prólogo...aventurera y ágil en los deportes disfrutaba mucho estas salidas y como el campamento...

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  • Prólogo

    Para hacer estas historias nos inspiramos en la novela de Marcela

    Serrano, ”Antigua vida mía”, en el cuento “Dos Viejos” de Juan José

    Morosoli, el texto“Los Negros” de Eduardo Galeano y el poema de Parra

    del Riego, “A Isabelino Gradín”.

    Lo primero que hicimos fue hacer una continuación del fragmento de

    Marcela Serrano. Luego lo corregimos y lo pusimos en el libro, lo

    nombramos como el primer capítulo. Después para hacer el segundo

    capítulo le tuvimos que agregar un fragmento del cuento “Dos Viejos” a

    las primeras historias y así hicimos con todos los cuentos. Hacíamos sus

    continuaciones. Teníamos una consigna que la profesora nos indicaba

    para todos los trabajos. Una de las consignas por ejemplo fue que entre

    los dos viejos, Marcelina y Violeta hubiera un reencuentro.

    Nos llevó mucho esfuerzo y dedicación realizar este trabajo, que es el

    producto de la coordinación entre Informática e Idioma

    Español.Esperemos lo disfruten tanto como nosotros al hacerlo.

    Afectuosamente:

    GENERACIÓN 2004.

  • Una mapuche en la ciudad

  • Índice Awela- Una gran amistad Bob esponja- Buena unión

    C.C.R- El trágico problema de

    Marcelina

    Delex- Los peores amigos

    El loco de los lobos alfa- El sueño

    de Locatela

    Espirito- Las compañeras de

    Marcelina

    Hojas- La estoica Violeta

    Hola- Discusiones y más

    discusiones

    Jazmín- La vida de Josefa

    Lolxd- Problemas interminables

    Losco- El día de las burlas

    Luz- Problemas de la vida

    Mirtha-La amistad

    Mosquetera- Amienemigas

    Paco manolito simpson- Antigua

    vida mía 2

    Paturuzú- Discriminación en la

    ciudad

    Rafiki1.0- La manifestación

    Rapi10 - Nuevo comienzo

    RGSM- Un problema para resolver

    Ruedas- La vida siempre tiene

    obstáculos

    Tiwi- Al día siguiente en la casa de

    Josefa

    Tres ponis voladores- La fiesta del

    año

    Tortuga Manuelita- Peleas y

    soluciones

  • Marcela Serrano

    Marcela Serrano nació en Santiago de Chile, Chile 1951. Hija de novelista Elisa

    Pérez Walker y ensayista Horacio Serrano. Ella es feminista. Ella dice que

    “definirse feminista es definirse ser humano”. Antes de ser escritora ella trabajo

    en viveros municipales por un tiempo en Paris. Donde vivió con su hermana por

    unos años. Regreso a Chile en 1977. Gracias a un trabajo sobre las mujeres del

    sur de chile gano premio de Bellas Artes. Ella empieza a escribir en 1985.

    Después al sacar su primera novela: Nosotras que nos queremos tanto ganó

    premio Sor Juana Inés de la Cruz en 1994.En 1994 gano premio a la mejor novela

    hispanoamericana escrita por mujer en feria del libro de Guadalajara, México.

    Otros libros que ella sacó son:

    Antigua Vida Mía-1995

    El Albergue De Las Mujeres Tristes-1997

    Nuestra Señora De La Soledad- 1999

    Era la ceremonia de la confirmación. Cada una de nosotras debía elegir una

    madrina. Nunca entendí que sentido podía tener ese sacramento, salvo lo que

    me atrajo entonces: la madrina. No la del nacimiento, en cuya elección no se

    intervenía, sino una activamente escogida.

    Marcelina Cabezas era una mujer del sur, mapuche, que había cuidado a Violeta

    desde su nacimiento. Cuando se trató de escoger una madrina, le pareció

    evidente: Cayetana era ya su madre, la abuela Carlota su madrina de nacimiento,

    ¿Qué otra mujer, sino Marcelina, merecía tal distingo?

    Todas las compañeras llegaron ese domingo al colegio de punta en blanco, de la

    mano de sus albas madrinas: tías, hermanas mayores, abuelas. Nadie dejo de

    volver la cabeza cuando violeta se presentó con Marcelina. Vestía con su mejor

    atuendo, toda de gasa celeste con su pelo azabache orgulloso en su tiesura,

  • Marcelina Cabezas entro a la iglesia tomando la mano de su niña, pero su

    caminar estoico pareció derrumbarse con las miradas que le dirigieron,

    marcándola, punzándola, apartándola, quitándole ese derecho que la había

    honrado tanto Violeta enrojeció; de furia, me diría más tarde. Le apretó la mano a

    Marcelina, no se separó un centímetro de su lado durante toda la ceremonia y se

    quedó al chocolate caliente con galletas, sola con su madrina, sin una

    compañera aparte de mí- que se le acercase en el vasto refectorio. Cuando

    ambas hubieron bebido sus tasas, violeta tomo otra vez a Marcelina de la mano

    y cruzaron juntas el enorme comedor, entre la espesura de ojos y murmullos.

    “¿Sabes, Josefa?”, fue el único comentario posterior de violeta, “si algún

    sentido tiene haber nacido en esta parte del mundo, es evitar la humillación de la

    otra parte, que es harto más numerosa. Mientras yo exista, nunca una Marcelina

    se sentirá desprotegida. Lo juro por mi vida. No dijo nada más.

    Nuestro Trayecto

    Ya que la historia “Antigua Vida Mía” era tan linda, decidimos hacer una continuación

    de esta historia. La meta era poder crear nuestra propia continuación. Lo que teníamos

    que hacer era continuar la historia como nosotros imaginábamos que seguiría, sería

    nuestra versión y lo más importante… nuestro final. Teníamos más o menos dos o tres

    semanas para hacerla y después pasarla en limpio. Lo mejor acá era poder demostrar

    nuestra creatividad. Ya después de entregarla, nos la devolverían corregida y

    tendríamos que arreglar los errores y pasarla a un pendrive. Pero teníamos que

    agregarle una imagen y un seudónimo para poder presentarla a la clase. Esto nos

    motiva a poder terminar la historia como nosotros queramos.

  • UNA GRAN AMISTAD

    Hacía dos años, los padres de Josefa y Violeta habían fallecido en un accidente y las

    niñas de 12 y 13 años quedaron al cuidado de su madrina Marcelina.

    Marcelina era amiga de Alicia, la madre de las mellizas Olivia y Aurora de 14 años.

    Vivían todas juntas en una casa de dos pisos en el barrio Pocitos, en la ciudad de

    Montevideo.

    Las niñas iban al mismo colegio y habían vuelto de un campamento. Josefa, que era

    aventurera y ágil en los deportes disfrutaba mucho estas salidas y como el

    campamento era en la playa, a Violeta también le gustaba.

    Un martes en la noche, Aurora tuvo una idea propuso para celebrar, ir a la Pizzería

    Mozzarello pero Olivia no estaba de acuerdo porque ella era muy tranquila y por su

    timidez no quería, pero las otras chicas estaban de acuerdo así que igual fue.

    Violeta, Josefa, Olivia y Aurora estaban sentadas en la pizzería conversando, cuando

    una humeante y dorada pizza salida recién del horno llegó a la mesa de al lado. Todas

    quisieron pedir lo mismo, esa masa aunque era del color del oro al morderla parecía

    de algodón.

    Ellas habían pedido tres mozzarellas, dos fainás y una pizza con aceitunas.

    Mientras conversaban, dos ladrones le robaron silenciosamente el bolso a Violeta.

    Cuando fueron a pagar se dieron cuenta que las habían robado y que no podían

    comunicarse ni pagar. Ellas pidieron para llamar desde el teléfono de la pizzería y les

    dijeron que sí, entonces llamaron y no atendió nadie. Unos minutos después las niñas

    llamaron para contar lo que les había pasado y le explicaron a Marcelina.

    Rápidamente Marcelina fue a la pizzería y pagó la cuenta.

    Marcelina era una mujer de 33 años muy amable y sensible, una persona muy

    pensativa pero actuó por impulso

    Para ir a ayudar a las chicas Marcelina tomó dinero de Alicia sin preguntarle, porque

    quería sacar a las chicas de la situación. Con esa plata Alicia se iba a comprar algunos

    remedios pero resulta que cuando llegó a la farmacia, ella no tenía la plata para

    pagarlos.

    Muy nerviosa, la madre de las mellizas llamó a Marcelina por si ella había visto el

    dinero. Marcelina contestó que sí, pero también le dijo que se lo había gastado,

    entonces Alicia se enfureció. Marcelina debía buscar la forma de devolverle ese

    dinero.

    Mientras, en las afueras de la pizzería, Aurora que era la más valiente, inquieta y

    curiosa salió en la brumosa noche en busca del bolso ámbar de Violeta, o de alguna

    pista y escuchó una voz que venía de la sombra. La voz gritaba: “dejá, dejá”.

  • Marcelina salió al encuentro de Aurora y juntas les pareció ver en el césped, entre los

    árboles y las vagas claridades de luz, el bolso de Violeta. Así recuperaron el dinero

    para devolverle a Alicia ya que solo se habían llevado el celular y los documentos.

    Cuando volvieron a la casa Alicia vio a Marcelina con sus ojos color azabache llenos

    de lágrimas. Marcelina le pidió disculpas por lo sucedido y le dio su dinero y Alicia

    como madre cuidadosa y responsable de las niñas se lo agradeció. Era una persona

    noble, con un corazón blando y fresco.

    Awela

  • BUENA UNIÓN

    Dos meses después de la ceremonia, Marcelina da la noticia de que su

    hermana Graciela (a la que le tiene mucho afecto) iba a ir de visita a la

    ciudad dentro de una semana. Todos se emocionaron, ya que Marcelina

    vivía hablando de la hermana, y al juzgar por los relatos y cuentos parecía

    una mujer muy buena y decidida. Graciela era la hermana mayor de

    Marcelina, tenía 55 años. Amaba a Marcelina. Cuando eran niñas, su

    padre murió y por ello la madre vivía trabajando para mantener a la

    familia, entonces Graciela tenía que hacerse cargo de Marcelina. Como

    pasaban casi todo el día juntas crearon un lazo muy grande. Graciela y

    Marcelina tenían cosas muy parecidas como, el pelo azabache con rulos, la

    piel oscura, ojos tan marrones como la tierra, pero brillaban con el sol.

    Marcelina siempre contaba que Graciela nunca se rendía, eso a Violeta la

    fascinaba. Violeta ansiaba conocer a Graciela.

    Y así fue, una semana después llegó Graciela. Todos querían saber sobre

    ella.

    -Tú debes ser Graciela-, dijo Nelson el padre de Violeta.

    -Sí, y tú sos…-

    -Nelson,- le susurró Violeta.

    -¡Nelson!- dice Graciela un poco avergonzada.

    -Se ve que tu llegada le hizo bien a papá ya que él está casi siempre

    trabajando.-

    Eso era cierto, Nelson era una persona ambiciosa, por eso y por muchas

    razones más trabajaba mucho, eso le enojaba a Violeta porque por esa

    razón él casi no le prestaba atención. Siempre se esforzaba por lo que

    quería, en cuanto a la apariencia, casi siempre vestía elegante, tenía ojos

    verdes y era canoso.

    -Violeta, no digas eso, lo hago por el bien de la familia.

  • -Siempre el mismo verso- dijo Violeta.

    -Violeta cuéntame más de ti, Marcelina siempre cuenta maravillas de vos,-

    dijo entusiasmada Graciela. Violeta se rió como cascabeleando,

    -Es bonito saber eso, las dos se rieron.

    -Ya tendremos tiempo para hablar de mí, me encantaría introducirme,

    pero te tienes que instalar, -dijo Violeta en un tono suave.

    -Marcelina muéstrale a Graciela dónde está tu cuarto, - dijo Nelson en un

    tono como si estuviera dando una orden. A Graciela le fascinó el cuarto,

    era un cuarto espacioso, luminoso, bello, agradable, ella pensaba que era

    como un cuarto salido de una película de Disney.

    Ya habían pasado cuatro días de la llegada de Graciela y nunca había

    podido salir a recorrer la ciudad, pensaba a menudo Violeta, así que se

    propuso llevarla de paseo por el barrio. Para ello necesitaba ayuda de

    alguien mayor: el padre definitivamente estaba muy ocupado, Marcelina

    estaba preparando una cena para las amigas de la madre de Violeta…

    Entonces llamó a la tía Celina. La tía Celina era la tía de Violeta, las dos se

    llevaban muy bien, Celina quería a Violeta como la hija que nunca había

    podido tener, Violeta se había dado cuenta de eso pero nunca hablaba del

    tema, ya que podría poner mal a Celina, aunque Celina estaba medio loca,

    Violeta la amaba tal y como era, ya que eran parecidas en muchos

    aspectos: las dos eran sumamente mimosas, tiernas, un poco impacientes

    y las dos castañas. Así que invitó a Celina y a Josefa para que las

    acompañaran, a Violeta le pareció una buena idea invitar a Josefa para

    que conociera a Graciela, tenía el presentimiento de que se iban a llevar

    bien.

    -Dale Josefa apúrate que se va a hacer de noche,- dijo Violeta apurada.

    Josefa era muy coqueta y perfeccionista, siempre se preocupaba por su

    apariencia, como que su cerquillo esté bien peinado, o de taparse bien las

    pecas, eso era raro porque aceptaba a todos por cómo eran por dentro no

    por fuera, Josefa era la fiel amiga de Violeta.

    -Ya casi lista,- dijo Josefa.

  • Cuando salieron, el primer gesto de Graciela fue mirar todas las luces que

    rodeaban el barrio. Pasearon mucho hasta que en algún momento Josefa

    se empezó a sentir un poco mareada, eso era raro en ella ya que era una

    niña muy activa, se sentaron en un banquito de una plaza,

    -te sentís mejor Jose-, dijo Violeta en un tono de pregunta aterrada. Justo

    antes de que pudiera responder aparecieron dos compañeras de Violeta,

    justo unas de las que se habían burlado de Marcelina en la ceremonia,

    Fiorela y Sofía, las dos eran envidiosas, creídas, y parecía que disfrutaban

    molestando a la gente, secas, sin sentimiento era lo que demostraban.

    -¿Jose que te pasó? ¿Te contagiaron las mapuches de sus enfermedades

    indígenas?,- se rieron, parecían brujas. Graciela se entristeció no dijo nada

    pero se notaba en la expresión facial, esa mirada decía más de mil

    palabras. Profunda como si no encajara.

    - ¡Cállense! ustedes dos ni la conocen,- dijo Violeta firme.

    -Es cierto, no la conocemos, pero debe ser igual de sucia que la hermana,-

    dijo Fiorela en un tono de burla. Graciela enrojeció de furia, la humillación

    a su cultura y a su hermana, la espesura de ojos que recibía al caminar

    por las calles de la ciudad y como si fuera poco despreciando su esmero

    por encajar, ya no se iba a quedar más callada…

    -Ustedes dos no tienen derecho a hablar así de nosotros, se creen mucho

    por ser del norte, o por tener más dinero que yo, pero no son nada-, dijo

    Graciela muy enojada. Se creó un silencio muy incómodo, nadie sabía qué

    decir. “En fin ya es tarde, hay que irnos Fiore, antes de que nuestras

    madres se empiecen a preocupar”, dijo Sofía intentando zafar de la

    situación. “Ustedes dos no se van a ningún lado hasta que se disculpen

    con Graciela”, dijo Celina decidida.

    “¿Porqué nos tendríamos que disculpar?”

    “No dijimos nada más que la verdad”, dijeron las dos creyéndose muy

    inteligentes.

    Siguieron discutiendo hasta que en un momento Josefa se desmayó. ¡Jose

    despertáte!”, gritaba Violeta preocupada. “Todo es su culpa, ahora Josefa

  • está inconsciente por culpa de sus nefastos comentarios”, dijo Violeta más

    enojada que nunca. “Claro que no, sino fuera por esta mujer, que

    definitivamente se tendría que haber quedado en su pueblito, no

    hubiésemos peleado”, dijeron Fiorela y Sofía. Posterior a estos

    comentarios se gritaron desaforadamente, hasta que Celina que estaba

    harta y viendo la pelea desde ‘afuera’, veía que (aunque se hacía la fuerte)

    estaba marcándola a Graciela emocionalmente, se propuso detener todo

    esto para que todos se preocuparan por la salud de Josefa. “¡No son más

    egoístas porque no les da el tiempo! En vez de preocuparse por Josefa,

    ustedes siguen discutiendo”, dijo Celina. A Violeta se le pusieron los ojos

    de cristal tan transparentes que se podían ver todos sus pensamientos a

    través de ellos. ¿Cómo puedo estar haciéndole esto a Josefa?, que fue la

    única que se quedó conmigo en las buenas y en las malas, ahora yo le

    tengo que devolver el favor, pensaba Violeta. “Hay que llevarla al

    hospital,” dijo Graciela enseguida. “Proponemos una tregua por el bien de

    Josefa. ¿Aceptan?”, dijeron arrepentidas Fiorela y Sofía. Violeta y Josefa se

    miraron sonrieron y las dos exclamaron: “¡Sí!”

    Ya habían pasado dos días y Josefa seguía en el hospital, en el mismo

    estado, los doctores no estaban seguros de lo que era, por eso no podían

    decir mucho, porque nada de lo que decían podía ser exacto. Violeta, que

    hasta ahora se venía haciendo la fuerte, se largó a llorar apenas entró al

    cuarto de Josefa y la tomó de la mano: “Perdón, por no haberte prestado

    atención, ¿qué pasa si te trajimos muy tarde al hospital por esa discusión,

    o si no te recuperás?, va a ser todo mi culpa. Si no hubieras venido quizá

    no te pasaba esto, quisiera revertir el pasado”, dijo Violeta al borde del

    llanto. Justo en ese momento entraron Fiorela, Sofía, Graciela y Celina.

    Todas rodearon la camilla donde estaba acostada Josefa, se agarraron de

    las manos y empezaron a rezar, cada una a su manera, porque a pesar de

    que Violeta, Fiorela y Sofía eran católicas, Celina era judía y Marcelina

    tenía sus propias creencias.

    Después de diez minutos, Josefa se despertó. Al ver eso Violeta

    enloqueció de felicidad, llamó a los padres de Josefa, a los doctores,

    enfermeras, prácticamente a todo el hospital. “¡Ay Jose, el susto que me

    pegaste!”, dijo riendo aliviadamente Violeta. Josefa tenía una mirada

  • confusa aunque feliz al ver a todos llevarse bien. “Se ve que al fin y al cabo

    sirvió de algo que me enfermara, ahora todos se llevan bien”, dijo Josefa

    feliz. Todos rieron y la abrazaron.

    Bob esponja

    FIN

  • Los Peores Amigos

    Un día Violeta iba caminando por la calle de la mano de Marcelina cuando de repente viene un

    ladrón y le roba la cartera a Marcelina, esa era la cartera que violeta le había regalado a

    Marcelina esa misma mañana.

    Marcelina se dirigió a un poste de teléfono y llamo a la policía para reportar lo que le había

    pasado, cuando Marcelina estaba hablando Violeta ve que Josefa estaba caminando con la

    persona que le había robado la cartera a Marcelina.

    Enseguida Violeta se dirigió a Josefa y le dijo.

    -Hola! Jose puedo ver esa cartera que tiene tu “AMIGO”.

    A lo que Josefa le responde.

    -NO, Porque es de buena marca y no la quiero prestar!

    En ese momento Violeta comenzó a sospechar y volvió con Marcelina para avisarle que su

    mejor amiga la que siempre la ayudaba a caer de punta en blanco los domingos… La había

    TRAICIONADO.

    Marcelina se quedo de boca abierta porque no podía creer lo que había hecho Josefa,

    entonces Marcelina le dijo a Violeta.

    -Violeta mi amor te juro que nunca más vas a ver a esa niña-

    Violeta quedo impactada con lo que Marcelina le había dicho y enseguida le contestó.

    -Marce, entendiste mal lo que te quería decir porque yo la quiero seguir viendo-

    Y Marcelina se lo negó diciéndole muy enojada.

    -Violeta, vos me entendiste? Yo te dije que NUNCA MÁS vas a ver a esa niña-

    Tres meses más tarde…

    Josefa le devuelve la cartera que le había robado a Marcelina, y ella acepta sus disculpas

    Y después se fueron a tomar un café.

    DELEX

  • El Trágico Problema de Marcelina

    Pasaron diez años y Violeta y su familia no se olvidaron de lo que había pasado ese día.

    Violeta y su fiel amiga Josefa crecieron juntas, cada día de los diez años que pasaron, sin

    separarse un segundo, apoyándose mutuamente. Marcelina creció y su niña también,

    Violeta dejó de necesitarla como antes, y de apoco, Marcelina se fue alejando de su querida

    niña. La familia creció, nació Alejandro, el hermano menor de Violeta. Ahora Alejandro tiene

    8 años.

    Marcelina se compró una casa chica, simple y barata, pero los problemas comenzaron.

    Pasó un tiempo hasta que Marcelina se diera cuenta que el estado le estaba robando. Un día

    Alicia, la madre de Violeta, fue a ayudar a Marcelina con las cuentas y se dio cuenta que le

    estaban dando unos 200.000$ chilenos menos. Alicia y Marcelina fueron en busca de Violeta

    que, como siempre, estaba alegre con esos ojos cristalinos que tiene, hasta que su madre y

    su madrina le dieron la noticia la cual le molestó mucho.

    Violeta decidió ir en busca de su amigo José, que estaba estudiando abogacía, entonces

    podía ayudar con el caso. José les dijo que no tenía problema y se puso manos a la obra. Más

    problemas aparecieron cuando la inmobiliaria fue a decirle a Marcelina que si no pagaba las

    tres cuotas que no pudo pagar en los últimos tres meses, iba a tener que dejar la casa.

    Violeta se desesperó porque no podía dejar que su madrina perdiera su casa, y con mucho

    sacrificio decidió vender algunas de sus ropas más bonitas, inclusive su favorita: una

    camiseta peluda, suave y blanda. Josefa decidió ayudar y le pidió a su amiga Graciela si tenía

    algún trabajo para Violeta y ella, la cual dijo que para sus amigas siempre tenía una vacante.

    Comenzaron a trabajar pero esto influyó en sus estudios y tuvieron que dejar el trabajo.

    Violeta se puso muy nerviosa y comenzó a gritar cosas como: vasto, desprotegida, punzar, de

    punta en blanco, azabache, refectorio, posterior, alba y otras locuras más. Violeta, estoica,

    decidió cambiar de trabajo, más allá de la humillación de sus compañeras y sus madrinas,

    trabajar en una pizzería haciendo las distintas salsas.

    Después de un tiempo, José trajo noticias a la casa de Violeta. Consiguió con mucho

    esfuerzo, que el estado le devolviera la plata a Marcelina, al final todo salió bien y le

    agradeció a todos por toda la ayuda, en especial a Violeta y a Josefa que fueron las más

    perjudicadas ya que tuvieron que vender sus cosas y trabajar de más.

    Por un tiempo más Violeta siguió teniendo ataques diciendo palabras como: árbol, el perro

    gris, íntimo amigo mío, católicos son los círculos. Y después de un mes de terapia dejó de

    tener ataques.

    C.C.R

  • EL SUEÑO DE LOCATELA

    El martes en el estadio estaba Violeta y sus compañeras que fueron a mirar el partido de fútbol

    de Uruguay contra Argentina. El partido fue agradable, al final salió más favorecido para

    Uruguay con el resultado de 2 a 1.

    Cuando salieron del estadio, en la salida pudieron encontrarse con algunos jugadores del

    equipo uruguayo. José Suarez, el delantero de Uruguay fue el más entrevistado por la prensa

    por haber marcado los dos goles para la victoria de Uruguay. Locatela, compañera de Violeta

    llamó a su madre, Roberta, para avisarle que estaba viendo a José Suarez, el ídolo de Roberta,

    cara a cara. Cuando Locatela puso alta voz, Roberta escucho la voz del futbolista que tanto

    idolatraba. Su reacción era alegre e inexplicable.

    Luego del partido todas las chicas llegaron a su casa y lo único que hicieron fue dormir.

    Al día siguiente cuando Locatela y su hermana gemela Lucatela se despertaron, bajaron a la

    cocina a desayunar. No podían creer lo que sus ojos de cristales estaban viendo… ¡José Suarez,

    el futbolista uruguayo, estaba en su casa! No sabían que estaba pasando. Luego llegó Roberta,

    su madre, y les dice “conozcan a mi nuevo bello novio”. Las gemelas no sabían cómo

    reaccionar.

    Luego de algunos días que Roberta y José estuvieron saliendo por un largo tiempo, creían que

    ya se eran fiel y que eran la pareja perfecta. Al día siguiente las gemelas se despertaron y

    escucharon gritos del piso de abajo. Tenían miedo de bajar. Al final cuando bajaron escucharon

    un ruido de la puerta cerrándose bruscamente y ven a Roberta llorando no muy bonita y

    sintiéndose desprotegida.

    Posterior a eso, el siguiente día en el colegio estaba Lola la hija de José Suarez. Las gemelas

    enrojecidas de furia, se encontraron con Lola e intercambiaron algunos insultos, entonces

    llegaron Violeta, Josefa y Marcelina, con esa alma tan luminosa a salvar el día. Primero las

    apartaron y luego les dijeron algunas frases para suavizar y ablandar la situación. Las frases las

    hicieron calmarse y darse cuenta que lo que estaban haciendo estaba mal. Las frases fueron:

    “trata a los demás como quieres ser tratado”, “pelear no es siempre la solución” y otras frases.

    Entonces Lola y las gemelas se disculparon. Luego se fueron a comer algo rico al refectorio del

    colegio y ya todas eran amigas.

    Entonces Locatela se despertó. Se dio cuenta de que nada era real, que su madre no era novia

    de un futbolista y que ella no se había peleado con nadie. ¡Se sintió tan real!

    El Loco de los Lobos Alfa

  • Las compañeras de Violeta

    Un sábado en la cafetería de la esquina del colegio de Violeta, se reunieron todos los

    familiares de los alumnos para celebrar la despedida del año. Era algo que se solía hacer todos

    los años. Violeta estaba muy triste porque ni su padre ni su madre podían ir, y la única persona

    que podía acompañarla era Marcelina. Marcelina es como una abuela para ella, la cuida a

    Violeta desde que nació. Entonces Violeta aceptó la propuesta de su

    mamá, total ir con Marcelina era como ir con su abuela. Unas horas

    antes del café Marcelina tuvo un problema con la vestimenta. Ella era

    de origen mapuche, y los mapuches lo más formal que usan es gasa

    celeste. Marcelina pensaba que era un evento formal, pero en

    realidad era un evento simple. Ella a pesar de todo fue de punta en

    blanco, toda arregladita con su mejor atuendo. Llegando a la cafetería se dio cuenta que todos

    bajaban de los autos con ropa casual. Ella se había entristecido un poco porque ella se había

    esforzado y resulta que era un evento simple. Igual su caminar estoico no se derrumbó. Salió

    del auto y entró a la sala como si no hubiese pasado nada. Toda la gente le dirigía la mirada

    hacia ella apartándola, marcándola, punzándola. Más tarde era la hora de pedir la comida. La

    angustia de Marcelina impidió que ella pudiera elegir algo para comer. Como no sabía qué

    comer pidió de todo un poco: salado, dulce, picante y afrutado. Violeta nunca había visto a

    Marcelina así entonces se levantó y fue a encarar a sus compañeras. Cuando fue a encarar a

    las compañeras había tres personas hablando con ella. La familia Firpo. La familia Firpo era una

    familia que siempre fue humillada por ser mapuche. Los mapuches son humillados por cómo

    se visten, por sus pelos azabaches, etc. Ellos conocían a Marcelina, era de su tribu. Cuando se

    dieron cuenta de que Marcelina, su colega había sido humillada ellos fueron a defenderla.

    Manuela era una compañera del curso de Violeta de la familia Firpo. A ella siempre la

    señalaban por ser mapuche. Yo siempre me pregunté. ¿Por qué siempre humillan a los demás

    por cómo se visten, cómo tienen el pelo, etc?, fui a preguntarles a las compañeras. Se

    pusieron a llorar. Una de ellas Sol, la madre siempre la obliga a estudiar y si no se sacaba las

    mejores notas, no comía de noche, por eso se descargaba con otras personas. Otra compañera

    Luz tenía problemas en la casa con los padres siempre se viven peleando, no hay día que no se

    peleen y el único lugar que tiene para descargarse es el colegio. Otra y la última compañera

    Azul, siempre las más grande la molestaban hasta que en un momento aprendió a defenderse

    y desde ese día trata mal y humilla a la gente como a Marcelina. Todas esas chicas tienen

    problemas en las casas y se los transmiten a otros compañeros descargándose en ellos. Al final

    las compañeras se disculparon con Marcelina y todo más o menos se arregló. Después de

    todos los problemas, pudieron disfrutar de una linda velada, comiendo, tomando un rico té,

    riendo, disfrutando y también haciendo nuevas amistades.

    Espirito

  • La estoica Violeta

    Eran los años de guerra en el sur de Chile.

    Entre ladrones de tierras y delincuentes, la vida era muy dura y difícil.

    En una humilde vivienda habitan Violeta, su padre y su madre llamada Carlota.

    Violeta era una niña alegre, de corazón blando y ojos grandes.

    Durante una noche de verano hubo un asalto a su casa. En esa misma noche sus padres

    murieron, quedando Violeta al cuidado de su madrina Marcelina Cabezas.

    Para ella fue una pérdida muy grande que no superó fácilmente.

    Por muchos años, la niña sufrió los recuerdos de aquella fatídica noche.

    El carácter de Violeta se volvió estoico frente a los problemas.

    La pequeña creció muy valiente, sabiendo enfrentar las más difíciles situaciones que se le

    fueron presentando a lo largo de su vida; a pesar de esto su corazón se mantuvo tierno y

    dulce.

    Cierta noche acompañada de su novio Pedro, caminaban por la ruta cuando de pronto fueron

    asaltados. La chica sintió un escalofrío al recordar el hecho sucedido años atrás cuando

    fallecieron sus padres.

    Violeta junto a su novio lucharon ferozmente, pudiendo vencer a los agresores.

    La chica mostró su valentía para salir adelante frente a los problemas.

    La vida de Violeta nunca fue fácil, se puede decir que ella no caminó entre algodones. Su

    carácter estoico lo hizo fuerte ante las desgracias que se le fueron presentando en la vida.

    Su madrina así como su novio fueron un gran apoyo emocional y de esta forma logró madurar

    rápidamente.

    Violeta es un ejemplo a seguir para muchos.

    Para ella solo los valientes ganan esta vida y los cobardes se quedan por el camino.

    Esta historia narra la vida de una pequeña niña que ha logrado con estoicismo saltar los

    obstáculos que se le han presentado, creciendo y llegando a ser una valiente mujer de gran

    corazón.

  • HOJAS

  • DISCUSIONES Y MAS DISCUSIONES

    Era un miércoles por la tarde en la casa de Violeta, Josefa y Violeta querían ir a comer y

    decidieron convencer a Marcelina para ir a comer a una pizzería. Posteriormente Marcelina

    decidió ir a una pizzería que estaba al lado de su casa. Cuando entraron vieron a las

    compañeras del colegio de Violeta, Julieta y Martina las dos de punta en blanco y enseguida

    empezaron a burlarse, humillándolas por estar con Marcelina. Entonces Violeta enrojeció de

    furia, pero antes de que Violeta les dijera algo, Marcelina decidió ir a otro lugar para que no

    tuvieran problemas entre ellas. Finalmente fueron a la pizzería en donde trabajaba Martín, el

    mejor amigo del hermano de Violeta.

    Cuando fueron a pagar, Josefa se dio cuenta de que Martín les había cobrado de más y

    enseguida fueron a reclamarle a Martín, pero él les dijo que no les iba de devolver la plata,

    ellas tres enrojecieron de furia y empezaron a discutir con Martín, hasta que de repente

    entraron Martina y Julieta. Enseguida Violeta les dijo que se fueran y que no se tenían que

    meter porque no era su problema. Pero a ellas no les importó y empezaron a humillarlas

    frente a todo el mundo. Obviamente Josefa y Violeta no se quedaron calladas y le

    respondieron hasta que Martin apartó del lugar a Julieta y a Martina.

    Posteriormente, Josefa, Marcelina y Violeta siguieron discutiendo con Martín por lo que había

    ocurrido antes, hasta que Violeta les dijo que le iban a decir a lo que había pasado a Federico,

    el hermano de Violeta, que era su mejor amigo.

    Cuando llegaron a la casa, fueron directamente a hablar con Federico y con Fiorella, su novia, y

    les dijeron lo que había pasado, pero ellos dijeron que Martín tenía razón porque ellas le

    habían hablado mal, Violeta enfureció y les empezó a gritar hasta que ellos le dieron la razón a

    Violeta. Luego fueron todos juntos a hablar con Martín, cuando llegaron, Federico fue

    directamente a hablar con Martín. Finalmente terminaron resolviendo el problema, Martín

    reconoció su pequeño error y se disculpó con ellas. Luego de eso Martín, Federico y Fiorella se

    fueron a una fiesta juntos, Violeta, Josefa y Marcelina se fueron a la casa de Violeta porque ya

    era tarde y al otro día Josefa y Violeta tenían Colegio.

    HOLA

  • La vida de Josefa

    Era un lunes en la casa de Josefa. Josefa quería que fuese el día miércoles porque iba a ser la

    ceremonia de confirmación en su casa.

    Dos días después…

    Era el día de la ceremonia y Josefa estaba muy emocionada. Cuando todos llegaron, todas las

    compañeras de Violeta se burlaban de ella y de Marcelina. El hermano de Violeta estaba

    furioso y Violeta también. En un momento una de las compañeras de Violeta gritó: -

    Marcelina es horrible – y el hermano de Violeta se enojó tanto que las amenazó con burlarse

    de ellas todo el tiempo y en frente de todos. Violeta se enojó con Josefa porque cuando esa

    niña gritó eso Josefa largó una risa burlona. Violeta estaba furiosa y por eso se fue de la

    ceremonia. Marcelina le dijo a Juan Ignacio y a Violeta que a ella no le importaba que se

    burlasen de ella ni enrojecerse de la vergüenza.

    Violeta habló con Josefa y Josefa le dijo a Violeta que la perdonara y Violeta dijo que sí.

    Continuará…

    Jazmín

  • Problemas Interminables

    Veinte años después Violeta se reúne con sus compañeras que la molestaron durante la

    ceremonia de las albas madrinas. Violeta tenía una reunión ese día con sus compañeras, había

    que ir con las albas madrinas. Violeta no quería que le volviese a suceder lo mismo que hace

    20 años, entonces en la ceremonia dijo que Marcelina había fallecido.

    Violeta en la reunión dijo que había fallecido, entonces todas le preguntaron: Ya que se

    murió ¿a quién elegirías como alba madrina? De inmediato respondió: -No me gustaría tener

    ahora una alba madrina porque me siento mal por lo que pasó. Violeta se frotó el ojo con la

    mano para fingir que estaba a punto de llorar. Las compañeras decidieron dejarla ir a su casa

    porque pensaron que se sentía mal.

    Cuando Violeta regresó a su casa acongojada debido a lo sucedido anteriormente, se fue al

    baño, fue ahí, que en ese momento estaba su amiga Josefa con su cara encremada para irse a

    dormir. Violeta grita de espanto que le produjo el encuentro. Marcelina fue corriendo al baño

    para ver que había pasado. -Por un momento pensé que había un ladrón.

    Al día siguiente Violeta juntó a Josefa se dirigieron a un boliche para festejar su cumple. Las

    dos buscaban boliche para festejar el cumple. Fue difícil la elección, hasta que Violeta marcó a

    un boliche, definitivamente encontraron el indicado. Era un boliche vasto. De inmediato,

    Josefa llamó a Marcelina, diciéndole que ya lo habían encontrado, y que había que llevar los

    refrescos y las decoraciones para festejar.

    El cumple sería el día siguiente por la noche a las 10p.m. Violeta entusiasmada le dijo a todos

    para que fueran. Todos se iban a ir. Eran unas 100 personas incluidas las compañeras de

    Violeta. Al día siguiente Violeta fue a comprarse su vestido para esa noche. Se fue a Zara, Gap,

    Forever 21, Indian, Wanama, Uniform, pero el que más le gustó fue uno de Zara. Violeta luego

    se fue a Hush Puppy para ver los zapatos, se probó 5 pero solo se llevó 2. Marcelina

    preparándose se tiñó el pelo a castaño en vez de azabache.

    Ya era de noche comenzando la fiesta Violeta entró al boliche con un caminar estoico y

    glorioso. Más tarde todo el mundo bailando activamente la canción Shake it. Pero algo pasó:

    mientras Marcelina bailaba se chocó con Marisela y Marisela gritó: -Ahhhhh. Violeta fue

    corriendo y cuando vio lo que había pasado se enrojeció. Marisela le dijo que no se había

    muerto. En lo que Violeta responde: No lo dije para que no nos molestaran. Pero ya era muy

    tarde Johnyta, Marta y valentina ya exageraron le estaban pegando y la humillaron

    abrumadoramente. Violeta grita: Alto!!!!!!!No ven que le hacen daño, no ven que sufren, yo ya

    me harte de ustedes siempre haciéndose lo más importante. Todo el mundo empieza a

    aplaudir. Pero Marisela dice: ¿Por qué aplaud…? Sin terminar la frase Martín responden: Tiene

    razón ella, ellos son humanos. Johnyta refrecciono pero las otras no entonces el dj las apunta

    con un foco de luz y dice: No se cansan miren que si no paran yo me voy a meter con ustedes.

  • Hay en ese momento se escucha yo también repetidamente. Las compañeras de Violeta se

    retiran de la fiesta y todo continuo normal hasta el final de la fiesta.

    Esto no había terminado por más que Johnyta, Marta y Valentina hallan refeccionado

    Marisela no iba a molestar mas pero si quería a Martín. Entonces Marisela le roba el celular y

    se envía a si misma un mensaje romántico, después se le devuelve diciendo que “lo había

    encontrado “.Un día Josefa fue a la casa de Martín. Cuando Martín fue al baño Josefa siendo

    chusma le revisa el whatsapp y ve el mensaje, Martín vuelve del baño Josefa lo mira con cara

    de mala entonces Martín dice: Que pasa mi vida? En lo que le da el celular con el mensaje. Él

    dice: Yo no fui te juro por mi vida. Josefa estuvo a punto de irse pero aparece por detrás

    Maristela riéndose, Josefa enfurecida, harta y sin noción de lo que pasa se va y Maristela dice:

    Mi plan funcionó, ahora sos solo mío. Martin sin opción alguna se casa con Maristela.

    Ya organizaron todo para la boda entonces, están diciendo todo y dicen: Si alguien esta en

    contra de esto hable ahora o calle para siempre. En lo que va Josefa diciendo: Yo!, perdón

    Martín no quiero que estés lejos de mí. No lo soporto! Martín dice: perdonada y se besan. Ahí

    fue el verdadero matrimonio. Maristela tira las flores al piso y las pisa y se va enfurecida.

    THE

    END

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    Lolxd

  • El día de las burlas

    El sábado siguiente, en el shopping, Violeta se encontró con sus compañeras y se pelearon

    fuerte. Luego vino Josefa y se puso a discutir y a ayudar a Violeta.

    Se fueron las compañeras por un lado y Violeta y Josefa por el otro. Al caminar, Violeta sin

    querer se tropezó con el pie de Josefa y discutieron.

    Se fueron una para cada lado y Josefa se encontró con las compañeras y sus tres hermanos de

    12 años. Ellas planearon vengarse de Violeta mientras que ella se fue llorando con Marcelina.

    Después, se encontraron todas y las compañeras se burlaron y le dijeron "llorona" a Violeta, lo

    cual a ella no le importó y se fueron.

    Resulta que Josefa planeó todo desde un principio. Luego intentó explicarle a Violeta.

    Al final se amigaron y se fueron riéndose y burlándose de las compañeras hasta la casa de

    Josefa.

    La madre de Josefa las recibió con la merienda y se sentaron a comer.

    Seudónimo: Losco

  • Problemas de la vida.

    Era un 18 de febrero2001, un domingo a la mañana. Y Violeta, Marcelina, Lucas, Luna y Lucía

    estaban desayunando.

    -Violeta, ¡no comas mucho que en la ceremonia vamos a comer!– dijo Marcelina riéndose

    Al rato, Lucía, la madre de Violeta se fue a su trabajo. Ella trabajaba de mesera.

    Mientras Marcelina se estaba cambiando para irse, la llamó Vale, la niñera de Lucas. Lucas era

    el hermano de Violeta.

    -Hola Marce. Estoy enferma, no puedo ir a cuidar a Lukitas. Pero no te preocupes que voy a

    preguntarle a mis amigas si pueden ir. -

    Entonces Marcelina le dijo a Violeta que capaz que no llegaban a la ceremonia. Tenían que

    estar a las 2:00pm en el parque. Y ya era la 1:30. Cuando Violeta se enteró, le preguntó a sus

    amigas mayores si podían cuidar a Lucas y le dijeron que no podían. En ese momento ella se

    rindió. Ya estaba harta.

    A la 1:50 tocan el timbre.

    - ¡Hola! Soy María. Soy una amiga de Vale, me pidió que viniera a cuidar a Lucas.

    - ¡Ayyyy! ¿Enserio? ¡Violeta nos vamos! -gritó Marcelina muy alegre.

    Cuando Violeta escuchó el grito de Marcelina, bajó corriendo feliz.

    Al llegar al parque, se dieron cuenta que se habían olvidado del número de la cédula para

    poder participar en la ceremonia. No sabían qué hacer, entonces Marcelina llamó a Luna

    consecutivamente, pero no atendía y se empezaron a preocupar.

    -Dame el código de tu teléfono para llamar a María.

    Pero cuando Violeta llamó a su casa, no atendían.

    Entonces, cuando Luna no atendió, Marcelina buscó en todos sus bolsillos y lo terminó

    encontrando en un bolsillo secreto. Pero igual seguía preocupado por Luna. Cuando la

    ceremonia terminó, Luna los llamó y dijo que había ido al cine y después alo de una amiga a

    hacer deberes.

    Luz

  • La amistad

    Unos días más tarde, luego de la ceremonia, Violeta fue a la casa de Josefa para ver como

    estaba, ya que no contestaba ninguna de sus llamadas. Cuando llegó, tocó timbre y le abrió

    Lucas el hermano de Josefa.

    -¿Dónde está Josefa?-preguntó con desesperación.

    -Arriba, no se siente muy bien-dijo Lucas.

    Cuando subió las escaleras vió la puerta de Josefa media entornada y sin entrar ya se

    escuchaban su llanto. Entonces con preocupación entró a su cuarto y la vió, era ella, tirada,

    pálida, sin ganas de hacer nada. Entonces rápidamente llamó a Marcelina, ya que ella sabía

    algo de medicina pero no era doctora porque a los Mapuches no los dejaban.

    -¿Estás bien?-preguntó.

    Josefa ni le contestó de lo mal que estaba.

    Algunas horas más tarde cuando Marcelina llegó ni preguntó lo que pasaba ya que supuso que

    era por la ceremonia. Cuando vio lo mal que estaba Josefa le saltaron los ojos. Decidieron

    llamar a un médico. Cuando llegó y la vio decidió tomarle la temperatura y el pulso, ya que no

    parecía ni normal de la manera en la que estaba. El médico lo que le había dicho era que tenía

    que hacer reposo por un mes.

    Cuando las compañeras llegaron la vieron y se dieron cuenta de lo mal que habían hecho sentir

    a una de sus compañeras. Sin dudarlo le pidieron disculpas, pero sabían que no se iba a curar

    con un simple”perdón”, pero sin embargo con la ayuda de todas poco a poco se fue

    mejorando, pero igual le había hecho tan mal que ya ni quería volver a el colegio, pero a

    Marcelina no le habían pedido disculpas e igual siguieron molestandola. Marcelina ya harta de

    todo eso decidió irse a vivir a su pueblo natal, donde ella había nacido, a su hogar.

    Violeta intentó hacer todo lo posible para que no se vaya, pero no lo consiguió. Marcelina se

    fue a vivir a Huarpes. Josefa tuvo que cambiarse de colegio pero Violeta ya que no pudo

    acompañar a Marcelina, esta vez no dejó ir a una de sus personas más importantes.

    MIRTHA LEGRAND

  • AMIENEMIGAS

    Un sábado al mediodía, Josefa, Sol, Luna y Thiago, se reencontraron con Tom, el primo de

    Violeta. Él venía desde Brasil. Su avión había llegado hacía una semana. Todos decidieron

    juntarse en la casa de Violeta. Tom se estaba quedando en el hotel que quedaba en la esquina

    de la casa de sus primos.

    Violeta estaba ansiosa, sentada en el sillón junto a Juan, su hermano y su perro Pon Pon.

    Mientras, Marcelina tomaba su té de manzanilla. La mamá y el papá de Violeta ya se habían

    ido a trabajar, ellos no estaban mucho en la casa.

    La primera en tocar timbre fue Josefa, su fiel y alegre amiga, y al lado de Violeta, recibiéndola,

    estaba el mimoso de Pon Pon. Atrás de Violeta y el cachorro, estaba Marcelina, su niñera del

    Sur mapuche, que Tom aún no conocía. Ella era alta, flaca, alegre, agradable, tranquila y con

    pelo azabache.

    Cuando todos estaban adentro de la casa, se fueron al comedor y luego al cuarto de Violeta.

    Ahí había una cerámica, con forma de un triángulo o de una pirámide, que Violeta no quería

    que nadie la tocara.

    Josefa no la podía parar de mirar, por lo cual era evidente que lo quería tocar. Lo agarró sin

    que nadie la viera y se le cayó. Josefa se sentía muy mal y Violeta le dijo: “- Tú siempre rompés

    todo!” Sol y Luna la consolaron (a Josefa), y querían apartar a Violeta. Josefa y las dos chicas se

    pelearon con Violeta; Pon Pon y Marcelina la consolaron, mientras que Juan, Thiago y Tom,

    jugaban.

    Después de un rato Josefa y Violeta se reconciliaron y Sol y Luna se fueron con toda la clase al

    parque. Ya cuando se habían ido, Marcelina les ofreció a los demás para ir a otro parque, pero

    en el camino Sol los vio, y les dijo a todos que se burlen de los otros chicos.

    Pon Pon se puso a jugar con una pelotita, debajo de un árbol, en el césped recién regado, junto

    a unas rosas. Violeta y Josefa charlaban en un banco frío. Lejos de Pon Pon estaban los chicos

    en el pasto y Tom elegía con qué pelota jugar al football. Josefa y Violeta estaban muy

    enojadas porque se habían dado cuenta de que se estaban burlando de ellas.

    De pronto Pon Pon fue atacado por un joven que le cortó la patita y estaba muy grave.

    Marcelina fue la primera en darse cuenta y fue a ver a Pon Pon con un caminar estoico, muy

    enojada con el joven. Cuando todos se dieron cuenta, las chicas se dejaron de pelear y fueron

    corriendo a ver que le pasaba.

    Luego fueron al veterinario, y aunque estaba muy débil y tuvieron que intervenirle la pata, lo

    lograron curar.

    MOSQUETERA

  • Antigua vida mía

    Vol. 2

    Pasó un día después de la ceremonia, Violeta notó algo raro de Marcelina.

    -¿Estás bien?,- preguntó Violeta.

    A Marcelina le empezaron a salir lágrimas en los ojos.

    -¿Qué te pasa?

    -Estoy así por cómo tus amigas me discriminaron tan solo por ser Mapuche.

    No hay que ser débiles, hay que demostrar que estamos molestas ambas, hay que ser fuertes,

    tienes un hermoso color de pelo azabache.

    Marcelina enrojeció de orgullo y le tocó la cara a Violeta con sus manos.

    -Violeta ¿te preparo un té?

    -Claro.

    -Prendió un fósforo Marcelina.

    -Pasó una hora y Marcelina olvidó el té.

    -Toc toc se escuchó en la puerta.

    Era una de las mejores amigas de Violeta.

    Federica.

    HOLA.

    Hola.

    Oí lo que le paso a Marcelina, estuvo muy mal.

    Pasa quiero mostrarte algo, dijo Violeta.

    TocToc se escuchó en la puerta.

    Era otra amiga de Violeta.

    Martina.

    Hola ¿cómo estás?, dijo Violeta.

    Bien, en un momento viene Guillermina.

    Hola Guille ¿cómo estás?

  • Bien, les cuento un chiste, una persona muere atropellada al ir al cine, parece que no vio el

    tráiler.

    Todas se rieron.

    Dejaron un paquete afuera.

    Como sea otras de tus bromas te haré comer brócoli cuando vengas

    No te preocupes no es broma.

    Era un regalo de las ex amigas de Violeta pidiéndole perdón a Marcelina, era un álbum de fotos

    de Violeta.

    -¿Quieren salir afuera? hay un vasto cultivo de maíz.

    Violeta estaba muy enojada con Josefa.

    -¿Qué te pasa?

    -¿Por qué les diste las fotos?

    Hice algo para que se disculpen

    -Pudiste hacer algo más, dijo Violeta

    -Eres malagradecida.

    Mira quien lo dice la q no se puede confiar, dijo violeta

    No quiero ser tu amiga más, dijo Josefa

    Yo tampoco, dijo Violeta

    Pasaron dos horas desde la pelea

    HOLA volví, dijo Marcelina

    Mira q te dan mis compañeras un regalo, dijo Violeta

    Diles gracias por mí, dijo Marcelina

    Porque huele a quemado, dijo Martina

  • La cocina, se me olvido el té, dijo Marcelina

    Paco Manolito Simpson

  • Discriminación en la ciudad

    Dos semanas después del problema en la ceremonia de confirmación de Violeta, mientras

    Marcelina tomaba su café, empezó a recibir cartas que decían que ella no estaba pagando el

    alquiler de la casa, pero eso no era así ella no se atrasaba ni un día con el pago del alquiler. Se

    fue a cepillar los dientes y se hidrató la cara con una crema de especias mapuches pues su piel

    era muy seca. Marcelina decidió ir a hablar con el tío de Violeta (Carlos) pues él es contador,

    pero antes tenía que ayudar a Violeta a hacer los deberes. Pero al entrar al cuarto resultó que

    Violeta no había hecho la tarea, pues ella quería ir al shopping porque sus amigas la habían

    invitado para hacer las paces y pasar un lindo rato de chicas. Marcelina se negó a dejarla ir sin

    haber hecho los deberes. “¿Después de que te protegí todo el día en la ceremonia de

    confirmación no me dejas ir con mis amigas a reconciliarme?“, dijo Violeta. “Eso no tiene nada

    que ver Violeta, yo estoy contigo en las buenas y en las malas”, dijo Marcelina. “Tienes razón

    no sé en qué estaba pensando, iré a hacer mis deberes de inmediato. ¿Te sientes mal? Estás

    un poco decaída “, dijo Violeta. “No, no mi niña querida”, dijo Marcelina cariñosamente.

    Cuando Marcelina terminó su turno en la casa de Violeta fue de inmediato a la casa del tío

    Roberto, no tocó timbre porque seguramente la prima Sol estaba durmiendo. “Marcelina,

    tendríamos que hablar con José porque yo no me especializo en estos temas”, dijo Carlos. “Así

    que tenemos un problema de sueldo, tendremos que ir a hablar con el gerente del banco pues

    claramente tu plata no está en la cuenta bancaria”, dijo José (el padrastro de Violeta). Al

    siguiente mes Marcelina fue al banco pues su agenda estaba muy ocupada y además tenía que

    ir a la presentación de baile de Violeta, intentó apurarse muchísimo. “Sra. Marcelina el dinero

    que está usted ganando no se está guardando porque usted es mapuche, y tenemos una regla

    que es el dinero de extranjeros, nos la quedamos”, dijo el gerente del banco. Pero yo no soy

    extranjera, soy de Chile, lo único diferente entre nosotros es la cultura”, dijo Marcelina y

    empezó a lagrimear. “Claro que sí señora, claro que sí…”, dijo arrogantemente el gerente.

    “Bueno bórreme inmediatamente de este horrible banco y deme información de los mejores

    bancos del país”, dijo Marcelina mientras se secaba las lágrimas que le caían de los ojos, agarró

    su abrigo y se fue. Al llegar al teatro, escuchó una voz conocida, era una madrina. La luz

    encandilaba a Marcelina y no la pudo ver pero ya sabía perfectamente quién era, era la

    madrina de Josefa. “Sos una ridícula, fuiste a la comunión y ahora venís acá, irrespetuosa“, dijo

    Marina. Intercambiaron algunas palabras hasta que se abrieron las cortinas grises. Marcelina

    estaba distraída cuando empezaron a decir “¡Saquen a la Mapuche! Pero a ella no le

    importaba. Lo que tenía que hacer Violeta era cantar y por más raro que sonara, bostezar.

    Carlos y José descubrieron una forma de hacerse multimillonarios. “¡Pobre Marcelina!

    ¿Escuchaste lo que le pasó? Deberíamos crear un banco para todo tipo de personas. ¿No?” dijo

    Pablo entusiasmado. “¡Sí! Y se llamaría Pablo y José Bank Arena. Se pusieron en campaña y en

    cinco años aumento un 50 % la cantidad de extranjeros en Chile y lo más importante Marcelina

    se pudo quedar en Chile para cuidar a su niña querida. También iban a continuar siendo el dúo

    dinámico.

    PATURUZÚ

  • La manifestación

    El lunes siguiente a la ceremonia, en la casa de Violeta, Violeta no estaba en su habitación

    cuando su madre fue a despertarla como hacía diariamente. Su madre entró en pánico. Se

    escuchó un ruido en la calle que pasaba por enfrente de la habitación de Violeta. Eran gritos,

    disparates eran lo que aquel grupo exclamaba. Pero en un momento Cayetana, la madre de

    Violeta reconoció una voz; era la voz de Violeta.

    Lo que aquella cantidad de gente buscaba, era el respeto hacia los Mapuches.

    Al terminar la manifestación, que duró la mitad del día, Violeta se fue al colegio para reunirse

    con sus amigas.

    La manifestación fue completamente en vano, ya que lo único que provocó fue una denuncia

    por hacer demasiado escándalo a cada uno y un castigo muy importante para Violeta.

    Cuando Violeta llegó al colegio, su “enemiga”, Miriam, la estaba esperando en la puerta.

    Violeta lo había planeado todo, sabía que la manifestación iba a terminar a la hora de su

    recreo principal, lo único que no había pensado era que Miriam era su vecina y que podía

    haber visto que ella era la cabeza de la manifestación.

    -¿Por qué estás llegando a esta hora?- le preguntó Miriam a Violeta. – ¿Sabés que te vi en la

    manifestación?, ¿verdad?

    La cara de susto de Violeta al escuchar eso era imposible de esconder. Fue un sentimiento tan

    fuerte el que ella sintió, que no dijo ni una sola palabra y siguió su camino.

    Miriam gritó mientras ella iba caminando:

    -Le voy a contar a todas tus amigas-. Violeta siguió caminando haciendo como que no

    escuchaba lo que Miriam decía.

    Más adentro en el patio encontró a su tío Carlos que era profesor de fútbol en el colegio, ella

    le pidió que le informara a la directora que había llegado tarde porque había ido al médico,

    que era una mentira, pero su tío no lo sabía.

    Después de hablar con su tío se encontró con Juana y Carlota, sus mejores amigas. Carlota

    como siempre vestida de punta en blanco y Juana siempre con su tiesura. Carlota y Juana eran

    unas de las muchas amigas de Violeta que no les gustaba que pasara tiempo con Marcelina,

    solo porque era mapuche, entonces si les decía que había participado en la manifestación las

    perdería para siempre.

    -¡Hola!- exclamó Carlota

    -¿Dónde estabas?- preguntó con ansia Juana.

  • -Seguro te quedaste a consolar a” la mapuche” esa que tanto quieres- dijo Carlota.

    -Bien que vos envidias su pelo azabache, y que vos amás su caminar estoico- dijo Violeta

    callando a Juana y a Carlota.

    -Aunque después de lo que pasó en el refectorio yo me hubiera quedado con ella- dijo

    Carlitos, el primo de Violeta que siempre acompañaba a su padre a dar la clase de fútbol.

    -Carlitos no te metas en esto- le dijo Violeta llevándolo a un banco; de repente sonó la

    campana para volver a clase.

    Luego de la clase de Historia, Violeta se dio cuenta que Miriam estaba hablando con sus

    amigas, pero lo raro fue que en vez de decirle lo que pasó en la manifestación, que era lo que

    Violeta creía. Pero Violeta tenía un don, y sabía leer los labios. Lo que ella leyó fue muy

    extraño, parecía como si fuera un dictado de palabras o algo así. Las palabras eran: punzar,

    marcar, albas, mimoso, comería, brumosa, zaguán, acorde, etc.

    Un rato después fue a hablar con Miriam.

    -¿Qué les dijiste?- dijo preocupada Violeta.

    - No les dije lo de la manifestación- contesto Miriam. Violeta quedó aliviada.

    -Pero, ¿por qué no les dijiste?- preguntó Violeta muy preocupada.

    -Porque me di cuenta que eso es de muy mala persona - dijo Miriam.

    Dos años después… Violeta y Miriam siguen siendo buenas amigas.

    Rafiki 1.0

  • Nuevo comienzo

    El martes decidí ir a lo de Josefa. Le tenía que explicar y contar la furia que me daba todo este

    tema. Cuando llegué a su casa, no llegué a tocar el timbre porque el padre de Josefa ya estaba

    listo para abrirme la puerta como si supiese que yo ya estaba en la puerta. No me sorprendió,

    Agustín, el padre, siempre estaba atento y metido en todo lo que tiene que ver con Josefa. Lo

    saludé y fui directo hacia el cuarto de Josefa. Cuando entré, vi a Josefa ordenando su bello

    dormitorio. Cuando entré, lo único que logré decir fue, “Gracias”.

    Mientras Josefa y yo conversábamos, Ana, Elena y Pía, mis compañeras, habían hecho un plan

    para que perdiera mi afecto por Marcelina. Su plan era lanzar una piedra de color azabache y

    romper la ventana. Marcelina se distraería y ellas dejarían una carta en mi habitación diciendo

    que Marcelina ya no me quería y que todo lo ocurrido había sido mi culpa fingiendo ser ella. El

    plan iba en marcha. La piedra ya había roto la ventana y mis compañeras ya se dirigían hacia

    mi habitación. No contaron con un detalle, Oso, el perro de Violeta. Un perro fiel, bonito,

    peludo que por más bueno y agradable que fuese, cuando algo ocurre, que involucre a sus

    dueños, Oso no es tan bueno y agradable como siempre.

    El plan no funcionó, el perro las descubrió, Marcelina se enteró y le avisó a Violeta.

    Violeta volvió a su casa llena de humillación. No podía creer lo lejos que esto había llegado. No

    sabía cuál podía ser la reacción de Marcelina pero lo único que quería era que no se sintiese

    mal.

    Cuando llegué a mi casa, Marcelina estaba en una silla esperándome. No pude decir ni una

    palabra porque ella dijo…

    “Discúlpame”

    No entendía, esto no era su culpa.

    “Lamento que por mi culpa tengas problemas con tus compañeras, no te mereces esto, si es

    necesario me retiraré” Marcelina dijo esto mientras sus ojos de cristal parecían explotar de

    tristeza.

    A mí no me importa si mis compañeras hacen comentarios activamente negativos hacia mi o

    sus comportamientos. Yo quiero a Marcelina quien es una persona desprotegida a quien

    quiero y mucho.

    Con Marcelina nos arreglamos para que no se retire y se quede conmigo sin preocuparse por

    esas niñas egoístas lamentablemente mis compañeras.

    Los días pasaron y mis compañeras seguían mirando, punzando y marcando a Marcelina como

    si fuese una mala persona. Yo ya no soportaba la situación, el entrar al colegio y que mis

    compañeras me miren como si me tuviesen miedo o hasta asco.

  • Le rogué a mi madre que me cambiara de colegio y aunque me costó, después de un tiempo,

    aceptó. Cuando la noticia llegó a mi colegio, mis compañeras me dejaron de mirar de aquella

    manera estoica lo cual fue un alivio y algo extraño.

    Dos días después, recibí un mensaje de mi hermana Sofía, mi hermana mayor quien no he

    nombrado anteriormente ya que nuca ha demostrado mucho afecto por Marcelina. Creo que

    se dio cuenta que este problema no solo involucraba a Marcelina sino también a mí.

    Sofía se puso en contacto con Pía, Elena y Ana ya que ellas se arrepentían de sus acciones. El

    mensaje decía que me estaba esperando en el vasto refectorio para charlar.

    Yo fui y me encontré con mi hermana solo que detrás de ella llegaron mis compañeras. No me

    alegraba el hecho de que ellas estuvieran ahí pero ya que estábamos reunidas, no perdía nada.

    Me hablaron de lo arrepentidas que estaban y de lo lindo que solía ser mis amigas. Se

    disculparon con Marcelina y con mi familia por la ventana y por lo que me hicieron pasar.

    Aunque su meta era que no me cambiara de colegio y que volvamos a ser buenas amigas, me

    cambé de colegio y las perdoné aunque esta fue una situación muy difícil y se que además de

    Marcelina hay muchas personas viviendo acontecimientos similares.

    Rapi10

  • Un problema por resolver

    El lunes en la casa de Violeta, luego de lo sucedido en la reunión que celebramos después de la

    ceremonia de confirmación, Marcelina había quedado un poco débil y frágil tanto por dentro

    como por fuera. Violeta me invitó a su casa para pensar en algo, para poder acabar con la

    discriminación, porque estaba viendo que Marcelina estaba pasándola mal por eso, al igual

    que muchas otras personas. Lo que Violeta quería, era mostrarle al mundo lo que le hacen a

    personas que son distintas, cuando ser diferente, no es algo malo.

    Marcelina pasó por delante de nosotras y Violeta notó que su mirada era tan triste, que fue a

    conversar con ella y le contó lo que estábamos planeando, le trató de dejar en claro que lo que

    importa es lo de adentro.-Yo confío en ustedes y desde ahora voy a ser fuerte y las ayudaré a

    hacer esto-, dijo Marcelina muy decidida -.A partir de ese momento, la expresión del rostro de

    Marcelina, ya era otra, era alegre.

    Luego de intercambiar ideas durante una hora, Cayetana (la madre de Violeta) necesitaba a

    Marcelina en la cocina. Muy ágil, esta corrió hacia la cocina.-Niñas, vengan al comedor que

    está servido el almuerzo – nos llamó Cayetana. La madre de Violeta, es una mujer muy

    coqueta, siempre de punta en blanco, cualquiera fuera el lugar que la vieras y tenía su pelo

    azabache siempre recogido. Una vez en el comedor, me encantaba sentarme en la ventana

    para poder ver los árboles y el verde jardín que florecía cada primavera. De la nada, salió

    María, la hermana menor de Violeta, y con sus agudos gritos, y dejando caer el aceite sobre la

    mesa, anunció, – ¡llegó papá!-.María tiene 8 años y es una niña muy inmadura y celosa de su

    hermana mayor, por lo cual la vive molestando. El papá de Violeta se llama Raúl, es un

    hombre, seco como piedra, muy trabajador y responsable, siempre está muy cansado y no les

    dedica mucho tiempo a sus hijas. Entró a la casa, con un periódico bajo el brazo y su clásico

    maletín de cuero marrón oscuro y hebillas doradas y fue directo a sentarse en su lugar, en la

    punta de la mesa. Violeta, le contó lo sucedido en la ceremonia de Confirmación; el mal

    momento que las madrinas y sus compañeras le habían hecho pasar a Marcelina en el

    refectorio marcándola y apartándola por ser mapuche.

    -Hija, no tienes que preocuparte, ya pasó, le dijo su padre.-Violeta no podía creer, la poca

    importancia que él, le dio al tema.

    -Yo voy a hacer algo para mostrarle al mundo, lo que pasa hoy en día-, dijo Violeta.

    - Deja de preocuparte por los problemas de los demás- dijo Raúl.

    Él no quería que Violeta hiciera eso, porque mucha gente estaría en contra de sus ideas.

    Cuando Violeta escuchó esas palabras, pequeñas lágrimas recorrían sus rosadas mejillas, de

    piel de bebé. Furiosa, se levantó y se largó de la mesa; Marcelina y yo la seguimos hasta su

    dormitorio. Decepcionadas, las tres nos unimos en un suave y tierno abrazo.

    Al otro día, como todas las mañanas, Marcelina le entregó a Raúl su periódico, pero, lo que él

    no entendía era, porqué Marcelina tenía otro periódico bajo el brazo, entonces le preguntó:

    -¿Para quién es ese otro periódico?

  • - Para Violeta-contestó Marcelina y muy rápidamente se retiró al dormitorio de Violeta, y con

    una sonrisa grandota, le mostró el titular principal del periódico. “Jóvenesseunen contra la

    discriminación”. El artículo contaba lo mucho que sufren las personas que son discriminadas

    por una u otra razón y nombraba a un grupo de jóvenes que organizan actividades culturales

    para evitar que situaciones como esas se repitan.-¡Lo logramos! – exclamó Violeta. En eso,

    suena el timbre, eran las madrinas de las compañeras de Violeta, que habían leído el periódico

    y habían venido a pedirle disculpas a Marcelina. Raúl que aún no se había ido a trabajar, leyó el

    artículo y una vez que las madrinas se fueron, se disculpó con Marcelina y Violeta por no darle

    importancia al tema. Abrazó a Violeta, y le prometió, estar más atento a los problemas de ella

    y de su hermana.

    RGSM

  • La vida siempre tiene obstáculos

    Al día siguiente Marcelina y Violeta estaban juntas, porque Violeta no quería ir a la escuela

    porque tenía miedo de que no le hubieran creído lo que había dicho el día anterior.

    Marcelina le dijo a Violeta que vaya al colegio porque la vida siempre tiene obstáculos. Pero

    Violeta se molestó, porque pensó que nadie la entendía y se fue a su dormitorio.

    Marcelina como vio que no salía…., fue con ella y la invito al cine a ver “Un jefe en pañales”,

    pero Violeta al principio no quería porque estaba enojada, pero después Marcelina le hizo

    cosquillas, y le preguntó de nuevo si quería ir y Violeta no se pudo resistir, así que asintió con

    la cabeza.

    Era lunes y Violeta ya no tenía miedo de sus compañeras gracias a Marcelina. Fue al colegio de

    punta en blanco con su pelo azabache que le había quedado de la ceremonia, pero se encontró

    con sus malvados compañeros: Nacho que según Violeta era más alto que una de las torres

    gemelas, Cecilia con sus ojos enormes y Florencia la que le encanta cantar ópera pero a la

    madre no le gusta tanto porque cada semana tiene que comprar vasos nuevos gracias a lo mal

    que canta Florencia.

    Al final, su estoica alegría fue desapareciendo porque sus malvados compañeros se empezaron

    a burlar nuevamente. Ella no tenía ganas de estar enojada con sus compañeras así que fue y

    les dijo muy firmemente que dejaran de molestar, porque ella ya estaba cansada de todos los

    problemas que le habían dado anteriormente. Pero Florencia que era la líder del trío se

    empezó reír, diciéndole que no existía ni existirá nadie que le hable de esa manera, luego de

    terminar de pronunciar la última palabra le agarro a Violeta los pelos bruscamente y le empezó

    a cinchar, hasta que llegó la directora llamada Mrs. Peregrine que había visto todo por las

    cámaras gracias a su fiel amiga de generación Josefa.

    Violeta estaba feliz porque Mrs. Peregrine había llegado a ver el problema desde el comienzo,

    y se notaba que el mismo lo habían empezado sus malvados compañeros.

    Terminó el colegio y Violeta seguía sin tener noticas de Florencia y sus compañeros. Pero ella

    seguía contenta por no haber empezado la pelea. Cuando llegó Marcelina a buscarla le contó

    todo lo que había pasado ese día. Llegaron a la casa y se pusieron a ver su nove favorita y

    tomar un té con galletitas.

    Violeta y su familia vivieron felices para siempre.

    RUEDAS

  • Ese día Violeta llegó a casa harto más triste que el día anterior, el día de la ceremonia. No

    quiero ni recordar ese día, todas sus compañeras de clase burlándose de ella y yo solo

    mirando. Me arrepiento de no haber hecho nada para ayudarla. Me siento igual o hasta

    incluso peor que ella.

    Loudy, mi perro le dio la bienvenida, saltando encima de ella, tratando de que le de uno de los

    sándwiches que traía en su mochila, pero ella lo ignoró. Cuando entró a la casa, tanto mis

    padres como yo la saludamos con un abrazo. En seguida mi madre me murmuró al oído “¿Por

    qué no la llevas a tu cuarto para que jueguen un poco? la veo tan triste.” Enseguida que le dije

    a Violeta para ir al cuarto a jugar asintió con la cabeza muy serenamente y fuimos.

    Después de jugar un rato a Violeta le gustó una de mis muñecas con pelo azabache y vestida

    de punta en blanco. Violeta quería llevársela a casa porque le hacía acordar a su alba madrina,

    Marcelina. Yo le dije que se la iba a regalar solo si me prometía que iba a estar

    menos triste, a lo que ella asintió.

    Mientras jugábamos tranquilamente la voz estoica de mi madre Marianela nos

    interrumpió preguntando ¿vieron al perro? Su cara se veía muy preocupada.

    Tanto Violeta como yo nos quedamos petrificadas al ver que tan preocupada

    estaba mi madre. No preguntamos nada y ya sabíamos que estaba ocurriendo

    algo. Las dos corrimos a buscar a Loudy.

    Todos empezamos a buscar a Loudy por todo el vasto pueblo, tocando cada puerta para ver

    si lo habían encontrado. Hablaron con muchos vecinos y nadie había visto nada. Casi a punto

    de rendirse mi padre, Javier decidió tocar una puerta más pero no tuvo suerte.

    Cuando estábamos volviendo a casa sentimos un ladrido armonioso y allí nos estaba

    esperando Loudy con su pelaje de algodón, jadeando de emoción por vernos de vuelta.

    Loudy pensaba “no entiendo como no se dieron cuenta que siempre estuve en el jardín”.

    “¡¡¡Loooouuuudyyy!!! Creí que te habíamos perdido para siempre” Grité con la voz

    entrecortada por el llanto.

    Todos fuimos a abrazarlo tiernamente mientras él pensaba como no lo pudimos haber visto

    si siempre estuvo en el jardín.

    Todos entramos muy felices a la casa, miramos el reloj y no podíamos creer la hora que era,

    ¿cómo el tiempo había pasado tan rápido y no nos enteramos? El reloj marcaba las 22 hs y

    Violeta tenía que volver a la casa a las 19hs.

    Al día siguiente en la casa de Josefa

  • Todos saludaron rápido a Violeta y Javier la llevó a su casa ágilmente. Pero todos al estar tan

    pendientes de Loudy, nos habíamos olvidado que ese reloj no tenía pilas.

    ¡¡¡Qué día!!! Lo bueno de hoy es que Violeta logró olvidarse de por qué estaba triste.

    Josefa Violeta

    Seudónimo: Tiwi.

  • La fiesta del año

    Después de lo sucedido, Violeta se fue a divertir un rato a la casa de Josefa donde jugaron

    juntas a muchas cosas como: jugar con el perro de Josefa, ver la televisión y lo más importante

    de todo tenían que ver que ropa se iban a poner para la fiesta que tenían dentro de unas horas

    en el centro de la ciudad. Algunos decían que iban muchos artistas uno de ellos David Guetta,

    ¡Sí! David Guetta uno de los mejores DJ del mundo, es más para mí el mejor. Mientras, yo

    (Juancho) estaba pensando en que se pondría Josefa para combinar con ella, ya que me

    gustaba, y entonces pensé “¿Que se va a poner? Su color favorito es el rojo pero es casi

    seguro que no se lo ponga porque Violeta iba a ir de rojo y no querían ir del mismo color y

    entonces iría de azul, ya se, me voy a poner la camisa azul”. Mientras tanto, en el centro donde

    se hizo la fiesta David Guetta se estaba arreglando y a la vez ordenando el escenario a su

    gusto.

    A la hora de la fiesta iban llegando las personas, yo fui uno de los tres primeros en llegar, por

    lo tanto a los primeros les regalaban dos entradas vip para subir al escenario con David Guetta.

    Tenía la oportunidad de invitar a Josefa al escenario, pero eso no fue lo que paso. Las esperé

    media hora en la puerta y no llegaban entonces las llamé y resulta que ya habían entrado sin

    que me dé cuenta, me había perdido media hora de fiesta pero igual eso no es nada todavía

    quedaban cuatro horas y media para que terminara. A la hora vi que me puse al revés la ropa

    me quise matar porque al final Josefa había llevado un lindo vestido rojo y Violeta uno azul, no

    lo podía creer pero al final de alguna manera u otra me termino sirviendo.

    Ya había pasado una hora y media y David no había llegado y yo todavía no le había dicho a

    Josefa que tenía la sala vip en el escenario me daba mucha vergüenza, pero dentro de un rato

    me llené de confianza para decírselo, y cuando fui a decírselo mi boca no me permitía hablar

    por los nervios cuando la vi sentada en una mesa con un chico muy guapo y con un cuerpo

    muy robusto, y me dice “te presento a mi nuevo novio” casi me desmayo pero estaba atrás la

    mejor amiga de todas Violeta para atajarme y nos fuimos disimuladamente. Fue ahí cuando

    me di cuenta que Josefa nunca me había tratado como debe un amigo y me di cuenta que

    gustaba de mi mejor amiga Violeta.

    Finalmente llego David, todas las personas se alborotaron, entre todos los choques que había

    Violeta y yo nos encontramos con Marcelina y unas amigas. Violeta le preguntó a Marcelina

    “¿Cuándo viniste?” y Marcelina le contesta “Recién con unas amigas a divertirnos” “Jaja,

    diviértanse”, les contesté.

    La música de David estaba espectacular pero después de 2 horas seguidas merecía un

    descanso de 15 minutos. Mientras descansaba afuera ve a dos varones persiguiendo a una

    mujer para pegarle, esa mujer resulto ser Marcelina, se había metido en problemas porque sin

    querer le tiro un vaso de coca a los championes nuevos de un señor. El señor se enojo

    demasiado y llamó a un amigo y la empezaron a seguir, y entonces David agarra su moto y

    salva a Marcelina. Le pregunta donde queda su casa, la lleva y se queda a charlar sobre lo que

    pasó. Marcelina se enamoró de David y David de ella. David se dio cuenta que de en vez de

    quince minutos estuvo casi una hora y entonces se subió a la moto y Marcelina le dijo que

    quería ir con él. Muy nervioso llegó a la fiesta pero cuando llego había un excelente DJ

    poniendo la música, en realidad era yo imitando sus canciones, soy su mayor fan y me aprendí

  • todas las canciones y entonces yo lo suplanté. Pero cuando volvió le pedí que el siga porque el

    es el verdadero DJ y de mientras de eso invite a Violeta al escenario y bailamos juntos. Todas

    las compañeras engreídas de Violeta le tuvieron celos y nunca más fueron engreídas con ella.

    Después, David anunció “Esta canción se la quiero dedicar a una persona que conocí hoy y me

    enamoré, Marcelina Cabezas, por favor suba al escenario y baile conmigo”

    Y así termina la mejor fiesta de mi vida.

    Fin

    Tres Ponys voladores

  • Peleas y soluciones

    Marcelina y Violeta se estaban yendo, y luego que Violeta habló, Marcelina contesta muchas

    gracias por haberme defendido así, pero no creo que haya sido el mejor modo de hacerlo,

    Violeta y Josefa discuten por mucho tiempo hasta que Violeta resuelve marcharse de la

    iglesia.

    Por dos días no se volvieron a hablar. Un martes Violeta le preguntó a Marcelina para ir al

    cine con sus compañeras, Cecilia y Florencia. Florencia le pareció muy cómica a Marcelina,

    porque llevaba un bastón con tan solo 15 años y lo llevaba por diversión. Decidieron ir a ver

    los Pitufos, estaban por entrar a la sala cuando de repente Josefa llega con sus amigas y

    compañeras de Violeta, Margarita y Sol. Josefa y sus amigas empiezan a burlarse del

    atuendo de Marcelina. Violeta se comenta a sí misma, si ya la defendí una vez, la podré

    defender de nuevo. Pero esta vez no le salió tan bien como esperaba. Marcelina, Violeta y

    sus amigas se marcharon del cine y dijeron que volverían en la tarde. Se fueron todas a la

    casa de Laura, la tía de Violeta, a almorzar. Violeta acabó muy rápido porque quería ir al cine

    lo antes posible, pero se olvidaba de algo con azúcar, el postre. Se sentó en el sofá y sintió la

    espesura que tenía. Marcelina le dijo a Violeta podemos ir mañana y ahora vamos a jugar al

    fútbol. Inesperadamente Violeta se alegró de haber guardado aquel balón, que su tía le

    había regalado el día de su cumpleaños. Fueron al parque y Violeta empezó a jugar, de

    repente gira la cabeza y recordó que a las amigas de Josefa les encantaba jugar al fútbol y

    allá venían prontas para jugar. Marcelina y Violeta y sus dos amigas les preguntan si quieren

    jugar al fútbol. Ellas contestan que sí. Violeta tiró al arco y dijo que es muy difícil marcarle a

    esa arquera. Luego recordó lo egoísta que era Josefa y le dijo a una niña tres años más

    grande que atajara. Marcelina, Violeta y sus amigas se fueron a sus casas y dijeron que al

    otro día por la mañana irían al cine.

    Al día siguiente salieron las cuatro de punta en blanco al cine para apartar los asientos. Al

    rato llegó Josefa pidiendo disculpas por lo que había pasado el día anterior y les preguntó si

    podía ver la película con ellas. Violeta acepto y le dijo que se sentará con ellas.

    Luego de mirar la película se fueron todas a la casa de Josefa a tomar el té y se quedaron un

    buen rato charlando de lo buena que había estado la película.

    Tortuga Manuelita

  • Ahora solo te falta saber cuál es el error de ortografía y

    solucionarlo…

  • Awela: Dos nuevos amigos.

    Bob Esponja: Tus dos hermanos mayores.

    C.C.R: Violeta se va al campo.

    Delex: Marcelina y dos viejos.

    Espirito: Un proyecto de vida.

    Hojas:

    Jazmín: Marcelina y sus ideas.

    El loco de los lobos alfa: Una tarde diferente.

    Lol xd: Dos Viejos Fox.

    Losco: Los viejos del campo.

    Luz: Vuelta al pasado.

    Mirtha: El gran robo.

    Mosquetera: Otra forma de vida.

    Paco Manolito Simpson: Un encuentro familiar.

    Paturuzú: El mítico viaje.

    Rafiki: Rechazos.

    Rapi.10: Pasado pisado.

    RGSM: Dificíl de encontrar.

    Ruedas: Nuevos amigos.

    Tiwi: Al día siguiente en la casa

    de Josefa

    Tortuga Manuelita: Peleas y

    soluciones.

    Tres Ponys Voladores:El viaje

    al lugar.

  • Dos nuevos amigos

    Algunos años atrás Marcelina había heredado dinero de un familiar lejano y

    con eso y los ahorros de su trabajo, había podido comprar una casita en el

    campo. Como a todas les gustaba mucho la naturaleza, iban ahí las

    temporadas cuando Olivia, Violeta y Aurora terminaban las clases.

    La casita de Marcelina era pequeña pero allí eran muy felices. Casi siempre

    iban al arroyo a pescar, llevaban cañas e iban en bicicleta y a veces a

    caballo si alguien del pueblo les prestaba. También les gustaba hacer

    fogones y cantar cerca del fuego mientras cocinaban unas hamburguesas a

    la parrilla.

    Cuando llegaron al campo por primera vez, dos viejos, sus vecinos más

    cercanos les ofrecieron ir a comer un asado a su rancho y ahí fue cuando se

    presentaron. Eran muy amables y sencillos. Medio gauchescos y al

    principio les costó entender su forma de hablar, pero poco a poco fueron

    acostumbrándose.

    Las niñas pasaban las tardes jugando a las cartas con ellos y con Marcelina

    que los acompañaba tomando mate con bizcochos. A veces los dos viejos

    parecían tener una vida muy aburrida pero no. Habrían pasado conversando

    hasta más tarde pero ya estaba oscureciendo y parecían cansados.

    Una noche, don Llanes, se sintió muy mal. Terminó de cenar y se sentó en

    el jardín, en un banco que Marcelina hubo pintado para su cumpleaños.

    Decía que le dolía el pecho y no podía parar de toser, entonces “el viejito”

    como lo llamaba Llanes a su compañero, salió lo más rápido que pudo a

    buscar ayuda a lo de Marcelina.

    Al verlo, se asustaron mucho y trataron de ayudarlo pero la tos seguía y

    seguía. Violeta llamó desde el celular a un médico cercano que igual

    tardaría horas en llegar. Mientras, Marcelina preparaba un té con miel y

    trataba de calmarlo.

    Alicia entró corriendo a la casa minutos más tarde y le preguntó a

    Marcelina si el médico ya lo había visto y ella le respondió: “el doctor ya

    ha comprobado que lo que le ha hecho mal es el cigarrillo de contrabando

    que viene fumando desde hace tiempo”.

  • Nadie sabía bien que era lo que ese tabaco tenía adentro y don Llanes no lo

    había podido dejar. Pero ahora sí tenía que dejarlo porque lo estaba

    perjudicando y no había otra solución.

    El médico le dijo que tenía que operarse para poder mejorar pero luego iba

    a necesitar que alguien lo cuidara. Marcelina, rápidamente, se ofreció a

    quedarse a vivir con los ellos mientras don Llanes se recuperara. Alicia y

    las niñas volverían a Montevideo y se reunirían nuevamente en el campo en

    el verano.

    La recuperación de Llanes no fue rápida pero de a poco fue mejorando y lo

    principal fue que ya no compró más cigarrillos, ni fumó más porque

    entendió que no estaba haciéndole bien a su salud.

    Llanes, “el viejito” y Marcelina se hicieron muy buenos amigos. Don

    Llanes estará por siempre agradecido con su amigo y con Marcelina por

    salvarle la vida.

    Marcelina se siente feliz de ayudar a la gente que quiere y sabe que habrá

    defendido los valores en los que tanto cree.

    Awela

  • Tus dos hermanos mayores

    Ya habían pasado seis años desde la ceremonia de confirmación.

    Marcelina había muerto, su muerte dejó un vacío en Violeta. Un agujero, que iba a ser

    imposible de cerrar. En ese momento Violeta estaba en su último año de preparatorio, lo

    que acá sería, último año de bachillerato. Solo faltaba una semana para que Violeta se

    recibiera. Todo estaba muy bien planeado; la gran fiesta que iba a hacer la madre de

    Violeta era fenomenal, luces neón, un DJ, más de 500 invitados. Pero de esos 500 a la

    única que Violeta quería ahí presente era Marcelina. Si ella hubiera sabido que moriría

    tan solo un mes antes de su graduación, habría hecho todo lo posible para poder

    graduarse antes de que Marcelina muriera.

    Ya era el día. El día de la graduación, había llegado. Todo planeado, listo, todos

    esperando ese momento tan lindo, todos menos… Violeta.

    Al llegar el momento de salir para ir al liceo donde tomaría lugar la graduación Violeta

    no aparecía por ningún lado.

    -¿Nelson dónde está nuestra hija?, preguntó María (la madre de Violeta) aterrada.

    -La necesitamos encontrar si no el futuro de la familia se pondrá en riesgo. ¿Qué va a

    decir la gente?, dijo Nelson dándole más importancia a la sociedad que a su propia hija.

    -¡Nelson! Nuestra hija podría estar en riesgo y en lo único que te preocupas es en las

    otras personas, dijo María furiosa.

    -Bueno María, tranquila ya la encontraremos, dijo Nelson sin saber qué más decir.

    Mientras tanto, Violeta, quién había huido al campo de los hermanos de Marcelina;

    estaba pasándola muy bien. Ella se había escapado, porque no quería ser diplomática

    como sus padres querían que ella fuera, sino una escritora. A ella no le importaba más el

    dinero que hacer lo que le gustaba por el resto de su vida. Ella solo quería elegir algo

    que le gustara hacer ya que iba a permanecer haciéndolo hasta… acompañar a

    Marcelina en el cielo.

    -¿La estás pasando bien?, preguntó Piero uno de los hermanos de Marcelina.

    Piero era amable, generoso, y extremadamente bueno con las personas que él

    consideraba que eran dignas de ser tratadas como rey.

    -Sí, muchas gracias, mucho mejor estar acá que en un lugar donde (en mi opinión), tu

    mismo te estás condenando, o por lo menos en mí caso; dijo Violeta muy segura.

    -Tú te podés quedar acá, cuanto tiempo quieras, nuestro campo es tu campo, dijo Daniel

    bondadosamente.

    Daniel, era otro hermano de Marcelina. El y Piero era mellizos. Querían mucho a

    Violeta por todo lo que ella hubo hecho por Marcelina. Los dos se veían casi iguales,

    lucían como gemelos. Solían ser morochos pero… los años pasan para todos y, parecía

    que tenían un bosque de nieve en la cabeza en vez de pelo.

    -Muchas gracias, la verdad es que desde la muerte de Marcelina todo se ve más triste,

    más oscuro, y ustedes me hacen muy bien; verlos me recuerda mucho a ella, dijo

    Violeta dolida, pero a la vez agradecida con los mellizos.

    -Lo mínimo que podemos hacer por vos es hospedarte, con todo lo que tú has hecho por

    Marcelina, o debería decir… hiciste, dijo Piero, triste.

    Después de ese comentario hubo un silencio frío, seco, duro, como si una pieza del

    rompecabezas se hubiera perdido. Era inevitable no recordarla.

    -Bueno, me harté; sé qué es difícil pero ya es momento de que vayamos dejándola atrás,

    es lo que Marcelina hubiera querido, dijo Daniel firme pero a la vez dolido.

    -Sí Daniel, tenés razón pero es difícil, dijo Vio