prólogo del libro mágica tribu

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Claribel Alegría: centroamericana y latinoamericana Un libro de Claribel Alegría cuyo tema son sus amigos, que, como ella dice, los tiene muchos, vivos y muertos, escritores y no escritores; un libro de sus experiencias individuales con cada uno de ellos, a quienes ama y amó, entrañables como el rostro de Bud Flakoll, su compañero en la vida, y coautor de varios libros, entre ellos la cono- cida novela Cenizas de Izalco. El título de este nuevo libro es Mágica tribu. Varias conversaciones he sostenido con Claribel Alegría sobre si es salvadoreña o nicaragüense. Algunas circunstancias no literarias sino más que todo de tipo emocional o subjetivo, no originadas en la poeta, sino en egoísmos ajenos, hacen volver al tema que debemos ir finiquitando. La verdad, su ombligo está en Nicaragua, su corazón en El Salvador, y su sangre recorre América Latina. Pocos escritores de la región tienen esa dimensión de sus pasos que caminan más allá de los veinte mil kilómetros cuadrados, que nos constriñen; pasos que atreven a salir, no como emigrantes normales, sino con la humanidad de la literatura en búsqueda de otras reali- dades, en el fondo las mismas que soñamos todos. Claribel tuvo la fortuna que otros de su generación no tienen. Pero esto no es achacable a nadie sino a situaciones de necesidad li- teraria que debemos apreciar. Y debemos admirar también, porque lo que es un hallazgo o un mérito para un centroamericano, lo es para todos, sumidos como hemos estado en lamentable marginación social y cultural, aunque esta no sea una afirmación definitiva, ni 7

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Prólogo del libro Mágica tribu

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Claribel Alegría:centroamericana y latinoamericana

Un libro de Claribel Alegría cuyo tema son sus amigos, que, como

ella dice, los tiene muchos, vivos y muertos, escritores y no escritores;

un libro de sus experiencias individuales con cada uno de ellos, a

quienes ama y amó, entrañables como el rostro de Bud Flakoll, su

compañero en la vida, y coautor de varios libros, entre ellos la cono-

cida novela Cenizas de Izalco. El título de este nuevo libro es

Mágica tribu.

Varias conversaciones he sostenido con Claribel Alegría sobre si

es salvadoreña o nicaragüense. Algunas circunstancias no literarias

sino más que todo de tipo emocional o subjetivo, no originadas en la

poeta, sino en egoísmos ajenos, hacen volver al tema que debemos ir

finiquitando. La verdad, su ombligo está en Nicaragua, su corazón

en El Salvador, y su sangre recorre América Latina.

Pocos escritores de la región tienen esa dimensión de sus pasos que

caminan más allá de los veinte mil kilómetros cuadrados, que nos

constriñen; pasos que atreven a salir, no como emigrantes normales,

sino con la humanidad de la literatura en búsqueda de otras reali-

dades, en el fondo las mismas que soñamos todos.

Claribel tuvo la fortuna que otros de su generación no tienen.

Pero esto no es achacable a nadie sino a situaciones de necesidad li-

teraria que debemos apreciar. Y debemos admirar también, porque

lo que es un hallazgo o un mérito para un centroamericano, lo es

para todos, sumidos como hemos estado en lamentable marginación

social y cultural, aunque esta no sea una afirmación definitiva, ni

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compasiva, pues estamos llegando a muchas latitudes, no solo como

escritores sino como trabajadores humildes o como profesionales:

desde Alaska hasta Chile y Argentina, desde Portugal y España

hasta los países nórdicos. Emigra la gente y con ello van emociones,

sentimientos y valores nacionales y regionales: viajan los poemas y

la narrativa. En sus ritmos y voces llegan, como señales de auxilio,

también signos de presencia y razón de humanidad.

Un centroamericano en el mundo o en América Latina, como

Rubén Darío, Asturias, Monterroso, Sinán, Eunice Odio, Toño

Salazar, Gómez Carrillo, Salarrué, Ambrogi, Cardoza y Aragón, es

presencia nacional o centroamericana en un orbe que se abre para

entregarse. Allá nuestra impotencia si no es capaz de aceptar la

entrega. En todo caso, si no todos podemos salir del agujero, los que

salen permiten sacar a luz las emociones de la nacionalidad, parte

también de nuestro Ser regional. Los poemas de Joaquín Pasos, de

Claudia Lars, de Isaac Felipe Azofeifa, de César Brañas, de Jorge

Debravo, nos pertenecen y debemos apropiárnoslos. Esta apropia-

ción es beneficiosa para las juventudes artísticas que nos traen otro

tipo de fuerzas y visiones más extensas y mundiales, por cierto muy

necesarias para la poesía y la narrativa.

Y precisamente estas nuevas generaciones son las que requieren

de quienes salieron más allá de las fronteras de América Central. La

juventud literaria es hija de un mundo que se extiende para ofrecer

conocimiento e información de todos. Allá quienes tengan posibi-

lidades de aprovecharlo, pero no hacerlo por asepsias ideológicas o

síndromes de pequeñez injustificada es relegarse a las sombras del

suicidio o de la depresión intelectual.

El Premio latinoamericano Casa de las Américas de Claribel

Alegría (Sobrevivo, poemas, 1978), toda su obra y las traducciones

de sus obras, pertenecen al acervo cultural de la región. Es riqueza

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de América Central. Dejemos que el tiempo someta sus libros a la

correcta y sana crítica, porque es difícil dar veredictos sin análisis y

sin estudios serios de la literatura centroamericana en un medio de

grandes vacíos en el tema, pero esto ya no es atribución del escritor.

Claribel se merece traspasar nuestras fronteras porque se lo ha

ganado con trabajo, talento, llantos, personalidad amorosa, emoti-

vidades y vocación, calidades inobjetables que arrastra desde niña.

Además, sabemos que su obra creativa lleva carga de vida, de pasio-

nes y realidades nuestras, y las traslada a otros países donde se nos

reconocerá la voz a través de su voz. Desde ese punto de vista hablo

en plural. Un libro de un autor o autora que trasciende las fronteras

se vuelve testimonio y memoria de identidad regional que como

mariposas o aves perennes sobrevuelan tierras y mares. El escritor o

la escritora nos involucran a todos por los signos de cultura y de

identidad que comunica.

Por la obra literaria específica se nos leerá y reconocerá en otros

países donde para encontrarnos en el mapa de la historiografía lite-

raria aún no hay lupas, pues por muchos años hemos sido invisibles

a simple vista.

Claribel Alegría, con toda la inocencia del mundo, pone su obra

como un espejo frente a universos literarios panorámicos; el espejo no

refleja a quien lo mira sino los rostros de identidad que transporta.

Así fue desde que a los seis años le declamó el poema "Margarita, está

linda la mar", como lo dice ella, al gran educador y humanista mexi-

cano José Vasconcelos.

Luego tuvo encuentros trascendentales, para la literatura, con

Juan Rulfo, con Tito Monterroso, y con los premio Nobel Miguel

Ángel Asturias y Juan Ramón Jiménez, este último la apadrinó

desde que fue una jovencita, que le dio la mano para guiarla por ese

abrupto camino de la vida de la poeta y escritora.

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Dentro de la tribu mágica no podrían faltar otros tres grandescentroamericanos: Roque Dalton, que no conoció personalmente,pero con quien tuvo sueños recurrentes donde la poesía y cartas fue-ron elementos mágicos que se cruzaron para unir a las dos figurasdistantes en la geografía, pero cercanos en la literatura; y Salarrué,cuya amistad se inició con un beso en la frente y una caricia que lealborotó su cabellera, cuando la poeta y escritora apenas cursaba eltercer grado de primaria. También recuerda al maestro de la litera-tura de Nicaragua: José Coronel Urtecho, y en tres líneas dibuja unretrato perfecto de quien frecuentó y le dejó un entrañable recuerdo,como a todos los nicaragüenses.

En Mágica tribu, Claribel Alegría nos habla, además, de dosgrandes amistades. En su época de crecimiento intelectual. Uno es elpoeta inglés Robert Graves, a quien tuvo el honor de traducir juntocon Bud Flakoll, cuando se conocieron en España. Graves percibióla calidad sensible de la poeta centroamericana: “…se los enviaré contal que tú seas la traductora, Claribel”, le dice. Se refiere a una selec-ción de poemas que le había solicitado una editorial española. A Budy Claribel les llevó tres años la traducción. El otro es un amigoentrañable para Centroamérica, tantas veces celebrado y admirado,el novelista Julio Cortázar, a quien frecuentó en esos extensos ríos deamistades que producen las diásporas y la lejanía patria. También letradujo al inglés el cuento "Las puertas del cielo".

En fin, Mágica tribu es un testimonio de vida literaria dealguien que va más allá de ser salvadoreña o nicaragüense. ClaribelAlegría es nuestra latinoamericana, querida en todo el continenteque le ha dado los amigos más entrañables. Esos que ella encuentraen el rostro del más amado de todos, el de mirada de ojos claros: sueterno Bud.

MANLIO ARGUETA

San Salvador, febrero de 2008

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Palabras introductorias

Quizá pueda parecer presuntuoso hablar sólo de mis amigos escri-

tores. Tengo, por suerte, muchos amigos: escritores y no escritores,

muertos y también vivos, a quienes admiro y amo. La amistad para

mí, como el amor (la amistad también es amor), es uno de los gran-

des regalos de la vida.

Seguramente, si no hubiese sido por José Argüello, que se empeñó

en entrevistarme para que yo le hablara de algunos de esos autores

que él admiraba, jamás habría nacido este librito.

José quería que yo dejara plasmado el lado humano de estos artis-

tas, su personalidad, que no siempre aparece en sus escritos, que es

por momentos, avasalladora y que me sacudió a veces tanto como

su obra.

No estoy segura de mi objetividad, pero en realidad la objetivi-

dad poco me interesa. He sido lo más honesta que he podido y no

quise escudriñar en sus vidas privadas. Antes de autores famosos,

son amigos a los que amé, a los que amaré siempre, por los cuales me

siento custodiada.

Me he limitado a contar mi experiencia individual con cada uno

de ellos y a tratar de trascender la anécdota.

Quisiera creer que estas semblanzas puedan de alguna manera

iluminar, aunque sea levemente, los entrañables rostros de mis ami-

gos y tu entrañable rostro, Bud, que tampoco podía faltar y que está

presente en todos.

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AMOR

Todos los que amo

están en ti

y tú

en todo lo que amo.

CLARIBEL ALEGRÍA

Managua, mayo 2005

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