REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS

MAESTRÍA LATINOAMERICANA EN CIENCIAS PENALES Y CRIMINOLÓGICAS

PROGRAMA INTEGRAL DE PREVENCIÓN E INCLUSIÓN PARA LOS

NIÑOS EN SITUACIÓN DE CALLE DEL MUNICIPIO MIRANDA, ESTADO FALCÓN.

Autor: Sociólogo José Lira Barboza Tutora: Dra. Lourdes Ortega de Palma.

Maracaibo, Julio de 2006

VEREDICTO Las suscritas, doctoras LOURDES ORTEGA DE PALMA (Coordinadora), MARINA DELGADO y ANALEE RAMÍREZ, designadas por el Consejo Técnico de la División de Estudios para Graduados de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad del Zulia, en su sesión ordinaria del 19-07-2006, siendo el día y hora fijados, se constituyeron como jurado a fin de discutir el Trabajo de Grado del Programa de Maestría Latinoamericana en Ciencias Penales y Criminológicas, intitulado “PROGRAMA INTEGRAL DE PREVENCIÓN E INCLUSIÓN PARA LOS NIÑOS EN SITUACIÓN DE CALLE DEL MUNICIPIO MIRANDA, ESTADO FALCÓN”, perteneciente al Sociólogo JOSÉ RAFAEL LIRA BARBOZA, Titular de la Cédula de Identidad No. V-1.788.264, para optar al título de MAGISTER SCIENTIARIUM EN CIENCIAS PENALES Y CRIMINOLÓGICAS. Efectuada la discusión del referido Trabajo de Grado, en la forma y términos de Ley, el jurado, sin hacerse solidario de las ideas expuestas por su autor, procedió a emitir por unanimidad el veredicto en los siguientes términos: APROBADO. MENCIÓN PUBLICACIÓN. Maracaibo, a los catorce días del mes de septiembre de 2006.

Coordinadora del jurado

Miembro Miembro

ii

RECONOCIMIENTOS

Estoy persuadido de que pocas líneas nunca harán justicia a quienes nos han prestado su apoyo en el desvelo académico de un trabajo como éste; no obstante hay algunos a quienes no puedo pasar por alto. Quiero reconocer el gran apoyo moral que mi esposa Mery Epiayú me presto en los momentos de desanimo; lo mismo debo decir de mi hija Oriana Lira Epiayú, cuya colaboración nunca podré calificar debidamente. De igual manera expreso mi reconocimiento a mi colega Meira Guerrero, trabajadora incansable y cuyo conocimiento en lides de computación creo que nunca terminare de entender; y a la Licenciada Coromoto Rangel, quien realizo el ímprobo trabajo de trascripción de las entrevistas. Asimismo, extiendo este reconocimiento a la bibliotecóloga Ana Olivares por su siempre oportuna atención, así como a Yumy Quiroz, quien me tendió su mano en momentos de incertidumbre informática. El Dr. Evaristo Méndez Quintero, Epistemólogo y Metodólogo acepto ser mi tutor metodológico, realizando ese papel con dedicación de Maestro, razón por la cual me siento en deuda permanente con él. Mi tutora, la Dra. Lourdes Ortega de Palma, no sólo guío mis pasos acertadamente hacia la consecución del fin propuesto sino que también distinguió con su afabilidad y don de gentes. Por último, aunque no menos importante, expreso mi reconocimiento al personal de la Casa Urupagua, equipo humano de alta calidad moral y científica que ha dedicado su vida al rescate de la juventud de la calle, y de quienes recibí un apoyo y una lealtad inolvidable.

José Lira Barboza

iii

ÍNDICE GENERAL Veredicto

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Reconocimientos iii Índice General iv Índice de Figuras viii Índice de Tablas viii Índice de Gráficos ix Resumen x Abstract xi Introducción 1

CAPITULO I: EL PROBLEMA LOS NIÑOS DE LA CALLE, PROBLEMA SOCIAL CONTEMPORÁNEO

6

1. Planteamiento del Problema 7 1.1. Quienes son los niños de la calle 7 1.2. El Riesgo social y los niños de la calle 8 1.3. Los niños de la calle y los derechos humanos 9 1.4. Definición 10 1.5. Los niños de la calle en Coro, Estado Falcón 13 1.5.1. Cronología de antecedentes del Programa 14 1.5.1.1. El Plan “A” 15 1.5.1.2. El Plan “B” 15 1.5.1.3. El Plan “C”, La Casa Urupagua 16 1.5.2. Crítica a la concepción y realización de los planes anteriores 18 2. Formulación del Problema 20 3. Objetivos de la Investigación 22 3.1. Objetivos Generales 22 3.2. Objetivos Específicos 22 4. Justificación de la Investigación 23 5. Delimitación de la Investigación 24

CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO 25

1. Fundamentos epistemológicos, ontológicos y Axiológicos 26 1.1. La Holística. La Complejidad. La Historia 26 1.2. Crítica al sentido común 28 1.3. Crítica a la concepción institucional 28 2. Antecedentes Académicos 30 3. Hacia un Paradigma Holístico para abordar el problema de los niños de la calle

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3.1. La Teoría Sociológica 36 3.2. El Punto de vista Criminológico 39 3.2.1. La sub cultura de la calle 43 3.3. Dimensión Psico social 46

Estigma. Autoestima, frustración y agresión 46

La modificación de las conductas indeseadas 48 Teoría del Aprendizaje de Albert Bandura 49 Frustración- agresión 50 La acción prosocial 52 El Humanismo de Maslow 53

3.4. Entorno Socio Jurídico 56 3.4.1. La Transformación de la Segunda Posguerra 56 3.4.2. El Nuevo Paradigma de las Ciencias Sociales 58 3.4.3. La Doctrina de la “Situación Irregular 60 3.4.4. La Doctrina de la Protección Integral 61 3.4.5. Proceso de Transformación Normativa de los Derechos del Niño. Los Instrumentos Internacionales.

62

3.4.5.1. La Declaración de los Derechos del Niño (1959) 62 3.4.5.2. Las Reglas Mínimas para la Administración de Justicia de Menores de Beijing, (1985)

63

3.4.5.3. Las Directrices de las Naciones Unidas para la Prevención de la Delincuencia Juvenil, (Riyadh,1990)

65

3.4.5.3. Las Reglas de las Naciones Unidas para la Protección de Menores Privados de Libertad,(1990)

66

3.4.6. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y los Derechos del Niño, (1999)

67

La nueva ciudadanía 68 Sujetos plenos de Derecho 69 La familia como núcleo fundamental para el ejercicio de los derechos de la

niñez

69 La participación y la corresponsabilidad 70 Sistema de Protección Integral 70 Derechos sociales y culturales 70

3.4.7. La Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente, (1998) 71 El niño como sujeto de derechos 71 El interés superior del niño 72 Prioridad Absoluta 72 Participación 73 El rol fundamental de la familia 73

3.4.7.1. El Sistema de Protección del niño y del adolescente 74 3.4.7.2. Acerca de la política y los programas de protección del niño y del adolescente

75

CAPÍTULO III: ENTORNO SOCIO HISTÓRICO 78

1. Las condiciones objetivas 79 1.1. Pobreza y marginalidad 79 1.2. El apogeo del neoliberalismo

84

CAPÍTULO IV: MÉTODOS 90

1. Naturaleza holística de la investigación 91

v

2. Tipo de Investigación 91 3. Población y muestra 92 4. Recolección de la Información 92 5. Sistema de variables 92

CAPÍTULO V: CARACTERIZACIÓN SOCIODEMOGRÁFICA DE LOS NIÑOS EN SITUACIÓN

DE CALLE

95

1. Variable 1: Datos sociodemográficos 97 2. Variable 2: Percepción del niño de la calle sobre su situación 113 2.1. Razón de estar en la calle 113 2.2. Actividades que realiza o ha realizado en la calle 114 2.3. Tiempo de estar en la calle 115 2.4. Cómo lo trata la gente 117 2.5. A qué se debe su comportamiento violento 117 3. Testimonios de los niños en situación de calle 118 4. Testimonios de madres de niños en situación de calle 133 5. Análisis del testimonio de los niños del Programa y de algunas madres 163 6. Diagnóstico general 177

CAPÍTULO VI:

EL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE LA INCLUSIÓN DE LOS NIÑOS EN SITUACIÓN DE CALLE

179

1. Programa Integral de Prevención e Inclusión para los Niños en Situación de Calle del Municipio Miranda, Estado Falcón

180

1.1. Misión 180 1.2. Visión 180 1.3. Objetivo General 181 1.4. Objetivos Específicos 181 1.5. Estrategias 181 Fase 1 182 1.5.1. Matriz Terapéutica 182 1.5.2. Principios de convivencia 182 1.5.3. Proscripciones para la convivencia (Reglas de Oro) 182 Fase 2 182 1.5.4. Inserción en el Programa Terapéutico 182 Fase 3 182 1.5.5. Abordaje Individualizado 182 Fase 4 182 1.5.6. Integración (Momentos) 182 Fase 5 183 1.5.7. Salida y supervisión 183 1.6. Organización 183 1.7. Viabilidad 184

vi

1.7.1. Viabilidad Social 184 1.7.2. Viabilidad Política 185 1.7.3. Viabilidad Técnica 185 2. Descripción de la Matriz Terapéutica 186 2.1. Manual de manejo conductual 186 2.2.1. Procedimientos generales 187

• Sistematización de situaciones 189 2.2. Descripción operacional de las conductas de acuerdo con el encuadre 198 2.3. Reglamento interno de la Casa Urupagua 200 2.4. Plan motivacional 202 2.4.1. Objetivo general 202 2.4.2. Objetivos específicos 202 2.4.3. Fundamento 202 2.4.4. Metodología 203 2.4.5. Resultados esperados 203 2.4.6. Resultados obtenidos 204 2.5. Sistema de observación de la conducta individual 205 2.5.1. Sistema consolidado de puntos 206 2.5.2. Listas de recompensas o privilegios 208 2.5.3. Determinación de la puntuación a partir de las actividades del encuadre 207 3. Ni Prevención Especial ni Resocialización: Inclusión 208 3.1. Proceso de Inclusión o de Reintegración 209 3.1.1. Escuela para Padres 210 3.1.2. Ambiente controlado 211 3.1.3. Matriz Terapéutica 212 3.1.3.1. Terapia de choque 213 3.1.4. Estructuración del tiempo (encuadre) 214 3.1.5. Reglamento (Normas de Convivencia) 215 3.1.6. Plan Motivacional 216 3.1.7. Manual de manejo conductual 217 3.1.8. Principio de convivencia 217 3.1.8.1. Respeto 217 3.1.8.2. Disciplina 217 3.1.8.3. El tiempo fuera 218 3.1.8.4. Aseo 219 3.1.8.5. Educación 219 3.1.9. Proscripciones para la convivencia 219 4. Actividades que se realizan en el Proceso de Inclusión 219 4.1. Alimentación 219 4.2. Psicoterapia e informes psicológicos 221 4.3. Educación 222 4.4. Deportes 223 4.5. Música 225 4.6. Actividades Cívicas 227 4.7. Atención en salud 227 4.8. Terapia ocupacional 228 4.9. Actividades religiosas 229

vii

4.10. Recreación 230 4.11. Actividades sociales 230 4.12. Proyecto de vida (Mandala) 230 5. Testimonios de los especialistas 234 6. Análisis de los testimonios de tres especialistas 247 7. Evaluación 254 7.1. Variable 3: Nuevas conductas 254 7.2. Variable 4: Percepción del niño de la calle sobre el Programa 257 7.3. Variable 5: Percepción del Programa por los padres 257 7.4. Variable 6: Percepción de los especialistas sobre el Programa 258 CONCLUSIONES 261 RECOMENDACIONES 264 BIBLIOGRAFÍA 265 ANEXOS

INDICE DE FIGURAS

Figura No 1: Jerarquía de las Necesidades de Maslow 55 “ No.2: Aportes de las diferentes disciplinas al Paradigma Holístico 89 “ No.3: Esquema de actividades del Proceso de Inclusión 233 INDICE DE TABLAS Tabla No. 1: Datos Sociodemográficos. Matriz de Datos “A” 97 “· No. 2: Datos sociodemográficos, Matriz de datos “B” 98 “ No. 3: Distribución de los niños por edad 99 “ No. 4: Distribución de los niños por grado de instrucción 100 “ No. 5: Distribución por el lugar donde habitan 101 “ No. 6: Padres 102 “ No. 7: Educación de los padres 103 “ No. 8: Distribución del número de miembros por familia 104 “ No. 9: Distribución trabajo de los padres 105 “ No. 10: Distribución por el ingreso 106 “ No. 11: Grupo familiar, número y funcionamiento 107 “ No. 12: Distribución del tipo de vivienda 109 “ No. 13: Disposición de excretas 110 “ No. 14: Disposición de basuras 111 “ No. 15: Electricidad 112 “ No. 16: Razón de estar en la calle 113 “ No. 17: Actividades que realiza o ha realizado en la calle 114 “ No. 18: Tiempo de estar en la calle 115 “ No. 19:Tabla consolidada del tiempo 115 “ No. 20: Cómo lo trata la gente 117 “ No. 21:A qué se debe su comportamiento violento 117 “ No. 22: Manual del Manejo Conductual 189 “ No. 23:Sistema de Observación de la Conducta Individual 205 “ No. 24: Sistema Consolidado de Puntos 206 “ No. 25: Variable 3: Nuevas Conductas. Apreciación cualitativa 254 “ No. 26: Variable 3: Nuevas Conductas. Apreciación cuantitativa 254 “ No. 27: Variable 3: Nuevas Conductas. Comportamiento grupal 255

viii

INDICE DE GRÁFICOS.

Gráfico No.1: Distribución de niños por edad 99 “ No.2: Distribución de los niños por grado de instrucción 100 “ No.3: Distribución por el lugar donde habitan 101 “ No.4: Padres 102 “ No. 5: Educación de los padres 103 “ No. 6: Distribución del número de miembros por familia 104 “ No. 7: Distribución del trabajo de los padres 105 “ No.8: Distribución por el ingreso 106 “ No. 9: Grupo familiar. Número y funcionamiento 107 “ No.10:Distribución del tipo de vivienda 109 “ No. 11: Distribución de excretas 110

“ No. 12: Disposición de basuras 111“ No. 13:Electricidad 112“ No. 14:Actividades que realiza o ha realizado en la calle 114“ No.15:Tiempo de estar en la calle 116“ No. 16: Cómo lo trata la gente 117“ No. 17: Cambios conductuales individuales. Puntuación total 256

ix

JOSE R. LIRA BARBOZA. PROGRAMA INTEGRAL DE PREVENCIÓN E INCLUSIÓN PARA LOS NIÑOS EN SITUACIÓN DE CALLE DEL MUNICIPIO MIRANDA, ESTADO FALCÓN. TRABAJO DE GRADO. 2006. p 289.

RESUMEN Ante la problemática que constituye la existencia de los niños de la calle en América Latina, en Venezuela y en particular en Coro, Municipio Miranda del Estado Falcón, se realizó un diagnóstico situacional y una propuesta de prevención e inclusión dirigida a la superación de exclusión, de estigma y de riesgo social en un grupo de muchachos de la calle localizado en un sector céntrico de la ciudad de Coro. La muestra que ha sido sometida al proceso de inclusión está integrada por doce (12) muchachos, todos de sexo masculino y con edades entre once (11) y dieciocho (18) años, reclutados por medio de los procedimientos descritos en el texto. La naturaleza de la investigación es holística; trata aspectos cuantitativos y cualitativos, es multidisciplinaria y considera también aspectos teóricos, históricos, normativos y aplicados La técnica de la investigación participante se complementa con entrevistas no-estructuradas realizadas a tres (3) niños de la calle, tres (3) madres de niños involucrados en el Programa y tres (3) profesores con responsabilidad en el mismo.. Se realiza una caracterización sociodemográfica del niño en situación de calle, se diseña un programa de prevención e inclusión compuesto de cinco (5) fases y una Matriz Terapéutica integrada por los siguientes instrumentos: Manual de Manejo Conductual, Descripción Operacional de Conductas, Encuadre, Reglamento Interno, Plan Motivacional, Sistema de Observación de la Conducta Individual, Sistema Consolidado de Puntos, Lista de Recompensas y Privilegios, Determinación de la Puntuación a partir de las Actividades del Encuadre. Se reconoce la necesidad de involucrar a la familia en el proceso y se establece la Escuela para Padres. Asimismo, se verifica la realización del proceso de inclusión en un grupo de niños de la calle. Dado el éxito del Programa se recomienda su aplicación a todas las instituciones estatales involucradas en la resolución del problema dicho. Palabras Clave: Niños de la Calle, prevención, exclusión social, Inclusión social, Matriz Terapéutica.

INTRODUCCIÓN

La exclusión social constituye un mecanismo estructural que tiende a separar, a aislar

a determinados individuos y colectivos del resto de la corriente regular y característica

de un sistema social determinado. Esa separación, ese aislamiento, se define

fundamentalmente en relación con los derechos sociales, y condena a la invisibilidad, al

silencio, a los excluidos, a la vez que les hace objeto de la deslegitimación, del

menosprecio, del estigma. Cuando, eventualmente, el excluido irrumpe contra esa

invisibilidad y ese silencio, suele hacerlo para establecer una profundización de su

status y condenarse a la abominación social.

La exclusión opera, sociológicamente hablando, al construir barreras que separan al

“grupo propio” de “los otros”; a través de la espesa trama de la distancia social, el

estigma, los prejuicios, el rechazo. Se mantiene así la homogeneidad de un grupo, por

segregación de aquellos cuya conducta o cualidades se consideran como indeseables o

constituyentes de amenaza o peligro para la propia integridad.

No resulta cuesta arriba constatar que, efectivamente, los grupos excluidos presentan

comportamientos que prima facie no podemos explicarnos: posiblemente sus conductas

transgredan los límites que normalmente aceptamos; su lenguaje podrá resultarnos

desagradable y poco cuidadoso de las formas; su aspecto, en fin, diferirá de los

patrones que consideramos aceptables. Caemos en cuenta, entonces, que estamos en

presencia de un grupo de individuos cuya vida transcurre en el extrañamiento social, de

quienes no se espera que hagan alguna contribución útil a la sociedad sino que, por el

contrario, su conducta, lejos de ajustarse a las normas producto de la socialización

tradicional, con frecuencia muestra tendencias delictivas y perturbadoras del estatuto

jurídico imperante. Mas, cuando enfocamos mejor nuestra observación, constatamos

que el modo de vida del excluido se caracteriza por una serie de carencias: por la

carencia de empleo, de vivienda, del consumo de los bienes esenciales para la

supervivencia digna, del bienestar material, en fin, y de la garantía de futuro a que

todos aspiramos.

Así, la situación de exclusión aliena al individuo o colectivo excluido de la cultura y de

los bienes sociales que hacen posible la vida en condiciones aceptables en el plano

material; salud, educación, vivienda, produciendo una quiebra en la concepción de la

justicia como valor social esencial, y colocando al excluido en una posición de

insatisfacción y hasta de hostilidad y resentimiento contra el entramado social del que

se percibe como segregado.

Por otra parte, si consideramos al hombre como un ser que está en condiciones de

construir su destino por el ejercicio de su racionalidad y voluntad, que no sólo es el

juguete de circunstancias exteriores a su ser, se crean las condiciones para culpabilizar

al excluido que, suponemos, no ha querido superar su estado carencial y se ha sumido

en esa, que algunos consideran una ignominia descuidada, de la situación de

exclusión.

Lo dicho me obliga a hacer una precisión, a riesgo de parecer reiterativo: el modelo de

comportamiento aceptable socialmente, está determinado en gran parte por la relación

material que existe entre la sociedad y los grupos. Un modo de vida está sustentado en

el nivel de educación, en el desarrollo cultural, en aquellos elementos sin los que no es

posible concebir y vivir una vida digna –salud, educación, bienestar, participación. Sin

esos elementos no es posible tener vivencias que permitan al individuo o al grupo

elevarse a una condición superior del ser, pues, como ya se dijo, siendo la acción del

hombre estructural y estructurante, aquello que reciba como bienes en su mundo

material marcará y condicionará los límites de su pensamiento y su quehacer.

Hasta aquí me he referido a una situación cuyas características bien podrían atribuirse

a variados colectivos. Pero es el caso que el niño de la calle, como individuo y como

grupo reúne los atributos que caracterizan al excluido y, por el hecho de formar parte

del bien más preciado de nuestra cultura, los niños, como prolongación nuestra en el

tiempo y en el espacio, además de su intrínseca vulnerabilidad, el niño de la calle se

convierte en un ser arquetípico; es decir, expresa mejor y de manera acabada las

características de la exclusión: excluido de la familia, excluido de la salud y excluido del

futuro y la esperanza; estigmatizado y percibido como rebelde y peligroso; victima de

un sedicente profetismo que le augura su forzoso protagonismo en atroces delitos.

En la situación del niño o adolescente en situación de calle la ley no pareciera existir,

debido a que universalmente al menor se le exime, a veces absolutamente, y a partir de

determinada edad en forma relativa, de la responsabilidad penal y de las penas

concomitantes que la legislación dispone para los distintos delitos. Así, el niño de la

calle, abandonado a su suerte, sin guía ni límites en su acción, vive la feroz libertad de

los sin ley; ora bordeando los caminos del delito, ora incursionando fatalmente en ellos.

Pero la niñez pasa, la adolescencia pasa y cuando se llega a la adultez y se enfrenta la

justicia y la ley en su plenitud, acaso no haya manera de regresar. El futuro será,

entonces, el carcelero y los barrotes y la degradación en las sombras de la cárcel.

El delito deslegitima definitivamente al excluido, colocándolo al margen de las

consideraciones humanas, abstracción hecha de lo prescrito por los códigos, el decoro

y las nociones fundamentales del Derecho. En una sociedad como la nuestra,

abrumada y perturbada por la presencia generalizada de una delincuencia despiadada,

la ciudadanía se encuentra en la situación de justificar casi cualquier medida que pueda

tomarse para combatir esa calamidad social. Por otra parte, en un país históricamente

inscrito en las tendencias represivas contra el disenso y la desviación, se pone mucho

énfasis en la construcción de cárceles y la organización (y reorganización) de cuerpos

policiales, así como en la redacción convulsa de leyes draconianas, a despecho de las

corrientes recientes que tienden a descriminalizar y despenalizar conductas

consideradas tradicionalmente como desviadas. Se echa de menos, en la acción

institucional, aquel apotegma de Confucio que recomendaba trabajar en impedir delitos

para no necesitar castigos.

Modificar el cuadro de exclusión a que me venido refiriendo, implica varias tareas que

pueden condensarse en la construcción de una propuesta instrumental para, por medio

de un programa social, prevenir a futuro las acciones delictivas y revertir el proceso y

la situación de exclusión que se verifica en los niños de la calle. Pero ello requiere, en

virtud del carácter histórico del sujeto, investigar y conocer científicamente tanto su

pasado como su presente; implica establecer las dimensiones fenoménicas de su

existencia. Sólo así se estaría en condiciones de predecir y planificar los cambios

necesarios para la reversión de tal exclusión. Lo otro sería despertar en el sujeto las

exigencias de su propia superación: inducir en el niño de la calle el insight necesario

que le sirva de impulso para cambiar, sobre las bases de condiciones materiales

nuevas, su existencia social y lograr, así, la asunción plena de su ciudadanía.

Los programas sociales tienen la virtud de legitimar la existencia de aquellos a quienes

van dirigidos, cumplen la función de incorporar en la corriente social, a veces de manera

disminuida, a los excluidos. Tal es el caso de los programas realizados sin una

planificación previa y sin determinación de las características del sujeto, sin un

diagnóstico cabal de su situación en los órdenes históricos, estructurales, económicos,

etc. En estos casos lo que mueve a las instituciones es un esencial sentido de la

justicia, pero la realización de estos esfuerzos con frecuencia obtienen resultados

parciales, poco considerables debido lo inadecuado de una acción que no está

fundamentada en las necesidades reales del beneficiario del programa.

En el presente trabajo de investigación , configurado desde la Sociología, la

Criminología, la Socio Historia, la Psicología Social y el componente Socio Jurídico, y a

través de un enfoque holístico realizado con el método de la investigación participante,

se recoge la formulación de un programa integral de prevención e inclusión llevado a

cabo en la Casa La Urupagua de la Fundación del Niño del Estado Falcón, por medio

de un proceso interactivo que tiene como fin último la superación de exclusión del niño

de la calle, la prevención de su posible incursión en actividades delictivas y su definitiva

inclusión en el proceso de ciudadanía.

Se realiza una revisión bibliográfica y se establece un marco teórico acerca del origen

histórico, estructural y económico del problema del niño de la calle; se realiza un trabajo

de campo integrado por una encuesta sociodemográfica realizada a doce (12) sujetos

tomados como muestra del estudio; se realizan tres (3) entrevistas no estructuradas a

igual número de niños de la calle; tres (3) entrevistas a madres de niños de la calle, y

tres (3) entrevistas a especialistas que trabajan en el Programa. Se formula un

Programa de Prevención e Inclusión integrado por una Matriz Terapéutica y, finalmente,

se realiza una evaluación de los resultados obtenidos luego de diez (10) meses del

inicio de las actividades del Programa desde su fase inicial.

El Programa Integral de Prevención e Inclusión para los Niños en Situación de Calle del

Distrito Miranda, Estado Falcón tiene, en definitiva, el objetivo de rescatar al niño y

adolescente de los riesgos de la calle; pretende realizar en él un proceso de inclusión;

persigue inducirle a la autorrealización. Esa es la diferencia con respecto de otros

programas: ni resocialización ni reinserción social; en cambio, inclusión y

autorrealización: inclusión propiciada por el equipo de especialistas empeñados en el

éxito del Programa y facilitada por la inversión realizada por el Estado; autorrealización

a través del desarrollo de las fuerzas de la personalidad que le permitan al niño y

adolescente en situación de calle mirar de frente, construir el futuro y oponerse a ser

devorado por las sombras.

José Lira Barboza.

Maracaibo, junio de 2006.

CAPÍTULO I. EL PROBLEMA.

CAPÍTULO I. EL PROBLEMA.

Los Niños de la Calle, Problema Social Contemporáneo

1. Planteamiento del Problema. El presente trabajo de investigación, realizado desde la metodología cualitativa y la

técnica de la observación participante, está orientado al diagnóstico del problema de los

niños de la calle y a la elaboración de un programa integral de atención, prevención e

inclusión para dicha población. Se comienzan esos planteamientos partiendo de una

visión global del problema en América Latina (A.L.); luego, partiendo de la experiencia

del autor, se procede a realizar una focalización del tema en la población de Coro,

Municipio Miranda del Estado Falcón.

1.1. Quiénes son los niños de la calle

En las últimas décadas, especialmente a partir de los años 80, se ha hecho frecuente,

tanto en los medios de comunicación como en las conversaciones ciudadanas, referirse

al tema de los así llamados Niños de la Calle. De igual manera en foros, jornadas y

otras reuniones académicas que tratan con problemas sociales, así como en variadas

publicaciones, se ha hecho corriente hablar del tema de los Niños de la Calle, es decir,

de aquellos niños y adolescentes que observamos diariamente en lugares específicos

de las grandes ciudades y metrópolis latinoamericanas dedicados a la mendicidad, a la

realización de actividades clasificadas dentro del trabajo informal ambulante o, aun, al

hurto ocasional; pueden andar en grupos, formando bandas o aisladamente;

generalmente presentan un aspecto de descuido y desaseo, con vestimentas sucias,

rotas o de tallas que no corresponden a las de quienes las portan.

En realidad, el problema no es nuevo ni en Latinoamérica ni en Venezuela, tampoco en

Europa, donde como consecuencia de las guerras, especialmente de la Primera y la

Segunda Guerra Mundial, bandas de niños y adolescentes huérfanos o separados de

su familia por los avatares de la confrontación, recorrían campos y ciudades

realizando diversas actividades de sobrevivencia, no siempre legales ni admitidas de

buen grado por el común de la gentes. (Chernigovsky, 2005; Greschack, 2005)

Como indicador de esta omnipresencia, por lo menos en América Latina, de los niños

de la calle, quizás baste con mencionar los diversos nombres que Antúnez y otros

señalan: meninos e meninas de rua, en Brasil: gamines o niños de las alcantarillas, en

Bogotá (Colombia); niños topos, en las calles céntricas de Lima (Perú); pelones, en

México; niños de la calle o “huele pega”, en Venezuela. (1988, p.12)

Ciertamente, y como ya se dijo, la existencia de Niños de la Calle no es nueva, ni en las

latitudes mencionadas ni en nuestro país, donde tradicionalmente se solía referirse a

esta población como “niños realengos”, utilizando para calificar a los niños que vivían

fuera del control de sus padres la misma expresión, “realengo”, que se utilizaba para

referirse a los animales sin dueño.

Pero la existencia de estos niños “realengos”, o como en la actualidad se les denomina,

Niños de la Calle, se hizo más patente a partir de la década de los 80, cuando su

número aumentó de manera muy visible y comenzaron a constituirse, en virtud de la

atención dispensada por los medios de comunicación, en motivo de preocupación

especial de los gobiernos y de la sociedad toda, más allá de las acciones paliativas que

hasta ese entonces el extinto Consejo Venezolano del Niño, primero, y después el

Instituto Nacional del Menor (INAM), realizaran en torno al problema.

1.2. El riesgo social y los niños de la calle

El riesgo social es la característica, la nota dominante al considerar la situación de

niños, niñas y adolescentes en situación de calle o de mendicidad. Y ese riesgo no

sólo se traduce en la posibilidad de que el niño o joven en situación de calle sufra una

situación fortuita, un accidente o una enfermedad que pueda dañarlo físicamente en

razón de su edad o estado de indefensión. Se refiere, también, a la posibilidad de que

sufra un abuso sexual precoz, o sea reclutado para el consumo o para el tráfico de

drogas, para la prostitución infantil o juvenil y que por esa razón contraiga

enfermedades venéreas u otras enfermedades infecto contagiosas; se refiere

igualmente a la posibilidad cierta de que resulte enrolado en alguna banda juvenil

dedicada a cualquier actividad delictiva, utilizado como mula del tráfico de drogas o

acaso como víctima del tráfico de órganos. Asimismo, se refiere a la posibilidad de que,

en medio de su indeseable situación e individualmente o en grupo, realice actos en

detrimento de la integridad física o moral o, en general, de los derechos de otras

personas.

Como puede verse, el problema es de gran amplitud, y afecta no solamente a la

persona del niño, niña o adolescente en situación de calle, sino que se proyecta hacia

áreas que comprenden la situación de sus respectivas familias, su futuro personal y el

de su descendencia; asimismo en el problema están involucrados aspectos de

seguridad del Estado, de las comunidades donde vivan y de la sociedad en su

conjunto. La situación del niño de la calle impide que éste alcance su completo y

armónico desarrollo físico, mental, psicológico y educativo; igualmente, el niño de la

calle enfrenta grandes dificultades – si no imposibilidades- de alcanzar las metas

socialmente establecidas; antes por el contrario, su existencia puede ser tomada como

un indicador del fracaso social en la creación de condiciones apropiadas para el

desarrollo de la persona, de su familia y de la comunidad en su conjunto.

1.3. Los Niños de la Calle y los Derechos Humanos

La existencia en nuestros países de los niños de la calle pone de manifiesto, además,

una situación que ha sido objeto de especial consideración por organismos

internacionales. La Corte Interamericana de Derechos Humanos se refiere de manera

específica a este problema, que afecta el núcleo de los Derechos Humanos, e intenta,

dramáticamente, llamar a la conciencia de los gobernantes de AL. En el Caso Villagrán

Morales y Otros versus Guatemala (Fondo,1999), en una sentencia del 19 de

noviembre de 1999, asienta lo siguiente:

“El derecho a la vida implica no sólo la obligación negativa de no privar a nadie de la vida arbitrariamente, sino también la obligación positiva de tomar las medidas necesarias para asegurar que no sea violado aquel derecho básico. (…) El derecho a la vida no puede seguir siendo concebido restrictivamente, como lo fue en el pasado, referido sólo a la prohibición de la privación arbitraria de la vida física. (…) El deber del Estado de tomar medidas positivas se acentúa precisamente en relación con la protección de

la vida de personas vulnerables e indefensas, en situación de riesgo, como son los niños de la calle. La privación arbitraria de la vida no se limita, pues, al ilícito del homicidio; se extiende igualmente a la privación del derecho de vivir con dignidad. (…) En los últimos años, se han deteriorado notoriamente las condiciones de vida de amplios segmentos de la población de los Estados. Parte en la Convención Americana, y una interpretación del derecho a la vida, no puede hacer abstracción de esta realidad, sobre todo cuando se trata de los niños en situación de riesgo en las calles de nuestros países de América Latina. Las necesidades de protección de los más débiles, -como los niños de la calle- requieren en definitiva una interpretación del derecho a la vida de modo que comprenda las condiciones mínimas de una vida digna. (…)Una persona que en su infancia vive, como en tantos países de América Latina, en la humillación de la miseria, sin la menor condición siquiera de crear su proyecto de vida, experimenta un estado de padecimiento equivalente a una muerte espiritual; la muerte física que a ésta sigue, en tales circunstancias, es la culminación de la destrucción total del ser humano. Estos agravios hacen víctimas no sólo a quienes los sufren directamente, en su espíritu y en su cuerpo; se proyectan dolorosamente en sus seres queridos, en particular en sus madres, que comúnmente también padecen el estado de abandono”.

Esta decisión se fundamenta, por supuesto, en el hecho de que los niños son,

intrínsecamente, vulnerables e incapaces para asegurarse por sí solos el respeto de

sus derechos. Del texto de la misma se infieren, tanto una admonición dirigida al

aparato de los Estados Parte, como una condena de las condiciones de vida que “En

los últimos años se han deteriorado notoriamente”, y de las cuales “…no se puede

hacer abstracción”; es decir, que más allá de consideraciones jurídicas de carácter

dogmático, la Institución considera la innegable importancia que para la vida en

general, y para la del niño en particular, tienen las condiciones económicas y sociales

donde el humano ha de desempeñarse. De allí que la interpretación de los derechos

humanos, y del derecho a la vida, en particular, comprenda las condiciones mínimas

de una vida digna, asunto en el cual el Estado tiene una responsabilidad indeclinable.

1.4. Definición

Los niños de la calle se caracterizan porque pasan la mayor parte del tiempo en la calle;

la calle es su hogar, su territorio, el lugar donde, a partir del momento de la huida o la

expulsión de su casa, recibirán una socialización distinta a la del resto de los niños de

su edad y adquirirán una identidad propia.

Según la UNICEF y la OIT, citadas por Azuaje (2005), los niños de la calle

“Son niños y adolescentes con edades inferiores a los dieciocho años, con vínculos familiares débiles o inexistentes, que hacen de la calle su hábitat principal y desarrollan en ella estrategias de sobrevivencia, hecho que los expone a distintos tipos de riesgo”. Los hogares de procedencia de estos niños están constituidos por mujeres abandonadas por sus parejas que deben dejarlos solos para salir a trabajar o arrojarlos a la calle y procurarse los recursos que contribuyen al sustento de dichos hogares. Otra caracteristica está ligada a la marginalidad, la pobreza extrema, a las carencias de vivienda, a la fragmentación familiar, o al abandono del hogar o al maltrato que empuja a dichos menores a alejarse de su núcleo familiar, a la deserción escolar, a las necesidades básicas insatisfechas, al trabajo prematuro para subsistir. Incluso está dispuesto a la transgresión de la ley y normas establecidas. Practican la mendicidad, la prostitución, robo, tráfico de drogas, con frecuencia usan inhalantes que son tóxicos, pero no adictivos, que les permiten acceder a dinero o a bienes útiles para su sobrevivencia” (Azuaje, 2005, p. 91).

Su característica principal es que están dentro del rango comprendido entre cinco a

diecisiete años y la cifra aproximada (en Venezuela) es de entre 5 mil a 8 mil niños y

jóvenes que son en su mayoría analfabetas y/ o desertores de la escuela en los

primeros grados de educación básica. En un censo reciente realizado en la ciudad de

Maracaibo, se conoció la cifra, para esa ciudad, de 1968 “pequeños abandonados”,

según el titular de un periódico local (Diario Panorama, 10-12-2005)

La mayoría de estos niños tiene padre y madre; son pocos los casos en que no

conocen a sus progenitores. Un alto índice de jóvenes se fuga de sus hogares por

maltrato de los padres o padrastros, lo que los aparta de sus familias y los arroja a la

calle, otros lo hacen acuciados por el hambre.

Según hemos podido observar, los niños de la calle presentan problemas de

desnutrición, dermatológicos, respiratorios y pulmonares; también presentan retardo

socio cultural; algunas veces enfermedades venéreas, detención del crecimiento y

dificultades para expresarse correctamente. Esto último, aunado al hecho que utilizan

con mucha frecuencia expresiones de la jerga propia de la calle, dificulta la mutua

inteligencia, especialmente en las etapas iniciales del trato.

Algunos jóvenes trabajadores de la calle realizan actividades lícitas, como la venta de

productos para el consumo inmediato (“granjerías”); algunos son limpiabotas, lavadores

de carros, cuidadores de vehículos, vendedores o distribuidores de diarios, revistas o

libros,

En la actualidad, y según algunos estudios realizados en nuestro país, los niños de la

calle se ubican en las ciudades venezolanas “en focos urbanos caracterizados por un

intenso comercio informal, mercados populares y centros comerciales, tránsito

voluminoso de personas y/o vehículos, terminales de pasajeros y sus adyacencias”.

(Funda ici, 1991: 69)

La mayoría de ellos desconfía de las personas adultas, autoridades y educadores. Se

transforman en manipuladores por la falta de afecto familiar; estas características,

además de la señalada supra dificultan el contacto directo con ellos cuando se tiene en

mente la realización de planes o programas en relación con su situación.

La OIT dice que existen más de 300 millones de niños que trabajan en el mundo.

De acuerdo con una investigación de UNICEF, citada por Weber (1995), los niños de

la calle pueden ser clasificados en niños de la calle y niños en la calle, correspondiendo

la segunda categoría a aquellos que mantienen, a pesar de su deambular en la calle,

algún tipo de soporte familiar y vuelven a su casa por la noche. Los niños de la calle

pasan el día y la noche en la calle, carecen de soporte familiar.

En este trabajo utilizaremos la denominación general de niños en situación o en

condiciones de calle o, en general “niños de la calle”, sin diferenciar entre niños “de la

calle” y niños “en la calle”. Se aclara, no obstante, que el grupo de estudio, acerca del

cual se realiza este trabajo, está compuesto por 12 niños “en la calle”, ya que todos,

aunque en algunos casos débilmente, mantienen vínculos con su familia de origen. A

menudo, se utilizará la expresión “muchachos”, en el sentido de “niño que no ha llegado

a la adolescencia”, o en el más familiar de “persona que se halla en la mocedad”

(D.R.A.E, 2000). En ambos casos por supuesto, la expresión será totalmente neutra y

exenta de cualquier sentido valorativo.

1.5. Los Niños de la Calle en Coro, Estado Falcón

Desde hace aproximadamente cuatro años se ha venido observando la presencia de

un número creciente de niños y adolescentes que deambulan libremente por las calles

y avenidas de la ciudad de Coro, especialmente en los alrededores del cruce de

avenidas conocido como “Los Tres Platos” y a lo largo de la Avenida Independencia,

sitio de ubicación de restaurantes, franquicias, centros comerciales y, en una palabra,

lugar de intensa actividad comercial, especialmente por las tardes y los fines de

semana. También pueden ser observados en el Terminal de Pasajeros y en un tramo

del sector carretero que bordea el Parque Nacional Los Médanos, entre la intersección

de la Variante Norte y la alcabala de la Guardia Nacional. Estos niños y adolescentes

se dedican a cuidar vehículos, a vender “granjerías”, a mendigar, a realizar juegos

malabares o acrobáticos y, en ciertos casos, amenazar a los transeúntes que, en

respuesta, les hacen entrega de dinero o comida, movidos unas veces por la compasión

y otras veces, acaso, por el temor de ver dañados sus vehículos o con la intención de

apaciguarlos, debido a la aprensión que el aspecto de dichos niños les causa. No pocas

veces los ciudadanos asumen conductas agresivas ante estos niños y les amenazan o

amagan con agredirles y, así, alejarles, temiendo la agresión o precaviéndose contra un

posible despojo de alguna pertenencia. En general, se observa en los grupos referidos

un comportamiento grupal marcado, casi tribal; se observa, asimismo, una conducta

territorial y una solidaridad automática entre los miembros de cada grupo.

La problemática definida por la existencia de los grupos descritos, a quienes de manera

genérica se les denomina con la expresión “Niños de la Calle”, es común en algunas

ciudades de Venezuela y ha sido objeto de variadas interpretaciones en el propósito de

explicar sus orígenes y causación. Los gobiernos regionales, con mayor o menor éxito,

han afrontado la situación y, en ese camino, han erigido sistemas de protección en

aplicación e interpretación de los principios y mandatos de la Ley Orgánica para la

Protección del Niño y del Adolescente (LOPNA)

Actualmente, y en la prosecución de una actividad que comenzó en el Estado Falcón

hace por lo menos tres años, se está integrando una red de instituciones que bajo el

nombre de Misión Josefita Falcón, primero, y actualmente bajo la denominación de

“Programa de Atención a los Niños y Adolescentes en Situación de Calle del Municipio

Miranda y Carirubana del Estado Falcón”, tiene el propósito de desarrollar los

programas previstos en los Artículos 124 al 128 de la mencionada Ley, referidos a la

protección y la atención a los niños y adolescentes, en el sentido de asegurarles los

derechos y garantías consagrados en la LOPNA.

1.5.1. Cronología de antecedentes del programa

Este programa ha tenido una evolución cuyo punto de arranque puede situarse en la

segunda mitad del año 2002, cuando la Fundación del Niño Falcón comenzó las

tentativas de acercarse a los niños de la calle y prestarles atención. Tales tentativas

fueron motivadas por la compasión y por el deseo de hacer algo por una población que,

evidentemente, sufría de grandes carencias y presentaba una aguda situación de riesgo

al permanecer en la calle sin guía, sin atención de los padres y expuesta a los avatares

que ya hemos mencionado en los párrafos iniciales de este trabajo.

Las tentativas de acercarse a los niños de la calle en Coro pueden ordenarse

cronológicamente dentro de tres planes consecutivos, en una secuencia marcada por la

inviabilidad de las tentativas iniciadas. Al analizar estos planes habría que preguntarse

cuál fue la razón del fracaso de los mismos. Una respuesta provisional vendría dada

por la comprobación de la ausencia de una teoría científica que realmente orientara la

acción. Ante esta situación, intervine como asesor de una reestructuración de todo el

proceso. Esta reestructuración obedeció a una secuencia en la cual señalé los

lineamientos teóricos para la acción, pero aún quedaba por resolver el problema de la

fundamentación científica y epistemológica para que quedara realmente como un plan

consolidado de acción. En ese sentido, a través de la técnica de la investigación

participante, he proseguido en la actividad de obtención y análisis de información y de

fundamentación teórica y epistemológica, propia de esta modalidad.

1.5.1.1. El Plan “A”.

El así llamado Plan A. comenzó, previo un diagnóstico y un censo realizado en el año

2002 en Coro y Punto Fijo, con recorridos nocturnos. En esa oportunidad se abordó a

cada niño, venciendo su carácter arisco y desconfiado y se logró llegar a las madres en

una reunión donde se les ofreció empleo, uniformes para los niños y se les garantizó

bolsas de comida para paliar las carencias alimenticias. La finalidad era la de sacar a

los niños de la mendicidad callejera e incorporarles al sistema educativo, supervisando

a cada familia para hacer los ajustes necesarios. Esta situación duró hasta la

oportunidad del motín en la Cárcel de Coro, en mayo de 2003, cuando las madres de

los muchachos que estaban siendo atendidos, cuyos compañeros en su mayoría eran

reclusos (y algunos todavía lo son), se convirtieron en rehenes voluntarios de los

amotinados, perdieron los empleos por inasistencia al trabajo y hasta muchas de ellas

resultaron embarazadas como resultado de su permanencia al lado de los reclusos.

Cuando se hace el balance de esta etapa, el resultado arroja no más de tres

muchachos incorporados al sistema educativo en Coro y no más de cinco en Punto Fijo.

En conclusión, el impacto fue escaso y no significó una solución real del problema, lo

cual pone de manifiesto que la estrategia empleada, por sí misma, tampoco ofrece

posibilidades exitosas.

1.5.1.2. El Plan “B”.

El Plan B incorporó a la sociedad civil al programa de rescate. Por medio de gestiones

realizadas por el personal de la Fundación del Niño, se garantizó trabajo para algunos

de los niños y se les inscribió en la escuela. Muchos de los muchachos fueron

contratados por los supermercados para realizar trabajos menores, pero con la

posibilidad de obtener ascensos de acuerdo con su desempeño y comportamiento. De

este plan el resultado fue de 2 muchachos rescatados. Este plan no tuvo mayor

efectividad debido a que los muchachos abandonaban sus labores, o asistían

irregularmente, seducidos por el llamado de la calle, a la que nunca dejaron de

pertenecer.

En conclusión, este plan tampoco arrojó resultados positivos apreciables debido,

fundamentalmente, a que se carecía de una visión del problema que permitiera incidir

sobre los patrones de socialización que los niños habían adquirido en la calle; que

viabilizara cambios en la conducta aprendida fuera de sus hogares, por lo que se

desecho como estrategia apropiada para resolver de manera real y efectiva el problema

de los niños de la calle.

1.5.1.3. El Plan “C”. La casa La Urupagua

El Plan C surge como concreción de la idea de un agente de policía dedicado a la

actividad deportiva, y quien convenció a las autoridades de las bondades del deporte

como vía para apartar a los niños de su existencia callejera.

Se dispuso un bus para recoger a los niños, captándoles a través de una conversación

personal con cada uno y ofreciéndoles la oportunidad de realizar deportes, hacer viajes,

paseos y excursiones. Se logró así captar la confianza de los muchachos, quienes

mostraron interés por la actividad deportiva. Empero, se carecía de una infraestructura

en la cual realizar una actividad centralizadora y organizativa de los muchachos; se

carecía, asimismo de un programa específico y de algún personal especializado que lo

realizara. En virtud de esa necesidad, que se consideraba imperiosa, se decidió

disponer de una casa que formaba parte del sistema de atención de la Fundación del

Niño en el Municipio Miranda y que estaba siendo poco utilizada, con una baja

matrícula y escasa asistencia de escolares. Así, en enero de 2004, la Casa de los Niños

La Urupagua, pasó a atender a niños de la calle. Con ese propósito se dispuso, además

del nuevo espacio, la incorporación a la Casa La Urupagua de un grupo de

profesionales de la enseñanza para que atendiera a los niños en las necesidades

educativas; también de un Trabajador Social, una orientadora y hasta de un

entrenador deportivo.

Como se apuntó supra (1.5.1.) el estado de la población beneficiaria (niños, niñas y

adolescentes en situación de calle) movía necesariamente los sentimientos

humanitarios, además de que, al decir de muchos, producía un clamor público al

señalar la situación como un feo lunar de nuestra sociedad democrática y animada por

el valor de la justicia. No obstante, y ello debe recalcarse, pasado el momento de

captación de los niños y ya instalados en la Casa Urupagua, debió iniciarse un proceso,

un encuadre que asegurara no sólo proveer a los beneficiarios de la asistencia que su

condición de venezolanos les asegura, sino también, y muy especialmente, la

orientación necesaria para la creación de valores diferentes a los de la calle, dominio de

impulsos que morigeraran la violencia a que estaban acostumbrados como respuesta a

las vivencias de la calle, contención, hábitos de higiene, etc. Todo ello dirigido a crear

o propiciar una percepción, por parte del niño captado, de la posibilidad y necesidad de

cambiar algunos comportamientos que, a la postre, le condujeran a la asunción plena

de la ciudadanía como personas adultas de nuestra sociedad; una actitud prosocial: en

pocas palabras; estructurar en la referida población la necesaria función paterna y el

proceso de socialización en el que aquélla constituye pivote fundamental; un proceso

socio educativo en el cual, necesariamente, se recorrerían instancias de resocialización

en unos niños y adolescentes que, por venir de hogares disfuncionales y

desestructurados, presentaban un cuadro que algunos, en su momento, calificaron de

desocialización, de socialización incompleta o de socialización en los valores de la

calle..

Antes por el contrario, se procedió a donar a cada niño y adolescente reclutado para la

Casa Urupagua objetos costosos que, al día siguiente en muchos casos, habían

destruido o vendido. Se les permitió todo tipo de excesos dentro de la Casa , creándose

el mito de la intangibilidad y de la impunidad de los niños y adolescentes que allí

recibían atención, dándoles cada vez más, satisfaciéndoles necesidades reales o

ficticias, sin solicitar de ellos nada a cambio; las conductas groseras, disruptivas,

transgresoras, ofensivas y agresivas aprendidas en la calle, acaso como respuesta a la

violencia intrínseca de la calle, nunca fueron contrariadas, reprimidas o corregidas. El

pretexto para tales omisiones, que constituían una conducta más que permisiva, tenía

como excusa “las carencias afectivas” de todos y cada uno de los beneficiarios de la

Casa Urupagua. Este proceso omisivo determinó una situación en la cual las conductas

que tradicionalmente toda sociedad ha prescrito como contrarias al orden y al necesario

respeto mutuo, se vieron con lenidad rayana en la alcahuetería.

En consecuencia, se reforzaron conductas negativas, se premiaron la grosería y el

irrespeto, la agresividad, el comportamiento insolente y amenazante de los jóvenes del

programa.

Pero eso no fue todo. Por el lado de los maestros, profesores y responsables, en

general, el proceso tuvo efectos demoledores. El sentimiento de vergüenza substituyó,

en mucho casos, el orgullo que todo educador debe sentir, al recibir diariamente

amenazas, injurias y vejaciones por parte de quienes están tradicional y legalmente,

llamados a respetarles. Se sentían humillados por no poder ejercer ninguna acción

contra el ultraje diario: Hubo hasta quienes renunciaron a sus puestos de trabajo

perseguidos por la sensación de su propia indignidad y de la inutilidad de su esfuerzo .

De igual manera, y ello pudo ser comprobado personalmente, gran parte de los

profesores y responsables de la Casa Urupagua desarrollaron trastornos paranóicos: no

se atrevían a salir con sus familiares los domingos, por ejemplo, pues temían las

agresiones que los beneficiarios de la Casa Urupagua les prometían. Algunos dejaron

de dirigirse a su trabajo en sus vehículos ante los daños que éstos sufrieron al

estacionarlos en las afueras de la Institución y ser objeto de ataques por los niños de la

Casa. Otros, sencillamente, desarrollaron conductas de evitación, como la de hacerse

suspender por algún médico, para huir de la situación reinante en la Institución.

Tal anormalidad se fundamentó en parte, como ya se dijo, en el mito de la intangibilidad

de los niños y en una interpretación absurda de los preceptos de la LOPNA. Asimismo,

se pudo percibir la existencia de campañas aviesas que tendían a atemorizar a los

educadores de Urupagua quienes, ante la posibilidad de perder sus empleos, no se

atrevieron a sancionar o tomar la más mínima medida contra ninguno de los niños o

adolescentes del programa, independientemente de lo escandaloso o aun obscuro que

tal comportamiento pudiera resultar.

1.5.2. Crítica a la concepción y realización de los planes anteriores.

Pero quizás el factor más importante que se observa al analizar retrospectivamente el

período del Plan “C”, es el hecho de que, básicamente, las autoridades de la

Fundación del Niño, aparte de estar animados por tendencias y concepciones altruistas

y paternalistas, compartían el mismo marco interpretativo de los educadores de la Casa

La Urupagua, quienes actuaban orientados por una mezcla de paternalismo, caridad y

pedagogicismo. Este último término, el pedagogicismo, alude en este caso a la

tendencia a aplicar como única explicación del problema de los niños de la calle, tanto

en lo que respecta a su origen y causalidad, al proceso de su aparición y –

especialmente- a su solución, medidas de carácter exclusivamente educativas. Tal

concepción revela, en primer lugar la carencia de información real, tanto empírica como

documental sobre el problema de los niños de la calle.

Se observa, especialmente, que no se estudió el problema en vivo, haciendo contacto

con la realidad existencial del niño de la calle, con sus comportamientos, con su entorno

hogareño (en el caso de que existiese), con sus necesidades reales, tanto objetiva

como subjetivamente, con el proceso socio histórico que le da origen; con la

complejidad de la cultura (o de la sub cultura) en la cual el niño de la calle está

inmerso.

Desde otro punto de vista, y aparte de la complejidad del problema, que no estaba

siendo considerado por los educadores de la Casa La Urupagua, hay que recordar que

el problema es algo relativamente nuevo, que no podía ni puede ser examinado desde

el sencillo esquema de las necesidades de lecto – escritura, por ejemplo. Y es que el

niño de la calle no responde al modelo ideal del niño escolarizado. El niño de la calle, al

contrario, responde a un modelo que, seguramente, tiene algo que informarnos en

cuanto a drogas, prostitución, abandono, hambre, violencia y estigma. Porque eso

forma parte de su mundo, un mundo al margen de lo socialmente aceptado y

consagrado como “normal”; forma parte de su mundo de “desviación”, de “transgresión”,

de su mundo marcado por grandes carencias, de su mundo de exclusión.

Entonces, esta pretensión, la de arbitrar soluciones para un problema nuevo y complejo

desde paradigmas clásicos y frecuentemente extraños a nuestro entorno, desde el

primer momento debía resultar fallida y constituiría, como constituyó, lo que Sergio

Moscovici (1961) denomina “anclaje”, es decir, un intento de apreciar y analizar una

realidad nueva con anteojos viejos, deformando la nueva realidad lo suficiente para que

encaje en el marco preestablecido de nuestros esquemas familiares. Es un aproximarse

a los hechos actuales con instrumentos superados, no sólo en la concepción ontológica

de la realidad, sino también en lo referido a la pertinencia política y jurídica de los

instrumentos utilizados.

Está claro que un maestro, un orientador, un educador, en general, puede conocer

mucho sobre las teorías de María Montessori, John Dewey o, aun, Jean Piaget; pero

esas teorías, siendo como son tan respetables, carecen de la amplitud y actualidad

suficientes para apreciar un problema social de la compleja y actual índole de los niños

de la calle.

En consecuencia, siendo el problema de carácter social, es decir, complejo, como ya

se explicó supra (1.2), requiere un abordaje que logre unificar las visiones parciales de

las ciencias sociales, psicológicas y educativas, y expresarse en un lenguaje

pragmático, en el sentido de arbitrar soluciones para el problema, que supere la

parcialización de cada ciencia o disciplina por separado.

Dado lo anterior, este trabajo tiene como objetivo fundamental, referirse a la formulación

de un programa de atención, prevención e inclusión para los niños, niñas y

adolescentes en situación de calle de la ciudad de Coro, Municipio Miranda del Estado

Falcón.

2. Formulación del Problema.

Para abordar la solución del problema se partió de una alocución presidencial, en la

cual el Jefe del Estado se refirió al problema de los niños de la calle, indicando la

disposición del Gobierno Nacional para proceder a erogar los fondos necesarios en el

camino de enfrentar la situación, previa la presentación de programas, Así, la

Fundación del Niño Falcón inició en el mes de agosto de 2005 una actividad dirigida a

crear las condiciones para la confección de un proyecto ad hoc.

Una de las primeras medidas, en el sentido anotado, fue la designación de una

Licenciada en Trabajo Social con amplias facultades en materia de selección de

personal, programación general y diseño y ejecución de la estrategia para el abordaje

del problema. De manera que, dadas las funciones que en aquel momento

desempeñaba como Asesor de la Primera Dama del Estado Falcón, también asumí el

asesoramiento de la profesional del Trabajo Social, que había sido designada para

enfrentar el problema de los niños de la calle, razón por la cual, y como punto de

partida, se plantearon las siguientes interrogantes:

¿Qué hacer con el muchacho afectado por el estigma, afectado por la baja autoestima y

prisionero de la violencia callejera?

¿Qué hacer con el muchacho que, aunque no sufre ninguna afección física, corporal, se

encuentra excluido de una vida ciudadana normal porque nadie cree en él,

fundamentalmente su familia?

¿Qué hacer con el muchacho que aunque no ha incurrido en la comisión de alguno de

los delitos formalmente establecido en la legislación se encuentra viviendo en medio de

una situación proclive al crimen, en el plano inclinado que, más tarde o más temprano

lo colocará en situación de sub judice?

¿Cómo combatir las ideologías discriminatorias que potencian la exclusión del niño de

la calle?

¿Cómo inducir en el niño de la calle, de manera eficaz, los hábitos y costumbres que le

permitan salir de la exclusión e incorporarlo al corpus social sin que por ello se convierta

en un ser alienado a una sociedad que consideramos esencialmente injusta?

¿Cómo hacer para que el proceso de rehabilitación, protección, atención, e inclusión no

se conviertan en un mecanismo de integración y reproducción del status quo en el niño?

¿Cómo hacer para, separando al muchacho de la calle de la exclusión, conformar en

éste una actitud juiciosa, no conformista y transformadora, diferente a la de los

programas anteriores, en los cuales se había reforzado la conducta irresponsable y sin

objetivos claros para la vida

Con la finalidad de dar respuesta a esos interrogantes, se plantearon los siguientes

objetivos:

3. Objetivos de la Investigación.

3.1. Objetivos Generales:

1. Diagnosticar los factores socio históricos, económicos y estructurales que explican

la existencia de los niños de la calle en el Municipio Miranda del Estado Falcón.

2. Diseñar un programa integral de rehabilitación, atención, protección e inclusión para

niños, niñas y adolescentes en condiciones de calle en el Municipio Miranda del

Estado Falcón, a través de un equipo terapéutico, padres, madres, representantes y

niños en situación de calle en el Municipio Miranda del Estado Falcón.

3.2. Objetivos Específicos

1. Establecer un marco teórico referencial para el análisis del problema de los niños de

la calle.

2. Explicar los factores socio económicos, históricos y estructurales que determinan el

problema de los niños de la calle.

3. Caracterizar la población en estudio.

4. Caracterizar los fundamentos legales aplicables al problema de los niños de la calle

5. Caracterizar la percepción que los niños de la calle tienen de su situación actual

(resultados provisionales)

6. Caracterizar la percepción que tienen las madres de los niños de la calle sobre dicha

situación

7. Explicar la prosecución del plan de acción en su primera etapa.

8. Establecer el programa consolidado sobre las bases de visión, misión, estrategia

organización y recursos.

4. Justificación de la Investigación.

La relevancia social del estudio, sobre todo desde la óptica social, salta a la vista: el

problema de la infancia y la juventud en condiciones de riesgo evidencia la violación de

derechos fundamentales y debe ser conjurado, no sólo porque hipoteca, en cierto

modo, el futuro de la Nación, sino porque, en todo caso y esencialmente, constituye un

problema humano que, de no tratarse a tiempo, puede llegar a constituirse en algo de

proporciones inmanejables desde el punto de vista social, con consecuencias

imprevisibles.

Desde el punto de vista institucional, el estudio servirá para encauzar de una manera

cierta los esfuerzos que se están haciendo en el Municipio Miranda del Estado Falcón y

definir un programa aplicable, mutatis mutandis, al resto del Estado Falcón.

La relevancia científica del estudio reside en el definido enfoque holístico que preside el

mismo, configurado desde la sociología, la criminología, la socio historia y la psicología

social. De igual manera, sugerirá nuevos instrumentos y enfoques para el estudio del

problema.

Visto desde la relevancia personal de esta investigación, se aprecian dos niveles

diferentes. El primero se refiere al cumplimiento, por parte del autor, de un trabajo de

grado para aspirar al Título de magíster scientiarium en Criminología; el segundo se

refiere a los valores del investigador, quien está totalmente identificado, personal y

científicamente, con los procesos sociales que tiendan a superar los niveles de

injusticia y exclusión presentes en la sociedad venezolana como condicionantes de la

violencia y la criminalidad. De igual manera, la realización de este estudio redundará –

de ello no cabe dudas- en un mayor conocimiento, por parte del investigador, de las

peculiaridades de un problema que se proyecta hacia el futuro del país, y en una acción

dirigida a facilitar el desarrollo de políticas de protección, atención e inclusión de una

población vulnerable, como son los niños de la calle.

5. Delimitación de la Investigación

Esta investigación, vinculada a la línea de investigación sobre Derechos Humanos del

Instituto de Criminología de la Facultad de Ciencias Políticas y Jurídicas de la

Universidad del Zulia, se llevó a cabo en la población de niños de la calle atendidos en

la Casa Urupagua de la Fundación del Niño, Municipio Miranda, Estado Falcón, en un

período de diez meses y por medio de los instrumentos que se definen en el capítulo de

la metodología.

CAPITULO II. MARCO TEÓRICO

CAPITULO II MARCO TEÓRICO

1. Fundamentos Epistemológicos, Ontológicos y Axiológicos.

En la presente investigación, realizada desde la óptica sistémica y con el método de la

investigación acción, se recoge la formulación de un programa realizado en el Proyecto

de Atención a los Niños, Niñas y Adolescentes en Situación de Calle del Municipio

Miranda del Estado Falcón, a través de un método interactivo que tiene como fin último

la inclusión, en su sentido más amplio, de los niños beneficiarios del programa. Se

realiza una revisión bibliográfica, incluyendo las normas legales aplicables; se analizan

las entrevistas realizadas, se determinan las fases del programa, se establece un

encuadre institucional y se evalúan algunos resultados preliminares

Para desarrollar esta investigación se ha seleccionado un paradigma ecléctico, o

sintético, dada la complejidad del problema. En este sentido, los puntos básicos de

este paradigma están centrados en la concepción holística, en la concepción de la

realidad como complejidad, en la concepción sociológica, en la criminología, en la

psicología social, en la concepción histórica contextual o socio histórica y en la

sistémica. Y como valores se asumen la problemática de la exclusión, de la no

exclusión y del riesgo social. Para desarrollar esto, se tiene, en primer lugar, una

exposición acerca de la visión holística del autor; y luego se expondrá una crítica tanto

al sentido común como una crítica a la visión institucional del problema.

1.1. La holística. La complejidad. La historia.

La palabra holística es un adjetivo que se refiere al conjunto, al “todo” en sus relaciones

con sus partes en interacción (Weil,200 p.11). La holística es la visión resultante de la

aplicación de todas las visiones limitadas, parciales, estructuradas dinámicamente. La

visión holística “traduce una perspectiva en la cual el todo y cada una de sus sinergias

están estrechamente ligadas con interacción constante y paradójica” (p.12)

La holística proporciona una mirada abarcante, integradora, no reduccionista, hacia la

comprensión amplia del evento, visto desde varios puntos de vista, con sentido unitario,

en una pauta de relaciones complementarias, a la búsqueda de la comprensión total.

De acuerdo con Hurtado (2000) “los procesos del conocimiento se dan por una

condición natural humana holística, es decir, integradora, condición esta que facilita el

apreciar los eventos en su mayor complejidad, en sus mayores posibilidades y en las

múltiples relaciones que presentan con su contexto” (p.11)

En relación con la complejidad, Morín (1990), afirma que ésta está siempre presente

en la acción intelectiva del hombre, y le atribuye a la complejidad dos características o

notas particulares: la multidimensionalidad y la complicación. Ambas,

multidimensionalidad y complicación, suponen la aleatoriedad, la incertidumbre. Y es

que la conciencia de la multidimensionalidad nos lleva a la idea de que toda visión

unidimensional, toda visión especializada, parcial, inmóvil, fija, es pobre. De allí, que

“tenemos sentido del carácter multidimensional de la realidad y no hay realidad que

podamos comprender de manera unidimensional” (p.100), además, la idea de

complejidad lleva en sí la idea de retroacción, de entrelazamiento, conciencia de las

derivas, de las transformaciones y de la imposibilidad de unificar, de acceder al todo,

del logro definitivo (p.136).

La existencia de los niños de la calle, como problema social, debe ser vista en su

proceso de formación históricamente determinado; es decir, no ha existido siempre,

sino como consecuencia de determinados hechos ocurridos en la dimensión temporal.

El niño de la calle constituye un arquetipo, un ser humano específico, producto de las

precarias condiciones de vida que densos sectores de la población venezolana han

debido confrontar desde que se instaló en nuestro país la crisis económica de la

llamada “Década Perdida”. No se es persona en abstracto, atemporalmente; se es

persona históricamente condicionada

1. 2. Crítica al sentido común

Cuando se le pregunta a un trabajador social, profesor, pedagogo, ama de casa,

maestro, sacerdote, etc., acerca de las causas que originan el problema de la existencia

de los niños de la calle, invariablemente todos, abstracción hecha de la edad,

formación o título académico, responden que es “un problema de valores”, que el

problema se origina en el hogar: en la irresponsabilidad de los padres, en los maltratos

que ocurren en la casa, en el abandono, en el hecho de que los hogares, en su

mayoría, estén constituidos monoparentalmente, por la ausencia del padre, etc.

Evidentemente que estas percepciones, aunque aparentan ser lógicas, se centran

exclusivamente en el hogar, sin considerar la inserción de esta institución en el contexto

social; establecen una relación unicausal, de causa-efecto, sin considerar la

multiplicidad de factores que pueden estar involucrados en el origen del

problema;.carecen de una visión de conjunto, no ubican el problema en un contexto

histórico-social; no lo consideran como parte de un proceso, lo cual le resta

profundidad, no sólo en la concepción del mismo, sino en la posibilidad de diseñar

políticas acertadas para tratarlo. De igual manera, tales opiniones, de carácter intuitivo,

espontáneas, constituyen las llamadas proposiciones “evidentes en sí mismas”, que no

son sometidas a ninguna comprobación ni lógica ni empírica.

1.3. Crítica a la concepción institucional

Asimismo, se ha dicho, desde algunas instituciones que se suponen con

responsabilidad en el asunto, que los niños de la calle representan un problema de

salud; también se ha afirmado que constituyen un problema de carácter educativo; que

su existencia expresa la desestructuración de la familia; que pone de manifiesto la

desidia de la sociedad y del Estado; que ponen de manifiesto una especial carencia

afectiva…En fin, como decíamos, varias y diversas son las opiniones que intentan

determinar la etiología del problema, sin que ninguna de ellas, por separado, pueda ser

aceptada, a la luz de cualquier consideración analítica cuidadosa, como definitiva y

consistente por sí sola: En general, por el contrario, puede afirmarse que cada una de

las razones expuestas puede ser considerada como una dimensión del problema, como

parte de la definición del mismo, lo cual, considerando todos los factores envueltos, nos

llevaría a concluir que el problema de los Niños de la Calle es un problema de índole

social, con toda la complejidad que esta expresión comporta.

La consideración fragmentaria del problema de los niños de la calle impide la

comprensión del mismo, así como limita y condena al fracaso los intentos que puedan

hacerse para buscar soluciones. Se impone, entonces, abordar el problema desde una

óptica sistémica, acorde con la complejidad que caracteriza a todos y cada uno de los

problemas del hombre.

En pocas palabras, el problema de los niños de la calle debe ser considerado dentro del

ámbito de la situación humana, de un individuo o grupo, en relación con los otros y

dentro de determinadas situaciones históricas y sociales. En este sentido, la

consideración de las dimensiones propuestas (salud, educación, familia, economía,

etc.) estarán centradas en torno de las consideraciones socio históricas, económicas,

criminológicas, sociológicas y de la psicología, lo que en el criterio de quien escribe

resulta de particular importancia, especialmente cuando se refiere a estructurar

programas de control del problema.

Así, pues, al elaborar una teoría de tal naturaleza, se busca diseñar un programa de

atención integral dirigido a niños, niñas y adolescentes en situación de calle en el

Municipio Miranda del Estado Falcón, a partir de un diagnóstico situacional. Esta

decisión tiene un especial valor, tanto en lo que respecta a la visión general del

problema como a las posibilidades ciertas de solución del mismo, pues se aleja

totalmente de otras estrategias utilizadas hasta el momento y que partían de una

concepción estrictamente asistencialista, paternalista y filantrópica o caritativa, sin

metas ni objetivos claros. En este programa se parte de la consideración del niño de la

calle como excluido; luego la estrategia del mismo sería la inclusión del niño,

llenándose en el proceso instancias de socialización.

Desde otro punto de vista, el programa está comprendido dentro de las coordenadas de

la prevención, pues ésta está dirigida, en primer lugar, “a la conservación del ser

humano y a la disminución del riesgo de la delincuencia juvenil en un momento anterior

a la aparición de actos delictivos desde el punto de vista legal” (Finkel, 1971). Esta

definición ubica el trabajo en los predios de la criminología, disciplina dentro de la cual,

en último término, se pretende adscribir el mismo.

2. Antecedentes Académicos

La presencia de los niños de la calle en Venezuela y las condiciones de su aparición,

así como el hecho de las actitudes de la población en torno a ello, ha sido objeto de

preocupación por parte de variados investigadores, tanto oficiales como académicos,

individualmente o por parte de instituciones. De manera que el estudio que en este

trabajo se aborda tiene variados antecedentes, de los cuales se han seleccionado

algunos producidos en la Universidad del Zulia, tanto en la Escuela de Trabajo Social

como en el Post Grado de Criminología, ambos pertenecientes a la Escuela de Derecho

de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas.

1. En un trabajo de 1981, el grupo compuesto por Irene Carrero García, Adriana Rangel

y Migdalia Velazco elaboró el Trabajo Espacial de Grado titulado “Condiciones sociales

que determinan el trabajo del menor a temprana edad”, para optar al Título de

Licenciados en Trabajo Social. Este es un estudio teórico práctico, inspirado en el

materialismo histórico, sobre las condiciones sociales que determinan el trabajo del

menor a temprana edad y considera que el fenómeno está enraizado en la problemática

social consustanciado con el modo de producción imperante en Venezuela.

Luego de caracterizar el Sistema Capitalista Mundial (SCM), las peculiaridades socio

económicas de Venezuela y analizar aspectos socio económicos, laborales, educativos,

de salud e institucionales, concluye afirmando en forma genérica, que el

funcionamiento del Sistema de Producción Capitalista, fundamentado en el dominio

hacia aquellos países donde se destaca una desorbitada explotación económica,

acentuada desigualdad social, injusta y desigual distribución de la riqueza, trae consigo

un estado de miseria progresiva en gran parte de la población , privada de capacidad

para satisfacer sus necesidades y participar de los beneficios que brinda la sociedad.

En nuestros países, el Estado impone políticas cuyo contenido y acción se dirigen a

producir mayores beneficios a la clase dominante a través de la maximización de los

beneficios. Aun cuando a través de organismos de planificación se plantea elevar el

estado de bienestar de la sociedad, la clase desposeída de los medios de producción

ve mermada sus posibilidades de desarrollo y aspiraciones humanas. En este orden de

ideas, de acuerdo con las autoras, en algunos sectores sociales se justifica el trabajo

del menor, con sus consecuencias e implicaciones en detrimento de la salud física y

mental, impidiéndole el desarrollo integral.

La propuesta de las autoras está enmarcada en el compromiso militante del Trabajador

Social para propender a superar, con tal acción, la problemática referida. Asimismo,

proponen difundir los conocimientos acerca de la problemática para elevar la conciencia

de la necesidad de transformación y participar en la planificación de la política social.

2. El segundo Trabajo Especial de Grado que se mencionará como antecedente en

esta investigación, fue realizado en 1987 por Lewis Gutiérrez, Marianela Medina y

Jackeline Parra para optar al Título de Licenciados en Trabajo Social y lleva como

título “Condiciones Socio psicológicas de los menores en situación de abandono y

peligro ingresados en la Casa Hogar Maracaibo y Casa Hogar Coro”. A través de una

metodología descriptiva y explicativa, enmarcada en el análisis funcional, los autores

destacan las características de las casas hogar objeto del estudio, que albergando a

niños entre 7 y 18 años, realizan una función familiar (sustitutiva) en el desarrollo de los

menores. Los objetivos que se señalaron en esta investigación fueron los siguientes:

1) Determinar las condiciones socio psicológicas de los menores en situación de

abandono y peligro en las casas hogar referidas;

2) determinar las condiciones socio económicas y familiares de los menores en

situación de abandono y peligro;

3) conocer el funcionamiento de las casas hogar y la participación de los Trabajadores

Sociales dentro de las mismas.

En su trabajo, los autores realizan un análisis de la realidad económico social de

Venezuela a partir de 1983, haciendo énfasis en el carácter dependiente de la

economía venezolana, controlada, además, por el capitalismo monopolista. De igual

manera, destacan la incapacidad del Estado para responder a las demandas de la

población creciente, todo ello agravado por las desigualdades sociales. De manera

particular, establecen el llamado Viernes Negro como un punto de partida para la

explosión de la inflación, el deterioro del salario, aumento del desempleo, por un lado,

mientras que, por otra parte las medidas tomadas desde el Estado favorecieron la

acumulación de ganancias exageradas en un sector de la economía del país,

generando una amplia brecha interclasista.. Continúan los autores afirmando que la

inestabilidad económica condujo al empobrecimiento de la mayoría de la población,

todo lo cual incidió en la creación de condiciones para la aparición del fenómeno de

grandes grupos en situación de abandono.

Desde otro punto de vista, los autores analizan la problemática familiar destacando la

mala relación interconyugal, causada por problemas personales y dentro del rol como

padres: Afirman que los desacuerdos y desavenencias crean un ambiente hostil,

choques afectivos violentos y sentimientos de inseguridad permanentes que no le

permiten al niño identificarse consigo mismo y con el hogar. La inestabilidad familiar

sería, para los autores, un resultado de la incompatibilidad de caracteres conyugales.

En respuesta a esta situación familiar, tanto hijos como padres tenderían a evadir,

refugiarse y compensar sus insatisfacciones psicoafectivas fuera del hogar, lo cual

conduciría a adquirir conductas desviadas o anormales. En palabras de los autores la

familia es “…la principal responsable de la situación de abandono y peligro de los

menores, puesto que el incumplimiento de sus funciones paternas, por las causas que

fuere, trae como consecuencia la insatisfacción de las necesidades bio-psico-sociales

del menor”

En sus conclusiones, los autores señalan que la crisis económica, social y política

repercutió de manera directa o indirecta en las relaciones intrafamiliares, que la

inestabilidad del país deterioró el poder adquisitivo de la población y del gasto público.

Asimismo, señalan que las instituciones como las casas hogar no pueden resolver los

problemas sociales, ya que éstos se incrementan y el Estado no puede cubrir las

necesidades financieras institucionales; señalan, finalmente, que estas instituciones (las

casas hogar) no pueden sustituir al grupo familiar en la tarea de la socialización, y que,

además, no existe relación entre las instituciones y las familias de los niños atendidos.

En relación con la labor de los Trabajadores Sociales, concluyen en que éstos no

atienden en forma integral al problema, que su trabajo es superficial y practicista y que

no están insertos en equipos multidisciplinarios porque las instituciones carecen de

otros especialistas (psicólogos, psicoterapeutas, por ejemplo).

3. En un Trabajo de Grado fechado en 1997, para optar al Título de Magíster

scientiarum en Criminología, Irina Molina realiza una investigación cualitativa,

fundamentándose en el interaccionismo simbólico, con los siguientes objetivos:

• Determinar la conformación del Sentimiento de Inseguridad en relación a los

niños de la calle (sic).

• Identificar qué genera el Sentimiento de Inseguridad en relación a los niños de

la calle.

• Determinar como se comporta la Reacción Social de la colectividad hacia los

niños de la calle.

Establecer si la naturaleza y el desenvolvimiento del fenómeno de los niños de la

calle se adecúa a las estrategias de control social formal (sic).

Los resultados de la investigación reconocen al miedo hacia los niños de la calle como

un elemento presente en la mayoría de los relatos de las personas entrevistadas, ya

que son considerados como capaces de producir daños. Destaca Molina que el

sentimiento de inseguridad está relacionado tanto con las vivencias de los entrevistados

como con el discurso, “en sus dos versiones: la comunicabilidad de las experiencias a

través de la conversación cotidiana y la recepción de mensajes provenientes de los

diferentes medios de difusión de información” (p. 145). También reseña la percepción y

las representaciones de la gente. Todo este proceso desencadena la reacción social

contra los muchachos y hace que se legitimen prácticas de control que pueden

convertirse en muchos casos en violencia estatal.

Finalmente, la autora propone el diseño e implementación de estrategias de control que

contemplen, por un lado, medidas asistencialistas agresivas, y por el otro, la verdadera

reintegración social de los muchachos, entendida en los términos de Baratta; es decir,

como alternativa a la resocialización se debe, en fin, y siempre según la autora,

propiciar un proceso de comunicación e interacción entre este sector carenciado y la

sociedad, donde ambos se reconozcan.

4. En 1999, María Bibiana Monasterios Urrutia, en un Trabajo Especial de Grado para

optar al Título de Licenciada en Trabajo Social, con el título de “Factores que

condicionan la ruptura de los vínculos de convivencia familiar del niño de la calle” se

estableció como objetivo comprender los factores que desencadenan la ruptura de los

vínculos de relación familiar del niño que permanece o habita en las calles en

condiciones de alto riesgo. La metodología utilizada por Monasterios, de carácter

cualitativo, estuvo basada en entrevistas en profundidad y relatos biográficos. La autora

insertó su investigación dentro del marco de deterioro socio económico de los últimos

años del Siglo XX en Venezuela, que mayormente influyó en la familia popular y la llevó

a buscar estrategias de supervivencia, entre las cuales se encuentra la salida de los

niños a la calle, con ulterior ruptura o debilitamiento de los vínculos con la familia.

En el trabajo se señala que los miembros de la familia (se refiere a las familias

entrevistadas) se encuentran empleados en el área informal de la economía o como

obreros, los unos en oficios marginales (carretilleros en supermercados), dada su poca

capacitación y su bajo nivel educativo (a veces analfabetas) o en actividades ilegales

(venta de cerveza); el sustento de algunas familias está constituido por los aportes

caritativos de propios o extraños; los niños son inducidos a la mendicidad. En síntesis,

el ingreso así obtenido resulta insuficiente para satisfacer las demandas del hogar,

razón por la cual ocurre la incorporación de todos los miembros a la actividad laboral,

por medios legales o ilegales como estrategia de supervivencia. Las familias

entrevistadas viven en barrios y sectores marginales.

Finalmente, en una conclusión general del trabajo, se señala como responsable

fundamental del problema estudiado a la crisis económica existente en el país, que ha

producido un proceso de desintegración familiar, dentro del cual se inscribe la ausencia

del padre y/o la madre debido a relaciones traumáticas, violencia intrafamiliar y la no

consolidación de algunas parejas.

El trabajo de Monasterios presenta algunas recomendaciones: Que se construyan

espacios para la atención de niños de la calle; que la atención de los mismos no sea

fragmentada, es decir, que no se atienda un solo aspecto del problema; la creación de

políticas sociales que se ocupen de esta población; un estudio más profundo sobre la

temática y, finalmente, la capacitación de personal de apoyo para enfrentar el problema.

5. Un estudio de caso realizado por la Criminóloga Alied Coromoto Ovalles Rincón y

que lleva por título “Incidencia de la disfunción familiar asociada a la delincuencia

juvenil”, realizado en 2004 como Trabajo de Grado para optar al Título de Magíster

scientiarium en Criminología, tuvo por objetivo el determinar la relación entre la

disfunción familiar y la delincuencia juvenil a través de la revisión de expedientes de

adolescentes ingresados en el Instituto Nacional del Menor de Mérida, entre los años

2000 a 2003. En esta investigación de tipo descriptiva-correlacional-explicativa la autora

utilizó tablas de frecuencia y de contingencia dentro del cálculo de Chi cuadrado para

verificar que la conducta delincuente juvenil, especialmente en los casos de hurtos y

robos, se presenta mayormente entre adolescentes varones de 15 a 17 años. Los

hallazgos de la autora serían los siguientes: Ambos sexos no concluyeron la educación

primaria; la composición familiar es de tipo nuclear, algunos viven con padrastros y

otros familiares. La autora concluye que las teorías que favorecen la relación entre la

disfunción familiar y delincuencia juvenil se enmarcan en su investigación. Como una

conclusión de carácter general, Ovalles afirma que:

”El abandono, presencia y permanencia de adolescentes en las calles constituye otro elemento de importancia en su comportamiento de riesgo, debido a que deambular por las calles les permite pautar su medio de vida creando de esta forma sus reglas y formación personal. El proyecto exitoso de cualquier plan de gobierno debe tomar en cuenta la erradicación de la permanencia de los niños y adolescentes en las calles, y de esta manera prevenir el aumento de las conductas delictivas y el ingreso de ellos en centros de prevención y protección” (p.19)

Asimismo, la autora sitúa la disfunción familiar en un entorno socio económico de

pobreza. La realidad muestra rupturas de familias, escape de los hijos de los hogares

de origen y declinante situación económica, entre otros aspectos notorios.

La crítica de Ovalles a las teorías criminológicas consiste en su apreciación de que

éstas pretenden explicar el delito en la sociedad en forma genérica, cosa imposible,

dada la heterogeneidad del fenómeno.

Como puede observarse de la lectura de los trabajos anteriores, independientemente

del momento en que hayan sido elaborados, los autores coinciden, en lineas generales,

en que el problema de los niños de la calle tiene sus raíces en una situación de

desigualdad social producida por circunstancias de tipo económico, social y político.

Igualmente, todos abogan por una acción del Estado dirigida a controlar el problema a

través del establecimiento de instituciones en las cuales se atienda al menor, se

defiendan sus derechos y se alcance su reintegración social.

3. Hacia un Paradigma Holístico para Abordar el Problema de los Niños de la Calle

3.1. La Teoría Sociológica.

Para determinar si el problema en estudio tiene implicaciones sociológicas, convendría

contrastar el tema con la teoría sociológica general. En ese sentido se han escogido

cuatro vertientes principales de la sociología clásica para examinar la posibilidad de

inserción del problema de los niños de la calle dentro de las formulaciones que dichas

teorías han enunciado.

Al contrastar el planteamiento original de este trabajo con los teóricos clásicos en

busca de una respuesta, se observa un vacío. Y ello se debe a que el problema

planteado , el problema de los niños de la calle, es demasiado específico, algo

sumamente puntual; quizás hasta sea un problema propio de nuestra época que no

existía, al menos en las dimensiones actuales, cuando fueron formuladas las teorías

clásicas de la sociología. No obstante, es dable observar en los clásicos una

preocupación fundamental por el futuro de la sociedad, lo cual envuelve a la niñez y,

en el caso de Simmel, a la pobreza.

Durkheim (l914/l973) considera la necesidad de la internalización de las costumbres

sociales a través de la educación como de fundamental importancia para controlar las

pasiones humanas innatas, Según Durkheim, en su análisis positivo-empírico, la moral

social llega a formar parte de nosotros a través de la internalización que ocurre en el

proceso de socialización. Pensaba el sociólogo francés que sólo a través de la

disciplina “y sólo por su intermedio podemos enseñar al niño a moderar sus deseos, a

circunscribir apetitos de cualquier clase, a limitar y, por eso mismo, definir los objetos de

su actividad. Esta limitación es condición de la felicidad y de la salud moral” (Ritzer,

1995, p.235). Esta concepción de la educación como garantía de estabilidad, es

compartida actualmente por muchos sectores de nuestra población, tal como ya hemos

reseñado. Por otra parte, el concepto de anomia de Durkheim, también nos permite un

acercamiento a nuestro problema. Según tal concepto los individuos actúan inducidos

por el debilitamiento de la moralidad común; lo hacen cuando la moral no les constriñe

lo suficiente, es decir, cuando no poseen un concepto claro de lo que es una conducta

apropiada y de lo que no lo es. La anomia en Durkheim, de acuerdo con lo anterior, se

constituye en una fuerza contraria a la necesaria cohesión y orden social, es una

enfermedad de las condiciones sociales. Para la sociología criminal, la anomia

aparece, por ejemplo, en los casos de rápido aumento de las conductas desviantes o

desviadas, incluyendo la criminalidad.

Este concepto de anomia, de gran importancia para el estudio de la conflictividad social,

fue desarrollado por Robert Merton, sociólogo de la escuela estructural funcionalista

norteamericana en su obra “Teoría Social y Estructura Social” (1963). Merton identificó

la anomia con la desviación, conflicto que surge cuando los fines o metas propuestos y

aceptados socialmente, no son alcanzables por los medios legítimos. Así, la anomia,

según Merton, sería una forma de adaptación o respuesta del individuo a ese

conflicto. El autor define cinco modos de adaptación:

• Conformidad (aceptación de los fines y los medios)

• Innovación (rechazo de los medios pero conservando los fines)

• Ritualismo (rechazo de las metas y fines, pero conservación de los medios)

• Rebelión (rechazo de los medios y los fines, con propuesta alternativa)

• Retraimiento (rechazo de fines y medios, sin propuesta alternativa)

La anomia se manifiesta de manera particular cuando las estructuras políticas y

económicas se resienten y propician la aparición de la desintegración, situación en la

cual los individuos se sienten desligados, alienados, fuera de lugar en medio de la

angustia creada por el dislocamiento de un sistema de valores. La anomia es una

especie de marcador, de indicador de las crisis, del cambio acelerado, de las

innovaciones institucionales, de la inestabilidad o decadencia o la caída de un sistema.

La anomia, entonces, tiene un profundo significado histórico, ya que expresa la falta de

correspondencia, el choque entre un sistema ideopolítico que muere, por ejemplo, y otro

que insurge. Por supuesto, no puede esperarse que la anomia se experimente con la

misma intensidad en todos los grupos sociales; la anomia es un fenómeno colocado en

el nivel de la conciencia social. No debe suponerse, entonces, que la anomia afecte de

igual manera a todos los grupos que coexisten en un sistema determinado. La forma en

que la anomia sea experimentada tendrá carácter diferencial de acuerdo con la

vinculación que tales grupos tengan con el poder. Los grupos marginales, las clases

desposeídas, los grupos encuadrados en ideologías que prefiguren utópicamente los

cambios, afrontaran la anomia de manera diferente a los grupos que mantienen el

status quo (Lira, 2001).

El modelo estructural-funcionalista en “El Sistema Social” de Parsons, indica que

mediante el proceso de socialización los actores internalizan los modelos de orientación

de valor o los modelos culturales que determinan su conducta y les comprometen con

la observación de ciertas normas, pautas y criterios de selección. Así se origina la

acción, que, expresada en las variables pautas, se inserta en la necesidad de

sobrevivencia de los sistemas sociales. Parsons afirma que la socialización y el control

social son los principales mecanismos que permiten al sistema social mantener el

equilibrio. De acuerdo con estas tesis, el niño de la calle estaría realizando una acción

que evitaría su implicación en el sistema de expectativas positivas de la sociedad,

colocándose en una posición anómica, pues “… en los sistemas sociales puede darse

cualquier grado de institucionalización, desde una anomia completa en un extremo

hasta una integración perfecta en el otro” (1951/1976, p.38).

En la concepción dialéctica de Georg Simmel, preocupado por los problemas

microsociológicos y caracterizada por la enunciación de tipos sociales variados, se

encuentra una obra que puede resultar clave en la interpretación del problema de los

niños de la calle, que ya han sido caracterizados como excluidos. Simmel, en una

postura claramente funcionalista, expresó que el pobre puede convertirse en un

enemigo activo y peligroso para la sociedad; de allí que la ayuda social al pobre

contribuye a mantener el sistema. Asimismo, “La ayuda al pobre hará más productivas

sus reducidas energías, a la vez que prevendrá la degeneración de su progenie”

(1908/1971, p.154). Así, la ayuda al pobre, más que un beneficio para él mismo, es un

beneficio para la sociedad. Esta concepción funcionalista de Simmel encaja dentro de

una concepción más específica del control social, y puede ser extendida en una

consideración parcial e interesada del problema de los niños de la calle.

En síntesis, la sociología clásica nos aporta los conceptos de socialización, anomia,

sistema de valores y control social.

3.2. El punto de vista criminológico.

.Desde este último punto de vista, el criminológico, puede considerarse el hecho de la

seguridad, en el sentido de que, eventualmente, el niño, la niña o el adolescente lleguen

a ser utilizados para el tráfico de drogas, o que devengan víctimas del abuso sexual

precoz, con todos los severos efectos traumáticos que sobre el desarrollo del niño esta

situación pueda tener (Browne y Finkelhor: 1986); o en el tráfico de órganos. Sin

descartar la posibilidad señalada en un párrafo anterior, es decir, que realice acciones

en contra de la propiedad y las personas, individualmente o como miembro de una

banda delictiva. A este último respecto es dable recordar aquí que los adolescentes son

preferidos por los carteles de las drogas o por otro tipo de bandas delictivas para

entrenarlos y utilizarlos como verdugos a través del sicariato.

Los niños de la calle pueden ser vistos como víctimas o como agresores, ya que suelen

vivir inmersos o en los alrededores del mundo del crimen y la violencia. En torno a esta

última situación, la posibilidad de inclusión del niño y del adolescente en el mundo del

crimen es algo innegable y que está tanto en la mente del ciudadano común como de

las autoridades, llegándose a extremos de considerar al niño de la calle como una

prefiguración del delincuente, o como un delincuente in statu nascendi. Esta convicción

es productora de miedo, de temor anticipado, y el miedo es capaz de movilizar fuerzas

activas que traducen su acción en dispositivos legales o, frecuentemente, en odio.

En el sentido expresado, sobre los niños de la calle puede proyectarse, como en efecto

se proyecta desde algunos sectores, una visión peligrosista, lo cual conduce a la

realización de actividades represivas. De manera especial, si se tiene en cuenta que el

niño de la calle forma parte de la población pobre, algunos verán en él un futuro

enemigo de clase.

La percepción que se tiene del niño de la calle, de acuerdo con las observaciones y

entrevistas previas realizadas, se desprende fundamentalmente de dos elementos:

a) el grupo etáreo a que pertenece; y

b) al sector social al que pertenece.

Desde la óptica de la edad, se considera tradicionalmente que los adolescentes son

más proclives a la violencia y las actividades delictivas, en general, que el resto de la

población. A este respecto algunos investigadores del campo de la criminología han

documentado esa posición a través de investigaciones de campo (Born, 2005; Cusson,

2005; Ouimet y Blais, 2002.), en las cuales demuestran que la adolescencia y el

comienzo de la edad adulta son los períodos vitales donde la tasa de criminalidad

(delincuencia) es más elevada.

Asimismo, y en relación con el sector social al que pertenecen, la población pobre, el

niño de la calle arrastra el etiquetamiento que tradicionalmente ha marcado a los

pobres, a los habitantes de los cerros o de los barrios desasistidos, como criminales, si

no en acto, al menos en potencia.

Cuando se trata de dispositivos legales, la sociedad pretende controlar y prevenir los

hechos de violencia e inseguridad, tanto desde el punto de vista represivo y punitivo

como a través de programas preventivos o de rehabilitación.

Estos programas deben enfocar sus acciones en forma participativa, trabajar con los

jóvenes, escucharlos, conocer sus inquietudes y planificar las acciones de una manera

concertada (Rotker: 2000: p. 42). Sobre este aspecto volveremos en el desarrollo del

programa.

Los jóvenes no sólo son víctimas, también son reconocidos como los agresores más

frecuentes. Se sabe que en algunos países de América Central y en Colombia, Perú y

Venezuela los jóvenes agrupados en pandillas juveniles son responsables de gran parte

de la violencia y de la percepción de inseguridad ciudadana. Pero sin ser los únicos

agresores sí ostentan la fama de serlos. Esto coincide con la percepción que existe en

algunos países acerca de la agresividad consustancial de los adolescentes (Ouimet et

Blais, 2002; Born, 2002.)

En algunos países, como en Venezuela, las legislaciones más recientes que regulan

las relaciones del Estado y la sociedad con los niños y adolescentes han sufrido una

transformación, pasando de ser leyes que consideraban al niño o adolescente como

objeto de tutela a la condición de sujeto de derechos. Esta marcada diferencia puede

haber sido mal interpretada en nuestro país, pues de manera un poco extremista se ha

pasado, en un típico movimiento pendular, de haber considerado al niño y al

adolescente como un ser totalmente dependiente y librado al albedrío de los mayores,

por una parte, a ser un individuo colocado más allá de cualquier responsabilidad,

inmune al castigo o sanción. De esta forma, en la práctica, ese sector de la población al

cual es aplicable la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente, ha

devenido, por obra de la estulticia, en una población munida de impunidad. Policías,

jueces, maestros, fiscales y ciudadanos, perplejos y sorprendidos por lo que

consideraron un ex abrupto legal, se cruzaron de brazos y, antes de estudiar a fondo la

nueva situación legal del niño y del adolescente, se dejaron influir por una percepción

errónea acerca de una presunta inimputabilidad que esta ley consagraba. El fenómeno

cobró fuerza y por mucho tiempo los maestros, profesores, padres, jueces y fiscales,

cada uno en su posición, ya fuera como víctima por las acciones delictivas de los

jóvenes, ya como autoridades, contribuyeron, unos por inacción y otros por error, a

consolidar una matriz de opinión que consagraba la dicha impunidad.

Esa matriz de opinión se generalizó ampliamente en la mente de los venezolanos, hasta

convertirse en un dato de la realidad. La impunidad de los menores de edad se

constituyó, entonces, en una realidad percibida por el venezolano común, y es sabido

que a medida que la impunidad se percibe o establece como práctica (o como omisión)

se intensifica la repetición del ciclo del crimen y la transgresión, pues quienes cometen

delitos o faltas y no son castigados en la medida esperada, se sienten con mayor

libertad de acción.

Consecuentemente, como afirma Rotker, “la falta de confianza en la policía y en el

sistema judicial inhibe a muchos ciudadanos a acudir a estos entes en busca de apoyo

o solución de problemas de violencia, y favorece el desarrollo de la justicia por mano

propia” (p. 48).

De esto puede deducirse, por proposición contraria, que la implantación de programas

dirigidos a prevenir la delincuencia de los jóvenes incide directamente sobre las

condiciones de vida de cualquier sociedad. De esa manera se produce un aumento de

la confianza en el sistema, hecho que influye en la estabilidad del mismo y reduce la

ansiedad y el temor de la ciudadanía por causa de la violencia. Y, por supuesto, tales

programas se convierten en una especie de seguro para el futuro, en términos de

integración social y de posibilidades de desarrollo, para quienes resultan beneficiarios

de los mismos.

Desde mi punto de vista, aun cuando no sea una opinión totalmente compartida, los

planes dirigidos a la reeducación, reinserción, etc., deben ser vistos como parte de la

política criminal del Estado, en lo cual coincidimos con Martínez Rincones cuando

afirma que

“Se asume como política criminal aquel espacio de la política general, mediante el cual el Estado crea las respuestas necesarias para el manejo racional-político de los comportamientos sociales e individuales, relevantes, que atentan o dañan aquellos valores necesarios para la convivencia social, en un período histórico determinado”. (2001: p. 75)

Concepto que Tocora amplía cuando lo proyecta hacia la respuesta extra penal o extra

punitiva e, incluso, ante delictum, en el caso de las políticas preventivas. Señala Tocora

que, más allá de la respuesta represiva del Estado, la política criminal

“…no es solamente la que se circunscribe a las conductas que se definen como delitos y a las cuales se les asigna una pena, que no es sino una mera política represiva, una política penal. No, la política criminal implica otras respuestas extrapenales o extrapunitivas, como por ejemplo, los programas de educación, de empleo, de socialización solidaria y participativa, de integración comunitaria, de resolución de conflictos (…)de seguridad social, etc. Esta sería, básicamente, una política preventiva. (1997, p.15)

Similares criterios, en relación con el carácter preventivo de los programas sociales,

mantienen Mayorca (1971), Finkel (1971), Gabaldón (1987) y Dias Neto (2001) al

realizar consideraciones en lo tocante a la prevención a priori del delito.

Sintetizando, la inserción de niños y adolescentes en el mundo del crimen, o la sola

presunción de que ello esté ocurriendo, coloca a los niños de la calle directamente en la

mira de la preocupación y los temores ciudadanos. Como respuesta, el Estado está

tomando la iniciativa de implantar diversas políticas públicas, programas sociales que,

en último análisis, responden a la concepción e intereses del control social. Estos

programas deben entenderse como mecanismos para sacar a los jóvenes de la calle; a

través de un sistema de protección e inclusión, someterlos a un tratamiento, a un

encuadre dirigido a la rehabilitación y reintegración social y a la implantación en el

sujeto de hábitos y habilidades que le permitan insertarse en la educación formal, ya a

través del regreso a la propia familia, ya a través de otra institución o, posiblemente,

por medio de una familia substituta. Sobre estos particulares volveremos más adelante,

al tratar el desarrollo y la formulación del programa.

3.2.1. La subcultura de la calle.

Según Schoeck, una sub cultura, en términos generales, es la cultura propia de grupos

menores que la sociedad global o “estándar” en la cual viven, pero de la cual no

participan plenamente, debido, especialmente, a características sociales propias del

grupo. Este concepto debe ser utilizado en un sentido valorativamente neutro (1981:

p.695)

Cada sub cultura es propensa a poseer un sistema independiente de normas que puede

recibir el nombre de contracultura y, en cuanto tal, se separa de la cultura global de una

forma desafiante. Este conjunto de normas, independiente como es, constituye un

código que es útil conocer para poder relacionarse de manera apropiada y productiva

con sus miembros, especialmente cuando se intenta penetrar profundamente, con

ánimo de cambios y transformación, en la conducta de los individuos de estos grupos.

Volviendo a la sub cultura de la calle, ella une a las personas que la viven, aun en la

situación de riesgo que la caracteriza, a través de una especie de seducción que

siempre ejerce el hecho de no sujetarse a los cánones y reglas habituales. Esa sub

cultura se vive en condiciones de especial libertad, de una feroz libertad, y de allí la

dificultad para enganchar a quienes sobreviven en la sub cultura de la calle a los

programas que intentan reducir o limitar los efectos de la marginalidad de la calle.

Esa resistencia, unida a la lógica de la calle, al ordenamiento valorativo de la calle, que

contrasta con el sistema legitimado en el consenso social, produce en el sector social

no afectado por la marginalidad de la calle una visión “peligrosista” con respecto del

niño, la niña o el adolescente en la calle, condenándolos a la condición de parias y

desclasados, operándose en ellos un proceso de criminalización, acaso prematuro, lo

cual , presumiblemente, les hace más taimados y más violentos.

Al respecto, y analizando esa realidad, Inge Colina asienta que, dependiendo de la

experiencia de cada quien, esa realidad se idealiza o sataniza,

“...los ciudadanos, familiares, gobernantes, se enfrentan a ella movidos por sentimientos ambivalentes: compasión, lástima, y solidaridad por la crítica situación que padecen...pero también de temor, repudio y hasta odio o desprecio cuando los considera antisociales, peligrosos, irrecuperables” (2005: p. 5)

Todo este proceso convierte a los tributarios de la cultura de la calle, en nuestro caso a

los niños, niñas y adolescentes, en objetos del estigma; les convierte en chivos

expiatorios y permite que las clases medias y altas se definan por contraste. En este

proceso, además, podría situarse el desvío de la agresividad colectiva orientada hacia

las clases bajas.

En general, toda persona o grupo que realice una conducta considerada como

“desviada”, produce una reacción en la sociedad que le atribuye una etiqueta social

negativa y que conduce, de acuerdo con el modelo amplificador de Wilkins, citado por

Aniyar (1977) a una autopercepción desviada del grupo o personas a que se refiera. El

grupo etiquetado realiza entonces una conducta acorde con las expectativas

desviadas. Se identifica con la misma. En su momento, y como resultado, la reacción

social se amplifica, trayendo como consecuencia una mayor desviación por parte de los

etiquetados. El proceso en si, de acuerdo con el esquema planteado, genera conductas

reactivas que propenden a construir y modificar la realidad, a dirigir la sociedad hacia

las “profecías autorrealizables” (p. 121).

Visto desde otro punto de vista, el grupo que es considerado desviado es objeto de una

serie de calificativos despectivos, de descalificativos, más bien, que tienden a

distorsionar la imagen del individuo-objetivo. Se crea entonces una imagen que puede

ser o resultar falsa, en todo caso distorsionada, y que se mantiene así por la fuerza de

la repetición. El propósito es el de reforzar la imagen negativa y que luego es asumida

por el descalificado; es decir, el individuo se siente como tal, asume el rol que otros le

atribuyen y empieza a actuar del modo señalado. En este proceso, la descalificación

actúa como una enfermedad que el individuo porta sin saberlo; una enfermedad que le

es impuesta desde el medio, desde el entorno, con la peculiaridad de que se refuerza,

recursivamente, por la propia conducta de quienes la padecen.

Un rasgo distintivo de esa subcultura es que, aunque sus miembros actúan en forma

muchas veces tribal, puede estar afectada por una carencia de objetivos. al menos de

los objetivos señalados en las metas institucionales; de igual manera el machismo y la

rudeza serían rasgos notables en tales grupos. En este sentido, Miller (1958), señala

la no tolerancia de las afrentas, las riñas constantes y la rudeza, así como el desprecio

a la disciplina, especialmente a la relacionada con el trabajo, como características de

la cultura de la clase baja.

Cohen (1956), autor clásico en relación con las bandas delictivas, se refiere a la

dependencia que se establece entre los miembros de una banda (gang) y el grupo. Esta

dependencia funciona en varios niveles: la dependencia afectiva, el hecho de que el

miembro se siente aceptado y querido por el resto del grupo; la dependencia cognitiva,

es decir, la aceptación de los valores del grupo, la afinidad ideológica, requisito sine qua

non para la cohesión interna; la dependencia moral, en el sentido de que, al sentirse

aceptado, la solidaridad con el resto de la banda funciona como en una familia,

excluyendo la posibilidad de la traición y la delación. En general, las conductas de

estos grupos, según el autor comentado, tienden a ser no utilitarias, es decir, no

lucrativas, pues se acepta el reto de la transgresión por el reto mismo. La legitimidad

de tales conductas transgresoras, está determinada por el hecho mismo de ser

contraria a lo aceptado socialmente; a su carácter de contrario a la legalidad

establecida. Según Baratta (1986: p. 70), al describir la subcultura de las bandas

juveniles como un sistema de creencias, esta subcultura representaría la solución de

problemas de adaptación, para los cuales la cultura dominante no tiene soluciones. Las

conductas de estas agrupaciones reciben también la calificación de contraculturales;

en este sentido, y en relación con las bandas constituidas por sectores de clase baja, la

cultura comienza a aparecer como rasgo específico de clase.

Así, pues, resumiendo, la criminología nos aporta los conceptos de seguridad,

prevención, delincuencia juvenil, etiquetamiento, reacción social, inseguridad

ciudadana, política criminal y sub cultura de la calle.

3.3. Dimensión psicosocial

Estigma, autoestima, frustración y agresión.

Algunos autores (Molina, 1998) afirman acertadamente que la actividad de los niños de

la calle genera en la población un cierto sentimiento de inseguridad que, siempre de

acuerdo con la autora, aparecería a través de procesos vivenciales y comunicacionales,

procesos por medio de los cuales se construye la subjetividad. Agrega Molina que este

proceso produce el desencadenamiento de la reacción social y, así, llegan a

legitimarse prácticas de control social que eventualmente devendrían en violencia

estatal. De igual manera, el niño de la calle, por pertenecer a sectores socialmente

desposeídos, comparte el estereotipo (o está cercano al ) del delincuente a que se

refiere Tineo (1985), estereotipo construido a través de los medios y aceptado sin

excesiva deliberación por la opinión común. Ambas autoras se refieren, en realidad, a

un proceso de estigmatización que experimenta el niño de la calle en el transcurso de

su itinerario callejero, en el proceso de construcción de su identidad personal y social.

El estigma, de acuerdo con Goffman, “constituye un atributo profundamente

desacreditador” (l963:p. 3) , lo cual incide decisivamente para impedir que alguien

afectado por el estigma sea considerado “normal”, reciba el tratamiento que se da a las

personas “normales” en la diaria interacción social. En palabras de Goffman:

“…el rasgo central que caracteriza la situación vital del individuo estigmatizado, está referido a lo que a menudo, aunque vagamente, se denomina “aceptación”. Las personas que tienen trato con él no logran brindarle el respeto y la consideración que los aspectos no contaminados de su identidad social habrían hecho prever y que él habría previsto recibir; se hace eco del rechazo cuando descubre que alguno de sus atributos lo justifica” (p.19)

El estigma, cuando afecta la percepción de sí que tiene el sujeto, conduce a

sentimientos de inseguridad y hasta de desprecio hacia sí mismo. Esta autoevaluación

tiene efectos altamente negativos sobre el individuo, incide en su comportamiento hacia

sí y hacia su entorno. El hombre que se considera como objeto indigno, apunta

Shibutani (1961) en su estudio sobre la psicología social, se muestra frecuentemente

renuente a tomarse el trabajo de mejorar su suerte. El hombre que no tiene ningún

orgullo se abandona muchas veces a la desmedida autoindulgencia, persiguiendo día

tras día sus satisfacciones animales (p.399.).

De esta manera, esa valoración de sí mismo que llamamos autoestima, que está

condicionada por la formación intelectual, por la educación del individuo y por su

posición social, es decir, por aspectos cognoscitivos y sociales, se ve profundamente

afectada en el sujeto víctima del estigma.

La autoestima es, entonces, un producto del proceso de socialización, ya que ésta

supone que un individuo situado en un determinado contexto social y en interacción con

determinado medio va adquiriendo unos esquemas cognoscitivos, a los cuales

corresponde una estructura valorativa que forma parte esencial de su “ser en el mundo”.

Esa estructura valorativa supone una capacidad para emitir juicios sobre su entorno y

sobre sí mismo, “sobre su calidad ética, humana y estética” (Baró, 1983, 120), calidad

que no necesariamente existe objetivamente, sino en tanto realidad conocida,

construida y vivida por la persona y su grupo. Así, la identidad del individuo puede ser

vivida por éste como una deteriorada, disminuida en relación con el resto de la

sociedad, del entorno social, lo cual le coloca en situación de desarrollar los

sentimientos de frustración y de hostilidad. Y la hostilidad es, de acuerdo con mis

observaciones como autor de este trabajo, una de las características del

comportamiento del niño de la calle. De igual manera el estigma ha calado

profundamente en la mente de muchos de estos jóvenes, ocasionándoles

autopercepciones negativas y desprecio por sus compañeros en la calle.

La modificación de las conductas indeseadas.

Está ampliamente aceptado que cualquier programa que persiga entre sus fines o

entre sus metas la modificación de los modos de vida para el logro de los fines

socialmente aceptados, en términos del individuo (se incluye a las ideologías re), y que

en el caso de los niños de la calle deben ser considerados como de inclusión ,

requieren de la aplicación de esquemas de modificación de conducta. Cuando se

intenta llenar el déficit de la conducta necesaria para la adaptación social, la

adquisición de valores nuevos y, en general, lograr cambios especialmente en el nivel

conductual, operaciones como el reforzamiento contingente, el modelamiento y la

utilización de sistemas de fichas o de puntos han sido llevados a cabo exitosamente

(Ashen y Poser, 1973).

En el caso de los niños de la calle, calificados por muchos como inadaptados, inmorales

o con conductas “desviadas”, un programa que utilice los supuestos del conductismo

tendría, asimismo, un éxito predecible. En realidad, los niños de la calle manifiestan

comportamientos a través de los cuales se traslucen normas, leyes y códigos propios

de la cultura de la calle.

Dentro de un enfoque conductual, los objetivos del tratamiento se conciben, primero,

en la reducción de las respuestas indeseadas, así como en la modificación y

mantenimiento de respuestas adecuadas a las necesidades de relacionamiento con

entornos diferentes al de la calle. En tal sentido, el conductismo concibe el aprendizaje

como un cambio relativamente permanente en la conducta observable del sujeto que

aprende (Araya, 2003:p.53); se parte del supuesto general de que el proceso

subyacente al aprendizaje es la asociación (Pavlov, 1928; Skinner, 1976).

En el caso de los niños de la calle, un programa de modificación de conductas centrado

en las técnicas usuales del conductismo, especialmente del planteamiento skinneriano

del refuerzo en sus dos acepciones (Skinner, 1976), se considera lo indicado para las

primeras etapas de adaptación al programa, con el objetivo de alcanzar conductas

diferentes a las adquiridas y desarrolladas en la calle. Las dos modalidades básicas del

refuerzo son las siguientes:

a) refuerzo positivo: es aquel en el cual la conducta operante va seguida de una

recompensa. Así se estimula su repetición y el aumento de su intensidad. (Araya, 2003;

Bijou y Baer, 1980)

b) refuerzo negativo: es aquel en el cual la circunstancia reforzadora está representada

por el retiro de una estimulación aversiva, lo que favorece la presentación y/o aumento

de intensidad de una respuesta que permite terminar con el estímulo aversivo. (Araya,

2003; Bijou y Baer, 1980)

El propósito general es el de poner en marcha un proceso transitorio de producción y

reproducción de conductas acordes con las exigencias normativas que hacen posible la

vida en condiciones humanas y que, en último término, propicien el regreso pleno del

joven al hogar, superadas las conductas desestructuradas por la crisis que impactó a

la familia.

Teoría del aprendizaje social de Albert Bandura

Desde otro punto de vista, pero siempre dentro del paradigma conductista, Bandura

(1969) realiza un aporte significativo al modelo en su concepción acerca de la forma en

que se adquiere el aprendizaje social. El autor integra al conductismo algunos

presupuestos de índole cognoscitivista, pues si se considera que –de acuerdo con el

conductismo- el principal determinante de la conducta es el entorno, Bandura afirma

que el proceso de aprendizaje no es tan directo, sino que la mente participa del proceso

al analizar e interpretar y conceder significado a las exigencias del entorno en función

de las características propias del individuo.

Sobre la base de los anteriores supuestos, Bandura desarrolla su teoría del aprendizaje

por observación, que contempla la experiencia vicaria, es decir, el aprendizaje que se

realiza contemplando su ejecución en otros, sin necesidad de que el individuo la

practique directamente (Araya, 2003, p. 63; Baró,1983,p. 150).

A partir de este supuesto, todos los principios del condicionamiento operante serían

aplicables; es decir, si la acción del modelo es reforzada positivamente la probabilidad

de que el observador la imite aumentaría; pero si la conducta del modelo es castigada o

ignorada la probabilidad de que el observador la reproduzca disminuiría.

En cuanto se refiere a la interiorizaron de las conductas morales y de los controles,

Bandura considera que en este proceso juegan un papel importante los mediadores

cognoscitivos: “Los criterios comportamentales representan los valores y la anticipación

de la propia satisfacción y de la crítica a uno mismo, por las acciones que corresponden

o se apartan de los criterios adoptados que sirven como influjos controladores” (1971,

p.31).

En la cultura de la calle las conductas “desviadas” pueden ser aprendidas vicaria o

directamente; tal sería el caso del robo realizado contra una mujer, por ejemplo, y que

produjera refuerzos positivos en los miembros de una pequeña banda (la celebración

por parte de los miembros del grupo, la exaltación de quien cometa el acto como

modelo de osadía, por ejemplo). En ese caso, el robo realizado contra las mujeres, el

arrebatón o la agresión directa para desposeerla de algún objeto, tendería a afianzarse

como conducta “normal” en la mente de los observadores del grupo.

Frustración-agresión.

La frustración es la condición del sujeto que ve negada la satisfacción de una demanda,

es la ausencia de un objeto externo susceptible de satisfacer una demanda, un deseo

personal. La frustración puede ser descrita también como una “tensión emotiva

causada por el fracaso en alcanzar un objetivo o en terminar un acto venturosamente”

(Pratt, 1944).

La agresión, por otra parte, es aquel acto de un sujeto que busca producir daño en un

organismo.

Millar, citado por Baró, expone su teoría de la frustración-agresión con una sencilla

proposición: “La frustración produce tendencias hacia diferentes tipos de respuestas,

una de las cuales es la tendencia hacia alguna forma de agresión” (p. 338).

De esta matizada proposición se colige que cuando se produzca una agresión habría

que buscar algún tipo de frustración antecedente; aunque queda claro, no obstante, que

el hecho de la frustración per se no permite predecir una agresión concomitante. Esta

hipótesis de la relación frustración-agresión, vista desde una óptica sociológica, nos

conduce al planteamiento de Merton (1903), quien bajo la influencia de Durkheim,

desarrolla el concepto de anomia, que estaría constituida por la desviación, es decir, el

conflicto que se le plantea al individuo ante la contradicción entre las metas o los fines

socialmente propuestos y aceptados y los medios para alcanzar dichas metas y fines

La agresión constituiría, en tal caso, una forma de liberar las tensiones producidas en el

ámbito intrapsíquico del individuo.

Vista la agresión desde el punto de vista del aprendizaje social, la forma mejor y mas

efectiva para adquirir comportamientos agresivos la constituye el aprendizaje (Bandura,

1973). Practicar la agresión o la violencia con éxito (refuerzos positivos) fortalece ese

tipo de conducta y aumenta la probabilidad de su uso preferencial en ulteriores

oportunidades. No obstante, Bandura pone el acento en el aprendizaje indirecto,

vicario, por observación de conductas agresivas. El aprendizaje directo explica el

afianzamiento de conductas ya realizadas; el aprendizaje vicario propone explicar la

adquisición de conductas nuevas, que no figuraban en el repertorio anterior del sujeto.

El aprendizaje vicario se realiza sin necesidad de una experiencia directa, sino por la

observación.

Aplicado a la violencia y la agresión, el modelo del aprendizaje social implica que no

hace falta que los individuos hayan realizado previamente conductas agresivas o que

hayan sido reforzadas oportunamente. Es suficiente que se contemple el espectáculo

de la violencia (por la televisión, por ejemplo) para que el aprendizaje se alcance.

Por supuesto, si en el espectáculo de que se trata la conducta violenta o agresiva es

premiada o no ocasiona consecuencias o los actores de la misma constituyen figuras

atractivas y valoradas socialmente, ocurrirá un proceso de reforzamiento de tal violencia

(cfr.Baró, op. Cit, p. 398). De igual manera, la repetición de la violencia (tal como se

aprende en la televisión y en otros medios de comunicación) puede producir un proceso

de “desensibilización” sistemática en relación con la violencia en sí misma y con sus

consecuencias negativas. Por supuesto, la teoría del aprendizaje de Bandura también

puede ser aplicada a las situaciones contrarias a la violencia: unas conductas morales,

apropiadas, rectas, servirán también de modelos a imitar.

La acción prosocial.

La inclusión desde el punto de vista educativo, de atención, de salud, y vista desde la

óptica de otros derechos, no puede realizarse sin una modificación de los

comportamientos que vaya más allá de lo observable en la rutina diaria. Se precisa de

la implantación en los individuos de visiones del mundo que le permitan, aparte de

incorporarse exitosamente a la educación o al trabajo, alcanzar una integración

comprometida con el destino de su comunidad, de su país. Se precisa, en una palabra,

de inducir en el sujeto el desarrollo de aquellas estructuras psíquicas que hagan

posible, al lado del desarrollo cognoscitivo, la acción moral. En ese sentido la acción

prosocial se constituye en uno de los fines a alcanzar en la formación del niño de la

calle, en el camino de su inclusión plena a la condición de ciudadano. Puede definirse

la acción prosocial, de acuerdo con Baró, como aquella cuyo producto es socialmente

beneficioso y, más específicamente, como aquella acción que beneficia a otras

personas. “La acción prosocial requiere no sólo que su producto sea beneficioso, sino

que lo sea socialmente, es decir, que redunde en beneficio de otro u otros entendidos

como referencia social” (p. 304). A nivel individual, el enfoque del desarrollo moral

mantiene que la acción prosocial es, como toda acción de carácter moral, un

comportamiento aprendido. Baró (1983), clasifica la acción prosocial en tres apartados:

a) conductas altruistas (aquellas que producen un beneficio social pretendido, en

forma voluntaria y desinteresada)

b) conductas de cooperación (aquella acción cuyos fines y costos son compartidos por

las personas participantes)

c) conductas de solidaridad (actos por los cuales alguien comparte voluntariamente la

responsabilidad por las consecuencias de lo que hacen otros)

El Humanismo de Maslow

Es precisamente la necesidad de que el niño de la calle abandone su situación de

excluido, de individuo con baja autoestima y se eleve, tanto en su condición de

ciudadano abierto al otro como ser realizado en sí mismo, lo que nos induce a aceptar

los planteamientos del humanismo. Si concordamos con la necesidad de apelar a los

mecanismos conductuales del refuerzo para producir cambios en las conductas

disruptivas y alcanzar la necesaria contención, por ejemplo, no podemos quedarnos allí.

Necesario es avanzar hacia otras miras, Hacia otras metas existenciales. El

humanismo de Maslow, que señala un camino ascendente a la autorrealización, se

adapta a nuestro requerimiento.

Para Maslow existe una relación directa entre necesidades, salud, psicología, valores y

autorrealización. Son precisamente las necesidades del ser humano las que dirigen y

regulan su orientación preferencial y conductual, tanto en relación con su propio

desarrollo como con el entorno social en que se realiza.

El autor señala que las necesidades básicas o valores básicos pueden entenderse

como medios y como fines hacia un último objetivo-fin. El fin último es el

autocumplimiento y la autorrelización del propio sí mismo (Rodríguez y Saone, 1989,

p.384)

Esos valores o necesidades básicas pueden ser vistos en una jerarquía piramidal, que

irían desde las más básicos (de autoconservación) hasta las llamadas necesidades

psicológicas (interacción social, exploración del mundo exterior, etc.). Tal jerarquía de

necesidades presupone una interdependencia entre las mismas que marca tanto su

intensidad como su prioridad. Sólo en la medida que las necesidades más básicas son

realizadas y satisfechas (determinadas por factores biológicos y constitucionales)

pueden entonces aparecer y realizarse las superiores.

Los valores y necesidades últimos son denominados por Maslow valores ónticos; es

decir, que pertenecen al ser; son propios, intrínsecos a la propia naturaleza humana.

Los conceptos que pueden generalizarse y utilizarse en esta investigación, aportados

por la psicología y la psicología social, son los de estigma, autoestima, refuerzo

positivo, refuerzo negativo, frustración-agresión, aprendizaje social, acción prosocial y

autorrealización.

FIGURA No- 1

JERARQUÍA DE LAS NECESIDADES DE MASLOW.

(Tomado de Araya, p. 73)

Autorrealización

Estima. Respeto de sí mismo y de los demás

Pertenencia y amor. Afecto e intimidad proporcionado por la familia, los amigos y la pareja

Seguridad. Estabilidad y protección contra la ansiedad, el temor y el caos.

Necesidades fisiológicas. Aire, alimento, bebida, descanso para lograr el equilibrio orgánico.

3.4. Entorno Socio Jurídico

3.4.1. La transformación de la Segunda Posguerra

Entre el final de la Segunda Guerra Mundial y el final del Siglo XX, el mundo sufrió la

transformación social más rápida, intensa y universal de la historia de la humanidad,

hasta el extremo de que algunos autores consideran este período como el de la

Revolución Social (Hobsbawm, 1998). Desde varios puntos de vista, muchos de

quienes vivieron dicha transformación no pararon mientes en cuanto estaba ocurriendo,

dado el carácter progresivo de los cambios que, aparentemente, sólo afectaban a

algunos individuos. El cambio social más drástico y de mayor alcance, que transformó

definitivamente la sociedad mundial, fue la casi desaparición del campesinado en

vastas zonas del mundo. Según los datos históricos, desde el período neolítico la

mayoría de los seres humanos vivió de la agricultura, de los animales domésticos y del

producto de la pesca, invirtiéndose ese panorama en el período ya señalado al

comienzo. Para dar sólo un dato que ilustra las anteriores afirmaciones, en América

Latina el porcentaje de campesinos se redujo a la mitad en un período de veinte años

(1950-1970); pero ya en los años setenta no había ningún país en el mundo donde el

campesinado no constituyera la minoría de la población.

El otro factor que alteró profundamente la realidad socio cultural del mundo fue el papel

de importancia creciente que pasaron a desempeñar las mujeres en el área laboral.

Asimismo, las mujeres hicieron su entrada masiva en la educación superior, que se

había convertido en el mecanismo por excelencia de la permeabilidad social. Ambos

factores, la entrada de las mujeres masivamente en el área laboral pública, así como su

entrada en la educación superior, constituyeron el caldo de cultivo para el renacer de

los movimientos feministas a partir de los años sesenta, comenzando por los países

capitalistas avanzados y extendiéndose hacia los sectores elitescos del mundo

subdesarrollado.

De igual manera la familia resultó afectada por importantes cambios ocurridos en las

costumbres y comportamientos sexuales, tanto públicos como privados. Esta fue una

época de liberalización, tanto para los heterosexuales como para los homosexuales;

para las mujeres significó la adquisición de una libertad que hasta ese momento no

habían disfrutado. Asimismo, el divorcio creciente, los hijos ilegítimos y la familia

monoparental, indicaban la existencia y desarrollo de una crisis entre los sexos. A ello

debe agregarse la aparición de una profunda brecha entre las generaciones; la juventud

se constituyó en grupos sociales independientes, manifestándose en movilizaciones

radicalizadas, en la cual participaban también grupos de disidentes y de marginados.

Los jóvenes, unificados culturalmente en torno al rock, rechazaron la condición de

niños que hasta el momento las personas adultas les habían dispensado, y rechazaron

irracionalmente el carácter humano de cualquier generación que tuviese más de treinta

años, con excepción de algunos personas a quienes atribuían la condición de gurúes.

Este movimiento iconoclasta perfiló un estilo de vida que probablemente se vio

reforzado entre los jóvenes varones por la aparición de una cultura homosexual que

marcó las pautas de la moda y el arte.

Alain Touraine sostenía, en 1992, que tanto en los países ricos como en las regiones

pobres, se observaba con fuerza creciente la obsesión de la diferencia y la

especificidad. Continuaba afirmando que la invocación a la identidad provocaba el

nacimiento de mayorías morales y, además, un nuevo movimiento radical que no

conocía ninguna verdad general y reclamaba una historia de los indios, de las mujeres o

de los homosexuales; una historia diferente de aquella que, al decir del autor, era

denunciada por el radicalismo como propia del hombre blanco. Lo que el filósofo

exponía, en pocas palabras, se refería al cuestionamiento de las dominaciones que

tradicionalmente habían sufrido los grupos minoritarios y oprimidos. Concluía su

razonamiento expresando la convicción de que no podía haber democracia sin

cuestionamiento de la dominación que se ejerce sobre las mujeres, sobre los jóvenes o

los viejos, los pobres y las naciones amenazadas por la descomposición y el

empobrecimiento.

Una transformación importante de los valores de la sociedad occidental se hizo visible

cuando algunos movimientos sociales se enfilaron hacia la defensa del sujeto,

encontrando su expresión más consciente en las acciones colectivas organizadas por

las mujeres a favor de la anticoncepción y la libertad de abortar.

Esos movimientos no apuntaban, según Touraine, a crear un nuevo tipo de sociedad,

sino que aspiraban a "cambiar la vida", a defender los derechos del hombre, tanto el

derecho de quienes sufren hambre o exterminio como el de la libertad de expresión o la

libertad de escoger un estilo de vida propio. Esos movimientos sociales movilizan

principios y sentimientos, se sobreponen y trascienden los partidos políticos, intentando

cristalizar en instituciones sociales nuevas, construyendo nuevos derechos y diferencias

culturales que cristalizan las demandas de las minorías. En una palabra, el

cuestionamiento de un orden.

3.4.2. El nuevo Paradigma de las Ciencias Sociales

Para Mumné (1989), un paradigma es un conjunto coherente y relativamente autónomo

de premisas referentes a un determinado modelo del hombre, que proporciona un

fundamento a diferentes teorías o a varios marcos simplemente teóricos. Estas teorías

o marcos obtienen su pleno sentido al tomar explícita , o casi siempre implícitamente

dicho modelo como fuente última de significación. Lo propio del paradigma sería,

entonces, su carácter fundante, su condición de modelo organizador de una orientación

epistemológica, a la cual el autor considera como un producto histórico, dado su

carácter acumulativo..

En 1962, Kuhn formuló su tesis sobre el avance de las ciencias mediante revoluciones

que suponen el abandono de un paradigma hasta entonces dominante por uno nuevo.

No obstante, y sin entrar a discutir con profundidad la tesis de Kuhn, si se analizan las

características del paradigma emergente (en este caso el de la Protección Integral),

observamos que algunas de ellas se inician o tienen su fundamento inicial por lo menos

treinta o cuarenta años atrás, y surgen ante el rechazo del paradigma dominante o ante

la incapacidad de éste para explicar satisfactoriamente ciertos fenómenos sociales. Es

decir, el desgaste del paradigma dominante ha sido paulatino, progresivo y, sólo

después de algunas vacilaciones, búsquedas y resistencias, el nuevo modo de ver se

ha impuesto.

Así, los movimientos sociales mencionados al comienzo, toda esta situación histórica,

han tenido su expresión en cambios incontrastables, que, a su vez, se pueden expresar,

académicamente, en un nuevo paradigma que, de acuerdo con Montero(1984), las

ciencias sociales exponen de esta forma:

1 El carácter histórico de toda institución, ciencia, disciplina o saber (Parker, 1989;

Venn, 1984; Ibáñez, 1989), por lo tanto, el carácter histórico del Derecho.. El

Derecho debe ser aceptado como saber histórico; está constituido por hechos,

doctrinas, teorías que se dan en el devenir histórico, en situaciones específicas.

Desde este punto de vista, la realidad es cambiante, se transforma

permanentemente, no pudiéndose hablar de verdad, pues el Derecho, al buscar la

verdad, debe apreciar ésta como histórica y transitoria.

2 La realidad social como orientadora fundamental del Derecho. Esta se concibe

como constituida heterogéneamente, por grupos diversos, social, cultural y

políticamente, razón por la cual en la sociedad existe el conflicto como parte de la

acción humana.

3 El cambio social es la expresión de la actividad dialéctica y dinámica de los seres

humanos, del conflicto (Montero, 1984; Ibáñez, 1989)

4 Los sujetos, en uso de sus capacidades y potencialidades, adquieren conciencia y

control sobre sus vidas a través de procesos de resistencia socio cultural (Martín-

Baró,1986)

5 La relación entre individuos y vida cotidiana da sentido al mundo y lo construye en

tanto realidad. (Parker, 1989; Berger y Luckmann,1979 )

Estos postulados han repercutido en la visión que actualmente las ciencias sociales

mantienen sobre los problemas reales y sobre las teorías, técnicas y métodos de

investigación. Pero, y esto es lo más importante, estos postulados han orientado y

siguen orientando las decisiones que muchas instituciones toman en relación con los

grupos humanos.

No cabe duda de que, en vista de estos postulados, algunas instituciones con

tendencias conservadoras se han visto compelidas a cambiar su enfoque de los

problemas humanos y, así, en el mundo se impone poco a poco la visión emergente

del nuevo paradigma.

En relación con la niñez, objeto de atención especial de este trabajo, el paradigma

emergente se ha dejado sentir y el modelo de abordaje de la temática de la niñez ha

cambiado desde la doctrina de la "Situación Irregular" a la de la Protección Integral.

3.4.3. La Doctrina de la "Situación Irregular".

Esta doctrina, que trataba de vincular la responsabilidad social con las situaciones de

vulnerabilidad y pobreza, partía de la negación de los derechos sociales básicos de los

sectores vulnerables a quienes pretendía proteger. Los niños y adolescentes eran

mirados, desde el punto de vista jurídico, como incapaces y carentes de juicio y

responsabilidad y, por ende, incapacitados para ejercer sus propios derechos. El

derecho de menores, así, no pasaba de ser un instrumento eficiente de control social,

que criminalizaba la pobreza y ejercía una discrecionalidad omnímoda a través del juez

de menores. De igual manera, dividía el mundo de los no-adultos en niños-

adolescentes y menores, entendiéndose por estos últimos el universo de los excluidos

de la salud, la familia y la escuela. La impunidad en el tratamiento de los conflictos de

naturaleza penal se traducía en la posibilidad de declarar jurídicamente irrelevantes los

delitos graves cometidos por adolescentes pertenecientes a los sectores sociales medio

y alto. La discriminación de la pobreza se manifestaba en la disposición de

internaciones que constituían privaciones de la libertad, inducida en motivos

relacionados con la falta de recursos materiales. Asimismo, se consideraba a la

infancia como objeto de protección, pero con la negación explícita de los principios

básicos del derecho, incluso de los constitucionales, objeto de goce de todos los

habitantes.

Esta doctrina de la Situación Irregular reflejaba algunos criterios propios del positivismo

jurídico: la resocialización, la defensa de la sociedad frente a los peligrosos; el otro

rasgo era el de la tutela, argumento mediante el cual se obviaron dos cuestiones

centrales en materia político-criminal: en primer lugar el hecho, de que todos los

derechos reconocidos a los adultos, no lo fueran para con los niños y jóvenes; lo otro es

que la aplicación de esta doctrina sólo reprodujera la violencia y marginalidad que se

pretendía evitar con la "protección" del Estado.

En una palabra, la doctrina de la "situación irregular" concebía al no-adulto como un

otro, como un sujeto, pero como un sujeto sin derechos. Esta doctrina entró en crisis en

la década del '60 en Norteamérica y en los '80 en el ámbito de la comunidad

internacional.

3.4.4. La Doctrina de la Protección Integral.

La crítica del modelo de justicia que el movimiento social y académico realizó en los

Estados Unidos a partir de los '60 ha permitido la progresiva aparición de normas para

la protección integral en el ámbito del Derecho Internacional de justicia de menores.

Considerar que los niños y adolescentes son sujetos plenos de derecho, supone, a la

vez, que deben ser tratados como personas con dignidad propia y capacidad

progresiva para ejercer sus derechos y asumir sus deberes. Las relaciones con los

niños y adolescentes no puede reducirse a la simple exigencia de obediencia y respeto

a normas disciplinarias tradicionales; no pueden mantenerse sobre la imposición

unilateral de los criterios sustentados por los adultos. Los espacios para la participación

deben abrirse, así como las oportunidades para el encuentro y el diálogo, tal que los

niños y adolescentes puedan constituirse en sujetos activos y copartícipes en todas las

esferas de la vida, interviniendo en la creación de su propia realidad. Esta doctrina

establece, asimismo, el derecho del infante a ser protegido por la familia, haciendo

hincapié en la responsabilidad de los familiares y del Estado, en la consecución de esa

protección.

La nueva doctrina de la Protección Integral sirve de fundamento a un nuevo derecho,

de una nueva ciudadanía, que se ha constituido a través de un conjunto de

instrumentos jurídicos internacionales que tienen su antecedente en la Declaración

de los Derechos del Niño, de 1959, en la cual se consagran los derechos y libertades

que todo niño debe disfrutar. Después de esta Declaración, siguieron otros

instrumentos que se mencionan a continuación en este trabajo.

3.4.5. Proceso de Transformación Normativa de los Derechos del Niño.

Los Instrumentos Internacionales.

A partir de 1959, con la Declaración de los Derechos del Niño por parte de la Asamblea

General de las Naciones Unidas, comienza un proceso que se ha visto reforzado con la

aprobación de subsecuentes instrumentos en pro de la defensa del niño y el

adolescente. En 1985, con la aprobación de las Reglas Mínimas de las Naciones

Unidas para la Administración de Justicia de Menores (Reglas de Beijing) continuó el

proceso de transformaciones normativas, que ha desembocado en la actual doctrina de

la Protección Integral. Después de 10 años de deliberaciones se aprobó en 1989 la

Convención Sobre los Derechos del Niño, que es la matriz y expresión fundamental de

la nueva doctrina. La aparición de esta Convención estuvo precedida por un período de

presiones y denuncias en relación con las condiciones de exclusión y represión que

enfrentaban los niños, niñas y adolescentes; y significó, en pocas palabras, el

reconocimiento de estos sujetos como unos dotados de plenos derechos en el ámbito

del Derecho Internacional.

3.4.5.1. La Declaración de los Derechos del Niño (1959).

Las declaraciones tienen, en general, un carácter abstracto, enumeran o mencionan

principios que pretenden ser universales y pueden servir de marco previo para la

redacción, evaluación y contrastación de leyes o constituciones.

La Declaración de los Derechos del Niño de 1959, aprobada y proclamada por

unanimidad por la Asamblea General de Las Naciones Unidas, establece una serie de

normas que todos deben tratar de cumplir, instándose en la proclama del documento

aludido a que los padres, las organizaciones particulares, autoridades locales y

gobiernos nacionales, así como los ciudadanos en general, que reconozcan esos

derechos y luchen por su observancia.

Concretamente, la Declaración afirma los derechos del niño a gozar de protección

especial, y de oportunidades y facilidades que le permitan desarrollarse de manera

saludable dentro de condiciones de libertad y dignidad (principio 2); y al referirse al

entorno dentro del cual ha de desarrollarse esa libertad y esa dignidad, recomienda

que el niño debe ser educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre

los pueblos, paz y fraternidad universal, con plena conciencia de que debe consagrar

sus energías y aptitudes al servicio de sus semejantes. De igual manera, y esto es de

singular importancia, la Declaración, en su Principio 7, establece que el Interés

Superior del Niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de

su educación y orientación; es decir, debe ser responsabilidad de toda la comunidad,

aunque en principio incumba de manera especial a los padres.

3.4.5.2. Las Reglas Mínimas para la Administración de Justicia de Menores de

Beijing. (1985)

Estas reglas se refieren, en su conjunto, a la política social y, además, tienen como

objeto la promoción del bienestar del menor, lo cual redundaría en la reducción del

número de casos que deban pasar por el sistema de justicia; igualmente, se reducirían

al mínimo los perjuicios que toda intervención judicial ocasiona. Desde este punto de

vista constituyen, en general, pautas para la prevención a priori de la delincuencia

juvenil. Las normas prevén una amplia gama de medidas referidas al objetivo señalado:

constituyen una jurisdicción especial, determinan que se aplicarán adaptándolas a cada

sociedad en particular, el perfeccionamiento paulatino de las reglas; la no-

discriminación y el trato igualitario para todos los menores, define la categoría de

menor delincuente; de igual manera establece el precepto de que las reglas se

aplicarán no sólo a los menores delincuentes, sino también a aquellos que realicen

actos que configuren faltas y comportamientos irregulares de acuerdo con las

costumbres.

El concepto de responsabilidad que establecen las Reglas está ligado a

consideraciones del orden del desarrollo psicológico y factores históricos y culturales.

De esa manera, recuerda que el sistema de justicia de menores hará hincapié en el

bienestar de éstos y que la sanción será, en todo momento, proporcional a las

circunstancias del delito y del delincuente. Por ello, corresponde a cada Sistema

Jurídico nacional fijar la edad mínima y máxima para la responsabilidad.

En un enfoque moderno hay que examinar si los menores pueden hacer honor a

elementos de desarrollo moral y psicológico de responsabilidad penal y evitar el

comienzo de la vida delictiva

También establece derechos procesales para el menor delincuente: la presunción de

inocencia, el derecho a ser notificado de las acusaciones, al asesoramiento, a la

presencia de padres o tutores, la confrontación con los testigos y la apelación.

En la Segunda Parte de las Reglas, Investigación y Procesamiento, se establecen las

reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos, así como del comportamiento que

deben observar los agentes de la ley en caso de delincuencia de menores. La remisión

es una medida discrecional que, igualmente, las Reglas contemplan en beneficio del

menor, en los casos que sea aplicable. La prisión sería una última ratio, y se preferirán

las medidas sustitutivas.

En la Tercera Parte, De la Sentencia y la Resolución, se contempla como requisitos

para el juzgamiento los de juicio imparcial y equitativo; es decir, el debido proceso

legal, tomando en consideración, siempre, el bienestar del menor, a la vez que prohibe

la aplicación de la pena capital para los menores delincuentes. El tratamiento fuera de

los establecimientos penitenciarios está contemplado en la Cuarta Parte; y el

tratamiento en establecimientos penitenciarios, de acuerdo con las Reglas, garantizará

su cuidado y protección, así como los demás derechos que le corresponden como

ciudadano. En la Quinta Parte se establecen los objetivos del tratamiento

penitenciario, en los cuales tiene una especial significación el hecho de que la

capacitación, educación y formación profesional tendrán por objeto permitirle al menor

desempeñar un papel constructivo y productivo en la sociedad. Los tratamientos,

prosigue este aparte, se realizarán garantizando el cuidado y la protección del niño,

recibiendo toda la asistencia necesaria –social, educacional, profesional, psicológica,

médica y física- que puedan requerir debido a su edad, sexo y personalidad. También

establece que los menores confinados en establecimientos penitenciarios serán

mantenidos separados de los adultos, y que tendrán acceso a sus padres.

Finalmente, en la Sexta Parte, las Reglas postulan que la investigación, planificación,

formulación y evaluación de una política racional de justicia de menores, constituyen un

importante mecanismo para que las medidas prácticas tengan en cuenta la evolución y

el mejoramiento continuos del sistema de justicia de menores.

3.4.5.3. Las Directrices de las Naciones Unidas para la Prevención de la Delincuencia

Juvenil (Riyadh, 1990)

Estas Directrices están dirigidas a establecer criterios en relación con la prevención a

priori; pone el énfasis en la influencia que los factores socio culturales y económicos

tienen en la determinación de la criminogénesis. En ese sentido, insisten en la

necesidad de la disminución y combate contra los factores que pueden generar cuadros

anómicos; por ello, plantea lo imperioso de crear oportunidades educativas, de respeto

y participación para construir ambientes de desarrollo del bienestar de los jóvenes.

Hacen hincapié en el proceso de socialización como fundamento integrativo del niño en

su cultura, asignándole a la familia y a la comunidad una responsabilidad cardinal en

dicho proceso.

De igual manera destacan la importancia de los medios de comunicación como

vehículos que puedan influir, como en efecto influyen, en la formación moral del niño y

del joven, señalando, así, la gran responsabilidad social de los medios, instándoles a

tomar conciencia de ello.

Señalan estas Directrices la necesidad de que la planificación del combate a la

delincuencia esté basado en la investigación científica; así como que los resultados de

la ejecución de los planes sean evaluados y readaptados de acuerdo con tales

evaluaciones. Establecen, igualmente, la necesidad de normar de manera especial la

administración de justicia de menores, de acuerdo con los principios de respeto a los

derechos, a la dignidad de las personas y al trato justo, así como de la legalidad en

todos los procedimientos.

Especial atención merece el reconocimiento del derecho a la participación de los

jóvenes en la sociedad, especialmente en el proceso educativo, lo que los convierte en

protagonistas de la formación de su proyecto de vida y transforma el proceso de

socialización, de uno impuesto y estructurante a otro donde el joven tiene una función

concurrente e interviniente.

Se observa, sin embargo, y luego de una lectura general de las Directrices y una

consideración global de los principios allí contenidos, lo siguiente: el modelo delineado

por Riyadh para la prevención de la delincuencia juvenil, requiere de la existencia de

una sociedad con alto grado de perfeccionamiento social, moral, económico y político;

es decir, se corresponde con un modelo ideal, casi utópico. Tal modelo, aun en su

forma menos perfeccionada, sólo es posible en un Estado Social Democrático de

Derecho y de Justicia. Tal modelo es extraño, por ejemplo a una sociedad de economía

neo-liberal, dejada de la mano invisible del mercado, donde la salud y la educación

estén privatizadas; donde la seguridad social - caso de existir- sea un negocio de

banqueros; donde la presencia del Estado esté limitada a la primitiva función de

garantizar el orden público para la buena marcha de los negocios. Antes por el

contrario, estas directrices sólo podrían ser realizadas en una sociedad con alto sentido

de responsabilidad y solidaridad, en la cual el Estado jugaría el papel de redistribuidor y

asignador de los recursos para el aseguramiento de la existencia para todos de los

bienes tangibles e intangibles de la civilización.

3.4.5.4. Las Reglas de las Naciones Unidas para la Protección de Menores

Privados de Libertad (1990).

En estas normas destaca de manera especial la afirmación de que la reclusión de un

menor siempre ha de ser una última ratio, y que en el caso de reclusión se ha de

dispensar especial atención al menor, dada su vulnerabilidad, y para contrarrestar los

efectos perjudiciales de la prisionización. Establece, para el caso de la privación de la

libertad, los principios de legalidad, lesividad y derecho penal mínimo. Según estas

Reglas, a la persona del menor debe garantizársele su incolumidad, tanto física como

cultural, y en ese sentido prohibe el uso de armas de fuego al personal de vigilancia,

disponen que se debe garantizar el respeto a la cultura (moral, religión) del menor, así

como su derecho al trabajo. La presunción previa de inocencia es una garantía

procesal, así como el asesoramiento judicial y el derecho a la defensa. Dispone

también el instrumento que nos ocupa que al menor ha de garantizársele el

entretenimiento y el recreo. Cuando han sido juzgados, se dispone que deben ser

clasificados en orden al tratamiento que se haya de dar; garantiza los servicios

médicos y de higiene, así como las actividades recreativas y religiosas. Finalmente

establece sanciones para los menores reclusos que incurran en transgresiones de los

reglamentos internos, prohibiendo que el menor sea utilizado como gendarme interno

de la institución penitenciaria.

Resumiendo, estas normas insisten en:

a) la protección de la persona física del menor, así como de su dignidad,

b) la legalidad de cualquier medida que se deba de tomar

c) la no-discriminación,

d) el respeto a los derechos civiles, económicos y culturales,

e) la responsabilidad permanente de la autoridad correspondiente en relación con la

seguridad del menor.

f) El tratamiento es una herramienta de uso permanente; y la privación de la libertad va

unida inseparablemente a un tratamiento

3.4.6. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y los Derechos

del Niño (1999)

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela aborda el problema de los

derechos de los niños, niñas y adolescentes , de manera específica, en el Capítulo V,

que trata de los Derechos Sociales y de la Familia y que integra el Título III, referido a

los Derechos Humanos y Garantías y a los Deberes. Los Artículos 75 al 79 hacen

referencia específica a tales derechos, así como a la protección de la familia y de la

maternidad.

El régimen general de Derechos Humanos se aplica particularmente a los derechos de

los niños, por cuanto la Constitución les reconoce su condición de sujetos de derecho y

de ciudadanos. De esta forma, la gran mayoría de los derechos constitucionales son de

la titularidad de todas las personas, incluyendo a los menores de dieciocho años, con la

marcada excepción de los derechos políticos, cuyo ejercicio será progresivo en la

medida en que el sujeto alcance la madurez etárea correspondiente a la adultez.

No obstante lo anteriormente dicho, a lo largo del texto constitucional se establecen

otros Derechos y Garantías que resultan de particular importancia para los niños, niñas

y adolescentes, por estar relacionados con su propia condición y orientados a proteger

y satisfacer sus necesidades específicas. En tal sentido, la nueva ciudadanía, la

condición de sujetos plenos de derecho, la participación y la corresponsabilidad, el

reconocimiento de la familia como núcleo fundamental para el ejercicio de los derechos

de la niñez, el sistema de protección de rango constitucional, y los derechos sociales y

culturales para los nuevos ciudadanos, constituyen un entorno jurídico excepcional y

que comentaremos de seguidas.

La nueva ciudadanía.

De acuerdo con el Artículo 39 del texto constitucional, los venezolanos y venezolanas

que no están sujetos a interdicción civil ni inhabilitación política, y en las condiciones de

edad previstas en el texto, ejercen la ciudadanía y, consecuentemente, son titulares de

derechos y deberes políticos. La norma constitucional establece categóricamente la

condición de ciudadanía de todos los venezolanos y venezolanas, sin excepción,

distinción o discriminación alguna. Por lo tanto, los niños, niñas y adolescentes

venezolanos y venezolanas disfrutan de esta condición jurídica, de acuerdo con la

máxima de interpretación jurídica que ordena que, cuando el legislador no distingue

tampoco debe distinguir el intérprete. De igual manera se establece que de la condición

de ciudadanía se deriva la titularidad de un conjunto de derechos y deberes políticos

cuyo ejercicio se debe ajustar a las condiciones de edad y demás regulaciones

previstas en el mismo texto.

Algo novedoso y digno de mención en el texto in comento se refiere a la obligación

impuesta al Estado, en el sentido de promover la incorporación progresiva del niño a la

ciudadanía activa (Art. 78). Esto significa que se deben adoptar todas las medidas que

sean necesarias para lograr ese objetivo. Por último, y como remate de este derecho,

el Art. 56 reconoce el derecho de toda persona a tener un nombre propio, a conocer la

identidad de sus padres y a tener sus apellidos.

Entre otros derechos que emergen de la titularidad de la ciudadanía, pueden

mencionarse el derecho a manifestar públicamente, el derecho a la libre expresión, el

derecho a la comunicación libre y plural, a la información oportuna veraz e imparcial, a

fin de contribuir adecuadamente a su formación integral.

Sujetos plenos de derechos.

El Art. 78, ya parcialmente comentado, integra los principales elemento de la doctrina

de la protección integral, en relación con el nuevo status jurídico de niños, niñas y

adolescentes. En este Artículo se reconoce plenamente la condición de sujetos de

derecho, así como su derecho a ser protegido por la ley e instituciones públicas, a fin

de garantizar el ejercicio de los derechos reconocidos en la propia Constitución y en la

Convención Sobre los Derechos del Niño. La mención de la Convención expresa el

interés de hacer explícito el apego y respeto a las normas internacionales de protección

integral. Igualmente se establece la corresponsabilidad entre Estado, familia y sociedad

para el logro de la protección integral de la niñez. De hecho, estos principios,

especialmente el del Interés Superior, se convierten en garantías constitucionales que

regulan y condicionan la actuación del Estado.

La familia como núcleo fundamental para el ejercicio de los derechos de la niñez.

Siguiendo en el análisis, la autonomía jurídica del niño se encuentra reforzada en el

Art. 75 de la Constitución, que consagra la igualdad de derechos y deberes entre los

miembros de la familia.

Este mismo artículo incorpora plenamente el principio establecido en la Convención

Sobre los Derechos del Niño, según el cual la familia es el espacio natural para el

desarrollo de los niños, niñas y adolescentes. Asimismo, se determina la obligación

del Estado de proteger a la familia como asociación natural de la sociedad; igualmente,

dicho artículo regula la adopción, la protección a la madre, al padre o a quienes ejerzan

la jefatura de la familia.

También resulta relevante destacar la previsión que establece la protección integral de

la maternidad y la paternidad, independientemente del estado civil del padre o de la

madre (Art. 76); adicionalmente, se garantiza la protección en condiciones de igualdad

de los matrimonios y de las parejas de hecho (Art. 77). Estos artículos proveen un

marco de garantías para la protección del derecho a la no discriminación por motivo de

la condición de los padres.

La participación y la corresponsabilidad.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela sienta las bases de un orden

jurídico democrático y participativo, en el cual el papel de las comunidades, la familia y

la sociedad, conjuntamente, comparten los objetivos del desarrollo pleno de la persona.

Los Principios Fundamentales establecen en su Art. 4 los valores de cooperación,

solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad. Estos valores tienen recurrente

expresión en las disposiciones relativas a la forma de organización de los Poderes

Públicos y a las garantías en lo tocante a los Derechos Humanos.

Sistema de protección integral.

El Art. 78 establece la creación de órganos de administración de justicia especiales,

cuyo objeto es el de garantizar el respeto de los derechos y garantías de los niños,

niñas y adolescentes, de acuerdo con el propio texto de la Constitución, las leyes y la

Convención de los Derechos del Niño.

Derechos sociales y culturales.

El derecho a la educación (Arts. 102 al 107) incluye garantías para la educación gratuita

y de calidad, así como la determinación de su carácter democrático. El Estado asume la

obligación de garantizar ese derecho , con la participación de la familia y la sociedad.

En las disposiciones relativas al trabajo, se reconoce éste como un hecho social (Arts.

89 al 91). Se establece, entre otras disposiciones, la prohibición de trabajo de

adolescentes en situaciones de riesgo y la obligación estatal de protegerlos contra

cualquier forma de explotación económica y social. También se contempla la prohibición

de cualquier tipo de discriminación en el trabajo, incluso por razones de edad. La

prohibición contenida en el Art. 56 en contra de la esclavitud y la servidumbre, incorpora

una garantía específica de protección y penalización por la trata de mujeres, niños,

niñas y adolescentes.

3.4.7. La Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente (1998)

La Exposición de Motivos de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del

Adolescente (LOPNA) analiza el proceso de cambio de paradigmas en cuanto a la

consideración jurídica de la niñez se refiere. Explica de manera concreta la forma en

que el país se vio en la necesidad de ajustar su legislación a partir de la aprobación de

la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CIDN), dejando de lado la

concepción de la Situación Irregular para establecer la doctrina o paradigma de la

Protección Integral. Esta Doctrina está sustentada en la existencia de un conjunto de

instrumentos jurídicos de carácter internacional sobre Derechos Humanos, de los

cuales cuatro de los relevantes fueron ya comentados en este trabajo (pp. 56-61).

El nuevo derecho que emerge de tales instrumentos, a su vez, está regido por una

serie de Principios Rectores que se proyectan a través de la LOPNA. A estos

Principios nos referiremos de seguidas:

El niño como Sujeto de Derechos.

De acuerdo con este principio, se atribuyen a los niños, niñas y adolescentes una serie

de derechos que provienen del hecho de convertir sus necesidades en derechos:

civiles, económicos, políticos, sociales y culturales, así como una garantía de justa

aplicación procesal en el caso de la niñez en conflicto con las leyes penales.

De igual manera, refuerza algunos derechos otorgados a todos los seres humanos y

reconoce y amplía algunos de manera específica; ejemplo de tales son el derecho a la

libertad de opinión, a la participación, a la asociación y a la seguridad social.

En otro orden de ideas, la LOPNA recoge también derechos fundamentales

reconocidos por la Convención:

a)Derecho de supervivencia ( a la vida, a la salud, a un nivel de vida adecuado, a la

seguridad social, a la protección en caso de conflictos armados, a que los padres

tengan la asistencia debida para que puedan cumplir con los deberes de la crianza)

b) Derecho al desarrollo (derecho a la educación, acceso a la información, a la

preservación de la identidad, al nombre y nacionalidad, a no ser separado de sus

padres, a la libertad de pensamiento, conciencia y religión, a la recreación y la cultura).

c) Derecho a la protección (contra todas las formas de explotación y crueldad, a no ser

objeto de ingerencia en su vida privada), protección especial al niño refugiado ,

protección al niño física y mentalmente impedido, contra abusos en el sistema de

justicia penal, contra el abuso sexual, contra la venta o trata de niños, contra el uso

ilícito de estupefacientes

c) Derecho a la participación (libertad de expresión: a expresar su opinión y a ser oído

en asuntos que le conciernen, a la libre asociación y libertad de participar en reuniones

pacíficas; a desempeñar un papel activo , en general, en la sociedad).

El Interés Superior del Niño.

Este Principio, premisa fundamental de interpretación de la LOPNA , se encuentra

establecido en los artículos 3 de la Convención y 8 de la Ley. Se erige como principio

garantista que establece límites y orientaciones de obligatoria observancia por parte del

Estado y la sociedad

Prioridad Absoluta.

Este principio resulta imperativo en el sistema de protección integral y asegura la

efectividad de los derechos y garantías de la población objeto de la LOPNA. Contenido

en el Art. 8 de la Ley, establece cuatro áreas de aplicación: a)especial preferencia y

atención de los niños y adolescentes en la formulación y ejecución de todas las políticas

públicas; b)asignación privilegiada y preferente, en el presupuesto, de los recursos

públicos para las áreas relacionadas con los derechos y garantías de los niños y

adolescentes y para las políticas y programas de atención integral al niño y

adolescente; c) precedencia de los niños y adolescentes en el acceso y atención a los

servicios públicos; d) primacía de los niños y adolescentes en la protección y socorro en

cualquier circunstancia.

Participación.

A fin de garantizar la efectividad de los derechos que la Convención consagra, la

LOPNA establece la plena participación de las personas, de las familias, de la

sociedad y del propio niño y del adolescente en el proceso de exigibilidad del

cumplimiento de los derechos. La participación de la sociedad en su rol corresponsable

de la protección de la infancia es fundamental para el establecimiento de un nuevo

ethos social.

El rol fundamental de la familia.

El Art. 5 de la LOPNA , al referirse a la familia, prevé que ésta tiene una responsabilidad

prioritaria, inmediata e irrenunciable en la garantía de los derechos el niño, y ello en

consonancia con lo expresado en el Preámbulo de la Convención, donde se asienta que

el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno

de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión. En relación con la

importancia de esta disposición huelgan los comentarios, pues la familia es el escenario

privilegiado para la satisfacción de las necesidades físicas y psíquicas del individuo, el

escenario de la socialización y el substrato que une a la persona a su cultura y al

universo.

Por otra parte, este principio genera un panorama de privilegio para la familia,

formalmente reconocido, y genera, asimismo, responsabilidades reales por parte del

Estado para la protección de la familia.

Pero, siguiendo en las consideraciones acerca de la LOPNA, y de acuerdo con su

Exposición de Motivos, esta Ley puede ser considerada como continente de dos

sistemas claramente diferenciados entre sí. El primero, el Sistema de Protección para

los Niños y Adolescentes que son Víctimas (del abandono, de la exclusión, de la

miseria); el segundo, el Sistema Penal de Responsabilidad del Adolescente, para los

victimarios. En este trabajo, por las razones expuestas a lo largo del mismo y por los

objetivos señalados, el primero de estos sistemas es de importancia decisiva, por lo

cual no trataremos, en esta reseña, lo relacionado con la responsabilidad penal. Así,

proseguiremos analizando lo referido al Título III en cuanto corresponda con los

objetivos mencionados.

3.4.7.1. El Sistema de Protección del Niño y del Adolescente.

La LOPNA desarrolla el Sistema de Protección del Niño y del Adolescente, concebido

como un complejo sistema administrativo y jurisdiccional que incluye diferentes órganos

para su implantación. El Título III trata especialmente de las políticas y programas de

protección y atención (Capítulo II); de las medidas de protección dirigidas a la

protección de los derechos y garantías del niño (Capítulo III); del conjunto de órganos

administrativos y judiciales existentes y nuevos (Capítulos IV y V) ; las numerosas

entidades y servicios de atención, públicos , privados y mixtos que ejecutan los

programs(Capítulo VII); las sanciones y procedimientos (Capítulos IX, XI y XII); la

acción judicial de protección (Capítulo X); y finalmente los recursos económicos

necesarios para el pleno desarrollo del sistema (Capítulo XIII).

El Sistema de Protección del Niño y del Adolescente cuenta con dos categorías de

órganos: administrativos y jurisdiccionales (Art. 119). Los primeros, a su vez, son de

dos clases, de acuerdo con la naturaleza de los derechos que deben garantizar:

generales o difusos e individuales. De allí, la creación de los Consejos de Derechos del

Niño y del Adolescente (órganos administrativos para la protección de derechos

generales o difusos, que pueden ser Nacional, Estadales y Municipales), y los Consejos

de Protección (órganos administrativos para la protección de derechos individuales).

El conjunto de órganos jurisdiccionales está constituido por los Tribunales de

Protección del Niño y del Adolescente (Sala de Juicio y Corte Superior) y la Sala de

Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia (Arts. 175 de la LOPNA y 262 de la

Constitución). Otros órganos del Sistema de Protección lo constituyen: el Ministerio

Público, las Entidades de Atención y las Defensorías del Niño y del Adolescente (Art.

119 LOPNA).

Según Morais (1999), el Sistema de Protección está construido de acuerdo con los

siguientes criterios:

a) Integralidad. Supone que debe garantizar los derechos a todos los niños y

adolescentes, sin discriminación de ningún tipo; y que no debe restringirse a la

protección jurídica, sino privilegiar la protección social.

b) Eficacia. Creación de vías efectivas para la defensa y garantía de los derechos

individuales, colectivos o difusos.

c) Participación. Distribución de la responsabilidad concurrente y solidaria de

Estado, familia y sociedad, definiendo roles de cada uno de los actores y

estructuras administrativas y judiciales, comprendiendo los sectores público y

privado.

d) Descentralización. Transferencia de poder, autoridad y recursos a las instancias

locales, como medio para resolver mejor los problemas de niños y adolescentes.

e) Redefinición de funciones judiciales. Descarga al juez de su competencia

universal bajo el derecho de menores, desjudicializando el tratamiento de los

problemas sociales y reservando su actuación para resolver conflictos jurídicos.

3.4.7.2. Las políticas y los programas de protección del niño y del adolescente.

La responsabilidad y la obligatoriedad caracterizan al conjunto de orientaciones y

directrices dictadas por los órganos del Estado, con la finalidad de guiar las acciones

dirigidas a asegurar los derechos y garantías consagradas en la LOPNA (Arts. 120 al

128). La protección, la atención, capacitación, inserción social, el fortalecimiento de

relaciones afectivas y otros valores, son los objetivos de las acciones que el Estado ha

de realizar, a través de programas, para la protección del niño y del adolescente. La

asistencia, el apoyo u orientación , la colocación familiar, la rehabilitación y prevención,

constituyen programas principalísimos en la finalidad de satisfacer necesidades,

estimular la integración del niño y atender a los niños, niñas y adolescentes que hayan

padecido o estén padeciendo situaciones traumáticas de origen social, en situación de

discapacidad, bajo la esclavitud de las drogas o presenten enfermedades contagiosas.

En el caso que nos ocupa, el de desarrollar un programa de atención para los niños de

la calle, los artículos 124, 127 y 128 son de particular importancia, pues en ellos se

definen los parámetros específicos del programa de atención aludido.

Así, el Artículo 123 define los programas como “la secuencia de acciones desarrolladas

por personas o entidades con fines pedagógicos, de protección, atención, capacitación,

inserción social, fortalecimiento de relaciones afectivas y otros valores, dirigidas a niños

y adolescentes.

De seguidas, el Art. 124 establece los tipos de programas, y nos referiremos solamente

a aquéllos dentro de los cuales se inscribe el programa objeto de este trabajo:

a) de asistencia: para satisfacer las necesidades de los niños, adolescentes y sus

familias, que se encuentren en situación de pobreza afectados por desastres naturales

o calamidades.

b) de apoyo u orientación: para estimular la integración del niño y del adolescente en el

seno de su familia y la sociedad, así como para guiar el desarrollo armónico de las

relaciones entre los miembros de la familia;

d) de rehabilitación y prevención: para atender a los niños y adolescentes que sean

objeto de torturas, maltratos, explotación, abuso, discriminación, crueldad, negligencia u

opresión; tengan necesidades especiales tales como discapacitados y superdotados;

sean consumidores de substancias alcohólicas, estupefacientes o psicotrópicas;

padezcan de enfermedades infecto-contagiosas; tengan embarazo precoz; así como

para evitar la aparición de estas situaciones.

De igual manera, el programa a desarrollar contempla la posibilidad de crear las

condiciones para cumplir las medidas de abrigo previstas en el Art. 127.

Abrigo. El abrigo es una medida provisional y excepcional, dictada en sede

administrativa por el Consejo de Protección del Niño y del Adolescente, que se ejecuta

en familia sustituta o en entidad de atención , como forma de transición a otra medida

administrativa de protección o a una decisión judicial de colocación familiar o en

entidad de atención u adopción, siempre que no sea posible el reintegro del niño o

adolescente a su familia de origen.

Como puede concluirse de la lectura de este aparte del Marco Teórico, la legislación

venezolana, tanto desde el punto de vista constitucional, como de la Ley Especial, no

sólo facultan para la formulación e implantación de programas como el que se trata en

este trabajo de grado, sino que establecen, especialmente en la LOPNA, la

obligatoriedad, por parte del Estado, para la ejecución de los mismos. La formulación y

puesta en marcha de un programa de atención para niños, niñas y adolescentes en

situación de calle, está perfectamente fundamentado desde el punto de vista legal.

CAPITULO III: ENTORNO SOCIO HISTÓRICO

CAPITULO III: ENTORNO SOCIO HISTÓRICO.

1. Las Condiciones Objetivas

El problema de la situación de riesgo de los niños de la calle no puede ser abordado

sin tratar las condiciones objetivas que le dieron origen, máxime si partimos del hecho

empíricamente comprobable, sin lugar a dudas, de que estos niños pertenecen a

poblaciones que encajan en el status de pobreza, considerada ésta como “insuficiencia

para alcanzar los requerimientos biológicos normales a la existencia humana” (Mieres,

1955: 1). En este capítulo se analizarán las características del proceso socio histórico

que, a mi entender, han determinado una profundización y ampliación de la pobreza en

Venezuela y, concomitantemente, creado las condiciones para la aparición de los niños

de la calle.

1.1. Pobreza y marginalidad

Para algunos autores, ya en 1975 el 70% de la población venezolana y la casi

totalidad de la población agrícola del país vivía en condiciones de sub alimentación y

era víctima del desempleo; adicionalmente, la mitad de la población del país vivía en

ranchos y no disponía de agua y la estructura sanitaria adecuada, uno de cada cinco

venezolanos estaba marginado del sistema de educación y casi una de cada cuatro

familias no disponía de electricidad en su vivienda (Chossudovsky, 1977). Entretanto,

“una minoría del 10% de las familias recibía aproximadamente más del 40% del

ingreso” (El Universal, 24-9-1976). Este proceso de deterioro de las condiciones de

vida de la población venezolana se acentuó a medida que transcurría el Siglo XX, y ya

en 1981 se afirmaba que el 40 % de la población venezolana era marginal. Ello

implicaba que casi seis millones de venezolanos estaban colocados al margen de la

producción y del consumo necesarios para vivir en condiciones de salud y dignidad

(Vilda, 1981, p.16).

Las poblaciones aludidas presentaban un mínimo nivel educativo, así como actitudes

negativas ante el cambio y “una resignada aceptación de las privaciones como

situaciones normales” (p. 5). Además del elevado índice de desempleo, estas

poblaciones tampoco participaban de la estructura urbana, de los servicios públicos

que la ciudad ofrece para hacer vivible la existencia en la aglomeración que la

caracteriza: transporte cómodo, cloacas, escuelas, hospitales, aseo urbano,

electricidad, etc. Desde un punto de vista conceptual, y sintetizando las características

que se han venido mencionando en los párrafos precedentes, podemos concluir en

que la inmensa mayoría de la población venezolana, considerada en los rangos

temporales de finales del siglo XX, vivía en la pobreza, es decir, dentro de las

condiciones señaladas por el Parlamento Europeo, en su Resolución 216.089 de fecha

23 de marzo de 1966. Así, de acuerdo con dicha Resolución, citada por Alaña y

otros, (2003),

“Pobreza es la falta de una o varias garantías, principalmente la del trabajo, que permiten a las personas y a las familias asumir sus obligaciones profesionales, familiares y sociales y gozar de sus derechos fundamentales. La inseguridad que produce esta situación puede ser más o menos importante y puede tener consecuencias más o menos graves y definitivas. Se convierte en pobreza extrema cuando afecta a varios sectores de la existencia, cuando adquiere carácter persistente o cuando compromete las posibilidades de que la persona asuma de nuevo sus propias responsabilidades y de que reconquiste por sí misma sus propios derechos por la obtención de un porvenir más seguro” (p. 153).

Y desde el punto de vista cultural, estas poblaciones presentaban una situación de

extrañamiento con respecto de sus anteriores patrones rurales, aunque, de igual

manera, tampoco habían podido asimilar aún la psicología urbana. Estaba presente,

como un trauma, el resultado de una ruptura con patrones culturales tradicionales, sin

la posibilidad de incorporarse definitivamente a los requerimientos conductuales de la

ciudad.

Oportuno es recordar que los procesos de migración del campo a la ciudad se iniciaron

en el país a finales de la segunda década del Siglo XX, acentuándose ese proceso a

raíz del descubrimiento, la explotación y comercialización del petróleo. De acuerdo con

cifras de la OCEI, la población urbana, considerada a partir de núcleos de más de 1.000

habitantes, pasó del 35% a mediados de la década de los ´30 a 84% en 1981,

porcentaje que hasta l989 se había mantenido (OCEI, 1990). Esa rápida concentración

urbana, así como la aglomeración excesiva de población en un período de tiempo muy

corto impidió disponer adecuadamente de los recursos e infraestructura para atender

las demandas mínimas de la población, sentándose así las bases para la proliferación

de barrios marginales o cinturones de miseria (Dehollain y Pérez, 1990, p.26). Un

elevado índice de desempleo, el bajo índice de escolaridad, la vivienda inadecuada y la

desintegración familiar por ausencia - las más de las veces- de uno de los progenitores,

constituían factores que afectaban la estabilidad psicológica del grupo familiar. En este

estado de cosas, se crearon las condiciones para el desarrollo de personalidades

insatisfechas, inmaduras, agresivas y hasta desequilibradas, caracterizadas por una

carencia de seguridad y autoafirmación y el temor por asumir responsabilidades (Vilda,

1981, p. 6).

Las grandes ciudades de América Latina (AL) han crecido en forma no planificada,

acelerada, con cambios en la relación de rural a urbana. En AL la población ha acrecido

de 353 millones en 1980 a 506 millones para el año 2000. Esto significa un crecimiento

del 30% de su población a un ritmo de un 1,5% promedio anual. En las zonas urbanas

la proporción de pobladores pasó de 65,1% en 1980 a a 75.6% al final del siglo XX. Hoy

ya están por encima de ese promedio Argentina, Brasil, Chile, Cuba, Guayana

Francesa, Uruguay, Venezuela y algunas islas del Caribe. (Rottker,2000, p. 44)

Vale aquí aclarar que los cambios en la estructura de la población no se deben

únicamente a causas económicas, sino que también influyen, como de hecho han

influido en el proceso de poblamiento de las ciudades de A.L.. otros factores. En efecto,

como expone Rotker al tratar las causas y orígenes de la violencia urbana:

“Los cambios en la estructura de la poblaciones se deben no sólo al crecimiento natural (nacimientos menos muertes), sino también al efecto de la migración del campo a la ciudad. En América Latina dos razones, al menos, explican de alguna manera la migración y su relación con el incremento de la violencia: la primera es la respuesta legítima al deseo y derecho de buscar horizontes diferentes de los pobladores del campo o de pequeños poblados, quienes se instalan en zonas periféricas de las ciudades y observan, entre asombrados y ofendidos, como las oportunidades sociales con que soñaron al migrar les son tremendamente esquivas. El segundo grupo que ha “migrado”, lo ha hecho de manera involuntaria, obligado por los actores de conflictos

armados u otras formas de violencia; éstos deben abandonar sus casas, sus parcelas y sus pocos bienes muebles e inmuebles para refugiarse en los centro urbanos para salvar sus vidas” (p. 45)

En una obra publicada en 1988, donde trata el tema de la inseguridad ciudadana,

Francisco Delgado plantea, haciendo algunas consideraciones sociológicas, que,

como consecuencia de la crisis económica desatada a partir del llamado “Viernes

Negro” (18 de febrero de 1983) ésta “…puede conducir al surgimiento o agudización

de conflictos o tensiones sociales provenientes de la sociedad civil” (p. 15). Continúa el

autor considerando la posibilidad de que, en medio de tales circunstancias, se

desarrollen mecanismos de respuesta social, que de acuerdo con la coyuntura

histórica, puedan asumir “…desde las formas institucionalizadas de manifestación del

disenso hasta las más extremas formas de violencia” (p.15).

Estas afirmaciones tuvieron, como ya sabemos, casi un carácter premonitorio en

cuanto se refiere a las manifestaciones de violencia política y los comportamientos

anómicos generalizados a finales de la década de los ´80 y comienzo de los ´90

Paralelamente a esta violencia surgieron también mecanismos de adaptación a la

crisis, mecanismos de supervivencia dentro de los cuales podemos ubicar la aparición

masiva de los niños de la calle (ver Predrazzini y Sánchez, 2001).

La situación anteriormente descrita, de acuerdo con mi criterio, creó, asimismo, las

condiciones para la aparición, primero de actos inciviles, y luego, abiertamente, para la

delincuencia que caracteriza a los barrios marginales. Es en estas zonas urbanas

donde se registran los más elevados índices de delitos y crímenes, cuyos autores son

mayormente jóvenes carentes de educación, de empleo, iniciados desde temprana

edad en los caminos de la violación de unas leyes que parecen haber sido concebidas

para unas condiciones existenciales diferentes a las de los barrios marginales.

Al hacer un recorrido, lo menos riguroso posible por cualquier barrio de nuestras

grandes ciudades nos ponemos en contacto con una cruda realidad: los habitantes de

las barriadas populares generalmente viven en medio de la suciedad, de calles en mal

estado, en viviendas insalubres las más de las veces, en estado de hacinamiento en

algunos casos, en medio de la promiscuidad, el alcoholismo, el ruido, los escándalos,

las riñas...y el juego.

Por supuesto, sería irracional suponer que en estas condiciones sea posible vivir con

dignidad, con respeto, con reconocimiento de los valores del individuo y de la familia.

Se afirma, sin embargo, que los pobladores de nuestros barrios populares mantienen

valores de solidaridad

Este aparte se podría concluir con algunas consideraciones generales: en la

actualidad, la vida urbana, con sus característicos patrones de comportamiento

(patrones de consumo, usos sociales) así como el incremento de las necesidades

familiares y la incapacidad del padre solo para satisfacerlas cabalmente, ha llevado a

las madres, poco a poco, a ausentarse del hogar, dejando al hijo bajo el influjo de la

televisión o bajo el cuidado de alguien muchas veces extraño a la familia o, en ciertos

casos, al cuidado de algún hermano o hermana mayor. La familia ha devenido en

nuclear (o de reproducción, diríase en la Antropología). Debido, entre otras cosas a la

carestía de la vivienda, ya no es frecuente ver a familias extendidas compuestas por

padre, madre, hijos y abuelos (familia de orientación, diríase en la Antropología). Por

otra parte, el fenómeno de la inestabilidad familiar, de lo cual da fe el alto número de

separaciones y divorcios, ha convertido a la familia venezolana (especialmente en las

clases populares) en monoparental y, casi siempre, en matricentrada (Moreno, 1997).

Este proceso, sucintamente trazado, no deja de tener su importancia en el problema de

la desintegración de la familia y, por ende como factor a ser considerado en la

explicación de la aparición de los niños de la calle. En esta perspectiva debe integrarse

también la inexperiencia de los padres, quienes contraen matrimonio o realizan sus

uniones sexuales a muy temprana edad, cuando aún son adolescentes sin ningún

entrenamiento para ser padres. Asimismo, las madres conciben muy jóvenes, con

escasa experiencia y escasa formación intelectual y moral, provienen de familias

pobres y con limitadísima educación y probablemente el embarazo no fue deseado.

Todos estos elementos se constituyen en factores que perturban la necesaria

integración de la familia.

Por el lado de los varones, éstos suelen tener escasa o ninguna formación para el

trabajo, y en consecuencia están incapacitados para mantener el hogar y conservar el

prestigio y el valor de la figura paterna; frecuentemente, además, son consumidores de

alcohol, drogas o provienen de ambientes empobrecidos, donde no han tenido la

oportunidad de adquirir una experiencia social que les permita tener acceso o aún

visualizar las oportunidades de reclamo de sus derechos.

1.2. El apogeo del neoliberalismo

Las causas del acelerado empobrecimiento latinoamericano hay que buscarlas en los

años ´80, la denominada “Década Perdida”, cuando, empezando por México, los países

latinoamericanos con mayor deuda no pudieron seguir pagando, y el sistema bancario

internacional estuvo al borde del colapso (Hobsbawm, l998: 422). Como consecuencia,

y aprovechando tal circunstancia, los organismos financieros internacionales impusieron

al conjunto de países del área la liberalización económica como paso previo para

acceder a los mercados de capitales. El recorte de impuestos, el desarme arancelario,

el adelgazamiento hasta la anorexia de los Estados con privatizaciones a precios de

saldo de los principales sectores productivos y servicios públicos condenaron a la

miseria a la inmensa mayoría de la población en beneficio exclusivo de las grandes

compañías trasnacionales (Escudier: 2005:14).

Desde mediados de los ´80, y a partir del llamado Consenso de Washington, se inició

en Latinoamérica un proceso dirigido a apuntalar al gran capital de las empresas

trasnacionales, en detrimento de nuestras economías. Los resultados de esta políticas

son evidentes: pérdida de la capacidad regulatoria de los estados, en consecuencia,

quiebra de los estados nacionales; transferencia al gran capital privado de las empresas

estatales y de servicios públicos básicos, mediante políticas de “privatización” (las

telecomunicaciones, agua, electricidad, empresas estatales de correos, puertos,

aeropuertos y en general las empresas públicas perdieron su status para convertirse en

empresas privadas); pérdida creciente de centralidad en la valoración del trabajo como

fuente de riqueza (desregulación del mercado laboral, disminución de la masa global del

trabajo abstracto, el salario como costo y desprotección social del trabajador). (Muñóz,

2005, p.10; Gómez, 2000, p. 323).

Las Políticas económicas puestas en marcha como resultado de las imposiciones de los

organismos financieros internacionales, trajeron como consecuencia una política de

ajustes realizada por los estados que aceptaron las recetas del neoliberalismo. La

característica especial de estas recetas puede definirse a través de una sola frase: la

restricción de los programas sociales. Tales restricciones implicaron el deterioro de las

condiciones de vida de grandes sectores sociales, así como el ensanchamiento de la

brecha entre clases sociales. Las nuevas generaciones nacidas en medio de esta

situación tuvieron que enfrentarse a posibilidades de desarrollo cada vez más

limitadas, sufriendo el mayor impacto aquellos sectores de la población con menos

ventajas para enfrentar las necesidades propias de la existencia.

En general, el paquete neoliberal recomienda, desde un ángulo cuantitativo, lo

siguiente: a) reducir el gasto público como porcentaje del PIB, b) finanzas públicas

equilibradas; c) reducir el peso de las empresas públicas productivas (Valenzuela, 1991,

p. 25). Por supuesto, la reducción del gasto público debe hacerse en lo que tiene que

ver con los programas sociales, tal como se expresó antes, lo cual deja en manos del

acaso a los sectores más desfavorecidos en cuanto respecta a educación y salud.

Según el autor citado (Valenzuela),

“...el paquete del FMI privilegia el modo de regulación monopólica, favoreciendo especialmente a las corporaciones transnacionales, supone un brutal ataque a los niveles de vida, absolutos y relativos de los sectores asalariados. El objetivo buscado es una mayor tasa de plusvalía y los mecanismos que se privilegian son la ampliación del ejército de reserva industrial y la coacción extraeconómica” (p.36)

Un estudio del Banco Mundial sobre el período 1974-1994 destaca el crecimiento de la

tasa de homicidios a partir de la mitad de los años 80 en distintas regiones. América

Latina es la que muestra la tendencia más alta, lejos del África subsahariana, donde

también se nota una tendencia creciente...

Concha-Eastman (2000) hace notar que en este período las políticas de ajuste

económico impulsadas por el BM y el FMI se implantan y se hacen más exigentes. En

las ciudades los pobladores pobres aumentan. La lucha por la supervivencia hace

crecer la llamada economía informal, en la que se refugian personas sin empleo ni

oportunidades de trabajo. El narcotráfico y todas las actividades delictivas conexas al

mismo, entre ellas la generación de violencia contra la vida e integridad de las personas

y la corrupción, adquieren dimensiones internacionales (p. 40). El autor concluye sus

observaciones de manera contundente dirigiendo su atención hacia los grupos

humanos más vulnerables:

“Finalmente, en las zonas urbanas donde hay niños y niñas en y de la calle, se percibe una violencia múltiple del Estado, la sociedad y sus familias. A ellos y a ellas se les niegan los derechos humanos fundamentales de educación, techo, vivienda, alimento, vestido, amor y recreación; además de haber sufrido violencia en su hogar, viven en un ambiente propicio para acceder y aprender diversas formas de criminalidad” (p. 41).

Consecuentemente, el cuadro que se presenta en cualquier país donde se implanten

tales medidas económicas, no es otro que el de la crisis generalizada

La crisis económica es una forma de violencia ejercida sobre los más pobres, ya que los

problemas de desnutrición, mortalidad infantil, falta de servicios, elevados costos de la

salud, golpean más contundentemente a los habitantes de los barrios empobrecidos.

En el caso de las familias cuya capacidad de atención a las necesidades resultó

mínima, una solución fue la de librar los hijos a los albures de la calle, donde los niños,

niñas y adolescentes implicados desarrollaron estrategias y astucias que les permitieron

adaptarse, en la lucha por la supervivencia, a unas duras condiciones que han perfilado

la sub cultura de la calle.

La calle se convierte en el hogar de los excluidos, sobre todo de aquellos que en virtud

de su edad constituyen los miembros más vulnerables de las familias empobrecidas y

que han sido lanzados a la calle por sus familias, incapaces de responder a sus

necesidades.

En este orden de ideas, conviene precisar conceptualmente la exclusión, concepto

cardinal en el estudio que estamos realizando. Sobre ello, Cabezali (2002) dice:

“Definimos la exclusión social en relación, ante todo, con los

Derecho sociales. Verificamos cuáles son los derechos de los ciudadanos con respecto al empleo, la vivienda, el derecho a la salud, etc. Cuál es la eficacia de las políticas que garantizan esos derechos a los ciudadanos, cuales son los obstáculos y las disposiciones que excluyen de ellos a ciertas personas. Esta es la primera etapa. La segunda tarea consiste en estudiar los elementos demostrativos de que, cuando los ciudadanos son incapaces de obtener sus derechos sociales, tienden a padecer un proceso general y persistente de privación de sus derechos adquiridos, a la vez que va declinando su participación social y profesional” (p. 165)

El concepto anterior, aun cuando amplio en lo referente a las dimensiones de la

exclusión, no menciona, sin embargo, algunos aspectos de importancia y que otros

autores como Pedrazzini y Sánchez destacan al considerar la exclusión como una

característica de los niños de la calle:

El niño de la calle es antes que nada un excluido del proceso educativo y de la socialización tradicional (cuyos pilares ideales son todavía la familia, la escuela y el trabajo). El niño escapa frecuentemente de una relación familiar profundamente deteriorada, que se fundamenta en los maltratos, servicios y explotación por parte de los padres, provocada generalmente por las condiciones de gran miseria económica y por ende física y afectiva (p.68)

De acuerdo con Amnistía Internacional, el problema de los niños de la calle es de

reciente data en Venezuela, y su origen se ubica, precisamente en la crisis económica

que afectó al país en 1987( A.I., 1998)

Colina (2005), por su parte afirma que los ajustes macroeconómicos impuestos tuvieron, entre sus efectos más graves, “...los del debilitamiento de la capacidad socializadora de las familias y el subsiguiente crecimiento acelerado (del número) de los niños que se incorporan a la mendicidad, que son abandonados por su familia o que huyen de ella por las situaciones de violencia y maltrato que allí enfrentan” (, p.7).

Una consideración global de los datos y argumentos expuestos en este Capítulo,

conducen a una conclusión. Independientemente de que las políticas neo liberales

hayan fracturado la economía del país e incidido tan brutalmente como lo hicieron en la

sociedad venezolana, y especialmente entre los sectores más pobres, una verdad

resalta: la situación de emergencia permanente en que viven los sectores mencionados

(que ha generado la llamada “cultura de urgencia”) no ha nacido repentinamente, sino

que es el resultado de un proceso histórico de vieja data. El proceso de formación de la

población infantil en condiciones de vulnerabilidad es permanente, y conforma una

espiral ascendente y recursiva que apenas puede ser entendida a través del examen

de los fenómenos que la caracterizan.

FIGURA No- 2

APORTES DE LAS DIFERENTES DISCIPLINAS AL PARADIGMA HOLÍSTICO

SOCIOLOGÍA

Conceptos de: Anomia Socialización Control Social Subcultura

NIÑOS DE LA CALLE

ENTORNO SOCIO HISTÓRICO

Las diferentes disciplinas implicadas en este trabajo (Sociología, Criminología, Psicología y la Normativa Legal) contribuyen a la formación del paradigma holístico, al aportar conceptos que les son propios, en el proceso de análisis del problema de los niños de la calle. Dichos conceptos, en consonancia con la visión que provee el estudio del Entorno Socio Histórico permiten alcanzar una comprensión multidimensional acerca de la naturaleza y origen del problema.

CRIMINOLOGÍA

Prevención Reacción Social Cultura de la Calle Estereotipo

NORMATIVA

LEGAL

Principios internacionales Principios constitucionales Principios legales

PSICOLOGÍA

Estigma, Autoestima Refuerzos, Aprendizaje Social Frustración-Agresión Acción Prosocial Autorrealización

CAPITULO IV: METODOS

CAPÍTULO IV: MÉTODOS

1. Naturaleza Holística de la Investigación

La naturaleza de la investigación es tanto cualitativa como cuantitativa.

Desde el punto de vista cuantitativo se recogerán y analizarán porcentualmente los

datos numéricos sobre las variables relacionadas con la condición socio demográfica

de la muestra escogida, así como sobre otras variables determinadas por diferentes

comportamientos de los individuos de dicha muestra, de acuerdo con las técnicas

usuales (Palella y Stracuzzi, 2004).

Y desde la vertiente cualitativa, investigación que admite el estudio de las dimensiones

subjetivas (Méndez,2003, p.49) se realizarán entrevistas no estructuradas a niños,

niñas y adolescentes en situación de calle, a los padres o representantes de estos niños

y a funcionarios de las instituciones que tienen que ver con el problema; asimismo se

realizarán entrevistas a los miembros del equipo terapéutico. Se utilizará la saturación

como criterio de verdad en estas entrevistas.

2. Tipo de Investigación

Por su naturaleza la investigación es teórica, histórica y normativa; también es de tipo

aplicado, ya que pretende aportar soluciones al problema planteado.

La técnica utilizada es la de la investigación participante. En esta investigación he

actuado como observador participante en actividades propias de la institución que

realiza el programa; me he colocado como observador cercano a los hechos para

comprender la situación particular de los sujetos y estar en capacidad de apreciar los

cambios, alteraciones y/o progresos experimentados, en un todo de acuerdo con

Blalock (1970) y Duverger (1980), en relación con la necesidad de actuar sobre el

propio terreno de los hechos y contar con la aceptación del grupo observado.

De igual manera, la investigación es proyectiva (Hurtado, 2000. p.331), ya que consiste

en la elaboración de una propuesta o un modelo, como solución a un problema o

necesidad de tipo práctico, ya sea de un grupo social, de una institución, en un área

particular del conocimiento, a partir de un diagnóstico preciso de las necesidades del

momento, los procesos explicativos o generadores involucrados y las tendencias

futuras.

3. Población y Muestra:

La muestra la constituyen 12 (doce) niños de la calle que integran el grupo inicial del

programa. Estos niños fueron entrevistados en los sitios donde generalmente

deambulan o en el local de la Casa La Urupagua.

El programa se diseñará como resultado de la observación y el análisis realizado

sobre niños, niñas y adolescentes en situación de calle en la ciudad de Coro, Municipio

Miranda del Estado Falcón y entre los padres y representantes de los dichos niños.

4. Recolección de la Información:

La información requerida se recogió de tres maneras:

a) a través de la observación-participación realizada en reuniones de promoción u

organización inicial del programa;

b) por medio de reuniones con el equipo terapéutico;

c) a través de la realización de entrevistas en profundidad, no estructuradas,

grabadas en cinta magnetofónica, realizadas a niños de la calle, padres de los

mismos, funcionarios de instituciones cuya actividad esté relacionada con el

asunto y miembros del equipo terapéutico.

5. Sistema de Variables

Variable 1: Condición socio-demográfica

Indicadores:

1. Sexo

2. Edad

3. Características educativas

4. Dirección

5. Padres

6. Educación de los padres

7. Trabajo de los padres

8. Ingreso

9. Grupo familiar (número y funcionamiento)

10. Vivienda (tipo)

11. Disposición de excretas

12. Disposición de basura

13. Electricidad

Variable 2: Percepción del niño de la calle sobre su situación / diagnóstico.

1. Razón de estar en la calle

1. Actividades que realiza en la calle

2. Tiempo de estar en la calle

3. Cómo lo trata la gente

4. A qué se debe su comportamiento violento

5. Percepción del Programa

Variable 3: Nuevas conductas

Responsabilidad

Disciplina

Respeto

Aseo

Variable 4: Percepción del niño de la calle sobre el programa Bueno Regular Malo Recomendaciones Variable 5: Percepción del programa por los padres Bueno Regular Malo Recomendaciones Variable 6: Percepción de los especialistas Sobre las nuevas conductas (de los niños y de los padres) Sobre el programa mismo. Recomendaciones

CAPÍTULO V. CARACTERIZACIÓN

SOCIODEMOGRÁFICA DE LOS NIÑOS EN SITUACIÓN DE CALLE

En el presente Capítulo se reseñan los resultados del análisis de las variables 1 y 2, así

como de los testimonios de los niños y de sus madres; igualmente se analizan dichos

testimonios. Para el análisis de las variables se utilizan las tablas con la información

recogida acerca de las dimensiones de cada una de ellas, indicándose tanto la

frecuencia como los valores porcentuales que se determinaron para cada dimensión.

Para su mejor comprensión, esos valores se presentan, a continuación, en forma de

gráficos. El capitulo concluye con un diagnóstico general sucinto referido a los datos y

análisis mencionados.

1. VARIABLE 1: DATOS SOCIODEMOGRÁFICOS Tabla No. 1: Matriz de datos A

No. sexo edad grado dirección padres Educ.

padres Trabajo padres ingreso Grupo familiar

1 M 17 No estudia.

B. Curazaito Madre (soltera), Padre fallecido

Madre. 6º Grado

ocasional madre 40.000

5 hermanos, 3 adultos (tíos)

2 M 11 3er. grado

B. Zumurucuare Madre (soltera) No padre

Madre 6o grado.

Madre, Doméstica

Madre 280.000

Madre, Tía, Abuela, tres menores

3 M 13 3er grado

B. Cruz Verde Madre (soltera) -------- Madre, Doméstica

300.000 Madre, Abuela , 5 menores

4 M 13 3er. grado

C. La Paz. Huerfano de Padre y Madre.

------- desempleo desempleo Tia, Tio político. 5 menores

5 M 15 6º. grado

B. Cruz Verde Madre. Soltera y Padre. Soltero

Padre y madre 6º grado

Padre vigilante. Padre 300.000

Padre, Madre, 11 hermanos

6 M 13 3er grado

B. Cruz Verde Madre soltera 6º grado ocasional 200.000 Madre + siete hermanos

7 M 12 2º grado Urb. Arístides Calvani

Madre soltera 6º grado Obrera ocasional No hay precisión

8 hermanos, padrastro

8 M 16 4º. grado

B. Zumurucuare Madre soltera 6º grado Nadie trabaja ------------ Madre , 7 menores

9 M 15 5º. grado

Fundabarrios Madre, padrastro Madre 6º grado

Padrastro 120.000 Madre, Padre, Abuela,. 3 hermanos

10 M 12 2º.Grado Zumurucuare Madre soltera Madre 4º Grado

Madre obrera 400.000 Madre, Padre, 5 hermanos

11

M 13 6º. Grado

A v S u c r e Madre soltera Padre soltero

------ ocasional No hay precisión

Madre, 6 hermanos

12 M 12 2º. grado

B. Cruz Verde Madre soltera 4º Grado Ocasional Sin precisión Madre + seis hermanos

VARIABLE 1: DATOS SOCIODEMOGRÁFICOS Tabla No. 2: Matriz de datos B

No. vivienda Agua Electri-

cidad Excretas--basura Relación intrafamiliar Diagnóstico general

1 Casa propia

Acueducto Ilegal Cloacas, Aseo Urbano

Buena relación intragrupal

Pobreza crítica, hacinamiento, descuido personal, deterioro vivienda, Receptivos.

2 Casa propia

Acueducto Ilegal Cloacas. Quema Conflictivas. Deficiente comunicación grupal

Pobreza crítica, hacinamiento, deterioro vivienda. No conciencia roles familiares

3 Casa propia

Acueducto Legal Cloacas, Aseo Urbano

Comunicación familiar deficiente

Pobreza Crítica, Inestabilidad laboral, hacinamiento.

4 Casa propia

Acueducto Legal Letrina, Aseo Urbano

Desestructuración Pobreza Crítica, hacinamiento, alto deterioro de vivienda, tenencia irregular de vivienda.

5 Casa propia

Acueducto Ilegal Cloacas, Aseo Urbano

Satisfactorias. Integración

Pobreza Crítica, Alcoholismo, homosexualidad, ausentismo escolar, hacinamiento, deterioro de vivienda.

6 Casa propia

Acueducto Ilegal Cloacas, Aseo Urbano

Inestable, desestruucturado

Ausentismo escolar, hacinamiento, entorno delictivo (alcohol, drogas).

7 Casa propia

Acueducto Ilegal Cloacas, Aseo Urbano

Conflicto parental. Desestructuración

Mendicidad hijos, condición pobreza, entorno insalubre, alcoholismo, promiscuidad, hacinam.

8 Casa alquilada

Acueducto Ilegal Cloacas, Aseo Urbano

Desestructurada Pobreza considerable, desempleo, deterioro vivienda, carencia normas y valores. Hacinam.

9 Rancho lata

Acueducto Ilegal Pozo Séptico, Quema

Disfuncional Pobreza extrema; venta y distribución drogas en sector; vida infrahumana.. Posible adicción

10 Casa propia

Acueducto Legal Cloacas, Aseo Urbano

Armoniosas Pobreza. Hacinamiento. Entorno inapropiado. Deterioro de vivienda..

11 Casa propia

Acueducto Legal Cloacas, Aseo Urbano.

Buenas. armoniosas Pobreza considerable, hacinamiento. Padre distribuidor de drogas. Deterioro vivienda.

12 Casa al cuido

acueducto legal Cloacas, Aseo Urbano

Unidad y cooperación Pobreza considerable, hacinamiento, entorno desfavorable.

2. DISTRIBUCIONES DE LOS RESULTADOS DE LA VARIABLE 1: 2.1. DISTRIBUCIÓN DE LOS NIÑOS POR EDAD Tabla No. 3 EDAD f % 7 – 9 10 – 12 4 33,3 13 – 15 6 50 16 – 18 2 16,66 Totales 12 99,99

El grupo mayor de niños, un 50%, está comprendido en el rango de edad de 13 a 15

años. Sólo cuatro de los niños de la muestra tiene una edad entre 10 a 12 años y dos

de ellos están ya cerca de la mayoría de edad. El grupo, por tanto, es heterogéneo y

requiere atención casi personalizada por parte de los conductores del programa en

atención a las diferencias comportamentales determinadas por los diversos grados de

maduración bio psicológica de los muchachos. En el grupo de estudio no hay

muchachos menores de diez años, lo cual quizás constituya una ventaja en cuanto al

cuidado que requieren los niños de menor edad.

0; 0%4; 33%

6; 50%

2; 17%

Gráfico No. 1

180

2.2. DISTRIBUCIÓN DE LOS NIÑOS POR GRADO DE INSTRUCCIÓN Tabla No. 4 GRADO f % 1 – 2 2 16,66 3 – 4 5 41,66 5 – 6 3 25 Analfabeta 2 16,66 Totales 12 99,98 Cuando se considera el grado de instrucción de los muchachos del grupo en estudio,

se llega a la fácil conclusión de que el grupo, como tal, tiene un retraso considerable, y

ello aparte de que aparece un sujeto analfabeta con 17 años. En efecto, sólo uno de los

muchachos, con edad de 13 años, alcanzó el 6º grado; y se sabe que en nuestro país

los niños de 10 u 11 años ya han culminado la primaria. Este es otro de los elementos

que caracteriza al niño de la calle: la deserción escolar a temprana edad y sin haber

culminado la educación primaria.

2; 17%

5; 41%3; 25%

2; 17%

Gráfico No. 2

181

0

5

10

15

20

25

30

35

F %

Curazaito

Zumurucuare

Cruz Verde

Calle La Paz

Urb. ArístidesCalvaniFundabarrios

Av. Sucre

2.3. DISTRIBUCIÓN POR EL LUGAR DONDE HABITAN (Dirección) Tabla No. 5

La casi totalidad de los niños habitan en barriadas populares. La excepción es el sujeto

No. 4, cuya residencia está situada en un sector central de la ciudad de Coro. La Cruz

Verde es el sitio donde reside un tercio de los niños en consideración, siguiendo el

barrio Zumurucuare, situado al sur-oeste de la ciudad. Sólo uno de los niños vive en

una casa de nueva construcción, situada en la Urbanización Arístides Calvani, erigida

recientemente y donde se está desarrollando un plan urbanístico por parte del Gobierno

Regional y que contempla viviendas para la clase media. Pero, en general, todos los

niños viven en zonas económicamente deprimidas.

DIRECCIÖN F % Curazaito 1 8,33 Zumurucuare 2 16,66Cruz Verde 4 33,33Calle La Paz 1 8,33 Urb. Arístides Calvani 1 8,33 Fundabarrios 1 8,33 Av. Sucre 1 8,33

Gráfico No. 3

182

0

2

4

6

8

10

F

MADRE

PADRE

PADRE Y MADRE

HUÉRFANO DE P. YM. HUÉRFANO DE P.

HUÉRFANO DE M.

2.4. PADRES Tabla No. 6 F MADRE 10 PADRE PADRE Y MADRE 1 HUÉRFANO DE P. Y M.

1

HUÉRFANO DE P. 1 HUÉRFANO DE M. 1 PADRASTRO 1 En el nivel de los padres, de la presencia de los mismos, los niños del programa están

afiliados en su mayoría a familias matricentradas. En una de estas familias, aunque la

madre es la figura fundamental, existe un padrastro con quien el muchacho tiene

relaciones conflictivas. Sólo uno de los muchachos del grupo de estudio vive con una

familia nuclear, es decir, una familia compuesta por padre, madre e hijos. Uno de los

sujetos de la muestra estudiada es huérfano de padre y madre y vive con unos tíos;

otro es huérfano de padre.

Gráfico No. 4

183

0

20

40

60

80

100

Padref

Madref

1º a 2º3º a 4º 5º a 6º. analfabetaSin información

2.5. EDUCACIÓN DE LOS PADRES Tabla No. 7

totales 12 99,99 12 99,99 La distribución de la educación entre las madres señala que predomina la frecuencia

del 6º. Grado, dentro de la cual se encuentran ocho (8) sujetos; tan sólo una (1) está en

el rango del 3º. al 4º. Grado y dos (2) son analfabetas.

Entre los padres sólo se pudo obtener el dato referente a la educación con respecto del

sujeto No. 5, que corresponde a una familia nuclear (padre y madre) y donde ambos

progenitores estudiaron hasta el 6º grado.

La consecuencia de estos hechos es obvia y ya ha sido puesta de relieve en anteriores

apartes: el bajo nivel educativo es un obstáculo para la obtención de un empleo aunque

sea medianamente remunerado, con el impacto que tal situación tiene sobre toda la

familia.

Grado Padre f

% Madre f

%

1º a 2º 3º a 4º 1 8,335º a 6º. 1 8,33 8 66,66analfabeta 2 16,66Sin información

11 91,66 1 8,33

Gráfico No. 5

184

0

10

20

30

40

50

60

70

f %

1 – 34 – 67 – 910 – 1213 - 15

2.6. DISTRIBUCIÓN DEL NÚMERO DE MIEMBROS POR FAMILIA Tabla No. 8 No. De miembros f %

1 – 3 4 – 6 1 8,33 7 – 9 8 66,66

10 – 12 2 16,66 13 - 15 1 8,33

Totales 12 99,99

En general, las familias son numerosas, si consideramos una familia poco numerosa

aquella compuesta por 1-3 miembros, donde la pareja tendría sólo un hijo. En ese orden

de ideas, las familias comprendidas entre 4-6 miembros, especialmente las últimas, ya

están comprendidas dentro de la categoría de numerosas. Y como puede apreciarse, el

sector que comprende los grupos de 7 a 9 personas está representado por 8 familias,

un 67% del total. Haciendo la sumatoria de los grupos de 7-9 miembros, de 10-12

miembros y de 13 a 15 miembros, el total es de 11 familias, lo que representa un 91%

del total. Si este porcentaje puede considerarse representativo se llega a la fácil

conclusión que apuntala observaciones anteriores, en el sentido de que el niño de la

calle, generalmente, es miembro de familias numerosas.

5

Sect or 2

Sect or 3

Sect or 4

Gráfico No. 6

185

05

1015202530354045

F. %

OcasionalDomésticoObrero fijodesempleo

2.7. DISTRIBUCIÓN TRABAJO DE LOS PADRES Tabla No. 9 Tipo de trabajo F. % Ocasional 5 41,66Doméstico 2 16,66Obrero fijo 3 25.00desempleo 2 16,66 TOTALES 12 99,98 En estas familias predomina el empleo ocasional, revelándose, hasta cierto punto, la

carencia de preparación laboral de los responsables del hogar. En dos casos las

madres trabajan como domésticas, lo cual, dadas las características de este trabajo los

subsume en la categoría del trabajo ocasional, no estable y mucho menos remunerado

según las normas legales u oficiales. Sólo dos personas trabajan con cierta estabilidad,

pero sus sueldos no llegan a alcanzar el nivel establecido legalmente para la

remuneración mínima, aun cuando una de estas personas trabaja en una dependencia

oficial regional. El ingreso, en estas familias y como constante, está siempre por debajo

del mínimo establecido por ley.

Gráfico No. 7

186

0

5

10

15

20

25

F %

Menos de 100.000

Entre 100.000 y200.000Entre 200.000 y300.000Entre 300.000 y400.000Nadie Trabaja

Imprecisión

2.8. DISTRIBUCIÓN POR EL INGRESO Tabla No 10 Sueldos F % Menos de 100.000 1 8,33 Entre 100.000 y 200.000

3 25,0

Entre 200.000 y 300.000

2 16,66

Entre 300.000 y 400.000

1 8,33

Nadie Trabaja 2 16,66Imprecisión 3 25,0 Totales 12 99,98

Las afirmaciones hechas en el aparte anterior, acerca del trabajo de los padres, son

válidas para la consideración del ingreso, en el sentido de que el trabajo, siendo

mayormente ocasional y no alcanzando en ninguno de los casos examinados el mínimo

establecido oficialmente, sume a estas familias en la mayor de las pobrezas. En

general, los salarios bajos, el desempleo y el sub empleo, el empleo parcial crónico,

conducen a bajos ingresos, lo que impide a estas familias adquirir los bienes

necesarios para la dotación del hogar, impide la previsión del ahorro, determina

permanentes carencias de reservas alimenticias en el hogar, así como de dinero en

efectivo para adquirir medicinas, vestidos o, aun, para cancelar los pagos de los

servicios básicos.

Gráfico No. 8

187

01234567

f %

Conflictiva,disfuncionaldesestructuradaArmoniosa,satisfactoria,cooperativa

2.9. GRUPO FAMILIAR (NÚMERO Y FUNCIONAMIENTO) Tabla No. 11 Relación intrafamiliar f % Conflictiva, disfuncional desestructurada

7 58,33

Armoniosa, satisfactoria, cooperativa

5 41,66

Totales 12 99,99 Las relaciones intrafamiliares de los sujetos en estudio, en su mayoría, están

caracterizadas por el conflicto, por la falta de comunicación, la desestructuración y la

disfuncionalidad. No obstante en cinco familias del grupo estudiado las relaciones

pueden ser calificadas de armoniosas, satisfactorias e integradas, pese a vivir en las

condiciones de pobreza y grandes carencias que caracterizan a la totalidad del grupo

en estudio.

Es un hecho, apuntado por la experiencia y por autores reconocidos (Simonds y otros,

1965), que los factores económicos contribuyen a aumentar la tirantez en el hogar, a

incrementar las tensiones y, por supuesto, ello incide sobre las relaciones entre padres

e hijos. Es frecuente en los grupos reseñados la disfunción y la desestructuración, es

decir, la falta de afecto, de comunicación y de cohesión necesarias para que el grupo

primario alcance sus fines; asimismo el trato entre las personas no refleja las

relaciones de autoridad y respeto características de la familia; en muchos casos existe

un trastocamiento de roles que no contribuye a mantener la dinámica necesaria para el

desarrollo de los valores sociales e individuales. Este es un problema que debe ser

enfrentado con decisión, pues la familia es el escenario de la inclusión, donde debe

gestarse el reconocimiento de los valores democráticos, de la dignidad humana, del

valor del trabajo y la elevación de la autoestima.

Los grupos familiares, en general muy numerosos, están comprendidos en la categoría

de familias extendidas. Hablando en puridad, sólo existe dentro del grupo de estudio

una familia parental, esto es, compuesta por padre, madre y 11 hijos (familia nuclear).

Este grupo, extrañamente, ha permanecido cohesionado a pesar de los muchos

Gráfico No. 9

188

avatares y problemas ocasionados por la pobreza, el hacinamiento, alcoholismo y

homosexualidad que en su interior se detectó. Si se quisiera emitir un juicio acerca de

la integración de esta familia (sujeto No. 5), éste sería satisfactorio, caracterizado por la

unidad total de la familia, no obstante lo antes señalado. Ahondando un poco, quizás

se pueda atribuir la unidad e integración señaladas a un motivo religioso: los padres

son evangélicos y, aun en medio del alcoholismo de uno de sus miembros y de la

homosexualidad de otro, mantienen una relación de respeto mutuo que sólo se explica,

a mi modo de ver, por la filiación religiosa de los padres y su interpretación personal

acerca de la tolerancia.

189

01020

3040506070

80

f %

Casa propiaCasa alquiladaCasa al cuidoRancho de lata

2.10. DISTRIBUCIÓN DEL TIPO DE VIVIENDA. Tabla No. 12 tipo f % Casa propia 9 75 Casa alquilada 1

8,33 Casa al cuido 1

8,33 Rancho de lata 1

8,33 Totales 12 99,99

En contra de lo que pudiera esperarse, la mayoría de los niños objeto del estudio vive

en casa propia, aunque, como se verá en otros apartes, generalmente las mismas

carecen del espacio necesario para el desarrollo normal de las actividades de la familia,

amén de que en la generalidad de los casos se encuentran en un evidente estado de

deterioro. Uno sólo de los niños, residenciado en Fundabarrios, vive en un rancho de

lata junto con la madre y el padrastro. Uno sólo de los casos corresponde a una casa

alquilada; y en el último de los casos el niño vive junto con su familia en una casa “al

cuido”, es decir, una casa que pertenece a otra persona, pero que les permite vivir en

ella sin pagar ningún canon de arrendamiento, alegando que quienes la habitan están

cuidándola y evitando que alguien la invada. Por supuesto, estos casos son fuente de

conflicto a futuro, pues en algún momento el propietario de la vivienda puede reclamar

la desocupación del inmueble, que los habitantes llegan, algunas veces, a considerarlo

como propio debido al tiempo que lo han ocupado habitualmente.

Gráfico No. 10

190

0

2

4

6

8

10

f %

CloacasLetrinaPozo séptico

2.11. ACCESO AL AGUA En todos los casos el grupo familiar de los niños de la muestra dispone de agua

corriente proveniente del acueducto de Coro. Así, el suministro del líquido está

asegurado a través de las redes propias de los sectores urbanizados.

2.12. DISPOSICIÓN DE EXCRETAS Tabla No. 13 EXCRETAS f % Cloacas 10 83,33 Letrina

1 8,33

Pozo séptico

1

8,33

Totales 12 99,99

Con respecto a la disposición de las aguas servidas y las excretas, el panorama

cambia, pues hay dos grupos familiares, correspondientes a dos sujetos, que no están

conectados al servicio de cloacas. Uno de estos grupos dispone las excretas en un

pozo séptico, el otro en una letrina.

Gráfico No. 11

191

0

2

4

6

8

10

12

f %

Aseo UrbanoQuema

2.13. DISPOSICIÓN DE BASURAS Tabla No. 14 Disposición de Basura f % Aseo Urbano 11 91,66Quema 1 8,33Totales 12 99,99

Solamente uno de los hogares de los niños de la muestra elimina la basura por medio

de la quema, y eso debido a un aspecto estrictamente cultural, pues la familia procede

de una zona rural donde la quema, tanto para las labores agrícolas como para la

eliminación de basura, es algo usual. Esta familia vive en un área, igual que el resto de

los encuestados, donde está presente el servicio de aseo urbano, y la no utilización del

mismo tiene que ver con la inadaptación a las costumbres de la urbe.

Gráfico No. 12

192

0

10

20

30

40

50

f %

LegalIlegal

2.14. ELECTRICIDAD Tabla No. 15

Totales 12 100

Las conexiones eléctricas son ilegales en un 50 % de los casos estudiados; la otra

mitad corresponde a conexiones legales. Por supuesto, la ilegalidad de las conexiones

está determinada por factores diversos: en algunas partes de la ciudad la vigilancia de

la empresa suministradora del fluido eléctrico es estricta, pero siempre existe la

posibilidad de burlarla, lo cual ocurre con excesiva frecuencia en todos los centros

poblados del país, específicamente en los sectores donde habitan los grupos mas

pobres.

Tipo de conexión

f %

Legal 6 50 Ilegal 6 50

Gráfico No. 13

193

VARIABLE 2: PERCEPCIÓN DEL NIÑO DE LA CALLE SOBRE SU SITUACIÓN

2.1. Razón de estar en la calle.

• Maltrato 2 • Conflicto familiar 5 • Carencia De alimentación 9 • Carencia de Vestidos 9

Tabla No. 16

Número sujeto

Conflicto familiar

Carencia alimentación

Carencia vestidos

maltrato

1 x x 2 x x x 3 x x 4 x x x 5 x x x 6 x x 7 x x x 8 x x 9 x x x 10 x X 11 x x 12 x x totales 5 11 11 2

Como era de esperar, las carencias de alimentación y vestuario son alegadas por la

mayoría de los muchachos de la muestra (11) para explicar su presencia en las calles,

siendo el porcentaje para tales carencias del 91,66%.

En relación con el conflicto familiar, circunstancia casi siempre presente en la

problemática del niño de la calle, el 41,66% alegó tal conflicto, junto con otras razones,

para explicar su estadía en las calles. Sólo un 16,66 % se refirió al maltrato, combinado

con otras razones, para estar en las calles. En uno de los casos el maltrato y el conflicto

familiar son presentadas como causales únicas para estar en las calles.

194

2.2. Actividades que realiza o (ha realizado) en la calle

• Mendicidad 6 • Limpiar vidrios 3 • Cuidar carros 2 • Juegos malabares 1

Tabla No. 17

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

f %

mendicidad

limpiar vidrios

cuidar carros

juegosmalabares

Actividad f % Mendicidad 6 50 Limpiar vidrios 3 25 Cuidar carros 2 16,66Juegos malabares 1 8,33

Gráfico No. 14. Actividades que realiza o (ha realizado) en la calle

Totales 12 99,99

195

2.3. Tiempo de estar en la calle Tabla No. 18 1 9 AÑOS 2 4 AÑOS 3 5 AÑOS 4 5 AÑOS 5 4 AÑOS 6 3 AÑOS 7 4 AÑOS 8 5 AÑOS 9 5 AÑOS 10 3 AÑOS 11 5 AÑOS 12 1 AÑOS Tabla consolidada del tiempo Tabla No. 19

Totales 12 99,98

Tiempo de estar en la calle

f %

Entre uno y dos años 1 8,33 Entre dos y tres años 2 16,66 De tres años a cinco años

8 66,66

Más de cinco años 1 8,33

196

Gráfico No. 15. Tiempo de estar en la calle.

012345678

entre uno ydos añosde dos a tresañosde tres a cincoañosmás de 5 años

Una mayoría de los muchachos considerados en este estudio, 8, lo que representa el

66, 66 % de los 12 de la muestra, se ha mantenido en la calle por un período de entre 3

a cinco años. Uno solo alcanza un máximo de seis años en la calle; y nos estamos

refiriendo a un adolescente de 18 años, que en la actualidad es de los más destacados

por su aprovechamiento y aceptación de los principios de la Casa Urupagua.

Conjuntamente con él, el sujeto No. 5, de 16 años y con cinco en la calle, son quienes

trabajan fuera de la Casa Urupagua, en dependencias oficiales del Estado Falcón, y

asisten una vez a la semana a la Casa para fines de supervisión. El que tiene menos

tiempo en la calle, de uno a dos años, es un niño de 11 años.

197

2.4. Cómo lo trata la gente

• Con desprecio • Con violencia • Bien

Tabla No. 20

Totales 12 99,98 Gráfico No. 16. Cómo lo trata la gente.

010203040506070

1ertrim.

2dotrim.

3ertrim.

4totrim.

como lo trata lagentecon desprecio

con violencia

bien

2.5. A qué se debe su comportamiento violento • La gente lo trata mal • La policía lo persigue • Los compañeros lo tratan mal • Hace lo que ve. • No tiene comportamiento violento

Tabla No. 21

A que se debe su comportamiento violento f % La gente lo trata mal 2 16,66La policía lo persigue 1 8,33Los compañeros lo tratan mal 2 16,66Hace lo que ve 0 No tiene comportamiento violento 7 58,33

Totales 12 99,98

Cómo lo trata la gente f % Con desprecio 2 16,66Con violencia 2 16,66bien 8 66,66

198

3. TESTIMONIOS DE NIÑOS EN SITUACIÓN DE CALLE. ( Los siguientes testimonioos fueron transcriptos fielmente, sin agregar ni quitar ni modificar nada de la grabación realizada en cada oportunidad)

ENTREVISTA A A. M. REALIZADA EN EL BARRIO LA CRUZ VERDE. -1. A. ¿Cuántos años tienes tú en la calle?

-Cinco años.

-2. ¿Todos los días duermes en la calle?

-No.

-3. Pero tú has dormido alguna vez en la calle, ¿verdad?

-No; nunca.

-4. ¿Siempre tuviste relación con tu mamá y tu papá?

-Si.

-5. ¿Qué edad tienes tú?

-Trece.

-6.¿Desde los ocho años estás tú en la calle, desde que estabas pequeñito?

-Si.

Las enseñanzas de la calle-

7. ¿Y qué has aprendido tú en la calle?

-Nada.

-8. Debes haber aprendido algo.

- Bueno, a trabajar.

-9. ¿A trabajar en qué?

-Limpiando carro; a vece que me pongo hacé malabarismo en Mc. Donald; me lo paso por la calle y me voy pa´la casa temprano.

-10. ¿Dónde vives tú?

199

-En Cruz Verde, en el Barrio Cruz Verde.

-11. ¿Cuántos hermanitos tienes? -Siete.

La carencia del apoyo paterno

-12. ¿Y tu papá y tu mamá viven con ustedes?

-No; yo vivo con mi amá.

-13¿Tu papá no se ocupa de ustedes.

-Solamente mi amá y mis seis hermanos.

-14. ¿Cuál es el mayor?, ¿hay uno mayor que tú?

-Si.

-15. ¿Cómo se llama?

-M.

-16. ¿Qué edad tiene M.

-Diecisiete.

-17. ¿Trabaja?

-El trabaja por los lados de Mercal, pa ´sus estudios.

-18. ¿Tienes otro hermano mayor que tú?

-Si; dos varones y cinco hembras.

-19. Ajá. A. tienes que cuidar esas hermanitas, apoyarlas, ser responsables con ellas, ¿no es verdad?

-Ya la hembra se echó con su marío, la más grande.

-20. ¿Qué edad tiene?

-Dieciocho. Ella vive con su marío aparte.

El mediador necesario

-21Bueno, ¿y por qué tú te fuiste a la calle?

-M.A.B. me llevó a la calle. Él fue quien me llevó.

200

-22. ¿Cómo hizo M:A:B. para llevarte a la calle?

-El me invitó a salir pa´la calle y allí me quedé, cuando ellos vivían allá por la casa. ¿Vamos a salí a qué?, le pregunté; a pedí por la calle.

-23.¿Y te fue bien pidiendo?

. No me gustaba casi; después fue que me decidí a salime con ellos.

La feroz libertad de la calle

24.¿Por qué te gusta estar en la calle?;¿ por qué no renuncias a ella?

-Porque agarré el vicio de estar en la calle.

-25. Un vicio. La calle debe ser agradable de alguna manera para que te guste estar en la calle.¿Cuál es el agrado que tiene la calle?

-Pa´jugá con los muchachos, con la gente, echá broma.

26. ¿Te sientes libre?, ¿te sientes libre en la calle?

-Si.

-27. Ya veo. En la calle no hay ninguna responsabilidad. Tú no tienes responsabilidad en la calle; no tienes que estar barriendo o sacando la basura o haciéndole mandados a tu mamá…

-No.

28. No tienes que hacer nada, simplemente lo que tú quieras. ¿Será eso lo que te gusta de la calle, estar libre y poder hacer lo que quieras?

-Si.

Las carencias económicas

29. O será que también en la calle consigues plata, dinero; en la calle consigues el dinero que no tienes en tu casa.

-Bueno, también. 30. ¿Y si te sales de la calle dónde conseguirás el dinero?

-Coño, no sé.

-31. ¿En la calle consigues algo que no tienes en tu casa?

201

-Sí; cobres.

-32. ¿Y para qué es el dinero que consigues en la calle, qué haces con él?

-Le doy a mi amá…compro cualquier vaina que necesite… -33. Es decir, pidiendo en la calle o limpiando carros puedes conseguir dinero para comprarte algo que necesites.

-De bola (Dice esto con una entonación especial, frunce el entrecejo, encoge los hombros y mueve las manos en un gesto que parece significar la obviedad de la proposición).

-34. ¿Y tu mamá trabaja?

-No.

-35. ¿Quién trabaja en tu casa, solamente tu hermano y tú, que siempre llevas algo?

-Mi hermano dejó de trabajar porque iba a empezar sus estudios.

-36.¿Entonces, quién trabaja? Alguien tiene que trabajar.

-Nadie. Mi mamá salió a ver si le daban trabajo en Fundaregión.

-37. ¿Cómo hace para comer tanta gente, vale?

- Con los cobres que yo llevo.

-38. Entonces, tú ayudas a la familia.

-Sí.

Los riesgos de la calle

-39.¿Qué peligros ves tú en la calle?; ¿es peligrosa la calle?

-Sí.

-40. ¿Qué peligros ves?

.Que lo pueden a uno matá.

-41.¿Por qué? ¿Quién?

-Porque eso es lo que hacen los policías ahorita por la calle.

La percepción del rechazo

202

-42. ¿Qué más, cómo te trata la gente?, ¿con desprecio, con miedo.

-Bien.

-43. ¿No te tiene miedo la gente?

-A veces.

-44. ¿Por qué te tiene miedo la gente a veces?

-Porque no lo conocen a uno.

-45.¿Y si no te conocen creen que les vas a hacer algún daño?

-Creen que uno los va a robá.

-46. ¿ La gente no siente desprecio por ustedes, por ti?

-No.

47.¿Y cómo te están tratando en la Casa Urupagua?

-Bien. -49. ¿Estás mejor allí?

-Sí.

-50. ¿Por qué?

-Nos enseñan a jugá depolte, el profesor Elic echa pista, nos dan estudio pa´sé alguien en la vida.

-51. ¿Qué te gustaría a ti que hubiese este año en la Casa Urupagua, qué otra cosa?

-Depolte, paseo…

-52. ¿Qué has conocido mientras estás en la Casa Urupagua, qué paseos han hecho?

-Punto Fijo.

-53.¿Para dónde fueron en Punto Fijo?

-Las Tunitas, pa´la playa.

54.¿Dónde más?

203

-Taima-Taima.

-55. Y te gustó Taima Taima.

-Sí, claro.

-56. Bueno. En la Casa Urupagua están tratando de que ustedes lleven una vida normal, vamos a decir; de un joven cualquiera, de un niño cualquiera. Porque el niño de la calle no lleva una vida normal; los niños deben estar estudiando, deben estar en su casa. Entonces, lo que está tratando de hacer la gente de la Casa Urupagua es que ustedes lleven lo que se llama una vida normal, que estudien; que trabajen, sí, pero en otras condiciones, sin tantos riesgos, y que trabajen a la edad que tienen que hacerlo. Ah, pero ustedes también tienen que poner de su parte; aquí se les está dando mucho, pero ustedes tienen que dedicarse al estudio, asistir a los actos, practicar los deportes y todo lo que está programado en la Casa Urupagua. ¿No crees?

-Sí.

-57¿Qué estas estudiando en este momento?

-Tercero.

-58. ¿Tercer grado o tercer año?

-Tercer grado.

-59.¿En Robinson o en una escuela?

- En la Escuela Domingo Arias.

-59.¿Pero estás yendo a clases todos los días?

-Yo voy todos los días en la mañana.

Aspiraciones, búsqueda de una vida mejor

60. ¿Qué quieres ser cuando salgas de la Casa Urupagua?

-No se; algo en la vida, pa´tené mi casa y llevame a mi amá del barrio ese tan jodío.

61.¿ Es un barrio malo, la Cruz Verde?

-Si; hay mucho malandro, mucho drogo, mucho vikingo; es peligroso, pues.

62. Te comprendo y te deseo muchos éxitos en tu empeño. Recuerda, sin embargo, que el éxito se obtiene con mucha voluntad, con sacrificios, estudiando y trabajando. Estudiar y trabajar son los únicos medios respetables para conseguir las cosas. Gracias por tu tiempo.

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ENTREVISTA A J.P. REALIZADA EN LA CASA URUPAGUA. Los riesgos de la calle 1-Supe que estuviste enfermo. Cuéntame; cómo fue eso. Bueno, yo me enfermé porque me puse a bañarme en la lluvia y no me quité la ropa mojá; me la quité en la noche, y entonces, al otro día, empezó a darme fiebre, mareo y llegó la profesora Alba, y el profesor Carlos y me llevaron pa´lla´pa´l hospital. Me dejaron hospitalizado por cinco días; después que salí, ahora no me estoy bañando así en la lluvia porque me dio un paro respiratorio y ya me ha dado dos veces neumonía. 2-¿Dónde estabas tú cuando te cayó ese aguacero encima? -Allá en los Tres Plato. 3-Es decir, que podemos llegar a la conclusión de que andar por los Tres Platos así, sin cuidarse, es peligroso. -Sí, sí. 4-¿Qué otras cosas peligrosas puede haber en Los Tres Platos? -Bueno, que ahorita están secuestrando a los niños, los están matando. 5-¿Y secuestrándolos para qué? -Pa´vendelos; o si no les sacan los sesos, y eso. 6-¿Les sacan los sesos,? -Si; se los venden a otros. 7- ¿Los sesos? ¿Y qué más? -Bueno, los riñones, el corazón 8-Es decir, raptan a los niños para sacarles los órganos. ¿Y qué más hacen a los niños cuando se los roban? -Los violan; los matan también. 9-¿Qué otros peligros hay andando por la calle? -Tener peligro con los carros, porque a veces pasan volaos; también lo pueden matar 10-Tú estás consciente de todo ese peligro y, sin embargo, andas en la calle. ¿Por qué estas en la calle?

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-Por nada. 11-¿Por nada? Tiene que haber una razón. Dime cuánto tiempo tienes tú en la calle. -Cuatro años. 12-¿Tú has dormido fuera de tu casa o duermes en tu casa? -Duermo en mi casa. 13-O sea, que tú vas y vienes. ¿Durante esos cuatro años has estudiado? -Sí; si. He estudiado. 14-¿Dónde has estado estudiando? -En la Josefina de Arias. Repetí sexto grado porque me habían hospitalizado tres veces. Repetí sexto grado porque había dejado de estudiar. Y ahorita que la Licenciada Oriana me inscribió quiero seguir estudiando para ser alguien en la vida. El mediador necesario 15-Cuatro años tienes en la calle, me dijiste. ¿Por qué tú te fuiste la primera vez a la calle? ¿Quién o qué te empujó a irte a la calle? - L. fue quien me empujó a la calle. 16-¿Cómo fue eso? -Me invitó pa ´la calle, pa´que fuéramos a pedir. 17-¿Por qué fuiste tú a pedir?,¿no tenías en tu casa lo necesario? -Sí. El abandono afectivo del niño de la calle 18-Si tenías. ¿Tú tienes a tu papá en tu casa? -No. 19-¿Y a tú mamá? -Ella está en Fundabarrios. 20-¿Y tú dónde vives? -En casa de mis primo

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21-Tú no vives con tu mamá -Yo me voy pa´ lla´los fines de semana.- 22-Cuando te fuiste a la calle la primera vez, ¿vivías con tu mamá? -No; con mi abuela. 23-¿Tu abuela es muy mayor; es muy viejita? -Ella murió. 24-¡Ah!, se murió. Bueno, lo lamento mucho. ¿Se murió tu abuela después que tú te fuiste para la calle? -No; ella se murió ahora en noviembre. 25-¿Te dolió mucho la muerte de tu abuela? -Claro. 26-¿Te quería mucho ella? -Sí; 27¿Tú crees que tu abuela te hacía mucha falta a ti? -Todavía me hace falta. 28-¿Y tu papá? -Yo no me llevo bien con él. En estos días me pelié con él, porque él me ofreció unos reales pa´ comprar una ropa y no me los dio. 29-¿Cuánto tenías sin ver a tu papá antes de que te ofreciera la ropa? -Todos los días lo veía. 30-Pero él no vive contigo. -No. 31-Ni con tu mamá. -Ni con mi mamá. 32-¿Cuántos hermanos tienes tú? -Por parte de mi mamá somos tres; por parte de mi papá somos cinco.

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33-Pero ¿no viven juntos? -No. 34-¿Tú vives aparte? -Yo vivo con mi mamá. 35-¿Con tu tía? -Bueno, ahorita vivo con mis primos, y los fines de semana me voy pa´que mi mamá. 36-Para Fundabarrios. -Sí. El ambiente inadecuado del entorno 37-¿Cómo es Fundabarrios? ¿Cómo se porta la gente por allá? -Esa gente a cada ratico pelea por allá. 38-¿Pelean cómo? -Cada ratico se caen a plomo; se caen a tiros ellos mismos. 39-¿Beben mucho? -Todo el tiempo se la pasan bebiendo, discutiendo. 40-¿Drogas? -Hay algunos que fuman drogas. 41-¿Hay robos, atracos? -Sí. 42-¿Es peligroso vivir en Fundabarrios? -Sí. 43-¿Y por qué tú no vives en Fundabarrios? -Yo le dije a mi mamá que me iba a quedar en la semana a que mis primos, y los fines de semana me iba para alla´. 44-¿Por qué? ¿Por qué no te gusta Fundabarrios?

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-No; eso es muy aburrido. 45-¡Ah!; es aburrido. Pero tú me estas diciendo que la gente se divierte mucho con música, ruidos, aguardiente. Entonces, para ellos no debe ser aburrido. -(…) 46-Mira y aparte de los peligros de que hablamos, también hay peligro de drogas en la calle. -Sí; a mi un chamo en Fundabarrios, que le dicen Musulungo, él a mí me estaba ofreciendo drogas. Y yo, como no la quise agarrar, él me quería agarrar y me quería meter un tabaco en la boca; y le dije que no, y me metió una mano y salí tirao. 47-¿Marihuana? -Marihuana. 48-¿Y de los muchachos que están ahí, contigo, en la calle, por Los Tres Platos, ninguno consume drogas? -No; de eso no sé. 50-No es necesario que me digas nombres; sólo dime sí o no. -No; yo no sé. Los conflictos y las posibles agresiones que el niño afronta en la calle como respuesta a sus conductas transgresoras 51-¿Y de eso que me dice A.Z., que hay quienes roban lentes, roban celulares? -A.Y se los vende a un árabe. 52-¿Eso es verdad? -Si. 53-Que no los agarre la policía, porque si los agarran les mete una paliza. -Bueno, a mí me agarraron por culpa de L. 54-¿Y qué hizo L.? -Se puso a tirar piedras en Mc. Donald, y el vigilante me agarró fue a mí. 55-Y qué te hicieron.

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-El chamo me echó un spray que pica; me lo echaron en la cara. Los riesgos de la calle 56-Para que te tranquilizaras. ¿Eso arde en los ojos? -Sí. Mientras tanto L. se fue corriendo. A mi hace ya cuatro años me llegó un carro por Los Médanos. Me partió un pie. Me metieron clavo. 57-¿Y qué estabas haciendo? -Atravesando la calle, iba pasando 58-Ese es otro peligro de andar en la calle, los carros. ¿Y el carro se fue? -El carro se dio a la fuga. 59-¿Era de día o de noche? -De noche. 60-Dime una cosa: ¿a qué hora llegas tú a tu casa? -Bueno, como ahorita estoy viviendo a que mis primos me voy temprano. La feroz libertad de la calle 61-¿Y qué haces tú en los Tres Platos? -Nada. Yo antes pedía, pero como ahora se murió mi abuela dejé de pedir. 62¿Y qué estás haciendo, entonces? -Me voy pa´los Tres Platos a echá vaina con los muchachos. 63-¿Tú no haces nada para conseguir dinero, limpiar vidrios, o algo,; tú no paras billete allí? -No. 63-Porque yo tengo entendido que O. si obtiene algo de plata. -Sí. Yo le veo que hace malabares. 64-Y entonces, ¿hasta cuándo piensas tú estar en los Tres Platos sin hacer nada? Tú no estas haciendo nada. ¿Tú no crees que ese tiempo de vida deberías invertirlo estudiando? -Yo empiezo las clases el lunes.

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65-Qué crees tú que se puede hacer allá en La Urupagua para mejorar las cosas, qué crees tú que debe haber allá. -Bueno , nosotros le dijimos al profesor Eliel, y el 27 hablamos nosotros con la Primera Dama, y le dijimos que, como vienen los Juegos Estudiantil, el profesor Eliel le dijo para que nos consiguiera los guantes, los implementaos pa´l pecho, la pechera, la rodillera y los protectores. Pa´febrero o en marzo empezar a jugar béisbol. 66-¿Qué más? -Bueno. Lo que más me gusta de la Urupagua es el personal, que se ha portado muy bien con nosotros. También a la profesora Loida, que yo en estos días le falté el respeto, y luego me arrepentí de eso, porque ella se ha portado muy bien con nosotros. En estos días le pedí disculpas, y ella me disculpó, porque también M.B. se pasó con ella. 67-¿Qué le dijo? -Le dijo un poco de groserías. 68-¿tú también le dijiste groserías? -No; lo que hice fue gritarla y me fui. 69-Mira, Loida es una mujer excelente, una profesional excelente. Y Oriana también, no porque sea hija mía. Todas las que trabajan allí son personas excelentes; profesionales excelentes, que están dedicándose a sacarlos a ustedes del ocio, de la mendicidad, de la miseria; a tratar de que estudien y logren un cambio en sus vidas. Están haciendo un esfuerzo. Ustedes tienen que acompañarlas en ese esfuerzo, porque en un caso como éste, en que el problema es tuyo, si tú no pones de tu parte no se va a solucionar. Porque ellos podrían hacer como se hacía antes: que iban y venían, y denle la comida a esos perros ahí, y ustedes andaban sucios, diciendo insolencias, agarrándole el trasero a las profesoras... Yo recuerdo que una vez entré allá y ustedes estaban comiendo sin camisa, con los pies montados sobre la mesa. Esos son hechos que yo observé allí; sabes que llevo tiempo en esto y conozco el problema. Ahora ya no es así; ustedes han cambiado. Y creo que a eso se debe que la gente haya cambiado con respecto a ustedes. ¿Cómo los trataba la gente antes, en la calle? -Nos trataban mal. Nos decían los niños de la calle, que nosotros nos la pasábamos robando cadenas, robando de todo Aspiraciones, búsqueda de una vida mejor 70-Y entonces, ¿qué les pasaba?

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-Nos llamaban los niños de la calle. Y ahora, desde que estoy en la Casa Urupagua, yo dejé de pedir, desde que se murió mi abuela. Gracias a Dios, la Licenciada Oriana me inscribió en la Eugenio. Yo quiero seguir para el día de mañana ser alguien en la vida. 71-¿En qué te inscribió? -En la Eugenio. La percepción del rechazo anterior y del cambio actual 72-¿Qué se siente cuando la gente de la calle, los transeúntes, los ciudadanos dice: ay, un niño de la calle…y los desprecian, y los persiguen, y les dicen cualquier cosa. ¿Qué sientes tú cuando pasa eso? -Me siento así como que no nos quisieran, que me están rechazando; porque, bueno, yo también sé que tienen la razón, porque yo la primera vez que vine pa´ca´, no debí haberle hecho caso a L. Y ahorita , que la gente se está portando bien con nosotros. 73-¿Qué edad tienes tú? -Catorce. 74-¿Y tú crees que L. se está portando bien? -No; ¡ese es más pasao…! 75 -¿Todavía se sigue portando mal L? ¿Por qué será L. así? -No sé. 76-Y dime una cosa ¿Tú, cuando has estado en la calle antes de esto, le tenías odio a la gente? -No. Las carencias económicas 77-Simplemente tú pedías para que te dieran porque tenías necesidad de pedir. ¿Por qué tenías esa necesidad de pedir? ¿Por qué en tu casa no había o por qué razón? -Cuando los diciembre, que no tenía ropa. Antes de eso la Primera Dama no estaba con nosotros. Ahora que ella está con nosotros nos da de todo. En Urupagua tenemos cama, nos dan las tres comidas, atención.Y estudiamos ahí y tenemos deportes; y el profesor Maikel nos está haciendo ajedrez. Aspiraciones, búsqueda de una vida mejor

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78-Eso es muy importante; el profesor Maikel está muy bien entrenado. Fíjate: vino desde otro país y mostró preocupación por ustedes. Deben apreciarlo, respetarlo, aprovechar cuanto les pueda enseñar, y eso es igual para todos los que están en la Casa Urupagua trabajando para ustedes. ¿Tú qué dices? Yo sí creo. Si nos tratan bien nosotros debemos poltanos bien 90- Además, el interés de ustedes está en tratar de que esas personas siempre estén a su lado; porque ellos, no solamente ahora, sino más adelante, les pueden servir de apoyo, los pueden ayudar en cualquier cosa que a ustedes les pase o necesiten. ¿Tú qué crees al respecto? -Si; nosotro tenemo que estudiá, cumplí, dejanos de vergas raras, Porque si antes nos jodían en la calle, ahora, en la Casa Urupagua, nos están tratando bien, podemos estudia, hacé deporte, aprender a trabajá 91- Correcto; estás en lo cierto y te felicito por tus opiniones. Yo estoy convencido de que todos ustedes son muy inteligentes, por eso creo que pueden hacer un esfuerzo para estudiar, ser responsables, serios. Ahora tienen una oportunidad dentro del Programa. Tienen que cambiar la imagen esa que tú dices del niño de la calle que roba cadenas. Eso tiene que quedarse atrás; tienen que ser distintos; y tienen que tratar de ayudar a los que van entrando y a los otros que son como L., que quieren seguir como antes, comportándose de manera grosera, soez, agresiva, irrespetuosa. -Yo le vivo diciendo y el no hace caso, siempre pa´lante. 79-No quiere cambiar L. Bueno, esperemos que las cosas mejoren. -A ese lo sueltan cuando tenga dieciocho años, bueno, depende cuando se comporte; a lo mejor antes. Pero yo si; yo si voy a estudiá pa´tené una mejor vida. 80. Tienes razón. Bueno, gracias por tu tiempo. Y una vez más te felicito por tu claridad y tu deseo de cambiar. Ha sido una entrevista muy interesante. A la orden.

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ENTREVISTA A A. Z, UNO DE LOS NIÑOS DE PROGRAMA. REALIZADA EN LA PLAZA DE LA MADRE. SANTA ANA DE CORO. 1- La primera pregunta que te haré es si te gusta la Casa Urupagua y qué te gusta de ella. -¿ah, qué? 2-¿Te gusta la Casa Urupagua? -Sí. 3-¿Qué te gusta de ella? -Hace cosas buenas.- 4-¿Cómo qué? -Ayudan a uno; ayudan a respetá; nos dan amor y cariño, y el respeto… 5-El respeto ¿De ti para ellos o de ellos para ti? -Nosotros a ellos y ellos a nosotros. Los conflictos en el hogar: constante en la dinámica familiar del niño de la calle: 6-El respeto es de parte y parte; entonces, ¿te gusta así; y en tu casa no es así? -Allá pelean. 7-¿quién pelea? -Mi mamá con abuela, mi tío; mi tío le dice a mi mamá que no me da comía a mí. 8-¿por qué? -Porque yo como en la calle y me dan comía en la calle; por eso no me gualdan comía. 9-¿Es tu abuela quien no te aparta comida? -Mi tía pelea con mi mamá; mi mamá le dice que no pelee por la comía, porque eso es malo; pelear por la comía es malo porque Dios lo castiga. Las carencias económicas, el empleo insuficiente 10-¿Y por qué tú te vienes para la calle? -Porque no me dan comía en mi casa; no hay comía.

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11-¿Y por qué no hay comida en tu casa? -Porque no tenemos cobres. 12-¿Cuántos hermanitos tienes tú? -Cuatro. Yo con cuatro. 13-Son cinco, entonces. -No; yo… 14-¡Ah!, por todo son cuatro: tú y tres más. ¿Y cómo se llaman tus hermanos? - (Da el nombre de tres hermanos) 15-Todos son varones; ¿no hay ninguna niña? -No. 16-¿Tu mamá trabaja? -La botaron de trabajo; la botaron porque no fue má p´allá, pa´el trabajo. 17-¿Cuánto tiempo hace de eso?, ¿un mes, dos meses? -Cuando vino diciembre. 18-¿Luego, no fue a trabajar en diciembre? -Y no teníamos ropa. 19-¿Y entonces? -Oriana nos dio ropa. 20-Oriana les dio la ropa. ¿Y tu papá, dónde estaba metido, qué hace? -¡Jumm…! 21-¿Tú lo conoces? -¡Jumm! 22-¿…? -Ta´ metío allá que mi abuela. 23-¿Y él qué hace, no te dio ropa, dinero?

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-No me dio nada. 24-¿No te dio regalos?, ¿ni a tus hermanos tampoco? -El tiene la ropa allá en la casa. 25-¿Y no has ido a buscarla? -Uh., uh…(deniega con la cabeza) 26-Ah, pero seguro que los visita, a ti y a tus hermanitos… -No; tampoco. 27. ¿Tú sabes en qué trabaja tu padre? -Yo no la ha visto trabajando Los conflictos y las posibles agresiones que el niño afronta en la calle como respuesta a sus conductas transgresoras: 28-Mira, tú tienes un golpe allí, en la cabeza. Tienes un morado allí. -¿Dónde? 29-Aquí (le señalo la región fronto parietal derecha, donde se observa un moretón) -A yo no sé… 30-Otra cosa: cuando tú andas en la calle, ¿Cómo te trata la gente? -Bien. 31-La gente te trata bien… -A veces mal. 32-¿Qué te hacen? -Que no me dan na´ 33-No te dan nada ¿Te persiguen? -Ajá, y me persigue la gente- La iniciación en la delincuencia

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34-¿Por qué? -Porque A. (da el nombre de un niño de la calle) roba, y yo le digo que no robe, y anda pa´ llá; porque la gente me persigue a mí y después me agarran y me matan y me dejan tirao como un perro. 35-¿Y qué roba A? -Roba lentes y celular. 36-Lentes y celulares ¿Y qué hace con eso que roba? -Yo le digo a él que no robe, que eso es malo. 37-¿Y qué hace con lo que roba, con los celulares y los lentes? -Los vende. 38-¿A quién? -A un árabe. 38-¿Dónde está ese árabe? -En los Tres Platos. El vicio es un peligro latente 39-Mira, ¿Y por allí, por Los Tres Platos, no hay gente rara? -Sí; maricones. 40-¿Y qué hacen los maricones cuando los ven a ustedes? - Se ponen pelcha, le dicen los hombres que vayan a culiá y se los cogen. 41-¿Y a ti no te han dicho eso?, ¿se han metido contigo? -No; yo soy chiquito. 42-¡Ah!, porque tú eres chiquito. ¿Y cuando seas grande? -No: polque voy a trabajá en la policía. 43-¿Vas a trabajar en la policía? -Sí. La maduración prematura del niño de la calle

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44-¿Cuanto tiempo hace que tú vives así, en la calle? -Cinco meses, cuando era chiquito. 45-¿Y ahora, ya no eres chiquito? -ya stoy más grande. 46-¿Quién te llevó por primera vez a la calle? ¿Tú fuiste solo o alguien te llevó? -A.(da el nombre de un muchacho de la calle) 47-¿A? -Ël fue que me enseñó a pedí y él me daba cobre; y después me acostumbré a pedí. La agresión de sus propios pares 48-Y a los amiguitos tuyos, que están allá, en Los Tres Platos,¿los han golpeado, les han hecho algo? -¿A quién? 49-A los otros muchachos que están contigo. -Le han pegao. 50-¿Quién les pega? -L.(Da el nombre de un muchacho de la calle) 51-Ese como que le pega a todo el mundo, ¿no? -Si; me pega a mí y me quita los cobres. 52-¿Les pega y les quita los cobres a todos? -Si. 53-¿Y la gente de la calle no los persigue a ustedes? Sí. 54-¿Por qué? -No sé. El miedo a las autoridades policiales

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55-No sabes. -Nos persigue pa´ matalo, pa´ agarralo, la poli. 56-¿La policía los persigue a ustedes? -Si; nos persigue pa´echanos tiro, uno se mueve y nos alejan así (hace el gesto de empujar y dar puntapiés), como un perro. 56-¿Cómo a un perro? -Sí; y nosotros corremos. 56-Qué vas a hacer en la Casa Urupagua cuando empiece de nuevo? -Portame bien. 57-¿…? -Pa´que me den mi bicicleta. 58-¿Y tú no piensas estudiar? -Sí. 59-¿Qué estás estudiando en este momento? -Cualto. 60-¿ sabes leer y escribir? -Sí. 61-Y ahora, ¿qué harás?; ¿seguirás a estudiando? -Si; pa´llegá a Bachiller -62¿Y después? -Despué no se 63-Ajá, ¿Y antes de estar en este Programa de Urupagua no te trataban bien ? -No. 64-¿Por qué? -Porque no había con que comé..

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65-¿En la Casa Urupagua no había comida? -Estaba la otra profesora N.; no comíamo nosotros; y la otra muchacha que se llama I. nos pegaba. 66-¿Y ahora? ¿Les pegan, los maltratan? -Después llegó otra Directora y nos dieron comía y nos tratan bien. 67-¿Y quién fue esa? -La Licenciada Oriana. 68-La Licenciada Oriana. ¿Dónde está ella ahora? ¿Tú la conoces? -¡Claro!, es esa que está ahí (señala a la Coordinadora del Programa). Esta entrevista fue realizada a un niño que, según afirman algunos, aunque sin ninguna base científica, padece trastornos de aprendizaje o que presenta retraso mental..etc. Tiene 11 años y es el sujeto señalado con el No. 2 en los datos sociodemográficos. Su carencia, además de económica, parece ser también afectiva y cultural (privación cultural) si se observan las condiciones precarias registradas en la planilla correspondiente.

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4 TESTIMONIOS DE MADRES DE NIÑOS EN SITUACIÓN DE CALLE ENTREVISTA: MADRE DE UNO DE LOS BENEFICIARIOS DEL PROGRAMA. LUGAR: BARRIO CRUZ VERDE. (04-01-2006)

1. La primera pregunta que yo quiero hacer es la siguiente ¿Cuánto tiempo tiene usted viviendo en la Cruz Verde? -Trece años. 2. ¿Y antes dónde vivía? -En la Calle Popular. 3. ¿Y dónde nació usted? -Aquí en Coro. 4. ¿Y sus padres? -También. Aquí en Coro. 5. ¿No vinieron de otra parte? -No. Maternidad precoz 6. ¿A que edad tuvo usted su primer hijo? -A los catorce años. 7. ¿Usted cree que a los catorce años usted estaba preparada para tener hijo, criar muchacho, darle tetero y todas las atenciones que merece un niño? -No. 8. ¿Y que hizo?¿Cómo salió de ese problema? -Bueno, como quién dice, me monté en el barco y tuve que navega, o sea, ya me vi en esa situación, que en veldá ya no me podía arrepentí, porque ya no podía hacia atrás. 9. ¿Su mamá la ayudo? -ujú. 10. ¿Tiene hermanas también? -No, yo tengo una hermana, nà mas que somos dos.

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11. ¿A que se dedicaba su papá? -Mi papá trabajaba en la compañía Maraven. 12. ¿Qué era él allí? -El era electricista 13. ¿Y su mamá? -No, mi mamá nunca trabajó. 14. ¿Sus padres están vivos? -Si. 15. ¿Ellos viven dónde? -Mi mamá vive aquí conmigo y mi papá vive en Dabajuro con su otra señora. 16. ¿Usted me dijo que su papá trabajaba en…? -El trabajó, ahorita no esta trabajando ya. 17. ¿Ya está jubilado? -umjú 18. ¿Qué edad tiene su papá? -Mi papá tiene cincuenta y seis años. 19. ¿Qué hacía, donde trabajaba? -Era electricista. 20. ¿Su papá bebía? -No 21. ¿Fumaba? -Tampoco. 22. ¿Usted fuma? -No,

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23. ¿Bebe? -Una vez mas que otra; cuando bebo es en ocasiones, en fiestas.

24. ¿Su esposo bebe o bebía? -No; el si bebía. Los conflictos en el hogar, constante, en la dinámica familiar del niño de la calle. 25. ¿Y tenía problemas con él? -Bueno, cuando empezó que tenía su rochela por ahí, por ahí empezamos y ahí los muchachos se afligían, que tenían miedo y mami no, ahí fue cuando A. tomó la calle, a los ocho años. 26. ¿Habían escenas violentas? -O sea, si, no que te voy, sino que esto y aquello; ay, yo no voy a estar discutiendo con loco (-Entonces los muchachos se asustaban), · si, ellos cogían pà que la vecina o cualquier cosa hacían, pero aquí dentro no se quedaban, ello lo que le daba era mieo, salían Miriam, Miriam, ayuda a mi mamá, saca a mi mamá de ahí. Se ponían nerviosos. 27. ¿Y ellos hoy día buscan al papá? -Por lo menos A. mas que todos; bueno yo le digo a las hembras, que no pueden tener rencor contra su papá, si viene por ahí de la Sierra donde él está y ustedes lo ven, qué hubo, la bendición, eso es muy bonito que le digan a uno Dios lo bendiga, pero A. no. El abandono del padre desencadena la mendicidad 28. ¿Qué hace el papá de los niños? -El trabajó en el aseo. 29. ¿Y ahora? -No, él ahorita no, él le dieron como que fue diez millones y de ahí no le vi mas la cara, si lo botaron del aseo (risas) -levantó el vuelo; ·si, se fue con la otra mujer. Incluso que hasta L, L era una de las que ella cuidaba carros en Costa Azul, cuando vinieron pà ca, ella cuidaba carros allá y ahí está una señora que es dueña de uno de los locales esos que hay ahí y ella es la que le paga el colegio a L, porque L está estudiando privado en el Madre Masarelo, incluso la Fundación del Niño, cuando a ella me la pasaron pà lla, me dijeron, no es que ella cayó pà ´lla y salieron seleccionados nà mas que diez y aquí nosotros no podemos hacer nada, entonces yo fui a la Fundación del Niño y hable con la encargada de L, hablé con Petit y Petit me hizo hablar con ella y me dio la inscripción y me dijo cualquier cosa que usted necesite venga aquí a buscarlo, me busca a mi, entonces yo después decía a la monja que yo no podía pagá la mensualidad, porque yo no tenía como pagarlo, pues, si yo no tenía trabajo fijo, cómo podía pagá esa

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mensualida; entonces después me mandaron a llamar y me dijeron que no, que a ella se la estaba pagando una señora que ella conocía, que le cuidaba el carro en el Costa Azul. Incluso cuando ella no tiene la franela de deporte o se la ve muy amarilla o algo, Morillo, la llama la monja, le dice a ella, está pendiente de L y eso, incluso que en Diciembre hasta a mí misma me dio miedo, que yo tuve que cogé pà lla, pà Madre Masarelo´. Porque ella decía: ¡ay Dios mama! viene Diciembre y uno no se va a vestí y uno todos los años se viste y hace dos años que la Primera Dama no me da ropa; no ve que ella se la daba a ella y a Y, y ahora como no estoy allá arriba, a mi me da pena mama, porque todo el mundo se viste y yo no me voy a vestí. Si no, yo me ahorco, y yo muchacha ¿vos sos loca?, ¿por qué te vas a estar ahorcando?, ¿porque no te vestí? Cualquier día se puede estrenar L, ¡Ah!, eso es malo; eso no se dice y me puse hablá con ella y eso; y así fue que ella mas o menos 30-Dígame una cosa ¿Cuál es el grado de instrucción del papá de los muchachos?.

-Ah, primer grado, por eso es que A no estudia. El entorno inadecuado 31. Usted sabe que por estos barrios hay mucha droga, eso es lo que se dice, yo digo por aquí, porque es donde usted vive. -Si; en todas partes hay un poquito de algo. 32. ¿Usted cree que eso ha tenido algún impacto sobre su familia, la droga que hay en el ambiente? -No. 33. ¿No crea un ambiente malo en el barrio la presencia de vendedores de droga y consumidores? -No, porque por lo menos aquí, en ésta zona no, pa´ bajo, en éste pedazo de aquí pa´ arriba, ni he visto, ni nada, pa´ bajo si se, porque a mi misma me…, por donde vive Meme, esa palte así pa´ llá´ atrás. 34. ¿Tampoco hay por aquí riñas, tiros? -No, no,no. Estrategias de sobrevivencia 35. ¿Usted teme que su hijo A, andando en la calle coja mal camino? -Bueno, la edad que lleva A ahorita que tiene trece años, A salió a la calle desde que tenía ocho años y el único mal comportamiento que yo le veía a él, porque yo misma salía a veces con él a vender hallacas en Diciembre, a vender empanadas, él se ponía

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a vender lápiz, estampitas y L cuidaba carros. No puedo decí, ahora, bueno cuando yo medio me venía a buscá las hallaquitas o cualquier cosa que yo hacía, sí él cuando llegaba andaba con Hueco Lucio, con el otro y se ponían a veces a echalé broma a esa gente vieja, asi; y yo muchachos eso es malo, que ustedes tienen familia, ustedes también van a llegá a viejo. Y A se medio pasaba, Pero gracias a Dios, hoy en dia, si A ha traído una pluma, no, le estoy levantando calumnia a él y me estoy levantando una yo misma, porque incluso, es más, A. hasta miedoso es, porque yo a veces A, vé, y él, a no mama, yo no; yo no mama. Una vez lo mandé a vender unos pastelitos y llegó como a las diez de la noche con los hijos de Milagro y dice Argenito, Mary si sabés ¿Qué, muchacho, qué pasó?, pero yo no había visto a A, Titico le robaron todos los pastelitos, ajá, y no hizo nada, no, ¿y dónde estabas tú A? Entonces me miraba la cara y temblaba solo, ¿dónde estabas tu?, -en el malecón ¿y yo te mande a ti pà el malecón?, -no, ellos me invitaron, ¿y yo le dije a usted que fuera pá llá?, -No; mama. Venga acá, pues. Y le eche una pela.; pero una pela; lo que se llama una pela. Que la peinilla se la deje marcada en la espalda y le dije: la próxima vez que usted se me vaya sin pedirme permiso…, yo a ustedes no le pego, yo les hablo y los aconsejo, veanse en un espejo: todo esto que a mi me ha pasao, yo se lo he dicho a ustedes, se lo he refregao en la cara., Entonces cojan experiencia; el que no coge consejo no llega a viejo, así que ya lo saben. Más nunca, hasta el sol de hoy, no puedo decir que A. nada, como no, él a veces mama no hay comía aquí, ah bueno mama los muchachos no se van a morí de hambre, yo me voy pá arriba, no importa que me vea Oriana, así me ponga negro. Así dice, yo no tengo que date, que te voy a da, por lo menos ahorita de tanto, tanto, tanto y tanto jalar, estoy en Fundaregión, y yo ¡a la vaina, otra vez!, fui a buscá el papel que me firmó la Primera Dama, fui a la Zona Educativa, ahí me mandaron pà que Obión, hablé con Obión y me dice: señora todavía no han bajado los calgos, y me dice él otro que ahorita no hay calgo, Pero bueno es que éste papel que firmó la Primera Dama y el Gobernador, estos papeles no valen aquí, cómo es, no señora no se ponga brava; no, no, con quién puedo hablar yo aquí que ingrese al personal; no, no, hable con la Señora Noris Cuello. Entonces fui pà lla y hable con ella. Estos papeles que firmó el gobernador están en proceso, estamos esperando a que bajen los cargos, a lo que bajen los cargos eso se le pasa al señor Vale; que decida él pa´ donde nos van a mandar; esté pendiente últimos de Enero, principios de Febrero y ahí estoy, camino pa´ lla´, vengo pa´ ca´…,así. 36. ¿Qué cree que podemos hacer nosotros, qué cree usted que puede hacer la casa Urupagua, qué cree usted que puede hacer la Fundación del Niño, por su hijo, aparte de lo que están haciendo?, ¿es bueno o es malo? -Es bueno. 37. ¿Es bueno, por qué? -Bueno, porque por lo menos ellos me le han dado una ayuda a A, de que A en el día se iba a veces en la mañana de aquí cogía que si pa´ el malecón, o anda en la calle echando broma con los otros, por Caujarao. Entonces él dice: mama, allá me la paso jugando y he aprendió juegos, por lo menos ayer llegó con un rasguñote y yo le dije y qué te pasó, no sé mama, no sé y vos estas muerto ¿eh?, qué te pasó, peleaste, bueno cuando tenga un chancecito voy hasta allá, a la escuela a preguntá qué fue lo que pasó,

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¿oíste?, a lo mejor en la noche me dice mama pasó esto; porque ese no espera, él dice cuando le pasa las cosas. 38. ¿Qué otra cosa se podría hacer?. -Bueno, lo de A, yo siempre le he dicho, mire A hasta el mismo personal de la escuela yo le he dicho que estoy agradecida porque A ha progresado un poquito mas. ¿En qué ha progresado?, o sea, que él A llegaba aquí y mama esto, A a veces llega mama buscá un libro y me enseñás a leé, y yo ay Dios. A tu te proponés cuando yo estoy trabajando; vé, yo vengo cansada de allá, a hacé oficio aquí, voy pà el liceo, llego cansada del liceo, a buscá lo que me mandan hacé, a poner a las otras hembras a ver que le mandaron de tarea., Hijo, agarrá un sábado, porque no decís un sábado mama, no sino que cogés voy a jugá pelota y cogés pà arriba, no papá, usted debe pensá un poquito. Hoy me llegó y me dijo: mama van a dar las bicicletas, pero a muchos no se las van a dá. A no me atormentéis mi cabeza con bicicleta,; ojalá no te la den, porque al darle bicicletas a toítos eso va a ser la perdición, porque esos cogen camino pà lla pà Caujarao, por ahí mismo; hasta un carro se los puede llevá, A. me llegó dos veces con un brazo, que esto de aquí se le salió pà cá arriba; ay no, yo dije que ojalà no le den bicicleta. A la Primera Dama nada mas que a ella se le ocurre; le piden una bicicleta y ella sale. Eso es un peligro pà ellos mismos, porque ellos son medio turulos toítos y no agarran esa avenida pà ellos solos y se le meten a los carros; y es que esa es la realidá y la realidá hay que vivila y decila. 38. ¿Cuál cree usted que sea el futuro de su hijo? -Bueno, hasta po lo momentos como va, yo lo único que si le pido y estoy agradecía con la Primera Dama, que lo ha ayudao a él, con Oriana y que en verdad pués, siga adelante así y que un polvenil de mañana sea alguien en la vida. 39. ¿Usted cree que tiene futuro? -Bueno, para mi como madre de él que soy, yo digo que si lo tiene. 40. ¿Su familia tiene futuro? -Mientras yo este viva, que cuentan conmigo, tienen futuro, pà lante. 41. Muchas gracias por su tiempo, señora. Creo que su hijo si tendrá futuro, especialmente si usted lo apoya y apoya el trabajo que esta haciendo la gente del Programa en la Casa Urupagua. ENTREVISTADA: MADRE DE M.O UNO DE LOS MUCHACHOS DEL PROGRAMA. (04-01-2006) Continuos traslados. Inestabilidad

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1-¿Cuánto tiempo tiene usted viviendo aquí, señora? -Aquí en el barrio voy a cumplir dos años. 2-¿Dónde vivían antes? -En Valencia.

3¿Por qué se vino para acá? -Porque me separe del papá de ellos, de los cuatro pequeños, y me vine brava con él y me vine.

4.-Dígame una cosa ¿Sus padres están vivos? -Mi mamá sí, pero mi papá está muerto.

5-¿De dónde son ellos? -De aquí de Coro. 6-¿Y usted es también de Coro? -Sí. 7. ¿Y por qué se fue para Valencia? -Porque mi mamá vendió la casa de ella que tenía aquí en Coro y ella se fue y yo me fui.

8. ¿Y antes de vivir en Coro, en dónde vivía su mamá? -En el barrio cinco de julio. 9. ¿Ella nació en Coro?, ¿Su mamá nació en Coro?. -En Punta Cardón. 10. Y se vino de Punta Cardón para acá,¿Y por qué se vino? (Sin respuesta. Vuelve las palmas de las manos hacia arriba, manteniendo los codos pegados al cuerpo, a la vez que repliega los labios hacia atrás, en un gesto de incertidumbre, como esperando una respuesta que venga de fuera de ella).. Desconocimiento de la historia familiar 11. ¿En qué trabajaba su papá? -¿Mi papá?, ah no se, porque cuando él murió yo tenía un añito.

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12. ¿Y su mamá? -Mi mamá no está trabajando. 13. ¿Cuántos hermanos tiene usted, señora? -Catorce. 14. Caramba, pero son bastantes ¿Y usted es más o menos la última de sus hermanos? -Soy una de las últimas. 15. ¿A qué edad tuvo su primer hijo? -A los diez y siete. 16-¿y a qué edad se había casado usted? -A los diez y seis. 17. ¿En qué trabajaba usted antes? -En casas de familia. 18. ¿Y sus padres en qué trabajan?. -Mi papá no se en qué trabajaba, ni mamá no ha trabajado. 19. ¿Pero trabajaba en el campo o alguna cosa así? -No se. 20-¿Nunca supo? -Nunca. Consumo de alcohol 21- ¿Usted bebe? -Así, en reuniones, en fiestas. 22-¿Fuma? -Sí. 23- Y su padre, ¿bebía?

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-Bueno mi papá se murió de cáncer en el hígado y que fue el aguardiente; dice mi mamá y que le destrozó el hígado, porque él y que era tronco e` vikingo, dice mi mamá, tomaba mucho, dice mi mamá, eso sí lo se yo. 24. ¿Tendría una enfermedad llamada cirrosis hepática? -No se; yo se que fue cáncer en el hígado. 25. ¿Y su madre? -Mi mamá lo que sufre es de eso que llaman varicocele, de una varicocele que tiene ahorita en una pierna. 26. ¿Pero ella no bebe?,¿Fuma? -No. 27. ¿Y su marido, el papá de los muchachos? -Sí fuma. 28. ¿Y bebe también? -No. 29-¿En que trabaja él ahora? -El papá de éstos, de los mayores, del Nene, de Miguel (¿Si?), él es latonero y pintor. 30. ¿Y él de dónde es? -El es de aquí, de Coro. (Interrupción por llamada de celular de la entrevistada) 31.Entonces, señora, habíamos dicho ¿En dónde nació él? -Aquí en Coro. Frecuentes uniones de la madre 32. ¿Y se fue para allá? -No, él papá de M.O, es uno que está aquí; el de los más pequeños es el de Valencia. 33. ¿Y el papá de los mas pequeños nació en Valencia? -¿El papá de los pequeños?, no él es maracucho, el papá de M.O, de M. A., de los mas grandecitos, de los primeros, vive aquí en Coro.

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Presencia de las drogas en la familia 34. ¿Las drogas han producido algún problema en su familia? -¿Las drogas?(un momento de silencio). Bueno tengo un hermano que es dañado. 35. ¿Qué edad tiene él? -Tiene treinta y ocho. 36. ¿No vive aquí? -No, él vive en Valencia, por eso fue uno de los motivos que yo no fui pà Valencia este año con mi mamá, porque el otro año que fui, eso era dolor de cabeza y mortificación con mi mamá; porque él drogado se poltó… y yo dije: yo no voy a pasar mas tormento este año otra vez; yo este año yo no voy a ir pa´ lla´. 37. Yo he oído decir que en este barrio hay mucho consumo y tráfico de drogas. ¿Usted cree que eso significa un riesgo para su familia, que su familia puede resultar dañada? -Sí le hacen. 38. ¿Qué daño les pueden hacer? -Claro, porque se perjudica al fumar eso y esas cosas y estando en bajo juicio hacen cosas que no deben. 39. ¿Usted cree, que sus hijos sobre todo M.O, estando en la calle puedan tomar mal camino? -Claro. 40. ¿Cuál mal camino podría tomar?) -Bueno, que vaya agarrar el vicio de estar fumando, porque ahorita en la calle hay mucha candidez, como quien dice mucho peligro. 41. ¿Qué podemos hacer para evitar eso?,¿Qué sugiere usted que podemos hacer para evitar que sus hijos y los hijos de otras personas caigan en el vicio, caigan en la calle, que podemos hacer?¿Qué sugiere usted como madre? -Qué podremos hacer (silencio pensante), yo bastante lo aconsejo a él. 42. ¿Pero, qué podemos hacer nosotros?¿Que puede hacer la Fundación del Niño, la Casa Urupagua? -Aconsejale también

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Maternidad prematura 43. Dígame otra cosa Cuándo usted tuvo su primer hijo, usted tenía diez y siete años ¿Usted estaba preparada para ser mamá? -No. 44. ¿Por qué dice usted que no estaba preparada? -No se; porque yo no estaba preparada para ser madre. 45. ¿Entonces la agarró de sorpresa? -Sí; de sorpresa. 46. ¿De sorpresa?, pero usted tenía marido. -(risas) 47. ¿Y por qué dice usted que no estaba preparada?¿Sabía hacer tetero? -No sabía hacé tetero. 48. ¿Sabía cocinar? -Si sabía cocinar, pero no sabía hacé tetero, mi mamá me iba diciendo como hacé el tetero. 49.¿Y los pañales y el ombligo, todas esas cosas las aprendió con su mamá?

-Con mi mamá. 50. ¿ El niño nació en una maternidad o en la casa? -En el hospital. 51. ¿Nació normal? -Normal. 52. ¿Todos han nacido normales? -Sí, toitos, gracias a Dios. Ubicación temporal de su propia situación 53. ¿Cómo ve usted la situación ahorita en Venezuela con relación a la pobreza y esas cosas? -Bastante dura (-Bastante dura, repite en voz baja, como si reflexionara para sí).

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54. ¿Pero está más dura que antes o menos dura? -Más dura que antes. 53. ¿Cuándo vio usted que la situación comenzó a ponerse dura para los pobres? ¿En qué fecha mas o menos que usted tenga memoria? -(Silencio pensante), no me acuerdo. 54. No se acuerda. Más o menos, diez años, quince años, cuando nació cuál de sus hijos. -En el noventa y cuatro 55. ¿Nació quién? · -Nació A. 56. Y allí fue cuando usted vio la cosa más dura?¿Por qué? -Estaba más dura. 57. ¿Por qué?, ¿porque no había empleo, no había dinero?, ¿ por qué cree usted que estaba mas dura? -Si había dinero, porque el papá de ellos, de M.O, trabajaba, pero se veia más dura, estaba la situación más apretada. 58. ¿Qué piensa usted que estará ocurriendo dentro de su familia en un año? -¿Qué tiempo? 59. ¿Cómo ve usted a su familia, a su hijo M.O, dentro de un año, como los ve usted y a éste que está aquí, con esa tos tan fea que tiene; cómo ve usted la cosa para dentro de un año, cómo ve el futuro? -Bueno espero ver muchas cosas buenas. 60. ¿Cómo cuáles? -Muchas cosas buenas, que salgan pà lante, no cosas malas. 61.- Muchas gracias, señora. Ha sido usted muy amable.

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ENTREVISTA A MADRE DE A. Z. (UNO DE LOS NIÑOS DEL PROGRAMA) 05-01-2006 El mediador necesario 1.¿Dónde se encuentra A. en este momento? -Debe estar en la calle, dónde más…bueno, él dijo que iba a jugar pelota aquí en el Llano, Siempre lo viene a buscar un niño, A. X. 2-¿A.X.? _Sólo sé que se llama A. X- 3-¿Usted lo conoce hace tiempo? _Sí, lo conozco hace tiempo, por A. X. fue que agarró la calle, porque él se lo llevaba todo el tiempo, vamos pa´el Centro. Vamos pa´el Centro. Y allí fue donde él conoció todo el Centro, porque mi hijo A. era un muchacho que se la pasaba estudiando. Ël empezó a irse pa´l Centro ahora que tiene diez años; ahora, el año pasao, porque A. no era un muchacho de la calle. 4-¿Y qué hacía antes? -Bueno, estudiaba, se la pasaba aquí en la casa, jugaba con los muchachos, con su misma familia. Con sus sobrinos, con sus hermanos y sus primos que tiene en la otra calle. 5-¿Cuántos hermanos tiene su hijo? Ellos son tres hermanos, pero sobrinos y primos ahora es que hay. 6-¿Y aquí viven cuantas personas? -Aquí vivimos como seis o siete personas 7-¿Y niños? -Cuatro Los conflictos del hogar, constante en la dinámica familiar del niño de la calle 8-Es decir, él tiene con quien jugar -Sí él tiene aquí, pero no pega aquí, porque no ve que él, con el hijo mayor se la pasa peleando, entonces el trata de la manera… ¿cómo decirle?, de pelear con el mayor, pa´agarrá la calle sin ningún pretexto; él dirá que yo le pego, pero yo no le pego, Si yo le pegara fuera peor, porque agarra más la calle; pero ése lo que le gusta es la calle.

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9-¿Por qué cree usted que a él le guste la calle? --Porque en la calle, será, no sé, no vé que es por el otro muchacho, que él agarra la calle, porque el otro le dice: vamos pa´tal parte, vamos pa´tal parte- La mendicidad 10-¿Y qué hacen en la calle? --Quién sabe, él dice que a veces pide cobres, se pone a limpiar vidrios. 11-¿Y consigue cobres? Y trae cobres? -Sí, 12-¿Qué dice cuando trae dinero para acá? -Pero es que a veces no trae, no es todos los días, a veces, él dice que se pone a limpiar vidrios, no sé, no sé. Yo lo he visto limpiando vidrios y pidiendo cobres.. El dice que pide cobres. Clarito lo dice. Los riesgos de la calle 13-¿Usted lo ha visto a él en la calle? ¿Lo ha visto alguna vez? -Una sola vez que lo vi, y era cuando andaba en la bicicleta, por allí, que andaba con A.X. 14-¿Qué estaba haciendo? -Andaba volao por toda esa carretera, y yo me bajé de la camioneta, y yo lo agarré y me lo traje.15-Y más o menos qué le han dicho a usted otras personas que lo han visto. -Bueno, como yo tengo tantas amistades, me dicen,” por allá ví a A., arreguindándosele a los carros”. 16-En qué sitios -Por la Avenida Manaure es que se la pasa él, o por los Tres Platos. 17-¿Vieron a A. arreguindándosele a los carros? -Sí, que se la pasa arreguindándosele a los carros, y a veces que le falta el respeto a las personas mayores. 18-¿Qué les dirá? -No sé qué les dirá

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19-¿Nunca ha tenido problemas con las personas mayores a quienes les falta el respeto? -No. 20-¿Nunca le han dado golpes o lo han perseguido? -No, no ; el dice que no 21-¿Hasta qué grado estudió A?. --El estudió hasta tercer grado 22-¿Terminó el tercer grado? -Sí. 23-Es decir, que debería estar en cuarto grado -El está en cuarto grado 24-¿Está estudiando actualmente? -Sí, él está estudiando en la escuela Bolivariana, pero me dijeron que se estaba portando mal. 25-¿Se está portando mal en la Escuela Bolivariana también? ¿Qué cree usted que se puede hacer para que se porte bien? -Bueno, no sé, yo iba para la Escuela La Urupagua, para hablar con ella, 26-¿Cómo se llama ella? -Oriana, con Oriana, pa´ver cómo íbamos a hacer, porque, es que ya, yo no puedo, ese niño no hace caso. 27-Bueno, aquí tiene la oportunidad: hable con ella. -Bueno, como ella me dijo la otra vez que si A. lo llevábamos a internar, ella me dijo que no lo iba a ver. 28--¿Que no lo va a ver? -Que no lo voy a ver más, me dijo. Porque a él lo van a recoger, pues. 29-No es que no lo va a volver a ver, será por un tiempo, claro hasta que él se adapte. -Bueno, yo prefiero eso, antes que ande en la calle.

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Los riesgos de la calle 30-¿Usted estaría de acuerdo con que A. viva en la Casa Urupagua, por ejemplo, que esté allá permanentemente. Que allá estudie, trabaje y esas cosas, antes de que ande por la calle? -Claro, cómo no voy a estar de acuerdo, si yo soy su mamá, y yo quiero es más bien, un bien para él. 31-Qué peligros cree usted que tiene A. en la calle? -De todo peligro. Imagínese, ahorita de todo peligro que hay. Los niños ahorita están fumando drogas. Ah, porque en estos días me dijeron que A.se estaba metiendo con un policía 32-¿Molestando al policía?. -Sí, porque andaba con el otro carajito y…(se pone la mano en la cabeza, con gesto de desesperación) 33-Prosiga sin pena. mire: nosotros queremos ayudarla- Esa entrevista que usted quería tener con Oriana es lo que ha hecho que nosotros estemos aquí; usted es la primera persona que visitamos en el día de hoy. -Bueno, no, eso es lo único que yo quiero, yo no quería, pero ya veo que A. no quiere hacer nada caso, y ustedes saben que yo soy una persona que me la paso trabajando, y yo soy madre y padre pa´mis hijos. 34-Y usted ¿dónde trabaja? -Ahorita estoy trabajando en la Ferretería El Pepino La carencia del apoyo paterno 35-¿Y el papá de A.. -¡Ah ¡, el papá de A. Ése no; el vive por ahí por el Hospital, peor. A, nunca ha contado con el, porque ése no. Por cierto le pedí ayuda y lo único que el me dijo que no, que viera que iba a hacer yo, porque yo era la que lo estaba criando; o sea, que yo no cuento con nadie. Yo cuento con lo que yo haga. 36-¿Y usted cuantos niños tiene? -Yo tengo con él cuatro, pero uno no lo tengo yo. 37-¿Quien lo tiene.? -Lo tiene su papá, que vive de aquel lado, aquél se hace cargo de él, menos mal, menos problema.

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Las carencias económicas, el empleo insuficiente 38-Señora, dígame una cosa :¿Cuántas personas trabajan en su casa? -Aquí la única que trabaja soy yo y mi papá. 39-¿Y su papá vive con usted? -Si. Mi papá trabaja de vigilante y vive junto, en la otra casa. 40-¿Pero está aquí. con ustedes? -Sí, pero el es un viejito, así más o menos, así más como usted. 41-Sí; yo vi un señor bastante mayor que yo. -Yo por lo menos, no sé, yo quería una casa pa´recogé mis hijos, porque es que es problema aquí. Por eso es que A. Agarra la calle. No ve que hasta a veces yo le digo, anda vete, porque se pone a pelear aquí, y eso es un problema. Por eso yo quiero tener mi casa. Mi casa pa recogerlos, pues. Los conflictos familiares. El hacinamiento 45-¿Con quien pelea, por qué pelea? -Con toitos aquí pelea, por cualquier cosa. Hacen la manera de hacer algo pa´pelea con él. 46-¿No será que hay muchos muchachos en poco espacio? .-Será, también. 47-Es como, por ejemplo, cuando usted tiene varios loros en una jaula muy pequeña, se pelean entre sí, pelean por espacio (risas) ¿Qué quisiera usted que hicieran por A en la Casa Urupagua? Bueno, más de lo que han hecho, mire…yo le he estao agradecida, pues, porque A., a pesar de todo, yo veo que no es así, porque yo he visto casos en La Urupagua, niños mas peor que A. y al menos yo veo que A. no sé, será por el cariño que le han dado y eso, pues, porque todos allá. le quería agradecer, gracias por todo lo que han hecho por el. Y el estaba diciendo antier que el no quería ir a la escuela, que el quería ir a su escuela de La Urupagua. Así me dijo, que el no quería ir pa´la escuela, que él mejor se iba pa´su escuela Urupagua.

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48-¿Quiere decir que lo tratan bien? -Claro, desde que él se quiere ir pa´lla´es porque lo tratan bien. Se siente bien allá, claro. Los riesgos de la calle 49-Pero mire, usted no me ha terminado de decir ¿cuáles cree usted que son los peligros que tiene A. en la calle. -Bueno, ya le dije: todo peligro, pero imagínese: se arreguinda e´los carros. 50-Cierto; le puede ocurrir un accidente, -se la pasa en la calle, y A. ha estado muy grosero, porque a mi me han dicho que se la pasaba metiéndose con la gente mayor, porque es un muchacho que es muy inquieto: ve a cualquiera y ahí mismo le pega, cualquiera de los muchachos estos; ese es el problema, porque se pone a pelear con esta por cualquier vaina, con aquél, con el hermano, 51-¿Pero él ha dormido en la calle? -No; nunca, nunca. 52-Él siempre ha venido para acá. -Siempre ha venido pa´ca´.- 53-Él va y viene. -Eso sí tiene él, por lo menos ahora en diciembre, cuando hubieron las ferias, me llegaba a las doce de la noche, a las doce de la noche. 54-¿Y no le pasa nada? -Nada, porque él se la pasa con el Nene y otro muchacho más grandecito que no sé quien es. El me dijo que andaba con ellos. 55-¿Quién es el Nene? -El Nene es uno que estudia con él, uno más grande. Con él es que se la pasa él y llega a las doce de la noche. 56-Mire, usted me ha hablado de la droga; usted me ha hablado que molesta a las personas mayores. Cualquiera puede reaccionar y golpearlo. -Bueno, y otro peligro es que lo puede matar un carro, porque imagínese como lo ví yo: volao en esa bicicleta, por toda la avenida y arreguidándose de los carros, y otros peligros, porque una persona adulta lo puede llamar y montarlo en un carro y se lo lleva

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y quién sabe qué le harán. Tanto peligro horita que están secuestrando a los muchachos. 57-¿Para qué los secuestrarán? -Quién sabe, pa ponelos a hacé cosas malas; ahorita tantas cosas que se ven. Les sacan los ojos (risas. Voz de fondo de otro niño). No, que a veces sale que les sacan el corazón 58-¿Para extraerles los órganos. -Aja, y qué más; se lo llevan por ahí pa´ ponelos a robar, violalos… tantos peligros que se ven ahorita. El temor a que el niño caiga en la delincuencia 59-¿Usted no teme que si el sigue en la calle puede caer en una banda cuando esté más grande? -Eso es lo que yo no quiero. Entonces eso es lo que uno piensa. Entonces es mejor que ahorita, cuando el está pequeño, es mejor, cómo decirle, lo que usted me estaba diciendo, lo que Oriana me estaba diciendo, que era mejor que se quedara en la Casa Urupagua y de allí que duerma, que viva allá, que estudie, que tuviera un tiempo allí, para ver cómo el reacciona, porque así era el otro A. A mí me daba dolor cuando trabajaba en la bomba, que dormía allí en la bomba y llevaba coñazos de los adultos; y al otro A. ya lo recogieron, ¿Verdad? 60-¿Usted tiene el temor de que si a él no lo recogen pueda convertirse en un delincuente? -En un delincuente, y es peor, porque ya después de grande ¿ qué va a hace uno? Tantas cosas que uno ve aquí, Uno vé aquí tantos hombres, se la pasan echando vainas, esos delincuentes… El ambiente inadecuado del entorno 61-¿En el barrio? -En el barrio. 62-Dígame ¿cómo es este barrio? -Bueno, este barrio a veces no es bueno. ¡Los fines de semana se la pasan estos balandros echando vaina, jodiendo! 63-¿Haciendo qué cosa? -Robando.

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64-¿Atracando? -Atracando. 65-¿No hay muertos, heridos? -A veces hay heridos, pero por aquí no, sino pa´ lla´, pa´ lla´, pa´ bajo 65-¿ Usted como madre qué siente? -¿Que siento?... dolor. Lo que pasa es que yo lo aguanto, yo soy la que sufro (su voz refleja amargura). La pérdida de la capacidad socializadora de los padres 66-Dígame, ¿ de los niños que usted tiene hay uno que es mayor que A.? -Sí. 67-¿Ël está estudiando actualmente? -No sé, pero ese sí es tranquilo, no le gusta la calle. 68-¿Qué edad tiene? -El tiene trece años, por eso es que yo digo que por qué será que A. es así.- 68-Usted tiene uno de trece años y A. va a cumplir 11, ¿por qué se va uno para la calle y el otro no se va? -Porque el otro no está acostumbrado, porque no ve que al otro lo crió su abuela, que su abuela vive aquí mismo y lo acostumbró a que no anduviera en la calle; pero A., es que…yo no sé; yo tampoco me lo entiendo. 69-¿Usted cree que a A. le faltaría el control de alguien? ¿El vivía con la abuela? -No; A. ha vivido conmigo; el mayor sí, el se llama J.A. 70–¿El vivía con su abuela? -Su abuela lo ha tenido siempre. 71-¡Ah!, ¿a uno sólo? -Sí; a uno sólo.- 72-Y la abuela impidió que se fuera a la calle… -No, la abuela, y como él tiene su familia, sus tías, y A. sólo me tiene a mí, porque no ha contado con su papá

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73-Y usted estaba trabajando. -Sí, yo me la paso trabajando, y por eso fue que agarró la calle. Yo siempre he estado trabajando. 74-¿Usted cree que hay una diferencia entre el tratamiento con J.A. y el tratamiento con A.?. ¿A. J.A. lo tuvieron más controlado? -Claro, porque él contó con su abuela, pero A. no contó ni con su papá, ni aquí, pues. 75-¿La abuela es su mamá (de usted)? -Sí, ella es mi mamá. 76-¿Y por qué no lograron controlar a A.? -No sé. Mi mamá decía que se ponía insoportable a pelear aquí. Por cierto, ella cuando vienen a buscar los muchachos a A., ella los corre; agarra un palo y los corre, se les pega atrás. 77-¿A escobazos? -A escobazos y a pedradas, a pedradas también, pero qué va… 78-¿Y eso? -Pa´ evitar que se lleven a A., pero que va, hay unos más grandes…Ayer andaba con unos más grandes, todos son mayores e edá. 78-¿ Quiénes serán esos? -Uno es un tal Miguel, y el otro es de la otra calle, no sé quien es..ajá!, Andrés. 79-Quiero saber qué siente una madre a las doce de la noche cuando el hijo no ha llegado. ¿Qué siente usted? Bueno, yo no duermo, abriendo esas ventanas, cerrando la puerta, salgo pa´fuera, me siento en la acera a esperarlo, que el llegue. Imagínese, yo no duermo nada, ni como. 80-¿ Él siempre ha llegado? -Sí, él siempre ha llegado; nunca se ha quedado en la calle. 81-¿Y si algún día no llegara? -Imagínese, me vuelvo loca.

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82-Suponga que no llegue, no porque le pase algo, sino por otra razón, porque se ha quedado en alguna parte. -Bueno , yo saldría a buscarlo. 83-¿Adónde iría a buscarlo? -A todas partes. Si la otra vez que yo le iba a pegar se quedó a que la abuela e’ Cheíto y se escondió en un poco de sillas, pa´que yo no lo viera. Y ahí amaneció; y nosotros amanecimos buscándolo por todo eso, porque nosotros creímos que A. había amanecido en la calle, y entonces la abuela de Cheíto dijo: no le voy a decir dónde está para que se asusten. 84-¿Y usted le iba a pegar? -Es que yo no le pego, pero ese día sí le iba a pegar. 85-¿Y con qué le iba a pegar? -Con la mano, la correa. Pero yo no sé si porque el es asi, yo no le pego. El dice que si le pego se va de la casa. 86-¿El dice que si le llegan a pegar se va o si no los va a acusar en la Fundación? -Ajá, que yo lo maltrato. 87-¿Qué cree usted que harían si el los acusa de que usted lo maltrata, qué harían en la Fundación? ¿Qué cree usted que harían? -Bueno, me llevan presa; eso es lo único que pueden hacer, porque ahorita apoyan mucho a los niños; lo que me pueden es llevar presa. ¿Qué más me pueden hacer, pues? 88-¿Cómo se llama usted? -Ana Julia. 89-Señora Ana Julia: ¿usted cree que si usted hubiera tenido más tiempo con A. y no hubiera tenido que salir a la calle a trabajar, A. hubiera permanecido en su casa, usted hubiera tenido más control sobre él? -Sí, claro, porque no es igual; porque yo estoy aquí con él si no estuviera trabajando; tuviera pendiente de todo. Si yo no estuviera trabajando, tuviera pendiente de él, de todo lo que le hace falta, amor, cariño, comprensión. Por eso será también que anda en la calle 90-¿Autoridad? -Autoridad, claro.

242

91-¿Y él se quedaba aquí con su abuela? -Se quedaba aquí. 92-Es decir, que la abuela no tenía suficiente autoridad. -No; aquí más vale pelean con él. 93-¿Tiene un carácter fuerte? -Sí; tiene un carácter fuerte. El mediador necesario 94-¿Y ese otro muchachito cómo es? (el que se dice que perdió a A.) -El otro muchachito no le hace caso a su mamá; mire, ese anda por la calle, no le digo que él es el que perdió a A. A. agarró la calle fue por él. 95-¿Entonces, cuando no hay actividades en la Urupagua se va a la calle con él? -Con el otro muchachito agarra la calle. 96. Señora, muchas gracias por su atención. Espero, deseo que usted y su familia puedan salir adelante. Y recuerde: su concurso es necesario para lograr un cambio en su hijo, en el futuro de su hijo. No deje de asistir a las reuniones de la Escuela de Padres. La anterior entrevista fue realizada a una señora cuya familia vive en una vivienda que tiene dos habitaciones de aprox. 3.5 mts x 3.5 mts, con un ambiente central que sería una especie de sala-comedor y una cocina pequeña. Es decir, sólo dos cuartos para vivir, para dormir. Hay un total de nueve personas, de los cuales cinco son adultos y cuatro son niños. Entre los adultos hay cuatro mujeres y un muchacho de 18 años.

243

5. ANALISIS DEL TESTIMONIOS DE LOS NIÑOS DEL PROGRAMA Y DE ALGUNAS MADRES La lectura de los testimonios me ha llevado a clasificar, a categorizar los diversos

temas o aspectos allí tratados. En las páginas siguientes trato cada uno de tales

aspectos, subrayados en las entrevistas a los niños y a las madres, como categorías de

análisis.

Carencias económicas. Desempleo.

El desempleo crónico o el sub empleo es una constante que se observa en el análisis

de los datos realizado en relación con la condición socio demográfica, y que aparece

crudamente mencionado en las entrevistas. En general, las carencias económicas

constituyen un leit motiv , tanto en las entrevistas a los niños como a sus madres. Estas

carencias son, en último término el propulsor que empuja al niño a marcharse a la calle,

a vivir una estrategia de supervivencia que –en muchos casos- quizás haya impedido el

hundimiento total de la familia. En la entrevista a M.O., la madre, que interviene

activamente, informa que el padre de los niños “…les medio da”, lo cual es,

evidentemente, una referencia a la insuficiencia material en que vive la familia, y a cuya

superación no contribuye el padre de sus hijos. La madre está desempleada, condición

que comparten varias de las madres de los niños considerados.

Estas carencias, más allá de las observaciones que pueden hacerse en el cuadro de la

condición socio económica, son expresadas verbalmente, por ejemplo, en la entrevista

realizada a A.M., al preguntársela la razón para que esté en la calle, su respuesta es

elocuente:

“…porque no me dan comía…porque no tenemos cobres”

Y J.P., asimismo, señala que se iba a la calle

“...cuando los diciembres, que no tenía ropa”

244

Esta preocupación por la ropa, por el vestuario, es mencionada por la madre de A.Z. en

su entrevista, al afirmar que su hija L., hermana de A.Z., amenazó con ahorcarse si no

podía conseguir dinero para vestirse en diciembre.

El dinero que los niños de la calle recolectan en la calle, frecuentemente sirve para

subvenir las necesidades de la familia, tal se desprende de lo que dice A.M., quien

consigue dinero en la calle para dárselo a su madre, dinero que también utiliza para

algunas de sus necesidades, pues con ese dinero “…compro cualquier vaina que

necesite”. Asimismo, al preguntársele cómo hace tanta gente (tiene una familia

numerosa) para comer en su casa, ya que la madre no trabaja, su respuesta es

contundente:

“…con los cobres que yo llevo”.

Lo anterior puede enlazarse con el problema de la carencia del apoyo paterno.

La deserción del padre, mayormente, da origen a la familia matricentrada, focalizada

afectiva y materialmente en la madre. En todos los casos estudiados, con una

excepción, los sujetos viven en hogares monoparentales y matricentrados. Las madres

consultadas, así como los niños, aluden al desinterés, a la indiferencia de los padres

biológicos hacia sus hijos, tanto en lo referente a la presencia en sí, como al apoyo

material. La madre de M.O. expone, de manera firme, que en su casa echa de menos

“…la falta de carácter del padre”, de igual manera afirma que el padre de sus hijos

“…no les pasa nada”. Y su hijo, M.O. recalca que él vive

“…solamente con mi amá y mis seis hermanos”.

La situación del abandono afectivo del niño de la calle, se pone de manifiesto en la

entrevista realizada a J.P., quien por mucho tiempo vivió con la abuela, separado del

padre y de la madre. Con el primero, según sus propias palabras “se lleva mal”, y a la

madre la ve sólo los fines de semana, cuando va hasta un barrio diferente al suyo,

donde vive la madre. En este caso, que se repite entre los niños considerados en este

245

estudio, se observa un vacío en la afectividad que el sujeto intenta colmar visitando los

fines de semana a la madre que, como ya se dijo, vive en un barrio diferente y que al

niño le disgusta. Sin embargo, acude semanalmente a esa reunión con la madre,

especialmente desde la muerte de la abuela, figura que substituyó a la madre hasta su

deceso. El sujeto, al referirse a su abuela, afirma, cargado de nostalgia, que “todavía

me hace falta”.

Carencia de viviendas, inestabilidad, traslados

En realidad, como se desprende del análisis sociodemográfico y de las entrevistas, los

familiares de los niños atendidos en el Programa no se encuentran afectados por la

carencia absoluta de vivienda, aunque en el pasado reciente esa necesidad haya

existido y las condiciones actuales de vivienda no sean las más favorables. Así, la

carencia de una vivienda adecuada se constituye en uno de los problemas que gravita

más determinantemente en la vida del niño de la calle. En muchos casos se observa, a

través de las entrevistas, que la familia ha experimentado continuos traslados sin lograr

alcanzar las condiciones de espacio y comodidad adecuados al número de integrantes

de la familia, razón del hacinamiento y la consecuente insalubridad. Esta condición de

inestabilidad está causada, además, por la búsqueda de condiciones de seguridad que

los sitios anteriores no ofrecían. Un ejemplo es el de la familia de M.O., que migra

desde Valencia debido a las condiciones de violencia existente allá, sin que por ello

pueda afirmarse que las condiciones en que viven actualmente sean ni siquiera

apropiadas, pues en la localidad de Zumurucuare, donde reside en este momento la

familia, las condiciones no son las mejores y, por el contrario, tienden a empeorar.

El entorno inapropiado se constituye en otro elemento coadyuvante en el deterioro de

las condiciones de vida del niño y su familia. En una alusión a uno de los Barrios

foráneos de Coro, el entrevistado afirma que en ese barrio las riñas, que hasta se

dirimen a tiros, son frecuentes allí; además, informa del hecho de la existencia del

consumo de alcohol y drogas. La madre de A.Z., uno de los muchachos entrevistados,

describe al barrio donde vive de esta manera:

“Bueno, este barrio a veces no es bueno. ¡Los fines de semana se

la pasan estos balandros echando vaina, jodiendo!…robando…

246

atracando…A veces hay heridos…”

Maternidad precoz

Si bien es cierto que desde la aparición de la menarquia, hecho que en algunos casos

extremos puede ocurrir tan temprano como a los 10 años, la mujer puede concebir, se

considera que un embarazo antes de los dieciocho años es de naturaleza precoz. Tal

precocidad no se debe, dicho lo anterior, sólo a causas biológicas, sino que en tal

consideración militan razones psicológicas y sociales por todos conocidas. Evidencia de

ese fenómeno social, del embarazo precoz, se encuentra en algunas madres de los

niños del Programa. En este caso, me referiré de manera particular a la madre de A.

quien parió su primer hijo a los catorce años. A la pregunta de si ella estaba preparada

para tener un hijo a tan temprana edad, su respuesta fue negativa: no estaba

preparada. Y al preguntársele como resolvió la situación su respuesta fue elocuente:

“Bueno, como quien dice, me monté en el barco y tuve que navegá, o sea, ya me vi. en esa situación, que en veldá ya no me podía arrepentí, porque ya no podía hacia atrás”

En esa situación, que ella califica metafóricamente de navegación para aludir a los

riesgos implicados, por supuesto, la ayudó su madre. Pero el mismo hecho de la

maternidad precoz se constituye en una desventaja para el niño, pues los cuidados que

su madre ha de prodigarle siempre estarán presididos por la inexperiencia y, acaso,

hasta el descuido. Es posible que esa misma circunstancia se proyecte, años más

tarde, en la incapacidad para socializar debidamente a su hijo.

Frecuentes uniones de la madre

Frecuentemente el hecho de la deserción del padre del grupo familiar, hecho al que ya

me referí, induce a la madre a buscar nuevo compañero, acaso con el deseo de

encontrar, aparte del apoyo afectivo, uno de carácter material. Nada, sin embargo,

asegura que la nueva unión sea más duradera que la primera, y así se dan los casos en

que una madre tiene hijos de diversas uniones, con los inconvenientes que surgen del

247

hecho de que alguno de los anteriores compañeros asuma la responsabilidad de la

manutención de sus hijos, aunque los otros no lo hagan así. Este es el caso de la

madre de A., quien tiene hijos de tres uniones. Uno de sus anteriores compañeros,

padre de El Nene y de M. es de Coro; el padre de M. otro de sus hijos , es también de

Coro; “el papá de los pequeños es maracucho”. Esta circunstancia, la de una

poligamia serial, se convierte, a la larga, en fuente de tensiones y conflictos en la

familia, creando una desestructuración, por ningún motivo deseable, y que se expresa

en el subsistema filial de la familia.

Desconocimiento de la historia familiar

El conocimiento, la información acerca de nuestros ancestros, independientemente de

la calidad de los mismos, forma parte de nuestra propia existencia, tanto más si de

nuestros padres se trata. No concibo, personalmente hablando, que alguien pueda

desconocer ciertos datos acerca de sus padres o abuelos, por ejemplo. Y es que el

conocimiento de la historia familiar, así sea a grandes rasgos, así sea con respecto a

personas que no conocimos porque murieron antes de nuestro nacimiento o cuando

éramos muy pequeños, forma parte del universo simbólico del individuo; forma parte de

esa nuestra vinculación con el universo; establece entre nosotros y el pasado una

relación de continuidad. En un caso particular, el de la madre de M.O., persona que se

ha visto sometida a los avatares del cambio de residencia de una ciudad a otra, que ha

tenido varias uniones maritales, solamente recuerda de su padre que murió de cáncer

en el hígado debido al consumo inmoderado de alcohol. Cuando se le inquirió por su

padre dijo no saber, por ejemplo, en que trabajaba, pues cuando él murió ella tenía

apenas un año. Si recuerda, por el contrario, que el padre falleció afectado por un

cáncer en el hígado debido al excesivo consumo de alcohol:

“Bueno, mi papá se murió de cáncer en el hígado, y que fue el aguardiente, dice mi mamá, y que le destrozó el hígado, porque él y que era tronco e´vikingo, dice mi mamá, eso sí lo sé yo”

248

Los conflictos en el hogar, constante en la dinámica familiar del niño de la calle

Como afirmo en otra parte, citando a un conocido autor, los factores económicos

contribuyen a aumentar la tirantez, a incrementar las tensiones entre sus miembros.

Ello se debe, entre varias razones, a la competencia por los afectos, por los bienes o

por las oportunidades. Con frecuencia, el desastre económico produce tensiones que el

grupo no puede explicarse cabalmente. En muchos casos los individuos afectados

tratan de evadirse, escaparse de la situación a través de la ingestión alcohólica lo cual,

en vez de aliviar, incrementa los niveles de ansiedad y de descontento en cuanto el

dinero utilizable para la solución de las necesidades, se invierte indebidamente. Los

afectados por tales tensiones, atormentados por lo que en su fuero interno acaso

consideran un fracaso personal, con frecuencia ceden a la tentación de proyectar en

alguno de sus familiares el malestar general o individual, lo cual frecuentemente

desemboca en agresiones que contribuyen a desorganizar aún más la dinámica

familiar. En la familia de A.Z, de acuerdo con el texto de su entrevista, se suscitan

frecuentes peleas en lo que parece ser una competencia por el escaso alimento, lo cual,

sin duda y como añadidura a la carencia de dinero, ha influido en el escape del niño

hacia la calle.

En ocasiones, la presencia de drogas en la familia, es decir, de algún miembro que

consuma drogas ilícitas (cocaína, crack, por ejemplo) puede influir negativamente,

como en efecto lo hace, logrando desorganizar y dispersar a la familia. La madre de

M:O: se ha distanciado de su propia madre, distanciando así a los nietos de su abuela,

porque, según ella, tiene un hermano “dañado” que ocasiona conflictos familiares

cuando se encuentra bajo el efecto de las drogas..

La pérdida de la capacidad socializadora de los padres

Un tema al que se hizo alusión en la parte inicial de este Trabajo de Grado fue la

pérdida de la capacidad de los padres para educar al niño en la dirección del respeto a

los valores sociales y familiares, así como de su control; es decir, la pérdida de la

249

capacidad socializadora. Si la socialización se asume como un proceso por medio del

cual se forma a una persona como un individuo adulto de su cultura, la fuga del niño

hacia la calle representa un fracaso en la realización de ese proceso, pues el niño de la

calle está situado al margen de la cultura, aunque influido por ella; se encuentra

excluido de ella, quizás en una dimensión que se hace visible sólo cuando pide o roba

cadenas o celulares, recibiendo otra influencia también socializadora: la de la subcultura

de la calle. Este es un tema por demás amplio y difícil; pero se podría afirmar que, en

general, el escape de los niños hacia la calle representa una derrota no sólo para los

padres, sino que es una derrota que implica a la sociedad en su conjunto. Siguiendo

este razonamiento, la misión del Programa no está dirigida únicamente a rescatar al

niño de las calles, sino también a reforzar en los padres el control que puedan tener

sobre sus hijos, a reforzar la imagen del padre (cuando exista) y de la madre como

figuras de autoridad y socialización. En las entrevistas realizadas existen varios

ejemplos acerca de cómo los padres han perdido el control sobre sus hijos, pero aquí

me referiré especialmente al caso de la madre de A.Z. La madre de A. relata que uno

de sus hijos, mayor que A. fue criado por su abuela, mientras ella (la madre) trabajaba.

La abuela acostumbró al nieto bajo su control a que no permaneciera en la calle; este

control lo ejerció, además, asistida por las tías. Entretanto, A.Z. permanecía solo, ya

que la madre trabajaba y nadie se ocupaba de él:

“Sí, yo me la paso trabajando, y por eso fue que agarró la calle: A. no contó ni con su papá…Yo estoy aquí con él si no estuviera trabajando. Tuviera pendiente de todo, de todo lo que le hace falta, amor, cariño, comprensión. Por eso será también que anda en la calle”

En el origen de la pérdida de esa capacidad, está claro, se encuentran raíces socio

económicas indudables.

El mediador necesario

Con frecuencia, y de manera muy general, las madres tienden a culpar de las

conductas extraviadas de sus hijos a la influencia nefanda de alguna otra persona,

usualmente un muchacho de un poco más de edad. También en al caso de los niños

250

de la calle, cuando se entrevista a las madres, estas mencionan a otro niño, un amigo

de su hijo, quien lo indujo a abandonar el hogar y a permanecer en la calle. Un ejemplo

de ello se encuentra en la entrevista realizada a la madre de A.Z., uno de los niños

beneficiarios del Programa. Literalmente, ella realizó esta afirmación:

“Por A.X. fue que (el hijo) agarró la calle, porque él se lo llevaba todo el tiempo: vamos pa´l Centro, vamos pa´l Centro…Y allí fue donde él conoció el Centro, porque mi hijo A. era un muchacho que se la pasaba estudiando; A. no era un muchacho de la calle”.

Ahora bien, lo sorprendente no es la declaración de la madre, sino que en las

entrevistas a los propios niños, el mediador siempre aparece; así, A,M. declara que:

“M.A.B., el me llevó a la calle…me invitó a salí pa´ la calle y allí me quedé…No me gustaba casi; después fue que me decidí a salime con ellos”

Una relación similar se encuentra en la entrevista a J.P.:

“L. fue quien me empujó a la calle…me invitó pa´la calle, pa´que fuéramos a pedí”

Por supuesto, es innegable la influencia que otros niños puedan tener sobre uno de

nuestros hijos, por ejemplo, pero si existe una vigilancia y una normativa clara acerca

de la conducta de los niños, es muy difícil que un caso similar ocurra en condiciones

“normales”. Pero ya hemos visto cuan poco “normales” son las situaciones del entorno

inmediato (familiar) del niño que se va a la calle. En general, se puede afirmar que el

cuadro de contingencias existenciales que rodean a la familia del niño de la calle, y que

ye se han esbozado, contribuyen determinantemente a propiciar una pérdida de la

capacidad socializadora de los padres, máxime si la familia es empujada a la realización

de estrategias de supervivencia que involucran a todos sus miembros. Un caso patente

de estas afirmaciones se encuentra reflejado en la entrevista realizada a la madre de

A.M.

251

Estrategias de supervivencia

La tesis de que el niño de la calle ejecuta una estrategia de supervivencia, parece tener

una ratificación puntual en las declaraciones de la madre de A., quien en una larga

perorata relata la historia que nos puede llevar a explicarnos el porqué de la

permanencia de su hijo en las calles. De acuerdo con su relato, ella y sus hijos, una

hembra y un varón, se dedicaron a realizar actividades de supervivencia en las calles

luego que el marido desertó del hogar después de recibir una indemnización en la

institución donde trabajaba.

“…le dieron como que fue diez millones y de ahí no le vi más la cara…levantó el vuelo; sí; se fue con la otra mujer.

Ella vendía hallacas, el varón (A) vendía estampitas y la hembra (L) cuidaba carros. En

la actualidad ella trabaja en una institución regional, la hija estudia…y el hijo está en las

calles. En este caso específico la deserción del padre desencadenó la mendicidad en la

familia, especialmente en el hijo, y fracturó la estructura del grupo.

La mendicidad

La mendicidad constituye un mal social, revelando el desequilibrio entre las clases

sociales. La mendicidad humilla al que pide, lo condena a su propio desprecio y al

rechazo de quien le da. Los mendigos, en general, son considerados como un peligro

social, tanto porque se habitúan a la vagancia y en muchos casos se niegan a realizar

trabajos lícitos, o porque se colocan en el disparadero de realizar actividades ilícitas. El

modelo de la profilaxis social persigue a la mendicidad, que en el caso que tratamos se

convierte en una estrategia de sobrevivencia. Ya se ha notado, a lo largo de este

trabajo, especialmente en los casos de A.Z. y A.M. que se dedicaban a pedir dinero en

las calles.

252

Los riesgos de la calle

Los riesgos de la calle, problema mencionado en el planteamiento inicial de este

trabajo, son mencionados en las entrevistas, así por los niños como por sus madres. En

principio, los riesgos a la salud son puestos de manifiesto por J.P., quien enfermó del

aparato respiratorio por exposición a la lluvia y por la desatención propia de su

condición de niño de la calle. Desde otro punto de vista, y dejando de lado los riesgos

naturales, propiamente dichos, se menciona algo que, aunque no está comprobado,

está en el ambiente, como una Espada de Damocles: la posibilidad del secuestro para

someterles a prácticas ilegales: Así, J.P. afirma sus temores al decir que a los niños

“…los están secuestrando …pa´vendelos, si no, les sacan los sesos (sic)…Bueno, los riñones y el corazón…los violan, los matan también”

Estos temores son compartidos por las madres, quienes, además, temen que sus hijos

caigan en la delincuencia, manifiestan el temor de que el niño caiga en la delincuencia.

“…en un delincuente, y es peor, porque ya después de grande qué va hacé uno? Tantas cosas que uno ve aquí. Uno ve tantos hombres , se la pasan echando vainas, esos delincuentes”

Además de los peligros mencionados, a los diferentes vicios latentes, drogas y

alcoholismo, se suma la prostitución, tanto femenina como masculina, a lo cual se

refiere A.Z. en el caso de los “maricones” (sic) que seducen a algunos niños de la calle.

La iniciación en la delincuencia

A no dudarlo, la creencia popular de que el niño de la calle está vinculado a la

delincuencia es un hecho empíricamente comprobable. De acuerdo con la entrevista a

A.Z. , corroborada posteriormente por otro niño, en el área conocida como Los Tres

253

Platos, intersección de las Avenidas Manaure e Independencia, se verifica, al menos ,

una actividad delictiva por uno de los niños de la calle. A.Z. informa que uno de sus

compañeros suele robar lentes y celulares que luego vende a un árabe que opera en

el área mencionada. Esta temprana iniciación al delito se ha detenido en la mayoría de

los niños de la calle del Municipio, al menos en los doce primeros que ingresaron al

Programa.

La maduración prematura del niño de la calle

Es posible comprobar que en la calle se madura más rápidamente. Ello parece lógico.

En la calle no hay piedad; en la calle no hay contemplaciones; el ambiente es duro e

inflexible. Si se logra sobrevivir se emergerá endurecido: lo que no te mata te endurece.

A.Z., con cinco meses en la calle y diez años de edad, se refiere al período previo de su

estancia en la calle como “…cuando yo era chiquito”. Esta afirmación, aparentemente

insensata, contiene, sin embargo, una profunda verdad. Verdad en el sentido de que, a

despecho de su corta estatura y edad, el conocimiento de realidades que al niño común

le están vedados ya son cosas conocidas, familiares para él. Quizás hasta tenga algo

que informarnos en cuanto a los recovecos del delito, del vicio y los malentretenimientos

de la calle. Y ello porque, a partir del momento de su llegada a la calle, perdió su

inocencia, perdió el candor que caracteriza a la niñez.

La agresión de sus propios pares

El mismo niño a quien vengo refiriéndome, A.Z. ha sido víctima de sus propios pares,

dada su corta edad, su contextura no muy fuerte y su pequeña estatura. Especialmente

es la víctima de uno de los muchachos, L., quien tiene un comportamiento agresivo y

abusador y frecuentemente le golpea para arrancarle el dinero que ha obtenido en la

práctica de la mendicidad. Esta práctica es más o menos común; y se conoce de casos

en los cuales dos o tres se han coludido para violar a otro chico de menor edad.

El miedo a las autoridades policiales

254

A.Z. menciona un hecho que tiene el valor de una denuncia, independientemente de lo

que pueda parecer una exageración: la brutalidad policial:

“La policía nos persigue pa´ echarnos tiros, uno se mueve y nos alejan así (hace el gesto de dar puntapiés) como un perro”.

En todo caso, el temor a la policía está siempre presente en la mente del niño de la

calle, lo cual se patentiza en estas frases de A.M.

“…que lo pueden a uno matá, porque eso es lo que hacen los policías ahorita por la calle”.

Este temor parece estar fundado en hechos que han ocurrido en el pasado, ( o en la

fantasía) pues lo que he visto personalmente, dista mucho de estas declaraciones. La

policía rehúsa acercarse a los niños de la calle, alegando que la LOPNA es “muy

fuerte”, y protege en demasía a los niños de la calle, ante lo cual ellos (la policía)

prefiere hacerse de la vista gorda ante las tropelías de estos niños.

La feroz libertad de la calle

La calle, ese espacio para lo público, tiene una significación libertaria para los niños que

en elle viven. En la calle parece existir una dimensión en la que el niño ingresa y en la

cual se siente a sus anchas por permitirle manifestarse, comportarse, de acuerdo con el

principio del placer: sin normas específicas, o caso de existir las normas, estas serán de

diferente índole, más flexibles, inconsistentes hasta el punto de que casi podría decirse

que en la calle se hace posible –para el niño de la calle- el ideal de la libertad total.

Estos conceptos parecen ponerse de manifiesto en las declaraciones de J.P., por

ejemplo, quien dejó de pedir cuando se murió su abuela, pero que continúa en las

calles, ya no pidiendo, sino que, según él,

“…me voy pa´ Los Tres Platos a echá vaina con los muchachos”.

255

De igual manera, aun cuando está en el Programa, A.M. no renuncia a la calle, a la que

acude, al salir de la Casa Urupagua porque

“Agarré el vicio de estar en la calle…pa´ jugá con los muchachos, con la gente, echá broma”.

A la pregunta de si le gustaba la calle, ya no para pedir o realizar actividades de

sobrevivencia, sino para sentirse libre y hacer lo que quiera, la respuesta fue afirmativa.

Cambios conductuales

Las madres de los niños, con especial referencia a la madre de M. O. han observado

algunos cambios en la conducta de sus hijos, sin especificar algo concreto; de igual

manera se refieren a que el hijo ha aprendido algo en la Casa Urupagua, cosa de la que

se contentan. Pero la verdadera medida ( o estimación) de tales cambios, si se pueden

expresar gráficamente, se encuentran en la sección correspondientes a la Variable 3

(Capítulo VI).

Aspiraciones, búsqueda de una vida mejor

A pesar de haber vivido las situaciones traumáticas de la calle, en la actual visión de

futuro de los niños insertos en el Programa, se observa un cambio de actitud. En ese

cambio es visible e importante el hecho de que han logrado concebir la posibilidad de

alcanzar metas que antes les estaban vedadas. Tal se desprende, por ejemplo, de las

declaraciones de J.P:

“Nos llamaban los niños de la calle: Y ahora, desde que estoy en la Casa Urupagua, yo deje de pedir, desde que se murió mi abuela. Gracias a Dios la Lic. O. me inscribió en la Eugenio: Yo quiero seguir adelante para el día de mañana ser alguien en la vida”.

Y aunque con la imprecisión de quien se asoma a las nociones, A.M. expresa sus

deseos de una vida mejor:

256

“No sé; algo en la vida; pa´ tené mi casa y llévame a mi amá del barrio ese tan jodío”

Asimismo, la madre de M.O., en su entrevista, me reveló que su retoño “…quiere ser

ingeniero o algo, pa´ sacalo a uno adelante.

Estas palabras revelan un cambio en la concepción de la vida, concepción que antes

estaba limitada a la calle y a la banda; nacía en la calle y en la banda y allí mismo

moría. Es lo que se detecta en las expresiones un poco ásperas, aunque francas, de

J.P, quien ahora aparece entrever otras posibilidades para su vida:

“Sí; nosotros tenemo que estudiá, cumplí, dejanos de vergas raras; porque si antes nos jodían en la calle, ahora, en la Casa Urupagua, nos están tratando bien; podemos estudiá, hacé deporte, aprendé a trabajá”

Es posible que haya futuro para ellos.

257

6. DIAGNÓSTICO GENERAL

La pobreza extrema está presente en cada uno de los hogares estudiados. El

hacinamiento, una de las variables consideradas para determinar el estado de pobreza,

es una constante, debido a lo numeroso de los grupos familiares y a la pequeñez de las

viviendas que, usualmente, albergan hasta trece (13) personas, en apenas tres (3)

ambientes de reducidas dimensiones (4x 3 mts.). Estas viviendas, con tan poco espacio

de construcción, no sólo sirven de dormitorios a las familias referidas, sino que también

fungen de cocina, sala de estar, etc. Es decir, que todas las actividades de la familia se

realizan de manera incómoda y sin la necesaria privacidad para dormir, por ejemplo, o

sin la posibilidad de que los miembros de la familia cuenten con espacios propios para

cada persona. En algunos casos, como es el de uno de los niños que vive con los tíos,

éstos carecen de la privacidad deseable para su vida conyugal.

Y retomando el tema de la pobreza, que se mencionó al principio, oportuno es aclarar

que en este estudio se utiliza preferentemente el método de medición de la pobreza que

la CEPAL produjo alrededor de los años 60, es decir, la pobreza medida en relación con

las necesidades básicas insatisfechas. Este método me parece preferible al que utiliza

el ingreso como indicador principal, y que establece, por ejemplo, que cuando el

ingreso no alcanza para adquirir la canasta alimentaria el grupo en cuestión se

encuentra en estado de pobreza extrema. En tal caso, por ejemplo, si en una familia

dos personas trabajan, digamos en la economía informal, y la suma de ambos sueldos

es igual a 1.300.000 Bs. aparecería que son no-pobres. Mas, desde el punto de vista

estructural, si esas personas viven en una vivienda inapropiada (rancho) o que no reúne

las condiciones de servicios requeridos para la vida civilizada, desde ese punto de

vista son pobres.

En cuanto al método de las necesidades básicas insatisfechas, se establecen cinco

variables, y la presencia en el hogar de alguna de ellas determinaría el estado de

pobreza:

1. niños de 7 a 12 años que no asisten a la escuela,

2. más de tres (3) personas por cuarto para dormir,

3. vivienda inadecuada (rancho),

258

4. hogares con dependencia económica donde el jefe tenga menos de tres (3)

grado de escolaridad,

5. Sin acceso a agua por acueducto y a los servicios de eliminación de aguas

negras y excretas.

Esta es una pobreza de tipo estructural; las variables, en caso de cambiar, lo hacen con

más lentitud que lo que podría variar el ingreso.

Se considera que un hogar es pobre si tiene insatisfecha una necesidad básica de las

mencionadas; y pobre en extremo si tiene dos o más.

Adicionalmente, la mayoría de las viviendas en cuestión se encuentran absolutamente

deterioradas, en algunos casos derruidas o a punto de caerse; aunque en algunas las

paredes son de bloques, la generalidad tiene el techo de láminas de cinc.

Los entornos tampoco son favorables; en todos los casos se registra la venta ilegal de

alcohol en los alrededores, en otros la venta de drogas, así como variadas actividades

delictivas.

El ausentismo escolar, la inestabilidad laboral (en los casos de que algún miembro de la

familia tenga empleo), la mendicidad, agregado a las condiciones ya expuestas,

configuran un cuadro de condiciones existenciales deprimentes para estas familias.

Lo anterior sirve de sustrato a todo lo apreciado, en forma detallada, en el análisis de

los testimonios ofrecidos en el numeral anterior; es decir, se puede establecer una fácil

relación entre las condiciones estructurales y las conductas de los sujetos. Los

conflictos en el hogar, la perdida de la capacidad socializadora de los padres, la

adopción de estrategias sui generis de supervivencia no son sino corolarios obligados

del desempleo, la inestabilidad, las carencias de viviendas y los entornos inapropiados.

Lo tratado en este capítulo donde se examinan las condiciones materiales de existencia

y las conductas que como respuestas asumen los actores, no hace sino confirmar la

tesis inicial de la complejidad del problema en estudio.

259

CAPITULO VI: EL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE LA INCLUSIÓN DE LOS NIÑOS EN SITUACIÓN DE

CALLE

260

1. PROGRAMA INTEGRAL DE PREVENCIÓN E INCLUSIÓN PARA LOS NIÑOS EN

SITUACIÓN DE CALLE DEL MUNICIPIO MIRANDA, ESTADO FALCÓN.

Antes de la confección de este Programa se realizó un diagnóstico situacional bajo una

modalidad de investigación acción. En tal sentido, se definió el conjunto de condiciones

que afectan a los niños de la calle y que pueden ser transformadas sobre la base de

una acción planificada, utilizando las herramientas de las ciencias sociales y a través de

la praxis de un equipo multidisciplinario.

El análisis realizado reveló las situaciones sociales concretas en que se desenvuelve

el problema de los niños de la calle, así como lo inapropiado de las acciones que hasta

el momento se habían realizado en vistas a su solución. Reveló, además, que el

problema se desenvuelve en medio y como resultado de una situación de crisis social,

marcada por profundos conflictos históricos.

Lo acertado del análisis realizado, así como de los planes, primero, y del Programa,

posteriormente, se reflejan en el cambio positivo observable en la situación,

comportamiento y pronóstico del futuro de los niños comprendidos en el Programa que

a continuación se esquematiza (los ítemes marcados con un asterisco (*) están

explicados suficientemente en el aparte titulado Proceso de Inclusión o de

Reintegración):

1.1. MISION.

Brindar atención integral a todos los niños, niñas y adolescentes en situación de

calle, canalizando las acciones que favorezcan el disfrute de sus derechos y

261

garantías consagradas en la ley, con la finalidad de prevenir la realización de

conductas punibles, rescatarles de la exclusión e incorporarles en el seno de la

familia y la sociedad.

1.2. VISION.

Implantar un Programa de Atención Integral dirigido a niños, niñas y

adolescentes en situación de calle y a su grupo familiar, para transformar la

situación de exclusión y crear un mecanismo que asegure las condiciones

necesarias para la formación de ciudadanos dignos y con un proyecto de vida

saludable y respetuoso de los principios democráticos.

1. 3. OBJETIVO GENERAL

Establecer un programa integral dirigidos a la rehabilitación y prevención social

de niños, niñas y adolescentes en situación de calle

1.4. OBJETIVOS ESPECÍFICOS

• Diagnosticar la situación biopsicosocial y económica de cada sujeto de

atención

• Crear una matriz terapéutica de abordaje integral del sujeto de atención.

• Establecer planes de atención biopsicosocial para el abordaje

individualizado y grupal

• Orientar cada sujeto con necesidades de protección, capacitación,

inserción social, atención y fortalecimiento de valores afectivos a la (s)

institución (es) competente (s), según sea el caso específico.

1.5. ESTRATEGIA

Fase 1

• Observación (exploración previa, in situ)

• Registro ( censo, localización)

• Caracterización (tipificación: en la calle, de la calle, actividad, alianzas,

situación de riesgo.)

• Captación (atraer a los sujetos al Programa)

262

1.5.1. Matriz Terapéutica.*

• Encuadre (estructuración del tiempo diario)

• Normas de Convivencia

• Manual de Manejo Conductual

• Plan motivacional

1.5.2 Principios de Convivencia *.

• Respeto

• Disciplina

• Responsabilidad

• Aseo

1.5.3. Proscripciones para la Convivencia (Reglas de Oro)

• Cero sexo

• Cero drogas

• Cero agresión

Fase 2

1.5.4. Inserción en el Programa Terapéutico

• Ingreso supervisado

• Estructuración del tiempo

• Adaptación a normas sociales

• Sistema de puntos

Fase 3

1.5.5. Abordaje individualizado

• Terapia ocupacional

• Abordaje socio terapéutico

• Formación: nivelación académica, cultura, valores.

• Abordaje y terapia familiar.

263

Fase 4

1.5.6. Integración (Momentos)

• Cohesión y dinámica interna del grupo (niños, niñas y adolescentes).

• Relación entre ellos y los miembros del equipo terapéutico.

• Interrelación entre los dos grupos antes nombrados y familiares del equipo

terapéutico (hijos, padres, nietos, etc.)

con familiares de los beneficiarios del Programa.

• Inclusión de los beneficiarios del Programa en medios sociales diferentes y

externos al mismo.

Fase 5

1.5.7. SALIDA Y SUPERVISIÓN

• Capacitación para el trabajo

• Organización para insertarse en el sistema económico productivo.

• Reinserción en el sistema educativo regular.

1.6. ORGANIZACIÓN (de las actividades principales o áreas de que consta el

Programa y del personal que las realiza) :

• Dirección del Programa: una Trabajadora Social

• Área Académica *

3 docentes de aula.

1 Psicopedagogo

1 Especialista en Dificultades del Aprendizaje

1 Maestro Integral

2 Pedagogos Sociales

• Área Psicológica *

1 Psicólogo

• Área Deportes *

1 Docente Especialista en Deportes

1Especialista en Béisbol

1 Especialista en Juegos de Mesa

264

• Área de Promoción Social *

2 Promotores Sociales

• Área de Supervisión Interna *

2 Supervisores de Rutina

• Custodia *

2 Oficiales de Policía

• Equipo de Apoyo

2 Cocineras

1 Mensajero

4 Obreros

• Equipo de Calle (no consolidado aparte)*

Todo el equipo terapéutico

• Actividades de Terapia Ocupacional*

Fabricación de Máscaras de papel

Elaboración de cestas

Elaboración de papel artesanal

• Capacitación*

Barbería (teórica y Práctica)

Panadería y Pastelería

Madera (Reparación de muebles, pupitres, etc)

Huerto Escolar (cultivos de ciclo corto)

• Respaldo para Actividades de Capacitación:

Secretaría del Ambiente del Gobierno de Falcón

Equipo Técnico Agro Pecuario

• Alimentación

Menú diario preparado según normas del Instituto

Nacional de Nutrición

1.7. VIABILIDAD 1.7.1. Viabilidad social

265

El Programa ha tenido una amplia acogida en los diversos estratos sociales de la

población falconiana; y en las presentaciones públicas que ha realizado el grupo de

muchachos encuadrados en el Programa, se han suscitado comentarios alentadores y

propicios a la prosecución del mismo. No se conoce de la existencia de resistencias

sociales, de comentarios o juicios opuestos a la prosecución de esta labor.

1.7.2. Viabilidad Política

El programa está respaldado por la Fundación del Niño del Estado Falcón, quien aporta

los recursos para costear los gastos del personal, pagar los insumos de la Casa

Urupagua, transporte, etc. Además, el presupuesto del Programa ha sido aprobado por

el Consejo Legislativo del Estado Falcón, dentro del Presupuesto General de la

Fundación del Niño, la cual está dirigida por la Primera Dama del Estado Falcón.

1.7.3. Viabilidad Técnica Hasta el momento no han existido inconvenientes, más allá de los usuales en cualquier

proceso de selección, para asegurar el personal técnico requerido para el inicio y la

prosecución del Programa. Se cuenta con un registro apropiado para el caso

imprescindible de sustituir o reemplazar cualquiera de los profesionales que

actualmente prestan su servicio. Por otra parte, las especialidades requeridas están

presentes en los centros educativos de la zona occidental del país.

2. DESCRIPCIÓN DE LA MATRÍZ TERAPEUTICA

Como consecuencia del diagnóstico situacional realizado en torno al problema de los

niños de la calle en el Municipio Miranda del Estado Falcón, se determinó una serie de

indicadores que, expresados como necesidades, implicaron el imperativo de planes de

acción que permitieran satisfacer dichas necesidades. La situación de exclusión social

se estableció como el substrato del problema, derivándose de allí la necesidad de un

programa dirigido a un doble y simultáneo propósito: a) prevención, para detener un

proceso deletéreo que ya se había iniciado en los niños objeto del trabajo y, b) planes

266

que hicieran posible para con los niños de la calle, el reconocimiento de derechos

constitucionalmente establecidos, pero de los cuales ellos han estado excluidos. De allí

que los objetivos principales sean los de prevención e inclusión.

Como requisito sine qua non para cumplir a cabalidad el proceso de prevención e

inclusión, que implica la liquidación del estigma, se determinó la necesidad del

establecimiento de un programa de modificación de conductas dirigido hacia la plena

aceptación social de los niños objeto del estudio. En ese sentido, la Matriz Terapéutica

apunta hacia un cambio conductual caracterizado por a) la modificación de conductas

inadecuadas, b) la comprensión, por parte del sujeto, de las características de su

problemática, c) la elevación de sus capacidades potenciales como medio para lograr

una armoniosa relación con sus conciudadanos en el disfrute pleno de sus derechos

democráticos.

La Matriz Terapéutica esta compuesta por ocho instrumentos que se exponen en este

Capítulo y son los siguientes:

1. EL MANUAL DE MANEJO CONDUCTUAL.

2. LA DESCRIPCIÓN OPERACIONAL DE CONDUCTA DE ACUERDO CON EL

ENCUADRE

3. EL REGLAMENTO INTERNO DE LA CASA URUPAGUA

4. EL PLAN MOTIVACIONAL

5. EL SISTEMA DE OBSERVACIÓN DE LA CONDUCTA INDIVIDUAL

6. EL SISTEMA CONSOLIDADO DE PUNTOS

7. LISTA DE RECOMPENSAS O PRIVILEGIOS

8. DETERMINACIÓN DE LA PUNTUACIÓN A PARTIR DE LAS ACTIVIDADES

DEL ENCUADRE

2.1. MANUAL DE MANEJO CONDUCTUAL.

267

Este manual de Manejo Conductual es un instrumento diseñado para prevenir y

sancionar comportamientos indeseados o disfuncionales en los niños y adolescentes

beneficiarios del Programa, ya individualmente, ya colectivamente. En este Manual se

prevén sistemáticamente las situaciones que pueden significar oposición o ruptura de

las Normas de Convivencia y de la disciplina. Está orientado a corregir las conductas

señaladas a través del condicionamiento y, junto con el Plan Motivacional, estructura un

Sistema dirigido a la obtención de nuevas conductas en los niños y adolescentes

incluidos en el Programa. (Ver 2.5. Manual de Manejo Conductual en: Actividades del

Proceso de Inclusión.)

2.1.1. PROCEDIMIENTOS GENERALES:

• Aplicar el disco rayado: Persistencia y tenacidad con que se hace énfasis, día

tras día, hora tras hora, acerca de lo que el muchacho no debe hacer.

• Eliminar un privilegio: Consiste en aplicar una sanción. Dependiendo de la falta,

se elimina algo que le corresponda al muchacho, como la merienda, la práctica

del deporte o la asistencia a uno de los paseos que están señalados en el plan

motivacional.

• Señalamiento: Cuando los compañeros señalan a quien cometió una falta; cómo

lo hizo, cuándo, etc.

• Ajuste: El arreglo de un espacio determinado: comedor, cuarto de descanso;

también se refiere a las reparaciones que debe hacer el muchacho que ha

causado un desperfecto o roto alguna propiedad de la Casa

• Medida de contención física: Control directo que se ejerce sobre un muchacho

que ha perdido su propio control y puede convertirse en un peligro para los

demás o para sí mismo

• Restricción verbal: Esta medida consiste en que las personas que han

protagonizado un incidente no pueden tener ningún tipo de comunicación entre

sí: ni verbal, ni gestual ni física. Cuando exista la restricción verbal no podrán los

afectados utilizar a terceros para comunicarse

• Tiempo Fuera: Espacio donde se confina al muchacho que escenifica una crisis,

ha perdido su propio control o protagoniza una pataleta. La finalidad es la de

268

permitirle que se calme y recupere la racionalidad momentáneamente perdida. El

tiempo de la reclusión estará determinado por la edad del sujeto.

• Modelaje: Indicación acerca de cómo debe comportarse, como debe actuar: Por

ejemplo, al dirigirse a otra persona debe utilizar las normas de cortesía; al

dirigirse al comedor debe lavarse las manos, estar peinado, calzado, etc. En

cada modelaje, quien lo realice debe servir de ejemplo.

• Confrontación con el grupo El señalado por el grupo de haber cometido alguna

falta es colocado frente a sus acusadores para establecer el cómo y el cuándo

realizó la acción; se espera, de esta forma, llegar a dilucidar la verdad.

• Seguimiento: Esta medida consiste en que el afectado por tal medida siempre

debe informar dónde se encuentra y qué está haciendo. El reporte de su

situación deberá hacerlo a cualquiera de los miembros del equipo terapéutico o a

aquella persona, si tal fuere el caso, que ha sido designada para aplicarle la

medida de seguimiento

• Orientación: Consiste en aconsejar al muchacho acerca de la mejor manera de

actuar en determinados momentos.

• Tutoría psicológica. Sesiones de terapia dirigidas a modificar conductas

inapropiadas y tratar conflictos particulares del sujeto

• Intervención intensiva (Psicología, psiquiatría) Este tipo de intervención sólo se

da en caso de crisis o de graves violaciones a la disciplina y los valores de la

Casa. Es un tratamiento, psicológico o psiquiátrico, según sea el caso, dirigido a

la corrección de las conductas inadecuadas críticas.

• Talleres de crecimiento personal Sesiones formales en las cuales se tratan

aspectos relacionados con la autoestima y los valores sociales.

• Baja tolerancia: poca o ninguna capacidad para soportar las presiones propias

del grupo o de las actividades diarias, así como el respeto y consideración hacia

las opiniones ajenas.

• Prevención de disparadores: Evitación de eventos, conductas o condiciones que

puedan desencadenar comportamientos agresivos o violentos en el sujeto.

269

270

TIPO DE CONDUCTA CONDUCTA CORRECTIVO APLICADO POR:

Relación social

Oposición al encuentro

Se ignora; Pierde algún privilegio; come el desayuno de último

Psicólogo o responsable del encuentro

Actividad académica

Oposición a entrar a los talleres

Se le acumulan los talleres y debe así escucharlos doblemente; Se le hace realizar alguna comisión de limpieza durante el tiempo del taller.

Responsable del taller

Actividades de alimentación

Oposición a entrar al comedor

Deberá esperar que coma el grupo completo para él poder hacerlo; Deberá asear o acomodar el área del comedor

Supervisor de Rutina o Guía de Área

Actividades académicas

Oposición a entrar a clases

Examinar las razones (Ej. Falta de algunos útiles escolares)

Psicopedagoga (o) o Docente.

Actividades de limpieza y deportes

Oposición ante las comisiones de limpieza o deporte.

Se elimina algún privilegio. Se acumulan las comisiones. Pierde puntos del sistema.

Psicólogo Guía de Área Supervisor de Rutina

Actividades de localización

Oposición para salir de algún área.

Se deja al niño en esa área por 15 minutos sin prestarle atención.

El responsable del área en cuestión

MANUAL DEL MANEJO CONDUCTUAL Tabla No. 22

271

Actividades académicas Entrar y salir de las actividades académicas.

Dar órdenes directas, una en vez de varias; Aplicar el disco rayado; pierde puntos del sistema; eliminar un privilegio.

Guía de área o Supervisor de área.

Actividades de alimentación

Falta de hábitos en el comedor

Señalamiento dentro del comedor. Modelaje de la conducta adecuada si es necesario.

Guía de área o Supervisora de Rutina

Actividades de alimentación

Lanzar la comida dentro del comedor

Se suspende la comida al momento de la falta, retirándosele la bandeja y del área del comedor. Una vez finalizada la hora de comida debe arreglar el área del comedor. No comerá hasta que no arregle el comedor. Lavará los platos de todos sus compañeros.. Debe arreglar el comedor por una semana.

Psicólogo. Guía de área o Supervisor de Rutina. Trabajador Social.

Actividades religiosas

Realizar la oración antes de comer

Recibir formación en relación con la importancia de la oración y el aspecto espiritual como valor par el ser humano

Libre Criterio

Actividades de relación social

Falta de respeto hacia las maestras, compañeros o visitas.

Medida de contención física inmediata (se toma al niño de las manos y brazo para evitar que agreda a otro niño o a sí mismo) mientras permanezca agresivo Debe disculparse.

Psicólogo. Trabajador Social. Pedagogo Social.

Relación social

Contacto físico Lenguaje soez Burlas o amenazas

Restricción verbal por parte del agraviado. Tiempo fuera. Pierde privilegios dependiendo de la magnitud de la falta. Pierde la mitad de todos los puntos acumulados

272

hasta esa fecha en el Sistema de Puntos. Modelaje de conductas adecuadas. Orientación mediante las tutorías. Orientación psicológica.

Relación social

Hurto de algún artículo de la Casa o del personal que labora en la Casa.

En la primera oportunidad: Debe confesar su responsabilidad; debe confrontársele con el grupo, en caso de no aceptar su responsabilidad; debe devolver el artículo hurtado; pierde privilegios; pierde la mitad de los puntos acumulados en el Sistema de Puntos; tendrá seguimiento; taller sobre respeto a las pertenencias; límites; evaluación de consecuencias de actos delictivos; realizará algún trabajo: limpieza de la Casa, sembrar una planta, regar los árboles, lavar platos, etc. Recibirá orientación o tutoría psicológica obligatoriamente. El tutor deberá realizar un horario donde el niño pueda plantear su necesidad, siendo únicamente cubierta por él. En la segunde oportunidad: Si es reincidente: se tomarán sanciones legales; el adolescente será informado de dicha sanción; si es sorprendido por un profesor se le dará aviso al oficial para que lo ponga a la orden de la Fiscalía

Coordinador (a) Psicólogo (a) Trabajador (a) Social Pedagogo (a) Social Guía de ärea Supervisor (a) de Rutina

Relación de autoestima

Poseer alguna droga

Suspender los

Coordinador (a)

273

(lícita o ilícita) privilegios; pierde la mitad de los puntos acumulados en Sistema de Puntos; intervención intensiva del área de Terapia en Drogas; Referir a algún organismo de ser necesario.

Psicólogo (a) Trabajador Social Pedagogo Social Guía de área Supervisor de Rutina

Comportamientos agresivos

Destrucción de materiales de la Casa

Arreglar el daño realizado, debiendo arreglar cualquier otro daño adicional u objeto que requiera reparación; en caso de necesitarse dinero para la recuperación se le notifica a los familiares para que sean ellos quienes lo repongan; de no reparar el daño la sanción será la siguiente: perderá la mitad de los puntos acumulados en el Sistema, se suspenderá por un día, perderá las meriendas, comerá de último, tanto en el desayuno como en el almuerzo; recibirá asesoría psicológica obligatoria. Se pueden tomar sanciones legales en última instancia.

Psicólogo Trabajador Social Pedagogo Social Guía de área Supervisor de Rutina

Comportamiento destructivo

Rayar o ensuciar las paredes

Lavar el área Pintarla , si lo requiere.

Guía de área Supervisor de Rutina

Autoestima

Mantenerse descalzo

Técnica del disco rayado No puede realizar actividad ni entrar a ningún área si no está debidamente calzado.

Guía de Área Supervisor de Rutina

Autoestima

Permanecer desaseado

Aplicar técnica del disco rayado; suspender algún privilegio; atención por medio de tutorías; dar

Guía de Área Supervisor de Rutina

274

talleres sobre higiene personal.

Relación social

Mentir (utilizar falsos testimonios para tener acceso a……..☺

Utilizar el espacio de los talleres de crecimiento personal para que sus compañeros ejerzan presión grupal sobre el hecho de mentir; pierde el 25% del total de puntos acumulados en el Sistema; intervención a través de asesorías o tutorías psicológicas.

Psicólogo

Baja tolerancia en juegos y talleres

Desarrollar estrategias equitativas y por edades para evitar enfrentamientos entre los niños y adolescentes de diferentes grupos etáreos; retirar el material del juego; prohibición del uso de la cancha dependiendo de la gravedad; si se altera el trabajo de los demás niños, se retira del área (en caso de los talleres).

Responsable del juego o taller

Relación social

Separarse del grupo durante los paseos (siempre y cuando no sea una actividad libre)

Privación de la próxima salida.

Relación social Evasión del colegio Pérdida de privilegios; intervención psicológica; asesoría con el tutor;

Psicólogo

Relación social Agresión física y/o verbal contra el personal

Restricción verbal Debe disculparse Pierde privilegios Suspensión por un día. Podrá tomarse alguna de las siguientes medidas o

Coordinador Psicólogo Trabajador Social Pedagogo Social Guía de área Supervisor de Rutina

275

todas al mismo tiempo: comer de último; no tendrá merienda; botará o recogerá basura; lavará los platos; aseará el comedor; asesoría o tutoría psicológica obligatoria.

Reacción violenta Agresión hacia el transporte de la Casa

Deberá disculparse con el responsable del transporte o los agraviados; se le suspende el transporte por un tiempo determinado; debe pagar el daño causado, debe lavar el transporte con supervisión del chofer y del Guía de Área o del oficial; pierda privilegios; estará suspendido por un día; deberá trasladarse por sus propios medios

Coordinadora Psicólogo Trabajador Social Pedagogo Social Guía de Área Supervisor de Rutina

Autoestima Crisis temperamentales (Pataletas)

Ignorar. Tan pronto como el niño o adolescente está calmado se le da atención y se le orienta en cuanto a lo negativo de su comportamiento. Aplicar tiempo fuera

Guía de Área Supervisor de Rutina Psicólogo

Relación social Realización de actos sexuales o lascivos

Aplicar tiempo fuera Intervención intensiva en área psicológica o psiquiatrita, dependiendo de magnitud del problema. Si es reincidente se le aplicarán sanciones legales.

Psicólogo

276

277

278

279

2.2. DESCRIPCIÓN OPERACIONAL DE CONDUCTAS, DE ACUERDO CON EL ENCUADRE:

1. TRASLADO DESDE LA PARADA HASTA LA CASA DE ATENCIÓN

• Llega a la hora estipulada.

• Maneja normas de cortesía.

• Se mantiene sentado correctamente.

• No lanza basuras ni escupitajos en la unidad de transporte.

• Destruye o lanza piedras a la unidad de transporte.

• Acata las órdenes.

2. ENCUENTRO DE LA MAÑANA

• Maneja normas de cortesía.

• Está acicalado.

• Hace formación (puede ser en fila o en círculo).

• Dice o expresa su propósito del día.

• Expresa buenos deseos.

• Realiza noticiero del día (un punto adicional).

• Acata las órdenes.

3. DESAYUNO Y ASEO PERSONAL

• Maneja normas de cortesía.

• Se lava las manos antes y después de comer.

• Hace formación.

• Utiliza los platos y cubiertos sólo para comer adecuadamente.

• Se cepilla diariamente después de cada comida.

• Se baña diariamente.

• Cuida utensilios de aseo personal (jabón, cepillo de dientes, etc.).

280

• Colabora con el orden y limpieza dentro del comedor.

• Utiliza el agua del filtro sólo para beber.

• Cuida el mobiliario del comedor (mesas, sillas, manteles, ventiladores).

• Se mantiene en orden y en silencio durante la comida.

• Está vestido y calzado adecuadamente dentro y fuera de la Casa.

• Acata las órdenes.

4. ACTIVIDADES PEDAGÓGICAS

• Maneja normas de cortesía (buenos días, buenas tardes, permiso, gracias, etc.).

• Puntualidad.

• Responsabilidad (recibe, acata instrucciones sobre una tarea y la realiza)..

• Participa (da opiniones).

• Mantiene el orden y la limpieza del área pedagógica.

• Da el uso adecuado a los materiales del área pedagógica.

• Coloca los materiales utilizados en el lugar correspondiente luego de cada

actividad.

• Respeta el horario de las actividades.

• Respeta cada una de las normas del área pedagógica.

• Cuida la cartelera.

• Acata las órdenes.

5. ACTIVIDADES DEPORTIVAS Y RECREATIVAS

• Disposición a colaborar (ayuda al transporte de materiales, busca la pelota,

limpia el área de la cancha, etc.).

• Disciplina (acata órdenes, cuida los materiales deportivos).

• Actitud positiva (iniciativa y ánimo ante las actividades deportivas).

• Puntualidad.

• Aptitud (destrezas adquiridas).

281

6. ALMUERZO.

• Mantiene el orden y la limpieza dentro del comedor.

• Se lava las manos antes y después de comer.

• Hace formación.

• Utiliza los platos y cubierto sólo para comer o adecuadamente.

• Cuida el mobiliario (mesas, manteles, sillas, platos, vasos, ventiladores, etc.).

• Está calzado y vestido adecuadamente.

• Acata órdenes.

• Maneja normas de cortesía.

7. DESCANSO

• Cuida la colchoneta que se le ha asignado.

• Descansa tranquilamente o duerme.

• Mantiene el orden y la limpieza.

• Se mantiene acicalado.

• Mantiene conducta pudorosa.

2.3. REGLAMENTO INTERNO DE LA CASA URUPAGUA.

• La hora de inicio de actividades de la Institución es las 8:00 a.m. En caso de

que no haya transporte se recibirá a niños y adolescentes hasta las 9:00 a.m.

• Es obligatorio rendir honores a los Símbolos Patrios.

• Es obligatorio utilizar las normas de cortesía en el trato con profesores,

empleados, visitantes, niños y adolescentes.

• Todos los niños y adolescentes deben entrar al comedor a la misma hora, en

formación.

• Se debe mantener el orden y la limpieza dentro del comedor.

• El agua del filtro sólo puede ser utilizada para beber, evitando derramarla.

• Los cubiertos deben ser utilizados adecuadamente.

282

• Se debe cuidar el mobiliario del comedor, haciendo de él un uso adecuado.

• Las manos deben ser aseadas antes y después de comer.

• Los dientes deben ser cepillados después de cada comida.

• El orden y la limpieza debe ser mantenido dentro de los escaparates individuales

(lockers).

• El uniforme de la Casa debe ser mantenido limpio y en buen estado.

• Se prohíbe llevarse el uniforme de la Casa sin autorización de la Supervisora de

Rutina.

• Todos deben mantener orden y silencio durante la comida.

• Todos deben estar calzados y vestidos adecuadamente dentro y fuera de la

Casa.

• Los jóvenes deberán permanecer debidamente vestidos y calzados en la

institución.

• Debe evitarse jugar y lanzar comida en el comedor.

• Se prohíbe rayar, ensuciar y destruir paredes, muebles u objetos que

pertenezcan a la Institución.

• Es un deber de todos cuidar las carteleras.

• Siempre se observará el respeto debido al personal técnico, docente y de apoyo.

• Se prohíbe causar destrozos o daños de cualquier tipo a los medios de

transporte de la Institución.

• El comportamiento de los jóvenes deberá ser respetuoso, evitando en todo

momento la utilización de lenguaje soez y las agresiones, verbales o de cualquier

tipo, al personal de la Institución.

• Todo objeto o artículo substraído de la Institución debe ser devuelto, abstracción

hecha de la sanción correspondiente.

• Todo beneficiario que se ausentare de la Institución por un período de un mes,

injustificadamente, será retirado del Programa..

• Se prohíbe terminantemente poseer alguna droga, lícita o ilícita, así como

objetos punzantes o cortantes.

• Se prohíbe terminantemente la revisión de escritorios y/o archivos de la oficinas

de Dirección y Coordinación.

283

• Las necesidades de los beneficiarios del Programa deben ser canalizadas a

través del tutor y por éste ante los superiores.

2.4. PLAN MOTIVACIONAL. SISTEMA DE OBSERVACIÓN DE LA CONDUCTA INDIVIDUAL Y GRUPAL. El Plan Motivacional, o de Observación de la Conducta Individual, es un sistema

estructurado de modificación conductual, de carácter psico-social, que se aplica durante

todos los días de actividad en el Programa, ya sea dentro de la Casa Urupagua, en el

trayecto de la recepción de los beneficiarios del Programa hasta la Casa o, aún, en las

actividades especiales que se realicen con intervención de los beneficiarios (paseos,

actos cívicos, presentaciones, etc.).

2.4.1. Objetivo General:

Condicionar al individuo

2.4.2. Objetivos Específicos:

• Controlar, eliminando o reduciendo en intensidad y frecuencia las conductas

inadecuadas o infuncionales que se presenten en los beneficiarios, como

grupo o individualmente.

• Aumentar la frecuencia e intensidad de las conductas adecuadas o

funcionales entre los beneficiarios, como grupo o en tanto individuos.

2.4.3. FUNDAMENTO

El fundamento de este sistema fue explicado en el Marco Teórico de este Trabajo

de Grado, y está referido a que toda conducta es aprendida y, por tanto, en ella se

pueden emplear los dos tipos de control aplicables a cualquier conducta: el control a

través del refuerzo positivo y el control a través del refuerzo negativo o aversivo. El

284

control positivo indica que la probabilidad de que se presente una determinada

conducta depende de los refuerzos positivos (premios, recompensas, satisfacciones

o estimulaciones agradables) que esa conducta haya recibido en sucesivas

ocasiones .

El control aversivo representa el proceso por el que la probabilidad de que se

produzca una conducta disminuye en la medida en que genere consecuencias

desagradables (castigo, privaciones, estímulos desagradables o desaparición de

estímulos o condiciones agradables y satisfactorias).

2.4.4. METODOLOGIA Cuando uno de los beneficiarios del Programa comete alguna acción que va en contra

de lo aceptado como legal, dentro de las Normas de Convivencia, o en el sentido

general, o realiza acciones en contra de la Casa o de la disciplina, recibe una

puntuación negativa. Cuando sus acciones y su conducta sean las esperadas dentro de

las Normas de Convivencia y el Encuadre, sus puntos serán positivos. Este plan se

trabaja con números, pero cuando se vacían los resultados de la monitoría en la

Cartelera, se expresan a través de colores:

Naranja: muy mal comportamiento

Morado: inasistencia

Amarillo: comportamiento regular

Verde: buen comportamiento.

Los colores se colocan en la Cartelera para que el muchacho tenga conocimiento

permanente de su propia situación y, así, pueda realizar los ajustes convenientes. (Ver:

2.4. Plan Motivacional, en: Actividades del Proceso de Inclusión)

2.4.5. RESULTADOS ESPERADOS.

Se espera que a través del proceso de aplicación consecuente de este sistema, en un

plazo breve se puedan apreciar cambios en la disciplina, especialmente en lo que

285

respecta a la utilización del tiempo en variadas actividades, obteniendo resultados

apreciables.

Este sistema es de aplicabilidad general en grandes grupos de personas, permite

establecer conductas promedio dentro de programas predeterminados y, asimismo,

establece las bases para que los individuos internalicen los hábitos que le harán

posible planificar su vida y alcanzar el autocontrol.

2.4.6. RESULTADOS OBTENIDOS

A través de las actividades, tanto públicas como realizadas dentro de la Casa

Urupagua, se ha observado un cambio notable en las conductas de los muchachos

insertos en el Programa. Tales cambios, en muchos casos, son dramáticos en lo que

respecta, por ejemplo, a la presencia, al aseo personal; de igual manera los sujetos han

logrado, a través de sus cambios conductuales, cambiar la imagen pública que

proyectaban. Y es así como, en la actualidad, intervienen con regularidad en actos de

naturaleza cívica, social y religiosa, vistiendo el uniforme propio del Programa. Estas

afirmaciones serán tratadas en el capítulo de los Resultados, e ilustrados a través de

fotografías.

286

2.5. SISTEMA DE OBSERVACIÓN DE LA CONDUCTA INDIVIDUAL

Nombre del niño o adolescente____________________Semana del________al______

HORA ACTIVIDAD Lun Mar Mier Jue Vier Responsable 8:00 a.m. Traslado de los

niños Choferes de la

Unidad 8:30 a 8:45

Encuentro matinal. Honor a símbolos

patrios

Psicóloga

8:30 a 9:00

Aseo personal y desayuno

Supervisora de Rutina

9:00 a 10:30

Actividades académicas

Psicopedagoga

10:30 a 12:00

Actividades deportivas,

recreativas, charlas

Entrenadores

12:00 a 12:30

Almuerzo

Supervisora de Rutina y Guía

de Área 12:30 a 13:30

Descanso Guía de Área

13:30 a 15:00

Actividades complementarias

Entrenadores Psicopedagogo

15:00 a 15:30

Análisis de la Conducta Diaria

(A:D:C:D)

Psicólogo

15:30 a 17:00

Actividades deportivas en

Fundefal

Entrenadores

TOTALES Reporte Cualitativo y Cuantitativo

287

SISTEMA DE OBSERVACIÓN DE LA CONDUCTA INDIVIDUAL

2.5.1. SISTEMA CONSOLIDADO DE PUNTOS

ACTIVIDADES 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 Traslado de los niños y adolescentes

Encuentro de la mañana y honores a los símbolos patrios

Aseo personal y desayuno

actividades académicas

Actividades deportivas, recreativas, charlas.

Almuerzo Descanso Actividades complementarias

Análisis de la Conducta Diaria. (A:D:C:D)

Actividades deportivas en Fundefal

Reporte cuantitativo y cualitativo

288

2.5.2. LISTA DE RECOMPENSAS O PRIVILEGIOS

RECOMPENSAS DIARIAS PUNTOS MÍNIMOS NECESARIOS

1. Una hora de televisión 2. La merienda 3. Una golosina adicional 4. Pegatinas o calcomanías

70508060

RECOMPENSAS SEMANALES

1. Una hora de video juego 4002. Una salida a Mc. Donald 5003. Una salida al cine 5004. Una salida a Los Médanos 3005. Una práctica de deporte en Fundefal 250

RECOMPENSAS MENSUALES

1. Una salida al Zoológico 1.5002. Artículos de uso personal (ropa, zapatos, etc)

1.500

3. Una salida a conocer un museo 1.400 4. Programar un encuentro deportivo 1.000

RECOMPENSAS TRIMESTRALES O

SEMESTRALES

1. Un viaje a la playa 5.0002. Un campamento 6.000

Máximo de puntos diarios: 100Máximo de puntos semanales: 500Máximo de puntos mensuales: 2000Máximo de puntos trimestrales 6000

2.5.3. .DETERMINACIÓN DE LA PUNTUACIÓN A PARTIR DE LAS ACTIVIDADES DEL ENCUADRE

• Traslado matinal: de 0 a 10 puntos • Encuentro matinal y honores a Símbolos Patrios: de 0 a 10 puntos • Aseo personal y desayuno: de 0 a 10 puntos • Actividades Académicas de 0 a 10 puntos • Actividades Deportivas: de 0 a 10 puntos

289

• Almuerzo: de 0 a 10 puntos • Descanso : de 0 a 10 puntos • Actividades Complementarias: de 0 a 10 puntos. • Actividades deportivas en Fundefal: de 0 a 10 puntos • Traslado vespertino: de 0 a 10 puntos. En cada actividad se califica al sujeto, utilizando para ello la hoja de observación de

la conducta individual. En la tarde, durante el Análisis de la Conducta Diaria (ADCD)

se comentan o explican las puntuaciones alcanzadas por cada uno de los sujetos

durante el día. En todo caso, una actividad cualquiera, digamos, el traslado, que

tiene una puntuación de 0 a 10 puntos, puede ser calificado con una puntuación

intermedia, dependiendo del comportamiento del muchacho durante esa actividad.

En la hoja Sistema Consolidado de Puntos los números de la fila superior se

refieren a los sujetos; en cada actividad se colocará la puntuación semanal

alcanzada individualmente.

3. NI PREVENCIÓN ESPECIAL NI RESOCIALIZACIÓN: INCLUSIÓN

Prima facie, podría caerse en la tentación de considerar el programa que se propone

dentro de los lineamientos de la prevención especial positiva, dentro de la cual tienen

especial aplicación las llamadas ideologías re por Zaffaroni (2000). No obstante, la

prevención especial positiva, igual que el proceso de resocialización o reinserción

social, suponen, dentro de la criminología, la existencia de un sujeto que delinque y la

aplicación de una pena, de un castigo corporal (Baratta, 1986, 1991, 1996; Ferrajoli,

1997; Muñóz Conde, 1982), siendo la aplicación de la ideologías re algo concurrente.

Es de advertir que en los casos estudiados en este trabajo de grado no se dan los

supuestos fundamentales: los sujetos no son delincuentes ni puede se les puede

aplicar penas. En general, los muchachos de la calle no constituyen una .población

delincuente, sino de excluidos. En todo caso, aun cuando las características

especiales de la población aludida implican la necesidad de establecer un encuadre

dentro del cual se imprima una orientación dirigida a desterrar hábitos inconvenientes o

290

inadecuados y a adquirir otros que se consideren convenientes para el desempeño

ciudadano, al proceso no se le puede calificar de resocialización . Y no sólo, se insiste,

porque el niño de la calle no cumple con los requisitos para la resocialización; es decir,

de haber incurrido en un hecho punible, sino porque, en realidad, la causa determinante

en el programa que se propone es su condición de excluido. .

Por lo demás, el término resocialización ha sido objeto de controversias que escapan al

propósito de este trabajo (Ver Baratta, 1986,1991, 1996; Ferrajoli, 1997: Muñóz

Conde,1982; Zaffaroni, 2000 ).

3.1. PROCESO DE INCLUSIÓN O DE REINTEGRACIÓN. Los especialistas (equipo terapéutico), junto con el personal de apoyo y la participación

de la familia, en la medida en que esto sea posible, son los factores cuya actividad

conjunta, integrada, han de planificar y realizar el proceso de inclusión del niño de la

calle en el proceso social del cual estaban excluidos. Este proceso de inclusión lleva

implícita la prevención, es decir, la detención del agravamiento de la conducta que en

la calle podía enrumbarse en un itinerario que podría llevarlo a la comisión de actos en

contra del ordenamiento jurídico.

La conducción de este proceso corre a cargo, inexcusablemente, del equipo

terapéutico, quien se convierte en el generador de las actividades del programa,

teniendo como instrumentos principales los que integran la matriz terapéutica

El personal de apoyo interviene también, activamente, en el proceso, por medio de la

observancia y vigilancia en el cumplimiento de la normativa, informando al equipo

terapéutico, en caso de transgresión..

A este respecto, es de vital importancia, dentro de la concepción del Programa, que el

comportamiento de todos los que intervienen en el mismo esté acorde con la normativa

existente, puesto que no sólo esta basado en el aprendizaje en las aulas, en las

terapias personales o en las diversas actividades formativas e informativas, sino que

juega un gran papel el modelamiento, de acuerdo con las tesis de Bandura. La parte

291

fundamental de este proceso se realiza dentro de un espacio, de un ambiente, la Casa

Urupagua, que permite centralizar, dirigir y supervisar las diferentes actividades.

El proceso de inclusión-reintegración, se cumple en tres fases que estarán

determinadas, en su transito, por la respuesta que se observe en cada niño, o el grupo

como tal, ante los estímulos que se les ofrezcan en el sentido del cambio de las

conductas inadecuadas y en el cambio hacia la aceptación y asunción de nuevos

valores.

3.1.1. ESCUELA PARA PADRES

La familia, en el caso de que exista, debe ser estimulada a participar activamente en el

proceso, no sólo por los imperativos legales de la LOPNA, sino también, y esto es de la

mayor importancia, como factor comprometido conscientemente en la dirección de

alcanzar los fines del programa, de recuperar y de rescatar la autoridad perdida frente al

niño de la calle. Desde este punto de vista, la Escuela para Padres, es decir, el grupo

dentro el cual se incluyen los padres y representantes de los muchachos, para participar

en encuentros, discusiones y conferencias formativas, es de vital importancia.

Esta institución funciona sobre la base de reuniones y encuentros en los cuales se

tratan aspectos puntuales relacionados con la problemática dentro de la cual transcurre

la vida del muchacho y su familia. Los trabajadores Sociales, el Psicopedagogo, los

Pedagogos Sociales, así como el resto del Equipo Terapéutico, organizan los talleres y

conferencias que serán presentados en los encuentros. En general, el primer y

principal objetivo es el de realizar un trabajo de concienciación de los padres, en el

sentido de que rescaten la autoridad y el liderazgo perdido o disminuido frente a sus

hijos y su familia. Como ya se sabe, esa pérdida es una consecuencia del proceso de

deterioro estructural de la familia que ya se analizó en el marco teórico de este trabajo.

En cada encuentro se trata un tema particular. Hasta el momento se han realizado tres

encuentros y se han tratado, respectivamente, los siguientes temas: 1. La Calle: el Gran

Peligro Para Nuestros Hijos. En este tema se trató lo relacionado con el riesgo social

que enfrenta el niño en la calle, 2. Ser un Buen Padre es Ser un Líder. En este tema se

hizo hincapié en la necesidad de rescatar el papel de líderes dentro de la familia, así

292

como las técnicas para lograrlo; 3. Con motivo de la Navidad se trató el tema La Familia

y la Unión en el Momento de la Navidad, destacando los valores de la unión, la

solidaridad, la preocupación y el afecto entre los miembros del grupo, 4. El Cuarto

Encuentro tuvo como tema Un Nuevo Año: Una Nueva Visión Familiar, en el cual se

indujo a los padres a elaborar sus proyectos de vida conjuntamente con sus hijos.

Próximamente se celebrará el Quinto Encuentro.

3.1.2. AMBIENTE CONTROLADO La casa Urupagua se concibe como un ambiente controlado, estructurado, donde se

usa un modelo jerárquico con etapas de adaptación (tratamiento) que propenden a

establecer un proceso de inclusión en niveles crecientes de responsabilidad social. Se

espera que, al integrarse, la identificación y los vínculos con la vida en la calle del

muchacho aminoren y sean sustituidos por nuevas actitudes, comportamientos y

responsabilidades prosociales.

La condición fundamental de la Casa Urupagua consiste en integrar en un plan racional

y deliberado las actividades diarias, con miras a lograr determinados objetivos,

especialmente los relacionados con el cambio de conducta y la internalización de

valores distintos a los de la calle.

Este proceso diario, que tiene lugar, regularmente, durante cinco días a la semana y en

un horario de 8:00 am. a 5:00 pm., tiene la desventaja para los beneficiarios del

Programa, de dejarlos sin ninguna supervisión directa, entre las 5:00 pm., hora en que

son entregados en sus respectivos hogares por el transporte de la Institución, y las 7:00

del día siguiente. Lo mismo ocurre durante los fines de semana, pues desde el viernes

a las 5:00 pm hasta las 8:00 am del lunes, los muchachos están absolutamente libres

para realizar la actividad que deseen. Por supuesto, los padres, de acuerdo con lo

establecido legal y tradicionalmente, deben velar por sus hijos, pero el problema de los

niños de la calle se caracteriza, entre otras cosas, por el hecho de que los padres tienen

muy poco o ningún control sobre ellos.

293

La comunidad de Urupagua deberá tender a abrirse hacia la comunidad en una fase

posterior. Al comienzo se concibe como semi-cerrada, centrada en sí misma, hasta que

el grado de madurez psico social alcanzado por sus miembros, en general, le permita

abrirse a una relación respetuosa con el resto de la comunidad.

En un principio la actividad está centrada, como ya se dijo, en la Casa misma. El

objetivo a cumplir durante esta fase inicial es el de alcanzar la cohesión y dinámica

interna del grupo, venciendo las resistencias normales entre personas que, muchas

veces, se desconocen; esto ocurre entre los muchachos, que al principio provenían de

grupos diferentes y hubo que hacer un trabajo de integración, de reconocimiento y

aceptación mutua, para garantizar una verdadera y eficaz acción de grupo. En un

segundo momento se comenzó la interrelación entre los miembros del grupo de

muchachos y los del equipo terapéutico. Alcanzado el reconocimiento y un respeto

básico por parte de los muchachos, el equipo terapéutico abrió el compás y se unió a

los muchachos en actividades que les incluían e incluían a familiares del equipo (hijos,

padres, sobrinos, etc). Esta medida, siendo una muestra de confianza, contribuyó a

relajar las tensiones entre los muchachos y los dirigentes de la Casa. La tercera fase

amplió más el espectro de relaciones, y consistió en incluir a los muchachos y a sus

familiares en actividades que comprenden a medios sociales y grupos diversos,

externos a la Casa Urupagua.

3.1.3. MATRIZ TERAPÉUTICA El proceso en cuestión se alcanza a través del manejo de una matriz terapéutica

aplicable al grupo. Esa matriz surge de la consideración acerca de lo específico del

problema del niño de la calle, del hecho de que tal problema no es uno de salud ni de

educación, por ejemplo, sino que comprende esos aspectos y varios más, para conocer

los cuales hubo de realizarse un diagnóstico que envolviera las dimensiones biológicas,

psicológicas y sociales del niño. De allí surgieron indicadores que se expresaban como

necesidades, con las cuales se elaboraron planes de acción, tanto individuales como

colectivos, que permitieran satisfacerlas. Por supuesto, al diagnosticar las necesidades

de cada muchacho, o al evaluar las respuestas a los estímulos de los planes, se detecta

una diversa velocidad y capacidad de respuesta individual: unos son más rápidos en

294

sus respuestas, algunos tardan más de lo esperado para reaccionar ante los nuevos

estímulos; pero otros están muy adelantados. La finalidad de individualizar los planes,

en este caso tratamientos, se basa en el propósito de formarles para que se

desempeñen como individuos, para que adquieran conciencia de su unicidad y, por

ende, de su responsabilidad ante sí mismos y ante la sociedad.

De este proceso educativo, de rehabilitación, esperamos que surja un ciudadano que

cumpla, de manera preliminar, con los cuatro principios del Programa, que son: el

principio de disciplina, el principio de respeto, el principio de responsabilidad y el

principio del aseo.

3.1.3.1. TERAPIA DE CHOQUE

Con motivo del inicio de las actividades del Programa, el equipo terapéutico se formó

para actuar igual que los niños de la calle: con solidaridad, unitariamente, practicando

el movimiento permanentemente en grupo. La finalidad de esta conducta grupal era la

de enfrentar la conducta agresiva que los muchachos habían implantado como norma

en la Casa Urupagua, a la cual asistían poco, pero cada vez que iban dejaban un rastro

de indignación en el personal que allí laboraba.

Cuando llegaron, previa la convocatoria del nuevo equipo, se les mostró la nueva

realidad sin ningún tipo de adorno, escuetamente, sin sensibilidad, sin afecto, fríamente.

La terapia de choque consistió en eso, y en decirles que, de allí en adelante, las cosas

funcionarían de acuerdo con las normas impuestas por el equipo terapéutico. Se

esperaba, por supuesto, la resistencia del grupo de muchachos, acostumbrados como

estaban a hacer su voluntad en la Casa Urupagua; se sentirían retados. Cuando

expresaron sus resistencias y desacuerdos se les hizo una oferta: el Sistema de

Puntos, basándonos en que ellos son grandes negociantes. En este sistema ellos

tienen la oportunidad de ganar o perder; porque ellos ganan o pierden si quieren, no

porque el equipo lo desee.

Fueron, entonces, dos pasos: en primer lugar, la terapia de choque, explicándoles cual

era la propuesta y cual era el funcionamiento. Luego, al tener ellos la convicción de que

295

habría alguien colocado en una posición de superioridad, por encima de ellos y por

encima del equipo terapéutico, tendrían que asumir que alguien iba a dirigir todo. En

segundo lugar, para poder reducir la oposición que los muchachos evidenciaban, se les

planteó el sistema de puntos, lo que para ellos consiste, ni más ni menos que en una

negociación.

Por otra parte, el acuerdo ratificaba el carácter participativo del trabajo que habría de

realizarse. Al comienzo, algunas normas no fueron aceptadas, pero las negociaciones

posteriores lograron unos acuerdos en relación con esas normas y con el sistema

general. Y como una evidencia de la participación, todos los premios parten o son

establecidos de acuerdo con las sugerencias de los muchachos.

3.1.4. ESTRUCTURACIÓN DEL TIEMPO (ENCUADRE)

La estrategia dentro de la casa Urupagua consiste en una estructuración del tiempo

durante un período de aproximadamente 8-9 horas diarias. Se comienza con el arribo

de los muchachos a la unidad automotora, que los recoge a las 8:00 a.m. en un sitio

establecido de común acuerdo entre ellos y la Coordinadora. Desde allí son

transportados hasta la Casa. Durante todo el día, hasta las 4:00 pm., se realizarán

variadas actividades, pero regimentadas de acuerdo con un programa preestablecido,

que comprende actividades académicas hasta el mediodía, un período de descanso y

luego, a partir de las 2.00 pm. actividades culturales (música), deportivas y de terapia

ocupacional. Cada actividad tiene un responsable principal y un observador, que debe

vigilar en todo momento el cumplimiento de los reglamentos y las normas.

La distribución del tiempo es la meta del encuadre; enseñar a los muchachos a

administrar el tiempo es el objetivo. Con el encuadre deben a aprender que cada

actividad es importante, que el tiempo es importante. Que no es lo mismo tener una

planificación según uno o varios objetivos que deban ser alcanzados en un solo día o,

por otro lado, no alcanzar ninguno porque no hubo planificación ni se establecieron

objetivos ni metas.

En el nivel psíquico, el encuadre persigue disciplinar a los beneficiarios del Programa,

puesto que son evaluados en cada actividad que realizan, y eso ocurre desde que

296

abordan el transporte que les recoge por las mañanas hasta que les regresa a sus

hogares. Están siendo permanentemente evaluados por el conductor de la unidad, por

las cocinera, por los profesores, por el Custodio. Son evaluados durante todo el día y en

cada una de las actividades previstas en el encuadre.

3.1.5.. EL REGLAMENTO. (NORMAS DE CONVIVENCIA)

El actual Reglamento es el resultado de varias mesas de trabajo en las cuales participó

todo el equipo terapéutico. Este instrumento tiene la particularidad de que establece

muy pocas normas de tipo negativo; es decir, sólo contempla cinco (5) casos en los

cuales se prohíbe algo de manera expresa; y esto, cuando la norma no permite otra

redacción debido a su naturaleza de mandato, cuando no admite discusión posible.

Antes bien, las normas indican lo que se debe hacer, excluyendo implícitamente lo que

en otros instrumentos normativos está expresamente prohibido.

Las normas fueron redactadas de esta forma debido a que la personalidad de los

muchachos es retadora, desafiante y oposicionista. Y, si entre ellos mismos son de esa

manera, al establecer normas prohibitivas se sentirían retados; y se se hubiese creado

una competencia permanente entre el grupo o equipo terapéutico, por una parte, y el

grupo de los niños de la calle, por el otro. Y precisamente, por venir de la calle, ellos

tienen la percepción de que pueden con todo y contra todo; es decir, sienten una

especie de fuerza omnipotente que se les ha instalado en sus conciencias al haber

superado los avatares de la calle. Así, se decidió redactar el Reglamento, es decir, Las

Normas de Convivencia, de manera positiva. Las normas contienen, igualmente,

órdenes, aunque formuladas de distinta manera. Un ejemplo de estas normas sería el

siguiente: “Utilicemos el agua del filtro sólo para beber”. Ya se sabe, entonces, que la

posibilidad de lavarse las manos con el agua del filtro está excluida; tampoco pueden

jugar con el agua, etc..

297

3.1.6. PLAN MOTIVACIONAL Objetivo: condicionar al individuo.

Cuando la persona comete alguna acción que va en contra de lo que está planteado

como legal o en contra de la Casa, sus puntos son negativos. Cuando sus acciones y

sus conductas sean las esperadas dentro el Reglamento, las Normas de Convivencia y

el Encuadre, sus puntos serán positivos. Es solamente el premio o el castigo. El

refuerzo positivo y el refuerzo negativo. Estos son los principios del Plan Motivacional.

Este plan se trabaja con números; empero, cuando se vacían los resultados del

monitoreo y sus ejecutorias, en la cartelera, se manejan colores: Naranja, muy mal

comportamiento, morado, inasistencia; rojo, mal comportamiento; amarillo,

comportamiento regular; verde, buen comportamiento.

Para que los muchachos tengan conocimiento de su propio estado, esos colores son

manejados en una cartelera. De esa manera ellos podrán saber qué han hecho bien o

qué han hecho mal; si deben puntos. El sistema de puntos funciona así y tiene un

trabajo muy sencillo: tiene premios semanales, puntos mensuales. Cuando alguno de

ellos asume una conducta oposicionista – desafiante, simplemente se le suspende el

premio del día, que es una merienda (golosina). Cuando tiene un comportamiento

normal, es decir, ajustado a la normativa diaria, alcanza su premio diario. Y cuando

tienen un comportamiento excepcionalmente bueno tienen un premio especial, un

incentivo adicional (golosina doble, libro…depende.) Y de acuerdo con los colores se

van ganando los premios del mes. Generalmente estos premios consisten en paseos

(mensuales). Por ejemplo, si tienen una pataleta, si tienen un comportamiento muy

malo, automáticamente pierden el premio mensual. Para merecer el premio mensual no

deben tener más de tres puntos anaranjados, debe tener más de tres puntos verdes y

pasar una evaluación previa que se les hace para determinar su estado de ánimo en

relación con el viaje, por ejemplo, el disgusto que éste les pueda causar, la oposición

que tenga con respecto el mismo, etc. De igual manera, en el caso de los viajes, se les

suministra una información previa, se les da una preparación de una semana. Un

ejemplo sería el de una visita al zoológico. Durante la semana anterior se les habla

científicamente de todos los animales que habrán de observar en el zoológico; se les

clasifica desde el punto de vista taxonómico: vertebrados, felinos, carnívoros, etc.

298

Luego se les hace una evaluación que deberán superar, indicando que prestaron

atención y realmente están interesados. Quien reúna los puntos y supere la evaluación

irá al paseo. Si demuestra ignorancia, desinterés, desidia, indisciplina, etc. no irá al

zoológico.

3.1.7. MANUAL DE MANEJO CONDUCTUAL El manual de Manejo Conductual es un Instrumento donde se prevén sistemáticamente

las situaciones que impliquen oposición o ruptura de las normas de Convivencia o de la

disciplina requerida para la realización de las actividades diarias de la Casa. En el

Manual también están explicitadas, correlativamente a las oposiciones o conductas

disruptivas, los correctivos aplicables y la persona o personas que han de aplicar el

correctivo. Asimismo, y de manera también correlativa, existe en el manual una

columna denominada observaciones donde se registra una serie de indicaciones

prácticas para asegurar y facilitar la aplicación del correctivo de que se trate.

3.1.8. PRINCIPIOS DE CONVIVENCIA 3.1.8.1. RESPETO El respeto, segundo valor de la tabla del Programa, se refiere al reconocimiento de los

derechos y peculiaridades del Otro, se refiere, además, al trato requerido para mantener

una interrelación provechosa en cualquier medio social. Dentro de este principio se

incluye la necesidad de un vocabulario apropiado con los valores del hogar y de la

escuela, es decir, proscripción de las expresiones soeces e insultantes.

3.1.8.2. DISCIPLINA El principio de disciplina preside la tabla de valores por la muy sencilla razón de que la

disciplina, como esfuerzo para alcanzar la constancia y dirigir la voluntad hacia un

objetivo determinado, se constituye en una herramienta indispensable en el logro de

nuestros objetivos en la vida. Sin disciplina no se pueden alcanzar las metas de la

educación, ni conservar un empleo, por ejemplo. Eso, por lo que corresponde a la

299

disciplina personal, y por lo que tiene que ver con la disciplina social, la conducta

individual, al ser regulada por elementos externos al individuo mismo, le imponen

comportamientos cuyo reverso lo constituyen las sanciones aceptadas socialmente.

Esta disciplina social está íntimamente relacionada con el principio de respeto.

3.1.8.3. EL TIEMPO FUERA. Se le llama tiempo fuera a un procedimiento utilizado para controlar a los niños o

adolescentes que, en un momento determinado, pierdan el control de sí mismos y

presenten un ataque de ira. Este comportamiento, conocido comúnmente con el nombre

de pataleta, es frecuente entre los niños de edad escolar, siendo fingido algunas veces

y persiguiendo el desconcierto de los padres para manipularles. Entre los niños y

adolescentes del Programa, ha consistido en un rapto de cólera genuina, generalmente

como reacción ante alguna frustración, por pequeña que sea, lo cual ocurre cuando

ellos desean alcanzar algo de manera ilícita, de acuerdo con las normas, y no lo pueden

lograr; también ha ocurrido cuando se dan cuenta de que son descubiertos en alguna

manipulación, hurto o violación de alguna norma. La conducta agresiva o

heteroagresiva, de violencia incontrolada, caracteriza estas pataletas. Cuando ocurren

estos arrebatos de cólera, los terapeutas deben aplicar la contención mecánica para

controlarlo y evitar que produzca daños a sí mismo, a otros o a las instalaciones. Así,

con el fin de permitirle al niño o adolescente que experimenta una pataleta que alcance

el control necesario, que se calme, que se serene, se le aísla en una sala pequeña por

el tiempo necesario y bajo vigilancia.

Las pataletas fueron una estrategia que los niños y adolescentes de la Casa Urupagua

utilizaron exitosamente en el pasado reciente, antes de que se constituyera el presente

Programa. En aquel entonces, los niños y adolescentes de la Casa se insubordinaban,

agredían a los profesores, se subían al techo, lanzaban piedras a los alrededores y

destruían las instalaciones de la Casa. Con esta actitud, que generalmente iniciaba uno

de los niños y que después se generalizaba, obtenían casi todo cuanto querían, sin dar

nada a cambio ni establecer ningún compromiso.

300

En la actualidad, y después de instituido el Programa, las pataletas individuales casi

han desaparecido debido al establecimiento de un sólido control de las actitudes y

comportamientos individuales a través del tratamiento psicológico y la aplicación

rigurosa de la normativa interna. Los amotinamientos colectivos desaparecieron, hasta

ahora, de manera total. Casi puede decirse que la sala del tiempo fuera no ha sido

utilizada en mucho tiempo, pero continúa existiendo como un símbolo de la prevención,

que en cualquier momento puede ser utilizado en la práctica.

3.1.8.4. ASEO

El aseo, el cuarto principio de la tabla de valores específicos del Programa, tiene un

alcance que trasciende las conveniencias que la higiene tiene para el individuo, pues se

constituye en un elemento de interrelacionamiento social, de aceptación o de rechazo

para el sujeto. De esta apreciación puede deducirse la importancia que el aseo tiene

para los beneficiarios del programa en términos de posibilidades de inclusión, ya que

implica una consideración de respeto para con el Otro.

3.1.8.5. EDUCACIÓN (VER 4.3. en este mismo Capítulo) 3.1.9. PROSCRIPCIONES PARA LA CONVIVENCIA. Pueden ser consideradas como normas de oro. Su transgresión amerita expulsión del Programa

• CERO SEXO • CERO DROGAS • CERO VIOLENCIA

4. ACTIVIDADES QUE SE REALIZAN EN EL PROCESO DE INCLUSIÓN 4.1. ALIMENTACIÓN. De acuerdo con la bibliografía ( Brown, 1965; Craviato y Arrieta, 1982), desde el

enfoque de la psicología y la enseñanza, aparentemente, ya es inútil discutir sobre la

naturaleza genética y ambiental de la capacidad mental y el comportamiento. En cada

capítulo del desarrollo del organismo humano, la herencia y el ambiente tienen un peso

específico a la hora de determinar el rendimiento y el nivel de ejecución. Entre los

301

factores ambientales, la ingestión de una dieta adecuada en cantidad y calidad ha sido

considerada desde el inicio de la pediatría como prerrequisito para el logro de un

crecimiento y desarrollo normal. En ese sentido, y visto desde la perspectiva a que nos

obliga el tratamiento de los niños de la calle, habría que comprobar, en primer lugar, si

en efecto los beneficiarios del programa presentan, en el momento de su captación,

evidencias de desnutrición o deficiencia nutricional. Determinar si existen daños

biológicos (escaso crecimiento físico, desarrollo cognoscitivo bajo, defectos en las

habilidades de comunicación, fracaso escolar, baja resistencia a las enfermedades,

etc.)

El hecho de la alimentación puede ser considerado en varias dimensiones (Craviato y

Arriéta, 1982). La dimensión fisiológica tiene como unidad de medida los nutrientes; la

función de éstos es proporcionar al organismo las substancias químicas necesarias

para el crecimiento y la conservación y la regulación del metabolismo. Una segunda

dimensión, la psicofísica, está dada por las características organolépticas del alimento

al proporcionar una serie de estímulos sensoriales (textura, aroma, sabor, temperatura),

situados en un plano distinto al del contenido calórico, por ejemplo, y pueden

convertirse en objeto de disfrute.

La tercera dimensión es de naturaleza psico social, y está relacionada con el tiempo de

comida (desayuno, almuerzo, meriendas, cena). El valor que la familia y la sociedad

conceden a los alimentos, a las comidas, además de la nutrición misma, adquieren

desde esta óptica, valor simbólico, ya sea como una forma de castigo (privación de

alimento), de premio (golosinas, postre), como mecanismo de integración o

relacionamiento social (banquetes, invitaciones a cenas), como característica propia de

un grupo étnico (peculiaridades culinarias), celebraciones (las cenas o almuerzos en

bodas, comuniones, etc.). También el hecho de las comidas familiares o comunitarias

constituyen, en el terreno estrictamente simbólico, una oportunidad para determinar

rangos, roles, status. Las normas de la etiqueta en una comida familiar, por ejemplo,

sirven para indicar el papel más elevado de un visitante, el lugar privilegiado del pater

familia, y la relación categorial de los comensales. Considerado lo anterior, resulta fácil

darse cuenta de la importancia, no sólo de proveer alimentos enmarcados en una dieta

balanceada, sino hacerlo en un espacio estructurado, es decir, en un comedor cuyo

302

acceso está mediado por el cumplimiento de unas normas que presiden el acto de la

nutrición, antes, durante y después de la ingestión del alimento. Piénsese, por ejemplo,

en el hecho de que para entrar al comedor los niños han de estar correctamente

vestidos, calzados, con las manos limpias y el pelo ordenado; piénsese en que deben

de hacer una fila ordenada donde el de menor estatura está al frente, indicando que los

más débiles tienen prelación; concíbase una mesa con catorce puestos a cuya cabeza

se coloca la persona de más edad, o el profesor que ese día tiene la responsabilidad de

la disciplina.

Pero volvamos al hecho fisiológico. Establecido ya el papel de los alimentos en el

metabolismo, en el Programa se ha tomado muy en cuenta ese papel; se tomó la

decisión de suplir a los beneficiarios con una dieta apropiada y, para el efecto, se

remitió al Instituto Nacional de Nutrición una consulta que fue respondida con la

indicación normativa de varios menús adaptados a las necesidades del Programa.

Cada dos meses los niños son pesados y medidos, constatándose el efecto positivo

que la alimentación que están recibiendo ha producido, pues de los tres niños con

desnutrición que había al comienzo del programa, todos se han recuperado sin que,

aparentemente, el anterior estado de desnutrición les haya dejado secuelas.

4.2. PSICOTERAPIA E INFORMES PSICOLÓGICOS.

La psicoterapia está entendida en el Programa como una forma de intervención dirigida

a tratar los desajustes de personalidad, los conflictos intrapsíquicos y las alteraciones

de la conducta; esta actividad puede ser realizada, tanto por el Psicólogo como por al

Trabajador Social, según sea el caso.

Además del trabajo de estudiar la personalidad particular de cada uno de los

muchachos del Programa, labor que realiza el Psicólogo mediante el uso de diversos

tests (Test de la Figura Humana de Karen Machover, Test Guestáltico viso motor de

Lauretta Bender, de la familia, del hogar) y de la observación clínica, también son

examinados por el Psicólogo algunos trabajos que los muchachos realizan en la terapia

ocupacional, como las máscaras, su expresión, su textura, etc., que constituyen

elementos reveladores de aspectos psicológicos, conductuales y de personalidad.

303

Todos estos datos se integran en una descripción analítica de la personalidad del

muchacho y se mantienen, por supuesto, en el nivel de confidencialidad propio de

estos informes.

4.3. EDUCACIÓN

La educación, es decir, la acción dirigida a desarrollar las facultades intelectuales,

físicas y morales, así como, en general, transferir la cultura, los conocimientos,

habilidades y destrezas acumuladas socialmente, capacita para la sobrevivencia en un

medio cada vez más competitivo. En el sentido anotado, dentro del Programa se hace

un gran esfuerzo para poner la educación formal al alcance del niño de la calle; y el

primer paso es el de determinar el estadio o el nivel educativo (formal) en que se

encuentra y hacer un esfuerzo para ubicarlo en el nivel correspondiente a su edad

biológica, de acuerdo con los parámetros establecidos en el país. Asimismo, y dentro

del desarrollo del mismo principio de educación, se hacen esfuerzos para capacitarles

en oficios o habilidades laborales que les permitan, a corto plazo, obtener dinero en

forma lícita y como producto de su esfuerzo. Dentro de este principio, el de la

educación, se comprende también la formación de un individuo que tenga criterio

propio, capacidad de discernimiento, es decir, el desarrollo de la capacidad intelectiva

para percibir y expresar la diferencia entre valores, entre lo bueno y lo malo, entre lo

permitido y lo prohibido, entre lo justo y lo injusto. Esta tarea es imprescindible, pues si

en la actualidad la mayoría de ellos goza de una inimputabilidad relativa, en poco

tiempo se encontrarán dentro de la presunción juris tantum que se establece, al cumplir

18 años, acerca de su plena responsabilidad.

La Educación corre a cargo de un grupo de profesores en distintas especialidades y

para diferentes niveles.

Dentro de la primera evaluación del grupo en estudio se detectaron dos (2) niños

analfabetas. El trabajo de enseñarles a leer corre a cargo de una Psicopedagoga

especialista en aprendizaje e iniciación a la lecto escritura. Asimismo, hay un Profesor

dedicado a la nivelación académica de los muchachos a través de un programa

especial conectado a la Misión Robinson. También en el Programa trabaja una

304

Licenciada Especialista en Dificultades del Aprendizaje, que labora conjuntamente con

el programa de nivelación académica.

Uno de los temas más utilizados es el de la identificación de animales, así como la

realización de composiciones escritas acerca de ellos, de la historia y la cultura popular

venezolana y otros temas importantes. No obstante, el énfasis se pone en la lectura, la

escritura y las matemáticas.

La enseñanza de los valores está a cargo de una Pedagoga Social, quien también está

encargada de inducir a los muchachos a la construcción de su Programa de Vida, que

se expresa gráficamente en una especie de collage llamado Mandala.

En general, el fin último de estos profesionales es el de lograr que los muchachos del

Programa se integren al sistema formal de educación del país.

4.4. DEPORTES

Dentro del Programa se considera el deporte como una herramienta de primera

importancia para contribuir a la transformación del niño de la calle. Eso, a diferencia de

la consideración que pueda hacerse en torno al deporte como elemento del desarrollo

físico, de la resistencia, de la estatura, etc.

Siguiendo en ese orden, considérese que, si en un muchacho que lleve una vida

familiar y escolarizada, lo que comúnmente se denomina una vida “normal”, el deporte

se constituye en elemento de la forja de su personalidad, cuál no ha de ser la

importancia que el deporte revista en el caso del niño de la calle, del muchacho alejado

de la familia, de la escuela y socializado en la riesgosa cultura de la calle.

El deporte produce una atracción natural en el muchacho, quien, pleno de energías,

necesita una válvula de escape para esa fuerza concentrada en él. Por esa razón, el

deporte resulta altamente atractivo para los jóvenes en general. Y a través de la

oportunidad que brinda la práctica de las variadas modalidades deportivas, es posible,

como efectivamente se constata en la práctica, formar al muchacho, además de

305

físicamente, en el compañerismo, la cooperación y la disciplina. Además, y ello no es

poco importante para la formación personal, quien practica deportes se ve enfrentado a

retos, a desafíos individuales en los cuales puede resultar exitoso a través del

esfuerzo y de la aplicación de la voluntad.

Dentro del Programa no se tiene planteado la formación de atletas de alta competencia;

empero, si ocurriera, como ha ocurrido, que alguno de los muchachos de la Casa

Urupagua se destaca en un deporte determinado, se le brindará, por supuesto, todo el

apoyo necesario. Mas esa situación se dará por añadidura y no como un objetivo

explícito del Programa.

En la práctica diaria de los deportes se procede, como en casi todas las actividades de

la Casa Urupagua, estimulando la participación y el respeto. Así, ya en la cancha, el

profesor plantea la posibilidad de practicar éste o aquél deporte. Se hace una votación

y se respeta el resultado de la elección.

Asimismo, se induce a respetar, como es lógico, todas las reglas del juego de que se

trate, y también, como algo muy importante, las figuras jerárquicas que se establecen

en los deportes (entrenadores, mánagers, etc.). Se les hace ver que, en cierto modo, el

deporte es un reflejo de la vida, con sus reglas y sus estrategias; con sus órdenes y

sus jerarquías. Y que así como en el campo de juego se respeta esa cadena de

mandos y ese conjunto de reglas, también en la familia debe respetarse a los padres,

tíos, abuelos, etc. y a las normas y valores reguladores del funcionamiento familiar;

pues la familia funciona como un equipo y dentro de éste existen roles intercambiables

con o asimilables a los de la familia. A través del deporte, entonces, se hace una

semblanza de la vida diaria que se considera importante para que le sirva de modelo

al muchacho en formación.

En la actualidad laboran en el Programa tres entrenadores deportivos. La principal

actividad de este equipo está dirigida a los juegos en grupo, a fin de crear lazos entre

los muchachos y entre éstos y el personal del Programa. A ese fin, el personal practica

con ellos cualquier disciplina deportiva, es decir, los deportes de campo, como el

béisbol, el softbol o el fútbol. La natación, otra disciplina de importancia dentro del

306

Programa, es practicada todos los viernes y los profesores entran a la piscina con ellos;

pero en este caso los papeles se cambian, pues en la piscina los profesores son

alumnos de los muchachos, quienes ya están iniciados en esa disciplina, y sólo uno de

los miembros del equipo terapéutico, el Trabajador Social, sabe nadar.

En estas actividades deportivas se suelen realizar competencias de persona a persona,

con el fin de aumentar las motivaciones, por ejemplo, uno de los jóvenes, M.B., tiene

una conducta oposicionista y rebelde, mientras que G. es lo contrario. A ellos se les

pone a competir y G. ha tenido más éxito. A partir de esa motivación los rebeldes han

cambiado paulatinamente su conducta. Uno de los muchachos de la Casa ha competido

nacional e internacionalmente, como resultado de estar adscritos al Programa, y ha

obtenido varios reconocimientos y premios. Este joven está en una clasificación más

avanzada dentro del Sistema de Puntos del Programa.

Los deportes que se practican y dentro de los cuales compiten los jóvenes del

programa, aparte de la natación, el fútbol y el béisbol, ya mencionados, son los 100

metros planos, el bateo, alguno juegos populares venezolanos (la carrera de sacos, por

ejemplo). Se considera que la competencia que se establece en el campo deportivo es

estimulante. Por otra parte, los muchachos del Programa, según la apreciación de sus

conductores y la mía propia, están acostumbrados a la competencia en la calle:

competencia con otras personas, competencia entre ellos mismos, con los vehículos,

con los animales, hasta por un lugar en la calle…La vida en la calle es un acto

permanente de competencia-sobrevivencia.

4.5. MUSICA

La música tiene para el Programa la finalidad de contribuir a la transformación de la

conducta del niño y del adolescente de la calle y estructurar una personalidad adaptada

a las necesidades de la vida democrática y respetuosa de los valores de la vida en

sociedad y expresión de la creatividad del ser humano. En el Programa se les explica

que la música es uno de las más altas creaciones de la cultura y de la espiritualidad.

Igualmente se les introduce en la técnica musical, entendida ésta como la lectura de las

claves, de las partituras a través de las cuales se representa la música, pudiendo

307

transmitirse de generación de generación el legado cultural que ella representa.

Fundamentalmente se les enseña el uso, la lectura de la clave de Sol, que en la música

escrita sirve para registrar la parte melódica.

El efecto que se persigue con la enseñanza de la música, además, es el de la

motivación y el de la disciplina, pues sólo con esta última es posible alcanzar el

dominio, tanto de las partituras como el instrumento de que se trate. Toda asignatura

tiene una disciplina. La música, especialmente, requiere concentración y dedicación,

de manera particular en lo referente a la teoría: De esta manera, los patrones y rutinas

de la música desarrollan la dedicación metódica del educando.

De acuerdo con el maestro que enseña música en la Casa Urupagua, los muchachos

insertos en el Programa tienen la misma capacidad que otras personas para la música,

con las diferencias individuales, que siempre existen; pero algo distintivo es que estos

muchachos quizás tengan más posibilidades, ya que presentan una curiosidad muy

desarrollada, y al estar en contacto con algo nuevo se sentirán tan estimulados que

lograrán actuar igual o mejor que otros. Han demostrado que tienen un enorme

potencial. Por otra parte, la música les crea un aliciente adicional para salir de la

situación de calle.

El cultivo espiritual es uno de los fines de la música, ya que a través de ella las

personas podemos expresar sentimientos, visiones y conceptos que trasciendan las

posibilidades de otras expresiones intelectuales humanas.

La música, además, produce un estado de relajación, produce una sensación de

calma, permite controlar el stress, condición que está presente en el niño de la calle

debido a las peculiaridades competitivas y violentas intrínsecas de la vida en la calle;

la música produce un efecto liberador, contribuye a calmar la ira y a serenar los

espíritus.

308

4.6. ACTIVIDADES CÍVICAS Una de las características del niño de la calle, al estar excluido de la escuela, es que

desconoce o no experimenta las emociones propias del patriotismo, del amor a su

ciudad, a su historia, a su nación. Carece, por supuesto, en sus conductas, del celo por

las instituciones e intereses de la patria que se inculcan en la escuela,

fundamentalmente, como parte de la educación regular. Una de las actividades que se

han iniciado en la Casa Urupagua tiene que ver, precisamente, con el conocimiento de

las nociones de patria, libertad, democracia. Todas las actividades de la Casa están

enmarcadas y tienden a formar en el niño o adolescente beneficiario del programa, el

comportamiento respetuoso del ciudadano con las normas de convivencia pública, con

el respeto a la dignidad humana y a los Símbolos de la Patria, como representación de

la idea compleja de Patria-Nación –Ciudadano. En ese orden de ideas se hacen

esfuerzos permanentes para sembrar en los muchachos ese respeto y ese celo de que

hablo. Y en el área formal de la conducta, juega un importante papel la manifestación

precisa del culto a los símbolos, idea y sentimiento nuevo para los niños de la calle,

pero de la cual habían tenido noticia sin llegar a compartirla y, mucho menos, a

asimilarla personalmente. Así, desde hace varios meses se instituyó en la Casa la

ceremonia diaria de rendición de honores al Pabellón Nacional, así como el entonar el

Himno Nacional, ceremonia que se realiza todas las mañanas en cuanto los muchachos

arriban a la Casa y como antesala de cualquier otra actividad.

Asimismo, la comunidad de la Casa ha participado en otras actividades Cívicas fuera

del recinto de la Sede y con ocasión de celebraciones patrias o Efemérides Nacionales.

4.7. ATENCIÓN EN SALUD.

Una de las condiciones particulares del niño de la calle es el de su exposición a

diferentes enfermedades, tanto por el hecho de su exclusión de los planes oficiales

regulares que desde el punto de vista epidemiológico se llevan a cabo en el país, como

por su permanencia en las calles, expuestos a los más diversos agentes patógenos, sin

ninguna protección. Cuando son recibidos dentro del programa se les hace una revisión

médica exhaustiva y se confecciona una ficha médica en la cual se establecen los

períodos de control médico y los tratamientos a que haya lugar. Igualmente se procede

a aplicarles las vacunas requeridas

309

Uno de los exámenes a que son sometidos lo constituye la prueba toxicológica, que en

todo el grupo, afortunadamente y en contra de las expectativas, arrojó resultados

negativos. Se buscaba detectar consumo de Cannabis y cocaína. El examen se realizó

a través de orina, y el comportamiento que permita sospechar el consumo de algún

estupefaciente o la inhalación de algún disolvente no ha sido observado en el grupo

objeto de este estudio.

4.8. TERAPIA OCUPACIONAL

Tradicionalmente se ha considerado a la Terapia Ocupacional como un tratamiento

paramédico que implica una actividad útil, planeada, que favorece la recuperación de

una persona afectada por una enfermedad mental o una incapacidad física que algunas

veces podría ser la consecuencia de un accidente.

Dentro del Programa de Prevención e inclusión a que me he venido refiriendo, la terapia

ocupacional se utiliza para reactivar o habilitar unas capacidades que, o resultaron

perdidas o nunca se desarrollaron merced a la situación de exclusión a que han estado

sometidos los niños de la calle. En realidad, se trata de unas capacidades físicas, de

unas capacidades mentales no desarrolladas, de unas capacidades físicas y mentales

afectadas por el proceso traumático que, en general, comporta la situación de

exclusión. Dentro del Programa la terapia ocupacional está al cuidado de una

Pedagoga social, cuya actividad ha estado dirigida a desarrollar en el niño de la calle

las habilidades y destrezas necesarias para la fabricación de máscaras de papel, lo

cual implica una serie de actividades de tipo artesanal y que tiende a obtener un

resultado cercano a lo artístico.

Esta terapia se centra en la coordinación de funciones musculares y nerviosas que

tienden a desarrollar las capacidades sensoriales, motoras y perceptoras. En el plano

psicológico están encaminadas a la realización de actividades útiles, que producen un

resultado tangible y proporcionan al sujeto que interviene una satisfacción real al

obtener triunfos escalonados. De esta manera, el sujeto vencerá la falta de confianza en

sí mismo, la escasa autoestima, el stress y hasta la depresión. Por medio de la terapia,

y esto es algo clásico, se establece, en general, un balance entre el juego, el trabajo y

310

el descanso. Se maximiza la función independiente y el sujeto es visto como alguien

capaz y no como un impedido.

Los trabajos de artesanía que en esta terapia se han confeccionado, se utilizan,

igualmente, como muestras de la expresión de sentimientos y tendencias del sujeto, por

lo cual han sido objeto de análisis psicológico.

Dentro de estas actividades de terapia ocupacional también pueden considerarse otras

actividades realizadas en la Casa, como las Jornadas de Arborización, que lograron

absorber toda la atención y el esfuerzo de los muchachos y del equipo terapéutico en

pleno, así como las actividades en torno al Festival del Volantín, lo cual implicó la

participación en una arraigada tradición de la ciudad de Coro.

4.9. ACTIVIDADES RELIGIOSAS

El Programa no prescribe, per se, las actividades religiosas, aunque por razones de

estricta observancia de los Derechos Humanos tampoco puede prohíbirlas o

restringirlas. En una palabra, aunque el programa tiene una orientación decididamente

laica, se respeta el principio de la libertad de religión y de cultos. Debido a ello, vale la

pena destacar que dentro del Programa se ha realizado una serie de actividades

religiosas, y que las mismas se iniciaron a petición expresa de los propios muchachos.

Hace unos cuatro meses varios de ellos manifestaron su deseo de bautizarse y de

asistir a misas celebradas dentro de las actividades regulares del Programa, lo cual fue

acogido prestamente por el equipo terapéutico y es así como hasta el momento se han

celebrado misas en los Encuentros en Familia y toda la comunidad de Urupagua

participó con un Vía Crucis en las jornadas de la Semana Santa del año 2006. En este

Vía crucis el papel asignado a Cristo fue protagonizado, exclusivamente, por varios

muchachos del Programa, que se turnaron para cargar la cruz en las diferentes

Estaciones.

311

4.10. RECREACIÓN

Dentro del Programa se realizan constantes actividades recreacionales que operan

como recompensa por los comportamientos observados por el grupo o por cada

individuo en determinados periodos, a la vez que como instrumentos para obtener la

distensión del stress acumulado por las exigencias del encuadre y del resto de los

instrumentos formativos. De igual manera, esta recreación cumple tanto con algunos

requerimientos de orden educativo en lo referente a conocimiento de la Naturaleza

(visitas a los zoológicos), de la historia (visitas a sitios arqueológicos), como de

liberación de tensiones y utilización del ocio (viajes a los balnearios).

4.11. ACTIVIDADES SOCIALES

Uno de los objetivos (o de las fases) del Programa, señala la interrelación entre los

niños y adolescentes, los miembros del equipo terapéutico y la comunidad externa a la

Casa Urupagua. Esta fase se ha cumplido exitosamente, toda vez que el conjunto de

muchachos del Programa ha estado presente en diversos actos públicos, con

excepcional acogida por parte de los sectores asistentes, cosa de gran importancia,

tanto para cada uno de ellos, antes objeto de señalamiento negativo, como para la

Casa Urupagua, puesto que de esta manera su prestigio ha acrecido entre la

comunidad Falconiana. Entre los diferentes actos que ha participado Urupagua, cabe

mencionar las festividades de Año Nuevo 2005, realizadas en el Teatro Armonía de

Coro, donde el conjunto musical de la institución, integrado por muchachos del

Programa, interpretó aguinaldos, villancicos y gaitas navideñas. También se ha

participado en los diversos desfiles que la Fundación del Niño ha organizado para El

Día del Niño, Día de la Mujer, etc.

4.12. PROYECTO DE VIDA (MANDALA)

En general, los niños de la calle siempre están integrados a bandas pequeñas o

grandes, con mayor o menor vinculación a actividades delictivas o, también, unidos a

otros por lazos de simple amistad. Tal como se afirmó en los capítulos iniciales de este

312

trabajo, se observa en los grupos referidos un comportamiento grupal marcado, casi

tribal; una conducta territorial y una solidaridad automática entre ellos. De igual manera,

en tales grupos el individuo, el niño de la calle, carecía, o no expresaba, objetivos

determinados en la vida, al menos de los aceptados y señalados social e

institucionalmente. Así, el niño de la calle carece de proyecto de vida ,de perspectivas;

el proyecto es la banda misma, nace y muere en la banda. El niño de la calle no puede

romper el círculo en que se encuentra encerrado para producir un cambio; antes por el

contrario, su conducta limitada está a las pobres perspectivas de la banda; igualmente

está constreñida por el estigma y la valoración negativa que el resto de la sociedad le

atribuye y el niño de la calle reproduce en su acción al aceptar y vivir el rol que otros le

asignan.

Partiendo de estas premisas, y como respuesta a las necesidades que de su análisis se

desprenden, resulta imperioso producir un cambio de perspectiva en el niño de la calle,

de hacerle tomar conciencia de su propia situación, de la necesidad de superarla y,

posteriormente, guiarle en el camino de visualizar su futuro.

Con tales propósitos se le induce a la confección de un programa de vida, de un

instrumento que le facilite la visión de su porvenir; es decir, se le induce y se le instruye

en la confección de un proyecto. El primer paso en la elaboración de ese proyecto es la

determinación de las condiciones de partida siguiendo en consideraciones en las cuales

se detalla lo que se quiere hacer. Así, partiendo de las preguntas ¿quién soy?, ¿cómo

soy? , ¿adónde quiero llegar?, se establecen y clarifican las características generales

de su situación actual y se fijan los objetivos para superarla..

Este proceso de construcción de un Programa de Vida se plasma en la Casa Urupagua

a través de una especie de collage llamado Mandala, haciendo alusión a ese dibujo

complejo, generalmente circular, con que en el budismo y el hinduismo se representa a

las fuerzas que regulan el Universo y que sirve como apoyo a la meditación.

El Mandala confeccionado en la Casa Urupagua está hecho sobre una superficie

cuadrada en cuyo centro se coloca un dibujo o una frase que sirve de punto de partida,

y de la cual irradian las preguntas y las respuestas que el niño de la calle

313

paulatinamente, en un período que puede ser de semanas, de acuerdo con su

madurez, va encontrando.

A través del Mandala, el muchacho va, progresivamente, analizando su presente y

prefigurando su futuro, lo que él considera que ha de ser su evolución como persona.

Se espera que éste sea un instrumento de auto convencimiento, un instrumento de

motivación vital para el niño de la calle en la Casa Urupagua.

314

GRAFICO No. 3

ESQUEMA DE ACTIVIDADES DEL PROCESO DE INCLUSIÓN

PERSONAL DE APOYO

MATRIZ TERAPÉUTICA -ENCUADRE -NORMAS Y PRINCIPIOS DE CONVIVENCIA -MANUAL DE MANEJO CONDUCTUAL -PLAN MOTIVACIONAL

FAMILIA EQUIPO TERAPÉUTICO

ESCUELA PARA PADRES

PROCESO DE INCLUSIÓN.

ACTIVIDADES: -ALIMENTACIÓN -PSICOTERAPIA -EDUCACIÓN -DEPORTES -MÚSICA -ACTIVIDADES CÍVICAS -ATENCIÓN EN SALUD -TERAPIA OCUPACIONAL -ACTIVIDADES RELIGIOSAS -RECREACIÓN -ENCUENTROS SOCIALES

PROYECTO DE VIDA

(MANDALA)

PROFESIONALIZACIÓN AUTORREALIZACIÓN

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5. TESTIMONIOS DE LOS ESPECIALISTAS ENTREVISTAS: LUGAR : CASA LA URUPAGUA. FECHA: 22 – 11 - 05. ENTREVISTADO: PROFESOR JERRY GUTIÉRREZ.

1. La pregunta que yo le hago al Profesor Jerry, después de una corta introducción es ¿Cuál cree él que es el papel o cómo ve el papel que el deporte juega en el proceso terapéutico que se está siguiendo en la Casa Urupagua en relación con el Programa de Prevención e Inclusión? Bueno a manera de introducción yo le quería decir, el deporte a nivel de la Fundación

del Niño, yo desde que llegue aquí hace cinco años noté, que la parte deportiva y la

parte de recreación no eran prioridad para la Fundación del Niño, lo vi con mucha

preocupación y se lo manifesté a la Primera Dama del Estado, a la entonces Directora

de la Urupagua, la necesidad que había de incentivar, de motivar, de atraer a los

muchachos a través del deporte y la herramienta que era el deporte para su desarrollo

como persona. Eso era cuando la Fundación del Niño trabajaba con niños, entre

comillas, “normales”, muchachos que estaban en actividades escolares normales ( se

refiere a muchachos escolarizados) y aquí nosotros le dábamos un apoyo: si esos

muchachos tenían necesidades de deporte y recreación para reforzar esos valores que

ellos tenían en sus casas, imaginese la importancia que tiene para los mal llamados

muchachos de la calle, muchachos con problemas. Para ellos esto es básico.

Primeramente nosotros utilizamos al inicio un programa; nosotros hablábamos del plan “

A “, que se comenzó con una buena orientación, se comenzó a atraer a los muchachos

a través del deporte. Usted sabe que un muchacho con la pelota en la mano, para ellos

eso es muy importante, la parte del ejercicio físico, los juegos, los juegos tradicionales,

los juegos recreativos; eso les llama mucho la atención a ellos. Entonces, a través de

eso, en la parte de recreación, los paseos, a través de eso, nosotros logramos en ese

momento -con otro personal que había aquí en la Fundación- atraer un poco los

muchachos. Es ofrecerle a los muchachos algo que a ellos les guste; bueno y qué más

que la parte de deporte, porque en un principio, cuando se utiliza para atraer a los

muchachos, es porque los muchachos por naturaleza, los niños sienten atracción por

equis, deporte: por un balón, por una pelota, o sea, a través de eso nosotros los

316

traìamos aquí a la Casa Urupagua, pero nada más, hasta ahí, porque no había

programa, ni metas ni objetivos… Ahora, luego que ellos están dentro de este

Programa, de un verdadero programa, aquí, el deporte pasa a formar parte, o lo vemos

desde otro punto de vista, que es la formación. A través del deporte nosotros formamos

esos muchachos, porque nosotros les inyectamos la parte del compañerismo, la

cooperación, la disciplina, del ver el desarrollo entre ellos mismos, el ver entre sí que

uno de ellos progresa a nivel deportivo es un reto para el otro; eso podríamos llamarlo

incentivo interno entre ellos mismos. El deporte como tal es un vector importante y

trascendental. Con estos muchachos nosotros no les estamos exigiendo, porque no es

la idea, nivel de competencia, no es la prioridad. Si algunos de ellos logra desarrollarse,

y descubrimos en él habilidades naturales, que puedan llevarlo a ser un atleta de alta

competencia, perfecto; pero como paso inicial no queremos eso. Lo que nosotros

queremos, primero es que ellos hagan más placentera su estadía aquí, eso es

importante. Que ellos vean que la Fundación, que el Programa no solamente es rígido

en la parte académica o que ellos vean que es un fastidio, que son conferencias, que

son charlas, que son regaños; sino que ellos vean que aquí también pueden jugar,

pueden expresar todas esas inquietudes y drenar todas esas energías, que las tienen

por cantidades. Entonces, en un principio del Programa la parte deportiva es recreación,

tratar de que esos muchachos, como dije anteriormente, drenen esas energías

acumuladas, lograr en ellos ese sentido de compañerismo y cooperación que es super

importante, además de superación. Luego , por las condiciones -y usted lo sabe- no

son condiciones optimas, ya que nosotros tenemos aquí las limitaciones que tenemos.

Sin embargo, nosotros hemos logrado que ellos lleguen aquí a las siete de la mañana y

pregunten: ¿Profesor, a las diez vamos pa’ deporte, verdad? Eso es importante. Ellos

entran a sus actividades académicas, a sus actividades de desarrollo en las artes

plásticas y esas cosas y yo creo que toditos están esperando la hora de ir a deporte;

entonces, eso es un logro (- y ellos aceptan el cuadro-). Nosotros hacemos esto si

tenemos esto. Entonces, a través del deporte hemos logrado algo, contribuimos a

mantenerlos aquí. Ya tenemos dos atletas, mas o menos, no de alta competencia, pero

que si figuran dentro del organigrama de Fundefal (Fundación Deportiva del Estado

Falcón) como atletas de mediana competencia. Esos muchachos son G.B. y M. S., y

eso fue un logro de la Casa Urupagua. Eso fue por un acuerdo que se logró con los

entrenadores de Fundefal para que ellos, además de las actividades físicas y

317

recreativas que desarrollaban aquí, fueran a la instalación a trabajar en función de un

deporte específico. Entonces, allí cabe lo que te estoy diciendo, no solamente es

deporte, recreación, compartir, motivación, sino que además de eso, nosotros podemos

lograr, sin buscarlo, porque nosotros no lo estamos buscando, un desarrollo de esos

muchachos como atletas. Ahora, el objetivo es desarrollarlos como personas.

En el deporte, te voy a poner un ejemplo, en un equipo de béisbol, dentro del campo

hay nueve jugadores, dentro de esos nueve jugadores hay un capitán, el resto de los

ocho jugadores tienen un respeto, vamos a poner entre comillas la palabra “respeto”

hacia el capitán. El capitán de ese equipo recibe directrices del coach o directamente

del mánager, es una cadena: yo lo respeto a él, él me respeta a mi y así

sucesivamente, ¿ me entiende?, hasta el mánager general, que es el que dirige las

actividades en el terreno. Entonces tú allí estas viendo que el muchacho esta viendo

que hay un orden de jerarquias a través del deporte, igualito en el baloncesto, en el

voleibol. Hay jerarquías entre los equipos, entonces estos muchachos, al ver estas

jerarquías, saben que eso, por lo menos uno se lo hace ver, que eso es un reflejo de la

vida; que así como es en esos equipos, así va a ser en su trabajo, en su casa; si ellos

son hijos tienen que respetar a los tíos, a la madre, a los abuelos, porque es como un

equipo. Entonces, a través de esas actividades que nosotros realizamos, nosotros mas

o menos apoyamos. Tanto el Profesor Maikel y el Profesor Elier Martínez, nosotros a

través del deporte, ayudándolos en su salud, en la parte emocional, pero también

formándoles los valores, que a través del deporte nosotros podemos hacer una

semejanza con la vida diaria. Es una cuestión que se ve compleja, pero a mi me resulta

fácil porque la viví como atleta, yo fui atleta de alta competencia y ahora la estoy viendo

como resultado de este Programa, que realmente a pesar de las limitaciones

económicas, de instalaciones, hemos logrado que los muchachos se sientan bien, que

los muchachos se activen a nivel deportivo, que despierten y que se motiven.

2. Desde mi punto de vista, la presencia de una persona que dirija el deporte, es indispensable en este Programa; y eso es una cosa que no se puede limitar en un tiempo. Bueno, decir “hasta dentro de tres meses”. No; no, eso no puede ser. Mientras dure este Programa tiene que haber entrenadores deportivos, no hay duda. Ahora bien, yo quiero hacer una pregunta ¿Cuál es el pronóstico que usted hace del Programa en relación con los niños de la calle?

318

-Bueno, a mi no me gusta pronosticar; yo soy malo para pronosticar; me gusta

Magallanes y tiene tres o cuatro años que no clasifica, pero por el camino que vamos,

con el trabajo que se está haciendo, con el equipo que está, independientemente de las

diferencias que en todos los trabajos y en todas las oficinas las hay, creo que por

primera vez la Fundación ha logrado compactar un equipo de trabajo serio, que cada

profesional en su área es el idóneo y todos los profesionales que estamos, claro

encabezados por la Licenciada Oriana, sabemos el norte que tenemos. Yo le hice un

comentario a la Licenciada Montilla, en el mes de septiembre, cuando se hizo el cambio

de Coordinadora. Yo me iba del programa, yo había decidido irme, porque la

Coordinadora que estaba en ese momento no llenaba mis expectativas. Cuando la

Licenciada me dice, que qué creo yo, entonces de la vuelta de la Licenciada Oriana a la

Urupagua, yo le dije perfecto. Porque en el poco tiempo que ella estuvo al frente yo ví

los cambios; y no porque usted este aquí; lo puedo decir aquí, lo puedo decir allá;

porque yo de eso no vivo. Esas cosas uno tiene que reconocerlas: honestamente con la

Licenciada nunca tuve confianza, mas bien el primer día que ella llegó me dijo cuatro

cosas, tuvimos un encontronazo; pero ninguna de esas cosas me iban a limitar a decir

que me parecía excelente que viniera, inclusive cuando la vi en la Fundación me dio

tanta alegría, que le di un beso.

3-¿Por qué?- Porque nosotros, los que estamos involucrados en esto, que sabemos que si esto

fracasa fracasamos nosotros, que nos interesa, que esto vaya a buen puerto, y si la

persona que va a dirigir, -nosotros pensamos, esa es mi opinión-, es una persona

idónea, eso me produce alegría, porque esto va a ser un triunfo; más adelante nosotros

vamos a recoger, y por eso es que yo quiero estar aquí, los frutos de esta cosecha.

La tarea es dificilísima y lo que no espera es más fuerte, pero yo creo que con los

muchachos que tenemos hasta los momentos, que eran muchachos desadaptados

completamente, no podemos hablar de muchachos que no sirven. Pero si hay algo que

se parece a eso, eso es lo que nosotros teníamos aquí. Les hemos visto un cambio

radical, en la manera de expresarse, en la manera de hablar; inclusive hemos

descubierto en algunos de esos muchachos que pueden ser hasta oradores, tienen

hasta escena. El problema era darle la confianza y darle las herramientas. Entonces yo

319

creo, es mi humilde opinión, bueno inclusive hasta en la parte deportiva, nosotros

prácticamente no podíamos trabajar, porque eso se formaba un parampanpán, un

bululú: el uno quería hacer una cosa, el otro quería hacer otra… entonces había doce,

quince, veinte muchachos que cada uno quería hacer una actividad diferente.

Imagínese que en ese momento estaba yo como profesor de deporte…Solamente

ahorita ya nos organizamos: llegamos a la cancha, a los muchachos les planteo: tienen

dos actividades hoy, cuál actividad quieren rechazar… hacemos una votación; eso es

disciplina; llegamos a un acuerdo y eso se ha venido logrando no solo en las

actividades deportivas, sino por el apoyo y colaboración de los demás docentes,

quienes en sus respectivas áreas han hecho mas o menos un trabajo parecido,

limitándose a su función, pues cada uno dentro de su especialidad ha incentivado cada

uno de estos valores. Yo creo que los muchachos lo han asumido, estamos cerca, nos

faltan ciertas cosas, nos falta recursos humanos de otras áreas

4. ¿Qué áreas?-

Por ejemplo, yo hable, y vengo hablando desde hace mucho tiempo, inclusive lo dije en

la última reunión que tuvimos en la casa del Gobernador del estado, que aquí hay

muchachos farmacodependientes, hable que aquí hay muchachos que consumen

piedra, marihuana. Bueno, las cuestiones mas baratas; entonces esos muchachos

necesitan un tratamiento aparte, aquí se les hizo un examen de orina en la clínica de la

policía, bueno a raíz de tantas cosas, yo todos los días le decía a la Licenciada Oriana,

vamos a hacerles un examen. Se les hizo un examen de orina, pero sucede que ese

examen, que esos rastros solamente son válidos las últimas setenta y dos horas, pero

si consumen antes de esas setenta y dos horas no aparece ningún rastro, lo mas fuerte

es que no se lo hicieron a los que eran, a los que yo dije, los que yo pensaba… que

pensaba no, que los he visto; no fueron esos; entonces ¿que hicimos? nos engañamos.

No los muchachos están sanos y otros que estaban allí no quisieron orinar. Yo se

cuales son los pasos y es una cuestión muy difícil hacerles un examen de sangre, un

examen, no se, porque realmente no se el termino. A nivel deportivo se hace facilito, y a

nivel del deporte un examen antidoping, no es necesario tantas argucias jurídicas.

Simplemente se hace, sino no compiten. Entonces, igualito aquí, se le hace y si no, no

puede estar en el Programa; o sea, buscar la manera de obligarlos a hacer algo así.

320

Bueno, esa parte es una deficiencia. La parte psíquica, aquí no se necesita solo un

psicólogo o un pedagogo, aquí se necesita un psícopedagogo social , aquí se necesita

un psícopedagogo, porque la función del psicopedagogo es enlazar lo que es la parte

mental, con las actividades y el aprendizaje del muchacho, aquí hay muchos

muchachos con problemas de aprendizaje y el psicólogo no lo puede solucionar por si

solo, necesita la ayuda del psicopedagogo, para la parte psíquica un psiquiatra es super

importante, porque aquí los muchachos con traumas familiares, todos sabemos que son

hogares rotos, que son hogares desintegrados, pero además de ello hay muchachos

abusados, golpeados, abusados sexualmente. Eso es grave lo que estoy diciendo, pero

yo lo considero así; yo aproximadamente hace diez años, yo fui dirigente vecinal y a mi

me hicieron un foro en el diario la Mañana y a mi me preguntaron qué pasaba en mi

comunidad, que pensaba yo de las drogas. Yo le dije que yo pensaba que un setenta

por ciento de los muchachos entre quince y diez y nueve años, del sector donde yo

vivía, eran drogadictos,¿ por qué? porque yo los veía, yo jugaba con ellos, en la

especialidad mía, que es el baloncesto, se usa mucho los estimulantes. Y se formó un

escándalo en mi comunidad, casi me sacan a piedra los padres, qué por qué yo decía

eso, que sus hijos no eran drogadictos. Eso fue un foro que me hicieron a media página

completa del diario la Mañana, todo el mundo lo leyó, los padres me decían que yo

estaba loco, “ mira mi hijo no es drogadicto”, bueno yo lo que dije fue que si son los que

son. Era una realidad que se trataba de ocultar, aquí yo no quiero que se oculte.

Nuestros muchachos necesitan ayuda para ese problema, porque si nosotros no lo

atacamos no vamos a obtener resultados. Y la parte del psiquiatra es trascendental.

Aquí los muchachos, y me pueden apoyar los otros docentes, no tienen esa atracción a

primera vista hacía las mujeres; nosotros, en la parte de deporte hemos piropeado a las

muchachas para que ellos lo hagan y no lo hacen; pasa una muchacha bonita y uno de

los doce o catorce, es el que dice: esa muchacha si está bonita, si esta buena. Los

demás voltean la cara, pero entre ellos mismos si se tocan, se buscan; entonces eso es

una deficiencia bien fuerte, porque entre ellos se buscan la imagen paterna, la imagen

materna, la imagen de hermano, la imagen de hermana, la imagen de la mujer que ellos

necesitan… yo no se, es algo que a nivel psíquico y psicológico debiera investigarse.

Entonces, son muchas áreas que faltan, pero estoy seguro que con la ayuda de la

Primera Dama, con el trabajo que viene haciendo la Coordinadora, se va a lograr.

321

5. Lo que usted afirma llama mucho la atención. ¿ No cree usted que esa conducta elusiva, como de inhibición ante la mujer, hacia las muchachas, tenga algo que ver con su condición de sujetos víctimas del estigma? Recuerde que ellos han estado sometidos por mucho tiempo al desprecio, a la calificación peyorativa, lo cual ha incidido sobre la autoestima de los muchachos y quizás en esa actitud se refleje el convencimiento de que ellos no pueden aspirar al amor de una chica bonita, ¿no cree? Recuerde, además, que la persona que es considerada desviada, como ha sido el caso de los niños de la calle en la mentalidad popular, es objeto de desprecio, se crea una imagen distorsionada, negativa del individuo, imagen que el propio individuo llega a internalizar, asumiendo el rol que otros le señalan. Bueno, yo de eso no sé mucho y quizás usted tenga razón, pero yo creo que hay que

hacer algo, estudiar esa situación…

6. Yo también lo creo. Hay que hacer algo y eso debe tratarse con acuciosidad. Por otra parte, Profesor Jerry, y haciendo la salvedad de que comparto sus planteamientos, ¿cuáles son las obras, los autores, en que usted se fundamenta para su acción profesional? Realmente a nivel de la parte social no he leído mucho, en la parte de deporte que es

mi especialidad, hay un libro de deporte y recreación de Horacio Estévez que es muy

bueno, un libro que es viejísimo, pero es muy bueno (- Yo me refiero al deporte

aplicado ya al cambio de personalidad, al cambio del individuo, de los valores, todas

esas cosas-), · No, no he leído mas que la bibliografía de la Fundación del Niño, los

planes de trabajo que se hicieron a nivel del niño normal, realmente no he explorado en

el campo esa relación, hay un folleto elaborado por Papelón Borges, que se llama el

Deporte en la Calle, honestamente no he explorado en el campo específico, en internet

me meto dos ó tres veces y veo las experiencias que hay en México, Brasil, Argentina,

Venezuela en Mérida, Ciudad Bolívar.

7. Bueno, Profesor Jerry, Esta entrevista ha sido muy productiva y le agradezco su disposición a atenderme. Gracias por su tiempo.

322

LUGAR : CASA LA URUPAGUA. FECHA: 23 - 11 - 05 ENTREVISTADO : LICENCIADA LOIDA MORILLO, PSICÓLOGA.

1. Licenciada Loida, ¿cuál cree usted que, después de todo cuanto hemos hablado, debe ser el tratamiento apropiado para lograr cambios en la conducta de estos muchachos de la Casa Urupagua, cuáles deben ser, en su opinión profesional las líneas que orienten el Programa que se está estructurando? Yo creo que inicialmente el trabajo con estos muchachos se da en lograr cambios a

nivel conductual, o sea, utilizando lo que habíamos mencionado anteriormente, las

técnicas de motivación conductual a través del sistema de puntos, a través de la

recompensa que se le da a los muchachos, eso es lo que en apariencia como quien

dice, por encima, buscamos: cambiar esos valores que aparentemente ellos tienen, por

una forma, por un estilo de vida diferente; o sea, unos valores nuevos. A veces la gente

en la calle ve que ellos no tienen valores, no tienen moral, son unos desadaptados, pero

es como dice usted, ellos tienen sus leyes sus propias normas, sus propios códigos, su

estilo de vida; y el mostrarle un estilo de vida nuevo es algo difícil. Entonces, en esencia

uno comienza con cuestiones así, regalos, pero después el trabajo va mas

individualizado, mas interno, es como mostrarle a él, por ejemplo, lo que aquí se hace a

través de lo que se ha hecho, la Profesora Edelyn Rojas, de los proyectos de vida, que

cada uno vaya haciendo insight, o sea , que cada uno vaya tomando conciencia de lo

que es su vida ahorita, de lo que le ofrece la calle y de qué es lo otro que pueden tomar

o asumir como un estilo diferente de vida, que es el ir a la escuela, trabajar, si quiere

trabajar; o sea, asumir valores que si lo van a formar. Entonces ahí influye mucho el

hecho que cada una de las personas que están aquí, en apariencia, cada uno toma la

parte conductual para engancharlos, porque ellos en la parte material se mueven muy

bien, ellos es como que, la ley de ellos ojo por ojo, si tu me das yo te doy, al darle a

ellos ciertas cosas materiales ellos ceden, o se les cae un poco esa coraza, que usted

plantea, porque ellos ven que más allá vas a buscar, a hurgar en sus vidas; les estas

facilitando algo que a ellos les gusta (- que necesitan-). Esa primera parte hace que esa

coraza caiga un poco y es allí donde puede entrar la parte que, en psicología, sería la

parte cognitiva; pero yo lo veo más desde el punto de vista humanístico, o sea, hablar

con ellos en base a sus valores, a lo que en verdad debiera aprender y se le debería

enseñar.

323

Aquí hasta ahorita nada mas se ha hecho la parte de orientación individual, que no es

algo, como quien dice muy sistemático; que es la parte de tutora, de orientación

individual, de conversación , que es la parte que yo llevo con ellos y la parte que lleva la

Licenciada Evelyn; que hasta ahorita son un proyecto y han dado reasultado, no

digamos que en un cien por ciento, pero si han dado ciertos cambios; cambios leves,

pero que sí se ven; por lo menos hay personas que los conocieron antes y los conocen

ahorita y saben que si ha habido leves cambios en estas personas.

2. Cuando usted habla de cognitivo ¿cuál sería la teoría que está utilizando?,¿cuál sería el autor de referencia para eso? No, o sea, le digo, en psicología se diría que estaríamos trabajando con técnicas

cognitivas-conductuales o conductual-cognitiva, pero en si, en esencia aquí trabajamos

con este modelo, con el conductual, que es la parte psicológica y la parte humanística,

que es trabajar directamente con ellos. Por lo menos, de decirle que uso una teoría

psicológica como tal no; lo que hasta ahorita hemos tratado de utilizar con ellos, es lo

que le mencione anteriormente, el análisis transaccional de Eric Bert que habla de la

parte de los estados del yo, que ellos conozcan un poco su misión, pero en sí, en sí, no

utilizo una teoría psicológica cognitiva para trabajar con ellos.

¿Entonces está usando un método sintético?

O algo así, medio ecléctico, esto me funciona y lo uso, algo así.

3. Sin embargo, Licenciada Loida, el Plan Motivacional, según hemos visto y según se desprende de los objetivos señalados para el mismo, están orientados por la teoría conductual, por la teoría del refuerzo, partiendo del supuesto general de que el proceso subyacente al aprendizaje es la asociación, como lo predicaba Pavlov, y derivando hacia el planteamiento skinneriano del refuerzo, ¿no es así? Ah, bueno , claro que sí. En ese sentido sí, el proceso inicial, especialmente en el Plan

Motivacional es cognitivo conductual.

4. Ahora bien, veamos el asunto desde el punto de vista de los valores, de los juicios de valor. Cuando se intenta crear determinados valores en el muchacho están orientándolo hacia los juicios de valor y la autoconciencia, ¿cuáles son, entonces, los mecanismos que están usando para que el muchacho tenga autoconciencia?

324

Son el proyecto de la Profesora Edelyn, el Proyecto de Vida, que los va a llevar a hacer

insight y, precisamente, eso los va a llevar a la autoconciencia.

5. De acuerdo, de acuerdo. Hablemos ahora de la actitud pro-social, por ejemplo, relacionada con la solidaridad, con el respeto y esas cosas, y que fue una de las metas que se definieron en un principio. ¿Cómo están haciendo ustedes para llegar hasta allí? Esa es la parte de destreza social, habilidades; la parte del respeto hacia el compañero,

a los profesores, la solidaridad. Esa parte la trabaja, más que todo, por ejemplo, la

Profesora Evelin. La ha trabajado con los mandalas individuales; las utiliza, por ejemplo,

para que ellos destaquen lo que ellos ven aquí en la Urupagua, pero al mismo tiempo

se le habla sobre los valores y al hacerlo los coloca haciéndolo en equipo, equipos que

trabajan entre ellos y junto con los profesores. Eso es una parte, el trabajo grupal,

cuando forman, por ejemplo en deporte los equipos para jugar; se forman equipos entre

ellos mismos y entre el personal, no solamente que sea el compañerismo entre ellos,

porque entre ellos en si ya son compañeros, el hecho de estar en la calle y de estar

aquí todo el día, eso los hace unirse.Y la parte del respeto, bueno, además de decirles,

de repetirles, eso tiene un nombre en psicología que no recuerdo ahorita, pero que

nosotros coloquialmente le decimos el disco rayado

6.- La reiteración …y decirles lo mismo todos los días también es parte de una de las técnicas a nivel

conductual: el disco rayado, decirles todos los días, repetirles lo mismo, no solamente

repetírselo sino también mostrárselo. Hay una parte en el sistema de puntos, de hecho,

que evalúa el respeto hacia los compañeros y el respeto hacia el personal, eso tiene un

cierto puntaje; a veces, si ellos le faltan el respeto a un profesor, ellos pierden algún

privilegio. Por ahí se trabaja la parte del respeto, y colocándolos a trabajar en grupo

trabajamos la parte del compañerismo. Y así, poco a poco, se van trabajando otros

valores.

7.(No se entiende parte del planteamiento para esta respuesta)- Exactamente qué es lo que ustedes quieren construir, ¿A dónde quieren llegar? En si, en si, yo creo que la visión de cada una de las personas que están aquí, o por lo

menos la que yo creo compartir es lograr que ellos puedan, primero, interiorizarse,

325

cambiar ese disco, esa forma de ver las cosas que tienen, esa forma de que yo siempre

tengo mi moral, mi coraza aquí porque todo el mundo me va a dañar. Para ellos todo el

que se acerca es con la intención de dañarlos; que ellos puedan ir más allá y discernir

quién te está ofreciendo lo bueno y quién te está ofreciendo lo malo y, en base a eso,

que ellos puedan tomar decisiones. Por ejemplo, regresar al colegio, conseguir un

empleo, cosas que sean funcionales para ellos; a decir que uno de los muchachos que

está aquí, que tiene diez y siete años, lo vamos a insertar en el sistema educativo,

porque sería como comenzar otro proceso. Lo primero es lograr, conseguir cosas

funcionales para ellos, que puedan estudiar en la Misión (Robinson), puedan trabajar y

ayudar a su familia y hacer algún curso; que ellos puedan tomar en sí las riendas y ver

mas allá de esa juventud. El hecho de estar ahorita en los tres platos, en la Manaure

varillando las personas, que si bien eso es algo que a ellos se les ha hecho una forma -

porque eso es como un vicio-, pero que ellos puedan ir mas allá y ver, que sí bien

ahorita te gusta, pero no te estas formando para el futuro; tienes diez y ocho años y no

has terminado el sexto grado, no tienes como conseguir empleo. Entonces es ayudarlo

a que ellos puedan ver su vida actual y que pueden alcanzar, si se esfuerzan ahorita, en

alcanzar cosas que realmente puedan cambiarlo a él y a su familia, porque la mayoría

viene de familias no solo monoparentales, sino digamos completamente disfuncionales,

que ellos puedan ser un agente de cambio, aunque sea leve, dentro de su estructura

familiar.

8. Totalmente de acuerdo, Loida. El panorama deseable que usted plantea es el mismo que ya, cuando yo trabajaba aquí en Coro como Coordinador del Centro de Prevención Integral, había expuesto, quizás no con tanto detalle, pero en esencia y significado, como objetivos a alcanzar en la solución del problema de los niños de la calle. Y así, precisamente, palabras más, palabras menos, lo expuse ante una reunión previa a la llegada de Oriana a la Casa Urupagua. Muy bien. Ah, y la otra cosa es que, resumiendo, creo que después de lo hablado con anterioridad y las orientaciones que surgen de sus palabras, podemos concluir en algo que yo asenté en los inicios de mi trabajo de Tesis de Grado: Desde el punto de vista psico social, las orientaciones han de ser: conductismo, en sus vertientes clásicas, el skinneriano y la Teoría del Aprendizaje Social de Bandura. Además, y esto quizás no lo habíamos asentado antes, es preciso manejar la teoría de la frustración-agresión, para luego desembocar en el Humanismo de Maslow, como un itinerario ascendente para alcanzar la autorrealización. ¿Usted, qué cree?

326

Yo creo que esa es una visión muy completa y orientadora, señor Lira. Estoy de

acuerdo.

9. Hablando uno de estos días con Oriana, como siempre hablo, le decía que quizás uno se deja llevar un poco por esa tendencia que hay de decir “que la resocialización para acá, que la resocialización para allá”, de una manera que juzgo impropia. Realmente el término de resocialización ha infiltrado el discurso de los entes oficiales y de algunos funcionarios.. Resocialización es un término que no debe aplicarse a los niños y adolescentes. Ese es un término que viene de la criminología. La resocialización, como concepto, se utiliza para referirse a un proceso que debe verificarse en los delincuentes. Y se supone que un delincuente es un antisocial y el niño de la calle no lo es; el niño de la calle simplemente está colocado al margen de la sociedad, por lo tanto es un excluido. Si miramos desde el punto de vista actual de los derechos humanos, ellos son (o están) excluidos de la escuela, de la salud, de la economía, del trabajo, de la familia… y pare de contar. Luego ellos no han hecho nada todavía y no pueden ser catalogados, a priori, como delincuentes. Eso ocurre cuando una persona comete delito, cuando hace algo que atente contra el sistema jurídico. Entonces ellos, los niños de la calle, no son otra cosa que excluidos. Hay un criterio de marginación social aplicable a ellos. Existe una incontrastable realidad: la de una sociedad escindida, donde existen personas al margen de los derechos y los bienes sociales; donde no existe la igualdad real. Así, los muchachos de la calle no tienen oportunidad de acceder a esos derechos y bienes porque carecen de los mecanismos necesarios para ello. Porque no tienen en su poder los mecanismos para estudiar debidamente, tener una buena casa, o todas las cosas que poseen las clases medias, por ejemplo. Entonces ¿que es lo que hay que hacer?, yo creo que fundamentalmente lo que se puede hacer es la inclusión. Y en el proceso de inclusión se estarán recorriendo instancias de socialización, pero no es un proceso de socialización realmente. Quizás sea algo difícil de enunciar conceptualmente, porque se recorre una instancia, un aspecto de la resocialización en el proceso de inclusión, pero resulta que ellos no han cometido ningún delito, entonces no pueden ser objeto de resocialización. Para la resocialización, tal como está concebida criminológicamente, hay que haber cometido delito. El niño de la calle podría cometerlo en cualquier momento y mucha gente considera que el muchacho de la calle es un delincuente, un delincuente en statu nascendi, es decir, que se está desarrollando como tal, que esta en condición potencial… pero no siempre es así. Bueno si le soy sincera, yo no manejo a profundidad esos términos de resocialización.

Claro, normalmente uno los lee, los escucha, pero decirle de donde vienen, quién los

enunció, quién lo dijo por primera vez, no tengo idea; mas si creo que es eso, han

estado fuera de la sociedad en si, o sea, están. Lo que pasa es que como no cumplen

con los criterios básicos que la sociedad exige para que sean gente adaptada y útil,

entonces las mismas personas que conforman la sociedad si los van a excluir. Ahora,

327

hay algo allí que también a mi me genera mucha duda, que es el hecho de que ellos se

sientan excluidos, porque ellos tienen su propio mundo y no le importa lo demás; pero

por ejemplo, el hecho de que los muchachos estén en esa situación no ha provocado en

ellos la decisión, la determinación de cambiar esa circunstancia. Por ejemplo, cada uno

de ellos tiene la posibilidad de buscar ayuda y decir, mira yo quiero seguir estudiando,

ayúdame; pero es como, si se da la exclusión por parte de la sociedad, pero al mismo

tiempo, es mi opinión, el muchacho de cierta forma, el muchacho se hace a esa idea y

no trata de superar esos obstáculos, esas desavenencias de la vida; es como que se

acostumbra a eso, ser siempre excluido, y no me importa lo que piensen los demás; se

hace esa idea y no sale de ese círculo, y es que mis hijos van a ser como yo y

seguimos en ese círculo. Si usted se pone a ver las madres de estos niños son iguales

que ellos, personas mal educadas, groseras, con un sin fin de cosas y de conductas

que dejan mucho que desear; esas mismas conductas se repiten y es como un círculo

vicioso que ninguno se atreve a romper. Entonces, hasta cierto punto, aunque la

sociedad me ha excluido, ¿qué he intentado yo hacer para que la misma sociedad me

incluya? En esencia no hay conciencia, porque ellos no ven mal hecho estar todo el día

en la calle, echando varilla o haciendo y deshaciendo. Y con respecto a la parte que el

término de resocialización, que el término se usa cuando son cuestiones de delito,

quizás de repente.

10. La reeducación, rehabilitación, reinserción, están en las leyes, el artículo 272 de la Constitución habla de eso al referirse al propósito del sistema penitenciario: asegurar la rehabilitación y posibilitar la reinserción. La Lopna, utiliza los términos inserción social, integración, rehabilitación, prevención, sin definirlos, quizás porque son términos cercanos, que el Trabajo Social y la Psicología y la Medicina y las Ciencias Penales han producido. Pero en cuanto a la resocialización se refiere, todo el mundo la utiliza y nadie le da contenido. Yo le pregunté una vez, en la reunión de que te hablé, a los psicólogos de la Defensoría, que allí estaban, que qué cosa era eso de resocialización. ¿Qué es eso?, ¿En qué consiste la resocialización?, qué es eso, yo quiero que está palabra tenga un contenido; porque si yo le digo a usted: creo que los niños del Programa deben alcanzar o desarrollar una actitud pro-social, y usted me pregunta qué es eso, qué se debe entender por actitud prosocial, yo debo tener una idea clara y exponérsela. De igual manera, si alguien me dice, yo quiero un proceso de resocialización ¿Qué es eso?, ¿a dónde conduce?,¿cómo se aplica la técnica?, Cada quien en su momento piensa lo que quiere, pero esta obligado a dilucidar nuestras dudas con respecto de lo que diga. En la criminología hay varios autores que se han referido a este concepto. Por ejemplo, el autor de un libro llamado Derecho y Razón, Luigi Ferrajoli, italiano, trata el problema de

328

resocialización y se refiere a la gente que está penada. Otro autor, Alessandro Baratta, también trata el problema de la resocializaión, de su fracaso, y lo hace con respecto a los reos, a las personas que están penadas por haber cometido crímenes, y así, por el estilo. Estos muchachos no son criminales, por lo tanto, en el Programa, debe excluirse cualquier alusión al término. Ya en los días iniciales de este proceso, con la llegada de Oriana y mi participación como asesor en las entrevistas que se hicieron para seleccionar el personal del Programa, le exprese a ella mi convicción de que el Programa debería ser, tanto integral como de prevención e inclusión, lo cual lo diferenciaba netamente de cualquier otro similar o parecido o anterior; además, le exprese el claro criterio de que debía de excluirse del texto el término resocialización. No son criminales como tales, no son sociopatas ni psicopatas; pero sí, a veces, las

mismas condiciones hacen que ellos tengan alguna característica de eso. Por ejemplo,

un muchacho de ellos que robe, que mate animales, por lo menos, desde mi punto de

vista cuando uno hace la evaluación psicológica -que lo ve desde lo que plantea el

DSM4-, ya uno tiene que decir que es un adolescente con síntomas o con síndrome tal

o cual. Claro el hecho de que esos síntomas estén presentes no quiere decir que de

hecho, en la etapa adulta, lleguen a ser antisociales, que, de repente, lo que plantea el

DSM4, lo que plantea es la diferencia de edades; pero si hay ciertas actitudes de esas

que se determinan en esos muchachos.

11. Bien, Loida. Esta entrevista ha sido provechosa. Espero que tengamos la oportunidad de hablar largo y tendido alguna otra vez. Gracias por tu tiempo.

6. ANÁLISIS DE LOS TESTIMONIOS A TRES ESPECIALISTAS

Como resultado de las entrevistas realizadas a tres especialistas que trabajan en el

Programa de Prevención e Inclusión, se presenta un análisis de los temas más

resaltantes tratados en dichas entrevistas.

En cada una de las entrevistas se procedió a categorizar algunos temas, cuyo análisis

ha permitido entender mejor la dinámica seguida en la construcción del Programa y el

proceso de inclusión.

El mandala. Programa de vida y compromiso.

329

En la primera de las entrevistas, realizada a la Lic. Edelyn Rojas, Pedagoga Social y

cuyo trabajo está centrado en la Terapia Ocupacional y la creación de valores, se

comienza por solicitarle una explicación acerca de qué es un mandala y el uso que tal

objeto tiene en el Programa. Escuchada la explicación, se llega a la conclusión de que

el mandala, un objeto de la cultura tradicional hindú, se transforma y se utiliza dentro del

Programa como un instrumento gráfico para que el muchacho, objeto y sujeto del

proceso de inclusión, exprese un propósito. Este propósito, relacionado con su futuro,

debe abrirse camino en la mente del muchacho y llegar a convertirse en una meta en

su vida. El mandala, así, deviene en un instrumento de planificación para quien, hasta

ese momento, no ha tenido la noción ni la posibilidad de diseñar en algo su porvenir. El

mandala, en una palabra, se percibe y utiliza aquí como un programa de vida. La

importancia de esta técnica, es evidente, se convierte en un dispositivo imbricado en la

vida del muchacho, puesto que implica, por parte de quien lo realiza, la asunción de un

compromiso consigo mismo y ante los demás.

La necesaria formación laboral

Es indispensable, para alcanzar la verdadera prevención e inclusión del muchacho que

viene de la calle, dotarle de un oficio, de una capacidad para el trabajo concreto, que le

sirva para subvenir los gastos de sus necesidades. Por supuesto, este es un

requerimiento general de la población, pero en nuestro caso tiene una aguda relación

con el propósito de apartar al niño de las calles y sus riesgos. Sin esta formación,

aunque se trabaje en otras áreas formativas, el proceso estará incompleto y carecerá

de efectividad y eficacia a la larga.

La lucha por desterrar la pugnacidad y el tribalismo de la calle.

En el Marco Teórico de este trabajo se asienta la observación acerca del territorialismo

de los niños de la calle; también se hace alusión a la solidaridad automática que se

verifica en los grupos callejeros. En la Casa Urupagua se ha verificado tal conducta en

el grupo que podría llamarse “A”, el grupo compuesto por los doce primeros reclutados

y que forma la muestra de este estudio, en relación con los que han llegado después.

Esta conducta ha sido observada y descrita por la Etología, tanto en animales como en

330

seres humanos, y se corresponde con nuestra esencia zoológica, visible especialmente

en los mamíferos depredadores: mi territorio, el territorio de mi banda o de mi grupo, el

ámbito donde desarrollo mi actividad y que ocupé primero, constituye un espacio vital

que debo defender contra los intrusos. Esta es una noción quizás difícil de aceptar en

los humanos, pero se verifica en la realidad, especialmente en aquellos grupos

carenciados o enfrentados a situaciones de aguda lucha por la supervivencia. En el

caso de la Casa Urupagua, el proceso debe orientarse, en este caso, hacia la

aceptación del Otro en pie de igualdad, hacia la solidaridad y hacia los procederes

encuadrados dentro de la actitud prosocial, uno de los nortes del Programa que fue

definido en la sección que trata con la psicología social.

De la asociación con delincuentes

Este tema aparece abordado en las entrevistas realizadas a los niños y sus madres;

pero aparece de nuevo tratado por uno de los especialistas, quien manifiesta una alta

preocupación en ese sentido. El tema es escabroso y sugiere que la dirección de

alejar definitivamente de estos riesgos a los muchachos del Programa , significa tomar

medidas radicales, como sería que los muchachos pernocten en la institución o que

otras instituciones, encuadradas dentro del Programa, controlen la actividad del

muchacho cuando, finalizadas las actividades en La Casa, en vez de retirarse a su

hogar, se reintegra, por así decirlo, a la calle y sus riesgos. La cooperación de otras

instituciones (CEDNA, Defensoría del Niño, por ejemplo) son indispensables en el

enfrentamiento de este aspecto del problema.

La necesidad de conciencia de los padres

Este tema es vital: si los padres (o las madres, mejor dicho) no adquieren el

compromiso para cooperar con el proceso de prevención e inclusión, los resultados no

serán los esperados. Todos estamos convencidos de la necesidad de que los padres

recuperen su capacidad de control, su autoridad sobre el muchacho, su capacidad

socializadora, pues cuando el muchacho se retira de la Casa, queda bajo la

responsabilidad de sus padres. En ese sentido, la Escuela para Padres es de una

331

importancia capital y su implantación un requisito sine qua non para alcanzar el éxito del

Programa.

Terapia ocupacional

Desde el inicio del Programa, es decir, desde las primeras fases de la planificación, la

terapia ocupacional ha sido mencionada como un elemento clave para modificar la

conducta del niño de la calle. Una definición de esta actividad y del papel que juega en

el proceso de inclusión, se reseña en el punto 5.8 de las Actividades del Proceso de

Inclusión.

Control de la motricidad

En las condiciones de la vida en la calle, el muchacho no desarrolla ciertas aptitudes

que le permitan desenvolverse socialmente o realizar actividades en las cuales se

requiera un determinado control de impulsos, coordinación o motricidad fina. En la

Casa Urupagua se están utilizando recursos, como el baile, para alcanzar algunos de

los desarrollos necesarios para llenar las carencias anotadas.

En la segunda entrevista reseñada, realizada al Profesor Jerry Gutiérrez, quien

coordina las actividades deportivas en la Casa Urupagua, el primer tema que se toco

fue, por supuesto, el de

la importancia de la actividad deportiva dentro del proceso .

En ese sentido, además de la específicamente física, y con la posibilidad de encauzar

las energías del muchacho en acciones recreativas, lo importante es que existe un

aspecto formativo: tiene que ver con la formación de las nociones de compañerismo -

diferentes cualitativamente a las de solidaridad de la banda-, la cooperación, la

disciplina y el desarrollo de la fortaleza anímica para vencer los retos. De acuerdo con

las palabras del Prof. Jerry, a través del deporte se puede hacer una semejanza con la

vida diaria, en la cual se adquiere la noción de las jerarquías, de las normas, del

332

respeto. Este tema está tratado con mayor extensión en el punto 5.4 de las Actividades

del Proceso de Inclusión.

Los cambios observados

Tan tempranamente como en noviembre de 2005, fecha de la realización de la

entrevista al Prof. Jerry Gutiérrez, éste puso de manifiesto el cambio radical:

“… en la manera de expresarse, en la manera de hablar; inclusive hemos descubierto en algunos de estos muchachos que pueden ser hasta oradores, tienen hasta escena”

El fantasma de las drogas

La posibilidad de que los muchachos del Programa estén consumiendo algún tipo de

droga, ha sido una preocupación y una sospecha desde el comienzo de las actividades.

Tal como expresa el Profesor Jerry, él tiene esa misma inquietud y no ha podido

disiparla aunque a los muchachos del Programa se les hizo un examen para detectar

Cannabis y cocaína. La inquietud del Profesor se basa en lo que él consideró un

método tan inapropiado como extemporáneo, pues sólo un examen de orina oportuno,

realizado antes de que las trazas de substancias desaparezcan de la orina, podría

arrojar un resultado que tuviera la condición de la certeza. Estas declaraciones fueron

hechas en noviembre de 2005, y en febrero de 2006 se les practicó un nuevo examen,

esta vez sorpresivo, y los resultados fueron también negativos. Esta es una situación

que mueve a reflexión y a realizarse algunas preguntas: ¿estará el dedicado Profesor

actuando conforme a una representación muy arraigada sobre los niños de la calle?,

¿se habrán realizado los exámenes, efectivamente, en forma extemporánea? También

cabe otra posibilidad: que los niños del Programa nunca incurrieron en la práctica del

consumo de drogas, por las razones que fuesen o que, como resultado de la aplicación

del Programa, se hayan alejado de esa práctica. En todo caso, siempre será apropiado

tener certeza sobre ese punto, pues de lo contrario la duda podrá ejercer un

permanente efecto perturbador en las relaciones entre los muchachos y sus profesores.

Ahora bien, abstracción hecha de que se compruebe o no el consumo de

333

estupefacientes, el Profesor Jerry acierta cuando se refiere a la necesidad de que en el

Programa, además de los especialistas que actualmente trabajan, se logre la

adscripción de un psiquiatra.

En la entrevista que en noviembre de 2005 me concedió la Lic. Loida Morillo, Psicóloga

del Programa, conversamos ampliamente sobre las líneas que en esa disciplina, la

psicología, habría de orientar el trabajo. El primer tema abordado fue el relacionado con

el cambio conductual, como punto de apoyo para el necesario insight que abriría las

posibilidades de orientar la vida del niño de la calle.

En las primeras de cambio, hubo un acuerdo expreso acerca de la necesidad de

orientar el cambio conductual por medio de la psicología cognitivo-conductual,

expresando la Lic. Loida, además, su convencimiento de que el enfoque humanístico no

puede estar al margen de las consideraciones programáticas.

Lo ecléctico, lo sintético.

En estos primeros momentos aún no se había definido el programa a utilizar en

psicología. En todo caso, éste habría de ser sintético o ecléctico, ya que estaba claro lo

inapropiado de amarrarse a determinadas orientaciones en forma fija, especialmente

cuando el programa debía ser pragmático, es decir, producir resultados prácticos. La

definición completa se dio en medio de la conversación con la Lic. Loida, donde

argumenté a favor de una fórmula ecléctica, efectivamente, presidida por lo conductual,

incluyendo la Teoria del Aprendizaje Social de Bandura, para luego hacer posible la

consecución de otras metas definidas, especialmente, en la psicología humanística de

Maslow. En realidad, este proceso no puede ser dividido en etapas ni diferenciado; se

describe así sólo con fines analíticos.

La conversión en agentes del propio cambio.

En relación con este punto, la Psicóloga coincide ampliamente con los planteamientos

hechos al comienzo de este trabajo, en el sentido de que el muchacho dentro del

Programa debe convertirse en un agente de su propio cambio, debe convertirse en un

334

ser racional, capaz de realizar juicios de valor acertados y dirigidos a su propia

superación. En general, la afirmación de la Psicóloga de que los muchachos deben ser

capaces de tomar decisiones en torno a “…cosas que sean funcionales para ellos”,

remarca el espíritu pragmático, del Programa.

El niño de la calle, un excluido.

Finalmente, en esta entrevista, se aclaró el sentido de la exclusión de los niños del

Programa, haciendo énfasis en lo inadecuado de utilizar ciertas etiquetas en boga o

términos de la psicopatología, lo que tendería a confundir el significado real del

esfuerzo que se esta haciendo en la Casa Urupagua. La psicóloga insistió en la

necesidad de concienciar a las madres de los niños para convertirlas en agentes

efectivos del cambio. Otro significado de la entrevista es que, realmente, y de acuerdo

con lo expresado por el Prof. Jerry Gutiérrez, se observa la necesidad de adscribir un

psiquiatra al Programa.

335

7. EVALUACIÓN

7.1. VARIABLE 3: NUEVAS CONDUCTAS

Apreciación de cambios conductuales de acuerdo con los cuatro principios de la Casa

Apreciación cualitativa de la Coordinadora del Programa en la Escala siguiente

: M=malo;

R=regular;

B= bueno.

En la columna de Aseo se agrega un número que trata de indicar cuán bueno, regular o

malo es el ítem. La escala va del 1 al 10; el signo + significa, al lado del 10, por ejemplo,

que la conducta es excelente.

Número Responsabilidad Disciplina Respeto Aseo 1 B B R B 10 + 2 R R R M 3. B R R B 10 4 M M M B 6 5 B B B B 10 + 6 R B B R 7 R R R B 9 8 R B M R 8 9 R B B R 10 10 R B R M 8 11 B R B M 5 12 M M R M 5

336

Vistos por la Pedagoga Social Edelyn Rojas. (Expresó sus observaciones numéricamente).

Totales: 94/ 12= 7,8 83/12=6,9 78/12=6,5 92/12=7,6

Al totalizar la puntuación individual y obtener el promedio de las mismas (dividiendo ese

total por el número de sujetos), estaremos en presencia de unos resultados que se

pueden tabular en la forma siguiente:

En esta tabla se muestra el porcentaje comparativo de cumplimiento grupal de cada uno

de los principios. Se observa que, a nivel grupal, todos los porcentajes superan el 60%,

lo cual puede ser considerado como positivo y demostración de un cambio

Número Responsabilidad Disciplina Respeto Aseo Totales 1 +10 8 8 10 36 2 8 6 6 9 29 3 8 5 5 9 27 4 5 5 5 10 25 5 9 8 8 10 35 6 9 9 8 10 36 7 8 6 6 6 24 8 7 7 5 6 25 9 9 9 7 5 30 10 9 8 8 5 30 11 9 9 9 9 36 12 3 3 3 3 12

Principio %

Responsabilidad 78

Disciplina 69

Respeto 65

Aseo 76

337

comportamental más o menos homogéneo en el grupo hacia el cumplimiento y

observancia de los principios dados.

Gráfico de los cambios conductuales individuales expresados en puntuación total.

El máximo individual posible es 40. la media es 20. Por encima de esta media se

encuentran 11 sujetos. Sólo uno de los sujetos considerados tiene una puntuación

inferior a la media.

La conclusión, en este caso es que, individualmente, 11 de 12 sujetos, el 91,66 % han

modificado su conducta positivamente.

010203040

338

7.2. VARIABLE 4: PERCEPCIÓN DEL NIÑO DE LA CALLE SOBRE EL PROGRAMA.

• Muy bueno • Bueno • Regular, • Malo, • Muy malo • Recomendaciones

Al preguntársele a los muchachos del programa su opinión acerca del mismo, y

presentándosele las seis alternativas anteriores, invariablemente contestaron que “es

muy bueno”. No hubo titubeos al respecto, lo cual indica una total satisfacción. Se

insistió para determinar cualquier aspecto merecedor de crítica, pero fue en vano: la

unanimidad fue total. En cuanto respecta a las recomendaciones, estas fueron pocas y

se limitaros a sugerir, más bien, “que haya más paseos” (3), y “que haya más tiempo de

deportes” (3).

7.3. VARIABLE 5. PERCEPCIÓN DEL PROGRAMA POR LOS PADRES

• Muy bueno • Bueno • Regular • Malo • Muy malo • Recomendaciones

El caso de la percepción de los padres es similar al de los muchachos: consideran, en

general, que el Programa es muy bueno y “…hacía falta una cosa así”. Los padres se

mostraron parcos, más bien desorientados al formularles la pregunta acerca de qué

recomendaría para mejorar el Programa.

Para ellos, aparentemente, esto es lo mejor que puede conseguirse para sus hijos, lo

cual se explica en el caso de madres que han vivido en un estado permanente de

penuria y de carencia de las cosas más elementales para vivir.

339

Tan sólo en uno de los casos, una de las madres consultadas respondió que hacía falta,

también, “…que a los muchachos se les consiga empleo para que no sigan en la calle”.

7.4.VARIABLE 6: PERCEPCIÓN DE LOS ESPECIALISTAS (SOBRE EL PROGRAMA)

• Muy bueno • Bueno • Regular • Malo • Muy malo • Recomendaciones

Los especialistas: Prof. Jerry Gutiérrez, Profesor de Deportes: El programa está muy bueno; está

funcionando como debe ser y, por fin, estoy viendo el cambio real. Hay cambios

apreciables en la conducta de los muchachos.

Sugerencias: Faltaría un poco de apoyo de la Fundación en cuanto a más personal

especializado. Otro psicólogo, un Psiquiatra, equipo de Primeros Auxilios, Personal

Paramédico que atienda cualquier emergencia. Cree que con los cambios y

remodelaciones que se están haciendo en la infraestructura de la Casa, el Programa se

consolide definitivamente.

Prof. Randy Guerrero, Profesor de música: Muy bueno, aunque todavía está muy

nuevo; se está perfeccionando poco a poco. Espera que el Programa se convierta en un

modelo a seguir.

Sugerencias: más cosas: canchas y material para trabajar con los niños. El logro más

señalado: los niños han cambiado su comportamiento; antes eran más agresivos.

Prof. Edelyn Rojas, Psicopedagoga: El Programa es muy bueno; las estrategias muy

buenas, también.

Considera que hay quienes no creen en el Programa; se refiere a personas extrañas a

la Institución. De igual manera señala a algunos padres como carentes de confianza en

el Programa, ya que no vienen con la regularidad deseada.

340

Como mejorar: los Encuentros de Familia, para proyectar lo positivo del Programa. De

ahí el Tema de este IV Encuentro: Qué hago yo cuando no estoy contigo.

Los padres no saben qué se hace dentro del Programa y en qué `pueden colaborar.

El logro más importante. La reinserción de dos de los adolescentes en una beca tipo

estudio. El otro es que en cada encuentro los padres asisten y participan. Se está

logrando en los muchachos cambios positivos. Desde el punto de vista de la

comunidad.

Profesora Alba Ramos, Psicopedagoga: El programa es excelente. Responde a unas

expectativas claras de protección y prevención. El logro mayor. La continuidad, lo cual

garantiza los logros; el trabajo conjunto de todo el trabajo del equipo interdisciplinario,

con un mismo criterio, con un mismo compromiso. Proposición. Iniciativas como la de

los Encuentros: el Programa debe darse a conocer; más apoyo por parte de autoridades

y padres. Edo, familia y Comunidad: Compromiso.

Prof. Keimer Maker (Consejero de CEDNA y miembro del personal de la Casa). Muy

bueno. Programa complejo, pero ha mermado el número de niños en la calle. Con la

pernocta se profundizará el programa. Proposición: Extender el Programa en relación

con la pernocta, recursos humanos, psiquiatra, otro Psicólogo, Orientadores, para

profundizar abordaje.

El logro mayor: Haber sacado a esos muchachos de la calle.

Abogada Ana Caldera, Defensoría del Niño:

Por primera vez se ha concebido y logrado el desarrollo de un programa sistematizado

cuyos resultados en el cambio de conducta son obvios.

Se requiere, sin embargo, y para dar continuidad al Programa, que los padres dejen su

conducta evasiva y cooperen más, asuman su responsabilidad. Existe una

corresponsabilidad para la solución de este problema; el Estado está haciendo su parte,

ahora le toca a los padres.

El logro mayor del Programa: cambio conductual en los muchachos; ya no piden ni

molestan; ahora trabajan. Por ejemplo, en los estacionamientos (de los comercios de la

Av. Manaure) ya no arrebatan nada a nadie, antes bien se dedican a cuidar

341

ordenadamente los vehículos, ordenando el tráfico. Además, hay un cambio en sus

apariencias, lo que ocasiona una mayor aceptación del público. Sería oportuno hablar

con los comerciantes a ver si es posible establecer un plan de empleos para los

muchachos, y así ellos tendrían sus ingresos, seguridad social, etc.

Tiene la idea de que si se formula una ordenanza dirigida a la responsabilidad de los

padres, se solucionaría el problema de su evasión de responsabilidades, ya que se

contemplarían sanciones para el caso.

342

CONCLUSIONES En la presente investigación se demuestra y se verifica el carácter histórico, económico y estructural del problema de los niños en situación de calle. 1. Desde el punto de vista histórico, se determinó que la existencia del problema de los así llamados niños de la calle no es totalmente nuevo en Venezuela, ni tampoco exclusivo de nuestro país, siendo un problema de vieja data, incubándose al calor del proceso de aparición de los cinturones de miseria en las urbes venezolanas y latinoamericanas, es decir, es la consecuencia de determinados hechos ocurridos en la dimensión temporal. 2. Desde un punto de vista estrictamente económico la aparición de estas poblaciones en nuestro país se acentúa y comienza a ser noticia a partir de la implantación de las políticas neoliberales, a finales de la década de los ´80, circunstancia que produjo un deterioro acelerado de grandes sectores sociales, así como la profundización de la brecha entre las clases sociales. El impacto mayor de estas políticas lo sufrieron los sectores de la población con menores recursos materiales y culturales para adaptarse a tales cambios. 3. La tendencia principal observada en los datos sociodemográficos puede expresarse de la siguiente manera: La mayoría de los niños de la muestra escogida tiene una edad que fluctúa entre los 13 y 15 años (50% de la muestra); sólo cuatro de los niños de la muestra tiene una edad de entre 10-12 años; el resto de los sujetos, está cerca o alcanzó recientemente la mayoría de edad. Desde el punto de vista de la instrucción primaria, un 66,66 % está entre el 3º y el 4º grado, sólo 2 (16,66%) están entre el 1º y el 2º grado. La casi totalidad de los niños considerados vive en barriadas populares, siendo La Cruz Verde, situada al sur-oeste de la ciudad, el sitio donde reside un tercio de los niños considerados. En general, los niños viven en zonas económicamente deprimidas. La mayoría de los niños (11, el 91,66% ) está afiliada a familias matricentradas, El item de la educación de los padres señala una mayoría de las madres (8, el 66,66%) con estudios entre el 5º y el 6º grado, señala, asimismo, la existencia de dos madres analfabetas, una acerca de la cual no fue posible ninguna información y otra con estudios entre el 3º y 4º grado. La mayoría de las familias estudiadas es numerosa, con un rango de entre 7-8 miembros (8 familias, el 66,66%); pero existen 2 familias con 10-12 miembros y una con un rango entre 13-15 miembros. En las familias estudiadas predomina el empleo ocasional, circunstancia que se debe a la carencia de preparación laboral de los cabezas de familia, dado el bajo nivel de

343

instrucción y la no existencia de calificaciones para oficios determinados. Entre las personas consideradas, apenas 3 tienen empleo fijo, aunque sólo una de las personas encuestadas tenía una remuneración cercana a los 400.000 Bs. mensuales. En la mayoría de los casos, más del 50% de las familias consideradas, la relación intrafamiliar es conflictiva, disfuncional y desestructurada; el conflicto familiar es, en una palabra, una constante en la relación intrafamiliar del niño de la calle. Estos conflictos, donde no está ausente el maltrato, en algunos casos, precipitan la retirada del niño de la familia y su adscripción a la dinámica de la calle. En cierto modo paradójicamente, la mayoría de las familias implicadas, (9, el 75% ), vive en casa propia, aunque las viviendas carezcan del espacio apropiado para la realización normal de las actividades familiares. Puede resumirse, haciendo una abstracción de las conclusiones anteriores, que, desde el punto de vista estructural, los niños de la calle provienen de familias en condición de pobreza extrema, Desde el punto de vista de los resultados obtenidos a través del desarrollo del Programa objeto de este Trabajo de Grado, las conclusiones podrían resumirse de la siguiente manera: 1, Después de casi un año de ejecución del Programa, se ha incidido de manera positiva sobre el estigma. Expliquemos esto: si consideramos el estigma como un constructo complejo, en el cual se establece una relación recursiva entre el individuo y su entorno, podremos apreciar mejor la afirmación inicial. En efecto, la percepción que del niño de la calle se tiene en la colectividad coriana ha comenzado a variar; ello puede inferirse de los siguientes indicadores: 2. Aceptación de los niños de la Casa Urupagua en diversas actividades sociales como desfiles, actos de fin de año, actividades religiosas (Vía Crucis), actividades folklóricas, etc., donde además de la participación de los beneficiarios del Programa ha habido asistencia comunitaria muy amplia. 3. Desde otro punto de vista, los muchachos se mueven ahora con mayor libertad por toda la ciudad y acceden a lugares y actividades que antes les estaban vedados; asimismo, manifiestan su satisfacción al sentirse aceptados en muchas instancias. 4. En los resultados relacionados con el cambio conductual se puede observar que las puntuaciones obtenidas por los muchachos revelan, numéricamente, una evolución hacia conductas aceptables, tanto individual como grupalmente. Estas conductas aceptables, más allá de pasar el límite de las conductas inadecuadas, tienden a facilitar la integración de los muchachos como resultado del proceso que se ha venido siguiendo. En efecto, el respeto, es decir, el uso de las formas apropiadas de lenguaje en el trato hacia los demás, las normas de cortesía y una apreciable contención del lenguaje anterior, que estaba caracterizado por la utilización permanente de expresiones soeces, ha cambiado cualitativamente.

344

5. Además, y esto es remarcable en el caso de esta población, todos los muchachos del Programa, sin excepción, están dedicados a las actividades escolares, deportivas, musicales y creativas, esto último a través de la terapia ocupacional. De los que están estudiando cuatro lo hacen en la Misión Robinson II y probablemente obtengan su Título de Sexto Grado el próximo mes de julio. Otros están incorporados a escuelas regulares del Estado Falcón. Algo muy apreciable y que se expresó antes, se refiere al hecho de que de los doce muchachos que componen el grupo muestral, ya hay dos que están trabajando en instituciones oficiales del Estado Falcón, uno de 16 y otro de 18 años. 6. Asimismo, la presencia de los muchachos, en general, tiende a estar más acorde con los parámetros exigidos socialmente: el aseo juega un papel muy importante en la presentación del individuo en sociedad, y ese ha sido uno de los aspectos más trabajados dentro el Programa. En ese aspecto los logros, si no han sido totales, por lo menos han sido generales, con diferencias individuales que no niegan, de ninguna manera, los resultados muy visibles, hasta llegar a la excelencia en algunos casos individuales. 7. La participación de los padres (o sería mejor decir, de las madres) es algo que, al fin, ha comenzado a organizarse a través de la Escuela para Padres y de los Encuentros Familiares. De singular importancia, igualmente resulta, el hecho de la participación de sectores intelectuales, artísticos, comerciales e institucionales - que anteriormente manifestaban un claro repudio y hostilidad hacia los muchachos- en la creación de la Fundación de Amigos de la Casa Urupagua, que tendrá a su cargo prestar apoyo material, institucional y moral a la función que se viene realizando. Esta disposición de los sectores mencionados, externos a la Casa, es el resultado de un proceso de sensibilización que ha sido posible sólo a través del cambio conductual, en todos los sentidos apreciable, de los muchachos del Programa. Todo lo anterior, que está referido al resultado del proceso de inclusión, trae como consecuencia, además, un éxito en la política preventiva. En efecto, se aleja al muchacho de la calle de las condiciones que, muy probablemente, hacían posible su incursión, más tarde o más temprano, en el mundo de la delincuencia. En este sentido, se verifica que la implantación de programas sociales científicamente diagnosticados, sistemáticamente diseñados y ejecutados a través de una praxis consecuente con los Principios del Programa así creado, incide directamente sobre las conductas del individuo tratado, así como en las condiciones de vida de cualquier sociedad.

345

RECOMENDACIONES

A fin de asegurar la continuidad y profundizar el proceso de inclusión iniciado en el Programa se recomienda:

1. Apuntalar la nómina de personal de la Casa Urupagua por medio de la contratación de otro psicólogo (a), con experiencia de trabajo en el problema de los niños de la calle.

2. Contratar un (a) psiquiatra con experiencia laboral en el tratamiento de niños y

adolescentes y un paramédico, con experiencia en tratamiento de niños y adolescentes.

3. Consolidar las relaciones con las familias de los muchachos del Programa;

ampliar las actividades de concienciación a través de la Escuela para Padres; impulsar un programa de empleo para los padres, a través de los promotores sociales y por medio de mecanismos alternos (cooperativas, por ejemplo).

4. Consolidar la organización de la Fundación Amigos de la Casa Urupagua con la

finalidad de afianzar la presencia institucional del Programa de Prevención e Inclusión.

5. Difundir los contenidos teóricos y los resultados prácticos del Programa a fin de

extender su influencia y acción en todo el Estado.

6. Considerar los contenidos de este Programa como Marco Teórico y Antecedente de cualquier acción dirigida al tratamiento de la problemática de los niños de la calle en el Estado Falcón.

346

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