poryecto colombo-holandés de capacitación y desarrollo de

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Poryecto colombo-holandés de capacitación y desarrollo de negocios en lechería, DairyCaB Protocolo para el manejo y supervisión de las praderas El grado de productividad y aprovechamiento de las pasturas está altamente relacionado con la capacidad de gestión que se pueda aplicar sobre ellas, esto implica que, para ser eficientes, los ganaderos deben implementar programas de monitoreos periódicos que permitan la interpretación de las dinámicas de los cultivos, a fin de tomar decisiones adecuadas y oportunas. A continuación, se presentan las metodologías empleadas en el proyecto DairyCaB para la gestión de las praderas con el fin de que puedan ser replicadas. Muchas de estas prácticas se basan en la recolección de información a través de muestreos sistémicos dentro del potrero, los cuales se deben realizar siguiendo patrones que garanticen una colecta de datos representativos de la pradera. Los métodos más empleados son: el muestreo en “zig- zag” y en “X” (figura 1); estos se llevan a cabo muestreando de manera ordenada, siguiendo un intervalo de cada 10, 15 o 20 pasos según la dimensión del área de interés. Para potreros pequeños cercanos a 0,5 ha, se recomienda usar intervalos de 10 pasos, para potreros medianos cercanos a 1 ha se recomienda el uso de 15 pasos y potreros de mayor dimensión se recomienda usar 20 pasos de intervalo, sin embargo, se aclara que a medida que se acorten los intervalos se obtendrá mayor número de datos logrando un muestreo más representativo y de mayor confiabilidad; por lo tanto, se debe procurar colectar el mayor número posible de datos por potrero. Estos esquemas de muestreo se verán involucrados en los procesos de monitoreo de los cultivos enunciados en este documento.

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Page 1: Poryecto colombo-holandés de capacitación y desarrollo de

Poryecto colombo-holandés de capacitación y desarrollo de negocios en

lechería, DairyCaB

Protocolo para el manejo y supervisión de las praderas

El grado de productividad y aprovechamiento de las pasturas está altamente

relacionado con la capacidad de gestión que se pueda aplicar sobre ellas, esto

implica que, para ser eficientes, los ganaderos deben implementar programas de

monitoreos periódicos que permitan la interpretación de las dinámicas de los

cultivos, a fin de tomar decisiones adecuadas y oportunas. A continuación, se

presentan las metodologías empleadas en el proyecto DairyCaB para la gestión de

las praderas con el fin de que puedan ser replicadas.

Muchas de estas prácticas se basan en la recolección de información a través de

muestreos sistémicos dentro del potrero, los cuales se deben realizar siguiendo

patrones que garanticen una colecta de datos representativos de la pradera. Los

métodos más empleados son: el muestreo en “zig- zag” y en “X” (figura 1); estos se

llevan a cabo muestreando de manera ordenada, siguiendo un intervalo de cada 10,

15 o 20 pasos según la dimensión del área de interés. Para potreros pequeños

cercanos a 0,5 ha, se recomienda usar intervalos de 10 pasos, para potreros

medianos cercanos a 1 ha se recomienda el uso de 15 pasos y potreros de mayor

dimensión se recomienda usar 20 pasos de intervalo, sin embargo, se aclara que a

medida que se acorten los intervalos se obtendrá mayor número de datos logrando

un muestreo más representativo y de mayor confiabilidad; por lo tanto, se debe

procurar colectar el mayor número posible de datos por potrero. Estos esquemas

de muestreo se verán involucrados en los procesos de monitoreo de los cultivos

enunciados en este documento.

Page 2: Poryecto colombo-holandés de capacitación y desarrollo de

Figura 1. Esquemas para el muestreo en praderas. Potrero 1. Muestreo en diagonal o “X”.

Potrero 2. Muestreo en “zig – zag”. i. intervalo entre muestras; este depende de la dimensión

de la pradera.

1. Muestreo de suelos para análisis físico- químico en laboratorio

Con el fin de determinar el tipo de enmiendas correctivas que deben aplicarse, la

mecanización agrícola más pertinente, las especies vegetales que pueden

adaptarse a las condiciones y establecer un plan de fertilización para la posterior

utilización de la pradera a intervenir o para el mantenimiento de una pradera

preexistente se debe realizar un análisis de suelos, para esto es fundamental

realizar un buen muestreo del suelo que permitirá la obtención de datos confiables.

Cada muestra enviada al laboratorio debe estar compuesta de entre 20 y 25

submuestras las cuales se homogenizan y se extrae una porción representativa que

dependiendo de las especificaciones del laboratorio puede variar entre 0,5 y 1 kg.

Para la toma de muestras se deben preparar las herramientas y materiales

necesarios; para esto se requiere una herramienta que permita remover la cobertura

vegetal (machete o azadón) y un instrumento para colectar el suelo (se recomienda

el uso de barretón o pala coca), también es indispensable contar con baldes para

depositar las submuestras, un plástico o una superficie limpia donde se pueda

homogenizar el suelo, bolsas con sellado hermético para depositar la muestra,

marcadores permanentes y rótulos para identificar las muestras.

El proceso inicia escogiendo un esquema sistémico de muestreo (“x” o “zig-zag”),

como se muestra en la figura 1. En el primer punto de muestreo se realiza un “plateo”

Page 3: Poryecto colombo-holandés de capacitación y desarrollo de

de unos 40 cm de diámetro con el fin de retirar la cobertura vegetal dejando el suelo

descubierto, allí se realiza un hoyado del suelo con 20 cm de profundidad

extrayendo el suelo y se depositándolo en el balde (figura 2), se debe asegurar que

la zona donde se realizó la muestra no sea pedregosa ya que esto puede causar

resultados no representativos del área que se desea evaluar, de ser así esta

muestra debe descartarse y trasladarse a un sitio cercano.

Figura 2. Proceso para extraer una submuestra de suelo para el diagnóstico

fisicoquímico. 1. Determinación de un esquema de muestreo. 2. Remover cobertura

vegetal en el punto de muestreo. 3. Hoyado y extracción del suelo. 4. Colecta de

suelo.

Este proceso se repite hasta alcanzar 20 submuestras, las cuales deben

trasladarse a un lugar limpio que permita la fácil homogenización del suelo sin tener

riesgo de contaminación externa que puedan alterar los resultados, un buen método

para garantizar el mezclado del suelo consiste en la técnica del cuarteo; se inicia

formando una pila con el suelo colectado, y con ayuda de una pala se realiza una

mezcla tomando capas inferiores y arrojándolas en la parte superior, este proceso

se repite varias veces hasta formar una pila de forma cónica. Empleando la pala se

procede aplanar la punta de la pila formando un tipo de meseta, luego se divide a la

mitad con ayuda de la pala y posteriormente se realiza otra división transversal a la

anterior dando como resultado la división en cuartos de la pila de suelo. Luego se

procede a seleccionar dos cuartos opuestos y se retiran los sobrantes, la porción

seleccionada debe ser mezclada nuevamente, apilada, aplanada y cuarteada

nuevamente y se repite la selección de dos cuartos, este proceso debe repetirse

hasta reducir el total de suelo colectado a 1 kg (figura 3), el cual representara la

muestra de la pradera que se enviara al laboratorio.

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Figura 3. Proceso de cuarteo para la homogenización y extracción de una muestra de suelo

para análisis fisicoquímico en laboratorio. 1. Mezclado inicial del suelo hasta formar una pila

cónica. 2. Aplanado en forma de meseta. 3. División en medios de la pila. 4. División en

cuartos de la pila. 5. Selección de 2 cuartos alternos. 6 Mezclado de los 2 cuartos

seleccionados, repetir todo el proceso hasta obtener 1 kg de suelo.

El empaquetado de la muestra es de vital cuidado ya que debe garantizarse que el

empaque este limpio al igual que los utensilios que puedan emplearse en este

proceso, para evitar la contaminación de la muestra, el empaque debe ir rotulado

adecuadamente según las exigencias del laboratorio. Generalmente la información

de interés que debe adjuntarse a la muestra corresponde a la zona donde se ubica

el predio, nombre del predio, nombre y contacto del solicitante de la muestra, cultivo

presente en el suelo muestreado, edad del cultivo, plan de fertilización empleado y

fechas de ultimas aplicaciones de insumos agrícolas.

2. Metodologías para el monitoreo de praderas

2.1. Estimación del desarrollo, productividad y composición botánica de las praderas

Monitorear el desarrollo, la productividad y las especies presentes en la pradera

permite tomar múltiples decisiones como: establecer el punto ideal de cosecha de

los pastos en base a su fenología, ajuste de la carga animal, ajuste de la dieta de

los bovinos, determinar momentos para realizar control de arvenses y evaluar la

persistencia de especies introducidas en las praderas. Usualmente pueden

encontrarse diversas metodologías para estos fines, sin embargo, se presentan de

manera individual; lo que implica mayor necesidad de tiempo y personal para

realizar los estimativos. Por este motivo en el proyecto DairyCab se plantea un

Page 5: Poryecto colombo-holandés de capacitación y desarrollo de

protocolo donde se unifican y se modifican algunas de estas metodologías

permitiendo estimar las variables: altura promedio de la pradera, numero de hojas

promedio, productividad de la pradera en términos de biomasa kg/m2 y composición

botánica de la pradera mediante un muestreo sistémico no destructivo. Los

implementos a usar son: marco aforador de 50cm*50cm, Cuchillo u otro instrumento

para cortar forraje, báscula, flexómetro y material para el registro de datos (planillas

de campo).

Para poner en práctica esta metodología se requiere realizar previamente un

recorrido completo por el potrero, con la finalidad de observar su estado general e

identificar zonas de alto (E.3), mediano (E.2) y bajo (E.1) desarrollo del cultivo; esta

diferenciación requiere de buena observación ya que no se pretende identificar

extremos de mayor o menor crecimiento, si no seleccionar zonas representativas

de la pradera. Una vez identificados los estratos de crecimiento se procede a

evaluar la zona de alto desarrollo, se elige una zona con esta característica y se

delimita con el marco aforador. La primera variable para estimar es la altura, para

medirla se toman 5 plantas dentro del marco, esta variable debe medirse sin

disturbar las hojas, aunque los folios se doblen o acuesten; allí se observa la altura

alcanzada por la pastura, también existe la posibilidad de medir esta variable con

las hojas erguidas (extendiéndolas), esta manera ha mostrado mayor relación con

la producción de biomasa al emplear esta metodología de muestreo.

Luego de registrar la altura se procede a contar el número de hojas por planta, para

esto se seleccionan mínimo 5 plantas dentro del marco; es indispensable identificar

hojas que son remanentes del pastoreo anterior, estas generalmente se encuentran

en proceso de senescencia o se nota debilidad y desprendimiento de la lígula, estas

hojas no deben considerarse ya que deseamos contar el número de hojas

fotosintéticamente activas.

Por último, debe medirse la biomasa existente dentro del marco, realizando un corte

a ras y pesando con ayuda de una báscula, este forraje puede conservase para

separar hojas de tallos y estimar la relación hoja-tallo, variable agronómica de

interés por ser indicador de calidad de los pastos.

Los procesos descritos anteriormente deben aplicarse de igual forma al estrato de

crecimiento bajo y medio de desarrollo (figura 4). Luego debe realizarse una sencilla

prueba para validar que la estratificación se hizo de manera correcta, para esto se

calcula un promedio entre el estrato alto y el bajo, a este promedio lo podemos

denominar estrato medio aritmético, este se compara con el estrato medio real

obtenido en campo y la variación entre ambos no debe ser mayor al 10 %. Si este

parámetro se cumple se procede a calcular escalas para biomasa y altura

intermedia: estrato bajo-medio (E.1,5) y Estrato medio-alto (E.2,5); para esto se

calcula un promedio aritmético entre E.1 y E.2, y entre E.2 y E.3. Para praderas de

monocultivo de Ryegrass en algunas ocasiones se ha visto necesario incluir 2

escalas más dado a las zonas de suelo descubierto o semi descubierto donde el

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forraje no alcanza a llegar a un estrato de crecimiento bajo (E.1), por lo tanto, se

incluyen el estrato nulo (E.0), donde la biomasa y altura son 0 kg y 0 cm

respetivamente, y el estrato E.0,5 que resulta de calcular un promedio aritmético

entre E.0 y E.1. Una vez completada toda esta información se procede a realizar el

muestreo sistémico de la pradera.

Figura 4. Esquena de estratificación del desarrollo en praderas para el análisis de

la productividad

La posterior etapa de esta metodología es el muestreo sistémico, donde debe

elegirse un esquema de muestreo (“X” o “zig-zag”). A los puntos de muestreo se les

denominan visuales, a estas se le adjudicará un estrato de desarrollo según se

encuentre semejanza a los estratos medidos en campo (E.1, E.1,5, E.2, E.2.5 y E.3),

para esto es posible apoyarse en la altura del pasto dentro del marco basándose en

las mediciones por estratos realizadas previamente. Dentro de las visuales también

es posible estimar la composición botánica de la pradera, para esto debemos

identificar los tipos de cobertura que presenta la pradera, este es otro motivo por el

cual es importante recorrer y observar el potrero previo al ejercicio.

La evaluación de la composición botánica emplea 3 escalas para adjudicar un

porcentaje de participación de cada cobertura que se presente en la visual. La

primera escala de participación (P.1) corresponde a un 60%, la segunda escala

(P.2) representa el 30% de participación y la tercera (P3) representa un 10%. Esta

metodología permite asignar a una cobertura las 3 escalas, indicando que la visual

se compone en un 100% de dicha cobertura, también permite seleccionar 1 o 2

escalas permitiendo combinar los porcentajes. Así, si a una visual se le asigna (P.1)

y (P.3) indicamos que una cobertura participa en un 70% dentro de la visual, el 30%

E.1

E.2

E.3

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restantes (P.2) se puede atribuir a otra cobertura. Este método solo permite

contemplar 3 tipos de cobertura por visual, por lo cual se le debe dar prioridad a los

más representativos, sin embargo, para el tipo de praderas trabajadas en zonas

andinas con vocación lechera se muestra como una metodología pertinente.

Una vez realizado el muestreo, consignada y ordenada la información se puede

proceder a calcular los estimativos. Para calcular la productividad en términos de

biomasa en kg/m2, se debe calcular un promedio ponderado de peso según las

frecuencias observadas, se expresa de la siguiente manera:

Biomasa kg/m2 = ((F(E.1)*P(E.1))+ … +((F(E.3)*P(E.3)) *4

# de visuales

Donde:

F(E.x)= frecuencia del estrato

P(E.x)= peso del estrato

Debe multiplicarse por 4, ya que los pesos corresponden a marcos de 50cm * 50

cm; es decir 0,25 m2 o un cuarto de metro cuadrado, de esta forma expresamos la

biomasa por m2.

Para estimar la altura promedio de la pradera (cm), se emplea el mismo fundamento

de la formula anterior donde se remplaza el peso del estrato por la altura establecida

para cada estrato A(E.x), la fórmula es la siguiente:

Altura promedio (cm) = ((F(E.1)*A(E.1))+ … +((F(E.3)*A(E.3))

# de visuales

El promedio para el numero de hojas puede calcularse a través de un promedio

entre los datos obtenidos. Puede resultar conveniente tomar algunas plantas a

medida que se realizan las visuales para observar su número de hojas activas y

obtener un promedio representativo de toda la pradera.

Para estimar la composición botánica se calcula un factor de representación para

cada especie en las 3 escalas de participación; para esto se divide la frecuencia de

cada especie en cada escala por el número de visuales.

Con estos factores se procede a estimar la participación de cada cobertura teniendo

en cuenta el factor de representación y el porcentaje de cada escala (60, 30 y 10

%), de la siguiente manera:

Especie (%)= ((F.1 *0,6) + (F.2 *0,3) + (F.3* 0,10)) *100

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2.2. Metodología de muestreo para forrajes (análisis bromatológicos y foliares)

Conocer la composición de los forrajes resulta ser una herramienta de gran utilidad

dentro de los sistemas productivos. Con base en los análisis que ofrecen los

laboratorios es posible conocer los contenidos de materia seca, energía, proteína y

fibra, en el caso de los análisis bromatológicos; esta información resulta

indispensable a la hora de balancear dietas bovinas a fin de obtener los mejores

rendimientos productivos. También es posible conocer los contenidos minerales de

los forrajes mediante un análisis foliar, esta información también resulta valiosa para

el balance de minerales dentro de la dieta de los animales y por otra parte, resulta

indispensable para analizar la fertilidad de los suelos donde se desarrollan los

cultivos y la forma en que los nutrientes están siendo aprovechados por las plantas;

estos junto a los análisis de suelo constituyen una valiosa información para

gestionar la fertilidad de los suelos.

Un correcto muestreo de la pradera es fundamental para la obtención de datos

confiables que permitan tomar decisiones acertadas. La metodología empleada en

el proyecto DairyCaB para la toma de muestras de pasto para análisis de laboratorio

requiere conocer la producción de biomasa/m2 del cultivo y de ser posible, la

composición botánica, con la finalidad de establecer las especies representativas

que deben ser muestreadas.

El proceso inicia con el cálculo del número de submuestras que deben colectarse,

este parámetro se calcula en función del aforo de biomasa producida y el área del

potrero a muestrear, su expresión está dada por:

𝑁=√(20∗𝐹𝑉𝑃)

Donde 𝑁 es el número de muestras y 𝐹𝑉𝑃 es el peso del forraje verde del potrero

en toneladas.

Ejemplo: número de submuestras a tomar para una pradera de 4000 m2, con un

aforo de 2 kg/m2

FVP = (Aforo * área del potrero) /1000

FVP = (2kg/m2* 4000m2) / 1000kg/ton = 8 toneladas de biomasa

N = √(20*8) = 13 submuestras

La recolección de estas submuestras se hace bajo un esquema de muestreo en “X”

o “zig-zag”. Se corta el forraje a una altura que similar a la de pastoreo, se colectan

las submuestras con utensilios limpios para evitar la contaminación. Las

submuestras se llevan a un lugar limpio y seco, donde se mezclan y se someten a

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cuarteos sucesivos de manera semejante al cuarteo de suelos explicado anterior

mente, este proceso se realiza hasta obtener 600 gr de forraje, los cuales deben ser

empacados en bolsas con sello hermético que estén limpias. Las bolsas deben estar

bien rotuladas con la siguiente información: nombre de la persona que toma la

muestra, identificación de la muestra dada por el usuario (nombre del pasto o

mezcla de pastos muestreados), procedencia, fecha y hora de muestreo, listado de

los análisis requeridos, nombre del solicitante (identificación de persona natural o

jurídica) y, si es posible, georreferenciar el área muestreada. Las muestras deben

ser enviadas el mismo día que se colecta la muestra y deben estar refrigeradas en

neveras portables con hielo seco o hilo normal, evitando el contacto directo del

forraje con el hielo.

Figura 5. Proceso de colección y homogenización y de muestras de forraje para

análisis en laboratorios

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2.3. Metodología para la estimación del grado de afección por plagas en praderas

El monitoreo de los efectos de los organismos plaga sobre el forraje, resulta de vital

importancia para el cultivo, ya que este tipo de herramientas no solo permite

identificar los momentos donde es necesario hacer controles de estas especies

antes de que tengan efectos severos en la productividad y la calidad del pasto, sino

que también se logra mayor racionalización de los pesticidas al aplicarlos solo

cuando sea necesario; reduciendo impactos de contaminación al ambiente.

El protocolo empleado en el proyecto DairyCaB se basa en el registro de la afección

foliar del pasto, con lo que se pretende estimar un nivel de afectación en la pradera

para tomar la decisión más oportuna. El muestreo consiste en implementar un

esquema de muestreo en “X” o “zig–zag” empleando un marco aforador. De cada

visual muestreada se seleccionan mínimo 5 folios y se clasifican según su estado

de afección en una escala de 1 a 4 (figura 6), según el CIAT (1982). Se asigna 1 a

hojas sin afección, permitiendo incluso presencia del insecto, 2 a hojas con daño

leve donde se observan decoloraciones hasta en 1/3 del folio, 3 a hojas con

presencia de la afectación hasta en 2/3 de las hojas, nombrándosele ataque

moderado, 4 a folios con más de 2/3 de afección y se le denomina daño grave (Tabla

3).

Tabla 3. Clasificación en niveles de afección foliar causada por

insectos plaga en pasturas

Clasificación Grado de afección

(del total de hojas) Descripción

Nivel 1 0 Hojas sanas

Nivel 2 1/3 Daño leve

Nivel 3 2/3 Ataque moderado

Nivel 4 más de 2/3 Daño grave

Fuente: Centro Internacional de Agricultura Tropical. (1982)

La información obtenida debe ser consignada para posteriormente realizar un

conteo de folios para cada nivel de afección.

Page 11: Poryecto colombo-holandés de capacitación y desarrollo de

Figura 6. Clasificación y conteo de folios de acuerdo con el nivel de afección foliar

causado por insectos plaga.

El promedio ponderado de afección para la pradera puede expresarse como:

Nivel afección promedio = ((FN1* 1) +(FN2*2) +(FN3* 3) +(FN4* 4))

# hojas clasificadas

Donde FNx es frecuencia por nivel

En caso de que el promedio para la pradera sea nivel 1 o 2 se emplean estrategias

como control biológico con sustancias alelopáticas, microorganismos

entomopatogenos o controles culturales como trampas para prevenir aumento de la

afectación. Para el nivel 3 se deben hacer controles más disciplinados, si se va a

hacer usos agroquímicos se debe usar la dosis recomendada por el fabricante y

siguiendo los tiempos de aplicación y de carencia recomendados. El nivel 4 es un

nivel de alerta que requiere atención inmediata, deben cortarse el forraje o ser

pastoreado por animales que no estén en producción ya que estos forrajes son de

baja calidad, y al momento del rebrote aplicar el producto elegido para el control de

la o las especies plaga, de acuerdo con las recomendaciones del fabricante y se

recomienda reforzar con el uso de trampas.

Otra práctica empleada para tomar decisiones en el control de plagas es identificar

el número de individuos (insecto plaga) presentes en cada visual de muestreo,

previo a la selección de los folios (figura 7). Estos valores se registran y se estima

el promedio por visual (marco aforador de 0,25 m2). Este promedio se multiplica por

Page 12: Poryecto colombo-holandés de capacitación y desarrollo de

4 para expresarlo en términos de metros cuadrados y si se requiere se multiplica

por el área del potrero para obtener la población estimada por potrero. Este dato

puede ayudar en la determinación de la dosis y la frecuencia de aplicación de los

controles que se coincidieren aplicar, se deben tener en cuenta las indicaciones de

los fabricantes.

Figura 7. Identificación del número de individuos plaga por visual como indicador

poblacional