posit ivs mo balance

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BALANCE BIBLIOGRAFICO Durante los últimos años del siglo XIX, las ideas del positivismo lograron penetrarse dentro del pensamiento de muchos países de América Latina que se encontraban en el proceso de modernización de su Estado. Esta doctrina se sustentaba en los ideales del progreso, el pragmatismo y el carácter científico. El Perú bajo la dirección de una elite intelectual, también se vio en la necesidad de recurrir al empleo de este ideario, en el afán por restaurar la estabilidad del estado y conseguir la cohesión social que necesitaba. De esta manera tras la afligida derrota del Perú en la guerra con Chile y su posterior restauración, se logra obtener una relativa estabilidad económica. El cual da paso a la configuración de una elite política de base civil, que justificaban su existencia en la necesidad de asegurar la estabilidad social para el progreso del país. Es ahí cuando los grupos dirigentes se ve en la necesidad de usar los argumentos del positivismo en su ambición de modernizar el estado. Es así que Marcos Cueto (1989) sitúa la recepción del positivismo en el Perú como estrictamente político: “El Positivismo y el Evolucionismo, ofrecieron a los intelectuales y políticos peruanos un esquema conceptual para situar a la historia y la sociedad en un marco de progreso. Ello permitió a la elite civil, que emergió luego de la guerra, reforzar una suerte de ideología oficial” (pg.55). Situación parecida nos ofrece lo mencionado por Augusto Salazar (1965): “En este proceso, el pensamiento filosófico se inserta como expresión singular de la crisis y también como una

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BALANCE BIBLIOGRAFICODurante los ltimos aos del siglo XIX, las ideas del positivismo lograron penetrarse dentro del pensamiento de muchos pases de Amrica Latina que se encontraban en el proceso de modernizacin de su Estado. Esta doctrina se sustentaba en los ideales del progreso, el pragmatismo y el carcter cientfico. El Per bajo la direccin de una elite intelectual, tambin se vio en la necesidad de recurrir al empleo de este ideario, en el afn por restaurar la estabilidad del estado y conseguir la cohesin social que necesitaba.De esta manera tras la afligida derrota del Per en la guerra con Chile y su posterior restauracin, se logra obtener una relativa estabilidad econmica. El cual da paso a la configuracin de una elite poltica de base civil, que justificaban su existencia en la necesidad de asegurar la estabilidad social para el progreso del pas. Es ah cuando los grupos dirigentes se ve en la necesidad de usar los argumentos del positivismo en su ambicin de modernizar el estado.Es as que Marcos Cueto (1989) sita la recepcin del positivismo en el Per como estrictamente poltico: El Positivismo y el Evolucionismo, ofrecieron a los intelectuales y polticos peruanos un esquema conceptual para situar a la historia y la sociedad en un marco de progreso. Ello permiti a la elite civil, que emergi luego de la guerra, reforzar una suerte de ideologa oficial (pg.55). Situacin parecida nos ofrece lo mencionado por Augusto Salazar (1965): En este proceso, el pensamiento filosfico se inserta como expresin singular de la crisis y tambin como una nueva arma con que los grupos dirigentes del pas buscan encararla (pg. 11). Sin embargo el principal punto de epicentro de este pensamiento se ubic en la Universidad San Marcos, es en este espacio que a mediados del siglo XIX se introducir esta doctrina, pero que no ser hasta inicios del XX que se logra consolidar su posicin absoluta dentro de todas las reas de conocimiento. Tal como lo menciona Salazar (1965):Al iniciarse el siglo XX, el proceso de penetracin positivista se ha cumplido casi enteramente. La enseanza de la filosofa, como la de todas las ciencias, est bajo el signo de la nueva filosofa. El positivismo crea una atmosfera intelectual y doctrinaria que invade todos los crculos cultos; su huella puede percibirse en la literatura, el periodismo, la poltica y la vida. (pg. 19)Cuestin que es compartida por Sanders (1997) otros pases tampoco escaparon a su influencia. En el Per se convirti en la ortodoxia intelectual de la Universidad de San Marcos y produjo unos de sus apstoles ms vehementes, Manuel Gonzales Prada (pg.149). De este modo es necesario mencionar la particularidad del desarrollo del positivismo dentro del Per, ya que ms que el desarrollo de la doctrina positivista propiamente dicha se observ una suerte de Spencerismo, es decir las principales ideas que se exaltaron fueron las que se sostenan en el llamado darwinismo social As tenemos a Salazar (1965):Es sabido que el Spencerismo fue solo a medias positivismo. En el Per, en cambio, resulta el positivismo genuino. Y es que la denominacin del positivismo, usada por los propios hombres de la poca, tiene entre nosotros una significacin ms amplia que en Europa. Cubre al mismo tiempo que la filosofa positiva en sentido estricto, todas las formas de naturalismo, comprendido el materialismo, y doctrinas de transicin hacia el espiritualismo del tipo de las de Fouillee, Guyau o Hoffding. Muchos de nuestros filsofos pudieron por eso declararse positivistas y, al mismo tiempo, abrazar francamente la fe catlica (pg.20).As mismo, consideramos fundamental hacer nfasis en la posicin que tuvo este movimiento respecto a la educacin y la implementacin de una serie de reformas educativas que se pretendi ejecutar. Tal es el caso, que encontramos la homognea visin de situar, una indisociable relacin entre la idea de progreso social y la educacin dentro de todas las figuras representativas del positivismo, ya sea personajes tales como Jorge Polar, Javier Prado, Manuel Gonzales Prada o Manuel Vicente Villarn.El rasgo esencial de la educacin dentro de este ideario se encontraba en el carcter pragmtico que debera poseer, esto en oposicin al tradicional mtodo escolstico, el cual se situaba como el mtodo educativo dominante, que consista en el desarrollo de las disciplinas bajo los patrones del humanismo clsico. Los positivistas van a ver a la educacin como un medio por el cual desarrollar el progreso y en ese sentido era imprescindible el desarrollo tcnico de las disciplinas, que solo se podra concretar una vez modificado el sistema educativo. De este modo tenemos la enrgica oposicin de Villarn al sistema educativo dominante: Ante esta crtica que tan decididamente se remita a los datos de la historia peruana, nada poda hacer esa educacin del pasado, pseudoliteraria, verbalista y vaca de ideas y cosas, remedo criollo del humanismo clsico, para defender su derecho a presidir la formacin de la juventud peruana. Resultaba aplastada sin remedio por el prestigio de la educacin tcnica y el cultivo de las profesiones productivas, verdaderas herramientas de la modelacin del hombre y el destino peruano en la mente de Villarn.(Salazar, 1965: pg.145)La popularizacin de la educacin era otro de las caractersticas de este nuevo sistema educativo. De esta forma se conceba una tenaz oposicin a la formacin de elites, ya que estas posean un slido sesgo clasista y para los positivistas un carcter absolutamente retrograda. De este modo observamos que dentro de las principales figuras del positivismo peruano existe una homognea oposicin a la educacin clasista y una animosa atraccin en popularizar la educacin. Sin embargo va a ser Villarn el que presentara una particular posicin al momento de buscar los medios para la consolidacin de este nuevo paradigma educativo. En l, a diferencia de las radicales posiciones de Manuel Gonzales Prada se va a presentar la idea de un desarrollo educativo supeditado al desarrollo econmico, de este modo menciona que este crecimiento econmico solo sera posible bajo la implementacin de una economa capitalista.El desarrollo econmico del pas debe ser por eso la primera preocupacin nacional. De el depender el aumento de la ilustracin y no a la inversa. Sostenemos pues - dice Villarn que el desarrollo industrial es el factor ms necesario para la mayor cultura. La educacin no queda descalificada como factor de progreso, sino solo realistamente sujeta a la condicin de consecuencia y medio instrumental del desenvolvimiento econmico (Salazar. 1965: pg. 149)Es por ello que el discurso positivista se ve en la necesidad de generar una produccin moderna, destacndose el trabajo industrial y la complejidad de las maquinarias, discurso que se observara en la totalidad de los representantes del positivismo. Generando de esta manera el dinamismo de la sociedad bajo la educacin y el progreso. BIBLIOGRAFIA Cueto, Marcos (1989). Excelencia cientfica en la periferia. CONCYTEC: Lima. Salazar, Augusto (1965). Historia de las ideas en el Per contemporneo vol. I. Francisco Moncloa, Editores S. A: Lima. Sanders, Karen (1997). Nacin y Tradicin. Fondo de Cultura econmica: Lima