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Primera edición: agosto de 2014

D.R. © Suprema Corte de Justicia de la NaciónAvenida José María Pino Suárez, núm. 2Colonia Centro, Delegación CuauhtémocC.P. 06065, México, D.F.

Prohibida su reproducción parcial o total por cualquier medio, sin autorización escrita de los titulares de los derechos.

El contenido de los documentos que conforman esta obra es responsabilidad exclusiva de los autores y no representa en forma alguna la opinión institucional de la Supema Corte de Justicia de la Nación, México.

Impreso en MéxicoPrinted in Mexico

Esta obra estuvo a cargo de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial.

Su edición y diseño estuvieron al cuidado de la Coordinación de Compilación y Sistematización de Tesis de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, México.

Curso de ética judicial laboral de la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial 2014 : memoria documental / [esta obra estuvo a cargo de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial ; presentación Ministro en retiro Mariano Azuela Güitrón]. -- México : Suprema Corte de Justicia de la Nación : Comisión Iberoamericana de Ética Judicial ; [Rio de Janeiro, Brasil : Tribunal Regional do Trabalho, 1a. Região, Escola Judicial], 2014.90 p. ; 24 cm.

ISBN 978-607-468-728-6

Contenido: Os limites da aplicação do princípio inquisitivo e do "ativismo judicial" no processo do trabalho, frente aos princípios específicos do direito do trabalho e da imparcialidade como preceito ético da função judicante / Evandro Pereira Valadao Lopes – Ética judicial na justiça do trabalho / Marcelo Segato Morais – A ética judicial trabalhista / André Luiz Da Costa Carvalho – Apuntes sobre la ética judicial en Iberoamérica / Eber Omar Betanzos Torres – Ética judicial y derechos fundamentales / Leonor Figueroa Jácome.

Texto en español y portugués

1. Ética judicial – Cursos – Memorias – Iberoamérica 2. Cumbre Judicial Iberoamericana – Profesionalización – Programas 3. Impartición de justicia – Derecho del trabajo 4. Ética – Derechos fundamentales 5. Comisión Iberoamericana de Ética Judicial 6. Código de ética judicial l. México. Suprema Corte de Justicia de la Nación. Secretaría Ejecutiva de la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial II. Azuela Güitrón, Mariano, 1936-

FOPOC156.195C877c2014

Sistema Bibliotecario de la Suprema Corte de Justicia de la NaciónCatalogación

Curso de Ética Judicial Laboralde la Comisión Iberoamericana de Ética

Judicial 2014Memoria documental

SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

Ministro Juan N. Silva MezaPresidente

Primera SalaMinistro Jorge Mario Pardo Rebolledo

Presidente

Ministro José Ramón Cossío DíazMinistro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena

Ministra Olga Sánchez Cordero de García VillegasMinistro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea

Segunda SalaMinistro Luis María Aguilar Morales

Presidente

Ministro José Fernando Franco González SalasMinistra Margarita Beatriz Luna Ramos

Ministro Alberto Pérez DayánMinistro Sergio A. Valls Hernández

Comisión Iberoamericana de Ética JudicialMinistro en Retiro Mariano Azuela Güitrón

Secretario Ejecutivo

5Presentación ............................................................................................................................... 7

Foro: Ética e impartidores de justicia ................................................................................ 11

Foro: El juez y la capacitación ............................................................................................ 35

Encuentro presencial .......................................................................................................... 59

Os limites da aplicação do princípio inquisitivo e do "ativismo Judicial" no processo

do trabalho, frente aos princípios específicos do Direito do Trabalho e da imparcialidade

como preceito ético da função judicante. Evandro Pereira Valadao Lopes ..................... 61

Ética Judicial Na Justiça do trabalho. Marcelo Segato Morais ....................................... 65

A Ética Judicial Trabalhista. André Luiz Da Costa Carvalho ............................................ 69

Apuntes sobre la Ética Judicial en Iberoamérica. Eber Omar Betanzos Torres ............ 75

Ética Judicial y derechos fundamentales. Leonor Figueroa Jácome ............................ 85

CONTENIDO GENERAL

7

PRESENTACIÓN

Como resultado de los acuerdos tomados en la VII Reunión Ordinaria de la Comisión

Iberoamericana de Ética Judicial (CIEJ) se determinó encargar a la Secretaría Ejecutiva de

la CIEJ la realización, contando con el invaluable apoyo de la Escuela Nacional de la Judica-

tura de la República Dominicana, de un curso de Ética Judicial Iberoamericano, utilizando

el modelo de enseñanza b-learning, es decir desarrollando las clases en sesiones seguidas

a través de la internet y ofreciendo un encuentro presencial conclusivo al término del

curso.

La primera edición del referido curso se realizó durante 2013, contándose en él con partici-

paciones de servidores públicos de los órganos impartidores de justicia de los países miem-

bros de la Cumbre Judicial Iberoamericana. Para el 2014, los cursos realizados fueron moti-

vados por peticiones formales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación

de México (TEPJF) y del Tribunal Regional de Trabajo de la Primera Región, Rio de Janeiro de

Brasil. Ello llevó a la Comisión ha impartir el Curso con contenidos especializados para

abordar la Ética Judicial Electoral y la Ética Laboral.

La experiencia de estas actividades académicas ha sido exitosa, consolidándose como un

medio idóneo y atento a la actualidad de las exigencias de la judicatura en nuestra región


8

para profundizar, a través de sus contenidos, en los principios, valores y virtudes del Código

Iberoamericano de Ética Judicial y de los Códigos de Ética Judicial propios de cada país

miembro de la Cumbre y de sus diferentes jurisdicciones.

Con el interés de compartir los temas y las experiencias específicas, desarrollados durante

la impartición de los cursos de Ética Judicial Electoral y de Ética Laboral, la Comisión Ibero-

americana de Ética Judicial publica sus memorias, las cuales complementan el contenido

de lo ya reflejado en el texto "Curso de Ética Judicial de la Comisión Iberoamericana de Ética

Judicial 2013. Memoria documental".

Ministro en Retiro Mariano Azuela Güitrón

Secretario Ejecutivo de la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial

FOROÉtica e impartidores de justicia

El juez y la capacitación

CURSO ÉTICA JUDICIAL LAbORALForo: Ética e impartidores de justicia

13Estimados/as participantes,

En esta ocasión, adentrándonos al tema de la Ética Judicial, compartir sus opiniones acerca

de la siguiente interrogante:

• ¿Cuál es la importancia de reconocer una dimensión ética de las personas que trabajan

en la impartición de justicia?

Recomendamos escuchar las palabras del Ex ministro Rodolfo Luis Vigo sobre el tema de la

Ética Judicial: Parte 1 - Parte 2

Les recuerdo que las intervenciones en el foro deben ser breves, concisas y precisa, y para

promover la discusión, recomendamos que cada participante comente la intervención de

un/a compañero/a.

Eber y Leonor

Olá a todos,

Nesta ocasião, adentrándonos ao tema da Ética Judicial, compartilhar suas opiniões a respeito

da seguinte interrogante:


14

• ¿Qual é a importância de reconhecer uma dimensão ética das pessoas que trabalham na

impartição de justiça?

Recomendamos escutar as palavras do Ex ministro Rodolfo Luis Vigo sobre o tema da Ética

Judicial: Parte 1 - Parte 2

Recordo-lhes que as intervenções no foro devem ser breves, concisas e precisa, e para promover

a discussão, recomendamos que a cada participante comente a intervenção de um/a colega/a.

Re: Foro: Ética e impartidores de justicia / Foro: Ética e impartidores de justiça

de Marcelo Segato Morais - martes, 22 de julio de 2014, 15:41

Primeiramente, gostaria de saudar aos organizadores do Curso de Ética Judicial pelo exce-

lente material disponibilizado para pesquisa e estudo, o que muito contribuirá para o

aperfeiçoamento do meu trabalho.

As considerações expostas pelo professor e Ex Ministro Rodofo Vigo, em seus vídeos, estão

perfeitamente corretas, no sentido de que o direito contém apenas um mínimo de conteúdo

ético, de modo que não basta ao juiz apenas aplicar o direito, como em um silogismo jurídico,

mas também pautar-se por princípios éticos que lhe alcançam sua vida particular. A conduta

de um juiz vai além dos códigos e das leis, alcançando sua vida privada e social. Não se quer

dizer com isso que o juiz estará privado de sua liberdade individual e convicções pessoais,

senão que há sim limites éticos, aceitos e impostos pela sociedade em que vivemos, que

devem ser observados pelo juiz, entendendo este seu papel como representante do Estado

para exercer um poder que lhe fora conferido pela mesma sociedade que espera dele uma

conduta de probidade, justiça e equidade não apenas em seu relacionamento profissional,

mas também em suas relações comerciais, tributárias, familiares, de trânsito e demais aspectos

da vida comum.

Finalizando, como bem dito pelo professor Vigo, não basta apenas que o juiz tenha um bom

sono, com sua conciência tranquila, mas que também a sociedade possa descansar confiante

na figura de um bom juiz.


de Leonor Figueroa - miércoles, 23 de julio de 2014, 09:00

Querido Marcelo, excelentes comentarios, ciertamente los juzgadores tienen que aceptar el

reto de ser garantes para la sociedad de que sus derechos serán respetados, por ello los

CURSO DE ÉTICA JUDICIAL LABORAL DE LA COMISIÓN IBEROAMERICANA DE ÉTICA JUDICIAL 2014

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jueces deben ser personas confiables. Siempre la gran pregunta es ¿como generar esa

confianza en la población?. Parte de la respuesta tiene que ver con jueces y juezas con gran

preparación, pero con compromiso social, sensibilidad y sobre todo una coherencia de visa.

Por ello la importancia de la actuación ética en la vida privada.


de Marcelo Segato Morais - miércoles, 23 de julio de 2014, 09:31

Estimada Leonor, muchas gracias por sus comentarios. La gran pregunta por ti formulada,

con efecto, nos causa inquietud. ¿como generar esa confianza en la población? Vamos a

discutirla en estos días!!



La confianza me parece que se puede ganar a partir del respeto que los ciudadanos tengan

a sus jueces. Y ¿como generar respeto? A partir de cumplir con los establecido como mínimo

por la sociedad; es decir los parámetros establecidos como principios y virtudes ideales que

deben cumplir los juzgadores tales como los principios como independencia, imparcialidad,

objetividad, motivación. Pero sin duda las actitudes personales son importantísimas como

la cortesía, el respeto, el orden, la honestidad, la puntualidad. Todo ello son los mínimos que

espera la sociedad de los juzgadores.

Sin duda los temas propuestos dan mucho para discutir, Marcelo!!


de Andre Luiz da Costa Carvalho - martes, 22 de julio de 2014, 19:06

Boa noite amigos, Eber e Leonor.

Faço das minhas palavras as proferidas pelo Marcelo quanto ao material disponibilizado.

A importância da teci judicial está no, próprio exercício da função jurisdicional, pois o

magistrado a partir do momento que se encontra investido poder de decisão não pode

lançar mão de um comportamento que entende como correto ou uma ética puramente

subjetiva, aquilo que ele entende como bom e proferir decisão com base no seu compor-

tamento, cometam também no pode optar pelo que certo segmento da sociedade venha

entende como um bem quando este comportamento possa causa uma lesão aos demais

integrantes da referida sociedade e inclusive provocar a demanda judicial. O magistrado


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deve pautar a sua razão e liberdade dentro do núcleo de comportamento estabelecido pelas

normas de conduta de sua profissão. Ele pode ser crítico de determinados comportamentos

ou efeitos na conduta considerada ideal por sus profissão, mas jamais abortá-las em toda a

sua conduta. A condução de sua vida, seus pensamentos, seu modo de se vestir estão

alcançadas por tais núcleos, como também está liberdade não é irrestrita para a obrigação

de manter a lisura de sua conduta e a honestidade, eis que jamais poderá ser concebida a

possibilidade de escolher o bem ou o mau, visto que qualquer pensamento neste sentido

aponta para a violação de sua ética profissional.Um abraço.

Re: Foro: Ética e impartidores de justicia / Foro: Ética e impartidores de justiçade Milton Vasques Thibau de Almeida - martes, 22 de julio de 2014, 22:22

Prezado Doutor Eber Betanzos e colegas do Curso,

Para julgar gente é necessário ser gente, ir onde gente vai, fazer o que gente faz, para

compreender gente, para poder julgar gente.

Desta forma, o Juiz, como aplicador do Direito, se investe do senso ético do cidadão comum,

se tornando capaz de aplicar a Justiça com mais adequação, pois, como explica o Doutor

Rodolfo Vigo, descrevendo as características da ética judicial: a) ela foi conferida à pessoa

humana; b) corresponde a um monopólio; c) outorga poder para discernir racionalmente

sobre a melhor solução do caso; d) não lhe é conferida para ser utilizada da forma irracional

e arbitrária.

Isso explica a razão pela qual, o Poder Judiciário, diversamente dos demais poderes (Executivo

e Legislativo), prestigia o recrutamento amplo dos seus membros, entre os mais diversos

seguimentos da sociedade, utilizando critérios de seleção que buscam uma avaliação prévia

das 6 idoneidades dos candidatos: a) a científica, porque o Juiz exerce um cargo eminentemente

técnico, e precisa estar sempre com o seu conhecimento jurídico atualizado; b) a prudencial;

c) a física, porque o Juiz precisa ter condições físicas para o exercício do cargo e o domínio

dos sentidos mais essenciais para a comunicação com o mundo (especialmente a audição

e a fala); d) a psicológica, porque o Juiz precisa da capacidade plena da pessoa para entender o

mundo e se identificar com ele; e) a gerencial, porque hoje, mais do que no passado, o Juiz

é também um gestor do órgão judiciário que administra, devendo utilizar os recursos físicos e

humanos que lhe são disponibilizados pelos Tribunais com o máximo de eficiência e celeridade,

para atender à necessidade de solução das lides dentro de um tempo razoável, e, finalmente,

f) a idoneidade ética, uma idoneidade própria da pessoa a quem a sociedade outorgou o

poder de decidir.


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O colega Marcelo Segato Morais, como sempre o primeiro a se pronunciar sobre os temas do

Curso, destacou bem o método silogístico, que ordena a racionalidade do Juiz na solução

da lide, mas também destacou a importância da sua conduta ética, que vai além dos códigos

e das leis, alcançando-lhe a vida privada.

Como bem destacou o Doutor Rodolfo Vigo, na sua exposição sobre a ética judicial, essa

condução ética implica em cumprir horários, manter conhecimento atualizado, ser honesto

no relacionamento pessoal e institucional, ser confiável em cumprir com os seus com-

promissos, etc. Não basta ao Juiz apenas cumprir as leis, porque o direito contém apenas

um mínimo ético, e a ética não se conforma pelo direito. Enquanto o direito está ocupado com

as meras condutas exteriorizadas, a ética é um compromisso íntimo com a excelência.

O Juiz que se ocupa com esse compromisso íntimo de excelência, mais do que ter o direito de,

por mérito próprio, ter um um bom sono com a sua consciência tranquila, dela fará desfrutar

a sociedade. O destaque feito na preleção do Doutor Vigo sobre a ética judicial, nesse aspecto,

converge para a advertência feita pelo jurista uruguaio Eduardo Couture, em sua clássica

obra sobre processo civil: nenhuma sociedade poderá dormir tranquila se os seus juízes

tiverem medo.



Prezado Desembargador Dr. Milton Vasques Thibau de Almeida,

Com razão o Senhor quando afirma que "para julgar gente é necessário ser gente" e isso

implica em segurança para a sociedade, tanto para tranquilizá-la quanto ao aspecto ser-

humano do juiz, mas também para adverti-la de que também o juiz pode estar sujeito a erros

e imperfeições. Abraços.



Querido Milton, efectivamente los jueces son personas con errores y aciertos, justamente

en ello radica la apuesta del ser humano en buscar la perfección y la felicidad. Tienes mucha

razón y son muy acertados tus comentarios, respecto a que los jueces deben buscar la

excelencia. Efectivamente el derecho son mínimos éticos, pero la conducta del juzgador

debe apostar a la excelencia y eso se puede lograr con pequeñas acciones cotidiana que

mejores nuestro trabajo y nuestro contacto con los justiciables.


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Efectivamente los Poderes Judiciales, hacen esfuerzos con concursos de jueces para elegir

los mejores atendiendo a los conocimientos del derechos y todas las demás idoneidades

que nos recuerda el profesor Vigo, pero el llegar a ocupar el puesto de juzgador implica un

permanente refrendo de las conductas éticas hacia la excelencia, por lo que no basta ser

un juzgador independiente, que eso es importantísimo, el buscar la excelencia también está en

aspectos cotidianos como el trato con el personal, el trato a los justiciables de manera cortes.

Alguna vez decía un juzgador en un curso "yo no se porque mi personal no me quiere....si yo

llego al juzgado, ni los miro....voy directo a mi oficina", tal vez por eso señor juez...



Querido Andre Luiz, muy certero tu comentario. La conducta de los juzgadores puede lesionar

a la sociedad, por ello la importancia de concientizar el poder que representa la función

judicial y la importancia de observas una ética acorde a la profesión. Como comentaba

con Marcelo, la falta de conductas idóneas acorde a la función judicial, también genera

desconfianza en la sociedad y lo cual puede tener como resultado no solo la crítica al poder

judicial, si la desconfianza es tal, la gente se alejará de los tribunales, lo cual puede generar

que busquen hacer justicia por su propia mano, o que se genere impunidad, hechos que sin

duda son preocupantes para la justicia. Por ello los juzgadores deben actuar de tal manera

que la sociedad sienta la tranquilidad que sus derechos serán respetados, que cuando acuda

a la justicia esta será independiente, imparcial y objetiva, y que los jueces y las juezas, son

personas con un gran compromiso personal y social con la comunidad para quienes se

deben.


de Eber Betanzos - jueves, 24 de julio de 2014, 19:14

Buenas noches estimados André, Milton, Marcelo, amigos todos, atentos a lo comentado

por ustedes y la querida Leonor, el juez tiene una gran responsabilidad de corte ético al asumir

el papel de decir el derecho como vía hacia lo justo. La tarea del juez en relación con la ética

implica asumir una posición racional y razonable sobre lo que toda persona esperaría de su

comportamiento. Si bien no se trata de que los jueces alcancen la santidad –los seres humanos

tenemos aciertos y errores– si se requiere una conducta ejemplar en todo sentido.

Saludos!


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de Luciano Moraes Silva - martes, 22 de julio de 2014, 21:35

A relevância da conduta ética das pessoas que trabalham na administração da justiça reside

justamente no aspecto de que estes operadores do direito devem garantir à sociedade a

segurança de que atuarão com independência, com lisura, e para tanto devem agir no espaço

profissional, no público bem como no privado, com uma postura irrepreensível.

Na verdade, os juízes recebem da sociedade, de alguma forma, a delegação de um poder

para decidir questões de diversas naturezas, e portanto tem o compromisso íntimo, em

contrapartida, de agir com excelência e da forma mais adequada em todos os espaços de

sua vida pública ou particular conforme as normas sociais e regramentos estabelecidos.

A conduta ética do juiz não se resume em seguir as leis e interpretá-las da melhor forma

possível quando de suas decisões, mas sim atuar como tal em todos os momentos, com a

evidência que lhe é peculiar no seio da sociedade.

Concordando com o Marcelo Segato, a frase de efeito dita ao fim da segunda exposição em

vídeo de Rodolfo Luis Vigo esclarece e coloca muito bem a questão da ética por aqueles que

atuam na concretização da justiça: não é necessário somente que o juiz durma tranquilo

com o cumprimento do seu mister profissional técnico ou atingimento de metas, mas sim

que a sociedade durma tranquila com o juiz que tem, com a confiança necessária de que,

no momento que necessitar, obterá a prestação jurisdicional adequada, segura, imparcial e

justa.



Prezado Luciano,

você tem toda razão ao afirmar que a "ética do juiz não se resume em seguir as leis e interpretá-

las da melhor forma possível quando de suas decisões, mas sim atuar como tal em todos

os momentos, com a evidência que lhe é peculiar no seio da sociedade."

Lembro, por oportuno, o comentário do Prof. Javier Saldana Serrano, na obra Ética Judicial

- Virtudes del Juzgador, iindicada para leitura no guia de aprendizagem, de que " o exercício


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de determinados princípios morais e a aquisição de certos hábitos pessoais colocam o juiz

em condições de julgar com maior autoridade."

Sem dúvida, a conduta ilibada de um magistrado, aliado à investidura legal, dará ao mesmo

maior autoridade em sua atuação profissional. Abraços.


de Luciano Moraes Silva - miércoles, 23 de julio de 2014, 17:35

Perfeita colocação.

Boa indicação de leitura.

Aproveito o ensejo para recomendar a leitura da obra de Michael J. Sandel, Justiça – O que

é fazer a coisa certa, pois de ímpar lucidez e que, com certeza, provocará boas reflexões.

Abraços.


de Andre Luiz da Costa Carvalho - miércoles, 23 de julio de 2014, 20:39

Luciano, boa indicação de leitura.



Querido Luciano, efectivamente como señalas es deseable que el juez actúe de manera

pública y privada de forma impecable. Alguien en algún curso nos dijo que actuar de forma

impecable, solo lo hacían los santos, ¿tu crees que eso es verdad?. Ciertamente como por

ahí mencionaba Marcelo citando al Doctor Saldaña para poder juzgar se necesita cierta auto-

ridad y a su vez él citando a Adela Cortina señala que la ética, apuesta a máximos, buscando

la excelencia. Podemos afirmar que no basta con que los servidores públicos, tengan un

ordenamiento de naturaleza jurídica, para disuadir y castigar las conductas indebidas. Para

lograr ser un mejor funcionario, con un compromiso en serio con la sociedad, realizando de

manera excelente su funcional jurisdiccional, es necesario contemplar una responsabilidad

ética.


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de Sayonara Grillo Coutinho Leonardo da Silva - miércoles, 23 de julio de 2014, 12:17

É importante reconhecer a dimensão ética das pessoas que trabalham com o sistema de

justiça para assegurar uma legitimação das decisões judiciais produzidas conforme a busca

pela justiça. Do mesmo modo é importante reconhecer que a dimensão ética é constitutiva

do que é ser humano e a humanidade busca a excelência como humanidade, ou seja, como

um homem dotado de virtudes e defeitos. Ao meu ver a perfeição não é humana. Uma

perspectiva ética que conjugue racionalidade e sensibilidade verá que juiz é um ser humano

e que sua maior virtude é trabalhar e exercer sua profissão com senso de justiça, respeito,

pontualidade, assiduidde, honestidade enfim, zelar pela melhoria da sociedade.



Querida Sayonara, efectivamente racionalidad y sensibilidad son fundamentales para el

juzgador. Para generar confianza en el Poder Judicial, los funcionarios deben transitar por

la ruta de la ética, pero también de una cultura de derechos humanos. Este camino, cons-

tituye un binomio indisoluble, que no solo implica acatar lo preceptuado en algún tipo de

ordenamiento llámese Constitución o Código de Ética. Al referirme a los servidores públicos,

me refiero a todos, no solo a los jueces, si no a peritos, defensores públicos, personal admi-

nistrativo. Cada uno de quienes trabajamos en los Poderes Judiciales debemos apostar por

una serie de actitudes y estrategias para que a través de nuestra inteligencia, libertad, sen-

timientos y apostando al bien común, construyamos un Poder Judicial en el que la ciudadanía

pueda confiar. Aparentemente Todos estamos a favor de ello, sin embargo no todos actuamos

conforme a ello. La ética y los derechos humanos forman parte de una invitación de cambio

estructural y personal, nosotros debemos elegir de que lado queremos estar. A favor del

cambio o en la pasmosidad absoluta.


de Roberta Ferme Sivolella - miércoles, 23 de julio de 2014, 21:08

Sayonara, Leonor e demais,

Excelentes ponderações. Acredito que a grande mudança de "paradigma" com relação ao

Juiz é que, ao longo da história, ele passa de porta-voz de Deus (como representante da

vontade do rei) ao espelho da vontade da lei ( como estrita norma positiva) e, finalmente, ao


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porta-voz da própria sociedade. Talvez esta seja a grande mudança do Estado Democrático

de Direito: o "Estado-Juiz" passa a ser personificado; o Magistrado como agente público não

mais é visto como mero aplicador da lei, mas como cidadão que representa e ao mesmo tempo

faz parte do meio social a que deve sempre tentar equilibrar, com eqüidade, honestidade,

razoabilidade e Justiça. E, logicamente, deve espelhar tais escopos em sua vida pública e

privada.



Perdoem-me a citação, mas hoje li um trecho muito interessante de Eduardo Couture que

tudo tem a ver sobre o assunto, e não podia deixar de compartilhar com os colegas. Fica aqui

para a reflexão:

(...) o juiz é uma partícula de substância humana que vive e se move dentro do Direito; e se

essa partícula de substância humana tem dignidade e hierarquia espiritual, o Direito terá

dignidade e hierarquia espiritual. Porém, se o juiz ,como homem, cede ante suas debilidades,o

Direito cederá em sua última e definitiva revelação. A sentença poderá ser justa ou injusta,

porque os homens necessariamente se equivocam. Não se inventara ainda uma máquina

de fazer sentenças. No dia em que for possível decidir os casos judiciais, como decidem as

carreiras de cavalos, mediante um olho eletrônico que registra fisicamente o triunfo ou a

derrota, a concepção constitutiva do processo carecerá de sentido, e a sentença será uma

pura declaração, como queria Montesquieu. Enquanto não se fabrica essa máquina de

fazer sentenças, o conteúdo humano, profundo e entranhável do Direito não pode ser

desatendido nem desobedecido, e as sentenças valerão o que valem os homens que as ditam.

Da dignidade do juiz depende a dignidade do Direito. O Direito valerá, em um país e num

momento histórico determinado, o que valem os juízes como homens.

No dia em que os juízes tiverem medo, nenhum cidadão poderá dormir tranqüilo"



... o colega Milton, aliás, já havia mencionado a obra em que está inserido o trecho acima.


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de Leonor Figueroa - jueves, 24 de julio de 2014, 10:40

Querida Roberta, efectivamente como mencionas la figura del juez ha cambiado a lo largo

de la historia, y dentro de nuestros estados democráticos son servidores públicos con una

gran responsabilidad, la cual se enaltece buscando la excelencia a través de principios y

virtudes judiciales. Son muy interesantes las citas que han señalado tu y Milton porque

efectivamente el juez es una persona como cualquiera, con un gran compromiso.

Les quiero platicar que en México los jueces indígenas tienen clarísimo esta visión de res-

ponsabilidad y servicio, en torno al bien común. En un foro que realizamos alguno vez de

jurisprudencia y justicia indígena, alguien del público preguntó que cuanto recibían de ingreso

estos jueces, ya que no forman parte como tal de algún poder judicial, pero sin duda resuelven

conflictos en sus comunidades. Las personas del público se sorprendieron cuando ellos

señalaron que no recibían pago alguno, que era un servicio a la comunidad y que era un

honor poder llevar a cabo ese trabajo, como un servicio para el bien común de todos.

Sin duda todos los que son jueces tienen muchos atributos, a parte de grandes conocimien-

tos, sin embargo no somos seres acabados la ética consiste justamente en poder perfeccio-

narnos día con día, es un trabajo que dentro de los poderes judiciales podemos hacer para

brindar un servicio, pero la ética en este sentido beneficia a lo social y por supuesto también

a lo personal ya que a través de ello, lograremos no solo ser mejores servidores públicos,

sino mejores personas.



Buenas noches, muchas gracias por el pensamiento de Couture que amablemente nos

compartes. En función de ello me quedé pensando que a los jueces se les valora –y en ello

cumplen su papel– por la garantía de independencia, imparcialidad, objetividad y excelencia

que representan –en su vocación por la justicia–, por lo que acudir a un juez que no tenga

tales características llevaría a un contrasentido.

Saludos!


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Re: Foro: Ética e impartidores de justicia / Foro: Ética e impartidores de justiçade Sayonara Grillo Coutinho Leonardo da Silva - viernes, 25 de julio de 2014, 12:02

Obrigada pela citação. ótima.

Re: Foro: Ética e impartidores de justicia / Foro: Ética e impartidores de justiçade Sayonara Grillo Coutinho Leonardo da Silva - viernes, 25 de julio de 2014, 12:01

Sim. E a questão dos direitos humanos é também relevante.

Re: Foro: Ética e impartidores de justicia / Foro: Ética e impartidores de justiçade Jose Geraldo da Fonseca - sábado, 26 de julio de 2014, 07:31

Colegas:

Já deixei escrito aqui que sou crítico ferrenho desse verdadeiro "mantra" com o qual se justificam as coisas, essa maneira de dizer que, "segundo o meu ponto de vista ético...". Não pode haver um "meu ponto de vista ético". A Ética é. Mas, no caso dos operadores do direito(ou "impartidores de justicia"), como queiram, acho mesmo que a justiça que é entregue como decorrência do trabalho de quem a distribui, passa necessariamente pelos critérios éticos daquele que distribui ("imparte") a própria justiça. Digo sempre que o melhor critério ético para se saber se tal e qual justiça é verdadeiramente justa é se por no lugar da parte e perguntar-se: eu gostaria de que ditassem contra mim essa sentença? Penso eu que a importância de se reconhecer uma dimensão ética a todos os que operam os mecanismos complexos desse sistema em constante aperfeiçoamento –a justiça– reside justamente nisso: permitir que o "impartidor"se humanize, que se ponha no lugar do outro, que dite para o outro o juízo que teria sobre si mesmo ou gostaria que tivessem sobre si ou sobre as suas necessidades de justiça.

Re: Foro: Ética e impartidores de justicia / Foro: Ética e impartidores de justiçade Leonor Figueroa - lunes, 28 de julio de 2014, 09:55

Estimado José Geraldo, señalas cosas muy importantes, efectivamente la ética no puede ser subjetiva, pero es válido que las personas externemos o comentemos desde nuestra expe-riencia, por ello en ocasiones se utilizan frases como las que tu señalas. Por otra parte mencionas que la ética trata de humanizar al impartidor, y aunque las sociedades requieren de jueces humanos, empáticos y solidarios que son parte de los principios o virtudes judi-ciales, parte de lo que se busca desde la ética es ayudar a concientizar, a realizar una intros-pección de las conductas y actitudes de todas aquellas personas que trabajan en la impartición de justicia.


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de Evandro Pereira Valadao Lopes - miércoles, 23 de julio de 2014, 23:49

Prezados colegas e tutores,

li atentamente as manifestações de todos e teria muito pouco a acrescentar. Contudo, permito-me

breves considerações. Reconhecer uma dimensão ética s das pessoas que são responsáveis

pela distribuição da Justiça é, antes de tudo, reconhecer nossa "mundaneidade" (perdoem

o neologismo).

A Ética é capaz de justificar a desmitificação do Juiz. Somos humanos, demasiadamente

humanos. Se em algum momento da história caberia aos juízes a função de oráculo dos

deuses ou interpretes da vontade divina, ou ainda ser a bouche de la loi, nada mais de especial

se lhe exige do que as idoneidades próprias de sua profissão.

E assim é com outras profissões que por suas características exigem daquele que as abraçam

condutas, posturas, ou seja, habilidades e atitudes diferenciadas. Como ao pianista que se

lhe não permite mãos musculosas, retirando-lhe a habilidade, ao juiz exige-se-lhe mãos

limpas, não manchadas pela corrupção.

O Juiz não é um ser mítico, iluminado, mas aquele que sabe a exata dimensão e responsabi-

lidade do cargo e deve, por isso, cultivar as qualidades próprias de seu ofício. Compromete-se,

pois, com o outro, com seu semelhante, com o aprimoramento contínuo, com a prudência,

com a estabilidade mental e emocional, com a capacidade de gerir pessoas e interesses, com

a austeridade republicana,e acima de tudo,com a independência e a imparcialidade.


de Leonor Figueroa - jueves, 24 de julio de 2014, 10:52

Querido Evandro, a veces parece que todo esta dicho pero cuando cada uno opina enriquece

el diálogo y de eso se trata estos foros, así que me alegro que todos participen. Efectivamente la

sociedad espera y exige mucho a todos los servidores públicos. Sobre todo de los juzgadores

ya que su labor es muy delicada en las funciones de Impartir justicia, resolver conflictos, con-

tribuir a la (objetiva) convivencia social / bienestar de la sociedad (fin del Derecho), proteger

y justiciabilizar los derechos humanos, construir ciudadanía y contribuir a la paz.

Las personas que trabajan desde las magistraturas deben tener presente que el servicio

público se constituye no como un privilegio de estatus de superioridad del servidor, sino

como el cumplimiento de un compromiso ante la sociedad (bien común, relaciones ar-


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moniosas), el cual fue planteado por la sociedad. El fin del servicio público servir a las personas

si me voy a servir a mí mismo se desvirtúa el concepto y aquí caben los casos de corrupción

que han mencionado.El aspecto de universalización de los parámetros éticos: hay que ponerse

en los zapatos del otro. ¿qué esperamos, como usuarios de algún servicio público?, (pará-

metros de actuación que respondan a las expectativas de las personas)


de Helio Grasselli - jueves, 24 de julio de 2014, 14:22

Prezados Colegas:

Mais uma vez parabenizo os tutores Eber e Leonor, bem como os demais partícipes, pela

excelente qualidade do material e alto nível das discussões. Confesso que embora a dimensão

ética sempre tenha permeado minha atuação, nunca parei para estudá-la e discuti-la como

agora.

Num primeiro momento aprendemos que o juiz é um agente de subsunção, isto é, um

aplicador de silogismos partindo da premissa maior (a lei em abstrato), passando pela

premissa menor (subsumindo o caso concreto) e chegando à conclusão.

Essa adequação já não seria fácil se a lei fosse perfeita. Todavia, sabemos que não o é. Por

isso, sempre que a legalidade se separar da justiça, devemos primar por esta e preterir aquela.

Trata-se, por óbvio, de exigência do bem comum, mesmo porque o direito existe para regular

harmonicamente a convivência social e, disso, não devemos nos afastar.

Exsurge, daí, a importância de reconhecer uma dimensão ética das pessoas que trabalham

na administração da justiça. Muito provavelmente a sociedade veria com maus olhos um

funcionário da justiça ou mesmo um juiz que não mantivesse conduta privada escorreita,

isto é, conduta ilibada. O que seria de um juiz que na vida privada fosse dado ao vício do

álcool, das drogas, dos jogos de azar! Certamente não teria o respeito da sociedade e suas

decisões seriam severamente criticadas. É a aplicação do velho brocardo: "a mulher de César

não basta ser honesta, tem também de parecer honesta".

Abraços.


de Carlos Roberto Barbosa - jueves, 24 de julio de 2014, 18:04

En nuestro foro, lo de interes, pienso, es centrarnos el la ética de la virtud, como una teoria

que debe ser prioritária en el ejercicio de la función judicial. Eso es, que la justicia concreta,


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el derecho justo, no dependa tanto del diseño normativo y del cumplimiento de deberes, y

tampoco se reduzca a otorgar la máxima felicidad a las personas, sino que depende, de

manera fundada, de la actitud y caráter (de la prudencia, de la sabiduria moral prática, del

conocimiento concreto de si y de las circunstancias) de aquellos que tienen el deber de aplicar

el derecho a los casos de la vida activa. En esto sentido, una vez que el proceso de realización

tiene como reto la justicia, la prudencia y la virtud son camiños legítimos para tanto. Detectar

que capacidades del ser humano son indispensables para hablar de una buena interpretación

es fundamental desde el punto de vista de una teoria hermenêutica que nos lleve a la equi-

dade y a la justicia social.

Qué fuertes las palavras del profesor Rodolfo Vigo, al decir que más importante que los jueces

duerman tranquillos con su conciencia, es que la sociedade duerma tranquila com los

jueces que tiene.

Y en paródia el colega Thibau, nada menos que en palabras de ARISTÓTELES "Somos lo que

hacemos día a día. La excelencia, pues, no es un acto, sino un hábito".And the last, but no

least, me atreveré con lecciones de DEMOCRITO:

"La esperanza de una mala ganancia es el comienzo de una pérdida. El olvido de las propias

faltas trae consigo la desfachatez. La vergüenza miedosa produce servilismo; pero la dispo-

sición amistosa no tiene esa recompensa. Para nada debe uno avergonzarse más frente a

otros que frente a si propio, ni debe contar, en un acto de maldad, el que no se entere nadie

o el que se entere la humanidad toda. Ante nosotros mismos debemos primordialmente

avergonzarnos, y esto tiene que figurar como ley a las puertas del alma: nada hacer que sea

indigno".



Buenas noches Carlos, saludos. La ética de la virtud lleva a la proporción y esta a la analogía,

mesura, equlibrio, elementos siempre presentes en el oficio judicial. Tienes razón, la exce-

lencia es un hábito que requiere cuidado permanente. Recuerdo leyendo los pensamientos

que nos compartes que Platón, en la República, plantea quitar las leyes, para quedar con

ciudadanos virtuosos, pero, al ver que los ciudadanos no son todo lo virtuosos que se requería,

volvió a acudir a la legislación, en las Leyes, y estas precisan de jueces que las apliquen.

Saludos.


28


de Leonor Figueroa - lunes, 28 de julio de 2014, 10:38

Estimado Carlos la ética de la virtud como teoría para la función judicial es importante. Como

señala Adela Cortina, la Ética busca máximo, y esos máximos se encuentran en la apuesta

a la excelencia judicial, la cual es un reto permanente y constante. Muchas veces se habla

de principios judiciales como son la independencia judicial, la imparcialidad, la motivación

ciertamente ellos son fundamentales, pero ellas deben estar sustentadas continuamente en

virtudes cardinales importantes como lo son la prudencia, la templanza, la fortaleza y la

justicia. Las virtudes judiciales repercuten primero en las persona misma del juzgador y

posteriormente a la sociedad a la que sirve, de tal forma que el juez a través de su vida en

un ejercicio congruente de la misma, consigue no solo su crecimiento personal, si no que

con sus actitudes contribuye al bienestar social.



Buenas noches estimado Helio, tal como señalas se reconoce que los jueces forman parte

de una estructura social estatal, que busca en su sistema judicial ofrecer parámetros útiles

para la resolución de las controversias jurídicas, orientado por principios de justicia en

consonancia con el imperio de la ley, mismos que serán garantes de la paz social y seguridad

jurídica necesarias para abonar a la estabilidad del Estado. La dimensión ética, dentro de

esta visión, parecería oculta o al menos no expresa, pero me parece que no deja de ser un

elemento a priori, pues incluso desde una visión formalista esta requiere buenos aplicadores,

que por tanto deberán ser éticos. Cierto también, para ser ético, es necesario también mostrar

a la sociedad que se poseen sus atributos –de ahí vendrá la confianza a su sistema de

derecho–.

Saludos!



Querido Helio, ética y argumentación judicial deben ir de la mano, debemos tomar en cuenta

que las resoluciones judiciales son una apuesta a la transformación de la sociedad, por ello


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la decisión judicial impacta en lo económico, social y político. La ética como parte de la ar-

gumentación debe llevar al respeto de la dignidad humana y en general a los derechos y la

justiciabilidad de los mismos. Por eso señalamos que la función judicial constituye una gran

responsabilidad frente a la sociedad y por ello los impartidores de justicia necesitan coheren-

cia en su vida, es decir esa armonía entre lo público y lo privado.


de Evandro Pereira Valadao Lopes - viernes, 25 de julio de 2014, 13:52

Olá Leonor

Aqui no Brasil falamos "calçar as sandálias". Es necesário ponerse en las sandalias del otro.



Muy bien Evandro gracias!!! En México decimos "ponerse en los zapatos de otro" que es un

ejercicio de empatía y solidaridad.


de Sayonara Grillo Coutinho Leonardo da Silva - viernes, 25 de julio de 2014, 12:05

Evandro, Roberta, Leonor etc. gostei muito dos comentários dos colegas. Concordo.

Parabéns.


de Roberta Ferme Sivolella - viernes, 25 de julio de 2014, 15:59

Evandro, Hélio, Carlos e Leonor,

Lendo suas mensagens me permiti, aqui, fazer uma reflexão "a contrario sensu": a relação de

reciprocidade entre a ética que o Juiz deve ter em sua vida pública e privada –aqui tão bem

delineada pelos colegas– e a contrapartida da ética aplicada quando do guarnecimento das

garantias dos Juízes. Um Juiz ético, certamente, encontrará muitos desafios dentro de um

sistema que não lhe garante a tranquilidade, imparcialidade e independência no exercício

de seus misteres.


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Estou aqui pensando que, sem dúvida, são dois fatores interdependentes: a ética sob o prisma

do Juiz como agente público e ser humano, e a ética do sistema em que o Juiz está inserido,

e que deve lhe permite exercer com liberdade e amplitude seus valores baseados nos mesmos

princípios a que sua atividade visa aplicar.

Acredito que a ética do Juiz não deve ser dimensionada de forma isolada. Ao se cobrar do

Magistrado a postura inerente ao seu cargo, deve também se combater qualquer tentativa

de que fatores políticos ou o mau vezo da imprensa, por exemplo, façam as vezes de um

canal de pressão e impedimento, em última análise, da realização da prestação jurisdicional

sem máculas , temores ou dependência. Fica a reflexão para o final de semana :–)


de Eber Betanzos - sábado, 26 de julio de 2014, 00:02

Buenos días a todos, gracias a todos por sus participaciones. En función con lo comentado

por Roberta, la ética judicial se robustece en la relevancia de la fortaleza como virtud axioló-

gica. El planteamiento de la ética aplicada en el actuar cotidiano es particularmente relevante,

si bien enfrenta dificultades propias de la condición humana: la injusticia, la desigualdad, la

pobreza, el materialismo, la superficialidad, el egoísmo, la soberbia, el mal provocado por

el error, la judicialización, los intereses, y –particularmente– la congruencia de los propios

actos. En este escenario, como comenta Roberta, la postura del juez como un formador y

referente de paradigmas ejemplares de conducta deja su postura interna y se exterioriza.

Saludos!



Efectivamente Roberta, el juez se enfrenta a múltiples factores cotidianos como los que haz

señalado, pero sin duda la función judicial se puede ver fortalecida apegándose a principios

y virtudes judiciales. Como le comentaba a Helio es importante que exista coherencia entre

nuestros actos. La ética no puede ser desligada en nuestra condición de servidores públicos

y padres, madres de familia. Somos las mismas personas, por ello es importante el concientizar

nuestras conductas y actitudes y ello se proyectará en nuestras familia, con nuestros colabo-

radores, con los justiciables.


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de Rodrigo Andreson Ferreira Oliveira - lunes, 28 de julio de 2014, 11:00

Concordo plenamente com você, Evandro, quando diz que o juiz deve cultivar as qualidades

próprias de seu ofício. Ninguém nasce pronto e acabado ou padece de um "defeito de fábrica"

que impeça a construção de um modo de vida pautado em padrões éticos. Assim, devemos

edificar cotidianamente estas qualidades.


de Eber Betanzos - lunes, 28 de julio de 2014, 12:28

Buenas tardes estimado Rodrigo. Excactamente, nos construímos todo el tiempo. Muchas

veces nuestros avances son al mismo tiempo aprendizajes de retrocesos, pero aún así hay

que seguir edificando. De ahí que la ética contenga principios y virtudes, como forma de vida.

Saludos.


de Rodrigo Andreson Ferreira Oliveira - lunes, 28 de julio de 2014, 10:56

Bom dia caros colegas!,

Os magistrados, pela própria incumbência de dirimir litígios que lhes são submetidos,

devem pautar suas vidas de acordo com os padrões éticos, tanto no trabalho quanto em

sua vida particular. O juiz não é um mero robô que aplica leis e, por essa razão, sua vida

deve estar em consonância com aquilo que aplica no seu cotidiano. Seria um contra-senso

adotar-se a ideia do "faça o que eu digo, mas não faça o que eu faço". O juiz deve ser exemplo

de retidão e de caráter. Isso legitimará e tornará inquestionável sua atuação.

Isso não implica dizer que o juiz não possa apresentar pensamento crítico, pois as mudanças

na sociedade são advindas justamento da maneira diferente de pensar, e é a mudança que

traz o crescimento.

Acrescento que esta dimensão ética, na vida e no trabalho, deve ser parâmetro para todos

os operadores do direito, que devem perseguir a efetivação da Justiça.


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Hola Roberto, en función de ello cuando hablamos de ética judicial, hablamos también de

la ética que aplica a todos los colaboradores de la impartición de justicia. Si bien ello es

particularmente relevante tratándose de los juzgadores per se, siendo que la ética alcanza

su vida pública y su vida privada en lo que de pública esta tiene y de la congruencia que el

decir y el hacer implican en función de una ética que se vivifica en toda conducta,

Saludos!


de Glaucia Zuccari Fernandes Braga - lunes, 28 de julio de 2014, 15:05

Caros instrutores e participantes, olá,

Confesso sentir uma certa timidez, quando me dirijo a esse foro frequentado por pessoas as

quais considero meus ídolos.

Enfim, acredito que os atributos da fala e da audição não sejam genuinamente físicos.

Ainda a respeito das virtudes do juiz e da sua indissociável condição humana, aqui já

ressaltada diversas vezes pelo Marcelo e revisitada por todos, a seu modo, acho que a

imparcialidade exige do juiz a capacidade de se distanciar de si mesmo, de identificar no

seu íntimo as emoções que guarda de situações particulares passadas e que podem lhe

oferecer risco de transferência para o caso em julgamento.

O medo, enquanto reação a um perigo real, ínsito no instinto de sobrevivência, considero

necessário para desafiar o juiz a reações criativas e corajosas.


de Eber Betanzos - miércoles, 30 de julio de 2014, 00:37

Buenos días estimada Glaucia. Con mucho gusto te leemos, encantados de contar con la

participación de la judicatura del trabajo en Brasil. Efectivamente es compleja la situación

que vive el juez. Así como el hombre tiene virtudes también sufre el embate de las pasiones

y ante ello, en el acto de justicia que tiene conferida, se desarrolla la fortaleza que lo llevará a

guiarse con objetividad, imparcialidad, prudencia.

Saludos.


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de Valeska Facure Pereira - lunes, 28 de julio de 2014, 16:25

Dos textos dos colegas e dos vídeos indicados, alguns aspectos me prenderam a atenção.

A questão relacionada a ética no comprometimento não só com o que se faz, mas também

na preparação para fazê-lo; ou seja, o comprometimento com a constante atualização e até

mesmo aprendizado dos novos temas que surgem, bem como em tudo o que é necessário

para de maneira completa, bem realizar as atividades inerentes a prestação jurisdicional.

Ao longo da minha carreira, por exemplo, foi necessário desenvolver estudos na área de

administração, médica (ler/dort e agora as questões psiquiátricas), econômicas (principalmente

quanto aos impactos das decisões em processos coletivos)...e assim por diante. A ética do

"completar-se da melhor forma possível" a fim de bem desenvolver as atividades.

Outro ponto a salientar, é a questão do eterno conflito entre o público e o privado. O limite

entre os dois espaços e a importância de adotar determinada conduta que não interfira

negativamente na atividade profissional. O direito a privacidade e a responsabilidade de

exercer uma função pública com todas as suas implicações.

Por fim, achei super interessante um ponto ressaltado pela Roberta, no sentido de questionar

a ética do sistema em que está inserido o Magistrado. São questionamentos que colocam

o Juiz como destinatário e que são sempre válidos, na medida em que necessários para o

exercício sereno e ponderado da própria jurisdição.



Hola Valeska, buenos días, compartimos lo que comentas. En este orden me parece que

profundizar sobre la ética y sobre sus escenarios prácticos es siempre relevante. Una ética

que se concentre en libros y artículos no sería realmente útil sino se convierte en forma de

vida, y para este paso nunca está de más –al contrario es un impulso– reflexionar sobre los

contenidos y fines de la ética judicial. Saludos.

CURSO ÉTICA JUDICIAL LAbORALForo: El juez y la capacitación

37Hola a todos y todas,

Dentro de los principios establecidos en el Código Iberoamericano de Ética Judicial, se

encuentra el principio de Conocimiento y Capacitación, y sobre el cual versará nuestra

discusión:

• ¿Por qué formarse y capacitarse se considera un imperativo ético de jueces y juezas?

• ¿Se realizan los esfuerzos necesarios en las Escuelas Judiciales para cumplir con este

mandato que establece el Código modelo?

Lectura recomendada: Comisión Iberoamericana de Ética Judicial. Capítulo IV: Conocimiento

y capacitación (Arts. 28-34). Código Modelo Iberoamericano de Ética Judicial.

Les recordamos que las intervenciones en el foro deben ser breves, concisas y precisa, y

para promover la discusión, recomendamos que cada participante comente la intervención

de un/a compañero/a.

Eber y Leonor


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Olá a todos,

Dentro dos princípios estabelecidos no Código Iberoamericano de Ética Judicial, encontra-se o

princípio de Conhecimento e Capacitação, e sobre o qual versará nossa discussão:

• ¿Por que se formar e se capacitar se considera um imperativo ético de juízes e juízas?

• ¿Realizam-se os esforços necessários nas Escolas Judiciais para cumprir com este mandato

que estabelece o Código modelo?

Leitura recomendada: Comisión Iberoamericana de Ética Judicial. Capítulo IV: Conocimiento y

capacitación (Arts. 28-34). Código Modelo Iberoamericano de Ética Judicial.

Recordo-lhes que as intervenções no foro devem ser breves, concisas e precisa, e para promover

a discussão, recomendamos que a cada participante comente a intervenção de um/a colega/a.

Eber y Leonor.

Re: M3- Foro: El Juez y la capacitación


Hola queridos amigos, nos gustaría mucho leer sus puntos de vista sobre estas líneas moti-

vadoras de reflexiones. Nuestro curso forma parte de este propósito.

Saludos!


de Andre Luiz da Costa Carvalho - martes, 29 de julio de 2014, 16:54

!Hola Leonor y Eber!

Durante muito tempo tivemos uma concepção equivocada de que o cidadão/cidadã que

lograva êxito para o exercício da magistratura estava munido de todos conhecimentos para

o efetivo exercício daquela função. Contudo, o tempo revelou que os meros conhecimentos

técnicos, ou seja, o mínimo exigido para a aprovação em concurso público ou nomeação

não eram suficientes e jamais serão, uma vez que o juiz se deparará sempre com relações

jurídicas, que no final do século passado e agora neste em curso, vêm sofrendo inúmeras

influências, o que demonstra a impossibilidade de termos um magistrado inerte aos fatos

que se modificam a cada minuto, ou cada momento onde surge uma nova questão a ser

analisada. Em razão destes fatos, mudou-se a concepão de formação do magistrado; não


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negamos que há necessidade de um conhecimento técnico, assim como deve sempre haver a busca pelo aprimoramento de referido conhecimento e apliação de forma a ofertar a so-ciedade uma decisão adequada aos anseios. A honestida e a imparcialidade do magistrado passa por este aspecto a partir do momento que ele não pode julgar somente com a sua concepção de vida, seus conceitos e outros conhecimentos, aí incluídos a cultura, concepção religiosa, etc. Ele deve buscar uma visão ampla, criar um sentido crítico de dentro das ínúmeras vertentes que o lítigio demanda, ou seja, é através da crítica e da busca do conheci-mento que se poderá externa um julgamento imparcial, direito fundamental , que propicia a segurança jurídica das partes. Aqui não falo de uma imparcialidade absoluta, ou até mesmo objetiva, mas do pleno exercício da análise crítica permeada pelo estudo, e aí, após pecorrido este caminho, pode o juiz com acréscimo de sua vivência, pois não há um imparcialidade divina –até porque esta última pode ser partidária de alguma conduta que entende ser correta e para outros seria incorreta– apresentar a solução justificada por sua análise crítica, que sem dúvida envolveu conhecimento técnico, cultural,convivências, etc. Este comportamento deixa fluir a noção de um juízo justo ( não pela decisão favorável para um ou outro) mas pela comprovação de que sempre teve a ética profissonal balizando as suas ações e, por conse-quencia, a presença da imparcialidade. A construção deste comportanento passa pelas Escolas Judiciais, pois é nelas que o Juiz encontra o local para exercitar as suas reflexões e agregar novos conceitos. O aprimoramento , apefeiçoamento, qualquer que seja o enfoque, vai de encontro ao princípio fundamental que agraga todos os outros –da imparcialidade, devido processo legal– que é o da segurança jurídica. E tal segurança está atrelada a tudo que reflita na imagem de um Poder Judiciário impacial. Tudo isto advém de momentos como este em que trocamos ideias e ampliamos nosso senso crítica. A imparcialidade positiva é resultado de todos os aspectos salientados acima. Um abraço.

Re: M3- Foro: El Juez y la capacitaciónde Eber Betanzos - miércoles, 30 de julio de 2014, 00:55

Buenos días estimado André. La actividad judicial efectivamente requiere no sólo de técnica jurídica, sino también sentido de justicia, último atributo que precisa de recurrir a todos los conocimientos que sean necesarios para juzgar apropiadamente un asunto y percibir lo que en él debe juzgarse. Como has señalado, la formación de los magistrados ha ampliado sus horizontes con el interés de contar con una justicia mas integral. A ello se ha abonado con la formación especializada que se brinda en las escuelas judiciales y en los diálogos entre pares y otras jurisdicciones que permiten socializar, comunicar el conocimiento. Se trata de una tarea continua.

Saludos.


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Querido André, efectivamente en ocasiones las personas nos confiamos y ello hace que nos

estanquemos y vivamos en una especie de mediocridad o conformismo. Cuando unos es

aspirante a algún trabajo, profesión o cargo específico, pasamos por difíciles pruebas de

capacitación para llegar al puesto anhelado, sin embargo una vez que lo conseguimos

pareciera ser que ya no debemos esforzarnos más, por que ya lo logramos. Sin embargo para

lograr la excelencia debemos esforzarnos día con día para ser mejores en lo personal y en lo

profesional. La capacitación en forma integral es fundamental, no basta con ser un buen

operador o técnico jurídico, para ejercer dentro de la función judicial se requiere como lo

señaló Eber un sentido de justicia, aunado a principios y virtudes que ya se ha mencionado.

Para la aplicación de la justicia no solo se requiere conocer la ley se requiere tener una visión

con perspectiva de género, de poder mirar las desigualdades existentes para entender que

el derecho es una herramienta poderosísima para impartir justicia. El juzgador no debe perder

de vista que la función judicial tiene como propósito el impartir justicia, resolver conflictos,

contribuir a la convivencia social y al bienestar de la sociedad, proteger y justiciabilizar los dere-

chos humanos, construir ciudadanía mediante el efecto transformador de las sentencias

y contribuir a la paz entre otras.

Para lograr éste cometido que la sociedad ha confiado en los jueces, por ello es necesario

que los impartidores de justicia, tomen en cuenta siempre el poder que emana de sus nom-

bramientos y que el mismo no va desvinculado al tema de la responsabilidad. "No es el juez

como alguien pasivo, sino más bien como alguien comprometido con el drama que tiene

lugar, que se identifica con uno o más de los participantes y da vueltas a las ambigüedades

morales que plantea un drama." (SHEPSLE)


de Andre Luiz da Costa Carvalho - jueves, 31 de julio de 2014, 20:14

Hola Leonor y Eber, sin. duda que la capacitacion debe de ser siempre un objetivo del juez.

Tenemos una obligacion con la sociedad. Saludos.. André

Re: Foro: El Juez y la capacitación / Foro: O Juiz e a capacitação

de Jose Geraldo da Fonseca - lunes, 28 de julio de 2014, 23:02

Diversamente da honestidade intelectual e moral e da vocação profissional, que são impe-

rativos éticos que a sociedade espera do seu juiz, formação e capacitação são imperativos


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éticos que o próprio juiz deve pôr-se a si mesmo, antes de pôr qualquer deles à apreciação da

sociedade civil na qual se insere, onde atua e para a qual dirige o exercício de sua função

jurisdicional. A formação (moral, social, profissional, intelectual) e a capacitação (preparo,

atualização, conhecimento sistemático de outras ciências e da realidade concreta onde atua

como juiz e onde exercita o seu estatuto de pessoa) são imperativos éticos voltados e exigidos

do juiz proativo porque é indispensável que o juiz se ponha no lugar daquele a quem julga,

de tal modo que a sentença primeiro lhe pareça justa a si mesmo, para só depois parecer

justa para outrem. Não se pode querer algo justo para si diferentemente do que seja justo

para o outro. O justo é um imperativo categórico. Justo é justo, em qualquer lugar e em qualquer

circunstância. Somente com uma sólida formação e uma constante capacitação se alcança

esse ideal ético que permite ao juiz abstrair-se de si mesmo para se colocar no lugar do outro

sem que julgue a causa do outro com seus valores pessoais. Quanto à segunda indagação,

nem todas as Escolas, e nem durante todo o tempo se busca cumprir essa exigência

deontológica da profissão. Muita vez a Escola serve de trampolim ao acesso a novos postos,

ao cume da carreira. Não é a instituição que deve glorificar o Homem; é o Homem que deve

engrandecer a instituição. Quando essas premissas são invertidas, as Escolas deixam de

atingir o seu objetivo principal, senão único.


de Sayonara Grillo Coutinho Leonardo da Silva - martes, 29 de julio de 2014, 12:22

O aperfeiçoamento constante é uma exigência para o exercício adequado da atividade juris-

dicional. As Escolas Judiciais são importantes instrumentos institucionais para permitir a

capacitação, a formação continuada, a reflexão constante dos juízes e dos servidores do

Poder Judiciário. São espaços abertos para a reflexão e, neste sentido, parece-me correta a

abertura das escolas aos múltiplos saberes, sejam provenientes das distintas disciplinas do

conhecimento, bem como das diversas formas de saber. No texto que lemos para o tópico

anterior, o professor Rodolfo Luis Vigo aponta o conhecimento como virtude ética ao lado da

independência, da prudência, da imparcialidade etc. Ademais, como dimensões da prudência

Vigo salienta a experiência, a capacidade de diálogo, a humildade, dentre outros aspectos

que me parecem apontar para uma visão mais abrangente do processo de conhecimento.

A alteridade e a capacidade de se colocar no lugar do outro, seja na magistratura, na sala

de aula (ainda que virtual), na família etc. são importantes aspectos de uma conduta ética

e solidária que vem sendo destacado nos comentários dos colegas que demonstram a


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importante reflexão que este curso está nos propiciando. Excelente atividade de formação

que demonstra o correto papel das Escolas Judiciais.



• ¿Por qué formarse y capacitarse se considera un imperativo ético de jueces y juezas?

• ¿Se realizan los esfuerzos necesarios en las Escuelas Judiciales para cumplir con este

mandato que establece el Código modelo?

Hola Sayonara, buenos días. El conocimiento y capacitación de los jueces le permite formarse

como persona, y entender su función no sencillamente como un aplicador de leyes sino como

un impartidor de justicia. Ello requiere conocimientos especializados que implican acudir a

múltiples disciplinas en torno al hecho de justicia. En ello las escuelas judiciales cumplen

un papel fundamental. Respecto de la aproximación a conocimientos especializados vale la

pena reflexionar si ello debe ser realizado, cuando sea posible, directamente por sus espe-

cialistas (médicos, filósofos, etcétera) o por abogados con conocimientos especializados en

esta materia.

Saludos.


de Sayonara Grillo Coutinho Leonardo da Silva - viernes, 1 de agosto de 2014, 09:40

Caros, acredito que todos estamos de acordo quanto a premissa de que formar-se é um

imperativo ét ico. Por quê? Me parece que envolve a busca da virtude, do aperfeiçoamento

da prestação jurisdicional, de uma compreensão reflexiva (e não apenas do senso comum)

dos diversos fatos e dimensões da vida humana. Concordo com todos os colegas que se

manifestaram, em especial concordo com Roberta e Luciano quando colocam o problema

sério que diz respeito ao nosso excesso de trabalho e a falta de tempo para a formação. Acho

que no Brasil nós temos um passo importante quando se estabeleceu o programa de

formação inicial, altamente necessário quando se entra na instituição e na carreira. As escolas

são importantes pois podem ser um espaço direcionado a reflexões necessárias para a

formação do juiz, não apenas no sentido profissional mais estrito, mas também no sentido

integral do ser. Aliás, aproveito para dizer que os artigos escolhidos para leitura neste curso

são muito bons. Parabéns aos professores.


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Sayonara,

Concordo com os aspectos por você colocados, mas infelizmente a capacitação hoje oferecida

a boa parte dos magistrados, na qual me incluo, apesar de interessante e muito enriquece-

dora, é bastante prejudicada pela simples falta de tempo, uma vez que tais atividades não

são inseridas como parte do próprio exercício da magistratura, mas como algo a ser cumprido

além do que já fazemos, e que não é pouco.

Deve-se dar, por certo, a máxima relevância ao aprimoramento técnico e atualização cons-

tantes, inclusive em áreas multidisciplinares, como forma de complementação da formação

humana do magistrado, mas, como muito bem colocado em sua manifestação, a vida em

outros contextos, como o social em geral e o próprio convívio familiar, possui seu grau de

relevância, e não pode ser preterida com mais atividades profissionais, sob o risco de fulminar

a própria humanidade do juiz.

Acredito que, no momento em que se encarar a formação profissional continuada e a cons-

tante atualização como parte fundamental do próprio exercício da magistratura, a efetiva

capacitação surtirá mais efeitos, e terá, cem dúvidas, mais adeptos.

Sds.


de Eber Betanzos - viernes, 1 de agosto de 2014, 07:09

Buenos días estimado Luciano, definitivamente la capacitación requiere buscar espacios en

la apretada prioritaria carga de trabajo jurisdiccional. En ello las fórmulas institucionales

que ayudan a generar vías para compatibilizar ambas actividades es una necesidad.

Saludos.


de Luciano Moraes Silva - sábado, 2 de agosto de 2014, 15:56

...sem dúvidas...

Desculpem o erro de digitação.


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Querida Sayonara, como señalas acertadamente la mejora continua y la formación integral

es un requisito para el buen ejercicio de la actividad judicial. El derecho es cambiante, por

ello la importancia de la multidisciplinariedad, ya que sin duda ello amplia nuestro cono-

cimiento y nuestra perspectiva, pero la cual no es factible sino partimos del diálogo y la

humildad virtudes que resaltas en palabras de Vigo. Me gusta mucho lo que refieres en torno

a la alteridad, solidaridad y empatía en cualquier aspecto de nuestra vida tanto personal,

como en el desempeño de la función judicial, pero sobre todo la introspección a nuestra

manera de actuar e interactuar con los demás.



Buenos días Jose Geraldo. Como señalas lo justo es sólo aquello que lo es, mas para aproxi-

marse a ello definitivamente el conocimiento y la capacitación, impulsados por la formación,

son imperativos éticos que requieren ponerse en práctica. En este sentido tu señalamiento sobre

los fines de la escuelas judiciales resaltan también un contenido ético en donde sus inte-

grantes llevarán el compromiso y el honor de la función judicial de excelencia. Saludos.



José Geraldo,

De fato as Escolas Judiciais possuem um papel engrandecedor na permanente formação

dos magistrados. Nestes momentos específicos, estes servidores/agentes políticos podem

valorizar e se dedicar à aprendizagem e à absorção de outros conhecimentos, afastando-se

a ideia de que o juiz já está pronto ao ingressar na magistratura.

Neste aspecto, ao menos no judiciário trabalhista brasileiro, temos bons exemplos de que

as escolas judiciais têm sido bem valorizadas e recebido a merecida importância, podendo

oferecer cada vez mais opções para o aprimoramento na formação dos juízes, em benefício

da própria sociedade.

Sds.


45



Querido Luciano, efectivamente las escuelas judiciales, deben ser el espacio que busque

mejorar la formación de los jueces y quienes resultan beneficiados de este compromiso de

la formación judicial al final son las personas a quienes servimos, es decir los justiciables,

–aquellos que se acercan buscando justicia–

Ciertamente los Poderes judiciales de muchas partes de Iberoamérica se encuentran reba-

sados de trabajo y lo que falta es tiempo, pero si desde nuestra realidad no contribuimos a

la formación integral propia y del personal que labora en el juzgado puede resultar contra-

producente, a lo que la sociedad espera de nosotros.

En ocasiones he escuchado frases como que "habiendo tantas reformas legislativas y nos

proponen un curso de ética"... o "los cursos relacionados con la ética son para perder el

tiempo y mil opiniones más".... sin embargo una formación integral debe incluir aspectos

fundamentales como la capacitación ética, a veces el tomar un curso puede ser pesado,

aunado a la carga de trabajo, sin embargo para capacitarse en esta materia existen muchas

opciones de carácter lúdico que sin duda pueden ser un buen aliado en la capacitación y

formación.



Querido Jose Geraldo, como bien señalas una formación integral en el aspecto ético, profe-

sional e intelectual, así como los conocimientos técnicos, son fundamentales para tener

jueces excelentes.

La responsabilidad derivada de la función judicial puede ser de diversos tipos; penal, civil

administrativa, pero la responsabilidad vinculada con la protección y justiciabilidad de los

derechos humanos, con la justicia, debe ser una responsabilidad ética, en donde el juzgador

a través de su libertad óntica, pueda elegir juzgar bajo el principio pro persona. Lo cuál,

también significa traer a la palestra del ejercicio judicial diversas virtudes judiciales como

son el humanismo, el compromiso social, la independencia y sobre todo con la justicia.


46



Estimada Leonor e os demais colegas, Boa noite!

Acredito que os valores mencionados pelo José Geraldo se integram, e a formação do Juiz

deve ser ampla- tanto quanto é o alcance de suas decisões no que tange ao impacto na vida

das pessoas e na própria sociedade. Um Juiz que não acompanha a evolução e a transfor-

mação da sociedade- tão rápidas quanto as alterações legais- não conseguirá construir uma

prestação jurisdicional atenta as anseios e necessidades dos seus destinatários.

E, como paradoxo, temos o problema mencionado pelo Luciano: como coadunar o volume

de trabalho e a organização do tempo com tantas demandas? Sem dúvida uma questão que

temos que enfrentar em tempos em que as metas e as estatísticas são identificadas como

fatores de efetividade (real) da atividade judicante.

Por fim, aqui no Brasil as Escolas Judiciais tem se mostrado atentas a tais necessidades.

Não posso deixar de observar a grande mudança neste sentido, desde a minha entrada na

Magistratura, em 2004, até os dias de hoje. Uma grande gama de cursos dos mais inte-

ressantes e valiosos assuntos tem sido oferecidos em constância para nós.


de Leonor Figueroa - lunes, 4 de agosto de 2014, 12:40

Gracias por tus comentarios Roberta y por retomar lo señalado por tus compañeros, cierta-

mente la formación del juez debe ser integral, ya que sus decisiones son sumamente tras-

cendentes ya que repercuten en las personas en forma individual y a la comunidad en general,

de ahí la insistencia en la capacitación y que bueno que las Escuelas Judiciales lo entiendan

así. Siempre se presenta la inquietud de como compaginar la formación integral con el cúmulo

de demandas existentes, además de los informes que deben de rendirse. Hay que ser objetivos

el volumen del trabajo no disminuirá, sin embargo se deben optimizar los esfuerzos en ren-

dición de cuantas para informes, estadísticas evidentemente quita tiempo, pero son nece-

sarios para informar a la sociedad.


de Marcelo Segato Morais - jueves, 31 de julio de 2014, 08:01

Bom dia a todos os colegas de curso e professores. Tenho aprendido muito neste foro de

discussão. Agradeço a todos pelos comentários e ensinos. No tocante ao tema proposto


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acredito que para aqueles que se dizem parte de um Estado Democrático de Direito a for-

mação e capacitação do juiz, ademais de ser uma obrigação legal, é também um imperativo

ético, na medida em que representa uma garantia e direito da sociedade de contar com juízes

que não apenas tenha apresentado os conhecimentos mínimos exigidos no concurso público

de ingresso, mas também que aprimore seus conhecimentos jurídicos e ténicos constante-

mente, atento, sobretudo, às exigências constantes do bem comum.

No tocante às Escolas Judiciais, depois de 17 anos na magistratura, tenho visto o empenho dos

Tribunais e Associações, nos últimos anos, em promover constantes cursos de capacitação

e formação para juízes, nao apenas para os novos ingressados, mas também para aqueles

que estão efetivados e vitaliciados nos cargos. Contudo, vejo, ainda, uma preocupação maior

com a técnica e conhecimento jurídico, acreditando que mais atividades voltadas para o com-

portamento do juiz deva ser desenvolvida. Te todo modo, houve um grande avanço desde o

tempo em que ingressei na magistratura. Abraços a todos.



Buenos días estimado Marcelo. El énfasis de la formación de los juzgadores se ha colocado

en cuestiones técnicas y teóricas al abordar la sustancia del ordenamiento jurídico que debe

aplicarse en cada caso. Mas como señalas la actividad de justicia es mas extensa en orden

al bien común que se persigue y para ello el conocimiento y la capacitación adquieren un

carisma abierto. Se han dado pasos importantes hacia ello y habrá que seguir caminando.

Ello requiere por supuesto también el interés de la rama judicial. En ello ustedes están dan

ejemplo cabal al participar en este curso.

Saludos a todos.


de Valeska Facure Pereira - jueves, 31 de julio de 2014, 16:40

Porque formar-se e capacitar-se é imperativo ético de Juízes? As Escolas Judiciais realizam

os esforços necessários com este mandato do código de ética? Com relação à matéria,

destaco os conteúdos dos artigos 30 e 31 do Código, em que resta registrada a importância da

formação não só em "saberes" relacionados ao Direito, mas também com todas as matérias

e técnicas necessárias ao exercício da função jurisdicional. Já havia pontuado sobre o assunto

no tópico 2 e repito que cada vez mais somos chamados a resolver conflitos com caracte-


48

rísticas que exigem esta interdisciplinariedade. Penso que, neste ponto, a Escola Judicial do

TRT da Primeira Região nos oferece, constantemente, as oportunidades de que necessitamos

para este desenvolvimento. Ressalto, apenas que, na forma já apontada por outros colegas,

vivemos em tempo de metas e respostas instantâneas, o que não possibilita a dedicação

adequada do Magistrado aos programas de formação. Penso que com o aumento do quadro

de Juízes e com o afastamento temporário ao menos de parte das atividades periodicamente,

o espaço que nós é destinado poderia ser melhor aproveitado. A capacitação nas mais

diversas áreas é necessidade constante para a entrega da prestação jurisdicional com o

mínimo de qualidade, mas a supressão das não menos importantes "outras esferas" da vida

do Magistrado, afasta o equilíbrio necessário para que os demais pontos suscitados no

próprio código de ética também se manifestem. Ressalto, também, que é cada vez mais

comum o ingresso precoce na Magistratura, onde o Juiz, avaliado apenas quanto aos

seus conhecimentos jurídicos, sequer possui a experiência de vida e o auto-conhecimento

necessário para o exercício de sua atividade. Agora, com a formação inicial na Escola

Nacional, há ao menos este período inicial de capacitação, onde se obtém o amadurecimento

e aprimoramento necessário para esta nova fase. Aqui há de se ter ainda mais cuidado para

que exista este espaço de crescimento, aprimoramento e auto-conhecimento. Por fim, não

posso deixar de registrar que a educação à distância tem me propiciado maravilhosos

momentos como este, sem a necessidade de deslocamentos e com a facilidade de se

"encaixar" naqueles espaços do dia em que é possível se dedicar as atividades de formação.

Abçs.


de Helio Grasselli - jueves, 31 de julio de 2014, 18:01

Olá Colegas!

As perguntas são: Por que se formar e se capacitar se considera um imperativo ético de

juízes e juízas? Realizam-se os esforços necessários nas Escolas Judiciais para cumprir com

este mandato que estabelece o Código modelo?

A formação e a capacitação são requisitos indissociáveis do bom juiz, já que essas exigências

constituem um direito dos jurisdicionados e da sociedade em geral, que espera receber um

serviço público de boa qualidade.

Disso resulta que um juiz que não foi bem formado ou capacitado se distancia do imperativo

ético que deve permear sua atuação.


49

A boa formação e a capacitação são objetivos alcançáveis pelas Escolas Judiciais que,

surpreendentemente, têm se destacado de maneira positiva em nosso meio.

Nesse desiderato, as Escolas Judiciais propiciam meios e condições para um verdadeiro

aprendizado, possibilitando ao magistrado não só o ensino presencial, mas, também, o ensino

virtual, vale dizer, à distância. Com isso eliminam-se barreiras temporais e espaciais/geográ-

ficas que antes eram utilizadas como justificativa para a estagnação intelectual.

Nesse esforço das Escolas, há que se destacar a excelente qualidade propiciada pelo ensino

virtual, mesmo porque com esse método é possível ministrar ensino de qualidade ainda que

nas localidades mais distantes e inacessíveis.

Abraços a todos.



Hola Valeska. Buenos días. La transversalidad de los conocimientos es la que nos ayuda a

abrir el panorama de la aproximación ante el hecho de lo justo. Recordando a Thomas Kuhn,

él considera a la ciencia como una sucesión de rompecabezas y enigmas resueltos, de modo

que esa acumulación de aciertos es la que da la certidumbre necesaria para seguir reali-

zando aportaciones cada vez más precisas y especializadas, siendo que la progresiva elabo-

ración de los aspectos teóricos de la tradición científica es la que va dando sentido y coheren-

cia a todo el sistema del saber.Estos elementos, como con razón señalas, se desarrollan en un

espacio personal y social de crecimiento, aprimoramento y autoconocimiento. En ello radica

también el alcance de la formación en las "otras esferas" de la vida del magistrado.

Los mecanismos de formación de conocimientos pueden ser tan diversos como la imagina-

ción humana. La idea es conservar los fines del proceso enseñanza-aprendizaje. La virtualidad

puede ser una herramienta buena para ello, deseamos la encuentren útil.

Un abrazo.


de Evandro Pereira Valadao Lopes - jueves, 31 de julio de 2014, 23:18

Caros tutores Eber e Leonor, prezados colegas.

Penso ser interessante relatar aos nossos tutores como se desenvolve a formação inicial dos

juízes do trabalho no Brasil.


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Em nosso país, os Juízes aprovados em concurso público de provas e títulos inicia sua ati-

vidade formativa logo após sua posse participando obrigatoriamente do curso de formação

inicial para juízes do trabalho que se desenrola em dois módulos: o módulo concentrado

(quando o juiz por 90 dias permanece inteiramente à disposição das escolas judiciais, alter-

nando aulas teóricas e a prática jurisdicional tutelada) e o módulo difuso que se desenvolverá

nos primeiros dois anos da judicatura, exatamente no período de vitaliciamento. No módulo

concentrado, o juiz participa de curso realizado na Escola Nacional em Brasília por um

período de 30 dias.

Se em um primeiro momento enfrentou-se resistências das Corregedorias Regionais para a

liberação do juiz-aluno da atividade judiciária, permanecendo sob os auspícios das Escolas

(a deficiência no quadro de juízes forçava os tribunais a lotá-los o mais breve possível

nas Varas do Trabalho para o exercício pleno da judicatura), hoje o quadro é mais ameno na

maioria dos tribunais, mesmo porque há regramento da Enamat (escola nacional) que tornou

imperativa a realização do curso de formação inicial concentrado.

Feito o relato, externo minha opinião sobre a deficiência do processo seletivo em nosso país.

Para ser juiz, um bom juiz, não basta o amplo conhecimento teórico das disciplinas exigidas

nos editais de concurso. Vejo como imprescindível o trabalho das escolas judiciais, que têm

a importante missão de formar e capacitar o novo juiz nas competências que são requeridas

para o exercício da profissão. Determinadas habilidades e atitudes devem ser desenvolvidas e

estimuladas, cabendo às escolas judiciais, primeiro, fazer despertar para a necessidade de

se ter determinadas competências, segundo, se possível, realizar a adequada capacitação.

Quanto ao problema posto ao debate, como já foi amplamente discutido e com enorme

propriedade pelos colegas que me sucederam, vou tecer algumas considerações que

me parecem relevantes sobre o prisma da legitimidade das decisões judiciais e, por que não

dizer, do próprio Poder Judiciário.

A obrigação de conhecimento apropriado e capacitação permanente do juiz tem por funda-

mento a expectativa dos jurisdicionados e da própria sociedade em se obter do Judiciário

a melhor decisão, aquela capaz de solucionar adequadamente um problema jurídico posto,

pacificando conflitos e sinalizando para a adoção de uma determinada conduta social.

Se para tal o juiz deve se capacitar em outros saberes, em novas técnicas capazes fomentar

e oferecer um serviço público de qualidade, repouso neste ponto um compromisso ético,

uma exigência de virtude a ser conquistada.


51

Contudo, ponho em relevo outro olhar. Conhecimento e capacitação adequada são indispen-

sáveis para a correta motivação das decisões judiciais. A propósito, cito, sobre o tema, a

apresentação do Código Ibero-Americano de Ética Judicial:

[...] (Motivación), se encuentra reservado a la obligación que tiene el juez de motivar sus

decisiones, a fin de asegurar su legitimidad, el buen funcionamiento de un sistema de

impugnaciones procesales, el adecuado control del poder que los jueces son titulares, y

en último término, la justicia de las resoluciones judiciales.

O discurso argumentativo ou a coerência da argumentação jurídica posta é que dará a exata

medida de legitimação da decisão judicial e por via reflexa do próprio Poder Judiciário. Para

Alexy, "O princípio fundamental: "Todo poder estatal origina-se do povo" exige compreender

não só o parlamento, mas também o tribunal constitucional como representação do povo.

A representação ocorre, decerto, de modo diferente. O parlamento representa o cidadão

politicamente, o tribunal argumentativamente" .

Portanto, a motivação da decisão judicial –imperativo para a legitimação do Poder Judiciário–

exige um discurso não só formalmente adequado, mas substancialmente hígido, coerente

e aderente ao sistema jurídico vigente, o que reclama, de certo, capacitação constante e

conhecimento abalizado.



Buenos días. Saludamos a usted y a todos los participantes con aprecio. Muchas gracias

por compartirnos la forma en la cual se lleva a cabo la capacitación en la justicia del trabajo

en Brasil, así como analizar sus líneas de oportunidad. Como señala la formación no termina en

la designación de un cargo, en la cual se estima que un funcionario cuenta con las aptitudes

éticas y formales para desempeñarlo, sino en continuar desarrollando y estimulando las

habilidades necesarias y coherentes con el oficio judicial. Es este propósito del Código Ibe-

roamericano de Ética Judicial el que motiva a la Comisión a desarrollar cursos como este

que nos ayuden a reflexionar en temas relevantes para la delicada actividad confiada a lo

jueces.

Abrazos,


52


de Carlos Roberto Barbosa - viernes, 1 de agosto de 2014, 17:45

En su libro La Estructura de las Revoluciones Científicas, Khun definió al una constelación de

conceptos, valores y teorías que, compartidos por una comunidad científica, conforman una

particular visión de la realidad, y desde ella son usados para definir problemas y soluciones

que.

Replantear las perspectivas del acontecer actual en las áreas jurisdiccionales del Estado,

sugiere el planteamiento de nuevos paradigmas, ya que es en el Poder Judicial, en donde

recae la responsabilidad de administrar justicia em la sociedad, ésta es una razón suficien-

temente sustantiva para continuar provocando cambios, en los cuales se requiere una mayor

participación del personal encargado de cumplir con esta responsabilidade.

La cuestión vinculada a la capacitación judicial, o más específicamente a las llamadas

"Escuelas Judiciales", constituye uno de los temas de recurrente tratamiento por quienes

se interesan por la acuciante problemática del Poder Judicial y postulan la necesidad de su

modernización y reforma.

Creo, que la capacitación judicial no debe reproducir los métodos tradicionales de impartición

de la enseñanza universitaria o de divulgación de los saberes jurídicos. La clase magistral y

la conferencia deben ser recursos excepcionales, pero no exclusivos. Por el contrario, la

utilización de técnicas activas y participativas, deben privilegiarse a la hora de implementar

la capacitación judicial. Los contenidos, a su vez, deben estar prioritariamente orientados a

los temas que refieren a la aplicación judicial de la ley y la constitución y al adiestramiento

en la labor jurisdiccional específica. Todo esto en el convencimiento de que la capacitación

debe abordar tanto la teoría como la práctica, como aspectos inescindibles de cualquier

formación especializada.

La capacitación es parte del ejercicio independiente de la función judicial. Sin perjuicio de la

necesidad de que las Escuelas Judiciales fomenten vínculos con otras entidades, privadas

o públicas, el diseño curricular y la determinación de sus objetivos deben ser competencia

exclusiva de los Poderes Judiciales, a partir del debate y el consenso de los magistrados y

funcionarios que lo integram.

Las Escuelas Judiciales, modernamente entendidas, no deben limitar su actividad a la

capacitación de los jueces. Tal tarea debe necesariamente complementarse con las funcio-

nes de investigación y extensión. La necesidad de producir propuestas y realizar evaluaciones


53

certeras sobre los problemas que afectan al Poder Judicial debe ser abastecida primordial-

mente desde ese ámbito. La extensión permite direccionar la actividad de capacitación y

formación a otros sectores en alguna manera vinculados a la labor judicial (peritos, media-

dores, etc.).

Por las razones expuestas, pienso que la capacitación judicial debe ser valorizada y jerarqui-

zada para que sus destinatarios la consideren como el ámbito natural donde reciclen y ac-

tualicen sus conocimientos, discutan su problemática específica, busquen nuevos métodos

para la prestación de un mejor servicio, indaguen acerca de los conflictos que se derivan de

la aplicación de la ley a la realidad de cada caso y se planteen la forma de superar la buro-

cratización y el excesivo apego al formalismo. En ese marco debe insertarse la capacitación

judicial, contemplando cada especificidad para el trabajo que la vida nos dió a hacer.



Buenas noches Carlos Roberto. Exactamente, los paradigmas del conocimiento para el poder

judicial están en movimiento. En el caso mexicano por ejemplo se han sufrido profundas

reformas en materia penal, constitucional, de derechos humanos, que implican aplicar

criterios antes impensables y hoy regulares como es el caso del control de la convenciona-

lidad. La materia laboral ofrece paradigmas que requieren construcción de conocimiento y

acuerdos atentos a los cambios del derecho y la preservación de la dignidad humana. Un caso

es el del outsourcing. En este marco, como comentas, la capacitación judicial valorizada y

jerarquizada podrá ofrecer, además de los objetivos generales resultados focalizados atentos

a las especificidades del trabajo judicial.

Saludos.


de Milton Vasques Thibau de Almeida - domingo, 3 de agosto de 2014, 13:25

Prezada Dra. Leonor Figueroa e demais colegas do Curso,

A resposta à indagação sobre a real necessidade ética da formação e da capacitação dos

juízes e juízas começa da própria necessidade íntima de cada um deles para se posicionar

diante da realidade da vida e devem responder a uma pergunta básica, elementar, que todos

eles, ao menos um dia na vida, devem ter feito a sí próprios: por que quero ser juiz?


54

Para se inscrever em um concurso público (onde o critério de ingresso na carreira não seja

feito por eleição para um mandato ou pela escolha política) o candidato deve se preparar

previamente, armando-se de conhecimento técnico para responder às perguntas que lhe

forem formuladas, demonstrando objetivamente (mais do que subjetivamente) que tem

capacidade para resolver problemas jurídicos que surgem frequentemente nas lides.

Ser portador de conhecimento técnico jurídico facilita a vida do Juiz, porque ele se prepara,

por antecipação, para conhecer problemas hipotéticos que serão necessários ou úteis para

resolver os problemas que a vida social lhe apresentará.

E quem cria os problemas sociais (os jurisdicionados) esperam que ele –o juiz– entenda o

conflito e lhe dê uma solução adequada, especialmente onde a lide não possa ser resolvida

pelas próprias partes através da conciliação.

Ademais, como afirmam os tratadistas de processo, a decisão judicial tem uma eficácia

imediata, que consiste em resolver a lide entre as partes, e uma eficácia mediata, que consiste

em reafirmar e aprimorar as normas de direito, gerando a jurisprudência, que tem como

destinatário a própria sociedade.

Nesse sentido é que o conhecimento e a capacitação permanente do juiz, tanto no que diz

respeito às matérias jurídicas, como também às matérias que não são jurídicas mas que lhe

são conexas (domínio interdisciplinar), tais como a Economia, a Sociologia, a Psicologia, a

Filosofia, etc, são de extrema relevância, tanto que algumas delas possuem ramificações

dentro da Ciência do Direito (v.g., a Sociologia Jurídica, a Filosofia do Direito, etc).

Saber é poder, dizem os cientistas políticos e a própria sabedoria popular, tanto que, no

passado distante, a aplicação da Justiça cabia às pessoas mais velhas na comunidade, ou

a um conselho de anciãos, como aponta o Código de Hammurabi. Ainda hoje a França

preserva o seu "Conseil des Prud’hommes". O pressuposto lógico e racional é o de que, quem

já viveu mais tempo, experimentou mais experiências, e, por isso, é capaz de solucionar

problemas, pois "viver é resolver problemas", como outro dia ouvi de uma psicóloga quando

esta emitiu uma definição psicológica de vida.

Todas as ciências convergem para a explicação da vida, e o Direito resume os problemas da

vida em regras hipotéticas. Por isso, entender o caminho da conversão desses problemas

em normas, fazendo o que, na atualidade, os cientistas chamam de "engenharia reversa", é

percorrer os próprios passos do legislador e dar de cara com a própria realidade da vida que

serviu de modelo à edição da norma. Desta forma, quem percorre um caminho, conhece-lhe


55

os aclives, os declives, as bifurcações, os entroncamentos e outros acidentes geográficos,

sabendo explicar o motivo de ter sido construído aquele caminho, pois todo caminho conduz

uma civilização a outra. Ou como dizem os filósofos: o princípio coincide com a sua finalidade,

sendo a idealização da razão pela qual trilhamos um caminho (o método) para alcançar o

objetivo pretendido, por isso a finalidade é a projeção do princípio, tal como o Doutor Rodrigo

Vigo explicou o planejamento da elaboração do monumental Código Modelo Iberoameri-

cano de Ética Judicial, com o qual me identifiquei muito.

As Escolas Judiciais devem porfiar por atingir a capacitação continuada dos juízes e das

juízas, ministrando-lhes saberes necessários ou úteis para o desempenho do cargo e para

a administração do aparelho judicial. Para tanto, devem primar pelo conhecimento que ajude a

melhorar a celeridade processual e à boa prestação do serviço jurisdicional, em todos os

sentidos.

Dentro da realidade que conheço, que é a da magistratura brasileira, especialmente a da

magistratura trabalhista, tenho percebido que esse esforço tem alcançado bons resultados.

Eu sou testemunho disso, na medida em que me inscrivi nesse Cursos de Ética Judicial

ofertado pela Escola Judicial do Tribunal Regional do Trabalho do Rio de Janeiro (1a. Região)

mesmo pertencendo à carreira da magistratura do Tribunal Regional do Trabalho de Minas

Gerais (3a. Região), sendo movido por real interesse no aprendizado e na minha própria

capacitação profissional.

Cordiais saudações.


de Eber Betanzos - lunes, 4 de agosto de 2014, 21:26

Hola Milton, buenas noches. Pregunta capital la que alude a la vocación judicial. Definitiva-

mente se trata de un oficio maravilloso pero también complejo y lleno de amplísimas res-

ponsabilidades. Para ello sin duda la capacitación constante representa una exigencia que

la propia actividad dinámica del derecho va orientando constantemente sus derroteros.

Prueba del interés por los fines de la capacitación son los esfuerzos que nos han compartido

desarrollados por la justicia del trabajo.

Saludos.


56


de Rodrigo Andreson Ferreira Oliveira - lunes, 4 de agosto de 2014, 09:31

Olá a todos!, A formação e capacitação dos juízes constitui-se em imperativo ético na medida

em que, sendo um agente estatal com a incumbência de dizer o direito em cada caso que

lhe é submetido à apreciação, o juiz é também agente transformador da realidade e ins-

trumento de pacificação social. Assim, um juiz que não se atualiza não irá atender aos anseios

da sociedade, mormente pelo fato de que esta não é imutável, ou seja, está em constante

modificação, devendo o magistrado se capacitar para perceber essas mudanças e agir na

administração da justiça prestando serviço de qualidade e coerente com as perspectivas

sociais. Daí a importância das Escolas Judiciais, que abrem espaço importante para a rea-

lização de reflexões e para agregar conhecimento, como bem destacou o colega André Luiz.

Entendo que as Escolas Judiciais vêm empreendendo os esforços necessários para tanto,

disponibilizando cursos e outros espaços para este aprimoramento, em que pese a dificuldade

de participação em razão da grande demanda de trabalho, como bem pontuou Luciano.


de Glaucia Zuccari Fernandes Braga - lunes, 4 de agosto de 2014, 19:38

Caros Eleonor, Eber, amigos participantes,

Chegando já no final do foro, gostaria apenas de ressaltar que a exigência ética do conheci-

mento e da capacitação, além de dizer respeito à legitimidade do poder jurisdicional, satisfaz,

indistintamente à expectativa dos cidadãos, do medíocre ao de maior excelência, porque

todos são capazes de se reconhecer no caso identificado pelo juiz. E quanto mais profunda-

mente o juiz for capaz de reproduzir a compreensão que desenvolveu, a respeito da origem

da discórdia e do bem envolvido, melhor capacitado estará para avaliar o direito aplicável.

Percebo que a Escola Judicial do TRT da 1a. Região se esforça para oferecer duas ordens de

conhecimento e capacitação, incluindo-se o instrumental técnico, além de estudos socioló-

gicos e filosóficos que pretendem explicar o significado e os efeitos do nosso trabalho no

meio social em que atuamos.

Um abraço a todos.


57



Buenas noches Glaucia. En colofón del foro y atento a lo que atinadamente nos compartes

definitivamente un juez de excelencia deberá buscar las mejores aptitudes de conocimiento

para sí, lo contrario llevaría a una riesgosa mediocridad que deslinde, por falta de compren-

sión, situaciones justas por injustas o viceversa.

Saludos.



Buenas noches estimado Rodrigo. El ámbito de aplicación del derecho se modifica constan-

temente y a pasos agigantados, sólo pensando en términos de reformas países como México

o Brasil tienen reformas constitucionales a un paso aproximado de tres por año. El hecho

de justicia además sufre múltiples transformaciones culturales y circunstancias mas com-

plejas. Así entonces la labor de las escuelas judiciales se muestra mayor y más oportuna,

requiriendo por supuesto el interés y esfuerzo de los juzgadores por formar parte de la creación

social del conocimiento.

Saludos.

ENCUENTRO PRESENCIAL*

* Río de Janeiro, Brasil, 21 y 22 de agosto de 2014.

611.- A partir do século XIX movimentos sociais e políticos reclamam a necessidade de se

garantir substancialmente a igualdade e o exercício efetivo da liberdade. Desde movimentos

para o fim da escravatura, o sufrágio universal (um homem um voto), o fim do colonialismo

europeu sobre outras nações e culturas, até melhores condições de trabalho e vida para os

menos favorecidos.

O direito do trabalho é a materialização desse reconhecimento de que, para uma evolução

civilizatória, haveria de se garantir direitos mínimos à classe trabalhadora, atestando que a

igualdade formal entre os homens seria mera abstração a não contemplar os anseios da massa

operária e daqueles desprovidos de direitos.

O princípio da proteção –para alguns um superprincípio– é, pois, a base de um ramo do direito

que se destina ser garantidor de melhores condições de vida e de trabalho, afastando-se da

visão de que bastaria ao estado a garantias das igualdades formais.

Em apertada síntese, no campo judicial, haveria de se refletir no direito processual –por

definição instrumental de um direito substantivo– o princípio protetivo e toda a gama de

peculiaridades próprias ao ramo do direito do trabalho.

Os limites da aplicação do princípio inquisitivo e do "ativismo Judicial" no processo do trabalho, frente

aos princípios específicos do Direito do Trabalho e da imparcialidade como preceito ético da função judicante

Evandro Pereira Valadao Lopes


62

Inegável, portanto, o maior grau de inquisitoriedade do direito processual do trabalho. É ele

muito mais inquisitivo do que outros ramos do direito processual. E nenhuma perplexidade

há nisso. Se o direito processual do trabalho, em última instância, instrumentaliza o direito do

trabalho nos tribunais, perante os órgãos judicantes, é natural que também adote princípios

e incorpore normas procedimentais que garantam a realização do direito material. Se o direito

do trabalho testifica a desigualdade entre os homens e o maior poder social e econômico do

empregador, também o direito processual do trabalho não poderá ignorar tal realidade,

cabendo-lhe criar mecanismos tragam o justo equilíbrio.

Como se vê, é o principio inquisitivo uma resposta à desigualdade orgânica das partes no

processo judicial. À medida que o juiz assuma uma postura mais ativa, que tome como sua

função a garantia de que às partes serão dadas as mesmas oportunidades para fazer valer

suas razões, estará ele preservando a verdadeira igualdade substantiva e a razão de ser do

próprio direito do trabalho como direito especial e autônomo.

O impulso processual oficial, a adoção de medidas de inversão do ônus da prova, a busca da

verdade real são alguns exemplos da maior presença do princípio inquisitório no processo

do trabalho.

2.- O ativismo judicial é fruto da contemporaneidade. Em sua obra, Mauro Cappelletti fez

invejável diagnóstico sobre o welfare state, o estado do bem-estar social, agente promotor

de políticas públicas e garantidor de bens e serviços fundamentais concedidos diretamente

ou através de regulamentação pelo próprio ente estatal.

Atuando como instrumento para criar condições de atribuir dinâmica a um direito estático

produzido pelo legislador, o ativismo judicial lida com a judicialização das relações sociais

e da política, e, em especial no Brasil, tem como substrato a incapacidade do estado em

promover políticas públicas e garantir direitos básicos à população, como saúde, educação

e habitação.

O juiz comprometido com o ativismo judicial aspira à realização dos valores e princípios da

Constituição, concretizando-os por meio de suas decisões.

A leitura escolhida nos mostra que o ativismo judicial nasce em um cenário de alta "com-

plexização" social e de judicialização da política, apresentando-nos, algumas preocupações,


63

dentre elas os Julgamentos predeterminados a fins específicos. Segundo Anderson Teixeira,

"essa é a modalidade mais nociva de ativismo judicial: atender a um fim específico, mesmo

que para tanto seja necessário uma decisão contra legem ou extra petita. Não podemos

confundir essa situação com as naturais orientações morais, ideológicas e políticas que

cada um de nós possui e influenciam o modo como interpretamos os fatos, o mesmo valendo

para como os magistrados julgam, obviamente. Porém, ser influenciado por orientações

pessoais de natureza diversa não significa estar orientado a determinado fim: a pretedermi-

nação remete ao decisionismo político...".

3.- Em que medida a aplicação do princípio inquisitivo e do ativismo judicial podem macular

o princípio da imparcialidade do juiz?

Socorrem-me as lições de Garrido, primeiro texto do módulo, ao falar das virtudes passivas do

juiz, uma espécie de "garantia orgânica relativa à posição do juiz enquanto órgão jurisdicional

em relação aos demais poderes constituídos e aos demais sujeitos dos processos judiciais

[que se]... constituiria em importante premissa de legitimação do exercício da função

jurisdicional".

A imparcialidade é elemento vital para a legitimidade do poder judiciário, pois quando os

atores sociais renunciam à autotutela e à autodefesa e depositam nas mãos de terceiro

(o estado) a resolução de seis conflitos, esperam que esse mesmo terceiro apresente-se

equidistante e destituído de outros interesses se não a justa composição do litígio.

Tanto o ativismo judicial como o ativismo processual (adoção do principio inquisitivo) revelam-se

elementos fundamentais para o resguardo das garantias constitucionais e realização dos

valores do estado de direito, desde que tais ações estejam centradas na exata medida

necessária para dotar os atores envolvidos das mesmas armas argumentativas e procedurais.

Se a postura do juiz revela um "animus aequa"; se para permitir esta igualdade para todos

aparelha-se o juiz de mecanismos corretivos da desigualdade material ou processual; e se

o juiz, para fazer cumprir mandamentos constitucionais e os direitos fundamentais, toma

para si determinadas funções legiferantes ou executivas, nada há para inquina-lo de suspeito

ou parcial.

65

Ética Judicial Na Justiça do trabalho

Marcelo Segato Morais

O Direito do Trabalho é um ramo especial do direito que tem por finalidade estabelecer um

conjunto de princípios e normas que visem a garantir um mínimo de proteção ao trabalhador.

A história tem demonstrado ser necessária a intervenção do Estado na relação jurídica

contratual estabelecida entre empregado e empregador, com vistas a equilibrar, juridicamente,

a desigualdade econômica entre ambos, estabelecendo condições mínimas de trabalho,

pautadas por princípios de dignidade humana e de direitos fundamentais, a fim de evitar

abusos decorrentes da exploração de mão-de-obra humana. Destacam-se no Direito do

Trabalho princípios como o da proteção ao trabalhador, irrenunciabilidade de direitos, aplicação

da norma mais favorável e prevalência da condição mais benéfica, além de normas de ordem

pública.

A proteção ao trabalho e ao trabalhador dá-se também pela via judicial, sendo o processo

do trabalho um instrumento do Estado Democrático de Direito, a serviço do direito material,

para recomposição das situações de conflito em que as normas e princípios laborais são

violadas. Compete ao Poder Judiciário, como órgão responsável por ditar o direito nas

controvérsias jurídicas trabalhistas, atuar de modo efetivo para que o direito material seja

observado e garantido, pois envolvem o Direito do Trabalho prestações de natureza alimen-

tícia, para subsistência do trabalhador e de sua família.


66

É no âmbito do processo do trabalho que se faz necessária a atuação marcante e efetiva do

magistrado (princípio inquisitivo), porquanto a desigualdade não apenas econômica, mas

cultural e psicológica, características do direito material do trabalho, revela-se também

presente na esfera processual.

O Juiz do Trabalho, ainda que esteja sujeito aos limites dos princípios constitucionais da

imparcialidade, do juiz natural, da inércia, do contraditório, da ampla defesa e do devido

processo legal; ainda que deva estar em condições pessoais que não caracterizem motivos

de suspeição e impedimento judicial, não deve quedar-se inerte à natureza do conflito que

está sub judice, limitando-se simplesmente em aplicar a lei geral e abstrata ao caso concreto

("minimalismo judicial").

O Juiz do Trabalho, ciente do conflito que está para decidir na esfera judicial trabalhista,

deve pautar-se com maior liberdade na interpretação da norma jurídica e dos princípios

constitucionais (ativismo judicial positivo), o que deve ser feito com parcimônia, equidade e

sabedoria, sem desrespeitar ou violar o ordenamento jurídico (contra legem), sem decidir

por ideologias políticas pré-estabelecidas, sem violar o princípio da separação de poderes,

estabelecendo normas não previstas em lei, o que representaria grave violação de dever,

inclusive moral e ética, com prejuízos inegáveis à sociedade e ao Estado Democrático de

Direito.

O Direito do Trabalho, com seus princípios e peculiaridades, não pode ser olvidado pelo juiz na

esfera judicial. Ao contrário, deve o magistrado atuar de modo a considerar a hipossuficiência

do trabalhador (refletida claramente no processo do trabalho) na produção e análise das

provas, em busca da verdade real, buscando equilibrar a desigualdade econômica com

valoração justa e equânime do caso concreto, sem, contudo, ignorar a imparcialidade

(utilizando a racionalidade jurídica e não política), dando prevalência à supremacia da

Constituição Federal e aos direitos fundamentais do ser humano.

Vale ressaltar, por oportuno, que também o pequeno empresário deve merecer atenção

especial na esfera judicial trabalhista, pois na maioria das vezes tratam-se de pessoas simples,

com poucos recursos econômicos, e que demandam do juiz maior atenção e sensibilidade

na condução do processo e aplicação da norma.


67

É neste sentido que se deva falar de uma ética judicial particularizada, objetivista, consubs-

tanciada em comportamentos que se exigem do magistrado do trabalho na condução do

processo, em observância aos princípios, fontes, normas e condições das partes que integram

a relação jurídica trabalhista, sem desconsiderar, contudo, os princípios éticos que também

regem as demais esferas do direito.

A especificidade do processo do trabalho, por lidar com uma relação jurídica particular e

desequilibrada econômica, social e culturalmente, exige postura especial do magistrado do

trabalho, sob pena de manter-se o mesmo nível de desigualdade existente no direito material

também no direito processual.

Faz-se necessária a quebra do pensamento idealista e formal, que moldou o princípio da

imparcialidade do juiz por muitos anos, para um sistema em que o juiz possa valer-se de sua

condição histórica para transformar a realidade existencial, realidade esta que está desequi-

librada cada vez mais, principalmente na área econômica, cujos reflexos atingem também

a relação jurídica processual (parcialidade positiva).

Concluindo, somente a partir do reconhecimento de uma ética material, particular ao Direito

do Trabalho, baseada no conhecimento da realidade econômica, social, cultural e psicológica

que regem as relações do trabalho, em que o trabalhador continua a ser a parte mais fraca e

débil, sujeita ao sistema dominante, poderá o juiz agir de forma ativa com vistas a buscar

a plena, justa e equânime igualdade das partes no âmbito do processo judicial, sem se tornar

indiferente ao verdadeiro conflito que existe entre as partes.

69

A Ética Judicial Trabalhista

André Luiz Da Costa Carvalho

Inicialmente, antes de adentrar na análise da ética judicial trabalhistas, há necessidade de

se observar o conceito de ética, ou seja, o estudo do comportamento do homem que se

justifica porque, em primeiro plano, o objetivo da ética se concentra no estudo da busca pela

essência de seu ser, que, através de condutas, passa a colaborar com a sociedade.

Assim como, em segundo plano a procura de modelos dessas condutas que se encaixem

nos moldes convenientes previamente estabelecidos pela sociedade, que lhes invoca valores,

em virtude da concepção das pessoas do que é bom, justo, que lhes vai ser meio através do

qual se chegará, na visão empírica, ao prazer e felicidade.

Seria ético, então, fazer o bem para se evitar o mal. Entretanto, esbarrar-nos-íamos na

pergunta acerca do que é verdadeiramente o bem. Correto seria dizer que tudo o que está

de acordo com a natureza humana configuraria verdadeiramente o bem, seria algo bom.

Partindo-se de tal pressuposto, o mal se reverteria na proposição "se algo não é bom, é mau"

ou "se não se está diante do bem, está-se diante do mal". Eis o princípio básico e mais simples

para se chegar ao conhecimento do que seria a ética, conceito esse criticado muitas vezes por

pecar pela simplicidade.


70

Delineada a concepção de ética, temos que a ética judicial trabalhista está baseada nos

princípios que norteiam o direito e o processo do trabalho, sem perder de vista as demais

condições exigidas do Juiz, como a imparcialidade, que podemos dizer uma imparcialidade

positiva e também um certo ativismo judicial alçando ao escopo da procura do bem comum

e a paz nas relações entre trabalho e capital.

Há necessidade de observamos os princípios que norteiam o Direito do Trabalho e sua

aplicação dentro do processo do trabalho de forma que tal observação não leve à confusão

do seu alcance em sede de direito material e a quebra dos princípios fundamentais da

imparcialidade e segurança jurídica que integram a base da ética jurídica laboral.

Seguindo a linha de pensamento acima, temos que tais Princípios do Direito do Trabalho, segundo

Plá Rodriguez são variadas as classificações acerca dos mesmos. Utilizaremos, em linhas

gerais, a formulação de Plá Rodriguez, segundo o qual tais princípios são: o Princípio Protetor,

o Princípio da Irrenunciabilidade dos Direitos Trabalhistas, o Princípio da Continuidade do

Contrato de Trabalho, o Princípio da Primazia da Realidade e o Princípio da Boa-Fé.

Com base nestes princípios, que ora os tenho como os principais e diretamente ligados à

análise que pretendo traçar. Há necessidade de focarmos o Princípio da Proteção que se refere

ao critério fundamental que orienta o Direito Trabalhista: o objetivo de contrapor uma

desigualdade jurídica à desigualdade econômica que marca a relação de emprego, amparando

o trabalhador. Objetiva, assim, o Direito Laboral, nivelar desigualdades.

Partindo-se para a análise deste princípio, verifica-se que a Proteção é o princípio por excelência

do Direito do Trabalho, desdobrando-se em três diferentes regras:

I) a regra da aplicação da norma mais favorável;

II) a regra da condição mais benéfica;

III) o critério in dubio pro operário.

Segundo a regra da aplicação da norma mais favorável, havendo duas ou mais normas vi-

gentes, aplicáveis ao mesmo contrato de trabalho, utilizar-se-á a que for mais favorável ao

trabalhador. Esta regra justifica até mesmo a inversão da hierarquia das normas jurídicas


71

trabalhistas, possibilitando que a lei trabalhista seja vislumbrada como um rol mínimo de

direitos, a ser ampliado por outras fontes de Direito do Trabalho.

A regra da condição mais benéfica está consagrada na atual Constituição Brasileira, nos

termos seguintes:

Art. 5º. Todos são iguais perante a lei, sem distinção de qualquer natureza, garantindo-se

aos brasileiros e aos estrangeiros residentes no País a inviolabilidade do direito à vida, à

liberdade, à igualdade, à segurança e à propriedade, nos termos seguintes:

"...

XXXVI – a lei não prejudicará o direito adquirido, o ato jurídico perfeito e a coisa julgada.

Trata-se do direito adquirido. Plá Rodriguez afirma que a regra da condição mais benéfica

pressupõe a existência de uma situação concreta, anteriormente reconhecida, que deverá

ser respeitada, na medida em que a nova norma aplicável é menos favorável ao trabalhador.

Há que se dizer, ainda, que, para que a regra da condição mais benéfica seja respeitada, a

norma deve ter um caráter permanente, já que, muitas vezes, as condições mais favoráveis

são provisórias, decorrendo do desempenho interino de um cargo ou de algum acontecimento

extraordinário, que tenha onerado o trabalhador.

Podemos citar, como exemplo prático da aplicação desta regra, o que orienta o Enunciado

nº 51, do Tribunal Superior do Trabalho:

"As cláusulas regulamentares, que revoguem ou alterem vantagens deferidas anteriormente,

só atingirão os trabalhadores admitidos após a revogação ou alteração do regulamento."

A seu turno, tem-se que o critério in dubio pro operario é a garantia de que, sendo possível

à atribuição de vários sentidos a uma norma, seja aplicado o mais benéfico ao trabalhador.

Vale ressaltar, contudo, que a utilização desta regra não se faz livremente, vinculando-se à

presença de duas condições: a existência de dúvida real quanto à possibilidade de uma

norma ser interpretada de diversas maneiras; a inexistência de violação a disposição legal

expressa, pois não é possível se levar a efeito uma interpretação diante do que é claro.


72

Delineados alguns aspectos principais do princípio da proteção, que tenho como primordial

para enfrentarmos a sua aplicação do âmbito processual sem olvidar os princípios funda-

mentais do direito processual e da conduta ética do magistrado, que passa pela imparciali-

dade, segurança jurídica e, por não dizer pela aplicação do ativismo judicial nos casos

concretos.

De acordo com o conceito da proteção, um operador do direito desavisado pode equivoca-

damente entender que na relação jurídica processual este irá prevalecer em todos os aspectos

do processo e, por consequência influenciar na distribuição do ônus da prova, inclusive no

posicionamento do magistrado perante ás partes. Tal pensamento é um ledo engano e o é

feito por aqueles que desconhecem toda o sistema do próprio direito do trabalho e do processo

do trabalho.

Em se tratando de esfera processual, partimos do princípio da isonomia das partes, sendo

este princípio mitigado em alguns aspectos perante o empregado devido a sua condição

social, econômica, etc. Mas jamais como um ponto de favorecimento ante às obrigações

processuais.

O direcionamento para este ponto, na minha visão, é o ponto nodal para que o Juiz Trabalhista

possa manter a sua imparcialidade, utilizar de certo ativismo e conseguir a manutenção da

confiança e segurança jurídica das partes.

A proteção que apontamos no direito do trabalho está balizada na necessidade de agregarmos

o equilíbrio na relação empregado-empregador como forma de manutenção da referida

relação para que não ocorra o enriquecimento sem causa dos todos envolvidos na relação

de emprego, não que seja proibido o lucro, como também deve ser observada a efetiva

contraprestação pelo trabalho.

Analisando as demais regras, devemos ter em mente o equilíbrio da relação dentro dos

elementos indicados acima.

No entanto, quando chegamos na esfera processual, todas as regras de proteção devem ser

observadas sob a ótica da distribuição do ônus da prova, residindo aí a necessidade do

magistrado manter-se isento diante das pretensões deduzidas e sempre com pensamento


73

de buscar a ´prova para o esclarecimento do que provocou a quebra das regras acima, seja

por parte do empregado ou do empregador.

O Juiz do Trabalho não pode na análise do processo confundir o princípio do in dubio pro

misero com a ausência de prova para determinado pedido sob pena de quebra da distribuição

do ônus a prova e deixar aparentar uma perda da imparcialidade. Aliás, neste último aspecto,

em razão de ser inobservada a diferença dos princípios, ouço falar o seguinte: " Ah! O Juiz

do Trabalho sempre julga a favor do empregado!" Alguns colegas podem até desviar da

conduta acima, porém a uma nítida divisão entre o que temos de proteção em matéria de direito

do trabalho e os princípios que norteiam a atividade processual.

Seguindo um pouco mais adiante, chegamos à questão do exercício da imparcialidade, do

ativismo judicial e as regras de proteção da relação de trabalho.

A imparcialidade, na minha concepção, é norma de conduta cogente, jamais poderá sofrer

qualquer abdicação por parte do julgador sob pena de violar todo o sistema dos direitos

fundamentais do processo dentro de um Estado Democrático de Direito. No entanto, isto

não quer dizer que o Juiz seja um " eunuco" como vimos nas lições anteriores ou totalmente

neutro.

Tomando-se por base o princípio da proteção e a necessidade da prova, dentro do âmbito

processual, entendo que neste momento pode o Juiz com base no seu conhecimento técnico,

sua cultura, vivência social, fazer valer uma imparcialidade positiva de modo que o processo

no se quede inerte e indicar os meios de prova para a solução da demanda, bem como poderá

se ativar judicialmente para afastar os possíveis obstáculos na busca de tais provas.

Direcionando-se para o aspecto do ativismo judicial, ou seja, analisando a sua ideia, se

podemos ter uma única,, mas é o entendimento de que o juiz pode criar regras onde não há,

ou seja, judicializar questões que seriam afeitas, por exemplo, ao Poder Legislativo e que em

decorrência da sua inércia passa o Judiciário a criar regras para efetivação do direito recla-

mado. Tal pensamento, mais uma vez no meu ponto de vista não poder ser irrestrito sob pena

de haver usurpação de competência entre os poderes. Tenho que o ativismo judicial pode

e deve ser aplicado pelo Juiz como objetivo de dar efetividade as decisões judiciais e como

meio de prevenir futuras demandas.


74

Tomando-se a assertiva acima a explico com um exemplo: digamos que uma demanda a

pretensão é que seja averiguado um possível trabalho infantil e a defesa é no sentido de que

os menores são empregados regularmente, mas sem que a empresa apresente as condições

permitidas pela legislação brasileira, eu somente permite o emprego de menor de 14 a 16

anos na condição de aprendiz e de 16 anos como empregado e, ainda assim , nas demandas

assistidos pelos genitores, Ministério Público, Defensoria Pública, etc.

Ora, o Juiz deparando-se com tal celeuma pode ativar-se na busca de provas de como se

deu a contratação; se houve quebra dos princípios de proteção da relação de emprego; se a

norma legal fora violada, sempre com o fito de almejar chegar a decisão para a solução do

conflito. Neste momento, entendo que pode o juiz averiguar se houve algum erro de aplicação

da norma pelo empregador, como no exemplo em que a empresa empregava regulamente

os menores, que digamos estivesse na condição da idade de aprendizes. Aqui o magistrado

reconhecendo a necessidade de regular aquela situação, pode emanar alguma diretrizes para

que a empresa então constitua um serviço de aprendizagem e passe a regular as contratações

na forma da legislação.

De acordo com exemplo acima, não tenho dúvida do exercício do ativismo judicial, da

manutenção de uma imparcialidade, não eunuca mais positiva e manutenção do equilíbrio

da relação jurídica de emprego, na esfera judicial da isonomia de tratamento e no aspecto

social da tentativa de prevenção de novas demandas.

Diante de tais considerações, concluo que o direcionamento proporcionado pelo princípio

da proteção e a aplicação correta do ativismo sem a perda da imparcialidade funcionam

como um contrapeso na justa e efetiva prestação jurisdicional que revelam a ética judicial

que norteia todos os juízes do trabalho.

75

Apuntes sobre la Ética Judicial en Iberoamérica

Eber Omar Betanzos Torres

Primeramente la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial, a través de su secretaría eje-

cutiva, quiere agradecer al desembargador Evandro Pereira Valadao Lopes, director de la

Escuela Judicial del Tribunal Regional del Trabajo de Río de Janeiro haber hecho posible

realizar este curso. Ahora bien:

1. LA ÉTICA

Es la parte de la filosofía encargada de analizar, con base en la razón teórica, la corrección

de los actos humanos, en orden al bien trascendente, para buscar realizarlo libremente a

través del ejercicio de la razón práctica, orientada por la dignidad humana. Se desarrolla en

forma indisoluble a la vida del hombre. Es su origen y su destino.

Su contenido se bifurca en la individualidad y en la sociabilidad humana. En el primer caso se

centra en la idea de lo bueno que lo trasciende, por realizarlo. En el segundo, en la dotación

de educación y un orden social vigente estimado por la comunidad valioso. Ambas dilucida-

rán, en diversas riquezas de mutua comunicación, qué es lo bueno y porqué conviene al

hombre, preferir realizar determinada conducta. Estos aspectos se han ido desarrollando,


76

con diversas posturas, en la historia del pensamiento. Todas ellas han sido pasadas por los

matices de la fe orientadora de las acciones y de la razón valoradora de cada una.

Racionalmente se ha centrado su origen en torno a la idea del bien y de la virtud (Aristóteles y

Santo Tomás principalmente), lo que –en ciertas interpretaciones– ha llevado a apreciaciones

subjetivas. Contra ello, ya entrada la Ilustración, Kant se propuso eliminar los juicios subje-

tivos, a través de la puesta en marcha del imperativo categórico. Este propósito no alcanzó

resultados de objetividad absoluta, por lo que la moral de la razón terminó sucumbiendo,

ante una moral siempre obrante en el marco de la libertad, influida por la pasión y en ejer-

cicio imperfecto de las virtudes.

Insisto, lo cual es natural, el hombre no sólo puede verse en su individualidad. Es un ente en

relación. Su pertenencia a un grupo social está definida por su carácter bilateral. Por esta

característica sus integrantes comparten derechos y obligaciones. Ambos tienen una corres-

pondencia vinculante; tan estrecha, que el ejercicio de cada uno de estos aspectos representa

una condición necesaria para la vida individual y social. Por eso es natural que sus libertades

y lesiones repercutan en ellos.

La colectividad será, además, un espacio indispensable de realización personal. En este

contexto, es lógico pensar en el ámbito profesional como un espacio relevante para la tras-

cendencia individual de los seres humanos, quienes durante un periodo relevante de la vida

adulta estamos enfocados a la práctica de una profesión u oficio, además de sus indispen-

sables roles familiares y de ciudadano, significando estos un ámbito ineludible de ejercicio

ético de actos, así como de la recepción de sus consecuencias, tanto en lo individual como

en lo social. En todo ello se muestra un concepto vital: la justicia.

2. LA JUSTICIA

En el contexto de una compleja red de percepciones sobre ella, presentes en el hombre es

siempre útil, para centrar sus conceptos acompañarla de la realización de lo bueno, de lo

ético, que en ella se realiza.

Cabe comentar que ayer como hoy, una respuesta uniforme sobre el problema de la justicia

no se ha producido –lo que no demerita el análisis pro tempore de ésta idea–, por lo que el


77

concepto seguirá evolucionando junto con el pensamiento del hombre ahora y en la

posteridad.

De sus diferentes especies nos centraremos en esta plática en la justicia que aplican los

jueces, entendiendo por ellos a las personas que han sido dotadas de imperio jurídico por

una organización política estatal para dirimir una controversia, a través de una sentencia,

con fuerza vinculatoria legal para las partes en un conflicto. Los jueces serán, por tanto,

funcionarios que ejercen una actividad jurisdiccional, a través de la integración e interpre-

tación del derecho, lo que los lleva a resolver los casos que se plantean ante ellos guiados

por el resplandor de lo justo y determinados por un conjunto de normas como reglas de

conducta de observancia obligatoria en un lugar y tiempo determinado. Ésta operación se

desarrolla –al menos en su fuero interior– mediante un debate entre el derecho positivo y

su natural sentido de justicia. Ello implica en el juzgador la realización de un proceso racional

de juicio en el cual se debaten sentimientos, posiciones racionales e hipótesis normativas

que requieren ante una controversia, su interpretación e integración.

Esta actividad requiere independencia, imparcialidad, objetividad, excelencia y profesiona-

lismo. Ello implica la subordinación de las valoraciones subjetivas ante el caso y también de

la acción de una ética objetiva que adopte tales principios, los cuales llevan al juzgador a

centrarse en el contexto de justicia de un determinado asunto, desarrollando una vocación

a la percepción de lo justo en el caso concreto y en su contraste con el derecho positivo que

debe aplicar, en las concesiones que la ley y su imperio jurisdiccional le permiten.

Consideremos además que los jueces están inscritos dentro de órganos estatales de impar-

tición de justicia nutridos por principios programáticos positivos, sin que ello soslaye el hecho

de que lo más importante en sus aparatos administrativos son las personas que participan

en su funcionamiento y las conductas que desarrollan.

En este contexto, la situación de la justicia en una resolución jurisdiccional para las visiones

positivistas se resolverá únicamente con el imperio de la ley, la cual marca la pauta indeleble

en el hecho de que la garantía del actuar objetivo se encuentra en el seguimiento fiel del

texto de la ley para su interpretación e integración; es decir en los propios parámetros que

la normatividad establece. Mas también deberá acudirse a razonamientos de desvelamiento

del orden normativo supremo en virtud de la naturaleza trascendente del hombre la cual

permitirá da respuesta en justicia a un caso dado. Ante estas exigencias el juzgador combinará


78

al menos cinco factores que conforman su actitud ética: 1) una conducta racional, 2) una

preocupación sensible por el hecho de la justicia ante su natural inclinación de justicia,

3) el orden jurídico, 4) los elementos de prueba consignados en el proceso, 5) los medios de

corrección de los imperfectos del orden jurídico. Atender a su seguimiento implica buscar

la justicia trascendente del caso concreto para iluminado por ella maximizar la justicia en el

caso concreto. Ello exige ética en el sentido más amplio y específico del término.

No pasa inadvertido el hecho de que el aparato normativo de la justicia opera procedimen-

talmente; esto es en el sentido de que los principios de organización social básica, incluida

la justicia, provienen "exclusivamente del procedimiento a través del cual se ha llegado a un

acuerdo acerca de ellos". Ante esto, desde la perspectiva de los valores ello supone que: a) es

necesario que los hombres lleguen a tener una ética objetiva que genere convicción voluntaria

y conducta de cumplimiento efectivo de una norma y b) la ética objetiva que se alcance será

construida procedimentalmente, sin que ello implique desbordar la riqueza del raciocinio

humano, que en ejercicio de su libertad establece voluntariamente sus fronteras y convic-

ciones individuales, orientándolas a través de la Ética. En esta forma actúan tres conceptos

morales básicos en el hombre: a) lo bueno, b) lo recto y c) lo valioso, en los cuales la justicia

se insertará desde la colectividad del sistema jurídico.

3. EL CAMINO DE LA ÉTICA

Parece un destino deseable ante la postura planteada. Ello exige conductas a los juzgadores,

quienes tienen la misión de impartirla, siguiendo a Celso, atendiendo a la "técnica de lo bueno

y lo justo". Su apreciación a pesar de deber ser simple, generalmente es complicada, espe-

cialmente para cada caso concreto en donde la sencillez se desvanece.

El juez, el litigante, las partes y los intereses de la colectividad expresados en las instituciones

del Estado, se presentan ante la noción de justicia humana, en los órganos jurisdicciona-

les, cuando existe una divergencia en torno a los derechos y obligaciones privados y públicos,

que reconoce o confiere un orden jurídico determinado. La actividad del juez se vincula con

el conflicto, para resolverlo. Para cumplir este propósito precisa de la ética.

El proceso de justicia –estatalmente conferido a una autoridad– está basado, en el mundo occi-

dental, en una Norma Fundante Básica. En ella, se establecen parámetros de contenido ético

para las actividades relacionadas con la impartición de justicia. La razón de ello radica en la


79

vocación social de realizar una demanda fundamental para la suscripción del pacto original

que da razón de ser al Estado; pero, más profundamente, inclusive en la natural necesidad

del ser humano de justicia.

4. OPTAR POR LA JUSTICIA

Es una afirmación de conclusión razonable. Es relevante notar que el hombre, así como está

condenado a su libertad, también lo está a percibir la justicia y a luchar contra la injusticia.

Aún en los casos patológicos, los actores de una determinada conducta inapropiada con-

servarán cierta noción de aquello justo o injusto en torno a ellos –a pesar de presentarse

estas reflexiones en condiciones extremas de inimputabilidad–. Evidentemente los patrones

de justicia/injusticia presentes en el comportamiento humano no son permanentes, mas

sus patrones son orientados o, al menos cuestionados, por una idea ética.

Si bien se busca que la vocación a la justicia sea constante en el ejercicio de ello como un

don natural exige la práctica de principios y virtudes axiológicos, el imperio de las normas

jurídicas, y/o una mezcla de todos los elementos anteriores. Un obstáculo que se muestra

insuperable en su universalidad es la congruencia de los actos, la solución de los casos

difíciles y la cotidianeidad de las pasiones. Es claro que el ser humano no es ni puede ser

absolutamente bueno y por ende absolutamente justo y ético.

No obstante el realismo de la naturaleza pasional del ser humano la idea de justicia y de la

bondad, centrales en la ética, se conservan, al menos como tendencia y sensibilidad para

su percepción.

Tratándose de profesionales del oficio jurídico estos aspectos requieren potenciarse. Más

allá de los casos en que alguno conscientemente decida desviarse de las exigencias éticas de

la labor del juzgador, lo cierto es que para cumplir con la misión social asignada a esta

profesión, es necesario observar parámetros de comportamiento deontológico, en forma

indispensable.

5. LA ÉTICA DEL JUEZ EN IbEROAMÉRICA

Ha sido practicada a la par de la institucionalización de la justicia en el mundo occidental.

No sería lógico pensar lo contrario pues de un juzgador es condición sine qua non, un prin-


80

cipio a priori, el ser ético. Mas el reconocimiento normativo de sus contenidos fue progresivo,

tanto en el plano nacional como en de la integración regional.

La Cumbre Judicial Iberoamericana, institución agrupante de 23 poderes judiciales de la

región, ha expedido importantes documentos en torno a ella: el Código de Ética del Funcio-

nario Judicial Iberoamericano (1999); el Estatuto del Juez Iberoamericano (2001); la Carta de

Derechos de las Personas ante la Justicia en el Ámbito Judicial Iberoamericano (2002);

La Declaración Copán-San Salvador (2004); y, el vigente Código Modelo Iberoamericano de

Ética Judicial (2006).

Los distintos órdenes jurídicos han propiciado la inclusión normativa expresa de lineamientos

axiológicos para los participantes de la tarea de impartición de justicia, lo que evidentemente,

incluye el presupuesto dirigido a los propios justiciables de mantener criterios de ética jurídica

en la demanda de sus derechos y la defensa de sus obligaciones. Ellos abarcan elementos

éticos explícitos, vinculados con la virtud de excelencia (requisitos de capacidad profesional) y

con el cuidado de los elementos de elegibilidad dirigidos a la competencia profesional (titu-

lación, experiencia y reconocimiento honorable en el desempeño de la profesión) previstos

en las legislaciones iberoamericanas.

Abundando en algunas legislaciones iberoamericanas, en el caso de la República Federativa

de Brasil, para ser Ministro del Supremo Tribunal Federal y Magistrado del Supremo Tribunal de

Justicia, además de las competencias técnicas y formales, se exige, en el artículo 104 de la

Constitución, gozar de una reputación intachable. Así también el artículo 109, referente a

la elección de los integrantes del Tribunal Superior Electoral, requiere ser poseedor de una

idoneidad moral para el cargo. En el caso de los órganos de Justicia del Trabajo estos se

encuentran implícitos en la programática constitucional (artículos 111 y siguientes) regente

de los funcionarios integrantes del Poder Judicial (Artículos 92 a 126).

En otros ejemplos del género el artículo 36 de la Constitución Nacional de la República de

la Argentina establece la creación, por parte del Congreso, de una ley sobre la ética en la

función pública, la cual es extensiva a los juzgadores. El artículo 182 de la Constitución del

Estado Plurinacional de Bolivia exige en los funcionarios del Tribunal Supremo contar con

idoneidad ética y honestidad.


81

En la República del Ecuador se establece, en los Artículos 183 y 220 de su Constitución,

respectivamente, la necesidad de los integrantes de la Corte Nacional de Justicia y del Tribunal

Contencioso Electoral, de contar con una trayectoria profesional de probidad notoria. Llama

la atención que en su Carta Magna se establezca, en el artículo 83, como deberes y respon-

sabilidades de los ecuatorianos ejercer su profesión u oficio con sujeción a la ética.

La Constitución de la República de El Salvador indica, en sus Artículos 176, 177, 179 y 180,

correspondientemente, como requisito para ser magistrados de la Corte Suprema de Justicia,

de las Cámaras de Segunda Instancia, Juez de Primera Instancia y de Paz, gozar de una

moralidad notoria.

En los Estados Unidos Mexicanos para ser Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la

Nación, Consejero de la Judicatura Federal y Magistrado del Tribunal Electoral, de acuerdo

con lo dispuesto en los Artículos 95 ,97 y 100, según corresponde, se exige gozar de buena

reputación en el ejercicio profesional.

Siguiendo esta línea, el artículo 161 de la Constitución de la República de Nicaragua requiere

para ser electo magistrado de los Tribunales de Justicia ser abogado de moralidad notoria.

Este requisito, de notoria honorabilidad, es exigido también por la Constitución Nacional de

la República del Paraguay en su artículo 258.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela prevé expresamente, en el artículo

263, el requerimiento para los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia de gozar de

buena reputación, siendo que el artículo 267 de la Norma Suprema establece la creación del

Código de Ética del Juez Venezolano o Jueza Venezolana. Además en esta nación se exige

la coligación obligatoria del gremio de abogados.

En los casos de Andorra, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Portugal, Guatemala, Honduras,

México, España, Perú, Puerto Rico, Uruguay y la República Dominicana los aspectos éticos

del gremio de los abogados son inferidos, encontrándose indirectamente vinculados a la no

presencia de impedimentos que vulneren la función judicial, así como a la posibilidad para

los justiciables de denunciar conductas contrarias a la ética y que éstas sean sancionadas.

Además, en algunos casos, se prevén exigencias deontológicas derivadas de los estatutos rec-

tores de los colegios de abogados, particularmente en las naciones en donde ésta es obli-


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gatoria (Costa Rica, Guatemala, Honduras, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, España

y Portugal).

Se hace notar que las consideraciones éticas-legales sobre el ejercicio profesional en tareas

jurisdiccionales introducen elementos de contenido deontológico para el oficio, idoneidades

y reflejo de principios y virtudes axiológicos, los cuales deben tenerse en consideración no sólo

cuando se es electo juzgador, cuando se participa en la defensa de una causa o se controvierte

un derecho ante los órganos judiciales, sino que deben conservarse durante todo el desem-

peño de la profesión , así como en la vida privada, extendiéndose la obligación de vigencia

de los preceptos éticos a ámbitos extensos.

6. EL CASO IbEROAMERICANO

a través del Código Iberoamericano de Ética Judicial , el cual obliga a los órganos jurisdic-

cionales federales integrantes de la Cumbre Judicial Iberoamericana, señalándose en este

instrumento –en su exposición de motivos– una concepción de ética judicial extensiva:

En último término, se trata de, a partir de las exigencias que el propio Derecho plantea a la

actividad judicial, profundizar en las mismas y añadir otras, de cara a alcanzar lo que podría

llamarse el "mejor" juez posible para nuestras sociedades. La ética judicial incluye los deberes

jurídicos que se refieren a las conductas más significativas para la vida social, pero pretende

que su cumplimiento responda a una aceptación de los mismos por su valor intrínseco, esto

es, basada en razones morales; además, completa esos deberes con otros que pueden parecer

menos perentorios, pero que contribuyen a definir la excelencia judicial. De lo cual se sigue

que la ética judicial supone rechazar tanto los estándares de conducta propios de un "mal"

juez, como los de un juez simplemente "mediocre" que se conforma con el mínimo jurídica-

mente exigido.

Tómese en cuenta que en los casos de estas dos últimas codificaciones deontológicas se

ha previsto la existencia de organismos como la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial

–conformada por 9 comisionados y un secretario ejecutivo, designados por la Cumbre Judi-

cial Iberoamericana–) que sirvan para asesorar a los diferentes órganos jurisdiccionales cuando

lo soliciten sus integrantes –en el caso mexicano es posible para los particulares también

hacerlo–, además de facilitar la discusión, difusión y desarrollo de la ética judicial a través

de publicaciones o de la realización de cursos, seminarios, diplomados u otros encuentros


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académicos, y fortalecer la conciencia ética judicial de los impartidores de justicia iberoame-

ricanos.

7. LA ÉTICA ES UNA INVITACIÓN

Pero también es una responsabilidad. Si bien se reconoce que la realidad de la ética de los

abogados es esperanzadora, ya que el hombre es un ser bueno por naturaleza, por lo tanto,

su tendencia se dirige hacia el bien y la justicia. Sin embargo, también hay la conciencia de

que los efectos de las conductas desviadas realmente existen en la vida diaria de nuestra

especie. Por este motivo, la ética debe enfrentar a una lucha constante por la vivificación de

sus principios.

Expresa el Ministro en Retiro Mariano Azuela Güitrón, secretario ejecutivo de la Comisión

Nacional de Ética Judicial y la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial, que una ética no

puesta en práctica sirve para muy poco, igualmente aquella conservada en las reflexiones

doctrinales, en los congresos y en las publicaciones. Se trata de ponerla en práctica, procu-

rarla y acatar sus responsabilidades, primero como vocación y, después, como invitación a

corregir y aceptar las consecuencias de los actos éticamente errados.

En este contexto se subraya la importancia, como paso fundamental de la idea de afianzar

la percepción social de responsabilidad ética, siendo, como indica David Cerri: "la deontología

–y el sistema disciplinario sin la cual la primera es nada– es el campo de una primera direc-

ción del respeto de los derechos fundamentales de la profesión".

Se trata de una actividad interna, la cual lleva al jurista a decidir por las conductas correctas

en cada caso, ejerciendo la prudencia –estrechamente ligada a la virtud de la justicia– y

atendiendo cuidadosamente en sus actuaciones al deber de respeto al principio de seguridad

jurídica.

Se trata también de la responsabilidad del saber cumplir una tarea máxima, confiada por la

colectividad, en la que cualquier desviación causará graves y negativas consecuencias,

mismas que afectarán también la obra personal de cada individuo llamado a perfeccionarse

en su paso por el mundo.


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En este sentido es muy valiosa la reflexión del Ministro en Retiro Juan Díaz Romero1 cuando

expresó que como cualquier aspecto de la vida humana está definida por los claroscuros entre

lo correcto y el embate de las circunstancias de la realidad de las conductas. Así entonces,

como disciplina práctica, la ética influirá sobre la persona en singular y sobre los grupos

profesionales con toda la amplitud que la vocación humana al bien trascendente puede

manifestar. Así resultará perfectamente viable el imperativo categórico kantiano de obrar de tal

modo que la conducta individual se convierta en una regla de observancia universal. El actuar

del hombre bueno, que en su faceta comunitaria también es juez, será la regla y no la

excepción.

1 Discurso de aceptación del III Premio Iberoamericano de Ética Judicial en la XVII Asamblea Plenaria de la Cumbre Judicial Iberoamericana. 27 de abril de 2012.

85

Ética Judicial y derechos fundamentales1

Leonor Figueroa Jácome

1. INTRODUCCIÓN

La Ética Judicial es un tema que preocupa a los Poderes Judiciales de buena parte del mundo,

por ello se han realizado esfuerzos importantes en Iberoamérica y en Instancias Internacio-

nales a través de la Relatoría Especial sobre independencia de magistrados y abogados,

dependiente de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos,2 a fin de que los mis-

mos cuenten con mayor legitimidad y confianza de los ciudadanos.

Estos esfuerzos sobre todo a nivel Iberoamérica se han materializado a través de diferentes

mecanismos, entre ellos la creación de una Comisión Iberoamericana de Ética Judicial, así

como el Código iberoamericano entre otros. Los países también han mostrado voluntad al

respecto a través de Códigos de Ética, Comisiones y voluntades muy focalizadas a través de

concursos y diversas formas de capacitación en el tema.

1 Reflexiones en el Encuentro Presencial, realizado en Río de Janeiro, al finalizar el Curso de Ética Judicial, celebrado en la Comisión Iberoamericano, y el Tribunal del Trabajo

2 http://www2.ohchr.org/spanish/issues/judiciary/


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Muchos de los países de Iberoamérica, han sido sensibles, concientizando que el tema no

es menor y mostrando énfasis en el tema de la ética judicial, lo cual es fundamental, ya que

siendo realistas la mayoría de los Poderes Judiciales en buena parte del mundo no gozan

plenamente de legitimidad y ello genera diversos conflictos, entre ellos el pleno acceso a la

justicia. Este es el enfoque que se le ha dado desde Iberoamérica, sin embargo a nivel inter-

nacional, se ha buscado la garantía y el respeto desde otros poderes al Poder Judicial, con

temas relacionados con ética judicial, como es el tema fundamental de la independencia.

Lo anteriormente señalado, no es una opinión personal, encuestas como Latinbarómetro

vinculadas a Transparencia internacional, dan cuenta de la falta de legitimidad de las Insti-

tuciones públicas, incluidas desde luego el Poder Judicial, generan falta de confianza de las

personas hacia las Instituciones. El problema es mayúsculo porque si las personas tienen

desconfianza de sus Poderes Judiciales, pueden no acudir a ellos, generando impunidad o

las resoluciones emitidas o si los ciudadanos no confían en las instancias judiciales, las

resoluciones emitidas no tendrán mayor relevancia.

Entre las finalidades del Poder Judicial se encuentran fundamentalmente el impartir justicia,

pero ello sin duda repercute en aspectos tan cruciales como la convivencia, proteger y justi-

ciabilizar los derechos humanos, a construir ciudadanía y contribuir a la paz, entre otras.

Las resoluciones judiciales, no solo dirimen un conflicto jurídico, tienen impacto en la socie-

dad y sin duda constituyen una apuesta a la transformación de la misma, contribuyendo al

desarrollo de las personas, su educación, en el medio ambiente y en otros aspectos como

el que las resoluciones judiciales, también obligan a la FIFA a que se respeten los recesos en

los partidos para la hidratación de sus jugadores3.

Las decisiones judiciales impactan en lo económico, social y político, por ello el trabajo

realizado desde los poderes judiciales es de gran trascendencia para las personas y las

naciones.

3 Resolución del juez Rogerio Neiva Pinheiro, titular del juzgado primero laboral de Brasilia, atiende una petición del Ministerio Público de Trabajo. La FIFA, debe interrumpir temporalmente los partidos del Mundial de fútbol Brasil 2014 cuando haya más de 32 grados Celsius para que los jugadores puedan tomar agua e hidratarse, con información de: http://noticias.univision.com/article/1997685/2014-06-20/fifacopamundial/la-justicia-de-brasil-obliga-a-la-fifa -a-interrumpir-los-partidos-de-mundial-para-tomar-ag


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¿En Brasil, o en otras partes del mundo ha habido o saben de casos en los que los servidores

públicos lesionan la confianza o el compromiso con la sociedad. ¿Que pasa cuando ello

ocurre?

El acercamiento de las personas a las instituciones de justicia, se relaciona, con la confianza

y legitimidad en las mismas y en sus servidores públicos. Es por ello deseable y necesario,

que quienes trabajan en el servicio de la impartición de justicia, tengan un sólido compromiso

frente a la sociedad a la que pertenecen.

Con el papel tan importante que debe desarrollar el Poder Judicial en la sociedad es impor-

tante contar con la confianza de la ciudadanía, con el fin de que las personas acudan a las

instituciones de justicia con la plena convicción de que los servidores públicos, tienen un

sólido compromiso con las personas y con el bien común y que quienes atienden sus asuntos

contarán con principios y virtudes necesarias para impartir justicia.

2. ¿PARA qUE LA ÉTICA JUDICIAL y A qUIÉN ObLIGA?

En la mayoría de los textos relacionados con la teoría en el tema de la ética judicial, al igual

que en la mayoría de los códigos de ética en lo general, se alude a la responsabilidad ética

del juzgador; pero resulta que en la impartición de justicia no solo está involucrado el juez,

si bien es la figura central de todo el aparato de justicia, existen diferentes actores que tam-

bién tienen obligaciones con principios y virtudes judiciales. Ellos son los secretarios y secre-

tarias, el personal administrativo, los peritos, los defensores, los abogados, los estudiantes

de derecho y todos aquellos que se vinculen con la justicia y quienes deben observar principios

y virtudes judiciales. Entonces podemos pensar si va enfocada a tantas personas, no sería

más conveniente o no sería suficiente hablar de ética en general o ética universal ¿Para que

hablar de una ética judicial? Sin duda quienes trabajamos en las diversas profesiones

es necesario adecuar las prácticas o los comportamientos a fin de generar confianza en

quienes acuden a nosotros como profesionistas, sin embargo el asunto es más difícil, porque

no basta con que tengamos un código de ética específico para cada profesión, si no que lo

que importa es que cada uno pueda cumplir con su profesión de manera excelente.

La ética judicial la define el profesor Rodolfo Vigo como el conjunto de comportamientos

necesarios para la satisfacción de intereses comprometidos con el ejercicio de la actividad

judicial y para la aceptación de las decisiones por parte de sus destinatarios.


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Es decir que se requiere de comportamientos necesarios en la actividad judicial para que

las cosas fluyas idóneamente, pero también para que las personas y las otras instituciones

públicas acepten lo decidido por el poder judicial. Esto significa que debemos tomar en serio

nuestro trabajo y realizarlo en forma excelente para que los demás acepten y acaten lo que

resuelve el poder judicial.

3. LA ÉTICA JUDICIAL y SU RELACIÓN CON LOS DEREChOS hUMANOS

La ética judicial, aunque tiene su propio estatuto epistemológico, no se trata de una materia

aislada e independiente, sino que tiene una vinculación muy estrecha con un tema funda-

mental, que son los derechos humanos.

Y es que la ética en general, y tratándose en el ámbito de la justicia, la ética judicial, es el

punto de partida para todo, incluso para hacer efectivos los derechos humanos.

Ustedes pueden pensar que estoy equivocada al afirmar lo anterior, ya que se trata de dos

materias totalmente aparte y que cada una de ellas cuenta con su propio estatuto epistemo-

lógico, podríamos decir que en el caso de los derechos humanos necesitan estar en la

Constitución para lograr su efectividad, y que ello no dependen de los comportamientos de

ningún funcionario para que se garanticen los mismos; lo cual es cierto.

Sin embargo el derecho, es ejercido por las personas y si la actuación de las mismas no es

acorde con la mayoría de principios y virtudes de la ética judicial, lo preceptuado en cualquier

ley, será letra muerta. Si bien el común denominador de ambas es la dignidad humana, la

ética sin derechos humanos y los derechos humanos sin ética serían desastrosos para

la convivencia armónica de la sociedad.

Por ello la ética judicial es un motor necesario para el impulso de los derechos humanos y

fomentar una cultura de los mismos, aunque cuenten cada uno con su propio estatuto

epistemológico, es necesario que los mismos se fusionen y permeen la cultura, para tener

sociedades justas y respetuosas con la dignidad personal.

Es necesario que desde la ética judicial y frente a los derechos humanos se confronte el

microcosmos del Poder Judicial, con el macrocosmos de infinidad de posibilidades para

demostrar que la sociedad y las personas podemos cambiar la realidad; ya que a través de

nuestras acciones podemos incidir, no solo con decisiones judiciales si no a través de peque-


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ñas acciones cotidianas que fomenten una cultura de derechos humanos vivida desde nuestro

lugar de trabajo, con nuestros propios compañeros, en nuestra propia familia, lo cual se

proyectará nuestro trabajo y en la propia sociedad, de ésta forma apostamos a entorno respe-

tuosos con la dignidad humana y la igualdad.

4. LA ÉTICA y LOS DEREChOS hUMANOS DESDE LO COTIDIANO

Los juzgadores tienen un papel fundamental en la construcción de una sociedad justa. Es el

juez quién debe desarrollar un papel más protagónico (y aquí no me refiero a que los juzga-

dores sea protagonistas en las noticias, o aparezcan en las primeras planas de los periódicos),

me refiero protagonistas, como contribuidores en la creación del derecho, en el que a través

de la hermenéutica y con una nueva cultura jurídica puede influir en las políticas públicas, en

el desarrollo de la sociedad, en la construcción de una sociedad más igualitaria y en donde

se erradiquen poco a poco las relaciones de poder de ejercer dominio sobre los otros; en

solventar y eludir todos aquellos mecanismos que conduzcan a la impunidad y así aspirar a

la igualdad, a la no discriminación, a la libertad, al respeto a la dignidad personal. Un buen

ejercicio de ello, es empezar desde uno mismo.

No debemos perder de vista a naturaleza humana, que en ocasiones es voraz e insaciable,

como en la película que comentamos ayer "El Capital" de Costa Gravas, manifestando además

que debido a debilidades culturales y jurídicas de los derechos humanos y en donde en

aras de garantizar los derechos, se pueden favorecer solo a individuos o grupos que pue-

den pagar un abogado. Tenemos miles de ejemplos en donde casi siempre gana el más

fuerte, el más poderoso, lo podemos ver entre los Estados, pero también entre los sectores

más vulnerables, por lo que no basta con la justiciabilidad de los derechos a nivel nacional

o internacional, para influir en una política o en una cultura de praxis en derechos humanos

es necesario considerar el género, las jerarquías de clase, las dimensiones étnicas y las

diferencias de las mismas, así como las diferencias de poder existente. El poder judicial a

través de sus sentencias tiene la obligación de ayudar a aminorar las desigualdades.

Los principios de ética judicial, deben verse en los códigos de ética a través de la mirada de los

derechos humanos. Por ejemplo la imparcialidad, "Es la actitud del juzgador frente a influen-

cias extrañas al Derecho, provenientes de las partes en los procesos sometidos a su potestad.

Consiste en juzgar, con ausencia absoluta de designio anticipado o de prevención a favor o

en contra de alguno de los justiciables…"


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Desde los derechos humanos, la imparcialidad es fundamental para conocer la verdad y hacer justicia, pero aunque se eviten influencias extrañas al Derecho o se evite conceder ventajas o privilegios ilegales a cualquiera de las partes, y deba existir la ausencia absoluta de designio anticipado o prevención a favor o en contra de los justiciables, el juez desde la imparcialidad, debe atender la realidad y los sujetos que participan en el proceso, analizando las desigualdades de sus circunstancias. Esto por supuesto que no son ventajas o privile-gios ilegales, o prevención a favor o en contra de los justiciables, pero en ocasiones al analizar los hechos el juez no ve la realidad de los sujetos, no observa el entorno de la víctima por miedo a comprometer la imparcialidad y se centra únicamente en los hechos, pero esto desde luego es una visión miope de la imparcialidad, ya que el juzgador no puede dejar de reconocer las situaciones particulares de las víctimas, tiene forzosamente que ver a los sujetos en los individual y la realidad sobre lo que se va a juzgar.

La objetividad, es la actitud del juzgador frente a influencias extrañas al Derecho, provenien-tes de sí mismo. Consiste en emitir sus fallos por las razones que el Derecho le suministra, y no por las que se deriven de su modo personal de pensar o de sentir.

Vista desde la óptica de los derechos humanos el juzgador deberá buscar además de lo señalado en el código, el propiciar una cultura de igualdad y de no discriminación, desde sus propias actitudes, lo cual es fundamental para buscar la objetividad. No olvidemos que tenemos una cultura un tanto machista, aunque a veces androcentrista o ginópica y la misma permea nuestra cultura, las bromas, el lenguaje, la percepción de los comportamientos humanos, la construcción social de la diferencia, y ello puede proyectarse en las sentencias y afectar a los justiciables. Por ello necesitamos liberarnos de los prejuicios, aprensiones y la única manera de hacerlo es a través de la cultura en donde hagamos conciencia de las influen-cias extrañas al derecho y provenientes de las propias personas que lo único que hacen es afianzar los poderes de dominio impidiendo el paso a la igualdad y no discriminación. Teniendo una perspectiva de género al actuar, actuando la misma como una herramienta fundamental para mirar las diferencias existentes.

5. REFLExIONES FINALES

La ética es un llamado a la deconstrucción de nuestros vicios, y a buscar la perfección como personas. Desde el Poder Judicial, es importante concientizar la trascendencia de las sen-tencias, como formas de transformación social a un poder que la sociedad nos ha otorgado. Por ello es fundamental el garantizar a los ciudadanos la confianza en los jueces a través de las acciones y apegados a conductas judiciales que otorguen legitimidad a la Institución.

Esta obra se terminó de imprimir y encuadernar en septiembre de 2014 en los talleres de Grupo Gráfico Salinas S.A. de C.V., Marcelino Dávalos Núm. 12-1, Colonia Algarín, Delegación Cuauhtémoc, C.P. 06880, México, D.F. Se utilizaron tipos Gothic720 BT 9, 10, 11, 12, 13, 15 puntos y Gothic720 Lt BT 8, 9, 10 puntos. La edición consta de 1,000 ejem-plares impresos en papel bond de 90 grs.

printed in mexicosistemabibliotecario.scjn.gob.mx/sisbib/2015/000269240/000269240.pdf · suprema...

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