portugal en las fiestas magallánicas

66
PORTUGAL en las SANTIAGO - CHILE EDITORIAL NASCIMENTO AHUMADA, 272 1921

Upload: rodolfo-manzo

Post on 26-Mar-2016

236 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Portugal en las fiestas magallánicas. 1921.

TRANSCRIPT

Page 1: Portugal en las Fiestas Magallánicas

PORTUGAL en las

SANTIAGO - CHILE

EDITORIAL N A S C I M E N T O AHUMADA, 272

1921

Page 2: Portugal en las Fiestas Magallánicas

PORTUGAL

En las Fiestas Magallánicas

La Embajada de Portugal

El Dr . Alber to D'Oliveira, . Enviado Extraordi ­nario y Minis t ro Plenipotenciario de Por tugal ' en la Repúbl ica Argent ina, en Chile, en P a r a g u a y y en Uruguay , ha sido designado por su Gobierno pa ra representar lo , en la a l ta calidad de Emba jador Ex­t raordinar io y Plenipotenciario en misión especial, en las fiestas con que la Repúbl ica de Chile conme­moró el Cua r to Centenar io del Descubr imiento del Est recho de Magal lanes . Acompañábanlo , como se­cretario de la Emba jada , el secretario de su Lega­ción, Dr . Manue l de An ta s D'Oliveira, y como agre­gado, el Cónsul de Por tugal en San t iago , Dn. An­tonio de Salazar Moscoso.

El señor D'Oliveira y su comit iva fueron recibidos

Page 3: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 8 —

en la estaciónele Los Andes, en nombre del Gobierno de Chile, por el Edecán de S. E. el Presidente de la Repúbl ica , Coronel Ar tu ro León del Río, y por el Secretar io par t icular del señor Minis t ro de Rela­ciones Exteriores, don Domingo de Undur raga Fer­nández. La Emba jada de Portugal fué conducida a Sant iago en tren especial, en el carruaje presiden­cial, y sus miembros fueron considerarlos huéspedes oficiales de Chile.

El Gobierno chileno, de acuerdo con el Cuerpo Diplomático, decidió que en todas las solemnidades conmemora t ivas del viaje de Fernando de Maga­llanes tuvieran un lugar de preferencia las Embaja­das de E s p a ñ a y de Portugal .

Las banderas chilena, española y portuguesa fuerori izadas en todos los edificios públicos.

Entrega de credenciales

El Embajador de la República Por tuguesa fué recibido el 24 de Noviembre de 1920 en audiencia solemne, en el Palacio de la Moneda , por el Excmo. señor Pres idente de la República.

Minu tos antes de las 3 de la t a rde ; el subsecre­tar io del Minister io de Relaciones Exteriores, don Augus to M o n t a n é Urrejola, acompañado del in­t roduc tor de diplomáticos, don Darío Ovalle Cas­tillo y del edecán de la Presidencia de la Repúbl i ­ca, coronel don Ar tu ro León del Río, en carruaje de gala, pasó al Savoy Hotel , a fin de conducir al

Page 4: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 9 —

Emba jado r . señor D'Oliveira, a la Moneda , donde debía verificarse la recepción.

A la l legada a la Moneda , la t ropa del Regimiento Buin presentó a rmas al señor Embajador , mien t ras la b a n d a de músicos tocaba el h imno de la Repúbl ica de Por tugal .

En el salón de honor de recepciones, agua rdaba a l ' señor Embajador , el Pres idente de la Repúbl ica acompañado del Minis t ro de Relaciones Exter io­res, don Luis Alduna te , y del edecán, teniente co­ronel don Alfonso Zañar tu . Hecha la presentación de estilo, el señor Emba jador pronunció, en idioma por tugués , el discurso cuya t raducción es la si­guiente :

Discurso del Embajador del Portugal

Excelentís imo señor Pres idente de la Repúb l ica :

El señor Presidente de la Repúbl ica Por tuguesa me confió la honrosísima misión de representar a Por tugal y a su Gobierno en las fiestas solemnes con que Chile conmemora el cuar to centenar io de su propio descubrimiento y una vez más r inde home­naje a nues t ro glorioso an tepasado , quien, encon­t rando y a t ravesando el paso de los mares de Occi­den te a los de Oriente , c i rcunnavegando el globo y realizando así una de las hazañas más es tupendas de la navegación y una de las conquis tas más fun­damenta les de la geografía, fué también, an te el mundo culto, el primer testigo de la existencia del

Page 5: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 10 —

terri torio sobre el cual no ta rdar ía en nacer, crecer y prosperar la ilustre Nación chilena.

Hace mucho que Portugal acogió a Fernando de Magallanes, sin reservas mezquinas, en el panteón de sus glorias nacionales. El proceso de conciencias que sus contemporáneos portugueses iniciaron con­t ra el gran Argonauta , movidos sin duda por los es­crúpulos más caballerescos, no resistió a la acción moderadora del t iempo y a una interpretación más amplia e impersonal de los hechos. H o y la historia ha sentenciado equ i ta t ivamente que, si Magal la­nes consagró la ú l t ima y más fecunda pa r t e de su v ida al servicio de Carlos V, ni por pensamientos ni por obras in tentó hostilizar o causar agravio a la nación que le diera cuerpo y alma, nacimiento y entendimiento , y en cuya lección y ejemplo ad­quiriera la concepción audaz de su empresa y el impaciente ardor por realizarla. Puede bien afir­marse que Magal lanes dio vuel ta al mundo al ser­vicio y pa ra gloria de España, pero también pa ra mayor honra y renombre de Por tuga l .

La vocación y la ciencia que le gu iaban los pasos, eran la vocación histórica y la ciencia náut ica por­tuguesas, que vinieron a ser lap idar iamente conden-sadas en la divisa camoneana : «Por mares nunca de antes navegados». Es esa divisa inmorta l la que, en cierto modo, confiere también nues t ra naciona­lidad moral , a los mismos extranjeros que en la esen­cia de ella se inspiraron o de ella aprendieron. Y por ello Camoens , cual o t ro Magallanes, y el pri-

Page 6: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— l i ­

mero en la l i t e ra tura universal , abarcó todo el globo te r res t re en las estrofas sublimes de su poema.

Es por lo t an to con el más conmovido regocijo del corazón y del espír i tu que vengo a asistir a es ta conmemoración grandiosa y que veo reabrirse aquí las páginas de la historia sin pa r de las dos naciones de la Iberia , a quien Dios confió la misión casi di­vina de ensanchar el mundo , y cuya acción heroica y épica t ransformó la civilización es t rechamente flu­vial, y después secularmente medi ter ránea , de los ant iguos t iempos, en la civilización t ransoceánica y universal que hoy nos envuelve.

Las fiestas de Chile nos dan también nueva opor­tun idad de contemplar y a labar la gran obra de progreso y de cu l tu ra que, en esta página casi en blanco que era América, es tán escribiendo, con éxito feliz y t an rápido, los pueblos nacidos del robus to t ronco ibérico. Naciones madres de naciones, como tuvieron el raro privilegio de ser Por tugal y Es­paña, es pa r a ambas , fuente perenne de legítimo orgullo verse luminosamente proyec tadas y con­t inuadas en el nuevo mundo , inmorta l izadas en sus tradiciones, en su a lma, en su raza y en sus idiomas. Las dos r amas amer icanas de la Iberia, como las de Europa , vecinas y solidarias, aun cuando émulas, nos anuncian desde ya un futuro al nivel del gran pasado que encarnan y representan . Por eso, en t re todas las naciones, apreciamos y amamos a estas naciones, nues t ras herederas e hijas emancipadas , que, a pesar de la escasez de su población, de lo i l imitado de su terri torio, de las dificultades sin nú-

Page 7: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 12 —

mero a que tuvieron que hacer frente, se adap ta ron en cuat ro breves siglos a todas las formas de la civi­lización mater ia l y moral que Europa elaboró tan l en tamente .

Señor Pres idente :

L a Nación por tuguesa da todo su valor y por mi obscura voz, profundamente agradece el a l to sig­nificado del homenaje que la cul ta y prestigiosa República de Chile r inde hoy a uno de sus nave­gadores más insignes. Dígnese Vuest ra Excelencia y el i lustre Gobierno chileno, aceptar igualmente los saludos más cordiales del señor Pres idente de la República, sus votos sinceros por la cont inuación de las prosperidades de Chile, su caluroso agradeci­miento , y el de su Gobierno, por la pa r t e que cabe a Por tugal en esta consagración y por la gentileza de la invitación que a ella nos t rae . Así se manifies­tan , una vez más , las relaciones de an t iguo aprecio que ligan una a la o t r a las dos d is tantes naciones del ext remo occidente europeo y del extremo occi­dente sudamericano. Ninguna de ellas olvidará ja ­más que ese t r a t ado de afecto perpe tuo y de soli­dar idad indisoluble ent re ambas , fué escrito y fir­mado , a t ravés de la extensión de los mares , por la r u t a de las naves de Fe rnando de Magal lanes .

Tengo el al to honor de poner en manos de Vues­t r a Excelencia las car tas que me acredi tan en ca­lidad de Embajador Ext raord inar io y Plenipoten­ciario de la Repúbl ica Por tuguesa en misión especial an te el Gobierno de la República de Chile.

Page 8: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 13 —

Señor Presidente de la Repúbl ica :

M e cabe aún el honor de ent regar a V. E . las in­signias de la Gran Cruz de la Ant igua y Nobil ís ima Orden de la Tor re y Espada , del Valor, Leal tad y Méri to , con la que el Gobierno de la Repúbl ica Por­tuguesa deliberó condecorar a V. E., deseando, de ese modo, dar al i lustre Pr imer Manda t a r io de Chile un solemne test imonio de los sent imientos de al to aprecio y es t ima que profesa por su persona y por la noble Nación chilena.

El Pres idente contes tó en los siguientes té rminos :

Discurso del Presidente de la República

Señor E m b a j a d o r :

Recibo con especial agrado las credenciales en que S. E. el Presidente de la Repúbl ica Por tuguesa os acredi ta Embajador Ext raord inar io y Plenipo­tenciario en misión especial.

La singular c i rcunstancia de haber sido un hijo glorioso de vues t ra i lustre pa t r i a el pr imero que av is ta ra la t ierra generosa en que hoy se desarro­llan las act ividades de esta nación, hace excepcio-na lmente g ra ta pa ra el pueblo y Gobierno de Chile vues t ra presencia en t re nosotros y contr ibuirá , sin duda , a dar más brillo a las fiestas con que nos pro­ponemos conmemorar el cua r to centenario del des­cubrimiento del estrecho de Magal lanes .

Page 9: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 14 —

Abrigo el convencimiento de que es ta manifes­tación de merecida gra t i tud ensalza-el. valor y la ciencia lus i tanas ; y, al mismo t iempo, r inde jus to y merecido homenaje de admiración al genio in­comparable de los soberanos y es tadis tas de la no­ble nación española.

La historia, supremo t r ibunal de la v ida de los pueblos, ha unido en fraternal consorcio la acción de todos los iberos al sacrificar sus vidas en pro de la integración del mundo, y ha exhibido en un solo foco de luz los entendimientos bri l lantes de Por tu ­gal y España .

Las glorias de ambas naciones se reflejan hoy en los pueblos sudamericanos y const i tuyen la savia fecunda que les permite luchar y progresar vigoro­samente , aun den t ro de las dificultades de ¡os mo­mentos inciertos por que a t raviesa el mundo civi­lizado.

Señor Emba jador :

La Repúbl ica de Chile agradece la presencia del digno represen tan te de la Repúbl ica Por tuguesa , en esta fecha de tan gra ta recordación pa ra todos los chilenos, y formula votos m u y sinceros por la pros­peridad siempre creciente de la pa t r i a de Fe rnando de Magal lanes y por la ven tu ra personal del i lustre magis t rado que con t a n t o acierto rige sus gloriosos A pc t innc

Page 10: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 15 —

Señor E m b a j a d o r :

Acepto agradecido las insignias de la Gran Cruz de la Ant igua y Nobilísima Orden de la Tor re y Es­pada, del Valor, Lea l tad y Mér i to , con que vues t ro Gobierno ha quer ido honra rme .

Excepcionalmente gra to es pa ra mí ent regaros las insignias de la Orden al Mér i to , con las cuales mi Gobierno desea dar test imonio de sus sent imien­tos de a l t a consideración pa ra la gloriosa Repúbl ica de Por tugal y de singular deferencia pa ra su digní­simo represen tan te .

En el Teatro Municipal

El 27 de Noviembre de 1920 realizóse en el Tea t ro Municipal de Sant iago, bajo la presidencia del se­ñor Minis t ro de Just ic ia e Instrucción Pública, don Lorenzo M o n t t , y con la asistencia del Excmo. señor Pres idente de la Repúbl ica y de Su Alteza el In­fante de España , Don Fernando , la sesión solemne con que se inauguraran las fiestas conmemora t ivas del viaje de Fe rnando de Magal lanes. Por par te de España tomó la pa labra su Emba jado r el señor J . Francos Rodríguez, y por pa r t e de Por tugal su Embajador , el Dr . Alber to D'Oliveira, quien pro­nunció el discurso s iguiente;

Page 11: Portugal en las Fiestas Magallánicas

Discurso del Embajador de Portugal

Excmo. señor Presidente de la República, Alteza Real, señor Minis t ro de Instrucción Pública, Señoras, Señores:

Pa ra agradecer d ignamente a la Nación Chileíia el cul to extremoso y filial que ella consagra a la me­moria de Fe rnando de Magallanes, desearía en­carnar por un momento , no solamente el Gobierno y la Nación que tengo la honra de representar aquí oficialmente, sino la propia historia de mi pa t r ia , haciéndola revivir an te vuestros ojos y procurando' captar , aunque sólo fuera en un rápido y fugitivo re lámpago, la luz esplendorosa e inextinguible que ella i rradia.

Tal hazaña no cabe en mis fuerzas, y vosotros me perdonaréis que no sepa realizarla. Fel izmente no ignoro que, si o t ras voces más potentes que la mía, podrían encantaros en rap tos de elocuencia, nada tendr ían de esencial que enseñaros sobre el mayor capítulo de la historia portuguesa, el capí­tulo de las Navegaciones y de los Descubrimientos, exactamente a q u e l e n que se incorporan y funden la v ida y la obra del gran Navegan te cuya mirada re­veló y vivificó la t ierra chilena, sobreponiéndose en fuerza creadora al mismo fulgor del sol y de tan­tas estrellas de vuestro firmamento que du ran t e siglos la mantuvieron obscura e incógnita.

A pesar de hallarse alejado de Portugal por tan-

Page 12: Portugal en las Fiestas Magallánicas

tos millares de millas, Chile tiene siempre en la memoria, gracias a Magal lanes y a t ravés de M a ­gallanes, los fastos más portentosos del pasado de mi país. Vuestros his tor iadores—y permi t idme pro­nunciar aquí los nombres de los dos ilustres bió­grafos chilenos del descubridor del Estrecho, Diego de Barros Arana y Toribio Medina ,—vuest ros his­toriadores conocen familiarmente todas las páginas de nues t ra epopeya mar í t ima, y han contr ibuido en gran par te a esclarecerla y completarla . Y, además, Chile es una nación de raza ibérica, es una hija de España y por lo t a n t o una he rmana nuestra , una vecina nuestra , de la que sólo nos separa la distancia, que es una causa de separación en te ramen te insig­nificante y mínima, si la comparamos con t an t a s o t ras , formidables. e irreductibles, que se yerguen, como e te rnas mural las , en t re ot ros pueblos que la geografía hizo más próximos.

Al hablaros aquí de la acción de Portugal y de Es­paña en la historia del mundo , inspírame única­mente el deseo de asociar mi emoción a la vues­t ra , y de celebrar, en ín t ima comunión con vosotros, es ta ve rdadera fiesta de familia. Ved, pues, en mis pa ' abras , no los agradecimientos medidos y razo­nados del diplomático, sino la expansión calurosa y franca del amigo, del par iente , del casi compa­tr iota .

No creo que haya en la historia colectiva de la H u m a n i d a d , acontecimiento de mayor significado, de más imprescriptibles consecuencias para la mar­cha de la civilización, que el descubr imiento y

Page 13: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 18 —

ensanchamiento de la mi tad del planeta , conce­bido y realizado en el espacio de un siglo por el es­fuerzo cont inuo y sistemático de los Navegan tes y Conquis tadores de nues t ra raza.

La Creación, la Redención, fueron obras divinas. De los Descubrimientos , no" vacilo en decir que se me figuran como obras sob rehumanas ; y comprendo que Colón, al navegar hacia Oeste en d e m a n d a de nuevas t ierras, acreditase estar cumpliendo los va­ticinios de Isaías y buscase en las Sagradas Escri­tu ras inspiración y estímulo pa ra su empresa.

T a m p o c o creo que en la historia moderna pueda d isputarse a España , a Por tugal y a Ing la te r ra la vocación genial de la maternidad de que las tres Américas, hablando nuestras tres lenguas y conti­nuando nuestros tres pueblos, son la consecuencia viva y prodigiosa. Las naciones madres , como todas las madres , condensan en su amor pa ra con sus hijos toda su capacidad de sacrificio, de abnegación, de incondicional desprendimiento. ¿Quien hab rá j a m á s excedido a las dos naciones de Iberia en la genero­sidad, en la prodigalidad con que sacrificaron san­gre y v ida por los pueblos nacidos de sus en t rañas?

La España era ya la pr imera nación de la cris­t iandad cuando no dudó en debil i tar su acción po­lítica y mil i tar europea pa ra in ten ta r más auda ­ces y temerar ias hazañas en los mares y en las t ierras del Nuevo M u n d o . Por tugal poseía den t ro de su ameno y fecundo terr i torio con qué asegurar todas las prosperidades mater iales y morales á su act iva , mas tan escasa población, poco excedente de

Page 14: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 19 —

un millón de hab i tan tes , cuando resolvió despar ra­mar a lo lejos ese puñado de gente y dispersar sus más i lustres guerreros y es tadis tas por todos los mares y cont inentes , l levando su influencia y re­nombre a Asia, a África, a América y a Oceanía. E ra pequeña la casa lus i t ana ; pero, como dice Ca-moens :

En Libia t iene ya firmes asientos: E n Asia es más que todas soberana: E n América campos también a ra : Y, si más mundo hubiera, allá llegara.

El buen sentido rastrero, el egoísmo mezquino, la ley del menor esfuerzo generadora de la cómoda y somnolienta esteril idad, han de pregunta r siempre, como el viejo de «Os Lusiadas» maldiciendo a los nau­tas que par t ían , de jando los campos incultos, o como el e te rno Sancho no dejará j amás de p regun ta r al e terno Quijote, si nues t ro esfuerzo fué empleado donde pudiera rendirnos más duradero y exclusivo provecho. Pero a tales razones serán siempre in­sensibles los pueblos de nues t ra raza, creyentes de que la v ida sólo vale la pena de ser vivida, sea la v ida individual o la v ida colectiva, cuando es im­pulsada por un ideal y o r ien tada por una fe; que nada de grande y de bello se produce o realiza sin dolor, sin sacrificio, sin riesgo, sin audacia, sin poe­sía; que siempre los héroes preferirán, para cumplir su dest ino, la única probabi l idad en que acredi tan, a las noventa y nueve improbabi l idades que quiera

Page 15: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 20 —

oponerles la razón iner te o la experiencia miope ; que hay una real idad an t e los ojos augustos de Dios y ot ra , mucho más efímera, an te la v is ta baja de los hombres ; y en fin, que hay naciones-Cris tos , ca­paces de sacrificarse y morir para que la human idad prosiga su marcha y se eleve a todas las cumbres -del ideal.

Es cierto que una buena par te de esta poesía y de esta idealidad es inconsciente en los in térpre tes individuales porque se exprime el genio colectivo de las naciones, y que no erraremos mucho si afir­mamos que los hombres nunca saben completa­men te lo que hacen y raras veces comprenden todo el alcance de su obra . Esos grandes héroes' de los Descubr imientos , que por su valor, por la fe mís­tica, por el genio profético, merecen el nombre de semi-dioses, fueron también capaces del espíri tu práct ico, de la visión comercial y económica a que hoy se a t r ibuye t a n t o valor. El emperador Carlos V preveyó, sin duda , toda la filosofía que vendr ía a extraerse del original escudo de a rmas con que premió los servicios de Sebast ián del Cano, el más feliz compañero de Magal lanes. El t imbre del es­cudo era el globo ter ráqueo, con la divisa en t re to­das gloriosa, casi divina, PRIMUS CIRCUMDEDISTI M E . Y den t ro del escudo, por debajo del castillo do­rado que aun simbolizaba la caballerosidad y el valor guerrero, fueron dibujados dos palos de ca­nela en aspas, t res nueces moscadas y doce clavos de especias, imagen de todas las codiciadas r iquezas de las Molucas . la prosa del lucro y del comercio

Page 16: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 21 —

unida a los más excelsos ideales. D u d o que algún nuevo rico o hidalgo nuevo de nuestros días con­fesase tan va l ientemente , en su escudo de a rmas re­cién nacido, al origen integral de su nobleza.

De todos modos, pienso que España y Portugal , y con ellos sus herederos y cont inuadores america­nos, se m a n t e n d r á n fieles a las tradiciones de su raza, aunque en la experiencia pasada tomen lec­ción, y en el ejemplo de otros pueblos encuentren correct ivo, pa r a cualquier exceso o desequilibrio de su idealismo.

El sol de gloria, que brilla sobre nuestras cabe­zas, puede algunas veces ocultarse, pero no extin­guirse. L a t ierra más fértil se cansa de producir y reclama períodos de reposo y renovación. Así t a m ­bién las naciones. Pero toda la historia contemporá­nea, especialmente aquella cuyo eco aún resuena en nuestros oídos, nos prueba que la civilización material is ta y ut i l i tar ia , ni por haber renunciado a la nobleza y al t ruismo de la nuestra , adquir ió ma­yor consistencia y duración. Su fracaso es visible. Las catástrofes que de ella provienen, no tendrán remedio, sino es en el regreso a una comprensión más elevada y más pu ra de los deberes de la especie h u m a n a en su paso por la t ierra.

Yo tengo fe en los destinos de la nación y en la vi ta l idad de la raza a que pertenezco. Por tugal , cuya fe de bau t i smo d a t a de ocho siglos y que fué en ocho siglos la única nación pequeña de Eu ropa que siempre conservó in tac tas sus fronteras, no debe esa situación solamente a la circunstancia

Page 17: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 22 —

de ser una definida cristalización geográfica, según la frase de Réclus, y una var ian te étnica peninsular que ya sumerje sus raíces en la an t igua Lusi tania . Antes y por encima de todo la Nación por tuguesa fué un alma, una voluntad , una conciencia, y eso la ha hecho resistente e intangible. En ningún mo­mento de su historia desfalleció en esa vo lun tad o dejó paral izar esa conciencia. Ellas fueron las que le dieron la capacidad emancipadora de transfor­mar su pr imit ivo idioma galaico en la sonora y cul ta lengua, hoy t ransat lánt ica , en que se escribieron «Os Lusiadas». Fué ese puro y religioso ideal de in­dependencia que, lejos de a t raernos al cent ro de gravitación castellano, en cuyo seno se e laboraba una monarquía que iba a ser una de las más poderosas y gloriosas de Europa, nos desvió con más ímpetu de su vecindad y nos llevó a crecer mar afuera, ya que, como decía Leopoldo I I , rey de Bélgica, una nación b a ñ a d a por el mar nunca es pequeña, puesto que todo el mar es su t ierra.

Los pueblos tienen la historia que merecen y nosotros no escapamos a esta regla. La navegación fué, tenía que ser, la natura l , la inevitable vocación histórica portuguesa, y es taba en la lógica y esencia de esa historia que todos los grandes Navegan tes viniesen a ser hijos o discípulos nuestros.

Conforme lo escribió Castelar, Lisboa era en ton­ces la Jerusalén, la ciudad san ta cíe los nuevos Argo­nau tas . Por tugal todo era una grande nave, con la proa en Sagres, donde el Infante Don Enr ique , cual Moisés en el Sinaí, recibía de Dios las Tabla? de la

Page 18: Portugal en las Fiestas Magallánicas

Ley del pueblo elegido pa ra inaugurar el reconoci­miento del globo y el descubr imiento de los mares ignotos. Desde el comienzo del siglo X V has ta el via­je de Colón, casi has ta el de Magallanes, Por tugal funda y pract ica solo la ciencia náut ica t ransoceá­nica sobre las bases de la gloriosa as t ronomía ibé­rica, tornase un semillero de pilotos y car tógra­fos, da a la ciencia y a la navegación nombres in­mortales como los del rey D. J u a n I I , de Bar to lomé Días, Vasco da Gama, Albuquerque , Cabra l , Duar t e Pacheco, D . Francisco de Almeida, R u y y Francisco Faleiro, Pero da Covilhan, Diego Ri-beiro, J u a n de Lisboa, Pedro y Jorge Reynel , Diego Cam, Pero de Alemquer, J u a n Díaz de Solís, Pero Escobar, Nicolau Coelho, Es teban Gomes, Simón da Alcacova y t an tos otros .

El Infante D. Enr ique , inspira y dirige, con la pre­cisión y sangre fría de un sabio de nuestros días, toda la obra de los descubrimientos, ese verdadero sitio a las t ierras y mares desconocidos. A ese grande Príncipe, a quien se llamó El Navegante , aunque poco haya navegado, cabe mejor el nombre , que al­guno ya le confirió, de Colonizador. El fué, en efecto, el inventor del régimen colonial que hoy vemos adop­tado con seguro éxito por todas las naciones colo­nizadoras. La emigración, las misiones religiosas, el protec torado sobre reyes indígenas, los monopolios del Es tado , las factorías para el comercio interno, las compañías con poderes mayestá t icos , son ya normas establecidas por el genial Infante .

Como bien observó, en su sabia conferencia del

Page 19: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 24

Ateneo de Madr id , con ocasión del cuar to cente­nario colombino, el insigne his tor iador por tugués , Oliveira Mar t ins , fué en la escuela por tuguesa que aprendieran todos los marinos de aquella época y fué en las instituciones coloniales por tuguesas que aprendieran todos los pueblos modernos, nuestros herederos o nuestros cont inuadores .

T a n colosal obra no podía ser realizada sólo con nuest ras l imitadas fuerzas y recursos. E ra jus to y necesario que las dos naciones de Iberia, en fecunda e infatigable emulación, se dedicasen a ella con igual gloria y éxito. Colón, familiarizado con nues t ro ambiente , est imulado por nuestro ejemplo, Maga­llanes, hijo nuestro, ni por haber navegado al ser­vicio de España dejan de ocupar su lugar de honra en nues t ra historia y de contribuir , cada cual a su modo, al mayor esplendor de ella. Y Camoens , reproduciendo en ot ro terreno la hazaña de Maga­llanes, al abarcar por vez pr imera el globo terrestre en su epopeya (excediendo en ese sentido al propio Dan te , que recorrió y describió el cielo, pero ignoró la T ie r ra ) , al dar la consagración de su genio a la historia de las navegaciones, no se limitó a glori­ficar Por tugal , sino a toda la raza hispánica. Fuera buen arbi t ro el Papa Alejandro VI , en el pr imero y más famoso arbi t ra je que se conoce, y proce­diera con imparcial idad más que humana , al re­par t i r el mundo ignoto ent re España y Por tuga l . Así cada una de las dos naciones vino a tener, como ambas merecían, sus Indias y sus mares . Y Maga­llanes, l igando por la t ravesía del Est recho el Occi-

Page 20: Portugal en las Fiestas Magallánicas

dente castellano al Oriente lusi tano, al mismo tiem­po que nos significó así la solidaridad y a rmonía que había de man tener an te la posteridad nues t ra obra conjunta, completó el asedio en que ciñéramos al mundo, y lo colocó todo, vencido y estupefacto, dent ro del fuerte nudo de nuestros brazos.

Empresa es tupenda , como ot ra igual no conoció la ant igüedad, ni parece fácil que venga a conocer el porvenir , al menos mient ras no se halle la r u t a de otro p laneta . D u r a n t e largos siglos la civilización en que fuimos engendrados se refugió en un estrecho rincón de t ierra , pr imero a lo largo de las márgenes de algunos ríos del próximo Oriente, después al­rededor de un mar interior, concentrándose en focos que sucesivamente se extinguían, sepul tando en nuevas tinieblas la humanidad . Fué Renán quien dijo que la civilización an t igua no desapareció por falta de intensidad, sino por falta de extensión. Gracias, pues, a la obra colonizadora de Por tugal y España , tal calamidad no volverá a ser posible. El ensanchamiento del mundo , el de r rumbamien to de las columnas de Hércules por Hércules mayores, const i tu i rán, pa ra todo y siempre, el seguro de vida de la civilización.

Cada uno de los hombres en que encarnó la' epo­peya grandiosa se nos figura un ins t rumento di­recto de Dios, de tal modo en ellos se condensan el valor, la fuerza creadora, la tenacidad, la intuición genial. Un Colón, un Albuquerque , un Cortés, un S. Francisco Javier , un Gama, son figuras casi irrea­les, que j amás fatigarán la atención y la admiración

Page 21: Portugal en las Fiestas Magallánicas

de los hombres, y n inguna de las hazañas que reali­zaron cabe dentro de la historia de una nación, tal fué el alcance universal de todas ellas. Fe rnando de Magal lanes era de la misma estirpe y no de me­nor talla. Por tugués de la mejor raza, hijo, con todas las característ icas facciones mate rnas , de nuestra viril e intrépida provincia de T r a s - o s - M o n t e s , des­pués de haber navegado y combat ido en la India bajo el comando de Almeida y de Albuquerque , después de haber puesto también su pica en África, y. ju s t amen te cuando soñaba con mayores glorias, sufrió un inmerecido agravio del rey de Por tugal , que era entonces D. Manuel I. Ofendido en su pun­donor, renunciando, tal vez, p r e m a t u r a m e n t e , a hacerse comprender y est imar de su Rey poderoso, resolvió ofrecer al vecino y émulo rey de España el plan temerar io que ya t raía en su imaginación. Carlos V, que por cierto se acordó de las c i rcunstan­cias t an análogas de la pr imera visita de Colón a los Reyes Católicos, no vaciló en acoger la propuesta magnífica; y fué así a bordo de naves españolas como un grande y tan genuino Por tugués encontró y a t ravesó el paso de los mares australes y casi cir­cunnavegó el globo. No se olvide, sin embargo, que el desacuerdo se produjo entre el rey desdeñoso ye\ vasallo orgulloso, y no entre la nación y su hijo ilus­tre . No se p ierda tampoco de vista, que el descu­br imiento del Est recho y la t ravesía del mar Pací­fico tenían que realizarse en la zona del globo que la bula papal , rectificada por el t r a t ado de Torde-sillas, a t r ibuyera a España, y que por esta causa,

Page 22: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 27 —

sólo con la autorización y el concurso del rey de .España era posible llevarlas a cabo.

La empresa tenía, pues, que ser obra común de los dos pueblos, y fué lo que Magal lanes adivinó, y fué lo que la historia vino a sentenciar , reconociendo que el audaz mar ino no dejó de honra r y engrandecer a su Pat r ia , aun después que un agudo resent imiento lo llevó a cobijarse bajo la protección de un sobe­rano que no era el suyo. Y recuérdese que no sólo Carlos V cuidó escrupulosamente de que en el viaje proyectado no se ofendiesen los derechos de la co­rona por tuguesa , sino que el propio Magal lanes , en la lucha penosa que al fin se entabló den t ro de su conciencia, repelió siempre con firmeza cualquier propósito de agraviar o perjudicar la Nación de don­de provenía y más aun, en el lenguaje misterioso de que se valen los profetas y los videntes , promet ió acrecentarle la gloria. Y ya en a l ta mar , firme en su fe, vocación, ciencia y experiencia ganadas en la t ierra nata l , y rodeado de seguros amigos y habilí­simos pilotos portugueses, tuvo que reprimir y ven­cer cruelmente la rebelión y envidia de sus capi­tanes para poder cumplir fielmente, tal como Dios lo t razara , su heroico y trágico destino.

Gloria, pues, a Magal lanes , gloria sin límites a su genio y a su férrea energía, y honra a Por tugal y a España , honra a la humanidad en te ra por haber ge­nerado tan grande hombre . Y, acep tando en toda su amplia significación el símbolo de alianza y coo­peración fraternal t razado por la estela de las naves de Magal lanes , admirémosle hoy fielmente refle-

Page 23: Portugal en las Fiestas Magallánicas

j ado en este cont inente donde los hijos emancipados de las dos naciones de Iberia se establecieron en si­métr ica vecindad, he rmanando sus ideales sin de­bilitar la au tonomía y vi tal idad de sus tradiciones y de sus lenguas, esas lenguas a las que el gran poe­ta uruguayo Juan Zorrilla de San Mar t ín lapidaria­mente llamó la sangre moral de los pueblos. Ex­presemos toda nuestra esperanza, todo nuestro or­gullo por el presente y por el porvenir de la Amé­rica por tuguesa y española, y hagamos nues t ra la bella imagen de Rodó, que simbolizó el dest ino his­tórico de una y de o t ra en el curso de los ríos Ama­zonas y de la Pla ta , pues como ellos nacieron jun­tas, dis tanciándose luego en su cauce tormentoso y glorioso a t ravés de los espacios y de los t iempos, y al fin vinieron a t raer a la historia universal, como aquellos dos ríos al Atlánt ico, su t r ibuto , purificado de todos los egoísmos, pasiones y discordias, de la más pacífica y just iciera civilización.

Excmo. Señor Presidente de la República, Sere­nísimo Señor Infan te :

Hállanse hoy congregadas en esta ilustre nación, bajo el alto patrocinio de Vuest ra Excelencia y de Vues t ra Alteza Real , los representantes de todos los pueblos ibéricos de Europa y de América, para glo­rificar jun tos a un hombre de su raza, au to r de un hecho que no tiene igual en la historia, ni por las dificultades que lo rodearon, ni por las consecuen­cias que de él se der ivaron.

Page 24: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 29 —

Las demás naciones aquí presentes asócianse con júbilo a tan merecida e imponente conmemora­ción, por la cual todos los loores son debidos, y de mi pa r t e y de la de mi Gobierno, los más hondos agradecimientos, al gobierno y al pueblo de Chile, que tuvieron la iniciat iva de estas fiestas y las están l levando a cabo con el brillo y la gallardía tradicionales en la hidalga estirpe a que per tenecen.

Hago votos para que este solemne encuentro llene de confianza recíproca nuestros corazones y robus­tezca nues t ra fe en los dest inos de cada uno de los pueblos que aquí r ep resen tamos . y la solidaridad y concordia que entre todos ellos se debe man tener para que su porvenir no desmerezca de las glorias y grandezas de su pasado. Todas las esperanzas, todas las nobles ambiciones nos son permi t idas . Inspirémosnos en el ejemplo del augusto soberano de la España , de Su Majes tad el Rey D. Alfonso X I I I , en cuya alma caballeresca andan asociadas las más gloriosas t radiciones de su grande Pa t r i a al más fervoroso y eficaz empeño de imitarlas y exce­derlas. S U R S U M CORDA!.

Banquete de gala en el Palacio de la Moneda

El 27 de Noviembre se efectuó el banque te que el Excmo. señor Presidente de la República ofre­ció, en nombre del Gobierno de Chile, a S. A. R. el Infante D . Fe rnando y a las Emba jadas extran­jeras .

Page 25: Portugal en las Fiestas Magallánicas

Al ofrecer el banque te , en nombre del Jefe d e ' Es tado , el Excmo. señor Minis t ro de Relaciones Exteriores, don Luis Alduna te Echeverr ía , después de haber hecho las más encomiásticas referencias a Por tugal y a España , alzó su «copa por la prospe­r idad de España , por la ven tu ra personal de su Majes tad el Rey Don Alfonso X I I I y de su Augus ta esposa, y por la felicidad de Por tugal , cuna del gran navegan te y descubridor, Fe rnando de M a g a ­llanes, an t e cuya memoria imperecedera se incli­naba respetuoso».

El Embajador de Portugal , al agradecer en su nombre y en el de su Gobierno los saludos del Go­bierno de Chile, agregó que las fiestas en honor de Magal lanes venían a crear un vínculo nuevo, de renovada s impat ía y más estrecha amis tad , en t re las Naciones chilena y por tuguesa, y-brindó por el Pres idente señor Sanfuentes y por su dis t inguida esposa, como también por la prosperidad y gloria de la Repúbl ica de Chile.

En la Escuela Militar

El 29 de Noviembre se efectuó en la Escuela Mi­litar el b a n q u e t e ofrecido por el Ministro de la Gue­r ra a las Emba jadas extranjeras .

En su discurso, el Minis t ro , señor don Ladislac Errázuriz , br indó por la prosperidad siempre cre­ciente de todos los Es tados allí representados, agre­gando que «era fiesta de familia la que reunía en torno

Page 26: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 31 —

de Chile, y al lado de la E m b a j a d a br i l lante de la M a d r e Pa t r i a , al prestigioso represen tan te de Por­tugal, su hijo mayor y hermano de grandezas en un pasado histórico sin segundo, como también la bri l lante pléyade de los Embajadores de todas las naciones he rmanas de América.»

El Embajador de Portugal agradeció las honro­sas referencias hechas a Por tugal en su discurso por el señor Minis t ro de Guerra , p romet iendo llevar al conocimiento de su Gobierno esas y todas las demás atenciones de que había sido colmado, desde su llegada, por el pueblo y el gobierno de Chile.

Asocióse a los elogios hechos por el señor Minis t ro a España , aplaudiéndolos en nombre de su país, que sabe bien apreciar la obra civil izadora de la gran > nación, que es su h e r m a n a en Europa y su colabora­dora en América.

Rindió su homenaje de admiración a las inst i tu­ciones mili tares chilenas, t an e jemplarmente orga­nizadas, considerándolas como la más a l ta y solem­ne prueba, dada por esta nación al mundo , de su disciplina social y cu l tura cívica, y del ardor y so­lidez de su pa t r io t i smo. Y terminó l evan tando su copa por la prosperidad y gloria del Ejército, que es la honra de Chile.

Page 27: Portugal en las Fiestas Magallánicas

En la Universidad de Chile

El 29 de Noviembre se realizó en el salón de honor de la Universidad de Chile una velada solemne en homenaje a la memoria de Fernando de Magalla­nes, con la presencia de S. A. el Infante D . Fer­nando y Emba jadas extranjeras y del Excmo. señor Pres idente Electo de Chile, Don Ar turo Alessandri .

El Rector de la Universidad, don Domingo Amu-nátegui Solar, hizo entrega al Embajador de Por­tugal del diploma de miembro honorario de la Fa­cul tad de Filosofía, Humanidades y Bellas Artes , que le había conferido aquella Facul tad , en j u n t a celebrada el 26 de Noviembre, bajo la presiden­cia del señor Decano clon Luis Barros Borgoño, y con asistencia de numerosos miembros académicos y docentes.

El Embajador de Portugal , al agradecer este ho­menaje, pronunció el siguiente discurso:

Discurso del Embajador de Portugal

Excmo. señor Presidente Electo de la Repúbl ica, Alteza Real , señores miembros del Poder Eje­cutivo, señores Embajadores y demás Repre­sen tan tes extranjeros, señor Rector e ilustres profesores de esta Univers idad:

Cumplo p r imeramente el deber de conciencia de rectificar el p rograma de esta fiesta en la p a r t e

Page 28: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 33 —

que me a t a ñ e personalmente con respecto al anun­cio de un discurso mío. N o me a t rever ía a alzar mi voz an t e t an culto audi tor io si no- tuviese el firme propósito de l imitarme al cumplimiento, en el me­nor número posible de palabras , de la misión que me confió mi gobierno. Demasiado hablé ya en esta bella c iudad de Sant iago, olvidándome, tal vez, de que a los diplomáticos compete callar y no hablar , y que al silencio, mucho más que a la pa labra , de­bemos confiar la expresión de nuestro pensamiento . Y mi embarazo a u m e n t a todavía en este recinto impregnado de ciencia y de cul tura , viendo delante de mí eminentes sabios y profesores y no dispo­niendo, para corresponder a su expectat iva, ni si­quiera de aquella ignorancia enciclopédica que es el máximum de ilustración a que puede aspirar un hombre de mi oficio.

Dos palabras , pues, solamente, a que me obliga, sobre todo, la c ircunstancia accidental de haberse concentrado en mi única e insuficiente persona to­dos los múlt iples deberes de la representación de Portugal en estas fiestas. No tengo, pues, con quien dividir la tarea , aun cuando más pesa sobre mis hom­bros, como en este momento .

Señores, aceptad , en primer lugar, mi profundo agradecimiento por la honra con que me distin­guisteis, eligiéndome miembro honorario de esta Universidad. Ignoro cuál fué el t í tulo que me valió tan elevada designación, pero conozco no poseer ninguno que la just if ique. Pa ra merecerla de al­gún modo en adelante , sólo un medio encuent ro :

P o r t u g a l 3-4

Page 29: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 34 —-

pediros que por mi intermedio inauguréis vues t ras relaciones con la veneranda Universidad por tu­guesa de que soy hijo, la an t igua e i lustre Univer­sidad de Coimbra, fundada en 1290 por nuestro rey D . Dionisio, y que vino a ser así una de las pri­meras, la tercera o cuar ta , que se fundó en Europa . Líganme a esa Universidad los más felices días, los más cariñosos recuerdos de mi j uven tud y con al­gunos de sus más insignes profesores mantengo re­laciones de estrecha amis tad . Ofrézcome, pues, se­ñores, para ayuda r a establecer un contac to , que hace mucho t iempo debería existir, entre vosotros y ellos, promoviendo también el intercambio de las publicaciones universi tarias de ambos países, que a pesar de su distancia, t an tos asuntos comunes po­dr ían estudiar jun tos , como este, por ejemplo, de la empresa de Magallanes, que aquí nos congrega. Es toy certísimo de que vues t ra iniciativa encon­t r a rá en Coimbra el eco más simpático y será fe­cunda en resul tados. Disponed de mí pa ra llevarla r áp idamen te a efecto.

Y ahora dejad que dé rápido cumplimiento al agradable m a n d a t o de mi gobierno.

El Ministerio de Instrucción Pública de Por tu­gal mandó , ha poco, reproducir en excelentes fac­símiles algunos ejemplares ex t remadamente ra ros de las pr imeras obras que en Portugal se publica­ron sobre as t ronomía y ciencia náut ica , des t inadas a la navegación oceánica y especialmente t ransecua­torial . Hágoos obsequio de esas obras en nombre del Gobierno de Por tuga l .

Page 30: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 35 —

Suponíase has ta hace pocos años que mi país, al inaugurar los Descubrimientos, no disponía de to-.dos los elementos científicos necesarios pa ra esa por ten tosa empresa y que tuvo que recurrir al auxi­lio de la ciencia a lemana . M a s un historiador por­tugués de raro méri to, el señor Joaquín Bensaude, tuvo la for tuna de descubrir en 1911, en la biblio­teca de Munich , un precioso incunable—el Régi-.mento del Astrolabio y del Cuad ran t e en una edición cuya existencia se desconocía, y de la cual ha s t a hoy no se encontró ningún ot ro e jemplar ,—que viene a dar una solución en te ramen te diversa a esa cuestión. Ese libro, publicado en Por tugal a fines del siglo XV, y pareciendo ser y a una reedición, contiene las pri­meras tablas náu t icas que en el mundo se publ icaran pa ra habil i tar a los pilotos a calcular las la t i tudes por la observación de los astros , cálculo sin el cual hubiera sido imposible a las naves por tuguesas y es­pañolas navegar en a l t a mar y t ransponer el Ecua­dor. Y esas tablas no es tán basadas sobre los t r aba ­jos astrológicos del a lemán J u a n de Monter reg io , co­mo se suponía, sino exclusivamente sobre la astrolo-gía cu l t ivada con brillo en la Península Ibérica, desde siglos, sin solución de cont inuidad. La fuente princi­pal del t rabajo por tugués , fué el «Almanach Per-petuum» de Abraham Zacuto, judío español que en­señó d u r a n t e mucho t iempo en la Universidad de Sa lamanca y después pasó al servicio del rey de Por tugal . Joaquín Bensaude hace la demostración de su tesis con tal rigor y precisión técnica, en su libro «L'Astronomie nau t ique en Por tugal a l 'épo-

Page 31: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 36 —

que des Grandes Découvertes», que los propios es­pecialistas a lemanes se declararon convencidos. Ese libro fué premiado en el Ins t i tu to de Francia , mereció un parecer elogiosísimo de la Real Acade­mia de la His tor ia de Madr id , por boca del señor Pedro de Novo y Colson, tuvo el aplauso sin reser­vas de la Sociedad de Geografía de Londres y dio y a lugar a numerosos estudios y comentarios, todos favorables, de geógrafos y as t rónomos italianos-, franceses, holandeses, belgas, alemanes, etc., sin habla r de los portugueses. •

No preciso acen tuar an te vosotros el alcance de estas investigaciones, que aumen tan 1 aún el valor de la obra de nuestros an tepasados y dan a la vez t a n t a gloria a la ciencia ibérica. Prosiguiendo en ellas, el señor Bensaude publicó otros t rabajos de impor tanc ia sobre la historia de la ciencia náut ica por tuguesa, demos t rando que también el uso y per­feccionamiento del astrolabio náut ico n a d a deben al cartógrafo alemán Mar t ín de Bohemia. Ese astro-labio, despojado de sus accesorios inútiles, es idénti­camente el astrolabio astrológico español, hijo del árabe , que ya-se encuent ra dibujado y descrito en los Libros del Saber de Alfonso el Sabio, dados a luz en la pr imera quincena del siglo X I I I .

También Joaquín Bensaude, examinando el T ra ­tado de Navegación de Pigaffeta, el leal compañero y excelente cronista del viaje de Fernando de M a ­gallanes, redujo esa obra a las proporciones de una compilación y t raducción en i tal iano del ya referido Regimentó de la Biblioteca de Munich, en esa edi-

Page 32: Portugal en las Fiestas Magallánicas

ción y en o t r a posterior y más comple ta existente en la Biblioteca de Evora (Portugal) , conteniendo además, un Régimen de las longitudes, que hay to­das las razones para suponer sea el mismo que el as t rónomo por tugués R u y Faleiro entregó a Maga­llanes, al desistir de acompañar le en el famoso viaje y del que nunca se encont ra ra vestigio.

Bensaude fué encargado por el Gobierno por­tugués de dirigir la publicación, en facsímil, del Ré­gimen del Astrolabio existente en Munich, del exis­ten te en Evora , del Almanach de Zacuto y su anexo en español (ediciones de 1496), del célebre T r a t a d o de la esfera y del a r te de marear de Francisco Fa­leiro, del que sólo se conocen cua t ro ejemplares, dos en Madr id y dos en Alemania, del no menos cé­lebre T r a t a d o de la esfera del gran geógrafo por­tugués Pedro Nunes , (edición de 1537) y, en fin, del Repertor io de los t iempos, por Valentín Fernández (edición de 1563).

Son estos libros, todos preciosos por su valor in­trínseco, por su ext rema rareza; y también por su belleza tipográfica, acompañados por los estudios y comentar ios de Bensaude, los que mi Gobierno ofrece a la Universidad de Chile, pidiéndole que los ponga a la disposición de los estudiosos en la Biblio­teca Nacional o donde mejor juzgue que ellos pueden ser uti l izados.

Aceptadlos como un primer saludo de la intelec­tua l idad y de la ciencia por tuguesa a la ciencia chi­lena. En ellos verificaréis como, desde 1420 con el Infante D. Enr ique , y desde el Régimen de M ü -

Page 33: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 38 —

nich, verdadero A B C , por donde aprendieron a na­vegar los capi tanes y pilotos de los Descubrimien­tos, has ta las obras notables, las más notables de aquel t iempo, de Faleiro, Pedro Nunes y D . J u a n de Castro, es la ciencia náut ica por tuguesa que en la Península inspira y dirige las Navegaciones, . y en ella es donde nuestros Argonautas adquieren aque­lla ap t i tud , que t an to los caracterizaba, pa ra «las cosas del descubrir», como entonces se decía en España . Eran esos libros los que Fernando de M a ­gallanes llevaba a bordo de su nave, y puede afir­marse que es sólo a par t i r del viaje de Magallanes, que en España adquieren mayor impulso, y se de­senvuelven con independencia, los estudios de esta índole, y que se reanudan las bril lantes tradiciones de la astrología peninsular y especialmente mallor­quína.

Tráigoos también una obra valiosísima del sa­bio profesor de la Universidad de Coimbra, Dr . Luciano Pereira da Silva, sobre la «Astronomía de los Lus iadas» . -Ese t rabajo destínase a probar que Camoens poseía a fondo toda la ciencia as t ro­nómica de su t i empo; y contiene un capítulo que reivindica defini t ivamente pa ra los navegantes por­tugueses la prioridad en el descubrimiento de la hermosa constelación de vuestro hemisferio, la Cruz del Sur, excluyendo !a posibilidad de que ya el D a n ­te hubiese hecho referencia, en su poema, a esa constelación, como algunos intérpretes superficial­mente lo creyeran.

Finalmente , deseo manifestaros que el gran es-

Page 34: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 39 —

critor por tugués Carlos Malheiro Dias, es tá prepa­rando, con la colaboración de algunos .eminentes especialistas nuestros, pa ra ser publicado con moti­vo de la conmemoración del centenario de la inde­pendencia del Brasil, en 1922, una obra monumen­tal sobre la Historia del descubrimiento y coloni­zación por tuguesa de aquel gran país, tan' culto y próspero y de tan il imitado porvenir, ligado al nues­tro por los mismos lazos de sangre y de. afecto que a vosotros os unen a España .

En esa obra, des t inada a gran repercusión en los centros científicos, l iquídase la suposición absurda que a t r ibuía al viaje de Alvares Cabral a las costas brasileñas un carácter accidental , probándose estar ese viaje previsto desde fecha anter ior en el plan estudiado y metódico de nuestras exploraciones ma­r í t imas. Y vase más lejos; afírmase, con documentos y argumentos nuevos, que los Portugueses ya en 1501 tenían conocimiento nítido y verificado de la existencia de un vasto cont inente americano* en una época en que Colón continuaba^suponiendo que había desembarcado en un archipiélago de Asia y buscaba en sus proximidades la codiciada India.

Llamo vues t ra atención hacia las obras que os ofrezco, así como hacia las que os anuncio, todas ellas demos t ra t ivas de la actual v i ta l idad intelec­tual y ac t iv idad científica de mi Pa t r ia .

Page 35: Portugal en las Fiestas Magallánicas

En el Instituto Agronómico

El 30 de Noviembre, en el banque te ofrecido por S. E. el Presidente de la República a las Embaja­das extranjeras , el Emba jador del Brasil, Excmo. señor Dr . J . M. Cardoso de Oliveira, en representa­ción del cuerpo diplomático, pronunció el siguiente discurso en que el dist inguido diplomático brasileño rinde el más conmovido homenaje a la M a d r e Pa­t r ia lus i tana :

Discurso del Embajador del Brasil

Señor Presidente de la República, Alteza Real, se­ñor Minis t ro de Indust r ia , colegas, señores:

H a y mart i r ios que glorifican, como hay honores que a b r u m a n ; tal es, señores, los que me hacen en este momento nuestro Decano en las fiestas maga-llánicas, el Emba jador Especial de los Es tados Uni­dos de América y, pr incipalmente, mis colegas los embajadores y jefes de Misiones-Especiales lat ino­americanas , encargándome de hablaros en su nom­bre, en es ta opor tunidad oficial que será la ú l t ima con la presencia de S. E. el señor Presidente de la Repúbl ica y presidida por uno de los más ilustres miembros del Gobierno chileno.

Mi verbo sonará a vuestros oídos como un t ímido balbuceo, después de los torrentes de ardorosa elo-

Page 36: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 41 —

cuencia con que nos acaba de a r reba ta r pa ra las in­finidades de la belleza intelectual , ese magis t ra l y ext raordinar io orador español, cuya pa labra en­canta , conmueve y convence, como una mues t ra de las potencial idades product ivas y seductoras de la gran nación, cuyo inmenso valor posit ivo, cuya grandeza moral , cuyas capacidades de genio y de arte , sus frases de oro evocan y desvendan a la con­templación menta l de sus oyentes maravi l lados.

Igual visión nos da de Por tugal un bril lante lucero de su ciencia y de su l i teratura , uno de los más ins­pirados príncipes de su Parnaso , el eminente señor Embajador Alberto D'Oliveira.

Señores: la generosa elección del Embajador del Brasil, sin atención a su modesta persona, pa ra ór­gano de sus colegas extranjeros y en par t icular de los lat inoamericanos, fué por ven tu ra intencio-nalmente ace r tada ; porque la Repúbl ica Brasileña es la única que representa en América el vigoroso elemento lusitano, en minoría como colectividad política, pero, por lo menos, en ventajosa proporción como cómputos individuales de poblaciones y como inagotable repositorio de recursos materiales y de energías intelectuales fecundas y beneficiosas. Qui­sieron mis colegas así demost rar por esta perfecta unión del elemento lusitano con el elemento espa­ñol, bajo los ojos de las dos Madres Pat r ias , que ent re españoles y portugueses y sus descendientes americanos, todo es Iberia y, por lo t an to , todo debe ser amor, todo debe ser concordia, progreso común, cariño y paz de familias.

Page 37: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 42 —

Me siento, pues, , en situación halagadora pa ra agradecer de lo más profundo de mi alma, al emi­nente c iudadano que tan d ignamente dirige los des­tinos de esta República hermana, el Excmo. señor Presidente Sanfuentes, a los esclarecidos miembros de su Gobierno, a la insuperable Comisión Oficial de los festejos, y asimismo a todas las insti tuciones civiles y mili tares y a los oradores que me han pre­cedido en ésta y en las ocasiones anteriores, todos los cuales du ran t e esta inolvidable semana sant ia-guina nos han colmado de tan hidalgos agasajos, de elogios y de comprometedoras gentilezas.

Lo hago franca, s inceramente; t an to más cuan to creo que quizá exageréis los requintes de hospitali­dad y las ceremoniosas manifestaciones a nosotros hermanos americanos, que hemos venido aquí , no solamente como huéspedes, sino como hijos de la misma familia, que, aunque alejados por dis tan­cias terri toriales, se aman y se aprecian, y sabedores de esta sugestiva visi ta de su Madre a uno de ellos, pa ra conmemorar una memorable fecha de sus gran­diosos ana les ; un acontecimiento de t an t a magn i tud que en su casa se realizó, venimos alegres, obedien­tes, presurosos, llenos de respeto y sent imiento filial, a besar reverentemente las -manos de su progeni-tora y pa tent izar le la cont inuidad de nuestro indes­truct ible afecto; regresando después a nuestros ho­gares satisfechos de haber palpado, de haber sen­tido, de haber visto que la Madre Iberia, aunque encanecida por incontables años de-trabajosas haza-

Page 38: Portugal en las Fiestas Magallánicas

ñas, está llena de vida, de ejemplar vigor y de fuer­zas an imadoras .

Señores, a la par de este justísimo homenaje a las Madres Pat r ias , hay que admirar en estas a l tu ras de las edades del mundo , el es tado en que ella en­cuentra a uno de sus hijos más predilectos, a Chile, próspero y poderoso; al t ivo sin a lardes , contrprio a maquinaciones humil lantes o intrigas desmorali­zadoras; enemigo de manifestaciones tea t ra les ; per­maneciendo tan impasible, sin arrojos inútiles, en el peligro, como mesurado en sus horas de alegría; reflexivo, sin debilidades, en sus ac t i tudes ; ap to pa ra todas las campañas en pro de los más resplande­cientes ideales de la human idad : capaz de todas las abnegaciones y afectos, aunque apa ren tando una fría indiferencia de hidalgo, bajo una capa ilusoria que no .deja exteriorizarse lo que el a lma s iente ; ce­loso de sus l ibertades, fiel guardador de sus prerro­gat ivas , fanático de su soberanía, idólatra de su in­dependencia.

Así lo manifesté hace tres años, después de los p'rimeros contac tos con este pueblo tan querido, y así lo repi to ahora, después de un conocimiento más completo y más ínt imo de los repliegues de su alma.

Aquí nos encont ramos todos reunidos, envuel tos en el mismo espíritu de legítimo orgullo de raza, para celebrar la magna fiesta del descubr imiento del Es t recho de Magal lanes—trazo de unión en t re océanos y océanos, entre mundos y mundos , en t re

Page 39: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 44 —

civilizaciones y civilizaciones, entre humanidades y .humanidades.

Den t ro de pocos días estaremos en el Est recho, admirando la representación material de su insigne descubridor.

Y, cuando acontecimientos tales como el que ahora solemnizamos, ya se despersonalizaron, y a se despojaron de los intr incados laberintos de la po­lítica de aquel entonces y de los intereses momen­táneos, ya se elevaron de los vapores asfixiantes del amor propio, ya perdieron las característ icas de fastos de ésta o de aquella nacionalidad, pa ra formar pa r t e de un conjunto indiviso, y sólo apa­recen en la limpidez de la Historia como otros tan­tos marcos milenarios del victorioso progresar de la Human idad , jus to es que nos asociemos, todos los pueblos del Orbe, para rendir un homenaje de profunda veneración, pa ra deponer un ósculo de cariño en la faz magnífica de esos dos i lustradores de siglos, el legendario Por tugal y la caballerosa Es­paña , siempre capaces de nuevos hechos y de reno­vados brillos, que, allá del o t ro lado de las aguas; cubiertos de cicatrices, resul tantes de luchas t i tá­nicas, curvado al peso de laureles, cargados de glo­rias, nos contemplan, orgullosos y halagados,confian­tes en las proles que formaron para seguir a u m e n t a n ­do en esta mi tad del mundo el renombre y las opu­lencias de la raza. Es ta fué su voluntad en el pasa­do, como es su vo lun tad en el presente, y como será su vo lun tad en el futuro. Es te es también el querer de sus hijos, que, guiados por sus grandes ejemplos,

Page 40: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 45 —

en todas las c ircunstancias , en las auroras de t r iun­fo, como en las penumbras de amargura , seguirán impávidamente en la r u t a de un soberbio porvenir .

Y, t raduciendo todos estos sent imientos, todos estos anhelos, busquemos en nuestros pechos lo que pueden contener de confianza, de t e rnura y de gra­t i tud, para , con los ojos hacia el Alto, t raducir las fervorosamente, como en una nueva oración domi­nical—vosotros, hispanoamericanos, a la vues t ra noble España , nosotros, lusoamericanos, a nuest ro viejo Portugal , todos jun tos , la t inoamericanos, a Iberia, la Pa t r i a ún ica :

— M a d r e nuest ra , que estás en el Cielo de la His­toria, bendi to sea vues t ro n o m b r e ; sea hecha vues­t ra voluntad , así en el Dolor como en la Gloria.

En el banquete de la Embajada de Portugal

El 3 de Diciembre se efectuó en los salones del Club Hípico de Sant iago el banque te ofrecido a Su Excelencia el Presidente de la República, don J u a n Luis Sanfuentes, por el Embajador de Por­tugal .

Tomaron pa r t e en esa fiesta las siguientes per­sonas :

Presidente de la República y señora de Sanfuen­tes, Pres idente electo y señora de Alessandri , señor Minis t ro don Antonio Plá en representa­ción de S. A. el Infante D . Fernando, miembros del Gobierno y señoras, presidentes de las Cámaras

Page 41: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 46 —

de Senadores y Dipu tados y sus señoras, presiden-te de la Corte Suprema y Corte de Apelaciones, gene­ral Boonen Rivera, general Al tamirano y señora, presidente de la comisión de fiestas y señora de Pereira, in tendente , alcalde, rector de la Univer­sidad, señor Toribio Medina y señora, Nuncio Apos­tólico, Embajador del Brasil y señora de Cardoso de Oliveira, Embajador de Argent ina y señora de Noel, Emba jador del Pa raguay y señora de Moreno, Embajador del Uruguay y señora de Mar t ínez Teddy , senador Yáñez y señora, señor subsecre­tario de Relaciones y señora de Montano , jefe de la sección diplomática y señora de Cruchaga, intro­duc tor de diplomáticos y otros funcionarios del Mi­nisterio con sus señoras, Embajador de Por tugal y señora D'Oliveira, secretario de la Emba jada , agregado a la Emba jada y señora de Salazar Mos-coso.

En el momento opor tuno, ofreció la manifesta­ción el Embajador del Por tugal don Alberto D'Oli­veira, en los siguientes términos:

Discurso del Embajador de Portugal

Excmo. señor Presidente de la Repúbl ica :

Henos llegado al úl t imo día, a la ú l t ima hora, de las espléndidas fiestas con que fueron acogidas, en esta bella ciudad de Sant iago, las Emba jadas extranjeras designadas para asistir a la conmemo-

Page 42: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 47 —

ración del Cua r to Centenar io del descubr imiento del Es t recho de Magal lanes .

Veo congregados en torno de esta mesa, en un fiel resumen, todos los gentilísimos dueños de la casa, y estoy seguro de in te rpre ta r un sent imiento uná­nime al t ransmit i r les el agradecimiento sincero y caluroso de sus huéspedes.

Agradecidísimo a los refinamientos de cortesía y deferencia prodigados, por esta Nación de caba­lleros, al r ep resen tan te de Portugal , afirmóos que ese acogimiento encont ra rá en mi pat r ia el mismo eco de grat ís ima s impat ía que despertó en mi co­razón.

Agradezco la honrosa presencia de Vuest ra Exce­lencia, del Excmo. señor Presidente Electo, de los señores Ministros, de tan ilustres representan tes del Pa r l amento , del Ejército, de la Magis t ra tu ra , de la Universidad, de la Prensa, de las autor ida­des de Sant iago, de tan amables y graciosas señoras. Y deseando reunir a todas y todos en un solo afectuo­so saludo, ruego a mis colegas que tuvieron la bon­dad de asociarse a e-sta pequeña fiesta, que me acom­pañen en un brindis fervoroso y en tus ias ta :

¡Por la prosperidad siempre mayor de la noble y caballerosa Nación chilena!

Por la salud y felicidad de Su Excelencia el señor Presidente de la Repúbl ica y de la señora de San-fuentes!

Su Alteza Real, el señor Infante Don Fernando, pr ivado por mot ivo imperioso de aceptar la invi­tación que tuve la honra de enviarle para sentarse

Page 43: Portugal en las Fiestas Magallánicas

hoy a la mesa de la Emba jada de Por tugal , tuvo la extrema gentileza de hacerse representar expresa­mente por el señor Ministro don Antonio Plá. Ruego a mi es t imado colega que se digne t ransmi t i r a Su Alteza mis gratos y respetuosos homenajes y levanto también mi copa por España , por su Augus­to Soberano, por el ilustre Príncipe que lo repre­senta en estas fiestas, felicitándome de poder sa­ludar al mismo t iempo a las dos Naciones que, con la portuguesa, serán siempre las más fieles y celosas guardadoras de la memoria y de la gloria de Fer­nando de Magallanes».

Al final, la orquesta ejecutó el h imno chileno, que fué escuchado de pie por los asistentes.

Contes tó el Minis t ro de Relaciones, señor don Luis Aldunate , en términos de elocuente confrater­nidad, después del cual se ejecutó el h imno por tu­gués. El discurso del señor Aldunate es el s iguiente:

Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores

A nombre de S. E. el Presidente de la República, cumplo con el gra to deber de agradecer al Excmo. señor D'Oliveira, Embajador Especial del Por tu ­gal a las fiestas con que mi país ha querido conme­morar el 4.° Centenar io del descubrimiento de M a ­gallanes, la espléndida manifestación que impor ta este banquete , que ha venido a cerrar con broche de oro el p rograma de festejos con que la capi tal de Chile ha rendido homenaje de gra t i tud y de admi-

Page 44: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 49 —

ración a los hijos de España y Portugal , a los des­cendientes de los héroes sin par , de los bravos capi­tanes, de los insignes navegantes, ibéricos que rom­piendo los prejuicios acumulados du ran te siglos de ignorancia, desafiando los peligros, r e tando a la muer te cara a cara y a cada ins tante , no vacilaron en lanzarse impávidos, al t ravés de mares ignotos, a la descubierta de nuevos mundos, de nuevos océa­nos, de vías de comunicación apenas sí sospechadas has ta entonces, con que enriquecer el pat r imonio de la humanidad , con que acrecentar , con que mag­nificar el glorioso acervo de la civilización hispano-lusi tana.

La visita con que hoy nos honra, por pr mera vez, el Excmo. señor D'Oliveira, que es al mismo t iempo que Embajador especial, Enviado Extraordinar io y Minis t ro Plenipotenciario de Portugal an te el Gobierno de Chile, ha tenido pa ra nosotros una do­ble ven ta j a : la de t raernos en esta solemne ocasión el concurso y la voz de la ilustre Nación por­tuguesa y la de darnos a conocer en la persona de su representante , al diplomático bri l lante, al sabio y al erudi to que el señor D'Oliveira ha revelado ser en los poquísimos días que lleva de permanencia en nuestro suelo.

Creo, pues, ser el fiel in térprete de los deseos de S. E. el Presidente de la República, del señor Pre­sidente Electo y del Gobierno todo, al formular vo­tos m u y sinceros, porque en el desempeño de su honrosa misión, nuestro huésped dé hoy, encuentre la manera de consagrar a Chile, a esta t ierra en

Page 45: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 50 —

que t an ta s s impat ías ha sabido conquistarse, una buena par te de su t iempo y de sus act ividades.

. Bebo por la ven tu ra del Por tugal y por la felici­dad personal del señor D'Oliveira y de su dist in­guida esposa.

F ina lmente , el Minis t ro Plenipotenciario, miem­bro de la misión española, Excmo. señor Plá, pro­nunció un bri l lante discurso.

Discurso del Ministro de España

Expresó con elocuencia, en nombre de Su Alte­za, el gran pesar de no haber podido concurrir a esa manifestación, por cuánto la colonia española lo había invi tado con anter ior idad a un banque te , en la misma hora, en la Quin ta Normal . T u v o pa­labras efusivas pa ra las naciones chilena y por tu­guesa y br indó por los Presidentes de Chile y de Por tuga l .

Inauguración del monumento a Fernando de Magallanes en Punta Arenas

El 16 de Diciembre de 1920, en la ciudad de Pun­ta Arenas , y con la asistencia de S. A. el Infante D . Fernando, Emba jadas extranjeras y autor idades locales, fué inaugurado el monumento m a n d a d o construir por él fallecido propietar io español, don

Page 46: Portugal en las Fiestas Magallánicas

José Menéndez, a la memoria del gran navegan te lusi tano.

El Gobierno de la República Por tuguesa encargó a su Embajador de deposi tar en el monumento una corona de roble y laurel, en bronce, con la dedica­toria s iguiente:

A O S E U GLORIOSO F I L H O

F E R N Á O D E M A G A L H A E S

Á N A J Á O P O R T U G U E S A

( 1 5 2 0 - 1 9 2 0 )

Al desempeñarse de ese encargo de su Gobierno, el señor D'Oliveira pronunció el siguiente discurso:

Discurso del Embajador de Portugal

Alteza Real, señor Minis t ro , señores Embajado­res, señoras, señores:

J a m á s en el curso de mi vida pública me cupo desempeñar más noble m a n d a t o que el que an t e vosotros vengo a cumplir : y es el de deposi tar en este hermoso monumento , erigido por la ciudad de P u n t a Arenas y por la generosidad de uno de los más recordados y audaces promotores de su pro­greso, a la inmorta l memoria de Fe rnando de Ma­gallanes, la corona de laurel y roble, envuel ta en los pliegues de la bandera nacional, que la Nación

Page 47: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 52 —

Por tuguesa envía desde m u y lejos a estos confines del m u n d o pa ra rendir homenaje al genial nave­gan te , su glorioso hijo, y condigno compañero de t an tos héroes y de t an tos genios del pensamien to y de la acción, que enaltecen y subliman la his tor ia de mi Pa t r i a .

E r a gran deseo del gobierno de la República Por­tuguesa que aquí represento, haber podido contr i ­buir pa ra esta conmemoración con la obra de a r t e de un escultor nacional. La estrechez del t iempo no permit ió realizar por ahora este deseo y hubimos de conten tarnos con esta modes ta ofrenda, más expresiva por el sent imiento que la origina que por el valor intrínseco de que se reviste . Pero yo me creo desde ahora autor izado a prometeros que en la más próxima opor tunidad, el gobierno confiará al cincel de uno de nuestros más insignes a r t i s tas la t a rea de expresar en mármol o en bronce, con des­t ino a este monumento , todo el reconocimiento,, todo el orgullo que Por tugal exper imenta al recor­dar la hazaña sin par , fecunda como ninguna o t ra de su clase en consecuencias universales, real izada con audacia y con genio sobrehumanos por el des­cubridor de este Es t recho que acabamos de a t ra ­vesar, por el descubridor de esta Nación cuyo suelo pisamos, por el c i rcunnavegador del globo cuyo viaje rehizo la geografía, uniendo ent re sí dos mares que se ignoraban y ensanchando en proporciones inaudi tas las dimensiones de la t ierra conocida.

Es t ambién con vivo pesar del Gobierno por tu­gués que no se halla hoy aquí representada nues t ra

Page 48: Portugal en las Fiestas Magallánicas

El Embajador de Portugal, pronunciando su discurso en la inauguración del m o n u m e n t o

Page 49: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 55- —

Mar ina de guerra , cuyo lugar en este bri l lante con­curso naval sería de t a n t a honra pa ra ella. El cru­cero San" Gabriel, po r t ador del mismo nombre de la nave cap i t ana en que Vasco da G a m a descu­brió el camino mar í t imo de la India, había sido designado pa ra venir á aguas chilenas a t r ibu ta r religioso y filial homenaje a Fernando de Maga­llanes. Un accidente en el t rascurso de su viaje le ha impedido llegar a su des t ino : y una vez más el t iempo l imitado que nos era impuesto, y el espacio vastísimo que separa a Portugal de estos lugares, fueron obstáculo a que se le reemplazara . Pero también una vez más me cabe aseguraros que la falta será remediada en la medida de lo posible, y que un buque de guerra por tugués ha de venir aquí a saludar con sus salvas de gala a este puer to en que acaba de levantarse el más bello al tar cívico has ta hoy consagrado a una gloria tan nuestra .

Y ahora, señores, perdonad, que no haya aquí o t r a voz que la mía, de bien frágil au tor idad y de bien cor ta repercusión, pa r a exaltar, en nombre de la grande Nación que es mi pequeña Pat r ia , la memoria de aquel ilustre Por tugués , incorporado a la historia de Portugal por su origen, por su vida, por sus honrados servicios en África y la India, por su vocación, por su ciencia, por la tradición que encarna y por la solidaridad que lo liga a sus an te ­cesores y cont inuadores en la dinastía, más que regia, de los navegantes lusi tanos: de aquel gran Por tugués incorporado a la historia de España por la a t rev ida y sagaz iniciativa de Carlos V, incor-

Page 50: Portugal en las Fiestas Magallánicas

porado a la historia de Chile por haber sido el pri­mer testigo de su existencia, e incorporado tam­bién para siempre, por la resonancia de sus mismos hechos, a la historia universal.

No creáis, señores, que los agravios que un Rey de Portugal sufrió en su amor propio, o aun aqué­llos de que par t ic iparon sus contemporáneos, por la decisión tal vez precipi tada y excesiva, pero no indigna, que impelió a Magal lanes a servir a Cas­tilla, hayan dejado cualquier huella en nuestros corazones. Hoy , con la historia común de las glorias ibéricas an te nuestros ojos, comprendiendo cómo fué fecunda en resul tados, que en t re sí se comple­tan, la obra e jecutada por las dos nacionalidades tan he rmanas y t an dis t in tas , t an ligadas y tan au tónomas , tan amigas aun cuando tan émulas , que siempre fueron y creo que siempre serán, Por­tuga l y España ; hoy, al ver en este Es t recho ent re los ant iguos mares de El Rey de Por tugal y los de El Rey de Cast i l 'a el símbolo perfecto de la a rmo­nía y unidad que la historia impuso a nuestros des­tinos, aunque cumplidos por rumbos diversos, hoy Por tugal l imítase a recordar a España , cuando se re­fiere a Fe rnando de Magal lanes : Os lo cedimos, pero no lo perdimos!

Y pa ra otros Portugueses se levanta también, en este momen to y en este lugar, nues t ro culto de admiración y de gra t i tud . Eran portugueses los Cap i t anes y los Pilotos de las cua t ro naves que, des­pués de haber doblado el cabo de las Once mil Vír­genes, pene t ra ron en este Estrecho. Además de

Page 51: Portugal en las Fiestas Magallánicas

Magallanes, Capi tán general, que c o m a n d a b a al Trinidad, era por tugués Alvaro de Mesqui ta , Capi tán de la San Antonio, era por tugués J u a n Serrao, Cap i t án de la Concepción, era por tugués Dua r t e Barbosa, Cap i t án de la Victoria. Con excep­ción de la nave San Antonio, que. por la revuel ta de su tr ipulación cont ra su comandan te , deser tó de la expedición y regresó a España , todas las o t ras na­ves prosiguieron, una vez t raspues to el Es t recho, en la e s tupenda j o rnada a t ravés de las extensio­nes sin fin de ese M a r Pacífico, de ese mar nunca antes navegado, y todas las tres perdieron sus co­mandan t e s a las manos feroces y t ra idoras de los indígenas, en las islas de Zebú y de M a c t á n . Allí sufrieron, pr imero Magal lanes , y luego después Serrao y Barbosa, y aun Cristóbal Rabelo y Luis Alfonso de Goes, t ambién por tugueses y sus t i tu tos de aquellos en ' e l comando, la muer t e de mar t i r io , la muer te de iniquidad y de oprobio, que dio más luminosa aureola a su gloria.

Y no sólo a esos esforzados Capi tanes lusi tanos, no sólo a los que allá quedaron, a los que no vol­vieron, no sólo a esos digamos, que de su muer te se está aún ahora a l imentando e inspirando nues t ra vida. No nombremos únicamente a los que tuvie­ran un nombre . Recordando la lección nueva que nos dieron las Naciones al iadas en la .última guerra, cuando concibieron y realizaron el significativo homenaje al soldado desconocido, t r ibu temos bien al to nuestro culto a todos los marineros anónimos del inaudi to viaje, a todos, portugueses, españoles,

Page 52: Portugal en las Fiestas Magallánicas

italianos, franceses, ingleses, de t an ta s procedencias, que por esos mares afuera, muertos de hambre , de frío, de mil sufrimientos y angust ias , iban t r ipu­lando aquellas naves- fantasmas , que, en la frase tan exacta de un historiador de mi país, eran naves de moribundos dejando, a su paso, una huella de cadáveres.

Gloria a los t re inta afortunados que, bajo el co­mando de Sebast ián del Cano, sobrevivieron y re­gresaron. Y gloria aun mayor a los ciento y se tenta infortunados que por allá quedaron y murieron! - Señores, agradezco profundamente a la Nación chilena, en nombre de la Nación portuguesa, el culto filial que ella se precia de consagrar a la memoria de Fe rnando de Magallanes. Ese culto const i tuye, en­tre los dos pueblos tan dis tantes uno del otro, un vínculo que pa ra siempre los hace vecinos por el espíri tu, compañeros por la historia, próximos pa­rientes por el mutuo afecto y simpatía .

Este majestuoso Estrecho, cuya travesía empren­dimos hace días con tan honda emoción, en tan lu­cida compañía de representantes de tan tos Gobier­nos europeos y americanos, este Estrecho conser­va rá por los siglos de los siglos el nombre de bau­t ismo de Fernando de Magallanes. Este terri torio, cuyas prosperidades actuales le aseguran un tan espléndido porvenir, tomó también el nombre de Magal lanes y se diría que ese nombre le ha t ra ído ven tu ra . Y en fin has ta este fulgurante firmamento austra l , cuya d iadema de luces parece ofuscar el del otro hemisferio, has ta este firmamento quiso en-

Page 53: Portugal en las Fiestas Magallánicas

Antes de la inauguración del m o n u m e n t o : la bandera portuguesa cubriendo la estatua de Magallanes.

Page 54: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 61 —

gastar las sílabas magal lánicas entre los más puros d iamantes de sus nebulosas. •

De mane ra que es a la vez en su t ierra, en su mar y en su cielo que la Nación Chilena guarda , en ins­cripciones imborrables , el nombre del incompara­ble Navegan t e . Una vez más diré que Por tuga l , celoso como es de todas sus glorias, no cesará de desear a Chile, en su presente y en su futuro, glo­rias tan grandes como las que tan bien ha sabido apreciar y honrar .

Y ahora , en dos pa labras , voy a te rminar . Sue­len los minis t ros del culto, en la religión católica, concluir los oficios divinos por la lectura del Evan ­gelio. Quisiera yo tener el derecho de imitarlos. La ceremonia en que t o mamos par te , bien que no pue­da l lamarse religiosa, algo tiene de ello por el lu­gar en que nos hallamos, por el ideal que persegui­mos, por el a rdor sagrado del pa t r io t i smo que a to­dos nos inspira. Por tugal es de aquellas ra ras na­ciones a quien Dios permit ió realizar ' la aspiración, que supongo común a todas , de tener su Evangel io cívico y nacional , en cuyas fuentes perennes cobran cada día nuevos alientos nuestro culto del pasado y nues t ra fe en el porvenir . Ese Evangelio, vos lo sa­béis, l lámase «Los Lusiadas», y tiene ya más de tres siglos de edad. Permit id , pues, señores, que yo tome de la biblia lus i tana algunos de los versos en que Camoens enalteció la empresa de Magalla­nes y que los repi ta aquí, en el bello idioma de mi Pat r ia , en este lugar de t a n t a historia, en donde se­guramente an tes que yo nadie jamás los pronunció,

Page 55: Portugal en las Fiestas Magallánicas

para depositarlos, como guirnalda de flores, j un to a este magnífico monumento , con todos mis votos y anhelos por el ilustre ar t is ta que lo concibió y ejecutó y por esta laboriosa y enérgica población, que en su seno, como a talismán benéfico, ha que­rido darle asilo.

Hab le Camoens :

Eis aqui as novas partes do Oriente, Que vos outros agora ao mundo daes, Abrindo a por ta ao vasto mar pa t en te Que com tao forte peito navegaes; Mas é t a m b e m razao que no Ponente De um Lusi tano um feito a inda vejaes Que de seu rei mostrando-se agravado Caminho ha de fazer nunca cuidado.

Desque passar a via mais .que meia Que ao Antar t ico polo vae da linha, De urna es ta tu ra quasi giganteia Homens verá da tér ra ali vis inha: E mais avan te o Estreito, ' que se arreia Com o nome delle agora, o qual caminha Para outro mar e térra, que fica onde Com suas fri'as azas o Austro a esconde.

Al aceptar , en nombre de la ciudad, la ofrenda del monumento , el Segundo Alcalde de P u n t a Are­nas, ,don Luis Courbis Valencia, contestó en los si­guientes términos al discurso del señor D'Oliveira:

Page 56: Portugal en las Fiestas Magallánicas

Corona de bronce ofrecida por eJ Gobierno de Portugal para el m o n u m e n t o a Magallanes.

Page 57: Portugal en las Fiestas Magallánicas

Discurso del Alcalde de Punta Arenas

Excelentísimo Embajador de Por tuga l :

Si el haber sido hijo m u y noble de vuestro país Fe rnando de Magallanes, si el ser vuestra nación procer madre pa t r ia de nuestra he rmana m u y ama­da, la Repúbl ica del Brasil, si el haber ella recono­cido, la pr imera en Europa , nues t ra independencia soberana, son causas poderosas desde ant iguo exis­tentes , pa r a que todos los chilenos nos s intamos li­gados a Por tugal por fuertes vínculos de afecto; sabed, Excelentísimo Señor, que la ofrenda preciosa que en nombre de vues t ro amado pueblo ofrecisteis al héroe en su apoteosis, nos ,une aún más a vues t ra pa t r i a por los lazos m u y firmes de cariñosa gra t i tud . ¡Que la corona de bronce por el Por tugal ofrecida al vencedor de los mares , sea como la corona de oli­vo o de laurel en t regada al vencedor en los juegos olímpicos de la Elade, y que todos los pueblos de san­gre ibera, concurrentes a esta triunfal glorificación de Magallanes, sean como fuero.» las ciudades li­bres de la Grecia, par tes de un mismo todo, miem­bros de un solo organismo nacional, c iudadanos de una misma pat r ia g rande : la Unión Ibero-ame­ricana.

Page 58: Portugal en las Fiestas Magallánicas

Ei m o n u m e n t o a Magallanes en Punta Arenas.

Page 59: Portugal en las Fiestas Magallánicas

En el Congreso de Chile

El Senado de la Repúbl ica Por tuguesa , en sesión de 29 de Noviembre, y por proposición del Sena­dor Dr . Bernardino M a c h a d o , ant iguo Presidente de la Repúbl ica, decidió saludar al Pa r lamento chi­leno, asociándose cordialmente a él en la conmemo­ración del cuar to centenario del viaje de Fernando de Magal lanes .

El Embajador de Por tugal t ransmit ió este saludo al Senado y a la C á m a r a de D ipu t ados de Chile, quienes, en sus sesiones del 13 y 19 de Enero de 1921, del iberaron agradecer efusivamente la mani­festación del Senado por tugués .

Con este mot ivo los senadores don Alfredo Barros Errázur iz y don Gonzalo Bulnes y el D ipu tado don Miguel Luis I rar rázaval , haciendo uso de la pala­bra, refiriéronse calurosamente a Por tugal , a su gloriosa historia, y a su representación en las fies­tas magal lánicas .

4^ -3̂ »

Page 60: Portugal en las Fiestas Magallánicas

LA GESTA DE MAGALLANES

Cuando el primer ensueño de tu increíble hazaña en torno de tu lecho sentiste revolar, como águilas hermanas sobre una al ta montaña , ya miraban unidas Lusi tania y España los cien vastos imperios que les br indaba el mar.

Corría por tus venas la roja sangre fiera que Camoens can ta ra con su estrofa real y, que en los viejos t iempos, fué la onda pr imera de la enorme corriente de aquella sangre ibera que por toda la t ierra desbordó su raudal .

Siguiendo t ras la huella del barco lusitano en que cumplió el de Gama su empresa sin igual, cruzaste casi niño por sobre el mar lejano y a buscar también fuiste t ras el cabo africano, el áureo vellocino de la India Oriental .

Luchas te con las olas sin miedo ni desmayos, tuv is te rudas lides con indios y malayos en las que preparabas ya la gesta inmorta l que iba a n imbar tu frente de esplendorosos rayos y a colgar de tus hombros la púrpura triunfal. Como a tu vuel ta el campo de Lusi tania fuera estrecho para el brío de tu án ima a l tanera ,

Page 61: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 7 2 —

llegaste a España entonces también, como Colón, para ofrendarle el vaso de tu genial quimera que ya no te cabía dent ro del corazón.

Miradlo como guía sus frágiles galeras, mient ras ba ten los vientos las h ispanas banderas y lanza sus acordes la música marcial, hacia el ignato paso que une las dos riberas y los dos grandes mares de la América Austra l .

Arrojan sus mi radas los dardos de agudeza que lanzan desde lo a l to los ojos del halcón y cuando an te su gente levanta la cabeza, os ten ta en su figura jun to con la rudeza de un jefe de pira tas , el gesto de un león.

Y en t an to que abre el cielo su enorme ca t a r a t a , por sobre un m a r inmenso que inquieto se di la ta golpeando los cantiles de un tétrico país, emocionados pasan por frente al M a r del P la t a guardado por la sombra sangrienta de Solís. o

Inú t i lmente arrojan sus tu rbas aul ladoras las tempestades contra las barcas invasoras, cuyas velas son alas que mueve el huracán y que, al mando de un genio, con sus enhiestas

[proras a romper el misterio del mar del polo van .

En vano se sublevan sus propios compañeros ; en vano sus telares sutiles y rastreros, como una a r aña mons t ruo , teje la t ra ic ión:

Page 62: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 73 —

a golpes de su audacia , t u m b a los hombres fieros como pa r t e las olas ai golpe del t imón.

Y marcharon los barcos du ran te muchos días, bordeando los golfos y en t rando por las rías, cual suelen las gaviotas costear el litoral en busca de las hondas cavidades umbrías para colgar en ellas su rústico nidal.

Después de una to rmenta cuando el sol sonreía, los héroes divisaron una p u n t a bravia, que pareció de lejos un saurio colosal que, tendido en las olas, celoso defendía del paso que buscaban el misterioso umbral . Pasaron el bajío de aquella p u n t a brava y entraron en un golfo sereno que brillaba de los soles polares al pálido fulgor: era el pórtico enorme que en el fondo ocul taba la senda del heroico piloto soñador.

Cruzaron por angostos y profundos canales, cuyas aguas corrían en rápidos raudales, a r ras t rando las naves y haciéndolas chocar con los acant i lados de altísimos riscales que el golpe de las olas hacía bambolear . Y cuando t rasponiendo la fatal angostura creía ya la escuadra llegar a la l lanura donde alza l ibremente su canto el m a r aus t ra l , cerrábale los pasos una m o n t a ñ a oscura que convert ía en lago la ampl i tud del canal .

Page 63: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 74 —

Páranse por las tardes, medrosos, los viajeros y al jun ta r se parecen los callados veleros enormes alcatraces dormidos sobre el mar, cuidados en su sueño por los blancos luceros que sostienen los brazos de nues t ra cruz polar. Y escuchan de repente sobre el canal sombrío como el desper tamiento de algún volcán bravio que desde el hondo abismo surgiera en explosión y por sus cuerpos sienten correr el calofrío con que lo sobrehumano sacude el corazón:

Son los grandes aludes que, de los ventisqueros, sa l tando se descuelgan por los der rumbaderos con fragores de t ruenos y silbos de huracán, como grandes peñascos que con sus brazos fieros desde los al tos montes lanzara algún t i t án . Y t iemblan las r iberas de la ab rup t a comarca, una ola rodando, su hinchado lomo enarca y el buque sacudido vacila sobre el mar , cual si un mons t ruo pasara debajo de la barca y el casco levanta ra con su enorme espaldar.

El nuevo m a r se extiende delante de sus ojos y olvidan sus miserias, sus miedos, sus enojos; pero al ver de la gloria ya el pr imer resplandor ríen y lloran unos, y otros puestos de hinojos con sus t rémulas voces bendicen al Señor.

E impávido en el puente cont inúa el viajero dibujando en las ondas sumisas el sendero que a España su navio t r iunfante ha de llevar

Page 64: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 75 —

para cerrar la curva del círculo primero que la incógnita esfera del mundo va a rodear.

Un destello de orgullo pasa sobre su frente; miran hacia el futuro sus ojos de v idente y ven al orbe ant iguo de súbi to cambiar : ya no es terror la onda de t imora ta gente : ha derr ibado el hombre su viejo valladar. Y t ras de sus ideales de progreso, ya inquieta la human idad se agi ta sobre el haz del p laneta que ensanchara la proa de tu osado bajel, cuando a la voz alegre de la hispana t rompeta cruzó el soñado paso como un raudo corcel.

Y miran las ex t rañas y mágicas galeras que, bajo nuevas fuerzas y exóticas banderas , sin miedo a los abismos ni al rayo del tifón, en línea interminable , van a unir las riberas de las ve tus tas Indias y la moderna Albión.

Tal como Vasco Núñez, el héroe aventurero , t u m b a d o en plena gloria por un desleal ibero al tomar el camino del imperio del sol, dejó sobre las olas abier to el derrotero que ent regara estos pueblos al poder español, también ¡oh Magallanes, vencedor del océano, aun cuando pereciste sobre un peñón lejano, s iempre está tu figura de pie en la inmensidad, jun to a la abier ta senda por donde el genio humano ha conducido en triunfo la nueva humanidad!

Page 65: Portugal en las Fiestas Magallánicas

— 7 6 —

Vencedor de los mares, tu gesto soberano completó la epopeya de otro gran vencedor: si Colón sacó un mundo del fondo del océano, al cruzar el estrecho bajo el pendón hispano tú fuiste del p laneta genial descubridor.

Y hoy son las maravil las de tu leyenda homérica después de cua t ro siglos, lazos de paz y unión que acercan y reúnen los pueblos de la América pa ra que la tan jun tos con nues t ra madre ibérica, cual si fueran las fibras de un solo corazón.

S A M U E L A. L I L L O .

(Recitada por su autor en el Teatro Municipal en 27 de Noviembre de 1920).

Page 66: Portugal en las Fiestas Magallánicas

ÍNDICE

PÁGS.

La Emba jada de Por tugal 7 En t r ega de credenciales 8 En el T e a t r o Municipal 15 Banque te en el Palacio de la M o n e d a 29 E n la Escuela Mil i tar 3 0 En la Universidad de Chile 32 En el In s t i t u to Agronómico 40 Banque t e de la E m b a j a d a de Portugal 45 Inauguración del monumento de Magal lanes

en P u n t a Arenas 50 En el Congreso de Chile 69 La gesta de Magal lanes 71