-luntad.

Fueron numerosos los casos demujeres que fueron conducidashasta las dependencias del Arres-to Municipal por incumplir lasnormas del gobernador. Allí pa-saban la noche y a veces, si tení-an para pagarla, se les imponíauna pequeña multa.

El Arresto se convirtió en el ca-labozo provisional de las prosti-tutas y también de los clientes al-borotadores. Era muy habitual enaquella época que los marineros,sobre todo los extranjeros quellegaban al puerto a por la uva oel mineral, montaran grandesjuergas cuando pisaban tierra.Sus lugares de diversión no eranotros que las tabernas y los pros-

tíbulos, donde eran conducidospor los ‘pimpes’, los guías que seencargaban de buscar clientespara los burdeles.

En el invierno de 1903, Guiller-mo Lindsay, cónsul de Inglaterra,dirigió una protesta a las autori-dades locales por las cantidadesde dinero que se le imponían a lostripulantes de los buques británi-cos que eran llevados al Arresto.“Se me presentan cuentas exor-bitantes por el encargado de eseArresto, pidiéndome también di-nero por derechos de conduc-ción”, decía el cónsul en el docu-mento que presentó en el Ayun-tamiento, en el que también seatrevió a denunciar presuntos ca-sos de corrupción entre los fun-cionarios del calabozo.

La calle Eduardo Pérez era uno de los lugares que recorrían las mujeres de la vidaen sus paseos en coches de caballos por el centro de Almería. Foto F. Díaz

●En el verano de 1896 las prostitutas se paseabanen coches de caballos por el centro de la ciudad●En 1902 el nuevo gobernador civil, BuesoBataller, inició una cruzada contra el vicio callejero

56 laVoz de Almería LA VOZ DE ALMERÍAMIÉRCOLES, 14 DE DICIEMBRE DE 2011

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A LA ÚLTIMA

Joan Manuel Serrat,premio Especial OjoCríticoJoan Manuel Serrat es el pre-mio Especial Ojo Crítico2011, un reconocimiento conel que el programa culturalde Radio Nacional distinguesu trayectoria profesional"por haberse convertido enun símbolo mundialmenteconocido de la cultura espa-ñola y en especial de nuestracultura popular desde sus ini-cios en la nova cançó". "Por crear composiciones tanbellas que perduran en la me-moria de varias generacionesy en el espíritu de personasde todo tipo de ideologías.Música con un talento so-bresaliente, que ha llenadode notas los versos que he-redamos de Miguel Hernán-dez, Antonio Machado o Ma-rio Benedetti".

RADIO NACIONAL

También le ha premiado "por-que gracias a sus cancionesy a aquellas pequeñas cosas,hoy puede ser un gran día,porque de vez en cuando lavida esconde una receta paraun filtro de amor infalible"."Porque sin Serrat la bandasonora de este país olería me-nos al mediterráneo y seríamenos Lucía, menos fiesta ymenos para la libertad", ar-gumenta.Los premios 'Ojo Crítico' fue-ron creados por el programacultural de Radio Nacional'El Ojo Crítico' hace veinti-dós años con el objetivo depremiar a jóvenes talentos.Estos galardones se han con-vertido en uno de los mejo-res apoyos para la difusión yla promoción de artistas quecomienzan sus carrera.

Las detencionesen el Arresto

Los burdeles de Almería (3)

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Estuvo empleado en unanotaría cuando era unmuchacho, hasta quese sintió atraído por la

enfermería y fue aprendiendo eloficio de practicante en el Hos-pital Provincial. En 1917 aprobólas oposiciones de asistencia pú-blica domiciliaria y pidió que leconcedieran la plaza de Cabo deGata. Los años vividos en aquelretiro en contacto con la gentede la mar, fueron decisivos ensus primeros años de profesióny también en su vida sentimen-tal. En Cabo de Gata conoció aFrancisca Gómez, la mujer conla que contrajo matrimonio en1918.

Allí estuvo ejerciendo su oficioen un tiempo en el que los prac-ticantes de los pueblos pequeñostenían que tener conocimientosde medicina porque la gente losrequerían como si fueran docto-res. Cuando regresó a Almeríaingresó en el Instituto Provincialde Higiene, plaza que mantendríahasta el último día de su vida.

En los años veinte, cuandoLuis Díaz Plaza llegó a su nuevodestino, el Instituto de Higieneestaba situado en un viejo edifi-cio de la calle Beloy, cerca de lacasa de los Jesuitas, donde per-maneció hasta su traslado a lacalle de Gerona. Por las maña-nas era el secretario de la ofici-na de Higiene y por la tarde sededicaba a ejercer su vocaciónde practicante en el distrito quin-to. Entonces, los practicantes re-corrían la ciudad a pie o en co-ches de caballos si las distanciaseran largas o si se trataba de uncaso urgente.

Luis Díaz visitaba toda la zonade Duimovich y las calles próxi-mas al Quemadero y a la Ramblade Alfareros. Iba a las casas don-de lo llamaban y allí donde teníaun enfermo al que había que aten-der a diario. Ponía inyecciones, co-sía las heridas y practicaba todotipo de curas, desde infeccionesde la piel hasta dolencias de laboca.

El día de la revisiónEn el Instituto Provincial de Hi-giene trabajó durante años al ladodel prestigioso doctor Juan Anto-nio Martínez Limones, que era elJefe de los Servicios de la LuchaAntivenérea en Almería. Tenía con-sulta pública por las mañanas y porlas tardes tenía su consulta priva-da en la calle Álvarez de Castro.

Un día a la semana, el médico yel practicante tenían que atendera las mujeres que ejercían la pros-titución. Se trataba de un recono-cimiento semanal al que estabanobligadas para poder seguir tra-bajando. La proliferación de en-fermedades como la sífilis, la go-norrea o el chancro, obligó a lasautoridades a extremar las medi-das preventivas entre las prosti-tutas, como grupo de riesgo máselevado.

Se les exigía tener al día lo queentonces se llamaba la cartilla sa-nitaria, que era el salvoconductoque las autorizaba para seguir ejer-ciendo su profesión. En aquellosaños, las casas de citas abundabanpor los alrededores de la calle Realy la Plaza de Marín, además de laprostitución de barrio que tenía sucentro de operaciones detrás delAyuntamiento, en el popular arra-bal de Las Perchas.

El día que tocaba pasar el re-conocimiento, una procesión demeretrices llegaba hasta el Insti-

tuto de Higiene, donde el doctorMartínez Limones y su practican-te de confianza, Luis Díaz, ibanexaminando con detenimiento losórganos genitales de aquellas mu-jeres. Si no se les detectaba nin-guna anomalía les sellaban la car-tilla y a seguir trabajando, pero sihabía indicios de una enfermedad,las mandaban al Hospital acom-pañadas siempre de un agente depolicía.

Luis Díaz Plaza fue represaliado

después de la guerra civil por susideas políticas y durante meses es-tuvo suspendido de empleo y suel-do, aunque nadie le impidió seguirponiendo inyecciones y curandoheridas de casa en casa.

Cuando le devolvieron su pues-to en el Instituto de Higiene y tuvola oportunidad de recuperar denuevo todo su prestigio profesio-nal, la vida le tenía preparado unfinal inesperado. Un ictus cerebralse lo llevó el 8 de octubre de 1944.

Luis Díaz Plaza aprobó las oposiciones de asistencia pública sanitaria en 1918.Fue practicante del distrito quinto y del Instituto Provincial de Higiene.

●Luis Díaz Plaza (1893-1944) fue practicante delInstituto de Higiene ●Con el doctor Limones era elencargado de reconocer a las prostitutas cuandoun día en semana iban a sellar la cartilla sanitaria

56 laVoz de Almería LA VOZ DE ALMERÍAMARTES, 31 DE MAYO DE 2011

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A LA ÚLTIMA

Alaska, de rojopasión para su bodacon Mario Vaquerizo

Alaska y Mario Vaquerizo sehan casado en España y ya te-nemos las fotos de su paso porel registro civil. Conjuntadosen negro y rojo pasión, la pa-reja no se salió de sus estilis-mos habituales: vestido ceñi-dísimo para ella y pantalonespitillo para él.El pasado viernes 27 Alaska yMario Vaquerizo se convirtie-ron en marido y mujer ante lasautoridades españolas. La pa-reja se había casado en 1999en Las Vegas, pero querían for-malizar su unión en nuestropaís por motivos "burocráti-cos".La cantante de Fangoria llevópara la ocasión un vestidoajustadísimo de los que nos

MATRIMONIO

tiene acostumbrados, en co-lor rojo pasión y a cargo de sudiseñador fetiche, Little Joe.Como toda novia, Alaska nose olvidó del ramo -tambiénen rojo intenso- y lo conjuntócon unos peep toe del mismocolor. Un tocado negro con re-decilla y un pequeño bolso ce-rraban el conjunto. El maqui-llaje, el mismo que suele lucir:labios carmín y ojos ahuma-dos.Por su parte, Mario Vaquerizooptó por unos vaqueros ne-gros pitillo muy ajustados, ca-misa blanca, chaqueta negray corbata estrecha del mismocolor. Los zapatos, botines depunta afilada y también oscu-ros. Y para ir totalmente con-juntado con su mujer, en la so-lapa llevaba una flor roja delramo de la novia.A su llegada, la pareja confe-só estar muy nerviosa.

El ambulatoriode las mujeres

Los Díaz, familia de practicantes (I)

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56 laVoz de Almería LA VOZ DE ALMERÍALUNES, 19 DE DICIEMBRE DE 2011

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A LA ÚLTIMA

Shakira sigue aGerard Piqué hastaJapónHacía mucho que el Twitterde Shakira no tenía un alu-vión de fotos, pero su viajea Japón ha merecido el book.Aunque las instantáneas másespeciales son las que la ar-tista se ha hecho en el palcodel estadio, donde ha vistoganar al Barça su segundoMundial de Clubes. ¿SeráShakira el ángel de la guardade Gerard Piqué? El FC Barcelona ha conquis-tado el segundo Mundial deClubes de su historia trasarrollar al Santos brasileño(4-0) en la final disputadaeste domingo en el EstadioInternacional de Yokohama(Japón). Hasta allí como unafiel aficionada al club azul-grana ha llegado Shakira.

MUNDIALITO

"La victoria es nuestra", tui-teaba la artista, a la par quesubía una multitud de fotosdel campo. En ellas no seapreciaba con exactituddónde estaba su "sol", peroseguramente Shakira no haperdido de vista a Gerard Pi-qué durante todo el encuen-tro. Luciendo su corta melenita ycon una camisa de cuadros,Shakira ha permanecido enel palco muy sonriente y se-guramente deseosa de reen-contrarse con su chico paradarle la enhorabuena. No sabemos lo que pensaráGuardiola del seguimientoque Shakira le ha hecho alclub azulgrana, pero ajena aella, la artista ha dejado unosdías el micrófono para dis-frutar del país nipón.

Entre las calles de JoséMaría de Acosta y lamuralla de Jairán apa-recía el barrio de la

Hoya Vieja, un laberinto de calle-jones, de casas humildes, de pe-queños patios y cuestas, que porel norte terminaba en el arrabalconocido con el nombre de LasPerchas.

No existe ninguna teoría oficialpara justificar ese nombre, aun-que algunos se lo atribuían a lasformas que adquirían muchas vi-viendas del barrio que habían sidolevantadas sobre las rocas del ce-rro, y que por su verticalidad, da-ban la impresión de estar colga-das de perchas invisibles.

Lo que si es una certeza, es queLas Perchas fue el barrio oficialde las prostitutas y que estuvo fun-cionando como tal hasta finales

de los años ochenta, cuando laspalas derribaron las últimas vi-viendas que todavía quedaban enpie.

Las Perchas era un lugar aisla-do, prohibido, un barrio de muje-res donde iban los hombres enbusca de una escarceo rápido yeconómico. Era fácil perderse en-tre aquel entramado de callejue-las, sobre todo cuando empezabaa echarse la noche y los cuerposse convertían en sombras.

Tenía varios caminos de acce-so. Se podía llegar a través de lacalle de la Viña, en la bajada de LaAlcazaba. Por allí, las casuchasllegaban hasta los mismos pies deltorreón, trepando por las piedrasdel cerro. Estaban tan pegadas lasunas a las otras que en vez de ca-lles iban formando pasadizos deapenas un metro de ancho que ledaban al lugar un aire antiguo ydesolador. Este ala del barrio te-nía como referencia principal uncañillo que abastecía de agua po-

table a toda una manzana. Una es-cena habitual era ver a las muje-res, cada vez que tenían un clien-te, bajar con una zafa para llenarlade agua. Era el método que utili-zaban para lavarse y asear al‘amante’. Cuando terminaban elservicio, se asomaban a la puer-ta y desde allí lanzaban el agua su-cia a la calle.

El escaparateEjercían el oficio de una formaprimitiva, sentadas en los trancosde las casas o en sillas que aline-aban bajo el umbral de las puer-tas para exhibir sus cuerpos y lla-mar la atención de los clientes.En invierno, solían utilizar rudi-mentarios braseros que alimen-taban con leña que tenían que re-mover continuamente para queno se apagara. La imagen de aque-llas mujeres con las caras llenasde pintura, fumándose un ciga-rrillo, medio vestidas, iluminadas

por la luz y las sombras del fuegode la hoguera, le daban al lugar esaatmósfera de misterio y atracciónque siempre tuvo el barrio de lasputas.

La vía principal de acceso a LasPerchas era por la Plaza de Ma-rín y por el Ayuntamiento. Se pue-de decir que éste era el camino ofi-cial, donde surgían los pequeñosbares de paso en los que el visi-tante paraba a tomar una copa an-tes de buscar una mujer, o dondeiban algunos a invitar a sus pare-jas para celebrar la ‘conquista’.

Las putas daban mucha vida ala zona y al abrigo de ellas nacie-ron varias tabernas que fueron cé-lebres por las juergas que allí semontaban. Por las tardes, al os-curecer, llegaban los grupos dehombres, contrataban un equipode guitarristas, elegían a las mu-jeres más atractivas y se iban arematar la fiesta a las ventas de lasafueras, donde era más fácil pasardesapercibidos.

Las calles prohibidas de la Hoya Vieja

●Las Perchas fue el barrio oficial de las prostitutas ●Aparecía detrás de laplaza del Ayuntamiento,entre los cerros de La Alcazaba y el de San Cristóbal

Eduardo D. Vicenteepino@lavozdealmería.com

El barrio de Las Perchas (1)

Las casas de ‘Las Perchas’ nacían bajo el torreón de La Alcazaba. Eran viviendas pobres de un par de habitaciones donde trabajaron muchas mujeres de la vida

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El barrio de las prostitu-tas alcanzó su épocadorada en los años de laposguerra, cuando las

casas llegaban desde la esquinade Levante de La Alcazaba hastala calle Antonio Vico. El centrode operaciones iba desde la callePósito hasta la de la Viña, peromás allá también aparecían casassalpicadas donde se ejercía el vie-jo oficio, mezcladas con las vi-viendas de las familias decentes.

En aquellos años la zona se lle-nó de muchachas que llegaronhuyendo de alguna derrota: unaslo habían perdido todo en la gue-rra y venían de los pueblos a laciudad en busca de trabajo paraquitarse el hambre; otras eran ma-dres solteras que no tenían mássalida que la de vender su cuerpopara salir adelante.

Fueron muchas las mujeres quepasaron por el barrio y las que de-jaron su recuerdo en la memoriade la gente. Una de ellas fue Lui-sa ‘la Tuerta’, una señora de lospies a la cabeza, que por la esca-sez de aquellos tiempos tuvo quededicarse a la prostitución.

Dicen que era una puta distin-guida, con clase, que nunca per-dió la compostura y que hasta enlos años de la vejez, mantuvo eserastro de elegancia antigua que lahizo diferente.

Su presencia intimidaba: bienparecida, delgada, limpia, con unaseriedad aplastante y siempre conel ojo izquierdo tapado por unparche de gasa blanca que ocul-taba su minusvalía. Se dedicó a laprofesión con una dignidad ejem-plar. Nunca tuvo un chulo que le

sacara el dinero ni costeó vagos.Trabajaba para ella y se permi-tía el lujo de tener a su serviciouna criada que le llevaba la casacuando ella estaba trabajando. Lehacía la compra, la comida, le la-vaba la ropa, y procuraba quenada le faltara a su señora.

Luisa era una de esas mujerescon la que uno se cruzaba por lacalle y no podía imaginar que fue-ra prostituta. Era tan señora quese permitía la licencia de ir a pei-narse a la peluquería de AntoniaGranados, en la Plaza de San Pe-dro, una de las más prestigiosasde la época.

AmantesSu fama de mujer diferente y suexcelente cuerpo, le dieron tan-to prestigio que tenía amantes entodos los rincones de la provin-cia, hombres que venían a verlaal menos una vez al mes, algunoscargados de carne, de verdura, depatatas, de huevos.

Dicen que allá por los años cin-cuenta tuvo como ‘amigo’ a un ju-gador del Almería que había ve-nido de fuera, y que se quedóprendado de la categoría de aque-lla mujer. También se le relacio-nó con algún político importantey con conocidos hombres de ne-gocios de la Almería de entonces.

Luisa cuidaba mucho de su as-pecto físico y de la limpieza. Pordonde pasaba dejaba un perfumea jabón y a colonia y nunca fal-taba al reconocimiento médicoque una vez a la semana teníanque pasar las prostitutas en Sa-nidad para garantizar que no ha-bían contraído ninguna enferme-dad venérea. Si los doctores lesdaban el visto bueno, las mujeresse marchaban tan felices, con suscartillas selladas para poder se-guir ejerciendo el oficio que les

daba de comer.El día que tocaba médico, la

Plaza Vieja y la Plaza de Marín sellenaban de coches de caballospara recoger a las mujeres. Luisano se agrupaba como las otras,que se juntaban cuatro o cincopara pagar menos por el trans-porte; ella tenía su cochero deconfianza y siempre iba sola enel coche para marcar otra vez lasdiferencias.

Luisa ‘la Tuerta’ estuvo vincu-lada durante toda su vida al ba-rrio de Las Perchas. Allí pasó sujuventud y también los días de lavejez. Yo la recuerdo, ya muy ma-yor, con su eterno parche cu-briéndole el ojo, cuando bajaba

desde su casa en la calle de Sola-no agarrada del brazo de algúncliente fiel que la invitaba en unode los bares de los alrededores.

Ya no tenía el esplendor de losbuenos tiempos para atraer a losjóvenes, pero conservaba la clasesuficiente para que algunos de susparroquianos de toda la vida su-pieran valorar su compañía.

Por las mañanas solía frecuen-tar la churrería de la calle Maria-na para comprarse unas porras ytomarse después un café en el Bar‘El Paso’. Más de una vez me lacrucé en el mostrador de la con-fitería de ‘La Flor y Nata’, dondeella iba a por una media luna paramojarla en la leche.

Al fondo, las pequeñas viviendas del barrio de Las Perchas, que llegaban hastalos pies del cerro de San Cristóbal, aunque las casas de las prostitutascontinuaban, de forma salpicada, hasta la calle Antonio Vico

● Fue una de las mujeres más distinguidas quepasaron por el barrio de Las Perchas ● Estuvoejerciendo hasta la vejez,cuando aún conservabala ‘amistad’ de algún amante fiel

56 laVoz de Almería LA VOZ DE ALMERÍAMARTES, 20 DE DICIEMBRE DE 2011

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A LA ÚLTIMA

Jessica Buenoconfirma que nohabrá boda con KikoRiveraEn tan sólo un mes la vida dela sevillana y el hijo de IsabelPantoja ha experimentado uncambio radical. De anunciara bombo y platillo que esta-ban esperando un hijo y queiban a pasar por el altar hanvisto como repentinamentetodo se venía abajo. Tras elrepentino aborto natural quesufrió Jessica han decididopensárselo mejor y esperarun poco para pasar por el al-tar. Vestida de novia la mo-delo confirmaba que por elmomento no va a pasar ca-sarse con su novio Kiko Ri-vera. Y es que tras haber per-dido el hijo que esperabanjuntos, han optado por apla-zar el enlace."Al final por los percances

DE MOMENTO

que han ido pasando, hemosdecidido hacer las cosasbien, disfrutar de lo que esuna celebración de una boda,notan precipitada y lo hemosdejado ahí un poco", asegu-raba Jessica cuando le pre-guntaban por la proximidaddel enlace que estaba previs-to para el mes de enero.La joven no obstante añadióque de todas formas avisarí-an a la prensa con la nuevafecha. La ex Miss Sevilla dejóclaro que para ella esa "ilu-sión" de pasar por el altar jun-to a Kiko "sigue en pie" y quelo de adelantar la boda fue acausa de su maternidad perotal y como están las cosasahora, la pareja ha decididoesperar y afirma que "cuan-do tenga que llegar, llegará".

Los tiempos deLuisa ‘l a Tuerta’

El barrio de Las Perchas (2)

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56 laVoz de Almería LA VOZ DE ALMERÍAMIÉRCOLES, 21 DE DICIEMBRE DE 2011

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A LA ÚLTIMA

Bruselas admite unriesgo creciente detormenta solar"catastrófica"La Comisión Europea hapresentado un informe en elque califica de "creciente" elriesgo de que se produzcaun evento tecnológico (cau-sado por una tormenta so-lar) de dimensiones "catas-tróficas" que afecte a las in-fraestructuras terrestres,como las redes eléctricas,de telecomunicaciones, denavegación por satélite o labanca.Según ha señalado el Ob-servatorio del Clima Espa-cial de la Asociación Espa-ñola de Protección Civilpara los Eventos ClimáticosSeveros y la Prevención Nu-clear, en declaraciones aEuropa Press, esta postura

COMISIÓN EUROPEA

de la Comisión Europea seune a la que mantienen, des-de hace tiempo, los gobier-nos estadounidense y britá-nico a este respecto. En el informe, destaca que,en vista de que la próximamáxima solar se espera en2013, en los próximos mesesel deber del organismo esdar a conocer el posible im-pacto del clima espacial enciertas infraestructuras. Para ello, ha puesto en mar-cha el 'Space-Weather Awa-reness Dialogue', que tienecomo objetivo identificar losretos relacionados con prác-ticas y políticas de preven-ción de desastres, prepara-ción y mitigación y formularrecomendaciones para ac-ciones concretas.

Por este tiempo, cadapuerta era un brasero ar-diendo, una pequeña fo-gata donde las mujeres

se calentaban las piernas mien-tras aparecían los clientes. Cua-tro o cinco putas alrededor de lahoguera, sentadas en sillas, asan-do castañas y echando patatas alas ascuas mientras compartíanuna botella de anís dulce.

En invierno las mujeres de LasPerchas olían a lumbre; llevabanel aroma del fuego y la leña me-tido hasta el último rincón de laropa interior, y ese perfume a ca-lle nos acercaba a ellas. Los niñosjugábamos a pasar corriendo pordelante del grupo para disfrutarde aquel cuadro lleno de realis-mo, donde las mujeres se quita-ban el frío delante del fuego conlas faldas arremangadas hasta losmuslos.

Nos gustaba ver con qué des-caro abrían las piernas cuandocruzábamos por delante de ellas,en un gesto generoso que tantoalimentaba nuestra inagotableimaginación. Corrían los prime-ros años setenta y el barrio toda-vía conservaba parte de la vidaque tuvo en los tiempos de es-plendor, cuando no quedaba unacasa libre en la zona y el chorrode clientes era constante.

Dicen que fue en la década delos cincuenta cuando más muje-res habitaron el barrio. En aque-lla época no sobraba el dinero,pero tampoco les faltaba el tra-bajo a las prostitutas. Pasar porlas manos de una profesional eraentonces casi una obligación paralos muchachos que querían ha-cerse hombres. La historia deaquellos días está llena de ado-lescentes que tuvieron su prime-ra experiencia sexual en los bra-

zos de una mujer de las Perchas,que por un precio módico les re-galaba todo el calor de un cuer-po curtido en mil batallas. Siem-pre había algunas putas que seespecializaban en principiantes,un tipo de cliente muy rentableporque llegaban tan excitados queno aguantaban más de cinco mi-nutos y al terminar salían co-rriendo sin dar ningún problema.

El día de los quintosLos fines de semana eran el te-rritorio de los quintos, que baja-ban del Campamento sedientosde libertad, buscando el amparode un cuerpo de mujer. Los sol-dados fueron el pan de las putasen las solitarias tardes de los do-mingos. Se bajaban de la Parralaen la Rambla, se llenaban de vinoy cerveza en los bares del cami-no, y terminaban la fiesta en losbrazos de una profesional.

Llegaban siempre en grupo,ocultos en el uniforme, buscan-do las bondades de alguna mu-chacha que les había recomen-

dado algún amigo de la mismacompañía.

También había prostitutas ex-pertas en satisfacer militares. Fuemuy famosa en el barrio la ‘MilLabios’, capaz de multiplicarsedelante de medio pelotón de re-clutas. Como los quintos solíanllegar con los bolsillos apretados,era habitual hacerles serviciosmúltiples, es decir, despachar acuatro o cinco seguidos a cambiode una aceptable rebaja. No erararo darse una vuelta un domin-go por la tarde por el barrio deLas Perchas y ver delante de lapuerta de un prostíbulo una colade reclutas esperando su mo-mento.

Había fechas difíciles para eloficio, como los días de Navidady los de Semana Santa, y había se-

manas de apogeo, cuando arriba-ban los barcos de guerra al puer-to y las calles se llenaban de ma-rineros jóvenes que llevaban se-manas sin ver un cuerpo femeni-no.

Los momentos en los que el tra-bajo escaseaba se resumían enuna frase que era muy utilizadapor las mujeres: “Hoy está el pu-terío flojo”. En los tiempos de laposguerra, cuando los goberna-dores civiles eran muy pesados yles daba por el misticismo, solíanmandar por el barrio a una pare-ja de policías para advertirle a lasninfas que se dejaran de fiestas,que las puertas cerradas del jue-ves al viernes santo y nada de mú-sica ni de cantos, porque si orga-nizaban algún escándalo le cerra-ban el negocio de por vida. De ahíesa frase tan célebre que decía“estás como las putas en Cuares-ma” para referirse a la precarie-dad económica de alguien.

En Navidad también bajaba laclientela y había prostitutas queaprovechaban el parón para des-cansar y recuperar fuerzas.

Cuando bajaban los quintos de Viator

●Los domingos era el día de los quintos que venían del Campamento con losinstintos a flor de piel ●Traían poco dinero,pero les hacían precios especiales

Eduardo D. Vicenteepino@lavozdealmería.com

Había mujeres que erancapaces de despachar acuatro o cinco soldados,uno detrás de otro

El barrio de Las Perchas (3)

La plaza de Las Perchas en los últimos años setenta, cuando el barrio empezaba a quedarse abandonado

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La vida de Las Perchas lle-gaba más allá de lo queeran las casas del barrio.Había pequeñas tiendas

en los alrededores que vivían deaquellas mujeres, que solían sermuy generosas a la hora de com-prar y que casi todo lo que gana-ban se lo gastaban en el día. Enla Plaza Marín, en la misma pla-zoleta del Ayuntamiento, y en to-dos los callejones que rodeabanel barrio, había algún negocio quesacaba tajada de las prostitutas.

Los bares fueron, tal vez, losque más se beneficiaron. En lacalle Marín estaba la casa Be-rrinche y en la plaza del mismonombre existía el ‘Alhambra’, unestablecimiento que regentabaun personaje al que conocían conel nombre de Paco el de Melilla.Era una taberna propicia paraque ellas y sus clientes celebra-ran los encuentros antes de re-matar las juergas. En la Plaza Vie-ja, bajo los soportales del Ayun-tamiento, abrieron ‘Las docecuerdas’, al lado de las escalerasque subían a la calle Pósito. Bajoel arco que servía de salida parala zona de la Perrera, aparecía elbar Garrote, donde siempre es-taba sonando la música, y a la en-trada de la calle la Dicha, eleva-do sobre un altar de tierra, ins-talaron la barraquilla de Juanico,un lugar de paso, a tan solo unosmetros del bullicio.

La música formaba parte deaquellas formas de vida. Por lastardes, en las tabernas de refe-rencia, se iniciaban las juergasque después terminaban en lasventas de las afueras. Los hom-

bres se encontraban en los barescon las mujeres, contrataban ungrupo de guitarristas, un par decoches de caballos, y a disfrutarde la madrugada.

Los ‘tocaores’ también se be-neficiaron del negocio que gene-raban las putas. Antonio ‘el Gor-do’, Los Tomates, Manolico ‘elDuende’, el Levita, el Luna, fue-ron algunos de aquellos guita-rristas que amenizaban por unosduros las juergas nocturnas de losaños cincuenta y sesenta.

El ocaso del barrioLas Perchas fue decayendo conla llegada de los nuevos tiempos.A finales de los años setenta el ba-rrio sólo era una sombra de lo quefue. Las casas se fueron quedan-do vacías y cada vez aparecíanmenos mujeres jóvenes para ejer-cer el oficio y renovar el negocio.

Lejos quedaban ya los días deapogeo de la Farista, de la Mar-quesita, de la Patarra, de la Gati-ta de Berja, de la China, de Luisa‘la Tuerta’, de la Negra, de la Ca-gona, de Encarna la del vino, delas colas de soldados en las puer-tas y la música constante en losgaritos.

Las Perchas terminó siendomás un decorado que una reali-dad. Allí se fueron quedandoarrinconadas las putas más vete-ranas, las que vivían de los re-cuerdos, a las que no le quedabanya más clientes que algunos vie-jos parroquianos que buscabanun rato de compañía para espan-tar la soledad.

Recuerdo la imagen melancó-lica de Encarna ‘la Manca’, unaveterana del oficio que estuvo enel barrio hasta el final. De ellacontaban que llegó a Las Perchassiendo muy joven, con un brazomenos por culpa de la metralla de

una de las bombas que cayerondurante la guerra civil.

Algunas de aquellas mujeres dela vida, cuando ya los años no lepermitieron seguir trabajando, seganaron el pan buscando planespara las más jóvenes o haciendolos recados. Muchas no llegarona viejas porque se quedaron en elcamino, destrozadas por el alco-hol, el tabaco y la mala vida.

El cambio de época trajo unnuevo modelo de prostitución, elde las cafeterías y los antros decarretera. Las cafeterías eran ba-res con camareras ligeras de ropa,donde se tejían planes desde pri-meras horas de la tarde. Flore-cieron por las principales callesdel centro de la ciudad y estuvie-

ron de moda hasta los añosochenta, cuando terminó por im-ponerse una prostitución más ex-quisita y más profesional.

Por esos años, del barrio de LasPerchas sólo quedaba en pie la tra-moya: las últimas viviendas quese venían abajo de viejas, el por-tón de madera que separaba lascasas de las prostitutas del corti-jo y la huerta del cura, los perros,los gatos, y las putas que se resis-tían a abandonar el lugar dondetodavía flotaban en el ambientesus recuerdos de juventud. Un día,el Ayuntamiento empezó a meterlas palas y las máquinas se lleva-ron por delante todo lo que que-daba de aquel mundo pasado demoda.

El barrio de Las Perchas estaba tan pegado al edificio del Ayuntamiento quealgunos de los bares que se alimentaban de aquella vida estaban instalados enlos mismos soportales de la Plaza Vieja. Fotografía de 1969.

● Los ‘tocaores’ amenizaban las juergas entre losclientes y las prostitutas en el esplendor de losaños cincuenta ● Veinte años después comenzóla decadencia de aquellas formas de vida

56 laVoz de Almería LA VOZ DE ALMERÍAJUEVES, 22 DE DICIEMBRE DE 2011

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Eduardo D. Vicenteepino@lavozdealmería.com

A LA ÚLTIMA

Fernando Alonso yRaquel del Rosariose separanDespués de cinco años deunión, la cantante y el pilo-to han decidido poner fin asu matrimonio. Ambos hanemitido un comunicado ofi-cial en el que dejan claro quese trata de una decisión "muymeditada y tomada de mutuoacuerdo". También han que-rido explicar que entre ellossigue quedando una "buenarelación de cariño".Se conocieron en directo enun programa de la CadenaSer y la química entre ambosfue evidente desde el primermomento. Raquel y Fernan-do se convertían en una delas parejas más estables y dis-cretas del panorama nacio-nal y acabaron por sellar suamor en un enlace secretoque celebraron en 2006.

COMUNICADO OFICIAL

Pero este mismo martes, am-bos emitían un comunicadoa los medios en el que con-firmaban que lo suyo se haterminado definitivamente."Tras cinco años de matri-monio, hemos decidido po-ner fin a nuestra relacióncomo pareja. Es una decisiónmuy meditada y tomada demutuo acuerdo. Nos separa-mos como matrimonio, peronunca como amigos, ya quequeda entre nosotros unamuy buena relación de cari-ño y admiración mutua ysiempre velaremos por la fe-licidad del otro", expone eltexto. Pese al absoluto silen-cio que ha acompañado siem-pre a esta pareja, no han sidopocas las veces que los ru-mores sobre incontables cri-sis.

De los guitarristasa la desaparición

El barrio de Las Perchas (4)