pregón miércoles santo - ana guijarro hernández

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PREGÓN MIÉRCOLES SANTO Laura Tallón, Ana Luz Aguilar, Ana Guijarro. Día nuevo. Día de fe, de emoción. Día santo. Comienza la Pascua. Llegó el miércoles. Día en que amor y paz se entrelazan. Emociones, multitud de encuentros y vivencias. Un Cristo crucificado representa el dolor a través de su sangre, siempre con la caridad que solo Él posee. Liberación esperada por los creyentes y por María, que recibe de Jesús a Juan, el discípulo amado. Primera hora, el olor a incienso llega de nuevo a nuestras calles. Hay luz, pero la sombra queda reflejada en nuestros Titulares. Jesús crucificado entrega a su madre al discípulo amado. “Juan aquí la tienes”. El dolor de una madre queda reflejado en su hermoso rostro. Una mujer madura, dolorida por el sufrimiento de su hijo, es María Santísima del Auxilio. Unión cofrade. Multitud de momentos de pasión de un Cristo que sufre humillado frente a su pueblo malagueño, azotado y atado a la columna. Llega la exaltación, emotivo momento que se antepone a Ánimas, un Cristo con clavos en las manos. Sus fieles seguidores desde el cielo lo miran. Nueva recreación del momento, de entrega del discípulo amado. Nuestra Señora del Mayor Dolor queda por fin acompañada de San Juan Evangelista. Carretería, calle de todos. El Señor cruza el Puente de Cedrón, su unión con Málaga. El camino que separa Getsemaní de la ciudad. Jesús, tras ser prendido en el huerto de los Olivos en Jerusalén, es conducido a casa de Anás, atravesando un torrente llamado Cedrón que serpentea murallas y huertos. Y cerca está su madre. El mar lo veo en tus ojos, la paz se cruza entre la brisa, prendida en tus manos, paloma. La paloma libre de la paz llega hasta el Rico. Reside en una cruz a miles de kilómetros de Jerusalén, en la Iglesia de Santiago. La libertad no tiene precio. Por eso, seguro, Jesús, el Rico, en la plaza del Obispo soltará las cadenas. Uno que erró ha sido perdonado. Testimonio malacitano para la noche del miércoles santo, donde un gesto nos da la bendición de Dios. Y la sangre de la misericordia resbala por el rostro de un nazareno peregrino. María Santísima del Amor, atenta y prudente, que tiene la delicadeza de la acogida sin prejuicios, cubre con su manto a quienes salen de cárcel y tienen una vida por delante, en la que no siempre encuentran oportunidades. Amor, que se entrelaza con el dolor mostrado por la Sangre en el momento de la lanzada. Cuatrocientos nazarenos que siguen a una flor violeta, María Santísima de la Consolación y Lágrimas, que padece el sufrimiento de su hijo, el Santísimo Cristo de la Sangre. Los titulares comparten el cielo del miércoles santo. El Santísimo Cristo de la Expiración le clama en el momento previo de su abatimiento y muerte. Crucificado en un campo de color violeta, es acompañado por una Dolorosa que sufre la pasión de su Hijo. Final de una etapa, inicio de otra. Final de Cuaresma, inicio de Pascua. La libertad florece en Málaga cada primavera. Jesús está presente.

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Page 1: Pregón Miércoles Santo - Ana Guijarro Hernández

PREGÓN MIÉRCOLES SANTO

Laura Tallón, Ana Luz Aguilar, Ana Guijarro.

Día nuevo. Día de fe, de emoción. Día santo. Comienza la Pascua. Llegó el miércoles. Día en que amor y paz se entrelazan. Emociones, multitud de encuentros y vivencias. Un Cristo crucificado representa el dolor a través de su sangre, siempre con la caridad que solo Él posee. Liberación esperada por los creyentes y por María, que recibe de Jesús a Juan, el discípulo amado.

Primera hora, el olor a incienso llega de nuevo a nuestras calles. Hay luz, pero la sombra queda reflejada en nuestros Titulares. Jesús crucificado entrega a su madre al discípulo amado. “Juan aquí la tienes”. El dolor de una madre queda reflejado en su hermoso rostro. Una mujer madura, dolorida por el sufrimiento de su hijo, es María Santísima del Auxilio.

Unión cofrade. Multitud de momentos de pasión de un Cristo que sufre humillado frente a su pueblo malagueño, azotado y atado a la columna. Llega la exaltación, emotivo momento que se antepone a Ánimas, un Cristo con clavos en las manos. Sus fieles seguidores desde el cielo lo miran. Nueva recreación del momento, de entrega del discípulo amado. Nuestra Señora del Mayor Dolor queda por fin acompañada de San Juan Evangelista.

Carretería, calle de todos. El Señor cruza el Puente de Cedrón, su unión con Málaga. El camino que separa Getsemaní de la ciudad. Jesús, tras ser prendido en el huerto de los Olivos en Jerusalén, es conducido a casa de Anás, atravesando un torrente llamado Cedrón que serpentea murallas y huertos.Y cerca está su madre. El mar lo veo en tus ojos, la paz se cruza entre la brisa, prendida en tus manos, paloma.

La paloma libre de la paz llega hasta el Rico. Reside en una cruz a miles de kilómetros de Jerusalén, en la Iglesia de Santiago.La libertad no tiene precio. Por eso, seguro, Jesús, el Rico, en la plaza del Obispo soltará las cadenas. Uno que erró ha sido perdonado. Testimonio malacitano para la noche del miércoles santo, donde un gesto nos da la bendición de Dios.

Y la sangre de la misericordia resbala por el rostro de un nazareno peregrino. María Santísima del Amor, atenta y prudente, que tiene la delicadeza de la acogida sin prejuicios, cubre con su manto a quienes salen de cárcel y tienen una vida por delante, en la que no siempre encuentran oportunidades.Amor, que se entrelaza con el dolor mostrado por la Sangre en el momento de la lanzada. Cuatrocientos nazarenos que siguen a una flor violeta, María Santísima de la Consolación y Lágrimas, que padece el sufrimiento de su hijo, el Santísimo Cristo de la Sangre.

Los titulares comparten el cielo del miércoles santo. El Santísimo Cristo de la Expiración le clama en el momento previo de su abatimiento y muerte. Crucificado en un campo de color violeta, es acompañado por una Dolorosa que sufre la pasión de su Hijo.

Final de una etapa, inicio de otra.Final de Cuaresma, inicio de Pascua.La libertad florece en Málaga cada primavera.Jesús está presente.