Yo vivo en un mundo que no es para todos, es

sólo para los que tenemos que afrontarlo a diario, un mundo al que por vivir en un vecin-dario no muy recomendable me toca afron-tar y aunque no tenga nada que ver con esta guerra de alguna manera u otra me perjudica.

Yo vivo en el barrio Castilla uno de los más violentos de la ciudad de Medellín, aunque no lo crean lo que se vive allí es duro, allá toca buscar la forma de sobrevivir, si eres bueno te dejan “en paz”, pero si eres perte-neciente a alguna banda te fichan y te matan.

Yo vivo cerca de la banda la Machaca y por ende de ella es la que más escucho hablar, pero no es la única banda del barrio, también hay otras como los buche pájaros,los tatos,los delparquesito, los bananeros, los mondon-gueros, los lecheros,la invasión, entre otros.

A mi me ha tocado presenciar la muerte de varios jóvenes, que por estupideces de la vida se meten a las bandas, y su justificación es su-puestamente porque quieren estar a la moda con los parceros y para qué, si a veces son hasta los mismos “parceros” que los matan.

La vida allí no es fácil, si te la montan los más jóvenes de las bandas, no te dejan vivir en paz hasta que te matan. En mi caso tuve mu-cha suerte porque el pelao que me la montó, lo hicieron ir del barrio; dice la gente, que se robó una mercancía de marihuana. Hay otros pelaos que no corren con la misma suerte y por bobadas los matan, así como le sucedió a un muchacho que tenía una novia que vivía en la carrera 80, lo mataron porque creyeron que era un razonero de los mondongueros.

Una vez yo estaba entrenando en la cancha Maraca y se metieron al campo de juego “los

Un mundo pa’ berracos