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RUBÉN MONTALBÁN LÓPEZ 77371042-P
Prejuicios, fantasías y tópicos acumulados sobre una cultura oriental: la nabatea. O, se
ve que lo que se quiere ver y lo demás se ignora o desdeña
El texto ante el que nos encontramos es un artículo publicado en el año 2007 en
la Revista de Historia Antigua, Gerión en el volumen extra de ese mismo año. La
autora es Carmen Blánquez Pérez, profesora titular del Departamento de Historia
Antigua de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de
Madrid. Sus investigaciones se han centrado en la ciudad de Petra y la civilización
nabatea. Es una gran conocedora de la Historia y la Arqueología de Jordania. Este
artículo se enmarca a su vez, en un número especial de la revista Gerión del año 2007 en
homenaje a la memoria del profesor D. Juan de Dios Cascajero Garcés, experto en el
estudio de las fuentes orales para el estudio de la Historia Antigua.
El artículo se divide en una serie de partes; en primer lugar se expone en una
especie de prólogo la motivación de la autora hacia el tema a tratar. A continuación, se
expone una introducción en la que nos aproximamos al tema a tratar y la perspectiva o
punto de vista en el que se ha centrado el estudio de la civilización nabatea desde el
siglo XIX. Después, lo que podríamos llamar el grueso del artículo podríamos decir,
que corresponde con el desarrollo del tema, a través de un recorrido histórico desde el
origen de los estudios o referencias a la cultura nabatea y a la ciudad de Petra, llegando
hasta la actualidad; mediante el cual podremos comprobar como el uso de tópicos y
mitificaciones han estado siempre presentes en el estudio de la civilización nabatea
tergiversando, manipulando o emitiendo falsas afirmaciones sobre dicha cultura. Por
último, se expone una conclusión en relación al estudio actual de la civilización nabatea,
conclusión que la autora consigue conectar a la perfección con el prólogo o motivo del
tema que venía a desarrollar.
La bibliografía utilizada es variada cronológicamente, así como en disciplinas varias. Se
han manejado para elaborar el artículo: las primeras fuentes clásicas que hacen mención
al reino nabateo (Diodoro de Sicilia, Estrabón y Flavio Josefo); referencias a la Biblia;
diferentes publicaciones que los aventureros durante el siglo XIX publicaron tras sus
viajes a la región del reino nabateo; las publicaciones de carácter más científico que
tuvieron lugar ya en el siglo XX; por último, se hace alusión a diferentes excavaciones
llevadas a cabo durante las últimas décadas.
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El estudio de los nabateos en España es una tarea ardua y complicada, puesto
que es una civilización que es pasa por alto en la mayoría de departamentos de Historia
Antigua. Se debe añadir que la historia de los nabateos se ha visto afectada por toda una
serie de tópicos y fantasías que han surgido en su estudio desde las primeras menciones
de los autores clásicos, pasando por los primeros contactos que los aventureros
describieron durante el siglo XIX. Además, el estudio de la cultura nabatea se ha visto
afectada por toda una serie de características peyorativas debido a una visión
“occidentalista” de la historia, corriente que ha dominado la Historiografía hasta hace
unas relativamente unas décadas. Sin embargo, estas denotaciones negativas sobre las
civilizaciones árabes y en concreto la nabatea, perduran hasta nuestros días al pasar por
alto los testimonios de los beduinos que posteriormente ocuparon la capital del reino
nabateo histórico (Petra) y alrededores hasta hace relativamente poco (1985, tras la
declaración de Petra como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO).
La idea principal del texto, es desmitificar y otorgar un poco de luz a toda una
serie de tópicos, fantasías y características despectivas que se han ido generando
alrededor de la cultura nabatea. Dichos elementos negativos, se deben a la visión
eurocentrista del mundo y de la historia que perdura hasta nuestros días, en muchos
casos. Así mismo el propósito del texto, es una reivindicación a tener en cuenta los
testimonios, tradiciones y experiencias de los beduinos Bdul, que fueron los últimos
habitantes de la ciudad de Petra y siguieron al igual que los nabateos un proceso de
evolución desde un sistema de nomadismo al sedentarismo, así como toda una serie de
prácticas y ciertas costumbres que se podrían remontar a la ocupación de la ciudad en
época nabatea, como pueden ser los testimonios orales de los habitantes petrenses que a
día de hoy continuasen vivos.
En primer lugar, deberíamos de preguntarnos ¿por qué a lo largo de la Historia,
el estudio de la cultura nabatea ha sido tratada desde un punto de vista de una cultura
inferior? La autora ya lo señala en el texto, la clave es la visión eurocentrista de la
Historia. Los europeos u occidentales hemos tendido a considerar nuestra civilización y
nuestras formas de vida como las correctas y más desarrolladas. Este elemento se sigue
repitiendo hoy día, aunque en los últimos años se ha producido un auge de
investigaciones sobre temas alternativos en la Historia (obviando la típica Historia
elaborada y centrada en la parte alta de la pirámide social y en los Imperios más
poderosos o expansionistas). Algunos de estos temas por ejemplo son las
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investigaciones históricas sobre género, sobre descolonización, o la historia de otras
civilizaciones antiguas más allá del ámbito geográfico europeo y próxima inmediatez.
Esta cuestión, es la que explica la falta de publicaciones e investigadores en España
sobre civilización nabatea, ya que el cénit de la Historia Antigua en España han sido
otros temas muy tratados, como la civilización griega o romana, o en concreto la
Hispania Romana o los Íberos. Lo cual no digo que sea negativo, ya que es lo lógico
hasta cierto punto debido a la facilidad de encontrar fuentes incluso directas; pero es
innegable que el historiador que decida apostar por nuevas temáticas en España,
encontrará mayores dificultades a la hora de realizar una investigación de civilizaciones
antiguas de Próximo Oriente por ejemplo.
El historiador que decida inclinarse en el caso concreto de la civilización
nabatea, deberá apoyarse en pruebas arqueológicas e inscripciones, ya que existe un
inconveniente más y es la escases de fuentes escritas directas y que las escasas
menciones que existen al reino nabateo fueron elaboradas por foráneos a dicho reino y
por tanto, se describen desde una visión influenciada por el contexto histórico y
geográfico que en la mayoría de los casos infectan de falacias y camuflan la verdadera
realidad existente. En la Historia Antigua de Egipto por ejemplo, por lo general también
existe una escasez de fuentes, pero al menos la mayoría fueron elaborados por los
mismos egipcios (lógicamente como en toda la Historia Antigua, por la clase dominante
y que se encontraba arriba en la pirámide social).
El problema de las fuentes escritas nabateas, es que aparte de ser escasísimas
tampoco son fiables en su totalidad. En la descripción de Diodoro de Sicilia, las
características que supuestamente presentan los nabateos aluden a toda una serie de
tópicos que los griegos usaban por igual para todos los pueblos que ellos consideraban
bárbaros. Uno de los ejemplos más claros es el de Estrabón, el cual durante el mismo
relato realiza contradicciones y establece como presentes elementos que no existían en
el Reino Nabateo y viceversa. Igualmente Flavio Josefo, ensalza al pueblo judío frente a
toda una serie de prejuicios que rodean a las menciones de nabateos, puesto que éstos
últimos no eran el objetivo de su escrito. Además otra fuente muy antigua de mención a
los nabateos, es la Biblia la cual sabemos que no podemos tomar a la ligera como una
fuente histórica.
El problema no se ciñe a las fuentes clásicas, ya que el estudio de los nabateos
vuelve a infectarse de toda una serie de información falsa y tópicos desde que despertó
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el interés de los viajeros que la describieron durante el siglo XIX. Se establece que
Burckhardt fue el “descubridor” de Petra, hecho que es totalmente falso, ya que los
yacimientos nabateos estaban allí presentes y es más, en esta ciudad habitaban beduinos
árabes. Esta visión eurocentrista influida por el cristianismo, presenta la civilización
occidental cristiana como superior y más desarrollada al mundo árabe y musulmán. El
problema del rechazo al mundo árabe y a la religión musulmana hoy continúa, a pesar
de que hayan pasado 200 años, y la evidencia más clara es la visión con que los
occidentales influidos por la religión cristiana observan a la población de Próximo
Oriente como si su cultura fuera arcaica y atrasada; fruto de ello se fundamentaron
actuaciones colonialistas e imperialistas, ya que los occidentales llevaban modelos
políticos, económicos, sociales y culturales del mundo “desarrollado” a zonas
“atrasadas”.
Hasta finalizar la Primera Guerra Mundial, podríamos establecer dos grandes
motivaciones a la hora del despertar del interés por la región que conformó el reino
nabateo: por un lado, el influjo del romanticismo europeo y por otro, la identificación de
Petra como un lugar bíblico.
Muchos exploradores decidieron acercarse debido al auge del romanticismo y la
búsqueda de un tipo de cultura oriental basada en las “mil y una noches”. Lo cual, no
deja de ser un tópico más ya que buscaban en Oriente un reflejo de la cultura occidental.
Ello agravó que hasta bien entrado el siglo XX, muchas de las infraestructuras y restos
arqueológicos que se encontraran en Petra se adjudicasen a otras etapas de ocupación de
la ciudad como el Imperio Romano. Ello generará toda una serie de leyendas y
fantasías, que poco tienen que ver lo verdadera realidad; además de malas
interpretaciones que pueden decirse que dificultaron el estudio de la civilización
nabatea.
El otro grupo de aventureros que se acercaron a la ciudad e Petra, buscaban la
tumba del profeta Aamón, y otros lugares bíblicos. Lo cual deja de ser falso, ya que la
figura de que Moisés ni si quiera existió tal, ni tampoco el éxodo masivo por el desierto
bíblico. Lo que sí se puede entrever, es la relación directa con el pueblo judío ya que
mantuvieron un contacto intenso durante el siglo I a.C. Sin embargo, la relación con
elementos bíblicos sigue existiendo hoy en día en publicaciones referentes a países más
cerrados en materia religiosa.
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Una vez que al menos se constató la existencia de un reino independiente y
original como fue la civilización nabatea después de la Primera Guerra Mundial, ya se
podía considerar un logro; el problema es que aún no concebía la posibilidad de que
tales monumentos e infraestructuras complejas, pudieran haber sido construidos por un
pueblo árabe que vivía en medio del desierto. Por lo tanto, las ideas despectivas
continuaron. Además la consideración de Petra como ciudad caravanera (la cual es
falsa)n genera la ausencia de otras perspectivas y la búsqueda de otros elementos como
testimonios sobre la agricultura y las complejas tareas hidráulicas que desarrollaron para
poder progresar en un medio tan hostil y de condiciones climáticas adversas en el que se
instalaron.
El desprecio hacia los beduinos ha sido una constante desde los primeros
acercamientos al reino nabateo, desprecio que como ya he indicado antes es
generalizado hacia el mundo árabe y musulmán en general, a pesar de que hoy día
parece estar más superado, yo no lo tengo tan claro. Gracias a esta visión de
inferioridad, se ha legitimado toda una serie de expolios generalizados en diferentes
áreas del mundo oriental y africano, de toda una serie de obras por parte de las políticas
imperialistas llevadas a cabo por Alemania, Inglaterra, Francia, Bélgica y ect.. Estos
expolios (en muchas ocasiones para colecciones privadas), generaron el rechazo de los
habitantes autóctonos, de las diferentes zonas (además de la creencia de que en dichos
monumentos se escondían grandes tesoros).
En el caso que nos atañe, los sucesivos visitantes que acudían a la ciudad de
Petra sentían temor ante los beduinos Bdul, que se mostraban agresivos o desconfiaban
de las intenciones de los occidentales. Además esta visión eurocentrista de nuevo,
señala que los beduinos no eran conscientes de la importancia del lugar en el que
habitaban y de las importancias de monumentos artísticos que allí yacían. Por ello, no se
les ha tenido en cuenta ni a ellos, ni a su cultura a la hora de realizar un estudio de la
ciudad de Petra. Las únicas investigaciones del reino nabateo en relación a los Bdul, ha
sido la de establecer qué tipo de daño han podido causar o que alteraciones han llevado
a cabo por la utilización de los yacimientos nabateos. Este problema es difícil de
resolver, ya que legalmente ellos son los herederos legítimos pero desde la óptica
occidental no tienen un aprecio por los lugares y monumentos artísticos e históricos en
términos de protección y consideración del patrimonio histórico. Es cierto, que pueden
tener una concepción del arte o de la importancia de los monumentos históricos,
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diferente a la nuestra; aunque no por ello deja de ser menos correcta. Desde que la
ciudad de Petra fue declarada Patrimonio de la Humanidad, se les obligó a abandonar la
ciudad en la que durante siglos habían habitado, bajo la legitimidad de la conservación y
reconocimiento histórico de la ciudad. Pero ello ha generado, una oleada de millones de
turistas anuales, lo cual igualmente altera drásticamente los vestigios de esta ciudad
monumental. ¿Esta degradación provocada por el turismo es acaso más legítima o se
encuentra más justificada que las alteraciones que pudieran realizar estos beduinos que
habían vivido allí desde hacía siglos?
Es cierto, que muchos de los países árabes están inmiscuidos en diferentes
guerras y conflictos bélicos o civiles, lo cual hace pensar que probablemente la visión
occidental del papel que debe jugar como salvaguarda en las obras de arte de carácter
históricos sería legítimo, como el caso del reciente conflicto civil egipcio que estalló en
el año 2013, en el que se han producido asaltos al museo del Cairo y desaparición de
objetos y obras de arte egipcia de incalculable valor que probablemente acaben en el
mercado negro o en colecciones privadas; pero no debemos de perder de vista que
muchos de los conflictos que se han y se están desarrollando en el mundo árabe, son
consecuencia de las pretensiones imperialistas de los países occidentales.
Considero que no todo ha sido negativo de las primeras expediciones que
tuvieron lugar a la ciudad de Petra, ya que a pesar de la imagen falsa, infectada de
prejuicios y tópicos que se generó sobre la cultura nabatea; las descripciones de estos
primeros exploradores y sus posteriores publicaciones nos ofrecen una imagen diferente
a la presente en la actual Petra, 200 años después de estos primeros acercamientos.
Ejemplo de ello es los dibujos realizados por David Roberts a mediados del siglo XIX,
que nos ofrece una imagen de elementos que hoy en día han desaparecido.
En conclusión la visión eurocentrista que otorga superioridad a las civilizaciones
mediterráneas y occidentales ha generado una imagen contraproducente de la ciudad de
Petra y del reino nabateo, generando tergiversaciones, tópicos y una realidad muy
diferente a la verdaderamente histórica y ello añadido a la poca importancia que se le
otorga por parte de los investigadores españoles ha derivado en crear una imagen que
dista mucho de lo original, creando una civilización más visual (ya que se describía
como interesaba), que histórica. Y aunque hoy en día, la mayoría de estos prejuicios
parecen estar superados, continúan existiendo algunos como la inferioridad hacia los
pueblos árabes, lo que ha concluido con menospreciar a los beduinos aun a pesar, de
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que claramente se han adaptado a un medio ínfimo y han sufrido procesos paralelos de
sedentarización al igual que sus antepasados nabateos. Estos últimos habitantes de la
capital nabatea a través de sus modos de vida, cultura y lo que no es menos importante
sus testimonios orales podrían arrojar mucha luz hacía una cultura como la nabatea, a la
que tantos elementos peyorativos y tópicos ha perjudicado desde ya sus primeras
menciones como “pueblo bárbaro” elaboradas por Diodoro de Sicilia.
Por tanto, la motivación de la autora a tratar este tema, es limpiar la imagen que
se ha degenerado de la civilización nabatea, y arrojar un halo de esperanza hacia los
beduinos Bdul, de los que tanto se podría aprender ahora que aún vive la última
generación de beduinos que vivieron en la ciudad nabatea de Petra. Parece que no debe
mostrarse importancia a este tipo de fuentes orales para el estudio de la Historia
Antigua, aunque no podemos olvidar que a través de los mitos, leyendas y tradicionales
orales podrían presentar elementos de interés para el estudio de los nabateos, de los que
desgraciadamente existe gran escasez de fuentes escritas. Ya que a pesar de que las
leyendas no deban tomar al pie de la letra, ni como fuentes plenamente históricas, toda
leyenda contiene algo de realidad que se ha ido modificando y alterando a lo largo del
tiempo, pero toda tradición oral tiene un origen.
Bibliografia
-Blánquez, C. (2008-2009), “Petra de los nabateos. Descubrimiento, imagen histórica y
aspectos religiosos de un reino árabe”, Cuadernos del Seminario Walter Andrae, 9, pp.
11-19.
-Blánquez, C. (2001), Petra. La ciudad de los nabateos, Madrid, Alderabán.
-Cascajero, J. (1999), “Historia Antigua y Fuentes Orales”, Gerión, 17, pp. 13-57.
-Liverani, M. (2005), Más allá de la Biblia, Barcelona, Crítica.
-Sánchez Sanz, A. (2012), “El descubrimiento de Petra”, Iberian. Revista Digital de
Historia, 5, 12-19.
-Estrabón (XVI, 21 y 26).
-Diodoro (II, 48 ss.) (XIX, 94-100).
-Flavio Josefo (Antigüedades, XII, 8,3) (Antigüedades, XIII, 10-11).
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