propuestas de intervención
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PROPUESTAS DE INTERVENCIÓN
Tras examinar los factores que afectan negativamente a la participación y
asociacionismo en los jóvenes, exponemos a continuación algunas propuestas que
pueden contrarrestar éstos o suponer un punto de inflexión en la mejora de la
situación, planteando así, un mayor cambio social.
En relación al desconocimiento general existente sobre las asociaciones
juveniles y sus objetivos, sería preciso:
Que cada asociación se publicitase en el máximo posible de medios de
comunicación, ya sean periódicos, televisión, radio o internet, definiendo
quiénes son y a qué tipo de personas se dirigen, cuáles son sus objetivos y las
actividades a través de las que los cumplen. Así mismo, deberían aportarse el
mayor número de datos posibles para que los interesados puedan contactar
con ellas, como direcciones, números de teléfono o correos electrónicos.
Crear puntos de información sobre el asociacionismo en pueblos y ciudades
sobre las asociaciones juveniles interesadas o fijar días concretos para que
éstas puedan reunirse y exponer al resto de la población quiénes son y cuáles
son sus intereses, en espacios públicos como centros cívicos, centros de
servicios sociales, bibliotecas…
Lograr el reconocimiento de la labor social de estas asociaciones desde la
Administración Pública, organizando para ello actos conmemorativos en los
que se las premie en base a diferentes categorías. Así por ejemplo, cada
Ayuntamiento otorgará cada año un premio simbólico a la asociación que
desarrolle un mayor número de iniciativas o a la que desarrolle proyectos más
novedosos.
Respecto al bajo interés por el asociacionismo, debido a la falta de “cultura de
participación” en nuestro país, creemos necesario:
Fomentar la participación al dar a conocer a niños y adolescentes las
asociaciones juveniles, gracias a la organización, con la ayuda por ejemplo de
los centros educativos o los Servicios Sociales, de jornadas de ocio y tiempo
libre por parte de éstas.
Cada asociación debería premiar honoríficamente al menos una vez al año, de
forma pública, a aquellos jóvenes cuya participación haya sido más relevante.
En este caso, es posible que la aportación por parte de las asociaciones de
títulos o diplomas oficiales que avalen esta colaboración y aprendizaje, sea un
incentivo para la mayor afiliación de jóvenes.
Difusión de información del movimiento asociativo a través de los mismos
jóvenes, mediante la realización de coloquios, debates, conferencias y
festivales pro-juventud, que den la posibilidad al sector juvenil de conocer
mejor el mundo de las asociaciones.
Otra problemática a la que debe darse respuesta, es la falta de conexión real
de las asociaciones formales con los intereses del sector juvenil y por tanto, la falta de
filiación de jóvenes. Ante ello se propone:
Realización de estudios cuantitativos y cualitativos sobre el sector juvenil por
parte de las asociaciones, con el fin de conocer en mayor profundidad sus
intereses. Así mismo, cada asociación debería sondear con tales estudios el
nivel de aceptación que tienen sus objetivos y propuestas entre los jóvenes no
afiliados, para posteriormente adaptarse a sus peticiones.
Los afiliados deberían poder elegir en cada asociación las actividades de las
que desean participar y las que no, así como definir su rol dentro de ellas, en
función de su nivel de interés y capacidades personales. Para ello, se crearán
comisiones de trabajo para cada proyecto en las que sus miembros serán los
interesados en llevarlos a cabo y se contará con la participación del resto de
integrantes de la asociación solo en momentos puntuales.
Trimestralmente, cada asociación juvenil deberá evaluar el éxito de sus
actividades con la ayuda de sus afiliados. Según el resultado éstas deberán
continuarse, modificarse o sustituirse por otras actividades.
Resulta crucial para que los jóvenes entiendan el peso que tienen en una
organización, que dentro de los consejos o reuniones de importancia para la
misma, se encuentren presentes al menos tres de ellos, en representación de
las ideas y peticiones del resto.
Por otra parte, vemos que los problemas de financiación del asociacionismo
juvenil deberían abordarse:
Realización de trabajos voluntarios cuyo beneficio se reinvierta en la asociación
y sus miembros. Este tipo de actividades lucrativas variarán en función del tipo
de asociación. Así, por ejemplo, los jóvenes pueden realizar mercadillos en los
que vendan manualidades de fácil elaboración por un módico precio.
Organización de actividades y eventos, como obras de teatro o recitales de
poesía, música y baile, cuya entrada tenga un precio simbólico.
Realización de comidas solidarias realizadas por los integrantes de las
asociaciones, en las que se ofrezcan platos típicos de la zona a cambio de una
pequeña contribución.
Aprovechar los recursos existentes en el medio social, como la posible
colaboración con otras asociaciones juveniles. Con esto se lograría alcanzar
las actividades propuestas por la propia asociación y fomentar los lazos de
cooperación con otras asociaciones. Para poner esta medida en práctica sería
útil desarrollar una página web en las que todas las asociaciones del sector
puedan contactar entre sí.
Asimismo, también se puede desarrollar una relación de simbiosis con todo tipo
de asociaciones del tercer sector. Por ejemplo, organizando eventos en los que
participen asociaciones juveniles y asociaciones de personas mayores, en los
que éstos enseñen a los jóvenes actividades de cestería y otros trabajos de
artesanía.
Realización de trabajos comunitarios, como la limpieza de parques naturales o
zonas públicas, a cambio de una compensación en especies (material
deportivo, de papelería …).
Por último, un ejemplo de propuesta que se lleva a la práctica en la actualidad, se
describe en el siguiente vídeo:
http://www.youtube.com/watch?v=OyptKhHZsww&feature=related