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Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
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PRESENTACIÓN
Este taller quiere ser una ayuda para que las personas o matrimonios, que participen en él, tomen conciencia de la importancia que la Iglesia les da a los
fundadores en relación a su Obra.
Al mismo tiempo, adquieran un mayor conocimiento de
nuestro fundador, el Padre José Kentenich, que les facilite un encuentro personal y vital con él. De manera
que puedan abrir el corazón para sintonizar con él,
descubrir en él su identidad y asumir como hijos suyos el llamado a participar en su misión para el tiempo actual.
Juan Pablo II dijo a la Familia de Schoenstatt al celebrar los 100 años del nacimiento del Padre Kentenich:
“La experiencia secular de la Iglesia nos enseña que la íntima adhesión espiritual a la persona del
fundador y la fidelidad a su misión –una fidelidad que está siempre de nuevo atenta a los signos de los tiempo- son fuente de vida abundante para la
propia fundación y para todo el Pueblo de Dios… Vosotros habéis sido llamados a ser partícipes de la
gracia que recibió vuestro fundador y a ponerla a disposición de toda la Iglesia.”
“Desde muchas naciones os habéis reunido para agradecer el don que Dios os hizo en la persona del P. Kentenich. Por medio del recuerdo vivo de su
persona y mensaje habéis querido renovar vuestro espíritu para así prolongar y transmitir su legado, para convertiros más profundamente en una familia espiritual que vive con la fuerza de su carisma fundacional y realiza así su
misión de servicio a la Iglesia y al mundo”. (Roma 20 de Septiembre de 1985)
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
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METODO DE TRABAJO
Este taller se desarrollará en 6 sesiones de 2.30 horas cada una.
Habrá momentos de oración, trabajo personal y grupal, testimonios,
videos, etc. Se trata que no sea algo teórico, sino vivencial y concreto.
El guía del taller irá motivando y ayudando, pero el trabajo propiamente
tal, lo harán las personas que participen en él.
Entre una sesión y otra se incluirá un trabajo a realizar de manera personal o matrimonial.
Los textos de lectura que se proponen para leer, entre cada encuentro,
son muy importantes, ya que reafirman lo tratado o preparan para el siguiente.
Es importante que este taller sea complementado con el estudio
personal sobre la vida del Padre Kentenich. Se sugiere la lectura de alguna de las biografías existentes:
o La historia del Padre Kentenich, P. Hernán Alessandri M.
o El profeta de María, P. Esteban Uriburo
o Etc.
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INDICACIONES Y SUGERENCIAS
PARA EL GUIA
Se sugiere iniciar cada encuentro del taller con un momento de oración en el Santuario.
Se propone como ayuda, una pauta de oración para el inicio del taller y
otra para finalizar el encuentro. El guía puede seguirla o hacer otra.
Se recomienda ambientar en forma adecuada, la sala donde se va a
realizar el taller: foto grande del Padre Kentenich, flores, etc.
Es importante que el guía del taller motive a las personas que participan en él, a abrir el corazón y tener la disposición de querer encontrarse
personalmente con el Padre Fundador.
Para asegurar un buen desarrollo de cada sesión es fundamental la puntualidad, respetar el horario indicado, tanto en su inicio como en su
término. Para comenzar deben estar presente todas las personas que participan, ya que las continuas interrupciones dificulta formar la
atmósfera que se requiere.
Previamente se acordará en qué momento se sirve algo sencillo para
comer. De preferencia es mejor hacerlo antes de comenzar, mientras llegan los participantes. Después se retira todo para evitar
distracciones.
Se recomienda que cada persona tenga su cuaderno personal donde ir anotando sus reflexiones. También es necesario que traigan el “Hacia
el Padre” y la bibliografía que se irá proponiendo.
Se sugiere que el número de participantes de cada taller no sobrepase los 8 o 10 matrimonios, para asegurar la agilidad de éste y el
intercambio de experiencias.
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PROGRAMA
PRIMER ENCUENTRO : El Padre Kentenich, fundador y padre de
la Obra de Schoenstatt.
SEGUNDO ENCUENTRO : Su historia bendecida.
TERCER ENCUENTRO : Testigos de un encuentro.
CUARTO ENCUENTRO : Una fe viva en la Providencia Divina.
QUINTO ENCUENTRO : En Alianza de Amor con María.
SEXTO ENCUENTRO : Un sí audaz a la voluntad de Dios.
SÉPTIMO ENCUENTRO : Tu misión, Padre, es nuestra misión.
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ORACIÓN DE INICIO (Para todos los Encuentros)
1. Canto: (ver Anexo-Cantos)
2. Guía: Pongámonos en la presencia del Señor y de la Santísima Virgen
para dar comienzo a este momento de oración.
3. Oración:
Hombres: Querida Madre y Reina, ayúdanos a abrir las puertas de nuestra
alma. Que una luz clara penetre nuestro interior, iluminándonos por el
cálido brillo de la fe.
Mujeres:
Implóranos la gracia de captar con el corazón lo que la persona de nuestro Padre Fundador nos va a hablar hoy, lo que su vida de amor
y de misión nos propone, para conformar lo que hacemos y
evitamos.
Todos:
Entonces siempre nos podrás usar como instrumentos de Schoenstatt en tus manos, y con el Padre Fundador colaborar con
Cristo en la Obra de la redención. Amén.
4. Momento de Silencio
Guía: (Motiva al silencio según el objetivo del encuentro)
5. Imploración al Espíritu Santo
Guía: El Padre Kentenich fue un hombre que amó, porque siempre estuvo
abierto a la acción del Espíritu Santo. El Espíritu Santo, es la
expresión del amor del Padre y del Hijo, la plenitud del amor divino.
Implorémoslo, rezando todos juntos:
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Todos:
"Espíritu Santo, fuerza divina de amor, nos unimos al Padre Kentenich, que estuvo tan abierto a tu acción y por ello, pudiste
utilizarlo como instrumento de amor para este mundo. Te pedimos que enciendas en nosotros, el fuego del amor divino, para que así
podamos regalar a otros, lo que tanto deseamos para nosotros.
Enséñanos a hablar el lenguaje del amor, de la donación de uno mismo. Te entregamos toda nuestra incapacidad para amar. ¡Ven
Espíritu Santo, ven! En tu fuerza de amor, haznos ser un cálido sol para el mundo, como lo fue el Padre Kentenich
Amén.
Canto al Espíritu Santo (Ver en Anexo-Cantos)
6. Consagración a la Madre Tres Veces Admirable
Guía: Padre Kentenich:
Hoy te queremos conocer un poco más. Sabemos que todo en tu vida, lo hiciste en unión a María, consagrándole a su corazón de
Madre, cada momento. En unión a ti, que fuiste un hijo predilecto suyo, nos regalamos nuevamente a Ella
diciendo:
Todos: ¡Oh Señora mía, oh Madre mía!
Yo me ofrezco todo a ti, y en prueba de mi filial afecto
te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón:
en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad,
guárdame, defiéndeme y utilízame como instrumento y posesión tuya. Amén.
7. Canto final (Ver Anexo-Cantos)
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ORACIÓN FINAL
(Para todos los Encuentros)
1. Canto: (Ver Anexo-Cantos)
2. Agradecimiento:
Guía: La vida de nuestro Fundador, fue una carta de Dios para nosotros.
Agradezcamos por esta vida de santidad, rezando todos juntos:
(dos posibilidades)
a. Gracias por todo Madre, todo te lo agradezco de corazón,
y quiero atarme a ti con un amor entrañable.
¡Qué hubiese sido de nosotros sin ti, sin tu cuidado maternal!
Gracias porque nos salvaste en grandes necesidades;
gracias porque con amor fiel
nos encadenaste a ti. Quiero ofrecerte eterna gratitud
y consagrarme a ti con indiviso amor. Amén.
b. Gracias, Madre, por nuestro Padre y profeta. Gracias porque tú fuiste su gran amor y su Educadora.
Gracias por la fuerza con que le enseñaste a reflejar la paternidad de Dios, según el modelo del Buen Pastor.
Haciéndolo hijo y padre, confiado y valiente, misericordioso y fiel.
Capaz de dar la vida por los suyos.
3. Recemos por su canonización
Guía:
Para que la Iglesia y el mundo puedan recibir la riqueza divina y humana de la persona, mensaje y misión de nuestro Padre
Fundador, recemos por su canonización:
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Todos:
Padre Eterno: Por amor a Ti y a tu santa Iglesia, el padre José Kentenich procuró cumplir siempre tu voluntad y conducir a los
hombres hacia tu corazón. En la confianza que Tú lo escuchas en forma especial, te ruego me concedas lo que te pido por su
intercesión (aquí se menciona la petición personal)
Regálanos pronto la gracia de su canonización para que así pueda
colaborar aún más fecundamente en la obra de tu Hijo Jesús, para gloria tuya y de la Santísima Virgen María.
Así sea.
4. Ofrecimiento
(El guía motiva para que cada matrimonio, en forma libre y
espontánea, de acuerdo a lo trabajado en el taller, haga una petición, ofrezca algo o agradezca lo que más le tocó.)
5. Bendición
Guía: Para cada uno de nosotros, para nuestros hijos, familiares, amigos,
compañeros de trabajo, por quienes somos responsables, pidamos
la bendición de Dios por intercesión de María, nuestra Madre y por las manos sacerdotales de nuestro Padre y Fundador.
La bendición de Dios Todopoderoso, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
6. Canto: (Ver Anexo-Cantos)
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PRIMER ENCUENTRO
El Padre Kentenich,
fundador y padre de la
Obra de Schoenstatt. OBJETIVO
Descubrir su importancia como
Fundador y Padre de la Obra de Schoenstatt.
PROGRAMA
Oración Inicial
Explicación del Taller
Presentación de los participantes
Explicación del objetivo de este encuentro
Motivación
Tema
Reflexión personal y matrimonial
Intercambio
Tarea hasta el próximo encuentro
Oración Final
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PAUTA PARA EL GUIA
Oración Inicial (ver esquema pág. 5)
Explicación de lo que será el Taller: contenido, metodología, programa, recomendaciones y acuerdos previos.
Presentación de los participantes: se puede ocupar la
siguiente dinámica, dedicándole un espacio breve de tiempo. a) Cada participante saca una tarjeta con el nombre de otra
persona. (Tener las tarjetas previamente escritas y preparadas, para colgar o prender).
b) Comienza la presentación, el matrimonio que tenga el número
mayor de hijos y desde él se continuará hacia la derecha, respondiendo dos preguntas:
Mi nombre es……………
Mi esposa (o) me dice ………
Lo que nos caracteriza como matrimonio es …………
c) La persona que tiene la tarjeta con su nombre se acerca y se la
coloca. (así sucesivamente)
Objetivo: despertar el interés de conocer al Padre Kentenich,
descubriendo su importancia como Fundador y Padre de la Obra de Schoenstatt.
Motivación:
La motivación la hace el Guía del Taller, leyendo la siguiente cita
de Juan Pablo II:
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“La experiencia secular de la Iglesia nos enseña que la íntima adhesión espiritual a la persona del fundador y la fidelidad a su misión –una fidelidad
que está siempre de nuevo atenta a los signos de los tiempo- son fuente de vida abundante para la
propia fundación y para todo el Pueblo de Dios… Vosotros habéis sido llamados a ser partícipes de la gracia que recibió vuestro fundador y a ponerla
a disposición de toda la Iglesia.”
“Desde muchas naciones os habéis reunido para agradecer el don que Dios os hizo en la persona del P. Kentenich. Por medio del recuerdo vivo de su
persona y mensaje habéis querido renovar vuestro espíritu para así prolongar y transmitir su legado, para convertiros más profundamente en una familia espiritual que vive con la fuerza de su carisma fundacional y realiza así su
misión de servicio a la Iglesia y al mundo”. (Roma 20 de Septiembre de 1985)
Explicar el sentido de esta cita y, a continuación, motivar un intercambio con dos preguntas:
- ¿Qué nos motivó a participar en este taller?
- ¿Qué ha significado para nosotros hasta ahora el Padre
Kentenich?
Tema: Se da a través de la dinámica grupal 3 x 3, o alguna
otra que el guía estime conveniente.
Se dividen los participantes en 3 grupos, se les reparte el material correspondiente y se les da 20 minutos para realizar el
trabajo que se les pide. Lo presenta en una cartulina (Ver
anexo 1).
Reflexión personal y/o matrimonial
Motivar la reflexión personal, destacando que su objetivo es dar pasos en la vinculación personal con nuestro Padre y Fundador, y
por eso, es importante el silencio. Sugerir que cada uno busque
un lugar que le parezca apropiado para ello. Por ej.: lugar de encuentro con el Padre, Capilla, Santuario, aire libre, etc.
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Se dejan 20 minutos para leer detenidamente el texto propuesto: “Conoces aquel hombre”. (Ver anexo 2) Subrayar lo
que le llama la atención o le toca y contestar las siguientes preguntas. (Ver anexo 3)
Intercambio
Se motiva un intercambio libre sobre lo que cada uno quiera compartir de lo que más le tocó o llamó la atención.
Tarea hasta el próximo encuentro
a) Propósito personal o como matrimonio: saludar al
Padre y Fundador diariamente, pidiéndole su bendición o confiándole una intención. Se puede motivar este
propósito con las siguientes palabras del Padre Fundador:
“Cada mañana y cada noche
déjese bendecir por mi. Quisiera que con un corazón creyente
entendiera que cada mañana y cada noche le daré mi bendición
a quienes me confían sus preocupaciones. Así lo he
convenido con la Santísima
Virgen”.
b) Estudio del material propuesto en el anexo 4.
Si no puede leer todos los textos propuestos, elegir al menos uno y destacar lo más relevante para comentarlo al
inicio del siguiente encuentro.
Oración Final (ver esquema pág. 7)
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ANEXO 1
DINÁMICA GRUPAL: 3 x 3
Se dividen los participantes en 3 grupos. Tienen 20 minutos para realizar el trabajo, que escribirán sobre una cartulina:
Primer grupo:
Fundadores en la Iglesia
Sería demasiado largo pasar revista a todas las personalidades -clave que
jalonan la peregrinación del Pueblo de Dios. Por eso nos referiremos más bien a los fundadores. Cada fundador significó nueva vida que corría por las venas de
la Iglesia.
Recordemos, por ejemplo, a san Pacomio y san Basilio, fundadores y padres de
los eremitas en los primeros siglos; a san Agustín, el gran padre de la Iglesia e impulsor de la vida monacal; al Patriarca de los monjes de Occidente, san
Benito; al Poverello de Asís, que conmovió su época con su vida tan cercana a la del Señor y que fue padre de numerosas comunidades; a santo Domingo de
Guzmán, fundador de la Orden de los Predicadores y defensor de la fe; a san Ignacio de Loyola, quien dejó una huella imperecedera en sus hijos y marcó con
su sello la vida de la Iglesia; a santa Teresa de Ávila y las carmelitas; a Carlos de Foucault y las Hermanitas y Hermanos de los pobres, y en nuestro tiempo a
Santiago Alberione y la familia Paulina, San José María Escribá y el Opus Dei y
tantos otros.
a. Nombrar y escribir en un minuto Fundadores de la Iglesia que conocen.
____________________________________________________________
____________________________________________________________
____________________________________________________________
Nos preguntamos, con el fin de dar un paso más hacia la meta de este trabajo,
qué es lo común a todos los fundadores, para luego aplicarlo a nuestro propio fundador y poder realzar a la vez algunos aspectos peculiares.
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El fundador es un carismático
Los fundadores han sido considerados como el prototipo del hombre carismático. Al hablar de carisma en este contexto, hacemos referencia a la distinción entre
un orden jerárquico y un orden carismático. La jerarquía es la estructura rectora de la Iglesia, establecida por el Señor: el Papado, los obispos y,
dependiendo de estos, los sacerdotes y diáconos.
Esta jerarquía es el cauce normal, por así decirlo, que usa el Señor para
comunicar la vida, para enseñar y regir al pueblo de Dios. Ellos tienen el
carisma correspondiente a su oficio, esto es, de pastores, doctores y sacerdotes. Ahora bien, Dios confiere a veces carismas extraordinarios a ciertos hombres,
cuando quiere promover dentro de la Iglesia, ya sea un movimiento de reforma, de profundización de la vida cristiana o cuando confía a una persona una tarea o
misión peculiar.
Este hombre, depositario de una gracia, y de una misión especial reúne, gesta
en torno suyo una nueva comunidad. La fuerza de esa personalidad encendida por Dios, el instinto de prolongarse y de crear algo nuevo que palpita en su
interior, Dios que guía a otros hombres y los hace confluir misteriosamente hacia un mismo camino, todo esto obra para que el carismático pase a ser
fundador en el sentido pleno y propio de la palabra. Los miembros de esta nueva comunidad participan del carisma del Fundador, de su vida y de su tarea.
b. ¿Por qué un Fundador es un carismático?:
(Dar razones)
a) ______________________________________________________
b) ______________________________________________________
c)______________________________________________________
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El fundador es instrumento de Dios
El fundador es antes que todo un instrumento predilecto de Dios a quien éste le
ha conferido un carisma para el bien de su Iglesia. Como instrumento, el fundador encarna, representa y actualiza de forma original la imagen de Dios y
del Señor para los suyos. Existe una verdadera mediación que, lejos de menguar la única mediación de Cristo, de obscurecer la paternidad divina,
constituye por el contrario una exaltación y es signo de la fuerza de aquellas. La
posición de Cristo como cabeza del Cuerpo Místico y la paternidad de Dios Padre, encuentran en él una verificación y proyección en el tiempo, que hace asequible
vivencialmente estas realidades a una determinada comunidad. "El fundador representa para el religioso una imagen divina, un modelo que con su vida y
doctrina, reproduce a Cristo de una forma adaptado a sus hijos. Hay en el término "forma", un sentido de perfección ideal que se ha hecho concreto y
viviente por un hombre y que está, por lo demás, enriquecido por la alusión al carácter de enviado de Dios. Siendo querida por Dios, esta "forma" no puede
ser menospreciada bajo el pretexto de ir directamente a Cristo.
En este sentido por ej. los jesuitas consideran a su fundador, San Ignacio de
Loyola, como "el jefe de este cuerpo místico del cual todos nosotros somos miembros".
Para comprender la posición del fundador, ha de recurrirse a esta perspectiva sobrenatural y orgánica. Una mentalidad mecanicista o esencialista que separe
la causalidad divina del instrumento humano, no comprenderá nunca
suficientemente que a un hombre se le dé tal posición.
c. ¿Por qué un Fundador es instrumento de Dios?
(Dar razones)
a) ______________________________________________________
b) ______________________________________________________
c) ______________________________________________________
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Segundo grupo:
El Fundador, Padre de los suyos
El fundador es Padre de la comunidad que ha creado en torno suyo, porque él la ha generado
instrumentalmente, en estrecha dependencia del Señor, le ha dado existencia y sentido. Su obra
es una verdadera prolongación de su yo. No
debe extrañarse que se llame "Padre" a los fundadores. Todo ser que es principio activo de
vida, que engendra vida, sea en el orden natural o sobrenatural, se puede llamar,
analógicamente, "Padre".
San Pablo ejemplo de paternidad Ya san Pablo se definía como auténtico Padre:
"Aunque ustedes tengan diez mil maestros que les enseñen de Cristo, no tienen muchos Padres,
pues quien los engendró en Cristo por el Evangelio fui yo", dice a los Corintios (1 Cor 4,
15). En el orden espiritual hay una verdadera
paternidad que puede ser mucho más profunda y
cargada de realidad que la paternidad natural. Los sentimientos que puede albergar esta relación llegan a ser de una riqueza extraordinaria. "Como un
Padre a sus hijos, así a cada uno os exhortábamos y alentábamos", escribe a los Tesalonicenses (1Tes 2, 11-12). Entre el apóstol y los suyos se crea un estrecho
vínculo de amor: "os llevo en el corazón y en mis prisiones, en mi defensa y en la confirmación del Evangelio sois todos vosotros participantes de mi gracia.
Testigo me es Dios de cuanto os amo a todos en el corazón de Cristo Jesús" (Fil 1, 7-8). "Grande fue mi gozo en el Señor desde que vi que habéis reavivado
vuestro afecto por mi" (Fil 4, 10) Su amor paternal adquiere una intensidad peculiar, casi maternal: "Hijitos míos,
por quienes sufro de nuevo dolores de parto hasta ver a Cristo formado en vosotros", dice a los Gálatas (4, 19). Llegó a hacerse "como una madre, que
cuida con cariño a sus hijos...". "Les tenemos a ustedes tanto cariño -les dice- que hubiéramos querido darles no sólo el mensaje de Dios, sino hasta nuestras
propias vidas, tanto hemos llegado a quererles" (1 Tess. 2, 7-8)
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a. ¿Por qué un Fundador es Padre?
(Dar razones)
a) ______________________________________________________
b) ______________________________________________________
c) ______________________________________________________
Seguimiento al Fundador
Para su obra, el fundador es más que un ejemplo, o un caso preclaro de ciertas virtudes que se desea imitar. Es mucho más que eso. La vida del fundador, su
historia, su experiencia, su mensaje, sus ideas motrices y fuerzas propulsoras, son criterio, normas y brújula de la propia vocación. Se podría decir que Dios
pensó la vocación personal de los miembros de la comunidad incluyéndola en la vocación del fundador; pensó al fundador y su obra como un todo. La vocación
individual se clarifica y especifica en el fundador. No se trata, evidentemente, de una repetición o copia mecánica; la cuestión crucial para el miembro de la
comunidad será: ¿He sido fiel al espíritu del fundador?, lo que equivale a preguntarse: ¿He sido fiel a lo que Dios quiere de mi propia vida como
prolongación y proyección de la vida y misión del fundador? En la vida del
fundador se revelan las intenciones de Dios para la comunidad. Su biografía es, por lo tanto, más que un ejemplo edificante, es un medio privilegiado para
comprender la propia vocación personal.
La paternidad del fundador no se reduce a un determinado tiempo: es para
todos los tiempos. Es decir, trasciende su muerte. El sigue inmanente en su obra, por su vida, su presencia espiritual, su doctrina, que es norma concreta
para los suyos. Desde el cielo acompaña su obra con su intercesión, protección y cuidado paternal.
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b. ¿Por qué es necesario el seguimiento al Fundador?
(Dar razones)
a) ______________________________________________________
b) ______________________________________________________
c) ______________________________________________________
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Tercer grupo:
Unidad Fundador – Comunidad
Hasta aquí hemos hecho referencia preferentemente a la relación vertical, es
decir, al fundador como un carismático,
instrumento predilecto de Dios y representante suyo, portador de una
nueva iniciativa divina. Consideremos ahora la relación horizontal Fundador -
Comunidad.
El proceso de fundación es una verdadera
generación espiritual. En este proceso se crea una estrecha comunidad de vida y
de destino entre el fundador y los suyos. Ambos se unen por un profundo vínculo de afecto, de vida e ideales, de paternidad y seguimiento filial. La
comunidad está consciente de lo que debe a su fundador: "Sabemos que sin el Hermano Carlos de Foucault - afirma el P. Voillaume - no existiríamos y que todo
el movimiento que anima, une y sostiene a las Fraternidades, dándole cohesión y fuerza, todo este movimiento nos viene de su vida, de sus escritos y de su
oración".
Un amor filial que es afecto sobrenatural y humano, entrega y docilidad, crea una fuerte vinculación hacia el fundador. Este, por su parte, siente su
comunidad como parte de su yo, a la cual ama más que a sí mismo, a la cual le ha dado todo lo que es y tiene. Se produce entonces una profunda comunidad
de vida y destinos entre ambos: El Padre ama y necesita a los hijos; los hijos aman y necesitan del Padre.
Para continuar con el ejemplo anterior e ilustrar este hecho, citemos un trozo de una meditación a los Petit Frères, del P. Voillaume en ocasión del aniversario de
la muerte del hermano Carlos de Jesús. "¡Sólo Dios sabe cuánto os ha costado cada una de nuestras almas, cada una de nuestras vocaciones, a ti que eres
nuestro Padre...! No dudamos hasta qué punto somos tus hijos. Pues sin ti, no estaríamos aquí; tú estás sin duda, en el origen de la amistad que nos
testimonia Jesús... Ellos (los Petit Frères), son el fruto de tu plegaria, de tus ayunos, de tus vigilias ante el Santísimo, de tu vida ofrecida enteramente para
los hermanos que vendrían después de ti, de tu sangre vertida en el inmenso y
definitivo deseo de ser finalmente todo entero de Jesús".
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a. Unidad Fundador - Comunidad
(Dar razones)
a) ______________________________________________________
b) ______________________________________________________
c) ______________________________________________________
La Iglesia y el Fundador
Destaquemos, por último, la importancia que adquiere la personalidad del
fundador en la perspectiva eclesial.
El fundador es un instrumento, libremente
elegido por Dios, que ha aceptado su llamado, por el cual el Espíritu Santo
irrumpe en el mundo con una nueva fuerza en un acontecimiento de singular
importancia histórica y eclesiológica. Por él la comunidad o movimiento que suscita
infunde un nuevo espíritu en la Iglesia, la
reforma y renueva, da una respuesta adecuada a las necesidades de una época.
Los grandes fundadores han vivido precisamente en medio de las grandes
transformaciones, en la coyuntura de los grandes cambios de tiempos. Lo que en un
determinado momento histórico obraba como movimiento de renovación y reforma,
quedará luego, para enriquecimiento de la misma Iglesia, en su valor metacrónico,
como testimonio y fuerza que siempre
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conserva y reactualiza aspectos esenciales del Evangelio. Así las diversas
comunidades o espiritualidades dentro del Pueblo de Dios no son signo de separación o multiplicidad infecunda, sino que muestran la riqueza del
Evangelio, de la persona del Señor, de la "imaginación" de Dios. Mientras más rico un organismo, mayor diversidad. Cada carisma tiene cabida dentro de la
Iglesia, cada comunidad o carisma debe contribuir a la edificación del Cuerpo de
Cristo.
"Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo; diversidad de ministerios,
pero el Señor es el mismo; diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que obra todo en todos. A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común... Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu,
distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad. Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del
cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo. Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo... En efecto, el cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de
muchos. Si dijera el pie: "Puesto que no soy mano, yo no soy del cuerpo", ¿dejaría de ser parte del cuerpo por eso? Y si el oído dijera: "Puesto que no soy ojo, no soy
del cuerpo", ¿dejaría de ser parte del cuerpo por eso? Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿dónde quedaría el oído? Y si fuera todo oído, ¿dónde el olfato? Ahora bien, Dios puso cada uno de los miembros en el cuerpo según su voluntad. Si todo fuera un
solo miembro, ¿dónde quedaría el cuerpo? Ahora bien, muchos son los miembros, más uno el cuerpo. Y no puede el ojo decir a la mano: "¡No te necesito!". Ni la
cabeza a los pies: "¡No os necesito!" (1 Cor 12, 4-21).
Es esta visión orgánica de la Iglesia la que ha de tenerse en vista para
comprender a los fundadores y sus fundaciones.
El Espíritu Santo, afirma el P. Liegé, "es un espíritu de improvisación y de
adaptación, y en los momentos importantes de la vida de la Iglesia no deja de suscitar nuevos tipos de servicios, hasta entonces tomados por locos, porque
son inéditos y antes no había modelos de ello". "Generalmente, cuando surgen carismáticos, al principio causan sorpresa; pero algún tiempo después todo el
mundo reconoce que en efecto era necesario pensar en el mensaje que traen, que nadie había pensado y que a nadie había preocupado, y reconocen que la
respuesta viva que se ha dado correspondía realmente a una necesidad, a un llamado".
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b. La Iglesia y el Fundador
(Dar razones)
a) ______________________________________________________
b) ______________________________________________________
c) ______________________________________________________
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ANEXO 2
"CONOCES AQUEL HOMBRE"
¿Conoces tú aquel hombre de tanta delicadeza interior, que une en sí con armonía
los rasgos de padre y de madre;
que vive la entrega, la servicialidad y la preocupación
fiel de una madre, junto con la firmeza varonil, la fuerza
creadora de un padre; aquel que guía con seguridad en el camino,
que infunde paz, tranquilidad y seguridad?
¿Conoces tú al niño más puro,
de mirada transparente, penetrado de Dios;
aquel niño que es intangible como el rocío de la mañana,
el hijo predilecto de nuestra querida Madre?
El que sigue ciegamente
el querer del Dios vivo con la actitud propia de un niño sencillo;
él que cree y confía sin complicarse interiormente, que ama a su Dios
en pena y dolor, en noche y luz...?
¿Conoces tú aquel hermano de todos,
tan noble y generoso, que lleva a todos los suyos
en lo más profundo de su Santuario interior;
aquel hermano que sin esfuerzo conquista el amor y la confianza, porque su amor
no conoce mezquindad ni egoísmo; aquel hermano que se da a cada uno,
que a cada uno le es leal y fiel hasta lo último;
aquel hermano que no se deja llevar por ambiciones humanas, sino que ama
sólo con el amor de Dios?
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¿Conoces tú aquel amigo que no conoce doblez, que con su desinterés crea vínculos irrompibles,
aquel amigo que se olvida de sí mismo para servir a los suyos;
aquel amigo que el (lo) secreto que se le confía lo guarda en la intimidad del propio corazón
y sólo lo habla en su oración con Dios;
aquel amigo que en cualquier momento está dispuesto a regalar su tiempo,
y toda su fuerza?
¿Conoces tú aquel educador con la sabiduría de Dios,
que al aconsejar comunica la luz del Señor; que educa con paciencia y profundo respeto
el alma de cada uno de sus discípulos; aquel que con delicada intuición
sabe adaptarse y apreciar la originalidad de los suyos, despertando todo lo noble
que aún duerme en sus corazones?
¿Conoces tú al médico que ve intuitivamente
cualquier herida que lleven sus hijos; aquel que al sanar el alma,
sana también el cuerpo;
aquel que con su fortaleza despierta un silencioso y fuerte
dominio de sí mismo en la alegre fidelidad en lo pequeño,
la sencilla aceptación de la propia limitación, y en el más confiado abandono en el Padre Dios?
¿Conoces tú aquel jardinero siempre ágil
que con mano experta forja un jardín de cielo,
donde sólo había tierra, piedras y malezas;
aquel que cultiva la vida joven en los corazones,
dándole luz, agua y sol,
fortaleciéndola para soportar las tempestades
y la noche oscura?
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Conoces tú al gran forjador de los nuevos tiempos,
ese hombre plenamente libre; aquel que no es dominado por respetos humanos
porque sólo Dios es el centro de su vida; aquel que con su bondad y su idealismo
eleva impetuosamente hacia el cielo
los anhelos de los hombres; aquel cuya presencia entre los hombres
hace de la tierra una Colonia del Cielo?
¡Ese hombre de Dios me es conocido!
Se le llama sencillamente "Padre".
Es el Amor Eterno quien nos lo ha regalado como el Padre de nuestra Familia.
Es para todos un transparente de Dios.... Nuestro Padre es quien dirige a sus hijos
incansablemente hacia el Eterno Padre Dios; es él quien cuida que todo lo noble y lo bueno
que hay en sus hijos se desarrolle y dé abundantes frutos
para el Reino de Dios.
A través de los tiempos nuestro Padre triunfa, vence en la lucha contra el demonio,
porque es instrumento en manos de María Inmaculada.
El mensaje del Padre une la tierra con el cielo, la Alianza de Amor a la que El nos condujo
es el vínculo eterno que une a toda la creación en el corazón de Dios.
¡Guárdanos su herencia - Cor Unum in Patre!
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
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ANEXO 3
Para una mejor concentración se aconseja escribir las respuestas en el cuaderno
personal.
1.- ¿Qué estrofa me tocó más interiormente? ________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
2.- ¿Qué conocí hoy del Padre y Fundador que me hace sentirlo más cercano? ________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
3.- ¿Quisiera conocerlo y vincularme más a él?
________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
4.- ¿Qué me propongo?
________________________________________________________________
________________________________________________________________
________________________________________________________________
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
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ANEXO 4 I
El Padre Kentenich Fundador de Schoenstatt Padre Rafael Fernández
Para quien toma contacto por primera vez con Schoenstatt y observa la
posición que se le reconoce en ella al Fundador y la relación que tiene con los miembros de la Familia, y la de éstos con él, no puede dejar de traslucir
extrañeza, o bien, si es el caso, admiración.
Para comprender correctamente el hecho del Fundador en la Obra de Schoenstatt, es necesario, primeramente, adentrarse en la pedagogía que Dios
aplica en la historia de la redención y en la vida de la Iglesia. En las páginas precedentes tratamos de abrir una vía de acceso en este sentido.
Pasados ya más de cincuenta años desde la fundación de Schoenstatt y otros
tantos de las diversas comunidades que han surgido en su desarrollo, no cabe duda que el P. Kentenich puede contarse, y va a ser contado, entre los
grandes fundadores que han existido dentro de la Iglesia. Los
schoenstattianos están conscientes y a la vez agradecidos a Dios por este hecho. En Schoenstatt podemos encontrar un caso preclaro del proceso que
entraña una nueva fundación. Las leyes que vimos en general, encuentran aquí una realización peculiar. Al decir esto no pretendemos declarar santo en
vida a una persona –aunque personalmente sintamos al Fundador como alguien que está extraordinariamente cerca del Señor- sino sólo reconocer la
obra de Dios y su actuación concreta y, para los miembros de la Familia Schoenstattiana, responsabilizarse además por ella.
Decíamos que, a nuestro juicio, en pocas partes se encuentra tan clásica y
conscientemente destacada la realidad del fundador como en Schoenstatt. No es el objeto de estas líneas, analizar en detalle este proceso vivo, recorriendo
tramo a tramo el itinerario de la fundación. Más bien nos limitaremos a mostrar algunas líneas generales y a destacar algunos aspectos que nos
parecen de especial importancia.
Analizaremos la posición del Padre de la Familia desde un triple punto de vista,
a partir: 1) del origen de Schoenstatt; 2) de su historia o crecimiento, y
3) de su estructura y misión.
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Santuario Original en Schoenstatt
POR EL ORIGEN DE SCHOENSTATT. Schoenstatt no es en primer lugar ni una organización, ni una determinada ideología, ni un sistema ascético-
pedagógico. Es un acontecimiento vital, es vida, es algo que sucede entre personas en una relación de mutuo compromiso y entrega.
¿Qué queremos decir con esto? Que Schoenstatt nació en el momento en que
se sella una alianza, en una fecha determinada, en un lugar determinado, por
personas determinadas. El lugar de esa alianza era una pequeña capillita en Schoenstatt, un valle contiguo a Vallendar; las personas, el Padre Espiritual,
con un pequeño grupo de estudiantes y la Santísima Virgen.
En ese 18 de octubre propone el Padre Kentenich, en una plática a los jóvenes, “su plan”:
“Aceleración de nuestra propia santificación y, de esta manera, transformación de nuestra Capillita en
un lugar de peregrinación”, y les dice: “Sin duda alguna no podríamos realizar una obra apostólica
más grande, ni dejar a nuestros sucesores una herencia más preciosa, que inducir a nuestra
Señora y Soberana a que erija aquí, de manera especial su trono, reparta sus tesoros y obre
milagros de gracia” (Acata de Fundación).
El Padre se atreve a hacer esta proposición porque
ha llegado al convencimiento de que ése es un plan de Dios, que él ha tratado de ir descubriendo a través de los acontecimientos, guiado por la fe práctica
en la Divina Providencia. Pensó que la Stma. Virgen quería establecerse espiritualmente en ese lugar para iniciar, desde allí, en alianza con ellos, un
movimiento de renovación religioso moral. La condición que ella ponía era que se tomara en serio la santificación, una vida cristiana magnánima, y que se le
ofreciera todo el esfuerzo y la buena voluntad, los sacrificios y las oraciones,
en la forma de “Contribuciones al Capital de Gracias”.
La historia se encargó de demostrar que el P. Kentenich no se había equivocado en la interpretación de la voluntad de Dios. Esa alianza fue el
germen de la Familia de donde brotó su vitalidad, su espiritualidad, su fuerza de expansión y su organización. La historia de Schoenstatt será el despliegue
sucesivo de esa alianza a la luz de la Divina Providencia.
La alianza tiene, entonces, como contrayente principal a María y, en ella, al Dios trino. María fue siempre vista en unión y dependencia de Dios y de su
plan, como un camino y un lazo que nos ata al Señor. Como contrayente principal de parte del hombre, al Padre Kentenich, quien invitaba e integraba a
los jóvenes en la alianza que él mismo contraía.
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
30
Este hecho determina que para todo schoenstattiano la relación con el
Fundador no es accidental, sino esencial. Incorporarse a Schoenstatt significa incorporarse a la alianza de amor, es reactualizar la alianza inicial. Sellamos
una alianza con María, la Madre y Reina tres veces admirable de Schoenstatt y con el Fundador. Hacemos nuestra la alianza del Fundador.
Es interesante considerar en esta perspectiva el proceso de fundación de la misma Iglesia. La Iglesia no se define primariamente como organización
jurídica. Es una familia, el Pueblo de Dios, y su núcleo lo constituye un acontecimiento histórico, la vida, muerte y resurrección del Señor, la Nueva
Alianza sellada en su sangre. Llegamos a ser cristianos al incorporarnos por el bautismo en la muerte y resurrección de Cristo, haciéndonos, de este modo,
partícipes de la Nueva Alianza y miembros del Cuerpo de Cristo. Una comprensión profunda de la Iglesia debería, entonces, ayudar a captar el ser
de Schoenstatt, y, viceversa, comprender a Schoenstatt es abrir un camino a una penetración más honda del misterio de la Iglesia, pues Schoenstatt es una
célula viva dentro del organismo del Pueblo de Dios y participa de sus mismas leyes.
POR EL DESARROLLO DE SCHOENSTATT. No es únicamente el origen de
Schoenstatt lo que vierte luz sobre la posición del Fundador, sino también su desarrollo histórico.
El Fundador poseía desde su niñez, como una idea casi congénita en su mente,
el ideal del Hombre Nuevo. Esta idea fue haciéndose paulatinamente más y más clara a medida que se iba realizando. El Padre Kentenich la formuló luego
como el ideal de Schoenstatt: el Hombre Nuevo en la Nueva Comunidad, ambos impulsados por la fuerza fundamental del amor. Como criterio para su
realización se dejó orientar por una doble fuente de conocimiento: el orden de ser –manifestado en la naturaleza de las cosas y en la revelación divina- y,
segundo, la voz de Dios manifestada en las circunstancias y en los signos del tiempo.
Dejarse guiar por el Dios vivo, por la fe práctica en la Divina Providencia (que
en último término se reduce al primer principio: guiarse por el orden de ser:
Dios actúa por causas segundas), es, en el P. Kentenich, como una segunda naturaleza. No se trata de un conocimiento abstracto, sino de una actitud de
entrega filial, pronta, audaz y decidida, al deseo de Dios. El Padre Kentenich se refiere a ella como la fuerza propulsora que impulsa la Familia.
El Padre poseía, entonces, la orientación básica, la idea dominante, pero fue la
fe práctica la que indicó el camino concreto y el cauce a través del cual iba a
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
31
Regreso del Padre de Dachau, 1945
tomar forma ese ideal, en la medida que el fundador, como cabeza de la Familia, interpretaba el plan de Dios para Schoenstatt, guiaba y mostraba la
senda.
Es él quien ha dado también los pasos más decisivos. Pensemos, por ejemplo,
en el 18 de octubre de 1914; en el 20
de enero de 1942, cuando decidió ir voluntariamente al campo de
concentración de Dachau y en el 31 de mayo de 1949, con su consecuencia de
14 años de cruz, no sólo para él, sino también para la Familia entera.
No imaginemos que el Padre Kentenich interpretaba como un oráculo el
designio de Dios; se trata de una comunidad viva de alianza con los miembros
de la Familia, en la cual el Padre buscaba ese plan y se aventuraba con los suyos en su realización.
La voluntad de seguimiento al Padre y el esfuerzo por ponerse a la altura de lo
que él exigía con su actitud y sus pasos, situaron a la Familia en una gran dependencia filial de su persona. En este sentido, persona y autoridad se
integran orgánicamente. No existe un “culto” a su persona, como alguien superficialmente podría pensar. Sí, una actitud creyente que se orienta en la
práctica según el modo de obrar de Dios. Para Schoenstatt él es un instrumento predilecto del Dios vivo, por eso se le respeta filialmente y se le
está adherido con profundo afecto.
Hay una coincidencia entre la historia del Fundador y la historia de Schoenstatt: la historia del Fundador, es la historia de su obra, y la historia
de la Familia es la historia de su Fundador. Se podría hablar casi de una
identidad entre el Padre Kentenich y los miembros de la Familia: tan íntima es la confluencia de destinos, de vida y de misión entre ambos.
POR LA ESTRUCTURA Y LA MISIÓN DE SCHOENSTATT. Más arriba anotábamos como era enteramente natural que una comunidad sintiera a su
fundador como un Padre, como su Padre. Esto lo experimentamos en Schoenstatt con peculiar intensidad. Es un hecho que Dios ha regalado al
Padre Fundador no sólo un ser, sino también una actitud profundamente paternal. Pero esto no es obra de la casualidad. Tras ello se esconden dos
hechos fundamentales: la estructura misma de la Familia es marcadamente
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
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patrocéntrica y, segundo, su misión para el tiempo actual comprende esencialmente proclamar y vivir una nueva imagen de la paternidad.
La ley interior de la dinámica de Schoenstatt tiene como meta el Padre Dios.
Su espiritualidad consiste en un ir, en familia, con María, por Cristo, en la fuerza del Espíritu Santo, hacia el Padre. El Padre es la fuente primaria “de
donde proviene toda familia” (Ef. 3,14) y, a la vez, la meta última.
Schoenstatt se ha definido como un Movimiento
mariano y es precisamente a causa de su marianismo que ha llegado a ser un Movimiento
preclaramente patrocéntrico. El marianismo tiende con necesidad intrínseca a la Trinidad, al Hijo, al
Espíritu Santo y al Padre. Quien entra en el radio de acción de María es llevado a Cristo y al Padre.
“Por María a Jesús” fue una divisa que Schoenstatt hizo suya desde el inicio. En María encontramos
vitalmente a Cristo y hacemos nuestro el ritmo de la vida del Señor: “Vengo del Padre y voy al
Padre”, Cristo y María nos conducen al Padre y nos dan al Espíritu santo quien infunde en nuestros
corazones el Espíritu de adopción filial.
La alianza de amor que sellamos en Schoenstatt, converge, por lo tanto, hacia
el Padre Dios. De ahí que la Familia posea ese carácter patrocéntrico que la distingue. Correlativamente esto significa que somos un Movimiento
marcadamente filial, que quiere vivir y cultivar de modo ejemplar la filialidad de Cristo ante el Padre Dios.
Ahora bien, este patrocentrismo en el orden sobrenatural ha impulsado a un
patrocentrismo en el orden humano: a destacar la figura del Fundador como una imagen y representante del Padre Dios.
Existe, por lo tanto, un organismo que contempla un primer punto de enlace:
María, quien nos conduce orgánicamente por Cristo al Padre, teniendo este proceso como consecuencia un mayor relieve de la paternidad del Fundador.
El segundo punto de enlace es la vinculación a la misma persona del Fundador. El, a semejanza del Señor –quien no sólo habló del Padre, sino era su imagen
viva y cercana: “Quien me ve a mí, ve al Padre” (Jn 14,9)- se ha convertido en un puente que ha abierto un amplio acceso hacia una profunda vivencia del
Padre celestial.
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
33
La Familia ha sentido en forma creciente la extraordinaria paternidad del Fundador, lo ha sentido y experimentado como representante y transparente
de la paternidad divina. De allí también la gran dependencia filial que le ha demostrado, dependencia que está orientada, en último término, a quien
representa.
De otra parte, afirmábamos, la misión propia de Schoenstatt para nuestra
época arroja nueva luz sobre la posición e importancia del Fundador. Basta observar un poco la realidad para convencerse que nuestro tiempo ha ido
perdiendo en forma alarmante la conciencia y el sentido de Dios. Dios está ausente en la mentalidad y el corazón de nuestra cultura. El hombre moderno
se ha desligado progresivamente de Dios. Primero lo convirtió en una idea, luego lo relegó fuera del acontecer del mundo y, por último, lo ha borrado de
su mente. “Dios ha muerto”, fue el grito de Nietzsche. En él proclamaba toda nuestra época la muerte de Dios.
De este modo el hombre del siglo veinte se ha puesto en una pendiente de
desintegración personal, comunitaria, moral y religiosa. La fe en Dios se hace cada día más escasa y difícil. Se podría decir que el hombre actual ha perdido
toda sensibilidad para captar la realidad trascendente.
Nos encontramos, por ello, ante la grave y
ardua tarea de volver a capacitar a este hombre sin fe, para que se abra a Dios,
para que lo perciba, no sólo intelectualmente, sino vitalmente, no en
una imagen desfigurada sino como El es.
El Padre Kentenich ha señalado con gran claridad e insistencia, que para lograr esta
meta, desde el punto de vista psicológico-pedagógico, es de capital importancia la
reforma de la imagen del Padre en el orden natural o infrahumano. Sin una
vivencia natural sana de la paternidad, será difícil llevar al hombre moderno, a
una auténtica vivencia del Padre Dios. En
cambio, procurándole esta vivencia, estará abierto el camino, preparada la
tierra, para el reencuentro con el Padre Dios.
Esta reforma de la imagen del padre se refiere a una reforma en el ser, la
actitud y el actuar de todo aquel que posea, por su posición o función,
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
34
autoridad y responsabilidad paternal; como es el caso, por ejemplo, del padre en la célula familiar y del sacerdote.
Hablamos de reforma o de una nueva imagen del padre, porque asistimos a
una múltiple deformación de la paternidad y de la autoridad paternal. Deformación que se evidencia en el paternalismo, el autoritarismo, en la
arbitrariedad, la falta de solidez e incapacidad de dar apoyo, y de guiar, en la
lejanía e incapacidad de contacto, en la despreocupación de aquellos que debían ser una verdadera imagen del Padre Dios. ¡Qué poco es y qué poco
significa el padre hoy en día dentro de la familia natural! Y el niño recibe en su consciente y subconsciente estas vivencias de una imagen deformada de
paternidad, que luego proyecta inconscientemente en la imagen de Dios.
Le falta Así la receptividad natural para comprender el contenido profundo de esa palabra del Señor: “Padre nuestro”. Se ha cerrado así uno de los caminos
o preámbulos más importantes en el orden psicológico-afectivo, que preparan y predisponen para la fe. Dios creó en armonía el orden natural y el
sobrenatural: Si el hombre destruye este orden natural, no lo hace sin perturbar grandemente la vivencia del orden sobrenatural.
Aquel que debía ser una imagen, un seguro y un camino para la fe y
comprensión del Padre Dios, se convierte en un sepulturero y en un obstáculo
de esa misma fe.
Con esta reflexión podemos volver a nuestro punto de partida. ¿No es un regalo extraordinario que Dios, dándonos esta misión, nos haya también dado
un caso preclaro de paternidad en nuestro Fundador? Incontable es el número de aquellos que han podido experimentar su paternidad sacerdotal, como un
amor lleno de sabiduría que posee la densidad y profundidad de lo plenamente humano y sobrenatural. En él la Familia tiene apoyo y seguridad, en él posee
la libertad, en él se siente protegida y respetada, en él siente la confianza y la verdad de aquella sentencia que resume la Buena Nueva: Dios es caridad.
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II
Forma de desarrollo
de esta vinculación al Fundador Padre Hernán Alessandri M
(Texto tomado de “Las grandes leyes según las cuales
Dios gobierna al mundo”.)
Según lo que hemos dicho, la vivencia de nuestro Fundador como padre está unida al carisma de la Familia. Por lo tanto es una gracia. Y si es una gracia
no se puede forzar a nadie a abrirse a ella; hay que recibirla como un don. Por consiguiente, no se puede obligar a nadie a que le tenga cariño al Padre.
El cariño es algo que nunca se puede obligar a sentir, mucho menos si es una gracia. Por eso, aquí nadie quiere forzar a otros a que le tengan cariño al
Padre y nadie debe sentirse obligado a ello. Por ser una gracia, este cariño es un don de la Santísima Virgen, que Ella dará cuando Ella quiera. Sólo que hay
que abrirse a él cuando Ella lo dé. Por eso es muy importante que nadie se sienta forzado a aparecer como admirando al Padre más de lo que realmente
siente, ni caer en aparentar cosas que no son. No. Aquí no se trata de hacer
teatro. Queremos conocer la persona del Padre con mucha tranquilidad. Queremos saber cómo fue él fuente de gracias para muchos. Queremos estar
conscientes de que el cariño a él es una gracia y que como tal debemos pedirla a la Santísima Virgen. Pero tomado el propósito de ir expresando nuestro
cariño y nuestra admiración al Padre en la medida en que auténticamente lo sintamos. Si no, si tratamos de forzar artificialmente estos sentimientos, nos
causarán coacción y nos harán mal.
¿Y en qué consiste la fuerza de esta gracia? ¿Qué tipo de gracia es la que está unida a la vinculación
al Padre? Es la gracia de la experiencia humana de la paternidad de Dios. Aquí volvemos a lo
mismo: si debe tratarse de una experiencia, entonces no puede ser algo impuesto a la fuerza.
Esta gracia debe ser totalmente experimentada.
Recibimos la gracia del Padre, sólo en la medida en que realmente lo experimentamos como padre.
Y para alcanzar algo así, no basta con hablar de él, con repetir lo que dicen otros; hay que hacer
personalmente la experiencia. Y esta experiencia se logra de a poco. No podemos inventarnos
experiencias de filialidad frente al Padre. Sólo el
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
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que ha sentido en su vida que el Padre lo ayuda, que su ejemplo lo ayuda, quien ha experimentado esto, ése recibió esta gracia y tiene motivos para
decir: quiero mucho al Padre y lo admiro, porque lo he sentido como importante en mi vida. Quien no ha experimentado esto, no tiene por qué
andar alabando al Padre, ni sentirse forzado a repetir lo que otros dicen. Aquí venimos con mucha tranquilidad a enfrentarnos con un gran hombre,
pero nadie nos quiere forzar a amarlo o admirarlo, porque esta gracia encierra
una experiencia que nadie nos puede dar desde afuera, sino que ha de hacerla cada uno. Cada uno tiene que encontrarse con el Padre, vivir su historia con
él y quererlo personalmente en la medida en que experimente su cariño.
Existen muchas personas que se transformaron por el contacto con el Padre, hasta alcanzar las más altas cumbres de la santidad, como José Engling o la
Hermana Emilie. La Hermana Emilie, por ejemplo, era una persona muy escrupulosa cuando llegó a Schoenstatt, sufría grandes miedos y, sin
embargo, llegó después a una filialidad plena frente a Dios, a una paz total en el alma, a una santidad como la de santa Teresita. El Padre dijo que ella era
“nuestra” santa Teresita. Ella llegó a poseer, más tarde, una confianza y una alegría en Dios extraordinaria, la que fue conquistada a través del Padre. Para
ella, el Padre fue su camino hacia el Padre Dios y a la santidad. El Padre la libró de una aguda crisis transmitiéndole su experiencia de confianza filial en
Dios.
Mario Hiriart, objeto también de nuestra veneración, murió destrozado por el
cáncer en Milwaukee. Todo su anhelo era llegar a conversar con el Padre. En la primera y última entrevista que tuvo con él en su lecho de enfermo, en
medio de sus dolores, le dijo: “la única gracia que voy a pedir a la Santísima Virgen antes de morir es que en el cielo tenga tiempo para contarle a usted
todo lo que no le pude decir aquí en la tierra”. Para un hombre de la categoría de Mario, decirle al Padre en el momento en que está muriendo de cáncer, que
ese era su anhelo para el cielo, es señal de que el Padre significó mucho para él, de que penetró muy hondo sen su vida, de que lo sintió como fuente de
salvación.
Así, detrás del cariño que la Familia le tiene al Padre hay una hermosa
historia de santidad, una hermosa
historia de salvación que merece un gran respeto. El Padre ha sido
fuente de salvación para la Familia.
Pero este cariño de la Familia a él fue creciendo lentamente. La
Familia descubrió al Padre en
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
37
décadas. El cariño que le tenemos hoy como Familia, no se le tenía en
1914, salvo personas individuales. Fuimos conociendo al Padre, en la medida que lo fuimos experimentando como fuente de gracias y como
enviado de Dios, y eso hizo crecer el cariño hacia él. La historia personal
de cada uno de nosotros tiene que seguir un proceso semejante, debe ser una historia en el tiempo.
Como esto es una gracia, pidámosla en el Santuario. Desde que el Padre
murió, crece en la Familia la convicción de que una gracia propia del Santuario es ésta del encuentro con él. Ya que el Padre recorrió la tierra,
levantando tronos a la Santísima Virgen por donde pasaba, Ella debe haberle dicho después de su muerte: ahora ha llegado la hora en que yo te
voy a glorificar como tú me glorificaste. Y en la Familia crece la convicción de que la Santísima Virgen tiene al Padre junto a su trono de gracias, y
que, en cada lugar, en cada Santuario donde el Padre se esforzó por dar a conocer las glorias de María, Ella quiere ahora glorificarlo a él. Por lo
mismo, cada santuario de Schoenstatt es un lugar de encuentro con él, y en cada Santuario se dan gracias de encuentro con él. Por eso, pidámosle
a la Santísima Virgen, con apertura de corazón, la gracia de saber abrirnos
a ese don de Dios, que ya ha traído salvación a tantos hombres, que va a ayudar a la Iglesia a cumplir su misión y que también está destinado a
traernos salvación a nosotros, por el hecho de haber sido llamados a Schoenstatt.
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SEGUNDO ENCUENTRO
Su historia
bendecida
OBJETIVO
Conocer y acercarse al Padre
Kentenich, a través de su historia
PROGRAMA
Oración Inicial
Introducción
Dinámica grupal
Explicación y motivación de este encuentro
Video o DVD – Reflexión
personal e intercambio
Tarea hasta el próximo
encuentro
Oración Final
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PAUTA PARA EL GUÍA
Oración inicial (ver esquema pág. 5)
Introducción:
Recoger la vida que se ha despertado, el propósito del encuentro
anterior.
Dinámica Grupal: (15 minutos)
- A cada persona se le entrega una hoja en blanco.
- Se hace un minuto de silencio y luego cada persona escribe la
idea que más le impresionó de los textos leídos.
- Luego se leen en voz alta.
(Queda a criterio del guía si cada persona fundamenta o explica lo que escribió. Es importante no sobrepasar los 15 minutos que se asignan para este intercambio).
Explicar el objetivo de este encuentro y motivar su contenido:
En este encuentro queremos comenzar a dar pasos en el conocimiento e identificación con el Padre Fundador.
Este es un proceso que se va dando lentamente; en la medida que se conoce al Padre Fundador, nos vamos apropiando de su
espíritu, de sus rasgos, de su misión.
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
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Por lo tanto es importante:
- Conocerlo a través de sus escritos. ¿Qué hemos leído de él?
- Escuchar a las personas que dan testimonio de él. ¿A quienes
conocemos que estuvieron con él?
- Leer un libro sobre su vida. ¿Qué biografía de él conozco y he
leído?
- Dialogar con él, contarle nuestras alegrías, nuestras esperanzas, etc. Pedirle concretamente su ayuda, su intercesión en nuestra
vida diaria. ¿Qué quisiera confiarle en este momento?
- Ofrecerle pequeños regalos que alegren su corazón de Padre.
¿Qué le podría ofrecer o regalar?
Concluir esta motivación con la lectura de las siguientes citas del
Padre:
"Dios ha querido que yo fuera Padre para ustedes y que ustedes fueran mis hijos".
"La Santísima Virgen nos ha regalado el uno al otro. Queremos
permanecer recíprocamente fieles: el uno en el otro, con el otro,
para el otro, en el corazón de Dios... Vamos el uno con el otro y esto por toda la eternidad. Estamos el uno junto para
encendernos mutuamente. Nos pertenecemos el uno al otro ahora y en la eternidad; también en la eternidad estaremos el uno en el
otro”.
“¡Este es el eterno habitar del uno en el otro propio del amor: y entonces, permaneciendo el uno en el otro y con el otro,
contemplaremos a nuestra querida Madre y a la Santísima Trinidad!” (31 de Mayo de 1949)
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
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A continuación vamos a ver un video que nos da una mirada general
a la historia del Padre Fundador. (Se pueden elegir algunos de los videos disponibles en la Casa de la Rama Santiago-
Cordillera, 2040681 ; adquirirlos directamente en la Editorial Patris; o en la página
web: http://www.schoenstattmedia.cl/obra.html, como por ejemplo: La Mirada
de María, Relato histórico, etc.)
El video nos muestra la historia de Schoenstatt, que es la vida del
Padre Fundador. Dios quiso responder a toda la problemática del hombre moderno a través de él.
Queremos ver este video con una actitud abierta y de reflexión. Para
ayudarnos a esto, les sugerimos que, al término de éste, contesten las
preguntas del Anexo 1. (Entregar las preguntas indicadas)
Reflexión personal (15 minutos)
Ver anexo 1
Intercambio Grupal
El guía motiva para que cada uno comparta algo de lo que reflexionó (20 minutos)
Tarea hasta el próximo encuentro
Estudiar “Reseña biográfica de la vida del Padre Kentenich” (Anexo 2)
Terminar el estudio, respondiendo las preguntas que se adjuntan al texto.
Leer palabras del Padre Kentenich sobre su relación con la
Familia de Schoenstatt, Plática en sus bodas sacerdotales. (Anexo 3)
Oración Final (ver esquema pág. 7)
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ANEXO 1
Preguntas de reflexión personal para analizar el
video:
“El Padre Kentenich”.
1. ¿Qué rasgos de mi propia historia o realidad descubro
en la persona del Padre Kentenich y en su vida? ¿En qué me identifico con él?
____________________________________________________________
____________________________________________________________
____________________________________________________________
____________________________________________________________
____________________________________________________________
2. ¿Cuál fue el gran regalo que Dios le hizo al Padre para sanar sus
heridas y que él me ofrece a mi? ¿He experimentado yo ese regalo?
¿Cómo?
____________________________________________________________
____________________________________________________________
____________________________________________________________
____________________________________________________________
3. ¿Qué regalos nos quiere hacer Dios a través del Padre Kentenich?
____________________________________________________________
____________________________________________________________
____________________________________________________________
____________________________________________________________
____________________________________________________________
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ANEXO 2
Reseña biográfica de la vida
Del Padre José Kentenich
El Padre Kentenich nació el 18 de noviembre
de 1885 en el pueblo de Gyminich en Renania, situado relativamente cerca de Schoenstatt. De su
infancia conocemos muy poco. A los nueve años de edad sabemos que hizo una consagración personal a
la Stma. Virgen, que será determinante para toda su
vida. “Lo que soy –decía- se lo debo a la Stma. Virgen”. Ingresa al Seminario Menor de los Padres
pallottinos. En su alma llevaba en germen un mundo nuevo que le era difícil comunicar a los
demás: el ideal del hombre nuevo. Esto tal vez hizo que su infancia y juventud estuviesen marcadas
por una gran soledad.
Fue ordenado sacerdote el 8 de julio de 1910, y no se le envió a las misiones como a la mayoría de sus compañeros –los pallottinos en
Alemania tenían como apostolado las misiones en Africa- porque había estado enfermo y sufrido una operación a consecuencia de la cual quedó
sólo con un pulmón. El mismo año fue nombrado profesor de latín y alemán en el Seminario Menor de Ehrenbreitstein. Sus clases se
distinguieron pronto, porque introdujo en ella un sistema de enseñanza
activo, novedoso en aquella época, y por la confianza reinante entre él y los alumnos.
En 1911 los cursos superiores del Seminario Menor se trasladan a
Schoenstatt. El año 1912 es nombrado allí Director Espiritual para los jóvenes. Es en este momento cuando se comienza a revelar con mayor
fuerza su personalidad de padre y de educador: su extraordinaria capacidad para discernir las voces del tiempo y su notable talento para
captar y conducir la vida de aquellos que Dios le había confiado. Lentamente, por su acción de fundador, nació la Familia. En todo se dejó
guiar por la fe práctica en la Divina Providencia. El 18 de octubre de 1914 propone a los estudiantes, en una plática que luego será llamada “Acta de
Fundación”, un plan osado: Inducir a la Stma. Virgen a través de las “Contribuciones al Capital de Gracias” a que Ella se establezca
espiritualmente en la pequeña capilla que hasta entonces servía a los
jóvenes como lugar de reunión, y los transformase interiormente para
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
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usarlos como instrumentos suyos e iniciar un movimiento de renovación desde ese lugar. No eran tiempos sencillos aquellos: la guerra mundial fue
el escenario del idealismo y heroísmo de aquellos primeros jóvenes que captaron y se dieron por entero con entusiasmo a la realización del ideal
propuesto.
La semilla cayó en tierra buena; a
pesar de dificultades extraordinarias creció y se desarrolló fecundamente.
Todo indicaba que la Stma. Virgen estaba detrás de la vida naciente y que
Ella había aceptado la Alianza. La pequeña familia se extendió
considerablemente durante la guerra y fue bendecida con la entrega heroica de
la vida de sus primeros héroes. En 1919 se fundaba oficialmente el
Movimiento como “Federación Apostólica”. Detrás de todo estaba la labor educativa, el sacrificio y la oración del Padre. Pronto fue dejado libre de
toda otra obligación para darse por entero sólo a la edificación de su obra. Bajo su intenso trabajo educativo, tanto en el plano personal como
comunitario, el Movimiento se extendió por toda Alemania. Fueron
fundadas nuevas ramas, tanto de laicos, hombres y mujeres, como de sacerdotes y religiosas. Los innumerables retiros que daba el Padre
especialmente para sacerdotes y educadores fueron, particularmente en los años de la expansión y dominación nacista, alimento, apoyo y orientación
para incontables personas que veían en él un maestro y una voz profética.
Quienes conocen la dificultad de educar religiosa y apostólicamente en el tiempo actual, especialmente los sacerdotes, religioso y apóstoles
laicos, pueden comprender lo que significa, como fecundidad de una vida sacerdotal, haber llegado a constituir un Movimiento como el que brotó de
la paternidad del Fundador de Schoenstatt. Muchas personas han iniciado también grupos de formación y educación, pero ¿cuántas han tenido el
desarrollo, la permanencia y profundidad de la obra que nació del Padre Kentenich?
Viendo el crecimiento y la vida de la obra se convenció plenamente el Padre que Schoenstatt significaba una nueva irrupción de Dios en la Iglesia
para nuestros tiempos y que había interpretado correctamente la voz de la Divina Providencia.
En el correr de estos años el Padre Kentenich fue elaborando, a partir
de la vida y de la idea motriz del hombre nuevo en la nueva comunidad, un
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
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amplio sistema ascético y pedagógico donde, recogiendo todo lo valioso de la tradición cristiana y basándose en el orden de ser, se adapta
creadoramente a las nuevas circunstancias por las cuales atraviesa la Iglesia en el mundo actual. Proclama un nuevo tipo de hombre cristiano,
creado según la imagen de María, la Madre y Compañera del Señor, bajo su protección y con su ayuda, que encarna la armonía entre lo natural y lo
sobrenatural. Un hombre que viva profundamente enraizado en un
organismo de vinculaciones naturales y sobrenaturales, capaz de vivir un auténtico cristianismo en medio de una sociedad pluralista. Hombres y
comunidades forjadas en base a la libertad y autodecisión, cohesionadas y dinamizadas no por las fuerzas de vínculos jurídicos externos, sino por la
fuerza del amor, de la comunidad y del ideal.
En el período de la Segunda Guerra mundial, Schoenstatt pasa por otra etapa decisiva de su historia. Esta llevará a la Familia a crecer más
aún en profundidad. Pero, como siempre, es el Padre quien la guía. Por amor a los suyos renuncia voluntariamente a las posibilidades de liberación
que se le ofrecía –había caído en las manos de la Gestapo- y prefirió, el 20 de enero de 1942, ser llevado al Campo de Concentración de Dachau,
donde permaneció hasta 1945. Su decisión fue hecha a partir de su profunda convicción de la realidad del mundo sobrenatural: Dios redime
por la cruz y los suyos debían abrazar con él esa cruz. Este paso debía
también convencer definitivamente a la Familia que la Stma. Virgen era la dueña de la Obra y que Ella no la iba a abandonar.
En medio del infierno de Dachau desarrolla una
intensa actividad dirigiendo espiritualmente, dando pláticas y retiros. Escribe, además, una abundante
literatura ascética y espiritual.
El paso que había dado el Padre Kentenich el 20 de enero y el tiempo de Dachau hizo que los
miembros del Movimiento tomasen conciencia clara del papel de instrumento de Dios y Cabeza de la
Familia del Fundador y del indisoluble entrelazamiento de destinos entre él y los suyos.
Esto condujo a una extraordinaria convivencia de
unidad entre el Padre y la Familia, que se fortaleció cada vez más en el futuro.
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
46
Después de su liberación de Dachau empieza a viajar al extranjero, convencido que la Stma
Virgen quería glorificarse en todo el mundo a partir del Santuario. Viaja a Africa, a
Norteamérica, a Brasil, Argentina y Chile, donde
estuvo por primera vez en 1947. En todos los lugares visita las casas de los Padres y de las
Hermanas y consolida el Movimiento incipiente, persuadido como estaba de la importancia de
educar el hombre nuevo que la Iglesia necesita en los tiempos actuales.
Pero la Providencia reserva para él la suerte
que han de tener todos los fundadores. El deseaba que Schoenstatt fuese aprobado por Roma oficialmente. A la Visitación Apostólica se siguieron
algunas observaciones del visitador que él respondió ampliamente en una carta a los Obispos alemanes. Su franqueza y claridad no fueron bien
comprendidas. Sin tenerse reparos respecto a la ortodoxia en la doctrina se decidió en el Santo Oficio su separación de la Familia hasta la definitiva
aprobación de su obra. Durante 14 años tuvo que sufrir la soledad y la cruz
de la obediencia. Había luchado por la libertad necesario dentro de la Iglesia y tuvo el valor de exponer sus ideas, pero se le sometió a prueba.
Obedeció fielmente y supo esperar en Milwaukee 14 años sabiendo que la misma Madre Iglesia que lo había crucificado, también lo bajaría de la cruz.
Y así sucedió. Efectivamente, en Octubre de 1965 el Santo Padre Paulo VI lo rehabilitó en forma plena y total y el Padre Kentenich pudo regresar a
Schoenstatt en la Nochebuena del mismo año.
Desde esa fecha trabaja incansablemente, a pesar de su avanzada edad, uniendo y vitalizando su Obra por medio de incontables retiros,
jornadas y consultas personales y comunitarias. Muestra nuevamente a la Familia la irrupción de Dios en su historia, toma posición ante las corrientes
del tiempo y las interpreta a la luz de la Divina Providencia, mostrando cómo Schoenstatt es una obra preparada y destinada por Dios para servir a
la Iglesia en esta etapa posconciliar y para ayudarla a alcanzar las nuevas
playas hacia las cuales camina. Su salud es débil, pero como buen pastor no se cuida de ella dando la vida por los suyos y amándolos hasta el fin.
Una vida tan intensa y fecunda es difícil de resumir. De su paternidad
nacieron los Institutos Seculares de los Padres de Schoenstatt, los sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt, el Instituto Secular de las Hermanas
de María, el Instituto Secular Nuestra Señora de Schoenstatt, el Instituto
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Secular de los Hermanos de María, junto con las diversas ramas del Movimiento: la Fraternidad Apostólica, la Obra de Familias y las demás
agrupaciones de hombres, mujeres y jóvenes. El mismo nos deja la clave para comprender lo más profundo de su vida: pidió que en su lápida
mortuoria aparecieran solamente las palabras: Dilexit Ecclesiam, “Amó a la Iglesia”. Amó a la Iglesia con todas sus fuerzas y la sirvió ofreciéndole una
nueva obra que es la Familia de Schoenstatt. Amó a la Iglesia, porque amó
a María, figura y Madre de la Iglesia. Ella fue quien realizó su labor de educadora conformándolo con la imagen de Cristo y haciéndolo un fiel
reflejo de Dios Padre. Ella le hizo vivir los misterios gozosos del Señor en la paz, la fecundidad y la unidad; los misterios dolorosos de la cruz y la
soledad; ahora Ella también le hará gozar por toda la eternidad los misterios gloriosos de la resurrección y la vida.
Después de leer esta reseña histórica de la vida del Padre Fundador
¿Qué conocía? ¿Qué fue nuevo para mí?
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ANEXO 3
El Padre Kentenich habla sobre su relación
con la Familia de Schoenstatt Padre José Kentenich
Bodas de Plata Sacerdotales, 11.08.1935
Es cierto, yo celebro mi jubileo con ustedes.
Pienso en todos los que han trabajado conmigo durante estos veinticinco años. Sí, los he invitado
a celebrar su jubileo. ¿No es cierto que con el tiempo se ha llegado a realizar lo que Dios había
previsto desde toda eternidad? No sé si existe, en la época actual, otra comunidad como la nuestra
en la cual el destino de sus dirigentes esté tan estrechamente vinculado con el destino del
director de la Familia como sucede entre nosotros. Y lo que Dios ha unido no debe separarlo el
hombre: Quod Deus iunxit homo non separet. (…)
La obra que ha surgido aquí es, al mismo tiempo,
obra de todos los que han colaborado conmigo. No se puede pensar en mí sin pensar en ustedes.
La obra entera no se puede explicar sin su
profunda ayuda y cooperación personal.(…)
Pienso en todos los que, en el transcurso de estos 25 años, o en gran parte de ellos, han unido su destino con el mío. Lo repito una vez más: busquen
ustedes en la actualidad una segunda comunidad donde ésta haya llegado a ser tanto espíritu del espíritu y carne de la carne de cada uno de sus miembros
como entre nosotros. ¿O estoy exagerando? (…) No, ésta es mi convicción: toda la obra que ha surgido es, en igual forma, tanto obra de ustedes como
mía. (…)
Para la gran mayoría sus destinos estuvieron, durante decenios, unidos al mío.
Creo no equivocarme al afirmar que el llamado a Schoenstatt estuvo notoriamente vinculado a un primer encuentro personal. Les agradecería si
luego confirmasen estas afirmaciones, porque me importa mucho que nos sintamos interiormente entrelazados unos con otros, tal como lo ha querido el
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Dios Uno y Trino desde la eternidad: Quod Deus iunxit homo non separet. Nuestra fidelidad recíproca se hará tanto más profunda y vigorosa cuando
más claramente percibamos la forma singular en que Dios ha entrelazado la vida y el destino de cada uno. Y bien, ¿dónde y cuándo ocurrieron esos
encuentros? Sería una falta de tacto si tan públicamente se descorrieran los velos de tantos secretos. Si pienso en la primera generación, en todos
los que actualmente, en forma inmediata, colaboran conmigo, es evidente
que su entrega filial encontró una respuesta en mi vida y que toda su vida está unida con mi pensar y querer. (…) Toda la obra –a la que ahora
contemplamos con admiración- creció a partir de este trabajo personal y comunitario, íntimamente solidario. (…)
Debo confesarles que ustedes mismos han ejercido una influencia
extraordinariamente fuerte en mi propio desarrollo personal. (…) El libro que leo es el libro del tiempo, el libro de la vida y el libro de la santidad de
sus almas. Si ustedes no me hubiesen abierto sus almas tan francamente, nunca se hubiera alcanzado la mayoría de nuestras conquistas espirituales.
Esto no se aprende en libros, únicamente se puede aprender de la vida.(…)
Si quieren saber dónde se encuentra el secreto de esta sobreabundante fecundidad, puedo decirles que radica en esta profunda, íntima y mutua
vinculación. Y a la pregunta que se hizo anteriormente, de dónde proviene
esta riqueza del corazón y del espíritu, puedo responder lo siguiente: un hombre que ama, que en definitiva ha puesto su amor, profundamente, en
el corazón de Dios, en cierto sentido toma parte de la inconmensurable riqueza de su amor. Y si hay algo que no empobrece es amar, regalar la
calidez del corazón. Y ustedes pueden decirse a sí mismos, todos ustedes, los que me han requerido –ya sea abierta, ya calladamente- todos pueden
decirse: sin mí, él personalmente no hubiera llegado a ser lo que es hoy día.
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TERCER ENCUENTRO
“Testigos de un
encuentro”
OBJETIVO
Acercarse vitalmente al Padre Fundador, a través de
testimonios de personas que lo conocieron.
PROGRAMA
Oración Inicial
Dinámica de intercambio
Explicación y motivación del
objetivo de este encuentro
Testimonios sobre el Padre Kentenich (video o con personas
que lo conocieron)
Dinámica de foto-lenguaje
Tarea hasta el próximo encuentro
Oración Final y compromiso
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PAUTA PARA EL GUIA
Oración inicial (ver esquema pág. 5)
Introducción: Dinámica de intercambio grupal
Dividir a las personas que participan, en 3 grupos, para facilitar el
intercambio sobre lo leído y reflexionado. Recordar las preguntas:
De la reseña histórica de la vida del Padre Fundador, ¿qué conocía?
¿qué fue nuevo para mí?
¿Qué me llamó la atención de las palabras del Padre Kentenich,
sobre su relación con la Familia de Schoenstatt?
Explicación y motivación del objetivo de este encuentro:
- En la medida que conocemos más al Padre Fundador, vamos
experimentando su cercanía y se va despertando en nosotros el anhelo de hacer nuestra sus actitudes, de apropiarnos de su mundo
interior.
- Dios nos regala al P. Fundador como un ejemplo vivo, es él quién
encarna Schoenstatt en su plenitud. El mismo decía: "Schoenstatt es la prolongación de mi yo".
- Por eso para saber qué nos pide Dios a cada uno de nosotros que
hemos sido llamados a Schoenstatt, tenemos que mirarlo a él.
- No se trata de "copiar" su forma de ser, sino de hacer nuestras sus
actitudes de acuerdo a nuestra propia originalidad, de acuerdo también a nuestras circunstancias y misión personal.
- Podemos atesorar las siguientes actitudes del P. Fundador y pedirle: (leer calmadamente la siguiente oración) "Enséñanos a caminar por
la vida con:
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Tu amor a María tu fe práctica y sencilla en la Divina Providencia
tu audacia en la fe tu arraigo en Dios
tu confianza filial
Tu amor a la familia
tu actitud de servicio paternal
tu respeto tu fidelidad
tu conducción educadora tu amor a la verdad
tu amor a la libertad
Tu amor a la Iglesia
tu disponibilidad como instrumento en manos de María tu incansable espíritu de conquista apostólica
tu mirada profética.
- Cada una de estas actitudes, o bien otras, que vayamos descubriendo en la vida del Padre, con las cuales hemos empatizado,
merecen ser abordadas y trabajadas como un hilo conductor de nuestra fe.
Testimonios sobre el Padre.
Puede hacerse a través de algunos de los videos o DVD que existen o invitando a alguna de las personas que lo conocieron personalmente. (Los videos se pueden encontrar en la Casa de la Rama, 2040681; adquirirlos directamente en la Editorial Patris; o en la página web:
http://www.schoenstattmedia.cl/obra.html)
Al escuchar el testimonio, es importante tener presente las siguientes
preguntas:
1. ¿Con qué actitud del Padre Fundador me identifico o me siento
atraído?
____________________________________________________
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2. ¿Cuál es ese rasgo del Padre Fundador, a través del cual Dios me invita a penetrar su mundo y su persona?
____________________________________________________
3. ¿Por dónde quisiera yo comenzar a trabajar?
Dinámica de foto-lenguaje
a. Poner muchas fotos del Padre Fundador sobre una mesa
despejada, alrededor de la cual, las personas que participan en el taller, puedan circular libremente.
b. Contemplarlas en silencio y cada uno escoge aquella con la que
más se identifica, o la que más le atraiga espontáneamente.
c. Meditar unos minutos en silencio:
- ¿Por qué escogí esta foto, que es lo que me gusta de ella?
__________________________________________________
- ¿Qué rasgos del Padre aparecen aquí que me atraen y mueven
interiormente?
__________________________________________________
- ¿Me dice algo de mi mismo esta fotografía, en qué me parezco
al Padre?
__________________________________________________
- ¿En qué me gustaría asemejarme a él?
__________________________________________________
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d. Cada uno contesta las siguientes preguntas por escrito. (Ver anexo 1).
e. Compartir con el grupo lo reflexionado y escrito.
Tarea hasta el próximo encuentro
a) Cada matrimonio elige una biografía del Padre Fundador para comenzar a leer. Por ejemplo:
- “La historia del Padre Kentenich”, Padre Hernán Alessandri y
Padre Juan Pablo Catoggio, Ed. Patris.
- “Profeta de María”, Padre Esteban Uriburo
b) Leer el testimonio de Jesús Pagán: “Siento continuamente su presencia en mi vida” (Ver Anexo 2)
c) Leer como preparación para el próximo encuentro, textos sobre la Fe Práctica en la Divina Providencia. (Ver anexo 3)
Oración Final (ver esquema pág. 7)
En la oración final dejar un momento de silencio para que cada uno pueda concretar lo reflexionado en el encuentro:
¿Qué actitud del Padre Kentenich quiere conquistar?
_______________________________________________________
y ¿Cómo se propone hacerlo?
_______________________________________________________
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ANEXO 1
Pauta para compartir después de la Dinámica de foto-lenguaje
1. ¿Por qué elegí esta foto?
2. ¿Qué característica propia del Padre descubro en ella?
3. ¿En qué me gustaría asemejarme a él?
4. ¿Qué otros rasgos del Padre me llamaron la atención en el video?
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ANEXO 2
… Siento continuamente su presencia en mi vida
Testimonio de Jesús María Pagan
Puerto Rico
Conocí personalmente al Padre José Kentenich, Fundador de la Familia de Schoenstatt, en Milwaukee, Wisconsin. Nuestro primer encuentro fue una
fresca mañana de otoño. Ocurrió frente a un hermoso Santuario de la Madre y Reina Tres Veces Admirable de Schoenstatt, ubicado en un parque
cerca de la casa donde el Padre vivió 14 años de exilio en los Estados Unidos de América.
Había oído hablar mucho de él al Padre Juan Sartor, que fue quien nos introdujo, a mi esposa y a mí, en la historia y espiritualidad de Schoenstatt.
Esperaba encontrar en la persona del Padre Kentenich un sacerdote santo y sabio, marcado por el dolor y llevando en su persona las huellas del
sufrimiento, pero jamás pensé que su persona y su mensaje fueran determinantes en mi vida.
Su figura profética y paternal, de hombre de Dios, arraigado en el más allá,
nos impresionó profundamente, cuando pudimos dialogar con él unos minutos antes de la Santa Misa, que celebraría en la Iglesia de San Miguel
(en la ciudad de Milwaukee).
Durante la Misa me pregunté varias veces: ¿Es grande el Padre o lo hacemos grande sus hijos? Esa pregunta encontró respuesta en los días y
años por venir.
En esa ocasión estuvimos varios días de visita en Milwaukee. Tanto mi
esposa como yo, hablamos largamente con el Padre, y en varias ocasiones ambos juntos con él. Cada encuentro con él fue revelador.
Lo que más me impresionó durante esa primera visita fue, que siendo un
hombre de Dios, arraigado en el mundo sobrenatural, nada humano le era extraño y se mantenía abierto a todo lo que fuera manifestación de la vida.
Durante mis años de estudiante estuve íntimamente ligado a movimientos
estudiantiles en la Universidad de Puerto Rico y como todo joven de
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América Latina, ardía dentro de todo mi ser un ansia de renovación, transformación y redención de este continente, continuamente conmovido
por luchas, por hambre, por revolución y guerra. Conté al Padre todas mis aventuras e inquietudes en este aspecto y todo lo comprendió de una
manera extraordinaria. Nada le extrañó y hoy comprendo que su personalidad de educador carismático era algo que rebasaba los límites. El
me orientó sabiamente, sin matar en mi persona ninguna de aquellas
inquietudes, aquel amor por América Latina, y sobre todo aquel deseo por la aventura y el riesgo en busca de la solución a los problemas de nuestros
pueblos.
Mi gran admiración por el Padre encontró su punto culminante cuando le dijimos que queríamos consagrarnos a la Mater y su obra, y él
personalmente nos entregó una Cruz de misioneros en el Santuario nombrándonos misioneros para América Latina. No podía comprender su
“excesiva confianza” en alguien a quien apenas conocía y que no sabía a ciencia cierta qué frutos podría dar. Esa primera visita al Padre determinó
para siempre el rumbo de nuestras vidas.
Salimos de Milwaukee seguros de haber encontrado un rumbo definitivo y definido para nuestras vidas y dispuestos a volver a visitar al Padre.
Habíamos encontrado en la persona del Padre Kentenich no sólo lo que
esperábamos sino, más importante aún, lo que aspirábamos para nosotros mismos.
Volvimos a Milwaukee unos meses después para establecer allí nuestra
residencia y estar cerca del Fundador de la Familia, aprovechándonos de su persona, su espíritu, su mensaje y sobre todo para beber de la riqueza de
su corazón en la misma fuente. Esta gracia, la de haber podido estar cerca de él, haber vivido a su lado, oído sus charlas, seguido sus huellas y
servirle continuamente, no se puede expresar en palabras. La única manera de expresar la gratitud sería consumiendo la vida por su obra.
Estuvimos varios años a su lado. Lo observamos en su incansable trabajo de día y de noche. Fuimos testigos de su paternidad sin límites, clara
transparencia de la paternidad de Dios. Le vimos sufrir sin desmayar y sobre todo fuimos testigos de su fe extraordinaria en el poder y la bondad
de Dios y de la Madre y Reina Tres Veces Admirable de Schoenstatt.
En muchos de sus momentos “oscuros”, cuando la barca de la Familia
parecía perecer y los que estábamos a su alrededor nos atemorizábamos, el Padre se nos mostró como un héroe de fe práctica. El sabía y trasmitía
continuamente la seguridad de que la obra de la Madre y Reina no
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perecería. El fue un hombre que creyó y esperó muchas veces contra toda
esperanza.
Le vimos partir de Milwaukee rumbo a Roma. Vivimos espiritualmente con
él los días difíciles de 1965 en la Ciudad Eterna y luego nos regocijamos de su victoria y de la realización del Milagro de la Nochebuena.
En 1967 pude visitarle por última vez en Schoenstatt y estar varios días con
él. Le ayudé en la Santa Misa en el Santuario del Monte Schoenstatt y le visité frecuentemente durante esos días, en las diferentes casas donde
residía debido a sus compromisos con los Institutos por él fundados. Cada encuentro con el Padre Kentenich fue revelador y sobre todo una irrupción
de lo divino en mi vida.
Hoy, después de su partida al Schoenstatt eterno, siento continuamente su presencia en mi vida, como padre de familia y como apóstol seglar
comprometido con la Iglesia y con la historia de nuestro Continente. Estoy seguro de que el Padre desde el cielo continuamente me inspira y me
orienta en mis aventuras por el Reina mariano de Cristo en la tierra. Sigo
creyendo en los mismos cambios y transformaciones necesarios para América, que creía cuando entré en la Familia de Schoenstatt, pero los
busco con el Padre por caminos muy diferentes. Estoy seguro de que, lo mismo que yo, muchos otros jóvenes encontrarán la respuesta a las
inquietudes de su vida en la persona y el mensaje del Padre Kentenich y la MTA. Sobre todo, con el Padre Kentenich “creo firmemente que nunca
perecerá quien permanezca fiel a la Alianza de Amor”.
Del testimonio de Jesús Pagán:
¿Qué fue lo que me llamó la atención?
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ANEXO 3
Alianza de Amor y Fe Práctica
en la Divina Providencia
Este texto muestra la relación de la fe práctica en la Divina Providencia con
la Alianza de Amor.
Una de las características más propias de la vida y del pensamiento del P. Kentenich es su fe práctica en la Divina Providencia. Su vivencia de la fe
está marcada en todo por ella. Para él, fe práctica y alianza de amor están íntimamente relacionadas, de tal modo que constituyen un solo proceso
vital.
¿Qué entendemos en Schoenstatt por la fe práctica en la Divina Providencia? La fe es nuestra abertura a Dios y adhesión personal a Cristo.
No es simplemente la adhesión intelectual al conjunto de verdades. Detrás de la verdad hay una realidad y, en el caso de la fe, la realidad del Dios
vivo.
Esta fe, junto con tener por objeto al Dios vivo y personal, nos lleva a comportarnos de acuerdo a lo que creemos. Si por la fe reconozco a Dios
como Padre –y por lo tanto a mi mismo como su hijo, y a los demás como
hermanos- entonces, de esa fe tiene que brotar un comportamiento coherente. Mis obras tendrían que dar testimonio de que realmente creo en
Dios: por eso hablamos de una „fe práctica‟. Vivir la fe significa, entonces tener una imagen y una relación personal respecto de Dios y traducir
en obras mi adhesión a él.
El P. Kentenich nos legó en su vivencia de la fe, una „especialidad‟ suya: la convicción de que ese Dios en el cual creemos es un Dios de amor, que está
en alianza con nosotros, que nos ama y conduce con amor hasta en los detalles más mínimos de nuestra vida. El Dios vivo está actuando,
interviene en el mundo y en mi vida concreta. Es un Dios que me habló en Cristo Jesús y que lo sigue haciendo ahora, en este momento.
Vivir en alianza.
Cuando sellamos una alianza con Dios, nos „asociamos‟ a ese Dios vivo, al Dios Providencia de amor, al Dios presente y actuante, que tiene un plan de
amor conmigo, que me busca y requiere, a quien puedo dar mi sí o puedo negárselo.
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Que exista el mal en el mundo, que haya odio y división, miseria e injusticia no es una prueba contra la Divina Providencia, sino que es la muestra, el
resultado del hecho que nosotros nos hemos apartado de Dios, que nos
hemos „disociado‟, que hemos roto la alianza. Y con eso hemos dado lugar al desorden, al egoísmo y al mal en todas sus formas, tanto en nosotros
mismos como en la sociedad.
Vivir en alianza significa atarse y vincularse con todo el corazón al Dios de la alianza, al Dios que nos ama y conduce en su Providencia Divina, que nos
muestra el camino y nos apoya para que no desfallezcamos en nuestro peregrinar.
Vivir en alianza es buscar la voluntad del Dios vivo, es estar preguntándose
constantemente qué quiere el Señor de mí, cuál es la voluntad del Padre.
Dios nos habla de múltiples maneras y sólo debemos estar atentos en la oración para escucharlo. Allí nos manifiesta lo que desea y espera de
nosotros. Es entonces cuando debemos lanzarnos a la acción, poner en
práctica su voluntad y arriesgarnos por sus caminos.
Si mi interpretación de su deseo ha sido errada, eso me lo dirán los frutos, la „resultante creadora‟. Es decir, el resultado en paz, alegría, plenitud de
vida sobrenatural y de amor fraterno. Si estos „frutos del Espíritu‟ no se dan, ello es signo que debo continuar rezando y buscando la senda, la
verdadera puerta abierta, lo que el Señor y maría quieren de mí.
Vivir la fe hoy: un desafío
La manera tradicional de vivir la fe sufre hoy una honda crisis. Una vida de fe reducida a costumbres religiosas o a la observancia de ciertos ritos o
devociones, una fe de ideas o de meras normas éticas, no resiste la prueba del tiempo actual. La vida nos golpea demasiado fuerte como para que ese
estilo de fe sea capaz de mantenerse en pie en medio del cúmulo de
problemas, de cuestionamientos e incertidumbres de nuestro tiempo.
El Señor de la historia parece dormir mientras la barca se bambolea, azotada por las olas y la tormenta. Somos zarandeados de un lado a otro,
en medio de ese agitado mar. En este mundo lleno de violencia y antagonismos, incierto y amenazante, tenemos que hacernos un lugar y
caminar hacia el futuro.
En este contexto vive y predica el P. Kentenich el mensaje de la fe práctica en la Divina Providencia. El P. Kentenich fue un hombre de nuestro tiempo.
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Sufrió fuertemente los embates de nuestra época. A él quiso Dios regalarle
un carisma, un mensaje liberador para el hombre actual. En él quiso mostrarnos una nueva modalidad de vivir según la fe: la fe práctica en la
Divina Providencia.
Una fe probada
El P. Kentenich anuncia el mensaje de la fe práctica en la Divina Providencia
no en forma teórica, sino como alguien que ha sufrido profundamente los embates del tiempo. Su mensaje está avalado por una experiencia vital:
la vida no le fue fácil. Nos habla de la fe práctica en la Divina Providencia alguien que desde su infancia estuvo rodeado de inseguridades humanas y
que experimentó fuertes contradicciones y conflictos.
El mensaje de la fe práctica en la Divina Providencia que proclama el P. Kentenich, quiere dar respuesta a lo que podríamos calificar como el gran
problema y desafío para el cristianismo actual: lograr una síntesis vital de
la fe y de la realidad concreta en la que se desenvuelve la persona.
El drama de nuestro tiempo: la separación de fe y vida
El hombre moderno es el hombre de las especializaciones. Sabe cada vez más acerca de menos (del átomo, del estómago, del caracol, etc.), y menos
acerca del conjunto. Divide la realidad y su propia vida en pequeñas parcelas aisladas. Y, por eso, Dios se le aleja y escapa. Primeramente,
porque el encuentro con él –es el que da sentido a las cosas- sólo resulta a partir de una mirada de conjunto: a la realidad, a la historia, a nuestra
vida. En segundo lugar, porque aquel que lo llena todo y en quien „nos movemos, existimos y somos‟ (Hech 17,28), no se deja encasillar en
parcelas. Sin embargo, es eso lo que intentan hacer hoy día muchos
cristianos: reducir a Dios a la parcela de lo „religioso‟.
A menudo encontramos gente así, con su vida separada –de modo mecánico- en sectores claramente diferenciados: el ámbito de la familia, el
del trabajo, el de las diversiones, el de la religión. En cada uno se comportan de manera diferente, usan otro lenguaje y otra moral. Emplean
palabras muy distintas ante la esposa y entre los amigos. Pueden ser fraternales y sonrientes con todos en la misa del domingo, pero amargos e
implacables durante la semana frente a los subordinados o los competidores. Dios no puede influir en sus vidas, porque lo han aislado en
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la parcela de „lo religioso‟, integrada por un conjunto de verdades y normas
éticas que dicen creer: que hay Dios, que Jesucristo es su Hijo, que el hombre posee alma inmortal, que su dignidad es inviolable, que la familia y
la propiedad privada son base de la sociedad, o que se debe luchar por la
justicia social, y aceptan ciertos ritos que periódicamente practican para recordar y honrar a Dios (peregrinaciones, bautizo y primera comunión de
los hijos, Misa dominical).
Qué nos enseña el Padre Fundador
Toda la enseñanza y la praxis del P. Kentenich están orientadas precisamente a superar esta lamentable separación entre fe y vida,
desarrollando y fomentando una auténtica espiritualidad laical o santidad de la vida diaria. Esa santidad se caracteriza justamente por lograr, en todas
las situaciones de nuestra vida, la armonía querida por Dios de la relación con él, con las cosas, con el trabajo y con los hombres.
El tipo de hombre cristiano que Schoenstatt quiere regalar al mundo es aquél que se deja guiar en todo por la voluntad del Padre. Queremos
tomar en serio la petición del Padrenuestro: “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”.
Así entiende el P. Kentenich la santidad: un estar abierto, de modo total
al plan del Padre Dios, y procurar realizarlo en nuestra vida, hasta en sus más mínimos detalles. Según su concepción, la santidad consiste en la
delicadeza de oído que nos permite percibir la voz del Señor y en la disposición de entrega total y dócil a su querer. Tenemos que estar „con el
oído en el corazón de Dios y la mano en el pulso del tiempo‟. Su pasión fue encontrar a Dios en medio de las circunstancias de la vida diaria: no sólo
en las grandes cosas sino también en las más pequeñas. Una y otra vez repetía que el junto „vive de la fe‟, no sólo „según la fe‟: su existencia
misma está sumergida, por así decirlo, en la fe.
Por su manera de concebir la fe práctica, como lo decíamos más arriba, el
P. Kentenich abre el camino a una espiritualidad típicamente laical o secular. Tradicionalmente, la espiritualidad cristiana nos llamaba a
apartarnos del mundo para encontrar a Dios. Ese tipo de espiritualidad encontró su forma clásica en la espiritualidad conventual. El
Evangelio se entendía, sobre todo, como un llamado a separarse del mundo, para encontrar a Dios. Durante toda la Edad Media, hasta
prácticamente el siglo XX, el cristiano tuvo como paradigma el ideal del monje: para ser santo, para llegar a la cumbre de la entrega total a Dios, a
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una vida de santidad heroica, había que dejar el mundo, apartándose de las
cosas de esta tierra: dejar la familia y las preocupaciones temporales, recluirse en el convento, para allí, en una vida de oración y de penitencia,
encontrarse con Dios y, desde allí, santificar el mundo. El P. Kentenich
proclama una acentuación distinta en el modo de vivir el Evangelio. Más que la separación del mundo, acentúa la tarea de encontrar a Dios
justamente en medio del día de trabajo: Debo encontrar a Dios precisamente en mi ocupación, en mi casa, en mi familia, en mis negocios,
en mi oficina. Y si no logramos encontrarlo ahí, entonces los que estamos llamados a vivir en medio del mundo, difícilmente lograremos encontrar a
Dios.
El P. Kentenich escribe en una ocasión:
“El cristianismo siempre debe buscar poner en contacto lo creado con
lo increado. Por eso Schoenstatt, desde el inicio, nunca se quedó sólo con Dios, sino que buscó poner en primer plano al Dios de la vida.
Queríamos buscar, encontrar y amar a Dios en todas las cosas y en
todas las personas, no sólo en sí mismo, sino como él llega hasta nosotros, tal como él quiere captarnos, tal como él nos encuentra a
través de todo lo creado. Si podemos realizar esto en la vida cotidiana, entonces hemos logrado dar una solución peculiar al gran
problema de nuestro tiempo. Schoenstatt nunca se ha apartado de este camino. Ha desarrollado hasta en los detalles la concepción de
la santidad del día de trabajo. De este modo, logra inducir al hombre moderno a mantener en todas las circunstancias un contacto con el
Dios vivo. El santo de la vida diaria no sólo quiere unirse a Dios en el plano de las ideas o en la Iglesia, sino que quiere unirse con la
persona del Dios vivo, en forma entrañable e indestructible, en medio de la vida cotidiana”.
Nuestra realidad actual
Hoy estamos viviendo una apostasía general de Dios: nos hemos
acostumbrado a vivir, a trabajar y a ejercer la vida sexual sin él, a planificar y experimentar en las ciencias sin él, a desplegar tácticas y
estrategias políticas, y a indagar en la vida profunda, también sin él.
Es esto lo que debe cambiar radicalmente. Si revisamos el elenco de santos de la Iglesia, encontraremos muchos ermitaños, monjes y monjas,
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vírgenes, mártires y confesores, etc., pero nos será mucho más difícil
encontrar matrimonios canonizados, o un oficinista, un Presidente de la República, un político, o una enfermera que hayan sido reconocidos como
santos.
No basta sólo con señalar la necesidad de unir fe y cultura. No es suficiente
plantear al cristiano la tarea de construir un orden social, político y económico según los postulados del Evangelio o de la doctrina social de la
Iglesia. Todo eso, a la larga, sólo será posible si el laico logra cultivar una espiritualidad que le permita establecer el diálogo con el Dios de la vida.
Necesitamos contemplativos de la vida diaria. No sólo hombres que unan y
sepan alternar armónicamente contemplación y acción, sino hombres que aprendan a contemplar a Dios en la acción y que aprendan a trabajar y
actuar con el Dios de la vida.
Es una nueva síntesis vital la que buscamos, un nuevo tipo de espiritualidad. Queremos aprender a auscultar y detectar la realidad hasta
encontrar en ella la voluntad de Dios. ¿Qué quiere Dios de mí ahora?
¿Tomo este trabajo o lo dejo? ¿Acepto esta propuesta? ¿Pololeo o no pololeo con esta niña? ¿Qué quiere Dios de mí? ¿Me quedo descansando en
casa hoy en la tarde o parto a ver a un amigo? ¿Qué quiere Dios de mí? Y si Dios quiere esto, entonces, me pongo de lleno a realizarlo, porque lo único
que busco es cumplir la voluntad del Padre. Dios de estar en todo lo mío.
¿Qué es entonces la fe práctica en la Divina Providencia
La fe práctica es esa actitud que nos hace girar apasionadamente en
torno a ese Dios de la vida. Es la búsqueda apasionada del plan de Dios y la voluntad de realizar ese plan hasta en sus más mínimos
detalles. Es esa actitud que nos hace hombres del más allá, pero que
tienen los pies bien puestos en el más acá; que poseen en la fe una visión amplia, profunda y nueva de la realidad, pues la contemplan desde el punto
de vista de Dios. Son hombres clarividentes y dotados de una gran capacidad de riesgo, pues saben que a su lado está el Padre Dios. Los
hombres de la fe práctica son hombres arriesgados. Son hombres victoriosos, porque luchan junto al Cristo victorioso y Señor de la historia y,
por eso, ellos mismos están animados por un profundo sentimiento de victoriosidad.
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Para el P. Kentenich, la fe práctica nunca fue motivo para justificar una
actitud „pasivista‟; al contrario, la fe práctica fue para él una „fuerza propulsora‟, es decir, un constante impulso a la lucha, al riesgo y al
compromiso. La persona que vive según la fe práctica es creadora de
historia; forja la historia de la mano de Dios. Con él construye, aquí en la tierra, su Reino de la verdad, del amor, la justicia y la
santidad.
“Esta es la fe –explica el P. Kentenich en 1967, un año antes de su muerte- que ha conducido a Schoenstatt tan victoriosamente a través
de todos los años pasados; es la fe que nos fue dada como regalo gratuito de Dios; es la fe que hizo interiormente libre a todo el
hombre –al corazón, al afecto y a la voluntad- de esa acuciante angustia; es la fe, la fe victoriosa, una fe que vence más y más lo
puramente humano; ésta es la fe, la fe práctica que estoy convencido que nuestra querida Madre, desde el Santuario,
nos impetra y constantemente nos implora y seguirá implorando como nuestro carisma”.
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CUARTO
ENCUENTRO
“Una fe viva en la
Divina Providencia”
OBJETIVO
Descubrir, como el Padre
Fundador, el Dios de la vida.
PROGRAMA
Oración Inicial
Introducción
Explicación y motivación del
objetivo de este encuentro
Dinámica grupal
Reflexión personal
Tarea hasta el próximo
encuentro
Oración Final
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PAUTA PARA EL GUIA
Oración inicial (ver esquema pág. 5)
Introducción
Recoger lo que más les llegó de la lectura sugerida como preparación
de este encuentro.
Explicación y motivación del objetivo de este encuentro
o Queremos seguir el camino de santidad de nuestro Padre y
Fundador, el que está marcado por su vivencia de fe en la Divina Providencia.
o La especialidad que nos legó el Padre Fundador en su vivencia de
la fe, es la convicción profunda que ese Dios en el cual creemos:
es un Dios de amor:
- que está en alianza con nosotros - que nos ama
- que nos conduce con amor hasta en los detalles más mínimos de nuestra vida.
es un Dios de vivo:
- que está actuando - que interviene en el mundo
- que interviene en mi vida concreta
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es un Dios que me habló en
Cristo Jesús:
y que lo sigue haciendo
ahora, en este momento.
es un Dios presente y
actuante:
- que tiene un plan de amor conmigo
- que me busca y me necesita
- que quiere construir conmigo - que espera mi respuesta a su amor.
o El drama de nuestro tiempo es la separación entre fe y vida.
o La manera de vivir la fe sufre hoy una honda crisis. Una vida de
fe reducida a costumbres religiosas o a la observancia de ritos o devociones; una fe de ideas o de meras normas éticas, no resiste
la prueba del tiempo actual.
o Para el hombre actual la presencia y acción de Dios en la vida concreta se ha esfumado.
o El Señor de la historia parece dormir mientras las barca se
bambolea azotada por las olas y la tormenta. En este mundo
lleno de violencia y antagonismos, tenemos que hacernos un lugar y caminar hacia el futuro, en él es donde tenemos que
encontrar a Dios, aprender a escucharlo y responderle.
o En este contexto vive y predica el Padre Kentenich el mensaje de la fe práctica en la Divina Providencia. El fue un hombre de
nuestro tiempo. Sufrió fuertemente los embates de nuestra época. A él quiso Dios regalarle un carisma, un mensaje
liberador para el hombre actual.
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
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o Queremos entrar en la escuela de la fe práctica en la Divina Providencia y aprender en ella el arte de vivir, tal como lo hizo el
Padre kentenich. Con él nos sentimos llamados a ser signos de esperanza y luz en medio del mundo.
o Así podremos superar la separación entre fe y vida, desarrollando
y formulando una auténtica espiritualidad laical o santidad de la
vida diaria, que busca lograr la armonía querida por Dios de la relación con él, con las cosas, con el trabajo y con los hombres.
Dinámica grupal. Descubriendo al Dios de la vida (30 minutos) (Ver
anexo 1)
Intercambio del trabajo realizado en cada uno de los grupos.
(30 minutos)
Momento de reflexión personal: Dios en mi vida (20 minutos)
(Ver anexo 2)
Tarea hasta el próximo encuentro
a) Intercambiar con el cónyuge lo reflexionado personalmente.
b) Leer para el próximo encuentro los textos sobre la Alianza de
Amor con María y la Divina Providencia y el Acta de Fundación del Movimiento de Schoenstatt. (Ver anexo 3)
Oración Final (ver esquema pág. 7)
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ANEXO 1
Dinámica Grupal:
„Descubriendo al Dios de la vida‟
Se dividen los participantes en 3 grupos. Cada grupo tiene 30 minutos
para realizar el trabajo: primero 10 minutos de reflexión personal y
después, 20 minutos para poner en común lo más importante y definidor lo que se aportará al intercambio general.
Intercambio general: 30 minutos.
Primer grupo: Dios en la naturaleza
1. ¿Cómo se manifiesta Dios en la naturaleza?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
2. ¿Qué experiencia he tenido al respecto?
Recordar alguna en especial.
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
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3. ¿Qué ha significado para mi? _______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
4. ¿Qué podemos hacer para descubrir con mayor frecuencia a Dios en la naturaleza?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
Segundo grupo: Dios en la familia
1. ¿Cómo se ha manifestado Dios en ella?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
2. ¿Qué me ha regalado?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
3. ¿Qué me ha exigido?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
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4. ¿Cómo mantenemos la presencia de Dios viva en ella?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
Tercer grupo: Dios en el trabajo
1. ¿Tengo presente a Dios en mi trabajo? ¿Cómo?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
2. ¿Qué me habla de Él?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
3. ¿Qué experiencia puedo contar al respecto?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
4. ¿Qué puedo hacer para descubrir su presencia y dejarme conducir por Él?.
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
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ANEXO 2
Reflexión personal:
„Dios en mi vida‟
Dejar 30 minutos para que cada uno reflexione lo siguiente:
1. ¿Cómo se ha manifestado Dios en mi vida personal? - Recordar momentos importantes
2. ¿Cómo he percibido su amor?
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3. ¿Qué ha significado para mi?
4. ¿Qué me ayudaría a estar más atento a la presencia de Dios en mi
vida, y a vivir más conciente de su amor, que me guía, me protege,
me necesita?
Nota: En la casa, compartir con el cónyuge lo reflexionado y proponernos
algo que nos ayude a ambos.
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ANEXO 3
A) Textos sobre:
„La Alianza de Amor y la Fe práctica en la Divina Providencia‟
“Históricamente, la Alianza de Amor que sellaron el P. Kentenich y los jóvenes, el 18 de octubre de 1914, tiene su origen en la fe práctica en la
divina Providencia. El P. Kentenich auscultó los signos que Dios le daba por las circunstancias. En la oración llegó al convencimiento que estaba
en el plan de Dios pedirle a la Santísima Virgen que se estableciese en la
pequeña capilla de Schoenstatt y erigiera allí su trono de gracias.
La historia posterior confirmó que había interpretado el plan de Dios.
En el origen de Schoenstatt no hubo ningún milagro o revelación extraordinaria, sino esta fe práctica en la Divina Providencia. Y es esa
misma fe la que anima la Alianza de Amor con María en Schoenstatt, la que le confiere su dinamismo y originalidad.
En la Alianza con María aprendemos de ella la actitud filial ante el Padre
Dios. Ella nos lleva a identificarnos, por la Alianza con Cristo, en su entrega obediente al Padre.
María es para nosotros un instrumento especialísimo de la Divina
Providencia. A través de maría el Padre Dios nos guía y nos llega la gracia
del Señor. Ella es para nosotros „providencia encarnada‟, por su cuidado maternal. Cuando queremos descubrir la voluntad del Padre, nos
dirigimos a ella y le decimos: Madre, dame a conocer su voluntad. Y ella nos responde: „Hagan lo que él les diga‟ (Jn 2,5). Y cuando nos parece
que Dios se esconde y que dada nuestra pequeñez y miseria se nos hace difícil seguirlo, nos dirigimos a ella y decimos: „La Madre cuidará
perfectamente y obtendrá la victoria‟. De allí que esté inscrito, en el marco que rodea su imagen en el Santuario: „Un hijo de María nunca
perecerá‟
La Alianza de Amor con María „se alimenta‟ constantemente de una búsqueda filial de la voluntad de Dios Padre. Esta búsqueda se centra,
sobretodo, en la vida: „¿qué me dice Dios a través de las circunstancias?‟;
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„¿cuáles son los signos de los tiempos?; „¿qué me pide Dios aquí y ahora‟; o, como acostumbraba decir el P. Kentenich: „¿qué puerta me abre (o me
cierra) el Señor?; ¿qué me dicen las voces del tiempo, del ser y del alma?.
„El justo vive de la fe‟ (Rom 1,17), dice la Escritura. Esa es nuestra meta. Vivir en Alianza es vivir de la fe. Con ello nos distinguimos de un
cristianismo estático que separa fe y vida y que, por eso, es incapaz de
intervenir creadoramente en la historia. La Alianza de Amor es un diálogo vivo con el Dios de la vida; es un diálogo permanente y traspasado de
amor filial, abierto a escuchar al Padre y a asumir sus designios de bondad y sabiduría en la vida cotidiana.
Entrar en Alianza de Amor con María es entrar en esa escuela. La Alianza
nos saca del inmovilismo, del ideologismo, del conformismo apegado a las buenas „recetas‟ espirituales. Ella nos da la agilidad del hijo, siempre
pronto a la voz del Padre que nos llama a participar en su obra creadora y redentora.
Ella nos enseñará a decir, al inicio de cada día, de cada lucha, de cada
tarea: ¡Padre, muéstranos tu voluntad! Y, al terminar nuestras faenas, tanto las largas, las tediosas y arduas, como las alegres y gratificantes:
Padre, gracias por haber construido juntos tu Reino!
El ejemplo de fe que siempre iluminó la vida del P. Kentenich fue el de
María. La Santísima Virgen fue para él un ejemplo preclaro de una fe vivida en cada circunstancia de su existencia. A veces idealizamos a la
Virgen, creemos en una Virgen que nunca tuvo dificultades. Sin embargo, las tuvo y grandes, muchos mayores que las nuestras. ¡Cómo fue probada
su fe! ¡Cómo arriesga ella su vida en la fe! Se atreve a ir contra las costumbres de su pueblo para seguir la voluntad de Dios. Toma
decisiones en la fe. Piensa que no debe decir nada a José del misterio que albergan sus entrañas. Y esto genera un gran conflicto con esa persona
tan querida. ¡Cómo debe haberse debatido en su interior, no sabiendo si manifestar o no a José su secreto, buscando lo que Dios quería de ella! Y
cuando pierde al Niño en Jerusalén, ¡qué angustia en su búsqueda! Cuando recibe como respuesta: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que
tengo que estar en las cosas de mi Padre?”, ella –así lo relata el Evangelio-
no entendió, no comprendió en ese momento lo que quería decirle el Señor. Pero guarda esas palabras en su corazón y las medita. Es una fe
dura, difícil. Una fe que tiene que sufrir el derrumbe de todo lo humano. Pensemos en María junto a la cruz. Una fe que sabe vencer el más grande
de los desengaños. Sí, María vivió de la fe y el P. Kentenich siguió sus huellas con la honda convicción: “Mater perfectam habebit curam et
victoriam”, es decir la Madre cuidará perfectamente y obtendrá la victoria.
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B) Texto del:
ACTA DE FUNDACIÓN
Plática del P. Kentenich el 18 de Octubre de 1914
PROGRAMA: Aceleración del desarrollo de nuestra propia santificación y,
de esta manera, transformación de nuestra Capillita en un lugar de peregrinación.
1. Ante todo, vuelvo a saludarles con el hermoso saludo que hacía tiempo no les dirigía: "Nos cum prole pia, benedicat Virgo Maria", con Cristo
su Hijo, bendíganos la Virgen María. Es la primera vez que esta divisa
de congregantes resuena en este
lugar. ¡Que se prolongue y siga
resonando por todos los tiempos
venideros!
2. Tanto el padre
como la madre y los hijos, se
alegran al poder tomar posesión de
un hogar propio, aunque éste sea
poco vistoso y
pobre en comparación con la magnífica casa de arriendo que acaban de dejar. El pensamiento: "La casa es nuestra" excede a todas las
demás ventajas. De esta pura alegría familiar podemos también gozar nosotros en el día de hoy. Esta Capillita pertenece a nuestra pequeña
familia de congregantes cuya cabeza reina nuestra Madre Celestial. Es toda nuestra, es únicamente nuestra. Sin envidia alguna cedemos a
otros la capilla más hermosa de la casa, nuestra casa arrendada, que teníamos hasta ahora. Nos alegramos y no nos dejaremos quitar por
nadie esta alegría. Pero, en el día de hoy, además de la alegría, también un sentimiento de santo orgullo hace palpitar más
fuertemente nuestros corazones, porque el Santuario que se hallaba desde tiempos inmemoriales más o menos abandonado, desmantelado
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y vacío, ha sido restaurado por nosotros y por iniciativa nuestra dedicado a la Santísima Virgen. Por lo menos, desde que habitan y
trabajan aquí los Pallottinos, no han lucido estas paredes adorno más bello que hoy. ¿Podemos acaso encontrar en este feliz acontecimiento
un presagio favorable del futuro desarrollo de nuestra joven Congregación?
3. ¡Sin duda! Sería una obra sublime, digna del esfuerzo y de la actividad
de los mejores, si nosotros, los congregantes, lográsemos introducir en nuestro internado un ardiente amor a María, y una intensa aspiración a
la virtud en los estudiantes, como no la hubo jamás aquí.
4. Pero, ¿por qué me expreso con tanta timidez y reserva? ¿Acaso he
perdido la confianza en ustedes? Cierto es que sólo quedan las ruinas de nuestra floreciente Congregación. Pero, de las ruinas brotará
pronto nueva vida. Garantía de ello es para mí la fiel cooperación de ustedes durante el año pasado y el auténtico espíritu mariano que han
adquirido. Puede ser que durante las vacaciones, bajo el humo y el polvo de la vida diaria, se hayan desvanecido algunos ideales, que uno
u otro propósito formulado en el decurso del año y que hemos tenido por invariable, no haya resistido la prueba en la vida práctica. Pero
una cosa nos ha quedado -estoy seguro de ello- y ésta es la convicción de que la auténtica grandeza moral y religiosa, según el estado de
cada cual, es inseparable de un verdadero congregante. Y hoy día, lo
mismo que a fines del último año escolar, nos anima la voluntad de triunfar, de realizar el ideal de nuestra Congregación. No, mis
queridos congregantes, no he perdido la confianza en ustedes. Sé que construyendo sobre lo que hemos alcanzado hasta ahora, haremos
grandes progresos en este año, tal como nos lo habíamos propuesto el año pasado.
5. Este desarrollo lento de nuestra gracia vocacional y el mayor grado de espíritu religioso y apostólico originado por este desarrollo no es, sin
embargo, lo que quisiera proponerles como meta. Mi exigencia se refiere a algo incomparablemente superior; cada uno de nosotros ha
de alcanzar el mayor grado posible de perfección y santidad, según su estado. No simplemente lo grande, ni algo más grande, sino
precisamente lo más excelso ha de ser el objeto de nuestros esfuerzos intensificados. Ustedes comprenderán que me atrevo a formular una
exigencia tan extraordinaria sólo en forma de un modesto deseo.
6. Pero si ustedes quieren saber el origen de este anhelo, me parece que puedo manifestarles una secreta idea predilecta.
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80
7. San Pedro, después de haber contemplado la gloria de Dios en el Tabor, exclamó arrebatado: "¡Qué bien estamos aquí! ¡Hagamos aquí
tres tiendas!". Una y otra vez vienen a mi mente estas palabras y me he preguntado ya muy a menudo: ¿Acaso no sería posible que la
Capillita de nuestra Congregación al mismo tiempo llegue a ser nuestro Tabor, donde se manifieste la gloria de María? Sin duda alguna no
podríamos realizar una acción apostólica más grande ni dejar a
nuestros sucesores una herencia más preciosa que inducir a nuestra Señora y Soberana a que erija aquí su trono de manera especial, que
reparta sus tesoros y obre milagros de gracia. Sospecharán lo que pretendo: quisiera convertir este lugar en un lugar de peregrinación,
en un lugar de gracia, para nuestra casa y toda la Provincia alemana y
quizás más allá. Todos los que acudan acá para orar deben experimentar la
gloria de María y confesar: ¡Qué bien estamos aquí! ¡Establezcamos aquí
nuestra tienda! ¡Este es nuestro rincón predilecto! Un pensamiento
audaz, casi demasiado audaz para el público, pero no demasiado audaz
para ustedes. ¡Cuántas veces en la
historia del mundo ha sido lo pequeño e insignificante el origen de lo grande,
de lo más grande! ¿Por qué no podría suceder también lo mismo con
nosotros? Quien conoce el pasado de nuestra Congregación no tendrá
dificultades en creer que la Divina Providencia tiene designios especiales respecto a ella.
8. Al decir esto, mis queridos congregantes, siento que mis palabras
encuentran eco. ¡Ya están ardiendo sus corazones! Ustedes han hecho suyo mi proyecto: lo pongo tranquilamente en sus manos, lo mismo
que su ejecución, y no tengo reparo en escribirlo en nuestra crónica. ¡Que las generaciones venideras nos juzguen! ¿Alcanzaremos el fin
que nos hemos propuesto? En cuanto depende de nosotros, mis
queridos congregantes, -y esto no lo digo, vacilando y dudando, sino con plena convicción-, todos nosotros haremos todo lo posible. Tal
como para nuestro segundo patrono, san Luis Gonzaga, una capillita de la Santísima Virgen en Florencia fue el origen de su santidad, así
también esta capilla de nuestra Congregación será para nosotros cuna
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
81
de santidad. Esta santidad hará suave violencia a nuestra Madre
Celestial y la hará descender hasta nosotros.
9. Hace más de cinco siglos los ingleses y franceses se destrozaban en
una guerra sangrienta. Francia ya estaba a punto de quedar totalmente aniquilada. Al mismo tiempo, una humilde aldeana
francesa imploraba en fervorosa oración a la Santísima Virgen la salvación de su rey. De repente se le aparece el arcángel san Miguel y
le dice: "Aquella que el gran Dios reconoce por Madre suya me ha ordenado que me presente a ti, para anunciarte que ciñas la espada,
cubras tu cuerpo con una coraza y defiendas la causa de la justicia. Tú librarás la ciudad de Orleans de sus enemigos y llevarás al rey a Reims
a ser coronado. En la Iglesia de santa Catalina de Fierbois está enterrada una espada detrás del altar. Hazla sacar y cíñetela".
10. La joven se llamaba Juana de Arco, conocida en la historia como la Doncella de Orleans. Pío X la beatificó en 1909. Se me figura que
nuestra Señora, en estos momentos, en la antigua capilla de san Miguel nos dirige estas palabras por boca del santo Arcángel:
11. No se preocupen por la realización de su deseo. Ego diligentes me
diligo. Amo a los que me aman. Pruébenme primero por hechos que me aman realmente y que toman en serio su propósito. Ahora tienen
para ello la mejor oportunidad. Según el plan de la Divina Providencia, debe ser la gran guerra europea, un medio extraordinariamente
provechoso para ustedes en la obra de su propia santificación. Es esta santificación que exijo de ustedes. Ella es la coraza que tienen que
ponerse, la espada con que deben librar a su patria de sus enemigos extraordinariamente poderosos y ponerla a la cabeza del viejo mundo.
(Documentos de Schoenstatt, pp.59)
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QUINTO ENCUENTRO
“En Alianza de
Amor con María”
OBJETIVO
Seguir al Padre Fundador en su camino de Alianza de Amor con
María.
PROGRAMA
Oración Inicial
Introducción
Explicación y motivación del
objetivo de este encuentro
Reflexión personal e
intercambio grupal
Dinámica de encuentro con nuestro Padre Fundador
Tarea hasta el próximo
encuentro Oración Final y compromiso
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PAUTA PARA EL GUIA
Oración inicial (ver esquema pág. 5)
Introducción
Para comenzar este encuentro, se puede hacer un recuento de lo visto
hasta este momento en el taller, y se motiva a intercambiar sobre los frutos obtenidos. Para facilitar este momento, se contestan las
siguientes preguntas en silencio y después se ponen en común (dejar
entre 20 a 30 minutos).
Preguntas para el intercambio: (el guía las traerá previamente escritas)
Personalmente, ¿Qué me ha regalado la Mater en el taller hasta
este momento?
De lo que he conocido hasta ahora del Padre Fundador, ¿qué me ha “tocado” especialmente?
¿Por qué?
¿He logrado un encuentro más personal con él? ¿Cómo?
Explicación y motivación del objetivo de este encuentro
o Queremos seguir al Padre Fundador, en su camino de santidad, en
Alianza de Amor con María.
o Históricamente la Alianza de Amor que sella el Padre Fundador, tiene
su origen en la fe práctica en la Divina Providencia. El auscultando los signos de Dios en las circunstancias que estaban viviendo, llega a
la decisión de pedirle a la Virgen que se establezca en la pequeña capilla y que erija allí su trono de gracias. Este paso fue para el
Padre Fundador un salto en la fe, que posteriormente se confirmó como un querer de Dios.
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
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o La Alianza de Amor con María es el centro de la espiritualidad de Schoenstatt. En la Alianza con María aprendemos su actitud de hijo
ante el Padre Dios. Ella nos enseña a ser obedientes a los deseos y a la voluntad de Dios y por eso nos transforma en instrumentos
aptos en su mano.
o Cada uno de nosotros hemos sellado una Alianza de Amor con María.
La hemos recibido y aceptado como nuestra Madre y Educadora.
o Ella nos ha recibido como hijos en su corazón y nos ha prometido educarnos a semejanza de Cristo. Seguramente hemos
experimentado su amor y acción educadora.
o Nosotros le prometimos a la Mater abrir nuestro corazón de hijo y demostrarle con
hechos que la amamos. Le hemos confiado nuestras preocupaciones, nuestros anhelos y
también a quienes más amamos. No somos los mismos desde que sellamos nuestra Alianza,
hemos contado con una ayuda generosa. La
Mater siempre nos espera en el Santuario dispuesta a regalarnos sus gracias, la única
condición para que su amor se haga fecundo en nosotros, es que le demostremos con hechos
que la amamos. Es decir, nuestro esfuerzo consciente por ser mejores, nuestro aporte al Capital de Gracias.
o Nuestro Padre Fundador siguió este mismo camino; María lo recibió
como hijo, lo amó profundamente, el se entregó con todo su corazón, ella fue su educadora fiel que modeló su vida a imagen de
Cristo. El se transformó en instrumento apto en su mano y en padre para cada uno de nosotros.
o El Padre Fundador nos invita a seguir su camino y nos quiere ayudar
a entregarnos, consciente y enteramente, a María, para que Ella
obre milagros en nosotros. Esta invitación nos la hace el 18 de octubre de 1914, en el Acta de Fundación del Movimiento de
Schoenstatt que ustedes leyeron y estudiaron para esta reunión.
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Reflexión personal e intercambio grupal
Cada matrimonio medita en silencio y responde por escrito las preguntas propuestas en el Anexo 1. (Se dejan 10 minutos).
A continuación se pone en común lo reflexionado.
Dinámica de encuentro con nuestro Padre Fundador.
El guía invita a los participantes a tener un momento de
meditación y de encuentro con el Padre Fundador. Para facilitar el recogimiento interior, se sugiere hacerlo en el Santuario o
ambientar la sala, bajando la luz, poniendo música de fondo y teniendo una foto del Padre Kentenich grande que represente su
presencia entre nosotros.
Una vez que está todo listo, invitamos a los participantes a tranquilizarse, a dejar afuera todo lo que los distrae para
disponerse a contemplar con los ojos del corazón y así tener un encuentro personal con el Padre Fundador.
El guía comienza, con voz muy calmada, la meditación, haciendo las pausas necesarias para que los participantes vayan siguiendo
lo que él va diciendo:
Ahora, cerramos nuestros ojos y abramos nuestros oídos.
Tenemos al Padre Kentenich delante
nuestro… ¡Mirémoslo!... su cara… sus ojos… su sonrisa…
sus manos… ¿qué me trasmiten?... ¿dónde se encuentra?...
¿al interior de una casa, en una iglesia, en un auditorio, en el Santuario, en un
jardín?...
Qué sonidos escucho?...
¿qué olores siento?... ¿qué veo?... ¿hay alguien más en esta escena?…
¿quién? ¿Qué está haciendo el Padre?... ¿qué dice?... ¿a quién se lo dice?...
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
86
Caminemos a su encuentro… saludémoslo… ¿cómo me acoge?... ¿qué me dice?...
¿qué me regala?... ¿qué le regala a mi familia?...
¿qué le pide a mi familia?... ¿qué le regalo yo a él?
Me he encontrado con una persona. ¿Qué rasgos de Cristo veo en él?
Despidámonos de él.
Demos gracias al Señor y la Mater por este momento.
Abramos nuestros ojos.
En 5 minutos escribamos lo más relevante de este encuentro
personal con nuestro Padre y Fundador, para luego compartir la experiencia en el grupo.
El guía conduce este momento de intercambio, procurando que
todos puedan expresarse.
Tarea hasta el próximo encuentro
- Hemos tenido un encuentro personal con el Padre Fundador, el nos ha invitado a seguir su camino de Alianza de Amor con María.
A esa luz y bajo su mirada queremos revisar nuestra vida.
- Dejemos un momento en la semana, para ir al Santuario y con
tranquilidad y con el corazón abierto, reflexionemos sobre algunos aspectos de nuestra vida, ayudándonos con la pauta
sugerida en el Anexo 2. Después compartámosla con nuestro cónyuge.
- Estudiar para el próximo encuentro, en la
biografía del Padre Kentenich, que elegimos para leer, el capítulo que se refiere al 20 de
Enero de 1942.
Oración Final (ver esquema pág. 7
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
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ANEXO 1
Preguntas de reflexión después de leer
la Primera Acta de Fundación
1. ¿Qué nos pide y regala concretamente la Mater por boca del Padre
Kentenich en la Primera Acta de Fundación? Destacar las promesas y exigencias
2. ¿Cómo ha sido nuestra vivencia personal y matrimonial de la Alianza
de Amor con la Mater? ¿Qué ha hecho Ella en mí? ¿Cómo le he respondido?
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
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3. ¿Cómo vivió el Padre Fundador su Alianza de Amor con María?
4. ¿Qué es lo que más me llama la atención de su relación con María?
5. ¿De qué manera el Padre Kentenich nos puede ayudar a vivir nuestra
Alianza de Amor personal y matrimonial?
6. ¿Qué le pido?
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
89
ANEXO 2
La Alianza de Amor con María me lleva a conquistar
una vinculación personal y profunda con Ella, de tal manera que pueda poner siempre mi vida bajo su
mirada, así como lo hizo el Padre Fundador.
Por eso meditemos:
María y yo
a. ¿Mi relación con la Mater, es personal? ¿le cuento mis cosas, lo que me preocupa, lo que me entristece, lo que me alegra? ¿Cómo lo
hago?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
b. ¿La visito en su Santuario? ¿Con qué frecuencia?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
La Mater nos ayuda a hacer vida nuestra Alianza matrimonial
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
90
a. ¿Tenemos como matrimonio una relación
personal con María? ¿En qué se manifiesta? ______________________________________
______________________________________
______________________________________
______________________________________
______________________________________
b. ¿Nos damos tiempo como matrimonio para conversar? ¿Compartimos
con un corazón abierto nuestros anhelos, inquietudes, preocupaciones? ¿Cuándo lo hacemos?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
c. ¿Cómo cultivamos permanentemente nuestro amor? ¿Nos agradecemos mutuamente lo que cada uno hace por el otro? ¿Cómo
lo hacemos? _______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
María, a través de la Alianza de Amor, transformó al Padre
Kentenich en un verdadero Padre, a imagen del Buen Pastor.
También quiere ayudarnos a nosotros a asumir nuestra misión.
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
91
a. ¿Cómo es nuestra vinculación con nuestros hijos? ¿Les demostramos nuestro amor incondicional? ¿En qué?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
b. Los conocemos a cada uno en su originalidad? ¿Sabemos lo que les
pasa? ¿Los acompañamos en sus desafíos personales?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
c. ¿Nos sacrificamos por ellos? ¿Qué estamos haciendo actualmente por
ellos? _______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
____________________________________
d. ¿Con cuál tengo más contacto? ¿Cuál es el que más me cuesta?
¿Por qué? ____________________________________
____________________________________
____________________________________
____________________________________
____________________________________
____________________________________
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
92
María me quiere enseñar a tener una verdadera vinculación a
las cosas y al trabajo.
a. ¿Cómo es nuestra vinculación con la cosas? ¿Las cuido? ¿Las comparto? ¿Estoy apegada a ellas? ¿A qué especialmente?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
b. ¿Cómo es mi vinculación al trabajo? ¿Me gusta lo que hago? ¿Me
realizo en él? _______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
c. ¿Me absorbe y descuido otras cosas importantes? ¿Lo ofrezco? _______________________________________________________
___________________________
___________________________
___________________________
___________________________
__________________________
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
93
La Alianza de Amor con María quiere hacer de nosotros santos
de la vida diaria, así como lo fue nuestro Padre Fundador.
Hemos puesto, bajo la mirada de la Mater, algunos ámbitos de nuestra vida.
a. ¿Dónde siento que la Mater me ha regalado especiales gracias? _______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
b. ¿Qué quiero agradecerle?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
c. ¿Dónde creo que me pide dar un paso de crecimiento?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
d. ¿Qué me propongo?
________________________________________________________
________________________________________________________
________________________________________________________
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
94
SEXTO ENCUENTRO
“ Un sí audaz a la
voluntad de Dios”
OBJETIVO
Seguir al Padre Kentenich en su entrega filial y heroica por su
familia, a semejanza de Cristo: 20 de Enero de 1942
PROGRAMA
Oración Inicial
Motivación y explicación del objetivo de este encuentro
Dinámica grupal: 20 de Enero, historia y contenido
Síntesis del guía: ¿qué
aprendemos a la luz del 20 de Enero?
Reflexión personal y
matrimonial: aplicación a nuestra vida
Tarea hasta el próximo
encuentro Oración Final y compromiso
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
95
PAUTA PARA EL GUIA
Oración inicial (ver esquema pág. 5)
Motivación y explicación del objetivo de este taller
Hoy vamos a seguir al Padre y Fundador en su paso del 20 de
Enero de 1942. En él, el se entregó filial y heroicamente, por su familia a semejanza de Cristo como camino de redención,
Queremos aprender de él, su actitud abierta a la voluntad de Dios, aún cuando ésta signifique cruz y sufrimiento, y pedir este
don para nosotros.
Comprender como él, que las cruces y sufrimientos que Dios ha puesto en nuestras vidas, son un camino de redención para
nosotros y para nuestra familia.
Por eso hoy vamos a profundizar la historia del 20 de Enero y
meditar su contenido.
Dinámica grupal: El 20 de Enero, historia y significado
Ver anexo 1.
o Se entrega una pregunta a cada matrimonio o persona.
o Se deja un momento de reflexión para que cada uno responda por escrito la pregunta que se le entregó.
o Se pone en común lo contestado, se hace siguiendo la numeración
de las preguntas, sin interrupciones. Las dudas y los comentarios que surjan se anotan para hacerlas una vez que todos han
contestado su pregunta.
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
96
El guía redondea, tratando de dejar en claro los siguientes
aspectos:
El Padre nos enseñó el 20 de Enero que la aceptación de la cruz y el dolor, cuando es la voluntad de Dios, es camino fecundo de
redención para nosotros y para los demás.
La Familia de Schoenstatt toma conciencia de su responsabilidad por la libertad del Padre Kentenich. El se ofrece como Buen
Pastor, por su Familia y ella en la medida que se esfuerza por
hacer vida su Alianza de Amor a la altura del Poder en Blanco y la Inscriptio, le conquista su libertad.
Esta es la unión de destinos mutua, que nace del amor, en toda
familia querida por Dios. Somos responsables unos por otros.
La Familia de Schoenstatt crece en una verdadera unión, amor y solidaridad con el Padre Fundador y con los miembros entre si.
Se experimenta ahora, concientemente como familia, con un verdadero padre común, que es el Padre Kentenich, como hijos
de él y verdaderos hermanos entre si.
También la familia creció en la Alianza de Amor a través de una seria aspiración a la santidad en el espíritu del Poder en Blanco y
de la Inscriptio, como precio de rescate por la liberación del
Padre.
El 20 de Enero dejó claramente establecido el carácter sobrenatural de la Obra, es decir, Schoenstatt es una obra de
Dios.
La entrega del Padre Kentenich hasta el martirio de la cruz, produce un caudal de gracias extraordinario para la Obra de
Schoenstatt. A partir del 20 de Enero se esclarece la posición del Padre Kentenich como „cabeza supratemporal‟ de la familia, es
decir, él es el Padre y Fundador de la Obra de Schoenstatt para todos los tiempos.
Se puede terminar esta parte del taller leyendo el texto del Padre
Kentenich indicado en el anexo 2.
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
97
Reflexión personal y de matrimonio: aplicación a nuestra vida
Si es posible, realizarla en el Santuario o en una capilla.
Si no es posible, preparar un ambiente adecuado, ambientando
el lugar con el cuadro de la Mater y un cirio.
Se entregan los siguientes textos del Hacia el Padre y se dan las preguntas para reflexionar. (Ver anexo 3)
Tarea hasta el próximo encuentro
- Continuar leyendo la biografía elegida, especialmente los textos
relacionados con el 31 de Mayo de 1949, que se trabajará en el encuentro siguiente.
- Leer y reflexionar algunos textos de la plática del Padre Kentenich, del 31 de Mayo de 1949. (Ver anexo 4)
Oración Final (ver esquema pág. 7)
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
98
ANEXO 1
Dinámica grupal
20 de Enero, historia y significado
Preguntas
1. ¿Cuándo y por qué el Padre Kentenich es tomado preso por la GESTAPO? ¿Qué pasa con
él?
2. Una vez que es tomado preso por la GESTAPO, ¿dónde lo llevan?
3. ¿Cómo reacciona la Familia ante el encarcelamiento del Padre
Kentenich?
4. ¿Qué piensa el Padre Kentenich al ser tomado preso? ¿Cuál es el precio
de rescate que él cree que pide Dios, por su libertad exterior?
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
99
5. ¿Por qué no acepta el Padre Kentenich los recursos humanos buscados
por su familia, para su liberación?
6. ¿En qué momento decide el Padre Kentenich ir al campo de
concentración de Dachau? ¿Por qué lo hace?
7. ¿Cómo es el campo de concentración de Dachau? ¿Cómo lo describe el Padre Kentenich?
8. ¿Cómo vive el Padre Kentenich en el campo de concentración, qué
hace en concreto, cuál es su actitud?
________________________________________________________
________________________________________________________
________________________________________________________
________________________________________________________
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
100
9. ¿Cuándo se produce la liberación del Padre Kentenich del campo de
concentración de Dachau?
________________________________________________________
________________________________________________________
________________________________________________________
10. ¿Cuáles son los frutos del 20 de Enero para la Familia de Schoenstatt?
________________________________________________________
________________________________________________________
________________________________________________________
11. A través del 20 de Enero, ¿qué regalo de Dios recibe la Obra de Schoenstatt?
________________________________________________________
________________________________________________________
________________________________________________________
12. ¿Qué lugar ocupa el Padre Kentenich en su Obra después del 20 de
Enero?
________________________________________________________
________________________________________________________
________________________________________________________
________________________________________________________
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
101
ANEXO 2
Texto del Padre Kentenich
Libro “Historia del Padre Kentenich)
De todo corazón dono gustoso al buen Dios la pérdida de mi
libertad. Estoy dispuesto a soportarla en todas las formas posibles, hasta el fin de mi vida, si con ello pago el precio
necesario para la perdurabilidad, la santidad y la fecundidad de ustedes y de toda la Familia, hasta el fin de los tiempos. Lo
que aspiramos alcanzar con nuestra Familia y cómo lo queremos lograr, es algo tan excelso, que sólo es posible
realizarlo con gracias extraordinariamente grandes. Esto no deben olvidarlo nunca. Quien ama a la Familia se considera
feliz de poder darlo todo por ella. Lo más valioso que posee el
hombre es su libertad. Con sincero y ardiente amor ofrezco esta libertad, para que el Dios lleno de bondad les regale, con
abundancia y para todos los tiempos, el espíritu de libertad de los hijos de Dios que tan ardientemente he anhelado para
ustedes. (…)
Mi estadía aquí es una prueba mayor para ustedes que para mí; así como mi destino es el destino de la Familia. Estoy aquí no
por causa mía o por causa de alguna torpeza, sino por causa de la Familia, tanto de los más próximos como de los más lejanos.
Por eso la Familia está prisionera conmigo y en mí. Por lo mismo, tienen que aprovechar la prisión como yo lo hago, como
una suerte y un destino personal. Eso hacen si se consumen como hasta ahora por los ideales de la Familia, con
inquebrantable fidelidad, aun cuando vengan nuevas pruebas.
Espero y pido a Dios poder tomar y cargar solo muchos de los golpes previstos para la Familia. Pero, pero …, del todo no lo
podré. Por eso ustedes, a pertrecharse. En noble competencia tratemos de ser dignos unos de otros y de ser cada vez más
dignos de Dios y de la Santísima Virgen, para que ellos puedan levantar con nosotros el gran edificio que quieren construir. En
la práctica, no podemos hacer nada mejor que cultivar, amar y vivir el espíritu de Inscriptio (el amor a la cruz). Pidan para mí
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
102
ese espíritu como yo lo pido para ustedes y para todas las
generaciones futuras… (…)
No deben ponerse tristes por causa mía, en primer lugar porque
estoy allí donde Dios me quiere y eso es siempre lo mejor. Además, porque desde aquí puedo servirles y ayudarles mejor
que estando fuera. Finalmente, no deben olvidar lo que tantas veces les dijera: no hay lugar más hermoso en el mundo que el
corazón de un hombre noble y lleno de Dios. Vean ustedes cuánto me ha regalado Dios con lugares así. Preocúpense
ustedes que su corazón llegue a ser cada vez más noble, más puro, más fuerte y más lleno de Dios. Así, entonces, preparan
al buen Dios, y también a mí, un cálido terruño.
¿Y a quién le va mejor en el mundo que a mí? ¿Quién tiene un hogar más bello que el mío, a pesar de la prisión?
El Señor, al emprender el camino de su pasión, rezó: “Nadie
me quita la vida, yo mismo la doy porque quiero”. Así lo hago
también yo: Nadie me quita la libertad, yo la doy libremente, esto es, porque yo lo quiero así. Más exactamente: porque así
lo desea Dios. Y mi alimento y mi tarea predilecta es hacer la voluntad de Aquél que me ha enviado.
(Cartas del Carmelo, Navidad de 1941)
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
103
ANEXO 3
Pauta de Reflexión Personal y Matrimonial:
Aplicación a nuestra vida
1.- Meditar los siguientes textos del Hacia el Padre, que el Padre
Kentenich escribió en Dachau
Estoy tan íntimamente ligado a los míos que yo y ellos nos sentimos siempre un solo ser:
de su santidad vivo y me sustento y, aun, gustoso estoy dispuesto a morir por ellos.
Estoy tan entrañable y fielmente unido a ellos,
que desde dentro una voz me dice siempre: En ellos repercuten tu ser y tu vida,
deciden su aflicción o acrecientan su dicha.
En Cristo Jesús nos ata un estrecho vínculo: estamos profundamente unidos en sus santas llagas;
nosotros somos sus miembros, El la única Cabeza: esta Buena Nueva nadie nos la podrá arrebatar.
Si en el ser y en la vida nos asemejamos a Cristo,
podremos extendernos las manos unos a otros; la santidad de uno favorece a todos
a través de la sangre del Señor.
Así el amor a la Familia nos da alas
para refrenar con ahínco las malas pasiones y esforzarnos por la más alta santidad,
con vigoroso espíritu de sacrificio y sencilla alegría.
La santificación propia se torna amor a la Familia y le ayuda a cruzar alegremente toda oscuridad;
atrae sobre ella los ojos regocijados del Padre y es para ella báculo certero, el más seguro amparo.
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
104
Es santificación se orienta al apostolado y de él vive, e inflama con su ardor el celo por las almas;
es un lazo potente, indestructible, que nos une
a través de ciudades y de campos.
2.- Contestar en forma personal las siguientes preguntas:
a) ¿Qué regalos me ha hecho Dios en mi vida matrimonial y familiar?
____________________________________________________
____________________________________________________
____________________________________________________
________________________________________
b) ¿Qué dificultades o cruces ha puesto Dios en mi vida?
- en lo personal
____________________________________________________
____________________________________________________
- en lo matrimonial
____________________________________________________
____________________________________________________
- en lo familiar
____________________________________________________
____________________________________________________
- en lo laboral
____________________________________________________
____________________________________________________
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
105
c) ¿He pensado que las dificultades o cruces que Dios ha puesto en
mi vida, si las uno a Cristo u ofrezco a María en el santuario, son un caudal de gracias que puede ayudar a crecer a otra persona?
______________________________________________________
______________________________________________________
______________________________________________________
______________________________________________________
- ¿Qué dificultad o cruz quiero ofrecer hoy a la Mater?
______________________________________________________
______________________________________________________
______________________________________________________
- ¿Por quién quiero hacerlo?
______________________________________________________
______________________________________________________
______________________________________________________
d) ¿Me caracterizo por ser solidario y ayudar a los míos (mi cónyuge,
mis hijos, hermanos de grupo, amigos) en sus necesidades? ¿A
quién he ayudado este último tiempo? ¿Cómo lo he hecho?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
106
e) ¿En qué me pide Dios crecer para conquistar en mí una verdadera
solidaridad frente a los míos?
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
_______________________________________________________
3.- Intercambiar como matrimonio lo reflexionado en forma personal
4.- Sacar una conclusión que puedan expresar en la oración final.
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
107
ANEXO 4
Algunos textos de la
plática del 31 de Mayo de 1949
Padre José Kentenich
2 Es un hecho histórico que Schoenstatt ha venido hasta nosotros: el
Schoenstatt originario al nuevo Schoenstatt. Desde hoy en adelante, otro
hecho ha de llegar a ser realidad histórica: desde hoy –así me parece- tenemos que cuidar, desde aquí, que el nuevo Schoenstatt encuentre su
camino hacia el Schoenstatt de origen. El torrente de gracias que vino desde allá en la plenitud de la Tercera Acta de Fundación, y que sigue
derramándose, quiere volver a la fuente primitiva, llevándole abundante bendición. Este es el profundo sentido de esta fiesta.
3 Ella tiene un doble carácter: de obsequio feliz y de pesada misión. Nos
hemos reunido aquí en esta silenciosa hora vespertina, para entregarle solemnemente a la Santísima Virgen el trabajo que para ella hemos hecho
en común. Digo que fue un trabajo hecho en común, porque mientras yo escribía día y noche, Uds. imploraban para mí, silenciosamente, el Espíritu
Santo en nuestro Cenáculo. Uds. no se cansaron de hacer abundantes sacrificios por la misma intención y, más que nada, se esforzaron por tomar
en serio la Inscriptio en el día de trabajo.
12 Hace poco señalaba la gran tarea que tenemos aquí en Chile como
pequeña Familia. Sin embargo, el motivo que nos reúne hoy en esta tarde, indica que el Padre Dios nos ha confiado una gran tarea para todo el
mundo, especialmente para Europa, para el Occidente. ¿De qué tarea se trata? Se trata de desenmascarar y sanar radicalmente el germen de la
enfermedad que aqueja al alma occidental: el pensar mecanicista.
13 Tengo bastantes razones para suponer que Dios ha impuesto en este sentido una carga pesada a nuestra Familia. La ley de la puerta abierta me
persuade de ello. Quien tiene una misión, debe serle fiel y cumplirla.
14 ¡Desvalimiento! Si recuerdo cómo todo ha ido creciendo: todo es un regalo extraordinariamente grande que el Padre Dios me ha dado: la
mentalidad orgánica opuesta a la manera de pensar mecanicista. Esta fue
la lucha personal de mi juventud. En ella pude vencer aquello que hoy conmueve a Occidente hasta en sus raíces más profundas. Dios me dio
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
108
inteligencia clara. Por eso tuve que pasar durante años por pruebas de fe.
Lo que guardó mi fe durante esos años fue un amor profundo y sencillo a María. El amor a María regala siempre de por sí esta manera de pensar
orgánica. Las luchas terminaron cuando fui ordenado sacerdote y pude
proyectar, formar y modelar en otros, el mundo que llevaba en mi interior. El constante especular encontró un saneamiento en la vida cotidiana. Este
es además el motivo por qué conozco tan bien el alma moderna, aquello que causa tanto mal en Occidente. ¿A quién debo agradecer todo esto?
Viene de arriba. Sin duda de la Santísima Virgen. Ella es el gran regalo. De este modo pude, además de la enfermedad, experimentar también en
mi propia persona, y muy abundantemente, la medicina…
19 Uds., a su manera, pueden ayudarme a llevar la responsabilidad y compartir la misión de la Familia. Pero tenemos que contar con que este
trabajo hiera nobles corazones allá en la patria, que despierte una violente indignación y haga que en respuesta se nos den fuertes y duros
contragolpes. No nos admiremos si se forma un frente común poderoso y unido de hombres influyentes en contra mía y de la Familia. Humanamente
considerado, tenemos que contar por último con que nuestro intento
fracase completamente. Y, sin embargo, no podemos sentirnos dispensados de correr este riesgo. Quien tiene una misión ha de cumplirla,
aunque un salto mortal siga a otro. La misión de profeta trae siempre consigo suerte de profeta.
20 Vemos como el Occidente camina a la ruina y creemos que estamos
llamados desde aquí a realizar un trabajo de salvataje, de construcción y de edificación. Creemos que tenemos que ofrecernos como instrumentos para
impulsar una contra-corriente que vuelva a los países de los cuales también nosotros hemos sido abundantemente beneficiados…
25 … La Santísima Virgen está desvalida, ella sola nada puede. Es un
honor para nosotros poder ayudarla.
28 Ella viene hasta nosotros como la gran educadora. Nos ofrece su
capacidad, poder y fuerza de educadora…
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
109
SÉPTIMO ENCUENTRO
“Su misión, nuestra
misión”
OBJETIVO
Conocer el paso que el Padre Kentenich dio el 31 de Mayo de
1949 y responder ha llamado que nos hace ser sus aliados en esta
misión
PROGRAMA
Oración Inicial
Introducción
Explicación del objetivo de este encuentro
DVD o video: “La Carta sobre el
Altar”
Reflexión personal y matrimonial (según pauta)
Conclusión del taller: Momento
de oración y entrega en el santuario
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
110
PAUTA PARA EL GUIA
Oración inicial (ver esquema pág. 5)
Introducción
Llegamos al último encuentro de nuestro taller y con él a un punto culminante del desarrollo de la historia de Schoenstatt
vivida por el Padre Kentenich.
El 31 de Mayo es una nueva irrupción de gracias, que es
considerado como el 3er hito de la historia de Schoenstatt. Para nosotros es de vital importancia porque es el paso del Padre
Fundador por nuestra tierra chilena y porque nos confía en nuestro Santuario Cenáculo de Bellavista, la misión de
Schoenstatt para la Iglesia.
Explicación del Objetivo y Motivación
o Conocer el 3er hito de nuestra historia: el 31 de Mayo de 1949 y responder al llamado que él nos hace a asumir su misión para la
Iglesia.
o Queremos recordar que el Padre es un instrumento elegido por
Dios, al que Él le ha confiado un carisma para el mundo y la Iglesia de nuestro tiempo. Las gracias de ese carisma están unidas a su
persona, nosotros recibimos y participamos de las gracias propias de su carisma en la medida que estemos vinculados a él.
o El 31 de Mayo de 1949 el Padre Kentenich inicia la gran cruzada por
el pensar, amar y vivir orgánicos, que es el gran regalo de Schoenstatt para el hombre, la Iglesia y el mundo actual. Cuando
el vino a nuestro continente, después de su estadía en el Campo de Concentración de Dachau, vino a buscar aliados para esta misión y
esos aliados somos nosotros hoy.
o Seguir al padre, por lo tanto, significa responder a su llamado, ser sus hijos y aliados y asumir la misión que él nos confía desde
nuestro Santuario Cenáculo.
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
111
A continuación veremos un video (o DVD) sobre esta etapa de
la historia: La carta sobre el altar.
Mientras lo vemos, reflexionemos las
siguientes preguntas y vamos anotando nuestras inquietudes y comentarios.
(Ver anexo 1)
El guía contesta las preguntas y redondea el tema reforzando
lo siguiente:
La misión del 31 de Mayo es:
Una nueva irrupción de Dios para la Obra de Schoenstatt.
Es un paso de entrega audaz a la voluntad de Dios que el
Padre Kentenich da por amor a la Iglesia.
Es una cruzada por la reconquista del organismo de
vinculaciones natural y sobrenatural, es la conquista del pensar, amar y vivir orgánico como respuesta al pensar
mecanicista.
El Padre Kentenich vino a Latinoamérica a buscar aliados para su misión. El 31 de Mayo de 1949, estando en Chile,
entrega a la Mater en nuestro Santuario Cenáculo de Bellavista, la carta que ha escrito para los obispos alemanes
y proclama desde él, la misión de Schoenstatt para la Iglesia.
Reflexión personal y matrimonial
(Ver anexo 2)
Conclusión del taller:
Momento de oración y entrega en el Santuario.
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
112
ANEXO 1
“Carta sobre el altar”
Preguntas para reflexionar al ver el video o DVD
1. ¿Qué me llama la atención
2. ¿Con qué me identifico o qué me motiva?
3. ¿Qué no entiendo?
4. ¿Qué me gustaría preguntar?
5. ¿Qué luces me da para comprender la misión del 31 de Mayo?
________________________________________________________
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
113
ANEXO 2
Preguntas de reflexión personal y matrimonial.
1. ¿Qué signos de mecanicismo encontramos en nuestra vida familiar?
2. ¿Qué costumbres tenemos, que nos ayudan a vencer este mecanicismo y a cultivar una sana vinculación natural y sobrenatural
como familia?
5. ¿Qué apostolado estamos haciendo?
6. ¿Podemos decir que en él estamos siguiendo al Padre Kentenich, en
el sentido de su misión?
7. A la luz de la misión del 31 de Mayo, ¿qué nuevo desafío se nos plantea como matrimonio y familia?
_______________________________________________________
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
114
Carta al Padre Kentenich
En este taller hemos aprendido a conocer al Padre Kentenich como nuestro Padre y Profeta. Nos hemos adentrado en su camino de
santidad, reconociendo que es nuestro camino y hemos recibido una vez más el llamado a hacer nuestra su misión.
Con la sencillez del hijo, abramos nuestro corazón y escribámosle una carta al Padre Kentenich (qué le agradecemos, qué reconocemos
ante él, qué le pedimos, a qué nos comprometemos).
Querido Padre Kentenich:
Firma
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
115
Momento de Oración y entrega en el Santuario
Canto: Señor, átame a tu Santuario
Señor, átame, átame a tu Santuario
Con lazos que no se rompan. Señor, átame, átame a tu Santuario
Con todas las fibras de mi ser.
Señor, dame un corazón de niño para creer Y dame un corazón de madre para amar,
Para actuar, regálame, Señor,
Un corazón de padre.
Señor, átame a tu Madre La Madre tres veces Admirable
Y reina de Schoenstatt. Señor, átame a ella para siempre.
Voz 1: Es como si el ambiente del hogar nos rodeara en estos momentos; como si ángeles estuviesen en medio de nosotros y nos dijesen:
“Quítate el calzado, porque el lugar que pisas es tierra santa”.
Sí, santo es este lugar, y seguirá haciéndose más y más santo; tierra santa es ésta, porque la Santísima Virgen ha escogido este
terruño; tierra santa, porque en el transcurso de los años, de los
decenios y de los siglos, desde este lugar saldrán, crecerán y trabajarán fecundamente hombres santos. Este es un lugar
santo, finalmente, porque desde aquí se impondrán santas tareas, es decir, tareas que santifican, sobre débiles hombres.
Voz 2: Querida Madre y Reina, tú estás aquí, tú eres la puerta de
entrada al corazón de Jesús… Quiero entrar contigo en el corazón de tu Hijo y de Dios Padre.
Qué alegría poder llegar a tu Santuario, qué regalo es poder visitarte. Todo hijo se alegra cuando puede ir a ver a su madre.
Por eso me alegra estar hoy contigo y poder contarte todo lo que traigo en mi corazón, con la sencillez y simplicidad de un hijo que
cuenta a su madre lo que le inquieta, con la confianza que a través de tu corazón llegaré al corazón de Jesús y a Dios Padre.
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
116
Voz 3: Querida Mater, el Padre Kentenich dijo: “quien me busque me
encontrará en el Santuario”… hoy hemos venido a tu Santuario para encontrarnos con él. Hemos hecho un camino que nos ha
llevado a reconocerlo como nuestro Padre y Profeta, hemos recorrido sus pasos: - su historia de Alianza de Amor contigo; -
su sí heroico a la voluntad del Padre; - su donación generosa a la
Familia de Schoenstatt; y – su entrega heroica a la misión.
El nos ha llamado a seguir sus huellas, a ser sus hijos y aliados en la construcción del Reino de Schoenstatt. Hoy venimos a
entregarnos a ti y en ti a él, como tu hijos e instrumentos.
(Cada uno lee en silencio la carta que le escribió al Padre Kentenich)
Voz 1: “La Santísima Virgen nos ha regalado el uno al otro. Queremos permanecer recíprocamente fieles: el uno en el
otro, con el otro, para el otro, en el corazón de Dios. Si no nos reencontrásemos allí, sería algo terrible. Allí debemos
volver a encontrarnos. No deben pensar: vamos hacia Dios, por eso debemos separarnos. Yo no quiero ser
simplemente un señalizador en el camino. Estamos el uno
junto al otro para encendernos mutuamente. Nos pertenecemos el uno al otro ahora y en la eternidad;
también en la eternidad estaremos el uno en el otro. ¡Es éste el eterno habitar del uno en el otro propio del amor! Y
entonces, permaneciendo el uno en el otro y con el otro, contemplaremos a nuestra querida Madre y a la Santísima
Trinidad”.
TODOS: Padre, nuestro corazón en tu corazón, nuestro pensamiento en tu pensamiento,
nuestra mano en tu mano, nuestra vida en tu vida.
Padre, ¡tu misión es nuestra misión!.
Voz 2: Como hijos agradecidos renovamos nuestra Alianza de Amor con
la Mater: “Oh, Señora mía…”
Canto: Dios te salve, María
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
117
Taller del Padre Kentenich - Rama de Familias
118
1. CÁNTICO DE MARÍA
Mi alma glorifica al Señor mi Dios gózase mi espíritu en mi Salvador El es mi alegría, es mi plenitud
El es todo para mi Ha mirado la bajeza de su sierva
muy dichosa le dirán todos los pueblos porque en mi ha hecho grandes maravillas, el que todo puede y cuyo nombre es santo.
Su clemencia se derrama por los siglos
sobre aquellos que le temen y le aman desplegó el gran poder de su derecha
dispersó a los que piensan que son algo Derribó a los potentados de sus tronos
y ensalzó a los humildes y a los pobres los hambrientos se saciaron
de sus bienes y dejó de sí vacíos a los ricos.
Acogió a Israel su humilde siervo acordándose de su misericordia
como había prometido a nuestros padres a Abraham y descendencia para siempre.
2. MADRE DEL SILENCIO
Virgen María, Madre del Señor,
danos tu silencio y paz para escuchar su voz.
Como una tarde tranquila como un suave atardecer
era tu vida sencilla en el pobre Nazaret
y en medio de aquel silencio Dios te hablaba al corazón.
Enséñanos, Madre buena, cómo se debe escuchar
al Señor cuando nos habla en una noche estrellada en la tierra que dormida
hoy descansa en su bondad.
3. REINA INMACULADA Quien es esa Señora
revestida de sol, tan blanca como nieve, de estrellas coronada.
Ella, ella, ella,
es la Inmaculada Madre de Jesús, Madre nuestra también,
Ella es nuestra madre, Ella es. Madre ven, recibe la corona,
desciende hasta tus hijos ven y acepta nuestro corazón.
Por designio del Padre Madre fue del Señor,
actuó junto a su Hijo fielmente en la Redención.
Siempre en toda su vida respondió sí al Padre
en penas y alegrías es luz de nuestro camino.
4. SANTA MARIA DEL CAMINO
Mientras recorres la vida tu nunca solo estás
contigo por el camino Santa María va.
Ven con nosotros a caminar, Santa María ven,
Ven con nosotros a caminar, Santa María ven.
Aunque te digan algunos, que nada puede cambiar
lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad.
Si por el mundo los hombres sin conocerse van,
no niegues nunca tu mano al que contigo está.
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5. MARIA DE LA ALIANZA
Qué silencio más delicado, amor del amor más escondido, eres mujer, puerta del cielo,
tres colores adornan tu manto, bajan las cascadas de los árboles
que caen hasta el suelo, y llegan al Santuario.
Quieres dar la mano, sin yo pedir la tuya,
no puedo estar sin Ti sin tu mirada pura,
tu voz me llena el alma, María de la Alianza, palabra hecha flor.
He cambiado todo mi canto,
sólo para soñar tu brisa; y no soy más que polvo en el camino, aunque no es polvo de tu olvido.
quiero ser tu puente hacia el cielo, hecho de barro y de fuego,
que nace en el Santuario.
6. MARIA, MIRAME
María mírame, María mírame si tú me miras, El también me mirará
Madre mía mírame de la mano llévame
muy cerca de El que ahí me quiero quedar.
María cúbreme con tu manto que tengo miedo, no se rezar
que por tus ojos misericordiosos tendré la fuerza, tendré la paz.
Madre consuélame de mis penas es que no quiero, ofenderle más
que por tus ojos misericordiosos quiero ir al cielo… y verlos ya.
En tus brazos quiero descansar.
7. GRACIAS AL DIOS CREADOR
Gracias al Dios creador gracias al Dios que es amor porque hizo nacer el amor humano
para dar vida para ser luz y camino en su creación.
Alégrense mares y montañas alégrense el cielo y las estrellas
porque el Señor de la vida hizo nacer el amor.
Cante la vida en la tierra
cante la creación entera porque el Señor de la vida hizo nacer el amor.
8. CANTO AL DIOS PADRE Grande es el cariño
para con tus hijos tierno eres Padre
con quienes te aman. Tú bien lo sabes de que estamos hechos
te acuerdas de que somos tierra.
Dios nos sostiene y nos cuida nos protege y nos cobija con su amor nos regocija
en nuestra terrena andanza. El Padre nos va cambiando
como alfarero a la arcilla somos su voz, su semilla la tierra de sus amores.
Y hace que suban al cielo
de la mano de María hombres llenos de alegría de su gracia portadores
“ Vayan e incendien el mundo “ es consigna y profecía
de la mano de María es misión de fundadores.
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9. CANTICO AL TERRUÑO
Yo conozco esa maravillosa tierra Es la pradera asoleada, Con los resplandores del Tabor;
Donde reina nuestra Señora Tres veces Admirable,
En la porción de sus hijos escogidos, Allí donde retribuye fielmente Los dones de amor.
Manifestando su gloria Y regalando una fecundidad ilimitada;
Ese es mi terruño, mi tierra de Schoenstatt.
10. VUELVAN LOS OJOS
Vuelvan los ojos hacia el Señor y despierten su amor
canten por El con el corazón El es el salvador, El es nuestro Señor
Yo llamé al Señor y siempre me escuchó
de mis miedos me libró y sin fin lo alabaré.
Dios guarda a los que aman y escucha su voz
les consuela de sus penas y sus pasos El guía.
Los que buscan al Señor todo lo tendrán
los que abren su corazón nada les faltará.
11. DIOS ESTÁ AQUÍ
Dios está aquí, tan cierto como el aire que respiro
tan cierto como la mañana se levanta tan cierto como que este canto
lo puedes oir
12. DILEXIT ECCLESIAM Dilexit ecclesiam
Padre contigo Amaremos a la iglesia
Y la llevaremos a las nuevas playas que tu mirada de profeta descubrió
mirando hondo en el alma y en los ojos de María. Con tu mano siempre
en el pulso del tiempo y tu oído en el corazón de Dios.
La haremos familia
santo hogar de alianza donde María la Mujer llena de sol con Cristo reine,
y en su amor nos acoja y nos regale corazones libres de hijos y hermanos
portadores alegres de su luz.
13. PADRE AMERINDIO
Quiero decirte Padre en aymará, quiero nombrarte Padre en araucano, quiero mostrarte Padre mi Otavalo,
quiero darte las gracias, por mi Amerindia.
Quiero decirte fuerte que te amo en quechua,
quiero sembrar tu reino con trigo maya, quiero darte mi vida como azteca,
quiero adornar tu frente, con oro inca. Mi Padre, en tu corazón encuentro,
mi sintonía, mi sintonía, y puedo consagrar ahora mi pueblo,
todo a María, todo a María. Quiero decirte Padre en guaraní,
quiero nombrarte Padre con mi alma shuara, quiero mostrarte Padre sierra y
mares, quiero darte las gracias, por mi Amerindia.
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14. ALIANZA
Nunca perecerá quien permanezca fiel a su Alianza de Amor.
Soy tan débil y pequeña
que a tu amor renuncié, tú esperaste Madre y ahora vuelves a llamar.
Mis manos son tan pequeñas
para construir, pero entonces Madre
¿por qué me has llamado a mí? Vence y derrótame
en la lucha de mi yo, átame fuertemente a tu amor,
porque mi amor por débil es más fuerte aún. Te suplico Madre
que me guíes hacia ti.
15. MILAGRO DE AMOR Jesús aquí presente en forma real
Te pido un poco más de fe y de humildad Y así poder ser digno de compartir
Contigo el milagro más grande de amor. Milagro de amor tan infinito
En que Tú mi Dios te has hecho Tan pequeño y tan humilde para entrar en mi.
Milagro de amor tan infinito En que Tú mi Dios te olvidas
De tu gloria y de tu majestad por mí.
Y hoy vengo lleno de alegría A recibirte en este eucaristía Te doy gracias por llamarme a esta cena
Porque aunque no soy digno visitas Tú mi alma.
Milagro… Gracias, Señor por esta comunión.
16. RECIBEME
Recíbeme Con toda la miseria que hay en mí
Con todos los deseos de seguir Por tu camino.
Iluminar Es hoy el reto en la oscuridad
Servicio entrega en fidelidad Hasta la muerte.
Hoy es tiempo de dar
A manos llenas lo que se nos dio Brillar, hasta consumirse Iluminar un mundo en penumbras
Hasta que no quede yo sino Tú.
No se enciende una lámpara Para ponerla bajo el celemín La luz, que pusiste en mí
La ponga yo, en lo alto Y que maría me ayude a decir sí.
17. YO VOLVERÉA CANTAR
Yo volveré a cantar Al amor y a la esperanza
Yo volveré a cantar Los caminos de la paz.
Cuando los fríos se acerquen, Las flores se morirán,
Pero con la primavera De nuevo renacerán.
Quizás me veas llorar, Cuando un amigo se va,
El dolor es pasajero, Y la vida vencerá.
Quizás me veas sufriendo Por amar a los demás;
Quizás me veas gritando Que el pobre no tiene pan.
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18. CANCION DEL MISIONERO
Señor toma mi vida nueva antes de que la espera desgaste años en mi
estoy dispuesto a lo que quieras no importa lo que sea
Tú llámame a servir. Llévame donde los hombres
necesiten tus palabras necesiten mis ganas de vivir
donde falte la esperanza donde falte la alegría
simplemente por no saber de ti. Te doy mi corazón sincero
para gritar sin miedo lo bello que es tu amor
tendrá mis manos sin cansancio Tu historia entre mis labios y fuerza en la oración.
Y así, en marcha iré cantando
por calles predicando tu grandeza, Señor. Señor, tengo alma misionera
condúceme a la tierra que tenga sed de ti.
19. DIGO SI
Llamas y me ofreces con amor construir un mundo mejor
necesitas de mi sí. Quieres que te siga hasta el fin
que comprenda que sin mi muchos quedarán sin ti.
Si, no solamente porque si, sino porque yo junto a ti
encuentro paz, soy muy feliz
Si aunque no entienda digo sí aunque no vea digo sí, Tu me elegiste siempre si.
Se que tú no puedes esperar tengo que dejar mi plan
tu camino vale más 20. SEÑOR ATAME A TU SANTUARIO
Señor, átame, átame a tu Santuario
Con lazos que no se rompan. Señor, átame, átame a tu Santuario Con todas las fibras de mi ser.
Señor, dame un corazón de niño para creer
Y dame un corazón de madre para amar, Para actuar, regálame, Señor,
Un corazón de padre. Señor, átame a tu Madre
La Madre tres veces Admirable Y reina de Schoenstatt.
Señor, átame a ella para siempre.
21. ESPÍRITU SANTO,VEN
Espíritu Santo ven (tres veces) En el nombre del Señor.
Acompáñame, ilumíname, toma mi vida Acompáñame, ilumíname
Espíritu Santo vem. Santificame y transfórmame
Tu cada día, Santificame y transfórmame
Espíritu Santo, ven
22. EL ALFARERO Jesús, yo quiero abandonarme,
como el barro en las manos del alfarero, toma mi vida, hazla de nuevo,
yo quiero ser, yo quiero ser, un vaso nuevo.