preparado para gelatina - urlbiblio3.url.edu.gt/revistas/abra32/14.pdf · 2013-02-06 · todo eso...

8
PREPARADO PARA GELATINA Ruth Piedrasanta .. . tina, ácido fumárico , citrato trisódico, saborizantes y colorantes artificiales ... Tenninó de leer la etiqueta con los ingredientes al reverso de la envoltura. El agua estaba a punto de hervir y pequeñas burbujas emergían a la superficie . Sentada sobre la mesa , miró sus manos un tanto adelgazadas con el tiempo e inmediatamente le sobrevino la misma inconfonnidad que sintió al comenzar a caminar , minutos antes, tras ese hombre. Después de todo, éste lo había sido un encuentro fortuito y bastante breve , no pensó nunca en buscar una vieja relación amorosa , que por lo demás jamás dio señales de tener futuro. Pero el rostro de él sin preguntar, sin hablar s iqui era, parecía acusarla. Galú no acertó siquiera a despedirse de aquel viejo amigo y luego de haber visto a su marido, salió tropezando y como magnetizada tras de él. Su marido era algo que Galú no acababa de entender. En efecto, le había significado una serie de sentimientos concatenados: primero , un impetuoso afecto , que si bien supuso un tímido acercamiento al comienzo, pronto había transitado hacia una clase de pasión que no admite un No. luego, al vivir juntos fueron sus tres hijas y el compromiso doméstico refrendado día con día . Además , quince piezas añadidas a su antiguo mobiliario y los raros objetos de arte que decoraban el comedor -dos cruces de 1.20 x 2 metros con pequeñísimos glifos dorados y grabados tan sólo en uno de los costados de la superficie frontal- . Claro, también y má5 con el paso de l tiempo , le daba la relativa seguridad de un hombre en casa , lo cual parecía ser a o jos de todos , mu y valioso. Galú acabó por estar convencida . Al cabo de los años , un día entre otros, la pasión por él murió y por la misma puerta pareció irse ese fervor del cuerpo que le había despertado el amor , e se amor al cual de 57

Upload: others

Post on 23-Apr-2020

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: PREPARADO PARA GELATINA - URLbiblio3.url.edu.gt/Revistas/abra32/14.pdf · 2013-02-06 · Todo eso envolvía aquel y este miedo y también la pérdida de la tierra, la seguridad de

PREPARADO PARA GELATINA Ruth Piedrasanta

.. . tina, ácido fumárico, citrato trisódico, saborizantes y colorantes

artificiales ...

Tenninó de leer la etiqueta con los ingredientes al reverso de la envoltura. El agua

estaba a punto de hervir y pequeñas burbujas emergían a la superficie. Sentada sobre

la mesa, miró sus manos un tanto adelgazadas con el tiempo e inmediatamente le

sobrevino la misma inconfonnidad que sintió al comenzar a caminar, minutos antes,

tras ese hombre.

Después de todo, éste sólo había sido un encuentro fortuito y bastante breve, no pensó

nunca en buscar una vieja relación amorosa, que por lo demás jamás dio señales de

tener futuro. Pero el rostro de él sin preguntar, sin hablar siquiera, parecía acusarla.

Galú no acertó siquiera a despedirse de aquel viejo amigo y luego de haber visto a su

marido, salió tropezando y como magnetizada tras de él.

Su marido era algo que Galú no acababa de entender. En efecto, le había significado

una serie de sentimientos concatenados: primero, un impetuoso afecto, que si bien

supuso un tímido acercamiento al comienzo, pronto había transitado hacia una clase

de pasión que no admite un No. luego, al vivir juntos fueron sus tres hijas y el

compromiso doméstico refrendado día con día. Además, quince piezas añadidas a su

antiguo mobiliario y los raros objetos de arte que decoraban el comedor -dos cruces de

1.20 x 2 metros con pequeñísimos glifos dorados y grabados tan sólo en uno de los

costados de la superficie frontal- . Claro, también y má5 con el paso del tiempo, le daba

la relativa seguridad de un hombre en casa, lo cual parecía ser a ojos de todos, muy

valioso. Galú acabó por estar convencida.

Al cabo de los años, un día entre otros, la pasión por él murió y por la misma puerta

pareció irse ese fervor del cuerpo que le había despertado el amor, ese amor al cual de

57

Page 2: PREPARADO PARA GELATINA - URLbiblio3.url.edu.gt/Revistas/abra32/14.pdf · 2013-02-06 · Todo eso envolvía aquel y este miedo y también la pérdida de la tierra, la seguridad de

otro modo, le habían cnseliado a ser adepta las mujeres de su casa. sus amigas. las

cursis canciones de la radio, las murmuraciones generales y los sueiios adolescentes

de su derredor. A tal clase de ruptura le sucedió el vínculo de la costumbre. la necesidad

de compartir con él los cuidaLios infanti les, el salario, el precio de la crisis, la que en los

últimos tiempos se había vue lto un mara<;mo en donde permanecían fundid :L<; la del

país . su ciudad, el mundo y la de el la misma. Juntas sacudiéndola, dej ándola

desconcertada.

EI. ... a veces le parecía raro collvivir con alguien quien ya le resultaba extralio desde

hacía tiempo. EI1 todo caso, lo sentía ajeno. como un vecino distante o un simple

conocido. Con ideas, expectativas y estilos cada vez más apartados del suyo. Incluso, a

parti r de semanas atrás, había caído en cuenta que toda una serie de pequeiios deta lles

cotidianos ligados a él, le empezaron a parecer por entero contradictorios. De todas

maneras, debía de compartir con esa especie de morador próximo y desamado, los

tiempos de comida, las hijas, ... la misma cama.

El agua hervía bulliciosa y Galú se dispuso a preparar el postre. Vació el contenido

del preparado y con cortos 'llovimientos giratorios, hizo pronto la disolución. Un

volumen líquido, pero con muy tenues movimientos de vieja obesa se presentó entre

sus manos. Quemaba y tuvo que verterla apresurada en el molde: sin embargo no

debía meterla a refrigerar tan pronto. Ya dentro del recipiente cristalino, la depositó

con suavidad sobre la mesa. Ante la vista del movimiento violeta-obeso de la gelatina,

se sumió otra vez en sÍ.

Nuevamente su marido ganó terreno. En realidad, ¿por qué diablos mantenía esa

sumisión ante él, qué la obligaba a seguir allí como un perro faldero u otra mascota

cualquiera y salir en pos de él, de prisa, obedeciendo el menor gesto, la más mínima

indicación de su parte? Casi de inmediato esa rabia se quedó hilvanada con las imágenes

de su familia, en casa de sus padres, cuando niña y le dió por acordarse de las actitudes

de sus mayores, de los regalios, las prohibiciones .. . el recuerdo de su padre apareció

nítidamente, con ese carácter un poco seco, pero amoroso; aunque colérico, lo cual

Page 3: PREPARADO PARA GELATINA - URLbiblio3.url.edu.gt/Revistas/abra32/14.pdf · 2013-02-06 · Todo eso envolvía aquel y este miedo y también la pérdida de la tierra, la seguridad de

tantas veces le causó miedo.

Se sorprendió por la certidumbre que le vino luego de acordarse. Sí, si algo le tenía a su

marido era miedo. El miedo jugaba un papel claro, inequívoco sobre todo cuando

después de discusiones maritales sin fin , sobrevinieron los knock-outs de su parte para

convencerla.

Por el miedo siempre se había dejado llevar como una especie de orden apremiante,

que como relámpago recorría activo y fulminante su cuerpo ya la vez, en tanto descarga,

la dejaba quieta.

También se acordó del mar, de cuando la llevaban a las playas del pacífico con sus

primos durante la Semana Santa y el calor del sol y los juegos le despertaban el ansia

de meterse agua dentro. Pero no lograba hacerlo con el ímpetu y aplomo que todos los

demás mostraban. Ellos parecían tan jubilosos entre las aguas como cuando se tiraban

entre sí la pelota; en cambio Galú sólo conseguía traspasar luego de pensarlo un rato

y con gran esfuerzo, la espuma del oleaje. Un poco temerosa y titubeando en cada paso

avanzaba, mas sin poder retirarse ya de la inminencia del lenguaje acuático. Habría

de aceptar sin embargo, que tanlbién se sentía enormemente atraída por esa calma

superficial que ocultaba un torrente de agitación interna. Así, al tiempo que sus piernas

se iban humedeciendo y su cuerpo se cubría de azul, comenzaba pronto a sentir los

fuertes y bruscos movimientos del oleaje, con giros cada vez más contundentes y ante

todo capaces de hundirla, llenándole de agua los pulmones.

Algo del miedo hacia su marido se parecía al susto de mar que alguna vez tuvo,

cuando supuso muy próxima a la muerte, la cual le pareció a ella, la había apresado

entre sus manos, forzándola a participar en una especie de danza bufa, donde los

demás mediante rudos zarandeos, le sacudían los brazos, dejándole duras las piernas,

jugando con ella como una alga o un molusco más, como una muñeca de trapo

arrojada al vaivén del oleaje iY en el mar había tanto oculto!, fuerzas que ella no sólo

desconocía, sino que se le figuraron tan parecidas a un ataque.

59

Page 4: PREPARADO PARA GELATINA - URLbiblio3.url.edu.gt/Revistas/abra32/14.pdf · 2013-02-06 · Todo eso envolvía aquel y este miedo y también la pérdida de la tierra, la seguridad de

Todo eso envolvía aquel y este miedo y también la pérdida de la tierra, la seguridad de

una casa, de su casa, de su pedazo de tierra, delimitado y preciso. Y ese mismo miedo

la obligaba a permanecer situada en el umbral del peligro, donde se rompen las olas,

en el margen de los violentos choques, en el espacio justo donde la violencia se resolvía

continua e insistente.

Había algo más en común entre el mar y su marido. Ambos eran fuertes, se desplazaban

rápido, así una no podía salir de entre sus olas hacia la playa, así no de su área de

influencia, así no de sus puños, de su furia ... y la marea que subía.

También, esa violencia suspendida en el aire podía sobrevenir como una exacta

evocación de los sucesivos estados de sitio que a ella le tocaron e incluso se asociaba a

alguna de varias sobremesas inacabables en casa paterna, cuando casi todos los tíos se

hallaban reunidos, con caras si no largas, sin avistar mucho entusiasmo y donde de

pronto, por un hecho inesperado o un pequeño detalle, se perturbaban y encendían

las voces, el color de los rostros y las emociones de unos de ellos, hasta acabar la

reunión entre azotes de puertas, maldiciones, llantos y vidrios rotos. Tan1bién se parecía

con aquella otra que había pululado, según se recordaba por boca de todos, entre los

cuartos y el corredor de viejas casonas coloniales [como la de su abuelo 1, las cuales

era sabido, guardaban sus secretos y fantasmas dentro del grosor de sus paredes. De

todas formas y por igual se trataba de violencia, la cual de cualquier momento o

situación podía desprenderse sin que ella se enterara exactan1ente de la causa.

Galú no sabía precisar cuándo comenzó el miedo, sólo registraba que se había

convertido en una constante. Tal vez fue desde pequeña o cuando joven. Pero no era

necesario esforzarse demasiado para traer a su piel esa especie de descarga eléctrica

que le producía ese estado.

Le vino a la mente una ocasión en que por correr tras unos polluelos, Anaí y ella se

metieron a un patio vecino. Dos enormes perros de oscuro pelaje, con los dientes más

grandes que hasta entonces creía haber visto, le salieron al paso. Ella no pudo escaparse

60

Page 5: PREPARADO PARA GELATINA - URLbiblio3.url.edu.gt/Revistas/abra32/14.pdf · 2013-02-06 · Todo eso envolvía aquel y este miedo y también la pérdida de la tierra, la seguridad de

de una mordida en seco porque se quedó allí. Pálida y endurecida como una estaca,

clavada al piso, mientras Anaí parecía volar por los aires con sus ágiles piernas saltando

ligeras, veloces y enarbolando como sellal de su acelerado escape, un vaporoso vestido

color naranja.

Después ... después había sido la noche del cateo, cuando entraron los soldados a su

casa en busca de propaganda política o cualquier otra cosa a su juicio comprometedora.

Todos en casa pusieron cara de haber visto un anticipo de la muerte, mirando al

grupo compacto-annado penetrar la puerta, desplazarse de una habitación a otra,

revolviendo los papeles, los libros, volteando camas, rompiendo colchones, derribando

roperos, las cómodas, la luna llena.

Quebraron cuanto pudieron, cuanto se les puso en el camino al tiempo que toda la

familia esperaba fuera, alineada, con la cara hacia la pared del corredor, al amparo

del ojo de una metralleta sostenida por un raso joven de rasgos indios, un poco menos

espantado que sus conminados. Esa vez el miedo había durado horas y no sólo Galú

sino los demás, compartieron la misma tensión del espinazo.

El miedo no era únicamente porque habían llegado los soldados o porque

desmembraron las cosas familiares, fue también porque se llevaron a su tío y a raíz de

eso y en adelante, poco importaba lo que dijese su tío a las autoridades, todos serían

tenidos como sospechosos y sobre ellos habría de pesar la duda de ser conspiradores

por el resto de sus vidas.

El miedo de la noche del cateo no fue igual al de después, pero era miedo. La zozobra no

fue tan intensa, pero desde entonces se instaló entre ellos cierta dosis de reserva que los

volvió aprensivos y les enselló a desconfiar en adelante de casi todos los demás.

La mancha violeta-obesa se entibió y al moverla, agitó su mole gelatinosa. Aún era

prematuro meterla a refrigerar. Esperó otros minutos mas y nuevamente empezaron a

correr las imágenes ... esta vez actuales.

Page 6: PREPARADO PARA GELATINA - URLbiblio3.url.edu.gt/Revistas/abra32/14.pdf · 2013-02-06 · Todo eso envolvía aquel y este miedo y también la pérdida de la tierra, la seguridad de

Ahora, el miedo constituía un adecuado ingrediente en medio de ese estado de

indefinición perpetua, de no pertenencia y compromiso mutuo que entre su marido y

ella se había establecido. Era el nexo que mantenía la unión. Había llegado a ser la

peculiar manera de continuar con una rel ación que aprendió como vital , pero hacía

buen rato había dejado de serlo. Sin embargo, tal vez allí se metía a funcionar un

resorte interno incomprensible, bien afianzado, estable y filoso , en cierto modo

engarzado a la moral de familia, el cual la hacía mantenerse en el mismo sitio, como

un imperativo sin cuestionar. Pendiente de la salud de todos, de los guisos, de la

administración doméstica y el desamor. Evitando pensar en algo más. Distinto, mejor

o peor, pero otra cosa.

A lo mejor el miedo era todo eso. lIna fina y basta red que suti I y pegajosa, dulce, hasta

cursi mente si se quiere, la envolvía y de la cual, a ojos vistas, no parecía haber

escapatoria, obligándola a pemlanecer allí, finne y sujeta, como apostada en una

metálica estructura junto a él.

El miedo ... los miedos ... sus miedos eran así: consistentes e irrazonables. Habían

comenzado siendo instinto, el que la obligaba a proteger el pellejo, mas ahora por el

contrario, llegaban a producirle una veloz emoción que instalada desde el interior

parecía cubrirla por completo, abotagándola, entumeciéndola, impidiéndole actuar,

moverse por si misma.

Tal vez tendría que preguntarse más sobre por qué ese sentimiento se situaba tan cerca

de su marido. Por qué se daba esa asociación, esa Íntima proximidad o desde cuándo

había sido. Porque en cualquier caso si se veía con calma el asunto, con su marido no

siempre fue igual tal sobrecogimiento, aunque algo de ello hubo desde el principio.

Primero, cuando se casaron, ella secretamente empezó a temer que él se fuera por

cualquier causa, justificada o no, como por otro lado solía en circunstancias que le

resultaban inoportunas o difíciles de sobrellevar. Luego, cuando se fue y volvió, el miedo

consistió en que volviera a irse y cuando por fin ella quiso que él se fuera, el miedo fue

justo porque él se quedó allí, sin moverse.

62

Page 7: PREPARADO PARA GELATINA - URLbiblio3.url.edu.gt/Revistas/abra32/14.pdf · 2013-02-06 · Todo eso envolvía aquel y este miedo y también la pérdida de la tierra, la seguridad de

Durante esos períodos se desplegaron distint,L, medidas y dosis de violencia, que

cumpliendo la función de un aderezo, podían acrecentar o matizar el miedo. Pero el

temor seguía. Ahí. Clavado. como aguijón. Ponzoiioso. Paralizando sus funciones, sus

instintos. trastornando su metabolismo. Extendiéndose más allá de toda ira, de toda

agresión que ella pudo haber querido externar también , mostrar alguna vez al menos

o bien, expresar de otro modo que no fuese mediante ataques de desesperados de llanto,

a los cuales ya todos parecían estar habituados.

Así, por múltiples canales, el miedo parecía se r capaz de penetrar en ella sin

contratiempos y hacerse presente hasta invadirla )' disolver toda otra reacción. Luego,

lograba mantenerse agazapado en ella, volviéndola quebr;¡diza, muy vulnerable.

No por nada, se solía identificar, m(lS que con cualquier otro ser en el mundo, con los

espantados, con quienes como ell;¡, se ve ían de antemano abatibles, perseguidos y

apaleados. Pero sobre lodo, con un soplo de miedo metido hasta el fondo del corazón,

ocupando una amplia plaza, inamovible. Sin embargo, el mismo miedo a su vez los

prendía, dejándolos sujetos a una materia distinta, aglutinante, la cual en rigor no

podría decirse que era ellos mismos, pero formaba parte de sus cuerpos.

Sólo así era posible que pudiera caberle tanta cobardía y por ella lograr soportar la

suma de pequeñas intoleranci:L, o francas y desagradables sensaciones diarias que

acababan por aplastarla como la nn,a verde-caqui del día del cateo.

Galú fi jó, como cnun descuido, los ojos en la mesa, la mancha I'ioleta-obesa pareció

cobrar su denso cuerpo característico. Ella la ignoró sin mucho esfuerzo.

Ese temor que ahora tenía enclavado tan dentro lo había ido guardando como un

germen, no import:lba si eran tiempos de paz o de batall;L'i. Galú se mantenía quieta,

apagada, por completo expuesta. Apresada entre una masa pegajosa, fr ía que se

contoneaba frente a ella, forz:índola a seguir SllS movimientos l ' a sacudi rse con la

viscosidad l ' desfach:ltc7, de ulla obesa.

6)

Page 8: PREPARADO PARA GELATINA - URLbiblio3.url.edu.gt/Revistas/abra32/14.pdf · 2013-02-06 · Todo eso envolvía aquel y este miedo y también la pérdida de la tierra, la seguridad de

Ella estaba dentro de esa masa violeta que había dejado atrás su liquidez y se

untaba adhiriéndosele, refregándose, cerrándose sobre sí misma, hasta dejarla

cautiva. Allí, dentro de la gelatina de miedo, sobre la mesa de la cocina, dentro de

casa, en el seno mismo del hospedero de larvas.