preparando al mÁrtir.doc

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PREPARANDO AL MÁRTIR La imagen de la Madonna de San Lucas (Roma, Santa María la Mayor), desde los principios de la Compañía de Jesús, mereció la devoción de los jóvenes jesuitas. Y como así era, en muchos noviciados de la Compañía estaba esta imagen. También en la capilla del Noviciado de Brünn. Y ante ella oraba con fervor el futuro mártir de Inglaterra. Le había costado tanto trabajo estar ahí. A pesar de haber nacido en un entorno católico, San Edmundo Campion tuvo que pasar por anglicano para poder acudir a la universidad. Gracias a un estipendio, estudió en el prestigioso St. John’s College de Oxford, donde destacó especialmente por sus cualidades como orador. Al terminar sus estudios, su conciencia le dictó emigrar a Irlanda, donde podía vivir tranquilamente como católico, pero de ahí pasó en 1571 a Flandes (los Países Bajos), para estudiar teología católica en Douai. Dos años más tarde, viajó a Roma para ingresar a la Compañía de Jesús. Después de un tiempo, la Orden lo envió como maestro a Brünn, donde ahora se encontraba, en paz y consagrándose a su Madre bendita. Un día, durante un paseo por el jardín, cuentan que vio a la Santísima Virgen, con los mismos rasgos de la Madonna de San Lucas. Le manifestó los propósitos de su Divino Hijo sobre su futuro. Le mostró un retazo de tela empapado en sangre. Profecía muda del futuro. Fue ordenado sacerdote en Praga, en 1578. Un año más tarde regresó clandestinamente a Inglaterra en compañía de Robert Persons, con el objetivo de abrir una escuela jesuita en pleno territorio protestante. Durante dos años trabajó San Edmundo de manera encubierta, visitando a católicos presos y publicando discursos inflamados en contra de la Iglesia anglicana con ayuda de una imprenta de tipos móviles, un invento muy reciente en ese tiempo. Su primer sermón, comentando la frase “Tu es Petrus”, llega hasta los oídos de la Reina, y el 15 de julio da un nuevo decreto de persecución contra los católicos y especialmente contra los Jesuitas. Campión, sale de Londres disfrazado. Poco después hace una declaración que los protestantes llamaron “el desafío de Campión”. Se comprometía a tener tres controversias públicas con los protestantes. La primera ante los Lores del consejo real. Otra ante los más insignes profesores de las universidades de Oxford y Cambridge, y la tercera con peritos en derecho civil y canónico. La única respuesta fue recrudecer más aún la persecución.

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PREPARANDO AL MRTIR

La imagen de la Madonna de San Lucas (Roma, Santa Mara la Mayor), desde los principios de la Compaa de Jess, mereci la devocin de los jvenes jesuitas. Y como as era, en muchos noviciados de la Compaa estaba esta imagen. Tambin en la capilla del Noviciado de Brnn. Y ante ella oraba con fervor el futuro mrtir de Inglaterra.Le haba costado tanto trabajo estar ah. A pesar de haber nacido en un entorno catlico, San Edmundo Campion tuvo que pasar por anglicano para poder acudir a la universidad. Gracias a un estipendio, estudi en el prestigioso St. Johns College de Oxford, donde destac especialmente por sus cualidades como orador. Al terminar sus estudios, su conciencia le dict emigrar a Irlanda, donde poda vivir tranquilamente como catlico, pero de ah pas en 1571 a Flandes (los Pases Bajos), para estudiar teologa catlica en Douai. Dos aos ms tarde, viaj a Roma para ingresar a la Compaa de Jess. Despus de un tiempo, la Orden lo envi como maestro a Brnn, donde ahora se encontraba, en paz y consagrndose a su Madre bendita. Un da, durante un paseo por el jardn, cuentan que vio a la Santsima Virgen, con los mismos rasgos de la Madonna de San Lucas. Le manifest los propsitos de su Divino Hijo sobre su futuro. Le mostr un retazo de tela empapado en sangre. Profeca muda del futuro.Fue ordenado sacerdote en Praga, en 1578. Un ao ms tarde regres clandestinamente a Inglaterra en compaa de Robert Persons, con el objetivo de abrir una escuela jesuita en pleno territorio protestante. Durante dos aos trabaj San Edmundo de manera encubierta, visitando a catlicos presos y publicando discursos inflamados en contra de la Iglesia anglicana con ayuda de una imprenta de tipos mviles, un invento muy reciente en ese tiempo. Su primer sermn, comentando la frase Tu es Petrus, llega hasta los odos de la Reina, y el 15 de julio da un nuevo decreto de persecucin contra los catlicos y especialmente contra los Jesuitas. Campin, sale de Londres disfrazado. Poco despus hace una declaracin que los protestantes llamaron el desafo de Campin. Se comprometa a tener tres controversias pblicas con los protestantes. La primera ante los Lores del consejo real. Otra ante los ms insignes profesores de las universidades de Oxford y Cambridge, y la tercera con peritos en derecho civil y cannico. La nica respuesta fue recrudecer ms an la persecucin.

Por fin es sorprendido por la delacin de un catlico apstata y es conducido preso y atado, por las calles con el letrero Campin, el jesuita sedicioso, y encerrado en la Torre de Londres. La misma Reina, admirada, fue a visitarle en secreto, y le pregunt, entre otras cosas, si la reconoca por su legtima soberana. El santo respondi afirmativamente.

Le atormentaron en el potro. Y el 16 de noviembre de 1581 tiene lugar refiere un testigo- el juicio, ante una multitud tan numerosa, cual jams se haba visto. El tribunal, despus de retirarse durante ms de una hora a deliberar tena orden de condenarle, pasase lo que pasase-, dio veredicto de culpabilidad.

No tememos la muerte dijo en nombre de todos- si nuestra religin es la que nos hace traidores, pero somos los sbditos fieles que jams haya tenido la Reina. Al condenarnos a nosotros, condenis tambin a vuestros antepasados, a todos los antiguos obispos, sacerdotes y reyes, todo aquello que un da fue la gloria de Inglaterra, la Isla de los Santos. Al fin lleg para Campin el da de derramar su sangre por Jesucristo. En su camino hacia el patbulo debi recordar la profeca de Nuestra Seora. Una estatua de la Virgen Mara haba escapado a las manos de los iconoclastas. Se ergua en un nicho, bajo el arco de Newgate. Hacia ella fue el ltimo saludo del invicto mrtir.

P. Javier Andrs Ferrer, mCR