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La epopeya italiana de Gonzalo Fernández de Córdoba, realidad y ficción en la novela "El Gran Capitán” Juan Granados Córdoba, junio de 2015

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La epopeya italiana de Gonzalo

Fernández de Córdoba, realidad y ficción en la novela "El Gran Capitán”

Juan Granados

Córdoba, junio de 2015

En torno a las fuentes…

importancia de la crónica manuscrita

•Paulo Jovio 1554•“Las Hazañas” de Hernán Pérez del Pulgar•“Breve Suma” de Diego García de Paredes.•Modesto Lafuente•Luis María de Lojendio (1942).

De ficciones en la narrativa histórica

Rigor y amenidad son tal vez las claves de la buena novela con telón histórico, esto, como casi todo lo que se puede decir en literatura, ya lo dejó dicho Cervantes en algún lugar de la segunda parte del Quijote cuando afirmaba:

“La mentira es mejor cuanto más parece verdadera y tanto más agrada cuanto tiene más de dudoso y posible”.

Así es que, las fábulas mentirosas, según Cervantes, deben ser escritas cuidando que:

“admiren, suspendan, alborocen y entretengan, de modo que anden a un mismo paso la admiración y la alegría juntas”

Parecida reflexión apuntaba poco después Tirso de Molina en su miscelánea Cigarrales de Toledo de 1621, cuando defendía que la buena narración debería consistir en:

“Fabricar, sobre cimientos de personas verdaderas, arquitecturas del ingenio fingidas”.

I) En la isla de Cefalonia, frente al golfo de Patrás, noviembre de 1500

Fuente: Historia de España Menéndez Pidal a través de Luis María de Lojendio

Asalto al castillo veneciano de San Jorge en poder de los jenízaros

otomanos mandados por Gisdar.

Pedro Navarro, Roncal el salteador o el arte de la poliorcética

“El Sansón de extremadura”, Diego García de Paredes, excesivo en todo

“Breve suma de la vida y hechos de Diego García de Paredes, la cual él mismo escribió y la dejó firmada de su nombre como al

fin de ella aparece.”

Otros secundarios de fuste…

Diego de Mendoza, conde de Melito.Hijo del cardenal del mismo nombre. Segundo en el mando de las tropas

españolas durante la campaña de la Cerignola y el Garigliano.Cristóbal Zamudio

Capitán de infantería española.Gonzalo Pizarro, el largo

Capitán de infantería española, padre de Francisco Pizarro, conquistador del Perú.

Lorenzo VillalbaPara todos: “El coronel”, jefe principal en el ejército del Gran Capitán.

Pedro de PazEl pequeño, jorobado y combativo jefe de la caballería ligera del Gran

Capitán.Pedro Gómez , llamado el Medina

Despensero del Gran Capitán y uno de los hombres de su confianza en la campaña.

Yehudá León Abravanel, más conocido por León Hebreo. Converso, médico de profesión, filósofo, literato y consejero principal del Gran

Capitán.

A fe que aquel gigantón nos dio buen juego literario y más que dará cuando alguien se decida a dedicarle la novela que merece. Algo que ya reclamaba Cervantes desde las páginas del Quijote:

“Hermano mío, dijo el cura, estos dos libros son mentirosos y están llenos de disparates y devaneos, y este del Gran Capitán es historia verdadera, y tiene los hechos de Gonzalo Hernández de Córdoba, el cual por sus muchas y grandes hazañas mereció ser llamado de todo el mundo el Gran Capitán, renombrado famoso y claro y dél merecido. Y este Diego García de Paredes fue un principal caballero, natural de la ciudad de Trujillo, en Extremadura, valentísimo soldado, y de tantas fuerzas naturales, que detenía con un dedo una rueda de molino en la mitad de su furia, y puesto con un montante en la entrada de un puente, detuvo a todo un innumerable ejército que no pasase por ella, e hizo otras tales cosas, que si como él las cuenta y escribe él asimismo con la modestia de caballero y de cronista propio, las escribiera otro libre desapasionado, pusieran en olvido las de los Héctores, Aquiles y Roldanes”

“Por fuerça de armas la roca subieronYa cuantos de turcos dentro hallaronQue son ochocientos aquellos tajaronEn pieças diversas las gentes despañaLeones y fieras no muestran tal saña

Qual ellos entonçes ally la mostraron” 

(Alonso Hernández: Historia Parthenopea, Roma, 1516)

II) Tarento. “Como las chimeneas en verano.“En el castillo Normando de Palermo, mayo de 1501.

“El Gran Capitán con aquella su gran prudencia parecía que tenía espíritu de pronosticar las cosas antes de que viniesen. Era de tan claro ingenio y de tanta providencia que parecía adivinar las cosas antes de que fuesen, y por esto proveía las cosas necesarias a lo por venir. Tenía a los franceses por tan soberbios y tan amigos de tomar lo ajeno por habérseles dado todo lo que en su parte les venía, que luego habían de querer ocupar la otra parte de los reyes de España; y con la grandeza de su ánimo le parecía que si quisiesen los franceses ocuparle la otra parte, que adquiriría grande honra y fama en les tomar la suya y echarlos de toda Italia”

 ( Anónimo: Crónica manuscrita del Gran Capitán)

Dos príncipes destronados

Don FadriqueDesdichado sucesor de Ferrante el joven en el trono de

Nápoles, desposeído por Fernando el Católico. Pretendió compartir el Regno con el Gran Capitán.

Ferrante, Duque de CalabriaHijo de don Fadrique, sometido a sitio en Tarento y luego apresado y enviado a España por Gonzalo Fernández de

Córdoba.

Las razones del reparto del Regno de Nápoles

Próspero ColonnaCapo del poderoso clan de los Colonna y aliado

principal del Gran Capitán en Italia.

Dos monarcas enfrentados por un reino

Fernando el católico Luis XII

—Sobre lo ingobernable de las tropas de origen vasco:

“ Tentado estuve otras tantas veces de tomarlos a todos en una fusta y enviarlos al Rey para que él los aguante ―le dijo Gonzalo sin alterar el gesto y añadió en ademán malévolo dirigido a toda

la concurrencia: “Así que, para ser claro, mucho más quisiera ser leonero que tener cargo de vuestra nación”.

III) Barletta…Los leones de Canosa.

En la villa murada de Atella, marzo de 1502. En la tarea de consolidar la Apulia y la Calabria.

Entrevista de Melfi con Nemours

“Está muy bien que de ambas partes estéis muy conformes, pero mirad la manera que tienen los franceses; con buenas palabras no hacen sino tomar lo que pueden; hacedlo vos así, dadles muchas buenas palabras sin romper con ellos, y trabajad para que se os den los pueblos de todo lo nuestro sin esperar que se haga sobre ello otra declaración, ni que se ponga embarazo en ello”.

El rey Fernando al Gran Capitán.

Everaldo Stewart, duque de D′AubignyEscocés al servicio de Francia. Condestable de los ejércitos franceses y principal oponente del Gran

Capitán en sus campañas italianas.

Luis D`Armagnac, duque de NemoursJoven Virrey enviado por Luis XII de Francia

con motivo del tratado de reparto de Nápoles. Muerto en la batalla de Cerignola.

Los gendarmes franceses de mítico recuerdo….

Ivo D `AllegreCélebre capitán de la gendarmería francesa, conocido por su

mal carácter y su facilidad para eludir al enemigo.Jacques de la Tremouille llamado el señor de la Tramolla

Capitán francés, protagonista de acciones señaladas en la Apulia y Cerignola

Jaques de Chabannes, señor de La PallisseCapitán francés en Ruvo di Pluglia, presente a lo largo de

toda la campaña.Luis D`Ars

Capitán de la gendarmería francesa, respetado por todos gracias a su valor y caballerosidad. Uno de los enemigos del

ejército español más difíciles de batir. Luis de Hedouville señor de Xandricourt,…

Pierre Terrail, señor de Bayard o Pedro BayardoApodado “el caballero sin miedo y sin reproche”, respetado por todos,

fue el más distinguido y valeroso de los gendarmes franceses.

Pierre Bayard

Los 428 de Canosa…

IV) Ruvo di Puglia Asunto de reptiles

En la villa adriática de Barletta, agosto de 1502.

“Si tratarédes de amores, con dos onzas que sepáis de la lengua toscana toparéis con León Hebreo, que os hincha las medidas.”  (Don Quijote de la Mancha, parte primera, prólogo) “El amor es un espíritu vivificante que penetra el mundo entero y es un vínculo que une a todo el universo”.  (De los Dialoghi di amore, composti per Leone medico, di natione hebreo, et dipoi fatto christiano. (1502) de Yehudá León Abravanel (1460-1521), más conocido por León Hebreo)

 

Lasquenetes vs suízos...Von Ravennstein vs Chandieu

V) Cerignola

Luminarias de victoria

Fuente: Historia de España Menéndez Pidal a través de Luis María de Lojendio

— ¡Oh, qué buenas nuevas traéis, micer Alejo! Nada me place más que esa novedad, porque el día se acaba y esas explosiones vendrán muy bien para alumbrarnos —dicho aquello, se aupó sobre los estribos para que se le viese bien y gritó—: ¡Ea, amigos y compañeros míos, no os alteréis por lo que habéis visto, sabed que esas que veis son las luminarias de nuestra victoria!”

—Señor, cubríos la cara, porque vais muy señalado —le dijo, tomando a Santiago por la brida y luego, más quedamente: — Además, así se os ve mucho la calva pelona que afea vuestra coronilla —Gonzalo rió despreocupadamente, poco le pesaban sus vergüenzas, le parecía estúpido ocultar que cada día tenía menos cabellera, así se lo hizo saber a su buen tío:

“—Muy al contrario señor tío, los que tienen el cargo que yo ostento, y en

un día como hoy, no han de cubrir el rostro, que su gente ha de verle por

saber por dónde se ha de ir “

Fuente: http://www.forosperu.net

Fuente: http://www.magerit-historica.com

Federico de Madrazo: “El Gran Capitán ante el cadáver de Nemours”.

Cerignola, 28 de abril de 1503. 3.664 bajas francesas frente a menos de 100 españolas.

“Gonzalo Fernández de Córdoba en el campo de Ceriñola ante el cadáver del duque de Nemours”

José Casado del Alisal/ 1866

VI) La ciudad Parthenopea

Navarro el poliorcético

Una cosa quiero deciros del Gran Capitán, que como testigo de vista puedo decir, é de innumerables testigos el mundo está certificado; y es que era el hombre desta vida que menos dormía, y el que más de voluntad velaba e trabajó siempre. Y así los que en sus exércitos le seguían imitándole, eran para más que otros hombres, y por tal costumbre y uso de las armas, menos temían a la muerte.../...Porque era humanísimo e sobraba en cortesía a cuantos señores había en España; lo cual es muy dificultoso de hacer a otros, que revientan de soberbios e graves e de tan mala gana dan palabras como dineros. Pero el Gran Capitán con aquella su mala letra e dulces palabras, se andaban tras él las gentes e les ganaba las voluntades”

 (Gonzalo Fernández de Oviedo (Secretario por algún tiempo de

Gonzalo Fernández de Córdoba): Diálogo entre el Alcaide y Sereno sobre la vida del Gran Capitán).

El episodio del bosque de Gandebo

Asalto a la Torre de San Vicenzo: la furia de Roncal el salteador.

Conquista de la cortina de la ciudadela, las terribles minas terrestres de Pedro Navarro.

Asalto al Castel Nuovo La hazaña de Alonso el Corzo y Juan Peláez

de Berrio.

El saco de Nápoles

VII) El Garigliano

El oso y la columna

“Fue aquel invierno el más recio que nunca los nacidos se acuerdan haber visto; y junto con esto los atormentaba mucho la gran penuria que de bastimentos tenían, de cuya causa con muy gran trabajo la gente se sostenía, y verdaderamente si no cayera en nación aparejada para trabajos más que cuantos hoy son, no se pudiera sufrir que de aquel lugar no se levantaran”

 (Anónimo: Crónica General de Gonzalo Fernández de

Córdoba que por sus proezas fue llamado Gran Capitán).

Fuente: Historia de España Menéndez Pidal a través de Luis María de Lojendio

El marqués de Mantua metido en el saco formado por los ríos Liri y Garigliano

Fuente: Antonio L. Martín Gómez

Bayard at the Battle of Garigliano (1503), by Philippoteaux

“Al enemigo que huye hacedle la puente de plata”

8) Fragmentos de Virreinato 

El beneficio de la cuartana

“ Estando un día en la sala del Rey muchos caballeros, entre ellos hubo dos que dijeron que el Gran Capitán no daría buena cuenta de sí. Yo respondí alto, que lo oyó el Rey, que cualquiera que dijese que el Gran Capitán no era el mejor criado suyo y de mejores obras, que se tomase un guante que yo puse en una mesa. El Rey me lo volvió, que no lo tomó nadie, y me dijo que era verdad todo lo que yo decía.”

  (De la “Breve suma de la vida y hechos de Diego García de

Paredes, la cual él mismo escribió y la dejó firmada de su nombre como al fin de ella aparece”)

En el Castel Nuovo napolitano, mayo de 1504.

Prisión de César Borgia…

— ¡Santa María! ¡cómo he sido engañado por quien con todos usa piedad!, ¡Qué cruel ha sido conmigo el Gran Capitán! —

Las suspicacias del rey Fernado (Fernando de Aragón se guardaba de señalar el principal de sus enojos, la dilación que mostraba Gonzalo de Córdoba en hacer cumplir su decreto de expulsión de los judíos del Regno):

“Desde enero no habemos recibido cartas vuestras y no podemos pensar, yendo y viniendo los correos cada día por tierra, qué sea la causa porque no Nos escribís; que hoy dese reyno ni de nuestros negocios dél ninguna nueva tenemos, sino muchas y continuas quexas de los robos y daños y males y poco o ninguna justicia que en él se face.../...A los XIII del presente vos escrebimos de la Mejorada con correo bolante que tuviessedes preso y a buen recaudo al Duque de Valentines, y que por cosa del mundo no le soltásedes; y que si os parecise que era inconveniente tenerlo allá, nos lo embiassedes luego aquí preso y a buen recaudo con el capitán Villamarín en dos galeras; y assí mismo vos escribimos que faciesedes que el dicho duque de Valentines fiziese entregar luego al papa y a la Iglesia, cuya es, la fortaleza de Forli; si quando esta recibierdes no fuere fecho, cumplidlo assi todo luego sin dilación ”.

La primera respuesta: la renuncia…

“Y considerando que quien este cargo detente, ha de tener sentidos doblados, y ha menester entera salud, yo he deliberado suplicar a Vuestras Majestades, e sus reales manos beso por ello, me quieran dar licencia para volver a servirles en España en su Real presencia, pues acá no tienen necesidad de aquello en que yo sabría servir; e por ésto e todo lo otro tienen tantos que mejor que yo satisfagan a lo que V. AA. aquí deben proveer. Tengan V. AA. Por cierto que desenfogado este reino de los daños de la guerra e disminuyéndose este número de soldados, V. AA. Lo mandarán e sostendrán con un palo que aquí pongan, con tan poca fatiga como a Cecilia. Suplico así me fagan merced en esos reinos de algún asiento propio, en que justamente pudiese con mi casa vivir, como el Maestrazgo de la Orden de Santiago que un día, ya lejano, me prometieron V. AA. “

Al fin, un 4 de septiembre de 1506 el rey se había hecho a la vela en Barcelona para navegar hasta Nápoles y comprobar por sí mismo qué había de cierto en todo lo que había tenido que escuchar, si su virrey no venía hasta él, tendría que ir a buscarlo…

“Pero había más sospechas, Rojas estaba convencido de que el Gran Capitán había alcanzado un acuerdo con el Papa para obtener el cargo de gonfaloniero el día en que cesase su gobernación del Regno, los contadores Francisco Sánchez y Juan Bautista Spinelli no cesaban de hablar de dispendio, desde Sicilia Juan de Lanuza bramaba como siempre contra él, ni siquiera se podía fiar del Joven Mendoza ni de Pedro Navarro. No es que sus buenos capitanes fuesen traidores a su general, pero, llegado el caso, siempre se pronunciarían en favor de su rey natural. A la postre —Gonzalo volvió a sonreír para sí— sólo el gigantón extremeño, el Medina y, tal vez, los vizcaínos, defenderían ciegamente su causa, no dejaba de tener gracia, con ellos era con quien se había mostrado siempre más severo.”

Episodio de las cuentas

“DESCARGO.--Doscientos mil setecientos treinta y seis ducados y nueve reales en frailes, monjas y pobres para que rogasen a Dios por la prosperidad de las armas españolas.-Cien millones en picos, palas y azadones.-Cien mil ducados en pólvora y balas.-Diez mil ducados en guantes perfumados para preservar a las tropas del mal olor de los cadáveres de los enemigos tendidos en el campo de batalla.-Ciento setenta mil ducados en poner y renovar campanas con el uso continúo de repicar todos los días por nuevas victorias conseguidas sobre el enemigo.-Cincuenta mil ducados en aguardiente para las tropas un día de combate.-Millón y medio de Ídem para mantener prisioneros y heridos.-Un millón en misas de gracias y Te-Deum al Todopoderoso.-Tres millones en sufragios por los muertos.-Setecientos mil cuatrocientos noventa y cuatro ducados secretamente dados a las espías, por cuya diligencia he entendido los designios y acuerdos de los enemigos y ganado muchas victorias”Pero lo peor aún estaba por venir, Baeza leyó con asombro:“Y cien millones por mi paciencia en escuchar ayer que el rey pedía cuentas al que le ha regalado un reino”.

Intercesión de Diego García de Paredes

“Y yo digo que si hubiere persona que afirme o diga que el Gran Capitán, mi señor, ha dicho, hecho o se le ha pasado por el pensamiento hacer alguna cosa que fuese en vuestro deservicio, me batiré con él aquí mismo, e igualmente con tres o cuatro a la vez si son tantos los que lo afirman, porque nunca Dios quiera que viva en el mundo hombre de tan maligna intención contra la misma verdad”. Dicho esto, arrojó su chapeo al suelo por ver quien se lo recogía.El rey tomó el chapeo del gigantón, se lo devolvió cortésmente y le respondió: “Bien se yo señor Diego García que donde vos y el Gran Capitán, vuestro señor, estuviéredes, tendré yo bien seguras las espaldas. Toma tu chapeo y guárdatelo, has cumplido con tu deber y eso te honra, pero ahora debes permitirme rezar lo que estoy obligado”.

En el puerto de Savona (Liguria), julio de 1507.

Encuentro con Luis XII

“Gran Capitán, dejad algo en que os podamos vencer, aunque dudo que algún mortal os pueda

vencer en cosa alguna”.

Apéndice

Pliego en descargo de su conciencia que el Gran Capitán dejó a la duquesa de Sessa, su hija, hallado y puesto en claro por Hernando de Baeza, su secretario en Nápoles y luego en Loja.

“Mi amadísima hija Elvira, este otoño alcanzaré el año climatérico o hebdomadario de mi vida, pues en mi se ayuntan siete veces nueve años o nueve veces siete, edad en que la vida de los mortales cobra un curso pernicioso y en la que mueren los más de los hombres. Yo se que mucho no he de durar, aquejado como estoy del humor melancólico de la doble cuartana que me acompaña desde mi larga estancia en el Garellano…

sólo encuentro en mi vida tres cosas de las que verdaderamente arrepentirme y lo hago contrito ahora ante vos para alivio de mi conciencia y con el deseo de que lo guardéis íntimamente en vuestro clemente corazón:La una es haber faltado a la palabra dada en Tarento al joven duque de Calabria, poniéndolo preso cuando le juré por el sagrado Cuerpo de Cristo dejarlo en libertad. La otra es haber hecho lo mismo con el duque Valentino. La tercera, que siempre dije que la tenía, aunque nunca quise confesar a nadie cual era, no fue como muchos suponen haber dejado la gloria que se me ofrecía en Nápoles para venir acá en espera del Maestrazgo. A vos os confesaré que tiene que ver con haber permitido que se perdiese la noble vida de mi primo Íñigo de Mendoza en una acequia de Granada por salvar la mía, algo que nunca me perdonaré aunque se defienda que me atuve a mi derecho.

Hija mía amadísima, que vaya con vos la mayor de mis bendiciones en la alta confianza de que muero en paz y en el calor de vuestros brazos y los de vuestra dignísima madre María Manrique. Ambas sois la gloria de mi vida y el mayor de mis descansos. Obrad, hija mía, con amor, practicad la dulce caridad, no os aferréis a nada, sed señora de vos misma, perdonad siempre, cultivad la sincera humildad, desechad la vida ociosa, mostraos siempre contenta, venced la vanidad cada día y jamás desesperéis en la contrariedad. Y nada temáis, querida niña, que yo desde donde me halle, siempre velaré por vosotras y guardaré vuestra felicidad. El Señor os proteja y bendiga por siempre y a mí que me ayude a superar este trance con honor y en paz, Vale”.

Gonzalo Fernández, duque de Terranova, dada en Loja a ocho días del mes de octubre de MDXV años”.

Muchas gracias por su atención.