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Lección 3 para el 19 de octubre de 2019
Dios ha trazado planes que afectan a personas, a naciones, o incluso a toda la humanidad (bíblicamente, a esto se le llama “predestinación”).
Además del llamado universal a la salvación, tiene planes especiales para que determinadas personas realicen ciertas funciones en momentos específicos de la historia. Las personas pueden fallar en ese propósito –como Saúl–, o cumplirlo –como Esdras y Nehemías.
Sin embargo, hay planes que Dios va a llevar a cabo independientemente de la elección de las personas involucradas. Por ejemplo, el cumplimiento de las profecías de tiempo que atañen al movimiento de las naciones y, por supuesto, el juicio final y la terminación del pecado.
El llamado de Dios y las profecías.
El llamado de Dios a Esdras y a Nehemías.
El llamado de Dios a cada uno.
Nuestra respuesta al llamado.
“Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a
este lugar” (Jeremías 29:10)
En 538 a.C., Dios llamó a Ciro para que diese fin a la profecía de los 70 años.
Mediante un decreto, permitió regresar a Jerusalén, bajo la dirección de Zorobabel, a todos los judíos que lo desearan (Esdras 1:1-4).
En 457 a.C., Dios llamó a Artajerjes para que diese inicio a la profecía de las 70 semanas (Esdras 7:11-27).
A diferencia de otros decretos, el de Artajerjes daba plena autonomía a los judíos, bajo el liderazgo de Esdras.
La profecía de las 70 semanas abarca desde 457 a.C. hasta 34 d.C. En ese momento, la nación de Israel mostró su rechazo definitivo de Jesús como el Mesías, apedreando a su siervo Esteban.
Siete años antes, Jesús fue ungido como Mesías, y 3 ½ años después (a la mitad de la semana), fue crucificado.
457 a.C.
34 d.C.
27 d.C.
31 d.C.
Daniel 9:24 dice que las 70 semanas están cortadas (heb. châthak) de un periodo más grande. Este periodo más grande son los 2.300 días (Daniel 8:14).
457 a.C. 408 a.C. 27 d.C. 31 d.C. 34 d.C. 1844 d.C.
70 semanas 7 62 1
2.300 años 49 434 7 1810
En hebreo se usan dos palabras distintas que se traducen por “visión”: hâzôn (para toda la visión) y mar’ah (para la visión de los 2.300 días).
Cuando comparamos su uso en Daniel 8 y 9, podemos ver claramente la relación entre las 70 semanas y los 2.300 días (única parte no explicada por Gabriel en el capítulo 8)
En el año tercero del reinado del rey Belsasar me apareció una visión [hâzôn] (Daniel 8:1)
La visión [mar’ah] de las tardes y mañanas que se ha referido es verdadera; y tú guarda la visión [hâzôn] (Daniel 8:26)
pero estaba espantado a causa de la visión [mar’ah], y no la entendía (Daniel 8:27)
aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión [hâzôn] al principio (Daniel 9:21)
Entiende, pues, la orden, y entiende la visión [mar’ah] (Daniel 9:23)
visión
2.300
visión
visión
2.300
2.300
En Daniel 9, Gabriel explica a Daniel que la visión de los 2.300 días comienza con un
periodo de 70 semanas
“Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos” (Esdras 7:10)
¿Por qué eligió Dios a Esdras?
“Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los
cielos” (Nehemías 1:4)
¿Por qué eligió Dios a Nehemías?
Esdras se propuso firmemente buscar a Dios. Hizo del estudio de la Biblia su pasión. De este modo, aceptó alegremente la tarea que Dios le había encomendado.
Nehemías sentía pasión por el pueblo de Dios. Su corazón se dolía ante la desgracia de Jerusalén y se ofreció voluntariamente para la misión a la que Dios lo llamaba.
Pablo presenta el llamado de Dios como consecuencia de una predestinación. ¿A qué nos predestina Dios?
A ser transformados a la imagen de
Jesús (Romanos
8:29).
A ser justificados
y glorificados (Romanos
8:30).
A conocer los planes
de Dios(1ª de
Corintios 2:7-10).
A ser adoptados como hijos
(Efesios 1:5).
A recibir una
herencia (Efesios 1:11).
El llamado de Dios es, pues, universal. Pero, aunque todos somos llamados a la salvación, Dios nos llama de forma especial para realizar una tarea específica dentro de su plan.
“Hallamos una sola predestinación en la Palabra de Dios,
de individuos y de un pueblo, a saber, que el hombre está
predestinado a ser salvo. Muchos han mirado hacia el final,
pensando que estaban seguramente predestinados para
gozar de la bienaventuranza celestial; pero ésta no es la
predestinación que revela la Biblia. El hombre está
predestinado a ocuparse en su propia salvación con temor
y temblor. Está predestinado a ponerse la armadura, para
pelear la buena batalla de la fe. Está predestinado a usar
los medios que Dios ha puesto a su alcance a fin de
combatir contra toda mala concupiscencia mientras
Satanás está jugando el juego de la vida por su alma. Está
predestinado a velar y orar, para escudriñar las
Escrituras, para evitar caer en la tentación. Está
predestinado para tener fe constantemente. Está
predestinado a ser obediente a toda palabra que sale de la
boca de Dios, para que pueda ser no sólo oidor, sino
hacedor de la Palabra. Esta es la predestinación bíblica”
E.G.W
. (Testim
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s, pg. 4
53
)
NUESTRA RESPUESTA AL LLAMADO
Además, Dios nos llama a realizar algunas tareas específicas dentro de su plan. Algunos, como Saúl o Judas, quedaron en el camino, pues apartaron su corazón de Jesús.
Otros, como Moisés, ponen objeciones al llamado de Dios para realizar su obra (aunque, finalmente, Moisés la cumplió). Otros más, como Isaías, Esdras o Nehemías, aceptan con alegría cumplir su parte en el plan divino, y lo siguen hasta el final.
“Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí” (Isaías 6:8)
Dios nos ha predestinado a todos para ser salvos (Juan 3:16). Pero nos deja en libertad de elegir si queremos responder a su llamado o no.
Debemos alcanzar la victoria a través de Jesús, si queremos llegar al destino que Dios nos ha reservado (Filipenses 3:10).
“Cientos, sí, miles de los que han oído el mensaje de
salvación, están todavía ociosos en la plaza, cuando
podrían estar empleados en algún ramo de servicio
activo. A los tales Cristo les dice: “¿Por qué estáis aquí
todo el día ociosos?” y añade: “Id también vosotros a mi
viña.” Mateo 20:6, 7. ¿Por qué muchos más no
responden al llamado? ¿Es porque se consideran
excusados por el hecho de no predicar desde el púlpito?
Ojalá entiendan que hay una gran obra que debe
hacerse fuera del púlpito, por miles de consagrados
miembros laicos.
Largo tiempo ha esperado Dios que el espíritu de
servicio se posesione de la iglesia entera, de suerte que
cada miembro trabaje por él según su capacidad”
E.G.W. (Los hechos de los apóstoles, pg. 91)
E.G.W. (Testimonios para la iglesia, tomo 7, pg. 218)