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PRECISIONES PARA LA ENSEÑANZA‐APRENDIZAJE DE HISTORIA Y CIENCIAS SOCIALES
En el primer año de la asignatura de Ciencias Sociales se busca que el estudiantado tenga un conocimiento general de la historia mundial, para comprender su incidencia en la actualidad, evidenciando que los acontecimientos se deben analizar como procesos históricos, que obedecen a múltiples causas y a la participación de actores sociales cuya interrelación determina el curso de los sucesos y sus consecuencias. Además se busca que el alumnado pueda ubicar los procesos históricos más significativos de América en ese vasto campo de conocimientos que constituye la historia mundial, con el fin de que pueda comprender su realidad actual.
Se parte de la consideración de que la concreción del currículo educativo se genera fundamentalmente en el aula pero en relación con el contexto y las necesidades del estudiante. Los principales actores en el proceso de enseñanza y aprendizaje son los docentes y el estudiantado.
Las habilidades del docente se centran sobre todo en dos áreas o dimensiones: la primera es el alto dominio del área o asignatura que le corresponde y la segunda es el dominio del docente como profesional, es decir, su capacidad de propiciar el proceso de aprendizaje (dominio de la gestión didáctica y pedagógica) y su acción mediadora. La combinación de estas dos dimensiones facilita la puesta en marcha de las metodologías que guíen el desarrollo del currículo. Se necesita un docente investigador, que sea capaz de indagar en fuentes diversas: libros, medios de comunicación, expresiones populares, manifestaciones artísticas, etc; con el fin de cruzar miradas, voces, lecturas desde varias perspectivas para desarrollar en el estudiante la capacidad de interpretación, comprensión de su realidad, y de tomar decisiones. Las y los maestros son quienes mejor conocen el medio educativo en el que trabajan y es necesario que se reflexione continuamente sobre las adaptaciones que se crea necesarias para mejorar su metodología y el currículo.
La comprensión de la Historia y Ciencias Sociales como un camino que ayuda a intervenir en el presente, y que permite ampliar las perspectivas de cómo se percibe la realidad personal y colectiva, nacional y mundial, es un principio de motivación. Se puede potenciar el gusto por aprender como una opción de crecimiento personal, más allá de la utilidad práctica que tiene la educación.
El profesor y la profesora, mediante su planificación, toman decisiones, adaptan con criterio los objetivos, los contenidos, los procedimientos que crean necesarios y adecuados al grupo de estudiantes con quienes trabajan y se relacionan. Resulta indispensable que el trabajo diario en el aula sea participativo, basado en el análisis de problemas desde diferentes perspectivas y de manera argumentada. Por ello se sugiere implementar las siguientes guías de acción:
Concepción de aprendizaje significativo: El docente debe tener en cuenta los saberes y experiencias previas que el estudiantado posee sobre las temáticas que se van a estudiar, para
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activar esos conocimientos y reflexionar sobre ellos. En muchas ocasiones, la nueva información puede entrar en contradicción con lo que cada estudiante conoce, por lo que es importante la intervención del docente para acompañar y propiciar el proceso en que los esquemas de conocimiento del estudiantado se modifican. Las actitudes y la forma de interpretar los contenidos de la asignatura por parte del docente acercan al estudiantado a detectar problemas interesantes, plantear preguntas y retarlos a buscar soluciones, siguiendo un método de estudio. Es importante considerar que los niveles de complejidad de los nuevos contenidos que se van incorporando deben guardar relación con el nivel y edad del grupo. Además, estos contenidos necesitan estar relacionados al contexto y a la cultura del estudiante con el fin de que su análisis le ofrezca respuestas a inquietudes y necesidades cotidianas.
Metodología participativa: Está enfocada al entendimiento de la enseñanza‐aprendizaje como un proceso de interacción social, en la que se da una participación activa tanto del docente como del estudiantado (Mercer: 1997), en la construción y comprensión del conocimiento. Se trata de que asuman un rol de agentes activos y sean partícipes del proceso educativo en lugar de ser simples receptores pasivos. Esta pedagogía transformadora pretende que los conocimientos se construyan conjuntamente no solo entre docente‐estudiante, sino también entre estudiante‐estudiante, porque “quien enseña aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender” (Freire, 2006: 25), y tiene las siguientes características:
‐ Cooperativa y grupal: que favorezca la interacción y cooperación entre el grupo, para propiciar debates cognitivos, espacios para confrontar y argumentar distintos puntos de vista, y la propuesta de alternativas que contribuyan a la formación de alumnas y alumnos propositivos.
‐ Comunicación horizontal: busca construir relaciones equitativas e igualitarias entre los diversos sujetos que intervienen en el proceso de enseñanza‐aprendizaje, contribuyendo a romper jerarquías y propiciando un mejor intercambio de opiniones para la búsqueda conjunta de acciones y reflexiones que lleven a transformar la realidad (Freire, 1991: 99‐104). En este proceso comunicativo es importante la forma de organizar, argumentar y fundamentar las ideas de manera oral y escrita para dialogar y debatir con apertura y tolerancia. Por ello, son campos de acción específica que deben estar incluidos en los métodos del proceso educativo para reforzar la concientización del respeto hacia otros puntos de vista, saber escuchar las ideas ajenas y rebatir desde el diálogo aquello con lo que se está en desacuerdo.
‐ Motivadora: está encaminada al uso de distintas estrategias que fomenten la participación del estudiantado y así enfrentar la desmotivación por el estudio, que constituye una realidad presente en buena parte de la juventud sobre todo hacia las materias de contenido humanístico. Sería importante encaminar la motivación a la capacidad que posee cada alumno y alumna de usar el conocimiento como una forma de búsqueda de propuestas y posibilidades, para intervenir en una realidad que no es inmutable y única.
‐ Organización del tiempo: La planificación temporal de la programación de la asignatura debe adaptarse a los procesos y ritmos de aprendizaje del grupo y, además, debe tener en cuenta las horas estimadas para el desarrollo del currículo (ver bloques curriculares), permitiéndose cierta
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flexibilidad para la programación de otras actividades que resulten pertinentes para los temas propuestos.
‐ Atención a la diversidad: El documento del BGU (2011: 45) enmarca la diversidad en los siguientes niveles:
a. Diversidad social, cultural e individual: contribuye a esto el diseño de la optatividad de partes del currículo.
b. Diversidad de necesidades específicas de aprendizaje presente en el aula. Proporcionar los recursos didácticos que puedan personalizar el aprendizaje; recursos como los tecnológicos, la organización variada del trabajo, una estructura flexible y optativa del currículo, y también como:
● Ayudas y asesorías pedagógicas a través de tutorías personales. ● Agrupamientos flexibles, metas diferenciadas de acuerdo a capacidades y
posibilidades de los estudiantes del aula.
Durante el desarrollo de la asignatura de Historia y Ciencias Sociales, el hecho de atender a la diversidad en el aula implica, para el docente, saber hacia quiénes se proyecta la programación (plan anual, trimestral, unidades, etc.), el número de alumnos y alumnas por clase y las singularidades que existen dentro del grupo. Por tanto, atender a la diversidad no es solamente brindar una atención específica a estudiantes con dificultades o cualidades especiales para el aprendizaje y la socialización de Historia y las Ciencias Sociales. Todos los estudiantes son susceptibles de ser considerados dentro de las estrategias en torno a la diversidad, puesto que cada uno es el resultado individualizado de un contexto psicológico y social. En este sentido, la tarea del docente se sitúa en la adaptación del currículo o unidades didácticas de acuerdo a las características y peculiaridades del grupo. Es por ello necesario, durante todo el proceso de enseñanza‐aprendizaje de la asignatura, atender a la diversidad desde el inicio hasta la evaluación a través de un currículo abierto, flexible y basado en la interacción social, en que el docente cumple un papel importante al ser quien propone las unidades didácticas, partiendo de la motivación y el uso de diversas estrategias que permitan atender los casos especiales desde la inclusión, de manera que ningún alumno o alumna se quede al margen del proceso de enseñanza. La diversidad debe presentarse entonces como una oportunidad educativa, estableciendo estrategias y medidas que permitan reforzar algunas competencias y valores, como la no exclusión.
Asimismo, el docente y el centro educativo han de considerar las particularidades del grupo humano con el cual trabajan e interactúan. Por ejemplo: estudiantado con necesidades que requieran atención específica ya sea por insuficiencia visual, dificultades de aprendizaje o necesidades de compensación educativa; estudiantado que se incorpora tarde al curso; estudiantado con altas capacidades intelectuales; estudiantado que no ha promocionado el curso anterior; estudiantado con características particulares como una excesiva introversión que puede dificultar su capacidad de comunicación, etc. De esta manera, se contribuirá a que en el aula se logre el objetivo de vivir una sociedad no excluyente.
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Propuesta de actividades variadas: En la planificación docente, es un elemento esencial para la consecución de objetivos y asimilación de contenidos el desarrollo de actividades de diversos tipos, que respondan a criterios tales como:
* La articulación entre objetivos, contenidos y destrezas con criterios de desempeño.
* Una motivación inicial para cada bloque y temas de contenidos y sus actividades.
* El empleo de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
* La previsión del tiempo para su realización.
Entre las actividades variadas se sugiere realizar las siguientes:
‐ Actividades de investigación: Es necesario que el docente pueda orientar al estudiante en la elaboración de trabajos de investigación (proyectos, monografías, ensayos, estudios de caso, resúmenes, etc.), en los cuales se apliquen los pasos del método científico de las Ciencias Sociales para enfrentarse a un problema y recoger información de textos diversos: fuentes primarias, noticias, artículos de análisis, expresiones populares, manifestaciones artísticas, entre otros; cuyo análisis le permita responder a múltiples inquietudes. Este tipo de actividades contribuye a que el estudiantado adquiera, de forma práctica, una metodología de trabajo científico para fortalecer su capacidad de indagación y análisis.
‐ Actividades para desarrollar la comprensión lectora: El docente estimulará al estudiantado para fomentar el hábito de lectura, a través de diversos tipos de texto, porque la lectura comprensiva constituye una actividad que implica una alta competencia intelectual y necesaria para cualquier ámbito de la formación personal y profesional del estudiantado.
‐ Actividades de expresión oral y escrita: El docente propondrá la realización de distintos tipos de acciones (redacciones para ampliación de temas, debates, foros, coloquios, mesas redondas, etc.) que le permitan al estudiantado desarrollar habilidades de comunicación oral y escrita para exponer argumentos de manera ordenada y fundamentada .
‐ Actividades de consolidación: Están orientadas a reforzar la asimilación y uso de los contenidos de la asignatura a través de la elaboración de murales, portafolio, desarrollo de esquemas, mapas conceptuales, visitas a museos, exposiciones, elaboración y análisis de gráficos, mapas e imágenes, video fórum, juego de roles, etc.
Sentido de la evaluación: La evaluación educativa es un proceso continuo, enfocado en la valoración del nivel de la consecución de objetivos y destrezas de desempeño propuestas para el estudiantado. Es un proceso que brinda información sobre el transcurso de la tarea educativa: mediante la evaluación se comprueba su eficacia y se pueden establecer correcciones a la acción del docente y a la respuesta del estudiantado. Se valora tanto el aprendizaje de los estudiantes como el proceso de enseñanza en sí. Es importante considerar que evaluar no es “calificar”, por lo que la evaluación no debe estar limitada a la realización de trabajos escritos o al tradicional examen al que los estudiantes se acercan con temor al final de cada unidad o tema. Por tanto, la evaluación debe transformarse en un constante diálogo,
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mediante el cual se construye un espacio en el que alumnos y docentes tratan de dar una explicación ecuánime a los contenidos que se estudian, aclarar dudas y generar otras, plantear hipótesis o buscar soluciones. Cuando la evaluación se vuelve un espacio para preguntarse constantemente los por qué, los cómo y los para qué, puede posibilitar un aprender permanente. La evaluación debe huir de las consideraciones y paradigmas actuales del éxito y el fracaso: en su lugar, el éxito deberá ser considerado como el esfuerzo personal y grupal de los actores que intervienen en el proceso educativo. En este sentido, la evaluación debe trascender el ser un espacio de memorización, de copia textual, de mera síntesis, y convertirse en la posibilidad para que el estudiantado pueda explicar, preguntar, investigar, interpretar y dar puntos de vista con argumentación.
Abordaje de los bloques curriculares: Los cinco bloques curriculares que abarca la asignatura cubren el período que va desde la etapa neolítica hasta la contemporánea, y en cada uno de ellos se enfatiza el análisis de los procesos más significativos a nivel mundial, sin perder de vista el carácter de unidad que conforman en el tiempo histórico. Con este planteamiento se pretende aproximar al estudiantado a situar, espacial y temporalmente, los procesos así como a analizar las interconexiones que existen en ellos, para que tenga un conocimiento más complejo y profundo de los temas que ya abordaron en noveno y décimo años de la EGB.
En este sentido, la historia del mundo del primer año del Bachillerato está planteada para complementar los contenidos de la EGB, por lo que se ha considerado conveniente el estudio significativo de los principales procesos de la historia de la humanidad. Por ello, es importante que el docente tenga claro dos cuestiones fundamentales: en primer lugar, tal como ha señalado Dussel (2000: 44), “no hay fácticamente todavía historia mundial (sino historias de ecúmenes yuxtapuestas y aisladas: la romana, persa, de los reinos hindúes, del Siam, de la China, del mundo mesoamericano o inca en América, etc.)". En segundo lugar, cuando se plantea como el estudio de la historia del mundo necesariamente se está remitiendo a procesos específicos ubicados en una periodización clásica que se retoman por razones didácticas (historia antigua, media, moderna y contemporánea). Precisamente por esto el abordaje de los cinco bloques que componen el primer año de la asignatura deben ser tratados desde una postura crítica, necesaria para conocer cómo se conforma la “cultura occidental” que tiene influencia sobre América Latina y el Ecuador. Además este tipo de conocimiento resulta básico para que estudiantado sea capaz de ubicar espacial y temporalmente los principales procesos históricos de la historia mundial y tenga sobre ellos un criterio formado y sólido, más aún, en un contexto actual y globalizado donde la información es inmediata y sin apenas profundizar en las fuentes históricas.
Para desarrollar tal postura crítica, al inicio de cada uno de los bloques se sugiere que el docente realice una revisión de las distintas formas de aproximación historiográfica de cada una de las etapas, de tal manera que se discuta el eurocentrismo con el que se las ha configurado y posibilite, por ejemplo que el alumnado comprenda por qué América y África se articulan al “sistema‐mundo” (Wallerstain: 2010) a partir de las grandes exploraciones del siglo XV. Asimismo, el sentido de plantear el legado del mundo antiguo tiene como objetivo que el alumnado pueda visibilizar que en la formación de la denominada “cultura Occidental” esa herencia no se reduce al mundo grecolatino sino que están presentes influencias de otras
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culturas como las de Oriente próximo. Es importante que el alumnado sea consciente de estos componentes y cómo fueron suprimidos en el tránsito a la modernidad, cuando Europa a través del pensamiento ilustrado se atribuye ser la portadora de la “civilización” y construye una justificación para invadir y colonizar otros continentes, como es el caso de América. Para reafirmar esta comprensión es fundamental analizar lecturas que defiendan diferentes perspectivas y realidades.
Para el docente es también importante destacar que los contenidos propuestos para los cinco bloques del primer año de la asignatura plantean la ruptura con la idea de “civilización” y “evolución civilizatoria”, al considerar que son conceptos que contribuyen a mantener una visión histórica lineal, eurocéntrica y comparativa entre ganadores y perdedores (Wolf: 2005). En los contenidos del currículo del primer año es importante, por tanto, insistir en el desarrollo de los procesos históricos de la humanidad en los cuales intervienen una diversidad de actores, de pueblos y culturas, que interactúan, protagonizando convivencia y conflictos. Se considera que este planteamiento no conduce a crear una visión de historia única sino más bien a mostrar al alumnado una perspectiva amplia y necesaria del proceso histórico del mundo, donde cada región está representada y tiene sus propios procesos.
Al inicio de cada bloque, por razones pedagógicas y del propio contenido de la asignatura, es importante que el docente plantee preguntas generadoras y esenciales para fomentar en el estudiante la curiosidad y la necesidad de indagar. A continuación deberá realizarse una revisión de las distintas formas de aproximación al tema, para, posteriormente, ir trabajando las particularidades que caracterizan a cada período. Así se apoyará la comprensión por parte del estudiantado de la complejidad que encierra cada etapa histórica, buscando además establecer relaciones críticas entre el pasado y el tiempo actual.
Para complementar las orientaciones metodológicas del área planteadas anteriormente, se ofrece, a continuación, una serie de aspectos específicos que pueden aplicarse para el desarrollo en el aula de cada uno de los bloques curriculares.
BLOQUE 1. IMPORTANCIA DE LA REVOLUCIÓN NEOLÍTICA
¿Qué hecho marcó un cambio significativo en la vida de las poblaciones nómadas?
¿Cuándo un hecho o proceso es un hito histórico o factor de cambio?
¿Por qué es importante valorar etapas históricas de las cuales apenas existen testimonios?
Se sugiere partir del análisis de las principales fuentes, así como de los métodos a través de las cuales se reconstruye la vida del período neolítico en el mundo; podría plantearse por ejemplo, realizar una comparación entre la reconstrucción del período neolítico en el continente americano, africano y eurasiático. De esta manera se conseguirá aproximar al estudiantado a una época sobre la cual no existen testimonios escritos, por lo que los vestigios materiales son el elemento de "lectura" que usa la Arqueología prehistórica. Se considera importante pedir a los estudiantes hacer búsquedas en Internet sobre investigaciones arqueológicas en los principales núcleos agrícolas y visualizar las pruebas que llevan a los científicos a comprobar
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que en determinados lugares se dio la domesticación de plantas y animales y la cultura material relacionada con esos emplazamientos.
Se recomienda la elaboración de mapas en los cuales su ubiquen los principales núcleos agrícolas para que el estudiante tenga un dominio espacial sobre el tema y conozca las actuales regiones, donde se desarrollaron esos procesos. Además, sería importante que el docente promueva discusiones sobre las consecuencias de la revolución neolítica y las diferencias entre los principales grupos agrícolas.
BLOQUE 2. EL LEGADO DEL MUNDO ANTIGUO
¿Qué valores distinguen al ser humano contemporáneo de aquel del Mundo Antiguo?
¿Cómo se establece la relación ser humano – naturaleza en las grandes culturas de la Antigüedad?
¿Por qué es importante aproximarnos a las culturas y organizaciones sociales de la Antigüedad?
Las dos ideas fundamentales que se trabajarán en este bloque son, en primer lugar, la identificación de los aspectos más importantes que se consideran como un legado de las diversas culturas del mundo antiguo; y en segundo lugar, el hacer hincapié en cómo ese legado ha llegado hasta nosotros adaptado y transformado en el tiempo histórico.
Para desarrollar en el aula estas dos ideas, el docente podría empezar haciendo lecturas con los estudiantes sobre Mesopotamia, Egipto, India, China, Grecia y Roma; principales núcleos del mundo antiguo, y a partir de ello generar trabajos en grupo para caracterizar y analizar los aportes de cada una de esas sociedades. Para el caso de América se podría plantear al estudiantado rastrear pueblos del continente que vivieran cronológicamente en el mismo período que las de Mesopotamia, Egipto, China, India, Grecia y Roma. Esto permitirá ubicar geográfica y temporalmente esos núcleos, así como situar los recursos con los cuales contaban en su entorno y a partir de los cuales se dio la organización político‐social, la economía, el trazado de rutas comerciales y los movimientos poblacionales. Se le sugiere al docente, como una posible actividad para el desarrollo de algunas temáticas del bloque, buscar películas o videos en los cuales aparezcan las sociedades de esta época y, con base en los productos audiovisuales, pedir a los estudiantes que contrasten el fundamento histórico.
Una vez que se ha visto el aporte de estos núcleos del mundo antiguo, se sugiere que el docente plantee el abordaje de cómo este legado influyó en la configuración de la cultura occidental y sus matices en el contexto americano. Se podrían destacar los siguientes aspectos: religiones antiguas, saberes ancestrales, pensamiento aristotélico y platónico, origen de la democracia, derecho romano, cristianismo, organización del tiempo, escritura, conocimientos científicos (medicina, astronomía, y su aplicación práctica a través de las tecnologías), y arte. Para este desarrollo, el docente puede partir de una lluvia de ideas que le permitirá saber cuál es el conocimiento que tiene el estudiantado y, sobre ello, organizar la exposición de los temas.
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Es imprescindible el uso de mapas temáticos e históricos para reforzar tanto la ubicación espacial como la temporal, mediante la representación de determinadas características de este período en las diferentes zonas.
Se sugiere hacer ejercicios para debatir ideas sobre la vigencia de los aportes del mundo antiguo en nuestras sociedades contemporáneas. En estos debates es importante la intervención del docente para mostrar el alcance de esas pervivencias y cómo han ido cambiando en el tiempo, y así evitar anacronismos.
BLOQUE 3. EL LEGADO DEL MEDIOEVO
¿Cómo el etnocentrismo se configura en distintas etapas históricas? ¿De qué manera las grandes las grandes religiones influyen en los distintos ámbitos del quehacer humano? ¿Por qué existen diferencias entre el ser humano del período medieval el del tiempo presente?
Es importante iniciar el desarrollo del bloque con una aproximación al debate sobre el Medioevo, planteando una explicación sobre los límites temporales del período y la exposición acerca de los principales criterios que han enmarcado su comprensión como una etapa de oscurantismo. Se sugiere hacer debates en el aula alrededor de los tópicos de esta etapa y desde donde han sido planteados.
Para situar las fronteras espaciales del período se recomienda la elaboración de mapas históricos donde se ubiquen las zonas de mayor influencia: Imperio bizantino, Imperio carolingio, sacro Imperio germánico.
Una parte fundamental para conocer este período es el estudio de las dos grandes religiones monoteístas (cristianismo e islam), desde la perspectiva histórica de sus fundamentos, expansión e influencia. Aspectos importantes para comprender el tema es el análisis del monarquismo, de las herejías, de las cruzadas (causas y consecuencias), y de al‐Ándalus (como crisol de culturas). Se sugiere seleccionar documentales, películas o novelas para realizar foros que permitan comparar y contrastar el conocimiento histórico adquirido y su importancia para el análisis de situaciones geo ‐ políticas y religiosas actuales.
Mediante lecturas de textos seleccionados, de tipo histórico, se puede analizar la organización feudal y sus implicaciones a nivel de jerarquías, estamentos y orden social. Sería importante profundizar el conocimiento sobre las ciudades medievales: la configuración de las urbes, el comercio, la actividad artesanal y algunos aspectos de la vida cotidiana. Se sugiere que el docente organice trabajos en grupos para que los estudiantes puedan investigar sobre estos temas y su incidencia en la actualidad.
Para consolidar la visión sobre el legado del Medioevo, es importante que el docente enfatice también los aspectos relacionados con el desarrollo de la educación, la recuperación y la traducción de textos antiguos, el conocimiento científico y el arte del período.
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BLOQUE 4. CONFIGURACIÓN DEL MUNDO MODERNO
¿Cómo determinadas sociedades justificaron y justifican su dominio sobre otras? ¿De qué forma los valores del mundo moderno permanecen en la actualidad? ¿Qué cambios registra el capitalismo desde su nacimiento hasta el día de hoy? ¿Por qué la tecnología y el desarrollo científico tiene cada vez más peso en las distintas etapas históricas?
La etapa “moderna” será entendida como un proceso de múltiples cambios sociales, tecnológicos, culturales, etc., más que como un proceso de ruptura con la etapa anterior. El docente podría partir de la definición de los elementos clave que caracterizan el período, destacando las nociones de “modernidad” y la nueva visión del ser humano.
Mediante lecturas de textos seleccionados y el uso de mapas se puede analizar el proceso de expansión europea, situando las principales zonas de las exploraciones geográficas. A través de ensayos elaborados por los estudiantes, sería importante realizar una valoración amplia y crítica sobre las consecuencias e implicaciones que tuvieron dichos viajes.
Un aspecto esencial del período es el mercantilismo y su auge a partir de las nuevas rutas comerciales que surgen con la conquista y colonización de América, lo cual desembocó, entre otras razones, en el triunfo del capitalismo como sistema hegemónico a nivel mundial. Para reforzar estos conocimientos se le sugiere al docente proponer lecturas de textos significativos y realizar análisis a partir de ellos, para su posterior exposición en el aula.
El abordaje de la configuración de la burguesía y del sistema estamental de esta etapa puede plantearse mediante la elaboración de esquemas jerárquicos de los estamentos sociales, y mediante la caracterización del perfil, obligaciones y derechos de cada grupo social. Con estos elementos se podría, además, realizar socio‐dramas en los que el estudiantado represente a los distintos grupos sociales.
Para abordar las especificidades de los regímenes políticos de este período, es importante situar el absolutismo, la formación de los estados modernos y el surgimiento del liberalismo. Se sugiere la elaboración de tablas de contenido que reflejen los conceptos, los eventos y los personajes más relevantes. Adicionalmente se podrían elaborar glosarios de términos que ayuden a comprender el sentido de las nuevas palabras.
El recorrido de la cultura y pensamiento de este período abarca desde el humanismo hasta la Ilustración, por lo que sería importante explicar los ideales básicos de estas corrientes, así como la representación artística y el desarrollo científico y tecnológico a que dieron lugar. Se podría hacer una selección de textos de autores destacados de la época, como una forma de aproximar al estudiantado a esas fuentes directas. Para el tema de la representación artística se propone hacer visitas virtuales a museos y webs especializadas, espacios en los que se pueden encontrar análisis elaborados desde la historia del arte que ofrezcan lecturas más enriquecedoras de las obras.
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Se sugiere que el docente organice trabajos de grupo, investigue cómo surge el método científico, sus exponentes y cómo se empezó su aplicación en las distintas ciencias.
BLOQUE 5. CONFLICTO Y CAMBIO SOCIAL EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO
¿Qué efectos ha traído el “progreso” para el ser humano y la naturaleza? ¿Cómo se dan las rupturas y transformaciones en el mundo contemporáneo? ¿Por qué y cómo el ser humano puede romper con los distintos procesos de dominación?¿Cuáles son los principales retos para el siglo XXI?
En este bloque se abordan los grandes cambios producidos a raíz de distintos procesos revolucionarios. Es importante que el docente parta de una explicación de los aspectos determinantes y de las características del mundo contemporáneo, definiendo sus límites temporales para diferenciarlo de la etapa denominada "mundo actual", la cual corresponde a la segunda mitad del siglo XX.
Dada la extensión de contenidos que abarca la época contemporánea, se ha considerado conveniente estudiar solamente tres de las revoluciones de esta etapa: liberal burgués, industrial y agrícola. Para evidenciar su importancia se propone que el estudiantado realice esquemas en los que queden reflejados las características, los actores sociales y las consecuencias de cada una de ellas en América y el resto del mundo. Posteriormente se podrían organizar debates en el aula para comparar estos procesos y sus repercusiones.
A partir del análisis de las consecuencias de la industrialización, se puede plantear el surgimiento de una nueva racionalidad económico‐científica que implica la mercantilización de las parcelas de la vida, la nueva configuración de sectores económicos y sociales, y el despunte de las ciencias y tecnología contemporáneas. Para profundizar el conocimiento sobre estos temas, el docente podría seleccionar lecturas y luego elaborar fichas que permitan abrir un debate entre los estudiantes sobre las ideas principales. Otra forma de abordar el tema es seleccionar videos sobre los costes de la industrialización en distintas partes del mundo y debatir este tema en el aula.
Para plantear el estudio de la nueva configuración espacial y urbana de las sociedades contemporáneas se podrían utilizar gráficos, mapas temáticos e imágenes que respalden la explicación sobre el crecimiento demográfico y el proceso de urbanización.
Es pertinente que el docente aborde los principales conflictos internacionales ocurridos en el siglo XX, destacando las motivaciones y consecuencias que tuvieron para las naciones implicadas y sus poblaciones.
La última parte del bloque pone énfasis en los movimientos sociales y sus transformaciones. Para abordar estos contenidos se propone partir del estudio del movimiento obrero, su configuración e influjo (la universalización del sufragio y la repercusión en otros movimientos sociales). Como cuestión metodológica se sugiere agrupar los distintos movimientos sociales en función del tipo de demanda o reivindicación que realizan, analizándose cuatro formas de
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lucha: por la igualdad de las mujeres, por la no discriminación, por la paz y por la protección al medioambiente (lucha ecologista). El docente podría organizar grupos de trabajo para investigar sobre cada tipo de lucha, caracterizando las distintas etapas que atraviesan, las ideologías, las motivaciones, los líderes o grupos más destacados, los principales desafíos y logros que plantean.